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TRORIA DE FREUD AL FINAL DE SU VIDA Estanislao Zuleta | wine 16 4000 00026738 8 EDITORIAL LATINA | fe Cra, 40 N? 258-14 - Bogots It ‘Todos lot derechos reservados ditorial LATINA, 5. A, Disefio de carétula: Jorge Posada Impreso en Colombii Ph. 7 1 Consciente - Inconsciente - Pre-consciente. (Algo s0- bre el Canibalismo y el Duelo) 2. es cee vee MD \ TT Concepto sobre fa Sublimaciéa 29 TIT Super-yo e Identificacién = 39 IV Algo més sobre la Pulsién de Muerte y ta Sut ig [ee aM "I “Las Servidumbres del Yo" (Continuscién) 83, VIE! Modelo Tépico sanoulrecrunk'¥ e HiNaNaS ALIDY INTRODUCCION [Estas conferencias fueron pronunciadas durante os me sos de Junio y Julio do 1977 en of Centro Psicoanalitico Sigmund Proud, de Cali. Como ef piblico a que estsban Gestinadas ha venido siguiendo duranto tres afios 1a ex Guvicién detafada de tar obras de Freud, dejo de tado Prchos de fos. probiomas que plantea ef Yo y of Ello, Gado quo fueron tratados en forma més precisa en otros (ets, Por ef contrario he tratado con alguna extensia ron temas a Tos que aqui s0 dedican apenas unas cua fs Tinean, como es el caso de Ia Sublimacién. Esto s0 debe on primer lugar a que esas pocas y enigméticas IF sees pucden abrit un camino nuevo para fa comprensiéa Te euta noctén capital en Ia concepeién psicoanaliticn de fa economia libidinal y, on segundo tugar a que Freud Me Studia fa sublimacion por si misma como proceso pai Mice y destino de ias ptlsiones en ninguna parte de su obra, ‘Fenémeno curioso si se tiene on cuenta Ia importan- cia quo Frou le conleria a oste “destino de fas pulsio- Sayed dnieo a decir verdad que no implica resriceone Neacionales del Yo. Freud aborda {a sublimacién en cast Todas sus obras importantes a partir do 1905 (EI Caso Dove, "Andlisis fragmentario de una histeria”) hasta los Fitinos trabejos de Londres, en 1938. Pero todas esas ob- stoveciones, que no ocuparian reunides més de 6 6 7 padi fan posponen timidamente el esunto para un estudio pos Taicr gue munca vino, y pot 10 demés, son a veces com 1 —pletamente-erredes. Como es Frecuente- en Ia historia de 4a cultura, fueron e308 errores fos que legaron a hacerse famovos- como teoria treudiana de Ia sublimacién, como {1a idea lamentable. de-que consiste en un-desvio. de-la ibido hacia fines socialmente aceptables. Indizectamente, sin embargo, lor estudios sobre’ el ‘chis- fo, sobre “La Gradiva’, sobre Ia investigacién originaria (CTeories sexuales intantiles”) arrojan mucha luz sobre el problema de Ia produccién intelectual aunque no se mencione en ellos. el. término, “Sublimacién’, témino.dox ‘afortunado. como tantos ottos del vocabulario frewdiano, Las indicaciones inctuidas aqui sélo pretenden subra- yar la importancia del tema-y algunas de. las disecciones fen que podria ser explorado. La sublimacién consiste en ‘una movilided de a energia psiquica que permite que los ‘mecanismos de defense —identiticacién, proyeccién, ane lacién, ofc-— que generalmente so imponen a costa del pensamiento eo conviortan en poderes de éste; fo mismo ‘que las pulsiones y su Iégica propia: Ia orslidad con s anheto de totalidad, anhelo pasivo y sin espera; Ia anali- dad con su dialéctica del retener y of producir, su drama de inscripcién on Ia ley, su destinacién a un tostigo, ete. EI pensamiento, no es fa fur del alma, ni el ejercicio de alguna mirada neutral: es un trabajo quo #0 leva a cabo con todas las dificultades y posibilidades del cuerpo, tal como ha sido marcado, escrito por la serie de dramas’ que nos constituyen, tal como hha sido inscrito en el lenguajo, sometido a las normas, arrancendo a la autonomia de Io bivlégico y arrojado a Ia historia, La sublimacién es combinatoria de nuestras tendencias, ‘en ofras palabras, pensamos con nuestroy problemas y 1no a pesar de ellos, Nada de fo que constituye nuestra se- xualidad, ninguno de fos “mecaniemos de defensa” ni de los rasgos del proceso primario, puede ser declarado en 8 Wwers0"de por si al ponsamiento 0 al amor- ‘Lo tinico” que on psicoandlisis puede amarse patolégico os | —1a-unifateralidad-conque~so--impone un~factor-necesario — costa de los otros y dota movilidad dialéctica, Freud explica (Méo allé del principio del placer) que ef instinto de muerte es un componente necesario. del amor, Un amor que no contuviera ninguna agresividad, que “no pudiora lanzarse a Ia conquista, posesién y transtorme- ‘ién do st objeto no serla més quo una contemplacién =. esta y extasiada de éste, usa impotencia Al final de “EI Yo y ef Bilo”, Freud despliega Ia com Dlejidad de sus construcciones teéricas: fos dos “instintos”, tas tree instancias del aparato psiquico y toda la dinémi- ea de las pulsiones. Hoy se leva a cabo, aproximadamente cada seis me- ses, una “rovolucién fe6rica” radical, por necosidades de 1a moda, por razones comerciales y, sobre todo como efec- to del desconcierto histérico. EI psicoandlisis —y desde luego al marxismo— son las victimas de eleccién de todas esas revoluciones. Clertamente, es mucho fo quo puede y debe serles ctiticado y aportado; pero es necesario cono- ‘cer a fondo su riqueza'y sus posibilidades, para no correr | el rieego de botar ef bebé con ef agua del bao. ESTANISLAO ZULETA Cali, Octubre 4 de 1977 CONSCIENTE - INCONSCIENTE * PRE-CONSCIENTE (ALGO SOBRE EL GANIBALISMO Y EL DUELO) . Conferencia N° 1 El YO y el ELLO, es un texto de 1923 y uno de os textos mis fecundos, més ricos, pero también més diffeiles de Freud. Bl Capitulo ‘1 retoma desarrollos hechos por Freud en obras anteriores principalmente en La Me- tapsicologia, donde el mismo tema, lo consciente y Io fneonsofente, se encuentra mis desarrollado que aqul. Voy a resumirlo entonces rapidamente, para que Po- Gamos avanzar hasta Iegar a los puntos donde se plantean las verdaderas dificultades. Comienza, como habla hecho en otros textos, por ‘una discusién’ con algunas escuelas, psicolégicas y fi Josdticas dela época, que sencillamente consideran {que lo psiquico y lo consciente coinciden y que hablar Je un psiquisme inconsciente es una contradiecién en {os términos. Luego nos da varios sentidos de la pa- jebra inconsciente, tal como habia hecho igualmente ‘ ex h ‘eiShiOrtca OF AL roca Y ‘o HuMAS ‘en La Metapsicologia.HI los define en sentido descrip tivo y-en sentido dindmico. + — ve En un “sentido “descriptive, “inconsciente- es’ todo aquello que no es objeto actual de nuestra concien- cia y que sin embargo sigue vivo en nosotros y ope- ranie, Evidentemente mucha parte, una parte inmen- ‘sa-de-nuestra vida actual y pasada no es objeto ac~ tual de nuestra conciencia, no estamos pensando en ella, pero esta allf vigente.’ Si nos preguntan podria ‘mos inwiediatamente volverla a hacer una vivencia ac- tual (recuerdo), de la misma manera que operan en nosotros as decisiones que tomamos conscientemen- te sin que necesitemos continuamente pensar en ellas; sigue dperando de alguna manera hasta tal punto que si llega el momento de llevar a cabo esas decisiones en al futuro, ya lo que nos impresiona es que se mos __ Pero ese inconsciente no se separa de lo cons- ciente sino en términos de la actualidad, Freud lo ha Mamado en toda su obra del perfodo de madurez y del ltimo periodo, lo pre-consciente; pertenece al siste- ma mismo de Ia conciencia que él llama sistema pre- ‘consciente-consciente. Podemos entonees para simplifi- ear hacer una definicién répida: pre-conseiente es aquello que sin ser objeto actual de nuestra conciencia, permanece disponible para ella y aflora otra vez co- ‘mo objeto de la conciencia ante cualquier solicitacion. de la vida. En otras palabras, entre lo pre-consciente y Ia conciencia no existe una barrera. Por el contya- io entre lo inconseiente en el sentido dindmieo y la ‘conciencia, existe una barrera: la represién. Podemos entonces denominar inconsciente, ha- blando con propiedad, aquello que sigue vive y ope- rrante en nosotros y esi4 excluido de nuestra coneien- 12 Gig por labarrera’ de la Fepresion, como una fuerza ~tapectficay mientras que el pre-consciente es dispoat- ble, lo inconsciente es incompatible con la estructura “de nuestra conciencia y Ia posibilidad de su deveni consciente, implica precisamente la modificacién de Ja estructura de nuestra conciencia, de la de nues- tros afectos y de las formas adquitidas por nuestros descos; mientras que la posibilidad de devenir, obje- to actual de la conciencia, de lo pre-consciente, no implica modifieacién alguna, Se encuentra separado de la conciencia lo inconsciente, pues, por la barréra de la represién generalmente se le suele denominar En realidad, aunque aqui no se detiene mucho en 1 tema, Freud en otros textos, el caso Schreber por fjemplo_y algunos otros, indica que se trata mas bien de dos fuerzes las que separan lo inconsciente de lo conseiente y de lo pre-consciente, Una es fuerza de expulsidn por el hecho mismo de la incompatiblidad. Sitomarnes uno de os ejemplos de Freud de una re resin, por ejemplo el olvido de nombres propios, ETique ‘se nila ln Psicopatologia de la Vida Co nna, vemos que en un discurso desaparece de pronto la disponibilidad de un nombre, sin embargo familiar para el que habla; é1 mismo nota con asombro lo ra~ Fo de que se haya produeido ese hueco en su discur- 59, esa disconlinuidad, porque tiene la seguridad de aie le es un nombre muy familiar. £1 andlisis muestra due exe nombre tracriaconsizo una serie de ideas fue son precisamente ideas que en el momento en que SCpromuncia ef diseurso, se tata de mantener alejades dele conciencia. Esa. es una fuerza que podrfamos amar ‘de rechazo 0 de exchisién Otra fuerza a Ja que Freud se refiere es una fuer~ an de atraceldn; el elemento de In cadena Iingustin 13 fen, este caso asi excluido es ademés atrafdo por otra cadena, porque no solamente viene a perturbar la idea que el'sujeto que habla, esté teniendo de sf mismo y hacer irrumpir las predcupaciones que quiere tener alejadas de si, sino que ademés esté vinculado a una cadena inconseiente que lo atrae, En e] estudio sobre Schreber cuando Freud plan- tea esa doble fuerza, dice que es como si al ir a su bir a una pirémide por un lado se le empujara hacia Ta cima y desde el otro lado se Ie halara con un lazo. Al formular, entonces, asi el inconsciente, es necesa: rio subrayar el término en el cual Freud insiste tan fuertemente, su cardcter dindmico, Hs decir, que su desaparicidn del ambito de la conciencia no le reti- ra nada de su eficacia, Lo que asi desaparece no ha desaparecido, pues por su insignificancia, no se ha bo- rrado, sencillamente, como explica una teorla tradi- cional de la memoria, porque habia dejado muy leves huellas, sino porque por el contrario, es profunda- mente significativo; y entonces se podria decir del ol- vido que no puede’ ser explicado por ninguna inercia © ninguna fuerza del tiempo. Naturalmente también hay un olvido por la poca significacin de algunos de 410s fenémenos de que somos conscientes, los centena- res de miles de restros que hemos visto, la inmensa mayorfa de los cuales se nos han olvidado; en la re- presién se trata, por el contrario, de los acontecimien- tos mas determinantes, de Ios acontecimientos de la ‘infancia, por ejemplo (la amnesia infantil) y no se trata necesariamente de olvido, solamente lo tomo cos mo ejemplo, se trata también de la represién de pasion nes actuales y preocupaciones aetuales. Después de que Freud establece, pues, en forma muy proxima a la de los textos de La Metapsicologia, el tema de to conseiente, lo pre-consciente y lo incons- 14 ionte, enseguida pasa a mostrar, a tralar otros tér- ~eitnes) es decir, a tratar lo que se suele denominar la = neha palguica o las instancias psfqulcas: el YO, ~ 1 ELLO, y el SUPERYO. Inicialmente Freud advierte, como ya por otra |——parte habla hecho antes, que esos términos no se re Rabren y que no se puede designar por ejemplo el BELLO. Hclendo que A ELLO es lo inconsciente y ol YO res lo consclente, puesto que no se recubren en ab- soluto; en primer lugar porque el YO e5 en gran par well aacionte, Freud lo considera como una orgeni- A ere surge del ELLO. El BLLO lo toma de un weet Groddeck que a's turno lo toma de Nietes- Se, Freud precisa ‘que Nietzsche queria decir con GELS quella parte de. nuestro ser. que podrlamos Considerar presindividual, pre-personal, anterior a un proceso de individuacién, sintético. La conciencia, el sven consciente como dia Freud, no ex mis aue sen de sus caracterisicas, Dos caracteristcas se pue~ den Sabrayar en el YO para comenzar: 1° Que es la tate del devenir consciente. 2° Que es el centro de seeestilidad, es decir, del paso de las pubsiones y las eaTeey los deseos, a'la. accibn; a eso se debe SBT YO “equicra la sintesis, 0 como dijo Freud en PEiise, Skutoma y" Angustia, sea él mismo In ob- Sdn e ia infos, orgue el devenircomsient exe esi de aac ga que a Logica del sistema consciente- se Ja sinks 98 Shaye la contadicegn. 1 paso a 18 ae ery enige igualmente la sintesis ya que dentro oid spies tendencias diversas y a veces contra- de esse tucatto ser, necesitamos hacer una sinte- eae stoder efectuar alguna en él sentido de ha- ie pare reer Ta accion, es decit, es perfectamente po- Stale Bas al mismo tiempo deseemos huir y atacar en ae ee hnna situacion; pero para hacer algo y no tne fetetralieados alli, es mecesario que una de Jas 5 dos coriande y la otra quede relativa o complatamen= {6 reprimida; es deeir,es necesavie una sintesis; eua= do Ia atencién a la realidad, en la perspectiva de la acelin y de la atenciin activa, atenciin que explora para responder, estin exigidas, la sintesis que sero: quiere.es mucho mayor. Por eso cuando se produce el-estado de suefio en el cual se retira Ja atencion del ‘mundo y no existe la perspeetiva de ninguna motili- dad, la sintesis que se exige es mucho menos drasti- ca y por Io tanto también la represién, y es a e30 Jo que se debe que a los suefios afloren mucho més dlrectamente los contenidos inconseientes que en la vida despierta, y por eso decia Freud que el sueio gs el camino teal hacia el inconsciente también en Jos sintomas, pero en los sintomas el ¥O ha fracas. do en su esfuerzo de unificatiGn El sintoma es sintoma, porque ninguna de las dos osiciones, los derechos de la represién y los derechos ropios de la pulsién inconsciente tuvieron un éxito completo y se produce una componenda, un sintoma, ‘pero que precisamente escapa al control del YO. rasgo, caracterlstico de un s{ntoma es precisamente que “no es en ybico”, dice Freud, es decir, el YO no Jo toma a nombre propio como cuando decimos: yo lo hice, Pero precisamente por esa exigencia de sintesis, el YO es también la sede de la represién, un. mecay nismo que es el mismo inconsciente, y de todos los mecanismos de defensa contra lo inconsciente: la pro- yeeeidn, Ia conversién en lo contrario, Ia formacion reactiva; todos los mecanismos del’ YO que se emplean para alejar de la coneiencia los conteni- dos inconseientes, tienen también su sede en el YO. Esta pues, provisto de una serie de mecanismos que son ellos mismos inconscientes, porque uno deviene consciente del resultado de la proyeccién o de la > macién reactiva, la conversién del deseo en repug- 16 ‘naneia por ejemplo, pero no nnismo dela formacién reactiva, proceso, no del meca— Pero por otra parte, ef YO contiene un’ sistema de respuestas que podriemos llamar sedimentadas, es Secir, una manera que se ha hecho tipiea y, por decir Jo asi, automética de responder a una serie de cir cunstancias; respuestas sedimentadas que es lo-que denominamos “rasgos de cardcter”, y se construye en base a la historia de nuestras identificaciones ineons- ientes. Por lo tanto, si ya lo eonsideramos como ca= réeter en conjunto, pueden ustedes ver que es en gran parte ineonsciente y que el devenir consciente no es is que uno de sus aspectos; por lo tanto, el YO. no puede ser asimilado a Ia concfencia en un paralelo con el ELLO asimilado a lo inconseiente, porque el inconsciente cubre gran parte del YO; y como vere ‘mos“un poco més adelante, también del super-¥O. Freud lo dice en estos términos: : “Todo Io reprimido es inconseiente, pero no to- do lo inconseiente es reprimido, también una parte del YO, cuya amplitud nos es imposible fijar, puede ser inconsciente y lo es seguramente y este incons- ciente del YO no es latente en el sentido de lo pre- consciente, pues, si Io fuera no podria ser activado sin hacerse consciente y su atraccién a la conciencia no opondria tan grandes dificultades, Viéndonos asi obli- gados a admitir un tercer inconsciente, no reprimido, hhemos de confesar que la inconciencia’ pierde impor. tancia a nuestros ojos; eonvirtiéndose en una eualidad de miltiples sentidos que no permite deducir Tas ama- plias y exclusivas conclusiones que esperébamos”. Cuando dice allt, que “si todo lo reprimide es i consciente no todo lo inconsciente es reprimido” refiere a todos los mecanismos inconscientes que no Ww son el objeto de una represién en primer lugar, es de- cir, que hayan sido una vez conseientes, como los pa- ssajes de la infancia que cayeron bajo la amnesia in fantil y se hayan luego, por represién, vuelto incons- cientes, sino que no lo han sido nunca, También, mu- chos de los fantasmas més originarios operan en for- ma que podriamos llamar mds originariamente incons- ciente, y en ese sentido se podria interpretar Ja for- mulacién que hizo Derrida del inconseiente, como “un pasado que nunca fue presente”, en el sentido de que nnunea fue presente a la conciencia, Hasta aqul, pues, lo expuesto, no contiene propia~ ‘mente ninguna novedad, es un nuevo resumen de le. Bs elaboradas antes El problema se presenta un poco més complicado en el momento en que se introduce tuno de los temas que resullan més difciles y menos recuentemente twatados por los comentaristas en psicoanélisis: una earacterizacién de lo pre-conseiente con referencia al lenguaje. Dice asf, y esto ya lo habia mencionado, en efecto, en La Metapsicologia: “En otro Tugar. hemos expuesto ya la hipétesis de que la verdadera diferen- cia entre una representacién inconseiente y una repre- sentacién preconsciente (un pensamiente) consiste en aque el material de la primera permanece oculto, mien~ tras que la segunda se muestra enlazada con repre= sentaciones verbales. Emprendamos aqui, por primera vez, la tentativa de indicar earacteres de los sistemas Drevonsciente ipeoselente,distintos de su relacion- ei ete moment, pe, ns lo defini n relacién con la conciencla; el io’ ees. spon: Blo, el otto lees incompatible. ‘Pero shora, Freud intenta definirlos fuera "ae esa relacién, en sus 18 caraciersticas propias y Jo primero que nos dice es que es un Tasgo de Los contenidos.preconscientes el due ‘estén enlacados con representaciones verbaler. TAS pues la pregunta de cémo se hace algo consciente debera set sustituida por la de ebmo se hace algo pre- consclente”, (es deci, In pregunta se reflere eviden- {Gmente a 1o inconseiente: edino fo inconselente devie- fhe consciente, deberia ser sustituido por la pregunta: de camo Io inconseiente seviene preconsciente), ¥ la espuesta serfa_ que por su enlace con las represen- taelones verbales correspondientes, Estas representaciones verbales son restos mné- micos. Fueron en un momento dado pereepeiones, y pueden volver a ser conscientes como todos los res- fos mnémicos. Antes de seguir tratando de su natura- leza, dejaremos consignado que solo puede hacerse consciente lo que ya fue una vez una percepcién cons- lente: aquello que no siendo un sentimiento quiere devenir consclente, y desde el interior tiene que in- tentar transformarse en percepeiones exteriores, trans- formacién que consigue por medio de las huellas mné- “Los restos verbales proceden esencialmente de pereepeiones actisticas, circunstancia que adscribe al sistema preconseiente tun origen sensorial especial”, si ho tenemos en cuenta los fenémenos de la lectura y Ja eseritura el problema que se plantea y que el tex- to deja fundamentalmente abierto es: por qué? En primer lugar da Ja impresién de que todo esto podria ser Yomado como un error, y uno podria de- tir; no solo hay imagenes inconscientes, recuerdos {que fengan una configuracién plastica; también hay Hdeas inconscientes, también hay pensamientos incons- cientes, Freud muy continuamente lo dice, y hasta 19 operaciones. complejas_y complejisima® inconsclentesy de dénde-viene-el-hecho-de que las representaciones— verbales caracterizan lo preconseiente? Voy a leer un ‘comentario que nos puede ayudar a deselfrar ese pro- blema. Dice: “No debemos sin embargo, olvidar o ne- ger, Ilevados por una tendencia a la simplifieacién, la importancia de los restos mnémicos épticos de las c sas ni tampoco la posibilidad de un acceso a la con: eiencia de los procesos mentales por retorno a los res tos visuales, posibilidad que parece predominar en — ‘muchas personas”, Es decir, hay que reconocer que también lo pre~ consciente esté en gran parte dado en forma de re- presentacidnes plisticas. Por ejemplo, muchisimos de nuestros récuerdos pre-conscientes que ante cualquier interrogacién: ;Cual es el primer recuerdo de tu in- fancia? -podrfamos inmediatamente reprodueir, es- ‘t4n para nosotros en forma plistiea y no simplemente en forma de discurso, si por eso vamos a entender re- presentaciones verbales; incluso Freud reconoce alli, como también ya lo habia hecho desde La Interpreta- cién de, los Sueios, In idea de un pensamiento visual, “Hl estudio de los suefios y el de Ins fantastas pre~ conscientes observadas por J. Varendenk puede. dar- znos una idea de la peculiaridad de ese pensamiento visual”, Ademés en los ejemplos tomados en La Inter- preiaciin de los Sueios, Freud habla precisamente de Ja pintura traténdola como pensamiento visual, que> tiene una légica propia; la pintura para él trata de traducir a términos espaciales algunas de las conside- raciones sobre los objetos que representa, Sin ermbar~ go, las relaciones, s6lo muy indirectamente son expre- sadas alli. “No constituye pues, sino un acceso muy Imperfecto a la conciencia, se halla mas cerca, (el pen- 20 — _ SEESES Ra) ce tos proceso: inconscientes aue-e saerenta. verbal yey an. duda mas antigu que Este, tanto ontogenéiica como filogeneticamente”. ormulacién curiosa y diffe de descifrar; de ppuds de que se nos acaba. de reconoeer un pensar BUSI'S Cano que tlene lo wsual” tegen Sha peconsient, de toda manera te ai ao eee anda cerea de lo inconselente que ua Donsamiento verbal. Hl problema es el siguiente: un Pereaentg verbal ent sometdo a ln Yogen dsl ae Peneamien ve precoraciene, es decir, ala Wgi de ten a erserediccibn, El longuaje introduce aque- ths fete gue no exten en, inconscente, or tfonpia'in daguntiv ere elo "0" aquello, deze SAO age; loys as often de Satan “a” Pera. sae eo forza ipldstica de Tos suofos, ofecuta Boh ere hu g no respeta la disyuntiva, la imagen re- est ne do can a Ye emt sean our 9 no estar al mismo tiempo en el mis he raed est rn dos ion ints fa rae ndotica del sueno muestra la ubicuidad direc- ‘Seti tone qu entaben i ae de tabu, mente; ote Sue Sara‘en que vivims, tenia o jar Ae ore ary estén condensadas y puede estar en dos di de ay Sno eyo Tulaao 0 Pera, sino ave ites oor ero tambien tenia los ras’ de Pera- nha geetaen ef any de uo ave ner Eee Sesluye’ ia dsyuniva como Una ope bre of set rele hd pee il se See oe ee erecrado. que ez tinino, ia ela- Be ee a erin es deck, de su sometimiento a WPibglen def Tenguale, ‘Al, cuando el. que so86 narra el suio diclendo no sé bien si era Fulano o Perano el que me perse- mast tac oye quits In "oy pone ley" y van By snaumeeronn'y CAS buscar las relaciones y las situaciones-que eon ambos. personajes pueden desatar una impresién persecuto- Si estd més préximo al sistema consciente lo que esti fundado en las representaciones verbales, €s por que la forma verbal, el. pensamiento. verbal, dice Freud aqul, se rige por la" logiea propia’ del sistema conseiente, la légiea exclusiva, En cambio, las repre- sentaciones visuales en el estudio que hace Freud de io que dl llama la representabilidad en La Interpreta. ‘de los Sueiios; os decir, el devenir escena de un texto (la frase “estés cayendo muy bajo” resulta la imagen de una cafda a una profundidad y se pierda Ia frase) permite todas las condensaciones y desplazar mientos y, por lo tanto, permite la introduecion de Ue aes ropa dl sitet nconscient; el sistema in conseiente opera por una légiea peculiar, y como dice Freud, tambien con una gramética peculiar, Esa légica se funda en los procesos que Freud descubre como condensacién, desplazamiento, repre- sentabilidad; esa gramética es deserita como una dis- tribucién espacial precisamente; en primer lugar ex- cluye la negacién, La distribucién espacial quiere de- cir que podemos traducir en el relato del sueiio, muy {recuentemente por ejemplo, una sucesién por una re- lacién de causalidades y aunque el relato s6lo diga después de ésto ocurrié ésto, es perfectamente posible que en su gramética particular resulte traducido por a causa de ésto oourrid ésto; y en ese sentido también la imagen habla con todos ‘sus poderes gramaticales precisos, es decir, tratando lo espacial, las relaciones tspaciales directamente como relaciones sighificativas y como valor. Un orden espacial, se puede convertir en ln orden de importancia, cosa que los pintores, espe- cialmente de la época anterior al renacimiento, des- tacaban directamente, poniendo el personaje de mayor importancia en el centro en un primer plano y de un mayor tamafio y distribuyendo la distancia del centro y Ia diferencia de tamafios como eriterios de valor. ‘Tenemos, pues, que el vineulo con las representa ciones verbales no_es simplemente un fenémeno.cl- oso de. mayor influencia de To. acistco, en To. pre- consciente y de lo visual en lo inconseiente. No seria BSH jatar esa Formula, ya que problemen: te la mayor parte de las alucinaciones que son. pro- esos Ineonselentes muy profundes, son alucinaciones suditivas Pero el verdadero problema esti en que las re- presentaciones verbales, las formas del discurso, traen consigo la légica del sistema consciente y disponen el ‘material para el acceso a Ia conciencia; porque la con- tiencia acepta la forma que_ya esti dispuesta segin Ia logiea que Je es propia, Ese fue, pues, el intento de hacer una diferenciacién que ya no resultara re- Jativa a Ia conciencia sino por sus caracteristicas pro- pias de los dos sistemas. Mas adelante Freud introduce otros problemas nuevos. Se refiere al estudio de lo que podriamos de- nominar Ja génesis del YO, y tal como Jo anunciaba en las palabras iniciales de este texto, trae agui t da una serie de consideraciones que resultan efe« ‘vamente nuevas, “Originariamente, en la fase primitiva oral del in- dividuo noes posible Gferenciar la carga del objeto de la identifieacién, Més tarde s6lo podemos suponer ‘que las cargas del objeto parten del YO, el cual sien- te como necesidades las aspiraciones eréticas. El YO debil ain al principio recibe noticia de las cargas de 23, Objeto y Tas aprucba o intentavechaz del proceso de la-represién”, ——— — epee be ie Pee ee ae meer c eee entre los fundamentos del canibalismo y actiia en to-- da la serie de costumbres que va desde la comi tfanon a ln comunion. Lan oonaeeeniiee yea nas atcibuyen al apoderamiento oral del objeto, surgen luego, realmente, en ln seleceiénsexal del objeto ul Es decin, para indicar la manera tan direct mo se vineula identificacién y deseo en las figuras Brimordiales) cuando el deseo’ del objeto y el deseo beri 48 vuven Ip nino lade tl betlons moe, noeido del canibalisino que. consis bisicamente en tn proceso ‘magico de incorporacién, de cualidades.y zo, como algunos een, en tn problema’ alimenticio, Por eso los canibafes suclen devorar de preferencia precisamente a quienes més reppetan pa adquisit 5s calidad, i ua agli religion © ma fx. por ineorporacién,direcla, por empl el ins Rguras paternas, los antepesados em algunos em sos; J precitamente’ log primitives tienen It curiosa particularidad de que interpretan el suyo como una Eeremonia sagrada ¥y eficaz'y el ajeno cuyos rituals Gesconocen y- coves mitos ao comparten, como. Una 4. parbare costumbre-canibal. Ninguna_de las tribus ea =nfbales_se-considera_asi mismo canibal, pero st a Tos jeeinos si tiene veeinos canibales; hay una negacién- muy fuerte. Se cuenta-de un antropdlogo._que_ llega a una tribu y dice: tienen ustedes todavia canibales en esta. tribu? y ie responde el jefe de la fribu: en absoluto, el iltimos nos lo comimos ayer. Pero enseguida vienen procesos mis complejos de identificaci “Cuando un tal objeto sexual”, cuya carga pro- ede del VO que siente las pulsiones como una ne- ceatdad propia ha de ser abandonado, surge frecuen- (enentelen su! lugar equella modifieacién del YO que Hanoe hallado en la melancolla y deserito como Una temestruccién del objeto en, el YO. Ignoramos ain Tas Gsvunctancias detalladas de esta situacién, Es smuy ese uo el fale haga posible, por met Fetata Mtroyecetdn, que es tna especie de: regresién Sf aesaniamo de la fase oral el abandono del objeto”. ‘Aqui nos eneontrames, pues, con otro problema. Bl problema es viejo en las exposiciones de Freud y esté por ejemplo muy claramente detallado en el ca- pitulo final de La Metapsicologia, Duelo y Melanco- El problemna es clisico de la teoria Psicoanalitica dei duelo. El trabajo del duelo ante la pérdida de un objeto, de un ser querido por ejemplo, tiene un mo- jnento. que es el momento de la identificacién con el objeto perdido. La descripeién empirica del fenéme- Soles selativamente féeil en la observacién, como el caso corriente de la viuda que adopta, sin saberlo, Costumbres y rasgos de carécter del marido muerto. Observaciones innumerables en ese sentido, un, mo- “nento que es un momento si se trata de un dueto, de lin trabajo de duelo que progresa y que puede ser 25 luna _fijacién_ en un duelo_patolégica,_de_identifica- cién con el objeto perdido; pero siempre queda un grave misterio: por qué? En el caso de Ja melancolia se destaca el tema de que el abjeto perdido es un objeto de hostiidad por- due es perdido. por abandono y el drama se desen- cadena, La identificaeién con el objeto perdido allt se distingue nitidamente por el hecho de que hostilidad se vuelve contra el propio YO.y_coneluye muchas veees en suicidio, Sin embargo, tampoco eso esclare- ce cufl puede ser Ia clave de ese proceso, su signi: fieacién metapsicolégica. _ Freud aera queef sseme con que se opera a, eum gotgra muy sees fae ie toa de apelacion aos ‘iecaises rosio dela fee oral de incorporation de infeyeclon dt okt fet amas y nor See gue we poable'gue.el £0 fe Site's age poule ot madi de sa inteyecis, cl sbandns dt obe Eeoes el eine aes ca ‘un prove gu conte ent inane done wisn Se oY bs Ito cf em oe Iya bjt rel pertida‘B pelea oe mo logs encontrar ta'nnera de volver ia Wile hacia otros objetos. ce La reaccién inicial ante el objeto perdido, si es tun objeto de extraordinaria importancia es la deva- Tuacién general de todos los objetos, el repliegue, la tristeza pasiva y la pérdida del interés por todos’ los objetos; evidentemente un objeto que tenga impor tancia ‘maxima, esté vinculado directa -o indirecta- ‘mente con todos los intereses; todos los intereses un- que parezcan lejanos, pasan como un hilo a través de un objeto que tenga” una gran importancia afectiva, sea que estén muy indirectamente divigidas nuestras 26 lacciones a é1 como testigo privilegiado que va a apro- ‘bar, sea que le coneleran de una manera mucho més directa como. aceiones que van en su beneficio; de ‘Iquier modo, dada la presencia de un objeto afec~ tivamente importante, nada es extrafio a la relacién con él y su pérdida, entonces, devalia todo. El trabajo del duelo trata de producir al retiro de la Mido del objeto perdido y de movilizarle de ma- neta que pueda investir de nuevo otros objetos y per= mitir otros intereses, Ese es el punto de vista de par- tida, la devaluacién general y el punto de vista de Tegada, si en el trabajo del duclo se hizo una reinver- sién de la Kbido. El problema, de todos modos, esté fen por qué es necesario que pase ese proceso por una dentifieacién con el objeto perdido. Freud un poco mas_adelante hace el siguiente comentario: “Desde otro punto de vista observamos también que esta transmutacién de una eleccién erética de ob- jeto en una modificacién del YO es para el YO un jnedio de dominar al ELLO y hacer més profundas Sus relaciones con él, si bien a costa de una mayor ocilidad por su parte. Cuando el YO toma los rasgos del objeto, se ofrece, por decirlo asi, como tal al ELLO ¢ intenta compensarle la pérdida experimenta- da diciSndole: "Puedes amarme, pues soy parecido al ‘objeto perdido”. Siguiendo esta formula, pues, tenemos que si la capacidad de amar estaba, por decirlo asf, hipoteca- Ga en el objeto perdido, invertida toda alli, Ia. pér- ddida del objeto amenaza’ toda posibilidad de ejercer as pulsiones fundamentales del ELLO que estaban comprometidas en la direceién del objeto perdido y se amenaza entonees, producir un verdadero desier- to de amor que incluye no solamente el mundo sino el ar “YO; et YO quiere recupérar tna Felacién cone ELLO-o-las pulsiones,-haciéndose-bajo-el-modelo-del— objeto perdido, para encontrar por Jo menos una p) mera forma de investimiento de a libido en el pro- plo YO, puede ser estimado, amado y atendido en la medida en que se-parezea. al objeto perdido; la deva~ luacién_ya no lo eubre todo, aiyBroceao es eat: es mecesario reconstrur el YO, es decir, generarle algunos aportes de Uhido para que el YO pueda luego funcionar y postular objetos de su interés. Si la Ifbido se retira también del YO, el ‘YO no puede reconstruir nunca objetos que le inte- resen, porque no hay interés en él mismo; al reeon- quistar Ia posibilidad de una libido narcisista, es de- cir, de un narcisismo secundario, toma entonces ras- gos del objeto perdido que le permiten una revalua- cién y por lo tanto, la reaccidn del duelo que pasa de la pérdida del objeto a la identificacién con el obje- to, es, en efecto, un proceso necesario, Enseguida Freud explica que también en el ps sado la serie de objetos perdidos, (esos objetos perdi dos son, digémoslo mis precisamente, posiciones obje- tales perdidas, no se necesita que él objeto perdido sea la madre, sino que puede ser una posicién ante el objeto, por ejemplo, el monopolio de Ia madre con el nacimiento de un hermanito, no se requiere, pues Ia desaparicién del objeto), esos objetos perdides incor- porados, constituyen, por decirlo asi, en la historia del sujeto, la arqueologia del YO; son los elementos, identificatorios con los cuales se construye finalmente la identidad, Y con estas explicaciones Freud est preparando el camino a conceptos que desarrollados nos introdu- cirdn a una teorfa de la sublimacién como veremos en Ia 2* Conferencia, 28, 0 CONCEPTO SOBRE LA SUBLIMACION Conferencia N° 2 Manteniéndose en la Tinea de anélisis arqueo- gico del YO, que Hega a descubrir el papel que jue- ga la identifieacién con el objeto perdido, Freud pasa fa hacer una breve formulacién sobre Ja sublimacién, tun tanto misteriosa que dice ast "La transformacién de la Ubido objetiva (objetal) en Itbido narcisista, que aquf tiene efecto, trae consige un abandono de los fi- nes sexuales, una desexualizacién 0 sea una especie de sublimacibn, e incluso nos plantea la cuestién dig- na de penetrante estudio, de si no serd acaso éste el camino general conducente a la sublimacién, realizén- dose siempre todo proceso de este género por la mé Giacidn del YO, que transforma primero la libido ob- jetiva sexual en libido narcisista para proponerle lue- ‘go un nuevo fin”. Aunque probablemente la terminologia en térmi- nos de desexualizacién es menos clara que la que usa fen otros textos donde habla de “instintos coartados fen su fin”, lo que nos interesa ahora es aclarar el mis- 29 terig de Ia relacién que exista entre el proceso que _ conduce de la pérdida del objeto a la identificacién con al-y el proceso de la sublimacién, Y debemos pregun- tarnos por qué dira Freud que el proceso de la subli- macién se genera siempre en esa forma, a través de sa transformacién, en otras palabras: qué pueden te- ner que ver el proceso de la sublimacién con el tra- bajo del duelo, Hsa relacién no es aparente a primera vista, La libido nareisista que se deriva del retorno de la libido al YO sobre la base de Ia identificacin con objetos perdidos es lo caracteristico del nareisismo se- cundario y en otros textos Freud describe la sublima clén en términos que no parecen tener nada que ver con esto; por ejemplo en el Malestar en la Cultura donde afirma que “los procesos mismos de produccion. artistica y de investigacién cientifiea, quedan valora: dos en téminos de placer”. En este proceso de esclarecimiento de las relaco« nes dlo-sublimacién debemos recordar que ook: isto perdido” now simplemente un elements dos onjumto que excepcidn hecha de ese elements quer daria intacto; no, al perderse el objeto, se desvaloriza todo el conjunto en el que se encontraba al ser per- dido porque cuando atin no habia sido perdido todos Jos propésitos, anhelos, relaciones y decisiones pasa- ban directa 0 indirectamente a traves del vines sate vilegiado que tenfamos con el objeto; su pérdida afec- ta, pues, todo el contexto en que estaba Insorito Gn el sentido de una ae m a. y esto ex- plies por que la libido no queda disponible pare dex, plazarse, después do la pérdida, directamente ott objeto sino que tiene que hacer un rodeos tavke sad propio YO mediante la identifcacton de User wey tt Sbjeto y la reconversion de Mido obpetal sy mia 30 narcisista, Otro_punto.que_se debe sefialar-es que el objeto perdido no es necesariamente un objeto desapa- recido totalmente- por muerte o abandono, el objeto perdido se constituye a partir de todo cambio en la relacién con un objeto; la madre origina as{ una serie de duelos sin desaparecer totalmente, por cambios, por ejemplo, de la situacién oral a la situacidn’ edipica; también el nacimiento de un hermanito como en Jua- nite, Tgualmente la pubertad misma es un duelo por las modificaciones que introduce en las zelaciones obje. tales, El cambio en Ia relacién como Jo indica Freud en el estudio sobre La Organizacion Genital Infantil produce un. problema de identidad porque del eon- junto de relaciones en que esté inserito el ebjelo de. penda, también el tipo de identidad lograds. Ast por ejemplo cuando le nace la hermanita a Jusnite, dete se plantea de hecho la pregunta: Quién soy yo thera ue esta hermanita estd aqui? y ya no puede respons derse simplemente: Yo soy el objeto del deseo de a rare poraue ca hemmanita tain objeto de ese deseo y tampoco se puede responder yo era porque queda amenazado el vineulo de afecto eon los padres ya de por si amenazado por Ta hostlidad que despier~ ta In intrusa; hostilidad que no puede expreserse recla y conscientemente por el amor de les padres al nuevo objeto y se traduce en sentimientos. ambivalen- tes. Ahora bien la identifieacién con el objeto perdi: do se converte en promesa de una nueva identidad que obliga a nuevos contextos a partir de los cuales I libido. podria nuevamente funcionar estableciendo nuevos vineulos, Bastarla por otra parte, que el objeto estuviera amenazado y no. directamente perdido 9 al quedar amenazados los contextos quedaria amensaada Ia identidad 1o que exigiria toda una transformacion de dentidad y contento, Pero hay que precisa que ol pmuoTtca De moieciona ‘Soman @uelo no conduce de suyo a la sublimacién puesto que ~‘neluso “se pueden desencadenar procesos_patol6gicos — cuando por ejemplo, las identificaciones anteriores es- tn demasiado fijadas y entonces no son abandonadas sino que conducen al YO a enfrentar identificaciones incompatibles entre sf cuando adquieren las- nuevas generando situaciones de doble personalidad como los que se han deserito en Ia clinica y en la literatura, co- mo en el caso de Versilof de El Adolescente de Dosto- yevsky. No hay que olvidar pues que lo planteado por Freud es que la sublimacién puede tener su punto de partida en este proceso y no que el proceso de due- lo conduzea siempre a la sublimacién; si ast fuera el mundo andaria mejor que lo que anda, puesto que el duelo es un fenémeno universal. El problema especifico de la sublimacién en lo que tiene que ver eon el duelo es que 1a inestabilidad del objeto y del conjunto de relaciones en que esti ins- crito, vale decir, el contexto, conducen, en algunas personas, a un trabajo de reconstruccién artistica de un nuevo eontexto en el cual se puede reinseribir un objeto y encontrar una nueva identidad: Freud ya ha- bia hecho muchas observaciones, mas 0 menos vagas, sobre la relacién de Ia histeria con el arte e inclu.o lega a considerar Ia histeria clinicamente hablando como un trabajo artistico fallido (Totem y Tabi). Evi- dentemente una de las caracteristicas de Ja histeria es Ia mutabilidad de Ja identidad y de las cargas de It bido que invisten los objetos; es la conocida labili- dad del YO histérieo que puede precipitarse en diver- a5 identidades, incluso contradictorias y cambiar de ‘objeto con extremada facilidad. Son fendmenos que se tiende a contemplar como si fueran exclusivamente negatives sin detenerse a considerar que sin ellos se- rfa muy dificil Ia sublimacién, Esto ocurre porque se establece una falsa oposicién entre estabilidad e ines- 32 Yabilidad valorada en términos de positive y negative 0 de bueno y malo. Al pensar asf no se tiene en cuen- fa que la estabilidad significa una mayor determina- ein por el pasado, una mayor rigidez del contexto y por Io tanto, menor posibilidad de transformaeiém; una estabilidad muy grande seria una especie de idiolecto afectivo, una dominacién absoluta por el cédigo y pre- dominarian demasiado las significaciones preestable. tidas sobre las combinaciones nuevas que determinan nuevas signifieaciones. Casi podriamos decir que una identidad completamente asumida seria delirante, tal como Lacan en formulacién notable lo afirma: si un individuo est completamente identificado con Napo- Jeén Bonaparte, esté loco aunque se trate de Napoleén Bonaparte, Si un individuo se identifica por completo con una determinada funcién y con el. personaje correspondiente, debidamente codifica- doy jerarquizado no tendria problemas de ines- tabilidad pero tampoco tendria probabilidades ar Asticas, Asi un carpintero que slo fuera carpintero no veria en un Arbol sino una determinada cantidad de madera de una determinada calidad, resistencia y valor y nunea podria hacer una referencia poética al Arbol porque lo tendria inscrito en un e6digo rigido lie gado a su funcién de carpintero, ya no podria ser pax Ta él objeto de proyeccién de sus fantasmas, ni esta- fa interesado en la forma de conjunto y su sentido posible, ni en el color de las hojas, ni en los juegos de Iuces; ‘tendrfa mucha estabilidad’ pero no podrlamos Hamar a eso una buena cosa, Ast, pues, no debemos valorar despectivamente el concepto de inestabilidad porque podemos equivocarnos profundamente al in- troducir una falsa oposicién en la que, entre otras co- sas, quedarfa desconocido el hecho de que el objeto del deseo y del amor es fundamentalmente un objeto per- ido o amenazado, hecho precisamente muy conocido yy valorado por los poetas. Esta visidn permite un des- 33 azrollo més amplio de la sublimacidn del que es poo sible @ partir de ciortas concepciones como la de Ma- Testar en Ia Cultura donde lay intereses sociales lee gma st consderados con dfintorioe de ln sub Inacign, Es una concepeiin que establece una trans. ferencia diecta de la pulsiou a un interes socal eape: clfico en el cual encuentra empleo y elude los pre. blemas que plantea el cuerpo, el ELLO, el Super-VO, la transgrestén, la apelacion’a un padre ideal y las crisis de identidad; esto conlleva el peligro’ de’ bo. ‘quear Ia investignciin en ver de abrivi, va pehtmsnmos a titulo de ejemplo en el objeto de la pintura, o mejor del pintor, aprenderemos que un florero, unas manzanas, una ‘naturaleza muerla, un aisaje, en sintesis una disposicién de colores, no. es otra cosa para el artista que la propuesta de una fore ma de existencia de una significaciin que puede ser vivida, es por lo tanto un objeto que no est en una contextualizacién precodificada; lo cual es muy dis. tinto para un espectador que para su desgracia se identificara plenamente con su funeién social, ast el agricultor no veria en el palsaje sino fertilidad y pro- ductividad de acuerdo con un elima y el topSlogo ve~ ria sélo diferencias de niveles y el geélogo estratifi- caciones codificadas en sus significaciones minerales, ete. La pintura es otra cosa, es la conversién del es: pecticulo on mensaje asada en la posibilidad previa- mente dada de convertir lo visto en un Ienguaje y esa, posibilidad precisamente procede de una inestabilidad Gel objeto por no estar precodificado y esa inestabili-, dad permite la movilidad. proyectora e identificato- ria; asf las curvas de las formas semi-esférieas y los colores de tonalidad rosada 0 azul se traducen como férmulas primitivas de par, los objetos resquebrajados, cen verdes y violetas como férmulas primitivas de hos- tilidad, porque se esta leyendo el mundo, incorporan- 34 do,_vale decir, identificdndose con Jo visto; con el agua y la piedra y’el rbol; se esta leyendo el mundo me. ‘iante un lenguaje primitive de conversién que proce- de de Ia necesidad de busear un contexto que no esta dado por una identifieacién fija, Kafka en una narra: cién que se lama Conversacién con el Ebrio nos da un ejemplo muy claro de la inestabilidad del objeto y de la apelacién'al lenguaje como la busqueda de un huevo contexto, es una deseripeién de un didlogo, de una especie de lucha en Ia que segtin el mismo Kafka se puede averiguar de qué modo el pensador puede aprender del ebrio, que no es simplemente un borra- cho sino’ aquel para quien es més inestable el objeto; el ebrio es un simbolo, un emblema de los inestables al cual se le dice en el relato: "El élamo del campo al ‘que usted Ilamé Torre de Babel porque no queria o no podia saber qué era un dlamo, de ntievo se estremece, de pronto innominado y usted viene y le dice: Noé cuando estaba ebrio”. Esta formulacién de Kafka es muy interesante porque los dos_simbolos a los cuales traduce la figura de Arbol, son dos intentos o dos em- Dlemas de lucha contra la disolucién vista como inun- dacién 0 diluvio y que no es otra cosa que la amena- za de disolucién total de la identidad y del contexto en una figuracién mitolégica en Ja que se le responde con nuevos contextos que buscan la firmeza del ob- Jeto Inestable, En este caso el Samo es el lenguaje que expresa el ser propio y el procedimiento de iden- tifieacién que pasa de una identidad amenazada a otra que se inscribe en un nuevo contexto cuando la pri- mera no se puede sostener; con un trabajo asf se pue- de convertir un objeto cualquiera, piedra, agua, éla- ‘mo, ete, en lenguaje que expresa los dramas de aquel que habla, En el momento en que un objeto cualquiera se fija en un contexto, se convierte en un Tenguaje del ‘que hace ose trabajo de contextualizacién; en este sen- {ido toda obra de arte es un autorretrato y no una 35 “simple competencia con la fotografia para reproducit ‘con Ta mayor exactitud el objeto: Hn la misica suee~ de igualmente que esl ritmo y la melodia los que ge- eran el estado de animo porque se dan en un co texto que redefine el sentido de los afectos; la miisi- ca no se limita a modular el grito como sefiala alsin psicoanalisia sino que To. redefine sacindolo del con- Texto de expresion o siatoma de un estado de dnimo e incluyéndolo en un nuevo contexto en el que la con- sonaneia y/o disonancia de los sonidos tienen el sen- 4ido de estados de fnimo concretos y particulares; en otras palabras lo ineluye en un sistema donde sonido y sentido son la misma cosa. De la misma manera Jos lingiistas dicen que la poesia y en general Ia Ii ratura es Ia superacién o liberacion de la tiranfa del” cédigo porque un texto literario sélo es vélido en In medida en que rentieva la significacién de un eédigo preestablecido; con toda literatura pasa lo mismo, que Yimos en el ejemplo de Kaflca: el mundo del cual se Rabla comienza él mismo a hablar y se convierte en tun Ienguaje que expresa al ser que lo describe y que Jo describe identificdndose con él gracias a que es un ‘objeto perdido o amenazado de perdicién por Ja ines- tabilidad del contexto. ‘Todo el desarrollo anterior nos puede aclarar ha- cia adonde apunta Freud con Ja idea de que Ia iden- fificacién con el objeto perdido no es sélo parte del proceso del duelo sino proceso inicial nevesario para Ja sublimacién, Esta idea solo puede combinar con las ideas expresadas en Malestar en la Cultura acerca del placer encontrado en los procesos mismos de investi- gacién y creacién y no simplemente en los resultados J acerca del eambio de abjetos o fines prohibidos por 2quellos socialmente aceptados, si pensamos que cuan- do Ia identidad no es mévil sino rigida y fijeda los fenémenos y mecanismos propios de las pulsiones pri- 36 ee ee vp denn Seen 29 Vigne ce vero aeos rasgos. de cardcter o Ia faclidad compet Fac nan eee frustrada, resentida y renovada por esa misma frus- tesada, rv 3 nas Sey pec CE ne mas Pe Ee ney a Trace = eerutables de identifi- fen sce 2, De enact Pr ce Sabina san eet yee er Droge dute mo es més que una ilusién— sino ja conver Be eee Se tai 9 dng doe st Ye nen slonto de os, oh Geen es la posed de prods. st ete rene in sie nce po oe Ea ei ine nda fr en a ae ch eer ome MS st Sau muse ee tn ily 4 ao un ae esencial de la ‘sublimacién que surge ‘de la mutabilidad de las identificaciones y de los contextos. ‘También cuando Freud, et Malestar en la Cultura dec” quien ha logrado valorar por encima, de declare @rocesos mismos de investigacion y de pro- todo Jos Eifatica escapa al destino, produce una or duceién arty fuerte ¥ casi mistica de la sublimacton- Haute ite sal Freud, en verdad tan poco mistico, 5° re- 37 lier a ln repeticin como destino, dela que habla en ‘Mas Allé del Principio del Placer, La repsticicn es el telno- de Ins velaionesija que teeduecs su propia Tégion cualquier elemento nuevo cn lugar de deste renovar por el destino cs la mana pereepliva ane Fosa que’no quiere wer hada’ wilt nade sue ne oa Inmediatamente taducido ao que ya estaba dar fl Togrannos valorar los procasos assicenr ls ines, bidet ialsmoa queda valorada’ porque queda veloss: do el sentido don pstblidad: Lo sue af esconde ie tris del Taconisno Ge Freud es ta'idee que no’ des: arrolia de que In tublimacion pase en efecto por oma lrdida de objeto que procede’ ele inesabaied det Eontoxto en que el objeto es vivde y previa iden caclén cb ol objeto perdido so produse'un nueve ome texto en el ual un nuevo objeto es Ya un lenguaie ar titeo que nos expres 38 uw SUPER-YO E IDENTIFICACION Confereneia N? 3 En el capitulo III Freud desarrolla el concepto de SUPER-YO y es necesario seguirlo antes de continuar hablando de Ia sublimacién. El SUPER-YO se describe como si fuera sind imo de Ideal del YO; debemos por lo tanto recordar gue no siempre se consideran los dos términos como sindnimos. Lacan y Lagache han diferenciado el con- cepto de SUPER-YO como una estructura global y el concepto de Ideal del YO, como un aspecto de esa estructura, Pero aunque Freud, en este capitulo y en ‘otros textos, habla en términos de equivalencia de SUPER-YO'e Ideal del YO, sin embargo lo que dice nos puede servir de fundamento para establecer la e5- cisién del SUPER-YO en varios aspectos. Para introducir el concepto de SUPER-YO Freud parte de las ideas ya desarrolladas sobre el duelo y plantea algunos problemas a propésito de la identifi- ceacién con los objetos perdides y llega a plantear lo 39 siguiente: “Cualquiera que sea la estructura de Ja ule terior resistencia del eardcter contra las influeneias de Tas cargas de objetos abandonados los efectos de las primeras identificacidnes realizadas en la mas tem- Prana edad son siempre generales y duraderos, Esto nos leva a la génesis del Ideal del YO, pues detrés de él se oculta la primera y ms importante identifi- caciéa del individuo o sea la identificacién con el pa- dre”, ¥ en una nota nos, dice que “quizé fuera mis prudente decir con los padres”, ya que se trata de una Spoca en que todavia no est dada la diferencia de los sex08. La estructura més areaica a partir de la cual se va a elaborar el SUPER-YO ‘es por consiguiente la que establece Ja identificacién primaria, identificacién anterior a Ja diferenciacién de los sexos; en cambio la identifieaein secundaria parte de dicha diferencia. La identificacién primaria se hace pues con una figura omnipotente que da lo mismo lamar “padre” © madre”. Y continia Freud: “Esta identifieacion no parece constituir el resultado o desenlace de una car~ Ba de objeto, pues es directa o inmediata, y anterior @ toda carga de objeto”. Se refiere aqui Freud a des enlace en el sentido de objeto abandonado o perdido ¢ interiorizado mediante Ia identificacién. Mas deta- Uadamente se explica esto en el capitulo Vil de la Psi- cologia de Ins Masas y Anilisis del ¥O, donde se trata, de la identificacién y sus diferentes formas. En dicho” texto Freud considera la identificacién como Ia rela- cién més primitiva con una persona y no dice objeto porque hay “objetos parciales” que no son persona (pe- cho, falo, objetos anales, ete.). El parrafo citado ante- riormente termina asf: "Pero ias elecciones de obje- to pertenecientes al primer periodo sexual y que re- 40 [> eaen sobre el padre y Ia madre, parecen tener como™ desenlace normal, una tal idenlificacién, intensifi car- asi la identificacién primaria”. Es decir, toda. identificacién secundaria producida a partir de pérdidas de objeto refuerza la identifica cién primaria, Ena identificacién primaria lo que nos interesa, y es lo que trata también Lacan en el Esta- dio del Espejo, es que constituye la primera forma de alienacién, témino que en algunos analistas llega a hacerse sindnimo de identificacién; la alienacién bie siea seria pues ese primer considerarse a s{ mismo co- ‘mo una figura y que desata al mismo tiempo el jébi- o del reconoeimiento en la perspectiva narcisisia de un primer YO sobre el cual pueden verterse las ear- ns libidinales y los temores propios de la posibilidad de desaparecer inherente a ese mismo reconocerse, ‘que es por otra parte un reconocerse como el objeto del deseo de la madre y como aquel que se le puede perder a la madre, Pero en todo esto que Lacan reco- ge como Estadio del Espejo hay también el jibilo por Ser un objeto integrado en una unidad espacial y por consiguiente un temor de fragmentacién porque lo espacial es divisible; la imagen ante el espejo es pues depositaria de la unidad més primitiva del YO y iam- bién de los peligros més primitives de fragmentactén; el fondo tltine del SUPER-YO es esa reproducién especular a partir de una figura parental areaica que desencadena el jubiloso reconocimiento narcisista y al ‘mismo tiempo las sentimientos de pérdida y fragmen- tacién, Ya podemos damos cuenta que el camino que si- guen las identificaciones es extraordinariamente com- Plejo y, como dice Freud, “esta complieacién depende de dos factores: de Ia disposiciOn triangular de la re Tacién edipica y de la bisexualidad constitucional del ed) A nauoteoa oe individuo". Pero al reproducir sus-concepciones ante- riores sobre el Edipo Freud las denomina aquf “Edi po simple” y pasa a deseribir lo que denomina el “Edipo completo” que es lo que se deberia tener siem- pre_en cuenta como la teoria freudiana del complejo de Eaipo y que aparece expuesta en los siguientes tér- ““Exxperimentamos la impresién de que el complejo de Raipo simple no 5, ni eon mucho el més freeuen- te, y en efecto, una investigacién mas penetrante nos descubre casi siempre el Complejo de Edipo comple to, que es un complejo doble, positivo y negativo, de pendionte de la bisexuilidad originaria del sujeto in- fantil”. Poco a poco Freud iré convietiendo Ia afirma- cién de frecuencia de esta estructura en una afirma gidn de universalidad. Continda asi su exposicion: "Quiere esto decir que el nifio no presenta tan slo una actitud embivalente con respecio al padre y una sleceién tiema de objeto con respecto a la madre, si- no que se conduce all mismo tiempo como una nifia, presentando Ia actitud carifiosa para con él y la ac: titud correlative, hostil y celosa para eon su madre, Esta Jintervencidn de Ia bisexualidad es la que hace tan dificil llegar al. conocimiento de las elecciones de objeto e identificaciones primitivas y tan complicada su descripeidn, pudiera suceder también que la ambi- valencia, comprobada en la relacién del sujeto infantil con Ios’ padres, dependiera exclusivamente de la bi- sexualidad, no’siendo desarrollada Ia identificacin, como antes expusimos para la bisexualidad’. a El Baipo completo pues, significa la identificacién con ambos, la posesién de ambos progenitores como bjetos del’ deseo, la hostilidad con ambos por rival dad y_por celes. El Edipo completo supone pues dos identificaciones por parte del sujeto infantil, eualquie= 48 ra que sea su sexo y dos posiciones de objeto_que pa- san precisamente por esas dos identificaciones;, cada ver serd més firme Freud en la importaneia que le ~ va a dar a la complicacién del Edipo, Por ejemplo en tuna de las dos ediciones finales que él revisé, de los tres ensayos sobre la sexualidad infantil, pone una nota en la cual dice que: en realidad resulta tan difi- cil explicar de qué modo un individuo lega a ser ho- ‘mosexual, como explicar de qué modo llega a ser hete- rosexual; ambos procesas son igualmente dificiles de explicar y podemos decir, agrega, que en todo caso las, lecciones homosexuales las elecciones heterosexua- es de objeto desempefian un papel igualmente. im- Portante en el destino de la Iibido de todo individuo. Y¥ contintia Freud: “A mi juicio obraremos acer: tadamente, aceptando en general y sobre todo en los neurdticos, la existencia del Edipo completo”, Ahora ya no es “eon frecuencia” ni “easi siempre” sino “en general” y sobre todo en los neuréticos, pero como no se conocen otros... queda todavia més general. El mismo es quien lo dice: “El YO normal es una fie. cién tedrica, pero, desgraciadamente el YO anormal no lo es”. Sigue: “La investigacién psicoanalitica nos muestra que en un gran niimero de casos desaparece uno de los componentes de dicho complejo, quedando sélo huellas apenas visibles. Queda asf establecida una serie en uno de cuyos extremos se halla el Complejo de Edipo Normal, positive, y en el otro el invertido, mientras que los miembros intermedios nos muestran Ia forma completa de dicho Complejo, con distinta participacién de sus componentes. Naturalmente lo que “desaparece de los dos de- jando s6lo huellas apenas visibles” se refiere por su- ucslo a que desaparece del nivel consciente-precons. lente, puesto que como sabemos, de lo inconseiente 43 no desaparece nad all. ay tiempo, dice Freud tuna y otra vez, “En el naufragio del Complejo de Edipo se confir- ‘man de igual modo sus cuatro tendencias integrantes que dan nacimiento a una identifieaeién eon'el padre "ya una identificacién con la madre, La identificacién, on el padre conservaré el objeto materno del com- plejo positivo y sustituira simulténeamente al objeto paterno del complejo invertido. Lo mismo sucederé “mutatis mutandis” eon Ia identificacién con Ia madre, En la distinta intensidad de tales identificaciones se reflejar la desgualdad de las dos disposiciones,se- Finalmente, pues, en todo caso las identificacio- nes son dobles: hay una con el padre y una con la ma- dre y por lo tanto, a través de ellas, las postulaciones de objeto igualmente dobles. Freud lo ha anunciado ‘a partir de estos textos en formas muy drasticas, co- mo aquella de que “toda relacién sexual se leva a eabé por lo menos entre cuatro”, aludiendo precisa- mente a que la identificacién es doble, y que también ‘eada cual esti identificado con el otro y con el placer el otro y con el deseo del otro, De este modo pode~ mos admitir como resultado general de la fase sexual dominada por el Complejo de Edipo, la presencia en el YO de un residuo consistente en el establecimiento de estas dos identificaciones enlazadas entre si. Esta modificacién del YO conserva su significacién especial se opone al contenido restante del YO en calidad de ideal del YO 0 SUPER-YO". Podemos ver ahora que la formulacién ya es, en términos generales; el “resultado general de la fase que fue dominada por el Complejo de Edipo, YO en general, es un residuo consistente en el establecimien- to de estas dos identifieaciones enlazadas entre si”. “4 ==TToda la férmula que he leido la subraya Freud y ella — sera Gwe asad 7 ete ie ret Se as wo gat sunt oli'S the Sea mel hd ORO eo ee Gos Soph een on suta ‘sumir as{: primero hay un juego de gozos y temores so min oP ee ee erie Mcgee! cd le ee dre"a partir de las cuales se comparten no sélo sus ia Pe ce ie sks ee ie Ray one Saptins d ¥ Ia tercera complicaciin y_contradiceiin provie- ne de que ls Mlentficacion eon el progenitor del mis. ho vo implica ademas del mands‘ ser come, ° erat ip que él aprucha, el mandato de renunciar Y Sey ue solamente puede hacer, por ejemplo le 2 ae ca tessal de su objeto y por eso el SUPER-YO Tes lamente el restduo de os Mentfiraiones pi oe eeteandatia sino también una enérgica repre- Sdn de actos a los. cuales eas identinsiones one si. uo deer, mpliea una formacién reactiva con- seri iaimeras elecsiones de objeto, y por eso dice He GS relacion con el YO no se limita a la Freud Gu. al como el padre, por ejemplo, debes fer, aver ee fidn la prohibicin: asl, como el padre, no de- a ae ebas hacer todo lo que él hace, pues hay 45 algo que le_esté exclusivamente xeservado". Esta do- ble faz del Ideal del YO depende de 4 participacién fen la represién del Complejo de Edipo, ¢ incluso de- be su génesis a tal represién, en otros términos, la prohibicién del incesto; de tal manera que tenemos en el SUPER-YO una doble orden contradietoria: ser como.el. padre o-la madre (pupsto que hay dos ver- siones) y la inversa: no ser como el padre o Ia madre, Evidentemente que es de este texto de donde sacaron Lagache y Lacan su idea de la figura doble del SUPER ‘YO. Ells lo escindieron tal vez con una terminologia no muy afortunada porque se presté a confusiones, Giciendo que habia dos grandes aspectos del SUPER- ‘YO que era el “YO ideal y el Ideal del YO"; eso se presta mucho a confusiones tedricas y terminolégi- cas. Ellos describen esta opasicién en términos de dos tipos de identificacién: el YO ideal es una identifi ‘eacién que podria obedecer a Ia formulacién “ser of mo el padre” lo que significa transgredir la prohibi- cién del incesto, es tomar al padre como tentador més bien que como prohibidor. ¥ el Ideal del YO a la in- versa: “No ser como el padre” se desaprobaria acogién dose Ja prohibieién del incesto y todas las normas y por lo tanto, no siendo como él; la tensién de los dos Dusca segtin el destino de los individuos, egar a al- guna sintesis que a veces no se logra y’el individuo tiene que ser o eminentemente transgresor (no inserito en norma alguna) o bien completamente inscrito en Ja norma y en las probibiciones, completamente obe- diente, formal, pero ya sin la dimensin de la otra identificacién y por lo tanto, también sin deseo, De- masiada obediencia y demasiado poco deseo 0 dema- siado deseo y ninguna obediencia; si no se logra la sintesis se polarizan las tendencias en la mania y en Ia depresién o se polariza en la opcién aleohélica y el sentimiento de culpa, o en cualquier otra formula similar, 46 ‘La sintesis mas generalizada es: medio trans- uresor y medio acogido a las normas, el deseo inscri- to en la ley. Lo mismo se puede decit en la disecsiin de la identificacién materna, ser y no ser la madre. La estructura se hace cada vez mas compleja y eon demandas contradictorias. El proceso represivo no es nada sencillo; habiendo reeonocido en los padres, especialmente en el padre, el abstéculo opuesto a la realizacin de los deseos int tegrados en dicho complejo, tuvo que robustecerse el ‘YO para llevar a cabo su represién, ereando en sf mis mo tal obstéculo. La energia necesaria para ello hue ‘bo de tomarla prestada del padre, préstamo que trae consigo imporfantisimas consecuencias. En una nota Freud decia para facilitar un poco Ta lectura, que se podrig hablar mas bien de los padres y la nota termi. har “Bara simplificar nuestea ‘exposicién, trataremas exclusivamente aqui de la identificacién con el padre, esto es sdlo para’ simplificar la exposicign’. Pero 36 podia hablar de los padres, més bien Dejaremos de lado algunas consideraciones en las que Freud remite a problemas que él denomina filo- genéticos y que hacen referencia a consideraciones si millares de Totem y Tabti y que en general son poco pertinentes, excepeién hecha de Ia insistencia, muy. pertinente ella sf, en la afinidad profunda del SUPER ‘YO con el ELLO, del cual esté més préximo, por su cariicter profundamente inconseiente y por la peren- toriedad de sus exigencias, que el YO. En el Capitulo IV Freud aprovecha el tema de Jag instancias psfquieas para replantear con mas radi- calidad el Instinto de muerte que tantas erfticas ha- ‘bia deseneadenado en sus propias filas. a Paginas iniciales o pirrafos Iniciales de este. tratamiento porque son disquisicio- nes.como. ya habia hecho. por lo_demés_en-Mas alla del Principio del Placer, de género filos6fico, biolé- ico, cosmolégico, muy similares a las disquisiciones de los fildsofos presoeréticos en los que incluso se ins- pira como confiesa directamente en Mas alla del Prin- ‘ipio del Placer y en varios otros texto’ especialmen- te en Empédocles (el amor y la discordia como las dos fuerzas fundamentales). Dejemos eso. aunque podria tener mucho interés en’un examen filoséfico del tex- toy refirdmonos a planteamientos ya nada biol6gicos, nada cosmolégicos: de la vida y a muerte consideradas como equilibrio permanente de sintesis nuevas, ero- tismo y muerte integradas y pasemos a las consid ~ raciones. “Una vez admitida Ia idea de una mezcla de instintos de ambas clases, surge la posibilidad de una disociacién mas 0 menos completa de los mismos. En el componente sidico del instinto sexual tendriamos tun ejemplo clisico de una mezela adecuada de ins- tintos y en el sadismo devenido independiente como perversién, el prototipo de una disociacién aunque no Hlevada a su ‘iltimo extremo”. Parte pues, del hecho de que esos dos instintos colaboran y que se plantea el problema de su disocia- ign: asi lo habia mostrado ya en Mas alla del Princi- pio del Placer; cl Instinto de Muerte entra regular- mente al servicio de Eros. Digamos de paso, pues, que el Instinto de Muerte 3 el postulado de Ia ‘tendencla general y que sus ma- nifestaciones coneretas son siempre las formas de la agresividad, + El problema que Freud va a estudiar son las ten- dencias a la disociacién, es como si dijéramos que la 48, =agresividad, la hostilidad, no es un elemento cireu =taneial, sino un vineulo necesario del amor. Freud ex- plica que la “desintrineacién” de los instintos conduce evidentemente a Ia pérdida de su colaboracién, pero su colaboracién es necesaria; un amor que no ‘tenga nada de hostilidad es un caso de impotencia, contem- placién beata y pasmada de las magnificencias del ob- jeto sin posibilidad alguna de iniciativa, El amor no ‘élo es pues, contemplacién, sino posesién, intento de transformaeién, ete., es decir, no es nada'sin la cola- boraeién del instinio de muerte, En el sadismo por ejemplo hay una disoctacién relativa y. parcial determinada por la acentu: Ge uno de Jos dos instintos pero el deseo no es com- patible con una desintrincacién total. En las diversas formas clinjeas de la neurosis se pueden apreciar di- versa" modes de disociacién que han sido brillante- Inente: estudiados por algunos autores como Leclaire fen el cas0 del obsesivo 0 como el mismo Freud en el caso de la epilepsia psiedgena de la que dice que “Sos- pechamos por ultimo que el ataque epiléptico es un producto yun signo’ de una disociacién de los instin- tos"; ge refiere al caso de Dostoyevsky en quien un “aura” earacterizada por un senlimiento de felicidad aque obedecta a Ia eliminacién del SUPER-YO era su- cedida inmediatamente por una identifieacién con el padre muerto en un “ataque” mortal. Freud insiste especialmente en los casos de esci- sién de los Instintos y en sus consecuencias para mos- rar a los contradictores del Instinto de Muerte, que ya eran importantes, que no era ese un concepto me- tatisico y especulativo sin ninguna relacién con la clf- nica y logra demostrar que tanto la colaboracién como la eseisidn de los instintos son esenciales para enten- der las manifestaciones elinicas que se observan en la 49 frecuencia a lo largo de su obra, busca 1 mismo argu mentos en contra de sus tesis mis fuertes que los. de sus contradictores reales y logra as{ una demotracién al refutarlos, més convineente. Ast dice: “La existen- cia de dos clases de instintos no parece todavia suf cientemente demostrada, y es muy posible que deter- minados hechos del anélisis elinico resulten contrarios a ella, Parece existir, por lo menos, uno de tales he- chos. La antitesis de las dos clases de instintos puede ser sustitulda por la polarizacién del amor y el odio No nos es dificil hallar representantes de] Eros. En cambio, como representante del Instinto de Muerte, difieiimente concebible, sélo podemos indiear el. ins tinto de destruccién al cual muestra el odio su camino. Ahora bien: Ia observacin elinica nos muestra no s6- o que el odio es el compafiero inesperado y constante del amor (ambivalencia) y muchas Veces su precursor fen as relaciones humanas, sino también, que bajo muy diversas condiciones puede transformarse en amor y éste en odio, Si esta transformacién es algo més que una. simple sucesién temporal, faltaré toda ‘base para establecer una diferenciacién tan funda- mental como la de instintos eréticos e instintos de muerte, diferenciacién que supone la existencia de rocesos fisioldgicos de curso opuesto” Es decir, si seguimos las multiples ocasiones en las que podemos observar que el odio se eambia en. amor y el amor en odio, tan viejamente deseritas por a psicologia, podriamos Megar a la idea de que en: ‘tonees no se justifica la postulacién de dos instintos, sino mas bien de una tendencia variable que se pue- de manifestar, a veces como amor, a veces como odio. Freud prefiere tomar algunos casos en los que resul- ta esa observacién al parecer més pertinente y dar una nueva hipétesis: 50 = "hig investigacidn-analitica del proceso de la trans~ secuaresuente ants ar maoien Raniamo, Aparece dada desde un principle caeernducia ambivalent, y 10 transformaelén queda Teva's feet por medio de ue desplazamient rac, tivo de la cargo psiquica, siendo sustrafda energia al iinpulto exéteo y acumulada a la energia host io se tfiere tanto como el ejemplo, au sa roferit’sia homosexuaidad, al estado denominads refine 2 Me culencnpoiguor de Ta paranon Ta o- mosexualidad y los celos”. En el caso de la paranoia Fae es Succi ali, seg Trew, nos eneon- ce an mecanseno eapectin, Ta. fornalén sea mo" dcfensa contra Ta putin erdtea, ate enalve me Slo cn In conciencia la pulsin sere Luego muestra que también es muy frecuente una tte eign conteara, en el sentido que eondue an orga homosexual, em que una agreién resulta Saabs por formacién reactive hasta el punto de he oloEe sparecr I covets exben'y se «No necesitamos suponer en ninguno de estos dos ci eifanmacn rela de ole on ano, see Seitigble con la diferencia cualitative de las dos seen de instintos”, Sino que la represién o la forma- caer activa o la anulacién del uno, da paso a la afir~ Setign del otro; con Jo que queda despejada la duda wueGa por la idea de una transformactén directa del Sais en’amor, a la que Freud opone el que origina. Flamente estaban los dos y que el reprimido deja el paso al otto. Y asf sigue: pero observamos que al discutir este otro ineca ism Fe iteanstonmacion del amor en odio, hemos Ss on proomestinny 4 ‘Snwatns introducido ealladamente una nueva hipétesis que me-— rece ser expresamente acentuada. Hemos obrado co: Ta vida anfmica existiese una energia des. -plazable, indiferente-en si, pero susceptible de-agre- arse a un impulso erdtico 0 destructor, cualitativa- mente diferenciado, e intensificar su carga general. Sin esta hipétesis nos serfa imposible seguir adelante, Ha- bbremos-pues de. preguntarnos, de donde procede tal energie, 2 qué pertenece 'y cual es su significacién”. Es necesario:pues, que estudiemos en qué puede consistir y qué puede Ser una energia desplazable, in- diferente, qué puede ooupar uno u oto sitio, yeforar luna otra posicién, porque es de esa consideracibi de donde va a sacar una nueva formulacién sobre el problema de la sublimacin; primero hay que estudiar el tema de la energia desplazable y su significacién etapsicolégica, y Iuego veremos en qué puede ser- virnos para hacer una nueva caracterizacién de la su: Dlimactén. Ww ALGO MAS SOBRE LA PULSION DE MUERTE '¥ LA SUBLIMACION Conferencia N? 4 Heros visto eémo Freud distute una objecién que mismo se plantea sobre la teorfa de los dos instin- tos: de muerte y de Eros. Al discutir que se trata de Ia transformacién del uno y del otro, del amor en odio y otras formas de la transformacién, dice enseguida Gu con el slo hecho de haber diseutide de esa mane- Ta el ejemplo que vimos de la paranoia y otros ejem- plos conocidos, ha introducido en una hipétesis sin la cual no puede continuar el trabajo. La hipétesis era la Ge “una energia desplazable, indiferente en sf, pero susceptible de agregarse a un impulso erdtico o des- tructor, cualitativamente diferenciado”, que intensi “su carga general”, Introduce pues, Ia hipétesis de una energia des- plazable y que es indiferenciada en el sentido de que ho est calificada de antemano como propia del ins- into de muerte o del Bros, que se puede, por lo tanto, ‘agregar al uno o al otro, Va a tratar ahora de sustentar mero un poco esa hipblesis antes de suca¥ nuevas Ponolustones tedrieas’basadas en ella. a 1a sustentaciin se Teva a cabo reflexionando so- ‘re el'tema do las pulsiones paciales (ge traduce ge- Rerelinente, por insinton, pero e5 mucho anejor tes Juceldn Ia yulsin, Casi sierapre Tos traductores ae- tas terns ea trmins,comde saa, de ns ulsfoncsparciaeg por ejemplo orales, anaes, ef oven pulsten y euande se tala de as corrienter per- Pegmunten como el Eros y el intinto de muerte, ponen Tastinto. De todas maneras es. una disputa relative; ‘Mente verbel poraue,tampoco instinto corresponde all Tentlio que tgne en biologa ni tno menos). Cite- fos de nuevo el texto “Bn los instintos sexuales parciales especialmen- te accesibles a la observacién, se nos muestran algu- no procesos del mismo género. Vemos, en efecto, que los ‘nstintos parciales se comunican entre sf, que w instinto procedente de una fuente erdgena especial puede ceder su intensidad para inerementar la de otro Instinto pareial procedente de una fuente distinta, que Jn satsiucldn de tm instnto puede ser sustitida poz Ia de otro, etc. El descubrimiento de estos procesos nos anima’ a construir varias hipétesis de un género particular”, ferencia que se introduce aqui, con relacién wee estaba tratando por ejemplo Ja introduceign al Nareistsmo, el tema dela movilidad Heitn'ibido, consiste bisieamente en que en la Intro- vein al Neresbmo, In movilidad de a Hida aue- Teatringida a eagas eréticas, por ejemplo Ta re- Habe Meee rhido Ge objeto yi Ube del YO, relsistiea y Freud comenzaba alli a mostrar eémo la bid, retirade al interés por los objetos del mundo y BA. su valoraeién, se-convertia en una libido~ del-YO cuando el YO ‘estaba particularmente amenazado de escisin y produeia un gran desinterés por las cireunse tancias reales y una mania de grandeza. O también en relaciones amorosas en las cuales la carga de ob- jeto se hace a costa de la libido narcisista y viene combinada con una inmensa auto-devaluaclén; o en el caso del dolor, en el que e] requerimiento de ia libido or parte de fos sitios dolorosos del euerpo obliga a retirar Ja atencién y especialmente el amor y la ca: acidad afectiva y el deseo de los objetos extemos, Ee decir, Mreud trabaja alli también con la movilidad de la libido; también a partir de ali se habia establecido, digimosio asf a idea de que la Itbido era una canti- dad constante que podie afluir variablemente de un objeto al YO, del mundo en conjunto al YO, de un objeto a.gtro, Aquf, fuera de que los ejemplos varian, hay algo mas, que no se refiere solamente a la ibide, al Eros, sino a una energia que puede emplearse tam? bién en Ia pulsidn de muerte, (0 instinto de muerte) ¥ no solamente variar como energla Ibidinosa-eré- tica de unos objetos a otras. El ejemplo que da enseguida del texto que acaba- sos de leer es bastante dictente en ese sentido, Freud debe star pensando en los ejemplos que tanto acos- tumbra dar de. la movilidad 0 lo que él llama “la transmutacién de las pulsiones y especialmente del erotismo anal”, para indicar que cuando se abandona por alguna causa el spvestimiento genital, como mues- tra en ese trabajo, se puede entonces emplear esa co- rriente energétiea fijoda alli en un reinvestimiento de las. puliones de earéeter anal, con transformaciones correspondientes de carfcter y'sintomas, Pero ademés, ese tipo de ejemplo de la transmu- tacién de las pulsiones, implica que esa transmutacién 55 va fambidn a redistnbuir 0 re-equilbrar Ja manera omno vienen combinados el Eros y la agresividad; por aque no solamente. se reira como lo muestra en Sus ejemplos sobre el carécter, de la genitalidad a la ana- Jidad, sino que al retirarse, la importancia correlati- va de la combinacién Eros-instinto de muerte, can: bia, ya que el regreso a la analidad Je da una mayor importancia a la combinatoria agresiva, de Ia que te- nfa por ejemplo mientras la Ihido estaba fijada en la genitalidad; la eorrelacién cambia y, por lo tanto, no solamente hay transferencia de una pulsién a otra, si- no también en el equilibrio de la composicién agresi- vidad-amor, hay también una transformacién. En ese sentido sirve, pues, el ejemplo de la movilidad en cuan- to a las pulsiones para reforzar lo que venia diciendo, que también hay una movilidad en cuanto a los ins: tintos. “BI descubrimiento de estos procesos nos anima a construir varias hipétesis de un género particular. Pero lo que aguf me propongo ofrecer no es una prue- ‘ba, sino simplemente una hipétesis. Declararé, pues, que dicha energia, desplazable ¢ indiferente, que ac- ‘tia probablemente tanto en el YO como en él ELLO, procede, a mi juicio, de la provisién de Ithido narci- sista, siendo, por tanto, Eros desexualizado. Los ins tintos erdtices nos parecen, en general, més plésticos, esviables y desplazables que los de destruceiin, Pode ‘mos, pues, concluir sin dificultad que esta libido des plazable labora al servicio del principio del placer pa- ra cvitar los estancamientos y facilitar las descargas. Reeonocemos, ademés, que en esta labor es el hecho mismo de la descarga lo principal, siendo indiferente el camino por el cual es Ievado a cabo". La hipétesis consiste, pues, en sostener que Ia parte de energia desplazable est constituida por una 56 provisién de Mbido narcisista; una libido narcisista que denomina desexualizada, trabaja al servicio-del— Principio del placer puesto que se trata de evitar los estancamientos y facilitar las descargas. La conside- racidn en que se basa esa idea, como acaban de ver, ts la de que los instintos erdtices son mucho més pls ticos que los instintos agresivos. Freud piensa probablemente que aquellas formas de organizaciones psiquicas en las cuales los instintos agresivos adquieren una extraordinaria predominarr Gia son formas muy poco variables. Esto es caracteris- tico (y en el tiltimo periodo, es decir, a partir de Mas ‘Alli del Principio del Placer, lo formula con cierta fontinuidad), de Ja neurosis obsesiva que en algunas de sus formas més graves se caracteriza por una ex treardinaria rigidez en cuanto a las identificaciones, a Ja organizacion del YO y a la fijacién de la Mbido en las eargas de objeto y tin minimo de plasticidad, co- mo dice él, y se acostumbra mostrarla por oposicién ‘con los fenfanenos de la histeria, donde hay mucha va- Habilidad de identificaciones y de cargas de objeto y donde el componente agresivo no es tan dominante. Lo mismo puede decirse de otras formas de orge- nizacién psiquica en las cuales Freud ha mostrado, desde tin periodo muy anterior, el cardcter dominante el instinto de muerte; por ejemplo en los fenémenos fen Jos cuales la eonducta queda dominada por la com- pulsién de repeticién, Puede decirse que hay menos plasticidad cuando resultan dominantes en la combi nacién, las formas propias del instinto de muerte. Va- je la pena subrayar otro punto de vista para tratar de observar las deducciones que Freud pretende sa- ear de una teorfa de la movilidad. Se puede adscribir a energia mévil o desplazable, indiferenciada o dese- Bustle ala Mbido, en 1a muedida en que trabaje 8T ex pro-del Principio del Placer y_ evita los-estancay ~ Imientos o los bloqueos, Vamos aver qué conclusiones Piensa sacar Freud de estas hipétesis. “Ahora bien: esta cireunstancia es caracteristica, como ya sabemos, de los procesos de carga que tienen efecto en el ELLO, y la encontramos tanto en las ear gan erétieas, en las’ cuales resulta indiferente el objeto, Eome en las transferencias que surgen durante e] and {isis transferencias que han de ser establecidas oblign- damente, siendo indiferente la persona sobre la que feonigan’ ‘Hank, ha expuesto, “hace poco, acabados Cjemplas de aclos neurdtices” de venganza divigidos contra. personas ingcentes, Ante esta conducta de lo Scotia np pogamos por mena de pena I conocida anéedota de aquel juez aldeano que propuso Speer ne de los fastres. del pueblo en susita. ign del dinigo herrero en él establecido y verdaders sence culpable del delito que de eastigar se trataba. El ‘aso es ejecutar el castigo, aungue éste no recaiga so- Bre el culpable. Igual laxitud observamos ya en los desplacamicntos del proceso primario en la claboracin erica En este caso gon Tos objetos,y en el nuestro ac- Qual 19s earninos de la accion de descarga, lo que re Sulla relegado a un segundo término”. En efecto, en La Interpretacién de los Suefios, ha- bia estudiado ya este fenémeno, como una caracteris- fica fundamental del proceso primario. Freud lo in- dica de muy diversas maneras; refiriéndose por ejem- plo al hecho de que en el proceso primario rigen le- Yes particulares, el desplazamiento y la condensacién por ejemplo, y en cambio no rigen las leyes propias Gel proceso secundario, es decir, del sistema precons- tlente-consciente, en el que rigen las leyes propias de a ldgiea: la ley’ de contradiccién y de identidad, de exclusién y las formas de la disyuntiva, todas Tas cua- es, dice Freud, no rigen en el proceso primario, 58 ‘Tenemos,-entoncesy que el fenémeno de-esta car~ ‘ga mévil, habla sido, desde hace mucho tiempo, consi Aerado como la posibilidad que hay en el proceso pri mario de las més diversas transferencias, asimilacio- hes, condensaciones, desplazamientos, fenémeno expue- fo por otra parte, en otros términos, en la Metapsico- Jogia, cuando se trata de mostrar que las pulsiones no ienen objetos preasignados, ni fines preasignados y que las pulsiones que tienen una fuente particular, S85, anal, félica, ete,, pueden tener méxima variabi- fidad de cbjetos yuna variabilidad de fines més res- tringida (fines activos o fines pasivos) Esto es en la Metapsicologia donde todavia no és: t4 presentado en si como tal, el instinto, de muerte. Pero luego sabemos, por las posteriores descripeiones Freudianas, que no solamente (Los Instintos y sus Des. tinos se llama el I Capitulo donde trata eso), result tan muy variables los destinos de una pulsién, en cuan- Taeae objeto y a su fin, sino también en euanto a sty Suaponente, ayresivo o’ libidinoso. Enseguida Freud dice lo siguiente: © gi esta energia desplazable es libido desexuali- zada, podemos calificarla también de sublimada, pues semiehdré siempre Ia intencién principal del Eros. Si mantergentide mas alto incluimos en estos desplazs- er ite tos procesos mentales, quedaré exclufda la Tibor intelectual por sublimacién de energia instinti- Tel como Jes hab indondo antevormente, dt att cae fen algo larg, sobre todo tenienfo en ods dn rocrdinara densidad de este texto, vuel- guenta Ja eng Gobre el tema de Ia sublimacton, ¥ Ye une 32 jeipotesis de une encrgla bre, mévil plensn, due 1 imme de ngs bjetos a ots e incluso 59 —agregarse-a-uno-ti~otro-instinto- para~reforzarlo, es tuna hipétesis que tiene de nuevo algo qué decir sobre a teorla de la sublimacién. Desgraciadamente lo que Freud dice es extraordinariamente lacénico y es ne- cesario bastante esfuerzo para tratar de mostrar a ‘qué aparte en el campo de Ia teoria de la sublimacién, puede estarse refiriendo Freud, : En primer Iugar, la lectura resulta dificil porque da un paso muy abrupto de Jo que venia diciendo (de ‘que ya esa liberiad de desplazamiento y ese cardcter plistico y migratorio de una energia libre se habi visto como rasgo de los procesos del ELLO), pasa ré- Pidamente a hablar de que si la consideramos también como desplazamientos propios de los procesos menta- Yes, quedaré exeluida la labor intelectual por subli macién de energia instintiva erdtica. Pero la clave de este problema est4 eft Io siguiente: Los procesos mentales van a tomar, pues, earacte- risticas propias de los procesos que ya sabfamos que se daban en el ELLO. Pero los procesos mentales se dan por mediacién del YO. Freud agrega répidamente una abservacién con Ja due piensa vineular io que aqel nos acaba de decir, {hr lacGnicamente, de la sublimacton, con lo que nos Fabia dicho sobre el mismo. tema a propésito de Ts Hentifeacion con ol objeto perdido y de Ia relacién entre sublimacién y duelo, que habtamos visto antes. Freud lo dice asf: , — “Nos hallamos aqui nuevamente ante la posibili- aun Mona nnn ate ea siempre por mediacién del YO y recordamos que este gprs mln a 30 9 rte a ot ELLO y seguramente también a muchas de las ulte- 60, Hlores, acogiendo en sila Whido de las mismas y Tiel dola a la modificacién del YO, producida por iden Ficacin. Con esta transformacién en libido del YO s@— enlaza haturalmente un abandono de los fines sexuales, © sea, una desexualizacién”, La desexualizacién es un proceso que se refiere ‘a Ja identificacién del YO con el-objeto perdido (tanto con los primeros objetos perdidos, cuyas cargas son reemplazadas por identificaciones y, por lo tanto, tam- bién Ia libido a ellas eorrespondientes, por Ibido nar. cisista) y los objetos asi recuperados, que podrlamos llamar también introyectados como cualidades del YO, resultan ahora yalorados; el YO adquiere la valoracién ‘qué les eorrespondia a los objetos perdidos y en. cier- to modo dejan de ser objetos de una pulsién sexual directa, en cuanto que ya no son los objetos de los {que-se puede esperar una satisfaccién, sino que per- miten una nueva orientacién de la libido, “una trans —— de Itbido de objeto en libido del YO", dice Freud. ‘Ahora, esa simple formulacién no parece conte: ner Ia clave de ninguna nueva teoria de la sublima- I cidn, pero podemos de todos modos recordar un punto | de vista; si suponemos que la energia retirada de to» I objetos y vuelta hacia el YO, mantiene en el YO la movilidad que es propia de las cargas del ELLO, re- | sulla entonces que no se trata solamente de una tuen- tificacidn eon un objeto perdido, sino de un acceso al YO, a los procesos earacteristicos del YO, a la motili- dad, a los procesos que podriamos denominar menta- Tes,'a la verbalizacién, a la expresién, a las formula ciones en términos del discurso, de las mismas carac- feristicas (y digémoslo en esos términos) 1a misma li hertad de investimiento y de desplazamientos propia del sistema primario, caracteristicas ig « q syatioTEcA be Mouectona “SHUI A j ‘Asi, el YO podria operar con la libertad de los proceso; que caracterizan al ELLO. El YO podria ues, en ese caso acoger en si, hacer pasar a la pala- $ra, hacer pasar a la accién los contenidos del ELLO queen otro caso tiene que esforzarse por mantener Seultos por la ineompatibilidad con sus propias reglas. Si la energia propia de los investimientos del YO, co- ‘mo energia nuevamente aportada y desexualizada por fel proceso de un duelo adquiere la libertad, la movie Jidad y Ia plasticidad de la energia propia de los pro- ‘ces0s del ELLO, entonces es posible que el YO reciba {1 tipo de procesos que de otro modo tendria que mantener exeluides por resultar incompatibles con Ta etruclura misma de la conciencia, que se rige por un sistema Iogico y que no permite esa movilidad. Cuando en el estudio sobre Ia Gradiva Freud in- ica que el artista tiene una particular tolerancia a la Gngustia, una particular tolerancia a los procesos inconscientes, queria decir, sin duda, que lo que fen otros casos resulla excluido por’ amenazar Ta tunidad del YO y, por lo tanto, reprimido, en el caso Gel artista puede’ acceder al longuaje, a Ta palabra, tia eseritura, a las mnanifestaciones yoicas; le idea de Freud en este momento consiste en intentar una prt mera caracterizacién o por lo menos un esbozo de ca- TucteriaaciOn metapsicolégica, en términos de instan- Gas: el YO y el ELLO, la adquisicién por el YO, Glgunas cualidades del BLLO; en términos dinémicos: pérdidas de objetos, repliegues de la bide, incorpora Bones, identificaciones; y en términos del Principio del Pincer, puesto que la operacién en conjunto debe con: ucir “a desbloqueos ya la operacién fundamental Gel Eros que consiste en producir sintesis cada So mayores; que se trata de buscar una primera XSfacterizacién metapsicolégiea a causa probable- Shente de su eardcter puramente sugerido, no deja, ni @ mucho imenos satisfecho a Freud, es algo que puede ‘verse en algunos de los textos que-posteriormente-a Sete escribié sobre el fendmeno de la sublimacién. Por ejemplo, leemos esto, que es de 1930, por lo tonto, algunos. afios después de lo que acabames de. jeer, en El Malestar en la Cultura cuando después de habler de las multiples técnicas contra los padecimien= tos mentales y hace un breve recuento de las formas de fuga, las formas de negacién de la realidad, Tas for mas de represidn, ete,, continéa de pronto ast “Otra téeniea de Tucha contra los padeclmientos mentales usa los traslados de libido que permite nucs- {ro aparato psiguico y que hace sus funciones mucho mnds elisticas. El problema por resolver consiste en trasladar Ia finalidad de los impulsos de modo tal que no-puedan ser heridos por el mundo exterior. La subli- macién de los impulsos ayuda en este propésito. El resultado maximo se logra si uno es capaz de aumen- far suficientemente el placer nacido del trabajo, inte- Jeotual y psiquico. En este caso el destino puede da fiar poco a Ia persona; el contento de este tipo como ‘a placer del artista en In creacién, o en la personifi- acién de sus fantasias, 0 el del cientifico resolviendo os problemas y hallando la verdad, lleva consigo luna cualidad espeeifica que algin dia, seguramente, Seremos eapaces de caracterizar metapsicolégicamen: @ Como pueden observar en este texto, uno de los mejores sobre el tema de la sublimacién y de los mis turdios, Freud esta pensando evidentemente en el mis- imo problema que acabamos de leer en el YO y el ELL; comienza por mostrar qué son Jos traslados de libido que permite nuestro aparato psiquico, es de- Gir, el mismo tema de una energia mévil, plistiea que 63 “ho esté ligada a determinados objetos y formas de ‘Gescarga y que, por lo tanto, se puede sustraer a de- tenninadas pérdidas y heridas, como. estébamoss vien= doen el procedimiento del duelo, que la Mbido del objeto perdido se sustrae por medio de la identifica- ‘cién previa con el objeto perdido. Es decir, aquf lo po- he en futuro: “No desesperamos en caracterizar algén ‘fa metapsicolégieamente” pero hay que mostrar tam- bién que ese fendmeno que aqui pone en futuro ya fen el pasado To habia intentado sin, al parecer, encon- trarse satisfecho de su intento. Es el punto de vista més interesante porque re- sulta muy’ frecuente olvidarse de todos estos textos cuando se piensa en el tema de la sublimacién y re- cordar, en cambio, los més desgraciados, aquellos tex- os en los cuales Freud y sobre todo sus seguidores ique casi nunea se acuerdan de éstos, sostiene que so $re-el fendmeno del talento creador, el psicoandlisis no tiene nada qué decir 0 que el psicoandlisis debe rendir las armas ante el problema de la creacién ar {Hstica como en el Dostoyevsky en el texto sobre Leo- nardo, que es lo que se eita una y otra ver, lo misino que un estudio sobre Ia sublimacién, extraordinari thente deficiente, por lo demés y en el que hace alg. tas afirmacions sobre el complicado problema de las Yotes naturales para el arte, lo cual es, no solamente ‘una tonteria sino también una tautologia porque por Supuesto que si se comienzan por declarar como do- fer naturales, naturalmente la observacién psicoanall- fica poco tendré qué decit sobre ellas. Como se ve, pues, al final de la vida y en los pe- Nodes de creaién més notables, 2. so 23, en el ‘fio 30, Freud que en una oportunidad dijo eso, a pro posite de Dostoyevsky 0 de Leonardo, ve cada ver nds firmemente en una direceién contraria 1a necest- cs [gad de hacer una bisqueda y una caract ik tapsicol6gica, es decir, psicoanalitica, del problema de Ja sublimacidn, El problema de la sublimacién queda, pues, presentado a medida que se desarrolla 1a obra Ge Freud, como una exigencia tedrica fundamentas. ‘Ademés, no solamente resulta ser una exigencia teérica fundamental; si consideramos el texto del Ma- estar en la Cultura, que les he leido, ustedes pueden darse cuenta de que Freud esta detallando las téenfeas, Ge lucha contra los padecimientos mentales. La tltima Ge eas téenicas, es 1a sublimacién, que nos describe ‘aqui; pero también no solamente es la Gltima sino la inion exitosa; basta eompararia con las que deseribe anteriormente, las formas de negacién, de anulacién, de Separacién y los pactos entre la represién y el im- ulso mas diverso; las inbibieiones, los sintomas} las Viejas téenicas terminan con esta formulacién, pero precisamente dentro de las que describe la Unica, que puede ser considerada tomo telativamente existbsa es Bia. Entonees no se trata solamente de un problema fedrico fundamental, sino de un problema préctico fundamental, de un nuevo enfoque. Si seguimos con cuidado ademas In idea en el tex- to que estamos comentando del YO y el ELLO podri thot definir el proceso de la sublimacién en To que a Gate texto respeeta como una reconciliacién relative del YO con el ELLO, en la medida en que el YO ine Corpore tna libido mévil que permite acceder a una Dlasticidad similar a la plasticidad de ELLO. Freud sigue diciendo ast: “De todos modos se nos Gescubre aqui_una importante funcién del YO en, su felacién con el Bros, Apoderdndose en la forma des- trite de la Itbido de las eargas de objeto, ofreciéndose como tinico objeto erético y desexualizado o subliman- do la bide del ELLO, labora en contra de los propé- 65 = sitos del Eos y se sitta al servicio de los sentimientos “instintivos- contrarios En cambio, tiene-que permitir otra parte de las eargas de objeto del ELLO e incluso contribuir a ellas. Mas tarde trataremos de otra posi- ble consecuencia de esta actividad del YO". ___La operacién tiene, pues, un sentido doble; por ‘una parte contradice la direccién inicial de los instin- tos del ELLO, la fusién con el objeto, volviéndolos so- bre el YO} y por otra parte, sin embargo, tiene que permitir Ins cargas de objeto del ELLO, e incluso con- tribuir a ellas, El YO que es Jo que velamos al final del proceso del duelo, adquiere una movilidad que no tenia y que le permite reconquistar objetos en los cua Tes poner la bid que quedaba sobrante por los ob- jetos perdidos, A Freud le interesaba mostrar, (como se ve en el ensayo sobre Lo Perecedero, que también tiene mu- hos aspectos que ilustran la preocupacién, del slti- Imo perfodo, por el tema de la sublimacién); el fenéme- no de que hay una rigidez de la posicién de la Itbido, que estaba predicada hacia mucho tiempo: una vez encontrada Ja satisfaccién en un objeto resulta difi eilisimo el desprendimiento de la Itbido en relacién a ese objeto. Ese objeto, digo una vez mis, debe ser pensado en los términos més generales; no necesita ser una persona, puede ser simplemente una ciexta situacién de I posicién de objeto; por ejemplo la ma- Gre es un objeto perdido en innumerables oportunida- dex el deste, In prohbisin del incest, In adoles cenela, ee, sin necesidad de que se haya muerto; per ido porque la posesién del objeto es erradicada por el desarrollo, o por el nacimiento de un hermanite, © por otras mil eausas vuelve @ ser un objeto perdido, Un objeto perdido, pues, el principio de que la li- bido' donde ha" encontrado una" eirta sallfaeein, Je 66 Fesulta muy dificil desligarse, anuncia el proceso. ey — “et py lal gone, ane ae se ‘YO. Ese repliegue probablemente no tendria sentido = Be eg retin ear ified ott Se imerorin on ol 0 Se ee sett i oman et tc Gf objeto, y confiere una movilidad al YO, que tiene el ohio, 3 comersa pare de las cargag de obeto see er ant aS Ste wm eee ain Sette eons Freer V8 ido abil y esta en periodo de formacién. #l ELT, can Shy alone ae res copa ge pt oe I: hea ys on dag ek cima ron en i oe TO LEB Sng he ee ates ge ete pan re ue a isan oe Pe gan en racién del YO las reclama para ‘st y, por lo tanto, el nareisismo del YO como tal, ya es secundario. or v SOBRE “LAS SERVIDUMBRES DEL YO” Conferencia N° 5 El capitulo V, plantes ciertos problemas, denomi- nados “Las Servidumbres del YO. Antes de que lo Jeamos voy a recordarles una advertencia de Freud sobre este mismo capftulo que escribié dos afios des- pués en Inhibieidn, Sintoma y Angustia, Cuando habla- Ines de la manera como el YO, trata, por medio de Sus mecanismos y especialmente de la represion die ‘vorsas pulsiones, continda diciendor “Surge aqui la cuestién de cémo este reconoci- miento del poderfo del YO, puede conciliarse con la deseripeién que de In situacién del mismo hieimos en nuestro estudio del YO y el ELLO, en el cual afirma- ‘mos que el YO, se hallaba tanto con respecto al ELLO como con respecto al SUPER-YO, en una relacién de dependencia y describimos su impotencia y su dispo- sicién a la angustia, ante ambos revelando la trabajo- sa. difieultad con la que mantenia su superioridad”, “ste aserto ha encontrado desde entonces resonante eco en la literatura psicoanalitica, siendo ya muchos 69. ‘os autores qué acentiian insistentemmente la debilidad: del YO con respecte. al ELLO, de Jo racional con res- pecto a lo demonfaco, disponiéndose a convertir este Drineipio en base fundamental de una concepeién psi- Eoanalitica del universo, Ahora bien, el conocimiento Ge cémo actia la represién, es quizh muy apropiado para retener al analitico de tna tan extrema decision”. Nos advierte, pues, que la deseripeidn que nos va a hacor de,Jo que él denomina, Las, Servidunbres de} YO, no debe emplearse para improvisar una concep cin del mundo de origen psleoanalitico, mis 0 menos romdntica, en la que lo irracional, domine a lo racio- nal, o lo demonfaco, o cualquier cosa por, el estilo, a Jo que era tan adverso Freud. Por lo demés, seria una traduecién completamente impertinente, ya que por ejemplo el YO no puede ser en ningin caso asi mnilado a lo racional. Las Servidumbres del YO, el iltimo capitulo del YO y el ELLO, trata de las relaciones del YO con el SUBERYO en primer lugar y, luego con el ELLO, Tal vez la parte mis interesante y mas extensa del capitulo es la que se refiere a las relaciones entre el {YO y el SUPEH-YO. En ninguna otra parte de la obra Freud se ha extendido tanto y de una manera tan rninuciosa sobre este punto, y en ninguna parte ha tratado tan profundamente como aqui, el tema del SU- PER-YO. Hemos dicho ya repetidamente, que el YO std constituido en gran parte por identificaciones sus- titutivas de cargas abandonadas del ELLO, y que lag primeras de estas identificaciones se conducen en ef YO como tina instancia especial, oponiéndose a él en calidad de SUPER-YO. Posteriormente, fortificado el YO, se muesita més resistente a tales influencias de Ja identificacién. El SUPER-YO debe su especial si- tuacién en el YO, o con respecto al YO, a un factor que hemos de valorar desde dos puntos de vista: por 70 ‘ser_en primer lugar-la identificacién-que hubo- de ser Tomas a efecto siendo a Ce el YO, y en segun- o lugar por ser el hereder del complejo ae ba hhaber introducido asi en el YO los objetos mie ie portantes. Con respeto alas mordencinee ultstaees dat YO, os en sierto modo ef SUPER YO, Io sue is fave sexual primaria dy a nies eon reapecte ie ot da sexual posterior a In pubertady siende atest a todas la infuensiasullerores,cooseron, Hire tag a drei fod in vie lence que fe ini i génesis en el complejo pater, ¢ Sar ie oxen de pence al ¥O y dominio, Es ol monument con memorativo de la primitiva debilidad y dependencia EEG y comin nin Semin ofa ‘Freud oseila un poco, al tater del SUPER-YO, gn Ja manera de calificar su especial situacién en ef YO 0 con respecto al YO, es decir, entre calificarlo como una parte del ¥O o' como uta instancia que se relaciona con el YO, En Inhibicién, Sintoma y Angus- tia parece mas claro el problema, puesto que ali Freud Indica directamente. que esas tres ustanclas’ al ELLO, el YO y el SUPER-YO, silo se diferenclan en Ja medida en que se oponen; expresién muy curiesa ¥ muy interesante, porgue sigalfiea que no existen por 4, antes de su opesicién, sino que son constituiges Por su oposicién. Entre el SUPER-YO y el YO, no ha- bria pues, como vuelve a decir al final Freud, dife- reneia alguna mientras estuviesen de" acuerdo; entre el ELLO y el YO mientras teinase ecuerdo, tampoco hhabria. BY desacuerdo es constitutive de las instanclas ¥ no son pues, territories deimitades por sf mismos ¥ que en determinadas oportunidades estin en pay fn otras oportunidades entren en guetta, sino que oo In opesielén del YO af ELLO ln qe constituye ol YO mismo; es decir, la necesidad de sintetizar, la imposi- waar 7 pilidad de acoger_con respecto a la motilidad y con respecto a la conciencia, la multiplicidad del ELLO.~ Y es Ja oposicidn entre el YO y-el SUPER-YO la que constituye la existencia misma del SUPER-YO. Tene- thos pues, que son instancias que se diferencian en la medida que se oponea y se confunden en la medida fen que se reconeilian y que por Jo tanto, la oscilacién entre el YO, o con respecto al YO es equivalente. Dice ademas Freud del SUPER-YO que es el mo- numento conmemorative de la primitiva debilidad y Gependencia del YO. Este tema fue desarrollado en varias partes, sobre todo en el Esquema del Psicoanl is mucho més tardio, Allf se trata de mostrar que Pa- ta comprender al SUPER-YO, es necesario partir de tun estudio del eardcter prematuro del nacimiento hu mano, es necesario considerar la larga dependencia de Jos objetos primitives y también el hecho de que debi- do a esa dependencia que es una dependencia orgéni- ca, fisiologica y una dependencia psicolégien en todos los sentidos: del afecto, de la atencién y hasta para la identidad més primitiva; debido a esa larga dependen- cia, los objetos primitives son objetos hacia los cuales ho'se puede manifestar o generar una hostilidad sin que se vuelva contra el propio sujeto; es decir, obje- fos hacia los euales toda hostilidad es fatal para el su- jeto. Freud indica allf y también en el Malestar en la Cultura, hablando de la formacién del SUPER-YO, que el fendmeno de la culpa, y ya veremos en seguida fi relacién del SUPER-YO con la culpa en detalle, procede originariamente del hecho, de que la agre~ Ein hacia los objetos primordiales se vuelve contra ‘Sf mismo y se vuelve en forma de culpa. Sostiene en Seguida la tesis que Iuego desarrollard con varios ejemplos, de la proximidad del SUPER-YO al ELLO, “De este iodo permanece el SUPER-YO durade- ramente préximo-al-ELLO, y puede arrogarse, para ‘con el YO, la representaci6n del mismo, Penetra pro- fundamente en el ELLO, y en cambio, se halla més alejado que el YO, de Ia conciencia”. Esta tesis va a Ser muy importante en el momento en que Freud es- ‘ablezca las diferentes formas de la culpa, de acuerdo con Jo que podriamos amar, y que precisamente he ce por primera vez aqui, uha metapsicologia de Ta culpa, un estudio de la culpa como diferentes tipos de relacién entre las tres instancias. Mas adelante, Freud trata de] fenémeno de la reaccidn terapéutica nega- tiva, uno de los elementos que él utiliza para el estu- do del SUPER-YO, es un problema clinico que se.ex- presa asi: __ “Hay personas que se conducen muy singul méhite en el tratamiento psicoanalitico. Cuando les da- mos esperanzas, y nos mostramos satisfechos de la marcha del tratamiento, se muestran descontentos y empeoran marcadamente, Al principio, atribuimos este fenémeno a una rebeldia contra el analista y el deseo de testimoniarle su superioridad, pero luego Megamox 2 darle una interpretacién més justa. Descubrimos, efecto, que tales personas reacefonan en un sentido in- vyerso a los progresos de la cura, Cada una de las so- faciones pareiales que habrfa de traer consigo un ali- vio o una desaparicién temporal de los sintomas, pro- Yoo, por el contrario, en estos sujetos una intensifi: Cecién momentdnea de la enfermedad, y durante el fratamiento, empeoran en lugar de mejorar. Muestran, pues, la Hamada reaccién terapéutica negativa”. Esto es también Jo que Freud designé en Inhibi- cién, Sintoma y Angustia, cuando estudia las cinco cla- ges de resistencias, como Ja resistencia propia del SU- PER-YO. La resistencia que consiste en un sentimien- 3 to inconsciente de culpa que conlleva wna-necesidad. Inconsciente de eastigo y en esa medida se opone drés- Heamente a toda mejoria, porque ha hecho interesar- se la enfermedad misma en la economia intra-psiquica, Gomo satisfaccién de las exigencias del SUPER-YO. Freud més adelante comenta la enorme dificul- tad que existe para tratar ese tipo de casos on los que muy frecuentemente fracas sencillamente el anélisis ¥ también lo vuelve @ tener en cuenta mucho més Yonifamente, cuando eseribe Anilisis Terminable ¢ In- terminable, como tino de los casos de andlisis inter- minable, Vamos a ver ahora el estudio sobre la culpa que Freud inicia con base en una diferenciacién de las for- mas de la culpa en diversas neurosis y psicosis, trax Yando de mostrar cada tipo de culpa como un caso es: Deelfico de relaciones entre las tres instancias: el YO, el ELLO y el SUPER-YO. Dice: ‘“p] sentimiento normal consciente de culpabili- dad (coneiencia moral), no opone a la interpretaci Gificultad ninguna, Reposa en la tensién entre el YO y el ideal del YO y es la expresién de una condena Jel YO por st. instancia eritiea. Los conocidos senti- mientos “de inferioridad de los neurdticos dependen también, quizd, de esta misma causa. Bn dos afeccio- nes que nos son ya familiares, es intensamente cons: Ciente el sentimiento de culpabilidad, Hl ideal del YO Snuestra entonces una particular severidad y hace al YO objeto de sus iras, a veces extraordinariamente cerueles”. Las dos afeeciones conocidas son Ja neurosis ob- sesiva y Ia melancolia y al lado de la_coincidencia, Surgen, entre Ia neurosis obsesiva y la melancolia, di 4 | ~ ferencias no menos significativas por lo_que_respecta Srtconduela del ideal del YO. La coincidencia consis fe-on que en ambas existen muy extensos y conscien~ tee tentimientos de culpa. Hasta al podemos designar GFeleimento comin, més sin embargo Ta culpa tiene un Ghtdcler muy diferente en tna y otra, En ciertas for~ Giisde la neurosis obsesiva es extraordinariamente Tease el senlimiento de culpabilidad, sin que por par- AE H‘YO ‘exista nada que justifique tal sentimiento. $i Yo dei enfermo se revela entonces contra Ta st Buects ctlpsbilidad y pide auxillo al médico para re- Entsar dicho sentimiento, pero seria tan equivocado co see fica, prestarle la ayuda que demanda pues el we ie how revela Iuego que el SUPER-YO es influido antlprocesos que perinanecen ocultos al YO. Deseub Por Pin afecto los impulsos reprimidos que constifuyen pare ee del sentimiento de culpabilidad; el SUPER-YO A peido aqut del ELLO inconsciente, algo més que BP YO, Bote ejemplo sirve pues, para esclarecer Ta te ge gue hablamos leido de que esté mis proximo el SUBER-VO al ELLO, que al YO, Otro fonémeno muy Pesucnte en la neurosis obsesiva es el de. que el pa ects mismo critica 1as Jeyes y las normas que se ve Shligado compulsivamente a obedecer; los eeremonia- fee sy todos los procedimientos que se ve obligado a ws sdecer Ios declara abstrdos, y también declara com- OfStemente injustificados 10s’ sentimientos de culpa Dictaetos y agudisimos que afloran con frecuencia Consio no se Ilevan a cabo dichos ceremoniales. La neurosis obsesiva presenta una relacién muy ccuriosa con la ley, puesto que al, mismo tiempo que curios te a una norma complicadisima, también con- Fare cierta manera una Tidiculizacién de la ley; seee mete precisamente a una norma que declara ab- Sate Acude pues en demanda de consuelo con rela- SMa. a los sentimientos de culpa que encuentra tan 5 justificados, y Freud comenta que nada podemos ha wutsferia tan equivocado como ineficaz_prestarle la sida que demanda porque esos sentimientos de cul- sete son como él se imagina, gratuitos, sino que, sen- Pilumnente se refieren a impulsos reprimidos. ~ Bl fendmeno curiose alli, es que el impulsoy por ejemplo, agresién a un objeto amado, caso muy fre cuente en la neurosis obsesiva, es reprimido y en cam fio se hace consciente el sentimiento de culpa; en una situacién particularmente dréstica, como explica Freud en El Hombre de las Ratas, es suficiente el me- 0 deseo inconsciente de hacer dafio, para que la culpa Se produzea como si en efecto el dafio se hubiera he cho, Bn la melancolia la impresién es de que el SU: PER-YO he atraido hacia sf la conciencia, pero no se atreve el YO a iniciar protesta alguna, ‘se reconoce Gulpable y se somete al castigo. En la forma obsest Gael YO protesta por su propio sentimiento de culpa, Yado que ha reprimido el impulso agresivo a que s¢ fefiere mientras que en la melancolia el YO adhiere Al sentimiento de culpa. Esta diferencia resulta fécil- Jnente compresiva porque en la neurosis obsesiva se frataba de impulsos repulsivos que permanecian ex- farlores al YO; en cambio, 1a melancolia nos muestra {que el objeto sobre el cual recaen las iras del SUPER YO, ha sido acogido en el YO, pues como mostré Freud én al articulo Afliceién y Melancolia, el objeto al que se refieren las pulsiones agresivas, Jos sentimientos Zgresives, es al mismo tiempo un objeto de identifica~ tion, un objeto que ha sido introyectado, por lo tanto fa pulsion agresiva se suma directamente a la agresi- vidad del SUPER-YO, contra el YO; ya la pulsién lagresiva se referia a un objeto interno mientras que tala forina obsesiva se refiere a un objeto amado, po fo extemo, eon el cual no existe el mismo grado de ientifieacién. 6 “Be desde Tuego singular que en estas dos aleceio~ nes neuréticas, aleance el sentimiento de culpabilided una tan extraordinaria energia, pero el problema prin- ‘pal aqui planteado es otro distinto y ereemos eonve— niente aplazar como hace Freud, su discusién hasta haber examinado otros casos en Tos que el sentimiento de culpa permanece inconsciente, para no introducir aqul todavia, donde esté siendo tratada una t6pica de la culpabilidad, el tema de la teoria de los instin- fos; naturalmente mas adelante va a decir que en eas dos afecciones la pulsién de muerte comienza a predominar en el SUPER-YO, especialmente en ta Paelancolfa, donde el SUPER-VO ya investido de una pulsién de’ muerte toma por objeto al YO, hasta el Punto de giie resulta con frecuencia el suicidio, Eh seguida, se plantea el fenémeno de la culpa cuando permanece inconselente, como sucede sobre fodo en la histeria y en los estados de tipo histérico, “BI mecanismo de Io inconseiente es aqui facil de adi vinar el YO histérieo se defiende contra la percep- teién penosa que le amenaza por parte de la erftica de su SUPER-YO, en la misma forma que emplea para defenderse contra una ‘carga de objeto’ inso- portable, o sea por medio de la represién y depende pues del YO el que su sentimiento de culpabilidad Bermanezea inconsciente, Sabemos que, en general, Teva el YO a cabo las represiones en provecho y al servicio del SUPER-YO, pero en el histérico, lo que hace es servirse de esta misma arma contra sw rigu: oso sefor”. Es decir, el mecanismo de la represién, (que rige tan fuertemente en la histeria, no solamen- te resulta aplicado al ELLO, haciendo’ inconscientes Jas pulsiones, sino que resulta igualmente aplicado al SUPER-YO; en realidad también ocurre que no Solamente es el mecanismo de la represién que domi- hha fuertemente en la histeria, sino que, como Freud 1 ‘muchas veces lo ha explicado, se suele condensar las —~pulsiones derivadas del ELLO con las derivadas det SUPERYO. Es muy elisa la descripelén que hace Freud en uy diversos sitios, por ejemplo en La Interpretacion Holos Suetas: de las caracterfticas principales del Snioma histérico; el sintoma histérico, en una sola Scena en un solo sntomn, tealiza tanto Tos descos Ga ELLO como os castigos del SUPER-YO. Con- densa y unifica las dos tendeneias que parecen més pues. Freud a veces expone el cago de la adolescente que presenta todos los sintomas de tun embarazo particu: Tarmente complicads y- dificil, con wémitos, mareos, etc, con fo cual. al mismo tiempo queda ‘realizado el deseo genital, contra el que hay una tan inmensa resistencia, coma el castigo del SUPER YO, por haber realizado a deseo, en un solo sintoma; y ast conden- fa las mociones que vienen del SUPER-YO con las fhociones que proeeden del ELLO, y las trata en con- junto por medio de la represiin y a eso se debe que 22 profiuzea el efecto de Ia culpa inconseiente; en este aso, In culpa est dada, la necesidad de eastigo est dada, el castigo ya esta realizado por medio de sus Vémitos y st enfermedad, pero todo, queda, incons: ciente y el sentimiento mismo de culpa, no aparece hnunea en la eonclencia, y por eso hablaban algunos tiguos autores de “la bella indiferencia” de las his- ‘cas Si vamos, con Freud, ain més alld, podemos “arries- gar la prestnciGn de que una gran parte del sentimien- fo de culpabilidad tiene que ser, normalmente, incons. ciente, por hallarse la génesis'de la conciencia moral fntimamente ligada al complejo de Edipo, integrado en lo ineonseiente”. Bs decir, que el caso de Ta histe- 18 ‘la no es més que_un easo revelador, lo normal siem- re es que gran parte del sentimiento’ de culpa perma: newea inconsciente, asi como permanecen inconseien- tes gran parte de’ las pulsiones y de los descos dal ELLO, deseos transgresores, deseos de objetos prohie_ bidos incestuosos, © bien pulsiones agresivas, Freud Jo ‘expone muy billantemente de Ta sigutente max “Si alguien sostiene la paradoja de que el hom- bre normal no es tan_sélo mucho més inmoral que Jo que cree, sino. tambien mucho mas moral de lo que supone, el psicoandlisis, en cuyos deseubrimien- fos se basa’la primera parte de tal afirmacién, ‘no fendria tampoco nada qué objetar contra su segun- da mitad” As{ completa Ia idea de que el psicoand lisis ha descubierto que todos los hombres en el fondo" son mucho mas incestuosos, transgresores timings de toque eran, con ia inveraty también son mucho mas moralistas y'se sienten muchisimo ms culpables de lo que creen. Para mostrar el segundo punto Freud trae a cuento el caso del delineuente por sentimiento de culpabilidad, en el que se descu- bre que, antes del delito, e incluso mucho antes del delito, existia_ya_un fuerte sentimiento de eulpabil dad sentimiento de culpabilidad que no podia adhe- ritse a ninguna conducta conereta, puesto que estaba vinculado a impulsos reprimidos y que luego ese sen- timiento encuentra en la realidad una justificacion conseiente por medio de un delito, y a lo mejor tam- bign un castigo que lo haga més Soportable, os delilos se earacterizan porque son muy fé ciles de dilucidar y es muy fieil deseubrir ef delin- cuente porque deja todas las huellasy como st reste tare mae soportable una culpa eva cauva se stbe aque puede ser castigada y estd objetivada, que tna 79 ‘culpa que no se sabe a gué corresponde. Freud desa- troll6 eso et otro eserito, aquf simplemente lo men- ‘Giono para mostrar el fendmeno, en un caso diferen- te a la histeria, de sentimientos ‘de culpa en los que se desconoce el motivo, es un escrito que Heva por ‘uulo precisamente: BI’ Delincuente por Sentimiento de Culpa, Freud termina el capitulo IV con una serie dde consideraciones sobre la relacién entre la libido y Ja pulsién de muerte. sas consideraciones presentan bastantes dificulta- des, especialmente derivadas de la manera como es tan formuladas, que da la impresién de ser una ma- hera algo inadecuada, atin cuando de todos modos se Jogra ‘comprender el sentido del texto; Freud dice asf: *Volvamos ahora a Ja lucha contra el Eros, Es ine dudable que el principio del placer sirve a el ELLO Ge brijula en el combate contra Ja Itbido, que, Intro- Guce perturbaciones en el curso’ de la vida”. For- Mnulacién por supuesto Supremamente curiosa que da- tia Ja impresin de que el ELLO combate la libido ¥ no se podria saber qué quiere decir ésto. La idea de Freud, como mis adelante veremos, es que el ELLO. se defiende contra los incrementos de tensién y en este. Jnomento los incrementos de tensién él los considera Gauivelentes a un incremento de la Ifbido y trata co- eaiSfensa del ELLO al hecho de que tienda a des- Turgarse de esos inerementos de densién, desembars- Séndoze de ellos en forma de pulsiones de objetos y “ambjén en la medida en que pueden derivar hacia 1'YO, por medio de la sublimacién. Por lo tanto, lo que pafece inadecuado es més bien 1a formulacién $Mhola idea. Mas adelante todavia resulta mis imade- Yinda, porque habla de que el ELLO domina estos Snerementos y resulta que el ELLO es el conjunto {de Tes pulsiones, la sede de las pulsiones. Lo que ocu- 80 rie #s que aqui, en Iugar de Mbido se deberla decir ineramentos de’la_tensién libidinal, y mas~bien que— defensa o dominacién del ELLO, posibilidad de des- ceargar los incrementos de la pulsién libidinal. Si se hhicieran asf esas formulaciones, el texto en realidad 4p prasntaria problema, todo el. problema procede Fste capitulo termina con una férmula que es una consideracién sobre Ia realizacién de las pulsiones sexuales y la muerte, Se refiere a los animales infer lores en los cuales la reproduecién y la muerte eons- tituyen, por decirlo asf, la misma cosa: “Podemos de- cit que la reproduceién causa In muerte de estos se- res en cuanto separado al ser el Eros, queda libre el instinto de muerte para llevar a cabo sus intencio- nes. Por iiltimo, el YO facilita al ELLO la labor de Jominacién, sublimando parte de la libido, para sus {fines propios”. Hse problema de la relacién con la rmuerte ha sido tratado por Freud en otros textos. pero principalmente en el sentido de descartar una satisfaceién completa de los deseos sexuales. Dice en el Malestar en la Cultura, que hay algo en Ja libido humana que hace imposible la satisfaccién plena, o también dice que 1a libido tiene, en tanto que tal, el cardcter de esencialmente insatisfactoria, La satislac- cién plena equivaldria ala muerte, porque quedaria toda’ la tensién libidinal y toda la’ reserva de libido voleada sobre el objeto. Bs la misma posicién de Rou- sseut y otros Fil6sofos. Beg titi, fms } stioreca oe sare A vr LAS SERVIDUMBRES DEL YO Conferencia N® 6 (Continuacién) Hemos visto una serie de ejemplos, en los cua- les se demostraba que el SUPER-YO se halla mas ve- ‘ino al ELLO que al YO; en otras palabras, que ac- ‘téa en forma inconsciente eon extraordinaria frecuen- cia, como en los casos en los que se manifiesta sélo como sentimiento inconsciente de culpa o necesidad de castigo. ¥ vimes también los fenémenos de la wre- sistencia propia del SUPER-YO, aquellos fenémenos fen los cuales Ta necesidad de castigo impide que den- tro de un proceso analitico se produzea una mejoria. Después entra Freud en un tema extraordinaria- mente oscuro y prineipalmente oscuro en este texto; es un tema al cual se refieren diversas partes de su ‘obra, a partir de 1915 con la Metapsicologia, por lo menos no recuerdo nada anterior. En los estudios s0- bbre lo reprimido y sobre el inconsciente aparece el tema de las representaciones verbales y las represen: 83 jones que podriamos Hamar plastieas; a veces dice: iinagenes de cosas, imagenes de palabra para diferen= iar los contenidos del preconsciente y los contenidos del inconsciente en uno de los momentos en los que femplea esa distineién, Tratando los contenidos’ del inconseiente como contenidos en los cuales las imé- genes de cosas predominan, las representaciones de Cosas; y los contenidos del preconsciente como conte- bpides en los cuales predominan las representaciones de palabras. Naturalmente, no es que no haya repre: ‘sentaciones de palabras en el inconsciente; como ha- bia dicho ya en La Interpretacién de los Sueiios, que ls palabras en los suefios, son tratadas como cosas; cuando. uno lee esto en el capitulo final de La Inter pretacién de los Suefios, no resulta todavia una inter- pretacién muy curiosa, porque alli lo que Freud quiere decir es que las palabras no estén tratadas con Ia légi- ta propia del diseurso, sino con las leyes del proceso primario, es decir, que tienen sentidos diversos y con fradictorios sin que importe que mo sean compa fibles, no estin sometidos a la ley del principio de contradiecién; pueden ser tomadas en la forma lite- fal y una parte de una palabra puede tener un sen- ido completo que no tiene la palabra misma. El or den sucesivo reemplaza, en la forma de exposicién el orden de la causalidad, y as{ en lugar de decir, en lo que se llama la gramétiea de los suefios, a causa de Gao ocurrid ésto, el suefio expresa: después de és- fo ocurrié ésto; asi el predominio de lo que lamaba ‘aqui representaciones de cosas o de imigenes, consis- ta en a posibilidad de poner en funcionamiento las eyes del proceso primario y de escapar a las leyes a las cuales queda sometido el discurso hablado, En el preconsciente lo que Freud llama predominio del. Fepresentaciones verbales, podria tradueirse en el sen- ido de representaciones verbalizables en un discurso, ¥ precisamente por eso son preconscientes, porque Ey son compatibles con la estructura de la _conciencia,— ‘que exige el principio de contradiceién, incluye Ia f6r-— mula de la disyuntiva, exige la unidad del. sujeto, etc. Lp que dificult el tema os que Ia formulacién de Freud a veces es muy mala, porgue parece ditada por_tuna coneepeion elisa y_pevfectamente errada Eel lenguaje, concepeiin que’ mismo cast sempre descarta en su obra, y especialmente en su interpre- taclon de ls muetiog colabor8 como nadie a superar Ia concepelon del lenguaje de To verbal, como una epresentaciin seotmdaria, Pero en algunas las for mulaciones- queda la idea antigua del lenguaje como Tepresentacion secundaria, en el sentido de que habia {na representacign primatia, Ia represeaacign de una cosa por medio de tna imagen, y una representacon Segunclaia, Ia representacion de Ia imagen por me- ie de una pelabra, por ejemplo, Bn el primer caso Un significado estasia representado por tn. smbelo, © por'un icono, en el segundo caso, un significado es fatlarepresentado por un sigifieante arbitrario, un Sonido, Hs decir ef lengusje seria entonces visto co tro un sistema de representsciones secundaras, cons- ER sobre in ssn le repentant pinay Has que podrian ser plstieas,o mimes, Tueg0 por comodidad y desarrollo, verbales. ee Sin embargo, aunque pueda ser_aif, lo dice Oc- tavio Manon, que en ciertas oportunidades ln formu lacidn de Freud se aproxima a esa coneepeién profun- damente errada, y contra la cual milita pricticamente toda la lingUistica modema, el hecho es que lo funda ental dela diferenciacion entre” representaciones Verbales y representaciones.plistiens, digamoslo, no {Sa pena on se sents at noi intaduce em fos parrafos que vamos a’ leer y que son pirra- fe WebRamlentevdifelles de “desentrafar,” vea mos: “Ba todas estas cireunstancias demuestra el ‘SUPER-YO-su independencia del YO consciente y sus §ntimas relaciones cone] ELLO inconsciente. Por lo que respecta a la signifieacién que hemos adscrito f los restos verbales preconscientes integrados en el YO, surge ahora la. interrogacién de si el SUPER-YO no ‘se hallaré, quiz4, constituido, cuando es incons- lente, por tales tepresentaciones verbales, y en caso negative, cuales seré los elementos que To integran’’ Como ven, se trata de una pregunta muy curiosaj pri- mero -alude, a que habia distinguido, los contenidos de lo preconsciente y los contenidos de lo inconscien- fe con el eriterio, representaciones verbales y repre- Sentaciones plésticas, criterio que no se justifica sino Somo diferente légiea, porque naturalmente nadie ig- fora que también son. innumerables los contenidos preconseientes que pueden-consistir en imégenes, por Efemplo todos nuestros zecuerdos visuales disponibles. fin exe sentido, verbales no puede querer decir sino sometidos a la légica propia del diseurso. Luego Ia pregunta queda claborada asf: podria- nos putientamon st el SUPER-YO exté constituido or representaciones verbales inconscientes, y de no eer ask entonces, en qué consisten los elementos, es Hecir, fos contenidos del SUPER-YO; es evidente que se rellere aquf a los contenidos, porque si bien el SU- PER-YO procede de Ia introyeccién de objetos perdi- dos, figuras que fueron objeto de identifieacién y que fueron objeto del deseo, y ya nos ha dicho que su di- humica y su fuerza procede de las caracteristicas de ‘esos objetos, de sus exigencias, a las cuales se agre- ga un refuerzo de el instinto de muerte, wna cosa es ‘Su constitueién y su dindmica y otra cosa son sus contenidos; y entonces Freud se pregunta por sus eontenidos ¢ introduce Ia sospecha de si sus conteni- Gos no serén acaso restos verbales como son los con- 86 tenidos del preconsciente, “Nuestra respuesta serd que tainpoco el SUPER-YO puede negar su origen de i presiones auditivas” dice enseguida, Y continiia: “Es Gna parte del YO, y dichas representaciones verba- Tes (Conceptos, abstracciones) Megan a él antes aue ‘tia soncienela, pero la energia de carga no es —apor- {ada a estos contenidos del SUPER-YO por la percep- Gn auditiva la ensefianza o la lectura— sino que Gfluye a ellos desde fuentes situadas en e] ELLO”. Detengamonos un momento; la hipétesis evidentemen- te parle de la base de que en el ELLO no hay, como {ales en el sentido en que la estamos interpretando, representaciones verbales y por lo tanto, no pueden llegar al SUPER-YO representaciones verbales desde el ELLO; y por eso Freud dice que Ta energia de car- fa es aportada desde fuentes del ELLO pero no las ‘[Gpresentaciones mismas. Lo tinico que difiere con re Jabn al YO, es que en el SUPER-YO gracias a la cnergia de carga, las representaciones verbales se con- Siliden antes que hacerse conscientes y pueden seguir Stendo aetivas, sin llegar a ser conscientes, y este pun- foes muy interesante, porque Freud cuando acaba Ge mencionar que las representaciones verbales legan Gntes que a la concieneia, al SUPER-YO, pone entre Daréntesis la siguiente especificacién de la nocién de Fepresentaciones verbales:_concepto, abstraccién. Asi podemos decir que el SUPER-YO para su operactén Fequiere de representaciones que_podriamos Tamar Abstractas, es decir, aplicables a diferentes contenidos ‘eoneretos, La formulacién més elemental en Ia operacién de comparacién, es ya Ia formulacién abstracta que po- Gtiamos denominar la pareja buenomalo, oposicién fnuy primitiva que sin embargo ya puede ser abstrac- la en el sentido de que puede cubrir un sinniimero de contenides especiticos, coneretos. Muy primitiva, 87 porque es anterior, como se muestra en el estudio sobre la negacién, a parejas que nosotros considera _~ mos, en el desazrello de la légiea, primordiales, como: real no real, 0 existenteinexistente, 0 verdadero-fal- 50, 0 incluso, segiin Freud, es anterior bueno o ma- Jo'a la pareja interno-externo, pareja cuyo sentido primitivamente sefiala bueno como interno y malo.co- ‘mo externo y luego se diferencian hasta llegar a una formulacién aproximadamente Idgica: externo como evitable, en el sentido de aquello de que se puede huir © en todo caso se puede no mirar, e interno como una fexeitacién no evitable, de la que no eabe separarse por medio de la fuga. También Freud quiere decir sin duda que el SUPER-YO puede considerar_ mal aquéllo que el YO considera bueno, y que el sujein consciente considera bueno, digno de ser realizado, de 1o cual, por supuesto, se puede dar una ejemplifica- cién muy vasta; asi sucede en Los que Fracasan al ‘Triunfar, que son aquellos que han buscado una meta que conscientemente consideran buena, pero que el SUPER-YO considera mala y produce por consiguien- te el castigo por haberla aleanzada. Esto es lo que Freud lama representaciones ver bales, y tal vez seria mejor decir, representaciones organizadas en la forma de una légica de la no con- tradiccién, que no han tenido acceso directo a la con- cleneia, y' no pasan a convertirse en una forma fun- cional ‘del YO pero que sin embargo tienen su efica- cia como contenidos especificos del SUPER-YO, Ade mis de] caso notable que acabamos de citar de un SU- PER-YO que puede integrar una pareja determinada, ‘bueno 0 malo, independientemente lo que la’ concien- ia mantiene como bueno o malo, podemos citar el caso de la resistencia a Ia cura, ejemplo que desarrolla Freud en Anilisis Terminable e Interminable; es un anilisis que Freud hace de un tipo de personaje que 88. toma como su meta y considera buena cons e70 es es precisamente lo q idera malo. También sucede de la misma manera en el delincuenie por sentimiento de culpa; se distorsianan los motivos y el SUPER-YO opera con la culpa en una forma que permanéce inconsciente al --YO, el cual busea un motivo consciente de culpa en ‘el dolite y asf atrae una forma del castigo, que lo li bera de la culpa inconsciente. Esta formulacién condu ce a una idea fundamental y es la idea de que para poder oponerse al YO, es necesario que el SUPER-YO tenga cierta sintesis; es decir, que a un tipo de condue- ta transgresora o triunfante, s6lo se le puede oponer un tipo de conducta, un modelo, 0 como dice Freud tan frecuentemente én este texto, un Ideal del YO, que es también una conducta sintetizada, Ein cambio, el ELLO como tal, no se opone a un tipo de conducta, ‘se opone a cualquier conducta porque no ine sintesis y cualquier tipo de conducta exige una sintesis; él hizo con eso una estructura de la concien- cia, o funcién del YO, que describe como obsesiin de la sintesis, Esta exigencia de sintesis la emparenta con las representaciones verbales, con las formas abstrac- tas conceptuales, con las exigencias temporales, y sur- gen asf las funciones propias del SUPER-YO, servir de modelo en una comparacién con el YO, como un YO Ideal que vive las diferencias como reproches al YO, las diferencias entre el YO y el Ideal del YO que opo- ne a una condueta que sinietiza,otta conducts como un modelo. Las funciones del SUPER-YO, requieren pues un nivel de sintesis y por lo tanto atin cuando estén més veeinos que el YO de Jo inconsciente, tienen un grado mayor de elaboracién en el sentido de la sintesis, que los contenidos del ELLO que pueden coexistir siendo 39 Jeto del deseo, como se ve en tos anilisis de los suefos ¥ en los andliss de la histera, en los que una’ misma Zscena, en la pesadilla por ejemplo, o un mismo sinto- tna hislérico realiza deseos contradictoris, tales como descos de set violado y ser el violador, 0 deseos de transgresiGn y de castigo, ete. Es decir, los eontenidos Gel ELLO pueden coexistir y mantener la multiplic= ad de los deseos incompatibles,y antilar la distineion el tiempo por medio de la opdsicién de un presente a un parade y a un futuro, que solamente se. puede dar por le exigencia de: la stntesis, Esta estructura temporal elésica: pasado, presente, futuro, es pues, el tfecto de una operacién de sintesis Gon negaciones, una operacién bisicamente yéica, Por eso Freud deeia que en el inconsciente no hay tiempo, e incluso llega hasta decir en Mis all del Principio del Placer que el tie po es una defensa, una funcién defensiva, en el sen do de que el presente. se constituye como Ta predica- cién general abstracta de que el pasado ya no ex y el futuro no es ain; pero esa predicacién a su tumo se constituye sobre la férmula Ge yo no soy ya lo que he reprimido, yo no soy ya lo que he modificado o recha- zako, Es una sigteste que incluye lz amnesia infantil Y¥ todas las demas seléeciones que conducen al YO soy ¥ YO no soy atin aquello a lo que aspiro, como un mo- Jelo superyéico 0 que temo como la tentacién de una transgresion, Bs también la funcién sintétlea de un YO siya gue produce Ia ferporalidad y sen el ine consciente no hay tiempo, es precisamente porque co- tho nove inkroduce ni fa negacion, nel rechar, nie Formacién reactiva, nila represién, todo coexiste: Ade- nds de que el SUPERYO representa las norms, se diferencia también del ELLO por ctunto contiene el tiempo, ya que precisamente las normas introducen el tiempo, y el ingreso progresivo del deseo en el tiempo, que es el ingreso. del deseo en las normas. Por ejem” 90 -plo en el Edipo, segrin el cual el incesto esta prohibie — do, pero la sexualidad no; la realizacién actual sf, pe- ro la realizacidn posterior no; y la légiea de la anali- dad si, pero no en Ia cama; 0 si, pero no ahora; si, pero después; si, pero no ésta y no ahora, ete, Parece pues que la tinica posibilidad de desentrafiar las distinciones que Freud enuncia tan lacénic mente pop usd de esa figura de “reprsenigciones verba- les”, “representaciones conceptuales” o “representacio- nos abstractas" que hay en el SUPER-YO, corso con: tenidos es teniendo en cuenta que el SUPER-YO, por ese medio esta siendo diferenciado del ELLO. La logi- ca del discurso freudiano en esta parte del YO y el ELLO, consiste en presentar primero la diferencia del SUPER-YO con relacién al YO, y mostrar que est mis alejado del YO que de los contenidos inconscientes y mas alejado que el YO de la concieneia, que luego or medio de esa formulacién introduce Ia ‘perspectiva de hacer el andlisis de la otra diferencia, la diferencia con el ELLO: En relacién al ELLO el SUPER-YO contiene més exigencias sintéticas, més exigencias tem- porales, Iégicas, conceptuales y en ese sentido sus con- tenidos son representaclones més verbales, que las del ELLO. Después del curioso y complejo pérrafo que acabamos de comentar vienen unas partes sobre las relaciones del SUPER-YO con el instinto de muerte que se formulan asf: “Los peligrosos instintos de muerte son tratados en el individuo de muy diversos modos. Parte de ellos, quedan neutralizados por su mezela con componentes ‘eréticos”. Queremos hacer observar que en muchas oportunidades, desde el momento mismo en que intro- dujo el tema, es decir, desde Mas alla del Principio del Placer Freud planted que el Instinto de Muerte est en gran parte mezclado con el instinto erético, e inclu a Ngo 7 so al servicio de él; por ejemplo ta agresividad esté al___[- servieio de la conquista del objeto, es una agresividad modulada-y mesurada, pero defectiva para la modifi-~ ~~] cacién y posesién del objeto, y en ese sentido podemos decir que un instinto erético que no contenga tuna mez- ‘ola de agresividad, es un instinto erético que no puede funcionar efectivamente, Pero volvamos-a-la lectura del pirrafo que tratamos de comentar: “parte de ellos (los instintos de muerte), queda neutralizada por su mezela con componentes eréticos; otra parte es deriva da hacia el exterior, como agresién; y una tercera, la més importante, contingia libremente su labor interior. 4Cémo sucede, pues, que en la melancolia se convierte eI SUPER-YO en una especie de punto de reunién de los instintos de muerte?”, Examinemos un poco este punto, El SUPER-YO no puede ser movilizado exelu- sivamente, por una parte de la agresividad que, separa- da, se vuelve sobre el YO, Bse es un avatar en determi- nadas extructuras psiquicas, en las que efvctivamente se convierte “en un punto de reunién de los instintos de muerte”, y que puede resolverse, en la melancolia, por medio de un suicidio, En general su modo de ope- racién es muy varindo; se puede colocar como Ideal del YO, como anhelo de acceso a una determinada 5. igura, a un determinado comportamiento y a un deter- minado modelo; y en ese sentido, slo es secundai mente destructor de Io que resulta incompatibles con aquellos postulades como ideal. La manera como se cambinan los instintos en el SUPER-YO es un proble- ma y no debemos caer en la simplificacién de presen~ tar el SUPER-YO como un especialista en. instintos de muerte y el ELLO como un especialista en erotismo; fes una simplicidad que no tiene nada que ver con el psicoandlisis. También el ELLO contiene, y a veces de manera dramética, por ejemplo en la compulsién de repeticién, el Instinto de Muerte; el problema es eémo se combina con el Eros, ya lo hemos dicho. 92. Enseguida Freud nos dice: “Situindonos en el punto de vista de la restriecién de los instintos, o sea de la moralidad, podemos decir lo siguiente: el ELLO es to- talmente amoral; el YO se esfuerza en ser moral, y el SUPER-YO puede ser ‘hiper moral’ y hacerse.enton ces tan cruel como el HLLO”. Bs necesario evidentes mente subrayar que la expresién de Freud, de que el SUPER-YO puede ser “hiper moral”, no To define tam- poco. Hay muchas clases de SUPER-YO y entre ellas el SUPER-YO extraordinariamente severo que indiea Freud, principalmente en la melancolia y en algunas de las formas de la neurosis obsesiva, pero hay también el SUPER-YO que podriames llamar extraordinaria- mente permisivo, y también un SUPER-YO excesiva- mente severo que continuamente pasa a ser permisivo como oeurre con el procedimiento del humor. El humor es precisamente eso: un SUPER-YO hipersevero que amenaza continuamente con la melancolia y la auto- depreciaeién, y que suspende continuamente sus nor nas y pasa a ser permisivo; este mecanismo del humor explica su afinidad con la melancolia, v la frecuencia con que ésta se presenta en los grandes humoristas de Ia historia, los cuales hacen con el humor un verdadero combate permanente contra un SUPER-YO hiper-seve- 10, Gogol, por ejemplo, después de haber escrito Tas Inds extraordinarias obras de humor fracasa en la Iue cha contra su SUPER-YO hiper-severo y_triunfal, quema la 2 parte de Las Almas Muertas y finalmente se mata; porque fue derrotado el intento de solucin, se ve la lucha que habia detrés de la risa de Las AI” mas Muertas. va EL MODELO TOPICO Conferencia No, 7 ‘Al terminar El YO y el ELLO, Freud presenta el modelo tépico mas complejo que haya producido nun- a; en muy breves paginas, dos 0 tres, introduce alguc pas de las relaciones, y deja supuestas otras, entre las tres instancias: el ELLO, el YO y el SUPER-YO, con- siderandolos ahora en relacién con los dos instintos; el instinto erético y el instinto de muerte y sus interre- Iaciones posibles. Primero trata el problema desde el »unto de vista de Ia relacién de las tres instancias con la moral, considerando aqui la moral en términos bien precisos, de normas que restringen el desarrollo de los instintos. Sin duda Freud es conseiente de que esta haciendo un tratamiento de 1a moral que es especifica- mente negative: “El ELLO es totalmente amoral, el YO se esfuerza en ser moral y el SUPER-YO puede ser hiper-moral y hacerse entonces tan cruel como el ELLO”. El punto que podria comentarse en esta for= mulacién, es sobre todo el que respecta al YO, del que dice que Se esfuerza por ser moral; el YO se esfucrza or ser moral pero sdlo es uno de sus esfuerzos y no es 95 necesariamente el esfuerzo prioritario. Fl esfuerzo px ‘tario del YO es el de mantener alguna forms de uni- Had, es el esfiierzo de sintesis, yen \iltima instancia, — mantener una forma de identidad. Si para lograr que ho se desbarajuste Ja identidad, es necesario, como ‘deurre en muchas estructuras psiquicas, romper muy Giversas reglas y restrieeiones y normas morales, el YO tambien acude inmediatamente a hacerlo, EL YO sélo se esfuerza por ser moral en el sentido de que face parle de su esfuerzo fundamental de sintesis, evita entrar en una ruptura que precisamente seria no ‘Sintética, en una inconeiabilidad con el SUPER-YO, pero pusde esforzarse también por no ser moral, evi {onde una ruptura que lo haga inconciliable con las, demandas del ELLO, porque también el YO tendrla ique abdicar ala sintesis y pasar a los sintomas que Pre- lsamente no son yéicos. Lo que justifiea el tstulo del iltimo capitulo: Las Servidumbres del YO, es precisamente la diffel situa- Sign del YO entre las amenazas y demandas del ELLO, fas smenazes y demandas del SUPER-YO lo que po Gsiamos llama® la prueba de realidad; “la prueba de la fealidad”, coneepto que como recordarén no ha, sido muy elaborado, pero que en sus estudios sobre el YO, read tiene en cuenta siempre, ¢ ineluso figura ya en thos trabajos antiguos como Los dos Principios del Su- Saher Peiguieo, “La prueba de realidad” consiste en la seactencia propia de la realidad, o, si se prefiere, en Teudvorsidad que trae consigo una de Tas exigencias a Ips que suele estar sometido el YO, que es la exigent Be MGjonder'a la solictiud de una situacién actual; Se gontin que precisamente se debilita inmensamente eee dormir, cuando ya, por definictin, no hay aatateneién al mundo eircundante; el suefio es preci Wie atte eso y entonces la realidad deja de ser exigen- seryla mecesidad de sintesis es también menor, ha- 96 ~Giéndose mas facil que se manifieste Ia diversidad pro- |- pia del ELLO, Con toda razén, Freud deeia que el sue- fo era el “camino real” hacia el inconsciente Un poco mas adelante continiia el texto asii “No nios es posible continuar la explieaciOn de estas circuns- fancias sin introducir una nueva hipétesis, E] SUPER- YO ha nacido de wna-identificacién con el modelo pa- terno. Gada una de tales identificaciones tiene el ea- Meter de una desexualizacién e incluso de una subli- fnacién”. En este texto va a segulr hablando Freud, Gel modelo patemo cuando se refiere a las identifies tiones primordiales, pero de hecho las identificaciones, primordiales se refieren a figuras que son, en sf mis fas, anteriores a la diferenciacién de los sexos, y_ son porto tanto figuras totales. Aunque s€ prefiera decir, Bade idealizado como hace Rossolato, o madre félica Eomo tantos otros madre oninipotente, o padre om- hipotente, siempre nos referimes 2 las Identificactones que preceden la diferenciacién de los sexos, perfodo tn que los personajes que rodean al nifio y de los que Gepende por completo. son postulados como omnipo- fentes, yen que el nifo, en esas identificaciones prima rias, también se postula a si mismo como omnipotente Es interesante de todas maneras, esclarecer un po- ‘co mas el paso de las identifieaciones primarias @ las Wdentifieaciones secundarias, el cual se basa en la pér dida de una apreciacién de si, y del objeto de identi teacin, como un ser completo. Las identificaciones se ‘cundatias tienen siempre un nivel de duelo, porque un ‘ser completo se convierte en un ser paxeial, femenino © masculino, y en ambos casos se trata de una pérdida. Si'se convierte en un ser masculino, es la pérdida de Ia potencia materna, generatriz; la posibilidad de parir, a ‘posibilidad de alimentar los nifos, la fecundided Si se convierte en un ser femenino, es la pérdida de % —la potencia viril,-de-todas-maneras es una. pérdida y fen ambos casos esté dado un duelo. La literatura psi- coanalitica, incluido Freud, tiende @ subrayar més el aspecto de’ pérdida en el desarrollo de la nifia, lo cual no parece muy justificable desde el punto de vista clinico y principalmente desde el punto de vista de la clinica de la psicosis, donde se encuentra la compensa~ cin omnipotente mediante la produccién delirante del sexo complementario en los hombres y en las mujeres. Generalmente se subraya el aspecto femenino, proba- bblemente por razones socioldgieas, bajo el nombre un poco desapacible de envidia del falo 0 de envidia del pene, pero en realidad se trata de dos duelos: uno masculino y otro femenino. Eso también lo sabia Freud aunque no Io desarrolla en paralelo, cuando habla en ciertas oportunidades de la creatividad en campos su- Dlimados como compensacién de la imposibilidad del arto, y naturalmente que la experiencia, muy reduci- da, de Freud en la psicosis, era sin embargo suficiente para mostrar que el delirio psicético en el momento en que se repliega hacia la omnipotencia, produce Ta totalidad perdida, hagalo quien lo haga, hombre o mu- jer. ‘Vemos pues, entonees, que la historia de] SUPER- YO es también la historia de la identifieacién con ob- jetos perdidos, pero esos objetos perdidos no son sim- pplemente objetos externos, son objetos con los cuales Se encontré una identidad, y el duelo no es solamente por pérdida de los objetos’sino por pérdida de las po- sicfones; de la posicién oral, por ejemplo, con todos sus aditamentos: su. tipo de exigencias, su relacién con el tiempo, su cardcter absolutista, se trata pues, de la pérdida de objetos, de formas de la identidad y'de po- Siciones. En este sentido se puede decir sin lugar a du- das que es posible escribir la historia, la génesis del SUPER-YO en términos psicosexuales, como una histo- 98 ria de duelos, de su forma de elaboracién y de sus te sultados finales. Cada una de tales identificaciones tie- ne el caricter de una desexualizacién e incluso de una sublimacién, como ya lo explicamos antes, Es el meca- nnismo que condues de la pérdida del objeto, ala idens tificacién con el objeto perdido, que Freud considera tun proceso iniclal, necesario aunque no suficiente, en Jn sublimacién. Ahora bien, parece que tna tal trans. formacién, trae consigo siempre una disociacion de ins tintos. El componente erdtico queda despojado, una vez realizada la sublimacién de la energia necesaria para encadenar toda la destruccién agregada y ésta se libera ven calidad de tendencia a la agresién y a la destruccién, Se supone pues, dos momentos: un momento en el ual los instintos ‘estén entreverados 0 mezelados ‘ee. veces Freud) en la relaciOn con el cbjeto y Gra ve perdido el objets natino ersico desexeaieado que pasa a habitar el YO como una parte nuya, quota deligado el instinto de agresién, el cual puetle enters ces funcionar como tendencia a la destruccién, De eo: ta disociacién extraeria el ideal el deber imperative, iguroso y cruel. El ideal aquf es el SUPER YO. En Ia neurosis obsesiva se nos presenta una distinta situacidn: Ia disociacién productora de la agresién no serla consecuencia de una funcién del YO, sino de una regresin desarrollada en el ELLO, En este caso se re- fiere a uno de los mecanisinos que se describen mas frecuentemente en el estudio de la génesis de la neu. rosis-obsesiva y que Freud expone aqui como regre- sidn desarrollada en el ELLO porque se refiere al do- ‘minio de las pulsiones anales, principalmente a las pul~ siones sidico anales, que se habria extendido desde el ELLO al SUPER-YO, el cual intensificaria entonces su severidad contra el YO inocente. Freud ha deserito fen sus estudios sobre la neurosis obsesiva, especial 99 mente en el llamado Hombre de las Ratas_ese_fené meno de la actuacién severa del SUPER-YO en el cas igo de impulsos que han permanecido ajenos ala or- ganizacién del YO; ajenos relativamente, quiere de {que en la organizacién del YO lo que se ve son més bien formdeiones reactivas, excesos de orden, de I pieza, ete,, pero los impulsos contra Tos cuales se for man esas reacciones aparecen como realizados y reci- ‘ben el castigo del SUPER-YO mediante sentimientos de culpa que no se sabe a qué corresponden. YO ino- Cente aquf quiere decir que no ha hecho parte del Grama, porque la regresién a una etapa sédico-anel, escapa al YO, y aunque el YO produce las formacio- ~ nes renctivas, sin embargo éstas son vistas por el SU- » PER-YO como si fueran impulsos agresivos ejecutados por el YO y son castigados como tales. Este es uno de Jos aspectos en que mas ha venido insistiendo y que ya hha repetido cuatro veces, de que estén més préximos ‘eLELLO y el SUPER-YO, que e] SUPER-YO y el YO. En todo caso sufrirfa el YO, que ha sojuzgado a In It bbido por medio de la identificacién, el castigo que por tal aceidn le impone e] SUPER-YO, utilizando la agre- sién mezelada a la libido. Nuestra representacién del YO comienza aqui a aclararse, precisindose sus diver- sas reacciones. Vemos ahora al YO deserito con todas sus energias y debilidades. ‘Enel momento en que Freud introduce su discusién contra Adler, afirma que el dominio del YO es mis fpien formal (muy frecuentemente dié el mismo tipo de metafora que va a dar aqui, la metéfora de un do- minio) y comenta: por lo que respecta a la accién se hhalla ef YO en una situacién semejante a la de un mo- ‘area constitucional, sin cuya sancién no puede legis- Jarse nada, pero que reflexionaré mucho antes de opo- ner su veto @ una propuesta del parlamento, Esta do- minacién oficial, es una de las maneras mAs caracte- 100 risticas que tiene Freud de indicar la Servidumbre del YO, de indicar que su dominio de la accién es en_rea~ lidad un dominio oficial, formal. Da la impresién de que todo lo que octirre se debe al YO, pero lo que su- cede es que el YO lo reclama como decisién propia, Io Facionaliza, y lo trata de recoger como suyo, pero muy dificilmente se puede oponer a una mocién que procede de otra instancia, dice “el parlamento” pero podriamos decir directamente del ELLO. Freud muesza que en Adler nos encntramos con ian Fenn fi por ae pre evans ose Tbrades pox os patenesy el imprest de que {1'YO oman toda el campo y las revindicecones, fas trutracioney, les inponttidades que ulcren plicar la conducta, se tienden a ponerlas en nombre eon como, conducta-voluntaria, como desicién del Le sucede como a esos payasos que en los elzeos pretenden que todo lo que ocurre en la pista se debe asus érdenes y se Hleva'a cabo obedeciendo a sus con- Signa pero silo los expectadres mis pequeios pu Lo mis caracteristico de este proceso es Ia racionali zacién de los sintomas, por medio de la cual el. YO sigue pretendiendo la autonomia y asf, cuando el.su- jeto ya no puede hacer otra cosa compulsivamente que ordenar durante gran parte del tiempo st closet Y¥ dedicarle al ceremonial Gel baso otra muy buena parle del tiempo, pretende que tiene una valoracién propia de la yidey una baa poet Ja cual el aseo y CTonden son fundamentales en ia existencia y que eso Io hace. eae Continda asf el texto: “EL YO se enriquece con la experiencia det mundo exterior propiamente dicho, y 101 tiene en el ELLO otras especies de mundo exterior al = que intenfa dominar, sustrae la Wbido de él y trans forma. sus eargas de objeto en formas propias. Con ayuda del SUPER-YO, extrac del ELLO, en una for- ma que aiin nos es desconocida, Ia experiencia histé- Tica en é acumulada’. Freud se refiere a una idea que a él le era muy corriente; La filogénesis, segin Ja cual la experiencia histérica se acumula en el ELLO, y ast sucederia a las més antiguas transgre siones y'a sus castigos, por ejemplo el parvicidio, En realidad Freud mismo da una solucién mejor, la sol cidn de que Io que ha ocurrido efectivamente es una eaptacién inconsciente de una prohibicién que nunca ha sido explicita, pero que esté implicita en el com- portamiento de la cultura; tesis que permita reconci- liar el problema al que Freud probablemente se refie- re con esa insistencia en la filogénesis, es decir, el pro- blema de que no podria ex hnos que ocurren en un indivi Ba ontogs 3 ln experiencia efectivamente vivida por él, tembién por su inscripelin en las condiciones de una cultura que comienza a operar inconscientemente en 4, aunque esas inscripeiones no corresponden directa- mente a sus vivencias personales, a su ontogénesis. La necesidad de dar cuenta de la imposibilidad de reli i drain de una vida lat experiences rsonales y efectivamente tenidas por un individuo, Exige la tesis de una inscripcién inconsciente en Ia cultura y como dice Freud, de una transmisién incons- lente de la tradiciéa. Es un eamino mucho més sano aque Ta via de la filogénesis que postula una herencia> Yuna herencia no solamente de earacteres adquiri 4os, sino hasta una herenela. de acontectinientos his- térleos y sus efectos pelquicos. En el pérrafo siguiente nos dice: “El contenido del ELLO puede pasar al YO por dos caminos distintos: 102 uno de ellos es directo y el otro atraviesa el Ideal del ‘YO, La eleccidn entre ambos resulta deeisiva pera mu chas actividades animicas”, Por ejemplo cuando un deseo inconsciente, comienza a produeir una reaccién agresiva, es decir, una culpa por medio del SUPER- ‘YO sin'haberse hecho directamente representar ent el YO por una conducta especifiea, ese es un camino. indireeto. “El YO progresa desde la pereepeién de los instintos hasta su dominio y desde Ia obediencia a los instintos hasta su coercién, En esta funcién participa ampliamente el Ideal del YO, que es en parte una for- macién reactiva contra los procesos instintives del ELLO. El psicoandlisis es un instrumento que ha de facilitar al YO la progresiva conquista del ELLO”, Esta formula que ha sido objeto de tantas discusio- nes, sobre todo en los iltimos tiempos, en realidad ha sido entendida de diversas maneras y las discusiones roceden muy frecuentemente de la manera como ha Sido interpretada. Qué significa en iltimas, facilitar “la progresiva conquista del ELLO" por el YO? Aqui hay que subrayar conquista, para indicar que no se trata por ejemplo de facilitar simplemente la. repre- sién, o de‘facilitar cualquier mecanismo de defensa, Ja formacién reactiva, la anulacién. Conquista quiere decir integracién en el YO, no significa pues fortalecer el YO, en el sentido de convertirlo en una fortaleza hhasta in cual no tengan aeceso las mociones proceden- tes del BLLO, que es una de las versiones de este texto, asf como ln de aquel otro tan famoso, “donde estaba el ELLO debe llegar a estar el YO”. fn real dad se trata de conguista y no se trata de ayudar a suprimir, a coartar, a negar, a rechazar; se trala més bien, de lo contrario, de ayudar a aceptar, de mis due: tilidad y movilidad. La idea de mis fortaleza yoica es equivoca, porque en realidad da la impresién de que el psicoandlisis va a ser una Ultima ayuda en la re- 103 resin; en otras palabras: lo que no pudo la cartilla, “al clero, Ia escuela y todo lo demés, lo puede lograr fen iillima instaneia ‘el psicoandlisis. Y continia Freud: “Més por otra parte, se nos mues- tra el YO como una pobre cosa, sometida a tres dis- tintas servidumbres y amenazada por tres. diversos peligros, emanados, respectivamente, del mundo exte- Hor, de fa lbido del BLLO y del rigor del SUPER-YO, ‘Trot clases do angustia corresponden a estos tres peligros, pues la angustia es Ia manifestacién de una retirada ante el peligro”. Hn el texto que eseribié in- mediatamente. después, Inhibicién, Sintoma y Angus- fia, Freud indicaba que prineipalmente se trataba del peligro de la escisién del YO, de la pérdida de la tinidad, "En calidad de instancla fronteriza quiere el YO constituirse en mediador entre el mundo exterior y el ELLO, intentando adaptar el ELLO al mundo ex. lerior y aleanzar en éste’ los deseos del ELLO, por medio de su actividad muscular. Se conduce ast, co- no el mnédieo en tna cura analitica, se ofrece al ELLO tomo objeto de su. Ubido, a la cual procura atraer sobre sf. Para el ELLO, no es sélo un auxiliar sino tun sumiso servidor, que aspira a lograr el amor de 3u duefo, Siempre que le es posible, procura perm: necer de acuerdo con el ELLO, superpone sus raciona- lisaciones preconscientes los mandatos. inconscien- tes del mismo, simula una obediencia del ELLO a Jas advertencias de Ia realidad, atin en aquellos casos en ios que el ELLO permanece inflexible, y disimula los conllictos del ELLO eon la realidad y con el SUPER; YO". [Ahi tenemos pues, deserita una funcién de medi ibn. Ahi vemos también qué es lo que se trata como realidad, concepto vago, general, y como tantos han sefialado, también peligtosos; fijémonos en el proble 104 “ina de la racionalizac i que acaba de mencionar como ‘trabajo del YO, en calidad de mediador entre el BLO y la realidad. y-supongamos ahora. una’ pulsi6n que trata de sor adecuada como dice Freud, @ las cond ciones de la realidad y asumida por el YO por medio de una racionalizaién; por ejemplo en una obsesion ‘nos encontramos con racionalizaciones.de la-conducta ‘objetiva del individuo en el asco, el empecinamiento, CLorden y otras, Mientras mis ofdenadamente se ha: {gan las coans, mejor saldrdn disfa un eajero, pero to- avin falta el problema dela prucba de’ realidad, porque si se demora euadrando la caja cinco. horas, la prueba de que en Ia realided salga mejor puede comenzar a fallar,y ise demora en el baito otras tres horas pag lesa ior presentado a su ofcina, «fo mejor ne llega, EI problema es que se estan represen. tando alli dos instancias y una do las dos funcione eo. la adversidad. La prude realidad es la adver. sidad en cuanto a Ja integracién, de In pulsién del ELLO* la realidad es una prucba, ¥ podenos presume tamos en qué medida toda nuestra pretension de que nuestros deseos y_temores inconscientes, constiteyen las bases de una maxima eficacla'y de un maximo ea. lismo resiste esa prueba? "Su situacion de mediator hhace sueumbir también a veoss al YO, ala lentacion de mostrarse ofleioso, oportunista y Talso, como el estadisin que. sacrifiea sus prinelpios al deseo de eon- quistarse Ia opinién pitblica”, s “BI YO no se conduce impareialmente con respec to a las diferentes, clases de instintos. Mediante su la bor de identificacién y sublimacién suxilia. a los ins. tintos de muerte del ELLO en el sojuzgamiento de la bido, pero, al obrar asi,” se expone al peligro de ser tomado come objeto de tales instintos y sucumbir vie~ tima de ellos, Ahora bien, para poder prestar tal au- xilio ha tenido que colmarse de lide, eonstituyéndo- 05

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