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ple se | Tee ee acca Roa ete a rie ta i Eocene career tia Eee AU RITE EY SN Ioan ee lepein eee Ee tearm tiny dora HOU UBT THEY Ei niente maine rear ibe oe 1 eda ESC noes ge 7 ee oe | oe Radcliffe - Brown, Goodenough, Kaplan, Escenas neue Er crecunc dance feroe wfc a ann ome ana Lewis, ara tots cs Seeeeatererne s ets Petit Pee ear emee e eee Sop gre ose ialplceceorha leh = Goes cs aero wee be pe a aa eee ioe itay pepe aoe eee per Roa are cee cer ee Compilados y prologados por Serta a RICO eA cy ec rma Arete arian aes i Ee ey te mirspotonin, | Bence, ene reba Cd) I Pee eae peehrena bealcieetan Seared Eee er eh eer ned SS i Ae eumritrreeeae nate tet eee vet oe C3 Ieee ba rebates ai candy ot tab can env, ee nal Se ea do etree ciated ent tear ohae scepter thn 2 © eee renege eigen ot Ge Ree itr ences eat reg Meme ee ry Pics oe ee cere Uo ee red © (4 ehrreiay Met retipereentontat Basie rcs ac pe nee ty preci einer 7 poe ce tierra act etapa Se ee ra Se ee Ce a Pater iran = eo ars Pea oa aie or tee hcp hn Sa - Poort teas a4 AVA ELST WEY 2 iblioteca Anagrama de Antropologia ARIE cee José R. Llobera La antropologia como ciencia mn EDITORIAL ANAGRAMA BARCELONA. Tradaceidn: Antonio Desmonts, Helena Valentt y Manvel Urie Revisidn: José BR Llobera Maguela de ta colecctcin: Argeote y Mumbrit Primera edicédn: 1575 Segunda edicidn: 1988 © EDITORIAL ANAGRAMA, S.A, 1975 Pedré de Ja Creu, 58 08034 Barcelona ISBN: BPS3IS2- Depésite Legal: B, 40537-1988 Printed in Spain Libergraf, 5.4, Constitucld, 19, (019 Barcetonn INDICE José R. Liobera TMT RO DL CE TONS cra ara ae eee 1. APRONIAACIGN ALA DESCIPLINA Claude Lévi-Strauss Las tres fuentes de la reflexidn etiwldgica , Ward H. Goodenough Unicoducchiuatiinistipa cece “ellie 2H ae A. RB. Radcliffe-Brown Amtropologia social... David Kaplan y Robert A. Manners Antropalogia, Viejos temas ¥ nuevas orientaciones - TT, La BTNOGRAFIA Michel y Francoise Panoff ¢Para qué sirve la emografia?. " W. H. RB. Rivers El métado gonesldgico de investigacién Srilsopaldiicn Oscar Lewis Controles y experimentas en el trabajo de campo. Bronislaw Malinowski Confesiones de ignorancia y fracaso , . Max Gluckman Datos etnograficos en la antropologia social inglesa Harald €. Conklin Etnografia . . . . se THT, COMPARACIONES EN ANTROFOLOGIA Edmund R. Leach El método comparativo en antropologia Fred Eggan La antropologia social 4 conroladneee a ok el método de la comparacidn 25 a7 oF 129 141 167 1? 7 George Peter Murdock if Muestra etnogrifica mundial. . - 1 eee William J. McEwen a ie Formas y problemas de validacién de la antropologia social ome ety ene shee a= fe aed e-Sa TV. ALGUNOS PROBLEMAS EFISTEMOLOGICOS I. C. Jarvie . Nadel; sobre los Fines y métodos de Ja antropologia social J. H. M. Beattie " Camprensién y explicacidn en antropologia social . . Edmund RB. Leach ip Problemas de clasificacion en antropologia social ste Stephen A. Tyler Una ciencia formal 2. | Pee Emilio de Ipola Some ee Etnagralia c historia en Ja epistemologia estructuralista, Huge G. Nutini : oa ibe Sobre log conceptos de orden cpistemaldgico y de defini- ciones coordinalivas 2... 7 ee ee José R. Liobera ae POSI-SCRIPTUM: ALGUNAS TESIS PROVISIONALES S0RRE LA Ka RALEZA DE LA ANTROPOLOGIA . 00. 0-6 8 8 eet Fuentes 2... eer pene : 203 2a 271 293 alt 317 353 373 389 sa oe INTRODUCCION Titular a la compilacion de textas? que sipuc a continuacidn LA ANTROPOLOGIA COMO CIENCIA Parecera al lector avisada um ca- lificativo cuando menos sorprendente, si no temerario, al ser aplica- do a una disciplina de perfiles borrosos y clentificidad discutida como Ja antropologia social y cultural. Pero qué duda cabe que la antropologia posce una vocacién cientifica —junto a sus alinidades con la historia individualizante o las humanidades— ¥ cS precisa- mente este aspecto, si se quiere mds programdtice que real, el que nos interesa recalear en esta coleccién de textos. El criterio que he seguido para la seleccién tiene came finalidad ofrecer al lector una muestra represcntativa, tanto de las distintas tradiciones nacionales y escuelas coma de los distintos momentas del proceso de adquisicion y de confirmacién del conocimiento antro- poldgico, y todo ello dentro de Iss limitaciones de espacio de un libro de Ia extensién del prese: Por otra parte, he tritade de evilar, por Jo menos hasta alli donde me ha sido posible, que mis preferencias personales se interfiricran tanto con el criteria de representatividad en Ia seleccién como en la presentacién de los textes, En esta intros duccidn la misién que me he encomendado es, simple y llanamente, la de presentar log textos, dejando para el poste iptum Is exposicién de mi particular postura antropoldgica, Nuestra primera preocupacién puede expresarse con la pregunta: ¢de qué pretende ser ciencia In antropologia? En otras palabras, qcual es el objeto de Ia antropologia? Dicha Pregunta mos Heva in- mediatamente consideraciones sobre el Origen, alcance, desarrallo y estado actual de la disciplina. La respuesta a este camulo de pre- guntas no es facil o, mejor dicho, depende en gran medica de Ja tradicién o perspectiva en la que una se sitte, Es por esta raz6n que en Ia primera parte del libro, titulada 1, Salvo cn unos pocos casos, no 40 trata de extractos de libros, como tal ven Im palubra “textoa" podria sugerir, sino de articulos o trabajos completes, aparecitios en revistan eapecialleadan 6 en publicuclanes calectivas sxiranjeras, 6 indditos on lengua castellann, PROXL A LA DISCIPLINA, he recogido cuatro textos que da al- one Eee ea de responder a las preguntas anteriores. El ar- ticule de Lévi-Strauss hace referencia a algunos de los eee ex. ternos que hicieron posible la reflexion antropoldgica, mien que el trabajo de Goodenough pucde considerarse como un ceemee bien que peculiar, de la historia de la tearia antropal seis oon = pecial referencia a las teorlas norteamericanas contempor neas. ; capitulo de Radcliffe-Brown es un intento de delimitar la sees lo- gia social con respecte a otras disciplinas antropolagicas y sora ee Finalmente, Kaplan y Manners exponen su punto de vista sobre cl de Ja discipline. nage nee a la antropologia, por To menos desde Beary Malinowski, es cl trabajo de campo intensive, Ja Hamada obsanagl i" participante. Rito de pasaje, laboratorio indispensable o simp! Somers técnica de investigacién elevada a la categoria de desis ex ie a el trabajo de campo en una comunidad exética forma parte a glamour antropolégico y hasta la fecha ha constituido Ja fuente pri cipal de informacion de la disciplina. La segunda parte, titulada simplemente La ETNOGRAFIA, cae de presentar dicha cuestidn de una forma bastante eatiasilye: ex: tracta de Panoff intenta justificar la necesidad del eee) ‘ an po para todo antropdlogo. A continuacién siguen dos trabajos, aus si bien no som recientes, nos permiten apreciar la fmporisniey trabajo de campo; el articulo de ‘Rivers, un cldsioo eo ja a = ha proporcionado una de las técnicas mas efectivas y ae fats recoger material etnogrifico, en particular en el campo de’ Bare tesco: el extracto de Malinowski describe con detalle las prune! ‘ y Miserias de su trabajo de campo entre los islefios de Iss Trobriand_ La contribucién de Lewis es cn extremo importante ya Bite de los pocos intentos de presentar lo que podrian ser {spree de una etnografia critica. Finalmente, los articulos de Glucl soe Conklin tienen un cardcter mds bien deseriptivo y pretenden a qar al lector de las tendencias recientes en la ctnografia britén! cricana, Tespectivamente. 4 Bicimeqnacereon jor datos etnogrificos una vee recogidos, Ongena: dos y analizados? El método comparativo, es decir, las Sone nes entre las diferentes sociedades y culturas, o cntre patel le z 2 (economia, religién, parentesca, ete.) o simplemente entre elementos culturales, ha gozado de gran popularidad en antropolo; eee dria decivse que es su razén de ser y lo que la Sienna one disciplinas sociales, La tradicion antropoldgica ha consi es a dicho métuda desempefiaba Ia misma funcién que el meta 3 & ee timental en lag clencias naturales y que, tarde o rempranciicste ne cedimlento inductivo basado en Ja compuiacien permitiria la mulacidn de leyes generales sobre la sociel!sd La tercera parte, COMPARACTONES EN ANTROPOLOGIA, Sc propone exa- Minar este aspecto fundamental de Ja disciplina. En una primera aproximacién, cl articulo de Leach ofrece un panorama histérico en el que se consideran las principales tendencias comparativistas. EL texto de Eggan propone Ia utilizacidn del métedo ‘COMparative dnica- mente dentro de un marce geogrifico que exhtba variaciones cultu- rales limitadas o dentra de ciertos tipos sociales o culturales, El ar- ticulo de Murdock, que presentamos aqui como ejemplo del métedo estadistico en antropologia, correlaciona un cierto ntimero de cle- mentos culturales estandarizadas con una muestra etnogrifica repre- Sentativa. Para finalizar el apartado he clegido un large estudio de McEwen, que en parte transciende cl marco del comparativismo, en el que se considcran los tres tipos bdsicos de validacion que utiliza ja antrepulogia: ilustracién, o andlisis de los casos, comparacién, 0 analisis tipoldgico, y contrastacién, o andlisis estadistica, Al final de nuestra recorride nos hallamos ante un producto ter- minade; hemos completade to que podriamoes denominar el procesa de adquisiciin del con lignlo antropoldgico, Por lo comdn, el an= tropologu na inguiere mas alla y deja los problemas cpistemaldgicas Para lus filisofos de Ia ciencia. No ubstantc, algunos amtrapologos, especialmente en Gpocas recientes, han tratado de superar esta limi- tacién y hay empezado a hacerse preguntas sobre la naturaleza del conncimicnic antropolugico, Si hay algun tema comin que subyace a estas rellexiones episiemoldégicas es sin duda lo que podria deno- minarse, de una Jorma un tanta ampulosa, la preocupacién por el complejo de inferioridad cpistémico de In antropolagia, La antrapo- Joga. al igual que las otras ciencias sociales y humanas, se ha mirado siempre en ¢| espejo de las ciencias naturales, imitando servilmente sus métados, pero sin jamas conseguir resultados equiparables. La cuarta y diltina parte, denominada ALGUNOS PROBLEMAS EeISTE- MoLOGICOS, reine de una forma un tante arbiiraria un cierto mamero de articulos de orjentaciones y tentiticas muy diversas que, si bien dificilmente pueden considerarse una respucsta apropiada a los enar- mes problemas cpistemaldégicos de Ja discip] vonstituyen tal yer una muestra adecuada del trabajo que se realiza cn cste campo. El arliculo de Jarvie enjuicia criticamente la obra metodoldgica de Na- del desde una perspectiva popperiana. Por su parte, Beattie consi dera, entre alras cosas, los distintos tipos de explicacién que utiliza fa antropologia, Leach, en un articule en cl que incide uno de sus temas favoritos, castiga a la antropologia social britdnica por sus manias taxonémicas, El texto de Tyler sugiere que la antropologia debe decidir si su perspectiva de estudio sobre cl hombre debe ser ecléctica uw holistien. Los dos articulos finales consideran, desde pers- pectivas distinias y con resullados opuestos, la revolucién anitropo- Idgicn de Lévi-Strauss; Ipola, desde un althusserianismo cstricto, condena Ia empreva estructuralista coma ideolégica, mientras que Nutine, apoyandose en un neopositivismo atemperado, sostiene el caracter cientifico y modélico de la obra de Lévi-Strauss. i Como he dicho al principio, en esta breve intraduccién he tratado: de presentar de una forma muy sucinta, rayando casi en lo telegra- fico, los textos de lo que creo constituyen los iitiles metodolégicos de In disciplina tal y como los concibe Ja profesién antropoldgica en Ja actualidad. Mi esperanza es que cstes textos, junto con las coplo sas bibliograflas que acompafian a la mayor partc de ellos, sirvan al lector para formarse su propio juicio sobre la antropologia como ciencis. Mi opinién personal sobre el tema la he relegado a un post- criptum, que el lector desinteresado bien puede pasar por alta. José R. Liopera University College London, Abril, 1974. 12 —ttt— I. Aproximacién a la disciplina CLAUDE LEVI-STRAUSS. LAS TRES FUENTES DE LA REFLEXION ETNOLOGICA Parece obvio que la etnologia disponga de plaza reservada en una compilacion consaprada a las clenclas humanas. La etnologin, en efec- to, tiene por objeto de estudio al hombre y en principio sélo se dis gue de las demas ci s humanas por lo acusadamente alejado, en espacio y liempo, de las formas de vida, pensamiento y actividad humana que trata de deseribir y anal No hacia otro tante, con una simple diferencia de grado, el humanismo clisico al intentar reflexionar acerca del hombre desde aquellas civilizaciones diferen- tes a las del observador, y de Ins que la literatura y los monumentos precorromanos Ie mostraban el reflejo? Pues éstas constitulan, por aquel entonces, las civilizaciones mds distantes de entre aquellas a las que se podia tener acceso, Las humanidades no clasicas han intenta- do extender el campo de accién, y Ja etnologia, desde este punto de vista, no ha hecho sino prolongar hasta sus lmites wiltimos el tipo de curiosidad y actitud mental cuya orientacién no se ha modifi- ado desde el Renaci nto, y que sélo en la observacian y en la reflexion etnologicas encuentra definitive cumplimiento. De esta ma- nera, la ctnologia aparece como la forma reciente del humanismo, adaptando éste a las condiciones del mundo finito en que se ha con- vertido el globo terrestre en el siglo xx: siglo a partir del cual de a, ¥ no solo de derecho, como antes, nada humano puede ser hombre, Sin embargo, la diferencia de grado no es tan simple, pues va unida a une transformacién obligatoria de los métades a emplear. Las se acuipa el etndloge, si bien tan humanas como difieren, sin embargo, de las estudiadas por las uorientales, en que en su mayor parte no cono- n que de entre ellas poseen bien pocos, por 0, Monurnentas representatives de fipuras animadas Gltimias, heel n mimterinies perecederos, sélo nes son conocidas a trivés de los obras mis recientes. La etnologia puede, Numanidacdes clisies cen In escritu 15 pues, por lo que hace a su objeto, permanecer fiel a la tradicién huma- nista; no asi por lo que se refiere a sus métodos, dado que la mayo- Tia de las veces echa en falta los medios —textos y monumentos— utilizados por aquella. De esta forma, la etnologia se ve constrefiida a buscar nuevas perspectivas. Ante la imposibilidad de seguir los pro- cedimientos clasicos de investigacitm, le es necesarlo valerse de todos los mecios a su alcance: ya sea situdndose, para ello, bien lejos del hombre en su condiciin de ser pensante, como hacen la antropala- gia fisica, la tecnologia y la prehistoria, que pretenden deseubrir ver- dades sobre el hombre a partir de los huesos y de fas secreciones 0 a partir de fos wlensilios construidos; ya sea, por el contrario, tudndo- se mucho mas cerca de lo que lo estan el historiador o el fildlogo, lo que acontece cuando el etndgrafe (es decir, el observador de campa) ivata de identificarse con el grupo cuya manera de vivir comparte. iempre forzado a permanecer en el agwende o en al allende del huma- nismo tradicional, el etndéloge, haciendo de la necesidad virtud, Nega sin quererlo a dotar a éste de instrumentos que no dependen nec Be Hamente de las ciencias humanas, y que han side 2 menudo tomados a préstamo de Jas ciencias naturales y exactas, por un lado y, de es Ciencias sociales, por otro, La originalidad de la etnologia teside precisamente en el hecho de que siendo, como es, por hipétesis una ciencia humana, no puede, sin embargo, permitir que se la aisle de las elencias naturales y sociales con las que varios de sus propios méto- dos manticnen tantas cosas en comin. Desde este punta de vista, la etmologia no sGlo transforma el humanisma cuantitativamente hablan- do (incorpotandole un mimero cada vez mayor de civilizaciones) aap también cuslitativamente, dado que las barreras pee ac je- yantadas entre los diversos Gndenes de conocimiento, no constituyen para ella sino obsticulos que forzosamente debe vencer para pro- gresar. Por lo demas, csta necesidad Ja empiczan a sentir cada una de Jas restantes modalidades de investigacién humunista, ‘ Ben por Jo que a éstas respecta, de forma mucho mas tardia y provisionalmen- te en menor grado. Los problemas que se plantean a la etnologia moderna sdlo Sy aprehenderse claramente a la luz del desarrollo histérico que es | dada origen. La etnologia es una ciencia joven. SNe ae autores de Ia antigiiedad recogieron el relato de cosa ees ae 5 practicadas por pueblos proximos o lejanos. Ast lo Meee care Diodoro y Pausanias. Pero en todos estos casos la eee p ae nece bien alejada de toda observacién anténtica, con cl obits nue cipal de desacreditar 2 Jos propies adversarios, como acon eck a: ae Tudo en las relaciones que se dan acerca de las pretendidas oe _ bres de Jos persas; o bien, se reducen a una escueta anotaci © U3 eostumbres heterdclitas cuya diversidad y singularidad ae mites ee Hegade a suscitar en sus obs es curiosidad intelectua vs dai is: Ta mi inquietud moral alguna. Es sovprendente, por ejemplo, 4) 16 _ en sus Moralia, Plutarco se contente con yuxtaponer interpretaciones: corrientes acerca de ciertas costumbres Eriegas Oo romanas, sin plan- Tearse Ia cuestién de su valor relativo y sin interrogarse sobre los Problemas (de los que apenas se da cuenta ¥ abandona una vez for- Toulados), Las preceupaciones etnolégicas se remontan a una fecha mucho mis reciente, y en su expresidn moderna se situan, por asi decirlo, en una encrucijada: nacen, no Jo olvidemos, del encuentro de Warias co- trientes de pensamiento heterogéness, lo que en cierta medida, expli- ca las dificultads de Jas que Ia ctnologia, atin hoy, no es sino heredera alormentada, La m4s importante de dichas influencias esta lirectamente rela- cionada con el descubrimiento del Nuevo Mundo, En la actividad, nos sentimos inclinades a valorar este hecho en funcién de consideracio- hes gevgrdflcas, politicas o econdmicas, pero para Ins hombres del siglo Xvr fue antes que nada una revelacién cuyas consecuenclas inte- lectuales y morales permanecen atin vivas en el pensamienta moder- no, sin que constituya obstdculo el que ya casi no nos acordemos de un verdadero origen. De manera imprevista ¥ dramdtica, el descubri- Miento del Nuevo Mundo forzé el enfrentamienta de dos humanica- des, sin duda hermanas, Pero no por ello menos extrafias desde el punto de vista de sus normas de vida material y cspiritual, Pucs el hombre americano —en un contraste realmente turbador— podia Ser contemplado como habiendo sida desprovisto de la Etacias y de la revelacién de Cristo y a Ia vez camo ofreciendo una imag: evocaba inmediatamente reminiscencias antiguas y¥ bfblicas: edad dorada y de une vida Pumitiva que simullaneamente se presen- taban en y fuera del pecado. Por Primera vez, ¢l hombre cristiano no estuvo solo o cuanto menos en la exclusiva presencia de paganos cuya condenacién se remontaba a las Eserituras, y a propésito de los cuales no cabla experimentar ninguna suerte de turbacion interior. Con el hombre americano fo que sucedié Fue algo totalmente diferen- te: fa existencia de tal hombre no habia sido prevista por nadie o, lo que es atin mas importante, su stbita aparicién verificaba y desmen- tia al unfsono el divino mensaje (cuanto menos asf se creia entonces) puesto que Ja pureza de corazon, la conformidad con Ja naturaleza, la Benerosidad tropical y el desprecio por las complicaciones madera, sien su conjunto hacian recordar irremisiblemente el paraiso terre- nal, tambien producian el aterrorizador efecto contrario al dar cons- tancia de que la caida original no suponia obligatoriamente que el hombre debiers quedar ineluctablemente desterrado de aquel lugar. Simultaneamente, cl acceso a los recursos tropicales, que suponen Una gama de variedades mucho mas densa ¥ rica que Ta que pueden Suministrar con sus propios recursos las regiones templadas, provaca: ba en Europa el imiento de una lad mds Sutil, y afadia con ello un elemento de experiencia dir reflexiones precedentes. Ante el ardor extraordina con que el lujo exético; made- ras de tint que ejemplifican los manos y aquellos longs que come se lee en el inventaria de un flete er que la de una 17 214 aORLOntA CoD CHiaiera naviero de regreso a Europa en los primeros afios del siglo xvi— «ha- Dlan ya algunas palabras en francéss, se tiene la impresion de que la Europa culta descubre dentro de si inéditas posibilidades de delecta- cién y emerge de esta forma de un pasado medieval elaborado, al menos en parte, a base de ins {pides alimentos ¥ monotonia sensorial, todo lo cual obnubilaba la conciencia que el hombre podia tener de si mismo y de su candiciém terrestre. En efecto, es verdaderamente en suclo americano donde el hombre empieza a plantearse, de forma concreta, el problema de si misma y de alguna manera a experimentario en su propia carne, Las imdage- nes, fuera de toda duda exactas, que nos hacemos: de la conquista estén pobladas de matanzas atreces, rapifias y explotaciones desenfre- nadas, Sin embargo, no debemos olvidar que con ocasi6n de ello la corona de Castilla, asistida por comisiones de expertos, pudo formu- jar la unica politica colonial reflexiva y sistematicu hasta ahora cono- cida, lo que hizo con tal amplitud, profundidad y cuidado por las responsabilidades diltimas que el hombre debe al hombre que, st bien es cierto que NO se pusicron en prictica, no lo es menos el que a nivel tedrico al que Ja han reducido la brutalidad, la indisciplina y la avi- dez de sus ejecutores, sigue siendo un gran monumento de sociologia aplicada, Podemos sonrele ante Jas que hoy Mamariamos comisiones scientificass, compuestas por sacerdotes enviados al Nuevo Munda con ¢l solo objeto dé zanjar la cuestion relativa a saber si los indige- nas eran meros animales o tambien seres humanos dotados de alma inmortal. Habia mas nobleza en el planteamiento ingenuo de estos pro- blemas que en cl mero aplicarse, como $© hard mas adelante, 2 matan- zas y explotaciones desprovistas de toda preacupacién tedrica. $i a esto anadimos que los desgraciados indigenas adaptaban la misma actt tud —acampando durante varios dias junta a los caddveres de los espafoles que habian ahogade, a fin de observar si se corrompian o si por el contraria posefan una naturaleze inmortal— s¢ debe reco- nocer en tales episodios, « la vez grotescos ¥ sublimes, ¢l testimonio fehaciente de la gravedad con que se encara el problema del hombre y donde ya sc revelan los modestos indicios de una actitud verdadera- mente antropaldpica, pese a la rudeza propia de la época en que por primera vee aparecieron, America ha ocupado durante tante: tiempo un lugar privilegiado Jos estudios antropalagicas por haber colocado ala humanidad ante su primer gran Caso: de conciencia. Durante tres siglos, el indigena americano dejaria el pensamiento curopeo qravado de Ja nostal; y el reproche, que ura Tenuvada experiencia similar Vegard en el siglo XVvITL can Ja apertura de los mares del Sur a las ansias exploradoras. Que «el buen salvaje conozca nm cl estado de naturaleza cl bienestar que se niegs al hombre civilizada @s, en si misma, una proposicién absurde y dublemente inexacta, puesto que el estado de naturaleza no ha existido ja nds, ni el salvaje es 0 ha sido mas @ menos nee: mente bueno o dichosa que el hombre civil: garo. Pero tal mito encubria un hallazgo positive y mas pe igrose: en Adelante Europa supo que existen otras formas de vidi econdmica, otros regimenes politicos, otros usos montles y OLAS er igio- 14 sa5 que las que hasta aquel entonces se ereian radicadas en un dere- cho y revelacién de origen igualmente divino y respecto a lo cual sdlo cabia poseerlos para su pleno disfrute o carecer absolutamente de ellos. A partir de ahi todo pudo ser puesto en entredicho. No resulia casual que en Montaigne, la primera expresin de lag reivindicaciones que solo més tarde verdn Ja luz del dia en la Declaracién de Derechos Humanas sea puesta en boca de Indios brasilefios, La antropologia habia llegado a ser prdctica incluso antes de haber aleanzado el nivel de los estudios tedricos. En tales condiciones no deja de resultar curioso que el s impulso que debian experimentar las preocupaciones eee eeda de la reaccitn politica e ideoldgica que sigue inmediatamente ala Revolucion Tancesa y a las ruinas dejadas por las conquistas napolesnicas. Y sin embargo, esta paradaja incontrovertible puede explicarse fae imente. En lo que va del siglo xvr al siglo xvi, el ejemplo suministrado por los pucblos indigenas habia alimentado Ia critica social de: dos modes diversos: la coexistencia, en el presente, de formas socisles profundamente heterogéneas, planteaba la cues. tién de su reciproca relatividad y permitfa poner en duda a cada una de ellas. Por otro Jado, Ia mayor simplicidad de las Namadas socie- dades salvajes o primitivas suministraba un punto de partida concre- to para una teoria acerca del progreso indefinido de la humanidad: pues si se habla partido de un lugar tan bajo, no habia razén alguna para suponer que el movimiento hacia adelante debiera detenerse y que las actuales formas sociales representaren un ideal definitivo, im- posible de mejorar. ‘ Ahora bien, el inicio del siglo x1 sorprende a la sociedad a tradicional en un estado de profunda desintegracion: el anteniaccial del antiguo régimen ha sido definitivamente sacudido y la naciente revolucién industrial trastorna los marcos-de la vida cconémica sin que puedan atm discernirse las nuevas cstructuras que ella misma alumbrara. No se ve sino desorden en todas partes y, amte ello, se pretende definir el destino del hombre mas bien en funeion de un pasado transfigurado por Ia nostalgia del orden antiguo, que no por un porvenir imposible de precisar. Para las antiguas clases privile- iadas, que sdlo en una minima fraccién vuelven a encontrar su posi- eién anterior, la historia no puede ser aprendida como el aparecer de algo que se hace sino, por cl contrarie, como cl de una cosa que se deshace. No tratan de comprender un hipotético «progresas, en Jo que les concierne vacio de sentido, sino la catastrofe que les ha maltratado ¥ que filoséficamente no puede ser aceptada sino coma la ticular de un movimiento de descomposicién que deja ladero estilo en la historia humana, Y este punto de vista, otro que el de log principios del romanticismo, modifica ¥ Ja indagacién etnoprafien, La modifica por cuanto hace del no fen todas sus form no tanto la bisqueda de un 19 LL humilde punto de partida del progres humano, como la de un perio- do privilegiado en que el hombre habia disfrutado de virludes hoy dia desaparecidas, Y la enriquece introduciendo, por primera vex, preocupaciones folkléricas con que adornar en cl scene mismo de la sociedad contempordnes las condiciones antiguas superviventes y las tmds vicjas tradiciones. El Renacimiento habia ya conocido en sus ort genes una actitud andloga cuando, tras la toma de Constantinopla por los tureos en 1454, creja ser el tinico depositario de la herencia filosdfica, cient{ifica y artistic de la antigiiedad. Pero esta beateria, orientada exclusivamente hacia el pasado, debia quedar bicn pronto desbordada por el descubrimiento en 1492 de las virtualidades insospe- chadas del presente, lo que provocd una ereciente confianza y espe- ranza en ¢l porvenir. En los inicios del siglo xTx, por el contrario, de una parte el pesimismo social y de otra el despertar de las nacio- nalidades oricntan la investigneién hacia un pasado a la vez lejano, circunscrito en el espacio y cargade de signiticacion. Pero simultancamente se produjo una transformacion importante. Era contradictorio concebir el curso de la historia en el sentido de una decadencia cuando, por otra parle, jos hechos de que se disponia evidenciaban la realidad del progreso técnice y cientifico, asi come jo que ain se tendia a considerar como Un progresivo refinamicnto de las costumbres. Para hacer sostenible la posiciém pesimista a la cual s¢ vinculaban tantas razones politicas ¥ sentimentales, s¢ hacia necesario, pues, emplazar la evolucién humana en un terreng dis- {into en el que la contradiccién entre los hechos y su interpretacién no se hiciera tan Mamativa. Ahora bien, con el crecimiento de la pobla- cién ¥ la multiplicacién de las relaciones € intercambios resultantes de la civilizacidn, hay ciertamente algo que de forma ineluctable se deshace: Ja integridad fisica de los grupos humanes, en etro tiempo aislados unos de otros dado su reduc ido nimero, Ja falta de medios de comunicacién y el estado de gencral ignorancia hostilidad exis- tentes. A partir del hecho de su intercomunicacién las Tazas 5¢ Tee clan y tlenden a homogeneizarse. No necesitard mas Gobineau para, 4 partir de ahi, asociar arbitrariamente a la nocion de raza ciertas disposiciones fundamentales de naturaleza intelectual o afectiva y otorgales ¢l valor signi ntiva com que establecer un sistema de ex- plicacién que, mas alla de las aparicncias superticiales, pueda dar cuenta del inevitable declinar de una humanidad dentro de la cual los valores vitales se diluyen progresivamente hasta llegar a su total cclipsamiento, De esta manera, Sot exigencias filosoficas las que, poniendo en primer plano Ia nocién de raza, fundamentan, al unisono, el interés orientado hacia los documentos osteclégicos, contempora- eos o arcaicos, en el preciso momento en que —en parte debide a jos grandes trabajos exigidos por la revolucién industrial— ls atencién se dirigia hacia los que, en numero reciente, cgtaban puestos al dia. Sin embargo, aun en este caso, no se trate de un fendmena abso- Jutamente nuevo. La crisis polit ys 1 que resulta ce 1a Fronda, rancia, al iniciarse el siglo XVITL, habia Vevada o rastrear, en as ¥ el origen de situacion contradieto- ay ria que entonces se Higaba al doble orjgen de Ja poblacién francesa: Ja nobleza franca y el pueblo galorromano, Lu nueva tentativa iba a ser més duradera, y debia experimentar una completa transformacién en su primitivismo, a la vex que preparaba el terreno para una ter- cera y mis nueva orientacién. * hoa Uno de los acontecimientos més decisives de la historia cientifica del sigho x1x estaba, verdaderamente, a punto de producirse, Sdla cinco afios separan la publicacién del Ensayo sobre la desigualded de las razas Runuanes a la del Origen de fas especies. Preparada por Jas investigaciones de Boucher de Perthes en arqueologia prehistérica + por el progreso de Jos studios geoldgicos, debido a los trabajos de Agassiz y de Lyell, la teoria evolucionista de Darwin iba, en efecto, a suministrar una interpretacién global de la historia biolégica dentro de Ja cual los documentos relativos al hombre, hasta entonces reco- gidos en forma disperse, podfan encontrar su lugar adecuado y recibir su plena significacién. _ En adelante, ya no nos las habremos de ver con construcciones filosdficas tales como la teoria del progreso indefinido del siglo xvi ola del declinar de Ins razas humanas del siglo xrx, La concepcién de una evolucidin gradual de las especies entes, operando a lo largo de inmensos periodos geoldgicos, suglere facilmente pensar otro tanto sobre la historia de la especie humana. Los documentos osteold- gicos y los silex tallades que les acompafaban ya no son contempla- alas como vestigios de una humanidad antediluviana, destruida por algiin cataclismo. Por el contrario, ahora se ven como testimonios normales de la lenta evolucién que, desde los estadios miéis lejanas, debis conducir a los antepasades del hombre moderno hasta las for- mas # ctuales. Y en la medida en que el utillaje prehistérico se parece al utilizade todavia en numerosas pueblos primitives contemporanens cabe aventurarse a ver en éstos la v: imagen de los diferentes esta: dios por los que, en su marcha progresiva, la humanidad habia discu- rrido durante milenios. Los objetos patrimonio de los salvajes, las descripciones de las costumbres: extrafias y Iejanas, lo visto y relatado por los viajeros, la mayoria de Jas veces deja de ser eonsiderada como si se tratase de curl fades exoticas ode meros pretextos desde los que fundamentar vaticinios de indole filoséfica o moral. Ahora se les promucve al esta Uo privativo de los documentas cientificos, con cl misma derecho que Re an los fisiles y las colecciones botdnicas y zooldgicas. A partir ie ahi Tos ri qui todo ello encaminade a cl isidn coherente de las diferentes: as que ha transcurride la humanidad, en su paso del saiva- 2 y¥ de Ia barbari vilizacion 4 ambiciones no son yi nuestras. Inclusa los progres ame bioligice tienen lugar semin una concepcién 21 infinitamente mas matizade y mas consciente de los problemas y de cultades existentes que la habida entre los primeras fundado- res, Ello estimula a los etnologes a desentenderse de las tesis del evo- Jucionisto socioldgico, que por lo demas es anter jor al bialégica y que por tal razdn padece de un exceso de ingenuidad. Sin embargo, de estas primeras esperanzas algo queda: la convic- cién de que el mismo tipo de problemas, aunque no sean del mismo arden de magnitud, pueden jugarse por el misma método cientifico, y¥ que la cinologin, al igual que las clencias naturales y segin el ejem- plo de éstas, puede muy bien eonfiar descubrir las relaciones constan: tes existentes enire Jos fendmenos: bien sea que no pretenda sino tipificar ciertos aspeclos privilegiados de las actividades humanas y establecer entre los diferentes tipos creados relaciones de compa ‘bilidad e incompatibilidad; bien que sc proponga, 4 mas largo plazo, unir todavia mds estrechamente Ia etnologia @ las ciencias naturales, a partir del momento en que puedan comprenderse las cireunstancias abjetivas que han presidido la aparicién de la cultura en el seno mismo de la naturaleza, y de la que, sin embargo, la primera, presein- diendo de sus caracteres especificos, no €3 sino una manifestacién. Esta revolucién no significa una ruptura con el pasado, sino mils bien Ja intepracién, a nivel de sintesis cientifica, de todas las corrien- tes de pensamienta cuya actuaciin hemos revelado- Por otra parte, el evolucionismo pucde presentarse come una teoria cientifica pues conserva scoretamente, si bien de acuerdo con Ja teorla del progreso tal coma ha sido formulada en el siglo xvi, la ambicién —sabiamente reprimida en la mayoria de nosatros— de descubrir el punto de partida y el sentido de Ia evolucién humana, asi como de ordenar seriadamente las diferentes etapas de Jas que ciertas formas de civilizacién han conservado seguramente Ja imagen. Y, sin embargo, incluso la etnologia més decididamente evolucio: nista, como lo fue la de Tylor y Morgan, no puede permanecer ciega ante el hecho constatade de que la humanidad no se transforma, sepiin el esquema darwiniano, exclusivamente por acumulacién de yvariaciones ¥ seleccion natural. La etnologia, asimismo constata fend- menos de otro tipo: transmisitin de técnicas, difusién de inventos, fusién de ecreencias y costumbres & resultas de las emigraciones, de las guerras, de las jnfluencias y de las imitaciones. ‘Todos estos pro- cesos tienden a extender rasgos en principio circumscritos 2 grupos pri ados que, por el hecha misma de la difusién, tienden igual mente a equipararse a los denis. Mientras que, cn el orden sistema- tico In etnologia se mantienc dentro de la tradicidén Filoséfica del siglo xVIET, por Ja que respecta a sus formas descriplivas, fundadas en Ja distribucién espacio-temporal @# rasgos culturales, no hace sino prolongar las interp aciones rere 5 propias de la primera tHitad del siglo 1x, que por cela razon experimentan Une renovada vitalidad. Asi pues, Ja cinologia, en la pentiltima cuarta parte del siglo XIX, se Constituye en b a caracteres hibrides y equivacos, que hacen con- fluir en ell aspiraciones de lac cia, de la Filosofia y de histo: ria, Aprisionada por no romperd ninguno sin pesar. En 22 un tiempo en que tode el mundo se lamenta del caricter irreal ¥ gra- tuito de la cultura clisica, de Ja sequedad e inhumanidad de ta cultura cientifica, la etnologia, si permanece ficl a todas sus tradiciones, con- tribuira posiblemente a mostrar el camino que conduce a un humanis- mo conereto, fundado sobre la prictica cientifica cotidiana y ala que ja reflexidn moval permanecerd aliada irremisiblemente. — 23 WARD H. GOODENOUGH INTRODUCCIGN? El campo de la antropologia tuvo sus principios como disciplina formal en el siglo pasado? Su tema era 1a historia natural del hombre. Al mantenerse en este tema, los antropéloges han asumido Ja tarea de deseribir Ja condicioén humana en todas sus variedades, tanto pasa- das como presentes, por todos los medios disponibles.) Algunos antro- pologos se han concentrado en problemas relativos a recoger y expli- car las caracteristicas anatémicas y fisicas de Ja especie humana, in- cluyendo sus variacioncs. Su campo es la antropologia fistca. La antro- pologia cultural ha tratado fundamentalmente de recoger e interpretar los modos de vida de los grupos organizados de personas. La observacidn directa de los grupos humanos existentes mediante la intima asociacién con ellos es el medio principal para realizar esta iltima tares. Para recoger Jas condiciones humanas del pasado, sin embargo, debe recurrirse a los documentos que han sobrevivido, a Jos restos arqueoldgicos, a la historia legendaria, a los recuerdos de Jos ancianos y a las deducciones que puedan hacerse de la lingiifstica eomparativa y de las distribuciones peograficas de tipos concretos de costumbres. La diversidad de medios y ¢l entrenamiento necesario para explotar con eficacia cualquiera de cllos requiere una especializa- cién dentro de fa antropelogia cultural en disciplinas como arqucola- gia prehistorica, historia, folklore, linglifstica y tecnologia, Sin tener en cuenta las disciplinas que sc ocupan de los medios, In sintesis, en an producto que describe la historia natural del hombre, constituye 1. Esta introduceiin es unn version am jay modificada de un texto prepa- rado pura un subjurado del President's Scietce Advisory Conumitte, del que se incorporaron algunos Fragme: il informe publicndo “Strengthening the Beha- ioral Sciences” (Miller y otras, 1962}, 2, Para historias sobre el desarroilo de in antropologia, véase Lowle (1937), , Tax (1985) y Hallowell (19604), Para importantes obras de inven- (145), Kroeber (1993), Tggnn (1955), ¥ Sicael (1959, 1961). Iu deseripcién general de Linton (1955), Clark (1961) 25 Ja ctnografia, en Ia medida en que s¢ ocupa de su unico corte tempo ral, y la prehistoria y la etnohistoria, en Ia medida en que rastrean los cambios en el tiempo. Intimamente emparejado con Ja historia natural del hombre ests el segundo gran tema de la antropolosta, Ia ciencia natural del hom- bre. Escribir historia natural exige interpretar los fendmenos observa: dos y recogidos, La interpretacion se apoya en principios teéricos relativos a las relaclones ordenadas entre fendmenos dispares- Libe- rar la interpretacién de la teorta popular de la tradicidin folk y su tendenciosidad etnocéntrica ha exigida que los antropologos 3¢ aproxi- men a su materia con espiritu de investigacién cientifica. Sus intereses clentifiens han. conducido a los antropdlogas fisicos @ estudiar Ia genelica de las poblaciones, el crecimiento y el desa- rrollo anatémicos, los efectos de las dictas sobre Jos pracesos fistold- gicos y de crecimiento, etcétera. Las vicjas interpretaciones de la historia evolutiva del hombre y del primate estan sufriendo como ‘consecuencia una considerable revision.’ En antropologla cultural, los problemas cientificas fundarmentales se han movido en tarna al pro- blema de explicar las similitudes y diferencias de las costumbres, Jas lenguas, los valores y los hibitos de pensamienta humanos repre- sentados en las muchas sociedades que hey en el mundo. El estudio de éstas sc conoce técnicamente como etnologia, Como podria supo- nerse, Jos intereses cientificos de los antropdloges culturales inevi- tablemente Ies han llevado al dominio de las ciencias del comporta- miento y sociales. Puesto que la aproximacion gistematica al problema de las dife- rencias culturales exige un estudio comparative, la antropologia cul- tural se ha caracterizado desde un principio por su énfasis en la apro- ximacién comparativa (Morgan, 1ET1; Tylor, 1889). En este contexto, el andlisis de las distintas pautas de familia y de organizacién de pa- rentesco han Uegado a ecupar uth Jugar especialmente importante. Fl agudo interés de muchos antropdlogos por los fenémenos de parentesco suele sorprender al lego. Como se Tha desarrollado este inte- rég y como ha crecido como ciencia Ia antropologia cultural merece una breve revisidn. Tal revision jambién proporciona la oportunidad de exponer alguna idea sabre el importante papel del profesor Mur- dock en el crecimiento cientifico de la antropologias El interés cientifico serio por el problema de las diferencias cultu- rales comenzé cn el siglo diecinueve, fomentado por la preocupacién por [a evolucién humana. Los tedricos supusieron que las diferencias dc costumbres reflejaban distintos niveles o peldafios de una anica escala ortogenética del progreso evolutive, Las costumbres € institu clones de Jas sociedades tecnolégicamenté satrasadas» ¥ evolutiva- 4 Para bo habitual en fa antropologia fisien, véase Le Gros Clark (1955, 10), Penrose (1989), Comas (1960), Montagu (1560), Garn (1961), Lasker (1951) y Coan (ig82b). n § Para unn perspectiva de la aportacion de Murdock a Ia antropologia, véase su bibli Ee eel libra Explaraidan in Cultural Anirramatogy, ed. Por W, Gooder Lois, N.Y, MeGrowtell 26 oe epee Seyeeties los pases por los que hablan evolucic- ia Tos pucblos mas civilizados. Inspirados en esta idea, Bac! (1861), Tylor (1871), Morgan (1877), McLennan (1886), ernest} ¥ otros intentaran reconstruir los origenes v las elapis de desarro- Ho de las instituciones humanas. Si las diferencias en las costumbres eran una manifestacién de las eyes evolutivas, entonces las distintas secuencias evolutivas constituidas por la religidn, Ta estructura fami liar, el derecho, la organizacién econtmica y la complejidad tecnolo- gica deberian cneajar tedas juntas formando una tnica escala lineal! Dado que la informacion de que disponian era pobre, la compro= bacidn de las teorias de los evolucionistas requeria el estudio empiri- co de lo que ellos consideraban las sociedades primitivas del mundo empresa que se hizo urgente por los cambios que estas sociedades es taban sufricndo a partir del contacto con comerciantes, misioneros y colonos occidentales. A partir del final del siglo xx, se dedicaron cada vez mis energias a la observacion sobre el terreno de las socie- dades tecnoldégicamente simples. Una importante dificultad de la postura evolucionista se planted al tratar de explicar por qué una sociedad estaba mas arriba que otra en la escala del progreso. gPor qué no habian evolucionado todas las sociedades a un ritmo uniforme? En un primer momento, muchos tedricos supusieron que los distintos ritmos de evolucién cul- tural eran reflejo directo de los distintos ritmos de cvolucién biold- gica. Pero aquellos que tenian una experiencia Intima de los que se suponian ser los pueblos «primitivoss rechazaron tales explicacio- hes racistas de las diferencias culturales por ser incompatibles con sus valoraciones de Jas capacidades intelectuales de los pueblos que ha- bfan Megado a conocer bien. Los dos grandes fundadores de la moder- na teorla evolucionista en biologia, Darwin y Wallace, se contaron entre los primeros tn diserepar sobre este tema (Eiseley, 1955). Algunos tedricos tampoco estaban contentos con Ia orientacion ortogenctica y teoldgica de los evolucionistas. Fueron reforzados por Tos investigadores de campo que empezaron 2 cuestionar algunas de Jas formulaciones de la teorfa evolucionista y a manifestar su disgus- to con el racismo que parecia Mevar implicito. Por una parte, comba- ficron Jas ideas prevalecientes entre lag razas, exantinando eritica- mente los métodos y supuestos de la antropologia fisica de su epoca. (Boas, 1912), Por otra parte, buscaron una explicacién de las diferen- cias culturales y del distinto progreso humano que fuera indepsn- diente de consideraciones biolégicas (Kroeber, 1917). La contrateoria que goz6 de mis amplia acogida fue la propuesta por una escuela chistéricas. Defendia que las innovaciones que sefia- fan el progreso humano eran en gran parte azarosas mds bien que un reflejo de leyes evolutivas. Las civilizaciones se desarrallan como acrecentamicntos de conocimientos y técnicas. La medida en que una soeledad participa en nuevos desarrollos se deberia en parte a las Iimitaclones de su medio ambiente natural y en parte a su posicién en 4 Para una exposkokin rec! ite dle este argument, véase Carneiro (1962), 27 Ja red de comercio y comunicacién alrededor del mundo, Las sock dades situadas en las encrucijadas serian Jas més avanzadas, y aque- las en Ja periferia de la red las mils atrasadas, Trazando la distribu: cién de jag pricticas habituales en el espacio y el tiempo, serky post: ble deducir Jos multiples centros de desarrollo ¥ las vias wield das de difusién que han contribuida al crecimiento acum ao la civilizacion. Este esfucrzo mostraria concretamente como se han i a 7 producido las similitudes y diferencias cxistentes en las costumbres.| Las reconstrucciones histéricas que afrontaron exigian todavia mayor - ii a Investigacion de campo y a los detallados descubrimien- a See Los miembros de esta escuela de orientacion mes humanista fueron quienes més activamenite promovieran los grant i esfuerzos de recoleccién de datos que praporcionaron la me materiales etnograficos de que llega a depender el estudio comparativo sites cientificos, ae Bee se formuld y se documenté empiricamente la teorta evolucionista fue con respecto @ ins formas de familia y los Ege de organizacién del parentesco. La terminologia de parentesto ms a senta uma masa de datos precisos y facilmente analizables, y las distintas sociedades exhiben cierto numero de variedades en la foe y los criterios para la clasificacién del parentesco. Lewis: Say, ‘Morgan, cuyo trabajo con los iroquests (1851) le condujo a art : ciar este hecho, concibié Ia idea de que determinados modas oe i= ficactén eran légicamente mas compatibles con tipos ue La que otros de organizacién familia Supuso que estos modos " oe _ sificacién sobrevivian durante algun tiempo después de que able ran cambiado log modes de organizacion familiar. Si las sociel a tecnolégicamente mas simples exhibian terminologi 5 mas ey lo que se suponian los modos mas primitives de organizacion liar, esto proporcionaba una poderosa confirmacion de la a jucionista en Jo relativo a Ja familia, tal come Ja habia desarrol le Lis ls formulacién original de Bachofen (1861). Morgan Sn : recoleecién de datas sobre terminologias de parentesco de 1 el mundo, Su obra, publicada por eo] Smithsonian He iMoraens 1871), fue durante muchos afios un importante bau te de pruel = en apoyo de la postura tedrica de los evolucionistas Por se on Ta organizacidn familiar y de parentesco 5c eonvirtieron en él abjeti yo principal de la escuela histérica en sus asaltas contra ee Los ctndgrafos recopieron con diligencia datos sobre la familia ¥ cl parentesco en todas las sociedades en que ‘trabajaron. ee Como subproductas del cstudio psicoligica en los si ur i Torres en 1898, W. H. R. Rivers (1900, 1906) descubria que, al recog: i «de esta posicién los proporcionan Perry (123), Gladwin ae Bie eT Casa), Expreslones mis complejas de esta forma le ape PTT Tee encuentran én Ins obras de los micmbros de la eens seta smmaclutturkreis —por ejemplo, Graermer (1911), Schade 0% Bou mame ead y Westermann (IMO), HeineGeldern (1954) Freudemen tt Seimitz (19i0}— ¥en muchos antropélogos umericanos —por e}crele, (1922), Kroeber (1939, M4, 1968) ¥ Spier (1925). 28 un conjunto de genealogias de forma tin completa como fuera posi- ble sobre los micmbros de una comunidad, se encontraba con una masa de datos factusles concretos sobre Ia que podia verificar toda clase de informacidn relativa a los usos familiares y de parentesca. Con Jas genealogias, podfa comprobar la veracidad de cualquier afirmacién general de los informadores ea gran niimero de casos concretos. La utilizacién del «método genealdgicos, como Ilegd a ser conocido, aumenté en gran medida el rigor y la profundidad del estu- dio empirico, Las recolecciones de dates demostraron ser mucho mis de far y las genealogias eran algo con lo que facilmente sc podia verificar la validez de muchas formulaciones sobre las practi- cas sociales (por ejemplo, Ia herencia de la tierra). Como perdurable consecuencia de la obra de Morgan y Rivers, el estudio de la familia y de los fendmenos de parentesca se ha miantenide conceptual y metodoldgicamente a la cabeza del estudio de los aspectos de Ja cultura, proporcionando muchas de las nuevas visiones y métodos a partir de Ios cuales otras areas y problemas del comportamiento habitual, se estan haciendo cada vez mis susceptibles de un ataque disciplinado, El estudio de campo de las sociedades en funcionamiento pronto lev a una nucva perspectiva al problema de las diferencias cultura- les. La participacién extensiva en las actividades de los pueblos y el conocimiento de su lengua hicieron que los etnégrafos mits cabales se dieran cuenta de que las costumbres de uma sociedad, por extra- fas que fueran desde los modelos occidentales, servian a las necesi- dades de sus miembros, segtin ellos Jas entendisn, de forma que enca- jaban con sus valores, También se hizo cada vez mis evidente que Tas costumbres tendian a ser internamente coherentes de forma que encajaban en sistemas estructurales. Hacia 1930, las consideraciones de sistema, de integracién estructural y de organizacién con arreglo a pautas habian Iegade a proporcionar un nwevo avance desde el que volver a valorar los supuestos de Jas escuelas de pensamiento evalu- elonista ¢ histérica, Estas considcraciones también proporcionaron tina base para explicar por qué la gente no toma nuevas técnicas ¥ formas de hacer Jas cosas indiscriminadamente {aunque en si mis- Mas parezcan superiores), sino que de hecho lo probable es que s¢ sca altamente selectivo, La escuela histérica habia tenido dificultades en fazonario. En la organizacién familiar y de parentesco, ademés, los Supuestos de Ia escuela histdrica, que se habian demostrado utiles @n cuestiones de tecnologia, no se hablan sostenido muy bien. Los lipos de clasificacién de parentesco y las formas de familia y organi- wacidn de grupos de parentesco parecian ir asociacios de un modo que estaba lejos de ser azar sus distribuciones geogrificas no enca- jaban con ef modelo de centros de innovacién y la consiguiente difu- in intersocial, Ta nocién de integra- 18 culturales, por otra parte, propor- tlond el acma mediante la cual el Flanco de Ja postura evoluctonista fe contraatacd con éxito. Alora era posible yer asociaciones significa: fivas de tipos concretos de costumbres y formas sociales como um re- 2a flejo, no de la «ley» evolutiva que determina las etapas del desarrollo cultural en un continuo desde lo primitivo a lo eivillzado, sino como principios sociales y psicolagicos de coherencia y consistencla (Rad- cliffe-Brown, 1924; Murdock, 1949), El nuevo y mejor trabajo de campo fue planteando también nuevas euestiones. ¢Era la turbacidén emocional un concomitante inevitable del cambio fisiolégico de la pubertad, por ejemplo, como normal- mente se crela? Margaret Mead (1928) Iegé a preguntarse en su tra- bajo de campo si lo era, Tal vez dependia de las actitudes y las prac ticas habituales. De manera similar, los etnégrafos estaban descu- briendo excepciones visibles a otra muchas proposiciones de las ciencias sociales y del comportamiento. Malinowski desafid la teoria econdmica (1922), juridica (1926) y psicoanalitica (1927) sobre la base de su estudio etnografieo de las islas Trobriand. De hecho, cada vez se hacia mds evidente que los antropélogos culturales tenian un im- portante papel que jugar en Jas ciencias sociales y del comporta- miento, generalmente comprobando las hipétesis desarrolladas cn ‘otras disciplinas sobre la naturaleza del proceso social y del pensa- miento humane, la emocién y el comportamienta, enfrentindolos a los testimonios que proporcionaban Ins pueblos ne occidentales, de hecho Ja gran mayorla de la humanidad, Los resultados han sido una serie de vinculaciones progresivas entre la antropologia y otras disci- plinas, que han dado lugar a nuevos campos de especializacién dentro de 1a antropologfa cultural: por ejemplo, la antropologla social" la antropologia ccondmieca? la antropologia juridica,” y el campo de cultura y personalidad (vinculado a la psicologia).” - Paralelamente a esos desarrollos, se ha prestado una creciente atencién a los problemas del cambio social y cultural. Los intereses de la escucla histdrica, especialmente en Ios Estados Unidos, hicie- ron de Ins procesos mediante los cuales se inventan nucvas técnicas, se adoptan o rechazan por otros, y se extienden a socicdades extrafias, un asunto de vital interés. Estas procesos tienen evidentemente importantes rasgos psicolégicos, politicos, econdémicos y sociolégicas que habran de tenerse en cuenta si se pretende desarrollar una teorfa satisfactoria del proceso cultural. Los estudiosos de los indios ameri- i H falez han creado una impresionante lista de libros sotresiligntes, citudios monogediicos y etnogréGcos, que abarean un amplia campo de [a materia, Para algunos ejemplos, véase la obra de Fortes y Evars- Fritchard (1940), Wilson y Wilson (145), Lévistrauss (1949), Murdock (1989), Radclifferown y Forde (1950), Firth (1951), Nadel (1954, 1957), Eggan (LS55), Schnpera (1956), Redfield (1957), Goody (1958), Leach (1961B) y Schneider y 1961). Gort atinowsi (1922), Firth (1939, 1946), Herkovits (1952), Belshaw (1954), A 1959), Erasmus (1961), Burling (19820), een aaine tis, Malinowski (1926, 1934), Hoehel (1934), Howell (1954), Ghuck- anon (19574), Paspisil (1958), ? need (ea 1585, Bunedlct 11034), Rardiner (1939), Du Bois (194), Linton (M56), Kluckhohn y Leighton (147), © (1952, 1961), Kluckhohn, Murray ¥ Schneider (1933), Gladwin y Sarason {12 ano (1954), Hallowell (1955), Spindler (1955), Gladwin y Sturtevant (1 1. Por ejemplo, Linton (1934), Kroals Honij (0948) y Barnett (1953). 30 canas, sobre todo, han cambiado su énfi moda de vida anterior a las reservas —cada vex mis dificil de hacer a medida que los ancianos que la recuerdan van desaparecicndo— @ un examen de los cambios que se han producido desde ecntonces El interés reciente por el cambio centra Ia atencién en los procesos Qperativos, én los csluersos que h unlit dad pura acomodarse al conjunto de condicioncs impuesta durante un gran perioda de tiempo Por la fuerza mayor de una sociedad exterior. Lo que les esta- ba oeurriendo a los indios americanos y a los pueblos sometides af daminio colonial merecia ser recogido como una parte importante del archive de Ia historia natural del hombre. El estudio compara- tivo de fo que cstaba sucediendo en las distintas sociedades podria proporcionar las bases para una teoria cientifica de la aculturacidn, come se denomina el cambio en estas condiciones especiales. Conforme se hizo evidente que pocas proposiciones sobre el com- portamicnto humano, la sociedad y Ja cultura podian considerarse por regla general validas hasta que hubieran 0 Figurosamente compro- badas interculturalmente, los antrapdlogas afrontaron un serio pro hlema, La comprobacién de cada hipdtesis requeria Ia acumulacién de informacitn fidedigna sobre una formidable muestra de las socie- dlades del mundo. La tarea requeria afios de bisqueda por toda la vada vex mayor literatura etnogrifica y una valoracién culdadosa de It treclibilidad de las fuentes de la muestra para cada sociedad. At final, el resultado se limitaba, a menudo, a muy pocos casos suficien- temente documentados en las variables importantes. En consecuencia. el estudio comparativo era anecdética o bien se basaba en muestras demasiads pequefias para proporcionar respuestas concluyentes. fa fundamentalmente para producir una plétora de nucvas hipdte- ¥ proposiciones en competencia con las antiguas. A menos que s de Ja reconstrucién del sis se pudicra encontrar una via para superar los obstdculos del estudio Somparati ¥ de las re WrOso, una gran cantidad de la teoria antropolégica tas del comportamicnto por regla general se quedaria esariamente en especulativa. ra tratar este problema, Murdock (1940) y sus asociados del frstitute of Huntan Relations de la Universidad de Yale desarrollaron Wii idea anteriormente concebida a principios de siglo por William Oraham Sumner -y crearon la Cross-Cultural Survey en 1937. Recogie- Yon uma muestra de las sociedades del mundo y, tomando toda la lite- Valura sobre cada una de COMenzaron a ificar toda su infor- HiiciGn cultural y similar segiin un indice complejo que prepararon Pita este fin (Murdock y otros, 1938, 1950). La informacion se copid Wiego literalmente de las fuentes y fue archivada. De esta forma, 2% los datos disponibles relatives a cualquier tema de una socic- ead ch se re jo uno o dos nimeros indices. Lo que habia et Iocalizado podia cncontrarse ahora facil- que tuviese una hipdtesis para comprobar podla 1h Mead (1932, 1958), Re ¥ Herskovits (1936), Herskovits (1938). Linton (8t0, 143), Moll 5S. 1 ©. (1954), Siegel (1955), Wallace fn), (15H) Mente. Cualqu Mon 31 ir a los ficheros, consultar las categorias relevantes para caida socie- dad y asegurarse en dias, mis bien que cn afios, de la naturaleza de los materiales disponibles en la literatura etmografica.™ Pocos afios después de haber comenzada, las fichas proporcionaron ins Dases para estudios comparativas importantes en materias tales come los usos del alcohol (Horton, 1943), el cuidado y tratamiento de log ancianos (Simmons, 1945), las practicas relativas al sexo y a I reproduccién (Ford, 1945), las interrelaciones de las formas de fami- lia, parentesco y mat! onio (Murdock, 1949) y los posibles efectos de las practicas de cntrenamicnto de los nifios acerca de las actitudes y creencias sobre la enfermedad en la posterior vida adulta (Whiting, y Child, 1953). La construcién de las fichas mostré lagunas alarmantes en los datos etnogréficos, incluso para aquellas sociedades que presumible- mente habian io mis completamente estudiadas y descritas. Los estudios que utilizaban las fichas revelaron también otras deficiencias en las fuentes, Puesto que los emndgrafos tenian distintos intereses y tendian a trabajar cada uno en una sociedad distinta, la sociedad A podia estar bien documentada sobre un asunto X y pobremente (o nada) sobre un asunto Y, mientras que una sociedad B podia estar po- bremente documentada sobre X y bien documentada sabre ¥. Esto hacia dificil comprobar las hipdtesis referentes a las relaclones mu- tnas de Xe Y. La mayor parte de los studios comparativos empren- didos, incluso con la enorme ayuda que aportaban las fichas, hebian sido seriamente disminuidos por el pequefio ntimero de sociedades sobre las que se habfan documentado datos sobre todas las variables importantes y por la calidad desigual de Ios datos disponibles. Una dificultad igualmente seria ha sido la comparaciin de los datos de campo tecagidos por distintas métodos para diversos propdsitos. La Cross-Cultural Survey ha enfrentado a los antropéloges con problemas basicos del desarrollo de una ciencia natural del hombre.* Puesto que el interés especial por los fendmenos de la familia y el parentesco sc remonta a Ja obra de Morgan, los datos sobre estos temas han demostrado ser los mas abundantes y menos problematicos 1d. E! sisterna de indices desnrrallado por 1a CrossCuttural Survey también thene usos practicos evidenies, Los datos sobre les pafses latinoamericanas actup- fee pronto se praocesaran ¥ archivaran Bajo contrato con ta Office of the Caordi- hater of InterAmericon Affairs, siguienda los procedimientes elaboradas para In deer a Murdock y doz de sus asociados faerat comisionados como oficiales de Te armada durante la TT Guerra Mundial y destinades a [a tarea de procesar Ios aida sobre las Zonas en que In armada preveia que habria que proparcionar wea Suiministracién civil conforme prugresara Ja guerra. Despugs que Ta CrossCullit- val Survey fue reorganizada como Auman Relations Area Files, Inc, este ‘altima organizgacian recibid contratos gubernamentales dé gran importancia para pro- eee Ta informacién sobre areas de importancia estratégica para los asuhtos internacionales de los Estados Unidos. 1% Un informe del President's Science Advisory Committe (Miller ¥ otros, 102} ha fecomendado In formacién de un grupo de estudio para examinar el entero problema de cémo perfes los actuales servicios el estudio comparative. Para unm sumeren sobre eomo explotar los archives para prepdsites cientificns de farts pasa per encima de los actuales pro- e Robi sith (1982), ts y Sutton para cl estudio comparative, Al publicarse, en 1949, Social Structure de Murdock. un estudio comparativo que utilizaba estos datos de una muestra de 250 sociedades, se convirtid inmediatamente en un hito, Afinaba conceptos, eliminaba graciosamente temas caducos, y demostraba con fuerza que los tlpos de clasificacién del parentesco, los principios de residencia y las formas de familia y organizacién del arupa de parientes van de hecho significativamente asociadas, Por ejemplo, la forma en que clasificamos a los parientes en Ja sociedad Norteamericana moderna esté estrechamente asociada intercultural- mente a Ia combinacién de la monogamia prevalecienie, al énfasis en Ja independencia residencial de cada pareja casada y a la ausencia de grupos de parientes organizados en base al hecho de descender de un antepasade comin. Otras formas de clasificar a los parientes, como cuando las madres y las hermanas de las madres se clasifican termi- nolégicamente cn un tipo y se comportan como tal, estén asocladas a otras combinaciones de organizacién familiar y del grupo de parien- tes. La distribucién de estos distintos tipos de sistemas sociales en Tolacién con los niveles de complejidad tecnoldgica y la geografia mos- traba claramente que ni los primeros evolucionistas ni las teorias his- tdvicas explican satisfactoriamente catas asociaciones, Murdock con- elufa que las consideraciones econdmicas, militares y otras promueven tina 4 otra forma de organizacién familiar —como cuando la tecno- Togia de Ja produccién de alimentos favorece el mantenimiento de Wink permanente fucrza de trabajo compuesta por varios adultos— y que los grupos de parientes y Ja terminologia de parentesco tienden ajustarse de forma predecible en respuesta a consideraciones siste- Miticas y psicolégicas mis bien que a consideracioncs *evolucionis- fase! De este modo, el estudio de Murdock liberd a los estudiosos de lo organizacién social de cierta cantidad de viejos argumentos y espe- eu iones. Al mismo tiempo, puso de relieve una serie de problemas ¥ cuestioncs nuevos que han estimulado nuevos desarrollos de la antropologia cultural. Como resultado cl método comparative fue obligado por primera Ver a afroniar los problemas del muestreo y el problema asociado de 1s Unidad de comparacidn (Driver, 1941; Naroll, 1961). Murdock (1957, 1062) ha proporcionado desde entonces una Tuestra mucho mis exten- wat que incluye un abanico mas amplio de datos que su primer estudio, Su obra también incidié sobre los problemas de clasificacion, La eomparicién exige inevitablemente alguna clase de clasificacién de los eriales a comparar. Los criterios utilizados varfan necesaria- ente sein el problema que se considera. Siguicndo la obra de Morgan y sus sucesores, y manteniendo los temas tedricas de la época, fe ha desarrollado a lo largo de los afios una taxonomila de las formas 16 Los esfuereos ade a 8 law prock ¢ Mhinidock fore cientil © Srnvits (1962), salvar su posicién frente sth el momento han dernosteade ser unos tours de fF cjemple, Dole (1960) y Ia refutacién fe Sn, Por supweste, antievala- ta en lo que 33 de familia y de parentesco, en cuyn utilizacién se esperaba que los estudiosas Seiieteatan competencia, Em consecuencia, la documen- tacién etnogratica daba el juicio del observador (com uno o dos ejem- plos que lo apoyaran) sobre como un Taseo de Ia cultura de una soci dad tenia que ser clasificado, pero muchas veces fallaba en Proporcio- nar todo cl abanico de datos referentes el rasgo en cuestiGn. Si algun otro pone en cuesti¢n el juicio del observador o desea construir un sistema distinto de categorias mis adecuado a su propio problema immediato, carece de Ja informacion necesaria para volver a clasi- ficar, La vieja teoria referente a los grupos de parentesce corporati- vos, por ejemplo, resaltaba la jdea de fillacién con respecto a un ante- pasado comtin, se exclusivamente a través de los varones {los Erupos serian patrilineales) o cxclusivamente a través de tas hembras. {los grupos serlan mattilineales). Los otros muchos principios en sue puede basarse la pertenencia # grupos corporalives To fueron exp rados seriamente. El resultado fue que grupos de distintas estructu- ras solian documentarse como patrilineales o matrilineales, een aquello a que estadisticamente st farecieran mas, 1o siendo el a - Erafo capaz en proporcionar Ja prueba mecesaria para aaa jos principios por las que verdaderamente se organizaban. Todo: ue no poilia encajarse en uno de esos cajones S& dejaba en wna cal sc ria residual de prupos de parentesco bilaterales, Los Eee grupos de parentesco estin siendo ahora modificados ¥ renee considerablemente (Fortes, 1953; Pehrson, 1954; Goodenough, 1 i Firth, 1957; Davenport, 1959; Murdock, 1960; Freeman, 1961; Schnei- der y Gough, 1961) y gran parte de las viejas fuentes de material s¢ indo cada vex més inadecuada para comprobar las hipote- = eee de Murdock por sistematizar el marco conceptual que han cstado utilizando los estudioses de Ja familia ¥ e] parentesco deja mas visibles sus deficiencias. Los concepts relatives a las a de residencia en ¢l matrimonio, por ejemplo, parecen ser See quiyocos, pero dos einégrafos preparados para su utilizaciGn dis a pan sobre su aplicacién @ los mismos fenémenos de Ja ee ne nidad, que estudiaron con independencia (Goodenough, 195¢ oe ae i sificacién de residencia, que parecia establecida, se Lee lo des: de entonces en asunto de discusion ¥ reconsideracion (Bol para 19576; Fischer, 1958, 1959; Ra ilet, 1959). Los eonceptas relativos 2 a familia elemental también estan siendo eriticamente revalorados a 1949; Adams, 1960). i See la fipologia y sus problemas concomitantes queda claro que las clasificaciones apropiadas para cl estudio Saee estan un nivel conceptual distinto, sirven a distintos pEepost aS que las distinciones catepsricas que proporcionan él mejor sey ce log fenédmenos dentro de una sociedad conerela, Los primeros: ra 2 ser por regla general aplicables a todas las ociedades i‘ ie wan 8 dehen permitir las © janes 1 economicas de las oie qu . detcrminan los acontecimientos del comport iento dentro de una sociedad como universe en sf misma, La distincién tiene su contrapar- ad tida cn Ja lingiiistica. Alli, el analista tiene un clasificacion fon¢tica de tipos sonoros (el alfabeto internacional) con el que puede describir Ja fonologia de todas Jas lenguas y de este modo hacerlas comparables. Pero las distinciones de esta clasificacién fonélics no son congruentes eon las distinciones de los sonidos hablados que son significativos en cada una de las Ienguas. El alfabeto que mejor encaje puede que sélo requicra quince simbolos en una, mientras que el alfabeto que mejor encaje en otra puede requerir cineuenta; y los limites de las tategorias acisticas de una lengua pueden superponerse y atravesar por completo los limites de las categorias de otra. Uno de los objetivos del andlisis descriptivo consiste en aplicar procedimientos rigurosos mediante Ios cuales pasan de la clasificacidn fonética general de la observacién y transcripcion inicial a otra nueva —una clasificacién fonémica— con estimaciones mis adecuadas y clegantes de las distin ciones sctisticas significativas en la lengua de los hablantes indigenas. F4ia, presumiblemente, es la clasificacién con que operan los hablan- tes reconocibles de la lengua. Consideraciones similares se aplican al andlisis de la gramitica. Presumiblemente, también son pertinen= tes para el estudio de todas las otras formas de comporlamiento so- Gialmente significativo (Pike, 1954-1955). Cierto mimero de antropdlogos norteamericancs entrenados des- puds de 1940 han aceptade estas consideraciones como esenciales para Ja descripcién cultural completa y cllos mismos se preocupan de Jas operaciones implicadas en la ctnografia (Goodenough, 1951, 1956a; Frake, 1961; Conklin, 1955; 1957), La etnografia se ha considerado Hornalmente por mucha pente come un nto de interrogatorio diligente, observacién cuidadosa y relato veridico, En cuanto tal, con frecuencia fue detractada como «mera descripcion. Considerada a la fz de los problemas iluminados por el estudio comparativo de la Orpanizaciin familiar y de parentesco, tal como se proyectan a partir Me la comprensién derivada de la lingistica, la descripeién adecuada @ieda puesta de manifiesto como un serio cjercicio de construcciin ¥ Volidacién de teoria. Existe un nuevo interés en proponer méto- dos de andlisis forr que, cuanda se apliquen a los datos brutes de ta observacién inicial, eonduscan mediante la induccién a ati Maeiones vilidas del contenido cultural. Uno de tales desarrollos consiste en el estudio del significado. Una Vk importante por la que el eindgrafo aprende Ia cultura de una co- Munidad sometida a estudio es aprendiendo a lengua local, su guia fara las ideas o sign dos para los que la lengua es un eddigo. Los piliersos por sistematizar la operacién que los etndgrafos han esta- M6 aplicande sin pensarle a este fin estan abrienda camino a una Hprorimacién cientifica # la semantica deseviptiva. Todas las cosas, feontecimientos u otros fendmenos que puede denotar una palabra Penstituyen un conjunto que se contrasta segiin criterias concretos Perceptives y/o conceptuales con todas aquellas cosas para las que no Pileden utilizarse palabras que denoten. En otro caso, el hablan- fe Ho podin decidir cuando debe, y cuando no, utilizar la palabra. Mediantec ef contrast aniticn de los conjuntos denotativas de las 7 i ipétesis comunidad cn cuanto sistema mater sya es posible, por tanto, legar a una hipa ea ae ies ais riminarén mejor entre los conjuntos. ambientes y sus comportamientos, Estas hipotesis pueden ser facilmente validadas Benttaon enue dad de Ia cal : ‘ fe ral. ‘También se pueden trazar 1its al verdadero comportamienta oral. Tam! ; % : interrelaciones estructurales de los distintos © jterios discriminade res, De esta Forma cs posible trazar wn diagrama de los criterios y Si | de personis, sus medias arden il onal no es prapie- nidad, sino de sus miembros, Es la organizacién de $u experiencia dentro del orden fenomenoldgico, un producto del aprendizaje cognitivo ¢ instrumental (formacién de habitos). El orden ideacional, a diferencia del orden estadisticn, no material, estando E de formas ideales tal como existen en las mentes de las eae FOr antes los cuales Ta gente ha estructurado su expe- compuesto de formas ; organizacion sae Saar Hales sin tener que depender uni- personas, proposiciones sobre sus interrelaciones, indices de preferen- viencia del mundo ¢ Toniama subjetive (Frake, 1961, 1962; Conklin, dias relativos a ellas ¥ recetas para su ordenacién mutua como medios amcutes ee hl] ‘de ja anotacién constituyen uno de los Para los fines deseados. Y en cuanto organizacion de la experiencia 1962a, 1962). Los Prot lperar en este trabajo; iodavia no tenemos cl pasada, ol orden Ideacional es un medio paar organizar e inlerpretar aes See ales fonctica internacional para la mayor parte Ta nweva experiencia, Como he escrito en otra parte (Goodenough, aa He SRE RHE del compartamiento,” Lo que se ha hecho hasta 1961a, p. 522). ahora ha sido en gran parte referente al parentesco. Aqui la analogia ‘ pore) comp consecuencia consta de normas para decidir qué cs, normas para decidir con la anotacién fonética ya Se Te eee y, también aqui, qué puede ser, normas para decidir cémo se siente uno all respec- del) temiprai: pated eee es islado cierto mimero de esos to, mormas para decidir qué hacer al respecto y normas para gracias a cse mismo interés, s¢ han at See aoe Ke decidir como hacerlo. La gente utiliza estas normas como. guias ‘criterias conceptuales relevantes (Kroeber, 1909; wie ee para todas lus decisiones, tanto grandes como pequefias, que tie choff, 1932; Murdock, 1949). Ta aclaracién de las opened Ot® eae en que adoptar en cl curso de la vida cotidiana. En cuanto sen este dominio (Goodenough, 1951; 1956b; Lounsbury, H miembros de la comunidad que Hevan a cabo sus asuntos, cons- cas Epli 1958; Wallace y Atkins, 1960, Burling, 19625) esta ftantemente adoptan decisiones a la luz de sus normas, las pautas Romney iv auc debe hacerse con objeto de generalizarlos a otros que caracterizan a la comunidad en cuanto un todo se crean y reiciando donquenseben a s€ mantienen. dominios. f My ‘rl is amplia ina carriente mas @mp! Tales desarrullos son sintométicos de Autor cree que ayudari De este modo, el orden fenoménico de una comunidad, su «way de Ia eee eal cieee clientos mucho mas firmes, Impli- ff lifes caracteristico, os un artefacto del arden ideacional de sus a colocar la teora rei 2 ia iderar Ja cultura de 1 €a un ereciente reconocimienta de jac oy ratkeda sobre dos nalégico que se parece a la relacién de los genes y sus alelos en el cualquier sociedad, los faee pee si formaran parte del mismo polo de genes de una poblacion reproductora con las pautas estadis- ertenasgaisinton os oe z cer agence entre Jas escuelas an- ticas mediante las que un observador describe el fenotipo medio o orden. Muchos de les desacuer 2] pasado han reflejado el énfasis modal de esa poblacién. Pero no debemos llevar la analogia demasia- tropoldgicas de pensamiento oe ee distintos. Uno es el orden do lejos, pues el orden ideacional es afectado en sf mismo por el diferente en uno u otro de estas ventos observados y las regularida- orden fenomenoldgico, siendo un producto del esfuerza de las perso- fenomenaldgico de los Leavin como cualquier otto uni- has por organizar su experiencia de aquél. des que exhiben. Une coe e eeemuilibrio, exhibe pauitas estadis- La distincién entre cultura camo arden fenomenoldgico y cultura verso natural en estado Promam® ea ernamentc estables, como Ia ¢omo orden ideacional, el primero caracteristico de una comunidad ticas caracteristicas d Ste tora similar, pero munca idén- y el segundo caracteristico de sus miembros, es algo que los antro- homeostasis del organ! E ee ae ot eae are por consiguiente, pdlogos han tratado desde distintos puntos de vista durante alpin tica, los acontecitiientos acuinén US ¥ vitecimientos y ordenacidn tiempo (por ejemplo, Bateson, 1936; Rouse, 1939; Krocber, 1952, pueden) seu jalsiados) OMe Le denacién tienden a persistir y otras pp. 152-166; Kroeber y Kluckhohn, 1952)." Pero no ha sido ampliamen- pautadas. Determinados tipos de or chs' in observador puede perei- ff acepiada « lica, Aunque la distincién tiene evidentemente @ aparecer y reaparecer en Un a mae una comunidad sin conoci- Wna importancia crucial para desarrollar un cuerpo perfecto de teoria esta clase de pautacion estacls valores ni principios de accion Teferente a los procesos y meeanismos del cambio social y cultural, miento alguno de las auoae ae id: = te decir, sin conocimienta del ios sobre el cambio han acostumbrado a las alteraciones de de los ea SN eo ireNinene bet una propiedad de ta iPad drdenes. cote oc deben explicarse con. las mismas orden ideacional." E a : mbres. El orden ideacional tiene una relacion con el orden fenome- Alicunos antropélojeos algunos aspectos del comp Sido heehe ‘ nee lao 18. Lo que aqui tie weal pore ver mann (1949, p, 213) hi denomare lowell Gumi, gue mits restringidn, por ejem- distincién eon at wy razones. Por otra parte, Leach (196la) ha criticado recientemente a aquellos de sus colegas en la antropologia social que toman las pautas estadisticas que disciernen en una comunidad mediante las lentes de un marco tedrico aprioristico y las tratan como tuvieran valor juridico en las mentes de sus miembros. Las multiples consecuencias de esta distincion entre los drdenes fenomenolégica e¢ ideacional, cuando se toman en serio y se siguen sistematicamente, son demasiado complicadas para resumirlas aqui” Llamo la atencién sobre el asunto por varins razones. En primer lugar, los nucvos ¢ importantes desarrollos de la ctnoprafia pretenden des- cribir las culturas como drdenes ideacionales. La cemdntica deserip- tiva anteriormente citada es un ejemplo. Otro es la obra del ya falle- cido Clyde Kluckhohn y sus asociados en el estudio de los valores2t Describir los drdencs ideacionales rigurosamente representa una de Jas principales fronteras en que actualmente esta teniendo lugar las exploraciones de la antropologia cultural. Prameten praporcionar una base para ligar la teorfa cultural con ii teoria congnitiva de la psico- logia, como ha obscrvado Wallace (1962)" El interés original desde el que se ha desarrollado la antropologia —la historia natural del hombre— también sigue absorbiendo la aten- cidn ¥ las energlas creativas de la mayorla de los antropdlogos. Si para algunos de nosotros son las nuevas perspectivas de la clencia natural del hombre las que inspiran nuestro trabajo, para muchos otros, la importante son los nuevos vislumbres de Ia vasta extension de la historia humana, La mayor parte de nosotros, creo yo, estamos fas- sinados por ambas, Un ejemplo sebresaliente de esta fascinacidn dual lo proporciona Ia propia obra del profesor Murdock, Sus aporta- ciones notables al desarrollo de la antropologia cultural como ciencia natural, @ la que ya ha hecho referencia en esta introducidén, se em- parejan con una importante contribucidn exploratoria a la historia natural del hombre en Africa (1959a), Desde la Segunda Guerra Mun- dial, ademas, ha habido un renovado interés por la evolucidn cultural. Childe (1951), White (1959) y Sahlins y Service (1460) se han aproxi- made a la evoluciin cultural dentro de Ia tradicion de Is teoria evo- lucionista del siglo diecinueve, Steward (1955) ha adoptado una aproxi- macién algo distinta y Murdock (1949, 19596) otra. Al mismo tiempo, Jos antropdlogos se han dedicado a una ere nte complejidad con la atinan las miltiples ineas de los testimonios —lingilisticos, arqueold- gicos, documentales y einologicos— para identificar y describir pue- blos y culturas histdricos y prehisiéricos, y completar los detalles de su historia (por-ejemplo, Childe, 1926; Rouse, 1939; Clark, 1952; Gid- 0 extensiin en una ntada (Gnade @, El lector interesado las encontrara tratades con all ‘obra fujura sobre Jos problemas de cambio social y cultural 0 mough, 1983), 2), Kluckhohn (1952, 1959), Brandt (1954), Albert (1956), Ladd” (1997) Ede] (1939), Kluckhohn y Stredbeck (161) y la serie de inform: desde 195) 1 of Americme Arc Ethnology, EL 22, Fata del ¥ ilo and psivologia que ca el més reve 48 ¥ dings, 1962; Cotter, 1958; Willey ¥ Philips, 1958; Murra, 1962). Su obra ayudard a resolver al Peis tee igunas de las controversias actuales sobre Ta Cualquier consideracién de Jos nucves gla cultural debe tener en cuenta lo que nes que han conseguido su independenc Segunda Guerra Mundial. Muchas estin o Reece de comstnuir, casi desde Ia nada, sistemas cduca- rmitan ocuparse sus propios dese et én una época de clencia y complej i feces te y jidad politica y tecnoldégica. J eon otras muchas disciplines, la antr fa cst Tana de , la fopologia cst’ cn el it transformarse de ger una em M1 : eres © r Presa exclusivamente cura [ una disciplina que cuente con per: pnaeerenes a Sones preparadas cl del mundo que, desde disti y Sate Bie eee ae i i Stintos antecedentes cultural i. Sipantes actives. Por lo menos, alguna. iaedae oe ote i, a as de las tender : bable que adopte Ja ant eS erates 2 ropologia en los estados recién inde) i O Stadas endiza- dos ampliarin de forma importante las actuales Perera plan. feando importantes cuesti It ones Nucvas engra ie: i medida los actuales conocimientos, Be EE AES eae desarrollas en antropole- tf eurriendo en las nacio- politica después de la Miprametidas en Ja tarea REFERENCIAS AMAME, RICHARD N., 1980, “An Inquiry i ; be ji quiry into the Nature of the Family”, ertru- Hn iat 4s Nome 10 cen geet of Eire Auniver, Exsrm M., 1954, “The Classification of Valuesy 4 i eee auiMaeeatse ce jon of Values! A Method and Ilustration”, Bicones, J. 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Este nombre empezé a utilizarse en Inglaterra en el diltimo cuarto del siglo xx y ha sido reconocida an las universidades britanicas, existicndo ahora algunas citedras de antropologia social. Se adoptd con el fin de distinguir cl tema de la ¢tnologia por un lado, y de lo que se vino a conocer como sociola- gla por el otro. La primera persona que obtuve el titulo de profesor de antropalo- gin social fue Sir James Frazer, que recibio una caitedra honoraria en Ja Universidad de Liverpool en 1908. En su clase inaugural sobre *El alcance de Ja antropalogia socials, dada el 14 de mayo de 1908, alijo: La antropologia, en el sentido mais amplio de la palabra, Gene come fin el descubrimiento de las leyes generales que han requ. Jado Ja historia hemana en el pasado, y que, si la naturaleza cs realmente uniforme, puede esperarse que Ia gobicrnen en cl futuro, De aqui que In ciencia del hombre coincida hasta clerto punto con Jo que durante mucho ticmpo ha sido conocide come la Filosofia de ia historia, asi como com ¢l estudio al que en Jos altimos afios se ha dado el nombre de sociologia., Realmente, podria haber slg Mas razones para sostencr que la ontrapologis social, o el estudio del hombre cn sociedad, no es sino otra expresim para denominar a da Sociologia. No obstante, creo que puede ser diferenciar ambas ciencias, ¥ deberia teservarse cl nombre de sociologia para el estudio de la sociedad humana fen ¢l mis amplio sentida de ealis palabras) y que seria beneficiaso que la palabra antropologia suckil quedase Imitacda in depariamento detenminade de este fnmense campo dé conocimiento,.. La esfera de ta antropologia so elal tal como Ja entiendo, o al menos tal como propumgo tratarla, al se limita a los primeros comienzos, al desarrollo: mena In sociedad humana: no incluye Tos fases mis madras de este crecimiento complejo, menos atin abarca Ios problemas p ntivos que dcben tratar nuestros modernos legisladores y hombres es. tado. i Frazer concebla la antropologla social cama el estu- dio cocklteico de las formas eprimitivas» dc Io sociedad. De forma similar, en su erticulo gobre sAntropologia Social» cn la 13 edie de la Encyclopaedia Britannica (1926), Malinowski clei O la materia come «ung rama de la sociologia, aplicada a las tribus Sa El adjetivo «primitivor no debe scr entendida en un sentide equivo- cado, Frazer esecribiv: ii Fi los sal- necesario advertir, contra un equiveco comin, que oe de hoy en dia son primitives sélo en Un sentide relative y ne absolute. Son primitivos por comparacién a nosotros; De! O10 on peimitivos por comparacion al yerdadero hombre primitive es de cir, el hombre tal como era cuando emergié de Ia fase de existencia puramente animal, Realmente, comparado con el hombre en su ds tado absolutamente original, incluso el salvaje de hoy en dia 5, sin duda, un ser muy desarrollado y culturalizado, osc que todas las prucbas y todas las peQuablianees celine Eve cea jas las razas existentes del hombre, tanto tas t Se mis civilizadas, hayan alcanmdo su actual nivel ele na este alto o bajo, slo tras un lento y penoso ayance, que i ha- terse dilatado a lo Jargo de muchos miles, quinas millones, de afios... Mientras que la antropolagia soc tiene mucho que decir acerca del hombre primitive en el sentido relative, mo tiene nada ‘en absoluto que decir del hombre primitive en el sentido absoluto, cla muy simple rain de que no sabe nada absolutamente sobre ri y, por lo que sabemos ahora, es probable que nunca spe nada, Por supucsto, no es posible trazar una clara iinea cuvisoria) entre sgociedades primitivas y sociedades no primilivas. Ademis, Be ane in 50 ehe i letaments su etenca fa social no puede y no debe limitar comp z i ee primitivas rede: Come minima, forma parte dc su tate comparar las sociedades primitivas con aquellas que Se ie as alti trapélogos sociales lantadas. En los iltimos 20 atios, los antra s : ee t = tH Wes locales em socieda- a cabo estudios especificos de comunida 3 5 Fe Bae en Irlanda, Quebec, Maseachusselts, Mississippi, Japon y China. Las definiciones de Fra spidey ts ae eae inir i : =< hoy en z las para definir la antropologia social de t era f ie ats ge caracteriza por un cicrto m toda de investigacion, gue suede aplicarse tanto a las sociedades primitivas come a comumicia ae de tamamo limitado cn sociedades civilizadas, ¥ que en la Eee 3 cucién de sus fines tedricos Ja antropologla s0¢ i cata epleuga: prestar una atencién especial a las sociedades que llamamos f tivas- incidn entre la antropologia io de ideas un tanto Es necesario decir algo sobre la di social y la etnologia, distincion a men alo rode confusas. Debe recordarse que cl nombre selnologias, asi como el hombre «sociologias, se utiliza de fo diferente en paises diferen- tes ¢ incluso cn el mismo pals por autores o escuelas distintas. Aqui consideraremos sélo el ado tradicional que tiene en Inglaterra. El nombre setnologias comenzd a utilizarse hice poco més de 100 afios, Camo su etimologia indica, es ¢l estudio de los pueblos (ethnos), La Ethnological Society of London, fundada en 1843, dice f'n su constitucién que fue formada «con el propdsito de investigar Tas caracteristicas diferenciadoras, fisicas y morales, de las variantes de la Humanidad, que habitan o han habitado Ia Tierras. En el Oxford Dictionary se define Ja etnologia como «la ciencia que trata de jos pucblos y razas, de sus relaciones, de sus caracteristicas dis: fintivas, ctc.». La Eneyelopaedia Britannica (14 edicién) habla de 1a einologia y la etnografia como «principalmente ciencias que tratan del hombre como una unidad racial, y con la distribucién sobre Ja fierra dé las unidades raciales. Incluyen un estudio comparativo de las caracteristicas fisicas de las razas de la humanidad y tamb’ un estudio comparat eacién de los pueblos basada fobre conticiones y caracter Lturales», El nombre setnografia» se utiliza gencralmente para designar re- liciones puramente descriptivas de un pueblo o pueblos. La etnologia va mas all4 de Ja deseripcién. En primer lugar, intenta obtener una tlasificactén de los pueblos compardndolos con referencia a sus se- Mejantes y diferencias. Tos pucblos o los grupos ¢tnioos se parecen st diferencian entre si por caracteristicas raciales, por el lenguaje, ¥ por su modo de vida y su modo de pensamiento; difieren o se fisemejan desde el tipo de viviendas que hahitan o la clase de vesti- fos que Mevan hasta el tipo de creencias que mantienen. Los etnd- logos distinguen entre caracteristicas raciales de un pueblo y Sus Saracteristicas culturalcs, y entre clasificaciones raciales y culturales, La distribucion de los pueblos sobre la fax de la tierra en los tiem- Por recientes y sus seme} tins raciales y culturales son Ol resultado de una compleja abrumadora multitud de acontecimien- fs que empezaron cuando aparecié la humanidad por primera vee, finee quizas un millén de afios; el proceso ha estado constituide por Migeaciones, mezclas e intera nes de pueblos, por modificaciones We las caracteristicas raciiles y por cambios y desarrollos culturales. Th algunos pueblos, y durante unos cuantas siglos, Ja historia nos Tevela algin conocimienta del proceso, uwtilizando el término historie Ooi su significado comin, como el r To auténtico de acontect Miehtos y circunstancias del pasade. Los ctnélogos concentraron una fiiena parte de su in en intentar descubrir algo sobre el pa- ado pechistirica, Una importante fuente de conocimiento es la arqueologia pre. Hist6ries, que puede considevarse como una rama de Ja etnologia, El rqueSIORO busca I a8 de pueblos desaparecidos, eantrando lis 1 s que hicieron y utilizaron, y hallando a veces miliviv restos tle su esqu come para determinar algunas de 49 41k AAT OrLintA Coane ee sus curacteristicas racialcs, y basdndosc en las pruebas geld) suele poder determinar la Fecha pealogica de los restos. Las laborio- investigueiones de los arquedlogos nos han proporcionado um ba- importants y ereciente de conovimientos sobre eg habitantes prehistéricos de muchas partes del mundo, 1 etnélugo intenta Negar a conclusiones &1 ihre hechos y circuns- tancias prehistoricas por medio de la reflexién sobre la distribucién de los pueblos en tiempos nies o histéricas y por medio de un estudio de sus semejanzas y diferencia: 1 éstas raciales o cultu- tales, Tas conclusiones tienen que estar basadas en lo que pueden Iamarse pruchas «circunstanciales*, Tales prucbas son cen algunos: easos absolutamente concluyent por ejemplo, las estrechas rela- ciones enire cl lenguaje malapasy de Madagascar y los Jenguajes del seo malay es una prutba incontestable de una relacién pre- hiistérica entre estas dos regiones. De forma similar, si no supitse- mos gracias a la historia que los esclavos negros habian sido Mevados de Africa al continente americana, el parecide racial de los habitan- tes negres del Nuevo Mundo con los de Africa nos permitiria con- dluir con clerto grade de probabilidad que se habia producida algun movimiento de pueblos a través del Atlantico, Pera las hipitesis de Jos etndlogos san a veces muy especulativas; y puesto que es notable- mente dificil alcanzar un acucrdo sobre Ins pruebas circunstanciales, los ctnélogos difieren mucho en stis interpretaciones Asi pues, los problemas que trata la ctnologia son, en primer lugar, problemas de clasificacién racial y cultural, y en segundo lugar problemas relativos a los hechos del pasado prehistérico. Preguntas tipicas que se plantea Ja etnologia son las siguientes: ~De donde vie nen los pueblos polinesios? ¢Por qué ruta y qué periods o periodos de tiempo veuparon las islas que ahora habitan? ¢Cémo, cuando y por dénde los antepasados de jos indios americanos entraron en el continente? ;Camo se extendieran por él y como desarpollaron las diferencias raciales, lingilisticas y cultursles que mostraban cuando Jos europeos entraron por primera vex en contacto con ellos? En cambio, los problemas de la antropologia social son de un tipo abso- lutamente diferente, El objective del antropdlogo social es utilizar el conncimiento sobre Jas sociedades primitivas para establecer generalizaciones va- lidas y significativas sobre los fendmenos sociales. Es en este st! ido que la antropologia social puede considerarse como un tipo de socio- logia. Pero la palabra «sociologias es muy ambigua; se aplica a mus de estudios sobre ia sociedad; mucho de lo que ene muy poca o ninguna conexiGn con 1a amtro- pologia soe EL nombi aciologias fue inventado por Auguste Comte, Al igual que SnintSimon creia que era posible aplicar al estudio de Tn sociedad humana los mismos métodos de investigacion que se habian aplicade con tanto éxite al estudio de los fendmenos fisicos ¥ biold- 50 #icos. A esta clencia, aun no existente, la denomind primero fisica Social y Iuego sociologia. Pero Comte no escribié Sociologia cienti- fica; mas bien podria lamarse filosofia de la historia, La idea de que podria existir una ciencia natural de Ia sociedad humana se habia acariciada desde el siglo xvit. Fl fin declarado de la antropo- Jogia social ha sido contribuir a la formacién de dicha ciencia. Lo que caracteriza a las ciencias naturales es el uso del método experimental de razonamiento. Hay un equiyoco comim que con finde cl meétoda experimental con la experimentacion, es decir, con las operaciones por las que un hecho a abservar es producide por el experimentador, Pero la palabra latina experiri solo significa «poner a prueba», En realidad, ¢l método cxperimental es un método de investigacion y razonamiento cn cl que las ideas generales se justifi- Gain sistemdticamente por referencia a hechos cuidadosamente ob- Servados. Como dice Claude Bernard en su eIntroducti re a * jor de la medicine experimentales: a ea sel método experimental, censiderado cn si mismo, no es mas que un fatoraniento a beneficio del cual sometemos metédicamente Tuestras ideas a la prueba de los hechos. El razonamiento es siem. pre el mismo, tanto en las clencias que cstudian seres humanos come en fas que se ocupan de cuerpos inanimados, Pero, en eadu clase de ciencia, los fendmenos varian y representan una compleji- dad y unas dificultades propias ante la investigaciéns, El interés teérico por Ja sociedad humana y sus instituci 8 nuevo. Los fildsofos de China y Grecia ScearOn Teer ne saciedad antes de la era cristiana. En el momento actual hay una literatura abundante sobre filosofia social, Filosofia politica, Filosofia le In historia, filosofia de la religién y del arte, En estas materias el método de razonamiento debe distinguirse del método experi- Mental de razonamiento de las cicucias naturales. Una diferencia importante: cn Io que pademos lamar el método filoséfico de investigacién el fin es comdnmente llegar a juicios de Yilor, Generalmente, los fildsofos se ocupan de Io que podrian o Heberian ser las sociedades; intentan definir Ia sbuenae sociedad o Histinguen entre inferior y superior em los sistemas de moral, de erecho, de gobierno, de economia, de religién o de arte, La funcién le los filésofos ¢s guiar las acciones del hombre por medio de la diseusién de los fines deseables. El razonamiento experimental nun- 8 puede darnos juicios de valor; sdlo puede decirnos qué son las Sosas y cémo son, nunca cudles son buenas y cudles malas, Puede intruimos acerca de los medios aprapiados para alcanzar un fin ileseado; no puede decirnos qué fines son los deseables. Si se juzga feseable borrar de ta faz de tn tierra una ciudad y sus habitantes, el mdtedo exp: il puede suministrarnos una bomba atémica, Hay un te entre el metodo filosdfico y el ‘ dela forma en que Megan a un cuerpo de Peheralizaciones relacionadas que constituyen una teoria, El método il filoséfica es el mas antiguo. El mélodo experimental, tras las prime- ras tentativas de aplicacién en Ia antigita Grecia, solamente comenza a ser plenamente utilizado a finales del sigho XVI, en trabajos come log de Galileo, Reemplazd al método filusdfico primero en la me- nics, Ja astronomia y la fisica, y mas tarde en la quimica y las giencias hiolépicas, E) iltimo intento de alguna importancia de utili- gar el metoda filoséficu para explicar los Fenémenos de la naturaleza fue Is Filosofia de te Nainraleza de Hegel, y es interesante comparar sultados dltimos a los que Negé con aquellos alcanzados por los cientilicos experimentales. Pero el meétedo experimental todavia no ado al método filosdfico en la claboracién de teorlas so- bre la sociedad. Ambos métades combinan la observaciin con el razonamiento, Ja diferencia entre ellos reside en la forma en que éstos se combinan. Esta diferencia fue deserita por Franels Bacar No hay ni puede haber mis que dos formas de investigar y des- cubrir la verdad. Una vuela desde los sentidos y los particulares hasta los axiomas mds generales, y a partir de dstos, come princi- pios primeros, y de su incucstionable verdad, determina y descubre faxiomas medios; y esta es Ia forma que esta en uso, La otra extrac Tos oxiomas de los sentidos y los particulares, asciende uniforme- mente y paso a paso hasta que alcanza asi al fin lo més general; ¥ sta cs la forma verdadera, pero no intentads, ‘Cada forma empicza a partir de Jes sentidos y les particulares, y se basa en Ins propo giciones mas generales; pero a partir de aqui dificrem en sumo grado, puesto que una toca de paso Ie experiencia y los particulares, mieniras que la otra s¢ haciendo debida y regularmente familiar con éstos; Ia primera, desde el mismo principio, establece algunas genevalidades whstractas ¢ indtile: otra se eleva, paso a paso, hasta agucllas cosas que son mais familiares » la naturalera (es decir, abstracciones mas alles). Si alguna ver hemos de alcanzar wn conocimiente cientifico de la sociedad humana solo puede ser mediante el examen y la compa: racion sistematica de un cierla nimero de diversas formas de socte: dad. Poderos llamar a tal estudio comparativo «sociclogia compara- tives. Es un tipo de suciologia en In que se han dado algunos peque- fios primeros pasos, y de este tipo de sociologia puede dec que forma parte la antropologia social. Si aleuna ver esta sociologia comparativa se establece como materia, en este momento Ia antropo- logia social se Incorporard a ella, En la sociologin comparativa se da un gran valor € importancia al estudio sistematico de las formas mds simples de sociedad, de lo que llamamos los pueblos primitivos. Esto Io apoyan muchas ra gones; una de cllas es que nos revelan formas de vida soctal muy Bacon, No ), traduccion de Andrew Johnson ming "axiomas” fanuimata) v fo digmo de set referido”, aber prucbas, Abora se bubla- Franc diferentes de las muestras, Las saci breviven estan siendo mipidamente ci mision alos pueblos i¢cnicamenie mas que explica por qué los antropdlogos soci al desarrollo de Ja sociologia comparativa, dedican principalmente su atencidn, @ungue no de forma exclusiva, el estudio de cstas formas primitivas de sociedad antes de que sea domasiado tarde. El tiempo ts breve, y los trabajadores pocos. El método experimental es un metodo, el tinico método cienti- Fico, de Negar a peneralizaciones inductivas, La observacién experi- mental és una obsérvacion guiada por conceptos generales. La tarea mas importante del cicntifico experimental es, por tanta, la creacidn die conceptos generales o abstractos que aplicara al andlisis de he- chos observados, comprebando asi su valor cientifico, La mera ob- servacion y¥ descripciin no pucde darnos un conocimiento cientifico, pero algunos ereen que la acumulacién de observaciones nos Mevard algun dia al progreso de Ja ciencia. Charles Darwin es id: «Cuan extrafic es que alguien no vea que toda observaciin debe estar en favor a en contra de alguna opinion, si ha de prestar algun servicios, Claude Bernard, de nuevo, escribid; «El método cxperimental no puede dar nucvas y fmuctiferas ideas a quienes mo tienen ninguna; sélo sirve para guiar las ideas de quien las tiene, para dirigir sus ideas ¥ desarrollarlas hacia ja obtencién cde los mejores resultados posibles. Asi como séle lo que ha sido sembrado en la tierra crecera alguna yee sobre ella, asi nada sera desarrollado por este metodo @xperimental sino las ideas sometidas a déste. E] métoedo en si mismo no daa luz nada, Ciertos fildsefos han cometida el error de otorgar demasiado poder a este metodo segan lo dicho». Finalmente pode- mos citar la expresién de Whewell: «Es necesario, a fin de obtener de los hechos alguna verdad general, que les apliquemos aquella idea adccuada por la que se establecen entre ellos relacianes perma- nentes y definidas.»? Asi pues, la tarea de la sociologia comparativa, como la de toda tiencia experimental, es In de crear los adecuados concepios anal Hicos | en cuyos términos hacemos generalizaciones, y que, una ver Hificientemente comprobados por sistematicas observaciones de los fenémenos, pueden ser establecidos como probables, El campo es- pecifico de Ja antropologia social es el estudio experimental. en el sentido definido anteriormente, de las socicdades primitivas. Was que todavia so- © Cambiadas, por su- Beta es una razdn les, al tratar de contribuir 2 Neva Organon ee varie Wor piinini B66 53 BIBLIOGRAPTA Ages, 1, 183, Historiography of Science (The Hague: Mouton). ‘Actiussen, L. y BALIBAR, E,, 1968, Lire te Capital (Paris: Maspero)- ‘Asan, T. (ed), 1973, Anthropology and the Colonial Eneoorter (London: Tthaca Press). ; Batten ht, 1961, “Anthropological Perspectives in Sociology" (Brit. J. Soc, 15). Bases, J, 1961, “Comments” (Current Anikrepology, MN." 2). CHoMsKy, N., 1971, Problems of Knowledge and Freedopt, (London: Fontana), — 1972, Language and Mind (enlarged edition). (New York; Harcourt). Evine-Primcuuen, E, E,, 1982, Social Anthropology amd Osher Essays (New York: Free Press}, : Fox, J. y Tim, L,, 1971, The imperial Animal (New York: Delta) FRANK, G,, 19%, “Comments”, (Current Anthropolagy, Ma 9). Gover, K,, 1968, “Mew Proposals for Anthropologists" (Current Anthropology. 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La antropologia en crisis Existen determinados perfodos en la historia de todas las discipli- has cientificas en que aparecen nuevos datos y nuevas cuesliones que No pueden manejarse o explicarse mediante la utilizacion de las ideas los conceptos tradicionales, La fisica, por cjemplo, atravesd tal Grisis de desarrollo en los inicios del sigla xx, cuando la vision del Mundo newtoniano sufrié una significativa modifieacién en manos de Einstein ¥ otros. Y, por tomar un ejemplo de la biologia, Ja teorta Warwiniana de la seleccidén natural necesita mas de medio siglo de lormentoso crecimienta, aparte del explosive impacto de la genética de Mendel, para convertirse en la teorla sintética actual de Ia evolu- tion bioldgica, La antropologia parece estar pasando ahora por un periodo de Crisis similar. Seria optimista, si no presuniuoso, suponer que fi Taignitad de cualquier posible descubrimiento, si se produce, podria Companirse en impacto o en importancia con los ejemplos que aca- rv. Sin embargo, resulta bastante claro que la antropolagia esd padeciendo una crisis que ha sido ocasionada, en primer lugar, por Ia desaparicién virtual del mundo primitive, mundo que en el fase ha proporcionulo a in antropologla su Gnico laboratorio na- Giral y la mayor parte de sus datos. En parte como corolario a este 1 Este ensayo es una version ligeramente revisada del capitulo final de un ito libro, Cultire Theory, que seed publicade por Prenthce-Hall, Puesto que el bro pretende ser, Fundamentalmente, una exposicién introductoria para estudian: fes de cursos de teoria, algunos de los materiales brevemente esharados en fas iineros yxiginas indudablmente resultarin familiares para la ‘mayor parte de ANtropologos pro fi. Sim embargo, dude que el conjunto del texto y eo fut principales cofasis se ocuysn clerio nimero de temas que supaten babitual- tropolnia y los antropdlogos {y, mais od que tended interds 55 hecho y en parte por otras razones, s¢ ha producide una demanda ereciente (desde dentro ast como descle fuera de la profesion) de que Ia antropologia se convierta en mis waplicablen y mis activa, de que empiecce a jugar un papel importante en la promocion del cam- bio social. Bajo el impacto de estas presiones, lus antropoluges se han visto forzados a preguntarse: ¢Dinde vamos desde aqui? En el ensayo que sigue ofrecemos algunas ideas sobre adonde pensamos que se dirige la antropologia, No obstante, para hacerlo, debemos empezar por una considcracién de lo que ha hecho la antropologia, El punto de vista tradicional Desde sus comienzos, al menos en principio, la antropologia ha considerade todas Jas culturas de todos los tiempos y de todos los lugares como su legitimo campo de estudio, No obstante, en la prac tica, por regla general los antropdlogos se han ocupado de las cul turas no pertenecientes a Occidente y, de ellas, especialmente de las exoticas ¥ de pequefia escala* Exisien varias razones para esta concen tracién. En primer lugar, a mediados del siglo diecinueve, Jas cien- cias sociales, Ia economia e incluso Ja sociologia estaban aparecien- do como campos de estudio que se ocupaban, fundamentalmente, de las instituciones de la sociedad occidental. Aunque muchos cientificus sociales de este periado pudicron haber estado familiarizadas con los datos procedentes de zonas remotas y exdticas, aparentemente no velan demasiado interés en abandonar su preocupacion por insti- tuciones de su propia cultura ni en Mevar a cabo Investigaciones de primera mano entre los epuchlos primitivass Dicho brevemente, ninguna de las ciencias sociales sestablecidass eneontraba ninguna razin para deseriar de la relativa comodidad de fa investigacién y la especulacién caseras por las incomodidades de estudio de campo. Como Jarvie (1964:13) comenta pintorescamente en otro contexte, no parecian demasiado ansiosos de e«descender fuera del pértico y ensuciarse en el programa de trabajo de campos. No obstante, lo que pucde parecer sorprendente es que, incluso la mayor parte de los que se identificaban como antropdlogos en los primeros afos de la disciplina, no eran antropélogos de campo. Se sostiene, por ejemplo, que «Sir James Frazer, cuando le preguntaron si habia visto a alguno de aquellos primitives sobre cuyas costumbres habia escrito tantisimos volamenes, replicé concisamente: “No lo permita Dios"» (Beattie 1964:7). Tylor viajo a alguma de Jas remotas regiones cincivilizadas» de México y el sudoeste de las Estados Uni- das, pero nunca realizé ningtin trabajo de campo sistermitico en ague- Ilas zonas, Entre los pioneros de la antropologia, Morgan fue virtual ito” de China paricion de ta moe Mune y los ccdanos tridico yf viemente, prestane a box estudios hol tropalopii exigit ¥ distintive de Mente tinico en su bucna voluntad de exponerse a si misma, al me- mos brevemente, 2 alguna de las incomodidades menores de la inves: figacién de campo, Podria decivse que, mientras que los antropélo- fos anteriores a Franz Boas estaban intelectwalmente dedicados al estudio de las culturas primitivas, en conjunte eran temperalmente incompatibles con, o ideologicamente faltos de conviccién de, la mece- sidad de evar a cabo tales estudios sobre cl terreno. En su mayor panie estaban ligados a los museos, las bibliotecas y al servicio postal, incluso cuando se mantenia firme su dedicacién intelectual a la com- prensién de las culturas exdticas. Pues cl mundo primitivo ofrecta un vasto laboratorio comparative en el que se podia aprender algo sobre Ja naturaleza del hombre: sobre sus posibilidades y limitacio- nes, sabre dénde habia estado y adénde podria ir. ¥ relacionado con esto estaba la creencia de que el estudio de las sociedades exdticas y de pequefa escala revelaria determinados procesos sociales bésicos ton mayor claridad y definicién que los estudios similares sobre las so- eiedades complejas del mundo occidental, puesto que las culturas asalvajess estaban menos sobrecargadas por el bagaje y las galas de da vida civilizads. De esta forma, se argumentaba que el estudio de las culturas distantes y enormemente distintas de la propia repor- tuba una perspectiva y objetividad con respecto a la propia cultura que no se podia conseguir de otra manera. Por ultimo, quisi¢ramos poner énfasis sobre un factor que ha con tribuido a la definicién y crecimiento de la antropologia como una disciplina especial de las ciencias sociales. Nos referimos al énfasis subre el trabajo de campo y la observacion participante que, alrededor adel cambio de siglo, empexé a convertirse en el mejor dispositive an: {tropolégico para la recoleccitn de datos. Antes de esto, la mayor parte ile los antropdélogos, como ya hemos dejado indicado anteriormente, se hubian basado exclusivamente en los relatos de los vinjeras, co- faerciantes. misioneros y administradores, en lo referente a sus ma- jeriales etnograficos. Pero en las primeras décadas del siglo xx, cl fitropaloge comenzé a reunir cada ves mis sus propios materiales. Pn realidad, la investigacién de campo se convirtio en el sello distin: five del antropélogo. Ahora bien, micntras que la observacién part Hien de recopilacion de datos a la vez deseable y practicable de utili Wi Gn las situa em pequelia eseala, es menos factible como téc- Hiei para el estudio de los agrupamientos sociales mis complejos. A veces el rabo mueve al perro. Y los antropdloges se encontraron Seleccionanda situaciones que pudicran ser manejadas por lo que con+ AWderaban el métode o téenica mas importante del arsenal de inves- figneiin de su disciplina, Aste es un punto de importancta sobre el (ie volveremos mas adelante. r cates mis simples a pequefa escala, los antro rean dete drices. Suponian, podian ser tratadas como mis o .¥ que tal forma de aproximacion comprension de como funcionaban las jpante es una téc- ienos te list 57 sociedades, En otras palabras, por regla general el antropdélogo no era constiente de los limites fisicus y sociales de la entidad de su inves- tigacién de campo, no distinguiendo entre estos y su «unidad de ana- lisiss. Ni sc preocupaba especialmente de diferenciar entre « Comvergencia com ofras ciemcias sociales Desde la Segunda Gu Mundial, el ritmo de cambio y acultura- Win global sc hw acelerado de forma asombrosa, Muchas sociedades Himitivas o preallabetas han desay ido completamente en cuanta 67 entidades semindependientes mediante su absorcion en unidades ma- yores; los antiguos imperios han sido en gran medida liquidados y han aparecido docenas de nuevas naciones: sobre todo, la creciente interdependencia de los sisters ha tendide a redefinir las Fronteras econdmicas y culturales. En resumen, las culturas del mundo parccen estar convergiendo hacia una unica o, al menos, unos pocos tipos con Ia tecnologia industrial en su basc. Concomitantemente, y @ pesar de varios notables y dramdticos movimientos politicos de naturaleza nacionalista que sc oponen, existe una creciente tendencia hacia la interdependencia de las unidades sociales, politicas y econémicas. Sin embargo, gran parte de los datos empiricos, asi coma de los concep- tos y teorlas basicos de Ia antropologia, proceden del estudio de unida- des sociales primitivas y relativamente auténomas. La desaparicion y/o transEormacién de estas unidades tiene implicaciones evidentes e importantes para el future cle ta antropologia. 2Cémo han reaccionado los antropdlogas & la drdstica comtraccion de su elaboratorios? Parecen estar respondiendo scgiin tres vias bas- jante diferenciadas. Un grupo tiene la sensacidin de que el sello de la antrepologia cs su metodologia de trabajo de campo con observacion participante. Dado que esta me todolopia esta especialmente adaptada al estudio de las unidades de pequefia cseala, estos antropdlogos limi- tan el campo 2 investigar entre aquellos agregados sociales que sc prestan al estudio mediante la observacién participante. De este modo, contintian buscando Jas pocas socicdades que quedan, que incluso: hota son relativamente aisladas y auténomas, como las del interior de Nueva Guinea y algunas partes de Sudameérica. Cuando se despla- gan de] estudio de estas entidades convencionales al estudio de uni- dades scomplejass, como las aglomenrac jones preindustriales c indus- les, siguen ceflirandose cn las unidades en pequefia escala: una ,un distrito urbane, un ghetto, el grupo laboral de una industr un hospital, etc. Otro grupo de antropdloges ha argumentada contra el valor y fac- tibllidad de ocuparse de Ins situaciones de pequefia escala, especial mente en Ja sociedad compleja, Hacerlo, aseguran, puede significar perder las relaciones y cstructuras mas significati que definen y pobiernan la sociedad, Pues tales relaciones y estructuras suelen trans- cender a una localidad especifica y no se prestan facilmente a la me- todologia del trabajo de campo: antropoldgica tradicional, Este ultimo grupe de antropélogas hi sefialads que el mismo hecho de limitar los problemas de la sntropologia a aqueWos que pueden ser manejad per los métoda: tradicionales del trabajo de campo constrine innece cariamente la disciplina. El rasgo mas fructifero del método antropo- tienen, no cs In técnica de la observacion participants, sino, t cn, au forma de aproximacién comparativa y holistica. De e forma, quieren que la antropologia se traslade mas alld del estudio de Trios a los andlisis hollsticos de los sistemas en gran onusestada, existe una ala de este grupo de criticas que toma recomendacion de estudios holisticos de los No obstant tide cant Sistemas en gran escala, Si bien estan de acuerdo en que | A Jogos no pueden seguir suponiendo que la mayor Bere as utili: des social les de Bequefia escala son autGnomas, creen que no es rea- lista y sf impracticable infentar hacer anilisis holisticos de las unida- foes sociales contempurineas de gran escala como Ja naciomestado. Reese que, Mientras que una cosa es intentar hacer un estudio ho- istico de los zufi o los nuer, otra muy distinta es intentar tratar de forma holistica la China o Ia India modernas, © incluso la costa acei- dental de los Estados Unidos. Por tanto, han tratado de definir unida- des de investigacidn y andlisis que se hallen a mitad de camino entre la aldea y la nacion-estado: unidades y entidades tales como redes, euasigrupos, grupos eje ¢ intermediarios (chamarileros), Entidades como éstas, se asegura, pueden ser manejadas por muchas de las téc- Ticas antropoldgicas tradicionales, mientras que al mismo tiem Pueden servir para iluminar los vinculos entre los niveles locales, Hy grates ¥ macionales de la sociedad_ oi Existe wn tercer grupo de antropélogos que, apare: se han sentido estorbados por la eset AEESpERCE TEL atere mitivo ni por la creciente interdependencia de todas las parics del Globo. Algunos miembros de este grupo se han retraido por com: Pleto del mundo empirico y se han refugiado en Ia elaboracitin de huevas y adornadas metodologias. Otros, coma Lévi-Strauss, parecen estar tratando de demostrar Ja estructura de la propia mente hur mana. Para ellos, Ja naturaleza del contexto cultural en que opera y se manifiesta la mente humana no tiene una importancia especial. Mientras que los desarrollos histéricos de los wltimos obligado 2 Ios antropélogos a atemperar su forma de aproximacién holistica y a modificar sus practicas de investigacién de campo, la iplina no ha abandonsdo su énfasis por Ia comparacidn. ¥ a noso imos mos parece bastante clare que, a pesar de la indiseutible impor fancia intelectual de los beneficios resultantes del holismo y cl tra- bajo de campo, Jas contribuciones mis duraderas y significativas de da antropologia a Jas ciencias sociales provienen de su métoda y de sus descubrimientos comparativos, Hubo un tiempo en que la combinacién de holismo, los extensos todos de trabajo de campo y la comparaciin hizo de la antropo- lopli algo tinico entre Iss clencias sociales. Pero esto ya no sigue sien- “lo cierto. Conforme los antropdlogos se han ida envalviendo cada ver més en el estudio de los sistemas més complejos, se han encon- trade dirigi¢ndose cada vez mds hacia la utilizacion de las estadis- tions y otras técnicas cuantitativas utilizadas desde hace mucho tiem- pO) por los cconomisias, los socidlogos y los psicdlogos en su trabajo dobre _Ssockediael occidental. Al mismo tiempo que los antropdélogos fe han visto obligados a modificar su holismo y su dependencia de la Mhservacién directa, las ot tieneias sociales han tendido a despla- arse en la direccién cantraria, Se han vuelto més holisticas, mas eomy fvas y mits dependientes de las téenicas de observacién di. feta sobre el terreno, E te ¥ creclente convergencia en el Tidtodo refleja a su ve viene interés por un conjunte similar de i$ han 69 temas y problemas, La transformacién del mundo primitive en el mundo subdesarrollado o en vias de desarrollo ha proporcionado un terreno comin de investigacién para grandes cantidades de cien- tificos sociales. ¥ los problemas del edesarrollos y del «subdesarrollo» st han convertido en preacupaciones de todas las ciencias sociales. Como consecuencia de estos cambios, todas las ciencias sociales: se estan haciendo menos diferenciadas y especializadas en sus metoda- Jogias, mis interdependientes en la investigacién, en el andlisis y cn Ja aplicacién, conforme se desplazan colectivamente hacia un nuevo tipo de holismo, No queremos insinuar que las caracteristicas indivi- duates de las disciplinas vayon a continuar debilitindosé hasta que, en Ultimo término, se convierlan en particulas sin vostro de una gran ciencia del hombre abarcadora de todo. La ereciente complejidad de nuestro mundo, exige, evidentemente, una divisidn continua del tra- bajo entre las ciencias sociales. Asi, log problemas ¢ incluso los me todos distintives de las distintas disciplinas se mantendrian, No obs- tante, las inevitables presiones y la necesidad de centrarse sobre las mismas clases de problemas de investigacion, deben ir acompailadas por una fertilizacion cruzada de las mefodologias: las realidades de un mundo que se encoge, de unit decadencia en cuanto a variedad cultural y a autonomia de las unidades sociales deben impeler a todas Jas clencias sociales @ ApOyarse unas en otras, & utilizar las formas de penetracién, las técnicas y los datos de las otras como la mejor manera de tratar los temas y problemas que son preocupacion comin de todas las disciplinas, de hecho de toda In hhumanidad. Corrientes futuras. Hf: Pertinencia y apheacion Otra desarrollo contemporinea de la antropologia pane el mayor énfasis en la critica social y en la singenieria sociale 9 aspectos apli- eados de la iplina, Las presiones en favor de la ereciente partic pacién de las clencias sociales en las programas de cambio social parecen proceder de dos fuentes principales. En primer ugar, 1a5 sociedades industrializadas asi como las spostindustrializadass pre- cisan de un namero creciente de jodas clases de técnicos, jncluyendo Jos cientificos sociales. Y en segundo lugar, la tendencia hacia la industrializacién de las sonas en ving de desarrollo asi camo el des- plazamiento de las zonas ya industrializadas hacia la era electronica dan Iugar @ un desequilibrio sectal y a multitud de problemas. Por tanto, te. una ereciente cxigencia de que las ciencias sociales inter: preten y colaboren a dirizir programas para aliviac o, en el caso ideal, eliminar las comsecuencias mis angustiosas de los cambios 5o- ciales masivos que ahora s¢ estan produciende. Por jemplo, podria solicitarse que los cientificos sociales sugirieran formas de tratar al- unos de los desgraciados efectos de la emipracién masculina en gran escala del campo a los centros urbanas en In vias de ul trializacién. Pero Erecuentemente * exige a [os antrapologas, no sélo analizar Io problemas sociales y ndaciones para Su hacer 70 eseon sino Jugar un papel activo, politico y de otro tipo, para porred : s Condiciones que se dice que han dado lugar al problema. E fe Pare eee implicacién, preseupacién y, en ultima ténmnino, cien activa en el cambio social cl i Ta creciente demand: HI ELMOs REET Beas. la de los Ultimos tiempos por una mayor aperti: Beara a Cuestion o un prablema es «pertinentes, como hemos aprendide en los diltimos afias, no es tan sencillo i i 1 0 : an § como puede le Es imposible concebir un tem lea, fendmeno o sic oe : que eoreaea de pertinencia para alge. No obstante, el asunta a s ta cual es el tema con respecto al cual hablamos de pertinen- O bien, como senala Merton, tratando el asunto desde una pers- pps ligeramente distinta, plantear una cucsti¢n significativa y per- Vinente puede ger en muchos casos Ia parte mas dificil y creativa de Wh investigacion cientifica, Darwin (ci i | (cliado por Merton 1959:ix) al el curso de sus investigaciones sobre el origen de Jas espesi eacribié: «...5e sorprenderia del mimero de : : ver claramente qué cantidad de problemas tenia que resolver Mirando hacia atras, creo que fue mas dificil yer qué problemas tenia que resolver que resolverlos, en la medida en que haya acertado a hacerlo, ¥ esta me parece bastante curioso.: ‘Merton (1939: ix) afiade: is que me lewd _ Lo que Darwin considers extrafo, si no singular, fos cionti. ficos actuales Io tienen por algo completament familiar y tipleo. Como dice la hiclewa Agnes Arber, Ja dificullad normal de mu chos trabajos cientificos se encuentra en plantear las preguntas mas que en encontrarles respucstts, ; - Quizas pueda decirse que una cuestidn o un problema son «perti« tess cuando hace salir respuestas que confirman, iluminan o in- Wane modi ican significativamente Jas tradiciones teéricas vigentcs una disciplina. Merton (1959:x) tenia aparentemente tal nocidn de pertinencia cuando eser én la ciencia, Tas preguntas que imparian sen de tipo espe cial. Son preguntas formulacas de tal forma que sus respucsias confirmen, amplien o revisen alu partes de lo que normal Mente se tiene por el conocimiento sobre la materia, En resu- men, aunque cada preblema implica en la ciencia una cuesthin, o una serie de cuestiones, no toda cuestién puede calificarse de problema cientifica, ; Pero muchos de los que pologia hacka una enueva «per ‘eplo especial de la per porqie la antropel ie intensamente tial eatin empujatide 2 1a en- Henciae no Pare Lener presente eneia. Por lo que parecen estar se haga mis pertinente partici- n los ten ¥ problemas soci femporaneos. Y, mids alla de esto, porque los antropologos: deberian utilizar sus especiales conacimientos para planear un papel activa en promover el cambio social con objeto de crear un «mundo mejore. A primera vista, no se puede discutir la demanda de esta clase de pertinencia. Una clencis social que tenga nada o poco significative que decir sobre los temas sociales contemporaneos no tiene mucho de ciencia social. Ademas, no existe ninguna razin logica que justifi- que que los aspecios spuras y «aplicador de Ja disciplina deban estar separados, pese 8 que en Ja realidad suelen estarlo. Idealmente, estas dos aspectos del empefio cientifico deberian complementarse y rev. talizarse continua y mutuamente, En resumen, el cientifico, 10 menos que el fildsofo de Ja politica, deberia estar atenta a las ventajas crea- tivas que resultan del maridaje de la teoria y la pri No obstante, una disciplina que Hegue a dedi la mayor parte de sus energias a lo aplicado y a lo inmediato, puede eslarse compro: Metiendo en un tipo de pertinencia efimera y espuria., Sus practican- tes pueden descubrir que Jas soluc janes «pricticag» que ofrecen sue- len ser fragmentarias, pasajeras y ticnen poca o ninguna «perlinencias a largo plaze para el crecimiento de Ja teorla y Ia interpretacion de la diseiplina. También pueden encontrar —como To han hecho muchos fisicos contemporaneos angustiados por los efectos constrictores c idiotizantes de un exceso de énfasis sobre el trabajo aplicade en su disciplina— que los nuevos conceptos y las ideas fructiferas de los que depende el crecimiento y la italidad de cualquier disciplina parecen no comparecer. Pues concentrarse exclusivamente cn lo prac- tico, en Io aplicado, en el intento de resolver dite: $ cotidianos, muy bien puedes impedir el desarrollo de cualquier plina cientifica. Preocuparse slo de la aplicacién fomenta que el investigador se apo- ye lo mas posible en lo que ya se comoee, cmp! las técnicas, los jétodos y los datos ya disponibles con objeto de abarcar cl problema conereto. Presenta una tendencia a desviar al cientifico de la especu- lacién libre e imaginativa, que constituye el alma de su disciplina en su desarrollo como propésito cientifice. 2 ae: Si la practica y el abrumador énfasis en lo aplicada: inauttablemen: te produjera una sabiduria tedrica, entonces el trabajo social seria el tedricamente sol i do de las cienciag sociales, y cualquier meca- nico de automdéviles seria un fisico. i Rainwater, 4 quien ya hemos citade con anterioridad, es unit a sona cuya entera carrera ha estado dedicada a los. SSneE aeons ados de su disciplina. Expone cl caso para la sociologla. Estas 0 pene nes suyas, como las arriba citadas, se aplican con igual fucrea a todas Jas ciencias sociales; wes esto- muchos te cle Tas pEEDCUpit- La relacién de la sociologia con los problemas ban en el 4 de mis primeros intereses, dur a funcionade como un adsptador d sy de las técmicas ee reados cli yas enna nm pro} menie modelados para deshacer los dafios de la opresin racial ¥ Ja explotacién econdmica de les pobres. Incluso msi, valoro fa amplia variedad de estilos de trabajo en ke m teria; desde el hombre que no quiere salir de Ja torre de marfil hasta aquellos que estin descosos de trabajar AmMente pita el cambio ensu- cidndese Jas manos en los movimientos politicos ¥ las organiza clones burocriiicas, Una sociologia que se esfuerce tanto por la pertinencia ¥ la aplicacién que no deje lugar a la pura curiosi- dad, inevitablemente debe agotar su capital intelectual; una Sociologia en Ja que Ja aplicucién se rechace, o bien se considere slrabijo sucios que es mejor delegar a oiras profesiones como trabajo social de planificacidm, corre el muy real rlesgo de per. der ¢l contacto con la realidad que sus tearins, se su can (Rainwater 1969:09 ), a » S@ sunone, abar- La exigencia de que la antropologia deberia hacerse mas pertinen- te, no simplemente mediante el anilisis de los problemas sociales, sino adoptanda un papel activo en promover determinadas clases de cambios institucionales, todavia plantea otras cuestiones. Tal activis- toe inevitahlemente compromete al antrop6logo a hacer juicios sobre To que «debe= ser. No vernos ninguna razén para que el antropdlogo, some cualquier vitro ciudadano afectada, no deba hacer tales juicios. Evidentemente, una compresién compleja de los fendmenos sociales y culturales es pertinente para adoptar decisiones programsticas. Y un juicio bien informado es probable que sea mas sabio gue el Salido de la ignorancia. Despuds de todo, si los Juicios politicos y mo- fales sobre lo que «debe» ser se hicieran de manera responsable, de- berian tener alguna relacién con Io que es o no es posible en este Minds, Algunos «debe» son claramente mas factibles, practicables y Pesibles que otros; vy para discriminar entre estas posibilidades evi- dentemente cl conacimietno es una ayuda. Pero —y éste es el punto de importancia— nos parece que la antropologia como corpus de co- Hocimientos no conduce autométicamente a adopiar ninguna detcrmi- / tada postura politica ni moral. Como seiiala Nisbet (1969: 199), refiriéndose a In decisién desegre- Hora del Tribunal Supreme en 1954, los descubrimientos de las cien- tits sociales con respecte al racismo no suministraron los fandamen- 0s para la cecisio¢n del Tribunal: En este avance de Ia ley americana habia algunas referencias @ los sconocimicntoss socloligicos y psicoldgicos sobre Ins delete- fectos de In seprepaciin en fas escuelas. Pero come semald ¢ Berger en un articulo audaz y brillante sobre la decision, es Teferencias Cran, en primer lugar, dudosas en cuanto » razo- y, en segundo lugar, podian haberse monte se exigia para que Ja gran- decisién cra la combingcion del pre- redente fegal que, cr sus mejores secciones, Apo retrasnda y del pr ‘espec i n. Planteande In cue: -1| otros térmings, Ja soviologin estuilin yerdaderamente las relaciones raciales v nos aporta muchos conoeimientos sobre ka materia; pero In decisién ho sdlo fire hecha fundamentalmente por razones no sociokigicas 73 de precedentes legales y considereciones ¢ticas, sino que escasa- mente « podrian haber mejorado caso de haber contade con te dos Ins recursos de una efeneia execta de las relaciones raciales. Nisbet (1969:199) sigue luego poniendo el énfasis, como lo hemos hecho nosotros, en que ¢l cunocimiento sociolégico fantropaldgica) no es completamente indtil para adoptar decisiones poli o-morales: eSignifica esto, entonces, que No existe ninguna relaciin entre el conocimiente sociolégico y¥ la planeaciin social? Por supuesto que no. Sdle significa que no tenemos mas derecho a esperar que la sociologia sea una plataforma inmediata de la politica social o de Ja accitm social del que tenemos para esperar de [a fisiolo- gia una dnice ¢ inmedinta plataforma para las medidas de Ia salud publica, Pero yo me sentiria desgraciade de estar sometida: un administrador de Ia salud publica que nunca bubiera estur tliado fisiologix, A veces los antropélogos parecen creer que es posible derivar jui- 5 morales concretos de los descubrimientos de Ja discipli Asi, quchos antropdlogos parecen haber pensado que los hechos de la relatividad cultural y las variaciones de los valores de una cultura a ‘otra conducen a la formulacién de afirmaciones éticas mis o menos exactas sobre lo que debe ser. Schmidt (1968: 171-172) ha defendido. no obstante, que tal optimismo es insostenible: mo cultural es una hipst factual sobre los valores, ne un juicio de valor en si misma, Esta dist ejemplo de la distincién general que se hace en la t valores entre lo que es ¥ lo que debe scr, o entre los j quales y los juicios de valor ... Came hipdtesis descriptiva, fe tesis. {de Ja relatividad cultural) puede ser y fue esgrimida par los nazis que creian correcta matar a tos judios y par Jo ame! que lo creian equiv lo, Puede ser esgrimida de forma coheren- te por pensadures cristianos, musulmanes, budistas y ateos, s05- fendo cada uno juicios de valor incompatibles con los de los aires, De esta furma, el conocimiento de, y la ereencia en, ¢] rela tivismo cultural son compatibles con distinias teorias del valor y no... implican juicios de valor espocificos. Ja tesis de relativ El punta anterior puede plantearse de forma ligeramente distinta. Cuando la American Anthropological Association declara que, de acuerdo con las pruebas disponibles, no parecen hheber diferencias significativas entre las distintas poblaciones raciales del mundo en lo que respecla a inteligencia, Tueréa, etc: haciendo un tipo de afirmacion de muy distinta clase de la que cuando se declara contra- ria a la guerra, En cl primer caso, AA, nos dice algo sobre el estado empirico del mundo (lo que sce), micnitas que cn el segundo caso nos dice algo sobre convieciones poll morales y humanistas (lo que «debe sers). Es importante tener pp nie la diferencia entre eslas das clases de declaraciones, Pues, incluso si fuera posible de- mostrar dife significalivas ent jas poblaciones raciales del " mundo, la mayor parte de los antropdlogos seguirian manteniendo, por razones puramente humanistas, que deploran todas las fortnas de discriminacion y explotacidn racial. No estamos sosteniendo que los antropdlogas deban reprimirse de comprometer SUS energias intelectuales y activistas en causas prac: ficas, Ni creemos que los antropdlogos, individual o colectivamente, na deban adoptar posturas politicas ni morales. Pera parece indiscu. fible que el antropdloge, qua antropdlogo, no est mis cualificade para hacer juicios de valor que cualquier otro ciudadano bien infor- mada (aun cuando esté mejor cualificado pora hacer afirmaciones eognoscibles sobre el actual estado de las pruebas referentes, v. g. alas diferencias raciales). a Parece claro, pues, que Ia tendencia en el inmediato futuro para la antropologia y las otras clencias sociales es adoptar un orjentacién mis aplicada y activa, Pero no nos sorprenderia encontrar que los fntropologos individuales implicados en estas tareas saquen muy distintas leccioncs ¢ implicaciones politicas y morales a partir de los descubrimientos empiricos de su disciplina. Pues, como hemos inten- tado resaltar, los descubrimientos de la antropologia parecen ser com patibles con una amplia gama de posturas politicas y morales. Por Gltima, enoun esfuerza por advertir a todos los antropdlogos hums) itarios y de mentalidad altruista que no deben permitir que us buenas intenciones y fervor distorsionen su misidn colectiva como @stuciosos de la «ciencia de la cultura», acabaremos con Ja siguiente amable y¥ sensible admonicién de Merton (1967:49-50): Puesto que la guerm, la explotucién, la pobreza, Ia descrimi- naciin social y la inseguridad psicoligica infestan Ins sociedades medermas, I clencla social debe autojustificarse proporcionanda: soluciones para todas estos problemas. Sin embargo, el cientifico social pucde que no esté mejor equipado para solucionar estos urgentes problemas actuales de Io que estaban los médicos, como Harvey o Sydenham, para identificar, estudiar y curar la trom bosis coronaria en 1655... La urgencia o inmensidad de um pro blema social practico no asemura su inmediata resoluciin. En cualquier momento dado, los hombres de ciencia estin cerca de Ja solucién de unos problemas y lejos de Jas de otros. Debe re. cordarse que la necesidad sGlo cs Ja madre de Ja Invencidn; los conocimientos socialmente acumulados con ol padre. A menos que ambos coincidan, la necesidad no resulta fértil. Por supuesto, Puede concchir en algin momento futuro cuando sea adecuada- mente apareada, Pero cl aparcamiento requiere tiempo (y soste. nimiento) si ha de conseguir cl tamafo y el vigor necesarios para hacer frente a las demandas que se recaerdin sobre él, 5 BIBLIOGRAFTA Beas, Raves L, 196%, Politics of Social Research: an Inauiry into the Ethics and Responsebilities of Social Reséarck. Chicago: Aldine Publishing Co, BEATTIE, JOHN. 14, Other Cultures. Nueva York: The Free Press (Trad, cast., México: F.C.E.) Brrkemax, Gunato 1, 1968, Is Anthropology Mive? 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La etnografia EL ¥ FRANCOISE PANOFE QUE SIRVE LA ETNOGRAFIA? ¢Por qué, después de la prolongada estancia de Mal inowskl ¢n las Trobriand, el ctnologo todavia debe ir personalmente al campo, Puede contentarse con interpretar hechos de segunda mano? cPor abandonar el ejemplo, tan brillantemente ilustrada, no tanto por er como por Durkheim y Mauss, de una etnologia construida en ara? ¢Compartir la vida de los «salvajes», no es sdlo una novatada iniciacién impuesta a los mas jdvenes y de la que los mayores Hen pasarse, tal como cs posible librarse de Ia obligacidn dc ir a Hclase de gimnasia, con la presentacién de un certificado médica? | trabajo de campo no esta sélo destinado a los debutantes? ¥ al Ligador con galones, éno debiera dejarlo para dedicarse a acti ades mas propiamente cicntificas? Los autores de este Ubre creen jue el trabajo de campo no es un rito de pasaje, del que uno puede dinteresarse ficilmente, sin que constituye la experiencia a partir Ja cual se organiza la ciencia etnalie cl campo es come un la Horio donde el etidlogo debe de pasar temporadas largas y repe- idas, _ A menudo se oye decir que el trabajo de campo, Simple recolec- nde material en brio, puede dejarse para los mis jovencs, o blen ersanas mo especializadas, a simples técnicas que recogerlan esta mera materia, sobre ja que se practicaria, en la ciudad, la imagina- nH de los tedricos. En el siglo de las computadaras, parece que jinar durante meses enteros, en «shartse ¥ botas, por el lodo de frépicos, es una pérdida de tiempo; Jas pacas migajas de informa: Mm que descubrina pacieniemente el investigador, gqué son compa- dis con los documentos inexplorados de que rebosan todavia las Ofecas, vestizios que deben ser tratados con medias modernos O la mecanografia? Uno se imagina con guste al einéloge del dos mil, dirigiendo desde su enorme despacho las multiples ope- lones. En Ja selva, los expertos en la recopida de datos rebuscan A mapas vestipios de un mundo en eur mola ciudad, otros quipas eniresacan y ponen en elas el material teeopide, Es muy 79 Ne que por entonces el etndloge ya hubicra desaparecido y que hubiera sido reemplazade por un administrador con la suficiente autoridad para poner en marcha y regular las ruedas de este com- plejo mecanismo, pero poco preparado para el estudio de los docu- Mentos acumulados, que como los textos de que se nos habla, iian a dormir en voluminosos legajos, sin emplear, © includablemente inutilizables. En etnologia, separar la teoria de Ia practica, sélo puede condu- cir a especulaciones ruinosas. En una tal actitud io que se descubre es aquel prejuicio segiin el cual existen hechos en bruto, visibles in- cluso para el profano, y que hasta sdlo recogerlos como a la vuelta del camino un paseante distraide arranca un frute o una flor. Aban- tionada por Jas dems ciencias humanas, como la arquedlogia y la historia, es extrafio que esta creencia reaparezca precisamente cn un clencia cuyo propésita cs cl estudio de las saciedades mas diferentes de las nuestras, Menos comnlejas tal vez, distan mucho no obstante de ser tan transparentes como algunos lo desearian, Que ningtin hecho social pueda percibirse al ojo desnudo y que su elaboracion consti- tuye el primer paso de cualquier reflexion cientifica, es un fruismo que resulta ahora necesario repetir, pues tan enraizada parece estar en algunos Ja conviccién de que los materiales, con que edifican sus especulaciones, se encucniran disponibles, de manera inmediata, enel campo de las actividades sociales, Para establecer un hecho cual- quicra, el etndlogo deberd enzarzarse en una experiencia minuciosa, que implica, ademas del manejo de un conocimiento preciso, el esta. Blecimiento de un tipo de relacién especial con sus interlocutores, como el poner en funcién cualidades que no pueden obtenerse con una simple preparacién académica, Si no se aceptan todas las con- diciones de esta experiencia, cuya originalidad es tan grande como la rel in psicoanalitica que vincula al médico con su paciente, nos arriespamos a ver aparecer, en lugar de una autentica clencia etnold- Blea, un gabinete de curiosidades de la especie humana, de donde cada uno podri ir sacando, segin cl humor en que se encuentre, los elementos de informacién que ira rcagrupanda al gusto de su fanta: sfa. El tinico modo de evitar las trampas de un conecimiento etne- Iégico extrafiamente parecido a Ja transfiguracién de los mosaicos de un kaleidoscopio, es aceptando los limites impuestos por la expe- Tiencia: ahora bien el etndlogo sdlo puede estrellarse contra ellos en el mismo campo. La fuerza del ea las téenicas de la hipnosis, oa la psicologia cla ede que Freud consintiera en esta- blecer con el enferma un tipo de relacién —{y el ejemplo de Breuer ¥ de muchos otros lo muestra de una man precisaj— que pone en juego tanta a la persona del médica como a Ta del paciente? Que en cl trabajo de campo, uno esté jupandose algo, cs imposible di mularlo. Lo que defende aquiics una determinads concepoitn de la etnologia, segtin Ja cual la experienc! necesariamente limitada a alu : que el recorride a través de libros y rev por infermaciones cuye valor c BO pre dudoso: recogidas por profanos, o autores antiques, a menudo €stin mutiladas, arrancadas a su contexte; quedan incontroladas, ya sea porque la sociedad de donde provienen desaparecié hace tiem- Po, Sca que uno no se tome la molestia de ir personalmente a verifi- CAT su exactitud. Entonees ¢s muy grande Ia tentacién de querer res- fituir, a partir de vestigios demasiado endebles para que la opera- tion este justificada, el conjunto de que son & 10S, precisamente tvando uno rechaza prestarse a estos juegos fiiciles, no es facil apre- diar la importancia de estos elementos dispares: seria mecesario un Tumero mayor de datos para poderlos situar en perspectiva, para atribuirles la importancia que se merecen o reconocer su insignifi- eanela relativa. Descubrir los elementos que, agrupados, formen va en si un hecho Social, exige un bagaje intelectual adecuado que no pucde rebajarse al Fango de una técnica, Donde el turista no cs capaz de apreciar més que una exhibicién banal de espectéculos follléricos, el etndlogo des- tubrira diferencias cuya significacién debe ser descubierta. Ademds 6% dificil imaginarse como seria posible delegar a un tercero el cul- dado de armar Ja experiencia misma. Aparte de que el riesgo de ometer errores sé veria aumentado por la presencia de un interme- diario, las cualidades requeridas por la operacién son tales, que la Gxperiencia no puede dejarse a la inicistiva de un subalterno. Las con- Wiciones en que se desarrolla la experiencia ctnoldgica, aun en el faso en que las sociedades que estudia el etndloga perttanecieran fin cambios, se transforman a un ritmo dictade por el desarrollo mis- mo de la ciencia. Es diffeil imaginarse un bidlogo cuyos argumentos ‘e apoyaran sobre datos recogidos antes de la aparicién del micras- topic. Tal seria, sin embargo, el caso del investigador que se negara fir al campo, y que limitara sus observaciones al estudio de docu- Mentos, antizuos o recientes. Los progresos de la ciencia nos ofrecen sada dia nuevos instrumentos, y los instrumentos de que dispone ac- tualmente la etnologia son incomparablemente mas sutiles que los We sus predecesores, De modo que campos enteros se abren a Ia ex- Ploracion. Si se han acumulado pocas datos, por ejemplo, en lo que se ha convenido Matar la ctnociencia, no es tanto porque este saber hubiera desaparecide en cl momento de los inicios de la etnologia, Que porque a los oecidentales les era dificil atribuir a Jos salvajes, recisamente cn cste dominio, conocimientos sistemdticos, Lo mismo ii ocurrido en Ia economia: en cuanto que a los primitives se les hi nepacdo Ja aptitud de comportarse racionalmente en materia eco- nomica, no cra posible observar las condiciones exactas en las que f cfectunban sus transacciones econdmicas. éPero, se pregunta uno a menudo, cl trabajo de campo es toda- Win posible, el etnéloga no ve como cada dfa se va desvancciendo el Objeto de su estudio? ¢Es realmente util emprender la marcha hacia Ii selva para no encontrar mas que planchas de hicrro ondulado ¥ bo- fea de conse Alpunoas justifiean con desaparicién ripida su Vocacién de r spojos: gno es necesario salvar, a tode pre- elo, lox clei de estas civilizaciones en ruina? Pero, mas Bl fa aN FnrTALOOTA COMO CHiMieLN a menudo, esta amenaza sirve de pretexto a una clerta neglipencia. Puesto que cl «buen salvaje» desaparecié hace ticmpe, ¢por qué en- tretenerse en observar el oraso de sus nictos? Este romanticismo complaciente (cla ctnologia se encucnira en su Ultima cuarta de horas), no deja de falsear un tanto Ios términos del problema. No llegaremos al punto de negar que la expansion de la civilizacian in- dustrial transforme cada vez mis las sociedades tradicionales, edu: ciendo entonces cl campo en que se ejercia mds a gusta la reflexion etnolégica, Sin embargo, en Asia coma en Alriea, en Americ. del Sur come en Oceania, hay por hacer trabajos inmensos, y mo cs con Un punade de hombres que se podrian Hlevar a cabo trabajos tan diver- sos come el estudio de las formas econdinicas primitivas, el andlisis del vocabulario o de los mitos. Con frecuencia son cambios politicos, ¥ no una metamorfosis demasiado rapida de las formas de la vida antigua, los que son obstaculo a Ia investigacion elnoldgica. El cindloga descubre con sorpresa, tan imbuido esti, a pesar suyo, de Ios prejuicios que corren por Paris, que todavia es posible Ievar a cabo investigaciones etnogrili tan fructiferas como en el tiempo de Malinowski, Si las caracteristicas mds impresionantes de las socic- dadcs exdticas han desaparccido, bajo la influencia del Occidente, innumerables hechos se presentan atin a la investigacion etnoldgica, mas minuciosa y sutil que en el pasado. Los sistemas de parentesco, la organizacion social, las creencias rTeligiosas, las practicas de magia, los conocimientos de todas clascs son todavia lo bastante vivos para ofrecer un campo casi ilimitado a la curiosidad del investigador, Con frecuencia los mismos ciclos ceremoniales, a pesar de que han sido destruidos como entidades enteras, subsisten en cl estado de eslabo- nes de una cadena deshecha. Aunque sélo hubiera sobrevivido la lengua, cuya Tiqueza y diversidad son una fuente inextinguible de descubrimientos, el etnélogo podria ya mostrarse satisfecho. Paraddjicamente, la experiencia etnogrifica se nos ofrece actual mente mis rica que hace cuarenta afias. Al ser eonfrontade con fend menos de vastas proporciones, el etndlogo no pedia interesarse por ebjetos que le hubicran exigido mas perspicacia y sutilexa; podia contentarse con observar lus hechos més aparentes, y la cosecha era ya lo suficientermente amplia para que no tuvlera que estudiar deta- Hes més secretos, aunque tan esenciales para Ja justa comprension de una sociedad. Ademas, cn Europa misma, el estudio de las socledades rurales ha sido muy poco desarroliada, y cudntos campos dentro de las socie- dades industrisles conciernen a a observacion etnogrifica. La pre sencia del etndlogo junto al cconomista o al agronomo, en estos equi pos que ticnen por labor resolver unes problemas comoretas, parce indispensable, Su contribucitn a ciencias mas antiguas, como a Ia economin oo la historia, podria ser considerable: mis eostumbrade que sus colepas a dominar las trampas del etnacentrisme, puede, li- berada de prejuicios, acerearse con uni actitud nit a determinados hechos. Si de momento no se siente muy tent do por el didlogo o la n, cs que se cree mal preparade: su formacion, en Fran- “fii, deja todavia mucho que desear pai ‘Psriente pobre al lado de expertos ¢ otras disciplinas. Si este libro debe ser para los etndéloges una ocasion de confran- Tar sus méiodos de trabajo, con frecucnecia tan poco parecidos, sin ellos saberlo, puesto que, al ser impr , han sido raras veces en Francia, tema de investigaciones si debe eerdertee énel equivalente de aquellos «controless que organizan los psicoana- distas, para obligar al joven practicant dar cuenta, delante de Mayor, de la marcha de una cura, deseariamos ademas que incitara @ espccialistas de otras disciplinas a que dicran una exposicién razo- Tada de las condiciones de ejercicio de su oficio, tanto abjetivas camo “subjetivas. Asi como Freud no vacilaba en publicar los casos yo en dar, en forma de nota, Jas correcciones que se le imponien Wafios més tarde, hoy dia parece que Ia gente duda en hacer publ das uultaces con que se puede encontrar el analista en el ejercicia de su oficio. No se publican mas que boletines de victoria, sin cesar te proclamar que, a Dios pracias, el psicoandlisis partic de Freud, ha hecho progresos inmensos, A menudo se da a entender que si él “cometio errores burdos, que con frecuencia, de todos modos, él mis- ie descubrié, sus herederos evitan con mas facilidad dar tales pe Sos en falso, ¢¥ sin embargo, no se dan casos de fracaso? gNo se Weberia, 4 costa de no parecer ian optimista, exponer mas amplia: “Mente Jas incertidumbres, los errores que son multiples? Aunque sea incontestable que en determinados campos, en el tratamiento las psi- ‘Sosis, en la psicologia pre-edipiana, el psicoandlisis ba conseguido grandes Progresos, no quita que el silencio ante diagnosis dudosas, Witamientos contraindicados, curas abartadas, no puede dejar de ay #espechoso, En esto también son pocos los que se arriesgan a confe- SAP SUS errores: muchos prefieren pasar por médicos milagrosas. Por el hecho de que pone en juego tanto a la persona del investi- alo como la del informador, la relacién cinografica puede conside- peree desde el punto de vista tanto del uno come del otro; esta pers: ivan doble, en que Ja posicion de uno dicta Ia del otro, y viceversa ndiciona Ia ordenacién misma del libra, El que cl ctndlogo no pue- Wh sustraerse de esta situacion creada por la encuesta, en que cada ‘tino de sus movimientos determina las variaciones, directamente en flcaso del comportamiento de su interlocutor, indirectamente en Suanto a la cualidad de su trabajo, convierte cl aprendizaje etnogra- fico en una auténtica edveacidn. Parece dificil hacer trampas una vez en el campo. La experiencia etnoldgica solicita, en efecto, del ct- ‘Heloge algo muy distinto que un simple conocer: él comparece en ‘Gime y hueso, y el veredicto del tribunal sera tanto sebre sus cuali- @iides morales, afectivs ioriales, como sobre sus conocimien- Tis furamente ac: ie comprende la reticencin de muchos, au eco entusia ssentarst al Mpe, los artilicios que ponen #1 aceién para deformar la expe , en el caso de que, a fin de Mientas, sc hayan resipnado a ollie, y a la vuelta su silencio, Es pre- Phamente este lismo prudente, lo que e: ra romper. que no hiciera el papel de ieatus o de especialisias de AG H.R. RIVERS EL METODO GENEALOGGICO DE INVESTIGACION ANTROPOLOGICA Es un hecho familiar que muchos pueblos conservan largas genca- jas de sus antcpasados, retrocedicnde muchas generaclones y con ecuencia perdiéndose en el mito. Quizas no sea tan conocido que ichos pucblos de bajo nivel cultural preservan oralmente sus genea- as de varias generaciones con todas las lineas colaterales, de tal manera que pueden presentar en forma gencaldgica a tedas los des- nilientes de sus bisabuelo o tatarabuelo y. por tanto, conocen a to- aquellos a los que nosotros denominariamos primos segundos o eros ya veces su memoria atin retrocede mas. Es éste ultimo tipo genealopia la que se utiliza en cl métoda que me propongo consi- rar en este escrito. Comenzaré por ¢l método de recoger genealogias que constituye base del método. El primer punto a tratar es que, debido a la gran diferencia entre los sistemas de parentesco entre las pueblos salvajes Civilizados. es deseable utilizar tan pocos términos que denoten rentescto como sea posible, y se pueden conseguir genealoglas com- elas cuando los términos se limitan a los siguientes: padre, ma- ¢, hije, mavido y csposa. La pequ genealogla que se presenta es ja muestra-ubtenida en Guadalcanal, en las islas Salomdn oricotales, en este caso comencé la investigacién preguntando a mi informador, ka © Arthur, cl nombre de su padre y el de su madre, dejando Wire que queria los nombres de sus verdaderos padres y no de nin- ina otra persona a quien pudicra llamar asi en virtud del sistema isificatorio de par 1, Después de ascguratme de que Kulini lo habia tenido una esposa y Kusana sdlo un maride, consegui los ibres de sus hijos por orden de edad y pregunté por los matri- onios y la prole de cada uno. De este modo, obtuve al pequetio po compueste por los deseendientes de los padres de Arthur. . Jeanal una isla cuyo sistema social se caracteriza por la Hllacién matrilineal, Arthur conutia la genenlogia de su madre mejor que la del padre, Consegut los nombres de lox padres de clla, asegu- AS Morrio. Si el puchlo tiene organizacién iotémicn, debe recogerse el nombre de totem o los totems de cada persona, o bien si existen cla- mes no tolémicos u otras divisiones sociales, deben presentarse de SINEI = Koniava Kindapalet | Lakswili f I la misma forma. En la geneslogia de muestra precedente de Guadales VAROL = Komboki TUAN = Kekilokina KULINI = Kusua a Ns 2 zl os ede uadalea- Bakedlé | x Petite Hawnibata Lakwilt Kindapalet | Ladwilt nal, los nombres calocados debajo de los de personas se reficren Ae | la los clanes exdgnmos que probablemente tienen najuraleza told BENE TIARO eee GEORGE = Kalovali TORHO = Dalai | KURKA Cuando se comicnza un trabajo en un lugar nuevo, conviene reco- mj Haven Lakwili Kenda | Lakwilt Lakwill | Rekewe jo ARTHUR Ber cualesquiera otras datos sobre toda persona que puedan tener bate palei sh. posiblemente alguna significacién social, y posteriormente Ja investi- | a “gacion puede limitarse a las que se descubre que son importantes. EIMBA = Geli Especial cuidade debe tenerse en la recoleceién de las localidades de (Sava) || Cokwnts Jos que se han casado en la comunidad procediendo de otros lugares Kaka “9 tribus. Si existe Ia adopeidn, los hijosfas) adoptives se incluirin T Te j I 1 Pr “tas seguro entre los datos por reales, a menos que se dedique cspe- SINEI Koani Koperosa GUSA Koriki Kondatshikil ial atencién al asunto, y en los casas en que sea posible, debe reco- i é sa “§erse tanto ¢l parentesce adoptive como el real. sth. = sin hijostas) mj. = muerto joven En esta recoleccién de material para la aplicaciGn del método ge: ealigion, las dificultades y las fuentes de crror se encuentran en ‘abundancia. Una dificultad con fa que me he encontrado es la exis- fencia de un tabi sebre los nombres de los muertos, y a veces éste ‘sélo puede superarse con dificultad. En mi experiencia personal, como secuencia de este tabi me he vista compelide a obtencr las gene- bgias en secreto y por personas no pertenccientes 2 la familia en Question. Otras fuentes de error y de confusidn son las précticas de adopcidn © intercambio de nombres. y sin duda aquelios que inten- “ten conseguir gencalogias em nuevos lugares encontraran nuevas fuen- es de dlificultades. Con objeto de que las genealogias puedan utilizarse de las formas Wile me propongo describir, cs necesaria contentarse con que sean jidedignas. Al recoger las genealogias de toda una comunidad, se producirin muchas superposiciones; Ias personas que pertenccen al Honco patermo de un informador untrardn en el ironco materno de ino, y entre los antepasados de Ia esposa de un tercero, y de esta @rma habré amplia oportunidad de comprobar la concordancia de 4 deseripciones de los distintos informadores, En casi todas las co- tnidades en que he trabajado, he encontrado que hay personas con wpeciales conocimientas gencalégicos y lo mejor es utilizar a estos randome como antes de cada uno solo habia casado una vez, ¥ luego pregunté los nombres de sus hijos{as} y abtuve los matrimonios y los descendientes de cada uno de ellos. Arthur era un individuo que ha- bia estado fuera durante mucho ticmpo en Queensland y no podis ir mas alla de sus abuelos, pero si hubiera tenide conocimientos més amplios, le hubiera preguntade por la familia de Sinei y Koniava, y ‘obtenide los descendientes de sus padres exactamente de la misma manera, y hubiera seguide asi hasta agotar por completo los cono- cimientos genealogicos que mi informador tuviera de su familia. Al recoger las genealogias se obtienen los descendientes tanto por linea de varén como de mujer, pero al ponerlas en orden para los propé- fos de que sc irata en cste texto, conviene Fecoger en una cuartilla finicamente los descendientes de una lines, con referencias cruzadas a otras cuartillas correspondicnies a los descendientes de otra lines! El método exacto de disponer los nombres no es asunto de gran importancia, pero he encontrado conveniente recager los nombres de los varones er Tetras maytisculas y los de las mujeres en norma. les, y siempre he pucsto el nombre del marido a la izquierda del nom- bre de ta esposa. En el caso de Jas matrimonios poliginicos o polidn- ou lo posible, Sepan mi experiencia, es muy peligroso fiarse de los dricos incluyo los nombres de las esposas 0 dc los maridos entre cor- 5, QU en casi ninguna parte se han tomade todavia 1 trabajo chetes. aprenl as penealogias de sus mayores, pero si st obtienen de Un rasgo més importante del metodo es Tecogcr lado lo que stn posible de la condicion social de cada persona incluida en las genealo- pias. Debe conscguirse la localida:! a que pertenece cada persona y muchas veces es necesario recogir io sélo el dis ivito, sina tambien el nombre de algun grupo territorial menor, sca de Ia alden o del vir fis Wltimes, siempre he descubierto que las genealogias son extracr- slay cuando se compruehan mediante Ia concordan- mediante Ia coherencia general de a de toda la comunidad, mente ef métade de recoger las ge- ctitud, puedo proceder 4 detallar tos fopias y de parantivar su ext sex & que pucden dedicarse, @ Vis J ‘ide de organiaar una pean masa de raterial ger Jectar 1 The Tous, Londres, 106, ¥ los Reports of ihe Cambridec Expedition to Seraits, vols. Vv VI nat af Royal Auttire al Fusittete, vol XEKTM, p, 156. aT —_ nil BG El primer uso, y el mis evidente, consiste en claborar los sistemas de parentesea, En caso todos Ios pueblos de bajo nivel cultural, cstos difieren tanto del nuestro que hay el mayor peligro de caer em erro res si simplemente s€ intenta © r Jos equivalentes a nuestros propios lerminos mediante el meétode ordinario de preguntas y res- puestas. Mi procedimietno consiste en preguntar al informador los ftérminos que él uplicaria a los distintos miembros de su genealogia y, Teciprocamente, los términos que ellos Je aplicarian a él, Ast, en el caso de Ja genealogia de Guadalcanal que he presentacdo come muestra, Je pregunté a Arthur como Haman él a Tokho, que daba el equivalente de ehermano mayors cuando habla un hambre, mientras que cl nom: bre que Tokho daba a Arthur presenta el equivalents correspondiente a chermano menors, Los términos que se aplican mutuamente Vakoi y Arthur proporcionan los equivalentes a hijo de Ja hermana y her- Tmano de la madre, respectivamente, y la relacién de Komboki con Arthur proporciona los térmings para esposa dcl hermano de la ma- dre y hijo de la hermana del maride, y de la misma forma se obtu- vieron Jas demids relaciones por el lade materno. Para los nombres de las relaciones por parte paterna se utilizaria la genenlopia de Ku- lini, ef padre de Arthur. En realidad, silo excepcionalmente puede obtenerse este conjunte completo de términos de parentesco a partir de una sola gencalogia, pero incluso si fuera posible, no es aconseja- ble, pues siempre existe la pos bilidad de que haya alguna relacion doble, tal vez una por consanguinidad y otra por afinidad, que puec- de Mevar 2 erver, y yo nunca estay completamente contento cle un Sls- tema de parentesca a menos que cada una de las relaciones se haya obtenido en tres geneologias distintas. Debe obtenerse la siguiente lista de términos de parentesco: Padre Madre Hermano mayor (h.v.) = Hermane mayor (h.m,) Hermana mayor (hv) Hermana mayor (h.m.) Hermano del padre Esposa del hermano del padre Hijo del hermano del padre Hermans del padre Mavido de Ja hermana del padre de In hermana del padre Hermano ce la madre 5 Esposa del hermano de Ia madre. Vijo del her 10 de Ja madre 7 Heemana de Ia madre Murido de la bermana de In madre Hijo de la hermana de la madre hermano menor (h.v1 hermana menor [h.v,) hermano menor (him) hermana menor (hitt.) hijo del padre (hv.) hijo del hermano de] marido hijo del hermano (htt) hijo del hermano de lx esposa hijo de la herman (hm) hijo de la hermona del marido hijo de la hermana (h.m.) hijo de Ia hermana de |: Capos Padre del p: hijo del hijo (hvp Madre del padre hijo del hijo (ham) Padre de ja madre jo de fa hija thy) Maube de In madre «hijo de Ja hija (him) aa Marido Padre de la esposa Madre de fa esposa Padre del marido Madre del marido Hermano de la esposa Hermana de la esposa Hermano del marido Hermana del marido Marido de Ia hermana dela esposa Esposa del hermano del marido Padres de la esposa del hijo esposa tnarido de Ja hija (hv) marido de la hija (h.m.) esposa del hijo (h.v.) esposa del hijo (hum) tmarido de la hermana (i¥.) marido de la hermana (am.) esposa del hermano (h.v.) esposn del hermano (hm) hy. hablando vardn ium. = hablando mujer Estan dispuestos en dos columnas, de forma que Jos opuestos sean reciprocos, de tal forma que si se obtienen los términos por el metodo genealdgico, el nombre que un hombre da a cualquiera de los parientes concretos entraria en una columna y el nombre que el Pariente le da a 1 se situaria en el lugar opuesto, En muchos paren- feseos se utilizan dos formas, una usada al dirigirse al pariente y Gtra cuando se habla de él, y ambas deben consceuirse. En muchas partes del mundo, se utilizan distintos términos de parentesco para is personas de distinto sexo, y los términos tambien se ven afectados (por las respectivas edades de las dos partes de la relacion. En la lista se han incluido todas las diferencias importantes refercntcs al sexo, @specificando si el término la utiliza un hombre (hwv.}) o una mujer (him), pero las distinciones de edad sélo se presentan en el caso de hermanos y hermanas. Si, como suele ocurrir, los hermanos mayores yomenores del padre se distinguen, también deben obtenerse estos férminos y deben investigarse las posibles distinciones similares en otras relaciones de parentesco. A veces las distincioncs referentes a di edad van alin més lejos y puede existir un término distintivo para fide miembro de ta familia de tres, cuntro, cinco o més, Si en Ja no- ‘iienclatura se distinguen los hijos de las hijas, en Ja lista deben dar- We los términos cada yex que se presenta la palabra «hijo(a)». P Los términos que s¢ utilizan para las relaciones de parentesco con- @rétas, consanguincas o afines, tambien suclen aplicarse a otras per- S0nas con quienes no pueden trazarse esos lazos. Tengo la costumbre “de complementar el método genealdgico pidiendo Ia lista de las per= 80nas a quienes un individuo concreto aplica términos de parentesco, Al analizarla normalmente se encontrard que estos caen en cuatro fliises: 1) relaciones que pueden rastrearse en las penealogias; 2) re- Vieiones consanguineas o afines que ne pueden rastrearse en las ge- Healogias disponibles, pero que sin embargo tienen un fundamento, fel, en relacién con Ja penealogia de Ia mucstra Arthur podria decir que Hama nieneggu o «hermano de mi madres a un hombre porque 80 fasina o «hermano» de Kusua; 3) relactones que dependen de la |" fertenencia a divisiones sociales, asi Arthur podria llamar kukuangge a9 «mi abuclos a un hombre porque este Gltimo fuera un lakwili de la MUsMa generacion que Keniava; 4) relaciones dependientes de algin lazo artificial creado por cl usuario del término o incluso por su pa dre a su abuelo, pucs estas relaciones artificiales a veces ge ir miten de padres # hijas. Los términos dados en [a lista son suficientes para determinar el eardcter gcncral de un sistema, pero esta bien obtener cicrto nimero de términos de relaciones mis lejanas, tales como el hermano y la hermana del padre del padre junto con sus hijosfas) y nictos(as). Entre estas relaciones mas lejanas, la esposa del hijo de la hermana y el marido de Ia hija de la hermena y sus hijos(as) tienen a wi especial interés. El siguiente uso de las genealogias es el estudio de la regulacton del matrimonio. Si se recogen Jas genealogias de toda la poblacién como yo he podide hacer en varios casos, tenemos en ella un registra de los matrimonios que han tenido lugar en la comunidad, retroce- diendo quizis ciento cincuents afios. Este registro sc guarda en las mentes de la gente y pra a él podemos estudiar las leyes que re- gulan el matrimonio exactamente jgual que en una comunidad civili- zada se pueden utilizar los documentos del registro matrimonial. No sélo podemos ver qué matrimonios se han permitido o impuesto y qué matrimonios se han prohibido, sino que podemos expresar esta- disticamente fa frecuencia de las distintas clases. En muchos pueblos de bajo nivel cultural parece estar progresando una gradual transi- cién de una situacién en que el matrimonio se regula principalmente © completamente por medio de un mecanismo de clanes, fratrias 1 otros agrupamientos sociales a una situacién en la que epulacién del matrimonio depende de Ja consanguinidad real, y la exacta natu- raleza de la etapa iransitoria de cualquier pucbla dado puede deter. minarse satistactoriamente por y Unicamente por el métado concre: to que proporciona e] estudio de un archivo genealdgico. Cuando el matrimonia se regula sobre todo por algin agrupamiento social, el metodo nos permite descubrir cualquier tendencia especial para Ja genie de determinadas isianes de casarse entre si, tendencias que quizds no hayan side percibidas por ellos mismos. El método hace po- sible un estudio cxacto de formas de matrimonio tales como ta poli- gamia y Ja poliandria, el levirato y el matrimonio entre primes eruza- dos. Estas Instituciones presentan muchas variaciones que facilmen: te escapan a la atencién por los métodas normales de investigacion, pero que resultan perfectamente claras cuando se elabora con deta- Ile su naturaleza a partir de genealogias, Ademds, el métocde nos per mite detectar hasta qué punto se siguen realmente em la practica las normas matrimoniales de un pueblo, y un estudio de los matrimonios en suctsivas generaciones puede revelar un cambio pragresive en la Nigurasidad con que se observa una norma dada. De hecho es posi ble resolver los problemas mas complejos relativos a Ins normas mua- ttimomiales sin haber hecho ni una sola pregunta sobre el asunto, aunque esio no es deseable, va que une de los 5 interesantes del métede gencaligico lo aporta Ja compar los resultadas 0 Obtenides mediante el metodo Benealdgico con los pracedentes de la Investigacion directa. Si existen discrepancim entre ambos, la ine Westigacion de estas discrepancias no sdlo Puede proporcionar la Clave para nuevos puntos de vista, sino que puede arrojar mucha Inz Sobre las peculinridades lingtiisticas ¥ psicoldgicas que han sito causa del malentendida. Ta gencalogia de muestra de Guadalcanal es demasiado pequenia Para propercionar un buen ejemplo de Ja aplicacién del métode, pero S@ notard que en ningtin caso hay dos personas del mismo clan casadas ®ntre si y que, de un total de ocho matrimonios, cuatra se han pradu- eid entre miembros de los clanes kindapalei y lakwili, un hecho que Probablemente se explica por Is existencia de Mmatrimonios de pri- : Mos cruzadas en Ja isla. También proporciona un ejemplo de matri- Monio con miembro de otra comunidad, a saber, con un indigena de Ti vecina isla de Savo, tuyos clanes se corresponden estrechamente fon los de Guadalcanal. 14 siguiente linca de aplicacién del método es en la investigacion “de Jas leyes que regulan Ia filiacién y Ja herencia de ly propiedad. Asi, @n Ia geneslogia de muestra se ver’ que cada persona pertenece al ‘tlan de su madre, jlistrandose de este modo la filiacion matrilineal ‘We esta parte de las islas Salomdn, La forma de sucesiin de los jefes “Pilede ser estudiada con exactitud de la misma manera, mientras que @l métoco es especialmente importante cn el estudio de Ja her tia de Jit propiedad. De este moda es posible tomar um trozo de tierra dado ‘@ investigar su historia, quizis desde el tiempo en que fue cullivado W pumera vez. La historia de sus divisiones y subdivisiones en msiones diversas puede ser minuciosamente stguida y un caso de Opiedad que podria parecer desesperadamente complicado se vuelve fectamente simple e inteligible a la luz de su historia, ¥ se cons Ie una penetracion en el verdadero funcionamiento de Iss leyes que #¢ ocupan de la propiedad imposible de obtener por ningin meétodo Wenos concreta, ‘Otra linea de aplicacién, que ocasionalmente es de Eran valor, €5 estudio de las emigraciones. Asi, en muchas partes de la Melanesia tenide lugar durante los tiltimos cincuenta anos un cambio de vivir Mla selva a vivir en Ia costa, ¥ Ia informacion dada por las localida- IPs de sucesivas generaciones puede arrojar mucha luz sobre la matue Wleza de tal emigracién Los usos hasta ahora considerados se seupan del estudio de la Srpanizacién social, pero el método no carece de utilidad en cl estudio Hela magia y la relipién. En la mayor parte de los pueblos estudiadas lar mi se ha encontrado que unas funciones muy conecretas del cere- i ial se asigr a las personas que esian situadas en cierta relacion We jRirentesca sea con el ejecutanie de la ceremonia o con la persona yy cuyo nombre se celebra. Creo que la investipacién exacta que Hace posible el métotlo genealdgica mostrarfa que estas funciones co- Wettadas con i relacién de parentesco gon mucho més generales de “16 que nos permite suponer Ia literatura antropoldgica corriente, ¥ wenque Jas obligaciones o privilegios de los parientes descubiertos a1 de esta manera pueden estar mucho més concretamente definidos. El método nos permite también investignr el ceremonial mucho més concretamente de lo que seria pusible de otra forma. Cuando trabajo sobre estas materlas tengo a mi Jadu mi libro de genealogias v, forme consigo los nombres de los distintos participantes, los busco y veo cémo estan emparentady con el celebrante o con ul sujeto de la ceremonia, y al mismo tiempy existe la ventaja de que estos se convierten en verdaderos personajes para mi, aunque puedo no haber los visto nunca, y toda la investigacién se desarrolla de forma que me interesa a mi y a mis informadores mucho mas que si los personajes de la deseripcidn fueran X, ¥ y Z. Otro grupo de usos al que puede aplicarse el método consiste en el estudio de los muchos problemas que, aunque fundamentalmen- te bioldgicos, siguen teniendo gran importancia sociologica. Me re ro a asuntes come la proporcion entre los sexos, el tamaiio de la fami- lia, el sexo del hijo primopénito, la propercidn de nifios que crecen y $@ casan con respecto al namero total de nacidos, y otros temas similares que pueden estudiarse estadisticamente mediante el méto- do genealdgico, En las penealogias tenemos un gran mimero de datos del mayor valor para el estudio exacto de los distintos problemas demograficos, pero cn este sentido es mecesario poner una nota de advertencia, Segtin mi experiencia, los recuerdos de la gente son menos de fiar con respecta a los nifios de las generaciones anterio- res que murieron jovenes o antes del matrimonio que en el caso de los que se han casado y tenido descendencia. Es evidente que los ltimes han ganado importancia social que ha hecho natural la pre servacién de sus nombres, mientras que cs menos de esperar que aquellos que muricron jovenes o solteras sean perpetuados asi. Muchas veces me ha sarprendido que los tltimos se recuerden tan bien como se recuerdan, pero pocas dudas deben haber de que algu- nos deben olvidarse, y las cstadisticas relativas m cstos temas mds bio- Idgicos son menos completas que las que se ocupan de problemas més estrictamente sociales, Otro uso importante del método todavia es conio ayuda a la antro- pologia fisica, Como ejemplo de esto no puedo presentar mejor caso que una isla visitada el afio pasade por Hocart y yo, donde se dan constantes fuentes de entremezclamiento, er: ambos casos con personas cuyos caracteres fisicos son decididamente diferentes de los de la masa general de los habitantes, La medicién de la poblacién de Ja isla por los métodos ordinarios dificilmente habria aportada umn resultado concreto, pero por medio del métado genealdgico pudimos descubrir el antepasado inmediato de cada persona que medfamos. Ademiis, la combinacién de Ia medicidn fisica con el uso del método genealdgico proporciona una masa de matcriales para cl estudio de Jos problemas de la herencia El método también hace posible res yer de manera muy complcta la forma de herencia de condiciones como ol tonisme y el albinisme, que presentan en d 5 Proporciones en la mayor parte del munca, Pueden mencionarse resumidamente algunas de las ventajas inci 92 tales del método genealégico, Puede obtenerse mucha informacion sobre la iransmisidn de los nombres y en la penealogin de muestra natara que un nifieta) Neva el nombre de su bisabuelo. Ademas, el bre de algunas personas fallecidas, quizis de alguien que vivid ¢ un siglo, tracra a Ja memoria una historia de la antigua vida pueblo que posiblemente no se hubiera obtenido de otra forma, y las observaciones ocasionales que salen de esta forma en conexién los nombres de los antepasados suelen proporcionar las més Wliosas sugerencias para la investigacién, Ademias, la mera recolec- Wién de los nombres que constan en las genealogias constituye un inaicen de material lingiiistico que puede tener gran valor, si no fa porgue tenemos demasiado poco conocimiento de las partes Mis viva de la lengua, para permitirnos su utilizacién, _ Habiendo considerado ahora las lincas mas detalladas de investiga- on en que cl metodo gencalégico es util o esencial, procedo a resu- ir brevemmente algunas de sug ventajas en términos mis generales. primer lugar, mencionaré su concrecién, Todo cl que conozca Meblas de bajo nivel cultural debe reconocer la dificultad que pre- @ita cl estudio de cualquier cuestién abstracta, no tanto porque salvajes no posean ideas abstractas como porque no tienen pala- a4 propias pata expresarlas, mientras que evidentemente no puede erarse que aprecien adecusdamente los términos abstractos de Tengua de sus visitantes ni de ninguna lengua extranjera que sirva Medio de comunicacion. El metodo genealdgico hace posible inves- ar problemas abstractos sobre bascs puramente concretas. Incluso Posible formular por medio de dl leyes que regulan las vidas de los eblos y que probablemente nunca han sido formuladas por ellos Wismos, y desde luego no con Ja claridad y concrecién que tienen para entendimiento cntrenado cn una civilizacién mds compleja. Sc evi- f innumerabics malentendidos que pueden presentarse entre per- onas de tan distintas esferas, malentendides que tienen su origen Jas diferencias de visidn y en la falta de apreciacién, por una u otra e medio de comunicacién, El métoda no puede despejar las dificul- les que presenta la interpretacién de las condiciones sociales de i salvajes por parte de un visitante de otra civilizacién, pero aporta durante periodes de tiempo relativamente cortos, tiempo a veces suficientes para adquirir el grado de maestria en Ja lengua indigena ® penmita utilizarla como instrumento de intercambio. Para esto Método es esencial si se quiere que exista alguna esperanza de Penseeuir datos de verdadero valor sobre los rasgos mds complejos Ja organizacién social. Por medio del método genealégico es posi- He, sin ningin conocimienta de la lengua y con intérpretes de baja sorar con la mayor exactitud sistemas de parentesco tan adios que los curopeos que han pasado toda su vida entre inea han sido capaces de eomprenderlos. No es exage- 93 radio deciy que en asuntes como éste o en el de las reglas matrimonia- les, por este método es posible obtener un conocim nto mis conere- to y exacto que el que podria conseguir un individuo que hubiera vivide muchos afios entre los salvajes y obtenido un conocimiento tan completo como puede obtenerlo un europeo de la lengua de un pueblo barbaro o salvaje. " Otra gran ventaja general del método es que proparciona los me dios de comprobar Ja exactitud de los propios testigos. Entre los sal- vajes, al igual qué entre nosotros, existen grandes diferencias entre Jas personas con Tespecta & Ta exactitud con que pueden hacer el rela- jo de una ceremonin o describir la historia de una persona o sucesion de acontecimientos. El metodo genealdgico proporciona medios clis- puestos para comprobar esta exactitud, No me refiero simplemente a que una persona que recuerda con cxactitud las genealogias proba- blemente tendré una memo exacta para otras cosas, sina a que cl concreto métada de investigacion que cl metodo genealdgica posi- Dilita hace posible detectar el deseuido y la inexactitud con mucha mas facil 1 de lo que es posible por los métados mas normales de investigacién, No es un punto de poca importancia que el conocimien- to de que los datos son exactos le reporta a une un sentimiento de comodidad en el propio trabajo que no es ninguna ayuda pequefia én Jas condiciones fatigosas, climiticas y de otros tipos, en que tiencn que hacerse Ia mayor parte del trabajo antropoldgico. Ademés, el meétoda gencalégica no sdélo proporsiona confianza en los propios testigos, sino que tiene un efecto quizis cast tan importante que con- siste en dar confianza al salvaje en su inquiridor. Todo el munde cono- ce el viejo dicho de que la caracteristica principal del salvaje es que cuenta toda lo que uno quiere saber, Cuando lo hace es porque le parce la forma mas facil de pasar una tare por la que no se toma interés, muchas veces porque no entiende la verdadera naturaleza de las preguntas, pero yo creo que muchas veces porque reconocce que su inquiridor tampoco las entiende. Las que pueden parecerle las preguntas mas simples @ un europeo Sin instruccién, pucden ser en Tealidad imposibles de recibir una respuceta directa, y no es sorpren- dente que el hijo de Ia naturaleza confundide adopte la forma mas fiicil de acabar con el asunto, Creo que el método genealdgico sitia al inquiridor europeo bastante sobre Ia misma base en que esta el propio indigena. Es muy cierto que los puchlas de poe nivel cultural no conservarian sus genealogias con la misma exactitud que se encuen- tra que Jo hacen si no fuera porque tienen gran importancia pric tica en sus vidas, y Ja familiaridad de su inquiridar con él imstru- mento que él mismo utiliza da. confianza al salvaje € interés por la investigacién que tienen Una inestimable importancia para consepuir informacién de verdadero valor. Ademis, la mutua confianza que se engendra por cl uso del método genealdgico en 1a elaboracién ds is organizacién social se extiende a otros sectores de la antropologia, y no se limita en sus efectos al primero. Otro rasgo muy valiose del metodo genealog referido, es la ayuda que proporciona al capaci 20, al que ya me he os para entender “aquellos rasgos de la psicologia salvaje que aportan sus dificultades “al trabajo antropolagico. Tengo la costumbre de investigar siempre Tas cosas mediante cl métado penealdpieo y mediante el métode ardi- Cnario de preguntas y respucsias, Con [recucnsia habran discrepan- clas, y la investigacion de estas discrepancias suele proporcionar la mis valiosa pen on en las peculiaridades mentales que han sido vausa del malentendido. En conclusién, existen dos ventajas del método que son de tania Simportancia que. en mi opinién, bastarian para hacer su uso csencial incluso si no hubicra otras, En el momento actual, es casi imposible encontrar un pueblo cuya “cultura, creencins y précticas no estén sufriendo las consecuencias de Ja influencia curopea, una influencia que ha sido especialmente activa durante los iltimos cincucnta afios. Em mi opinién, el mayor merit ‘Wel método genealdgico es que con frecuencia nos hace retroceder a Sin tiempa anterior a que esta influencia haya alcanzado al pucblo. “Puede proporcionarmos fichas de matrimonios ¥ de filiaciin y¥ otros “fasgas de la ovganizacion social de hace ciento cincuenta afios, pues @n todas las comunidades en que vo he trabajado se pucden conseguir “ieontecimientos de hace un siglo, y yo creo que, con el adecuado cui “dado, podrian obtenerse en casi todos los pueblos. Ademas, a veces @) curso de Jas genealogias basta en si mismo para demostrar el efecto “fradual de las nuevas influencias que han afectado al pueblo. | £] otro meérito sobresaliente del método es que nos praperciona Wis medios para no s6lo obtener informacion, sino para demostrar la Werdad d informacién. Hasta muy recientemente, la etnologia ha Sido una ciencia te aficionados. Los hechos sobre Ios que se ha basa- “do esta ciencia han sido recogides por personas que por regla general No tenian preparacion cientifica y han sido impartidos por el mundo Sin nada que garantice sw exactitud o su integridad. Es un Hamativo Wibwte a la veracidad csencial de los salvajes que estos documentos Sean tan buenos como son, pero cualquiera que examine criticamente 6 documentos sobre cualquier puebla debe haber encontrade cnor & diversidades de testimenios y debe haber recanocido que los Hocumentos que en ellos se presentan no aportan en sf mismos crite- jox que permitan distinguir lo falso de Io verdadero. Mediante el Wietodo genealdgico es posible demostrar los hechos de la organiza @ien social de tal forma que aporten conviccidn al lector con tanta Penerceidin como es posible en cualquier ciencia bicldgica. El métedo healGpico y otros meélolos similares que hacen posibles tales demos- Wacioncs adclantan mucho cn cl camino para situar a la etnologia al Wisma nivel que las otras ciencias. CONTROLES ¥ EXPERIMENTOS EN EL TRABAJO DE CAMPO Los antropdloges se han preocupado durante larga tiempo de pro- mas Telativos al método v a las técnicas de campo! No obstante, nierés en el tema especifico del control y del experimente en el jo de campo es relativamente reciente, y la mayor parte del tra- On esta drea estA por hacer. La presentacién de un articulo de do» como éste presenta, por Io tanto, cierta dificultad dada la fiva escases de trabajos que tratan directamente y explicitamente ste tema, Esto no quiere decir que los amtropdlogos no hayan ilo controles e incluso experimentos, esto es, si no empleamos tales nos en un sentido demasiado estrecho. No obstante, s¢ ha habla: my poco de trabajo de campo y de metodologia en estos térmi- precisos, y cl uso de controles no ha sido efectuado de una ma- i sistematica, Ante Ia falta de un cuerpo bien definide de datos Wesumir, he tenido que sumergirme en Ta literatura ctnografica, tniresacar ejemplos de controles implicitos en el trabajo o en julacién del problema, y examinar algunos de Ios trabajos en que se orientan segiin una direcci6n experimental tes de adentrarme en los detalles de este estudio, quitro hacer que los términos econtroless y sexperimentos» sugieren inmec- fente una relacitin con las ciencias fisicas y bioldgicas y, en | medida, implican una determinada orientacién valorativa en fle a la indole de la antropologia y 1a utilidad de los controles Muchos de nuesiros antropdlogos mis importantes han escrite en una (i) Gcasiin sobre el tema, Para algunos ejemplos ver Herskovits (1949, cap. WI: ickholin ha tratado en muchos articulos del problema del métoda y de Shieas de campo (ver, 1. ¢., 1958, 1999, 19515; Gottschalk, Kluckhohn y Angell, Tih: FR Kiickhohn (160): Malinowskh (1922, ver fn Tntroduccian); 1009. 1999); (ver tambien ou bastante completa discusidn de los meétodos eon TAO, pp. 325-38, y 1948, pp, 293-303); 8, F Nadel tiene una discusién excelente an su libro recionie (1951); Weakland (1951). Wer también In Hiddiea sobre “Field Methods and Techniques" en ronan Organization spor ii Society for Applied Anthropology. or De que existe una cierta divergencia de opinidn acer- di cuenta por las diferencias en las respucstas Teck antropdélogos a quienes entrevisté durante la ja? Algunos crefan que la cuestién de los controles y experimentos era un tema importante que debia explo arse a fondo, dada su potencial contribucion a convertir Ja antropo- Jogia cn una disciplins de caracter mas cientifico. Otros se inclinaban a descartar el tema, porque consideraban que tenia poca importancta para los estudios culturales. Esta diferencia de actitud hacia cl valor y las posibilidades de los controles y experimentos, refleja una divergencia mas ica de inte- reses y enfoques entre los antropdlogos com respects a la metodologia. Por un Jada, hay los que tienden a subrayar el parentesco de Ja antro- pologia con las clencias naturales, que quieren acentuar la mecesidad de cuantificacion, de prucbas objetiv experimentos, y de un desa- trollo y perfcccionamiento general de Ins técnicas que pudiera condu- cir hacia una mayor precision y objetiy dad en la recoleccién, informe © inicrpretacién de los datos de campo. Por otro lado, hay los que, aunque no niegan ni por un instante el parentesco de Ia antropologia con las ciencias, creen que lo que nhora necesita acentuarse es el parentesco que la antropologia tienc con las humanidades, de ‘acuerdo con esto, quieren recalcar sobre la necesidad de comprension mig instintiva, de empatia, de intuicion y del elemento artistico. Lo que es mis, se muestran mucho menos optimistas con TeSpecto @ la con: tribucién que Ia cuantificacion, el control y los experimentos pueden hacer a la antropoolgia, y sefialan que algunas de las monografias antropologicas mais acertadas y de mayor penetracién fueron escritas por misioneres que no tenian ninguna preparacion técnica? Esta diferencia de énfasis no se limita a la antropologia, donde es jal vez donde se muestra menos. Atraviesa Ja mavoria de las ciencias sociales. En soclologia esta representasd por Lundberg y Chapin (o por uno de log pequefios grupos de experimentalistas, come el de y experimentos. ca de esto, me bidas de un numero de preparacion de este trabia} >. Quicro aproveshar ia oportunidad para agradecer a los siguientes antropé: logos sui amabilidad el discutir el tema conmigo en entrevisias ¥ por corres: pondencia: Helen Codere, Dorothy y Fred Eggan, Meyer Fortes, Trving A, Halle- Mall, Melville J. Herkovits, Clyde Kiuckholsn, Margatet Mend, George P- ‘Murdos! Ralph Linton, Morris Opler, Hortense Powdermuker, Julian Steward y Sol Tex Recomendaria [as ontrevistas con antropélagos come una buena técnica de earepo y estoy de acuerdo can Veblen, quien escribié hice muchas alos: “Nes os TENS Necesario ponerse en contacto personal con Jas personas que parficipan en ello que conocer de primera mane los materiales > nuestra disno- edn; pues es UN rasgu commun entre cientificos, especialmente cuando se peu fe un sujeto quc es mas o meios Novedoso y eal cn curso de desarrollo, que sepan y eten dispuestes a divulear cosas que no conciernin primordialexent= Stites directa de sus investigaciones 7y muchas eosas, también, por las que no estan dipuestos a comprometere en tetra impr (Dorfman, 1933). 3. Para ejemplos de estos enfasi en “Field Methods ail Techniques” de in Heunme Grganicattan con Benedl (1948) y Redilold (1948), Otro aspecto de In divergencia mencianads sat ® 1 1 cucstlin, disc fo, de si la antropologia es una cisciplina clentite Para un pe ico de Jos puntos dlgiios de esta Cor verpentes comparar los articulos de fondo t Bales iecki =) eee ¥ por Znaniecki y Becker por el otro, En psicolo- zs ed ncia entre Cattel y Thurstone frente a Lewin, Kohler Allport. En antropologia, tal vez tiene su mejor representaciGn en Jas ifs ic en! ae de la cultura entre los entusiastas de hacer ie ee ¥ los configuracionalistas, No obstante, en antropol ak ee ene coincidencias entre los dos campos, ¥ sta a ne fies = s, En antropalogia nuestras diferencias de énfasis oe an institucionalizado en términos de objetos diferen. fiias ae ea Nuestras Categorias estén menos anquilo Diiste a no tenemos una division tan definida como la que ae a psicologia experimental y la clinica, Lo que es ae a S pee, psicologia —y, permitaseme que afiada, afortunada- ee rere ie Sue Harts han dedicado sus vidas al desarrollo t cas de investigacic a el 1 aide de vista qué estaban estudiandot DESI ensue Pee unto de vista interdisciplinario, lo refrescante que tiene oar i eA cs su eclectit smo, su disposicidn para inventar, tomar aaa a hurtar técnicas 6 conceptos disponibles en un momento 4 aie al trabajo de campo. Pero debe admitirse que tal oS sicaimente sana, es también en parte la reepoaeable de la ee Ee operate a la metodologia y a la teoria. La observa- ae ent de que Ios antropdélogos americanos adedicaban “ aeeag eee sus Suerylas a la acumulacién de hechoss { P- fe mucho ii : ears Gens age de ae Menos cierta hoy dia que en 1939, j eat aero est sey contradiccién mecesaria entre los dos d b e descritos arriba, Se com ee oe iebeaen conocer los dos, fe oo aaa ‘ Ta i im del trabajo. De 1 es E ne WaljO. uno podemas espere P Beepitesis nee amplias y mas significativas, del otro el ee ae ee a traves de los cuales se pucdan poner i E ests. Los dos mé Em i ps importantes 3 la Gaieeeelneise Te ee ee ‘ Ba we el andlisis cuantitativo o el cualitativo, esta rela- ae as punto con Jas diferencias individuales de tempe- ae cuusacien: Pero puede que también esté en funcién del Oe mientos en un momento dado y del nivel de abs- ead ans este trabajando, En realidad, se ha afirmado que An Eeacieh, la medicién y las categorias de ticmpo, espacio, eS des son _Salegorias que estan derivadas de, y. par el pile de patutaleza, ¥ que no son adecuadas para la interpreta- cultura o de los sistemas de valor. Elija Jordan. Gees A. Tal come be escrito el doctor Redfield: “En algunos Jugures, la in ici i pencicin Pedbsefianza de procedimi Faria ocala a Bieter cadh de gin Ti hah ee eo ms, cue la postbllidad Perec ads erat Laporvinela com su avucn, Es ciriamente descabie Brena, pero es sarin 3 sobre algo que eido. Bs tera =a los hombies 9 mujeres ale vie a sen cloner imo se sian Ios instrumentos de Ia observacién y ahdliss ee Pega ie oauair iseiplinas, Pero no cx bueno olvidar este sili qUe 30 ante, de lax clencias socinles" (Reilfickl, 1a pp. WRGG 99 seal ildsok 7 ha sugerido , 5}, fildsofo americano de creciente renombre, ree, del fildsofo cra desarrollar sisteméticamente une nucva serie de categorias con la que el antropdlogo y los demas cientifi- 5 isles pucdan estudiar la cultura. A , a Barus algo similar es Ia tomada por el antropdlogo y lin- giiista B. L. Whorf, quien escribe (1340): La medicisn, el peso y dispositivos indicadores de ae cidn son requeridos muy pocas veces en lingitistica, aL a tidad y el mimero tenen un papel pequetio en el ice ae pautas, donde las variables no cxistet ino quc cu aa ea = cambios bruscos de una configuracion a otra. Las ciencias a ie miticas requicren medicién, on cumbio. Ja lingiietsa ee i bien, spautaciéne: una c E See ereeea de Ins dimensiones, La cantidad, la dimensiga y In magnitud son metaforas puesto que no ee propa Mente a este mundo carente de espacio y de relaciones. Julian Steward (1950, p. 45) ha escrito también que ste Deu culturales no pueden describirse matemmiticamentes, ¥ ul ye dict dijo algo muy Pa ee sera que en cuanto se emp ificar, ya no se estudia la cultura, ee... : Ca Betas reserves, debe sefialarse que el uso sreciente ue id ja una de las innavaciones mis mportantes en el trabajo de campo antrapoldgico de los afios pena: Eee queve tendencia esta relacionada cstrechamente con ee fe dps otrlen tes principales de la antropologia de esi itimos S nl e angeles corrientes mas importantes son: 1} un enfasis creciente sabr dio de la gama de variaciones en el eomportamienta y on Jas a bres, frente al antiguo éntasis sobre las pautas ideales; a el paso ae Ja preceupacidn por salvar y reconstruir culturas en ripida curso de §. Beta afirmactén fue hecha durante una conversation conmige, paco anies dela muerte de ta doctors Bendel. el] procedimiento tradicionalmente ; tne cull Seu Ts Enea TEE vartaciOn 6) sHCHESS lerariente Ry Tinton em un descripcin excelente del meters antrepeldgloo, Linton explica 0s ARS cded y manipular [a variedad de comporiamiento encontrada en Ee A ie Sociedad 1 antropélogo sa I “construccicn de pata cultural” que 1 define como moda de In serie Gita de variaciones que se ineluye en eda wna de las Dalle reales de Ja cultura”, Se da el siguiente ejemplo: “Asi, ai el Investigadon dese bre que los miembros de tina sociedad detcrminada tienen la eostumbre de tarse entre as acho y las diez, pero Ja moda pars su surie de casus cas nk nets y cunrte, ira que acostarse a las nueve y cuarto es una de la Puae eS Itura que eatudia” (1M, pp. 45-46). Podria armiire que Linton ha tocado un de los puntos débikes y funda s de los esiuding de campo Del uso que Linton hice de In Ei eciag ae rete antropiloge ia estudiade cuantitalivamente an en oa tamiento en purticular y luego ha a: i ie ne au u He altural. Sin embargo, e% ja que los @ ng taramente Asteraticaments los proced de ninguna sacan la moda acgin el m serie de Gisos’ es muy a menudo monogralia corriente describe que Ink nifios san aiios, os muy probable que macy a est ivade de las putes culturales conclusion despuds ce bublay 100 desaparicion, al estudio de sociedades funcionando actualmente; 3) una mayor conciencia de los problemas me! rodoldgicos, resultado en Parte del contacto mis estrecho con otras disciplinas, especialmente con Ia filosofia, la sociologia y Ja Psicologia; 4) cl uso creciente de datas antropoldgicos con otras disciplinas y. en particular, el apre- mio de los psicdlogos por més datos sobre diferencias individuales; 4) cierta modificacién de nuestro rol anterior como expedicionarios solitarios de todas las ciencias sociales en el sentido de una mayor especializacién y limitacitn de los problemas; 6) estudios longitudi- males en que se dedica mis Hempo al estudio de gentes por separado, Per cjemplo, cl intensive trabajo de Kluckholin sobre los navahos durante afios; 7) un aumenta en el numero de investigaciones hechas €n cooperacién, en las que distintos especialistas estudian aspectos: especiales de una cultura;? 8) el desarrollo del campo de la antro- pologia aplicada o de accién. El efecto acumulativa de estos nuevas cursos mis amplios sobre las técnicas de campo seri discutida con mis detalle mis adclante. Pueste que la antropologia aplicada y de accidin se centran cn un Problema, podrian parccer idéneas Para cl uso acrecentado de con- troles y experimentos. Esto es irénico en un sentido, pucs un cargo fomtin contra la antropologia aplicada ha sido el de que era «acien- tificas. Al trabajar para funcionarios del gobierno la pregunta <;Cudn- fts?s se convierte en especialmente pertinente, ¢Cudntas familias Poscen tierra, cuiintas han adoptado Ios nuevos usos, cudntos nece- ‘Sitan de cuidados médicos? La antropologia aplicada necesita de la fuantificacién de wna forma literal. fon unas cuantas madres y de hacer unas obserraciones casuales » no contro ns en la comunidad, Probablemente al SMEropdlego 00 s¢ Je ocurre, o fe parece Wiportante, buscar y observar a todos los nifios amamantadas durante el pertodc: Wh due sc esti haciende el estudio y determinar las edndes exactas, Asi, al deno- Wincor @ ta paete cultural fa moda, Linton Presta dignidad cstad/stica a fa gue Ta meoyoria de los casos no es mids que fa conjetura det antropoiose. Cumndo Miton explica que ‘Ia totslidad de Ja constrwecién cultural se establece com- Touhds todas Jas pautas culturales tedricas que en esta forma se han desacro. Wo" to que dice es que stmamas nuestres conjeturas y llefamos a una conje- A total, cto €s, Ia totalidad de In constraccién cultural, Que = veces Jas conje- Hiras de los antropdlogos son lucidisimas, debe contarse siempre como un merita 4 tn tribute af componente artistics en Ins cléicias sockales. ¥ tal vez esto: do que deberia ser, Has limiticiones en lis derivaciones antropoldgicax de las pautas culturales AGlcmiticas o tolales son claramente reconncidis por Kroeber, quien parece eptit estas imitaciones come parte del estado natural de los cosas, il. Ne femediable con un ndtners mayor de informadares o eon técnicas de Mbo tejordns, Exeribe; “En In proporcidn en que ia expresidn de una pauta ubstracta, resulta drida y falta de vida; en ta fal mugnitud ticnde a ser Perciit en que permancce ligaca a hechos concretos carece de generaliencién. vex las generalizaciones mids vivas ¥ efectivas han sido hechas por franca Hiinion desplegadi sobre wn rico cuerpo de conocimientos y pu ih hiibsiles” (1948, >. 317), 7 HL estudio mas intensive que resulta de In espotkilizacidn cotduce natu- un om conccimienta de in ga “ariaciones, Seria posible cuestion ce que: hast é punte Ia ide: la homogeneidad cultural li Hamadas sochednele in dle Ea falta de pericia en stin em fun diferente: trapilogo. 101 Te Cualquiera que haya leldo Los articules sobre métodos y técnicas de campo cn Human Organization (e, incidentalmente, esta revista publicada por la Society for Applied Anthropology es Ja iinica revista de antropologia que en los Estados Unidos dedica regularmente una seccion a métodes) no pucde dejar de notar el percep! fuerzo por alcanzar objetividad. En verdad, es en esta revista donde encontramos sugerencias para una. desviacian radical de las técnicas etnograficas tradicionales, No contentos con la mera incorporacion de cuantificacién y controles adicionales dentro del viejo marco de los metodos de observacidn, se sugiere que cl proceso misma de observa: cidn se erija sobre una base estrictamente operactonal: Por todo ¢] campo (estas) corrientes de intuicién som todavia fuertes hoy dia, incluso cuande estan guardadas o escondidas de Ja vista superficial por impomente etlificios de ingenlosidad esta- distica, que son posibles, aunque no validos, gracias al procedi- miento de asignar un maimero & Ins mismas Intuiclones, Gran parte de Ia encrgia que hubiera podide dedicarse con provecho a mejorar le calidad de las observaciones, de acuerdo con proce: dimientos usados en las ciencias hiolégieas y en quimica y Fisica, ha sido dirigida Jas minutas disecctones taxondmicas de: in- tuiciones verbalizadas, susceptibles de ser cuantificadas# El fin es el grado maximo de objetividad en la observacién y amota- cién de datos. En Ja ausencia de films sonoros, considerados como cl instrumento ideal, ¢] investigador de campo debe de obtener la precisién de la camara: El fin de una entrevista Mevada a cabo adecuadamente, &s asegurar que el material ‘obtenido sea similar al que se obtendria si el que conduce la entrevista hubiera podido seguir a su sujcto con un cuaderno, anotande todo io que hace y dice con la mayor precision posible® Se hace pran hineapié sobre los problemas de semantica ¥ Ja elimi- nacién de toda deckiracién intuitiva y subjetiva y de todo juicio inter- pretativa. Las afirmaciones dceben de estar sbasadas en pruebas culturales y fisicagy. Asi: «La pertenencia a un grupo o 4 una OcUpi cin debe afirmarse en términos precisos: “Iba vestido come un black foot", no “Es un blackfoot"®." En la base de su meétode operacional hay la aconciencia de que cualquier secuencia dada de comportamiento, puede ser fragmentada en una multitud de descripciones y diferenciaciones.» ! El «tiempo cuando» y «el lugar donde», asi como el quién, que y como, en las relaciones entre persorias, debe anotarse con precision detallada. «Ouc- A observacicit remos saber si la situacion en Particular que esta en i. Hesnen Organization, X, Mo, 3 (otto, 1951}, a avera, 1950), 2 empez6 a Jas 3:05 de la tarde, del 26 de m: me ii arzo, ¥ ha dur pes 2 ce te. feide; y si las dos personas que ten cas tae evel wer enon y no volvieron a ser observadas hasta tre: a con : e] 29 de MmzO, & Jas 7:00 de la tardes,” a eS = apes ae ibre de toda valorizaciéns, atomistico, se ae n cala anotacion cobjetiva y griifica. Ast pues los inve: paaiorts se e campo han utilizado todo tipo de proyeccién, en ae pes ‘de eas de manchas, las carias de flujos, las hojas de peut ve ie panonaUns de contacto, las entrevistas ampliadas, y la pesincion e movimientos (como de danzas, expresiones faciales, ges: Pee estas tecnicos al parecer han sido de utilidad en los casos de ems Seancectnp de estrecha definicidn, come podria ser el del ae cep a rica de calzado_ E] que sean practicalsles y titiles ee Les mas grandes, como en el caso de las comu- itis a dieesiéal que sige’ cee ae Sigue vamos a considerar, cn primer Tugar, los Ape nee aie campo; ¥ en sepundo, las experimentos en Merieatiac. npo separaciin entre controles ¥ experimentos ect tee ee ae eee oe ee at i i Fr, Bajo «Controless tr: ee eres peionalss, del trabajo ue campo Tie ee i ee le campo (cuantificacién, Muestreo, etc.), panes Be at ae se ajo «Experimentos» consideraremos los pro: estigacién, los problemas de investigacién y los feanaink CoNTROLES Para los fines de este articulo, el térmi : A no «contral ini ee einen para poder incluir cualquier Lae oa | aS een ee de las probabilidades de error en la a pao ea © interpretacidn de los datos de campo. Dife- aaa uke lo tanto, pueden ofrecer diferentes grados de con- : eccin : ido, se puede tener control sin el grupo controlado iento de laboratoric. En breve, cualquier cosa que aumente is posibilidades de ; Z obi © obietiv Bea conc datos mas objetivas, can sentido y de ecuacidn personat Puesta que la mayorla de trabajos de campo es efectuada por un liv i ‘ i tuo solo, Ia py ra cucstion que hay que tener en cuenta es la el Control de lx ecuacién per: ire E a ersonal, Micke! 4 al bu ién de un modo ae ae de ae 1 ihkt, 1X, No. 4 (invicrno, 1950), 30, 103 En les casos en que el ser humano ¢s el nico instrumento dé observacion, la ecuacién personal del obscrvador lo impregna todo necesariamente: y cuando, por anadidura, los datos obser- vados son dates humanos, es muy facil que Ia personalidad del ubservador anule las mejores intenctones de objetividid. En la interpretacién Final de los datos, un seso de este tipo cs probable. mente inevitable, Es posible argiiir que, en la medida en que se mantenga la distincién entre las afirmaciones interpretativas y las deseriplivas, mo es perjudicial; al contrario, Jus puntos de vista personales ¥ las diversas filosofias que los diferentes estudiosos de In sociedad aporten a su material enriquecenin Ia ciencia del hombre. Sin embargo, en cuanto que tam es cierto que inclu so Ja observacion de hechos implica omisidn, seleccién, énfasis, decir que desde el comienzo existe uma incvitable interpreta. la personalidad del observador no puede disfrutar de tal Uno de los primeros pasos en el desarrollo de un cierto control sobre la ecuacién personal es el entrenamicnto de los estudiantes. Suponemos que al familiarizar al estudiante con la historia de la dis- ciplina, con los principios del método cientifica, con el amplia cone cimiento comparativo de las culturas de todo el mundo, y con un eonocimiento de los errores que ya se han cometido en el pasada, reducimos automiticamente la probabilidad de error, Ademiis, se ha sefialade que para alcanzar un grado elevado de objetividad, el estudiante debe de conacerse bien personalmente, tener conciencia de sus prejuicios, de sus sistemas de valor, de sus debil dades, y de sus fuerzas (Lombard, 1950).4 Cabe presumir que cl conocimiento de uno mismo es algo que se desarrolla en nosotros al aleanzar la madurez. Sin embargo, en algunos circulos se ha reco mendado que los trabajadores de campo se psicoanalicen antes: de ir al campo, asumiendo que esto resultaria en un mayor conocimienta de si mismo. Unos cuantos antropdélogos han sido psicoanalizados con esta idea (y algunos tal vez por otras razones), ¥ a mi algunos antro- poélogos, por lo menos dos, me han dicho que a su parecer sus traba- jos de campo hablan mejorada mucho desde entonces. Pero éste es uno de estos controles incantrolades en los que es muy dificil me o evaluar el supucsto mejoramiento. Tal vez el argumento en favor del psicoandlisis tendria mas peso si se publicaran los andlisis, de modo que pudiéramos leer los anglisis y la monoprafia a la par Tas sugerencias de Nadel sobre como solucionar el problema del factor subjetivo son pertinentes. Escribe (1951, p. 49): subjctividad es inevitable, por lo menos puede hacerse _ el razonamiento sobre el que sé basa la observaciin y Ia 13, MM cin social no existen, Tod Jes han sitio el ues EN Mitr Cs mI 5 cle ul ae peor dene ser formulado con claridad, sus Premises deben 2 ees en oom exactitud, y sus operaciones deben de gar see oe Paso... miésgo mayor de manejar mal los pro. Hee Ge eee Paes a los diferentes puntos de i | Hlosotias, ni tal vex en [a dive Petsonalidados de Tos hombres de ciencia, sino que eee = €n Ja afirmacién inexplicita de los supuestos y de | aie ae ¥ de les conceptos Expediciones de cHpO eh Erupo nea ae aut hablado del trabajador de campo solo, No obs- we eae ida a onl de control en el trabajo de campo puede ee aes i menos tedricamente, cuando la expediciin de are ae 2 pl ee par mas de uns persona. Estos tipos de expedi- i eee i iceds ‘al rapa compuesto de marido y esposa, Histas de muchas aacipie:, Ce a Rs ine ce trabajo de campo compuesto por marido ¥ esposa ieee te ea tiente, A menudo se han sefialado las ventajas peer z 05 squipds Para establecer contacto cn el campo Boe Se uae ra el peligro de obtener sélo un punto de iene bre 4 cultura. Con menos frecuencia se ha sefialado ee uno es una manera de comprobar si la informacién es eee ee que maridos y esposas a veces nos han dado inter- iterentes, €3 cn si una contribucién a la metodologia, See aalidag. de base cultural, sistemas de valores, en- a aided de sus relaciones interpersonales durante ee ess epee reaieat tiende a preparar a sus estu ree 2 onl eater nae Es, naturalmente, diffell evaluar el Mee oe ents Rotsnelal en cuanto a si funclonamienta en Hee at I lepen, le en gin parte de como se ha organizado Meee te inne, parece obvio que el elemento de control de ‘ ies & ampea aumentaria considerablemente si la inves. a aie - pais cla conscientemente en torno a este Punto. ci nes impe compuesta por antrapélogos profesio- Serounidad pod ri, ade ore ate a Sues z para comprobar cl papel pes ican esteen Mead {14 tora Meinl ext as diferenciag de 5} -y Fortine (1938), limo punto. hterpretacién del tempe- 105 jugado por los antecedentes culturales de los antropélogos, Seria inte- Tesante saber qué informes obtendrlamos sobre los hopi de una expe- dicién de campo que estuviera campuesta por antropdélogos norteame- Heanos, ingleses, mejicanos, rusos, chings y panamefios, En México, algunos antropdlogos americanos (Beals, Foster, Lewis, Redfield, Tax) han organizade expediciones de campo cn Jas que participaron estu- diantes de diversos paises de Latinoamérica, Sin embargo, el hecho de que la direceion haya sido notteamericana y la naturaleza de las rela- ciones entre maestro y diseipulo, han reducido el elemento de control. Equipos de iny n compuestos por especialistas pravenien- tes de mag de una disciplina, ofrecen tambien cierta medida de con- trol de la ecuacién personal, ya que cath, expec: ta aporta al proble- ma un punto de vi Suna tradicion diferente, y técnicas dife- rentes; 6h teoria, un sistema de comprobaciones cruza- das contra los prejuicios. En qué grado opera como control es cil de decir, y depende de nuevo del modo en que estén organizadas el equipo de investigacién y el problema de la investigacién. Existen numerosos ejemplos de investigacién de grupo, en la que han participade antropologos, En el Bureau of Agricelivral Eoono- mics, antropdélogos, socidlogos, y psicdélogos, bajo Ja direccion del Dr. Carl C. Taylor, han trabajado juntos tanto co las fases de plani- ficacién como de trabajo de campo, para el estudio de una muestra de 71 condados de los Estados Unidos.* El objetivo declarado del enfoque de este equipo era combinar cl énfasis de los antropologes sobre el andlisis intensive y cualitativo, con la utilizacién por los socié- logos rurales en la cuantificacion de datos basados sobre todo cn cuestionarios y encucstas. Hay que sefalar que los procedimientos de establecer mucstras que se han usado en este disefio de investigacidn, con el fin de seleccionar los condados tipices de Ins tipos principales de las regiones de labrantio y cultivo de los estados rurales, son muy aptos ¥ pueden muy bien servir de modelo para estudios futuros, El estudio comparative de los valores en cinco culturas levado a cabo por Harvard (ver Kluckhehn, 1951a), y los anteriores estudios sobre Jos navahos hechos bajo la direceién de Kluckhohn, emplearon muchas personas de diselplinas diferentes y provenientes de institue ciones diferentes. Una de log aspectas metodologicos mis significati- vos de estos proyectos €s que son estudios longitudinales que implican trabajar en las mismas comunidades durante muchos afios. Nunca se insistira demasiada sobre el valor de volver una y otra vex a Jas mis- mas comunidades en cuanto a Ja cuestion de los controles. El Indian Education Research Project, # cargo del Committe or Human Development de la Universidad de Chicago junto con el United 16. El que quitra ver unos cuantos: ejemplos de lo que sc hha publicado como qeuliado de este proyecto, véase Miner (1943) y Lowis (148), Para una discu: sién sobre un ante dia interdisciplinario de comunidades fur Steward (1950), investigucion multidiscipt al estudio de «: Tn: Proyecto del Vi Research otros ejemplos d linal sobre de Vind, Pi LO pousies Sure of Indian Affairs se inicié en 1941 y ha utilizado Ia coo- erae nm de antropélagos, socidlogos, psicdlogos, psiquiatras, docto- em medicina, gedgrafos y otros. El proyecto ha sido bastante pro- pone 1946, 1947; Joseph, Spicer y Chesk Fortes trabajd en colaboracién con un economista zl Pe febre jos ashanti; Foster trabaja con un Bee nee aa eas aspectas del proyecto sobre los tarasca; Lewis eee) orn cle = medieina, agranomos, vy un psicdlaga en el en epoztlin. Pueden citarsé otros ejemplos interesantes de an glen nm multidisciplinaria actualmente en curso, En la Univer- pine SE ae SRICIEHDS 2 aniropélogos cstin coope- ast lescubrir qué recursos social adapta- me ral tipicas permiten a las personas funcionar aes pal ue inf uae de tensiones sociales y conflictos culturales. Bl estu- fe Re ee aauenone alee) smmeg por Charlotte aC , Incluye estudio =o de psicologia, sociologia y antropologia. La Cottambia ae me in Contemporary Cultures, bajo la direccién de Margaret Mead incluye antropdlogos, Psicdlogos clinicos, psicoanalista historiado- Fea ooecialistas en clencias politicas, sacidlogos, lingiiis! as, eee — Bea ¥ arte, y cspecialistas en estudios regionales. El ee ze i gan Center for Japanese Stndies, que estudia el cam- Ee en la regién maritiona interior del Japon, incluye repre- peates de geografia, ciencia politica y antropologia. rs rae de €stos proyectos de grupo en cuanto al prada de oe. ae ee Genel oy el hecho de que son proyectos multidiscipli- | al lisciplinarios, esta mas alld del alcance de este articu- “dill Resi eas pie eeer ins se le preste atencidn.? Tal como Cau mo ees eres, aa p. 12) advierte en un articulo reciente Baca SES #5 a8 produciendo una con- v sl mismas las reuniones Reais cos ee eae el producto con Renee es 1 a version diluida de uno de los componentes.s = eee ricno periliene de trabajar en un poanene ane ee pss eee ae sere técnica y las formulaciones tedricas basicas Bee ae ae ¥ funcionandse cn un ambiente de relaciones Ree ae See ia oe escollos sefalados som: las : nes: 5 ajo denominador comin de Ins ee se somparten, el que los representantes de cada eae ce n obligados a hacer el papel de experins, el progresiva Kervadurisme de los participantes a medida que se desafian sus iciones, y las diferentes p janes slit 5 ti nites Sy sic e sla ae de tus de los participantes , 1949; Thompson, 1950, wi una breve evalua 1 del proyecto Tarasco véase Steward (1950, 1o7 ductive (Thompson y Joseph, 1944; Macgregor, 1945; Leighton y Kluck- . LAS TECNICAS DE CAMPO ¥ EL PRODLEMA DEL CONTROL Log merecidamente famosos procedimientos del trabajo de campo antropoldgico tales como la observacion, la participacin, cl uso de informadores, la obtencién de censos, la proyeccion, los registros de genealogias, los estudius de casos, las autobiografias, ete., ofrecen todos un cierto grado de control en Is obgervacion de datos. La rela- tiva escasez de innovaciones en las técnicas de investigacién de campo durante los ultimos veinte afios es sorprendente. Desde 1930 sdlo han aparecido siete articulos en la American Anthropologist que traten directamente de métodas de campo, y de ellos cuatro trataban sobre rendizaje de las lenguas nativas. : ‘Tal Vez tas jnnovaciones mas importantes durante los pasados yeinte anos han sido Ja mayor atencidn dedicada al muestreo, el uso cada vez mayor de inventarios y cuestionarios, el uso de mas informa- dores con el fin de cubrir las agrupaciones sociocconémicas, de status y de edad, la especializacién de la investigacian (ahora tenemos tomos enteros sobre economia, organizacién social, magia y otros aspectos de la cultura que antes se hubjeran tratado en una sola ts nografia), el uso intensive de fotografias, la grabacién de entrevistas, y los estudios sobre familias. Ya comentaremos algunas de cstas CONES. ee aasee cantidad de cuantificacién en el trabajo de campo etnc- grafico ge encuentra en el estudio de la economia, Esto es apc mente evidente en el andlisis de las pautas de trabajo. Es tal vez pertinente mencionar algunos ejemplos sucltos. Titiey (1944, p. 196) registré Ios horarios de trabajo diario de cinco hombres hopi, cubrien- do un periodo de tres meses; el tiempo que se dedicaba al ea registrado por Foster (1948, pp. 153-56) en Tzintzuntzan, por Redlicl y Villa (1934, p, 80) en Chan Kom, y por Lewis (1951, pp. 145-46) en Jos andlisis de la agricultura de azada y de arado en Tepoatlan. Lewis (1951, pp. 62-72) publico ademas una descripeién sinerénica de las actividades de cada uno de los miembros de una casa tepozteca du- rante un periodo de cuatro dias, El nimero de seupaciones ¥ el] nu- mero de personas que sc dedican a cada una de cllas, han sida ara dos por varios antropélogos. El libro de Firth, Malay Deseret (1946), incluye unm extenso uso de cuantifi udio sobre Ja cantidad de tierra en curso de ser cultivada y la medida de su ren- dimiento, asi como estudios sabre presupucstos ¥ dietas, a sido pu blicados por un cierto nimera de trabajadores de campo: . . En Teporthin (Lewis, 195la, pp. 173-78) se ided una escola para medir la distribucién de riquezas. Se asignaron puntos valorativos alas diferentes formas de riqueza, y una encuesta sobre las posesiones fed y Villa (196, ‘estudios sobre dimienios véase Redf p. 53), Wagley y Gi dictas y mresunuesios ver pectos de i vi vox sobre much: t : ficulosc, sugestivo par su ® ON iimente L218 de cada jefe de familia oO posible puntuar a todas las familias de Ja aldea. El estudio reveld que Ia escala de distribucién de riquezas era mucho mayor de jo que se habia supuesto en una aldea como aquélla, relativamente homogénea. Cuantificade de tal manera, cl sta- tus econdmicg real de cada familia aparecia en correlacion con otros fendmenos econdmicos y culturales. La aplicacidn de escalas simi- dares en otras sociedades, haria tal yez mids factible las comparaciones entre culturas, Los ejemplos de cuantificacién en los estudios de organizacién so- cial son mucho menos frecuentes en la literatura etnogrifica. El estiu- dio que hizo Kluckhohn en 1938 sobre Ja escola de variacion en la par- ticipacién ceremonial marcé un hito. Segin mis conocimientos, cl ejemplo de Kluckhohn no fue apenas seguida por nadic. En general, han habide muy pocos, si es que ha habldo alguna, estudios sociome- ticos de participacién social entre los pueblos prealfabetos, Algunos ejemplos de estudios cuantitativos, bastante detallados, sobre determinados aspectos de organizacion social, son el estudio efectuado por Tithey (1944) sobre los Ole! Orarbi, el estudio de Fortes (1949) sobre Ja composicién del parentesco en los hogares de una comunidad ashanti, cl estudio de Lewis {195la, pp. 77-78) sobre la resi- dencia y los matrimonios entre barrios en Tepostlin. Los estudios sobre cultura y personalidad han formentade el use de controles, principalmente én su forma de tests, como el test de Rorschach, el T.AT., el juego con mufiecas, etc, No cs neceso cutir en detalle ahora estos tests, pues prabablemente halal ellos en Ia conferencia de fondo sobre «Las Técnicas Ps No obstante, hay que seflalar que a la vez que la aplicacion de mentos similares constituye un elemento de control mismos psicdlogos estan expresando una preacupa Ta validez de algunos de estos instrumentos, incluso al usarse en muestra propia sociedad. Ante esto, se debe mostrar cierta cautela hacia los estudios antropalégicns de campo que se han basado en fran medida en el test de Rorschach, u aires similares, para obtener fina deseripcidn de la personalidad. (Thurstone, 1948; Cronbach, 1949; Becrcr, 1950; McFarlane y Tuddenham, 1951; Palmer, 1951; Rabin, 5}. En Ja mayoria de monografias etnogralicas, Jas secclones que se Geupan de los ciclos de la vida son todavia muy flojas, especialmente @n cuanto a observaciones sistematicas 0 controladas, a datos cuanti- Vativos y al uso de muestras. La mavorla de las secciones que iratan de ciclos vitales todayia dan Ia impresiém de que se han reconstruido He las comm iones de un o muy pocos informadore sto es una a por dos razones, porque en los estudios sobre cultura y persona- Tidad tos detalles y ta litudl pueden ser cruciales. Si, por ejemplo, Se nos informa que los recién nacides de una tribu determinada son PAvueltos en yp les y de ahi pasamos a sugerir que hay una relacion phtre el enta : 5 ¥ su farmacién de caracter, como algunos green, seria conven P por la menas 1} a cudntos ninos no se les enfaja en ticas ¥ ereencias en 109 torno a les paftales; 3) la extension del periodo en que se tienen a los nifios en pafiales, es decir, a cudntos ninos se les tuvieron enfajadas dos meses, cuatro meses, ctc; y 4) finalmente, comparaciones entre dos grupos de nifios de la misma sociedad que han sido objeto de grados y tipos diferentes de In prictica de enfajar en pafiales. Solo de este modo es posible comprobar la hipdtesis sobre los efectos de los pafiales. Dicha de otra mancra, en algunos problemas el dato cru- cial es la extension y no el modo. Naturalmente, han habido excepciones, pero las excepciones han sido generalmente estudios especiales sobre algun problema o fase del ciclo vital, mis que una parte de la descripcidn completa de un ciclo vital. El estudio que Kluckholn hizo sobre «Some Aspects of Na- vaho Infancy and Early Childhood» (1947) es de senalar por el relative control de sus observaciones, que el énfysis sobre la cxtensidn de Jas préeticas en amaestrar a los nifios y por el uso de algunos proce- dimientos de mucstreo. Otro ejemplo de un culdado estudio sobre el ciclo vital es el de Henry (1944) sobre los nifies pilaga, en el que fueron estudia- dos todos los nities de In comunidad y en el que se registraron obser- vaciones sistemiaticas y directas. Otro ejemplo es el de The Hopi Child dc Wayne Dennis (1940). La deseripcidn dle las relaciones interpersonales es otra drea poco desarrollada en cuanto a cuantificacton y a observaciGn controlada. Muchos antropdélogos estan todavia intentande aislar identificar las yarlables significativas en cste carripo, ¥ todavia no estan en disposi- cién de poder medirlas, Ademas, algunas variables parecen ser menos sumisas a la cuantificacién que otras. Tudavia no hemos podido obte- ner mecidas precisas de la hostilidad, la agresividad, la dominacion, la sumisidn, etc..., en nuestra propia sociedad, Cudnto mas dificil debe ser sacar medidas para estas variables con fines interculiurales! Ademas, en tal caso, alguien dirla que la cantidad de agresividad o de dominacidén no tiene, ni con mucho, la importancla que poses su cua- lidad y el contexto en que ovurre. r Actualmente la mayoria de antrapdlogos reconecen la utilidad de lo fotografia como método para registrar y describir objetivamenle los datos de campo, pero su uso es limitado ¢ irregular. La mayoria de Jos antropéloges todavia Ia usan a la manera anticuada, para ilustrar tipos fisicos, paisajes y cultura material. Una innovacion importante ha sido el estudio fotogréfiea hecho por Bateson y Mead sobre Balinese Cha- yacter (1942); (ver también Mead y Mcgregar, 1951), © lo que podria jlamarse el métado «Leicas para el estudio de la personalidad. Es sin duda el uso mis completo hecho hasta la actualidad del mittodo fato- prafico. Su contribucion metodoldgica més importante son los datos eobjetivoss, especialmente bicnvenides en Jas deseripciones de fens- menos psicoldgicos, dada Ia falta de un vor bulario c. op ciso, Ejemplos recientes y excelentes de las posibilidades elnapra- ficas de Ia buena fotografia son el cstudio de los peguehe heche por Collier y Buitrén (149) y Navaho Means People por McCombe, Vogt y Kluckhohn (1951). 110 : La grabacion de la musica en cl trabajo de campo tiene una large Nistoria y ahora mo nos concierne. Mas recientemente han habido nls ae eae de entrevistas y de grabacidn en directo de Hupraiias. Puedo hablar por e; eI] si 7 eee Por experiencia personal de los pros y los __Es dificil generalizar sobre el efecto del magnetofon en la situa- cién de la entrevista. Algunos informadores estan Thuy eohibidos ante el aparato incluso después de haber establecido un contacto excelente. En otros casos, los informadores reaccionan positivamente y el hecho peeeet nagnetoten. ue esta paren parece estimularles y relajarles. os casos, la presenci: si efecto sobre Ja See aa Se La ventaja mis obvia de grabar entrevistas es Ia documentacién precisa y de Ja palabra por palabra que pucde ser reproducida a vo- luntad para analizarla. Ademds Ja entrevista prabada sirve para con- trolar el rol del antropéloge. Un estudio comparativo de las prabacio= nes hechas por una serie de antropdlogos nos permitiria tal vez esta- blecer un criterio de Io que es una buena entrevista, Otra ventaja de tener prabadas las entrevistas es Ia proporcionada para la prepara- Gen de cstudiantes. Es casi el equivalente de tracer el informador a clase. La utilidad de las prabaciones de palabra por palabra para el lingitista salia a la vista. El material que yo mismo grabé, cs ahora Usado por cl Departamento de Espafiol de la Universidad ida Tllinois para el estudio del espafiol rural de México, ‘ Las des ntajas son: el coste elevado de pesar por escrito los da- tos y Jas inevitables dificultades mecdnicas, especialmente cuando se trata ja, en aldeas sin electricidad, donde uno depende de las baterias. A mi parecer, una altcrnatiya mis prictica (y a veces mas agradable) es tener un buen taquigrafe en calidad de asistente, 5 He oido especular a antropélogos sobre Ja posibilidad de colocar Scoretamente aparatos de grabacién, pero no puedo sducir ningwin ejemplo de ello, si es que se ha efectuado. Similarmente, que yo sepa, fo se adopta el use de tabiques transparentes por um solo lada ee ¢] trabajo de campo antropoldgico, CONTROLES ¥ FXPERIMENTOS EN EL, DISENO DE UNA INVESTIGACIGN Y PROBLEM AS DE INVESTIGACION El métode comparative es lo que mas se acerca en antropologia tultural al experimento. Es sipnificativa que Nadel, en su libro re- Plente (1951), titulara | pitulos que tratan del método comparativo *Antropologia Experimental." El experimento ha side definido por Parsons (1937, BP. 743) como

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