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los Bcut Ax 9 Kinch, p, (2084) Oe ‘ 5 terridonios, Begoti: Universide los Andes, U.Nadonal de Color bid. Ins Khito Francs de €stdios Andine s+ - Introduccién Alice Beuf y Patricia Rincon Avellaneda i La moda corriente sobre el tema [el ordenamicnto terviterial), soma del deerioro de La rire ha Ueda sg oxurecere concep Per elvidendd ois reales gga dimensiones, 9 2 pensar eo” legistaciones parciales 1e resueluen Jos problemas implicitos ‘Nada es mds equivocado (y equivoce) que ve dbanminaciones ques ban emplead em pate come Chile Pers, Venezuela y Colombia donde, respectivamente, st han aicrade lees reducidas sobre regionalizacién, descentralizacidn, son ambiente yw de suelo urbane (P07) lamando a od “dlp “ondenarniento rrritorial” Estas difraces paises del ardenamiento no Uegan al fondo de la cuesion, que sigue vive Y ssperande soluciones orgdnicas en estos) otra ‘patter, OriANDO FALS BORDA, Acriém y epatio. “Autonoma: en la nuevs republica, 20008 Es UNA PARADOJA que hoy en dia el espacio tenga mucha importancia para las sociedades que lo habitan, pero que no hayamos logrado desarrollar unos me- canismos adecuados para entender la complejidad de fuerzas e intereses contra- dictorios que gravitan sobre él, y por ende, para actuar sobre su organizaciéa espacial y para disefiar politicas de ordenamiento territorial idéneas. ; En efecto, las referencias al espacio, al territorio, a lo local, son ahora eee los discursos, tanto dominantes —los de los gobiernos 0 delas instituciones, imernacionales- como en los de resistencia ~aquellos que luchan a su existenda y permanenca en sus espacios de vida~. Numerosos autores TT fiearteacedls bk i in poe Hee Edward Soja (1989), aa 2 (pail ne), 0 Rabe Aa interrelaciones entre aa ss “glocalizacién” pe referirse is globales y locales. Este cambio de paradigms < otras. Rero tambien estd placionado, entre ots0s, con la puesta en eld Sénffakna'eh el progres, es deci; dé Wha historia lines, y con odeiconcepcién delespacio;daane dimomsitm neuttars balvsa una de adquiere un rol active y estructurante de los procesos sociales, Parte de explicacién es que, en estas tiltimas décadas, la humanidad empers a tomar ciencis de un hecho fundamental: los limites de se supervivencia a través de Joe fmites ecolsgicos de la explotacién capitalista del planeta. La preservacién de lavida obligaré a una gestidn racional de los recursos naturales Ys por ende, | del espacio googrifico que adquiere mayor valor social ‘ A pesar de estas nucvas perspectivas y nuevos intereses por el espacio ico en sus diversas dimensiones, lo que llamamos el “ordenamiento te- srixorial” extd en entredicho, y eso a diferentes niveles, Fate libro pare de este seconocimiento y busca no solamente entender por qué, sino también replan: sear de manera critica el ordenamiento territorial en sus diversas dimensiones, para asi rescatazlo. Porua lado, se pueden identificar conflictos al nivel delos discursos sobre dlordenamiento territorial. En ciertos ambitod acacémicos ¢ internacionales, por -gemplo en los referentes conceptuales de la Comisién Econémica para América ‘Latina (cera), del Banco Mundial (8m) o del Banco Interamericano de Desa~ srollo (BID), se encuentra con mucho més frecuencia el concepto de desarrollo terfitorial, que parece més operacional, que cl de ordenamieato territorial. Se supone que hablar de desastolla territorial permiticla tomar en cuenta procesos “desde abajo", es decir, dindmicas sociales ancladas a nivel local que generarfan desarrllo para las comunidades, Sin embargo, el desarrollo terzitorial es ante {9 todo un concepto de las ciencias econdmicas que reconoce cl papel del trritorio ; ‘ena generacién de la riqueza, en el sentido en que elementos como las infracs- | p 1 aructuras, la organizacién cmpresarial y otros de naturalera cultural, como la i = ‘confianza o la innovacién, tienen una dimensidn territorial que ¢s fundamental | 8 = ‘para la productividad, Utilizar el concepto de desarrollo territorial implica reco- Ly ‘n0cer las desigualdades regionales y, por ende, la realidad del desarrollo desigual. | 8 “Tal pesspectiva lleva a considerar la dimensién territorial, en particular local y ue tiza el tecritorio como tal, a aegional, del crecimiento econdmico, pero no enfa ° 4 _ sino el desarrollo producido por el territorio, coneebido este hime eee el desarrollo, Es decir que presenta una visidn instrumental y norinativa ane debe saber aprovechar, tertitorio es meramente un recusso que la sociedad e8s PE espe =pro Xn estas condiciones, el concepto de desarrollo terriorial no BUCS Tg de ordenamiento territaril, que sigue vigente. an efecto, solo # age ordenamicnto cerricorial permite elaborar la nocién de proyecto °o°°8 aye constzuido para el tertorio y otorgaa est itimo un valor socials nH Ey ay Parricipa de la identidad de los grupos sociales que lo habitan, Pues 8g abo, en su territorio en el que se encuentran los recursos naturales CuY® Pucde suceder en un futuro no tan Iejano, Solo el concepto de orde! territorial brinda las herramientas para aprehender los conflictos territo 08 resultan de las divergencias entre diversas actorcs en los modos de us0 namientO ales que y ocupa- corial 20 is t ecesidad puede ser despreciado, mas bien se puede enriquecer para rescatar la of ‘ de organizat 10s, 5 eesti cién del territorio, En consecuencia, el concepto de ordenamicnto t€ de pensar la conviv cia cnure diversos usos de los territories y ¢ Procesos resultantes de transformaciones texritoriales en si mismos ee i enla Por otro lado, se cuestiona la naturaleza del ordenamiento territorial ¢% medida en que s¢ lo asimila a una accidn estatal, desde arriba, sobreel territorio. Ele de la organizacién del espacio, que se expresaen un conjunto de normas, politicas iento territorial, as{ entendido, se refiere ala dimensién voluntarista y acciones que tienen como objetivo la regulacién o transformacién del uso y >uye esta intencionalidad principalmente al Estado, que busca controlar y sacar el mejor provecho de sw territorio -entendido la ocupacidn del terrivorio. icio deli este desde su acepcién de espacio politico, de esp nitado y apropiado por un grupo social para garantizar su reproduccién=, El concepto mismo tie- ne diferentes connor: nes dependiendo del contexto sociocultural en el que se utiliza. Mientras, por ejemplo, en francés el amenagement di tervitoire alude a la planificacién de las mejoras de territories apropiados y controlados desde hace milenios, el concepto espariol waldo a América Latina resalta la conguista Y apropiacin de vastos espacins, asi como la dominacién de pobladores que tenlan sus propias formas de apropiacién del espacio. Esto implicé la creacie de fronteras y limites acministrativos como condicién del establecimieney de uun auevo osden social y politico. Como Jo ha mostrado Orlando Fals Borda a Io largo de su obra, es en el sentido de la creacidn de nuevos entes territorial (raunicipios, departamentos o segiones), es decit, de la o1ganizacion ee en orden del territorio nacional, que se ha concebido el ordenamiento territo_ YE cntonces un clas histéricas de Hial en el contexto colombiano. El accionar del Estado constiy punto eseacial en el debace, en el cual se crtican las expesien, planeaci6n estatal voluntarstas que muy a menudo, si micamos a ‘ resultaron autoritarias y/o desconectadas de las realidades inne Smita “ En elim; h “APacidad del efente. En ¢| cont VetEas criticas al ‘arco de una ant topologia critica del Estado, se cuestiona también tado de acruat en nombre del interés general de manera co- exto dela globalizacién neoliberal se hizo un largo eco de las sistem atic, Estado, dando como resultado que la escala nacional ha sido «la adopcién g debilicada « partir del Conseaso de Washington, que llevé de las attibucis le planes de ajustes estructurales que desmontaron buena parte apertura conn {el Estado central. Por ejemplo, en Colombia, l politica de insti nal ernie Ae ls aos noventaotganizé desmantelamiento de la Plementaben ne et se°F Bro (PNUD, 20112). Si bien estas institacionesim- an politicas de corte sectorial, porsu propia naturaleza, es obvio que ten: is fan imapactos en términos territorial Para el desarrollo de los espacios y | ‘anto, piezas clave de la accién pili eM este contexto de debilitamiento Ordenamiento territorial” como u Pena aquf recordar la advert de esta introduccién, ya que can ella se pretende, precissmente, provocar una. reflerién sobre la naturaleza del ordenamiento territorial. ;Qué es ordenar los territorios? Es producir un conjunco df normas y leyes 0 es desarrollar acciones reales de transformacién de los territories? amente les, en cuanto brindaban herramientas as sociedades rurales y constitulan, por lo ca sabre los tersitorios. Es paraddjicamente del accionar del Estado que se constituye el na politica de Estado cn Colombia. Vale la encia de Orlando Bals Borda presentads al inicio :Quién tiene capacidad de accidn real sobre los territotios y de dénde proviene este poder? ;Cudles son los mecanismos concreras que aseguran el desplicgue de esta capacidad de transformaciéa territorial? Tales preguntas nos levan a reconsiderar el ca- rdcter estatal, unilateral y voluntarista del ordenamiento territorial para abrir la posibilidad a una comprensidn mis integral y compleja delos procesos que ordenan los territorios, es decir, que impulsan nuevas dindmicas territoriales en relacién directa o indirecta con un proyecto territorial mds o menos ela- borado y asumido. Se trata, en particular, de considerar como elemento clave del ordenamiento territorial actual Ins acciones a gran escala que cambian la organizaci6n del espacio nacional y transnacional, De ahi que para muchos expertos cl ordenamiento territorial, como pedctica, atraviesa una profunda crisis en América Latina y, particularmente, en Colombia. Paral sociélogo Pradilla Cobos: “los componentesestructurales del neoliberalismo, cambiando la naturaleza de los procesos territories y ur, banos, han profundizado I contadiccén ence a planifescién y el meseado”™ (2009, p. 296). Fl ordenamiento del tecritorio estarfa en peligro déextinciéa y “agotado en un diseurso formal que no tiene impacto en la realidad” (Pradilla SOliep | rep P rourpig 1 MO - Gobes, 2009, p.297). En al marca de cava perspectiva menrma, in fundamental emire Ins dindenicas de acumndlana dal capitalismo y el ordenamiento territorial. em cuances meceen”, lacién que, dependicndo de los lugares, orienta, mativa, fone one Te fepe. inversions de capitales. Gon un enfoque ruy distinte, al senso mPa ine Revéle, consultor para al Gobierno colombiano y organismos inet Ea stnms iguslmnone cn ou ltirma libro que Colomivie ned pense ae etnsctonate erritorial sin precedentes: “Esta crisis no permite que les operaneg iti Stake ¥ cconémicos asl come los ciudadanos, puedan anticipar fe paneer fects Intervencién del Estado on el eerricario” (2013, p. 25). Te hea y facional orcas os ete oredivctcn de apnea ee eae telativas a la ineficicacia de los planes de ardenamienie tenincntPicaciar er eileg para ogre crane rnaciones aise dee aieoe Conformes a lor escenarios deacacdos a + sinO, se cuestions ease ereomcicans Aicorial en vermings faridicos. Hate punto aalié a la liz priblica en 2013 con el canw canbieneienn fa consulta popular sobre la acepracion o rechazo dela exp! idades mincras y solo 24 a favor Bees mientras la Carta Politica de 1991 garantiza la autonamfa municipal one ere de ordenarmiento terrizorial, el Ministerio de Minas y Energia eneablece nny Cédige de Minas de 2001 que “ninguna aucoridad regional. seccional 9 teeet Podrd eerablecer sonar del territorio que queden perinancnte 6 transiverianeent excluidas de la mineria”. La justificacién es que el ordenamtence cerchorel oe de competencia municipal pero el subsuela es de la naciém. y, por elloren mee (eeeos le decision deexplocar cotos ro habia une s08 no es competencia del ordenamicnes “interés publico”, por le tanto. como un bien directamente gertionade por ol nivel nacioual (que fbien fue desmantelado por territorial. Ademds, 2« considera Ia mincefa come de s politicas de ajustes, sigue proactive on lor sectores atégico: que responden alos interescs de grandes grupos canpresariales), La mineria nose dasoloen cl subsuclo, sine que ucupa un copacio on la superficie terrestre: las plantas extractivar, lor depécivos de desechos, ina vias denctoro, lov asentamientos mineros. etc..conforman organizaciones territoriales especthicat squc impactan las regiones mineras. La mineria tambien hace uso del recurso Riidvico de las poblaciones y ademuis genera conta que juridicamente ec Mama ardenamicrto tor acién. Por lo tanto, lo orial ssc podcta cattisean al junto del territorio. sino cole un fragmento de él: en temines normativan + Eepereros que nuevos planteamientos cedricos eo territorial. spre la préctica del ordenariento territorial. mediante el diseno 20 Jaf i earivos y de politicas mucho mas integrates. Ceo ima Punto implica reconacer también algunas carencias del or. eee ecrnkonial come disciplins académicn, Ex wn hecho que ss ereats niente Jana siempre ha sido cucstionado, trarindose al igual que of webs disci produccion de conocimientor «uc son, por un lado, articulados a nal y, por otro lado, profundamente interdisciplinares. Sin, is del ordenamiento territorial como practica profesional ee nersc en diferentes tendencias en materia de ensefiativa « ievests BR os tats nardisciplinarips dimensiones cerrioriales da ae sccomfciplinares. Por ejemplo, es innegable $l impacto que sobre los rerritorios con cen eh i prftica los desarrollo Sonic rcicntiices (craducidon en técmiene Peed eva de traneporte, de acucductos, alcantarillados, de redes de comust- See ey demas avances). marcando una impronta de “ordenamiento territo sao ion, 20003). "Tambien ex inncgable el papel que el establecimicaro del Bee eee a la propiedad”, urbana o rural, y todo lo que de alll se desprende em [Siincasion jurtdica, ha renido en el ordenamicnto (Herce, 2013) y no menos Mipamante el hecho de que el suclo se haya convertieo en un producto mereas- ep Pelguiriendo un valor de cambio y xencrando un “mercado Inmobiliaria”. ee eas liraitaciGn estarfa representada por la prevalencia de una vision del eae e ee ence territorial heredera del urbanismo del movimiento moderne de Pe T eras décaclas del siglo pasado, en Ia que el sujeto ordenador o planifica- Toe gencralmente arquitecto, consideraba el cerrisorio desde un punto de vista gy Por caicimne, wl igual que, por ejemplos} iiltteresta ees Gonde ubicar sus fucrzas. Por lo tanto, el cerritori = Gna realidad objetivada y lisa, sin asperidades, sine ad Gaaito a su percepcin por diversos agentes sociales. Feta concepci6n, en Ia que “GHietiRorio cstd considerado como una realidad dela que uno se puctle apropiar mediante la expedicién de un plan, di qt \° expres any territoriales que obedecen a una multirud entrecruzada de represeneacione’s pricticas socioespaciales, lo que conduce, al fin yal cabo, a a obsolescenci ¢© muchos de los instrumentos técnicos de planeacién, La tercera carencia ¢S° tfa representada por un enfoque predominantemente normative én la manera scfiar © Tavestigar el ordenamicnto territorial. Dentzo de esta cendencla, dos ensefiados, centrados principalmente en la normatividad en materia de ordenamiento territorial, como los objetivos de las investiga Giones, que se sitian més a nivel del “deber sex”, desarrollando enfoques pro- yectuales, relegan a un segundo plano el anilisis de los procesos efectivamente en curso. En cfecto, en muchos casos, los investigadores elaboran directrices de ordenamiento, propuestes © recomendaciones sobre la implementacién de plancso politicas territoriales, retomanda, sin cuestionarlo, el marco conceptual utilizado por las entidades de planeacién o de ordenamiento cerritorial. Tampoco se investigan 2 fondo los espacios efectivamente producidos por las decisiones en materia de ordenamiento territorial. Frente a este panorama, plantcamos la necesidad de reconsiderar el or- denamiento territorial como una prictica social insertada en juegos de poder a distintas escalas tertitoriales y, por lo tanto, como un objeto de estudio de primera importancia para las distintas disciplinas incluidas las ciencias sociales, Fl objerivo de libro es pensar l2s formas actuales de accién sobre los terrtotios, impulsadas de manera directa o indireeta por los actarespiblicos, principalmente los Gobictnos locales nacionales, Asumimos la complejidad actual de las fornaae de accidn sobre los tericorios, que resulta ce la econfiguracién de Ia accige pblica hacia nuevas asociaciones publico-privadas Estas aciones se manifig tan a través de un coajunto de normas, politica y proyectos que pueden 5 desarrollados por actores puiblicos o privados y que pueden tener un Zi tertrialexplico 0 no, Algunasaccioner de conc scarial enen gn capacidad de transformacién tericoriel aunque no estén insertasen ys peo to terra y no hayanexplictado un enfoque testo. Bae ge se deben a diversas razones que pueden ir desde su desconocimienty ean voluntad de ocular. Sin embargo, es preciso analizar los impacos wee 8 de estas polticas y acciones de corte sectorial para reconseruir de pent tiles ties la nociéa de ordenamiento certitorial e incluir este tipo de ee at concepto. La omisi6n y el “laissez-faire” deben ser también cong; ns Chl modalidades de accidn tersitorial por parte del Estado neoliberal rex coma mantendremos siempre una postura crltica cuando se quicran con bascen tcarfas muy difundidas como las de la incapacidad o jeres mpd ana | ) ; f | Estado (Serge, 2013). EI modelo neoliberal ha tédefinido el papel del Estado, nk ae ha suprimido: este “modelo de desarrollo” es productor de nuevas dae Soe de ordenamiento territorial, legitimadas por la necesidad de ‘torios competitivos” cuyas implicaciones es necesario investigar atin. _ Ademds, el enfoque territorial no solamente da énfasis a lo local, lo que 'mplica que el ordenamiento territorial no debe ser pensado solo a escala muni Gipal. Algunos autores muestran con contundencia cSmo la escala nacional sigue ‘eniendo mucha importancia para la concepcién y el desatrollo de politicas con dlimensién territorial, Es a nivel de los Estados nacionales que se producen los Marcos normativos en los cuales se inserta la accién de los agentes econdmicos, globales o no, y es allt donde se pueden pensar formas de regulacidn (Sassen, 2010). Asi mismo, la escala local no es siempre la mds relevante para impulsar nuevas dindmicas econdémicas, sociales y territoriales. Tampoco existe una relaci6n mecinica entre descentralizacién y desarrallo local (Dubresson & Fauré, 2005), a pesar de lo que dejan pensar los discursos de legitimacién de la recomposicién de los poderes hacia lo local. La cuestiéa de la transforntaci6n, articulacién o competencia de las escalas territoriales y remporales en materia de ordenamiento y desarrollo es central en este libro. En particular, es preciso reconocer la cocxis- tencia de dos lépicar de ordenamiento territorial: una local, donde se promueve la participacién y la coproduccién de las normasy politicas para la gestidn de los territorios de la “proximidad”, y la otra nacional o transnacional, que promueve la re-centralizacibn de lasidécisioncs pasando por encima de las comunidades ocales, por ejemplo cuando se quita la obligatoriedad de las audiencias piblicas para los proyectos de gran impacto. Buena parte de los conflictos territoriales actuales surgen de las contradicciones entree estas dos ldgicas antagénicas de or- denamiento territorial, : Estas perspectivas tienen varias implicaciones que sezin abordadas cn diferentes momentos de este libro. _Presentacion Alice Beuf y Patricia Rincén Avellaneda : | QUE SE ORDENA en un territorio? ;Céma se ordena? ¢Quién ordena? Para qué se ordena? de Marcio C UUlizando ef aparato conceptual propuerto por Milton Santor. ‘Nuevas formas de fepulaciin serritorial, nuevos ordanamienros terriroriales, 2011: Sassen, 2006). Fi rex deben cor inventados pare tomar en cuenta roda la complejidady la diversidad de los territorios, y también de manera abrolutamente pragindsica, para que lor distintos planes y politicas tengan en cuenca cea complejidad, Afrmar que él poder del ace sobre ne wetriterio no ex exclusive implica reconocer la existencha Te hd pluralidad cle tertiterias pesiblemente superpuestos que responden « Tow intereses divergences de grupos sociales con capitales desiguales Cecandémicos politicos, sociales, cee). El ortienamicney territorial tradicional es solo na forma forial (eaaime reconocer Ia pluralidad, la complcjidad de le un mismo expacia? inda de apropiacion ter Te eects ledly an {Cdmo tratar con esta pluralid Sin prodvch: fragevencscién, nl exclusion? 2 USO DEL TERRITORIO ¥ DEL LUGAR: PODER DEL ORDENAMIENTO ¥ CONTRA-RACIONALIDADES | Marcio Cataia EN ESTE TEXTO se presentan algunas reflexiones sobre los ordenamientos do- minantes del territotio y Jas “contra-racionalidades” propias de los lugares, precisamente en el actual perfodo técnico-cientifico-informacional (Santos, 199Gb), donde los lugares adquieren una nueva importancia en Ja organiza- cidn politica de los territorios nacionales. En primer lugar, establezco algunas consideraciones, a modo de preguntas. sobre el significado del ordenamiento dominante del espacio, luego introduzco Ja discusién sobre los agentes he~ geménicos que tienen poder de accién sobre la totalidad de los territorios nacionales, e inmediatamente examino las contra-racionalidades que surgen en fos lugares, para concluir el texto con algunas considcraciones finales. Problematizando el ordenamiento dominante del territorio Al iniciar nuestra reflexidn sobre el ordenamiento del tezzitorio listamos un conjunto de palabras clave que consideramos recorrian el tema y podfan ayudar a verificar una aproximacién, principalmente semdntica, al mismo, los términos seleccionados fueron: normar, distribuir, satisfacer, desarrollar, generar, ordenar, disponer, organizar, corregic. Cruzando de arriba a abajo todas estas palabras clave, observamos que subyace al ordenamiento dominante del espacio el concepto de estrategia. El predominio de esta nocién es una razén lo suf- cientemente fuerte para poner en el centro de s1uestras reflexiones ala geoprafia como un instrumento tedrico que nos ayuda en la comprensién de las politicas territoriales, especialmente respecto a la soberanfa, pues ningiin documento 0 definicidn de ordenamiento del territorio concibe el debilitamicnto del Estado como un instrumento de realizacién de las politicas territoriales, jCudl es Ia finalidad de una polftica de ordenamiento del territorio? Hacer politica es buscar alterar los rumbos de la historia; hacer politica terri. torial significa usar el territorio como atriburo de poder para condicionar los rumbos de la historia. oe pen, 80 todos los agentes pueden usa ltertorio con ee fin; eee s ee agentes pueden usar la totalidad de un territorio para la : su politica, Estos son los agentes hegeménicos, como el Estado y as grandes empresas, que pucden mediante sus decisiones y précticas alterar todo un territorio nacional y, algunas veces, incluso supranacional, alterando los tumbos de las naciones. El conflicto politico sobre la integracién de las Américas es pedagégico respecto a ese tema, pues la propuesta del Area de Libre Comercio de las Américas (A1CA) fue reemplazada por la de la Uni6n de Naciones Suramericanas (UNASUR), dos propuestas distintas y con consecuencias polfticas e infraestructurales de integracién también bastante diferentes. Esa construcciéa politica es el resultado de la voluntad de los Estados tertitoriales, pues solo ellos tienen el poder para la institucionalizacién de esa incegracién. No obstante, para la gran mayorfa delos agentes su drea de accidn es el lugar, no el tertitorio nacional, en particular porque el "aso del cerritorio” se lleva a cabo cn los lugares (Santos, 1994b). Como afirma De Souza (2005), ef lugar es, segsin la propuesta sartreana, el espacio de la existencia y de la coexistencia, comprendiendo, por lo tanto, la contigitidad. El lugar es una categoria real, concreta, que recibe los impactos del mundo y en la que reside {a Unica posibilidad de resistencia alos prodpsos perversos de la globalizacién hegeménica, determinada por la posibilidad realy efectiva de la comunicacién, y precedida por el intercambio de inforraacién y la construccién politica. En la actualidad, existe un inevitable compromiso analltico orientado iimicas de un mundo globalizado, que en esencia dialécticamente: un a la comprensién de las di con dos campos de fuerzas que se oponen y se arcaen orden global y un orden local. El primero es caractertstico de ese perfodo técnico-cientifico-informacional, y se vale de la unidad de una inmensa gama de objeros téenicos, desde los menores hasta los macrosiscemas téenicot, con- vertidosen sistemas cscala mundial; este es ¢] campo de aceiéin de las grandes empresas. Fl segundo, que también es actual, se vale de la contigiidad y dela proximidad para la rcalizaci6n de una solidaridad orgéniea (Santos, 19960). Por consiguiente, la nocién de ordenamicnto del rerritorio gira en torno 8 dos cjes de significaciéns la racionalidad ce los agentes hegemniicos, que tienen Ja totalidad del cersitorio nacional como espacio de ejercicio de su poder, y las contra-racionalidades de los agenecs arraigados en los lugares, que tienen el lugar como espacio de cjercicio de sus précticas y, frecuentemente, de resistencias a Jas polfticas vertcalizadas de arriba hacia abajo. El primer je tiene oma motar una prerensidn técnica de promover lo més adecuadamente posible una buena 2s i articulacién i fancién de proyectos defi ES Jos lugares y de las regiones en proyectos definidos s para todos, decir, si todos los agentes locales y regionales se ~ gdhieren a una determinada propuesta, entonces todos ganan. Ante todo, aque Jon estd basada en una racionalidad écnica: Ia de que un buen Ceaisiera coduce auna buena articulacién entre las partes en la que todos iganan, Solo entonces, ante Jas caracteristicas de cada tertitorio en particular, es que se construye It arquitectura politica para la negociacién entre las par- tes. Sin embargo, para el segundo eje, el de las razones locales (Santos 1994b, 1996; Zaoual, 1998), no siempre lo que es bueno pars el “todo” es bueno para Jas partes, especialmente en este periodo de la globalizacién donde la métvica tapolégica de las redes (Lussault, 2007) de las grandes empresas desterritorialiea ja politica, es deci, las decisiones que importan son tomadas dentro de redex ‘empresariales que, si no escapan al control de todos los territorios nacionales, ciertamente excapan al dominio del lugar; y el lugar tampoco ¢s llamado 2 unic esa mérrica, porque en principio solo el Estado se deja democritizar, el capital rao. No obsrante, debido a la permanencia del Estado territorial, el nico agente aque tiene poder dc legislar sobre cl ordenamiento del terricorio es el Estado. Ea consecuencia, la cuestign que recorre este texto ¢s ;para quién ordena el Estado el terrirorio? ©, en otros términos, ;para quién normativiza el Estado aquello que es objeto de uso, el territorio? Dos agentes son hegemSnicos, Estados y grandes empresas, y una gama inmensa de agentes son no hegeménicos, es decir, geograficamente no tienen la escala nacional como campo de sus acciones. Si el Estado es territorial eso significa que sus normas alcanzan la totalidad del espacio nacional, mientras gue las grandes empresas, al no actuar en la totalidad de un territorio aacio- nal, solo se interesan por puntos, dreas donde sus inversiones puedan ser rea- lizadas, y eso se debe al hecho de que ellas arman sus estrategias de ganancia en funcién de sectores econémicos. Por eso ellas necesitan disponer del Estado territorial, pucs solo él Iegisla autorizando o prohibiendo acciones en la totalidad del terricorio. Por consiguiente, desde el punto de vista normativo, las grandes ‘empresas sc supeditan al territorio nacional, pero materialmente las grandes ¢m- (presas no actdan en Ja totalidad del terricorio, porque sus cdlculos de ganancia estén localizados en los lugares de sus inversiones sectoriales. En ene sentido, una politica “nacional” de ordenamiento supone la pormativizacién de la totalidad del tcrritorio, aunque los intereses de los agentes hegeménicos son localizados, puntuales o, en dltima instancia, escin en partes del espacio nacional, Para problernatizar esta cuestién ex jo entender previamente de qué manera el propio Estado incorpora la idea de ordenamicnto, nel Diccionario de Geografia, el ordenamiento del territorio Segii correspond, en la mayorla de casos, a la voluntad de corregir los desequilibrios de un espacio nacional o regional y constituye uno de Jos principales campos de intervencign de la Geografia aplicada, Esto supone, por un lado, una percepeién yuna concepcidn de conjunto de tun tertitorio y, por otro lado, un andlisis prospectivo, (Baud, Bougeat & Bras, 1999, p. 262) Porsu parte, el Dictionaire de |'Urbaniime et de 'Aménagemens define elordenamiento del territorio como Ta accién y la prictica (mds que la ciencia, la técnica o,¢l arte) de dis- poner con orden, a través del espacio de un pafs y con una visién pros pectiva, de los hombres y sus actividades, de las infraestructuras y de los medios de comunicacién que ellos pueden utilizar, considerando las limitaciones naturales, humanas y ccondmicas, ¢ inclusive estraiégicas. (Merlin & Choay, 2000, p. 38) Las dos definiciones anteriores son generales y amplias, es decir, son principios orientadores de una razon técnica que tienen como abjetive “poner en orden”, No obstante, las acciones de ordenamiento no estén exentas del espacio, porque ordenar supone “poder ordenar”; de ahf que diffcilmente se puede pensar en este tema sin la referencia al territorio nacional, circunscrito porfronteras y donde impera un determinado régimen juridico-politica, segiin tna tradicional definicién westfaliana del Estado territorial, La soberania es clemento fundamental para la accién de ordenar: de ahi la complejidad det feaémeno del ordenamiento actualmente. En Brasil, el ordenamiento terricorial ¢s wn mandato constitucional establecido por nuestra tiltima Constitucién, la de 1988. No obstante, es alrededor de 2005 y 2006 que tuvimos los primeros aportes prdcticas S= bbe el tema, especialmente con el trabajo del Ministerio de la Ce “Aportes para la Politica Nacional de Ordenamiento del Territofio (PNOT) 28 yersidn preliminar (2006)", coordinado i a ys por Hervé Théry, Neli Aparecida de Melo y Bertha K. Becker’. Este documento, como su nombre sugiere sitvi6 de base para la claboracién de la propuesta de una politica de ordenam que fuese nacional. Deese documento extrajimos puntos esenciales para nuestra reflexién: iento a clordenamiento del territorio es un concepto en construccidn, en parte pordue la relacién de los Estados con sus territorios es confusa en este momen! térico, y en parte porque cada territorio, en razdi uuna practica propia; (2) el objetiva del ordenamiento del tertitorio, ea eo co his- n de sus especificidades, exige mo Lo define la Carta Europea de Ordenamiento del Territorio (CEOT/CEMAT, 1983), es la armonizacidn de politicas y cl equilibrio regional; (3) 0 Jocar en orden para disponer, es decir, el ordenamiento es wn instrument poder; (4) contempla rescatar el papel del Esta Ja redemocratizacién y la descentralizacisns (5) estratégica —e! documento es recorrido integramente que, curiosamente, en ningiin mome! denae significa co- jo de cdo bajo nucvas bases, siendlo estas ) existe Ja necesidad de una vision porla palabra “estrategia” into fue definida—y (6), paradéjicamente, después de proponer el rescat del Estado, propone Ia reduccién de su poder, con el consecucnte aume! del poder local’. nto del poder politico y econémico de las regiones y Finalmente, en el referido documento se define el ordenamiento terti- otial como la regulacién de las tendencias de distrib yuci6n de las actividades productivas ¢infraestructarales en el territorio nacional 0 supranacional como vnsecuencia de las acciones de multiples agentes, segdn una visidn estratégica y-mediante la artculaci6n institucional y la negeciack Jos objetivos descados. + Aunque otros profes los profesionales de gengrafls que eo) para dl debate, Resulta importante res prevé ese insrumento de ordenamicn hha sometido a votacion las leyes comp! 2 Bi documento wranspone las ideas caropeas ale lementarias para su implementacin, rambiéa on Estado, por lo tanto, le Ja miniacurizacidn de los poderca vegl jn, con el fin de alcanzar jenales colaboracon en este trabajo, nos estamos refiriendo solo a edinaron tres de un total de scis temas propucstos altar que « pesat de que ls Constituei6n brasileis to, hasta el dia de hoy el Congreso Nacional no tealidad brasil, pero en Brash por ser tana repiblica federal, los poderesregionales (estades) y os poderes locales (municipios) vedacciSn del poder del Estado implica también iormence accica de la federacida brasileiia, pucs esta cs Un caracterlstica que necesita ser comprendida, onales y locales. Resulta importance discurix wlke~ i ret neers ee ee La comprensién de la manera en la que las personas y las cosas 86 distribuyen por el tersitorio (ceguin diferentes densidades) ha estado desde sicenpre presente en el origen de las reflexiones geogréficas, ya sea para descri- bir, explicar, o para intervenir. El territorio es una totalidad que incluye una multiplicidad de agentes en permanente conflicto por su uso, y esa proyeccién del “uso cscratégico del territorio” concierne al problema fundamencal de la teparticiéa y distribucién de las cosas y de las personas en el espacio. Es esa n social y texcitorial del trabajo lo distribucién o, en otros cérminos, esa divi que es el objeto de la politica de ordenamicnto dominance de los teztitorios 1 usar el espacio, siempre comaron la for ‘Todos los grupos sociales, ma de un dominio, dotade de una posicién, una configuracion y un tamaho, ¢s decir, un espacia de propagacién (Ratzel, 1987) cuyos puntos extremos son demarcados para la consolidacidn de aquello que es interao y de aquello que ¢s externo. Esta es una de las paradojas Fundamentales del uso del espacio: es, al mismo tiempo compartide y dividido, pues los individuos se unen en el ar su sobrevivencia, pero también son obligados a excluir espacio para facil a otros para conseguir el mismo fin Esea paradoja fue subsumida en el serrétorio del Exzado, wn capacio cla- ramente demarcado de cjercicio del poder spberano de un F tado. Para esta practica el Estado reclamé legit lad, ¢s decir, pasé a controlar el ordena jento politico, que ha de ser reconacido como vilide por todos aquellos fa, dentro de los limites de determinado que viven bajo una misma sobe territorio. Por Jo tanto, en la perspectiva del Estada, el uso del territorio ra- dica en el poder de crear regulaciones (normas y Ieyes) que puedan “durar’ sa forma servir. como instrumento de dominacidn social cso existe un conflicto permanente en- en el tiempo y ¢ En este caso, ordenar es daminar; por tre los agentes hegeménicos y los agent clordenamiento ha sido un instrumento de dominacién y no de so es no hegeménicas. Histésicamente, idaridad entre las partes constituyentes de un tertitorio nacional. Esta lectura del territorio, como condicién material del Estado mo: derno, cs decir, de su soberania en la defensa de una decerminada sociedad, permanece como fundamental ¢ indispensable, principalmente ante los con régicos ya la valoracién flictos asociados a la explotacién de los recursos est diferencial de los territorios por la actualizacién del capitalismo. Sin embargo, paralelamente a esta lectura, surge otra comprensién del territorio —usada no solo por el Estado, caracterfstica de las relaciones de vida, pero ms préxima 29 a la sociedad civil 0 a las naciones que componen lat socied latinoamericanas, De esta manera, el territotio no es sola la plataforma de accion tégicas del Estado y del mercado, es condicion y producto del eng, como un todo, y no solo de sectores dominantes, El certitatio ey por un continuo incercambio entteel trabajo mucrto y el trabajo Jas normas y las reglas se inseriben en Ia matetialidad orientando |g Cultura immaterial, Segiin esta concepcidn, el cerritorio en sf no seria objeto de andi. sis social sino el teritorio wiizado, practicedo, que considers a presence, todos los agentes, hegeménicos y nn hegemsnicos Paralelamente al ordenainiento dominante del especia, que como ge hy sefiaado rience el Bstado y en las grandes empresas alos protagonists praia, giados, nuevos agentes vienen solicitando participacién en a uso del tertitor, El “territorio usado” por otros protagonistas, no solamente por el Estada y sug instinuciones centralizadas o descentralizads, surge como elerento de dil los lugares co las instancias de pader, De esta manera, dos cuestiones ser registradas para ua dehate accrca del ordenamienco del espacio: 1, Ia identificaein de las arquitecturas por las cuales cada lugar pueda teacr un desarrollo soliderio y axmeénico junto con los otros lugaces bles nacionae eS ettra. 0 social formadg va, donde logo de pod:tan dentro de un terricoria nacional; 2. Ie aprapiacién socialmente justa del espacio heredado, que puede pra- porcionar la objetivacién y materializacién de derechos en el dina dia, en los lugares —que son la realizacién cfectiva dels usos del territorio, pues el uso del territorio se efectiia en los lugares— Sucede que estas dos orientaciones para la constraceién de unademo- ctacis socioespacial se enfrentan con este periode dela globalizacién, que estd marcado por la supremacta de dos modelos de uso del teztitorio. Es deci, la globalizacién se inscribe en el doble proceso de dominacidn y ancipaci Ordenamiento dominante del territorio El primer modelo de uso del terricorio es el hepeménico, que tiene al Estado al frente, pero este modelo no esti separada del mereado, que se manifiesta bajo la forma de las grandes empresas. Al interior de este modelo existen cooperaciones y conflictos, es decir, cxisten contradiceiunes inser- nas en el campo hegeménico, pero histéricamente esas relaciones han sido construidas bajo ¢l amparo del Estado certitorial y, por consiguiente, dentro Ja jurisdiccién estatal, Sin embargo, actualmente estos nexos del space OJejos, porque las grandes empresas se han globalizado; ahors ee ieiled alcanzan una escala mundial, pero los Estados se han es empr : I ete iimitados en sus anciguos espacios de accin, De esta forma, Fi X abe mansoni res y mAs numicrosos scan los espacos de la globalzacidn en los cuanto cionales (puntos y 41eas donde el capital precede al Escado), roti el poder del Estado para “ordenar” su terttorio. enol facepruando cietos sectores econdmicos que no pueden escapar a so del territorio® (como el sector dela extescci¢a minera), todos los dems RP ihcxs Vitnen detrerritoriaticanddo,,ef clear Ee tereeentnaen cio de rerritorios 7 “pe secrores gio! espacio para elaborar mejor sus calculos de ganancia. Fstamos ante una contradiccién: el Estado necesita ser fuerte para realizar los objetivos nacionales dentro de su territorio, sin embargo la globa- lizacién de parcelas del territorio debilita telativamence el poder del Estado. El problema es que pasamos de una situacién donde el Estado ordenaba los proyectos y el mercado se ajustaba a ellos a una situacién donde los sectores econémicos proyectan sus demandas y el Estado entra come agente regulador de esas demandas. Las empresas no tienen politicas tearitoziales, porque no consideran la totalidad del espacio nacional3 pero tienen politicas localizadas en los puntos y areas de interés de obtencién de ganancia. En los asuntos que involucran las discrepancias entre la racionalidad econémica y la justicia social, Godelier (1967) sugiere que se realice la siguiente pregunta: zpara beneficio de quien cs procurada la eficacia, el orden?? O, en otras palabras, :quién usa el territorio? El ordenamiento dominante del terriorio, por definicién, es realizado por el Estado y por las grandes empresas, Entre estas dos instituciones hay relaciones fan porosas hasta el punto de que muchos autores avanzan en la interpretacién de que, desde el punto de vista normativo, habrfa una racionalidad bibrida (Mendes, 2005). De hecho, tal interprétacién se aproxima a la idea, sin con fundirse con ella, segtin la cual ¢] Estado es una estructura que sirve al poder del Sapital, y por esa se constituyen monopolies y oligépolis (Wallerstein, 1974a)- La racionalidad ccondmica se organiza segiin dos orientaciones: Ia eficacia técnica, que Concierne a las organizaciones técatcas infraestructurales (capital fije), esto es, de mayor © menor dominio del hombre sobre su medio ambiente construido, y la justicia, que Concierne al uso socialmence justo de los recursos sociales, Al eonfoantar estos des campos de sipnificacidn se verifica una disimetela encce ambos (Godelier, 1967) 32 Ineluso sc ha llamado Estado corporativista uehias éli is fp ues entes del mundo de los negocios se apoderam de os intereses co, leros para privilegiar sus corporaciones sin distinguit ¢Me Tporativos y las demandas sociales. De hecho, Estado y gra empresas de actu: ‘as de actuacién global permanecea come instituciones distintss: Per? que se imbrican, es decir competencia. (Klein, 2008), en la medida en 44 interactian tanto para la cooperacién como pare. Las cooperaciones son bien conocidas. Fl Banco Nacional de Desenvolvimer™ to Econdmico e Social (BNDES) cs un insirumento brasileio fundamental de expansién del capital y de constiqucién de grandes empresas, particularment® en Brasil, pero también en América Latina. De entre las muchas financiacionss para las empresas, e! Banco firmé, en noviembre de 2012, una financiacién de USD 90,2 millones con el Gobierne ecuatoriano para la construccién de la hidroeléctrica de Manduriacu, en Ecuador. El proyecto ser4 capitaneado por Ia contratista bratilefa Odebrecht, Sin embargo. existen conflicros como aquel que se desarrollé entre el Gobierno Lulay tna de las mayores empresas mineras del raundo, la brasilefia Vale do Rio Doce. En 2008, Vale decidié comprar de China y Corea del Sur 19 geandes buques cargueros para transporte de mincral de hie:ro, con capacidad para 400 mil toneladas cada uno, desembolsando el valor de usb 2,34 mil millones. Esa decisién de la empresa privada (exescatal) se chocé con los intereses del Gobierno brasilefio que en aquella época estimulaba a industria naval brasilefia, En esa misma época, siendo acusado por la prensa de “desindustrializar” el pafs, ya que las exportaciones de productos primarias (especialmente granos, carne y minerales) superaban las de los productos indus- trializados, el Gobicrno Lula solicité a Vale que invirtiera en siderurgia, pero la empresa se rehusd y despidié 1.300 empleados durante el auge de le crisis de 2008. Como parte del control accionario de Vale pertencce a BNDES, el Go- bierno brasilefio ejercid presién politica sobre la empresa y acontecié el cambio del director presidente. De hecho, se trata de una crénica de la contradiccién estructural que fandamenta las tareas del Estado entre los intereses sociales y los intereses mercantiles de las empresas. Analiticamente, se trataria de dos tipos ideales: uno, un Estado puramente social y, dos, un Estado puramente corporativista, y entre ambos una gama infinita de posibilidades que se crean consonantemente con cada situacién geogréfica. Por lo tanto, encontramos preguntas fundamentales planteadas al Estado y a su voluntad de ordenar el territorio, de ponerlo en orden teniendo a la vista los objetivos estratégicos de la nacién: 2Gémo usar la definicidn de oljetives wacionales cuando el tersicoria es, en gran medida, inteenacionalizado, cuando en la légies de Inv grandes empresas las relaciones externas, comerciales o financleras son vistas coma operaciones internas «sus citcuitos expaciales de produccidn? Las deeisiaries sobre lo que se importay lo que se procuce local y regional mente, dénde Completar el proceso productive y a qué mereados internos y extemnos hay que dicigirse, son tomadas en el dmbito de las espresas, - eCémo influir, controlar y defender regiones cuande el procesa de regio nalizacidn, en gran medida, es un ejércicip realizado como herramien para la accién del mercado? El andlisis de Jos citcuitos espaciales productivos ¥ sus efreulos de eoope racién (Santos, 2004a) es instructivo y pedagdgico. Cada topologla de un cle cuito espacial productivo responde por una etapa de produccidn Lato sentw, por ponde p pa de p lo tanto, cada lugar es usado por las empresas segin criterios extremadamente racionales de posicionamicato jerarquico dentro del circuito productive, La mejor combinacién entre lugares en un circuito espacial productivo jerarquizado busca maximizar la ganancia de la empresa; esa tacionalizacién produetiva rompe con la 4 unidad orgdnica de productos terminados, ados en la unién ta dicional de experiencias concretas cel trabajo. ... El producto que forma una unidad, desaparcee como objeto de! proceso de trabajo. EI proceso se convierte en la reunién de sistemas parciales racionalizados, cuya unidad esté determinada por el puso edlculo, que a su ver deben parecer acbicrariamente unidos unos a actos. (Lukes, 2003, p. 203) Veamos el caso de la guerra global entze los lugares, Las grandes corpora- ciones eligen en Jos tersitorios los puntos de su interés y, a parcit de abf, pasar 2 exigir infraestructuras locales y regionales adecuadas a su funcionamiento, ‘Ademds, exigen adapraciones politicas, mediante la flexibilizacién de normas, legislaciones laboralcs débiles y aportes fiscales y financieros, Es a partir de estos instrumentos que los lugares pasan a competir enue sf para atraer inversiones, obedeciendo al imperativo de la competitividad. Sobre todo, se trata de volver él territorio mas fluido, con aportes informativos modernos, para atender las demandas de las empresas (Santos & Silveira, 2001), Los colapsos instirucionales (de los municipios y de los Fstidos federa~ dos) no son menos importantes, Atados a r{gidas politicas de austeridad fiscal bE) 4 pa a Vane ng eID, a : Ja creencia de que presupuestos magros sierapie yon ej Pee voici competitive eden lo servicios pibicn nl vumenta la concesién de subsidios fiscales, tributarios einfraestruc cy Xin los eflculos de ganancia de cada empresa (Harvey, 2004a), eealo de ganancia es sectorial, peto el céleulo politica de cualg tiene que ser territorial, porque la vida es una complejidad de jnvolueran ala totalidad de los agentes y no solo a un sector, Caprurado por la ideologia de 8 competitividad territorial, el too ng cional deja de ser una referencia para la construcci6n de la nacién. Con rales, ge. Sucede que ef viet Gobietng telaciones que secucn- temente, dl terrtorio es dividido entre lugares que compiten por inversions J competitvidad genera la colisién, el choque entre los lugares y las regionas pero, por norma, los que tienen que competi ton las empress, nolo lugares yas regiones, porque la competitividad dcbilita los lazos de unin, debilitende de gata manera los fundamentos de la naci6n, Ante la ausencia de un peoyecrs nacional cxplicizo que articule cl territorio incluyendo cada parce a pettic de |, consideracién de las necesidades generates, los lugares pasan a buscar valuciones parciales apoyadias en el “imperativo de la competitividad”. La plobalizacién hegeménica esti fundada sobre el impetitive de la competitividad, que disminuye las cohesiones sociales proponiendo a los Ee. tados que acepten la supremacta de las leyes del mercado, puestas al servicio de Ja competitividad de las empresas. Este imperative conduce al divorcio entre los intereses del capital uansnacional y aquellos del Estado nacional, Fl espacio politico del Estado (que deberia abarcar la totalidad del tersitoria nacigaal) y el espacio econdmico de las empresas (consticuida por puntos y reas, por fragmentos de interés del eapical transnacional) dejan de coincidie, Al instizucionalizar y materializar incerescs del mercado (la Aluider requerida porlas empresas es aommativa y también infraestructural), el Estado ordena ua territorio fluido para el mercado hegeménico, un territorio fragmentado por intereses precisos y sectoriales. AI realizar la polftica de las empresas, el Estado renuncia a los pactos de alcance nacional para realizar pactos de alcance sec- torial; para las empresas, a valorizacidn del lugar tiene que ver con los puntos de inrerés de ganancia y no cox el entorno, Ein este caso, la globalizacién se inscribe en el proceso de racionalizacidn para la dominacién, Furtado considera que: a partir del momento en el que el motor del crecimiento deja de scr la formacién del mercado interno para ser la integracién con la economia . _ ; spuermacinoal, Jos efectas de sincrgia gencrados por lainterdependencia Ee as distintas regiones del pals desaparecen, debilicando sensiblemente Jos vinculos de solidaridad entre ellas, (1992, p. 32) Los espacios correspondientes a exe mundo de dominacién son secta- sales, son fregmentos, son espacios ftaccionsdos que niegan la cocxistencia tit site banal’ (Santos, 2000b), es decir, el espacio de tados. ;Cémo cvervary renovar la cultura y la unidad politica en un mundo dominado Se papue einstituciones que fundan su poder en el control de la tecnologla, ela cencia y dela informacisn? Otras formas de uso del territorio Elsegundo modelo de uso del territario es el no hegeménico, relacio pado con la valoracién: politica de las cultusas y de los lugares. Por medio de la integracidn solidatia, obtenida mediante solidaridades sociales, econdmi- casy culturales, los grupos sociales sobreviven en conjunto. ‘Temporalidades internas a Jos lugares y, por lo tanto, no globales, definen formas diversas de convivencia con ¢l medio gcogréfico, creadas 2 pactir del propio repercorio de eserategias que los grupos territozializados desarrollan durante su perma- nencia en los lugares: es a esto a lo que llamamos contra-ractonalidades. San definidas asf porque cscapan alos ordenamientos dominantes, Esas fuerras de permanencia que los grupos consolidan con su medio geugrifice pravienen de érdenes internos, a pesar de las influencias ¢ interdependencias plobales, Son formas de vida y de cultura que politicamente sun conoretizadas en é| Uamado “derecho 2 la diferencia” Laclau (1993) observa que si una identidad conserva apenas una relacién iferencial, se mantiene tambign el fundamento que constituye “Ia diferencia en cuanto diferencia”. De este modo, Ia simple afirmacién del derecho a la diferencia podria defini: un tipo de aparsheid, cuyo resultado seria el segrega- cionismo total. Por Jo tanto, ese derecho a Ia diferencia tiene que ser afirmado “EL espacio hanal serfa el espacio de rodes: empresas, inssituciones, personas; el espacio de Tas vivenciss, Ese espacio banal, esa exicnsign continuada, donde Los agentes son sonsiderades ch su contigilidad, son espacios que sustentan y explican un conjunto 4¢ producciones localizadas, intesdependientes, dentio-de un étea cuyas caceeteristicas ‘constituyen también un factor de psoduccién. Todos los agentes eseda, qe una forma o ‘de otra, implicados, y los respecrivos tiempos, enis répidos o mas lenvos, estin imbrica- dos” (Santos, 2000h, p. 109). a 36 ner un pro ; ey aoe te orgs [ot gars een 23 Slee oe fundamental dela once oe aa ee Ra eee a claro que no estamos afirmando, ni tampoc? rial save quia de los lugares, Como afirma Veltz (2012), es nature te rte importante de la energfa motriz. del desarrollo local repose $2. afirmaciones de identidad que, sabemos, se definen contra fa centealizaci6n del poder y el parasitisma fiscal. No obstante, la idea de un lugar aut6nome y un desarrollo local exchusivamente endéigeno es poco cealisca ~el peor ¢P migo del lugar es el localismo-, De hecho, no existe auconomla absoluca de los lugares; contra-racionalidades se definen a partir de argumentos locales. S Santos (1296), el orden global y el orden local constiauyen dos situacionss gendcicamente opuestas, aunque en cada una se verifiquen aspectos dela otra sino cambién incereses en cuatro no obstante; las egiin afitma En los lugares no inciden solo vectores locales, exégenos. El mundo se presenta como una estructura distribuida niveles, el mundial, ef supranacional, el nacional y el regional o local, pero esta organizacién no remite a un sistema de “mufiecas rusas", recurdando la metéfora de Veltz (2012), donde cada nivel esté de alguna manera encajado ene] nivel superior. Las diversas actividades preseates en los lugares se articulan con escalas y regulaciones muy variables, 1a diferenciacién entre los lugares proviene del hecho de que ellos son diversamente logrados, cualitativa y cuan- tirarivamente, por elementos méviles que aetiian en canjunto “para definir situaciones geogrdficas, 1cforzdndose 0 contreriéndose unos a otros” (George, 1969, p. 14). De ahi provienen demandas materiales y normativas diversas en los lugares. Ningsin lugar leva en [a tocalidad de las relaciones (sociales, econé- micas, politicas y culcurales) que lo animan, principalmente en este perfodo de a globalizacién en que ef mundo conoce una historia nica, manifiesta cn una unicidad técnica, en una unicidad del tiempo {con una convergencia de los momentos) y una unicidad del motor de la vida econémica. A! inicio de la historia habfa tantos sistemas técnicos come grupos sociales existiendo en sus espacios, sin embargo, con la expansién de los intercambios, especialmen- te de los intercambios desiguales, el stack de cécnicas locales es presionado en favor de sistemas técnicos planctarios, Fl uso del petréleo y sus derivados ilustra bien la historia de la imposicién de sistemas técnicos energéticos. La Unicidad del tiempo ¢s consecuencia en buena medida de la unicidad téeni- Ca, pues se trata de la posibilidad de conocer eventos simultdneos en tiempo real, especialmente en funcién del desarrollo de las telecomunicaciones, y paralelamente se constituye una unicidad del motor de la vida econdmica, Fepresentada por la emergencia de una plusvalfa en escala mundial, de la cual las grandes corporaciones transnacionales son los grandes vectores de su pla- netarizacién (Santos, 1996b), 1a vida de relaciones locales se torna mds compleja principalmente en los espacios de interés de las grandes corporaciones, en donde el lugar pasa a set alcanzado en tiempo real por informaciones y Srdenes exigentes en adap- taciones récnicas y politicas, y por respuestas eficaces al movimiento mercantil globalizado, Los colapsos institucionales (municipales y provinciales) no son menos importantes, Presos de politicas restringentes de austeridad fiscal y alimentados por la creencia de que presupuestos “sencillos” siempre son ef mejor medio para una ciudad comperitiva (he aqui la “guerra de Jos lugares"), s¢ reduccn los servicios péblicos mientras aumenta la concesién de subsidios fiscales, rributarios ¢ infraescructurales, seguinilas ecuaciones de ganancia de cada empresa (Harvey, 20042). Entre las érdenes de la globalizacién econdmica y los lugares, entre estas dos escalas, se posiciona cl Estado nacional que, en cierta medida, se encuentra debilitado para arbitrar y regular la relaci6n eatre lo global y lo local. Pero, a pesar de cierto debilitamiento del Estado (la volatilidad de los capitales financieros cruzando las fronteras nacionales es un tera recurrente de esa dificulcad de regulacién), él continua siendo fundamental para la expansién y mantenimiento de los capitales nacionales y locales, principalmente con el contro] de la moneda nacional y de las leyes que arbitran impuestosy tributos que pucden ser dirigidos para una mejor distribucién de las rencas nacionales, El territorio nacional es la mediacidn entre lo global y lo local y ¢s el espacio. que permite la interaccién de identidades locales que contrastan entre si. La congregacién de los diferentes ex a fucrza centripea de la nacién, en oposi- cién a los procesos centrffugos de fragmentacin socioterritorial propios de la globalizacién mercantil Fl Jugar resulta de una ferilizacin cruzada entre fuerzas endégenas y exégenas mediadas por la nacién, Las fuerzas son constituidas pot elementos inéviles, dindmicos, por eso el lugar es un campo de fuereas hibridas que 37 cventemente una situacién geogrdfica (Santes,1996b) tpviionada por oe lites poliio-edenin Fecativos, pucs 15 fale ation, pr as res ulrapsan cos lites de lies malible Sols ca a eve lugares entran en contacto con UNO lax elementos eB todos obran cn conjunte, reforz4ndose o contrariindose, Ra Me a de mancra contradictoria, otras veces complementndose. Los lugares no i pecan wtos al misrhe aang Miocene con cada elemento de su medio, ca den de queel lugar eunatotalidad. Por ende, una sicuacion geogetica e arma de furs cn acidn, oxganizaas epi un conjunto de vals que interact ‘nica ¢ inédita segiin el tiempo y el espacio. La dif jan de manera ultad para la gobernabilidad de la vida pollcica provincial y municipal resulta de la interacciéa de un gran niimero de vatiables independientes, la cuales como regla, no se reducen a institucion ‘ cs espacialmente circunscritas. Cuando cambian las combinaciones entre las variables, al sabor de eventos nacionales 0 sflobales que huyen del control del lugar, surge situaciones progrdficas inéditas que redefinen, cl campo de fuerzas, solicitando por eso nuevos pactos entre los diferentes entes de la nacin. Para Harvey (2005). a atencién no debe estar dirigida solo al Gobierno es el poder de organizacién de la vida de un aliciones de fuerzas més amplias, donde el Go- yas un rol de facilitador y de jue la conforma cans Jocal, pues en muchas ocasion ciudad csté en otra parte, en 60; bierno y 12 administracién locales cumplen 2pe1 coordinador. Al referirse a los Fscados Unidos, Gottdienes (1993) afirma q) creencia en una “jerarquia relativamente aucosuficience” de lugares es ridicula, tanta ala luz de Ja teorfa del sistema mundial como @ Ja del siscema nacional de produccién y distribucién estadaunidense. También para el Brasil esa const tacién es valida, ya que todo lugar se conecta con la sociedad mayor en toro I desarrollo Local presupone conexiones verticses, Para Cozaggio cuando se al; por eso el (2007), solo poces veces se cncuentran sistemas locales autérquicos Ys ded son poco relevantes. Se puede pensar alsa mas locales aucdr- encuentran, con scguti realidad como sistema, pero ontolégicamen quicos porque cuando a ellos se agrees cl ad) es un subsistema que 10 s€ puede autorregula te no existen sist tivo “abicrto” s¢ 12. Las negociaciones € demuestra que fectuadas uc enestc texto estamos usando los térmunos autargufay autonomia comm? cinbnimos, pues en Brasil los procesos de consurucci¢a de decisiones enddgerss locales poll cas o jeze son referidos al término “suconomla”, En Brasil, el ermine aurcarqult 56 refiere a entidades del derecho publica, urgidas despuds de la década de 1930: para designat 3 Conviencaclarar 4 Jos agentes que tienen interests en las posibilidad faramente st realizan con agentes locales, sin actores nacionales yglo- Bn la medida en que lo que course en los lugares esd, en buena paste, “eendicionado por proceses que no son locales, su autonomia es relativa, De © aligoe, cuando las variables-clave ~aquellas que tienen poder para decidir. | qut actian sobre el lugar no son ni locales ni nacionales, pero s{ globale, | especialmente cuando el lugar es un punto dentro de una extensa red de une empresa transnacional, el “ordenamiento dominante” de un espacio nacional se wuelve inocu. Para hacer frente a la pérdida de control politico sobre sus propias relaciones de vida, los lugares construyen sus propias divisiones so Giles yterritoriales cel trabajo, es decir, u propia racionalidad, que en repla ficiona con la racionalidad dominance, Dicho de otro modo, no es posible comprender las dindmicas locales en el perfodo actual sin el uso analltico de Ja relacién global/Jocal. Como afirma Harvey (2004b), las resistencias son universalizantes, en lamedida en que apelan al concepto de dignidad y al derecho hutnano uni versal de tratamiento definido por el respeto. Por otro lada, las resistencias son Ieales, en Ja medida en que hacen afirmaciones, fundadas en el plane local, enla incusién y en la his es de desarrollo de log ia cultural, qud enf particular como geupo social y territorial Las fuerzas de circulacidn, exacecbadas en este periodo, tienen cardeter de disoluci6n de hébitos, costumbres y tradiciones que desorganizan la vida de los lugares, peco también son fuentes de proposicién de nuevas formas de con ivencia, pues la realizacin cada ver mds dense del proceso de globalizacién sonstituye la oportunidad para el amalgamamiento, aunque elemental, de las Slosofias producidas en los diversos lugares. izan su posicién singular y Considceaciones finales Serfa aconsejable reconocer la existencia de redes de uso del territorio que fstin imbricadas: una oficial y dominante y otra representada por nuevas formas Geuso del territorio que no se institucionalizaron. Se trata de superposiciones y mezclas complejas que merecen reflexidn, pues el territorio es cualitasivamente ‘on gran ndmncro de servicios que ac dicberian prewar pore! Estado deforma deocenscalisada 428 eaupienas u Grgzncs expecalizados. Hoy las autarquias brasiefas, en ynero bastante educido después de las pri vatizaciones de los afios noventa, ya pesat de poseer prerspoestos ‘Ygsstionce propios, han peidido sus caractestticas de auronomnia y Bexibilidad, X%

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