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a afr ie la baja auboesimna es Bao ‘oF mis frofondos y comilnes de Aue tienips. | ‘una weasacion gue dilapida y desbarata proyectos blaquei lt posit ti plejidad delat celactores aman ly baleen alba & Bien po ins ide a srigustiny la sansiedad,y complica lao una plage que paulainamentecarcome aera, penetra, en fore albupta,y deteriora la pectonalicad enicientasy patito feos. Dela desvaloneacion personal «lA Buen bet analiza de manera sencilla pero aguda la ntvineada tama Jed dedvale rizacibn humana Tadaga, tanto ef los cieitos infiniles como ena wh misma, cdmo las personas busca afanosanvente le Valor entoine, convirtidniloseen anes buenos, pobresvicumis ayuda fra con ls secretaexpectatcn deer vlonadas shuns eeniplates eine o ‘yseoonocidos a 59 que ¥a de adenizo hacia fuera Fataaces, gyn que tisiente Cisne Princesa gaa de ina elevada autocstinnt se oleate pléno condys tis fe acepts Povo, lamientablemente los setes Bumninos, en saiod lejos etamos de este estada de valor yiscetcagon w ayvarie a eto¥ ec ilo Int mibis aun ane hallamos de desvalorizsenos. os eas nooftece recets migics pete obliga, poraalde smapersonalypincpallentente Ceniientas, roa menosptecar iuestos reusds personals, ‘Servos ples of qlelo mejorsenos Bue ide soceer 6 scar bien can nosattos mssmos, Maree R. Ceberio, 772727 \|| WT HMM}. Herder : 272791 : yvsberder comm 78807 ® tas y Patitos Feos Marcelo R. Ceberio Cenic. Marcelo R. Ceber: Silence __Patitos Feos DS CoG un erat PREM OER tei Ey CENICIENTAS Y PATITOS FEOS DE LA DESVALORIZACION PERSONAL ALA BUENA AUTOESTIMA, MARCELO R. CEBERIO Herder Cansei de eto: Macarena Mohamad Formac elena: sie Gin aa obra seein de npr y ener teTpopien SA. de CV, 202013, bogategmaitcom (©2013, tori Hed 8. de RL dC. ‘Tanantpee 30| Ca Rom Six (CB. 0660, México, DE Mare R Cabrio ISN (Mexin}978-07-7727.295 ISBN (pea): 9788425431777 Lerwprodusig to paca de ests br sine Contin expe deo ses dl Copyh (Su promi par dene gene Inpeso en Méxio/ Printed n Meio merdercomna INDICE INTRODUCCION ...... ALGUNOS DESVALORIZADOS CELEBRES DE LOS CUENTOS INFANTILES HAY UNA SEGUNDA PARTE EN LOS CUENTOS INFANTILES - EL CISNE BELLO Y LA PRINCESA DE LOS ZAPATITOS DE CRISTAL: LA VALORACION PERSONAL EL SER IDEAL Y LA HIPEREXIGENCIA . . LiMITES Y FRONTERAS PADRES VALORIZADORES cece UN OBJETO DE BRONCE SIN PULIR «2222000 EL PATITO FEO Y LA CENICIENTA: LA DESVALORIZACION HUMANA .. . CELOTIPICOS, ADMIRADORES Y ENVIDIOSOS « NADIE ME QUIERE 2.2. INTENTOS FRACASADOS EN LA BOSQUEDA DE VALORACION PRIMER GRUPO: LOS POBRECITOS «2.02400 ee0008 ‘Sindrome del nene bueno (conciliadores) ... Sindrome de la pobre victima (lastimeros). Sindrome del culposo (autorreprochantes) . Sindrome del sumiso torturado (masoquistas)... . ua 3 16 33 37 46 2 60 108 m1 ‘SEGUNDO GRUPO: LOS AYUDADORES Sindrome de Superman y ta Mujer Maravilla ayudadores 1). Sindrome de la ambulancia y ef bombero (ayudadores 2) Sindrome del siismo (ayudadores 3) Sindrome de Pap Noel (ayudadores 4).. ‘TERCER GRUPO: LOS PERFECTOS : Sindrome del alunno ejemplar (hiperexigentes) . Sindrome del yotodolopuedo (omnipotentes) EPILOGO: ENCONTRANDO TESOROS INTERIORES . . . [BUSCANDO ADENTRO O EJERCITANDO LA VALORACION Regalarse a si mismo Pediry pedir... Decir jNo! . Hacer el ridiculo Ellistado de la autoestima Dejar la inicitiva al otro APENDICE: HISTORIAS DE DESVALORIZACION SER HUMANA LA MAMA GALLINA BIBLIOGRAFIA. 116 16 1g 120 122 123 123 126 11 132 133 134 136 136 138 139 141 141 143 147 INTRODUCCION Cenicientas y patitos feos. De la desvalorizacién personal a la bue- na autoestima es wn libro que habla, de manera aguda y profunda, sobre la desvalorizacién humana y sus complejos mecanismos. Debo reconocer que estuve varias noches intentando definir este texto: de la introduecién al epilogo, del epflogo a la introduc- ci6n, de la introduccién al epilogo. Al principio, cuando lo estaba gestando, habia deambulado por diferentes titulos que mostraban ostensiblemente la desvalorizaci6n huunatia EI primero de todos aludia al titulo de un articulo que escribi hace muchos aos, después de asistir a un musical llamado Nuestra Sefiora de Paris y de leer la genial novela de Victor Hugo, donde el protagonista, Quasimodo, revelaba con su sola presencia la imagen de la baja autoestima. Lo titulé entonces BI sindrome Quasimodo. Me parecié un poco técnico y erudito. Después escribi jNadie me quiere!, como se enuncia en algunas historias infantiles, que se na- ran mis adelante. Era grifico y contundente. Luego me pare ‘més completo jNo me quiero, no me quieren!, expresién crudamen- te cierta: Ia mayoria de los desvalorizados estén amenazados por este sentimiento profundo y descalificador. Una de esas noches, como tantas otras, Franco, mi pequetio hijo, me pidié que le leyera 0 le narrara un cuento. Tomé al azar algunos libros que se hallaban en su biblioteca y alli, ante mis ojos, ‘encontré la respuesta a la introduccién, al eje temético del texto y al titulo, El libro que tenfa frente a mi era la historia del patito feo. Sin duda, una muestra clara de la desvalorizacién. Revisé, entonces, otros cuentos infantiles e historietas de superhéroes que demarcan el camino de los desvalorizados, con, ingenuamente, finales felices. En todos estos afios, al estudiar y trabajar con tanta gente que posee su valoracién personal lesionada, he comprobado que los cambios magicos de estas historias no coinciden nunca con la realidad. De- cidi escribir algunas segundas partes como verdaderas historias. Asi nacié Cenicientas y patitos feos. De la desvalorizacién perso- nal a la buena autoestima. El primer capitulo trata, de manera introductoria y general, acerca de los cuentos infantiles; describe las caracteristicas de sus contenidos, su finalidad narrativa; muestra qué valores y cuiles son Jos patrones que poseemos los seres humanos para categorizar algo ‘como bueno o malo, mentira o verdad, bello o feo. Pero, més allé del relato oficial del cuento, se crea una segunda parte de estas na- rraciones —los verdaderos desenlaces-, relatos crudos y realistas de ‘como continiid la vida de los queridos personajes, de los cuales el patito feo y la Cenicienta son iconos. El capitulo “El cisne bello y la princesa de zapatitos de cristal: valoracién personal” es 1a puerta de franca entrada para analizar la autoestima saludable. Alli se encontrarin diferentes definiciones para comprender claramente qué significa valorarse. Se plantean distinciones entre lo que se entiende por idealizacién y realidad, y ‘c6mo los seres humanos nos ceffimos a la sobreexigencia, que nos hace sentir impotentes, puesto que debemos llegar ut6picamente a la perfeccién. En este capitulo se explica la importancia de colocar limites que impliquen respeto hacia el otro y hacia nosotros mismos ‘y, como padres, la relevancia de brindarles a nuestros hijos paréme- ‘ros saludables de valoracién. En este sentido se definen muchos conceptos de uso cotidiano como humildad, falsa modestia, pedan- teria, soberbia y fanfarroneria, entre otros. En el capitulo “El patito feo y Ia Cenicienta: la desvalotizacién humana” se desarrolla lo que fundamenta el tema central: la baja 10 ‘autoestima, En él no sélo se define la desvalorizacién, sino que se muestran las reacciones autodescalificantes prototipicas a la hora de affontar una situacién. Es un capitulo que lleva al lector (valori- zado 0 no) a recorrer los diferentes vericuetos y consecuencias de la vida de un patito feo. Muestra cémo la descalificacién personal, prima hermana de la inseguridad, hace que la persona termine con- firmando en la realidad su supuesto desvalorizador: la princesa hard todo lo posible por confirmar su cenicienta interior en la realidad. Se observan también juegos humanos triangulares y diddicos, ‘como as celos, la admiracién y la envidia, que dan sobradas mues- tras de dindmicas descalificatorias. Este capitulo cierra con una cla- sificacién de los mecanismos que estructuran los desvalorizados en pos de valoracién personal, una falsa valoracién que se obtiene @ partir de desarrollar acciones que satisfagan al entorno, establecien- do con éste una relacién de dependencia. Se distinguen tres grupos: los pobrecitos, fos ayudadores y los perfectos. En el epilogo, “Encontrando tesoros interiores”, se cierra el anélisis con la némina de algunas tareas terapéuticas, destinadas ‘a encontrar valores personales, contrarrestando los intentos fraca~ sados de busqueda de calificacién en el entorno. Por iltimo, en el apéndice, dos breves historias reales expresan la lucha de dos mu- Jjeres por aprender a quererse. Cenicientas y patitos feos es un texto que no offece recetas magicas, pero su andlisis agudo obliga, por asi decirlo, a reflexionar sobre nuestra estima personal y, principalmente, sobre la desvalo- rizacién humana. u ALGUNOS DESVALORIZADOS CELEBRES DE LOS CUENTOS INFANTILES Cuando legué de Marruecos para estudiar medicina en Francia, entre mis amigos y compafieros se encontraba Rajim, un joven ma- rroqui que estaba muy angustiado. Sufria una profiunda tristeza, a rraiz de que la duefa de la pensién lo marginaba y descalificaba por ser extranjero y, principalmente, por provenir de Africa. Lo maltra- taba, lo miraba con desdén y hasta lo ignoraba. El se sentia muy afligido por esas actitudes, que se repetian una y otra vez. Durante esos primeros dias de su vida en Paris, incrementaba su desvaloriza- cién personal, socavando su autoestima hasta niveles catastréficos. Quise solidarizarme con él y una tarde lo fui a visitar a su pensién. Mientras lo esperaba en él hall, aparecié la duefa, una ssefiora mayor que me observaba con el rabillo del ojo. “jBonjour, madame!”, le dije sonriendo, Casi inmediatamente y sin darle res- piro, afiadi: “Madame... qué suerte tiene usted! La mujer, que me ‘observaba atdnita sin comprender, pregunté: ";;Pourquoit! Le repliqué: “;Sabe usted?, el rey de Marruecos tiene muchos hhijos. Algunos se quedan en el pais, pero una minoria selecta, com- ‘puesta por los que considera mds inteligentes, viajan al exterior ‘para estudiar... ;Mi amigo es uno de ellos y es usted quien lo hospe- da!” En el preciso momento en que se hizo silencio, regress Rajim. Saludé amablemente a la mujer, sin dejar de observarla, hasta que a perdi de vista: “Bonjour, madame!”, y nos fuimos. La sefiora se quedé petrificada y boquiabierta en medio del hall central. B Pasé el tiempo. Un dia, caminando por los pasillos de la uni- versidad, me encontré nuevamente con Rajim. Su rostro habla cambiado notablemente, su mirada estaba mas relajada y su pos- tura corporal distaba mucho del abatimiento. "Bonjour, Rajim!, gcomment ga va?” Con una gran sonrisa, me contesté: “Muy bien, realmente muy bien!" “;Por qué?”, le pregunté, curioso e intrigado, “;Sabes?, no sé qué sucedié, pero de repente la dueha de Ia pensién, de un dia para otro, empezé a tratarme diferente. Comenzé a ocuparse de mi. Me cuida, me prepara comida, me pre- ‘gunta si necesito lavar mi ropa... ;Me trata como si fuera su hijo!” Yo lo observaba sin poder evitar una leve sonrisa de satisfaccién. Luego me dijo: “Pero lo que no entiendo es cémo realizé semejante cambio, :qué habré sucedido?” Le respond: “Seguramente ella ‘pudo ver en tial principe que se esconde en tu interior.”* Muchos son los relatos expresados a través de cuentos, historias y fabulas infantiles, que culminan en un final feliz, Estos desenlaces triunfales de las obras se relacionan con la conerecién de imagi- narios populares, deseosos de victorias y éxitos, més que con cie~ rres reales que sigan el-correlato de los devaneos del cuento. La estructura de estas narraciones comienza con una descripcién del contexto donde se desarrollard la historia de los personajes y de la situacién; Iuego se centra en el relato de la historia propiamente dicha y termina con un desenlace que concluye con un anélisis, En general, los contextos que se describen son desfavorables para el protagonista. La situacidn es hostil y adversa, para que éste pueda crecer y desarrollarse plenamente en su crecimiento. Hay personajes que son villanos y maliciosos, como brujas, madras- tras malvadas, monstruos, hadas malas, viejos abusadores, lobos * Anéedota contada en un congreso de terapia sistémica realizado en Toulouse (Francia, 1995), por Mony Elkain, en el que deseribia sus épocas de estudiante, e: donde sin muchas expoctativas tal vez.con més deseo, reformul6 una situacén mu angustiante através de una intervencién espontinea. 4 yy zorros manipuladores, que se dedican a descalificar y torturar al personaje principal. Mientras que unos pocos, de la talla de princi- pes, parejas solidarias, hadas buenas, animales nobles, se dedican ‘a ejercer el rol de salvadores que rescatan al pobre protagonista de las fauces de los primeros. ‘Todos estos elementos son los componentes de la historia, que tiene visos de tragedia con final resiliente. El protagonista, que debe reunir caracteristicas, como nobleza, bondad y honestidad -y si se quiere, hasta la ingenuidad bienintencionada-, deberé pasar por tuna serie de situaciones ¢ interacciones en las que primardn las des- avenencias, desvalorizaciones, rechazos, descalificaciones y mal- tratos injustos. Nuestro personaje lucharé denodadamente contra la adversidad para terminar triunfante, recibiendo con justicia la valo- racién y el reconocimiento merecidos. Si bien lo reiteraremos més adelante, la mayoria de los cuentos infantiles y las historietas de superhéroes concatenan argumental- ‘mente estereotipos de belleza y fealdad con concepciones sociocul- turales de bondad y malicia, respectivamente, Los lindos, ademas de lindos, son generosos, extremadamente buenos, humildes, so- correntes, dadivosos y desinteresados, mientras que los malos son feos y torpes, tienen dobles intenciones, son maléficos y egoistas, y siempre esconden intereses para si, En esta misma linea, musculosos de cuerpos apolineos, con ppeinados perfectos y narices respingadas, identifican a los grandes supethéroes, asi como también muchos rubios altos de cuerpos es- mitriados, larga cabellera y ojos celestes son principes prestos al rescate de princesas cautivas de malhechores y a la lucha en infe- lices campos de batalla, Pocas son las mujeres en rol de heroinas, pocas ~cabe hipotetizar— por la vertiente patriarcal de la sociedad ‘occidental, ademés de que atributos como la fuerza fisica y los misculos son propiedades per se que se identifican con la figura ‘masculina. Estas pocas supermujeres son delineadas con cuerpos perfectos, bustos erectos y caderas arménicas, propictarias de se- 15 ducciones descomunales, inteligentes y estratégicas, con una pre~ sencia firme y decisiva. ‘Todos los estereotipos fisicos reiinen caracteristicas europeas y nofteamericanas, tal cliché observa la matriz de su autoria, Muchos superhéroes son made in USA, mientras que los cuentos infantiles tra- dicionales fueron creados en su mayoria por autores europeos. Entre otras caracteristicas —principalmente en los superhéroes~ se proyec- tan ideales que asocian fuerza descomunal o alguna virtud superla- tiva con algin recurso magico: gran velocidad, posibilidad de volar, telepatia, ingenio, rapide, tacticas geniales, inteligencia, La ecuacién centre fuerza fisica, inteligencia y belleza conforma la triada infalible, Todos los cuentos infantiles se focalizan en una lucha entre el bien y el mal, lucha de la que saldré victorioso el bien, encarnado en el protagonista. O sea que si se desea contar o escribir cuentos para nifios todas estas particularidades descritas hacen la férmula para lo- agrar elaborar historias infantile tradicionales y aseguran un minimo de resultados exitosos. Es una base, una especie de guién puso a paso para construir una historia en la que slo variaré el contenido. Peto lo principal que tiene en comin la mayoria de los cuentos 8 la desvalorizacién que sufie el personaje central, desvalorizacién «que parece sanearse magicamente a través de la experiencia. Pero en nosotros, setes humanos reales, tal como fo mostraremos en el desa- rrollo de este libro, la baja autoestima es un estigma duro y resistente de corroer. La experiencia humana muestra que la mayoria de los desvalorizados buscan afanosamente el valor personal en el afuera, ‘Trabajan mucho para ser queridos y, volviéndose dependientes del entomo, munca Ilegan a abastecer esa carencia de calificacién interior HAY UNA SEGUNDA PARTE EN LOS CUENTOS INFANTILES Si los cuentos infantiles fuesen reales, seguramente el desenlace podria ser muy diferente. Tal vez, més que el desenlace, las conse- cuencias que dejaron las desvalorizaciones tempranas no parecen 16 construir una segunda parte de las historias color rosa. Es decir, cl sedimento autopecaminoso, que resta en la personalidad a raiz de las traumaticas desvalorizaciones sufridas, entorpece el normal crecimiento y mina la autoestima saludable. A este panorama se le deben sumar los intentos infructuosos de busqueda de valoracién que acrecientan el malestar. Esto no quiere decir que el proceso sea irreversible. Si encauza- ‘mos el trabajo personal sobre la propia valoracién, redireccionamos Ios intentos fallidos por valorizarnos dejando de focalizar en el afue- ra lo que debemos encontrar en el adentro, y buscamos en el espacio de la psicoterapia refiexiones y estrategias de accién que lleven al en- cuentro de nuestras perlas interiores, indefectiblemente lograremos ‘eros como seres valorados y valorables, Uno de los cuentos que puede considerarse el paradigma de la des- valorizacién es la historia de EI patito feo. ;Quién no se emociond yy se entemecié en su infancia con el cuento del pobre patito! El cuento El patito feo (Hans Christian Andersen. 1843) es, sin duda, una metéfora de la autoestima humana, Algunos autores, se- fialan que, como cuento de hadas, es utilizado para hacer que los ni- fios se sientan menos avergonzado por sus diferencias. La moral de la historia esta oculta en el cuento: Poco importa que se nazca en el corral de los patos, siempre que uno salga de un huevo de cisne. (Andersen. 1843, 9) Un ejemplo de la vida real seria un nifio o una nifia que se ve 0 actia diferente a los demés nifios y nifias a su al- rededor. El cuento de hadas da la esperanza de que esas diferencias negativas redunden en beneficios especiales y un futuro brillante. EEL patito feo se ha convertido en una metifora incorporada en el enguaje popular, que representa a las personas desvalorizadas, en- simismadas, inhibidas, que no se destacan. Lo que se observa del cuento, en lo que a nuestro tema se re- fiere, es la historia de un patito que desde su nacimiento fue des- valorizado por su madre, quien traz6 la diferencia por su fealdad 7 respecto al resto de sus hijos. Este fue el primero de los profundos rechazos del pobre patito (ademds de profundos, reales), porque las descalificaciones también estuvieron en boca de sus hermani- tos, que lo marginaban dejandolo de lado y aborreciéndolo por su fealdad. Asi de feo casi horrible~ lo muestra la mayoria de los dibujos de los cuentos: un pato desgarbado y més pequeflo, leno de plumas irregulares y toscas, al lado de sus esbeltos hermanos, erguidos y gallardos. Cabe agregar que no deja de observarse la escala de valores sociales que impregnan esta descripcién, puesto que (como sefialaremos mas adelante) Ia fealdad y la baja estatura son los desvalores que se le atribuyen al patito, desvalores que van de la mano del descrédito y la consecuente segregacién. Esta misma segregacién es la que expresan los animales del bosque, quienes lo molestaban al ver un patito desgarbado que in- tentaba conducirse de la misma manera que cl resto de los patos. ‘Todo terminé en que sus mismos hermanitos lo echaron de la fami- lia, Otras versiones agregan expresiones de mayor dramatismo: EI patito se marché muy triste: “;Nadie me quierel, jqué culpa tengo de ser feo!”, se decia para si mismo (Andersen. 1843, 9). De esta ‘manera, solo, deambulaba por el bosque, donde hasta los animales Je daban la espalda y lo rechazaban. El pobre patito feo vagabundeé todo el inviemo, aterido y débil porno comer, y cuando llegaba su final, lo descubrié una anciana que se condolié de él y lo alimenté, pero (siempre hay un pero) el gato de Tacasa lo miré con recelo y le comenzé a hacer la vida imposible. Lo perseguia permanentemente, lo provocaba y deseaba comérselo. La anciana se cansé de las rencillas entre ellos, y como pasaba el tiempo y el pato no era pata, por tanto, no ponia huevos, lo eché de la casa. ‘Otra vez, el abandono, el rechazo y la tristeza del rechazo. En los prolegémenos del final de Ia historia, se cuenta que el pobre patito anduvo solitario y sin casa por mucho tiempo. Nueva- mente suftié las penurias de un inviemo ftio, Pero Ilegé la prima- vera. Un dia fue a un lago y se qued6 entre unos juncos mirando 18 un grupo de bellisimos cisnes que nadaban y se le aproximaban, ‘Tan acostumbrado estaba a que lo marginaran que pens6 que esos cisnes iban a agredirlo: dese6 que acabaran con su vida a picotazos. Agaché su cabeza esperando el fin, cuando de pronto observé las, aguas del lago, vio su imagen reflejada y... jdescubrié que él tam- ién era un cisne! Un cisne elegante y precioso, que jamas volvié a sentirse solo, ya que habia encontrado a su verdadera familia, Rizo entonces sus alas, alz6 el esbelto cuello y se alegré desde lo hondo de su corazén, “Jamds soé que podria haber tanta felicidad, alld en los tiempos en que era slo un patito feo” (Andersen. 1843) Este es un cierre de la historia, con el tipico final feliz y victo- rioso, Pero la buena autoestima no se logra tan fécilmente, sino, por el contrario, después de terribles sucesiones de descalificaciones. Cabe preguntarse entonces: ,c6mo continué la historia de nuestro pequefio protagonista, luego de descubrir que no pertenecia a la especie de los palmipedos patunos? La segunda parte de esta historia, que da visos de realidad al cuento, narra las vicisitudes de un cisne adulto que pasé una infan- cia altamente traumatica, poblada de descalificaciones y rechazos de su familia de origen. Su madre misma lo rechazé explicitamente y lo condené por su fealdad. Sus hermanitos lo marginaron hasta cecharlo del hogar. Como primera experiencia infantil, es realmente espantosa. Y el uso del término espantosa no es azaroso. Causa es- panto que en los primeros meses de vida, cuando se necesita mayor nutricién emocional, se haya creado semejante carencia La segunda experiencia de nuestro protagonista es de soledad y de segregacién del medio (los animales del bosque). Cuando pa- rece poder revertir Ia situacién y el patito lena su vacio afectivo con la presencia de la anciana, el gato lo pone en riesgo de muerte. Todo se acaba cuando la vieja tiene que optar, elige al gato adu- ciendo que el pato no le sirve ya que no pone huevos, {Como puede sentirse este animalito cuando creia ser amado, pero el interés radi- caba solamente en su uso? 19 ‘Nuevamente, soledad y tristeza en la vida del pato, sentimien- tos que reactivan y potencian profundas angustias de la primera infancia; el deambular sin rumbo, la soledad. La escena paradig- mitica en que se ve reflejado en el lago hace que se dé cuenta de _que vivi6 equivocado: no es un pato, es un cisne. Entonces intenta integrarse al grupo de cisnes con mucho miedo., El protagonista no desea amar nuevamente por miedo al re- chazo y la desvalorizacién, y no logra integrarse del todo al grupo de cisnes. Ellos tratan de plegarlo al grupo, pero él se resiste. Se “automargina y genera cierta desconfianza en los otros, ademas de la sensacién de que es él quien no los acepta, Esto produce bron- cas en el grupo y toman distancia del ex pato. Asi construye una profecia autocumplidora: ¢1 confirma que es rechazado y que ha hecho muy bien en tomar distancia y defenderse no involucrandose afectivamente. Otra vez la soledad y la tristeza, que aparecen més fuertemente en cada pesadilla, donde la imagen de su casi suicidio aparece una y otra vez: él se ve pequeilito e indefenso, y unos cis- nes negros y monstruosos lo picotean hasta desangrarlo. Nuestro protagonista también acarrea secuelas en su identidad: tampoco ha logrado verse como un cisne completamente. Fueron tan. fuertes las imAgenes de fealdad que le transmitieron sus mayores y pares, que no puede percibirse como un cisne hermoso. Se desvalo- riza e intenta hacer cosas para que lo quicran, Se vuelve bueno, con~ > cliador y ayudador en exceso. Se transforma en un dependiente de _ la valoracién que le pueden proporeionar los demés. Le resulta muy. ‘costoso colocar limites y el entomo lo manipula permanentemente, ~~ Esta es una versién més 0 menos catastr6fica de los efectos de la desvalorizacién en la infancia. Por supuesto que estos senti- mientos traerin como colacién, entre otras cosas, el retraimiento personal, un entomo abusador, una pareja a la que se le demanda calificacién y, hacia los hijos, un ejemplo de cémo deben hacer para desvalorizarse. Todo en una secuencia en cadena que excede ‘el marco personal, para trasladarse a las generaciones posteriores. 20 Lejos del catastrofismo, también puede construirse una versién _Positiva, El ex patito feo, al darse cuenta de su sensacién de minus- vali, recurti6 a uno de los cisnes més sabios para que lo ayudara a recomponer su estimacién personal, o pudo encontrar a una mamé cisne sustituta, quien le brind6 amor y valoracién, logrando pauia- tinamente llenar ese vacfo sediento de afecto, Y mas alla de todas ‘estas posibilidades, 0 aunque no se haya contado con ninguna de cllas, el ex patito recurrié a un psicélogo de animales, con quien _pudo reflexionar acerca de su valoracién e intentar estimarse. La Cenicienta (1691), por ejemplo, también es una historia de des- valorizacién ¥ rechazo, La versién més conocida fue creada por Charles Perrault y describe a una nifia hermasa y-de-muy-buen co- razén, que extrafiaba a su mamé, fallecida en los primeros afios de su vida, y cuyo padre viudo se habia casado con una mujer perver- sa, que tenia dos hijas ambiciosas y malas. Tan descalificada estaba que no $6l0 hacia Ia limpicza de toda la casa, sino que dormia frente a la chimenea, razén por la cual amanecfa tiznada de los pies @ la cabeza. De ahi su apodo: Cenicienta La nifia, que se caracterizaba por su belleza angelical, aunque cubierta con harapos, contrastaba con sus dos hermanas, que, a pe- sar de estar vestidas con sedas y oropeles, se destacaban por su fealdad. Un buen da, se anuncié la noticia de que el rey invitaba a todas las jovencitas del reino a un gran baile. Entre ellas, el principe clegiria a su esposa. Las hermanastras pensaron que serfa una gran oportunidad. Sola y triste, Cenicienta se vio invadida por un resplandor que la cegé por unos instantes. Era su hada madrina, quien le puso un hermoso vestido y unos zapatitos de cristal, con la restriceién de que a las doce de la noche el hechizo desapareceria, El principe quedé fascinado con la hermosa joven y bailé toda la noche con ella, Cuando sonaron las primeras campanadas de la medianoche, Cenicienta debié huir apresurada —corriendo el riesgo de que los 2 corceles blancos que la habfan trasladado a la fiesta se transfor- ‘maran en ratones, y su carroza, en calabaza~ y en los pasillos del palacio perdié uno de sus zapatitos de cristal. Posteriormente, el principe anuncié que se casaria con la tinica chica de la ciudad cu- ‘yos pequefios pies cupieran en la zapatila.” Casa por casa, los soldados del rey, con el zapato a cuestas, se encargaron de probarlo a cada una de las jévenes del reino. Las her- manastras, en vano, hicieron la prueba, hasta que le Ilegé el turno a Cenicienta, El zaipato calzé perfectamente en su pie. Asf, el princi- pe enamorado le pidié que se casara con él. Ella acepté y vivieron una vida muy feliz. Pero la verdadera historia cuenta que la pobre Cenicienta su- frié el primer abandono de su vida cuando murié su madre. Ese “femprano y profundo dolor le dejé tal vacio afectivo que tuvo la ilusién de poder Ilenarlo con una mamé sustituta, ilusién que se ‘materializ6 cuando su padré rehizo su vida con una nueva mujer. ‘Todas estas fantasias se perdieran cnando conocié a su madrastra, uuna mujer despiadada que la convirtié en su esclava, y se vio desca- lificada por sus hermanastras, quienes la envidiaban por su belleza, El cuadro se completa con un padre que brillé por su ausencia, no “La macrastray las hermanasras de Cenicienta (en algunas versiones solamente Jas hermanastas) conspiran para gana la mano del principe para algunade elas. En la versinalemana del cuento, la primera de las hermanastras, para que lecupierael pie en la zapatill, se corta un dedo, pero un péjaro magico le dice al principe que se fije cena sangre que gotea dele zapatlla,y el principe la manda de nuevo con su madre ‘Lasegunda hemnanasta se corta su tain para que el pie eneae, pero el mismo péjaro adviere de nuevo, Finalmente, aparece Cenicienta y su pie encaja en la zapailla. En algunas versiones ella ba guardado el oto zapato en su bolsllo. Las malvadas Jhermanestras son castigadss haciendo que sus ojos sean arrancados por cuervos. Es también digno de mencionar que en esta version no hey hada marin, tanto el ve tido de Cenicienta como sus zapatos aparecen en un érbol que creve sobre la tumba de su madre. Tampoco hay un limite en la medianoche, sino que ella deja el baile ‘porque est cansada, Para poder asst al bail, la madrasra le impuso a Cenicienta ‘na trea imposible: reeoger en menos de dos horas una fuente de lentejas que habia ‘derramado entre las cenias. Los péjaros eyudaron a la pobre joven peto, a pesar de haber completado Ia tara, le madrastra no cumplié su promesa (Wikipedia. 2007). 22 sélo porque no aparece en el cuento, que se desarrolla sobre la base de cuatro mujeres (Cenicienta, la madrastra y dos hermanastras), sino porque se infiere que se convirtié en eémplice de su mujer y del juego familiar. Con sus sentimientos de soledad, desvalorizacién y angustia, su vida torturada le dio una revancha: pudo ser la elegida por el principe para casarse y asi cambiar la direccién de su vida. Ceni- cienta logré formar su familia, pero sus sensaciones de baja auto- estima y desvalimiento interior no fueron superadas tan fécilmente, Si bien vivié en la corte como princesa, continuaba siendo la ceni- cienta que dormia al lado de la chimenea de la casa de su madrastra. Por las noches, sofiaba con sus hermanastras, que la insultaban y denigraban. Se despertaba sobresaltada y a veces amanecia dormi- da al lado del hogar a lefios del hall central del palacio. La princesa buscaba permanentemente reconocimiento en su entorno. Necesitaba que la halagaran, necesitaba hacerse notar, pre- ‘cisaba la mirada de los otros para sentirse en su nueva identidad. La laceracién de su valoracién le habia generado una minusvalia que la hacia sentir insignificante. Su propia inseguridad la llevaba a celar al principe, se volvié sumamente controladora. Ella, a su vez, se mostraba un tanto exhibicionista —mas histérica de lo previsto— ‘con tal de ser elogiada, lo que provocaba Ia ira del principe, que terminaba insultandola y descalificandola por su actitud. ‘Ambos, el principe y la princesa-cenicienta, debieron consul- tar al consejero de la corte con la intencién de mejorar su relacién. La desvalorizacién de Cenicienta habia comenzado a causar serios problemas de pareja. Ella se habla vuelto demandante en extremo, en el intento de que el principe Ilenase su carencia afectiva. __ba ser mam, no por un deseo genuino, sino como una for retener a su marido de cara a la fantasia de que él la pudiese aban- donar. Pero cuanto mas deseaba ser main, thenos quedaba encinta, Jo que la levaba a creer que no era fértil y, por ende, temfa que el principe la mirara con recelo ya que no le podfa dar un heredero. 23 Con este panorama, arduo fue el trabajo del consejero de la corte, cuyo objetivo era lograr revertir poco a poco el sentimiento ‘autodescalificante de la princesa y que pudiera quererse y valorarse ‘en su nueva identidad. S6lo asi podria consolidarse con su principe, arménicamente muy feliz, y proyectar futuros hijos. Estas imagenes personales, estos personajes que nos hemos cons- truido a través de la experiencia, hacen que nos quedemos cogniti- -vamente fijados a ellos y que nos resistamos a modificar esa identi- {dad perniciosa que nos hemos labrado. Es una cruda paradoja, la de atarse al malestar de una identidad, y un elogio al refrén que dice “mds vale malo conocido que bueno por conocer”. Siempre recuerdo a Liza, una paciente escultural, Bella y de formas perfectas, siempre se quejaba cuando se miraba al espejo. Creia que no tenia cuello, como si fuese una gallina, Liza habia sido obesa y no habla logrado superar ideacionalmente esa imagen. ‘No sblo se veia bajo es0s parémetros, sino que sc descalificaba y se flagelaba con desvalorizaciones de manera permanente, ‘A Felicitas le sucedié un fenémeno similar. Habia sido la sit- venta de la familia del esposo. Cuando se vieron por primera vez, se enamoraron perdidamente. Se casaron y tuvieron seis hijos. Ella lo celé siempre y nunca dejé de desvalorizarse. Internamente, no abandoné esa imagen de mucama con la que habla comenzado la relacién. Vivi6 torturada por esa descalificacién. Estas dos histo- rias, si bien son reales, tienen la misma estructura que los cuentos infantiles. Todos estos cuentos, como sefialamos anteriormente, no sola~ ‘mente polarizan entre el bien y el mal, sino que asocian el mal con la fealdad, y lo bueno con la belleza, Las imagenes de los cuentos y de los dibujos animados que récrean historias infantiles tradicio- nales como EI patito feo, La bella durmiente, Cenicienta y Blanca- nieves, entre otros, encarnan ¢l Mal en brujas horripilantes 0 vie- jas monstruosas, mientras que los protagonistas representantes del 24 Bien son principes perfectos 0 mujeres hermosas. Verdaderamente se trata de mensajes de profunda segregacién y discriminacién ha- cia las personas que no han gozado de las regalias biolégicas de la perfeccién anatémica. ‘También explotan y expresan el ideario popular. Siempre. nos entemecen las historias de las personas resilientes, es decir, aque- “Tlas que crecen y logran desarrollarse a pesar de las adversidades de su vida, Personas que crecieron en orfanatos y Megaron a set notables empresarios, nifios de la calle que son artistas famosos, hhuérfanos que son investigadores brillantes, niffos que han vivido en la indigencia familiar y son deportistas exitosos. Valoramos su cesfuerzo y que hayan logrado sobrevivir y valorarse luego de suftit las peores penurias y descalificaciones. El resiliente, de alguna manera, revierte su desvalorizacién Apela a sus recursos personales. Encuentra dentro de si sus valo- res, su fuerza, su espiritu de lucha, Pareciera que tiene la habilidad natural de aprender que él, y solamente é1, puede generar las opor ‘tunidades para el cambio y el crecimiento, Sabe que cuenta consigo mismo y opera contra una realidad que se le muestra adversa y san- ‘guinaria, La gente se proyecta en estos personajes, en sus ansias de poder y superacién, Ve reflejado en ellos lo que desearia ser. Ellos no sélo obtienen reconocimiento y valoracién del entorno, jsino del mundo entero! ‘Shrek es un cuento modemo que se presents como pelicula en el afio 2001. Hasta su creacién, la mayoria de los cuentos infantiles describian a los ogros ~con su consecuente fealdad- como figuras ‘malvadas que tefifan de terror las narraciones, ademés de acentuar Ja tan mentada polarizacién entre feos-malos y bellos-buenos, a la que hacemos referencia, La historia de Shrek es la de un ogro apestoso y muy feo, que vive solo, disfrutando de las bondades que le ofrece su. pantano. ‘Verdaderamente es el tipico ermitafio que odia ser molestado 0, 25 ‘mas bien, al que cualquier contacto con humanos y animal sulta fastidioso, La anatomia de semejante ogro grufién represeiita ‘a un gigante cabez6n que tiene dos pequettas protuberancias por orejas; es de color verde, panzén y tiene mal humor, ademis de ser ‘muy celoso de su vida. Pero Shrek es un ogro bueno, que aprovecha ‘su aspecto terrorifico para espantar ala gente del pueblo, Su maldad es s6lo aparente, es sélo una teatralizacién para generar miedo y lograr que la gente no se acerque a su pantano. Un dia, sorpresivamente ve su habitat invadido por un grupo de personajes de cuentos de hadas, que han sido desalojados por un tirano malvado, de baja estatura, con aspiraciones de rey —Lord Farquaad-, que es el villano de la historia. Muy enojado, Shrek em- prende un largo viaje para entrevistarse con ¢! insignificante pero poderoso lord y exigirle que le devuelva su pantano, Pero, lejos de acceder ficilmente a su exigencia, el tirano le propone un trato: de- volverle su pantano, siempre y cuando rescate a la princesa Fiona, que esté prisionera en un castillo custodiado por un enorme dragén que lanza grandes bocanadas de fuego. En su periplo, Shrek conoce aun burro muy simpético que habla y habla sin para, y lo acompatia ‘en sus peripecias hasta el castillo donde se halla cautiva la princesa. Después de correr grandes aventuras durante el rescate, Shrek llega finalmente al lecho de la princesa y la toma entre sus brazos. La princesa espera a un principe apolineo, un adonis, y en cambio se encuentra con un ogro gigante y mal parecido 0, mas bien, horrible. Shrek carga con la princesa.y es perseguido por las grandes bocanadas de fuego que expulsa la dragona. En el interin, un prin- cipe rubio y perfecto llega al lecho de la princesa y en su lugar en- cuentra... ja un lobo!, igual que en el cuento de Caperucita. Mien- tras tanto, el ogro lleva a Fiona, quien durante la noche, mientras duerme en un granero, se transforma en una ogra, tal como lo hace todas las noches de su vida. Luego de una serie de desencuentros, el ogro bueno, sin atreverse a declarar su amor a Fiona, que también se encuentra enamorada de él, Ia entrega al lord y éste le devuelve 26 cl pantano. Shrek regresa a su morada, pero no puede olvidar a la princesa. Su amigo, el burro, lo convence y van a rescatarla, pues esté.a punto de celebrarse su boda con el lord enano y maléfico. ‘Ambos irrampen en medio de la ceremonia, salvan a la princesa, y Shrek logra declararle su amor. Todos descubren que, tras la be- Ileza de Fiona, se encuentra una ogra fea, con los mismos rasgos de Shrek. En todo este rescate reciben la ayuda de la dragona, que nnuevamente aparece en escena, enamorada del burro. Al encontrar a amistad sincera del burro y el amor en Ia princesa, Shrek se da cuenta de que el mundo no es tan malo como él crefa. Como ya hemos sefialado, este cuento desestructura la dicoto- iia feos-malos y bellos-buenos, en principio porque Shrek es un ‘ogro y, clisicamente, todos los ogros son feos, al tiempo que mal- vados y sddicos. Shrek, en cambio, es un ogro horrible pero bueno. Es decir, modifica los idearios cognitivos clasicos. Es él quien res- cata a una princesa hermosa y se enamora de ella, aunque ella en realidad es un ogto feo como él. Sin embargo, una buena solucién al problema —que ademas desafiaria la logica amorosa~ hubiese sido que Ia princesa, siendo una bella princesa, se hubiera enamorado del ogro. Con lo cual quedarfa demostrado que es factible romper pardmetros de parejas de bellos con bellos y feos con feos. En la segunda parte de esta historia, el principe que debia res- catar a la princesa Fiona y llega tarde a su lecho es de una belleza casi femenina: cara perfecta, largos cabellos rubios, cuerpo esbelto. Pero el aditamento que le desvirtia todos esos rasgos es su malicia (ademas de ser hijo de una bruja manipuladora), esté més interesa- do en la corona que en la princesa, es presumido y soberbio y, por si fuese poco, es tonto. Lo que resulta muy interesante y desestructura el cliché es que rmuestro querido Shrek no tiene problemas con su autoestima. Si bien es un ogro horrible, segregado por todo el pueblo, al que inspira miedo y repulsién, él vive feliz en un pantano, tiene su casa y apro- ‘vecha los recursos naturales del bosque para alimentarse y subsistr. 27 Cuando sé siente rechazado, es porque percibe que a mucha gente le repugna su fealdad, Pero existe una légica: no es que se vea mi- nusvalido cuando no lo es, realmente es horripilante a primera vista, aunque despierta facilmente el amor cuando uno empieza a conocer- lo, Es una pelicula que se aleja de las leyendas tradicionales. Si hay un relato que describe Ia desvalorizacién personal de mane- 1a descamada, es Ia famosa obra Nuestra Sefiora de Paris. En ella, Victor Hugo inmortaliza a Quasimodo, el célebre, noble y bonachén jorobado que tocaba las campanas de la Catedral de Notre Dame. Sirviente del archididcono Claudio Frollo (algo asi como su padre adoptivo), Quasimodo, un personaje de extrema fealdad ana- t6mica, estaba profundamente enamorado de Esmeralda, una bella bailarina gitana que embelesaba a toda la fauna masculina de Paris. La novela inicia con unas celebraciones populares con motivo de la epifania de 1482 en el Palacio de Justicia. En Ia obra suceden numerosas situaciones complicadas « inttigas palaciegas on las que el protagonista es segregado por la sociedad, maltratado por su amo y rechazado como un monstruo, Aunque es un ser humano, la gente lo descalifica por su deformidad fisica. Huye provocando las mas antagénicas reacciones, desde el temor y la repugnancia extremos hasta las bromas més bizarras. El archidiécono, embelesado por la bailarina, le ordena a Qua- simodo que la rapte, pero el capitin Febo de Chateaupers se inter- pone, lo impide y somete a Quasimodo a la condena de tortura pi- blica. El pobre deforme es azotado en la plaza y recibe los insultos del pueblo, que lo aborrece por su fealdad. Es un momento crucial de la obra: Quasimodo pide agua con gritos desgarradores y es Es- meralda la que sube al patibulo para calmar su sed. Entonces vio cémo se apart6 el gentio: Una muchacha curiosamen- te ataviada salié de entre Ia gente. Iba acompafiada de una cabrita blanca de cuemes dorados y Hevaba una pandereta en la mano, El 28 ojo de Quasimodo centelles. Era la bohemia a la que habia intentado raptar la noche anterior, fechoria por la que comprendia vagamente que estaba suftiendo aquel castigo, o que, por otra parte, no era cierto ‘ni mucho menos, pues se le estaba juzgando por la desgracia de ser sordo y por haber sido juzgado por un sordo. Estaba seguro de que también ella habia venido para vengarse y darle, como hacfan fos otros, su golpe correspondiente, [..] Ella, sin decir una sola palabra, se aproximé al reo, que se re- toreia en vano para librarse de ella, y soltando una calabaza que a guisa de recipiente ten‘a atada a la cintura, la acereé muy despacio 1 os labios aridos del desdichado. Entonces, de aquel ojo tan seco y encendido hasta entonces, se vio desprenderse una légrima que fue lentamente deslizéndose por aquel rostro deforme y contraide hacia ya mucho rato por la desesperacién (Vietor Hugo. 2006, 105), iNunca el desvalorizado Jorobado habia sido bien tratado! Y queda incondicionalmente agradecido con la gitana, que est enamorada del capitén Febo. Frollo se siente celoso y frustrado, porque su plan ha fracasado. Entonces, el manipulador obispo apuiiala al valeroso capitén cuando se encuentra a solas con Esmeralda, Febo est mal- herido y, a pesar de que no muere, la joven es acusada del crimen y la condenan a ser ahorcada en la plaza de la catedral ‘Aquel espectador no se habia perdido nada de lo que, desde el me- diodia, habia ocurrido ante el pértico de Nuestra Seftor. Ya desde los primeros momentos, sin que nadie se hubiera preocupado de mirarle, habia atado fuertemente a las columnillas de la galeria una ‘gruesa cuerda de nudos cuyo extremo colgaba hasta la escalinata, Una vez hecho esto se habja quedado mirando tranquilamente y silbaba de vez en cuando al pasar los mitlos delante de él (Victor ‘Hugo. 2006, 157). 29 Quasimodo habia urdido pacientemente un plan para salvar a la gitana: _ salt al oto Tad de la balaustrada dela galeria, cogié lacuerda con Ios pies primero, con las rodillas y con las manos luego, y después se ‘vio descolgarse por la fachada como una gota de luvia deslizandose por tn cristal; se le vio luego correr hacia los dos verdugos con Ja ‘velocidad de un gato caido de un tejado, derribarles con sus enormes puios, coger a la gitana de una mano, como una nifia coge una mufe- ca, y de un solo salto Heger hasta Ia iglesia alzando a la joven sobre su cabeza y gritando con vor estentérea: ~iAsilol -jAsilo! jAsilo! -repitié la muchedumbre y diez mil aplausos hicieron refblgir de alegria y de orgllo el tnico ojo de Quasimodo. La sacudi- da hizo volver en sia Ja condenada, que abrié los ojos y al ver a Qua- simodo volvié a cerraros stbitamente como asustada desu salvador. (Victor Hugo. 2006, 157) Pero Ia historia no acaba ahi. Frollo logra sacar a Esmeralda de la catedral por su cuenta y le da a elegir entre su amor y la horea. La gitana lo repudia, asf que es delatada por el archididcono. La madre de Esmeralda intenta salvar a su hija, pero no Io consigue. Madre e hije mueren, ¥ Quasimodo empuja a Frollo al abismo de la catedral La escena final muestra al jorobado, que muere abrazado al cadaver de Esmeralda, Ese amor por Esmeralda, signado por la polaridad de la bella y la bestia, se corona con la muerte de Quasimodo en el campanario de Ja afamada catedral francesa, Este es un final que sacrifica al héroé. Sin duda, nuestro protagonista es un digno ejemplo de lo que significa baja autoestima, La obra parece el corolaro de todo proceso de desvalori Ta muerte. ¥ no nos estamos refiriendo una muerte real, sino a una muerte artificial, que deja agonizante pero con vida. Los desvalorizados, poco a poco, dia a dia, pierden 30 su cualidad vital que es, de hecho, el amor hacia si mismos. jEn ccudntas oportunidades en nuestras relaciones con el mundo pone- ‘mos en juego a ese Quasimodo interno que nos lleva a recortar la realidad y a crear interacciones y todo un sistema de vida que retra- ssa nuestro crecimiento personal! 31 EL CISNE BELLO Y LA PRINCESA DE LOS ZAPATITOS DE CRISTAL: LA VALORACION PERSONAL 2Por qué iin el so al mundo? {Por qué elmara tates azarieta?

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