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Terapia familiar sistemica fo MTL ETA) Dialogos sobre teoria y practica Luigi Boscolo, Gianfranco Cecchin, Lynn Hoffman y Peggy Penn Amorrortu editores is El modelo de terapia familiar propuesto por Joseolo y Cecchin ejerce un inilujo cada vez ma or sobre la practica terapéutica. De continuo ol formompreecen eUnMCel ETO OMU SRO TeHcCnN ate Condom ORM OMIM UCT mole ter teroneet y(n tos explicativos de sus ideas mas recientes, y es asi como este libro viene a llenar una sensible Ieee Boseolo y Ceechin formaron parte, con Se! vini Palazzoli y Prata, del originario grupo de Milan, que en el empeno de tratar a ninos gra- vemente perturbados descubrieron las investiga ciones que llevaba adelante Bateson en los Es! os Unidos. Segtin este, el enfoque psicodina mico era incorrecto porque se centraba en el in dividuo como contenedor de la patologia: pasa ba por alto los aportes del contexto vincular en que se produeian las conduetas problema. De la mano de esta tesis, los miembros del grupo de Milan elaboraron un método de intervencion que consistia en un pronunciamiento hecho a la fa milia, después de debatir ellos a solas y llegar a MMIC nce en once teen rN Mr U Corerrenir Co sistema, El pronunciamiento podia consistir en una connotacién positiva de la situacién proble ma o en un ritual que la familia debia cumplir: una contraparadoja dirigida a desarticular la lo- a paradojica que estaba en la base del com- portamiento enfermo. Con posteriorid vini Palazzoli y Prata sdicaron a la Investigacion, y Boscolo y Cee chin organizaron su propio instituto de forma- OCT pm enV PouEs econ mort Rent tM aUoO mM KOy MUN Ohi fines de la década di STU HORM ord alumnos no se interesaban tanto por las comple peiones paraddjicas ideadas por sus maestros cuanto por la conducta de los terapeu tas mismos. La inclusion del contexto terapeutt co junto con el contexto de la familia para for- mar un sistema mas amplio es une teristicas salientes de las ideas ela ide las carac poradas por Boscolo y Cecchin en este segundo periodo de apia de Milar 1982, Boscolo y Cecchin propusieron a Hoffman una obra en colaboracion, El Terapia familiar sistémica de Milan Didlogos sobre teoria y practica Luigi Boscolo, Gianfranco Cecchin, Lynn Hoffman y Peggy Penn Amorrortu editores Buenos Aires “UNIVERSIDAD UE LAS AMERICAS, A.C. BIBLIOTECA 29137 88.55 sl DB irectores de la biblioteca de psicologia y psicoandlisis, Jorge Co- lapinto y David Maldavsky Milan Systemic Family Therapy. Conversations in Theory and Practice, Luigi Boscolo, Gianfranco Cecchin, Lynn Hoffman y Peggy Penn . ©Basic Books, Inc., 1987 Traduccién, Zoraida J. Valcarcel Unica edicién en castellano autorizada por Basic Books, Inc., Nue- va York, N-Y., Estados Unidos de Norteamérica, y debidamente protegida en todos los paises. Queda hecho el depésito que previene laley n° 11.723 ©Todos los derechos dela edicién castellana reser- vados por Amorrortu editores S.A., Paraguay 1225, 7° piso, Bue- nos Aires. Lareproduccidn total o parcial de este libro en forma idéntica o mo- dificada por cualquier medio mecanico o electrénico, incluyendo fotocopia, grabacién o cualquier sistema de almacenamiento y re- cuperaci6n de informaci6n, no autorizada por los editores, viola derechos reservados. Cualquier utilizacién debe ser previamente solicitada. Industria argentina. Made in Argentina ISBN 950-518-507-3 ISBN 0-465-04596-0, Nueva York, edicién original A los que se forman con nosotros Indice general i 19 St SL 61 121 121 133 221 221 229 299 299 313 Agradecimientos EI origen de este libro Introduccién. Del psicoandlisis a los sistemas Primera parte. El muchacho llor6n Introduccion El caso: consulta y didlogo Segunda parte. La familia que tenia un secreto Introduccién El caso: consulta y dialogo Tercera parte. La boutique anoréxica Introduccién El caso: consulta y didlogo Cuarta parte. La joven adherida a su madre Introduccién El caso: consulta y didlogo Referencias bibliograficas Agradecimientos Los autores desean expresar ante todo su reconocimiento por la obra inspiradora de las doctoras Mara Selvini Palazzoli y Giu- liana Prata, que contribuy6 a formar la matriz en la que se ges- té este libro. Ademas, agradecen profundamente la ayuda reci- bida de los doctores Karl Tomm, Esther Gelcer y Helm Stierlin. Ultima mencién, pero muy importante: la paciencia y la inteli- gencia de Jo Ann Miller, en su trabajo de correccién, contribu- yeron decisivamente a dar forma al libro. J if El origen de este libro Este libro evolucioné al modo de las ciudades antiguas. Par- tid de una feliz confluencia de lineamientos y siguié su curso con planes prometedores y disefios al azar. En 1982, Luigi Bos- colo y Gianfranco Cecchin vinieron a vernos, a Peggy Penn y ami, y nos preguntaron si colaborariamos con ellos en una obra conjunta. Propusimos un libro de entrevistas, al estilo del que Jay Haley y yo habiamos escrito en 1969 (Techniques of family therapy),* y ellos aceptaron prontamente la idea. Nos parecié que la colaboracién tendria el valor informal de acrecentar nues- tra relacién ya entablada con Boscolo y Cecchin. Ademis, la:obra de Boscolo y Cecchin comenzaba a ejercer una influencia cada vez mayor. En talleres de los Estados Uni- dos y-otros paises, ellos presentaban su modelo en elaboracién. Pero no habian publicado casi textos explicativos de sus ideas mis recientes. Nos parecid, entonces, que habia una laguna en ese campo de la investigacién y que era deseable Ienarla. Peggy y yo habiamos trabajado juntas sobre el-modelo sis~ témico en el Instituto Ackerman de Terapia Familiar de Nueva York, y le habiamos agregado nuestras propias innovacione: A Peggy le interesaba expandir \a esfera de accion de las téc cas de entrevista por medio de un plan circular de exploracién con preguntas referidas al futuro e hipotéticas. Yen mi busque- da de una estructura conceptual para la terapia sistémica, yo habia estudiado la pléyade de ideas nuevas que vinculaban la cibernética con las ciencias bioldgicas. Habian influido profundamente en nosotras las ideas de Gre- gory Bateson sobre el desarrollo del movimiento de los sistemas familiares. Buscabamos un enfoque terapéutico que se adecua- Ta a su ética de cautela ecolégica 'y desconfianza hacia las tec- * [Técnicas de terapia familiar, Buenos Aires: Amarrortu editores, 1976. (N. de la T.)] 13 nologias excesivamente fundadas en la intencionalidad. La aten- cién prestada por Boscolo y Cecchin al contexto sistémico de la terapia, asi como el empleo por parte de ellos de técnicas no estratégicas y, hasta cierto punto, no instrumentales (p.ej., el interrogatorio circular), parecian acercar mas esta disciplina a la posicién general de Bateson. He ahi otta razon por la que desedbamos poner a disposicién del publico, en forma escrita, una exposicién de la obra de Boscolo y Cecchin proporcionada por ellos mismos. Este prefacio quedaria incompleto si no me refiriera a mi asociacion con Peggy. Habiamos sido colegas en el Instituto Ac- kerman de Terapia Familiar desde 1976. Decidimos formar un equipo para experimentar con el método de Milan, de reciente gestacién, y asi elaboramos nuestro-propio material, que pre- sentamos en: varios talleres. Cuando me trasladé de Ackerman a Amherst, busqué el modo de mantenerme en contacto con Peggy; preparar juntas un libro en colaboracién con Boscolo. y Cecchin parecia una estupenda oportunidad. Este libro tiene entonces cuatro autores. Primero nos senta- mos todos juntos a observar las videocintas de las entrevistas familiares seleccionadas por Boscolo y Cecchin como represen- tativas de su trabajo. Simultaneamente, grabamos en cintas mag- netofénicas las sesiones familiares y los didlogos que mantuvi- mos los-cuatro acerca de ellas, de manera que los comentarios. quedaron intercalados en el texto. Peggy y yo corregimos los dialogos y escribimos las introducciones; Boscolo y Cecchin pro- veyeron las sesiones familiares y nos comunicaron las ideas vol- cadas en ellas. En general, Peggy y yo nos limmitamos a requerir las opinio- nes de Boscolo y Cecchin con respecto a lo que a su juicio.ha- cian paso por paso en cada entrevista y a las conclusiones gene- rales; teéricas y practicas; que se podian extraer- de los datos especificos. Si hubiésemos utilizado los didlogos como un me- dio de exponer nuestras propias teorias y técnicas, este libro ha~ - bria sido mas bien un texto de practica comparativa. Por lo tan- - to, suprimimos los comentarios no esenciales con un rigor bas- tante despiadado y reservamos nuestras opiniones para las in- troducciones, escritas por nosotras. Las trascripciones iniciales de nuestros didlogos abarcaron mas de veinticinco horas de grabacion. Habia que reducir y re- visar ese material tan cuantioso, y esta tarea, por si sola, nos llev6 casi dos aiios. 14 La necesidad de elegir sesiones conducidas en idioma inglés Constituy6 otra restriccién. Todos los casos utilizados concer- nian a familias entrevistadas en talleres que funcionaban en am- bientes angloparlantes; en consecuencia, todas las sesiones lle- vaban la impronta de las consultas de formacién. Empero, Bos- colo y Cecchin no establecen grandes diferencias entre las en- trevistas familiares, las consultas con terapeutas «atascados» y las-entrevistas con profesionales provenientes de sistemas extra- familiares mas vastos. Todas son variedades de consulta. Ade- mas, ven a cada entrevista en cierto modo aislada, y no engas- tada en un curso de tratamiento segin es tradicional: desde el punto de vista de Boscolo y Cecchin, cada vez que ven a una familia ingresan en un sistema diferente del que vieron en la se- sién anterior. Por lo tanto, el hecho de que todos estos casos fueran consultas no importaba tanta diferencia como la que se habria registrado en el caso de terapeutas que trabajaran de ma- nera menos episddica. Los tres primeros casos fueron los que sirvieron inicialmen- te de base pata nuestros debates. Durante la preparacién del bo- rrador, Peggy vio la videocinta de una sesién familiar que Bos- colo y Cecchin habian realizado en Alemania y le parecié que mostraba, con extraordinaria claridad, el modo en que los Aso- ciados de Milan utilizaban el interrogatorio circular. Las tres primeras entrevistas se habian realizado entre 1978 (cuando ain no se habia escindido el equipo original de Milan, que incluia a Mara Selvini y Giuliana Prata) y comienzos de la década de 1980 (cuando Boscolo y Cecchin ya habian fundado su institu- to de formacién). La cuarta entrevista era de 1984: para enton- ces, se habia simplificado y refinado notablemente la técnica del interrogatorio circular. Por razones de tiempo, sdlo Boscolo 'y Cecchin analizaron y comentaron la sesién; de ahi la diferencia entre estos didlogos y los anteriores. Los didlogos se desarrollaron de manera espontanea, segin Ja inspiracion del material grabado en videocintas; nunca nos impusimos un programa preestablecido. Esperabamos que, tarde o temprano, todos los aspectos del trabajo de Boscolo y Cec- chin serian tratados por los partticipantes suficientemente y des- de diversos puntos de vista. El proceso se asemejaria al interro- gatorio circular empleado en las sesiones familiares. Ninguna «maniobra» es importante; lo que importa es edificar la infor- macién a medida que se superponen, se contrastan y se ponen en juego diversas perspectivas en diversos niveles. . 15 Esta libertad de tratamiento exigia; empero, que cada caso fuera precedido de una introduccién donde se pusieran de relie- ve Jas principales cuestiones abordadas. Peggy se encarg6 de es- ta tarea, en tanto que yo escribi una introduccién histérica des- tinada a situar la obra de Boscolo y Cecchin dentro del contex- to mas amplio del método de Milan. En estas secciones, procu- ramos expresarnos en forma clara y personal. En todo momen- to, pensamos que un trabajo que adoptara una posicién «cien- tifica» u «objetiva» (aun dejando las comillas) no seria fiel al contexto filoséfico mas vasto al que adheriamos los cuatro. De acuerdo con ese contexto, efectivamente, no existe verdad algu- na «ahi fuera» respecto de la cual pudiéramos llegar a ser obje- tivos o cientificos. A diferencia de muchas otras escuelas.de terapia, el método de Milan ha sido el producto de una colaboraci6n internacional entre Boscolo, Cecchin y muchos otros equipos que acttian en diversos paises. La concepcién terapéutica misma suponia desde el comienzo un trabajo de equipos; por tal raz6n, el aprendiza-’ je se podia hacer en otros escenarios, ademas de aquel en que operaban los:creadores del método. No obstante, para que hu- biese cierta coherencia, era importante que Boscolo y Cecchin visitaran de tiempo en tiempo a los equipos filiales. Este enlace: incesante entre los dos hombres y estos grupos nuevos ha traido por consecuencia un-movimiento y un cambio constantes: no bien se codifica una caracteristica, una-nueva técnica se.afiade y la procesién continua. En el lapso trascurrido entre la realiza- cién de las entrevistas aqui presentadas y el momento en que Boscolo y Cecchin las comentaron con Peggy y conmigo, tanto sus puntos de vista como los nuestros habian-sufrido modifi- caciones. Los comentarios incluidos en este libro reflejan en consecuencia la evoluciOn de las ideas de nosotros cuatro y pro- porcionan, al mismo tiempo, una exégesis del material anali- zado. Cuando el lector haya Hlegado a la ultima pagina de este li- bro, se habra desarrollado un nuevo capitulo del dialogo. Po- dria decirse que ese lector experimenta la misma confusién, con respecto al tiempo, que quien estudia la béveda celeste: sabe que la luz proveniente de cualquier estrella representa hechos que, para la estrella, han ocurrido hace varios afios-luz; no obstante usa esos hechos pretéritos para esclarecer procesos actuales. Los cuatro autores esperamos que, del mismo modo, este libro ilu- mine los procesos. misteriosos que se desarrollan dentro de las 16 familias y en sus didlogos con los profesionales que, junto con ellas, pugnan por comprender esos procesos. Lynn Hoffman Se han. modificado todos los nombres de personas, lugares y demas caracteristicas identificatorias de los miembros de las familias que se mencionan o citan en este libro. Introduccién. Del psicoanilisis a los sistemas Este libro trata de la terapia y la ensefianza de Luigi Bosco- lo y Gianfranco Cecchin. Su obra, profundamente contextual en todos sus aspectos, debe ser_situada en el contexto de una evo- lucié... constante en el campo de la terapi: ‘istemas fami- ares. En 1967, Boscolo-y fin se incorporaron a un grupo - “de Ocho psiguiatras, ofanizado [o por Mara Selvini Palazzoli, ana- lista de nifios en Milan. El grupo se proponia tratar nifios gra- vemente perturbados, junto con sus familias; empero, su orien- tacién era psicoanalitica y, al principio, se debatieron con el pro- blema de la manera de aplicar los conceptos analiticos a las fa- milias. Fue un esfuerzo apasionante, pero desalentador. La te- rapia parecia prolongarse demasiado y los terapeutas se sentian frustrados por lo que consideraban decepcionantes resultados. Solo las familias quedaban satisfechas; seguian asistiendo a las sesiones, pese a la ausencia de mejoria. : ._En 1972, el grupo quedé impresionado por:‘los.informes acer- Cadel tratamiento y la investigacion de familias, que se realiza- suaale en los a dos bajo la inspiracion del antropélogo cada de 1950, Bat pattici- alo Alto (Cali- = son: Sobre el grupo de Milan ars ceoneeaenia ela obra del MRI, en particular el libro de Paul Watzlawick, Don Jackson y Janet Beavin Pragmatics of human‘ communication, publica- co era incorrecto porque se. ce ténedor» de la patologia. tesis era que si se conseguufa modificar Jas pautas.de interacci6n V dentro de la familia, Ja conducta problema cambiaria igual-_ . mente. 19 “colo, Prata y Cecchin —que los, jaeeabant incompatibles— se escindieroii déel- grupo a inal, con el propésito de trabajar ex- . mente en un 4 sistema familiar 0, como lo Ila- Maron ellos s después, sistémico. El nuevo grupo fund6 en Milan el Centro per il Studio della Famiglia. En sus comienzos tuvo como consultor a Watzlawick, del MRI.— {Durante la n la mayor parte de'la década de 1970, el grupo actué dividia‘en cinco 5 partes, ~conforme aun ‘plan: reunién previa, en- trevista, intervalo para debate, intervencion, y debate final. En la reunion previa, el equipo formulaba una hipétesis preliminar acerca del problema queja de la familia. Sdlo dos miembros del equipo entrevistaban a esta; Durante Ja entrevista. propiamente dicha, los integrantes del equipo confirmaban, modificaban o sustituian la hipétesis. Al cabo de unos cuarenta minutos, él equi- po en pleno se reunia a solas para discutir la hipdtesis y llegar a una intervencion.{Luego, los terapeutas.que t _Inilia regresaban junto a ella i i “ podia consistir en una co Antes de proseguir, conviene aclarar que un: es un mensaje por-medio_del cual el o “tos (dias pares o impares, wien dela cena, por T las omen - El equipo se dividia en dos parejas hombre-mujer; una de ellas entrevistaba a la familia y la otra observaba la sesion de- tras de una pantalla de vision unilateral. Posteriormente se mo- ‘dificé este método, y cada familia era ‘entrevistada por un solo terapeuta. Al principio, basAndose en la practica de tiempo li- mitado, de Palo Alto, informaban a las familias que las entre- vistarian diez veces. Después desecharon esta regla y se atuvie- ron a Ja pauta temporal de cada caso. Ademas extendieron el espacio entre una sesion y otra de una semana a un mes porque 20 descubrieron que este intervalo (propuesto inicialmente por con- sideraci6n a las familias que debian efectuar un largo viaje) res- petaba el lapso mas prolongado que requeria un. sistema fami- liar para evidenciar un cambio. ‘Cuando empezaron a tt trabajar juntos, Jos integrantes del iipo ¢ estaban de acuerda.en.varias.ideas (Su teoria de de la‘pato- Sogia derivaba, en gtan parte,.del provecto de Bateson.celitiado jcacis loble:wineulo, ejemplificada por los men- rOgenitor.dirigia a un hijo @.¢-, «Mantente apartado mas cerca»).{También seguian a Bateson en describir la cuestién ce central, pé ara.el caso. de las las familias 60 con plo Ja nocién de;que cualquier per- ‘sona puede controlar unilateralmente las relaciones: ¢: es una no- A_que—implica una’ causalidadde sentido i~ —tinleo— en. tanto que la interacci6n es circular 9 reciproca; por correcta y conduce a un-circulo vicioso. Cuan- do una sae intenta establecer un control, hace que otra per- sona se sienta amenazada y, a su vez, procure establecer un control. Comienza asi un juego interminable del que nadie pue- de salir claramente vencedor ° perdedor. La «paradoja» radica der», (Debemos recordar que Bateson empez6 a interesarse por la operacién de estas secuencias de doble vinculo cuando se en- ter6 de que las computadoras primitivas, enfrentadas con una pa- radoja légica como el aserto «Todos los enunciados contenidos en este recuadro son mentiras», entraban en una oscilaci6n in- terminable y «patolégica» entre si. y no.) Influencia del Instituto de Investigacién Mental Aunave el proyecto de del MRI recogié. muchas de las ideas pro- basaban en filosofias dife- ~ rentes, Eli modelo de t > terapia elaborado durante los e-los primeros af afios del MRI adopté una posicién esencialment: tégica», en tanto. que Bateson « erpstinsataba vrofunda descont lanza ‘por el empleo mani sualquic ii investigador . Tay Haley —a quien él mismo habia incorporado a su proyecto en sus comienzos—,-quien sostuvo que en el fon- do del proceso psicoterapéutico habia una lucha por el control ' 21 (Haley, 1976). La disputa nunca se zanjé6, segin lo demuestran posteriores intentos de resefiar la historia del proyecto.* En la época en que el grupo de Milan formulaba sus ideas, el disenso entre Bateson y Haley apenas si era un sordo rumor conocido por pocas personas. Por obra de este desacuerdo ocul- to, en los primeros trabajos del grupo de Milan. hay una contra- diccién implicita entre la influencia:'del MRL.con su enfoque terapéutico abiertamente manipulador, y el respeto de Bateson por la «sabiduria duria sistémica»,:0 sea, por la comprension delas é m lazam con el mundo > natural. Esta contradiccién se nota sobre todo en Paradox and counter- paradox (Selvini-Palazzoli, Boscolo, Cecchin y Prata, 1978). ese a esta confusion, el grupo de Milan elaboré sus pro- pias" formulaciones:>— “1. Las familias en transaccioén esquizofrénica (asi Ilamaba el grupo a su poblacion objetivo) participan en «juegos» fami- liares no reconocidos. “> 2. En estos juegos, sus miembros se esfuerzan unilateralmen- te por lograr el control reciproco de las conductas. ~ 3. La tarea del terapeuta es poner de manifiesto estos jue- gos e interrumpirlos. {En sus us técnicas terapénticas,.¢l grupo tomd y amplié algu- nos s de jos “‘métodos-introducidos. parcel. MBI..El.doble vinculo terapé itico (Watzlawick, Jackson y Beavin, 1967) o, como lo liamé el gr grupo de Milan, la «cont ci el nucleo de su terapia; por ejemplo, s¢ connataria. pasitivamente wpe “toda Ia. sifuaciéa. problema y.Se prey * Tiempo después, Bateson formul6 el siguiente comentario con respecto al trabajo de Haley «Development of a theory: A history of a research project» (Sluzki y Ransom, 1976, pag. 106): «Haley trata con excesiva ligereza ciertas diferencias epistemolégicas muy rea- les entre él y yo. A mi modo de ver, él creyé en la validez de la metéfora del “poder” en las relaciones humanas. Yo crefa por entonces —yhoy estoy ain mas convencido de ello— que el mito del poder siempre corrompe, porque pro- ‘pone una epistemologia muy falsa, aunque convencional. Creo que todas estas metéforas (...) son (...) como andar a tientas con un rumbo equivocado, y que tal rumbo no es menos errado, ni menos patégeno desde el punto de vista so- cial, por el hecho de que la ‘mitologia asociada a él sé confirme (en parte) por si sola entre quienes creen en ella y acthan conforme a ella». . 22 cualquier cambio prematurdj/Las. tareas-estratégicas. sugeridas «Por los s investigadores_del MRI.al.término-de..una.entreyista cx ej, que una | persona con enuresis se orinara deliberadamen- te en la cama en determi las fechas), tuvieron su contraparte en el uso de.los.rituales.y por-el.grupo-de-Milincademés, este -formalizé la préctica de. Ja.observacié res ca ieriinos deb oo «coalici «ances», Desde el principio, el grupo de Milan-tom6 a las construc- ciones mentales tan en serio como a las conductas. Su filosofia del cambio estaba ligada a la nocién de que las familias llegan al consultorio del.terapeuta trayendo «mapas» de lo. que les su- cede; el terapeuta, por su parte, trata de modificarlos 0 cuestio- narlos: Ef griipo de Milan‘ también utiliza con ‘fines terapéuti- cos el concepto de Bateson sobre las «premisas», 0 séa, valores de referencia o principios orientadores programados enun nivel profundo, de. la estructura, fuera-del_alcanée’dé1a mente con- ciente. Los miembros del. grupo-de-Milan-buscan.un_«mito» o. «premisa»que parezca mantener en su sitio las conductas vin- culadas a un después tratan.de.enunciarlo en s suis mei _Sajes a. las familiag| Suelen especificar el problema como si es- uviera al servicio de aquel mito. Tienen la esperanza.de que.si 2 remisa (habitualmente colectiva) varia o se. S aucirk Jo que los investigadores del cambio de orden segundo (Watzlawick, -Weakland y Fisch, 1974), pero que podriamos llamar, mas sencillamente, un cam- bio en la premisa. Esto no significa que Boscolo y Cecchin descuiden los cam- bios de conducta. Si-bien pueden impartir instrucciones dirigi- das a una modificacién directa de la conducta, como en el caso de los rituales, suelen encuadrarlas por referencia a:una hipéte- sis acerca de una premisa que los miembros de la familia pare- 38 cen sostener. En la’ Primera parte («El muchacho Ilorén»), se propone a los hijos el ritual de reunirse semanalmente para de- cidirsi.con su conducta problema ayudan eficazmente a sus pa- ‘dres a mantener el mito de que son progenitores perfectos. En los anales del MRI hallamos un ejemplo mas evidente de un cam- bio de conducta ligado a una premisa: se impartié a un perfec- cionista la consigna de cometer deliberadamente un error por dia (Fisch, Weakland y Segal, 1982, pags. 133-4). Por supues- to, de todo esto se infiere que es imposible separar ideas de con- ductas: unas son. aspectos | de las otras. Empero —y esta és una caracteristica privativa, de su.modelo— el grupo de Milan con-. sidera_primario el marco de.sentido,.. ~ Influencia del centro de formacién En 1980, el Centro de Milan:experimenté un cambio en.su_ organizacién: Boscolo y Cecchin se separaron de Selvini y Pra- ta, se dieron la denominacién de «Asociados de Milan» y conti- nuaron centrandose-en la formacion de terapeutas, en tanto que Selvini y Prata se.dedicaban a la investigacién. Como los pin- zones de las Galapagos, los dos pares de terapeutas evoluciona-_ ron en direcciones distintas pero, aun asi, su semejanza reciproca siguié siendo mayor que la existente entre ellos y las:demas «es- pecies». Los constrefiimientos del contexto de formacién influ- " yeron profundamente en el. punto de vista de los dos hombres Porque los terapeutas formados en diversos institutos locales no siempre podian wi las técnicas que aquellos habian apren- dido en el Centro de Milan y en consecuencia debian hallar al- . gun. otro modo de aplicar-las ideas sistémicas. (En la actualidad, el centro tiene diez responsables de forma- cin, varios asistentes y una docena de grupos, pero desde 1977 (afio en que iniciaron el programa) hasta 1982, Boscolo y Cec- chin Ilevaron a cabo el trabajo formativo por st solos. Sus pri- _ _Meros grupos reunian a doce.personas cada uno. Varios de sus integrantes eran enérgicos partidarios del movimiento antipsi- quiatrico, que por entonces ejercia una influencia enorme en Ita- lia y habia ganado una batalla.importante: el cierre de los hos- pitales psquiatricog) Un miembro de uno de los grupos explicé asi las razones que lo habian inducido a solicitar el i ingreso en el centro: «Estamos triunfando en nuestra lucha por cerrar los hospitales psiquiatricos. Ahora tendremos que tratar a los clien- 39 tes fuera de los hospitales. Deseamos aprender terapia familiar, en la esperanza de que resulte mas eficaz que las drogas y la te- rapia individual». El encuentro entre los terapeutas en formacién (la mayoria de los cuales, incluido el que acabamos de citar, ocupaban pues- tos en instituciones publicas) y los maestros, cuyo modelo. ha- bia sido elaborado en su totalidad dentro de una pequeiia clini- ca privada, tuvo consecuencias imprevisibles, complejas e inte- resantes. La orientacién del trabajo cambié de manera impre- sionante: pas6 de Ja familia a las instituciones mas vastas a las que pertenecian los terapeutas en formacién. Estos descubrie- _ ron que, en vez de tratar un sistema familiar, como les habian ensefiado, debian enfrentarse con sus propios sistemas. El tra- bajo sistémico ya no se redujo a Ia terapia familiar sino que se trasform6 en la empresa de introducir nuevas ideas acerca del * tratamiento en un medio en el que los mismos terapeutas en for- maci6n se convertian en los pacientes designados. A su vez, es- tos descubrieron que su primitiva identidad de terapeutas fami- liares se desdibujaba en favor de su identidad de terapeutas orien- tados hacia sistemas mas amplios. Las exigencias de este nuevo contexto dieron lugar.a la elaboracién de abordajes nuevos de trabajo sistémico; el programa de formacién sacé provecho de la imaginacién e inventiva de maestros y discipulos. Esta metamorfosis no estuvo exenta de confusiones y dolo- res del crecimiento. En el momento de iniciarse el programa de formacién, sélo unas pocas instituciones privadas practicaban terapia familiar en Italia; las instituciones publicas la‘ignora- ban por completo. Los terapeutas en formacién apenas si co- nocian la tradicion de la terapia familiar tal como se habia de- sarrollado en-otros paises. La mayoria de ellos habfan solicita- do su inscripcién en el programa tras la lectura de Paradosso e controparadosso. Al principio se mostraron muy entusiasmados pero, al cabo de pocos meses, su entusiasmo se esfum6 y aparecieron sefiales de una frustracién cada vez mayor. Los maestros trataron de formular hipétesis sobre ese-estado de cosas. Lo primero que se les.ocurrié fue que ensefiaban mal o estaban desorientados, pero sus esfuerzos por expresarse con claridad y ensefiar mejor no hicieron mas que empeorar la situacién. Interrogados acer- ca del problema, los principiantes explicaron que su malestar nacia de su relacion con sus compafieros de trabajo en las insti- tuciones mas que de su experiencia en el-centro. Su exposicién 40 de las novedades aprendidas suscitaban oposicién, resentimien- to y miedo entre sus colegas. Por ejemplo, muchos principian- tes crefan que, con el método de Milan, podrian tratar con éxi- to casos dificiles en‘unas pocas sesiones; asi dejaban entender que las diversas orientaciones terapéuticas de sus colegas se vol- vian anticuadas. Su mensaje verbal o no verbal («Puesto que practico terapia familiar, seré mas eficiente que usted») provo- caba inevitablemente una tensi6n. cada vez més intensa entre ellos y los demas profesionales que trabajaban en la institucién. Ade- mas, terapeutas.formados en el método de Milan solian fraca- sar con aquellos clientes que estaban conectados, simultanea- mente o no, con otros -profesionales pertenecientes a organis- mos ptiblicos. Boscolo y Cecchin intentaron corregir estos errores; impar- tieron la consigna de que los terapeutas que asistieran al centro debian actuar-con modestia, ceder en cualquier discusién refe- rente al método terapéutico y hasta poner en duda las nuevas ideas que aprendian. Una vez que estas consignas quedaron ins- tituidas, los terapeutas formados en el centro pudieron estable- cer, desde el principio, un rapport mas fructifero y. cooperativo con las instituciones. donde trabajaban. . (Un segundo motivo de su fracaso fue que estos terapeutas provenian de medios en los que la terapia familiar era algo nue- vo y extrafio. En.los primeros meses de funcionamiento del pro- grama de formacién los terapeutas que concurrian al centro de- nunciaron un porcentaje inaudito de deserciones entre los clientes que atendian en sus instituciones de origen: 90%. La mayoria de esas familias abandonaban el tratamiento después de la ter- cera sesion. La inexperiencia de los. terapeutas no bastaba para explicar unos resultados tan desastrosos. En un debate celebra- do en el centro, se puso en claro que una de las razones de los fracasos era el estigma negativo:implicito en la modalidad de terapia; tratar a la familia, no al individuo, constituia. una ame- naza porque daba a entender.que las familias eran responsables de los sintomas de sus miembros «enfermos». Muchas familias abandonaban el tratamiento y recurrian a otros profesionales de la misma institucién que Jes ofrecian la tradicional terapia individual. \Este problema se resolvié haciendo terapia familiar sin de- nominarla asi. E] terapeuta definia las sesiones familiares como «consultas» en lugar de «terapia», o simplemente proponia ce- lebrar unas pocas «reuniones» para decidir lo que se harfa des- 41 pués. Por supuesto, hoy la terapia familiar goza dé una acepta- cién mucho mayor y, a menudo, las familias rechazan el trata- miento individual o desechan al terapeuta que sdlo atiende al individug} Un tercer error obedecié a que se desatendié el contexto en que operaban los principiantes. Al principio, estos imitaban a sus maestros (lo cual era muy natural) y trataban a las familias), en las instituciones publicas donde trabajaban, como si estuvie- ran enel centro. Con frecuencia, fracasaban. El siguiente ejem- plo mostrara claramente lo que ocurria. Un asesor psicopedagégico sugirié una intervencién a una familia que le habia sido derivada por un maestro. El paciente designado era un nifio de ocho ajios, que faltaba a clase desde hacia seis meses. El psicdlogo connoté positivamente la renuencia del nifio a ir a la escuela, como una tarea: que habia asumido para quedarse junto a su madre, que se sentia sola. Habia visto aplicar exactamente la misma intervenci6n a una familia trata- da en el Centro de Milan, que se hallaba en una situacion simi- lar, y obtener con ello el retorno casi inmediato del nifio.a la escuela: Empero, el infortunado psicélogo fue duramente criti- cado por el director de la escuela, quien no logr6é comprender en absoluto el fundamento de aquel proceder. Mas ain: cuan- do la historia se difundié dentro de la escuela, los maestros ri- diculizaron al psicdlogo; acudian a él-y le preguntaban, en son de burla, si no los.desembarazaria de un alumno molesto por medio de una entrevista a su familia. El «sistema significante» ic Diversas situaciones de este tipo demostraron la importan- cia de las diferencias contextuales; era preciso tomarlas en cuenta para evitar que la solucién terapéutica se convirtiera en el pro- blema terapéutico. Sobre todo, los terapeutas debian conside- rar el efecto que podia producir su intervencién en los clientes, en los otros sistemas significantes vinculados a estos y en ellos mismos. Asi nacié la idea de «sistema significante»: permitia definir la indole del problema con mucha mas exactitud que la noci6n clasica de «sistema familiar»; El sistema significante in- cluye todas aquellas unidades (personas 0 instituciones) que se_ activan en el intento de aliviar los problemas cuya soluci nse solicita a los profesi Lai incorporacién \ de los terapeutas 42 (incluidos los de Milan) al cuadro del tratamiento constituyé un paso importante hacia la conceptualizacion del problema en fun- cién de «sistemas observadores» més que de «sistemas observa- dos». El coneenie. del «sistema significante» acerca. mas el mo- sobre ef problema (Bogdan, 1984) en en lugar de ¢ cién de conductas localizadas en individuos 0 familias sup -tamente disfuncionales 0 .enfermos. CPara el equipo de terapia del centro suele inchuir ef centro. mismo, la familiz sistemas que hacen. intrusion en el abies on tribunales): Con frecuencia, el centro 0 recibe casos graves que ya han sido tratados infructuosamente por otros profesionales. Como estos colegas consideran que los integrantes del grupo de Milan son expertos, se establece una alianza inmediata entre la persona o institucién que deriva el caso y el equipo de terapia. Si la familia en tratamiento regresa junto a quien la derivé y se queja del trabajo efectuado en el centro, aquel suele respon- der: «No hace falta que ustedes.comprendan lo que ellos dicen o hacen. Son los mejores. Vuelvan alli». Muchas veces, las fa- milias soportan experiencias frustrantes y aceptan intervencio- nes extrafias sin abandonar por ello el tratamiento. Para los principiantes, en cambio, la situacién es muy dife- rente. En su mayoria son jévenes y ocupan los puestos mas ba- jos en Jas instituciones en que trabajan; en consecuencia, las fa- milias no.se conectan facilmente con ellos y, a menudo, aban- donan el tratamiento.en busca de otros terapeutas mas presti- giosos. No obstante, su posicion «débil» puede convertirse en un desafio para ellos y obligarlos a hallar soluciones originales: que, ulteriormente, proporcionan material didactico a otros prin- cipiantes y, lo que es mas importante, a los mismos maestros. Por ejemplo, en las instituciones piblicas muy rara vez se solicita unicamente un tratamiento psicoterapéutico. Con fre- cuencia, los clientes piden medicamentos, apoyo econémico, re- habilitacion, pensiones o una combinacidn de todo esto. No bus- can una «cura.de.conversacién». Hay varias maneras de mane- jar esta situacién sin dejar de ser sistémicos.[Una de ellas con- siste en reencuadrar el uso de los pedidos de internacién o me- dicacién como algo que no es una terapia; se trasmite al cliente el siguiente mensaje] «Esto no cambiara nada, en verdad, re- tardaraé cualquier posibilidad de cambio. Sin embargo, tal vez 43 QW sea lo que usted necesita en este momento. Si, mas adelante, decide que quiere recibir una terapia, haganoslo saber y traba- jaremos gustosamente con usted» (Fruggeri, Dotti, Ferrari y Matteini, 1985). Otra disyuntiva se plantea al terapeuta cuando sé le pide que actue mas bien como un agente de control social y procure im- pedir un suicidio o actos de violencia. En estos casos, no hay problema alguno en tanto el profesional indique claramente si acta como «terapeuta» o como «agente de control social». Por ejemplo,- puede decir al cliente «Me pregunto qué ha hecho que me convierta en su guardian, en vez de ser su terapeuta. Quiza debamos averiguar cémo ocurrié eso». En conjunto, Ja formaci6n ya no se centra en ¢l sistema fa- miliar_sino en sistemas mds amplios, y : la familia dentro de contextos mas s complejos.. A medida que in- crementan su experiencia y pericia en 1 el andlisis de las pautas de comunicacién de las redes por las que deben navegar, los prin- cipiantes son capaces de evitar algunos problemas que, al prin- cipio, les causaban frustracién y desilusién. Adquieren la habi- lidad de detectar el efecto que provocan sus acciones €1 pessounsy de calrar [a rélimenéscida proven nte dé | tos como elementos viables en vez de ser despreciados o despe- didos. Esta nueva orientacién hacia «el sistema mas ampliow (in- cluido aquel en que t el tera erapeuta) se se ha puesto de. mani- fiesto en el intento de a| aplicar este ‘enfoque en instituciones pu- blicas;donde resulta di ino imposible, practicar Ja.tera- pia de Milan, David Campbeii y Rosalind Draper, en represen- tacidirde un equipo que ensefia el método-de Milan en la Clini- ca Tavistock de Londres, han publicado recientemente una an- tologia que contiene abundantes ideas para intervenir en los sis- temas mas amplios sin que nos supriman o nos maten a tiros (Campbell y Draper, 1985). A Boscolo y Cecchin les gusta.afir- mar que, si bien Bateson fue, quiza, quien ejercié la primera influencia importante sobre sus trabajos, la segunda provino-de la realimentacién recibida de los principiantes en formacion. Y no hay duda de que este aporte fia modificado radicalmente su ensefianza. Como ha dicho Boscolo, la evolucién conjunta de maestros y principiantes los ha Ilevado a considerarse «consul- tores de sistemas», y no terapeutas familiares. EI fenémeno de los equipos Aunque los terapeutas familiares efecttian casi siempre sus sesiones de practica con un supervisor y uno 0 varios compafie- ros de curso que los observan detras de-una pantalla de visién unilateral, el empleo formal de equipos de observacién sélo co- menz6 cuando el grupo de Milan pas6 a experimentar con su plan de trabajo en equipos de cuatro personas. Los dos tera- peutas que permanecian detras de la pantalla actuaban como contrapeso equilibrador del par que atendia a la familia en el consultorio. La composicién de las parejas variaba de un caso a otro, pero siempre se constituian con un clinico y una clinica, lo que se asemejaba al viejo concepto del modelo de rol de la coterapia marital. Como ya hemos visto, con el tiempo, el equipo de Milan se dividié en parejas. Cuando Boscolo y Cecchin se separaron de Selvini y Prata, desaparecieron las parejas mixtas y-la idea de que dos terapeutas atendieran a la familia en el consultorio. Sin embargo, la desaparicién del equipo de cuatro personas no pa- recié necesariamente perjudicial;- antes bien, se tuvo la impre- sion de que la nueva técnica seria mas econédmica y menos en- gorrosa.|Aparentemente, el unico requisito previo que debia cumplir un equipo de terapia era responder a alguna versién del concepto de Bateson de visién binocular. En tanto hubiese una persona que pudiera sumergirse en la familia y otra que pudiera observarla —o.sea, una persona que sacara el cuerpo por la ven- tana y otra que se sentara sobre sus pies— se podria lograr una dimension de profundidad\ . Si bien la mayoria de quienes aplican el método de Milan trabaja en equipo, ‘algunos lo integran con mas de cuatro per- sonas y otros con menos. Hasta puede haber «equipos» uniper- sonales en los que el terapeuta sale del consultorio para refle- xionar a solas y, luego, regresa con un comentario o idea, o ini- cia la sesién tras haber consultado a uno o varios colegas y dice ala familia que ellos.le han sugerido tal .o cual opinién, mensa- je o carta. Debemos admitir que, a veces, los consultores son imaginarios. A medida que Boscolo y Cecchin viajaron por el mundo or- ganizando talleres, en diversos. paises surgieron equipos for- mados en el método de Milan. Sus miembros tienden a pasar mucho tiempo juntos y hasta pueden mostrarse exclusivistas e intensamente absortos en ellos mismos, con lo cual ofenden al 45 entorno en el que acttian. Esto no significa exactamente que se consideren los exploradores de una frontera de creacién, pero si irradian una sensacién de fervor misionero. Como ya men- cionamos, Boscolo y Cecchin sefialaron posteriormente la im- portancia de mantener una actitud modesta y discreta pero du- damos de que este consejo resulte alguna vez totalmente eficaz. Un grupo de cuatro o mas personas constituye, ipso facto, una presencia politica, por mas discreto que-sea en su proceder. En. Sie sortie, os equinas concen cl-ieseo notencial d.radica i: vocar su propia ‘eliminacion con una ‘conducta imprudente, Las divisiones y cambios son igualmente comunes a medida que los equipos mas veteranos se ramifican para formar otros nuevos. Es frecuente, al’ menos en los Estados Unidos, que los equi- pos de Milan acaben por ser injertados en un patron estratégi- co. Quienes trabajan al estilo del MRI 0 aplican un enfoque ins- pirado en Erickson pueden utilizar a estos equipos para intensi- ficar y mejorar la bisqueda de la tarea o prescripcién milagro- sa capaz de quebrar la conducta sintomatica con un solo golpe de karate. Este espiritu estaba engastado —confesadamente— en la posicién adoptada por los cuatro miembros originales del grupo de Milan. La cantidad de.tiempo y.didlogo que.pucde llevar ta biisque- da de iayalte intervencion. final.amplifica Ja division. entre.la. Lami- icita er risas nerviosas cs acon dela fania jiiobrasy, Adems, el aislamiento la prohibicién de comunicar al cliente los fundamentos de la terapia, impuesta por el enfoque estratégico. Muchas interven- -ciones, entre ellas la-prescripci6n «paraddjicam, fueron ideadas. = OF inariamente con el propdsito de eludir la Hamada «résisten- C jav'de Ja familia. Sé'iemia que, si los mieiabros-de-esta sabia que los terapeutas ‘les. vedaban todo cambio para inducirlos a cambiar, la‘tactica tal. vez no daria resultado: La presencia del equipo ha po completo si asi lo desean, se ha tendido a mantener intacta la frontera del equipo (y su invisibilidad). 46 (_Los equipos de Milén corren eb riesgo de perturbar y encole- rizar a las familias si se aproximan excesivamente a la aproba- cién de un sintoma en el intento de trasmitir una connotacién positiva. Las reacciones han variado desde el abandono del tra- tamiento hasta la amenaza de hacer pleito a la clinica a la que pertenecen los terapeutaS.| Otro problema importante ha sido el manejo de las cuestio- nes relacionadas con los conflictos y el poder. Como no suele haber jerarquia alguna dentro de los equipos, no es facil resol- ver una situacién de empate en las opiniones o frenar una esca- lada que provoque un disenso{I Los equipos de cuatro o mas per- sonas suelen verse.acosados por desacuerdos y alborotos internos: que no sé resuelven enterrando las discrepancias e imponiendo el consenso, por cuanto ello sdlo conduciré a wn descontento soterrado. Pertenecer a un equipo puede ser una experiencia apa- sionante y creadora, pero también difi cil y desordenada. Ave- de Bo Seu la Seonele terapia sistémica, los equipos integrados por dos clinicos parecen ser mas estables y econémicos que los grupos mAs numerosos. Con todo, ek equipo de cuatro 0 mas terapeutas ha resulta- do una bendicién para la labor formativa. Ha desmentido el car- go de ser «antiecondémico» y proporciona a los terapeutas prin- cipiantes una experiencia activa, tanto detras de la pantalla co- mo delante de ella. En su instituto, Boscolo y Cecchin toman grupos de doce personas y los dividen en mitades: seis miem- bros (uno en el consultorio y cinco detras de la pantalla) consti- iuiran ei equipo de terapia o «equipo T», en tanto que ios otros seis formaran el equipo de observacién o «equipo O». La tarea de estos tiltimos consiste en observar y comentar fa relacién en- tre el terapeuta que actia en el consultorio y los cinco miem- bros restantes del equipo T, pero sélo este equipo esta autoriza- do a trasmitir mensajes a la familia. Después de una sesion, am- bos equipos pueden intercambiar observaciones e hipdtesis acerca de la familia y el suprasistema terapéutico. El equipo T podra utilizar estas ideas en la siguiente sesién. Este uso del equipo ha sido un medio inteligente de posibili- tar la supervisién «en vivo» de la terapia familiar en curso por un grupo mas numeroso./Antes del advenimiento de los equi- pos de Milan, la entrevista con la familia y los aportes del su- pervisor beneficiaban tinicamente (al menos en un sentido acti- 47 vo) al terapeuta que actuaba en.el consultoris. El nuevo tipo de equipo ha ampliado la participacion y, en consecuencia, ca- da vez son mas.los terapeutas familiares formados por un equi- po ubicado detrds de la pantalla, y no sdlo en el método de Mi- lan. Este método podra sufrir las mas notables trasmutaciones —y en efecto las sufre en el momento en que escribimos estas lineas—, pero el empleo del «equipo de Milan» como instru- -mento de formacién parece ya establecido. Los equipos de Milan se han caracterizado, curiosamente, por su proliferacién espontanea. Con frecuencia se forman nue- vos equipos después de que una persona o grupo ha recibido la visita de Boscolo y Cecchin o los ha visto conducir un taller. Posteriormente estos equipos suelen obtener la supervision 0 en- sefianza esporadicas de los dos terapeutas italianos, sea hacién- dolos venir a su lugar de trabajo o siguiéndolos a cualquier ta- ller-de cuya realizacién se enteren. Los Asociados de Milan son extraordinariamente sensibles a.este tipo de entusiasmo, y has- ta han regresado varias veces a alguna clinica poco conocida con el sdlo_propésito de ayudar a un equipo bisofio que queria salir airoso. De este modo, enseguida se cred una verdadera red trasa- tlantica de equipos de Milan {Hoy los grupos de esta clase que se han formado por si solos en el método de Milan, 0 los cen- tros organizados en torno de un equipo, abundan en la mayoria de los paises europeos, Australia, Nueva Zelanda, Canada y los Estados Unidos. En este ultimo pais han tardado mas en «pren- der», en parte porque el grupo italiano ha tenido facil acceso a los paises europeos pero, también, porque en el momento en costas de América del Norte, la tera- pia familiar ya se habia estabilizado alli en torno de gurus loca- less A lo sumo lo definieron como una categoria dentro de la terapia «estratégica» y slo en fecha reciente lo han considera- do un punto de vista por derecho propio. Los tinicos lugares de América del Norte dondé ha arraigado este método,son.el Departamento d de Psiquiatria de la Universidad de Calgary (Ca- fiada), dirigido por Karl Tomm, £ Institute Ackerman, de Te- fapia Familiar de } fios, recien emente. fi “Las conferencias esponténeas entre equipos.constituyen un aspecto interesante de este movimiento. Desde 1980 hasta el pre- sente se han celebrado varias bajo patrocinio privado. Se con- curre a ellas s6lo por invitacién y no tienen fines de lucro; su 48

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