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seuonin: | Mér000 0 PUNTO DE VISTA La semiética ha dado origen a una variedad de mé& todos. No hay duda de que esta variedad, ya considera ble, esta destinada a aumentar bajo la ingenuidad de la creciente banda de trabajadores semisticos. Pero la cuestin es si la semidtica como totalidad consiste en, 0 puede ser identiicada con, tales métodos. a cuestién es si, al volverse sobre sf misma, la semidtica continuard a obtesién de la filosoa moderna por el mé- todo o establecerd su marco teéico con suficienteriqueza y flexibilidad como para acomodarse a s{ misma al rango Completa de los fenémenos de la significacién. En otras palabras, ;desarollard la semistica la completa variedad y flexibilidad de métodos que un eventual entendimiento de estos fenémenos evocarst ‘Un método, después de todo, implementa algin aspecto 0 aspectos de un punto de vista; por cierto, la Jmplementacinsistematica de algo sugerida por un punto de vista es pricticamente en lo que consiste un método. Pero un punto de vista que puede ser completamente im- jlementado por un Unico método seria, con todo, un pun- {ode vista muy estrecho. Cuanto mis rico es un punto de Vista més diversos son los métodos que se necesitan para 3 explotar las posbilidades de entender que estén latentes, en él sta distincién entre método y punto de vista, por {o tanto, es realmente importante. Es como la distincion dentro de la lgica entre extensién y comprensién: sin la hima, fa primera no seria posible. a filosofia modema se caracterz6 por la bisqueda de un método. Descartes buscé un método introspective (que puciese arojarcerteza a los fundamentos de las cien- cias. Leibniz buscé un método calculativo para resolver todos los problemas de la filosofa, paticularmente aque Hlos que tenfan una conexién con disputas religiosas teolégicas. Spinaza aspiré a. un métado geométrico apli- ‘cable a la discusi6n ética. Newton procuré un método matematico para interpretar los detalles de la naturaleza Y asi sucesivamente, Yo llegué a pensar, en mi propio estudio de la filo: sofia, que la busqueda de un métado fue en cierto sentido, la falla de la filosofia modema, Tan absorbidos estuvieron los modemos en la busqueda del verdadero método que pasaron por alto, al asumira, la perspectiva comin a to- dos ellos que para empezar guié su busqueda y, al mismo tiempo, la hizo fut. EI hilo que unifcé a los lbsofos ™modernos fue para mi el hecho de que cada uno de ellos ‘comenz6 con la suposicién de que nuestra ideas se re- Dresentan a sf mismas.’ Estos filésofs terminaron ineapa- ces de explicar y absolutamente fustrados por como po- ‘driamos conocer algo fuera de nuestas propias ideas, * fs decir, en nvesos tins, que nuestas ideas son en primer lugar cbs en vez de sgos. Como esa spatrtementeInecente seposicidn genera conto con, impact soe, ftpeblidades del entender seitcodolasconcepcones la experiencia e algo ‘0 veremes cn cet exten ene eaptle5 desde el momento que las ideas asf construidas son pro- pias de cada uno, es decir ideas privadas la situacién creada por esta presuposicion fve sis: tematizada por Immanuel Kant, especialmente en su Crit ‘ot de fa Razén Pura (1781, 1787) pero también en el con- junto completo de las Criticas. Lo que Kant hizo fue sis tematizar el acento mademo en tal modo que, mientras «que la comunicacisn como un verdadero intercambio de. [pensamientos es absolutamente imposible dentro del sis- tema kantiano, la aparicién de la comunicacién puede ser sostenida por él hecho de que los mecanismos a priori de hhuesto sentido y entendimiento son especie-especiticos y ‘como tales los mismos en cada uno de nosotros. Asi, pue- tle parecer que nos estamos comunicando aunque en eea- Tidad ol hecho de que acura la aparicién de la comunica- ida es imposible. 'Y esto no es diferente de la situacién hipotetizada por Leibniz quien explieé la comunicacién, en cima ins- tancia, através del circuito de las ménadas individuales con la Ménada divina, el gran satélite de comunicaciones fen el cielo que hacia corresponder mis representaciones con las de ustedes, y asi para cada una de las demds cra tras que forman y proyecian sus propias representaciones privadas. ‘Ahora bien, en contraste con todo esto, yo digo que la semitica provee no ante todo un método sino un punto de vista. Desde este punto de vista resulta claro que las ideas no son autorrepresentaciones sino signos de lo que es objetivamente diferente de y superior ala idea en su existencia como una representacién privada. La semi6- tica‘es una perspectiva o un punto de vista que surge de lun reconocimiento explicto de lo que cada método de ppensamienco 0 cada método de investigacién presupone, 35 La semiética surge del intento de tematizar esta base que 5 comiin a todos los métodos y los sustenta de manera transparente en todo aspecto hasta el punto en que ellos son medios genuinos por los cuales la investigacion avan. 2a, La semiética entonces, o el punto de vista semistico, descansa sobre la veriticacién de una tinica forma de act vidad en la naturaleza, tal como veremos con cierto deta: He en fos préximos capiulos,y para la cual, como hemos Visto, Charles Sanders Peirce acu el término semiosis. Esta actividad, la acci6n de los signos, est de he- ‘cho presupuesta en la misma idea de método. Es decir, los Signos son requeridos no solamente por cualquier método dado en filosoia 0 en las ciencias naturales 0 humanas. sino por la misma posbildad de que exista tl cosa como ‘método 0 investigacién de cualquier clase. La semiosis es tun proceso de revelacién, y cada proceso de revelacién involucra en su propia naturaleza la posibilidad de enga. fo 0 traicién. Cada método revela algo (alguna verdad acerca del mundo, algin aspecto del mundo 0 algtin ‘campo de investigacin)y, en la medida que revela, es un 'método semistico, con lo cual simplemente quiero deci. ‘que es, como toda modalidad “comunicativa, signo. dependiente, Inversamente, cualquier método deja de ser semid- tico solamente si, y en la medida en que, traiciona su ca- racter en cuanto método, al trata a los signos sobre los ‘que descansa como si fuesen meramente objetos. Ast te- nemos métodos estraalaros, por ejemplo, en la historia reciente de la filosoffa,tales'como el positivismo légico, on la asf llamada teoria de la verificacién del significado, puesta por delante como un medio para remover absurdos de Ia filosofia, mediante una doble ty doblemente arbitra. ria) estipulacin que enchufa la sigificacién de los dich 56 signos? en su verdad y ademas enchufa su verdad en la dimensién 0 aspecto senso-perceptible como tal de sus significados. As, solamente un dicisigno que designe sig- nificados accesibles alos sentidos podria ser verdadero, y solamente designaciones verdaderas de tales sigificados podifan tener validez. No bien este método fue anunciado, el mismo fue corectamente denunciado como una farsa, sobre las ba- ses patentes flagrantes de que la verificacién presupone significacén, por lo cual no puede ser entendida, tampo- co probada (verificada) ni desaprobada, Esta circularidad hizo al tan promocionado método de hecho insostenible desde el principio. Luego de mas de un cuatto de siglo de andarse por las ramas respecto del punto, encontramos a "grandes" de la era positivista como A. J. Ayer informén- donos que, después de todo, la teorla de la verificacién del significado debe ser algo modificada. Para verifcar ‘una propasicién, la proposicién debe ser primero enten- dlida. Pero si ella puede ser entendida independientemen- te de ser verificada, ella debe tener algin otro "significado" que aquel que depende directamente de la verficacién —algin significado, ciertamente, que hace pensable la verficacin y la hace posible en primer lugar. ° Dicsgnos 0 “proposcione’, s dec, ignos que al mismo tempo ‘representa y hacen una afi, posta © naa acerca de To ‘epresnado, en contate con repens, hema" "ino (elementos lingisicos sid, sem simple o comple, gue tp sentan sin afar rade acerca de fo vepesenado) a erslgns © rmumentos”Wormas linguists compleas que San razones ara aceplarorechazar algo afmado acerca de lo que els represent. Esta terminlega tomada de Peirce et expand y desroliads er forma completa en mi lo Loic within Semitic [Lea den de laSemiétes Indiana Universty Pras, or aparece. Mens tl, ios Deal 1990, especialmente, 1992 37 Esta objecién habia sido formulada ya en la primera se- ‘mana del debate, y apenas necesitaba del tardio recono- Cimiento de Ayer para prender. (Por cierto, lo que requie- reuna explicacion es lo tardio del reconocimiento, Asi la teoria de la verificacién, aunque exhibida ‘como un método para eliminar los asuntos meafisicos “absurdos" de la ciencia y de la filosoia misma, fue mis bien un método para reemplazar los problemas filosoficos Por compromisos ideoldgicos distrazados de ilosofia,Pa- ra resumir la teoria de la verificacién,en la medida en que involucré un método, hizo exactamente lo que cualquier 'método hace: implement una teoria y un punto de vista en este caso uno dogmitico e ideolégico, hostil a la tradicidn filosotica e incapaz de considerar sus propios fundamentos sin volverse_internamente inconsistente: Ciertamente una aproximacién lamentable, La radical in ‘compatbilidad de la ideologia detrés de! métedo con un punto de vista semiético fue ya un primer signa de esta antinomia en los momentos fundacionales de la teorfa de la veriticacién del significado. Lo mismo tendria que ha- ber sido dicho para la ast llamada "Teoria de las Descrip- cones’ dentro de la ldgica, de Bertrand Russell, 0 el asi lNamado "Conductismo" (luego de Watson, para quien, a diferencia del compafero de Sherlock Holmes, el cono- cimiento no contaba para nada) de B. F. Skinner: estos iéados" no implementaron meramente un punto de vista sino que exhibieron el punto de vista mismo bajo el disfraz de un método, objetivando por este medio el pro- eso signico sobre el cual descansaban de manera que hicieran aparecer, 0 al menos le permitieran a uno pre- tender que ningtin ofro punto de vista sobre los objetos Cconsiderados podria tener legitimidad, Yo distingo entonces, ante todo, un punto de vista ‘de un método, y quiero decir que la semiética, como el positivism légico 0 el conductsmo, es un punto de vista mas que un método. Pero, al mismo tiempo, a diferencia del posiivismo o del conductismo, la semiética en su fundacién doctrinaria no es un punto de vista ideol6gico que puede ser disfrazado como mézodo de invesigacién ‘mientras que en realidad cieralainvestigacién. ‘Mientras que podemos hacer la objecion de que, ‘en la prctica, la semistica nunca puede ser ideol6gica- mente libre, en tanto todo semistico como investigador humane sostiene alguna posturaideol6gica, permanece el punto de que cualquiera de tales posturas ideologicas, ‘cuain intrinseca sea al entendimiento de la "semistica” por parte de los semidticos, es, no obstante,extrinseca a la doctrina de los signos, la cual en si misma no prescribe luna ideologia determinada disirazada como método de investigacién, Mas bien, la semistica depende det mante nimento de un punto de vista el cual no s6lo es vansdlis- Ciplinario sino que también es, en un sentido basico, pre- supuesto de, y por lo tanto compatible con, cualquier mé. todo en la medida en que et método revela verdadera- mente algo acerca del mundo 0 de la naturaleza de la materia que investiga, incluyendo las ideologias artrioes- cleréticas confundidas con métodos. Es decir (desde el ‘momento en que aun los males métados revelan verdade- ramente), la compatbilidad de la semistica respecto de lo {que es adecuado para ella en cuanto a actualizarel rol del signo en cada método consis en su capacidad para reve- lar en el metodo lo que ef método oculta asf como lo que ‘el mismo descubre —es decit, la permanente diferencia fenize un método que implementa un punto de vista y el punto de vista mismo implementado. En este sentido, un 3 panto de via semitic es capaz de evelar cud ha Sido excuio deal, como sempre suede Cuando tuna postr ideogca es octada ufo el esas de un “metodo” Ser ideldpco y ser hsrcarmete condcionado, ba, ne nce oro to me Econiece en cada intent de nvesizacion,incluyend i Semitic. Lo primero sicede en la semica solamente Cuando, y toda ver qe, fa pespectvaadecuada parse Signo es negocada por gina ca cosa en sea del inveszador. Pero entonces ea negeciaion serve, lard inevtablemont ast misma de manera eet ee despleguepiblco de lor consecvnte sistema de 105 (or ejemplo, en In palabra o eset del Investig don, donde ea estar visible oes en la comunidad de invesgadresyexarésjeta la cca con la ape pind revision o echo, ‘si, aun el “métdo de veriicacén’, como el “métod de a lect, tno neces de alunos sg 1s para nega oes igo. Se etna aca no ls signos que us sno oe signs ave recast» sr ber ls signs que habia conduc el scrso més all de fos limites arivaramenteextpaadas yen Tes que se hubiese encbieramente condo para amar los Hes iets en prime iar Enionces 108 poemos dec que es el punto de vista semisticot 1Y emo ex que exe punto de visa, a diferencia de otros, no puede ser adecuadarent edi do, © canvertido en, une ieolgiat Para esponer or enadaente mess preguntas: Ente do vita semi Co es la perspective gue rea del conn Intent do ‘ivr reflxvamente con, Y seguir las Consecueets de tra simple conepcin: a toraidad de nesta experen « la, desde sus mas primitivos origenes en la sensacién hhasta sus mas refinados logros del entendimiento, es una red 0 trama de relaciones signicas. Este punto de vista no puede ser reducido a una ideologta sin perder lo que es propio de él por la azén de que sus limites son los de la raz6n misma en su actividad de interpretar dependiendo de las representaciones emparentadas de la percepcién y Ia sensacién. Desde el momento en que esta red, que cuando es traida ala luz através de la teflexién establece una pers pectiva navediosa, es ante todo una cuestion de experien- cia, en este libro nos atendremas estrctamente a los fun- ddamentos. Comenzaremos en el preciso punto donde la semiética, en su contraste con la semisis es decir, co- ‘mo una red temdticamente unifcada y orgénica de cono- Cimiento— se hace posible, a saber, en la experiencia re flexiva de los animales lingisticos. Veremos que el ori igen de la semidtica y el trazado de la linea entre los hu- ‘manos y otros animales son de una misma pieza, y que, al mismo tiempo, el origen de la semiética como la perspec- tiva apropiada a la experiencia por el mismo hecho ex tiende el conocimiento probable que la semidtica acartea ds allé de los limites bioldgicos de los animales espect- ficamente humanos para incluir todas aquellas modalida- ‘des comunicativas de las que depende el despliegsue y sustento de la competencia especificamente lingitstica Tales madalidades comunicativas comienzan con la obvia inclusién de las modalidades perceptuales y sensoriales ‘no cnicamente humanas y también incluyen en dltima instancia los entomos fisicos que sustentan éstas y otras ‘modalidades comunicativas mas alld de los limites de lo sensible de acuerdo a alguna herencia biol6gica determi- nada, 6 ; Las detalladas profongaciones de la sernistica a la totalidad del mundo vivient, y mas allé de él 3 la natura leza inorginica, no son cuestiones de la experiencia co- main (cenoscdpica’) sino més bien cuestiones que de- penden, una vez formuladas, de los disenos clentiicas ‘experimentales para su establecimiento. Como tales, ellas exceden el alcance de este libro, y se dejan para otros trabajos. Aqut intento solamente un bosquejo de los fun- ddamentos y marco teérico que hacen posible tales deta- lladas prolongaciones. Me parece, como también le pare- 6 a Peirce (1908: 8.343), “que uno de los primeros peldafios itil hacia una ciencia de la semeidtica [como 2 generalmente escrbia el término tomado de Locke), 0 la ciencia cenoscépica de los signos, debe ser la defin- Cién exacta, o el anilisis ldgico, de los conceptos de la Ciencia’. Después de todo, si os fundamentos estin bien boasados yfieremente aprehendids, sus prolongaciones y aplicaciones aparecersn inevitablemente en el vanscurso del tiempo. La perspectiva basica que estos capitulos apuntan a establecer, entonces, es la perspectiva propia del signo, dde acuerdo con la existencia y actividad que el mismo revela en la experiencia de cada uno de nosotros. Como virtual a toda experiencia, la real perspectiva en cuestién «2, por fo tanto verifcable analiticamente por cada lector. Por otra pare, ella estd enraizada ante todo en la expe- riencia comin, precisamente en cuanto esa experiencia se revela a si misma como una elaborada red construida alo largo del tiempo por la herencia bioldgica de las especies animales en cuanto tals (en nuestro caso, la especie ho- ‘mo sapiens) y por las experiencias individuales con las cuales, por encima de la herencia bil6gica, se traslucen la socilizacién y la inculturacién. Los fundamentos de Ia e emiética son una cuestin, en los términos que Peiece se apropiara de Bentham (1816; ver Peirce ¢.1902a: 1.242- 242), de desarrollo cenoscdpico més que ideoseépico, testo es, ellos conciemen al lego tanto como al especilis: 1a, yalos no especialistas ante todo Una metéfora favorita, que yo tomé de Sebeok (1975), y que creo que é| mismo tomé de Jakob von Uoxkiil" es la metifora para la experiencia como total dad como una telarafa semistica. Nosotros estamos fami- liarizados al menos un poco con las araftas y con el modo ‘como ellastejen sus telas y qué es lo que estas redes ha cen: atrapar selectivamente otros seres en el entomo para beneficiay sustento de Ia arafa (que es el por qué una, ideologta es la equivalencia semiética de reducir el Le- benswelt humano a las lineas preter-humanas de un ‘Umwelt? como veremos en el capitulo 5). Por supuesto, "Ast com ls aa sus los, cad suet we sus relciones con cies crates els coss que fo rodean, yas wena en una fe {rama que lea congo su exenca J. son Uexkll 1934 16h No hay tino simples en ors iiomas pura waduclr Ue, por ‘lose uli dreclament como en alan dima para el eval También resua un Temi’ nuevo. Invaducido por Jakob von {Ue 1 Umwelt serae niverofenomenic, la pre de medio !mblent que un organs slaciona a aves de os sens expec. feor qos posse y que constuye su mundo ptvado (Wd T) El UUnnelt es un mundo “pvado sin embargo, slo se ula epee ‘mente para especies no Indl pscolgcams; yhabando ‘de el como un "mundo fenomenico armen que tne euldad a ‘rar eta desrpcen en un tengo no Kanano, poraue les feréme- ‘or que constuyen el Umwelt son eines de una mezcl 6 rea ‘Cones dependents dela ment indepenienes de net. De 2a ‘gos fendmenos del Une inclnan aspects roumenicos de nfm Io cuss han sido abjetvadt por medio de Ta sensacén {a perenpetn fs an pursto a dips def comorensin, ago totimemte imposible en mines episemologicos Kenan, de he o cel esquema algunas veces dispara por la culata, tal como fen una oportunidad tuve ocasién de observar. Yo estaba fen el comedor del Stoneclife Hall mirando hacia afuera lun pequeto jardin con rocas pensando en estas cuestio- nes cuando una arafia vino a descender dentro de mi campo visual pendiente de un alargado hilo de seda que itentaba ser uno entre los varios ya telidos de una inci= piente red. Mientras el animal descendia, una repentina ‘rfaga de viento arrojé a la arania oblicuamente dentro de tuna red de hebras ya tejidas, de la cual la arafa fue inca- paz de salir, como me di cuenta por la eventual muerte de la araha en la red. De manera que esta cuestién de las redes no esté desprovista de un elemento de peligro. Existen muchas aproximaciones al punto de vista semidtico en la historia dela ciencia y de la flosofia, Uno de los modos mas ficiles de aproximarse a latotalidad del tema, por cierto, es trazarhistricamente estas aproxima- ciones y desarellos, como algunas veces he tatado de hhacer. Aqut deseo dejar cualquier observacién histérica ara un posterior, subsidiario punto en nuestro estudio {capitulo 7), con el objeto de explicardirectamente y con cierta exactitud qué es este punto de vista semistico y ‘cémo se desarrolla en una perspectiva que comprende la {otalidad de nuestro conocimiento, creencia y experiencia, de la realidad. ‘Una de las mas ricas y completas aproximaciones Ccontemporineas al punto de vista semitico es el mov ‘miento conocido hoy en dia como hermenéutica. Su siendo una vez ms del continente (tal como el raciona- ‘ho, en trminos modemoscsicos. De agu ue la mejor aucin ‘ Uel sala expresion"mndo objet unaexpesén ue he traado recentemente en un ico comple (ely 199), 6 lismo y la fenomenologta, que este movimiento extiende), este movimiento ha legado a desafiar dentro de la filoso- fia la dominacion del asi llamado andlisis linguistico 0 filosofla del lenguaje en nuestas Universidades. Importan- {te como es (y ceo que es muy importante), ain pertenece a lo que fue caracterizado en el capitulo 1 como la “tradiciénmenae" dentro de la semistica propiamente dicha. "La semidtica propiamente dicha" se identifica con el punto de vista que aqut se explica como comprendien- ‘do la toalidad prospectva de la experiencia y por lo tanto la "tradici6n mayor" de la historia intelectual en general y 1 desarrollo filosfico en particular a medida que nos ‘movemos mis allay lejos de las estériles oposiciones de “realism” versus “idealism” (tminos que caracterizan, entre ellos, las eras griega, latina y clisica de la historia filosotica, La wadicién mayor del desarollo semictico asi distnguida posee esta peculiaridad, como hemos visto: la misma incluye las tadiciones menores pero no a la inver- 1, Esta inclusion es verdadera para la hermonéutica en particular (aunque la hermenéutica debe poco 0 nada a de Saussure) La raz6n es que la hermenéutica tiende a austarse un aspecto, a un nivel o fase del proceso de interpreta- dn, a saber, la fase lingUlsticamente especifica, una fase ‘que es distinivamente humana pero que se desarolla dentro de la. hermenéutica de maneras que tienden, por medio de sobreenfatizar las posibilidades distintivamente hhumanas, a cerar la distintvidad de la interpretacién hu- ‘mana Sobre sf misma, en una clase de regreso auténomo © infiito de semiosis. Este autoencierro de la fase lingUist- ‘eamente espectica de la antroposemioss disraza y dis. torsiona el fendmeno mis amplio de la antroposemiosis 6 en sf misma como una manifestacién o regién local den- tro de la totalidad somitica mas amplia que debe ser feventualmente, aun dentro de la interpretacién, tan vasta ‘como e! proceso de semiosis en la naturaleza misma. Aun ese aspecto limitado de este proceso que liamamos antro- posemiosis, en cualquier caso, incluye sin duda dentro de su tba los logros de las ciencias naturales: no menos que los de las cfencias humanas a las cuales la hermenéu tica esta sobreadaptada. El punto de vista semidtica no puede ser estableci- do teéricamente por medio de consideraciones que no sélo surgen de las actividades especie-espectficas huma- ras sino que también estin confinadas a ellas. Nuesiras actividades de interpretacén requieren ser stuadas dentro de la comunidad biolégica, si queremos ver con toda ‘exactitud de qué manera el lenguaje emerge como algo Unico, es decir especie-especitic, de la poblacion de los ‘organismos humanos dentro de una semiosis mas amplia, Por ello, seré también necesario clarficar y remover de nitivamente la poco menos que universal confusion del lenguaje con la comunicacién, Tal confusion es la que recientemente condujo a unos investigadores, por ejem- plo, @ pensar que ellos habian ensenado el lenguaje a los ‘chimpancés. De hecho sus investigaciones los habian me- ramente seducido para canalizar las comunicaciones en las que los animales habian estado ocupados desde siem- pre a nuevas modalidades designadas por los investigado- res como "lingisticas", pero que para los animales fun- cionaban como entrenamiento (lenguaje ensefado'), ‘como nada ms que modalidades comunicativas exsticas 2 ser dominadas como una mis 0 menos necesaria adap- tacién a las novedades ambientales que les imponian sus captores. (Fue como si los medievales, al designar una 66 pared determinada como "vista", consideraran equivoca- tlamente el “ser vista" como una propiedad de la pared omada en su propia existencia. Los vielos debates acerca dela denominacién extrinseca répidamente evitaron ‘cualquier falacia ast de cruda,;pero aquellas conversacio- nes de los tiempos latinas fueron largamente olvidadas para la época en que los entrenadores de Sarah y Washoe solictaban becas de investigacién! Los animales, por su- puesto, como cualquier otra forma de vida, se habian es- tado comunicando desde siempre, por lo cual el lenguaje resultaba completamente innecesario. Por otra parte, la tlesignacién de una modalidad comunicativa como en- fuaje no coloca esa modalidad lingiistca del lado de la modalidad usada, més que la designacién de una pared ‘como vista ubica una propiedad por parte de la pared.) En estos términos, puede decirse que el punto de vista semistico resuita en un marco teérico que da un ccontexto justamente para la clase de cosas que los textos proveen y de las que la hermenéutica hace exégesis. Este punto de vista es particularmente itil para mostrar a aque- Nos que trabajan en el area de los asuntos litrarios que ‘una preocupacién exclusiva en los artefactosy las actvi= ddades humanas de interpretacin en ese nivel es simple- ‘mente demasiado estrecha para la semidtica como totali- dad. Cuando tal preocupacién es tomada por si misma conduce al autism. El hecho de no percibir que un punto de vista semidtico, maduramente desarollado provee un Contexto mis vasto para la arraividad como algo impli- cado en, mis que definido por, el punto de vista semisti- ‘0 ab initio (como una implicancia de su adopeién, por asi decir es lo que estd por dots de la persistente confu- si6n (en los trabajos de Ricoeur, por ejemplo, y en la cul ‘ura académica popular en general) de semidtica con es- «7 tructuralismo, De hecho, como ya hemes visto, el estruc turalismo, lejos de ser Ia totalidad de la semitica, es so- lamente un aspecto de la semistica. Por clerto, cuando el estructuralismo es seguido como si él fuese fa totalidad semiética, sus practicantes simplemente incorporan en las frescas perspectivas de la semistica las rancias conse- ‘cuencias del idealismo modemo, donde la tnica cosa ‘conocida por la mente en todos sus contextos es lo que la ‘mente misma construye. Uno de ls principales temas y consecuencias de la semidtica a este respecto es proveer una estrategia para ir ‘mas alld de los términos del debate, generalmente dentro de la filosofia, a literatura y la historia, entre realismo idealismo (comparable a los términos del debate entre ‘capitalismo" y “comunismo"). Yo he visto auditorios en- trar en moderado shock cuando son expuestos a la idea de que uno no tiene que elegirentee los dos, sino que en ‘cambio puede simplemente moverse mas all de ellos. Puedo poner esto de otra manera. Una funcién cesencial del punto de vista semidtico, lo que yo pienso que llegara a ser considerado como su logro decisivo his- ‘oricamente, e5 el hecho de haber basado y erigido una estrategia para tascender la oposiciéa en la filosoia entre el asi llamado realismo de los tiempos antiguos y medie- vales y el dstintivamente maderno dilema caracterizado ‘en sus. varladas formas Gincluyendo el “materialismo’, el “posiivismo” y otras) En otras palabras, los requisites de la semidtica no pueden ser llenados en los términas de ninguna perspectiva ya establecida. El primer requisito de la semitica es que sea desarollada en sf misma. El intento de llenar este requis to revela desde el principia que la semistica es capaz de rmediar un cambio de época y cultura intelectual tan pro- o {undo y completo como lo fue la separacién de los tiem- ‘pos medievales de los antiguos giegos, o la separacin de les tiempos modernos de a ea latina medieval La raz6n para esto es que una nueva definicién y cenlendimiento de la realidad, de lo que queremos decie por “o real" como lo que prove un foco de interés para y ‘dentro de la experiencia humana, est implicito en el pun- to de vista semiotico. A la par con esta novedad o redef- nicién de la realidad marcha un dramtico cambio de pa- radigma en nuestra nocién de lo que es "objetivo" en su propio contrast con el ser *subjetivo"y la "subjtividad” de cualquier tipo. Algo de esto ya ha salido a la luz en nuestra discusién de apertura. Mucho més aparecerd en los eapstulos que siguen, explicado en cada punto en té- minos que tienen sus bases en la experiencia propia de cada persona, ‘Asi espero mostrar cémo el punto de vista semisti- ‘co se expande naturalmente, dada la simple concepeién arriba establecida, para incluir al completo fendmeno de la comunicacién humana —no solamente el lenguaje— y, luego y come consecuencia de ello, alos fenémenos cul turales como incorporadores de, asi como en su diferencia con, los fenémenos de la naturaleza. La comprensiva in- tegrdad de esta expansién es absolutamente dependiente de la inclusion de los fenémenos linguisticos dentro del fesquema de la experiencia de manera que no oculten © tencuentren paraddjico © embarazoso e! Unico mis decisi- Vo y notable rasgo del lenguaje humano que es, a saber, su poder para transmitir lo no-exstente con una facilidad ‘gual en cada bit a su poder para transmitir ideas acerca de lo que es existent 6 dictum’ en este pun: icos modemos —puedo men« sobre todo a Frege, Wittgenstein, Russell, Camap, Ayer y ano con respecto al uso de la intencionalidad se corresponder con él punto por punte. Tampoco existe ‘ingtin tipo de estructura con la cual las palabras se co- excepto la estructura Resulta mara iencia y de la lidades que alguna vez funcionaron como reales en el ppensamiento, la teorizacin y la experiencia de algunas personas. El planeta Vuleano (mi ejemplo favorito junto om los canales de Marte) aparecié asf en algunos trabajos ‘astronomia al comienzo de! siglo pasado, breve pero el problema de como nosotros hablamos acer- ntes, donde inexistente significa no- n tin que, como veremos, hace I esncn del lnguaie ‘humano. me ara entender esa despreacupacin fundamental de lenguse por a cual incorpora elementos trai de Caractere eles y de fcson aun enlaciencte ds, tery los autos mt elisas dello, hllarmos neces reinterpret el engaje desde ol punto de via temic, Para exo no ex nevsaio fecaocer que Iengaje mismo es sistem de relaconesy contastes entre elementos. Veemos que el lenguaje miso come tard objetva es pte de una told mayor de rl Giones bjetvas qe eel catlo 3 Yo lamar Umut 0 "mundo chjetva" dela experiencia Toma integrate, en eacion a! cal a ted inguin exe Simbidcarente esto es, com alimentandose de, ¥ Siendo transtrmada po, la estctra de fa experiencia cuanto tad en 3 recta al entomo is Co. Enna pla, ser ncerario ver come nga Ua forma, pero slo una forma, deseo, de semi Si solamente en su modalad antoposemitcn, Procederé del siguiente manera, Primero esboza rene capt el ebetode conaciminto basic a Investigacion semi, uc ef ava propa de es sinos, 0 emo. {opr ceo, esblecers et plan pars tori del ir, dard al mismo emp Sleance de la perspectvapropiament aad semtca Y Ta mirada de métdos tanto tadconales como no Gesarollados ain necesaes pa ext ela perspec tva por complet, Luego en el catia investigne hay sere del sgno ue To hace cpar estar fur Ciena en la manera ques pula Desde esta consideracionesgenetales que pro ween los contos de In semitca en se ttalidnd pros n pectiva, me trasladaré en el capitulo 5 a las consideracio- hes espectficas de la accién de los signos dentro de nues- tra experiencia, ya que es mejor establecer las nociones Ibiscas como los elementos de una ciencia considerada cenoscépicamente, es deci, en términos que son deriva: ‘dos de lo que es accesible a cada uno, a saber, la expe- riencia comiin. Al mismo tiempo veremos que lo que da a la experiencia su cuslidad iereductible es algo completa mente diferente de lo que hace a la experiencia espectfi ‘eamente humana. De este modo, todavia procediendo ‘eenoscépicamente, seremos capaces de alcanzar, desde ‘dentro de a antroposemiosis mediante medios puramente analiticas, asimismo el concepio central de la zoGsemio- sis? el Umwelt 0 "mundo objetivo, tda vez que la es 5 a relacénenveantoponeniosy 20senioss es entonces intima Eniaevlacin de avid, Umwelt humano, 0 Lebensel e dese ‘rolls como na varacén inca espectoespectica 9 patir de un Unto exrctora de a exprinea miso manes comin a cua ‘ule anropide, de moor irre, ods ls formas animales, No abstante no sho did «que rues interés aque para con os Concepios funmertlesconsdsadoe de una manera eonosclpica, Sina tambien po a vazn enunciada por von Uesktl (1934: 48: el problema res en todas us mpleacines, solo puede ser analizdo tr el mb, erd neces para noses procera mers. BBeivaremos las noiones bss de mundo ejetvo della de Ia txpevencl hurans. Con elas en mano, eamos enlences en pest Ean de contrat Unwel dela ottervansarllicament por treo de sates fa experiencia de etiplabiied especieespectica ‘dela estructura dela experiencia humana y de toma el reo ens tistincl pri como nacramenteeseciable eso, caaz de Ser deerminago de ee 0 aqul doa cia que es sbsumida ino esto aquelaexuctura oranimica eno de la bolo tal ame I invetigainWecacpca musa que se fequlee en cada eso especicn. Ea ¥ i Hs dnd o conn, pace am are au 1g pas more wlio Wa ‘Seal prcedmens ht ron mesos pe Sntoncein, no sha ipa eset et a ‘ror conto erence naan tse fc crater ona ee oso cure Si eur css ony on eet aie Sioa usin monde a twa y pte vn Dsl 14a as oo ton concn 6 tei lena sao ue ‘den na ome mec y sn io mi erst Wor two pa lh As owe sna a Se ou coc aos ea te Ane ses ieee ms vt or ms elena ip mae oun opin Se Sree tei pops opuialade srs tismnorencs wens tr eonar, rowel gear oe sciotivy recone snes cone ie 5'Powe mises do pears oriesmen mado np oon en Dou es “reontad i qempcaon or mesa 5m po munca fechas rata tame nag 6 Shak 85%: 8, mina un dude von Usk en xen toe urn sonic line cso, Sheena, one a ebanatr sda cece nosy Sse ‘aoe sound vs aad oe eopeane oo the pede citron gn ene Ome ews acne S'S neces a satin a's Sse inal sera sein non Coal pens ued pas Siena coda Senne cote a at Srl Um esd ue pnd at eee Suter dos cas aha perme a tine conan go oor sos toi deere ‘egauin ssi coves mindohaane Por ama macs can nse ao il ts abies con oe sepa peor de fcnmons cova omits a Pr ese tructura de la experiencia humana en su objetvidad fun- ‘damental, aunque no en toda su especificidad, os la es- tructura comtn y el factor en la experiencia como tal de ‘cualquier animal. El recientemente abierto panorama de la semiosis en el nivel de las plants, dentro y mas alld del entomo hhumano, es un concepto tan seductor como controver do, bien merecedor de una rellexin seria sobre el lugar ‘que ocupa dentro del esquema en desarrollo de la semié- Tica como totalidad. No menos fascinante —aunque ain menos bien establecida— es la cuestion de la distintiva causalidad de la semiosis en cuanto opera o podria resuk tar operativa en el universo fisico a aquellos niveles “tanto microscépicos como macroscépicos— y en aque- Tas esferas completamente independientes de la vida ve- sgetal (como no lo son las zonas de semiosis animal y hus mana). Asi, para situar cabalmente la fitesemiosis en su preexistencia a a zodsemiosisy ala antroposemiosis, seré necesario, en el capitulo 6, tatar de dar cierto cuerpo a la IRamente abstracta pero importante nocion de causalidad bjetiva” 0 "formal extrinseca” —que hace la accién de ‘enc, fenen en corn que son los nee on los cuales fa posl= ‘dau do on mundo objetivo se hac re mientras as primera os, or todos sur dilerencas teen en comén que son os niels eos uals lot sundos objetives en su inedible "wad son cons {uiosy dversiiaden a to une ccsin de semiticaseuidaideoscépicamerte es dcr, sequida con tod la panopia de inwestigacones especies © intros de qe Iceni pede dr musta dec con espe to cunguier especie mal dada, especialmente canto mis alg ths dele hurano estan las format leo maluscos, moss bo, (ac) de que maners sta esucura cmon es deteinada realmente {Yesmeiradao caninuids en los milpesparenes o moos de visa ‘pec erpeticos que ealmane se alan en el medio ambiente 8 los signos sui generis y cast igualmente cémoda entre los actores existentes e inexistetes del aquf y ahora— en cuanto ella es aplicable también al universo sin limites en lado ambiental de la interaccién de cuerpos Con esto nuestro esbozo del objeto de conoci= ‘miento en su totalidad estaré completo. Nosottos habre- ‘mos avanzado, en lo principal sincrénicamente, con no ‘ms que unas pocas alusiones diacrénicas. Las alusiones rnecestan ser trazadas en conjunto, y ésta es la tarea del capitulo 7. La foalidad en este punto habré hecho incon- fundible algo que es consecuencia del punto de vista se- ‘midtico si es que no es siempre inconfunclblemente as a saber, la centralidad de la historia como la tansmision antropesemiotica de cultura a la doctrina de los signos y @ la propia vida del entendimiento humano aun en sus momentos mas "cientificos’ y en sus més ‘cientificas" Investigaciones sincrénicamente concebidas. Asi, con los ‘concepios bisicos establecidos sincrénica y prospective ‘mente, seré el tiempo de cerrar con algunas consideracio- nes retrospectivas, proveyendo al menos brevemente y por medio de un bosquejo algunas abservaciones sobre la historia de la semiética misma, como ha comenzado a ‘conformarse en las nieblas del pasado, desde el punto de vista de sus conceptos bisicosy la “eoria® de la semidt- Entonces el bosquejo para los capitulos restantes es ‘como sigue: semiosis, signos, 208 y antroposemiosis, fo ¥ fisiosemiosis,y la teora ytrazado histéico de la semio- ica misma como una forma distintiva del conocimiento hhumano. Yo considero que estos son los fundamentos de la semistica, ya que estas reas tematicas tomadas en con junto muestran lo que es interesante y posible para la se- ‘mi6tica como un fendémeno de la cultura intelectual. Estos 7% son los conceptos que establecen la cabal amplitud del punto de vista semiético y revelan sobre la base de ese ‘punto de vista las indefinidas posibilidades metodoldgicas para enriquecer en detalle nuestro entendimiento. de un fenémeno tan unificado y no obstante tan diverso como la ‘accidn de las signos, por medio de la cual ciertamente hhosotos existimos en comunidad y dentro de la cual la ‘mente encuentra su propio alimento para el pensamiento

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