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La calle mds aburrida del mundo José Ignacio Valenzuela tlurtrociones de Latis San Vicente antes posible: ser un fanoso detective Junto con Luld, su perra poodle, y una una enorme lupa, to! f casaa la espera de que agin cx asu puerta. Pero tonito tiene un www.santillana.com SANTILLANA ©) Infantil S La calle mds aburrida del mundo José Ignacio Valenzuela gf ustraciones de Luis San Vicente lastracion de cublorta: iuis Soa Vieente Impreso por CyC lmpresores Lida previo pov eseritodela Paitorial, Personajes que intervienen en esta historia y que debes conocer onto: Niso que suefia con ser el mejor he detective del mundo, Tiene una lupa con la que bnisea huellas digitales, Cree que yive en la calle mas aburrida del mundo. *"Luhi; La blanca perra poodle de Tonito, a la que él Hama “su asistente”, Tiene mal genio y le gusta hacer travesuras cuando le da hambre. & Doiia Isolina: Vecina de Toniito de cuerpo redondo, rostro redondo, ojos redondos y boca redonda; hornea galletas y tiene un valioso collar en su joyero. een Casadtasscas iia sectean aly especial de Tofiito que vive con veinte ga- tos y a quien le gusta comer helados y chocolates. liberto Praderas: Misterioso y silencio- so vecino de Tofiito, que vive solo eu una enorme casa amarilla y a quien le gusta salir a trotay todos los dias. di Novio de doiia Isolina: Serior que se peina con mucho cuidado, le gusta vestir un lar- go abrign negro y regalarle bombones a su enamorada. Doane Hermano de Tonito, De grande quiere ser alguien muy importante, como Presidente de la Republica, bombero o do- mador de leanes. ¥ Papa: Padre de ‘Toatito. Bs un sefior muy ‘ami! serio que se dedica a construir casas, puentes, edificios y columpios. Mamé: Madre de Toiiito. Trabaja en la bi- blioteca de un colegio y sus manos huelen a libros. Desde pequefia usa enormes an- teojos con mucho aumento. Todo lo que hay que saber de Toiiito y de la calle donde habita No muy lejos de donde vivo, hay una casa que todos conocemos en el barrio como “la casa de Tonito”. Y la explicacién es muy simple: en ella reside un nitio Hamado Tonito, Lo vemos salir todas las mafianas, muy pei- nado y con su enorme mochila a la espalda, y caminar hacia la escuela, que no queda muy le- jos de nuestra calle. Horas después, regresa tan peinado como sali6, pero con wna expresién de cansancio que solo cura durmiendo profunda- mente durante ocho horas cada noche. Por eso, cuando llegan las vacaciones, Toitito es el nifio mas feliz de toda la calle, Durante un mes no tendra que levantarse temprano, pei narse con mucha agua, hacer tareas, ni mucho 10 menos aprenderse de memoria las lecciones que le ensefia su maestra. En casa de Tonite viven tres personas mas: su padre, su madre y su hermano Gu: dre siempre anda con un portafolios leno de planos, lapices y reglas, Cuando va a revisar alguna de las obras que supervisa, se po casco de color rojo para que todos sepan que él es el jefe. Lamamé de Tofiito, que es bibliotecaria, usa enormes anteojos con mucho aumento y por 80 sus ojos se ven més grandes de lo que son. A veces, cuando se esconde detris de algiin volumen y solo deja ver parte de los cristales de las gafas y sus cejas puntiagudas, Toitito imagina que su mama se convierte en un biiho sabelotodo y juega a que ella de pronto suelta su libro y sale volando por una ventana, Es que Tonito es un nivio que tiene una gran imaginacion. Al menos eso es lo que siempre dice su maestra, Su hermano Guille esté en plena edad de desarrollo, por lo que le crecieron los brazos antes que las piernas, la nariz antes que la cabeza y los dientes antes que la boca. Si uno lo ve caminar alo lejos porla calle, cree que se trata de un largo y fiaco gorila con granos en la cara, sonrientey dientudo, que se escapé del 200légico y anda de visita por el barrio. Esta obsesionado con decir cosas simples de manera que suenen muy solemnes. Por eso, cuando algo le gusta, Guille exclama a toda voz: “jAlbricias!”. Por el contrario, cuando algo le desagrada, murmura: *iMecachis!". Y cuando algo ni le gusta ni le desagrada, solo profiere un “iInefable!”, aunque no sabe qué significa. 42 Desde que Toitito aprendié a caminar y des- cubrio que el mundo que lo rodeaba era enorme yestaba lleno de misterios, tiene un anhelo que espera cumplir lo antes posible: ser un farmoso detective, Junto con su perra Luli, una poodle que parece una esponjosa nube blanea, y una enorme lupa que le regalaron en su cumpleanos pasado, Toaito se sienta frente a su casa alaes- pera de que algiin crimen lame a su puerta. De ese modo, él podria hacerse cargo de resolver el caso y descubrir al asesino 0 ladrén, 0 adivinar donde se esconde la persona extraviada. Pero Tohito tiene un grave problema: la ca- lle donde vivimos es la calle mas aburrida del mundo, Ab{ nunca han matado a nadie, ni han robado algo, ni se ha perdido un vecino. Hasta ahora, claro, Porque siempre hay una primera vez, Cémo comenzé el primer caso de Torito ‘Todos los que vivimos en la calle escucha- mos el grito dela mama de Tonito: —ji(Tontitol!! Y Tofiito, que conoce a la perfeccion los gri- tos desu madre, sabe de inmediato que esta en problemas. No solo eso: le basta escuchar su nombre y cémo se queda haciendo eco en todo el barrio para descubrir que se trata de wn gri- to de enojo. —jiToitol!! —vuelve a gritar la mama, E] nitio entra en su casa y encuentra a su ma- dre con las manos en la cintura y una de sus puntiagudas cejas muy alzada, como siempre que esta molesta y a punto de regafiarlo, —{Qué pasé? —pregunta Tofiito. B —jDesaparecié el control remoto del televi sor! —exclama molesta su mand. —jMecachis! —se queja su hermano quien estaba a punto de sentarse a ver su pre: grama favorito, éYa les conté que Toito tiene instinto natu ral para ser detective? Con 20, Tortito descubre quién es la responsable del delito. ;Cémo lo hizo? Muy facil. Primero vio una diminuta huella de la pata de su poodle ta- tuada sobre el cojin del sof’, cerca de la mesita donde siempre se guarda el control remoto. Lue- g0 advirtié que la punta de la alfombra estaba arrugada, lo cual quiere decir que la petra, en su alocada carrera por salir hacia el jardin, se tro pexé y se deslizd al dar la curva, como siempre le sucedle, y pot eso arrugé el tapete con su cuer Po. ¥, por ‘iltimo, no vio rastro alguno de migas © restos de comida en el suelo, lo que significa que su mascota atin no almuerza y debe andar de mal genio. La conclusion es simp. el control remoto para recordarles a sus duetios que tienen que alimentarla cuanto antes! ‘Tonito sale al jardin. Junto al tronco del enorme drbol que llena de sombras el césped, ve un montoncito de tierra fresca que no estaba ahi esa mafiana. Con la punta del pie lo remueve y aparece uno de los extremos del control remoto. Una vez mas, Toitito ha resuelto un enigma causado por Luh Rs que Luli siempre lo mete en lios. Desde su primer dia de vida, la poole se obs 15 16 cables, brillan 0 rebotan. Por lo tanto, se siente irremediablemente atraida por casi todo lo que cosas que le gustan? Las toma con todo cuidado su hocico y se las leva al jardin, donde las ‘ra al pie del tinico Arbol. Por 36 a Toftito no Je costé nada de trabajo resolver el misterio del control vemoto perdido. Suspira aburrido mientras termina de desente> rratlo para devolvérselo a su mama, —jAlbricias! —exclama Guille cuando lo ve entrar a la sala con el botin perdido en una de Sus manos. Cuando resolveria un misterio més com- que requiriera de todas sus neuronas ¢ inteligencia? |,Cudndo?! La respuesta inespe- rada a esta pregunta Ilega casi de inmediate: justo cuando Tofiito termina de formular su deseo, un nuevo grito se escucha por toda la calle. Esta vez no ha sido su mama ni su her- mano, que ya habia encendido el televisor. Tampoco fue el voceador de periddicos que a veces cruza'por la esquina del barrio. No. cs Fue un grito que provino desde la casa ve~ cina. Un grito desesperado que se escuch6 mas o menos asi: —|jjSocorro!! ;Que alguien me ayude! Y Tofiito sonrie feliz porque su intuicién le confirma, sin duda alguna, que el primer caso real de su vida acababa de comenzar. ay La vecina, el robo y las primeras averiguaciones de Tofiito La autora del grito que todos escuchamos resulta ser dofia Isolina Montenegro, la vecina de Tonito. Vive en la casa contigua desde an- tes de que Tonito naciera, por lo que se conocen desde su primer dia de vida. Al igual que todos nosotros en el barrio, la vio engordar con el paso de los afios hasta con- vertirse en una sefiora redonda y sonriente de mejillas siempre coloradas, labios muy rojos y brillantes, y amativos sombreros que siempre combinan a la perfeccién con la tela de sus am- plios vestidos. ‘Ademés de sombreros, a dofia Isolina le gus- ta usar collares de bolitas de diferentes colo- res, pulseras que suenan cada vez que mueve 20 los brazos, aretes tan grandes como la sortija de un gigante, tacones altos que parecen zancos y largas pestaiias postizas que se sacuden con el viento. Ella siempre comenta con indisimulado orgullo a todos aquellos que quieran oirla que su vestuario esta al ultimo grito dela moda, Pero esta vez Tofiito no la encuentra con uno de sus sombreros preferidos en la cabeza ni con sus pestafias postizas agitandose en el viento. La sefiora ni siquiera se ha puesto sus tacones y est4 descalza en la acera frente a su hogar. Se ha arropado con una florida bata de seda brillante que apenas cubre su cuerpo lle- no de redondeces, y trae su pelo atin mojado envuelto en una toalla que se ha enyollado en Ja cabeza a modo de turbante. iDojia Isolina jamas ha salido asf a la calle! Tofito comprende que algo verdaderamente grave debe haberle sucedido, —jSe robaron mi collar favorito! —exclama la mujer llena de hipos y sollozos. Sin que nadie le impida el paso, Toiiito se mete veloz en la residencia de dofia Isolina pues sabe que lo mas importante es revisar cuanto antes la escena del crimen, $i presta atencion y se concentra, de seguro sera capaz de encontrar todas las pistas que le permiti- ran descubrit ror de la fechoria. Si tan solo hubiera tenido tiempo de ir por su lupal De seguro las huellas digitales del la- drén estén por todas partes, a menos que se tra- te de un ladron profesional, claro, y haya usado guantes negros como log que usan los ladrones profesionales en las peliculas, —Estaba en la ducha cuando escuché un ruido extraho —dice la mujer que ha entrado tras el nitio, —Describa el raido —pide Tonite con tono profesional. —Buen lina hace una pausa y exclama al tiempo que le- vanta ambos brazos, gruesos como troncos de ‘ue un ruido como... —doiia Iso- : jpum! Toftito france el cenio. De seguro, el bandidlo tropezé en su camino hacia el valioso collar con una silla 0 con alguno de 22 los muchos muebles que la duetia de la casa tie~ ne en cada rincén. —{Dénde guardaba el objeto que fue hurta- do? —pregunta Tofiito usando las mejores pa- labras que sabe, y sube una de sus cejas en un gesto que aprendié imitando a su madre. —En mi pieza —solloza dota Isolina, El cuarto de la mujer esta leno de muebles y adornos, La cama es enorme, repleta de cojines de diferentes colores, formas y tamafios, todos acomodados en perfecto orden. El cobertor hice totalmente estirado salvo por una ligera arruga cerca de las almohadas, como si un nifio peque- fio se hubiera sentado sobre él. Bajo una ven- tana abierta hay un enorme tocador invadido por frascos, frasquitos y frascotes llenos de per- fumes, cremas, polvos y ungientos que de se- guro doiia Isolina se echa en todo el cuerpo. Y, en el centro del tocador, Tofiito ve una elegante caja de terciopelo azul con su tapa levantada. —jAja! —exclama, porque él siempre se ha imaginado que los detectives dicen asi cuando quieren lamar la atencion. —Si —dice la mujer al ver que el nifto se ha quedado observando la caja de terciopelo—. Bse es mi joyero y ahi guardaba el collar. Es una herencia muy valiosa que muchos en esta calle envidiaban! Para que lo sepas, pertenecia ami abuela, dofia Gumercinda Gatica, viuda de Montenegro, ‘Tonito frunce el cefto y revisa una vex mas el cuarta con su mirada de investigador pro- fesional. No hay nada fuera de sitio. La ven- tana esta abierta de par en par y las cortinas se mueven como alas de mariposas a causa del. viento que entra desde el exterior, En una de las mesitas junto a la cama hay un vaso leno de refresco, que de seguro no es de dieta, y un plato con galletas bafiadas con crema a medio comer, En el suelo ve un bote de helado de vai- nilla que, probablemente, se cayé del velador. @Habra sido ese el ruido que escuché dotia Iso- lina desde el batio? —Me voy a vestir para ir a hacer Ja denun+ cia —dice ella algo apurada—. jLa poliefa tiene que encontrar mi collar! 23 ‘Tofito sale a la calle con wna nueva tarea en sable del robo antes jLo mejor es que ya mente: descubrir al resi de que lo haga la polic sabe por dénde comenzar! 24 Las reflexiones de Toiito sobre el misterioso caso Hace mucho, Tonito leyé en un libro que le regalé su papa que todo detective debe tener al menos tres cosas para ser considerado un ver- dadero investigador: un fiel asistente, una lupa profesional de gran aumento y una libreta de muchas paginas para anotar todas las pistas. El asistente ya lo tiene: se trata de su perra Luli, que lo sigue a todas partes. La lupa tam- bién. ¥ la libreta... bueno;'la libreta es lo unico que le falta, pero ya sabe dénde conseguirla. Se asoma al cuarto de su hermano y lo sor- prende echado sobre la cama, intercambiando textos con una de sus amigas. Se rie nervioso cada vez. que el teléfono le anuncia que ha llega do un nuevo mensaje, y saca la lengua mientras, 25 26 teclea leno de ansiedad con sus diez dedos que se mueven a toda velocidad sobre el celular. Tofiito ve que en el escritorio de Guille hay varios cuadernos que sus padres le compraron para el préximo afio escolar. Se acerca sigiloso, clige uno de tapas verdes y desde ahi se lo en sefa a su hermano, —¢Me lo regalas? —pregunta. —Inefable —contesta Guille sin levantar la mirada del teléfono ni fijarse en lo que dice. El plan dio resultado: su hermano mayor nunca se dio cuenta de que lo autorizé a llevar se su futuro cuaderno de matemiaticas. Feliz con su nueva libreta de detective en- tre las manos, Tottito se encierra en su cuarto, tora asiento frente a su escritorio y anota en la primera pdgina con perfecta caligrafia: El caso del collar desaparecide Luego, como todo detective, hace un listado de las pistas que observé en el cuarto de dota Isolina Montenegro. 1 El ladrén debié abrir la ventana del cuarle para entrar per ahi, Estoy seguro de que la vecina no se ducha ni se viste con la ventana abierta durante un dia de viento, y mucho menes con las cortinas descorri~ das. Asi cualquiera se puede resftiar, y ella €s und mujer muy sana. 2 luege de rebar el collar; e| Jadrén hambriento se comié una de las galletas que estaban en el velator. Se debe haber Sentado un momento en la cama: por eso, una esquina del cobertor estaba arrugada, 27 28 3. Al sacar apurade la galleta, e} jadron debe haber golpeado e| bote de helado que cayé al suelo € hizo ipurw! 4. Nene que haber side alguien agi! que sabe saltar muy alte, pues de un solo brinco debe haber enfrado y salide por la ventana, pasando por encima de} tocador sin derribar ni uno de los frascos de doa selina. 5. El ladrén debe haber usade zapatos de suela de madera, 0 alge parecide, por que no dejé huellas en la tierra al pie de la ventana, Debe ser flac porque, si fuera gerde, sus zapatos se hubieran hundide en el barre, ‘Toflito frunce el cefio, como le gusta hacer cuando se pone a pensar en cosas importantes. “Vamos a ver...", piensa. “Un ladron agil y atlético. Alguien delgado y capaz de saltar may alto. Una persona que se mueve sin provocar ruido ni dejar rastro alguno. {Hay alguien con esta descripcién en el barrio?” jClaro que sil jFiliberto Praderas, el vecino dela casa amarillal —jTonito, ven a tomar tu leche con choco- latel —grita su mamé desde la cocina—. no olvides lavarte las manos! ‘Tofito se relame pensando en el vaso leno de espumoso chocolate que esta a punto de be- berse de un trago y anota apurado en la libreta: Primer sospechoso. Filiberto Praderas, Entonces cierra el cuaderno de tapas verdes y se levanta de un salto para acudir al Hamado de su madre 2g Un vecino flaco, muy 4gil y con una cocina muy ordenada dencia de la calle donde vive Tonito. Su dueno la pinto de amarillo afios atrés, por lo que, en el verano, la construccién entera reluce como un sol. En el jardin delantero hay un al- tisimo Arbol leno de hojas y ramas, del que Filiberto colgé un columpio que nadie ha usa- do, Al poco tiempo de instalarlo, la esposa de Filiberto se fue levandose a sus hijos, y dejé solos en ese enorme caserén a Biliberto y al co- Jumpio recién colgado, A partir de ese dia, Filiberto no volvié a reir. Su rostro se fue poniendo cada vez més palido, Sus ojos se apagaron y su boca se quedé congela- da en un gesto de profunda tristeza, 32 —Una persona que no sonrie siempre resul- ta sospechosa —dice Tofiito en voz alta para que Lula, que camina dando saltitos a su lado, lo escuche, Y si ese sospechoso es, ademas, muy delgado y Agil como el mismisimo Filiberto, y sale to- dos los dias a trotar por la cuadra sin hablar ni saludar a nadie, eso lo convierte en el candida- to perfecto para robar el lujoso collar de doha Isolina en el momento preciso en que ella se metio al banio, 3Pero qué raz6n puede haber tenido para hurtar una joya? Quién sabe, Alo mejor extraia tanto a su esposa que quiere te- ner un objeto femenino que le recuerde a ella, —La gente que no sonrie es muy extrafia y hace cosas que nadie entiende, como robar co- Hares valiosos porque si —le explica Toflito a la poodle una vez més. ‘Tras recorrer un breve tramo de Ia acera, llegan frente a la casa amarilla. Todo esté en silencio. Las cortinas de las ventanas estén ce- rradas. El colurnpio se mece apenas, impulsado por una ligera corriente de aire, Tonito toca el timbre: ding, dong. Nada. Ding, dong de nuevo. Y nada otra vez. —Parece que nuestro sospechoso no estd —concluye el nifto con el cefio fruncido. ‘Tofiito est4 pensando en algo importante, Algo muy importante. Algo que un detecti- ve profesional haria sin dudar un solo segun- do. Algo que lo puede meter en lios, pero no Je importa, jPor fin ha ocurrido un enigmatico crimen en su calle, y él no va‘a descansar hasta resolverlo! —Vamos, ayudante —rurmura a Luhi, y se cuela por un espacio entre dos barrotes de la reja metalica que rodea el jardin delantero, Tofito descubre una ventana abierta en la parte trasera de la casa, Ambos saben que es- tin haciendo algo que no deben, por lo que no se atreven ni a respirar para no hacer ningiin ruido que los pueda delatar. Luhi brinca con gran estilo, como una blanca nube rebotadora. De un solo impulso vuela a través de la ventana 33 34 y cae sobre sus cuatro patas en el frio suelo de la cocina. Toftito, en cambio, tiene que hacer un esfuerzo mayor. Se aferra con fuerza en el marco, levanta ambas piernas y empuja todo su cuerpo hacia dentro, —Mira, ayudante —dice Tonito—: la cocina de Filiberto Praderas es la cocina m4s ordenada que he visto en mi vida. Todo estA perfectamente dispuesto, como si nadie hubiera tocado las repisas y estantes jamés; las cucharas plateadas con las cucharas doradas, los tenedores dorados con los tene- doves plateados, las manzanas verdes en un recipiente verde, las manzanas rojas en un re- cipiente rojo, los vasos en fila como soldados transparentes y las cajas de cereales acomoda- das por estaturas, desde Ja mas pequefia hasta la mds grande. —Por lo visto, Filiberto es maniatico del or- den —dice el nifio con ojo experto. Tofiito piensa en su propia cocina, siempre llena de olores distintos, vapores que salen de las ollas y comida repartida por todo el mesén. Frunce el cefio de nuevo y gira la cabeza para que sus ojos revisen con mucha atencién hasta el ailtimo rinc6n del lugar en busca de pistas. Cada tanto, cuando se descubre algo que puede ser importante, dice en susurros: jaja! aja... aja... aja... —repitey repi- te, porque ha visto muchas cosas importantes. Se acerca de nuevo a la ventana, Desde ahi Ie hace un gesto a Luli, que olisquea la puerta cerrada del refrigerador. —Nos equivocamos de sospechoso —dice muy despacio—. {fenemos que salir de aqui! La perra y el nifto regresan veloces a la calle justo cuando Filiberto Praderas da la vuelta en la esquina. Viene vestido con ropa de deporte. Pasa trotando muy agil y eldstico junto a ellos sin mirarlos ni ofrecerles una sonrisa, Se mete en su casa y da un portazo que hace eco en todo el barrio. —Filiberto no robé el collar de dofa Isoli- na —explica Toitito a la poodle—. Lo descubri cuando analicé con mi mirada de detective profesional la comida que tenia en su cocina. 35 36 Solo habia frutas, verduras y productos de die- ta. (Biliberto Praderas solo come alimentos que no engordan! Y no te olvides que el ladron del collar se devoré una de las galletas que estaban en Ja mesita de noche de dofa Isolina. Luli se relame los bigotes al escuchar hablar de galletas con crema. Siempre tiene hambre. —Si él no es el culpable, entonces tenemos que pensar quién se comeria sin problemas una rica galleta bafiada con crema —agroga En ese momento, un melodioso silbido lo hace girar la cabeza. Bn la acera de enfrente ve a dotia Morgana Casablanca, una vecina muy especial que ama a los gatos mas que a los hu manos y que tiene mas de veinte felino do con ella. La mujer camina despacio y con la espalda muy erguida; en su mano izquierda trae un delicioso helado de vari la mano derecha una enorme barra de chocola- tecon almendyas a la que ya le dio un mordisco —jAcabo de descubrir a nuestra segunda sospechosal —exclama Tofiito con un dedo en alto y una expresién de triunfo. 8 vivien sabores y en 38 Fl coche de su padre se estaciona entonces frente al hogar. El hombre se baja del interior con su casco rojo y un gesto de hambre en el rostro. A los pocos segundos, el grito de la ma- dre invade por completo la calle: —Tonito, a cenar! j¥ no te olvides de lavar- te las manos! Justo a tiempo, porque las tripas de Tonito ya estén empezando a quejarse por la falta de alimento, Ya tendré tiempo después de conti- nuar su investigacién. Por ahora, lo tinico que le interesa descubrir es qué acaba de preparar tt madre para lacena. Nuevas reflexiones de Toiitito y una sospechosa inesperada Luego de una deliciosa merienda que incluy enfrijoladas rellenas de queso y un gran vaso de agua de jamaica, ‘lofiito se encierra en su cuar- to junto a Luli, quien, durante unos minutos, juega a perseguirse la cola hasta que se cansa y se echa a los pies del nifo. Bl abre su cuaderno de tapas verdes y escribe con letra de detective privada en una nueva pagina en blanco: Nueva sespechosa del case: Morgana Casablanca Como va ponerse a pensar cosas muy pro- fundas, Tofiito arruga la nariz, frunce el cefio, muerde el Lipiz y comienza a escribir: 39 40 |. Mergana Casablanca es rm) nueva

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