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a WeUL eee Lem sam mle] kel SPIFANDO Editorial 1 Colectivo Editoriat Mi madre yo misma Amor de madre: gabismo sin medida? 2 Waney Friday Una mujer mira a la otra 4 Reciprocidad y separacion 5 Nancy Friday Quiero hacer teologia en solidaridad con mi madre 7 Chung Hyun Kyung El deseo de politica: tras la figura de la madre simbélica 12 fda Dominijanni Bailar mi teologia 7 Yo Vere Ife Sexualidad y experiencias misticas de mujeres adultas = 21 Lene Sjorup Voto de castidad? 28 Joan Chittster Tomar las riendas: Testimonios 32 Michelle Najlis, Regina Darasa, Inés Romero, Eva G, Garrod, Peii, Ménica, Stella, Mati, mogen Mark, Andnimo (Consuitorio Sentimental) Retomando fo sagrado 44 Rito: La mujer roja Retomando la palabra 46 Satud roproductiva Haciendo las conexiones Encuentros 48 Ratrato 50 mujer adulta: Recursos St entrelazando ciclos Contactos 52 N° 28, junio de 1999 Colective Editorial Grafica y dlapramacién: Cau-spiranis Elena ‘gua . Luz ara ‘irre! ch. Malaquias Concha 043 Helen Carpenter Casilla 371-11 Josefina Kurtado Edicién de textos: Correo unica Mary th Ress Elena Aguila Z. Santiago, Chile te Seibe A Luz Matfa Vilaroel Foto portada: Fono-fax: (582) 222 2001 Tem Autn Unger Gonspira@mail bellsouth.cl Coordinadoras N*27 Josetina Hurtado N. Impresign: Ute Seibert Andros Productora Grafica mujeres adultas, Una etapa que sugiere plenitud, por un lado, y que, a la vez, abre la posibilidad de revisar, elegir, tomar decisiones, cambiar de rambo o continuar de manera mas consciente un camino ya iniciado. En este nueva vuelta de la espiral, podemes entender las formas en _ que establecemos relaciones—aprendizajes familiares que siguen pre- sentes. La figura de la madre, como un primer vinculo, puede ser re-visitada: podemos cuestionarla, encontramos con/en ella, re-crear situaciones. Nos encontramios en este proceso con imagenes de owas mujeres adultas, complejas'y contradictorias, madres reales, madres-cs- pejo, mi madre-yo misma. Aparece, también, proponen algunas, Ja necesidad de darle un lugar a la madre simbélica. Pareciera ser, ademis, imma etapa marcada por la bisqueda y ef descubrimiento del-amor: amor a.si misma como la condicién del amor a los/as demas; telaciones de pareja, rupturas, nuevos encuentros; se establecen formas de vida en diversos tipos de familia, con un hombre, con una mujer, con o sin hijos/as, sola, o en una cofnunidad religiosa 0 de amigas/os. Aparecen miiltiples maneras de vivir la sexualidad y también la espiritualidad. El poder erdtico se va expresando en diferentes areas de la vida, relaciones y quehaceres. Para algunas, la vivericia de la sexualidad se abre a experiencias misticas; para otras, la castidad aparece como una manera-de vivir el amor de una manera mas amplia, mas libre, sin-negar ef cuerpo y las.relaciones. Otras encuentran en el baile una manera de acercarse a ko Sagrado y de expresar el misterio, estableciendo un vinculo entre el cuerpo y la oracién, recogiendo y recreando tradiciones antiguas. Surge también cl reencuentro condas propias raices, la necesidad dé integracién y el deseo de que la vida cotidiana, la espiritualidad, las practicas politicas, comunitarias y teolégicas, sean porosas a las diferencias. Escuchamos, esta vez, testimonies de mujeres que han “tomado las tiendas de sus vidas”, han escuchado sus cuerpos y sus necesidades, mujeres que han puesto limites y tomado decisiones, mujeres que solas o junto a otras, buscan afirmar sus derechos, revisar sus relaciones, resistir y re-crear, realizar sus suefios y explorar las posibilidades de esta vuelta de la vida, entre-lazando ciclos. D edicamos este segundo ndmero sobre los ciclos de vida, a las Colectivo Editorial | que nos confrontan, (© CON-SPIRANDO N*28/99 _* Hemos tomado el nbre del libro de Naney Friday (Mi madre, yo.misma. La relacién madre hija. Barcelona: ; 1S Vergara,1 on. reunir una serie de textos, tanto de ella como de otras autoras, desde distintas miradas, con esta imagen-rol- figura-relacion i en nuestra experiencia de mujeres adultas. ~ ‘Cloud Roman AMOR DE MADRE: LABISMO SIN MEDIDA? Nancy Friday Se nos ha educado en la creencia de que el amor de la madre es diferente a otras cla- ses de amor. No se halla expuesto al error, a la duda, ni a la ambivalencia de los afec- tos ordinarios. Esto, claro, no es mas que una ilusién. Las madres pueden amar a sus hi- jos, pero en ocasiones no gustan de ellos. La misma mujer que quiz se tiraria de- bajo de las ruedas de un camién con tal de que éste no aplastara a su hijo, lamenta a menudo el sacrificio que, dia a dia, la criatura, sin saberlo, leimpone, afectandoasutiem- po, asusexualidad,asu propia realizacion personal. Con nuestra percepcién de la falta de autenticidad denues- tra madre—con su propia ansicdad, su carencia de fe en las super-idealizadas nocio- nes de feminidad/maternidad que intenta ensefiarnos—na- cen las inquietudes sobre nuestra sexualidad personal. Es el comienzo de la duda en cuanto a nuestra realizacion como personas con identidad propia, separada de ella, esta- blecida en nosotras como mujeres antes de ser madres. Nos esforzamos por la auto- nomia, nos esforzamos por la sexualidad, pero los incons- cientes y mds profundos sentimientos que hemos obte- nido de ella no descansaran: solamente nos sentiremos en paz, seguras de nosotras mis- ‘mas, cuando hayamos cumplido con el glorificado “instinto” para el cual hemos sido edu- cadas, a través de la imagen de su vida, repitiendo: “Ta no sers una mujer completa has- ta que seas madre”. La ideologia del instinto maternal nos dice que todas hemosnacido madres, queuna vez que seamos madres que- rremosanuestras hijos de una manera automiatica y natural, y que siempre haremos lo que mas les convenga. Si ti crees en el instinto maternal y fallas enelamormatemo, has fraca- sado como mujer. Esta es una idea dominante, que nos suje- ta como con garra de hierro. Dese a ello el nombre de “fnstinto” 0 no, lo cierto es que la mayor parte de las mu- jeresabrigan lailusion de tener hijos y hacen lo posible por tenerlos. Para tal mayoria, el problema empieza no con el hecho de ser madres, sino con las propuestas emocionales contenidas en la nocién del instinto maternal, con la idea de que ser una buena madre es algotan natural y comtn entre los humanos como entre las lobas con respecto a sus ca- chorros. Pero no nos hallamos ante ningiin imperativo biolé- gico, queencaso de frustracién pudiera arruinar 0 empobre- cer la vida de una mujer. El amor materno puede haber sido un instinto en los huma- nos, pero la civilizacién nos ha librado de él. Dudo de que haya mujeres que desde el na- ilustran los libros. ;Quiz4 es que no merece ser madre? 4Cémo puede explicarse ella una emocién negativa, fugaz incluso? La sociedad en cuyo senoviveno lepermitira exte- tiorizar esto, En consecuen- cia, hay una buena dosis de mentiras que surgen subcons- cientemente cuando uno pre- gunta a una nueva madre cimiento sean mas acerca de sus “maternales” que otras. No me sorpren- eo One uo) deria que los hombres na. [Milelsekekesosdupeonsetcuiac . ke eres ee eau orem con 2 ene seats taeio misma capa- Mit Re eu eae Reed) cidad que las for-Me Rm aremel eR ele a eee ete aaa Ct eit kee a einer mujeres con respecto al cuidado y ali- eee ected mentacién de los nifios, de- jando a un # lado las evidentes diferencias sentimientos bioldgicas. de realizacién Esta es la tirania de lano- _ personal. ciéndel instintomaternal. Con Somos el ella se idealiza Ja maternidad sexo amoroso: todo el mundo més alla de la capacidad hu- cuenta con nosotras para pro- mana. Se abre un peligroso vacio. La madre siente una mezcla de amor y resen- timiento, de afecto eirritacién ante el hijo, pero no puede permitirse saberlo. Ella ha leido todas las poc- sias que se publican en las Tevistas y espera sentirse “ins- tantaneamente maternal”, y cree que le ocurre algo anor- mal si no corresponde a la primera vision de su pequefio, al estilo de las mujeres que curarse bienestar, calor, nutricién. Impedimos que el mundose desbarate, lo mante- nemos unido con la constante disponibilidad de nuestro amor, cuando los hombres, impulsados por sus ansias de poder, se empefian en desin- tegrarlo. Solas, nos sentimos incompletas, sinel hombre nos consideramos inadaptadas. Somos devaluadas fuera del matrimonio; nos mantenemos a la defensiva sin hijos. He- NP28/09 CON-SPIRANDO® = buscé nuestra intimidad. En definitiva ignoro qué ama y quérechazaenmi. Estamadre mia que nunca me puede dar su total aprobacién me ata a ella para siempre. Nunca lo- gro renunciar a la infantil creencia de que si me porto bien, como ella quiere, me admirar de ese modo total y absoluto que siempre deseo. Sé que existe un pacto: sino me aparto de ella ni del siste- ma de ideas que encarna me amara y aceptara para siem- pre. El trato es seductor, su reconocimiento, nuestra inti- midad, es lo que mas me importa. Voy comprendiendo, do- lorosamente, que ese pacto contiene algo mas que amor. Hay control, posesion, mani- pulacion. Mi madre me recompensa con una dulce simbiosis... siempre y cuando yo frene mis biisquedas, mis cuestionamientos, mis criti- cas, Esto me mantiene en un estado de constante culpa y ansiedad, no me da la se- guridad y la alegria que tanto anhelo. Por momentos me arrastra hacia tristezas con- fusas y misteriosas sombras. Aprendo a leerle sefiales faciales, tonos altos y bajos de la voz, tensiones de su cuerpo impregnado de rigideces. Nunca logro su total recono- cimiento y aceptacion. Creo que mi madre hubiese preferi- douna hijamas convencional, 0 bien otto hijo varén. Reconozco en mi una nifia que necesita alimento, ternu- ray anhela un poder femenino 6 ecoN-sPIRANDO N*28/09 ejercido en su defensa. Estoy aprendiendo a no avergon- zarme de esa nifia. Desde esa voz o desde ese grito infantil, creo, crece el germen de mi propio descode ayudar a crear un mundo de madres chijas fuer- oS tes yo. valientes. Esa nie ——~—S«CLa madirefobia existe: muchas hijas fia que hay tienen o han tenido miedo a su madre, a ennosotras Ja experiencia de la maternidad o bien a muchasve. __Parecerse por identificacion a la propia madre. Muchas hijas sentimos cessesien- te huérfana _ Muestras madres nos han dado un femplo 4 de madre. : jamos de enfrentar- nicamente 16, yapren- demos a transfor- mar nues- tra orfan- dad en sostén, el resentimien- to en lucidez, podemos trans- formar la rabia, la impotencia y la amargura que repetida- mente surgen en el vinculo madre-hija, en aceptacién y perdén. - de falta de compromiso auténtico consigo ‘de. _ mismas. Mujeres que fueron ejemplo de Cuando: _ autodesprecio y descuido. Sin embargo, _ __ estamos | luchando Por conquistar nuestra “libertad y nuestro desarrollo como nosantago- "mujeres a través de esas mismas madres, ‘A 5 isoras forzosas de una ideologia con esa hi- yada A través de ellas, de ja sin refu- nuestras hijas y de nuestras futuras gio, o con nietas, nos transformamos en mujeres _ esa madre capaces de gozar y agradecer la inevi- que capitu- tabilidad y la grandeza de amor materno. QUIERO HACER TEOLOGIA EN SOLIDARIDAD CON MI MADRE Hacer teologia es un acti- vidad personal y politica. Discemiendo la presencia y accién de Dios entre nosotras/ 08 quiero empoderar tanto mi proceso personal deliberacién * Chung Hyun Kyung es tedloga fe- minista coreana y profesora deteologia en el Union Theological Seminary de Nueva York. Este texto esta tomado del libro Struggle to be the sun again, Orbis Books, Maryknoll, Nueva York 1990. Traducido por Imogen Mark como el de mi comunidad. Nuestros historias personales de sufrimiento y alegria, de lucha y liberacién, son siem- pre parte de nuestros contex- tos politico-sociales y cultural- religiosos. La teologia, enton- ces, es un discurso al mismo tiempo intimo y pablico. Los dos eventos mas signi- ficativos que han dado forma a mi pers- pectiva teo- légica son mi encuen- tro con el movimiento estudiantil coreano,yel descubri- miento de mi madre bioldgica— la mujer que me dio a luz. Estos dos elementos de mi historia personal se fa- sionaron y me dieron las fuer- Mensa) Cech ect uc) LNT BVA o-oo ool) Seer Re Ma er) ene een eet eng cultural-religiosos. La Errolteol oR elas CRT) Cele re MulCi) oe) Tia ule a eitiel Core) Teri Ruth Unger zas para escuchar los gritos de mi pueblo y de mi ser mas profundo. Nos hicimos maestras/os en hermenéutica dela sospecha El movimiento estudiantil coreano me abrid los ojos ala realidad “tercermundista”. A través del movimiento, porpri- mera vez en mi vida, me _ sentiorgu- llosa de ser miem- _ brodeuna familia de escasos _ recursos. Antes de entrara la universidad y encontrarme con el movimiento siempre sent{ vergiienza por la pobre- zade mi familia y también por N'28/99CON-SPIRANDO'® = 7 i Rereae ie oR e e Me Deere aoe Motel nol : colonialismo y el neocolonialismoenla | teologia. Durante toda mi educacién elite Run rele oR keel eM ensefiaron las teologias europeas de los eee RAC Meath) cima cks cpt shac ats sus reflexiones teoldgicas sobre la leh Met coe ee L) (© CON-SPIRANDO N*26/99 cémo me veia a mi misma. Era flacuchenta, morena, de nariz achatada, de cara re- donda. Sentia queno era boni- ta, por la manera en que la gente me miraba. Desde los diez afios, cuan- do el negocio de mi padre quebré y €1 perdié toda su fortuna, todos mis esfuerzos se dirigicron a un objetivo: salir del barrio pobre donde vivia. Extrafiaba mi barrio an- terior de ricos, donde dis- frutaba de lomejor del mundo material. Durante toda mi adolescencia fui una nifia rara, que no queria indentificarse con la gente po- bre de su alre- dedor, Estudié muchisimo pa- rapoder salir de ahi y volver al lugar de mi na- cimiento y ni- fiez. Gracias a una gran fuerza de voluntad lo- gré entrar al colegio secunda- rio mas prestigioso de Corea, que servia de trampolin para alcanzar las esferas mAs altas de la sociedad coreana. Aun- que todas las estudiantes usd- bamos uniformes, al vernues- tras colaciones se notaban in- mediatamente las diferencias de clase. Yo suftia siempre a la hora del almuerzo. No en- tendia por qué muchos co- mian, todos los dias, jamén americano, queso, y alimen- tos importados. No entendia Jabrecha econémica tan gran- de que existia entre nosotros. Creia que tenian la suerte de ser de familias ricas, y yo te- nia la mala suerte de tener padres pobres. Dudé de la jus- ticia de Dios. No entendia como Dios podia dar tanta ri- quezaaalguna gente ynoami familia y otros como noso- tros. Fue una adolescencia lar- ga y solitaria. Con muchas preguntas sin responder y con una rabia re- primida, nisiquieranombrada, fui a la universidad, y encon- tré al movimiento estudiantil. Para mi, fue una experiencia de salvacion, Fuera de la uni- versidad, en grupos pequefios de estudio, aprendi sobre la naturaleza del colonialismo y del neo-colonialismo, lascau- sas del sufrimiento crénico de nuestro pueblo. Empecé a en- tender que la pobreza a mi alrededornoerapor mala suer- te o flojera si no por las rela- ciones desiguales de poder entre la gente, las institucio- nes y las naciones. Me senti contenta de que mipaisnohiciera sufrira otros pueblos, como lo hacian mu- chos de los paises del Atlanti- co Norte, que explotabanalos paises del Sur. Me senti orgu- llosa de ser una voz del “Ter- cerMundo” que intentaba des- cubrir y desmantelar los ma- les del colonialismo. Muchos de nosotros/as, influidos/as por el movimiento estudiantil nos dimos cuenta de que nues- tra comprensién de nuestro pueblo, nuestra historia, nues- tra cultura, y hasta nuestros patrones de belleza, se en- contraban distorsionados por el poder colonial de Japon y la manipulaciénneo-colonial de Estados Unidos. Cuestionamos todo acerca del papel de la educacién institucionalizada, los medios de comunicacion, el gobierno, los militares, las leyes y los modos de produc- cién en nuestro pais. Cuanto mas estudiabamos y sentia~ mos la realidad tercermundis- ta de nuestro pais, mds enten- diamos cuan profundo era cl lavado de cerebro que nos habia hecho el imperialismo politico y cultural de los pai- ses del Primer Mundo. Cues- tionamos radicalmente Ja es- tructura de poder que nos en- volvia. Sabiamos que “las herramientas del amo no des- armarén nunca la casa del amo”. Nos hicimos maestras/os en hermenéutica de la sospe- cha, No ereiamos lo que de- cian las autoridades en distin- tas partes det mundo, mas bien nospusimos aaveriguarcémo: se relacionaban con el poder, paraasi entender quignes eran los beneficiarios de lo que hacian y decian. Miconciencia “tercermun- dista” me llev6 a cuestionar el impacto del colonialismo y el neocolonialismo en la teolo- gia. Durante toda mi educa- cidn formalenteologiaen Co- Tea, me ensefiaron las teolo- gias europeas de Schleierma- cher, Barth, Tillich, Bultmann, Moltmann y Pannenberg, los asi Ilamados ‘tedlogos gigan- tes’ de los siglos diecinueve y veinte. Pero no me ensefiaron nada del pueblo coreanoy sus reflexiones teoldgicas sobre la historia y cultura de Corea. Mi aprendizaje en la uni- versidad no me ayud6 a des- cubrir Ja actividad de Dios en la lucha diaria de mi puebloen Corea. Fue el movimiento es- tudiantil el que me permitid ver la ideologia falsa incrus- tada en mi educacién formal de teologia. Enfoqué mi trax bajo teelégico en la decons- truccién de cada aspecto del imperialismoteolégico. Deci- di no perder mi vida en resol- ver los rompecabezas teolé- gicos de la gente que causaba nuestro sufrimiento; queria usar mi energia en desenmas- carar su imperialismo teolé- gico y en estudiar la historia y cultura de los pueblos asiati- cos, mientras escuchaba la voz mas profunda de mi puebloen su lucha para sobrevivir y set libre. Hoy dia, sin embargo, cuando reflexiono sobre mi busqueda teologica, debo con- fesar que pasé la mayor parte de mis estudios teolégicos re- accionando en contra de las teologias europeas y nor- teamericanas, intentando nombrar las ramificaciones coloniales y neo-coloniales de sus discursos. Apenas en- contré tiempo y energia para crearmi propia teologiaen los ambientes universitarios delos blancos. Conclaridadsupe que la reaccién contra un sistema opresivo no necesariamente me Ievaria a construir una realidad liberadora. Por un camino duro aprendi que te- nia que conectarme con el poder y la historia de mi mis- ma y de mi pueblo para poder encontrar y construir una rea- lidad nueva, liberadora. ¢Para quién has hecho tu teologia? El evento decisivo que cambié el rambo de mi teolo- gia, desde la deconstruccion a Ja reconstruccién, fue el des- cubrimiento de la mujer que me dio a luz. Era la version coreana de la madre substitu- ta, Cuando vine a Corea, cn el verano de 1987, en un proyec- to de investigacion académi- ca, por primera vez. supe de la existencia de mi madre bio- ldégica. Siempre crei que los padres que me criaron eran también mis padres de naci- miento, En mi familia, nadie me habia hablado de ella. Como mi padre tenia poder sabre todos los documentos publicos relacionados con mi nacimiento, mi madre biold- gica se transformé en una mujer sin nombre, que fue borrada totalmente de la vida publica y privada de mi fami- lia, Incluso cuando fallecie- ron mis padres no me la nom- braron ni en sus palabras fina~ les. Fue una prima quien revi- vié a mi madre biologica en mi vida personal. Mi prima conocia el secreto tan bien guardado de mi nacimiento. Ella vivia en ese momento con mis padres, trabajando en Ja casa para tener techo y co- mida. Su padre era un pesca- N2@/99CON-SPIRANGOS = 9 dor muy pobre de una isla pequefia en la provincia de Chunla en Corea, y mandé a su pe- quefia hija a vivir con su hermano rico en la ciudad. En esta época mi padre tenia cierto poder politico y econémico en la ciudad. Queria un hijo, pero su mujer no podia concebir. Después de esperar veinticin- co afios, mi padre resolvié encontrar una mujer que pus diera darle un hijo. La mujer que me dio a luz era una madre soltera y pobre que vivia con su unico hijo varén en la misma ciudad de mi padre, en Kwang Ju. Per- dio a su amante en la coloni- zacién de Corea por Japén. Minacimiento le dio una enor- me alegria, pero también una pena enorme. Debia darme a mi padre y la mujer que iba a ser mi mucva madre. Me la quitaron el dia de mi primer cumpleafios. Mi madre no queria entregarme, pero sabia que no podia luchar contra mi padre y mi nueva madre. Eran gente poderosa, mientras que ella no tenia nada. Mi madre biolégica Moraba en Ja esta- cién de tren cuando me Heva- ton, en un dia lluvioso de pri- mavera. Muy luego se enfer- mé psicolégicamente por el sentimiento tan fuerte de pér- dida. Su nico hijo, un joven adolescente, no aguanté el sufrimiento de su madre, y se suicidd. 10 ecomspinanno ne2¢/99 ; La ley de F Confucio es P muy influyen- te en la socie- dad coreana, asi es que las mujeres que tienen hijos ilegitimos son castigadas por la sociedad ° con la exclu- si6n social. No las protege ni la ley, ni las costumbres, nila comunidad: se las trata como parias. El mensaje social es que tienen quesentir vergtien- za, El castigo de la exclusion las afecta no sélo a elas sino tambiéna sus hijos. Mi madre biolégica queria protegerme del aislamiento social. Me puso en la categoria de un hijo ‘normal’, ‘legitimo’, pero a costa de borrar su propia exis- tencia, haciendo como que yo nunca hubiera nacido de su cuerpo. En ella, en mi madre biolégica, veo a tanta gente sin nombre, crucificada. La primera vez que me encontré con mi madre bio- logica y escuché las historias de su duro camino de vida, senti que se rompié algo enmi ser mas profundo. Fue como una experiencia de bautismo, algo se purificé, y me senti libre de verdad. A través de esta mujer, enferma, vieja, de 72 afios, mi madre, a través de ella, senti que encontraba el poder de los humillados en la historia de mi pueblo. En- tonces, me dije a mi misma: “Hyun Kyung, estudiaste teo- logia durante once afios. ;Para quién has hecho tu teologia? gPor qué quisiste hacer tealo- gia? Siempre creiste que tus estudios eran para empoderar ala gente oprimida de tu pais. Pero, enfréntalo, zrealmente escuchaste, prestasteatencion alacultura y la historia de los pobres en el desarrollo de uw teologia? {Has estado dispues- ta a aprender de ellos? ;Con quién has pasado la mayoria de tu tiempo para formular tu teologia? {Con los pobres 0 con los intelectuales en las aulas? Has intentado siempre, de manera consciente 0 in- consciente, probar tu inteli- gencia frente a los grupos de la teologia dominante, utili- zando el lenguaje de estos mismos grupos”. Senti vergtienza de mi mis- ma, de mis deseos ocultes de superar a los tedlogos domi= nantes de Europa y América del Norte. Desde adentro sen- tiun espiritu poderoso que me aparté de mi deseo de hacer teologia como los curopeos, y ime llevo a los brazos abiertos de mi madre, donde podia descansar segura en su rega- zo. No habia vuelta atras. Me senti fuertemente impulsadaa cruzary después volarel puen- te Hamado ‘educacién teold- gica superior’, que me separa- bade “ellos”. Entonces mirea mi madre. Ella, llorando, me parecia un icono de Dios, a través del cual yo veia clara- mente lo que Dios me decia de mi misién, El encuentro con esta mu- jer, mi madre biolégica, me abrié otra dimensién de con- ciencia teologica. Varias de mis dudas teolégicas teéricas se resolvieron a través de esta experiencia. El encuentro con mimadre me ayudé a identifi- car mis preocupaciones teolégicas, particularmenteen relacién a las normas y las fuentes de la teologia de las mujeres del “Tercer Mundo”. Mientras escuché la historia de su vida, su lucha s6lo para sobrevivir, nada més, en este mundo hostil, me enojé con “Ja cultura del silencio” en la cual vivia. La gente a su alre- dedor la hacia callar de todos los modos posibles. Despro- vista de cualquier apoyo para realizarse como una persona productiva y publica, sola- mente haciéndose invisible podia sobrevivir sin ser muti- lada. Sin embargo, “el silen- cionuncala protegié”. Serom- pid su corazén. Tuvo que vi- vir en la pobreza, y durante un tiempo sufrié una enferme- dad mental. Durante los once afios de mis estudios teolgicos, he escrito innumerables ensayos teolégicos y documentos para la gente de mucha educacién, mis profesores. El estilo y el contenido de mis discursos y mis escritos son de tal forma que serian incomprensible para la gente como mi madre. Cuanto mas me hice una ted- loga “buena”, “profesional”, como lo definen los canones de la escolaridad europea y norteamericana, mas distan- cia tomé de mi(s) madre(s) y lagentecomoella. Ahora ten- go claro que no quiero escri- bir mas una asi llamada “teo- Jogia comprensiva”, en bis- queda de las preguntas de unos europeos privilegiados. Quic- ro hacer teologia en solidari- dad con mi madre, porel amor de mi madre, para revivir ala gente crucificada, como ella, dandole una voz a sus dolores y asus heridas, a las mujeres asiaticas en particular, quie- nes estén “al reverso del re- verso de la historia”, en un mundo dominado por blan- cos, capitalistas, hombres. Elegir a las mujeres me- nospreciadas de Asia como el contexto primario de mi teo- logiasignificaelegirhaceruna teologia que rinde cuenta a ‘sus experiencias. Los lengua- jes,los paradigmas y preguntas de la teologia que vienen de las experiencias de vida de varones inte- lectuales y oc- cidentales, los cerebros de la hegemonia cultural que han reducido a las mujeres po- bres de Asia al status de ‘no- personas’, no pueden servir como fuente para una teolo- gia de mujeres asiaticas. De ellas mismas tienen que venir los recursos para una teologia de liberaci6n para las mujeres asidticas. Cuando las mujeres asidticas empecemos a tomar nuestras experiencias con- cretas de vida como la fuente més significativa para cons- truir, para nosotras, estructu- elegir a las mujeres menospreciadas de Asia como el contexto primario de mi teologia significa elegir hacer una teologia que rinde Ca ero) Cosel rere ras de significado religiosa, sdlo en ese momento seremos libre de toda autoridad reli- giosa impuesta desde afuera. Las mujeres asiaticas de- bemosconfiarennuestros pro- pios sentimientos y juicios, utilizandolos para desafiar las normas establecidas que de- finen el bien y el mal. Nues- tras experiencias concretas, histéricas, cotidianas tienen que ser la prueba final de nues- tra teologia. Una ensefianza 0 una practica religiosa que pro- vee un poder de vida a las mujeres asiaticas para susten- tar y liberar nuestras vidas es una “buena noticia”, un evan- gelio, para nosotras. Pero sila practica o la ensefianza nos hacemorir, entonces es “mala noticia”. Nosotras, las comu- nidades de resistencia y lucha de las mu- » jeres asiati- cas debe- mosdefinir el sentido de nuestra _ liberaciéne - integridad. N#28/99 CON-SPIRANDO'® 11 EL DESEO DE POLITICA: tras la figura de la madre simbolica El deseo de politica apa- ee Doeuepey* rece tanto si se habla de de- recho como de sexualidad, de practicas 0 de instituciones, de relacionesen lasque damos autoridad a otra mujer, o de autoridad en general—y es un micleo originario: esté en el origen del feminismo de la diferencia, define su distancia del feminismo de la eman- cipacién y de los derechos. Segun se van haciendo visibles, en los grupos de auto- conciencia, los aspectos de la vivencia femenina que frenan elcaminodeldeseo—secuestro masculino de la i sexualidad, difi- eis) fol ols Rol- al Hallale) cultad de expre- ree Re ele} sion, desorden en ete Rue ne lastélacionsscan: Cee ee 1a otra—la pricti- be loweeey ay a CT ca psicoanalitica tenet an a peareneren nepeenincnene ened: tte il pa Pememer ee para “desconge- lar” el cuerpo y la palabra, construir la relacién entre mujeres, mirarle la cara al fantasma de la madre. De la forma dispar por excelencia * Ida Dominijanni es integrante det Colectivo dé Mildn. El presente texto estinextracto desuarticulo“Eldesode Politica”. 12. @ CON-SPIRANDO N°28/99 de Ja relacion analitica llega juz para aceptar y para poner enpractica esa disparidad que “es fatal encontrar” en cual- quier grupo o relacién hu- mana, que la politica mascu- lina ordena desde siempre en roles y jeratquias, y que en los grupos del primer feminismo, habitados por la utopia idea lista del igualitarismo, no se supo cémo elaborar y cana- lizar. En cuanto al fantasma materno, la autoconciencia puso muy pronto enevidencia que el grupo de mujeres reac- tiva inmediatamente, y de manera analoga a la transfe- tenciaanalitica, larelaciénde la nifia con la madre, y que esta intrincada vivencia de amor-odio, deseo-agresividad, actiaen el modo deestaren el feminismo o en el rechazo de muchas a formar parte de él. Estamos, como siempreen el mejor pensamiento de la diferencia sexual, enel micleo de las cuestiones de la moder- nidad tardia y, en particular, enunacuestion: ladelestatuto de la politica después de la irrupcion en laescena del siglo XX del sujeto encamado, que con un solo gesto duplica al individuo en hombre y mujer, complica su racionalidad con eldeseo yconel inconscicnte, desplaza sucorporeidad de los limites de lo bioldgico a la interfaz de lo simbdlico. No se ve todavia en el ho- rizonte una reflexion mas- culina sobre como la politica de fin del siglo resiente su feustrada interiorizacion de la revolucién de principios de siglo sobre el estatuto del su- jeto; pero no es casualidad queparta de aqui el feminismo de la diferencia, y que aqui encaje su critica de la politica. Figuras La mujer muda, la his- térica, la madre simbélica: estas son las figuras claves. Figuras originarias, que encar- nan los sintomas de una con- dicion femenina irreductible a la racionalidad politica cla- sica de los paradigmas de la emancipacién y de la libera- cidn. Lia Cigarini lo dice asi en uno de sus escritos: “El retorno de lo reprimido ame- naza todos mis proyectos de trabajo, de investigacion, de politica. zAmenaza...oeseso Io realmente politico de mi, a lo que dar alivio, espacio? El mutismo hacia fracasar, negaba esa parte de mi que deseaba hacer politica, pero afirmaba algo nuevo. Hubo un cambio, tomé la palabra, pero estos dias he entendido que la parte afirmativa de mi estaba ccupando otra vez todo el espacio. He llegado al con- vencimiento de que la mujer muda es la objecién mas fe- cunda en nuestra politica, Lo “no politico” excava. tineles que no debemos rellenar de tierra”. La politica de las mujeres noteme los vacios y los cruza: es en e] vacio donde nace lo imprevistoy lacarencia puede volverse recurso. Efectiva- mente, cuando “la objecién de la mujer muda” logra hacerse oir, queda expresada “la carencia que no es culpa de nadie sino deseo de algo”. dando voz.a“esa parte de cada mujer que no acepta ser des- crita, ilustrada, definida por nadie” y que, enparticular, no se deja representar en la con- dicién, carente por definicién, de la oprimida. La figura dela mujer muda abre asi la puerta auna subjetividad descargada de la dialéctica amo-esclavo, yauna politica ya no movida porel victimismoreactivosino porel descoactivo, desarman- doel paradigmadelaopresion con sus corolarios de repre- sentacién femenina en De Und ee eter Rela Oren) Fee EE ied eee cy Dette al ele alee pero que, por otra parte, Denes tod Fence error régimen de miseria y de representacion politica en régimen detutela. (cf. Libreria de mujeres de Milan, Nocreas tener derecho, Madrid: Horas y horas, 1991. 117 ss). La profecia de la histérica Laafasia dela mujer muda es sintoma histérico clasico. De la critica “de la economia histérica” (y de su interpre- N128/99 CON-SPIRANDO® 13, tacién psicoanalitica tradi- cional)elaborada por el movi- miento de mujeres, habla am- pliamente un escritoviejopero muy actual de Luisa Muraroy Zulma Paggi, indicando por qué viasla figura de la histérica asume una importancia inau- gural en el feminismo, Por un lado, anuncia la tendencia de las mujeres a entregarse con generosidad desmesurada al apoyo de grandes causas legi- timadas y legitimadoras (ma- ternidad y maternaje social), en detrimento de sus propios deseos: es Ja actitud en la que el rasgo histérico femenino se abre una concepcién de eRe lel Ri uel Cerrito Sea Casas ad como figura estatica de Ree a Ema] admiracion, y adn menos POUT ne eis manifiesta “normalmente” en el hacer social. Por otro lado, relacionado con éste, la histérica anuncia la necesidad de la mediacién femenina. Histérica es, efectivamente, como dice la etimologia, la posicién--frecuentisima—de la mujer que se queda tan apegada al Utero materno que busca, en la vida adulta, so- lamente sus simulacros y réplicas decepcionantes 0, al contrario, ocasionescontinuas de rebelién contraeste apego. 14. ©-con-seinANDO N'26/09 Por sex tal la importancia emblematica de esta figura, se entiende que le corresponda una tarea crucial para la estrategia de la libertad femenina. Enel origen, indica la histérica, hay una depen- dencia de la madre, no reconocida y no claborada; una deuda abierta, una con- tratacion fallida, una media- ciém que no se dio, que hace fracasar larelacion primaria y se repite en las relaciones sociales subsiguientes. Y aqui se abre la segunda puerta, en la secuencia decisiva de la practica de la diferencia: gratitud para con la madre real, cons- truccién de la madre simbélica como figu- ta de la relacién de intercambio, via de acceso a la autoridad fernenina. Hacia una concep- cidn de la auteridad femenina Alpuerto delama- dre simbéllica y dela autoridad femenina se llega a partir de una necesidad y atravesando una contradiccién. La nece- sidadesde caracter definitivo, yaque pone en juego laopcién entre el contacto con la rea- lidad 0 el delirio, y crece en esas miujeres—nosotras, las “feministas histéricas” en persona—que han rechazado las Gnicas perspectivas que se oftece a las mujeres en las sociedades tardopatriarcales: 9 el destine biologico tradi- cional o la homologacién progresiva con los modelos masculinos (o las dos cosas juntas, hablando de desme- surada entrega femenina). Fuera de esta alternativa—la madre simbdlica como forma de la autoridad femenina—se ha escrito en No creas tener derechos, “ma mujer no se vuelve libre sino superflua” y. afiade Lia en su articulo en Madrigale, se arriesga a una normalidad delirante; “sin mediaciones dadas, corremos el riesgo de perder todo con- tacto con fa realidad” (p. 134). Una vez rechazadas las “mediaciones dadas”—des- tino de esposa y madre, mi- mesis masculina—se vuelve, pues, indispensable inventar otras, fuera de la economia patriarcal: “entre mi y el mundo otra mujer, entre mi y oftta mujer el mundo”. Pero aqui se introduce la contradiccién. Porque detras de las otras mujeres, para cada mujeresté lamadre, y laexpe- riencia de la relacién con la madre puede ser experiencia de una mediacién fallida, ge- neradora no de libertad sino de frustracién y de subalter- nidad en la ley del padre: Ja madre es el origen del entre- mujeres, pero ¢s también cl fantasma recurrente de su fracaso en potencia. Escribe Lia: “De hecho nos encontra- mos en ta contradiccién de saber que es necesaria la po- tencia matema para actuar y pensar libremente en e] mundo, pero que, por otra parte, muchas mujeres la sientencomo opresivay aplas- tante. Otras quieren configurar simbélicamente la mediacién sexuada peropiden un nombre que no sea madre, porque la madre real oprime a la hija y, por tanto, ese nombre no va bien” (p. 132). El nombre nuevo sera entonces madre simbélica y, como todos los nombres nue- vos, marcard un desplaza- miento en el lenguaje y en las cosas. Solo que este desplazamiento no es inmunealaregresi6n, que est4 siempre al acecho en latentacién de volvera darlecuer- po a la madre sim- bélicabuscéndoseuna mujer en la cual per- sonificarla, Aclara Lia: “Yo creo que ha habido confusién sobre este punto. He oido decir muchas veces: esaesmimadre simbélica. Y me costaba trabajo hacer entender que no hay entre nosotras madres simbdlicas de carne y hueso, porque la fi- gura de la madre es propia del orden simbélico, no de una realidad de hecho (p. 136). Lamadre simbélica funda, pues, la genealogia femenina, instituye el movimiento de la disparidad y de la mediacion entre mujeres, pero no se en- cara en ninguna mujer. Este es un punto crucial porque abre una concepeidn de la au- toridad femenina como figura dinamica del intercambio, no como figura estatica de la obedienciao dela admiracién, y atin menos de la dependen- cia. Precisamente como figura simbélica y no encarnada, la autoridad femenina es “un bien comin” al cual “todas pueden acceder para realizar libremente en el mundo sus deseos” (p. 135). Nosirve, pues, para poner en marcha rela- ciones jerarquicas de poder ni telaciones afectivas de cap- tacién, sino relacionessociales decontratacién entre mujeres, entrelazadas reconociendo la una el mAs de la otra: y ahora de una, ahora de otra, segan la estructura movil de los deseos plurales, no la fija de la autoridad personificada e idealizada (pp. 136, 160-161). Relaciones de intercambio, decontratacién: es esto y nada mas lo que escasea entre mujeres. No faltan ni afectos nirencores, amores y envidias, promesas indestructibles’ y chantajes cruzados, ni el tra- bajo perenne de la autocon- ciencia sobre los buenos y los malos sentimientos. Falta el intercambio material, men- surable, donde se verifica qué es lo que la relacién pone en juego, con qué finesy con qué resultados, y si consigue li- berarel deseo femeninoy darle curso, 0 si, por el contrario, se va a pique, retrocediendo de practica social a promesa privada + N#28/99 CON-SPIRANDO® 15, Nie ce Saint Phate Todas se Hamaban amazonas en el jardin te- srestre, en la edad de oro, y las madres y las hijas no eran distintas las unas de las otras. Vivian en armonia y compartian sus placeres, Se contaban sus gestas y hazaiias. Se comunicaban los lugares tranguilos y hermosos del jardin terrestre e iban a verlos. Cazaban juntas. Recogian juntas los frutos de los Arboles y erraban juntas. No habia limites para sus aventuras y la edad carecia de sentido. Todas se concebian como amazonas. Con los primeros establecimientos en las ciu- dades las cosas continuaron igual. Las amazonas vivian mas tiempo lejos de tas ciudades que cn su interior. Las presas cazadas o los frutos recogi- dos como alimento eran preparados en el campo y se realizaba una fiesta donde todas participa- ban. Sucedia muchas veces que la ciudad quedaba completamente desierta y vacia durante varios dias, Después leg6 una época en que cierto nimero de hijas y de madres dejaron de complacerse vagando por el jardin terrestre, Permanecian en las ciudades mirando como engordaban sus vientres. Esta ocupacién -dijeron- les proporcionaba gran- des satisfacciones. Las cosas fueron tan lejos en este aspecto que rechazaron ocuparse de otra cosa. Sus amigas les pedian en vano que las acompafia- ran en sus viajes: siempre tenfan un nuevo vientre para mirar crecer. Fue asi que adquirieronel nom- bre de madres. Y, entonces, se inventaron epitetos comvenientes para esta funcién, “madre-la-plena, madre-aquélla-que-engendra”. Asi aparecié la pri- mera generacién de madres estéticas, que se nega- 16 econ-spinanDo Ne28/99 Lg TODAS SE LLAMABAN AMAZONAS ron aabandonar las ciudades. Llamaron alas otras, hijas eternas, inmaduras, amazonas. No las recibian amablemente cuando volvian de sus viajes, no escuchaban sus relatos de deseu- brimientos o de exploracién. La alegria de la caza, de la recoleccion de frutos y de vagabundeo habia desaparecido. En aquellos tiempos, las madres ne tenian in conveniente en Hamarse amazonas. Madre era una palabra que las errantes conocian, aunque no la habian empleado casi nunca, En cuanto ata palabra mujer, que pretendia abarear todo el concepto de su razay designabaal mismo tiempo a aquellas que no habian parido, 2 aquellas que parian y aaquellas que paririan, era un término extremadamente rato para las amazonas, tanto como su contexto. Cuando la palabra empezéa ser empleada en el contexto de su funcién de madres, las madres se ilamaban mujeres, simplemente. Pero cuando lo aplicaron a aquellas que llamaban las hijas etemas y que no pretendian fimitarse a una funcion tnica, ‘enese caso las apodaron mujeres-guerreras, muje- res-cazadoras, mujeres-errantes, mujeres-amantes. Las amazonas se negaron a establecer esas di tinciones y categorias. Rechazaron por completo las palabras mujer y madre. Sabian bien que eran guerreras, amantes, errantes, cazadoras, todo, y se complacian en ello. Las madres y las amazonas comenzaron a vivir separadas. Fuente: M. Wittig y S. Zeig, Borrador para un diccionario de tax amantes, Ed, Lumen, coieccién Palabra menor, 1976, Recuerdo ese dia como si fuera ayer. Yo estaba sentada en mi primera clase de post- grado, la mafiana después de la celebraci6n de mi cum- pleafios mimero 45. Me sentia algo cansada después de conducir 300 km. desde San Diego, California, hasta Los Angeles, para empezar mises- tudios de maestria en espiri- tualidad feministaenelImma- culate Heart College Center. Respiré hondo y me acomodé en mi nuevo ambiente. Por dentro respiraba agitada, sin- tiendo comosihubiera viajado durante varias vidas. * YeYere fees tedloga ecofeministadel cuerpo. Este articulo es unaparte de un ‘exto inédito en proceso llamado “CuerpoPaz: ritos de resistencia, empoderamiento y solidaridad”. Traduccién: Imogen Mark il (TEOLOGIA Ye Yere Ife* Nuestra instructora, Sarah Forth, empezé el curso conun video en el que Chung Hyun Kyung presenta su famosa letania, “Ven Espiritu Santo, renueva toda la creacién”, en Canbe- ra, Australia, en laSép- tima Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias. Chungrealiza alliun rito y una danza tradicional de Corea mezclados con sonidos y movimientos de la gente nativa de Australia. Fue como un hechizo. En ese momento el tiempo se detuvo. Supe desde el fondo de mi ser que tenfa que bailar mi teo- logia. Adiviné ahi mi futuro. Un afio después conoci a Chung en un curso sobre teologia de las mujeres asia- ticas, donde nos ensefié, entre muchas otras cosas, un t’ai chi feminista, sembrando, asi, Ce era relole Preceded Ce keel Ly acto politico que produce fee enn eccraa semillas para mi trabajo. En Ja misma época mi camino espiritual me Ilevé a conocer gente que practicaba Yoruba/Lucumi, una religion afrocaribefia. El baile y el canto estén integrados a su practicareligiosa. Lacomuni- 1N28/99 CON-SPIRANDO © 17 Teri Ruth Unger dad rinde homenaje a las deidades a través de bailes tradicionales. Los dioses y las diosas llegan bailando. Usar eleuerpo pararezarme pareci6 completamente natural. Otra vez, fué adivinado mi futuro, Bailes sagrados Mientras recordaba mi fu- turo, me acerqué a mi pasado. Grabadas en mis huesos, como las inscripciones ancestrales en las cavernas, hay historias de pérdidas, dolores, heridas yrupturas. Micuerpocontiene memorias personales y co- lectivas del abuso y la vio- Dinah. Por alguna raz6n, se me hizo imperativa la nece- sidad de conectarme con su historia y con otras historias de violencia contra las mu- jeres, a través del movimiento de mi cuerpo. Bailé y bailé hasta que nome quedaron mo- vimientos. Jadeando, senti a Dinah y todas las Dinahs en mis huesos. Me senti a mi misma. Entretejidas con el dolor hay historias de celebracién. Micuerporecuerdael goce de hacer el amor, de parir, de bafiarse en el rio, amar a un padre agonizante, participar en marchas de protesta, ca- bailo mi teologia y batlo mis oraciones en un estilo de movimiento que he bautizado “CuerpoPaz/ CuerpoOracién” y que incorpora Ia forma feminista del tai chi, el espiritu del baile tradicional, y los movimientos improvisados que emergen desde el interior de la comunidad que baila lencia de sociedades miségi- mas que rechazan nuestra sacralidad. Mi cuerpo contie- ne también la protesta. Des- cubri esto cuando hice una lec- tura feminista de la historia de Dinah, en la Biblia. Dinah sale de su campamento y es violada. Esta historia me pro- vocé nauseas. Subitamente, supe que ten{a que bailar a 18 © CON-SPIRANDO N#28/99 minar con una anciana, sentir Ja brisa del mar. Mi cuerpo contiene promesas. Una tarde, al principio de la primavera, dos amables mujeres planta~ Ton, para mi, un jardin muy colorido. Otra vez, senti la necesidad de bailar el acto del cual fui testigo. Bailé la tierra, sus conversaciones mientras trabajaban juntas, nuestras esperanzas y nuestros suefios acerca del significado de la primavera. Lo llamé “El baile del jardin: un nuevo mito dela creacion”. El “Baile del jardin” sem- bré mas semillas. Ese verano asisti al “Jardin Compartido” en Washington, EE.UU., y conoci a Judy Ress, quien ha- bl6 con pasion sobre ecofemi- nismo, y-a Josefina Hurtado, las dos del colectivo Con-spi- rando. Eljardin compartido” era una metifora para una metodologia participativa de hacerteologia, trabajando des- de nuestras vidas cotidianas y nuestros cuerpos. Enuna char- la Josefina dijo: “El cuerpo es el lugar donde se encuentran registradasnuestrasmemorias ynuestras historias—las mar- cas de la violencia, del ham- bre, de la tortura, la viola~ cién—y también las experien- cias de placer y de amor. Trabajar desde nuestros cuerpos nos permite escuchar las memorias, traerles al presente, sanar nuestros dolores, y cclebrat nuestros cambios”. Unas con otras, intercambiamos nuestras formas de movimiento. Mas semillas. Lo que yo descubri por el. movimiento y el baile corre- bora las palabras de Josefina. Tenemos acceso a nuestras historias personales y colec- tivas. Nuestros cuerpos con- tienen mucha sabiduria, muchas expetiencias que piden a gritos ser articuladas. A través del movimiento podemos dar voz a nuestras vidas y honrar lo sagrado en todas las vidas. Lo que puede ser recordado, también puede ser restaurado, renovado, re- mirado. Chung Hyun Kyung lo sabia. El pueblo Yoruba lo sabia, Josefina y Judy lo sabian, Y en el fondo de mi, yo también lo sabia. Ahora, después de einco afios, mi jardin esta totalmen- te en flor. Bailo mi tealogia y bailo mis oraciones en un estilo de movimiento que he bautizado “CuerpoPaz/Cuer- poOracién” y que incorpora la forma feminista del t’ai chi, elespiritadel baile tradicional, y los movimientos improvi- sados que emergen desde el interior de la comunidad que baila. “Cuerpo Paz/Cuerpo Oraeién” utiliza movimientos sencillos y repetitivos para hacer las paces con y para nuestros cuerpos, el cuerpode la tierra, et cuerpo global. Albailar danzas religiosas yalobservarel video de Chung Hyun Kyung he descubierto algunoselementos rituales que las hacen distintas a los bailes seculares. Tal como los cuatro elementos, tierra, aire, fuego y agua son interdependientes y sostienen e!] universo, también forman un conjunto los cuatro elementos del baile sagrado. Las danzas sagradas se hacen en espacios rituales, con un propésito que va mas alld de nosotras mismas, con una intencionalidad espe- cifica, y en el contexto de una comunidad. CuerpoPaz/CuerpoOracién “Espiritu movedizo del aire, mientras nos movemos a través de los cambios, senti- mos tu presencia”, cantamos una y otra vez, acompafiando el canto con gestos que nos levanal espacio sagrado, limi- nal, donde lo no-visto puede entrar, dondehabitael espiritu, donde se siente la presencia delo Divino. En“CuerpoPaz” creamos ambientes rituales para poder distinguir entre lo comin, lo de todos los dias, y loextraordinario. Lo hacemos cuando cruzamos los portales de iglesias, templos, sinago- gas. Lo hacemos en los bailes rituales. Deliberadamente, creamos oportunidades para que lo misterioso se revele, para que las diosasentren, para qne los ancestros bailen entre nosotras, para habitar en el Espiritu Santo. “Espiritu poderosodel fue- go, aytidanos a encender la Justicia que deseamos”. Los bailes sagrados tienen un pro- posito que va mas alla de nosotras misinas, sinembargo, nos son intrinsecamente propios. Surgen de nuestra experiencia, para tansfor- marnos a nosotras mismas ya la sociedad. Enlas sociedades patriarcales, hacer las paces con nuestros cuerpos es un acto politico que produce poder personal y social. Internalizamos mensajes de tesistencia a las ideas domi- nantes, y eso produce nuevas accionesdeempoderamiento. Estos mismos cuerpos, des- preciados, violados, hechos a imagen de los pafrones pa- triarcales de belleza, pueden serusados como afirmaciones de poder. Sere ere org ea bielel UR anisole rituales, con un Peck arene Clete sites ee a a lala elo ie) Cae contexte de una Peel ils lol) “Espiritu fluido del agua, sananos y bendicenos, somos tus hijas”. Bailamos las inten- ciones. Desde siempre las culturas han ocupado el poder del baile para asegurar que la caza sea fructifera y segura, ara Las buenas cosechas, para iniciar a los/as jovenes. En “CuerpoPaz” nombramos nuestros intenciones perso- nales y comunitarias, Algunas nezeies CON-SPRANDO® 19 bailan para sanar enfermeda- des, alguien baila para sanar el consumismo, otras, para terminar con la violencia. “Amado espiritu de la tie- 1a, danos poder para todo lo que parimos”’. Los bailes reli- giososse hacen encomunidad para dar poder alos valores de lacomunidad, pararepresentar Jos mitos que se tienen en co- tico que sana las heridas, honra lo sagrado y trabaja por la justicia. Sentirme contac- tada con mi poder espiritual, sexual y social, proveenuevos modelos para hacer justicia. Ahora, alos 50 afios, bailo en solidaridad con mujeres de toda la tierra que tienen ne- cesidades e intenciones de transformacién similares alas mias. Estamos bailando nue- vos mitos, reen- marcamos la his- toria, enfatizando loscuerposdemuje- Tes y cuerpos de pensamientos. Usa- mos nuestros cuer- min. Bailamos en comunidad para empoderar nuestras vi- siones. Bailamos con otras mujeres por los temas de las mujeres, moviéndonos hacia Ja solidaridad de cada unacon la otra. Generamos el poder de renovar, inspirar, invocar, Cuando bailé en Chile con mis ‘compafieras en la casa de Con-spirando, una mujer del grupo se conecté en un nivel muy profundo con su cuerpo y con la nueva informacién que se le ensefiar y sanar. posen formas sagra- estaba revelando. Este puede ser un . ‘CuerpoPaz/Cuerpo Ora- das, erdticas, politi- “momento de verdad” que es, simulta- cién” oftece un vehiculo que cas. neamente, atemorizador yconvincente. Sabemos que algo muy profundo est emergiendo. La emocién sigueal baile, ellenguajesiguealaemocién,amenudo _ dado voz.a lo sin voz. En su caso, ella eligié desacelerar el proceso, acorde con su sabiduria interna, Ella sabia que esto que estaba pariendo exigia segu- ridad. Eligi¢ esperar y mirar,atendiendo nos ayuda a conectamos con Jasabiduria de nuestro cuerpo ydelatierra."*CuerpoPaz/Cuer- poOracidn” estd enraizado en Ja historia, incorpora los ele- mentos de los bailes sagrados tradicionales, y su intencién es promover la justicia en el Arrojemos color a las sombras. Jun- tas podemos convo- car el poder del cambio a través de comunidades de baile, y “adivinar” un futuro que em- Ambito personal, en lo social _ poderaalasmujeres, su propio nacimiento con el cuidado de yen latierra. Porque escuché _bendice a los nifios, una partera experimentada. Fue una los silencios espirituales, tra-__ dignifica a los hom- sacerdotisa para simisma, convocando bajé desde mi propio cuerpo, bres y afirma la un Misterio desde el fondo de su ser. escuché las voces de los/as creacién entera. ancestros/as, losespiritus,los/ Creemos Ictanias al as ancianos/as, las mujeres, me incliné hacia la presencia Espiritu con nuestros cuerpos transformando el dolor en de Dios, mi vida es rica en propésitos. Doy gracias ala- bo a mis profesores/as. Doy gracias y alabo al Espiritu de Ja Creacién. Hace afios atrés, cuando me di cuenta que necesitaba bailar mi teologia, elegi ser parte de un movimiento poli- 20 © CON-SPIRANDO N°20/99 poesia y oracién. Responda- mosa las Ilamadasa la accién con nuevos modelos de paz. Estos son nuestros cuerpos, esta es nuestra sangre. Haz esto en nuestra memoria. @ Desde el rechazo de los cultos cananeos de la fer- tilidad en el Antiguo Testa- mento, la idea de que la se- ‘xualidad puede ser espiritual se ha vuelto un tabii—por lo menosanivel oficial. Aunque losreyes de Israel persisticron en los rituales sexuales de los cananeos, construyendo cuar- tos para prostitutos mascu- linos en el Templo de Jeru- * Lene Sjerup, tedloga ferninista, in- vestigadora—permanentemente’ co- laborando en este quehacer con-spi- rativo. Actualmente viveeaDinamarca entre ciudad y campo, Este articulo es Parte de su libro Oneness, A Theology °f Women's Religious Experiences, Pecters, Leuven, 1998, Traduccion ba edicién: Ute Seibert. salén, la sexualidad ritual fue condenada después del exilio en Babilonia. El exilio mismo fue interpretado como un cas- tigo por rendir culto a otros dioses que no fueran Yahveh. Con el tiempo, la sexualidad ritual fue condenada aunque Yahveh, en algtin momento, también fue reverenciado a través de la sexualidad. Esta experiencia sexual religiosa no pudo ser borrada del todo. Lagente siempre supo de ella, aunque a veces se la relacioné con el pecado, la vergiienza y lafemninidad, sobre todocuan- do, de Agustin en adelante, por razones politicas, los mo- vimientos ascéticos fueron Claudia Roman usados como normativos. Al- gunos Padres de la Iglesia establecieron una equivalen- cia entre la sexualidad y la feminidad, la sexualidad y el cuerpo, y el cuerpo y Ia natu- raleza. Para ellos, las mujeres no fueron creadas a imagen de Dios, porque Dios—y los hombres—eran puro espiritu. A través de la sexualidad fe- menina nacié el pecado ori- ginal que hizo necesaria la mucrte del hijo de Dios. Las mujeres sélo podian salvarse através de la maternidad 0 la virginidad, y preferiblemente, como Maria, por ambas. Pero, {qué significa la se- xualidad para laespiritualidad N#28/99 CON-SPIRANDO® 21 de las mujeres, hoy? ;Tiene la teligién un aspecto sexual? Pardbolas del cuerpo Algunas mujeres, influen- ciadas por el movimiento fe- minista y larevolucion sexual de los sesenta, mencionan la sexualidad, casi tan casual- mente como Ja naturaleza, como un vehiculo de expe- riencias religiosas, aunque reflexionan més sobre ella. Dice Michelle de Beixedon “Pienso que la sensacién de lo sagrado y el sentido de su presencia en la naturaleza, de alguna manera se tradujo, para mi, mas tarde en mi vida, en la Pelee Rta) experiencia de unidad con UR ona) Dens ee Tm] erates eres Demise ee dary relies sexualidad; anteriormente habia sido un poder mucho mas confuse que yo relacio- naba con la tierra. Mientras antes habia experimentado una sensaciénde fusion conel mundo natural, de forma tal que los limites entre mi y cualquier cosa diferente demi sedisolvian, mas tarde ubiqué estetipo depoderde comunion en el encuentro con otros individuos. Cuando legaba a una relacién intima, en un nivel muy profundo que 22. scomspmanno Nez8r99 incluiami sexualidad, parecia que un fenémeno similar ibaa ccurir, sélo que, en algim sentido, era menos satisfac- torio para mi que la relacién mas amplia con el mundo na- tural. Habia un elemento de riesgo involuerado al experi- mentar algo tan poderaso en Jas relaciones humanas, un riesgo que no estaba presente en larelaciéncon laasi Ilama- da naturaleza inanimada, Esto estuvo particularmente rela- cionado con la experiencia de unidad y disolucién en el orgasmo, pero més significa- tivamente atm estuvo rela- cionadoconaquello que llamo comunién espiritual, donde alcanzaba un vinculo o una conexién de caric- ter muy profundo con otra persona. Y eso fue mas importantepara mi, que la expresién fisica de unidad”, Pareciera que la ex- periencia de unidad con la naturaleza durante la nifiez es reemplazada por la unidad en la se- xualidad. Hay una pérdida de limites que es similar. Sin embargo, las experiencias sexuales, segtin Michelle de Beixedon, son més riesgosas porque muchas veces hay otra persona involucrada. ‘Los cuerpos parecen tener una sensacién de unidad mas alld de lo que puede ser for- mulado racionalmente, o incluso ser puesto en palabras. E] contacto, al igual que el que se da de manera prafimda con la naturaleza, wasciende los limites del lenguaje. Ambos inyolucran la comuni- cacién no-verbal. Un contacto amoroso transfiere una iden- tidad que alcanza fuerzas de amor més lejanas, mientras uncontacto con odio destruye la identidad. Charlene Spretnak dice que las sensaciones post-or- gasmicas pueden, para algu- nos, asociarse a una debilidad y vulnerabilidad exagera- das—la “pequefia muerte”. Para ella, sin embargo, son “pardbolas del cuerpo” de ver- dades mas profundas: “Para mi, enelestado post-orgasmi- co parece como si no existie- sen muros; las estructuras divisoras simplemente desa- parecen y se disuelven, lo que se corresponde exactamente con la metéfora utilizada para describir la experiencia de las. personas en muchos tipos de meditacién. Los limites del cuerpo parecen disolverse, y tia percibes vibraciones y una sensacion de expansion”. El amor sicmpre ha sido relacionado con Dios, pero muchas veces de una manera palida, desapasionada. Las personas, evidentemente,pen- saban que un amor apasionado. iba a contaminar la imagen de lo divino, aunque eso ¢s lo quese encuentra enel “Cantar de los Cantares”, en el mis- ticismo medieval y en las descripciones de la iglesia como la novia de Cristo. Muchos tedlogos han inten- tado mantener alejadoel amor sexual de la imagen de lo di- vino. ,Por qué? E] lado exaltado de la sexualidad es, como dice Sallie McFague, no slo placer, sexo y pasion. Es la sensacién de que la otra persona vale porque es la que esyque ti misma recibes valor porque eres vista como la per- sona que eres. Mirarte a ti misma a través de los ojos de tu amante significa llegar a ser amable. Dios es nuestro/a amanteporque¢V/ellanosmira y nos ama tal como somos. Nacimiento/parto Muchas mujeres hablan también de experiencias reli- giosas relacionadas con dar a luz. Ninguna se ve a si misma enel parto como “a las puertas del diablo”, una nocién que encontramos en al autor pa- tristico Tertuliano del siglo II. Alcontrario: daraluzles abrio el acceso a lo sagrado. Dice Charlene Spretnak: “Cuando tuve mi bebé vivi algo como un shock positive. Hablaba mas fuerte de lo necesario y veiatodas las cosasenel cuarto desde diferentes perspectivas. Era como si yo estuviese no s6lo en mi cuerpo sino dentro de todo el cuarto”. Para Char- lene Spretnak, el nacimiento fue una confirmacion de la unidad, no sélo porque se sintié como si su cuerpo Ilenara el cuarto entero, sino en el sentido de que alcanzé un conocimiento especial después de haber dado a luz: “Cuando algo esta naciendo desde mi propia carne, los limites entre yo y no-yo se vuelven un poco borrosos, Cee etn Pieced tet Ceres muros; las estructuras Cee cu! desaparecen y se Cen em eke teed Este es otro Beer Bere kul ejemplo que | ESE tee. | dequeloquefue, nos permite | PRES fetes algunavez, reci- entender la keene eae birlacomunién, naturaleza parcial y mu- chas veces arbitraria de los limites. Para Charlene Spretnak dar a luz es, claramente, una experienciareligiosa: “Lo que realmente me gustaria ver es que las mujeres comiencen a hablar mas acerca de qué significan estas experiencias corporales realmente para ellas. Tal vez, tener un bebé haya sido una experiencia es- Career eer ete) Si es asi, ipor gen de Dios co- mo amante 0 como creador mientras, al mismo tiempo, se esté despreciandoelnacimien- to, como ha sucedido en el mundo occidental durante mucho tiempo, no sélo es contradictorio, sino una vision: distorsionada de lo divino. No se puede separar el amor del contacto fisico del cual el nacimiento es un continuum. 'N®28/99 CON-SPIRANDO @ 23, Los cnerpos, no las palabras, crean vida, Cuidarla vida tiene lugar a través de un contacto amoroso, dando comida, cam- biando pajiales, un cuidado fisico cuyo origen viene de Jas fuerzas biolégicas de la sobrevivencia. Los escritores del Antiguo Testamenta que Incharon contra el culto cananeo de As- tarte, !a diosa de la fertilidad, no miraban en menos el nacimiento de los nifios. También ellos loconsideraban sagrado. Aunque hayan usado imagenes tomadas de la autoridadterrenaly patriarcal, hablaban también de los pechos y del utero de Dios. El nacimiento podria ser usado como el imaginario de un poder mayor con el que las mujeres tienen contacto. La Diosa dando a luz y la Gran Madre son imagenes de lo Oe ne seri Se ole Rais eu Meco eee e cen) CO Ca) Pere ee: Cee ea ac Soe aa ek) be Mee eek ace ay ees) Drea eg eT rolmitLiete) divino que provienen de la experiencia humana de cuidado y amor fisico. Sin embargo, este imagi- nario tiene sus limites. Dios 24 © CON-SPIRANDO Wiz8/09 noes madre al igual que Dios no es padre. La imagen es un intento de comprender. No puede-contenerlasagradoque, como lo muestran las expe- riencias del nacimicnto, es algo sobrecogedor, muchas veces expresado simbdlica- mente después de que una barrera fisica se rompio. Y sin embargo, las imagenes a travésde lascualesintentamos expresarlosagradotienen una gran importancia porque implican éticas, normas sobre cémo debemos actuar. Mientras la imagen del Dios todopodcroso patriarcal de- manda sumisién, la Diosa que da a luz y la Gran Madre de- mandan empatia con todo lo viviente. La relacién con la madre y el misticismo Algunos investigadores han creado un terrible imagi- nario en relacién a este misti- cismo en tomo a la serie na- turaleza-mujer-sexualidad-naci- miento. ¢Cémo debemos en- tender el hechode que muchas mujeres experimenten este misticismo como extrema- damente hermoso? Una explicacién posible podria ser la siguiente: na- cemos de cuerpos de mujeres, somos sometidas/os por ellas, sumergidos/as en ellas y, para llegara ser un yo, nos debemos liberar de elias. La mujer es el primer contacto con la natu- raleza, el primer contacto con otras personas, el primer espgjo, la primera que exige sometimiento: “El nifio ama sucontacto, su calor, susabor, su sonido, su movimiento, tal como ama la luz danzante, un espacio con textura, suaves cobijas, al igual que Hlegard a amar el agua, el fuego, las plantas y los animales. Y la odia porque, al igual que la naturaleza, ella no lo protege ni provee de manera perfecta. Ella cs la fuente de alimento, calor, comodidad y entreten- cién; pero el bebé, no importa cuan bien cuidado esté, sufre algo de hambre o frio, o algu- nos dolores de estémago, 0 movimientos repentinos alar- mantes, o desagradables esta- llidosderuido, algunasoledad co aburrimiento; y gcamo sa- ber que ella no es también la fuente de estas cosas?”! . La mujer es la naturaleza que el nifio conoce, el centro al cual es atraido y sin el cual no puede vivir. Dondela mujer termina y comienza el nijio hay, como lo dijo anterior- mente Charlene Spretnak, una linea fluida. Para el nifio esta linea coincide con la linea entre la vida y la muerte. Sise Je quita la madre, lacomida, el cuidado, el nifio muere. El miedo frente a eso esté pro- fundamente asentado en el cuerpo. La que dio la vida, también la puede tomar. La Gran Madre es también la Diosa de la Muerte. Puede ser que las raices miastempranas dela misoginia se encuentren en esta depen- dencia fisica de esta mezcla entre mujer, naturaleza, yo, cuerpo, sobrevivencia y muer- te. Llegara liberarse de eso es uno de los mayores logros en Ja vida de un/a nifio/a. La se- paracién de la madre significa Ilegar a ser un ser y mirarla a ella como un ser indepen- diente, un objeto fuera del yo. La separacién y el desa- trollo de un yo independiente no son idénticos para nifios y nifias como muchas psicdlo- gas lo han demostrado (Klein, Dinnerstein, Chodorow, Gilligan). Las nifias deben dejar de identificarse con la madre para llegara desarrollar suyo. Losnifios también, pero adicionalmente, tal como nuestra sociedad esta cons- truida hoy en dia, deben también dejar de identificarse con el género de la madre identificarse con el género del padre, el masculino, La doble desidentificacion del nifiocon la madre podria ofrecer una explicacion del sexismo y el patriarcado global. La mujer esnaturaleza. Ellaes el cuerpo que debe ser conquistado. Ella es la diosa sucia. Su ttero es una tumba. Ella es todo aquello de lo cual el nifio (y el varon adulto) deben escapar: Ja bruja. Para llegar a ser un hombre, él debe enfatizar la autonomia, la diferencia, la separacion dela naturaleza, la mujer y el cuerpo. El debe asegurar la libertad del espiritu y su exaltacién por sobre la came. Tal vez la posibilidad de experiencias misticas provie- ne de la unidad con la madre. La unidad mas temprana con la madre se repite en las ex- periencias posteriores de unidad en la naturaleza, la sexualidad y el nacimiento. Launidad biolégica, que enel primermomento fue una mera necesidad de sobrevivencia, se convierte ms tarde en la habilidad de experimentar la unidad con todo lo que existe. Si el misticismo tiene sus raices en la relacién primaria con la madre, eso podria ex- plicar por qué las experiencias misticas parecen més tipicas de las mujeres. Si la expe- Tiencia de unidad es conocida en primer lugar en la relacion con la madre, y el doble re- chazo de la identificacién con la madre manda a nifios y hombres a la busqueda de matar al drag6n y llegar a ser reyes absolutamente libres e independientesen sus propios dominios, la experiencia mis- tica de unidad se torna dificil para los hombres e incluso constituye una amenaza a la identidad masculina tan ar- duamente obtenida. Todoesto podria explicar el hecho de que parecen ser mas las mujeres que tienen expe- rienciasmisticas gatilladaspor la naturaleza y el cuerpo. Nota: 1 Dorothy Dinnerstein: The Mermaidand the Minotaur. Sexwal Arrangements and Human Malaise, Nueva York, Harper Colophon, 1977, p.95. N28/99 CON-SPIRANDO @ 25 Imagen de Niki volando en alas deltas. Su voz diciendo: “en un principio las musas que me hicieron crear fueron aquellos que me hicieron sufrir, Hoy aia mi arte se nutre del mar, las ballenas, lo que me rodea y me da placer’. Imagenes y texto que hacen pensar en provocaciones a la creatividad: abrir, cerrar, soltar, sanar. ctear para si y porque $i... 26 © CON-sPIRANDO Ni26/99 ‘91pud JUS @P MN, ‘2661 DUC OYA POHEGY Dy Ep foqUD 13 1N#28/99 CON-SPIRANDO® 27 __ muchas veces representada _ como antagonisia de la vida, — Los tiempos que corren Elcontexto social delacas- tidad se hace cada dia mas dinamico. El método anticon- ceptivoritmico, los programas de planificacién natural de la familia, los abortivos quimi- * Joan Chittister, abadesa, monja benedictina y biblista feminista, es conocida por suseseritosy conferencias sobre la vida religiosa ysuinsereiénen elmundo contemporéneo. Estearticulo esta tomado de su libro, The Fire in ‘These Ashes: A Spirituality of Contem- ‘porary Religious Life. Kansas City: Sheed & Ward, 1995. Traduccion: Peter ‘Molineaux. 28 © CON-SPIRANDO Ne28/99 algo que de sociedad que nos La casti ~ el crecimiento y las relacio- nes. Nos hemos hecho mucho mds conscientes de lo que la castidad nos negé y no de lo que la castidad nos permitié. hacer, nos demand6, nos _ provey6. Como resultado de esto, tenemos que repensar completamente el voto de castidad si es que la espiri- tualidad cantemporénea de la vida iosa va a tener como a las mismas religiosas. cos, las pastillas anticoncep- tivas—de cualquier forma que evaluemos alguna o todas las formas utilizadas para evitar la concepcién—le otorgan a las personas el control de una conducta natural sobre la que nunca antes se tuvo control. La teologia de la castidad —en la cual la abstinencia fi- sica es de alguna manera mas espiritual, mas santificadora, que la conducta sexual—se hace cada vez mas sospechosa en un mundo de laicos para Joscualesel matrimonio , mas que limitar, apoya la partici- pacion de una pareja en, por ejemplo, el movimiento paci- fista, el movimiento ecolégico o el movimiento feminista. Como resultado de desa- rrollos tanto cientificos como. teolégicos, el contexto para la discusién del sexo y lasexuali- dad, el matrimonio y el celibato, la castidady el amor, nunca antes habia sido tan significativo. Por primera vez en la historia humana, el sexo puede ser mas que un tabu disefiado para ahorrarle al mundo una cierta cantidad de embarazos no descados. Por primera vezen la historiadela iglesia, el sexo puede ser visto por lo que es—y por lo que no es, Por primera vez en la vida religiosa, el voto de castidad puede ser evaluado desde el punto de vista de la oportuni- dad mas que desde la nega- cién, desde una conciencia de lo que le permite ser a una persona y no desde un punto de vista de lo que le prohibe hacer. Es un nuevo momento tanto en la historia religiosa como en la historia social. Llama a la integracién del cuerpo y el alma mas que a la division entre los dos. Con el disgusto dela gene- racionanteriora ésta,y gracias alanueva tecnologia del sexo, elsiglo XX miraala conducta sexualconmucho mas libertad y, por ende, con mucho mas indiferencia que los siglos pasados. {Sobre qué base, en- tonces, apelar, hoy, al voto de castidad? ;Sobre qué méritos descansa dicho voto? Para qué propésito existe? 4cual, si es que tiene alguno, es su don? La concepcidn de la virginidad Hay una cosa que és se- gura: cualesquiera sean los argumentos que se utilicen para justificar el voto de casti- dad, las ideas tradicionales acerca del sexoy lasexualidad, acerca del voto de castidad y la vidareligiosa, simplemente ya no funcionan. Ha desapa- recido, por ejemplo, lanocién de la vocacion enaltecida por virgenes que habitan un reino semi-cspiritual, liberadas de lacargadesus cuerposyaptas, entonces, para volar con los angeles. Ha desaparecido, también, la idea de la perfec- cién enraizada en la inviolabilidad sexual, como si el sexo mismo destruyera la integridad moral de ia per- soma mas que la injusticia, la violencia y la avaricia. Fi- nalmente, ha desaparecido la nocién de la virginidad como algin tipo de insignia de va- lentia a ser Ilevada al ma- trimonio para probar el valor de una mujer, para asegurar lo que vale, para legitimar a sus herederos. Mas atin, ha desa- parecido la idea de que la asexualidad llevadaalatumba es un signo de impecabilidad humana, de un obsequio total de la vida a Dios. El mundo se encuentraa si mismo, en consecuencia, con una serie de preguntas com- pletamente nuevas acerca de la naturaleza del sexo, el significado de la sexualidad —tanto masculina cémo fe- menina— y el lugar de la expresién’ sexual en la sociedad. {Qué pasa con la idea de la virginidad en una cultura donde las personas Hegan a una congregacién religiosa mucho tiempo después de que su virginidad es historia? La respuesta, por supuesto, cs que la castidad es mucho mas que algin tipo de inviolabilidad fisica, de prohibicién fisica, de control, de ausencia. Castidad: jnegacién del cuerpo y las relaciones? A lo largo de los siglos, superficialidades de todo tipo se vincularon a la conserva- cidn del voto de castidad. La vida religiosa se convirtié en uncjercicio de incorporeidad, enla espiritualidad de los neu- tros, a distancia, a salvo, con miedo. Las reglasreligiosas y los cénones de la iglesia especificaban, mucho después deque las reglas sociales dela misma estirpe hab{an desapa- recido, que las mujeres no podian salira un lugar pablico sin una acompaiiante de su mismo sexo. La vestimenta de las religiosas, arrastrada desde patrones medievales y jamés puesta al dia, cubria e] cuerpo entero, No se exponia piel alguna, no se mostraba el pelo, no se permitian talcos ni jabones aromaticos para el cuerpo. El contacto fisico, in- cluso con los bebés, las flores, y los animales era considerado como actividad prohibida por algunos manuales espirituales. Las flores excitaban los sentidos; los bebés amena- zaban la vocacién. Hasta nuestros dias, nos dicen, los animales hembras se prohiben enel Monte Athos, el monas- terio ortedoxo en Grecia, por temor a que las actividades naturales de la poblacién ani- mal puedan incitar respuestas sexuales en los monjes que alli se encuentran, Bajo tales condiciones, donde la interaccion personal estaba en la parte baja de la escala del desarrollo espiri- tual, donde las amistades en comunidad sdloalcanzabanel contacto cotidiano durante encuentros grupales, donde las religiosas no nadaban, ni bai- Dem RecroEs tad Rete ti ee Meee rd Cre RecN te) Pose rks ee ee Mee rere tel el Delt ie) CO ra) Free tol Es oEC| voto de castidad y ta Cee on simplemente ya no CT laban, ni se sentaban al sol, donde predominaban lassillas con respaldes altos y los ban- cos de madera en lugar de cdamodos mucbles rellenos, el (126/99 CON-SPIRANDO ® 29 cuerpo—que nunca ha de ser complacido, siempre discipli- nado, nunca visto—se con- virtié en el rival, en la barrera para la vida espiritual. El mie- do reinaba. La sensualidad acechaba por todas partes, el sexo amenazaba en todas par- tes y el contacto humano —telajado, intimo yreal—es+ taba en todas partes esperando que se renunciara a él. Para la vida religiosa, los efectos de ese tipo de teologia no podian sino serdesastrosos, Reker Racy Dee as ne Den CM Reto fein eacccd) Pine Resin Teen et conse Ne SE she) sd Deane a een) Lavidaexistiaparasernegada. Elaislamiento y 1a soledad se convirtieron en signos de lo sagrado. El trabajo compen- saba el involucrarse con las personas. La vida en comu- nidad se convirtié en unasunto de desconocidos aprendiendo a Vivir solos en conjunto. La castidad una aventura hacia si misma La letania de negaciones es devastadora no tanto por haber sucedido, sino por no haber comprendido el ver- dadero sentido de la castidad. La castidad se trata, cjerta- 30. © con.spmanno ni28709 mente, de una entrega total a Ja vida spiritual, de no entre- gamnos a un estilo de vida de sensualidad sexual desatada, del auto-control, del auto-co- nocimiento, de la concen- tracién contemplativa en las dimensiones misticas de la vida. Pero lacastidad quehace imposible al amor, que hace imposible laamistad, quehace sospechosa la privacidad e inaceptables los sentimientos personales, contraviene el propésito mismo de la castidad, Lacastidad no se trata de no amar. La castidad otorga una aventura hacia el si mismo por el bien de los demas, quedaunanueva dimension a la vida, tolerancia a las rela- ciones, libertad al alma y disposicién a sus de- mandas. Atravesar los movimientos de la vida sin querer profunda- mente a persona alguna, le toba a la vida religiosa precisamente los motives que nos inspiran a entregar nuestras vidas. La castidad, irénicamente, hace posible el puente entre el si mismo y el resto del mundo al ensanchar el campo de accién, y no al restringirlo. La castidad hace posible el puente a nmiltiples otros. Alabrimos al amor donde- quiera que lo encontremos, dondequiera que nos encuen- tre, la castidad pone a la religiosa en la posicion de ser la persona que se preocupa por ver lo que otros con ojos mas enfocados quizds no puedan ver. Mas que eso, .quizés, la religiosa promete amar li- bremente a las personas para que pueda dejar en libertad a Jos que ama. La religiosa ama sin atar a las personas a ella. Los efectos de este amor pue- den ser asombroses. Por el hecho de haber sido amados libremente y sin expectativa, los nifios pueden aprender a confiar, los adolescentes pue- den aprender a ser indepen- dientes, los propios adultos pueden aprender aamaraotros sin tener que mantenerlos cautivos. Es simplemente amor vaciado hacia fuera, derramAndose. Fs apasionado pero no es apegado. Las emociones en la experiencia de la castidad Lavidareligiosa, cualquier vida, sin emocidn, esta al bor- dedelopeligroso. Fs peligroso tener a alguien sin senti- mientos sentado frente a una consola nuclear. Es peligraso tener ministros de la iglesia que otorgan los sacramentos sin percatarse de las personas que se supone estdn siendo alimentadas por ellos. Es peligrosv tener consejerosque no han sentido dolor ellos mismosni conocido el abismo de la pérdida, ni enloquecido en un sentimiento de alegria. Es peligroso formar a perso- has, que se supone deben ser misticas apasionadas, como robots sin pasion. La vida religiosa no necesita y no se puede beneficiar de “zombis” jeligiosos. Una castidad que transforma a personas espiri- tuales en cemento, hace de la vida espiritual una tumba, y no constituye para nada una invitacion a la resurrecci6n. Suprimir una emocién es suprimirlas a todas. Aquellos que han ahogado sus propios sentimientos no pueden reco- nocer, ni liberar, los senti- mientos de los otros. El prop6- sito de la castidad no es deshacerse de las emociones. Por el contrario, su propésito es dirigirlas por vias que sean generosas y liberadoras. Las congregaciones que sofocan las emociones en el nombre de la formacion re- ligiosa, inhiben el espiritu de la congregacién misma. Y en su lugar, demasiado frecuen- temente, reina la depresion. Los horarios comienzan a dominar las necesidades hu- manas. Se hace mas impor- tante comer a la hora que dar la bienvenida al invitado que llega, mas importante rezar que contestar el teléfono, mas importante ir temprano a la cama que sentarse con las personas en sus momentos de dolor, que celebrar su alegria, que escuchar sus historias. Las personas vienen y van, y nose advierte el regalo que podrian traer y el moho espiritual que podrian disipar. La combinacién de amor y castidad Con frecuencia, lacastidad verdadera proporciona el pegamento que permite que las relaciones se desarrollen en vez de desalentarse. Cuan- doamamoslibremente, somos libres de amar a muchas per- sonas al mismo tiempo, involucrindolasa todas en una ted de amistades que nos fortalece a todas. Liberadas de lanecesidad de poseer, de con- trolar, de absorber, somos li- bres de ver la bondad en cual- quier parte y detener- nos para apreciarla, una a la vez y una después de la otra. Ensefiar castidad y no ensefiar amor es equivalente acnsefiar ejercicios espiritua- les sin ensefiar a Dios. Es un proceso puramente mecéni- co que no Ileva a ninguna parte y no tiene razon de ser. La combinacién de la castidad y el amor bordea lo pe- ligroso, por supuesto, para aquellos que consideran peligroso el crecimiento. Hay, de hecho, dosriesgosen lo queserefiere a la castidad. Un riesgo se encuentra en el desarrollo de relaciones y el correspondien- te crecimiento exigido. El tiesgo alternativo es el tipo de superficialidad e infancia espiritual que llega através de una vida “casta” fisicamente que noha sido tocadaemocio- nalmente. E] truco no esta en clegir no amar, sino en llegar a elegir con sinceridad entre distintas formas de amar. pore ire CMe Teliiony tae ee CMe tue kl] Ronn involucrandolas a todas en BUTE TR Rel ere te) Dreger Koko Perro lores Mice t leo) Ee ei e Se a ae PTAC Melee RK elo 1g eR Ae cura ole} Cece anc R Tea a fie ek) NF28/99 CON-SPIRANDO © 31 SN ELLA \ INDEPEN, evitoce Me TRANS GRESOR: CREATIVS, DIVERTIDE. - PRimave tah a Fl LORECHENTE ¢ te ELENA DE ViDA\ y aes Lito 32. econ-semnanno w2ajs forma, libertad. ZAMARME AMI “MISMA? “es Bas ict Najlis* pamarme a mi misma? jNi hablar! Asunto mas que prohi- bido por un sis- tema para el cual el amor es un peligro. Para las mujeres sobre todo, el amora simisma esta prohibido, y cualquier in- tento es rapidamente califi- calificado como “egoismo”. * Michdle Najlis, NicarogGense es escritora y profesora de, Literatura Actualmente dirige un prograrnaradial ‘en que lec y comenta los Bvangelics, Los siguientes testimonios recogen experiencias de mujeres que, de una u otra “toman las riendas” de su propia vida. En contextos diversos, con historias personales, familiares, econémicas, sociales distintas, llegan en un momento . . determinado de sus procesos a decir “no a mas”, alga importante y placentero de vivir. Esperamos que estos testimonios sean un estimulo para reflexionar acerca de nuestras propias experiencias y las posibilidades que tenemos de poner limites, tomar decisiones y ejercer nuestra ', me las juego por hacer de mi vida De modo que, como tantas otras mujeres, aprendi a “ser para otro/as”. Tenia que estat siempre bien parano inquietar a quienes me rodeaban. En una civilizacién en que la tristeza y el dolor son tabu, esto me flevé a una larga ca- wera de anfetarninas, anti- depresivos, somniferos, hip- néticos. Habiaque “estar bien” a toda costa. Habia que “funcionar”. Parte de mi educacién consistié en convencerme de que debo ser perfecta en todo Io que hago, al mismo tiempo que seme inculcaba lacerteza de que yo no valia para gran cosa. Mis propias cualidades eran presentadas como de- fectos: si alguien clogiaba mi belleza fisica, caia el regafio, “no le diga eso, que se vaaha- cer vanidosa”; si alguien co- mentaba mi inteligencia, igual. Alguna vez quise ser bailarina; al llevarme a la escuela de danza, mi madre advirtié al maestro: “Que quede claro que su padre y yo no estamos dispuestos a que salga en veladas, porque se va a hacer vanidosa”. A partir de ese diacomenzaronadolerme las rodillas. Rapidamente encontré el novio y luego el marido ideales: los que me hacian desgraciada. Dentrodeminohabianada que justificara mi vida. Milité en los movimientos deizquierda radicales. Ahime converti en una mujer “libe- rada”: jtenia una razon valida para vivir|—la Revolucién. A los 45 afios tenia en mis haberes muchas depresiones y dos intentos de suicidio. ‘Ademés fumaba 2 paquetes de cigarrillos al dia, habia iniciado una peligrosa aunque solapada carrera alcohdlica, pesaba 190 libras, y habia de- sarrollado una dramatica adicciéna los hombres, Lleg6 un momento en que temi perder la razon. Luego de mi paulatino re- toro al cristianismo, hice unos largos ejercicios espi- rituales, de los que sali ago- tada, frustrada y enferma. No habia logrado “ordenar mi vida” en libertad. En esas condiciones, una noche, mien- tras dormia, of decir con toda claridad: “Amaras al Sefior tu Dios por sobre todas las cosas yal projimo como a vos mis- ma”. La frase me sacd del sucfio sobresaltada. gQué me habfa sobresaltado? Me le- vanté de inmediato, me senté en mi “silla de rezar”, cua- demo y lapiz en mano, y co- mencé a meditar palabra por palabra, buscando lacausa del sobresalto. Hasta que final- mente la encontré: Dios me mandaba a jamarme a mi misma!. {Esto era demasiado! Ya me habia acostumbrado unpocoaeste Dios transgresor que habia conocido en Jests durante los ejercicios espi- rituales. jPero esto era dema- siado! jTransgredir “la moral y las buenas costumbres” y amarme a mi misma! Poco a poco, comenzd a invadirmeunaalegria intensa: jtenia derecho a la vida! ;Ya no necesitaba justificar mi existenciaa través de otros, ni hombres, ni ideas, ni siquiera laRevolucién! | Yomismasoy justificacién demi vida! {Cada momento de mi existencia, cada parte de mi cuerpo es valido en si mismo, por si mismo! A partir de ahi comencé a darme permiso de decir “no”. El primer “no” tuvo lugar al dia siguiente, y estuvo dirigido al que habia sido mi director durante los ejercicios espi- rituales: le di las gracias por su acompafiamiento, y le comuniqué que la relacion quedaba rota, pues era una relacién de poder que ya no podia aceptar. Con gran a- sombro, me dijo: “Si, real- mente esta mocién viene de Dios”. A lo cual respondi: “Creo que no me has enten- dido: no te estoy preguntando si viene de Dios 0 no; te estoy comunicando que esto ha terminado!”. Luego, me di permiso de estar mal y de buscar las cau- sas: esto lievé a descubrir que estaba enferma, probablemen- te desde hacia afios; a dejar el trabajo que me disgustaba; a pedir el divorcio, a ser mas radical en mis convicciones... a ir poco a poco descubrién- dome. Muchas personas opinan que me he vuelto una mujer incémoda... jespero que asi sea! Eslaprimera vezque cuen- to esto publicamente. La decision ha sido dificil, pero me hace feliz. Quizé el ultimo pedestal que me quedaba por destruir era el mio: jahora puedo bajarmedeély caminar libremente por la vidal 1N*28/99 CON-SPIRANDO® 33 » LA ESCLAVITUD @oy brasilefia, de Porto Alegre, actualmente tengo 40 aiios. Me uni aun hombre a los 36 afios y en ese momento comenzé mi verdadera cruz. El me lleva 16 afios, y es “machista” por naturaleza. Tuve mi primera hijay cuando, a los dos afios, quise volver a ensefiar danza, él se las ingenié para dejarme embarazada otra vez. Mi segundo bebé nacié con hidrocefalia y a los 8 meses quedé del tercero. Nada fue facil, cada vez tenia mas responsabilidad y pensé que debia esperar que los chicos crecieran un poco. Asi pasé hasta que, a pesar de los reclamos de su papa, pude ingresar a los dos varones al jardin y a la nena en la primaria, tomé fuerza y me dije: la esclavitud no ¢s para mi. Empecéa dar clases de gimnasia paratener mi propio dinero y no tener que pedirle a mi pareja nada. Comencé a hacer cursos que dependian de la iglesia, a conectarme con gente, a tener amistades. Ya no recordaba qué placer significaba hablar con otras personas, reirme, vestirme, arreglanne. Siento que mi vida ha cambiado al tener un tiempo para mi. Estoy de mejor humor y, aunque le reste tiempo a mis hijos, cuando estoy con ellos puedo darles lo mejor de mi. Y también a mi pareja... él también tuvo que aprender a cocinar y si no tiene nada que hacer, cuida a los chicos. Entonces yo puedo ir a una reunién y disfrutar de mi tiempo. ¥ “Regina Darosa, radicada en Argentina, es cocinera en un comedor parroquial, Participa en la comisién de su barrio pata la regulacion de las tiertas y en diversos talleres de expresién que ella impulsa, 34 a con-spiRaNoo Niza/99 z ° m wn > = DEBE SER RESPETADA Con Ramén Ilevamos ya 15 afios de casados. Al comienzo, nuestra relacién de pareja se frustraba porsuexceso de“ma- chismo” y mi propia libertad limitada por la convivencia. ‘Yo, como toda mujer ro- mantica, pensaba agasajarlo con la comida y con mi per- manencia en el hogar. Esto fue lindo al comienzo, pero des- puéserasumamente asfixiante; yo soportaba, porque no sabia cémo manejarme de otra max nera. Al tercer afio, quedé embarazada. Tuve cuatro nifios y pasaron los afios. De golpe, me sorprendi sintiéndome inttil, nerviosa, estresada, gorda, fea, etc. En ese momento, me di cuenta que estaba alejada del mundo que me rodeaba, em- pecéa vera mis vecinos con sus MI INDIVIDUALIDAD LOS CUATRO PUDIMOS ~Les queria contar los cambios de mi vida antes y después de los cambios de mi mama. Cuando yo tenia 4 afios, mas o menos, mi papa nos golpeaba a mi y a mi mama. Teniamos demasiados problemas. Pero, ya cuando tenia 6 afios, mi mama empezé a buscar ayuda y pudo afrontar su miedo hacia él y denunciarlo. A mis 8 afios, mi mamA empezé un grupo de violencia familiar. Duré 2afiosyseempezaron a ver cambios en mi familia y, a los 10, los cambios en mi y en mi pap, fueron mas notorios. Mi papa casi ni nos tocaba. y em- pez6 a asistir a un grupo de violencia familiar necesidades y, sin querer, empccé a salir, a buscar. Asi sealteré mihogar, empezaron los chismes. Fue un cambio que hubo que pulir con un gran “rallador” para que Ra- monentendiera mi necesidad de libertad. Yo pedia tinica- mente confianza, ,acaso no la tenia yo cuando él iba a trabajar? Esos roces eran terribles. Cuando se quedabaencasasu- tilmente siempre estaba diri- giéndome alguna palabra hiriente para mi persona 0 hacia el lugar donde iba. Es un pequeiio reto que cons- tantemente recibo. El no se resigna a que yo tenga mi tiempo individual, pero con mimos y contandole lo que hicimos o hablamos, y te- niendo, ante todo, bien claro que mi individualidad debe ser respetada, con o sin su aprobacién, una va saliendo del “nido machista”.+ Inés Romero, 43 afos, Argentina CREO QUE VOY ATOMAR SALIR DE ESA CRISIS para hombres. Le cost bastante, pero ahora y después de todo lo que nos pasé, los cuatro pudimos'salir de esa cri Ahora ya tengo 12 afios, y con mi mama me va bien, con mi.hermana mal, y con’ mi papa me va més’o menos: Con todas estas cosas que nos pasaran; fui desmejorando ene! colegio, me fui-llevando pésimo con mis amigas y mi cardcter no es muy bueno que digamos, pero estoy tratarido de cambiar. Al igual que mis papas pudieron, estoy segura de que yo también podré.* Eva Gisele Garrod UNA DECISION QUE VA A CAMBIAR MI RUMBO “Bie vivido con la conviccién de que los anhelos profundos se realizan. Naci en una familia donde siempre pude dar mi opinién y me senti querida y valorada. Contra la oposicion de muchos, decidi consagrar mi vida, teniendo como lo tnico claro: “creo que Dios me quiere alli”. En muchos momentos de mi historia debi luchar junto a otras para ir caminando hacia otrosrumbos, dejandoestructuras paralizantes, buscando aires nuevos. Siempremeacompafié el entusiasmo. Pero desde hace unos afios, cuando empecé a comprometerme mds en el campo de lamujer, empecéa descubrir cudntas cosas me habia mutilado laestructurapatriarcal de la Iglesia y cudnta culpa habia depositado en muchas de nosotras. Me senti extrafia en lo que antes habia sido mi opcién de vida. Al mismo tiempo me Ilenaban de alegria Jas mujeres del barrio confesando contentas pero aun con timidez: “ahora me dejo un tiempo para mi, tengo ganas de seguir estudiando” o “en mi casa todos hacemos algo, yo ya no soy la sirvienta”. Creo que voy a tomar una decisién que va a cambiar mi rumbo porque sé quiénes renuevan mi entusiasmo, quiénes me hacen querer la vida, quiénes me hacen sentir mujer y descubrir una espiritualidad en lo de cada dia. |Quiénes y qué me hacen feliz! Yo, como sigo convencida de que los anhelos profundos se realizan, estoy activa y alegre construyéndolos. + Peti, 59 affos, religiosa, trabajadora comunitaria LEE ve very. RAGOLMO eR iENTOS: iLpABLE? zea a a ey -» INO AGUANTO MASI we “a . a we & ‘Hasta acd Megué!—dije un dia—jno aguanto mas! Venia de aguantar ocho afios de (yuna pendiente que parecia no tener fin, Me junté con un hombre pensando que era la “iltima oportunidad que se me daba para ser feliz y cambiar de vida (que no era nada linda, porque por sentirme querida aunque sea por un rato, yo daba cualquier cosa). Nunca supe retener a un hombre a mi lado. Para mi, amor era sexo (y sexo era lo mejor que sabia hacer). Me embarazaba y me dejaban. Los primeros afios fueron buenos, tuvimos una hija y después era todo promesas. Tra- bajaba por su cuenta y la casa estaba lena de amigos de él: tomaban, jugabana las cartas, se iban juntos y no volvia por dos o tres dias... y yo esperaba que cambiara, que saliéramos adelante. Yo le perdonaba todo; creia que yo era la culpable de todo, que yo no servia para tener un hombre a mi lado. Ahora, después de que me animé a decirle que se vaya, que queria vivir sola, que no queria sufrir mis, consegui un trabajo decente, y cobro mi sueldo todos los meses. Doy apoyo escolar con un grupo de chicos y compaiieras maravilloso, Bailo en una murga quese formé en el barrio (también invento las letras), ¢ integro grupos de ayuda comunitaria. Tam- bién, disfruto de mis hijos y mis nietos, sin culpas. Me siento bien. Me doy cuenta de mis errores y los acepto, pero también me doy cuenta de que tengo derecho a ser yo. ‘Ménica, 38 afios, educadora comunitaria, presentadora en lo rmurge de su barrie. 36 © CON-SPIRANDON!28/09 ee ee ge he HABIA APRENDIDO QUE oe * agravaba mas mi situaci EL PODER DEL CAMBIO LO TENIA YO »Les voy acontarunproceso que me lJevé varios afios (atm sigo puliendo algunas aristas, peroheavanzado, paraalegria de mi alma), Después de bus- car, chocar contra varios mu- tos, descubri que todo lo que necesitabaestaba dentro mio... Mis dias transcurrian entre suefios que jamés Ilegaban a - ger mds que suefios. Llegué a estar tan aislada que no veia a nadie: sélo cui- daba a mis dos hijas y seguia Ja rutina de la casa; me levan- taba después de las doce, con dolores multiples, delgada como un fideo y sin alegria. Con mi pareja teniamos tan mala relacién que siempre terminaba golpceada y eso Empecé yendo al médico por mi delicada salud, con mi nena de dos aiios, con las piernas moradas, los brazos y otros lugares del cuerpo gol- peados. La doctora me deriv6 a un grupo de violencia fa- miliar, donde fui tres meses a consultas y, milagrosamente, empezaron los cambios. Alprincipio meaterrabala idea de contar y cxplorar mis Stella, 30 aftos, educadora comunitar integrante de laourga, delegada delenay dle apoyo escolar y Colaboradora enon proyecto de cepacitacién con jovenas vivencias, pero, a poco andar, mejoré notablemente. Crei que en tres meses habia cam- biadotodo, pero losproblemas se suscitaron nuevamente. Pero, ahora, yo ya estaba pre- parada: habia aprendido que el poder del cambio lo tenia 0. » Comencé haciendo un pro- grama de vida donde inclui a mis hijas para lograr salir de una vez de esta situacién. Volvialos grupos de violencia familiar, donderecomendaron que mi marido debia realizar lun tratamiento. Volvi a salir con amigas, supe recuperar mi autoestima, ayudé en un 4 grupo de mujeres que estaban_ en fa misma situacién que yo estaba antes. Empecé a hacer cursos, a trabajar en un apoyo escolar, a dar clases particu- lares, a salir con mis hijas; mi salud mejoré una barbaridad, Con mi pareja hubo mu- chas idas y vueltas, pero ya estaba claro, yo sabia bien'lo quequeria: vivircon dignidad, con fuerza, pasién ¥ sobre todo, con pa% en mi corazon. En todo caso, ¢Togrd ut adelanto y, hoy, organizamos ~ las cosas tomo para que todo” lg--que queramos hacer individuatinente, | 2 apoyando los*proyectos “del “otro, : Tengo sueiios. realizados ry yptros tantos por realizar, pero. sabiendo que con la comu- nicacién pude poner mejor los limites y asi disfrutar mas del tiempo compartido, > mo The &ECUALES SON LOS COSTOS DE “SER”? Boy tengo 39 afios. Miro mi presente y lo veo lleno de proyectos, suefios, deseos, acciones y practicas que se entrecruzan. Este entramado tiene en la base amigos y muchas mujeres, algunas marcadas por una historia de maltrato, otras, por una bisqueda fuerte de afirmacién y crecimiento personal. También hay uncomponente fuerte de familia, marcado por el carifio de cinco varones (cuatro herma- nos y un papa) y unamujer(mama) enfrentando una enfermedad que tiene que ver con su historia. Vivo desde hace afios un compromiso con el feminismo, despertado por una trabajadora social apasionada por “visibilizar” la violencia familiar y por tedlogas que me ensefiaron a “sospechar” de la lectura oficial de la Biblia. Estos aportes, sumados a un trabajo sobre prevencién del SIDA con compafieros/as que se animan a “provocar” Ja discusién sobre sexualidad, libertad, placer, prevencidn, fueron cuestionando mi pertenencia a una institucion religiosa. ¢Cudles son los costos de“ser” y desplegar tanto, en espacios pluralistas, ecuménicos, y “achicarse” en otros, donde mucho esta Tesuelto, no se discute, se espera que se haga de tal manera? Me di cuenta que tenia que ser sincera conmigo y poner en hechos lo que intuia. No quiero ser cémplice de dichos y précticas que no nos tienen en cuenta a las mujeres. Asi, yoy construyendo identidad con las mujeres con las que trabajo y suefio. Malu, educadora comunitaria "28/99 GON-SPIRANDO © 37° PERO, ENTONCES, gQUE VAS A HACER? A mediados del afio pasado medespertéun. buen diay me encontré con que mis moléculas se habian reordenado (asi me lo explico). Ya no necesitaba de la persona=mascara aie me habia servido para cubrirme durante largos afios. Ya podia salir al mundo mi ser real. Asi que renuncié a mi carrera de 20 afios como periodista, renuncié a mi puesto de corresponsal de un prestigiosodiario briténico, cuya fama e importancia me habia servido como tarjeta de presentacion y como hoja de parra, frente al mundo y frente a mi misma. reemplazante y yo quedé libre, sin obligacién alguna de revisar minuciosamente los diarios todos los dias, recortar, y pensar en temas ridos como las intenciones del BancoCentral frente a las tasas de interés. Pero, entonces, ;qué vas a hacer? me pre- gunt6 todo el mundo. Ah, claro, vas a escribir un libro. No, no estoy escribiendo un libro. Escribo un diario de vida, tres paginas cada mafiana, "que como un sol me calienta, me hace brotar todos los dias el placer enorme de sentir, __pensary escribir, de jugarcon ideas y palabras ‘sin que nadie me las revise, Hago las tareas de la casa, hablo con mis hijos, mi marido, mis amigos, de cara, por teléfono, por e-mail. Tomo como mi lema: «Lo que encuentra tu ‘mano para hacer, hazlo con toda tus fuerzas, para que la capacidad para lo divino en lo humano (=Dios) sea, en todas las cosas, celebrada. _ Imogen Mark, inglesa, radicadaen Chile, ex periodista, Hablo siempre como les- _ biana. Saco mi perroa la calle como lesbiana. Tomo desa- < yuno como lesbiana. Oro como lesbiana. Me encuentro con mis estudiantes como les- biana. Y como lesbiana lucho contra el racismo y el anti- " semitismo tanto en mi propia vida como en todo el mundo. Tgual que la mayoria de las lesbianas no siempre me * Isabel = Heyward es pastora ane profesora de teologia en la Exectoal Divine School a Cane bridge, Massachusetts. Fl siguiente texto es parte de Lesbische Frauen en SchotioffThicle: Gotteslehrerinnen, Kreuzverlag, Stuttgart 1989, muestro como tal. Nosiempre cuente abiertamente mi expe- riencia de esta energia pri- mordial presente en el amor entre mujeres, esa energia in- tensa, Itidica, espiritual, que tiene su origen psiquico en el anhelo de una relacion buena, es decir justa, de hermanas, alegre y mutua entre mujeres. Estaenergiacstaancladaemo- cional, fisica, politica y espi- ritalmente en nuestro anhelo constante de relaciones fuertes y tiemnascon nuestras madres, hermanas, hijas, amigas y amantes, coma también de unidad con nosotras mismas. Ser lesbiana no significa otra cosa que anhelar relacio- nes intimas con otras mujeres. Queremos investigar nuestro fundamento comim ¢ indivi- dual, nuestro suelo, nuestras flores y, también, nuestras malezas. Queremos cetebrar nuestro cuerpo y, en ese ges- to, celebrarnos a nosotras mismas. Juntas, las lesbianas oo- menzamos a creer que nuestros cuerpos, es decir, nosotras mismas, somos “la palabra sagrada” como to expresara Chung Hyun Kyung. Esta palabra ensefia que lo erdtico es una fuerza sagrada. Esto es una conver- sién radical en nuestra “epis- temologia teolégica”. Lamayoria de nosotras que estamos en condiciones de reconocemos como lesbianas, tanto en el 4mbito piblico como privado, somos mujeres blancas con una cierta seguridad econémica, Pero eso no significa que ser les~ biana sea principalmente un asuntode mujeres blancas. Las mujeres blancas debemos de estar conscientes que nuestra pertenencia de raza o nuestro status social nos permiten un cierto grado de desacato de las normas, que es inalcan- zable para la mayoria de nuestras hermanas de color y pobres. Nosotras podemos escoger, mas o menos, hasta que punto queremos salir de nuestro escondite, bajo que condiciones y en que mo- mento, Pero eso significa también que las lesbianas blancas debemos vivir en una tensi6n creativa entre, por un lado, nuestra lucha publica contra 1a imposicion de la he- terosexualidad y lahomofobia y, por otro lado, nuestra bis- queda de todas Jas formas de Justicia. Nuestra vida, nuestra lucha y nuestra idea de justicia vienen de la misma raiz. No podemos hacer todo pa- ta todos los seres humanos, pero, por lo menos, podemos estar conscientes del valor de cada ser humano y, sobre la base del reconocimiento de que cada una/o cuenta, seguir luchando por la justicia, Ja sobrevivencia y la dignidad decada ser humano en latierra. En la lucha por la justicia esimportante que dejemoscla- 10, pata nosotras y otros/as, que las mujercs lesbianas son portadoras de una fuerza y pasion muy especiales y, a veces, incluso, terribles. Es cierto que las mujeres dispo- nemes, en la pasidn carifiosa, Goz0sa del amor representado POF Mujeres a otras mujeres, de una maravillosa fuente de bendicién creativa y libera- dora. Pero, Hevamos en no- sotras, tambin, la ira solitaria, a veces toTtuosa, dolorosa, ra- biosa, quenossuscitael hecho de quela bendiciénde nuestro amor y trabajo, demasiadas veces, queda oculta para las demas y paranosotras mismas. Para mi, personalmente, no hay nada mas doloroso que tener que experimentar que mi fuente mas propia, es decir el amor apasionado a mis amigas, esa fuerza erética, creativa en mi vida, sea ridi- culizada o completamente negada, no sdlo por los padres de la iglesia, sino también por mujeres, incluso lesbianas. Las lesbianas, pienso, no quieren ser invisibles, ni solas ni juntas. Nuestra vida y nues- tro trabajo son muchas veces extraordinariamente fértiles. Pero las estructuras de poder de la sociedad heterosexual, estructuras como e} matri- moni, fa iglesia, los “buenos ordenes” de la educacién, el sistema de salud, las terapias y otras instituciones, man- tienen ocultos los resultados de mestras capacidades En este contexto, muchas yeces, nos herimos unas a otras, por miedo al poder y la pasion de nuestras relaciones. Todas lo hacemos y, sin em- bargo, estamos en este mundo para ayudarnos a sobrepasar este temor que nos debilita, que afecta nuestra energia y con eso, nuestras vidas.% Nze/99 CON-sPIRANDO® 39 at Wy b fi) e ind SULT: CON SENTI (www.c 40 econspinanno nrz9/00 sean. CUARTITO AZUL Lo que me imagino de una velacién no va por el lado de «vivieron felices por el resto de su vida», aunque debo reconocer que el «principe azul» ha sido un personaje imaginario significative enmi LA INVENCION DEL DESEO Al leer la historia que me cuentas pienso: ustedes tienen una relacion importante, significativa, 7T quieres saber si él quiere que sean pareja? ¢Ese es el punto? ;Si él se queda pensando en ti como alguien con quien Je gustaria iniciar un romance? Y sino, dices, no importa, yo tengo mis mecanismos para no sufrir... Creo que esta es la forma que consideramos «normal» vivir nuestras relaciones e imagino un ejercicio con otras posibiltdades, en las que nuestro deseo no estuviera tan pautado por la cultura: este tipo me gusta, luego, si yo también le gusto, corresponde que tengamos un romance, y si nos seguimos gustando, corresponde que sea miparejay, si todo vabien, en algun momento, hemos de vivir juntos y, Inego, a ver si eso dura por siempre jamés. Fantaseo un deseo mas difuso, mds movil, fantaseo una experiencia de las relaciones menos standarizada: un ir viviendo cada relacion en Jo que esa relacién va dando, comunicacion, sensuahdad, idasy venidas, aperturasycierres, Tecovecos que se exploran hasta cierto punto y luego no se sigue por ahi, por las razones que Imagino respuestas—para ti, para mi— disfruta esa relacién tal como es y como se esta desenvolviendo, no rigidices tu deseo, manténte abierta, parada en tus pies, en ese piso que se mueve. vida. Hoy dia yo quisiera una relacién muy libre y sin ataduras ni aiados. Vatoro p necesito mucho mi espacio * Textosseieccionados de unchat” (con- venaciéneneliberespacic)enrarie: res, sobre el amor y sus alrededares. personal, ain mds que tener una pareja, Quiero alguien con quien compartir a todo nivel. pasarlo bien, sin ne- cesidad de involucrarse enlos detalles de la subsistencia ni otros que no estén en el plano de los encantos. Pero, claro, eso no to he vivide nunca, ast es que no sé como es. Comparte tus fantasias de romances célides pero con espacio, cada uno en su cuar- tito azul, visitarse en dias de TE! Ilwia (come este, por ejem- plo), alguien que te celebre todo (toda) y viceversa. En fin, no est mal como fantasia de afio nuevo gno? p seh sere ANA, pine mW Ket Y ME PASA UNA \ LA Y OTRA VEZ Lt Soyen extremo vulnerable al halago. Como que crezco en «valor» por esa apreciacion externa, Entonces cuando deyo de gustar(le) me viene una sensacién de nido vacio, de abandono, de inseguridad. Me cuesta sentir que todo esta en mi, que lotinico real es lo que vo Soy y que eso es independienie de gustar 0 no: que tengo un valor intrinseco, mio y que nadie lo puede cumbiar, Loséperolavivencia de inseguridad no la puedo evitar. Me veo en estas dias: un tipo se encania conmigo mientras yo ni lo he visto; lo fascino | con mi desplazamiento natural. Teje su seduccion y yo me encanto cuando me cuenta como me haido viendo ycomo haido gustando de mi, Luego, entro en el romance y, ahi, empieza a sentirme torpe, no sé cémo actuar, \ i. "i wt 5 ‘ si ser mas o menos demastrativa, pierdo la naturalidad, Lo siento internamente: no estoy eniera conmigo. Me siento farzada. Me siento insegura. ¥ noto esa sensaciin de dependen- cia. Cada geste que me dice que él se mantiene imteresado me levanta el dnimo, y los gestos contrarias, me desinflan. Pierda toda sen- sacién de pader interno: me achico, meaniio, Si mds encima aparece una tercera persona enelcamino, parece como que toda mi anterior seguridad se hiciera humo. Ahi dejo de sentirme atractiva y me siento desvalorizada. Y me pasa una y otra vez. ¥ por supuesto me echo la culpa: qué hice, donde la embarré. Cuando lei tu carta tuve la clara sensacién de que estabas planteando con mucha precisién una situacién que conozco muy bien (por dentro y por fuera—o sea en care propia y por haberla escuchado/visto en otras), frente a lacual no conozco la salida. O sea, la conozco como th; en teoria. Todo va bien mientras todaviano entramos enel plano del romance, o de que ese tipo me gusta... Ahi nos desenvolvemos de lo mas bien, sacamos chispa, Después nos confundimos enteras, perdemos naturalidad, nos sobreactuamos 0 nos escondemos, nos ponemos ansiosas, etc.. Conozco bien esa sensacion de no sentirse libre para disfrutar lo que est4 pasando... ,Asi es e] juego de las seducciones y los romances? Se me ocurre que no necesariamente. A veces, me parece observar que a otras no les pasa tanto: tienen mas capacidad de desplazamiento, se desapegan mas ficilmente, sueltan mas... pero la gracia es que les sale hacerjo. Porque aqui no se trata de actuar de tal o cual manera, se trata de cémo sentirse internamente mejor, mas bien plantadas... Que las incursiones en las relaciones erdticas no nos hagan sentir tan sin poder... esa seria la meta {no? Igual después que escribo esto dudo de toda y me pregunto si tendra algtin sentido teorizar sobre algo que luego, a la hora de los guiubos, nos pilla igualmente desprevenidas Ay nos deja de vuelta y media y b) N2efe9 COnSPIRANDDe 41 Decantando los hechos que tii me relatas a mi la historia se me arma asi: éf te coqueted, te sedujo con sus halagos, te encantaste y ese mismo dia hicieron el amor. Al otro dia ti esperabas complicidad, continuidad de algo que supuestamente habia empezado entre ustedes (y esperar eso no me parece ninguna demencia, ningin apego desequilibrado, me parece lo mas normal del mundo}. Esperabas y deseabas que hubiera «algo» entre uste- des,.;Porquéno? Pero, resulta queel susodicho se muestra mas bien distante, no te da cf trato «especial» que th querias, otras muyetes lo rondan; él, al parecer, se deja querer... El caso es que la relacion como que se disuelve en ta nebulosa. ,Y cul es tu reaccion? Te tupes, te apenas, no sabes como comportarte, pierdes tn espontaneidad, ete. Luego ta le escribes contandole lo que te pasa y sobre todo preguntandole qué le pasé a él contigo, que te diga algo sobre ti, insistes en buscar alld afuera un juicio acerca de ti. En el fondo le estas preguntando {qué te ale} hubiera algo de ti que lo hu 42 ¢CON-SPIRANDO Nezar99. Aparte que creo que ese no esel punto, alo que me interesa llegar es que en tode lo que ati te pasa respecto de él, echo de menos una cosa: nunca te enojas. Conozco algunas mujeres a las que si les pasa algo asi, estarian furiosas con el tipo. Se deprimirian un poco, tal vez, pero encontrarian que él tiene un problema (yo no digo que su percepcién sea mas verdadera, el tipo tiene derecho a hacer lo que le parezca, y si tiene o no un problema, no nos interesa). Otras se reirian de si mismas, qué bochomo, dirian, yo ya creia que tenia un ~ romance... Pero te aseguro que aninguna se le ocutniria ni remotamente ira preguntarlenada al tipo. El tipo pasé. No puedo asegurar que ellas tengan mas raz6n, pero si quiero poner de relieve que hay otras posibles reacciones frente a un mismo hecho, otras maneras de vivirlo intemamente. Ta me contestarés que a tite gusta «eerrar las experiencias Yoprefiero la idea que no todo se puede “cerrar” en esta vida y que, precisamente, tenemos que apren- der a aceptar esto de que muchas experiencias quedan abiertas, no se cierran.... 0 se cierran mucho después, inesperadamente, cuando ya ni las record4bamos... 0, simplemente, no se cierran. ¥ tal vez ese sea otro de los ejercicios espirituales que nos hacen falta, asi como abrazar el vacio, abrazar lo «abierto», PELIGRO, PELIGRO Meacuerdode unapelicula de Woody Allen en la que en medio de una escena, un did- ws logo entre una pareja, apare- ees “fan unos personajes medio “2” ¢, ridiculos, una especie de coro & * gnego, que decian «peligro, " peligro»... Aunque cada his- foria es timica y no se puede generalizar, creo que los tipos , a as ‘ ‘ 3 casados, son un puro pro- blema...... Todo va en como se lo tome él y cémo te lo tomes ti... pero «peligro», «peligro». ~Cémo te sientes ta entrando en esta dinamica del «secreto», (alguien podria encontrar emocidn en eso, yo no, a estas alturas), frente al tipo de limite que se establece cuando una de las partes tiene otra relacién? Adivino una situacién dificil de llevar, se requiere mucha soltura de cuerpo, capacidad de movi- miento, desapegos, cosas para las que no todas tenemos sis- tema nervioso. Yo creo que — una cosa es una relacion con © espacios propios y con mucha independencia y otra cosa es que una de las partesandecon © complicaciones y enredos que anada gozoso conducen. Me encanto un tipo que conoci hace poco. Es . medio dificil relatarte por qué me encanto: quizas © fue una especie de cortejo a través del baile, con “juego, mucha broma, ambos circulando alrededor del otro. Me senti entrando a un juego que se mantenia, ahi, en el juego, con harto abrazo, bailando pegadito y entrelazando pasos. Me hace _ unos piroposmediodescarnados, { odescarados?, ~ muy divertidos. Me encanta sentir ese calorcito enel corazon. Mi cuerpo se estira, vuelvo a sentir esa especial sensualidad media serpentosa, me desplazo canchera por las calles, y eso lo hace el contacto conun hombre yeljuego dela seduccion. Me preguntaba por qué no surge esa sensacion desde mi misma? Pregunta al viento. MUJERES AL BORDE... Acabo de ver Mujeres al borde del ataque de nervios y me quedo pensando sien esa pelicula de Almodévar no hay, acaso, mas verdad en torno a las relaciones que enestosdesvarios intclectuales... Vaya una a saber. N°28/09 CON-SPIRANDO® 43. Durante un Taller* trabajamos con las diferentes etapas en ta vida de las mujeres: la nifialjoven, la mujer adulta y la mujer mayor. Descubrimos como cada una de estas etapas no es solamente un momento cronoldgico en la vida de cada una, sino que hay energias y énfasis diferentes en cada etapa que estan presentes en toda nuestra vida, Siguiendo las tradiciones de diferentes culturas (y conscientes de los Imites de tales asociaciones arquetipicas), adoptamos y experimentamos con la atribucién de un color a cada etapa de la vida: ta etapa de la nifia/joven se asocia con el blanco, el rojo aparece como el color de la mujer adulta, mientras el negro se asocia a la mujer mayor. A partir de esta experiencia queremos proponer algunos elementos que pueden facilitar el contacto con Ta energta de la mujer adulta, la mujer roja. Ute Scibert 4 = te) 4 [avd Lu ar) ) Pg a En el centro hay instrumentos musicales sobre pafiuelos rojos; la sala esté ambientada también con imagenes que expresan esta energia, en nuestro caso, ‘imdgenes de la artista Niki de Saint Phalle. Previamente se pidié a cada participante que trajera una tela o un paiiuelo grande; teniamos musica africana de tambores y danzas arabes, ademas de temperas, pinceles, y papeles grandes. Iniciamos nuestro encuentro moviéndonos al ritmo de una misica de tambores. Individualmente y en circulo bailamos esta danza africana que nos conecta con la tierra, con nuestras raices: movimientos que marcan el ritmo sobre el suelo; de a poco los cuerpos parecen estar tocando este gran tambor, la tierra; estamos encirculo y una mujer entra a moverse a este ritmo, invitando a otra, van cambiando Jas parejas, expresando esta energia con sus cuerpos. Al finalizar el baile, cada una siente la energia que le evocé esta danza y resume ‘esta sensaciOn en una palabra; ponemos ‘estas asociaciones en una fuente grande en el centro. Nos conectamos, luego, con ofta misica; tomamos los pafiuelos, escuchamos una danza rabe y, lentamente, cada una se va conectando con el movimiento que esta unisica le provoca. Surgen movimientos mis suaves y sensuales que los de la danza anterior. Nacen desde la pelvis, se extienden por el cuerpo, y se prolongan en el pafuelo. Al finalizar el baile, nuevamente cada una se queda con sus sensaciones y resume en .una palabra la sensacién que le evocé esta danza drabe. Ponemos estas asociaciones en una fuente grande en el centro. Pasamos a otro momento en que hacemos nuestra propia musica, Tenemos diferentes instrumentos musicales (algunos: caseras) y dedicamos un momento a familiarizamnos con sus texturas, formas, y sonidos. Luege cada una se queda con un instrumento para expresar lo que significa ef rojo para elfa; una por una, nos vamos presentando ante las demas. Luego, tocamos todas junias, y mientras escuchamos los sonidos de las otras, nos vamos agrupando de a cuatro, dialogando con los instrumentos y luego con palabras. El grupo busca una manera de como expresar con los instrumentos la energia del “rojo”. Et rojo, mas que los otros colores esta, relacionado con la creatividad, la expresién, el movimiento hacia afuera, Buscamos profundizar este contacto con el rojo a través de Ia pintura. Cada una recibe un gran papel.y con témperas y gruesos pinceles vamos pintando nuestra energia roja. En el plenario mostramos las pinturas y cada una da un nombre ala suya. En pequefios grupos compartimos donde, cémo y en qué momento usaremos nuesira energia roja en la vida cotidiana. Terminamos bailando, disfrutando nuestra energia creativa, vital y sensual. * Metefierval tallet Transgresoras, vigferas,soviadoras: Hentidad femenina, espirttualidad y vida cordiana, gue cording, entre junio y agosto de 1997, junto a ‘Verena Engler y Josefina Hurtato, Ne2as9 CONSPIRANDO La salud reproductiva es un estado general de bienestar fisico, mental y social, y no de mera ausencia de enfermedades 0 dolencias, en todo los aspectos relacio- nados con el sistema reproductive y sus fanciones y procesos. La salud repro- ductiva entraiia, por una parte, la capacidad de disfrutar de una vida sexual satistactoria y sin riesgos y, por otra, la libertad para decidir procrear o no, cuando y con qué frecuencia, E] hombre y I mujer tienen el derecho a obtener informacién y acceso a métodos seguros, eficaces, asequibles y aceptables, de su eleccidn, para la regulacién de la fecundidad, asi como el derecho a recibir servicios adecuados de atencién de la salud que permitan los emibatazos y los partos sin riesgos'. Derechos reproductivos y sexuales Trabajar por los Derechos Reproductivos y Sexuales significa estar atentas a.un Conjunto de situaciones en que las mujeres nos vemos involucradas desde que nacemos. En la I Convencién Nacional de Salud de las Mujeres organizada por El Foro de Salud y Derechos Reproductivos ef afio 1994, las participantes propusieron y aprobaron el reconocimiento de los siguientes Derechos: + Contar desde nifias/os con la nutricién necesaria para el adecuado crecimiento y desarrollo integral de su cuerpo y de su futuro potencial reproductive. + Contar con informacién y conocimiento CON-SPIRANDO W"28/98 adecuado y suficiente acerca de la sexualidad y la reproduccién. + Tener informacién acerca de los beneficios y riesgas de medicamentos y tratamientos médicos 0 quiriirgicos. * Tener conocimiento del propio cuerpo, aceptarlo, apreciarlo y cuidarlo, + Contar con servicios de salud general, de sexualidad y salud reproductiva, incluyendo servicios de contracepcién de buena calidad, con acceso para todas las mujeres de acuerdo a sus necesidades cn todos los momentos de su ciclo vital. + Poder ejercer Ia sexualidad indepen- diente de la reproduccion. * Tener la posibilidad de ejercer la sexualidad sin riesgos. + Poder optar por no tener relaciones sexuales. + Poder elegir con quien relacionarse sexualmente, + Decidir acerca de tener 0 no tener hijos/as, el nimero, distanciamiento entre ellos/as, regulando la fecundidad a través de la contracepeion masculina o femenina. += Tener acceso a métodos de anticoncep- cién seguros y eficaces, y a la esteriliza- cin de acuerdo con las preferencias y circunstancias de cada cual, * Tener acceso a la prevencion y tratamiento de las enfermedades del aparato reproductivo. + Tener garantizada la atencién y control adecuado del embarazo, parto y post-parto, * Contar con una legislacion adecuada para el aborto, sin penalizacion y por ende sin riesgos de enfermdad o muerte. + Contar con efectiva proteccién legal y juridica frente a la violencia sexual. + Poder tomat decisiones informadas acerca de intervenciones quinirgicas sobre al propio cuerpo. * Contar con efectiva proteccién legal y juridica frente a los abusos quirirgicos (ej. cestreas, esterilizacidn, etc.). + Participar en el seguimiento de investigaciones de tecnologias nuevas relacionadas con la reproduccién. + Contar con informacién y legislacion adecuada en materia de nuevas tecnologias en reproduecién humana. * Vivir la maternidad verdaderamente compartida con la pareja, con Ja familia y la sociedad. Los Derechos Reproductivos constituyen el reconocimiento del derecho basico de todas las parejas ¢ individuos a decidir libre y responsablemente el niumero de hijas/os, al espaciamiento de fos nacimientos y el intervale entre éstos, y a disponer de la informacion y de los medios para ello, En este marco se debe reconocer, también, el derecho a alcanzar el nivel mds elevado de salud sexual y reproductiva. La promocién del ejercicio responsable de estos derechos debe ser la base primordial de las politicas y programas estatales y comunitarios en la esfera de la salud reproductiva’ Notas: 1 y 2, Citado del programa de Acctén adopiado en la ConferenciasobrePoblacion y Desarrolle-EICairo, 1994, EI Colectivo Con-spirando te invita a participar en nuestra primera ESCUELA DE ESPIRITUALIDAD YETICA ECOFEMINISTA Tema Central: MITOS Y PODERES 17-27 de enero, 2000 El Quisco, Chile Coste total: US$ 400 (incluye alojamiento y comida) *Cupo limitado Para més Informacion Colectivo Con-spirando Casilla 371-11 Correo Nuiioa Santiago, Chile Fono/Fax: (+562) 222-3001 E-mail: conspire @belisouth.cl N'Z#/99 CON-SPIRANDO @ 47 Entre los dias 27 al 30 de noviembre de 1998 se realizé en Harare, Zimbabwe, el “Festival del Decenio Ecuménico. Visiones més alla del 1998”, en el cual las y los participantes evaluaron y proyectaron el Decenio de Solidaridad de las Iglesias con las Mujeres iniciado por ¢] Consejo Mundial de Iglesias en 1988. Publicamos extractos de la Carta “De la solidaridad a la respon sabilidad”, enviada a la Octava Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias (CMD, realizada en Harare en diciembre de 1998. “Ahora que Iegamos al final de este camino, tenemos que reconocer que el Decenio de Solidaridad de las Iglesias con las Mujeres ha sido un decenio de solidari- dad de las mujeres con las mujeres. EI estar juntas en el Festival nos hizo recordar la herencia que hemos recibido de nuestras antepasadas’ la espiritualidad de “no resignamos”. Hemos escuchado la respuesta de nuestras hermanas a la pregunta de Jess: “Mujer, gpor qué loras?", revelan- do su dolor secreto debido al aislamiento, Ja injusticia econémica, los obstaculos a la participacién, el racismo, el fundamenta- lismo religioso, el genocidio étnico, el acoso sexual, el SIDA y la violencia contra las mujeres y los nifios. Lamentamos esta situacion. Una comunidad humana donde se yalore la participacién de todos Nosotras y nosotros, mujeres y hombres participantes en el Festival del Decenio, EPI CON-SPIRAMDO NPZ6/06 ENCUENTROS nos comprometemos a cumplir la misién de Dios y construir un mundo donde todo el pueblo de Dios pueda tener vida en abun- dancia, compartir equitativamente los recursos del mundo, vivir en armonia con la craacién y reconocemos unos a otros como creados a imagen de Dios, Esto significa que sostenemos furmemente la vision de una comunidad humana donde se valore la participacién de todos y cada uno, donde nadie sea excluido por razones de raza, sexo, edad, religion 0 practica cultural, donde se celebre la diversidad como don de Digs al mundo. Con este propésito, instamos a nuestras iglesias, participantes en la Octava Asam- blea, a hacer suya esta vision y a dedicar los recursos del CMI para crear programas, materiales educativos, redes y oportunida- des para apoyar y capacitar a las mujeres. Instamos a nuestras iglesias a dedicar tiempo y energia a Ja lucha contra los males de Ja dominacién y la discriminacién. Las exhortamos a estar atentas para evitar toda forma de exclusién en las estructuras y practicas de la iglesia. Incluyamos, entonces, cn nuestras iniciativas: + Oportunidades y programas de educa cidn teoldgica para las mujeres, que hagan honor a sus voces y experiencias. = Programas teolégicos que incluyan tas perspectivas de las mujeres y estudios sobre las cuestiones de género. - Liturgias, y orientaciones en materia de género y lenguaje que confirmen y afirmen a todos los participantes. = Politicas que promuevan un cquilibrio de génera, edad y raza en los cargos y fun- ciones de direccidn, asi como el respeto de las identidades culturales de las personas. ‘Condenamos Ia violencia Reconocemos que diversos temas éticos y teolégicos, como la ordenacidn de la inyjer, el aborto, el divorcio y la sexualidad on toda su diversidad repercuten en la participacion y son dificiles de abordar en Ja comunidad de la iglesia. Durante el Decenio, la sexualidad humana en toda su diversidad se planted como una cuestion Pparticularmente importante. Condenamos la violencia que se perpetiia debido a diferen- cias de opiniones sobre este tema entre ‘hombres y mujeres. De hecho, para algunas mujeres y algunos hombres de nucstras comunidades, no se justifica plantear esa cuestin, Pedimos la sabiduria y la gufa del Espiritu Santo para poder continuar nuestro didlogo. a fin de que prevalezca la justicia. Sostenemos con firmeza la lucha por la eliminacién de toda violencia en sus diversas formas (sexual, religiosa, psicoldgica, estructural, fisica, espiritual, militar) y de la cultura de la violencia, sobre todo la vio- Jencia que afecta a la vida y la dignidad de Jas mujeres. Declaramos nuestra decisién de oponernos a cualquier intento de disculpar, disimular o justificar la violencia. Declara- mos que la presencia de la violencia en la iglesia es una ofensa contra Dios, contra la humanidad y contra la tierra. Incluyamos, entonces, en nuestras iniciativas: - La creacién de oportunidades y espacios para que las mujeres puedan. hablar sin temor sobre Ja violencia y los abusos que padecen, rompiendo as{ la cultura del silencio, ~ La denuncia de todo abuso sexual, especialmente los cometidos por quienes ‘ocupan posiciones dirigentes en la iglesia - Elestablecimiento de procedimientos para restaurar la justicia, en los que tanto Jas victimas de la violencia como sus perpetradores, tras reconocer la verdad, puedan experimentar el poder del perdén y de la reconciliacién. + La eliminacién de toda justificacion biblica y teoldgica para el uso de la violencia, - La demuncia de todas las iniciativas de guerra, adoptando medidas para quitar legitimidad a la guerra y buscando otros medios no violentos para resolver Jos conflictos. ~ La denuncia de la mutilacion genital femenina, el turismo sexual y el tréfico de mujeres y nifios. ‘Un mundo en el que reine Ia justicia econémica Sostenemos con firmeza la visién de un mundo en el que reine la justicia economi- a, donde la pobreza ya no sca tolerada ni justificada, donde los pueblos del Sur y el Este prosperen junto con los del Norte y del Oeste, donde sé restablezca el equilibrio del poder y Ia riqueza y donde las mujeres y los nifios ya no sean sometidos a trabajos forzados y deshumanizantes. Exhortamos al CMI y sus iglesias miembros a que se adhieran a la Plataforma de Accién de las Naciones Unidas, aprobada en Beijing, y al Decenio de las Naciones Unidas para la Enradicacién de la Pobreza 1997-2007, y a trabajar con otras organizaciones no guber- namentales en este programa comin. Instamos a nuestras iglesias a clcvar juntas sus voces contra todo vestigio del colonialismo y toda forma de neocolonialismo, asi como contra 4a injusta y no deseada injerencia de Estados y otras poderes en los asuntos internos de otras naciones. Instamos a que pidan al Banco Mundial y el Foro Monetario Inter- nacional que suspendan inmediatamente todos los programas de ajuste estructural que afectan a los mas vulncrables, especial- mente a las mujeres y los nidos.” ara conseguir el texto complet, solcitar Documento NS- mero DE 6, al Servicio Lingiifstico, Consejo Mundial de Iglesias, 150 route de Femey, 1211 Ginebra 2, Suiza. 9920/99 CON-SPIRANDO WE RED DE SEXOLOGIA Y GENERO 0 Sa > S7yor® Con motivo del XII Congreso Mundial de Sexologia celebrado en Valencia del 25 al 29 de junio de 1997, un grupo de profesionales de la sexologia y los estudios de género de cinco paises, nos reunimos con el propésito de compartir nuestras perspectivas de trabajo y crear una Red de Sexologia y Género. Esta Red se crea para apoyar un enfoque mas global ¢ integrador en torno a las vivencias y el comportamiento sexual humano, que contemple la sexualidad desde la diversidad, La sexualidad, y por Jo tanto la sexologia, tiene que ver sobre tode con lo imaginario, con el deseo, con cémo se construye nuestro deseo, con nuestras relaciones en una sociedad dada, con como sentimos y expresamos lo que sentimos, etc. Todo esto tiene que ver con la construccién psicolégica, social y cultural de la persona. Esta red pretende evidenciar come la educacién y estructura social de género produce comportamientos y vivencias sexuales difetenciadas, y a su vez problematicas personales y relacionales, dando lugar a sintomnatologias y dificultando las relaciones humanas mas placenteras. Todo esto debe ser estudiado para variar determninados conceptos y planteamientos acerca de lo que se considera la “sexualidad normalizada”, que frecuentemente responde a un modelo patriareal y tradicional de la sexualidad. ef coN-SPRANDO Ne2a!e8 RETRATO ‘Nos proponemos: 1 Intercambiar entre las integrantes de Ta Red materiales, experiencias € informacién. 2. Crear Centros de Informacién en cada uno de los paises miembros accesibles a las personas que lo requieran, 3. Relacionamos con otras redes, organismos ¢ instituciones, para intercambiar conocimientos y experiencias. 4, Difundir a través de programas educativos, jornadas, conferencias, talleres y publicaciones un nuevo modelo de sexologia, no patologizante y respetuoso de las diversidades, en un espacio de placer y bienestar, que propicie relaciones amorosas, erdticas y placenteras hacia una misma y hacia los demas. Paises participantes: Argentina, Chile, Espaia, Méaico, Uruguay Direccién electronica provisional: eriek@faciInet Nuestros cuerpos, nuestras vidas para ef nuevo sigle Boston Women’s Health Book Collective, A Touchstone Book, 1998. En 1970 el Boston Women’s Health Book Collective publicd Nuestros cuerpos nuestras vidas, libro que nace como resultado de un curso en salud, sexualidad y crianza realizado por y para mu- jeres. “Es en el recuento de la his- totia personal, y las experiencias del cuidado del cuerpo que des- cubrimos que lo personal es po- litico”, afirman las editoras. Este libro se convirtié cn un manual guia para las mujeres y ha ayu- dado a impulsar y sostener Ios movimientos nacionales e inter- nacionales en el area salud. E) libro desmistifica términos, des- trona doctores, y da pistas para que las mujeres visualicemos nuestros cuerpos de manera distinta. Desde entonces, ha continuado siendo fuente de informacion y discusién. Ahora, catapultando al movimiento ferninista hacia el nuevo milenio, aparece esta ultima edicién, Nuestros cuerpos, nuestras vidas para ef meva sigha En esta edicién, el libro se RECURSOS a LECTURAS PARA CON-SPIRAR construye desde sus logros pax sados, manteniendo muchos de sus capitulos, como asimismo teniendo cn cuenta sus debili- dades. En este sentido esta nueva edicién amplia substancialmente larepresentacion y contribucién de las mujeres en cuanto a edad, etnia, origen racial, como asimis- mo incluye topicos relacionados con opciones sexuales y descu- brimientos en el tratamiento del SIDA. En estas paginas las mu- jores—de todas las generacio- nes—enconiraran no solo infor maciénactualizada, sinorecursos para una ayuda personal para aquellas decisiones que mol- dearan su sald y sus vidas Mujeressanan- do fa tierra. Ecologia, femi- nismo y reli- gidn segiin las mujeres del @ Tercer Mundo. co Rosemary Radford Ruether, Sello Azul, Santiago, Chile, 1999, En Mujeres sanando la tierra, Ja destacada tedloga, Rosemary Radford Ruether—quién durante Wace, s% Oo “ 409 hy 3 los Ultimos afios ha explorado la telacién entre la crisis ambiental y el rol de Ja religi6n—retine teycladores escritos de catorce mujeres latinoamericanas, asid- ticas y afficanas sobre el signi ficado de los temas eco-teolégi- ‘cos en sus propios contextos—y su significado para las mujeres del Primer Mundo. Las ecofeministas del norte, setiala Ruether, deben escuchar atentamente a las mujeres del sur, ya que los problemas comu- nes slo se pueden tesolvercom- prendiendo las diferencias culturales ¢ histéricas. Cuando las mujeres del sur reflexionan sobre temas ecolégicos, sebasan en asuntos de vida y muerte, no en teorias ni estadisticas. El em- pobrecimiento del ambiente equivale al literal empobreci- samiento de la gran mayoria de los habitantes dei planeta, concluye. Al abordar los temas entrela- zados de ecologia, clase, etnia, religion y sus elementos libera- dores, Mujeres sanando la tierra se dirige especialmente amujeres y hombres involucrados en la Tucha para superar ta violencia conta las mujeres y lanaturaleza, y garantizar la preservacién ecoldgica y la justieia social r2/90 CON-sPIRANDO® 51 0 Ss = SINON> Argentina Mabel Filippini CEASOL ‘Terrada 2324 1416 Buenos Aires Tel : 54-1 508-3674 Fax: 54-1 503-0631 Grupo Ecuménico de Mujeres,F.B.C. Pedernera 1291, San José 5518, Mendoza Australia Maggie Escartin P.O. Box 165 Hunters Hill, NSW, 2110 Pax: 612-9 879 7873 Bolivia Centro de Estudios y Trabajo de la Mujer Calle Junin 246 Casilla 4947, Cochabarnba Tel: 591-42-22719 Brasil Ione Gebara Rua Luis Jorge dos Santos, 278 Tabatinga 54756-880 Camaragibe - PE NETMAL Caixa Postal 5160 09731 Rudge Ramos Sao Bernardo do Campo IMS SBC, SP Fax: 011 455-4899 Costa Rica Janet W. May Apartado 901 1000 San José janmay@smtp.racsa.co.cr § VE) CON-SPIRANDO 8528/90 CONTACTOS Feuador Hna, Elsie Monge Comisién Ecuménica de Derechos Humanos Fono/fax: 58025 cadhu@ecuanex.net.ec Casilla 1703-720 Quito, Ecuador El Salvador Circulo Teolégica Feminista Apartado postal 1099 Centro de Gobierno San Salvador El Salvador-CA Europa GL. Kongevej 8, DK-1610 Copenhague, Dinamarea Fax: 45-33258110 E-maik laj@edr.dk. Catherine Norris Britain & Ireland School of Feminist Theology Rush Cottage Wheldrake Lane Crockey Hill York, YO19 48H. Inglaterra Tel: 01904-624259 Estados Unidos WATER 8035 13th Strect Silver Spring, MD 20910 Fax: 801 589-3150 CAPACITAR 28 Bast, Beach Street, Suit 206 Watsonville, CA 95076 Fax: 408 722-77043 capacitar@ige.ape.org Guatemala Bebeea Cervantes “Confregua” Apartado 793 Ciudad de Guatemala Nicaragua Anabel Torres “Cantera” Apdo. A-52 Managua, México ‘Mujeres para el Didlogo Apartado Postal 19-499 Col. Mixeoac 03910 México, D. F. Pert Rosa Dominga Trapasso Talitha Cumi Apartado 2211 Lima 100 Tel: 51-14-235852 ‘Uruguay Catélicas por el ‘Derecho a Decidir CC Central 1326 Montevideo Pono-fax: 598-2-485005 Venezuela Gladys Parentelli Apartado Postal 61.560 Caracas 1050 A Tel : 58-2-7301849 Fax: 58-2-9935573 Niimeros ya publicados: Convocando nuestra red de ecofeminismo, espiritualidad y teologia iondo lag hueilas de questro mestizaje La teologia teminista en Asia: transformando una pirdmide en un arcoiris El ecofaminisma: reciclando nuestras energias de cambio De cuerpo entero Haciendo memoria: raices indigenas Por amor al arte Desarmar ta violencia Oh Maria, madre mia La muerte... de la vida, el otro lado. ‘Nuevas economias jo y sanacién Buena nueva, buenas quevas... Sombras, brujas, sueflos Hombre y mujer los creé? Afectos y paderes Etica y ecofeminisma ¢Cambiar el mundo?: nudos, despiazamientos Por sus simboles las conaceréis Autonomias y pertenenclas: {dénde ponemos los limites? Desde fa memoria sumergida: artistas, misticas, viajeras... Un tal Jess...“Uds. gquién dicen que soy?” Ecofeminismo: hallazgos, preguatas, provocaciones Trabajo: sentidos y sin-sentidos Derechos humanos: Zqué derechos? zderechos de quiénes? (Trans)formacién y cambio cultaral Tiempos de inicio Mujer adulta: entrelazando ciclos Sabemos que son muchos los temas sobre los que quisiéramos intercambiar nuestras reflexiones, nuestras intuiciones, nuestras visiones. Por lo pronto, te invitamas a hacernos llegar tus colaboracicnes, ya sea en articulos, entrevistas, poemas, dibujos, ritos, etc., en torno al tema del proxime numero de Con-spirando. Préximos mimeros de 1999: §N'29; La mujer madura (la integraci6n 0 reposo) ‘H'20: Los entretejidos entre los ciclos

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