Bruce E. Bechtol*
VIRUELA: LA ENFERMEDAD
Y EL RETO DE ESPANA‘ *
Introduccién
Uno de los caminos més fascinantes y menos recorridos
en la investigacién geografica es el estudio geografico de la
med Hay muchas maneras por las cuales el gedgrafo
ede aproximarse a los estudios médicos, pero uno de los
ventajosos es, sin duda, el método de “origenes y dis-
"La técnica pone especial atencién en la interpre-
tacién histérico-geografica al examinar la fuente de origen
y la subsiguiente propagacién sobre el espacio de la tierra.
En este ensayo el sujeto principal es una enfermedad
altamente contagiosa, LA VIRUELA. El enfoque principal
trata del impacto de innovaciones de la medicina sobre el
agente y, en particular, el papel que desempefié Espafia en
los avances que al final redujeron la viruela a una enfer-
medad relativamente inocua. Para darle fondo al estudio
sobre la viruela como enfermedad, se examina su naturaleza
dentro de la historia de su congojosa propagacién, los mé-
todos primeramente empleados en prevencion y tratamiento,
y la obra de Eduardo Jenner. Los héroes de la historia son
parientes cercanos de la viruela, el virus de la viruela
bovina, y los hombres y las mujeres que levaron al agente
por todo el mundo.
+ Departamento de Geografia, Universidad de Oregén, Eugene, Oregon
(EE, UU.)
** Nota del autor: Expreso por este medio mi més profundo agradecimiento
a la Dra. Elisa Reti de Jacobsthal por la traduccion de este estudio del
inglés al castellano.La naturaleza de la viruela
La viruela es un mal antiguo, pero como muchas enfer-
medades del hombre, se ha eludido su reconocimiento hasta
bien tarde en la historia. En las sociedades mas primitivas
esta afliccién se le atribuia al popular villano, al mal de
ojo. Se suponia que solamente una mirada sobre la info:
tunada victima de parte del ser que posefa los poderes mi
ticos del mal de ojo era suficiente para causar que la viruela
temida se apoderara inmediatamente de aquélla.!
Los antiguos tuvieron muchas teorfas interesantes acer-
ca de las causas de las enfermedades. Las plagas y epidemias
periédicas que amenazaban la existencia del hombre mu-
chas veces eran atribuidas a la pérdida del favor de los
dioses 0 a explicaciones de brujeria o “magia negra”, Con
el transcurso de los tiempos comenzé a buscarsele una causa
fisica mas obvia a la enfermedad. Los griegos, por ejemplo,
desarrollaron teorfas relacionadas con el estado de la salud
y designaron a la enfermedad como un resultado de una
gama variada de factores fisicos internos y externos: “Un
equilibrio en los humores, esto quiere decir, los fluidos del
cuerpo, como la sangre, la flema, la bilis amarilla y la bilis
negra fueron una vez considerados como los factores pri-
mordiales en el bienestar de un individuo”. “La sangre de
las arterias, atomos invisibles de los poros en el cuerpo, una
exuberancia poco comiin o falta en la fuerza corporal, y una
discordancia en los elementos dentro del cuerpo combinados
con el aire que se respira, también se citaban como causas
de mala salud”. Strabo, el famoso gedgrafo de la antigiiedad,
contempla la enfermedad como el resultado de abundancia
de crudeza y corrupcién que se habia obtenido por el ali-
mento. Hipécrates, probablemente el maximo entre los mé-
dicos antiguos, pensaba que la enfermedad era causada por
espiritus en el cuerpo?
A través de la Edad Media la viruela siguié siendo un
enigma. Para la mayoria de los hombres esta enfermedad
era una intensificacién de una afliccién menor, del saram-
1 Benjamin Lee Gordon. The Romance of Medicine, F. A. Davis Co., Philadel-
phia, 1945, p. 231.
2 Michel Eyquem de Montaigne, The Essays of Michel Evquem de Montaigne,
(translated by Charles Cotton, edited by W. Carew Haulitt), Great Books
of the Western World, Encyclopaedia Britannica, Inc., Chicago, 1952, p.
371; vea también: Dr. Mohammad Zubayr Siddiqi, Studies in Arabic and
Persian Medical Literature, Calcutta University, India, 1959, pp. 92-94.
8ién.* En los siglos XV y XVI, las epidemias de viruela
fueron tan graves y tan comunes en Europa que la enferme-
dad fue descrita como:
El amigo del pobre que resulta estar cargado con
una familia numerosa.*
La verdadera naturaleza del mal no salié a la luz hasta
después del amanecer de la experimentacién cientifica.
El adelanto en la tecnologia médica moderna hizo posi-
ble el aislamiento de los factores responsables en muchas
enfermedades. Gracias a la investigacién ha sido posible
saber que la viruela aparece en dos formas: variola menor
y variola mayor. Variola menor es una variedad benigna
de la enfermedad y generalmente sélo aparece en forma
deébil de salpullido, con poca probabilidad de muerte para
la victima. La forma de infeccién que desfigura y mata es
la variola mayor. El agente mas potente demuestra un desa-
rrollo caracteristico de escalofrios, fiebre, dolores de cabeza,
y generalmente postracién dentro de un periodo de cuatro
dias. Al quinto dia la temperatura de la victima general-
mente tiende a bajar y se desarrolla una erupcién cuténea
de escabros que permanecen sobre el cuerpo por tres sema-
nas. Cuando las pustulas secas caen, el cutis de la victima
por lo general retiene cicatrices marcadas y profundas que
duran toda la vida?
El agente de la viruela es un virus. Es una infeccién
altamente elastica y resistente y aunque su propagacién mas
efectiva es durante el periodo de pustulacion puede sobre-
vivir por largo tiempo en estado disecado. Hay evidencia
que epidemias de la enfermedad aparecieron al usarse saba-
nas y cuartos que habian sido ocupados por victimas de la
3. Benjamin Lee Gordon, Medieval and Renaissance Medicine, The Philosophical
Library Inc., New York, 1959, pp. 481-488; vea también: Sir William Osler,
The Evolution of Modern Medicine, Yale University Press, New Haven,
1921, p. 96.
4S. Leff and Vera Leff, From Witchcraft to World Health, Lawrence and
Wishart, London, 1956, p. 133.
5 Z. Deutchmann, “The Ecology of Smallpox”, en Jacques M. May, Studies
fm the Ecology of Disease, Hafner Publishing Co., Inc., New York, 1961, pp.
13. Vea también: Richard Fiennes, Man, Nature and Disease, Cox and
Wymann Ltd. London, 1964, pp. 115-126.
9viruela ya hacia largo rato. En un caso, el virus fue encon-
trado en estado viable dentro de un cargamento de algodén
importado y transportado a través de miles de millas.
Viruela, su origen y dispersién (Mapa I)
El origen de la viruela se pierde en alguna parte del
periodo prehistérico del desarrollo del hombre. Se ha pre-
tendido que en el tercer milenio A. C., la variola o “la enfer-
medad de los hunos”, como le llamaban los chinos, fue intro-
ducida desde Asia Central Mongélica.’ Las descripciones
mas antiguas de la enfermedad, sin embargo, fueron descu-
biertas en la China y la India, donde fue claramente identi-
ficada durante el segundo milenio A. C. Hay un informe
documentado de una epidemia en la China en 1122 A. C®
Existen_rasgos culturales que nos muestran que las
culturas hidrologicas del Nilo (Egipto) y el Huang Ho
(China) estuvieron, por lo menos desde desde el alba de la
historia, en continuo contacto, Por lo tanto Ja enfermedad
debe haber seguido las huellas tempranas de dichos inter-
cambios, como han indicado los arquedlogos, pues las mo-
mias de la vigésima dinastia egipcia (1200 a 1100 A. C.)
demuestran evidencias de una infeccién variola. El (o los)
origenes de la viruela, por lo tanto, aparecen en alguna parte
de Asia o con mas probabilidad en la China y/o en la India.?
La propagacién de la enfermedad siguié las rutas de
transporte y exploracién. Como el transporte era muy lento
en la antigiiedad, los pasajeros que se habian infectado con
ja viruela generalmente morfan en el camino o pasaban el
perfodo en el_que podian transmitir mas efectivamente su
enfermedad. Distancia y tiempo fueron importantes factores
de retraso en la propagacién de la enfermedad infecciosa.
6 Deutchmann, op. cit y también: Gaylord W. Anderson and Margaret G.
Arnstein, Communicable Disease Control (3rd ed.), The MacMillan Co,, New
York, 1953, pp. 301-04.
7 Eaward H. Hume, The Chinese Way in Medicine, The Johns Hopkins Press,
Baltimore, 1940, p. 196. Vea también: K. C. Wong and Wu Lien-Teh, History
of Chinese Medicine (2nd, e.), National Quarantine Service, Shanghal,
China, 1936, pp. 215216.
Deutchman, op. cit.
9 Howard W. Haggard, Devils, Drugs and Doctors, Harper and Brothers, New
York, 1929, pp. 220-232. Vea también: Hume, op. cit, Ralph H. Major,
Disease and Destiny, D. Appleton-Century Co., Ine, New York, 1936, pp.
165ff; Roy L. Moodie, The Antiquity of Disease, University of Chicago
Science Series, University of Chicago Press, Chicago, 1923, pp. 119-121; Sir
Perey Sykes, A History of Exploration, Harper Torchbooks, Harper and
Brothers, New York, 1961, p. 3; y, Wong and Wu Lien-Teh, op. cit.
10