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= s ae Bergier = a = Preys Se ee Jacques Bergier y el grupo INFO EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE Adaptacién de GEORGES H. GALLET a PLAZA 8 JANES, S.A. Editores re Titulo original: LE LIVRE DE L’INEXPLICABLE Traduccién de ROSA M.* BASSOLS Primera edicién: Setiembre, 1974 © Editions Albin Michel, 1972 © 1974, PLAZA & JANES, S, A., Editores ‘Virgen de Guadalupe, 21-33. Esplugas de Llobregat (Barcelona) Fate libro se ba publicado originalmente en francés con el titulo de ‘LINEXPLI Printed in Spain — Impreso en Espaha ISBN: 6401-31057-1 — Depésito Legal: B. 39.461 -1974 INDICE PROLOGO s ps » a ee PRIMERA PARTE LAS CIVILIZACIONES DESAPARECIDAS LAs FIGURILLAS DE ACAMBARO, por Ronald J. Willis . « Los MISTERIOSOS OBREROS DE LA MINA DE COBRE EN AMERI- cape. NorkTe . . «ee . . ¢FENICIOS EN EL NUEVO MUNDO?, por Ronald J Willis oe Algunas observaciones sobre el texto de Parafba, 49. — Monedas romanas en Venezuela, 51 Et opsero DE Coso, por Ronald J. Willis . . 2 6 3 Las LOMAS ARTIFICIALES DE Mina, por Elton Caton . EL MISTERIO DEL «POZO EN FORMA DE MEDIA LUNA», por AntoninT,Horak. . 2. 2. . . Los MISTERIOSOS CILINDROS DE CEMENTO EN LA NUEVA Cane vont, por Andrew E. Rothovius . . ce ¢ALCANZARON LOS VIKINGOS LA COSTA DEL Pactrico?, por Andrew E, Rothovius ~. . . . 6 es i 25 39 45 55 69 83 89 SEGUNDA PARTE LOS EXTRATERRESTRES ENTRE NOSOTROS EXTRANAS LUCES EN LAS COLONIAS AMERICANAS DE S, M. BRI- TANICA, EN EL SIGLO XVII.» « «4 ee Los MISTERIOS DE LA ERA DE LOS DIRIGIBLES, por Lyle Guldding OBJETOS MISTERIOSOS EN EL FONDO DEL A’ ew EL ASUNTO DEL «PAPIROTULLID . . . 1 we EL MILAGRO DE RosozER, por Jacques Bergier . . TERCERA PARTE LOS SERES EXTRANOS Las HUELLAS DE PASOS DEL DIABLO, ENIGMA NO RESUELTO, PrP Wilke EL DIABLO SE PASEA DE NUEVO, por Vincent Gaddis . . Yo ENCONTRE AL Matau Kaci, porT,Wakawa. . . EL ABOMINABLE HOMBRE DE 10s EsTapos UNIDos, por Loren E.ColemanyMarkA.Hall. . . . 1. 1 A la busqueda del abominable hombre de las ni en las Rocosas, 169.—Un especialista de los Sas- quatch se declara seguro de esta observacién, 170.— ¢Un Sasquatch en los Estados Unidos?, 171.—Hom- bres extrafios entrevistos, 172.—En busca de los «hombres velludos», 172.— El ejército malasio en es- tado de alerta. Un «gigante» aterroriza la ciudad de Segamat, 173, ¢EXISTEN AUN DINOSAURIOS?, por Ivan T. Sanderson... ¢Un pterodactilo viviente?, 191.— Un monstruo en las montafias de California, 192, Nuevamente los dino- saurios de paseo, 195. 99 103 5 123 137 145 149 153 175 CUARTA PARTE FENOMENOS FORTEANOS FANTASMAS Y HOMBRES . 3 3 « . . 3 5 3 Poltergeists en Nueva Zelanda, 204.—Una familia hhuye de su casa encantada, 207.— Un Poltergeist ca- nadiense, 209. Una familia se traslada; el fantasma, no, 210.— Un «espiritu» mantiene un hogar bajo la Ja opresién del terror, 211.—La isla del terror en el estrecho de Torres, 213.—Un vampiro en minifalda aterroriza a la Policta, 215.— Un vampiro cerca de Ja tumba de Karl Marx!, 216.—Brilla la luna lena... un hombre marcha a la caza de un vampiro, 217.— Muere un hombre en una emboscada tendida para cap- turar a un vampiro, 218.— Mariposas nocturnas vam- piros, 219.— Un vampiro espanta a los habitantes de Humahuaca en Argentina, 220, La CLENICA APEDREADA DE ARCACHON. sg gg EL FANTASMA ELECTRICO DE ROSENHEIM , . . . . PERSONAS QUE ARDEN ESPONTANEAMENTE, por Ronald J. Wiig La CASA PARROQUIAL ENCANTADA DE BORLEY » 3 5 + 203 229 237 247 PROLOGO Charles Fort ha muerto, pero su obra le sobrevive. Paro- diando un slogan politico es como se puede definir la influen- cia de este hombre extraordinario y singular. Charles Fort parecta una foca timida. Tenta las piernas re- dondas y gruesas, vientre y trasero salientes, hubiérase dicho que carecia de cuello; su crdneo era bastante voluminoso y estaba medio calvo; sobre su ancha nariz asidtica se apoyaban las gafas con montura de acero; su bigote parecia el de Gurd- jieff. Nacido en el siglo XIX, muerto en 1932, dejé cuatro libros, inexistentes en francés: — E] libro de los hechos condenados. — Los talentos salvajes. — {He aqui! — Pafses nuevos, En dichos libros, experimentaba un placer malicioso en reunir hechos que la ciencia ortodoxa rechazaba. Lo animaba un espiritu de eterno colegial, aunque, al mismo tiempo, rea- lizaba un enorme trabajo volviendo a estudiar sistemdticamen- te todas las revistas cientificas desde comienzos del siglo pa- sado. Semejante obra reunié a un cierto ntimero de admiradores. Se cred una sociedad «Charles Fort», el 26 de enero de 1931. 14 JACQUES BERGIER Entre sus fundadores se encontraban Theodore Dreiser, Booth Tarkington, Ben Hecht, Harry Leon Wilson, John Cooper Powys, Alexander Woollcott, Burton Rascoe, Aaron Sussman, y el secretario general, Tiffany Thayer. La sociedad publicé una revista trimestral titulada Doubt (Duda), que desaparecié hacia 1950. La antorcha fue recogida, hace pocos afios, por un grupo de jévenes americanos, entre los cuales figuraban Paul y Ronald Willis. Ese grupo publicd una revista: I.N.F.O., es decir Informaciones Forteanas. Las ediciones «Albin Michel» se han asegurado 1a exclusiva mundial de la publicacién en forma de libro de los articulos aparecidos en dicha revista. Los mds sorprendentes de ellos han sido escogidos para formar la presente obra. Como 1a documentacién de I.N.F.0. es, sobre todo, ameri- cana, he afiadido a ella un cierto nimero de casos de origen europeo. El conjunto constituye, por primera vez, una serie digna de la obra de Fort. El objeto de este libro es doble. Ante todo, informar a los lectores sobre el mundo en que viven, mds extrafio de lo que parece, Con excesiva facilidad, la Prensa y los medios de comuni- cacién de masas, a la vez que sefialan acontecimientos que se salen de lo ordinario, ofrecen de ellos explicaciones simplistas. Ast ocurre que, en el momento en que estas lineas son dicta- das, acaba de ser capturado un lobo adulto cerca de Meaux, De inmediato, la Prensa se ha apresurado a explicar que ese lobo ha venido andando desde Polonia. Semejante explicacién es tranquilizadora, pero resulta también delirante. Entre Polonia y Francia, hay fronteras guardadas por alambradas de espino y electrificadas, protegidas por los mds modernos aparatos de deteccién, y que un animal de las dimensiones de un lobo no puede franquear, Quizds algin dia se encuentre la explicacion, pero sera reflexionando sobre el problema, y no dejdndose adormecer por explicaciones enteramente imposibles. EL LIBRO DE LO INBXPLICABLE 15 El segundo objetivo de la presente obra es el de ser, a nues- tra vez, informados por los lectores. Nos sentiriamos dichosos si éstos quisieran enviarnos relatos de hechos extraordinarios que hayan observado; nuestra esperanza, y casi podrtamos de- cir nuestra seguridad, es que habrd suficientes cartas de ese género como para formar un segundo libro. Querria ahora pe- dir al lector que se site en la actitud de reflexionar y maravi- Uarse ante el lado extraordinario del Universo. Como decia Fort: He aqui lo que se puede recoger consul- tando la Prensa cientifica mds seria: «Lluvia roja en Blanken- berghe, el 2 de noviembre de 1819; lluvia de barro en Tasma- nia, el 14 de noviembre de 1902. Copos de nieve grandes como platillos en Nashville, el 24 de enero de 1891. Lluvia de ranas en Birmingham, el 30 de junio de 1892. Aerolitos. Bolas de fue- go. Huellas de un animal fabuloso en el Devonshire. Discos vo- ladores. Marcas de ventosas en las montafias. Ingenios en el cielo, Caprichos de cometas. Extrafias desapariciones. Cataclis- mos inexplicables, Inscripciones en meteoritos. Nieve negra. Lunas azules. Soles verdes, Chaparrones de sangre.» Encontramos todo esto, y muchas otras cosas, en revistas cientificas y en la Prensa cotidiana seria. No se puede investigar todo. Pero se puede escoger un cier- to'ntimero de casos y estudiarlos en profundidad, y eso es lo que Georges Gallet y yo mismo hemos hecho en la presente obra, Ante esos fenédmenos que parecen provocarnos con insolen- cia, podemos adoptar diversas actitudes, Podemos, evidentemente, negarlo todo, por sistema, Eso es lo que hacia Lavoisier ante los meteoritos, declarando: «No pueden caer piedras del cielo, sencillamente porque no hay piedras en el cielo.» No sonriamos: los astrénomos modernos han observado en el mismo cielo una explosién cuyos fragmentos se alejan entre st a una velocidad superior a la de 1a luz. Ahora bien, segin Einstein, la relatividad exige que 1a velocidad de Ia luz sea 16 JACQUES BERGIER un limite absoluto... Se quiera o no, hay piedras en el cielo, y parece que real- mente hay velocidades superiores a las de la luz. No se puede negar sistemdticamente todo aquello que se opone a la ciencia oficial. Y, por lo demds, la negacién no es una actitud cientt- fica, Los propios sabios lo dicen. Tampoco se puede admitirlo sin mds: hay que verificarlo todo con el mayor cuidado. Quiero ofrecer dos ejemplos de ello: uno, cldsico; el otro, Poco conocido y contempordneo. El primero es aquel citado por Fontenelle referente al nifio con un diente de oro. A fines del siglo XVII se anuncié que habta nacido un nifio con un diente de oro, Al punto todo el mundo se pregunté si eso signi- ficaba un presagio del fin del mundo, o simplemente una gran revolucién en Francia, Fontenelle tuvo la curiosidad de mirar, y comprobé que se trataba de una delgada pelicula de oro co- locada por los padres del nifio, Lo cual no impidié que sobreviniese la Revolucion fran- sa, pero es dudoso que hubiera sido provocada por el nifto del diente de oro... Et otro ejemplo, contempordneo, es muy sig- nificativo, porque muestra con qué cuidado hay que efectuar las verificaciones en los casos extraordinarios, Hace aproxima- damente una decena de afios, se encontré en la Unién Sovié- tica, en el subsuelo de la ciudad de Odessa, en unas catacum- bas, huesos de animales prehistéricos, y especialmente de aves. Tales huesos databan de hacia un millén de afios, Ahora bien, examindndolos con mds detalle, se encontré en ellos unos agujeros en forma de hélices y, en esos agujeros, trazas de hierro y cobalto. La conclusién que parecta evidente era que unos visitantes extraterrestres habtan sacado algunas muestras con ayuda de titiles mecdnicos. Esta conclusion es la que fue anunciada, aun- gue con la mdxima prudencia, Prosiguieron las investigaciones, Y se encontréd un molusco que hace agujeros helicoidales y que tiene hierro y cobalto en EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 7 la sangre. Esta explicacién parece mds simple que la de una intervencién extraterrestre, y es la que finalmente ha sido adop- tada, Pero si no se hubieran continuado las investigaciones, se habria atribuido a una intervencién extraterrestre unas prue- bas que habrian sido falsas. Por tanto, la desconfianza se im- pone, al mismo tiempo que el espiritu abierto, Existen muchos hechos misteriosos que no resisten seme- jante enfoque. Se desvanecen a partir del momento en que la luz de la investigacién los ilumina. Tal es el caso de los platillos volantes: se puede llegar a la conclusion, con una probabilidad préxima al ciento por cien- to, de que no existen, Este es también el caso de las materializaciones, ectoplas- mas y otros prodigios de los médiums, incluyendo las mesas giratorias. Cuando se toman peliculas con rayos infrarrojos du- rante la sesién, se comprueba el fraude. Pero quedan atin suficientes hechos inexplicados para pro- porcionar materia a muchos libros del formato de éste, Al no poder explicarlos, podemos al menos tratar de clasi- ficarlos. Una primera clasificacién, necesariamente simplifica- da, incluye cuatro categorias, que son respetadas en el presente libro: 1. Las civilizaciones desaparecidas Precisemos: nadie niega que hayan desaparecido civilizacio- nes, Como decia Paul Valéry: «Las civilizaciones son morta- les.» : Pero lo que la ciencia oficial rechaza con energia es la exis- tencia, en el pasado, de civilizaciones técnicamente tan avan- zadas o incluso mds avanzadas que la nuestra. Con todo, hallamos constantemente objetos que parecen 2-309 18 JACQUES BERGIER proceder de tales civilizaciones; la primera parte de este libro, pues, estd dedicada a esos descubrimientos. 2. Los extraterrestres La creacién de semejante categoria, de semejante subdivi- sin del presente libro puede parecer contradictoria con la afir- macién que acabamos de hacer mds arriba: los platillos vo- lantes no existen. La contradiccién es sdlo aparente. Si bien la investigacién ha demostrado que las apariciones de platillos volantes son imposturas, no por eso es menos f10- bable, desde un punto de vista estadistico, que haya civiliza- ciones extraterrestres. No estd excluida la posibilidad de que una o varias de tales civilizaciones pudieran haber intervenido —o estén interviniendo— algunas veces en la vida de los terres- tres, y un cierto mimero de fendmenos de ese tipo merecen ser descritos. De ahi, esta segunda parte. 3. Los animales desconocidos Nuestra Tierra no estd tan perfectamente explorada como se querria hacernos creer, No sélo se encuentran espectmenes, muertos o vivientes, de especies que se consideraban fdsiles y habian desaparecido hace decenas de millones de atios, sino que también se encuen- tran, de vez en cuando, huellas de animales totalmente desco- nocidos, que no son clasificables, ni entre los fésiles, ni entre las especies vivientes, A esas apariciones se consagra la tercera parte del libro. EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 19 Intervenciones extraordinarias en nuestra vida cotidiana Es indiscutible que nuestra vida cotidiana estdé perturbada por fendmenos extrafios que, con frecuencia, se llaman encan- tamientos, término, por lo demds, muy inadecuado, En otras épocas, se atribuia ese género de fenédmenos a los espiritus de los muertos, a los dioses, o a los demonios. En nuestra época, no se ofrece ya explicacién, sino que se pretende, sobre tedo, clasificar y describir. Un cierto nimero de esos fendmenos, escogidos por su autenticidad y su cardcter impresionante, for- man el objeto de la cuarta parte de la obra, Como hemos dicho anteriormente, contamos con que mu- chos de nuestros lectores podrdn darnos a conocer hechos «inexplicables» —o mds bien, inexplicados— que hayan podido observar y que pertenecen a una u otra de esas categorias. Para nosotros, eso es mds que una simple esperanza, es prdc- ticamente una seguridad que entusiasma, Jacques BERGIER PRIMERA PARTE LAS CIVILIZACIONES DESAPARECIDAS nna LAS FIGURILLAS DE ACAMBARO. por Ronaxp J, WILLIS El articulo que se lee a continuacién ha despertado una emocién general en el mundo entero, En efecto, constituye nada menos, que un trastorno total de nuestras ideas sobre el pasado. Se trata de estatuillas que parecen haber sido fabricadas hace dos mil afios, las cuales, sin embargo, representan a la vez hombres, animales prehistdricos y animales totalmente des- conocidos, Asimismo, en lugar de dar mi opinién personal, citaré la del historiador soviético G, Buslaiev, aparecida en la revista Téc nica y juventud, nimero 10, 1971, pdgina 56, al mismo tiempo que un resumen del articulo de Ronald J. Willis y algunas fotos. Mi resumen serd fiel, pero dejaré aparte la tesis del histo- riador soviético, segin la cual el régimen capitalista es respon- sable de la dispersién sufrida por esta coleccién de figurillas, ast como también de haber cerrado una inmensa puerta al pasado, La presente obra no es politica; yo no polemizaré con Bus- laiev. Corresponde a los mexicanos protestar, si se califica a su régimen de capitalista. Recordemos que México es, al mismo 26 JACQUES BERGIER tiempo, catélico y trotskista, y que el dia de Viernes Santo queman alli la efigie de Stalin y de Jud Dicho eso, Buslaiev admite 1a posibilidad de que la colec- cién de Acambaro sea auténtica, y que una parte de los ani- males en cuestién haya podido ser inspirada por animales prehistoricos supervivientes atin en aquella época en México. Otras han sido inspiradas por caimanes. Los caimanes, como se sabe, son cocodrilos americanos. Existia un culto a los caimanes en el antiguo México, y esos animales habian sido domesticados en los templos de la regidn. Una mujer ca- balgando un caimdn parece ser mds plausible que una mujer cabalgando un dinosaurio. En tales condiciones las figuritas de Acambaro serian recuerdos, transmitidos a través de las ge- neraciones, y constantemente reproducidos, de un pasado muy lejano, que se remonta quizds a unos veinte mil aftos. Esa es la tesis del sabio soviético, que me parece muy interesante, En julio de 1945, Waldemar Julsrud, un comerciante de Acambaro (en Guanajato), México, cruzaba a caballo una co- lina que domina la villa, cuando observé algunos fragmentos de alfarerfa que habian sido desenterrados durante la esta- cién de las Iluvias, Como estaba interesado en antigtiedades mexicanas, le pidié a un albafiil de la localidad, Odilén Tina- jero, que fuera a examinar el lugar y le llevara lo que pudiera hallar de interesante. Aparentemente, Tinajero encontré mu- chas cosas, pues Ia coleccién reunida por Julsrud desde 1945 a 1952 consta hoy de mas de 30.000 piezas. Practicamente, to- dos los arquedlogos las califican de falsas, pese a que no hay muchos que se hayan tomado siquiera la molestia de ir a echarles una mirada. Y, sin embargo, hay muchas razones para suponer que esta coleccién es una de las curiosidades arqueo- Iégicas mas extraordinarias del mundo. Las figuritas que representan reptiles han desconcertado particularmente a los pocos arqueélogos que han examinado EL LIBRO DE LO INEXPLICABLB 27 la coleccién. Algunas de esas estatuillas parecen dinosaurios y plesiosauros. Pero, considerando que, segin las teorias en vigor, tales criaturas desaparecieron hace 70 millones de afios, Jos antiguos indios de México no podian saber a qué se pare- cfan. Naturalmente, si se tratara de gentes de nuestra época, éstas lo sabrian, por los libros y las peliculas de ciencia-ficcién. Los monstruos son también desconcertantes. No obstante, uno de los aspectos mds fantdsticos de toda esta coleccién es su extraordinaria variedad. ; No hay ninguna repetida, entre mds de 30.000 piezas! Algunas son similares, pero no hay dos idénticas. La imaginacién prodigada en la crea- cién de todos esos animales «prehistéricos», de esas figurillas humanoides, de esas estatuitas de momias, y de centenares de grupos en los que animales y seres humanos desempefian un papel en una escena, es simplemente pasmosa. La lista de los diferentes tipos de objetos es ya de por sf larga. TIPOS DE OBJETOS QUE SE ENCUENTRAN EN LA COLEC- CION JULSRUD 1, Alfarerfa tarascana (tipo conocido y clasificado de alfa- reria india en México); 2. Puntas de venablo y de flecha en obsidiana, probablemen- te tarascanas; 3. Dientes hallados junto con las figuritas, identificados como los del Equus conversidens Owen, un caballo desaparecido en el Pleistoceno; 4, Varios centenares de «vasos» —no tarascanos— de una materia similar a la de las estatuillas de reptiles; 8 10. 1. 12, 13, 14, 15. 16, 17. 18, 19. JACQUES BERGIER Una coleccién de mdscaras; Numerosas pipas, muchas de ellas de un modelo fantds- ticos Los grupos, que muestran animales y humanos interpre- tando una escena de una leyenda o un relato; Cabezas de cerémica, que nunca forman parte de una es- tatuilla m4s grande; Serpientes enroscadas; Figurillas de mamfferos, muchas de las cuales represen- tan animales del Pleistoceno desaparecidos, tales como el rinoceronte, el tapir, el tatd, la Hama, etc.; Planchas grabadas con dibujos de reptiles y otros anima- les; Objetos de cerAmica que imitan la corteza de los 4rboles, aunque con frecuencia tienen dibujos ocultos en la tex- tura de la corteza; Peces e hipocampos; Grandes estatuas humanas de 60 cm a 1,20 m de altura: «Momias» de 15 a 25 cm de altura, que no se parecen a momias egipcias; Grandes cabezas de hombres o de animales; Figurillas quizA emayas»; Figurillas que sugieren contactos con culturas ocednicas; Serpientes 0 dragones; EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 29 20. Algunos vasos de jades 21. Figuritas de reptiles —Ia categorfa mds numerosa de la coleccién (millares de ellas)—, muchas de las cuales su- gieren reptiles del Mesozoico, pero que, sin la menor duda, no las reproducen, ademas de miles de objetos variados que pueden ser instru- mentos de musica, etc,, y muchos otros que son inclasificables, La teorfa corriente segtin la cual los grandes reptiles desa- parecieron hace 70 millones de afios y que el hombre es sélo de origen reciente, condena automaticamente, por lo que se refiere a la mayorfa de los sabios, las figurillas y las planchas que muestran a hombres en compafifa de esas criaturas. Pues bien, ecémo habrian conocido esos indios el rinoceronte lanu- do, los caballos y los camellos americanos, etc., que desapare- cieron a fines del Pleistoceno, hace unos 1.000.000 a 1.200.000 afios? Al margen de eso, esta coleccién presenta un saber mds extenso y una imaginacién més vasta que todo lo que se conocfa hasta el siglo xrx. Numerosas culturas produjeron obras de arte de una cualidad y una imaginacién maravillosa, pero nin- guna civilizacién antigua ha producido jamés tantas cosas di- ferentes como la «cultura de Julsrud», La plancha n. 3 es un buen ejemplo. Vemos, en medio, una especie de dinosaurio; a la izquierda, un plesiosauro; y, entre los dos, una mascara que en ciertos aspectos se parece a las mAscaras griegas de las Gorgonas. En la seccién de arriba, en- contramos elefantes; en el extremo derecho, una figurilla que evoca el antiguo Extremo Oriente, ademds de toda una hilera de «momias», La simple descripcién de la coleccién exigirla muchos voliimenes, y toda una vida. 30 JACQUES BERGIER Pero, si se trata de falsificaciones, gpor qué se hicieron? Fueron necesarios afios de duro trabajo para producir esta co- leccién. Numerosos objetos tales como las «momias», las pi- pas, etc., estan hdbilmente moldeadas, grabadas y esmaltadas, lo cual demuestra que su creacién procede de un excelente ar- tista. Julsrud daba a Tinajero un peso por cada figurilla com- pleta que éste le trafa. A veces, las figuras estaban rotas y vueltas a pegar. Julsrud no vio jam4s personalmente desente- rrar ninguna de ellas. Si pagé a Tinajero mds de 30.000 pesos por siete afios de trabajo, y resulta que los objetos eran falsos, Jos falsificadores hicieron un mal negocio. 130.000 pesos equi- valen a algo més de 2.500 francos (30.000 pesetas) por afio para todos los falsificadores complicados en el asunto! Sin duda ha- brian obtenido mucho mas, simplemente, exportandolos como curiosidades mexicanas, Enemigos de Julsrud han manifestado de vez en cuando, a investigadores como, por ejemplo al profesor Charles Hapgood, que conocfan a la «familia» que fabricaba los objetos en la villa; pero jam4s fueron capaces de facilitar nombres, o la direccién de un taller. No obstante, esto parecfa ofrecer una buena oportunidad de asestar un golpe a Julsrud; pero nunca pudo ser encontrada ninguna familia de superartistas de ese género en Acambaro, ni siquiera tras las investigaciones més minuciosas. En un momento dado, Julsrud declaré que se ha- bfa intentado introducir subrepticiamente en su coleccién una falsificaci6n evidente, con el intento de desacreditarlo. El profesor Hapgood estaba presente cuando se efectuaron excavaciones en el emplazamiento de una casa que habfa sido construida allf al menos 25 afios antes. Dicha casa habfa sido habitada por el jefe de Policfa de Acambaro, y nada permitfa suponer que alguien hubiera tenido oportunidad de ocultar alguna cosa en dicho lugar desde, aproximadamente, 1930. En esas excavaciones fueron descubiertos cuarenta y cuatro ob- jetos del tipo Julsrud, ademds de otros diversos objetos de ori- gen indio, En las dos hect4reas del lugar (actualmente bastan- EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 31 te ocupadas por cabafias de colonos) se han efectuado otros hallazgos de objetos similares a los de la coleccién Julsrud, tanto en la superficie como en el subsuelo, En 1950, Charles C, DiPeso, de la Fundacién Amerindia de Arizona, dio su opinién sobre este asunto de Acambaro («Los monstruos de arcilla de Acambaro», en la revista Archeology, verano de 1953). Pasé una tarde y la mafiana siguiente, en aque- Ilos lugares. Estuvo observando a Tinajero y a un ayudante suyo mientras desenterraban algunos objetos, y pretende ha- ber descubierto pruebas de fraude. Sin embargo, al leer el ar- ticulo, se tiene la impresién de que estaba muy decidido a en- contrar tales pruebas. Otros han calificado las objeciones de DiPeso como las de «un mentiroso o un imbécil», DiPeso pre- tendfa que ninguno de los objetos mostraba signo alguno cue indicara haber estado enterrado durante mucho tiempo. Sin embargo, el profesor Hapgood e Ivan T. Sanderson han hallado objetos y partes de figurillas que llevan incrustaciones de tierra endurecida, marcas de pequefias rafces y cavidades rellenas de tierra y de arena, todo lo cual sefiala una estancia bajo tie- tra durante una considerable cantidad de tiempo. El profesor Hapgood hace notar que la costumbre del exca- vador de recubrir los depdésitos de objetos parcialmente ex- cavados, a fin de impedir a los nifios de la vecindad que se entregaran al pillaje durante la noche, pudo haber inducido a error a DiPeso. Otros sabios, entre los cuales estdn el doctor Raymond C. Barber del Museo del Condado de Los Angeles, y el doctor Eduardo Noguera, han asistido a la exhumacién real de objetos. El primero es un mineralogista, pero el segundo ha sido el director del servicio de Monumentos Prehispdnicos en México, No hallé ninguna prueba de fraude en ese momento, aunque mas tarde se pronuncié por el fraude a causa de su incapacidad por explicar las figuras de reptiles mezcladas con \as de hombres! DiPeso utilizé otro método desagradable y poco honorable para desacreditar la coleccién de Acambaro. Su articulo en 32 YACQUES BERGIER Archeology comienza diciendo? «En la pequefia villa-estaclén de ferrocarril de Acambaro se murmuran extrafias historias... hablan de una colina encantada donde se dice que el diablo ha dejado numerosas figurillas de arcilla tan terribles como cu- riosas, desparramadas bajo el suelo, a manera de advertencia para los mortales,» Si bien eso podria ser un excelente comien- 20 para una historia de horror, resulta ms bien mediocre para un articulo que pretende ofrecer una apreciacién honrada de un descubrimiento cientifico; ni Hapgood, ni Sanderson hacen. mencién alguna de rumores respecto al diablo, ni de historias seguin las cuales la colina estarfa eencantada». En realidad, los colonos comenzaban a instalarse en aquellos lugares cuando se Prosegufan las excavaciones. Lo cual permite pensar que los campesinos de los alrededores no estaban en absoluto preo- cupados por un «encantamiento» de dicho lugar. DiPeso sdlo pudo haber hecho alusién a esa historia de «colina encantada» para intentar deliberadamente desacreditar todo el asunto, sin consideracién a la verdad, DiPeso embrollé también Ja cuestién al decir: «Hsas figu- rillas de cerémica tienen forma de brontosaurio, tiranosaurio Rex, estegosaurio, tracodén, dimetrodén y otros reptiles del Mesozoico...» Pero él profesor Hapgood presenté fotos de cen- tenares de esas figurillas de reptiles al doctor A. S. Romer, profesor de Zoologia de la Universidad de Harvard. Este, por su parte, declaré que no correspond{fan a ninguna especie de dino- saurios, Sugirié que podfan haber sido inspiradas por reptiles vivientes de la regién. Aparentemente, DiPeso no sabe recono- cer un tiranosaurio cuando lo ve, Pero hay atin algo mds importante: recientemente se pro- dujo un suceso que indica claramente que los objetos de Juls- rud son de una antigiiedad considerable. El profesor Hapgood obtuvo fragmentos de una figurilla en la cual se habian intro- ducido particulas de materia orgénica en el momento de ser -modelada. Tales fragmentos fueron enviados al laboratorio de datacién mediante el radiocarbono de Ja sociedad «Isotopes, EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 33 Inc.», de Westwood, Nueva Jersey, en sétiembre de 1968. Se sacé de ellos un resultado pasmoso: jla materia orgénica pro- cedia de unos 3.590 afios antes, 100 afios m4s o menos! Esto significa que, o bien el objeto fue fabricado hacia el afio 1.600 a, de J. C., o algtin artista indigena mexicano fue lo bastante malicioso como para introducir un poco de materia orgdnica muy antigua en algunas figurillas, Esta segunda hipétesis pare- ce sumamente dudosa, sobre todo porque la datacién mediante el radiocarbono C 14 no fue concebida hasta tiltimos de la déca- da de los 40, y no habfa sido atin vulgarizada cuando, en 1952, cesé la compra de figurillas. Es quizés interesante sefialar que la edad estimada por la datacién, de 3.600 afios, es decir, 1.600 a. de J. C., coincide con ese extrafio perfodo entre el 1700 y el 1500.a. de J. C. duran- te el cual se produjeron tantas cosas. Grandes catdstrofes natue rales asolaron el Mediterraneo, la isla volcdnica de Santorin hizo explosién, Creta y Egipto entraron en decadencia; en la India, la civilizaci6n del valle del Indo se hundié bruscamente, Han lIlegado hasta nosotros numerosas leyendas relativas a esos acontecimientos, Si la datacién por el C 14 es correcta al situar las figurillas de Acambaro en ese perfodo, ¢no podria, quizds, haber alguna relacién entre las catdstrofes sufridas por esas otras civilizaciones y el extrafio florecimiento de la cultura Juls- rud en México? En general, las figuras de animales estén frecuentemente modeladas con un excelente sentido del movimiento y, casi siempre, es facil suponer lo que tratan de representar. Pero los detalles muy raras veces son especificos. Por ejemplo, hay una que representa, evidentemente, una forma de elefante. Parece ser muy similar a un elefante de Asia, pero ninguno de sus detalles est4 modelado con exactitud. Si representa en realidad un elefante asidtico, no se comprende cémo un mexicano de la antigiiedad pudo llegar a ver alguno. Més probable parece que hubiera logrado ver un mamut viviente; pero la figurilla en cuestién no se parece a un mamut. Sin embargo, verdad es que, 3309 4 JACQUES BERGIER en 1931, Ja villa de Acambaro tenfa en su plaza central una fuente que estaba coronada por una estatua grosera de elefante. Otra curiosidad de la coleccién, de la cual por desgracia no poseemos buenas fotos, son Jos animales fabulosos cuyas diferentes partes estén mezcladas de modos muy diversos. Al gunas de las formas humanoides tienen también lenguas bifidas, manos y pies palmeados, etc. En resumen, contemplamos aqui Ja imaginacién humana en pleno delirio. El sefior Julsrud exponfa, por su parte, la teorfa de que la coleccién estaba en un museo azteca, en Tenochtitlan, y que procedia de la Atlantida antes de su destruccién. Cuando los espafioles llegaron a México, la coleccién fue, se supone, tras- ladada a Acambaro y enterrada por los aztecas. Seguin Tinaje- ro, los objetos se encontraban de una manera curiosa. Pare- cian presentarse en «bolsas» de numerosas figurillas, todas en un revoltillo. No parecia haber asociada ninguna tumba huma- na con esas «bolsas» de figurillas. Sin embargo, en los alrede- dores se encontraron seis craneos humanos, y éstos parecen presentar fuertes diferencias de dolicocefalismo y de braqui- cefalismo, pero, entre las poblaciones amerindias, eso es lo que cabe esperar, Y, por desgracia, esos créneos no han sido estu- diados de una manera profunda hasta el presente. Parece como si este asunto inquietante de Acambaro no tu- viera fin. El profesor Hapgood estaba también presente cuando se realizé una excavacién en la finca del coronel Muzquiz. An- teriormente, unas excavaciones efectuadas en ese lugar habian desenterrado piezas de alfarerfa tarascanas, y «un enorme cré- neo hallado a una profundidad considerable, junto con una gran piedra plana». Se podria pensar que este créneo era el de un mamut, pues esos fésiles abundan en la regién. De hecho, se descubrié un esqueleto de mamut cerca del lugar de donde procedian las figurillas de Acambaro, y fue enviado a México. La asociacién del créneo con una piedra plana permite suponer ..que los hombres de la regién pudieron haber tenido algo que ver con el enterramiento del créneo, EL LIBRO DE LO INEXPLICABLR 85 EI profesor Hapgood decidié tratar de volver a abrir la ex- cavacién donde habia sido descubierto el créneo. Hizo notar que la tierra estaba en ese lugar blanda y polvorienta, pese a que la excavacién habfa sido rellenada cuatro o cinco afios an- tes. La piedra plana no fue encontrada, pero se hallé algo més extraordinario: tuna escalera que se hundia en el suelo! El coronel recordaba que en la excavacién precedente habfa en- contrado huellas de un subterrdneo excavado en la colina. La escalera estaba repleta de materias volcdnicas comprimidas y, desgraciadamente, ni el tiempo ni los medios permitieron pro- seguir més all las excavaciones, jCabe preguntarse qué habia al final de esa escalera que se hundfa en una colina, cuando ésta habia suministrado tantas cosas curiosas cerca de su su- perficie! El profesor Hapgood informé de que un cierto Mr. Ferro, en San Miguel Allende, encontraba numerosas figurillas, y ha- bia vendido més de 5.000 de ellas a los turistas, a muy buen precio. De hecho, habia una sala de ventas en la Escuela de Arte Americano de la villa. El hombre pretendfa poder distin- guir las antigtiedades «auténticas» de las «falsas». En sus es- tantes, aparecfan mas de una docena de objetos muy similares a los de Julsrud, incluyendo una parte de mascara, una mujer de pie sobre un Jagarto, un gigante con un reptil, una mujer con cola de pez y cuatro grupos. Hapgood se dirigié entonces, junto con Ferro, al lugar donde éste efectuaba sus hallazgos, ty comprobé que era en las pirdmides de San Miguel Allende! Los agujeros hechos en una veintena de esas piramides mostraban de donde habia desenterrado Ferro los objetos que vendia y, aqui, las figurillas eran frecuentemente descubiertas en las mismas tumbas, contrariamente a lo que ocurrfa en Acambaro. Aqui, por consiguiente, surgfa otra fuente de figurillas del tipo Julsrud, aunque casi todas ellas estan irremediablemente dis- persadas entre numerosos coleccionistas americanos. Debido a que una vez se habian encontrado algunas falsificaciones en esta regién, todos los objetos que procedfan de ella fueron 36 JACQUES BERGIER igualmente considerados como «falsos» por las autoridades arqueoldgicas. El profesor Hapgood estimé que los hallazgos de San Miguel Allende contribuirian a dar crédito a la validez de los objetos de Acambaro. Debemos también hacer constar que las figuras de cerAmica curiosas no estén limitadas al México central, Horst Nachtigal muestra, en su obra Las culturas megaliticas americanas («Die- trich Reimer Verlags, Berlin, 1958, fig. 135), una especie de la- garto de cerdmica, procedente de La Plata, que recuerda algu- nas de las criaturas fantdsticas de Ia coleccién de Acambaro. Entonces, ga qué conclusién podemos llegar? Existen mu- chos datos que demuestran que las figurillas de Acambaro pue- den muy bien ser de una antigtiedad considerable. No obstante, resulta dificil admitir que existié una cultura india en el Méxi- co antiguo que pudo haber tenido un conocimiento extenso de los grandes reptiles y animales del Pleistoceno, cuando éstos han sido descubiertos sélo relativamente hace poco, y que di- cha cultura pudo producir objetos tan similares-a los de mu- chas otras culturas, Quiz4, la aplicacién a esas ceramicas de algunas de las pruebas recién elaboradas, tales como la fluo- roscopia de rayos X o la termoluminiscencia, ayudarfa a esta- blecer la edad aproximada de esos objetos. Es concebible que algunos de los objetos de la coleccién puedan ser falsificacio- nes, es decir, que daten de menos de 100 afios, mientras que los otros se cuentan por millares. Sin emba.go, la prueba con el C 14 ha indicado ya una datacién de 3.600 afios antes de nuestro tiempo, que Jos arquedlogos, por lo que el autor sabe, han ignorado totalmente (1). ¢Habrian sufrido mejor suerte otras pruebas? é¥ qué pensar de los dientes del caballo desaparecido en el Pleistoceno, Equus conversidens Owen? ¢Cémo aparecen mez clados con la coleccién? Esta incluye, efectivamente, figurillas que parecen representar caballos, quiz4 caballos del Pleisto- Verda pede citar otros a detacién por el radlocarbono tn De eed Tat Tae a, toate acon Toe eon etablecido. EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 37 ceno. ¢Podrfa haber una relacién entre los dik - rillas de caballo? ¢Habrfa conseguido un indio pela aaa polar el caballo en funcién de sus dientes. ¢Lo habria visto vivo? ¢O no se trata mds que de un sutil ejemplo de falsifi- cacién? Sanderson resume asf su examen: «O bien el viejo Julsrud ha hecho uno de Jos mayores descubrimientos debidos al azar de todos los tiempos, o ha sido amablemente engafiado durante muchos afios por una o varias personas que no querfan mds que sacar una modesta renta...»; asimismo, nuestra conclusién sélo puede ser provisional: en el peor de los casos, tenemos aqui una coleccién extraordinaria de objetos de arte; pero, si es auténticamente antigua, esta coleccién podria trastornar nuestras ideas sobre la historia y la cultura del México antiguo, LOS MISTERIOSOS OBREROS DE LAS MINAS DE COBRE EN AMERICA DEL NORTE Las rutas de los metales atravesaban el mundo antiguo y demuestran un nivel de comercio y de circulacién de las mer- cancias que no concuerda en absoluto con la Historia cldsica. La mds célebre de tales rutas era la del estafo, que iba des- de el Cornualles briténico hasta Creta, pasando por Lyon. Exis- tian otras rutas menos conocidas, entre ellas la del oro, que iba desde las minas del rey Salomén, situadas en algin lugar de Africa, hasta Jerusalén, Existia también una ruta de la ob- sidiana (1), desde Armenia a Espafta y —por fantdstico que eso pueda parecer— una ruta del uranio, de Cornualles a Creta. No me pregunten ustedes qué hactan los cretenses con el dxido de uranio, porque no tengo la menor idea de ello. El articulo que sigue es una contribucién muy interesante al estudio de la ruta del cobre, «Resulta diffcil admitir que las notables minas de cobre, muy extensas, existentes en la regién del lago Superior (en Ca- nada) hayan podido ser obra de aborigenes americanos. Pese 1), La obsi vidrlo natural, de color de Jou volomes, cos halt Seti" "ail ban Borie Hemant ocaee 40 JACQUES BERGIER al extraordinario desarrollo de esas minas, no se ha encontra- do nada que indique que esta region ha estado jamds habitada por una poblacién fija... No han sido hallados ni un vestigio de habitacién, ni un esqueleto, ni siquiera un hueso.» «Los in- dios no tienen ninguna tradicién que haga referencia a esas minas (American Antiquarium, n.° 25, pdg. 258). Creo que he- mos tenido visitantes, y que ellos han venido aqui en pos del cobre, por ejemplo.» (Charles Fort, El libro de los hechos con- denados.) Clifford Simak escribié en el Minneapolis Tribune del 8 de junio de 1969: DUN PROFESOR VA A PROFUNDIZAR EN EL MISTERIO DE LAS MINAS DE COBRE @Atravesaron unos navegantes griegos el Atl4ntico hace 5,000 6 6.000 afios, y remontaron la cadena de los Grandes La- gos para extraer cobre en el Michigan del Norte? El doctor Eiler L. Henrickson, profesor de Geologfa del Carleton Co- Ilege (de Northfield, Minnesota) parte este mes para Grecia, a fin de pasar alli un afio efectuando investigaciones. Durante su estancia, analizar4 objetos de bronce y cobre, al objeto de in- tentar determinar el origen geogrdfico del cobre que contienen. Declara que no se sentirfa muy sorprendido de descubrir que una parte de ese cobre procede de la regién del lago Supe- rior. Existen muchas razones para, cuando menos, suponer que, hace unos cinco o seis mil afios, una civilizacién altamente or- ganizada extrafa de ese lugar una gran cantidad de cobre, La regién en cuestién es la que se llama la Michigan Copper Coun- try, y engloba la peninsula Keweenaw y la Isla Royale. Durante afios, atin en época reciente, la regién de Keweenaw ha propor- ..cionado al mundo enormes cantidades de ese metal. La existencia de fosos de minas primitivas en esta regién ner EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 41 es conocida desde poco tiempo después de las primeras visi- tas efectuadas por hombres blancos. Se estima que hay, al me- nos, unos 5.000 de tales fosos. Algunos de ellos son pequefios. Los mayores miden de diez a doce metros de largo y algo me- nos de tres metros de profundidad. Ese «pais del cobre» es singular en cuanto que es el tinico lugar del mundo donde se encuentra un gran depésito de cobre nativo; es decir, pepitas y grandes trozos de cobre puro. En general, el cobre aparece mezclado con otros elementos, y el mineral debe ser refinado para separar de él el metal. El cobre nativo es, exactamente, el tipo que mds interesé al hombre pri- mitivo. No habfa necesidad de refinarlo, y podia ser moldeado con el martillo en forma de utiles y armas, 0 combinado con el estafio para hacer bronce, La estimacién de la cantidad de cobre extrafdo de los cinco mil fosos de minas, o mds, cuya existencia se conoce, varia de 45.000 a 225.000 toneladas. La cifra mds pequefia correspon- de a la estimacién més prudente, basada en la posibilidad de que el minero primitivo se hubiera quedado satisfecho con un rendimiento pequefio de su extraccién. Por el contrario, la cifra més grande se basa en la idea de que ningin minero primitivo habria perdido el tiempo y la energia exigidos por esa extrac- cién si no hubiera trabajado en un yacimiento muy rico en el que el porcentaje de cobre fuera muy elevado, Pero incluso la estimacién més pequefia representa mucho mas cobre, dice Henrickson, del que la América primitiva ha- bia podido absorber. Han sido encontrados objetos de cobre muy esparcidos por toda América del Norte, asi como en al- gunas localidades de la América Central y del Sur, pero 45.000 toneladas de cobre representarian incluso mucho mds de lo que pudo haber sido utilizado en ambas Américas, La extraccién de tanto cobre indica también que, quien lo hizo, representaba a una sociedad altamente organizada, con abundancia de mano de obra, probablemente esclavizada, y, lo que es mds, de una mano de obra que podia ser utilizada eficaz- 42 JACQUES BERGIER mente. Henrickson apunta la hipétesis de que los hombres que extrafan el cobre no eran indigenas norteamericanos, sino que procedian de otra parte. Asimismo, él admite que esta hipétesis carece del sdlido fundamento, pero si ese trabajo de extracci6n hubiera sido ejecutado por una civilizacién americana, deberfa- mos haber encontrado algin testimonio de una civilizacién mu- cho mds avanzada que todo lo que se ha comprobado en este sentido. El hecho de que no se hayan descubierto sepulturas y no existan tampoco huellas de habitaciones viene a reforzar la idea de que ese cobre no fue extraido por gentes que vivian en la region del lago Superior. La extraccién de 45.000 toneladas de cobre habria exigido, 0 bien una gran cantidad de mano de obra utilizada durante un periodo relativamente corto, o una mano de obra menos nu- merosa que efectuara ese trabajo en un perfodo de tiempo su- mamente largo. Tanto en un caso como en otro, deberia haber restos de sepulturas, a menos que los muertos hubiesen sido trasladados a otro lugar, y también deberfa quedar algunas huellas de habitaciones permanentes, si es que las hubo, La estimacién en 5.000 6 6.000 afios, por lo que a la época se refiere, es seria. Estas cifras se han obtenido mediante la data- cién por radiocarbono de trozos de carbén de lefia encontra- dos en los fosos debajo de grandes masas de cobre que habian sido izadas por la pendiente de la excavacién y bajo las cuales se habian encendido fuego para tratar de ablandarlas a fin de poder fragmentarlas, Si el trabajo de extraccién no fue ejecutado por indfgenas, equién lo hizo? Queda planteada la cuestién. La solucién més probable pareceria ser los griegos. Grecia era un pais pobre en recursos metilicos. Tenia poco cobre, y nada de estajio. El es- tafio utilizado en el bronce europeo procedia principalmente, lo sabemos, de Cornualles (en Gran Bretafia). Pero, para con- vertirse en una potencia mundial, Grecia tenfa necesidad de cobre, EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 43 @De dénde procedfa ese cobre? Chipre lo posefa, aunque sélo en forma de mineral. Habria sido necesario refinarlo, para Separar el metal. También Africa del Norte habrfa podido pro- Porcionarlo, Pero no se tiene ninguna indicacién de que hubie- ra ocurrido asi. Es preciso, o bien que los hombres de la Edad del Bronce hubieran posefdo una mejor tecnologia de la que siempre se ha supuesto, o que hubieran tenido acceso al cobre nativo. Y el tinico lugar conocido de donde pudieron venir grandes cantidades de cobre nativo es la regién del lago Su- perior, En Grecia, Henrickson trabajar4 en contacto con un pro- grama de investigaciones llamado Copper Project (proyecto co- bre), bajo la égida del Laboratorio National Argonne, de Le- mont, Illinois, y del «Carleton College», en cooperacién con la Universidad de Minnesota y la Comision de Energia Atomica griega, Estudiaré objetos puestos a su disposicién por diversos museos y grupos cientificos griegos. Para el andlisis, se necesi- ta sdlo una cantidad muy pequefia del metal de esos objetos, y éstos no quedan dajiados. Se empleardn varios métodos muy elaborados para este andlisis, algunos de los cuales implicar4n la utilizaci6n de un reactor atémico, y ahf es donde intervicne la Comisién de Energia Atémica griega. El cobre nativo es de una pureza tal que, en muchos casos, sélo entra una propor- cién de 1/10.000 de otros elementos. Y tales impurezas son el factor determinante para la identificacién del cobre. Ese 1/10.000 puede estar compuesto de hasta 25 elementos dite- Tentes, y eso también es importante en la determinacién del tipo de cobre. Teniendo en cuenta que cada masa de cobre fue original- mente depositada en un medio ambiente quimico diferente y en un medio de condiciones caracteristicas, cada yacimiento tiene sus propias particularidades en lo que concierne a los indicios de elementos en sus impurezas, Por esta causa se Puede desvelar el secreto del origen del cobre. 4 JACQUES BERGIER El Interamerican News Letter de noviembre de 1970 men- ciona también esas misteriosas minas. Se sacé una considera- ble cantidad de cobre de esta regién y, para su extraccién, se ne- cesitaron, al menos, unos diez mil hombres durante un periodo de mil afios, Si el cobre de Michigan demuestra haber sido esparcido por el resto del mundo, eso hard literalmente perder la cabeza a todos los difusionistas. Pero aun cuando ocurra esto, sigue sin respuesta la pregunta: ¢Quién lo extrajo? Y, como una po sibilidad, nosotros pensamos en la civilizacién que, hace 5.000 afios, segiin el profesor Hapgood, cartografié el mundo. Pero si, por el contrario, no se encuentra este cobre en ninguna parte del mundo, entonces, gquién se lo ha Ievado...? ey a dénde...? ZFENICIOS EN EL NUEVO MUNDO? por Ronaxp J, Wiis La existencia de la inscripcién de Paraiba, ast como su sentido, ya no ofrecen dudas, Aun los arquedlogos mds reaccionarios lo admiten. Pare- ce que los antiguos se desplazaban mucho mds de lo que ge neralmente se cree, y exploraban mds de lo que se supone. Muy recientemente, se ha demostrado que, en el siglo XIV de la Era cristiana, una inmensa flota china arribé a las costas de Africa, La concepcién de una historia fragmentada, con ci- vilizaciones bien separadas, esté llamada a desaparecer, En 1872, en Parafba, Brasil, fue descubierta una piedra que Mevaba una inscripcién de ocho Iineas cuyos caracteres, no pertenecfan a las culturas conocidas de América del Sur. En 1874, la inscripcién fue sometida a la atencién del pro- fesor Ladislas Netto del Museo Nacional Brasilefio de Rio de Janeiro. Pero ni el profesor Netto, ni ningiin otro sabio bra silefio, parecen haberle concedido nunca una excesiva atencién seria, No obstante, llegé a ser conocida en Europa, donde los infatigables eruditos alemanes se fijaron en ella, Al principio % JACQUES BERGIER fue considerada de origen fenicio. Mas tarde, la filologfa alema- na la descarté como no fenicia, Al parecer, la piedra en cuestién se perdié, Pero la inscripcién subsistié en forma de copia. En la ac tualidad la controversia se ha reavivado. Ha aparecido un pro- tagonista que sostiene el origen fenicio de la inscripcién. Se trata del doctor Cyrus H. Gordon de la Universidad Bran- deis (1). Para reanimar la controversia han surgido dos factores, Uno de ellos procede del hecho de que nuevos descubrimientos efectuados en los escritos fenicios demuestran, segtin el doctor Gordon, que el uso de Jas palabras en la inscripcién de la pie dra de Parafba es correcto, contrariamente a opiniones an- teriores peor informadas. E] otro factor procede del descubri- miento por parte del doctor Jules Piccus, de la Universidad de Massachusetts, en Amherst, de un cuaderno de notas que habia pertenecido a Wilbeforce Eames, uno de los jefes encargados de Ja conservacién de la Biblioteca Publica de Nueva York en el siglo x1x. En dicho cuaderno, se encontré una carta con fe- cha 31 de enero de 1874 dirigida a Mr. Eames por el profesor Netto. El doctor Piccus mostré esa carta al doctor Gordon. Este sacé la conclusion de que la transcripcién de los carac- teres existentes en la carta era més plausible que la versién «definitiva» anterior, publicada en 1899, Mientras que el profesor Frank M, Cross de Harvard con- tinua estigmatizando la inscripcién como una «falsificacién del siglo x1x», el doctor Gordon sostiene que el uso de una termi- nologia desconocida por los arquedlogos en el momento de su descubrimiento prueba que no se trata de un fraude, Asif, pues, la controversia continua. Pero, hasta el momen- to, sin prestar una atencién visible a otras inscripciones con- sideradas fenicias halladas en Brasil. A grandes rasgos veamos cuales son éstas:. (1) De Waltham, Massachusetts (N. del T.). "emer t EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 47 También en 1872, un ingeniero llamado Francisco Pinto pre- tendié haber descubierto inscripciones en mas de veinte caver- nas en Ja jungla brasilefia; en total, aproximadamente, 250 ins- cripciones. A invitacién del Gobierno brasilefio, el filélogo ale- man, Ludwig Schoenhagen, viajé al Brasil, estudié las inscrip- ciones durante quince afios y declaré que eran fenicias. Hacia 1880, el francés Ernest Renan afirmé haber encontra- do inscripciones fenicias, A comienzos de este siglo, un industrial retirado de los ne- gocios, Bernardo da Silva Ramos, pretendié haber descubier- to mds de 2.800 inscripciones en piedras, a lo largo del curso del Amazonas. Un rabino de Manaos declaré que, en su opinién, eran fenicias. Las obras 0 artfculos que Ramos escribié acerca de este particular parecen haber sido practicamente ignorados. En general, se considera que los fenicios alcanzaron las Azores, En la més occidental de esas islas, Corvo, se dice que habian tenido lugar descubrimientos de monedas cartagine- sas (en 1749), y rumores persistentes (aunque oscuros) hablan de la existencia de ruinas fenicias, incluyendo el descubrimien- to, cuando los portugueses Ilegaron alli, de «una estatua ecues- tre sefialando hacia el Oeste», que, si es cierto, habria sido des- truida desde hacia mucho tiempo. Estimamos que convendria prestar atencién a tales posi- bles corroboraciones de una presencia fenicia en el Nuevo Mundo (1), (1) Referencias (los titulos siguientes servirén de sugerencia para més amplia infor macién, la documentacién existe en fuentes muy diseminadas, muchas de las cuales son dificiles de encontrar, y algunas imposibles de consultar incluso en gigantescas bibliotecas, tales como la ‘Congreso, en Washington). Atlantic Voyages. before’ Columbus Wis atlinticos antes de Cristbbal Colén), Free derike Pohl, «Ed. Norton», Nueva York, They all discovered "Rierce (Todor ellos descubrieron América), Chatles M. Botend, +84, Doubleday», Nueva, York, 1961. adie el feciene cents Before Columbus (Artes de Cotén), por el prof. York, 1971 (N. del T. ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE EL TEXTO DE PARAIBA Extractos de «La autenticidad del texto fenicio de Parat- ba», por el doctor Cyrus H. Gordon, de 1a Universidad Bran- deis, en Orientalia de Roma, vol, 37 (1968), pag. 75, Las extravagancias lingtifsticas que hicieron caer la sospe- cha sobre el texto vienen, por contra, a apoyar su autenticidad. Ningtin falsificador lo suficientemente conocedor de las len. guas semiticas como para componer semejante documento habria cometido tantos errores aparentes, Ahora que ha trans- currido un siglo, es evidente que el texto es auténtico, porque inscripciones fenicias, ugariticas y otras en lenguas semfticas del Noroeste, nos muestran los mismos «errores», La... demostracién de la autenticidad de la inscripci6n de Paraiba no significa que todos los problemas estén resuel- tos, y que todas las palabras y todas las construcciones de frases hayan sido definitiva y perfectamente interpretadas, Sin embargo, el texto no es més dificil ni m4s anormal que el Testo de textos fenicios conocidos, La importancia de esta inscripcién proviene de su significa- cién histérica. Una distinguida americanista precolombina de- 4— 309 50 JACQUES BERGIER claro a comienzos de este siglo: «(...) el papel de los fenicios como intermediarios de Ja civilizacién antigua fue mayor del que se ha supuesto y (...) América debe de haber sido coloniza- da a intervalos por mediacién de esos navegantes mediterra- neos» (Zealia Nuttall. Los principios fundamentales de las civi- lizaciones del Antiguo y el Nuevo Mundo, Peabody Museum, Cambridge, Massachusetts, 1901). En su obra, de mas de 600 pa- ginas, ella no menciona siquiera el texto de Paraiba, que habia sido condenado como falso. Pero la creciente masa de pruebas que confirma su tesis victima del ostracismo no deja la menor duda sobre la rectitud de su conclusién, que acabamos de citar. Su aceptacién por americanistas e historiadores deber4 ser pre- cedida por el reconocimiento de la autenticidad de la inscrip- cion de Paraiba por los pesimistas. El resto encajar4 enton- ces. (EI doctor Gordon es quiz4s un poco demasiado optimista sobre las cosas que, por sf mismas, encajarén en su lugar, es- pecialmente si americanistas e historiadores consideran que han sido humillados por un simple lingiiista... desgraciada- mente, los celos entre disciplinas diferentes no son algo des- conocido... En todo caso, esperemos a que los trozos encajen en su lugar.) El boletin New World Antiguity («Markham House Press Ltd.», Brighton, Inglaterra) menciona en su numero de setiembre/octubre de 1971, la obra The Parahyba Phoenician Inscription, publicada por su autor, Mr. Joseph Ayoob (Aliquip- pa, Pa, USA, 1971), que es la traduccién en inglés de su libro titulado Sakhrat Barahyba, publicado en Beirut en 1961. En- contramos en ella esa nueva traduccién de la inscripcién: «Nos acostamos en Ja tumba (el) hijo de Canaan llegado de ~» SRNM (Surinam), la ciudad en ruinas y un depésito abando- nado. Ni yo YZD (Yazid) el grabador a mediodia y gentes que buscan lo mejor de cada cosa. Y asf en los afios noveno y dé- EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 51 cimo de HRM (Hiram), nuestro rey murié. (Habfamos) aban- donado alegremente ASU (Enzion-Geber) hacia un embarca- dero sobre el mar Rojo y nos hicimos a la mar con diez navios. Todos, jay!, desaparecieron ante mis ojos: Hor y Chittim (nombres de navios) fueron lanzados a esa tierra maldita; ca- lor, frio y tempestades de nieve. Mir Baal y Lan (navios) que bogaban juntos, quiz4 los veremos de nuevo escapados de las tempestades, Murieron, llegadas de KSHN, seis personas de Mbayh (seis kushitas de Mbeye), R (Rab, el capitan) y un nt- mero de diez hombres perecieron, Pérdidas para mf y (pero) Porque para (mi) camarada Hnna (Hanno).» Si a eso se afiade que, en su ntimero de abril de 1971, New World Antiquity ha publicado ya otras tres traducciones di- ferentes de la inscripcién de Parafba, vemos las multiples trampas que acechan incluso a los traductores mds experimen- tados, y por qué es tan dificil tener una completa seguridad (N.D.T.). MONEDAS ROMANAS EN VENEZUELA A fines del siglo x1x, un tesoro a base de piezas de mone- das romanas fue descubierto en la costa de Venezuela. Las piezas, sin su recipiente original, fueron a parar a las manos del agregado militar americano en Caracas. Actualmente estén en la Smithsonian Institution de Washington, D. C. A propésito de esas piezas, Frederick J. Pohl indica en una nota de su obra sobre las travesias del Atl4ntico anteriores a Colén (ya citada): «Teniendo en cuenta que el tesoro incluye numerosas piezas repetidas, se supone que éstas no fueron reu- ndas por algiin coleccionista, sino que constitufan la caja en 52 . JACQUES BERGIER forma de especies de algiin negociante para sus compras de mercancfas. Como tales piezas fueron halladas amontonadas en un jarro, y no desparramadas por la playa, parece también razonable presumir que no fueron perdidas accidentalmente por alguien ni extraviadas en Ja arena, sino que fueron lanzadas a la costa a consecuencia de un naufragio, o deliberadamente enterradas por su poseedor. Debido a que hay monedas de todos los emperadores romanos hasta mediados del siglo 1v, se conoce la fecha aproximada en que el barco las trajo.» La carta que sigue a continuacién, fechada el 7 de mayo de 1968, y que Paul J. Willis, secretario general del I.N.F.O. (The International Fortean Organization, PO Box 367, en Arlington, Virginia 22 2210), recibié de M. L, Peterson, presidente del De- partamento de Historia de Jas Fuerzas Armadas, en la Smith- sonian Institution (museo nacional de los Estados Unidos, Was- hington D. C. 20 560), aporta los tiltimos detalles a este res- pecto: «Sigo ocupd4ndome del tesoro de monedas romanas men- cionado en su carta, y tengo la intencién de publicar un infor. me cuando la tarea esté terminada. Muchas de esas piezas estan terriblemente afectadas por la corrosi6n, y resulta dificil iden- tificarlas con precisién. No obstante, puedo decirle que la ma- yor parte de esas piezas son romanas, junto con algunas mo- nedas romanas prehispdnicas. Se ha hallado dos piezas moras en el lote, una de ellas hispanomorisca, procedente del siglo vit. »En el momento en que facilité algunas informaciones so- bre este tesoro a varias personas, que las han mencionado en sus escritos, yo no lo habfa estudiado completamente, y las piezas moras no habjian sido identificadas. En consecuencia, dichas personas pueden haber llegado a una conclusién lige- ramente errénea sobre la cronologia de este descubrimiento, aunque en aquella época les di las informaciones que poseia. Asimismo, les expliqué que el estudio no estaba completado. ~Besgraciadamente, la vasija en que fue hallado el tesoro es- taba ya destruida en el momento en que el agregado (militar) EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 53 americano de nuestra Embajada en Caracas (propietario de I: Piezas) Neg al lugar en cuestién, . owes »Considerando el sumo interés de este descubrimiento, ten- go el propésito de publicar un informe preliminar sobre él, aun cuando algunas de las piezas no pudieran ser exactamen- te identificadas.» La Presencia de piezas moras parece complicar més las cosas, y, clertamente, modificar «la fecha aproximada del via- Je», si en realidad formaban parte del cargamento de un barco. EL OBJETO DE COSO por RonaLD J, WILLIs El objeto de Coso, tal como Louis Pauwels y yo mismo he- mos sefalado en El hombre eterno, es quizds una prueba de la existencia en el pasado de civilizaciones técnicas avanzadas. Es, por tanto, probablemente, el documento mds importan- te de este libro, en el plano cientifico. El 13 de febrero de 1961, Mike Mikesell, Wallace A. Lane y Virginia Maxey recogian muestras de minerales, especialmen- te geodas, a 8 6 9 km al nordeste de Olancha, en California, Los tres eran los propietarios de «LM & V Rockhounds Gem and Gift Shop», en Olancha (una tienda de piedras semiprecio- sas y de regalos). A menudo, encontraban muestras interesan- tes que eran susceptibles de contener piedras semipreciosas, y las Ilevaban a la tienda para su examen. Ese dia, recogieron un saco de piedras cerca de la cima de una montafia de 1.300 m, que se eleva aproximadamente a unos 110 m sobre el lecho seco del Owens Lake. Una de las piedras recogidas fue al principio tomada por una geoda, aun- que presentaba incrustaciones de conchas, o de fragmentos de EE “"“"““"“""“"""""==“"“="_="="__=“"“-_——-—====—=_=_=_=__ ——FT-x_s 56 JACQUES BERGIER conchas, fésiles, Los gedlogos creen, que hace aproximadamen- te 1.000 afios, el nivel del lago Megaba hasta el lugar donde fue recogida la muestra, Al dia siguiente, de regreso a su tienda, Mike Mikesell corté la «geoda» en dos trozos con una sierra diamantada de 25 cm. de didmetro. La piedra resulté dificil de cortar, y luego se com- probé que habia gastado completamente la cuchilla de la sierra diamantada, la cual era nueva. No habia ninguna cavidad en la piedra como las que se encuentra en muchas geodas. En lugar de eso, aparecfa una seccién perfectamente circular de una ma- teria muy dura, cerdmica o porcelana, con una varilla de 2 mm de di4metro, de metal brillante, en su centro. La figura A (véanse laminas fuera de texto) muestra Ja parte exterior de las dos mitades de la piedra, una vez que ésta fue cortada en dos. En la mitad superior, la materia oscura situa- da a la izquierda, con puntos brillantes, es una especie de metal deslustrado, La figura B muestra el interior de Jas dos mitades. Obsér- vese que las dos partes redondas centrales parecen haber es- tado rodeadas de algo que ha dejado una cavidad hexagonal. Pese a que de vez en cuando ha sido calificado de «geoda» por sus descubridores, y por otros, no se trata de una verda- dera geoda. La corteza exterior est4 formada por arcilla endu- recida con incrustaciones de piedra y conchas fésiles. En la corteza (aunque no son visibles en las fotos fuera de texto) se hallarfan —dicen— dos objetos supuestamente no magnéticos parecidos a un clavo y una arandela, Se pensé al principio que la materia que Ienaba la cavi- dad hexagonal era madera petrificada. Se sugiri6 que esa ma- dera hab{a sido originalmente modelada en dicha forma hexa- gonal para servir como una especie de estuche o de envoltura para el objeto. No se sabe con claridad lo que los descubrido- res piensan que puede ser esta capa de la «geoda», Un examen atento de Ja figura B muestra que se perdié ‘ina parte de la mitad inferior de lo que lenaba la porcién he- EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 57 xagonal de la geoda. Fuera cual fuese esa materia, parece que era més bien blanda y desmenuzable, si una parte se cay6 cuan- do el objeto fue cortado en dos. Las figuras C y D muestran, respectivamente, las mitades inferior y superior tal como las presenta la figura B. Esas dos figuras son radiografias (de frente y de perfil), y principalmen- te muestran sdlo el metal de la «geoda», Resulta claro que habia un objeto en parte metdlico envuelto en la piedra, y que fue cortado en dos, quedando més o menos una mitad de él encaja- da en cada una de las dos partes de la piedra, El objeto central es una varilla de metal brillante de 2 mm de didmetro. Este fue cortado en dos en 1961, pero, cinco afios después, no presentaba ninguna empafiadura. A su alrededor, aparecen unos 18 mm. de una especie de cerémica, rodeada exteriormente —parece— de una materia cuprosa, que est4 parcialmente afectada por la corrosién. La tinica parte magné- tica del objeto, segin los descubridores, seria el vastago cen- tral de metal brillante. Cuando se examina este objeto, la primera idea que acude a la mente, observando el conjunto formado por un trozo de cerdmica de forma regular, una varilla metdlica y un resto de cobre, es que se trata de una especie de aparato eléctrico. Si se observan las radiografias, se comprueba que el vdstago atra- viesa todos los componentes mostrados por las fotos, y, que en la figura C, parece haber sido corrofdo en su extremo, Sin em- bargo, en la figura D, se ve cémo el vdstago termina, sin posi- ble error, en lo que parece ser un muelle o una espiral de me- tal. Hay tres segmentos del objeto sobre el vdstago, y el seg- mento central de ceramica con algo de cobre corroido es aquel que resulta visible, y que fue cortado en dos. Nada indica, segun las fotos (el autor no ha visto el objeto en cuestién), que pueda tratarse de un fraude. Un gedlogo (ino escogido!) examind, dicen, el objeto y su ganga, ty declaré que el nédulo tenfa al menos, 500.000 afios de antigiiedad! Al estudiar las radiograffas del objeto de Coso, el autor 58 JACQUES BERGIER pidié a Paul J. Willis que tratara de dibujar lo mejor que su- piera aquello a lo que podria parecerse el objeto cubierto por Ja masa pétrea. La figura 2 muestra uno de los esbozos resul- tantes, mientras que Paul J. Willis se esforzaba en «volver a montar» juntas algunas radiografias de las dos mitades. De metal aterrajado ‘interior cavidad cordmica’y hexagonal ‘ TAG: corrosion WRLEE: eparente BIL Eee) dparte inferior esquema del objeto que falta? de Coso posible forma Indistinto {] [del _cgsquillo tuerca o parte superlor de la porcelana it Porcelanaei| i junta de estancacién en cobre hexdgono aterrajado exterior electrodos—»- esquema de una moderna bujia de encendido Fig. 1. El objeto de Coso, comparado con una moderna bujia de encendido pronto, tras haber realizado el dibujo que aparece reprodu- cido aqui, exclamé: «Oiga, ¢sabe usted a qué se parece una parte hexagonal como esta...? ;A una bujfa de encendido!» Me -» quedé asombrado, pues, de pronto, todas las piezas parecfan EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 53 encajar. El objeto cortado en dos muestra una parte hexago- nal, un aislante de porcelana o de cerdmica, y una varilla cen- tral metdlica, es decir, los principales componentes de toda bujia de encendido. svarilla de metal brillante guijarro de jaspe cobre parcialmente corteza de conchas corroido fosiles, barro endurecido, etc. cavidad hexagonal parclalmente_ lena de materia bland y quebradiza ‘materia muy dura, Ta dureza de la corteza exterio} de porcelana o es de unos 3 en la escala de Mohs. de cerémica Probablemente una concrecién parece ser un surco de barro endurecido... ‘en doble hélice Al principio se pensé en madera Petrificada DibuJo esquemético de ta parte Inferior de la "gooda” Fig. 2. Estructura interna del objeto de Coso Entonces intentamos serrar en dos una bujfa ordinaria cerca de su parte hexagonal. La porcelana, era, por supuesto, demasiado dura para una sierra de metal, pero la bujfa se rompié y encontramos que todos los componentes eran simila- res a los del objeto de Coso, si bien, con algunas diferencias. El anillo de cobre en torno de las dos mitades que se ve en el objeto parece corresponder a una junta hermética de cobre 60 JACQUES BERGIER existente en la parte superior del casquillo de acero de cval- quier bujfa. La zona hexagonal vaciada en la masa est4 hecha probablemente de la herrumbre que queda de ese casquillo de acero. La parte inferior del objeto parece haber sido atacada por la corrosién, y no se puede deducir gran cosa de ella, Conviene sefialar asimismo que la varilla central de una bujfa est4 hecha de un metal que tiene un color ligeramente cuproso, lo que Mrs. Maxey menciona como una caracteristica de Ja varilla central del objeto. La parte superior del objeto parece terminarse en un muelle en espiral, aunque hay ciertas posibilidades de que lo que ve- mos en Ja radiografia sea en realidad los restos de una pieza metdlica roscada que se hubiera corrofdo. La pieza metélica més importante que aparece en la parte de arriba del objeto de Coso, no parece corresponder a ninguna parte de la bujfa corriente que nosotros utilizamos en la actualidad. La figura 1 es una tentativa de hacer resaltar las semejanzas entre el objeto de Coso y una moderna bujfa de encendido. Pero, si el objeto de Coso es realmente una bujfa de encen- dido, o algo similar, ¢de cuando data, de dénde ha venido, y qué hace cubierta por lo que sus descubridores Ilaman una «pie- dra»? En primer lugar, no se sabe con exactitud qué es la ma- teria que envuelve el objeto de Coso. En un lugar, Mrs, Maxey habla de ella como de «arcilla endurecidas, y esta envoltura pa- rece haber recogido en su superficie una variada coleccién de guijarros, el «clavo» y la «arandela», etc. Si la materia no es un depésito sedimentario, el objeto resulta mucho mds f&cil de explicar. Podria tratarse de una vieja bujfa de hace un cierto mimero de afios, que, de alguna manera hubiera acumulado a su alrededor una concrecié6n de barro, y éste se hubiese endu- recido en torno suyo. La materia superficial parece que tiene una dureza de 3 mohs, lo cual no es en realidad excesivo (1). (1) El mdmero 3 de la escala de Mobs (llamada asf por el mit iste alemén) co- ~aeyods i Gre de Slt dope al to C) 9 900 diamante (10) es EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 61 La sierra diamantada probablemente tuvo dificultades sélo Porque la persona que la utilizaba no se dio cuenta de la pre- sencia de una materia tan dura como la porcelana en el ob- jeto; y, sin embargo, se encuentran corrientemente cristales de cuarzo en las geodas, y el cuarzo es un poco més duro que la porcelana, Segin un mapa geolégico de la regién en donde el objeto fue encontrado, se advierte que existen muchos an- tiguos pozos de minas y numerosas pequefias minas, una de las cuales est4 apenas a 3 km del lugar del hallazgo. Si este objeto no es un producto de nuestra tecnologia mo- derna, representa seguramente uno de los mds importantes ob- jetos jam4s descubiertos, No imaginaremos a los indios de California utilizando bujfas de encendido, pese a que muchas invenciones tecnolégicas pudieron haber aparecido muy tem- prano y haberse perdido en seguida, como, por ejemplo, la lentilla de cristal de Ninive y las baterfas eléctricas babilonias. Por casualidad, hemos podido recurrir a un miembro del IN.F.O., llamado Egan, que vive en California y que hizo el viaje para ir a ver a Mrs. Maxey y Mr. Lane, actualmente en posesién del objeto, Mrs. Maxey dice ahora que la varilla central del objeto no es magnética, aunque habia declarado en un ar- ticulo del Desert Magazine de febrero de 1961: «Esta varilla metélica sdélo reacciona a un imdn.» Segtin opina, esta pieza metalica es la que hizo tan dificil de serrar el objeto en dos. Mr. Lane tiene el objeto expuesto en su casa. Declara que esta a Ja venta por 25.000 délares; un poco caro si no se trata sds que de una vieja bujia de encendido. Se dice que varios mu- seos estan interesados por este objeto, especialmente la Smith- sonian (1), pero si la Smithsonian lo quiere, debe ser con el unico propésito de dejarlo olvidado en sus sdtanos, pues esto es lo que les ocurre a la mayor parte de sus muestras y espe- cimenes, sod) Eg Smithsonian Tassiation de Washington es ung de Jas mfs importantes instr ciones histéricas, cien Iturales; de hecho, museo més grande del mundo, Dieciocho mi de visitantes pot afb, . 62 JACQUES BERGIER: No se tiene ninguna indicacién de que alg sabio profe- sional haya examinado nunca seriamente el objeto, de suerte que éste atin sigue siendo dudoso. El objeto de Coso parece que actualmente se une al «club» formado por el objeto de Cas- per, la momia de Wyoming, el manuscrito Voynich y muchos otros objetos forteanos que sus propietarios se niegan a dejar examinar por cualquiera sin cobrar una suma exorbitante. LAS LOMAS ARTIFICIALES DE MIMA por ELTON Caton H. P. Lovecraft y otros novelistas fantdsticos crearon la le- yenda de los promontorios artificiales americanos, considera- dos como entradas a un mundo desconocido. Sin pretender dramatizar, es interesante, sin embargo, indicar que existen unos monticulos parecidos en Rusia, Mogolia y China, ¢Fendmeno natural general? ¢Huellas de una civilizacién mundial? El futuro lo indicard. Cerca del extremo sur del Puget Sound existen decenas y decenas de hectdreas de extrafios monticulos. Los sabios han ofrecido de ellos diversas explicaciones: a) construidos por hombres prehistéricos; b) hechos por peces gigantes en un periodo durante el cual las praderas estaban sumergidas; ¢) enormes hormigueros; d) gofrados hechos por geémidos (1). (1)_Roedores esciuromorfos cavadores (geomvidee), de log que se afirma que, st no hubieran existido, América del Norte no tendria ni la vegetacién, ni el aspecto, ni’ siquie- ta el clima que posce hoy en dia, 4 JACQUES BERGIER Si se mira desde un buen punto de observacién, a orillas de una de las praderas, se distinguen millares de montfcu- los, todos perfectamente simétricos, que surgen del sutlo como enormes globos semienterrados. En ciertos lugares, hay hasta 10.000 de esos promontorios en un kilémetro cuadrado. Los mayores tienen de 2 a 2,50 me- tros de alto, y los mds pequefios son sélo pequefias jorobas apenas distinguibles. Pueden tener desde 1,80 hasta mas de 20 m de di4metro. Y cuanto més grandes, mas simétricos pa- recen. Todos los monticulos de un determinado sector son aproximadamente de Ja misma altura. Esas lomas han sido motivo de perplejidad desde que la expedicién americana de exploracién bajo el mando del capi- tan de fragata Charles Wilkes penetré en el Puget Sound en 1841, Pensando que se trataba de tumulos funerarios antiguos, hizo que excavaran en uno de ellos. No se hallé ni un solo hueso. Hizo entonces excavar en otros dos, pero tampoco aparecieron osamentas. Desde entonces, han sido abiertas centenares de esas pe- quefias lomas, pero nadie ha encontrado en ellas el mds peque- fio vestigio que sugiera que seres humanos habian tomado la mas minima parte en su construccién. La pradera en que estan situados los ejemplos mds impre- sionantes de tales montfculos es llamada Pradera Mima; de ah{ la denominacién de monticulos de Mima. La palabra mima procede del lenguaje chinook, y su significado se relaciona con la idea de muerte y sepultura. Sin embargo, no se conoce nin- guna leyenda india que pueda explicar esas lomas. Una de las explicaciones mas increfbles ha sido propuesta por un eminente sabio, Louis Agassiz, Estaba observando un dibujo de los promontorios y escuchando su descripcién, cuan- do, bruscamente, anuncié que se trataba de los nidos de un pez (una especie de pardsito succionador) (1) construidos en la (1) De fa familia de los catostomideos, que puede alcanzar un tamafio bastante consi- derable, y muy extendidos en América del Norte. EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 65 €poca en que las praderas estaban cubiertas por el agua. De- jando aparte otros absurdos, las praderas del Estado de Was- hington no estuvieron jamés cubiertas por agua dulce, y sdlo Jo estuvieron por el agua salada posglaciar durante un breve periodo de tiempo. Hubo un momento en que la teorfa de los hormigueros es- tuvo de moda. En Jos claros bosquecillos de confferas préxi- mos a las praderas, vive una gran hormiga negra, llamada Formica sanguinea. Los nidos que construye estén hechos de agujas de pino y ramitas, pero en ocasiones alcanzan 1,50 de altura, No es demasiado dificil imaginar una especie antigua de hormigas construyendo montfculos atin més altos, de arena gruesa y fango. Esta teoria se vino abajo al encontrarse guija- tros y piedras de cierto tamaiio en el interior de muchas de las lomas de Mima. En el transcurso de los afios, se han descubierto numero- sos indicios geolégicos. Nadie est4 de acuerdo exactamente sobre a dénde apuntan eso indicios, pero al menos hay que tenerlos en cuenta. Algunas de las conclusiones que se han saca- do de ellos fueron expuestas por J. Harlan Bretz en un boletin del servicio de topografia geolégica del Estado de Washington. Lomas bien formadas no se encuentran mas que en las Ila- nuras de fusién del glaciar Vashon, que recubrfa la regién hace unos 15.000 afios. En las praderas de lomas, se formé hielo en las grietas. Y el hielo, al acumularse, empujé atin més el fango, formando un gran nimero de montones de tierra en forma de poligonos, y las propias grietas se ensancharon. Finalmente, los bloques de tierra se helaron también. Cuando Iegé un gran deshielo, el hielo de las hendiduras se deshizo en agua, dejando en pie los grandes poligonos de tierra (que se derretfan mds lentamente que el hielo). Las formas redondeadas se explican por la erosién. Otros sabios han encontrado fallos en la teoria de Ritchie. Discuten el hecho de que la regién tuviera el género de clima que éste describe. Sostienen que la regién no era mucho més 5-229 66 JACQUES BERGIER frfa durante el perfodo de formacién de las lomas de lo que lo es hoy. Esta también la teorfa de los geémidos, Esta fue anuncisda primeramente en 1941 por Walter W. Dalquist, en un momento en que se establecfa un inventario de los mamiferos del sur del Estado de Washington. Mas tarde, desarrollé esta teorfa junto con Victor Sheffer, un bidlogo del Departamento de Pesca y Fauna de los Estados Unidos. Hacen notar que en todas partes donde aparecen lomas, hay (o ha habido) geémidos. Plantean como postulado que cuando la capa de hielo de Vashon retro- cedié y la vegetacién se establecié sobre sus huellas, los ged- midos comenzaron a instalarse procedentes del Sur. Finalmen- te, en la extremidad meridional del Puget Sound, tropezaron con un joven bosque de confferas que habfa crecido a medida que el glaciar retrocedia. Los gedmidos no gustan de vivir a la sombra de un bosque, y, en lugar de avanzar mis lejos, excavaron madrigueras en las praderas. Dalquist y Sheffer pretenden que cada monticulo represen- ta el «territorio» de una familia de geémidos, y que el monticu- lo era una serie de galerias exploratorias; las «rafces» de los monticulos eran asimismo galerfas abandonadas que se habian lenado de fango. Los adversarios de esta teorfa ponen de relieve el hecho de que no todos los monticulos tienen «rafces» de fango. Asimis- mo, un gedlogo escribe: «Tras minuciosas investigaciones, mas de 50 gruesos gui- jarros han sido retirados del interior de los monticulos. El ta- mafio de esos guijarros varia de 5 a 50 cm. de diémetro, y un gran ntimero de ellos fueron hallados muy arriba por encima de la base de la loma.» Y se ha planteado la cuestién: « wPREDIOD HISD Uw OPeONGnE » @sepA) W O0S'6 Op S¥UI op peprpunjozd eun & uN ap s010j QUI} YoIASyUOZ BAIN ‘epuylaz BaoNN Op o}iou |e ‘Oapeuliay ap esoj ey Ua ‘x “(gg6] ep O101q, 8} OP HZ [ep sawiny y4OX MaN Je esepA) OYoUe ap UND | op spur o2(2 Jod o81e, ap Wo 9 ‘ajueuepeutxoide ‘op Este asunto sigue sin dilucidar. Contrariamente alo gue se ha dicho, el principe Boris de Rachewiltz no es un mito; su hija fue la mujer del célebre escritor norteamericano Ezra Pound. Este, es sabido, habria recibido el Nobel, si no hubiera sido encarcelado por alta traicién, después de la Segunda Gue- rra Mundial. En el ntimero 41 (1953) de Doubt (Duda), la revista de la Sociedad Forteana (p4gs. 214-215), Tiffany Thayer publicé lo que se consideraba como una transcripcién y una traducci6n de un papiro egipcio que data del reinado de Tutmés III (XVIII' dinastia, Imperio Nuevo). El texto reproducido aquf (véase ilustracién fuera de texto n”° 5) era una transcripcién de la escritura hierética en jeroglificos (con indicacién de las la- gunas existentes). Este habria sido enviado a Thayer por el principe Boris de Rachewiltz, el cual escribié: «La transcripcién que envio ha sido efectuada segiin un papiro del Imperio Nuevo que he en- contrado entre otros papeles y documentos del difunto profe- sor Alberto Tulli, ex director del museo egipcio del Vaticano. Este habfa trafdo esos documentos de Egipto, pero a su muer- te se quedaron sin traducir ni publicar. Gracias a la amabili- 120 JACQUES BERGIER dad de su hermano, Monsefior Gustavo Tulli, de los Archivos Vaticanos, he tenido la posibilidad de traducirlo, »La presente transcripcién es una parte de los Anales Rea- les de la época de Tutmés III (1504-1450 a, de J.C.) (sic), y su original est4 en muy mal estado. Faltan el comienzo y el final, la escritura (hierdtica) es pdlida y tiene varias lagunas que yo he reproducido en mi transcripcién jeroglifica (sic) y nume- rado... Del conjunto del papiro (20 x 18 cm) he escogido la parte mejor conservada y quiza la més interesante. Pero a usted corresponde juzgarlo.» Veamos Ja traduccién de Rachewiltz: «(laguna 1...). En el vigésimo segundo afio, en el tercer mes del invierno, a la sexta hora del dia (...2...). Los escribas de la Casa de la Vida descu- brieron una bola de fuego que venta del cielo, (Aunque) no tenfa cabeza, el aliento de su boca (despedia) un olor fétido. Su cuerpo, una pértiga (unos 5 m) de largo y una pértiga de ancho. No tenia voz, Sus corazones se turbaron, y se echaron entonces a tierra boca abajo (...3...). Fueron a ver al Rey... (?) para informarle, Su Majestad ordené (...4...) ha sido examina- do (...5...) con respecto a todo lo que est4 escrito en la Casa de la Vida, Su Majestad meditaba sobre lo que haba ocurrido, Ahora bien, después que hubieron pasado algunos dias sobre esas cosas, jhe aquf que se hicieron m4s numerosas que todo! Brillaban en el cielo més que el sol hasta los limites de las cuatro columnas del firmamento (...6...). Poderosa era la po- sicién de las bolas de fuego. El Ejército del Rey las observaba, y el Rey estaba en medio de él. Era después de la comida de la noche. En esto que ellas (las bolas de fuego) se elevaron en di- reccién Sur. Peces y volatiles cayeron del cielo. ;(Era) una ma- ravilla jamds vista desde la fundacién de ese pais! Esto deci- dié a Su Majestad a ordenar que trajeran incienso para apa- ciguar a la Tierra (...9... ¢A escribir?) lo que habfa sucedido en el libro de la Casa de la Vida (. . ¢a fin de que se con- serve su recuerdo?) en la Eternidad.» ,, Este texto ha sido publicado posteriormente en algunas EL LIBRO DE LO INEXPLICABLB 121 obras (tales como Los platillos volantes no censurados, por Ha- rold T. Wilkins, Londres, 1956) como ejemplo de un relato muy antiguo de una observacién de ovnis y/o de una «lluvia» for- teana. Ahora, el nudo de la Historia. ¢Existe ese papiro (0 ha existido)? Si existe (0 si ha existi- do), ¢dénde esté ahora? De Rachewiltz designaba el manuscrito como procedente de las colecciones del Vaticano. Al verificar este asunto, leimos en un capitulo, «Los ovnis en la Historia» por Samuel Rosenberg, del Informe Conden: que la respuesta a un cable dirigido al departamento egipcio del museo del Vaticano fue ésta: Papiro Tulli no es propiedad ([sic] afiadido por Rosenberg. ¢No es maravillosa esta puntuacién?) del museo Vaticano, Ac- tualmente ha desaparecido, y no es posible encontrarlo. El inspector del museo egipcio del Vaticano. (firmado) Gianfranco Nolli. Ciudad del Vaticano, 25 de julio de 1968. Mas tarde, el propio doctor Condon, al menos asf nos di- cen, escribié al doctor Walter Ramberg, agregado a la Emba- jada de los Estados Unidos en Roma, El doctor Ramberg respondié, segin la cita: «(...) el direc- tor actual del departamento egipcio del museo del Vaticano, el doctor Nolli, declaré que... el profesor Tulli habia dejado todos sus asuntos personales a su hermano, que era sacerdote en el palacio de Letran, Cabe presumir que este papiro quedé en poder de dicho sacerdote. Por desgracia, éste murié también en el intervalo, y sus asuntos personales fueron dispersados entre herederos que quiz4 se desembarazaron de ese papiro como de algo de escaso valor. El doctor Nolli dio a entender que el profesor Tulli era 122 JACQUES BERGIER sélo un “egiptélogo” aficionado (las comillas estén en el texto; sin lugar a dudas, el doctor Ramberg no est4 seguro de que los egiptélogos sean verdaderamente sabios...), y que el prin- cipe de Rachewiltz tampoco es un experto. Tiene la impresién de que Tulli se equivocé y de que el papiro es una falsedad...» Por nuestra parte, hemos interrogado.—sin referirnos a los documentos Condon— simulténeamente al Vaticano y a la Universidad: de San Luis, en cuya biblioteca conmemorativa Pio XII se guardan copias microfilmadas de la biblioteca del Vaticano. De parte de esta ultima, y por carta personal, del 10 de febrero de 1970, firmada por Charles J, Ermatinger, conser- vador-de los microfilmes del Vaticano, fuimos informados que la Universidad de San Luis no posee microfilmes de papiros egipcios del Vaticano. Pero del Vaticano recibimos una respuesta del propio Mon- sefior Nolli, de la que se deduce que éste hablé personalmente a Rachewiltz, y en la cual se subrayan los puntos siguientes: 1°) El papiro Tulli no ha figurado jamés en Ia coleccién del Vaticano; 2.°) El papiro fue descubierto por el profesor ‘Tulli en 1934, en El Cairo, en casa de un anticuario llamado Tano; 3°) La transcripcién de la escritura hierdtica en jeroglificos fue realizada por E. Drioton; 4°) La opinién de Drioton era que dicho papiro no tenfa un cardcter «magico», sino que descri- bfa:la caida de un meteorito (un interesante meteorito); 5.) Tulli no adquirié el papiro a causa del precio exagerado que le pidieron por él, pero cabe pensar que fue adquirido a conti- nuacién por alguna persona privada 0 por el museo de El Cairo; © que sigue todavia en poder de Tano, Hay que sefialar que el tono general de esta carta no im- plica que el papiro sea (o haya sido) una falsificacién, tal como lo insinta la declaracién del doctor Ramberg. Pero, ga dénde nos lleva esto? A ningtn sitio en particular. El Papiro Meteoroldgico o Papiro Tulli puede haber sido auténtico. Quiz4 todavia existe. Si es asf, y si se lee verdaderamente tal como lo afirmaba Ra- EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 123 chewiltz, sigue mostrandose sumamente oscuro en lo que res- Pecta a la naturaleza de los acontecimientos a que se refiere. Sin embargo, puede sacarse una conclusién de ese barrizal Papirolégico: que el escepticismo con que lo presenta Rosen- berg es muy natural... pero que también cabe mantener un escepticismo parecido tanto respecto del Vaticano como de los consejeros del Informe Condon. Y, probablemente. se obten- drian beneficios en seguir a Rosenberg «no considerando nin- guna opinién como cierta», El asunto del Papiro Tulli fue recogido serlamente por la excelente revista italiana Il Giornale dei Misteri de Florencia (n? 4, pag. 1), que publica la fotografia de una carta fechada en 30 de mayo de 1971, del principe Boris de Rachewiltz, Pese @ las dudas expresadas con respecto a él en el Informe Con- don, Parece que posee realmente una cierta notoriedad cienti- fica, Hay incluso una direccién seria: The Ludwig Keimer Foundation for Comparative Research in Archeology and Ethno- logy, Elisabethenstrasse 15, 4.000 Basilea, Suiza. En dicha carta, Rachewiltz, sin negar la existencia del Papi- ro Tulli, discute la exactitud de la traduccién que le ha sido atribuida y, sobre todo, la interpretacién que se le ha dado. Seguin él, nada permite afirmar que se trate de una incursion de extraterrestres. Otros investigadores han comparado el texto (traducido) del papiro Tulli con el de la Biblia que describe «ruedas de fuego» durante el rapto misterioso del profeta Ezequiel, La cuestién sigue pendiente de resolver. EL MILAGRO DE ROBOZER Por Jacques BERGIER La Unién Soviética ha sido testigo de un gran ntimero de extrafios acontecimientos. Si he escogido, entre mi extensa do- cumentacién sobre el tema, un enigma de tres siglos de anti- giiedad, el milagro de Robozer, es por tres motivos: 1” Por lo que yo sé, no existe ninguna publicaciin en francés sobre el tema. Se trata, por tanto, de un docuntento totalmente inédito que aporto como contribucién a esta obra. 2° La sumamente seria Comision de los Contactos, orga- nismo oficial fundado por la revista soviética Saber y Fuerza, estima que hay en ello un fendmeno a estudiar. Esta comision elimind como cuento todos los platillos volantes, ast como un buen niimero de otros errores de buena fe. Su opinion es, por tanto preciosa. 3° Y sobre todo, después de tres siglos, y pese a todos los esfuerzos de los sabios racionalistas del siglo XIX y de los sabios soviéticos de mente mds abierta, el enigma de Robczer sigue sin explicacion. La Ciencia lo iluminard ciertamente algun dia pero, entretanto, plantea un magnifico problema, JACQUES BERGIER La cosa ocurrié en Robozer, poblacién de la regi6n de Mos- ct donde existe un monasterio, en el afio 7171 de la creacién del mundo, segtn la iglesia ortodoxa de la Muy Santa Rusia, lo cual corresponde al 1663 de la Era que nosotros Ilamamos cristiana, pero que los soviéticos, que no creen en Jesucristo, llaman simplemente «Era moderna». La fecha exacta es el 15 de agosto, sabado (calendario gre- goriano). Las autoridades eclesidsticas interrogaron inmedia- tamente a los testigos. Dos de ellos, Ivashko Rievski y Levka Fiedorov, el primero, peén agricola, y el segundo, campesino cultivador de su propia tierra, estuvieron menos aterrorizados que los dems, y proporcionaron descripciones concordantes. Seguin éstas, en el pequefio lago de Robozer, de cerca de dos kilémetros de ancho, aparecieron en pleno mediodfa unas inmensas llamas en una extensién de, aproximadamente, 140 m de diametro. El cielo estaba claro y sin nubes. Las llamas esta- ban coronadas por un humo azul. Dos resplandores ardientes brotaban del fenédmeno. Este desaparecié durante una hora, luego reaparecié a 500 m aproximadamente del lugar primitivo. De nuevo, diez minutos més tarde, el fenémeno volvié a desvanecerse, sur- giendo luego otra vez. Iba acompafiado de un ruido espantoso, y desprendia un calor intenso, que impidié aproximarse a é! a bordo de unas barcas. Numerosos peces fueron muertos. Se vio cémo otros peces hufan de él. Después del fenémeno, recu- brio el lago una capa rojiza, parecida a la herrumbre. El 30 de noviembre del mismo afio, un segundo interroga- torio por parte de las autoridades eclesidsticas, con idénticos resultados. Tales interrogatorios fueron publicados integramente, en 1842, por una comisién arqueoldgica que examiné los archivos del monasterio de San Cirilo, de Robozer. El segundo interrogatorio proporcioné la altura del fend- Teno: unos 40 m, en términos modernos, Uno de los testigos precisa que la luz emitida era tan inten- EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 127 sa que podia verse el fondo del lago, que en este lugar era de unos 8 m. Varios testigos estaban situados en el porche del monasterio, y otros habfan tratado de aproximarse en barca a Jas lamas. Estos ultimos recibieron ligeras quemaduras, Ni que decir tiene que se emitieron numerosas hipétesis al respecto, pero ninguna ha resistido el andlisis. Ante todo, se hablé de espejismo, fenémeno que ya era bien conocido en aquella época. Pero un espejismo no transmite suficiente energfa como para producir quemaduras y no deja una espesa capa de un éxido metélico parecido al orin. Cuando, a comienzos del siglo x1x, los trabajos del sabio ruso Chladni hubieron demostrado la realidad de los meteori- tos, pese al escepticismo racionalista de Lavoisier, se intzaté explicar el enigma de Robozer por un meteorito. Sélo que no se encontraron restos, y un meteorito, una vez caido, no rea- parece luego por dos veces, algo mds tarde, La caida de un me- teorito es un fenémeno casi instant4neo, ya que su velocidad se aproxima a los veinte kilémetros por segundo. Ahora bien, la bola de fuego de Robozer persistié, y en su primera aparicién, durante una hora y media, Ilegé a arder hasta el agua, es decir que se descomponia en hidrégeno y oxigeno, que se combina- ban explosivamente, La teorfa del meteorito fue defendida enérgicamente por D. O. Sviatski en 1915, en un folleto editado en Petrogrado (actualmente Leningrado). Esta hipétesis ha sido completamen- te desechada por todos los especialistas. Se ha hablado de colisi6n con un cometa, lo cual tampoco se mantiene en pie; seria éste un minusculo cometa. Por otra parte, si un cometa entrara en colisién con la Tierra, serfa, una vez més, un fenémeno instantdneo, y no durarfa una hora y media. Los racionalistas modernos han hecho resurgir en seguida Ja hipétesis del rayo en bola. Este, tras haberse afirmado su imposibilidad, es en estos momentos muy popular. E] profesor 128 JACQUES BERGIER Kapitza lo ha reproducido en su laboratorio, y ha hecho de él muy bellas fotos. El rayo en bola es un plasmoide, es decir materia ionizada, cargada eléctricamente, que se mantiene uni- da por fuerzas hasta ahora desconocidas. Pero el rayo en bola tiene una existencia maxima de cinco segundos, y no supera los veinticinco centimetros. Si el fenémeno de Robozer fuera un rayo en bola, se trata- rfa de un rayo en bola enteramente excepcional y cientfficamen- te imposible. Ademés, el rayo en bola esté ligado a las tempestades y, probablemente, es producido por el rayo ordinario, El milagro de Robozer se produjo, sin embargo, bajo un cielo sin nubes y sin tempestad de ninguna clase. Por afiadidura, se poseen ob- servaciones de rayo en bola cayendo en el agua, Una de tales observaciones, en la que se pudo medir con un termémetro la elevacién de la temperatura de una tina de agua donde habia caido el rayo en bola, sirve desde entonces de base para las estimaciones de la energia del rayo en bola. En ninguna de tales observaciones, se ha comprobado jam4s la presencia de una capa de éxido sobre la superficie del agua. Eso seria, por otra parte, imposible, ya que el rayo en bola est4 compuesto de nitrégeno y oxigeno ionizados y de elec- trones, As{, pues, el rayo en bola no contiene hierro, y no puede, por tanto, depositarlo, cEntonces? Entonces, Yuri Rostzius, de la Comisién de Contactos, pro- pone seriamente, aunque con prudencia, la hipdtesis de una sonda automatica interplanetaria procedente de otro mundo habitado que habrfa venido a estrellarse contra la Tierra tras un accidente técnico, De modo que el milagro de Robozer procederfa de fuera. La hipétesis no es desagradable. ss» No obstante, aun procediendo del exterior, el milagro de Robozer pudo no haber sido inteligente. Es posible que un EI objeto de Coso. Vista de la geoda tras haber sido cortada en dos. Interior de las dos mitades de la geoda. Radiografia del objeto de Coso, «cara. Se ve una estructura me- tdlica, sorprendente en una geoda que tiene cincuenta millones de afios de antigledad Estructura de metal interna del objeto de Coso: radiografia de perfil. (Foto Ronald C. Calais.) EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 129 pequefio fragmento de antimateria hubiera venido a golpear la superficie del lago y hubiese hecho explosién al entrar en contacto con la superficie del agua. Puede que cayera en ese lugar una partfcula césmica de excepcional energia. Es preciso continuar ahora los estudios. éA tres siglos de distancia?, protestarfan los escépticos. A tres siglos de distancia, nos queda atin el lago. Y podemos ver si su fondo contiene algin mineral susceptible de ascender a la su- perficie y dejar una capa de éxido, o bien si no lo contiene. Caso de no contenerlo, habr4 motivo para suponer que la especie de herrumbre hallada en la superficie del lago se pro- dujo por la combustién de la parte superficial de una maqui- na, Por lo demas, es posible que esta maquina hubiera podido volver a partir tras dos ensayos infructuosos y después de ha- ber perdido, por ablacién, una parte de su revestimiento super- ficial. Las c4psulas espaciales terrestres que regresan del espacio pierden de ese modo una parte notable de su superficie exte- rior. Sin embargo, los viajeros sobreviven. Asimismo, son con- cebibles otras explicaciones interplanetarias que no incluyan Ja intervencién de una mdquina. El objeto de Robozer pudo ser una partfcula césmica su- perintensa, que produjo transmutaciones gracias a unos haces de subparticulas que habfa emitido al golpear la Tierra, Pudo igualmente ser un fragmento de antimateria que pro- dujo una intensa liberacién de energia y, a partir de esa libe- raci6n, un plasmoide que se volvié a formar dos veces antes de disiparse. Podemos también considerarlo, dentro de un espiritu for- teano, como una puerta que se abre a otro universo. No hablamos de universos paralelos, ya que precisamente las paralelas no se juntan jam4s. Pero abundan las leyendas sobre otro universo que puede abrirse al nuestro, un universo del que el escritor americano Murray Leinster pudo decir: «Algunos lo Ilaman Avalon, y otros Tir-Nam-Beo, y otros, 9-29 130 JACQUES BERGIER también, el Infierno.» Todo esto agota, creo, las hipétesis que podemos imaginar respecto al milagro de Robozer. La verdadera solucién esté, quizd, més alla del radio de accién de nuestra imaginacién. No conozco ningin otro ejemplo en el que se haya visto reproducir el mismo fenémeno. Cuando menos, en la Tierra. En Marte se han observado erupciones luminosas bastante largas, dificiles de atribuir a un vulcanismo que, en realidad, parece inexistente. En la Luna han sido observadas otras erupciones lumino- sas. El astrénomo soviético Nikolai Kozirev pudo examinar la luz emitida, y encontré compuestos de carbono correspondien- tes a una llama a muy elevada temperatura. Tales emisiones han sido comprobadas en bastantes cr4te- res lunares, Quiza se trate del mismo fenémeno que en Robozer. En Marte existe una atmésfera muy diluida, sobre todo compues- ta de nitrégeno y gas carbénico, que podria, si se elevara sufi- cientemente su temperatura, formar una bola luminosa. En la Luna, no hay atmésfera, y se cree que los gases in- candescentes observados por Kozirev procedfan del interior de la Luna, ¢Cuél es la fuerza que pudo producir esta incan- descencia? Como en el caso de Robozer, no se sabe. Un chorro de ener- gia procedente de un ldser proporcionarfa, evidentemente, esta explicacién, pero ¢quién manejaria este laser interplanetario? Es muy diffcil decirlo, Ruego que nadie me diga, bajo pena de castigos corpora- les, que se trata de un platillo volante que exploté en Robozer. Como no hay platillos volantes, no se ve de qué manera habria podido hacer explosién uno de esos ingenios inexistentes. Es asimismo indtil decirme que los stibditos del zar se dedi- caban a experimentos nucleares. Esto parece muy improbable. Evidentemente, resultarfa interesante saber si, el 15 de agos- to de 1663, hubo una importante perturbacién magnética. No EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 131 se excluye la posibilidad de Hegar algin dfa a saberlo, pues hoy se empieza a disponer de los medios necesarios para detec- tar las perturbaciones magnéticas ocurridas en el pasado. Tales perturbaciones dejan huellas en los minerales, Su es- tudio se lama paleomagnetismo, y es una ciencia perfectamen- te seria. Dicha ciencia debe mucho al premio Nobel francés Louis Néel. Si se produjo un desplazamiento de los. polos magnéticos el dia 15 de agosto de 1663, se sabré, y ello tenderé a probar que se produjo una inmensa liberacién de energfa. La Ciencia no ha dicho su ultima palabra y, probablemente, un dia cerca- no tendremos una parte de la verdad sobre el milagro de Ro- bozer. Quizé Ieguemos a saber toda la verdad si, algtin dia, el contacto con extraterrestres nos informa que una astronave de exploracién sufrié una averfa en la Tierra el 15 de agosto de 1663 de nuestro calendario. TERCERA PARTE LOS SERES EXTRANOS LAS HUELLAS DE PASOS DEL DIABLO, ENIGMA NO RESUELTO Por Paut J. Wits Se ha escrito mucho acerca de este tema —demasiado, dirén algunos—, por lo cual, para no agobiar al lector, me contentaré con un simple relato de los hechos. Al despertarse por la ma- fiana del 8 de febrero de 1855, los habitantes de una vasta re- gién del sur de Devonshire (Inglaterra) comprobaron que en Ja nieve que cubrfa el suelo se entrecruzaban un numero consi- derable de huellas extrafias, pequefias y parecidas a las de las pezufias de un animal, y de una increfble multiplicidad. ;Habfa, probablemente, mds de 160 km de tales huellas! Los dibujos que reproducimos dan una idea del aspecto general de Jas marcas en cuestién: Estn basados en el dibujo publicado en el Illustrated London News del 3 de marzo de 1855, pg. 214, y muestran este dibujo en los dos sentidos. Las huellas medfan cada una unos 10 cm de largo por 7 cm de an- cho, y estaban regularmente separadas por unos 20 a 22 cm. Segufan una linea recta. éQuién o qué las habfa hecho? Se han emitido explicaciones que van desde los canguros hasta los p4jaros (con una idea apenas expresada en algunas mentes de que las habia dejado 138 JACQUES BERGIER un viajero desembarcado de su navio espacial extraterrestre). Me parece recordar que el difunto Harold T. Wilkins habia acariciado esta idea. Por razones evidentes, esta hipdtesis no ha encontrado jams partidarios entre las clases de zodlogos profesionales. q0n” vuo0 U Fig. 4, Huellas de pasos de! diablo; diversas formas Hay algunos puntos relativos a ese problema de la identi- ficacién de quién o qué hizo estas huellas que, a mi juicio, no han sido suficientemente subrayados en los relatos ya publi- cados, 0, mds exactamente, no lo han sido con suficiente fre cuencia, ni tampoco bien comparados entre sf. Merecen consi- deracién. a) Silas marcas deben ser atribuidas a un animal terres- tre cualquiera (incluyendo los p4jaros), el elemento més cif. cil de explicar (asi, pues, el més importante) es su fantdstica colocacién: «Ese misterioso visitante no pasé generalmente més que una vez a través de cada jardin o cada patio, y lo hizo en casi todas las casas de muchos sectores de las diferentes poblaciones, asf como en las granjas esparcidas de los alrede- dores; esta pista regular pasaba, en algunos casos, por encima del techo de las casas o de almiares o muros muy elevados (uno EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 139 de ellos de 4,50 m) sin desplazar Ia nieve nit un Jado ni al otro, y sin que la distancia entre las huellas variara, como si el obstéculo no le hubiera estorbado en absoluto. Los jardines rodeados de altos setos o de muros, y con las puertas cerradas, fueron visitados igual que aquellos que no estaban vallados ni cerrados...» Un cientifico conocido mfo me informé de que ha- bia seguido una determinada pista a través de un campo hasta un almiar, La superficie del almiar aparecfa enteramente virgen de toda huella en cuestién, pero al otro lado, en una direccién que correspondia exactamente a la pista trazada hasta allf, jlas marcas volvfan a empezar! El mismo hecho fue observado a una y otra parte de un muro... Otros dos habitantes del mis- mo municipio siguieron una linea de marcas durante tres horas y media, pasando bajo hileras de groselleros y Arboles frutates espalderas; perdiendo a continuacién las huellas y volvién- dolas a encontrar en el techo de unas casas a las que les habfan soe D-- Fig. 5. Las huellas de pasos det diablo, con una escala de longitud* Mevado sus investigaciones... (I!lustrated London News del 24 de febrero de 1855, p4g. 187.) El articulo indica también que las huellas pasaban por «una abertura circular de unos. treinta centimetros de didmetro» y se metfan en «un conducto de dre- naje de 15 cm». Las marcas parecian atravesar un estuario de cerca de 3,5 km de ancho. No soluciona nada atribuir dichas marcas a mds de un ant mal (esta conclusién parece, por lo demas, inevitable), pues ello no explica cémo algin animal del tipo que sea, y cualquiera 140 JACQUES BERGIER que fuese su ntimero, pueda en apariencia «pasar a través de los muros» o franquear techos como si no le ofrecieran ningin obstéculo, y poseer, también en apariencia, la capacidad de pasar a través de pequefios agujeros de menos de 30 cm de ancho. Conviene sefialar también, si se da crédito a los relatos, que las huellas parecfan no ir nunca hacia atrds, ni errar en cfreulo 0 al azar —lo cual, dirfa yo, resulta més bien curioso. 4) Muchos son los que han propuesto como solucién el eventual efecto de la atmésfera sobre estas marcas, pero, ¢cémo seria posible que la atmésfera afectara a una huella y no a otra? La mafiana en que fueron observadas estas marcas, la nieve mostraba huellas frescas, claramente definidas, de gatos, pe- rros, conejos, pajaros y hombres. ¢Por qué, entonces, una pista atin ms netamente definida —tanto que la espoleta situada en medio de cada pezufia era visible con claridad—, por qué, pues, esta sefial particular serfa la tnica afectada por la atmésfera, y todas las demas habrian quedado intactas? Por afiadidura la circunstancia m4s singular notada al respecto era que en todos los sitios donde aparecfan esta huella particular, la nieve habfa desaparecido completamente, como si hubiera sido talla- da con diamante, 0 marcada con hierro candente. No hablo aqui de su aspecto después de que hubo sido pisada o revuelta por los curiosos en las calles de las ciudades 0 en sus alrede- dores, En un caso, la pista penetraba en un hangar cubierto, donde la atmésfera no podfa afectarla, y lo atravesaba saliendo por una brecha en el muro opuesto. El autor de lo que antecede (en el mismo artfculo del Illus trated London News) pasé cinco meses de invierno en los bos- ques del interior del Canad, y posee una larga experiencia de las huellas de animales y pajaros sobre la nieve; puede asegu- rar que «jamds ha visto una pista mds claramente definida, ni que parezca tan poco afectada por la atmésfera». Esas circunstancias son muy desconcertantes. Las marcas ..ordinarias en la nieve est4n hechas, por supuesto, por presién, y muestran signos muy claros de compresién en la nieve que EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 141 rodea cada huella. Pero si éstas de que hablamos fueron hechas por eliminacién de la nieve, gcémo explicar este hecho? c) Otro detalle —sefialado por Fort, pero que no he podi- do encontrar en ningtin otro lugar— es que, segtin una descrip- cién (aunque efectuada 35 afios después del suceso), las huellas de Devonshire se alternaban a intervalos enormes, aunque re- gulares, con lo que parecfan ser las marcas de la punta de un bastén (El libro de los hechos condenados, capitulo 28). Sigue siendo muy problematico lo que tal cosa pueda significar. d) Charles Fort, Rupert T. Gould, Bernard Heuvelmans y Eric Frank Russell han mencionado relatos curiosamente simi- lares procedentes de regiones muy alejadas desde el punto de vista geogrdfico, No entraré en detalles, Especialmente porque algunos de tales relatos, si no todos, pueden muy bien no guar- dar ninguna relacién con el caso de Devonshire. Me contentaré con facilitar la lista de los incidentes relatados: Escocia, 1839- 1840 (Times de Londres, 14 de marzo de 1840); isla Kerguelen, océano Indico, 1840 (Viaje de descubrimiento e investigacién en los mares del Sur y el océano Antdrtico, del capitan Sir Ja- mes Clark Ross); Polonia, hacia 1855 (Illustrated London News, del 17 de marzo de 1855, pag. 242); Bélgica, 1945 (el artfculo de E, F, Russell aparecido en Doubt n° 20, reproduce las medidas de huellas mds pequefias y distintamente espaciadas que las de Devonshire); Brasil, antes de 1954 (pe de garrafa, B. Heuvel- mans, Sur la piste des bétes ignorées) («Plon», 1955) (1). Los autores se refieren a casos que pueden o no ser pertinentes. Uno de ellos dice: «Tras el sefsmo del 15 de julio de 1757, en Jas arenas de Penzance, Cornualles, y en una zona de un cente- nar de metros cuadrados, se hallaron unas huellas como de pezufias, salvo que no tenfan la forma de media luna» (nétese Ja proximidad de Devonshire. Las huellas de Brasil tampoco tenfan la forma de media luna). Una mencién atin mds oscura concierne a un extracto de los anales chinos que se asemeja al (1) En del 24 de de 1966, dirigida al , B. Heuvelmans declaré a ho Habla nett Sree ak See ntl stn, B Hew 142 JACQUES BERGIER caso de Devonshire: «De un patio de un palacio (...), los.habi- tantes del palacio se despertaron una mafiana, hallando el patio marcado con huellas que parecian las de un buey (...) supu- sieron que las habfa hecho el demonio.» Conviene notar que. algunos de tales relatos no implican nieve, sino que hablan de huellas encontradas en la arena o el barro. En el New York Herald Tribune, del 10 de julio de 1953, la crénica («A propésito de Todo») de William Chapman White relataba una historia procedente de Burnham-on-Crouch, en Essex, Inglaterra. Al parecer, el director de un campamento de nifios del lugar les habfa prometido a éstos que vendria un ilusionista a presentar su ntimero de «cinco canguros salva- jes». El ilusionista en cuestién no tenia canguros, pero el direc- tor habfa utilizado este anuncio sensacional para despertar el interés de los nifios hacia una representacién totalmente co- rriente. Cuando el ilusionista llegé, el director fabricé una ex- plicacién: los canguros se habfan escapado. Desde el momento en que dicha nueva tue conocida por las gentes de los alrede- dores, el director comenzé a recibir noticias de personas que habfan «visto» los canguros a distancias superiores a 35 km de alli... Algunas de las teorfas formuladas para explicar las (lo que puede traducirse por «animador de bacanal») del delta del Mississip- pi (Menopoma acustica, Cryptebranchus alleganiensis) que alcanza, aproximadamente, 70 cm de longitud, y otra salaman- dra de California (terrestre, Dicamptodon ensatys) Namada gigante, aunque no supera apenas los 30 cm. El relato de Harden fue transmitido a Victor Twitty, un bidlogo del Stanford Institute, que, segiin la cita, dijo: «es- pectacular, si fuera cierto», El doctor Robert C. Stebbins, un zodlogo de la Universidad de California, escuché Ia historia y se mostré escéptico, aunque muy interesado, Se trata de un especialista gran conocedor de los reptiles (1) y se acuerda de una historia contada por otro bidlogo del Stanford Institut, George Myers. Este encontré a un viejo pescador del rio Sa- cramento, que tenfa una salamandra de mds de un metro de longitud en su bafiera. No pudo Iegar a comprérsela, ni a saber exactamente dénde habia sido capturada, pero la des- w Serf inétil repetis que las salemendras s0n enfibios y no reptiles. B39 194 JACQUES BERGIER cribié como parecida a la salamandra japonesa. La cosa es bastante sugestiva, pues, después de todo, esa criatura vista por Myers es la mitad més grande que la mayor salamandra conocida en los Estados Unidos, Quiz4 se trataba de un pe- quefio espécimen de la especie gigante. Pero, gqué pasé con la bestia de 2,50 m? Harden dijo que se levanté un blizzard (tormenta de nieve) y que tuvo que aban- donar el reptil (Iéase anfibio). Asi, pues, no proporcioné nin- guna prueba. Cabria considerar que ésta es una historia sos- pechosa del género de aquella del «gran pez que se desengan- ché», De hecho, un sacerdote, el padre Bernard Hubbard, del Santa Clara College, hizo declaraciones que trataron de desa- creditar el relato de Harden. Los artfculos de los periédicos no son explicitos, por supuesto, pero cabe suponer que debfa existir cierto rencor personal en el origen de la puesta en duda de la historia de Harden. Pues el padre Hubbard tiene un her- mano, el capitan John Hubbard, un ingeniero de minas reti- rado que ha reunido casi todo lo que ha podido ser recogido respecto a las salamandras gigantes de la California septen- trional. En el transcurso de los ultimos cincuenta afios, algu- nos pescadores de la regién dicen haber visto tales criaturas, jalgunas de ellas de 2,75 m de longitud! Los Hubbard parecen haber aceptado esas otras historias de salamandras, en tanto que rechazan la de Harden. Y¥ parece que el proyecto, del cual se hablé en aquel mo- mento, de formar una expedicién para ir en busca de esos animales, se quedé sélo en simple proye:to. En el otofio de 1960, el profesor Stebbins, el doctor Rogers del State College de Chico, California, y el doctor Cohen del Junior College de Modesta, California, se dirigieron a la regi6n con un grupo de scouts, a la caza de las salamandras gigantes. Stebbins de- claré que esperaba encontrar algunas de ellas, pero que no se sorprenderfa mucho si no encontraba ninguna. La expedicién .contaba con estudiar los otros reptiles (Iéase anfibios) de la regién, cualquiera que fuere su tamafio. EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 195 Desgraciadamente, no tenemos informes sobre esta expe- dicién de 1960, ni sobre sus resultados. Suponemos que éstus fueron negativos, ya que todos los articulos de Prensa respec- to del animal se quedaron sdlo a nivel local. No obstante, hay poderosas razones para creer que una especie gigante de este reptil (Iéase anfibio) vive en dicha regién. Si los sabios no pueden encontrar esta criatura, cuya existencia no trastorna- rfa tanto los medios cientificos, no es probablemente muy sorprendente que no puedan hallar pies-grandes en la misma regién, cuya existencia harfa tambalear las nociones de mu- bos antropélogos. NUEVAMENTE DINOSAURIOS DE PASEO Extracto de la obra Strange creatures from Time and Space + «Extrafias criaturas fuera del Tiempo y del Espacio» — de John Keel, «Fawcett Books», Nueva York, «Durante el verano de 1969, recibf dos cartas que sefiala- ban algunos rumores segtin los cuales un dinosaurio se pasea- ba por Texas, Segén uno de los relatos, el susodicho dinosau- Flo habria arrastrado un coche a sesenta metros de la carre- tera y matado a su conductor. Las tentativas hechas para ave- Figuar Ja fuente de tales historias resultaron initiles, y el di- Rosaurio de Texas fue clasificado en nuestro dossier como Simple rumor”, y olvidado.» 196 JACQUES BERGIER Pero, segtin el Sunday Express de Londres del 26 de julio de 1970: «Soldados y policfas andan a la caza de un monstruo que se dice merodea por los bosques cerca de Forli, en la Italia central. El monstruo —que algunos califican de dinosaurio— fue visto por primera vez el martes pasado por Antonio Samo- rani, un campesino de 48 afios. Este manifest6 que habia sido perseguido por «una enorme cosa escamosa de, al menos, 4,50 m de alto, Caminaba sobre unas gruesas patas, y su alien- to quemaba. Me escapé a todo correr, y ella me siguié duran- te mas de doscientos metros». Los policfas se mostraron al principio escépticos, pero cambiaron de opinién cuando vieron unas grandes huellas en un calvero cerca del lugar donde Samorani afirmaba haber visto el monstruo. El jefe de Policfa, el doctor Pedoni, decla- 16: «Estamos convencidos de que una criatura de un tamafio enorme se oculta en los bosques. Otras tres personas la han visto. Hacemos rastrillar la regién por policfas armados y sol- dados provistos de redes. Queremos, si es posible, capturar- Ja viva. Mas de un millar de fusiles estaran al acecho del ani- mal cuando se levante la veda el 1 de agosto. Si los cazado- res locales la encuentran los primeros, nos ser4 imposible detenerlos.» John Keel afiade también que se acuerda de un relato si- milar Ilegado de Francia hacia 1933, que no ha podido encon- trar por el momento. Y cita otros casos en su obra. Todo lo que podemos decir es que cualquiera que vaya a la caza de uno de esos monstruos hard mejor en leer previa- mente la novela corta de L. Sprague de Camp Un fusil para dinosaurio. Los lectores pueden entregarse a sus propias es- peculaciones para explicar cémo podrian aparecer hoy en dia EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 197 dinosaurios en Kentucky o en Italia. Pero no os quedéis reza- gados por los alrededores si veis alguna cosa de 4 m de alto en los matorrales; j observad todo lo que podais en un par de segundos (para nuestros dossiers) y poned pies en polvorosal CUARTA PARTE FENOMENOS FORTEANOS FANTASMAS Y HOMBRES Se ha dicho de los fenédmenos pstquicos que eran las cosas «mejor documentadas» de 1a historia humana. Desgracia- damente para el hermoso ideal de la documentacién, sélo po- demos considerarlo con cierta sonrisa escéptica. Pero dado que una auténtica actitud forteana combina el mdximo grado de escepticismo con el esfuerzo mds serio de amplia apertu- ra a los hechos extraftos, el terreno pstquico es quizds aquel que le plantea mayor nimero de problemas, El deseo de creer y y no creer al mismo tiempo es muy vivo, El deseo de enga- flar no lo es menos, No tenemos posicién sobre la ecredibili- dad», pues cabe dudar de que haya alguna posicion util que tomar, Tener fantasmas en casa es quizds irracional —es posi- ble que la palabra misma tenga un punto de rareza—, pero aquello que pasa por conforme con la «razén», ¢acaso no ha sido siempre otra cosa que una creencia en un conjunto parti- cular de historias de fantasmas? 204 JACQUES BERGIER POLTERGEISTS EN NUEVA ZELANDA Segtin The Evening Post de Wellington, N. Z., de los dtas 25, 26 y 27 de marzo de 1963, «Mientras doce policfas y mds de veinte civiles registraban los alrededores, el hotel-pensién “Ohiro Lodge”, de Brooklyn (un suburbio de Wellington), fue bombardeado con piedras, como si fuera con un tirador, durante siete horas y media, ayer por la noche y esta mafiana temprano.» As{ empezaba un artfculo del The Evening Post de Wellington, del 25 de marzo de 1963, sin sospechar que con ello iniciaba una histo- ria cl4sica e interesante de esta entidad algo inquietante: el poltergeist (en alemd4n: fantasma alborotador al cual se le atribuye toda suerte de fechorfas tales como lanzamiento de piedras, desplazamiento de objetos o muebles, etc., que no se pueden explicar). «Los propietarios del hotel, asf como una quincena de hhuéspedes, pasaron la noche en blanco ayudando a la Policia a buscar en vano, y fueron luego pertubados muchas veces cuando finalmente trataron de irse a la cama.» Cayeron muchas piedras sobre la casa, rompiendo casi to- dos los cristales. Policfas y huéspedes del hotel fueron alcan- zados a veces, aunque sin sufrir mucho dajfio. Las piedras tue- ron numerosas, pero todas dieron precisamente contra ese hotel, ninguna otra casa de la vecindad fue atacada. La prime- ra noche, treinta piedras y cuatro pennies se estrellaban con- tra el hotel. (Para aquellos que no conozcan los pennies ho- landeses, digamos que se trata de una gruesa pieza de bron- EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 205 ce, nada despreciable. Debe de pesar su buena docena de gra- mos.) El bombardeo comenzé con un penny que rompié un cristal en el extremo norte de la veranda, a las 21.30 h. Los clientes se refugiaron en Ja cocina situada en la parte trase- ra del hotel, cuando las piedras y los pennies empezaron a lover, Los policfas llegaron en gran ntimero y se quedaron com- pletamente desorientados. Era evidente que, sin ser visto, na- die podfa lanzar esos proyectiles sobre la casa con aquella fuerza. Se sugirié la posibilidad de que podfa estarse utilizan- do algtin tipo de mdquina. Pero no se hallé nada en ninguna parte. Los propietarios del hotel-pensién, Mr. y Mrs. R. A. Beatty, declararon: «No podemos imaginar quién ha podido hacer esto, ni por qué.» Sefialaron que algunos Arboles «ma- crocarpo», de mds de cien afios de antigiiedad, habian sido re- cientemente arrancados en la propiedad, pero no pensaban que aquello tuviera algo que ver con el ataque. La noche siguiente volvié a empezar el bombardeo, lo que produjo a todos gran emocién. Comenzé a las 19.30 h y con- tinué hasta més all4 de la 1 de la madrugada. Todo el mun- do en el hotel-pensién estaba exasperado por la pérdida de una segunda noche de suefio. Los clientes hablaban de mar- charse. Los policfas acudieron de nuevo. Junto con los huéspedes y un perro policia, registraron en todas partes y no hallaron... nada. Se trajo un radar de la Policia, instalandose en seguida, pero las piedras cesaron tan pronto como el aparato estuvo listo. Una vez mds, nadie fue capaz de imaginar por qué al- guien se entregaba a ese ataque contra el hotel y sus ocu- pantes, Finalmente, alguien sugirié que podia tratarse de un pol- tergeist. Se descubrié entonces que en Wellington existfa un precedente de tales manifestaciones. Cuarenta afios antes, una casa situada en el monte Victoria hab{a sufrido un ataque pa- recido: un prolongado bombardeo con piedras. Una mujer 206 JACQUES BBRGIER, con su hijo vivian en dicha casa, y, pese a las investigaciones intensivas efectuadas, no se encontré nada que explicara la agresién, La noche siguiente (la tercera), seiscientas personas se con- gregaron en tropel, para asistir a los acontecimientos. Ame- nazas anénimas por teléfono advirtieron que alguien morirfa. A las 18.30 h las manifestaciones comenzaron con la Ilegada del primer penny. La multitud aplaudia cada penny o guijarro que golpeaba la casa. Algunos de los guijarros, al ser exami- nados, demostraron ser piedras pémez. No hay piedras pémez en Wellington, pero existe piedra pémez en ciertas regiones volcdnicas de Nueva Zelanda. A veces, el] mar arroja algunas sobre la playa de Wellington. El pedrusco mds grande llegé a las 20 h, y media mds de 7,5 cm de didmetro. El bombar- deo cesé a las 21.30 h. Pero la multitud reunida en torno a la casa hizo durar el espectaculo toda la noche, lanzando por su cuenta pennies y guijarros. Los policfas trataron de detener. a los culpabies, pero la muchedumbre era tan densa que la cosa resulté impo- sible. La Policia esperaba, sin duda, poder cargar todo el asun- to sobre las espaldas de una de tales personas, pero perdio el tiempo. Jamas se percibié ningin ruido que anunciara la Ilegada de un proyectil. La Policfa se demostré incapaz de explicar cémo un dispositivo mecénico habrfa podido acumular tanta energia y liberarla bruscamente sin hacer ruido, Las piedras aparecian de pronto y golpeaban la casa. Alguien sugirié que se acudiera.a «un metalirgico» para determinar el lugar de dénde procedian las piedras. En tales circunstancias, habria sido mds juicioso llamar al cura del lu- gar (eso no resulta tan evidente. Nota del autor), 0 cuando menos a un meteordélogo. Después de la tercera noche, a las 21.30 h el fenémeno cesé completamente. La casa fue demolida a continuacién, y en’su lugar se construyé un inmueble de apartamentos, en EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 207 octubre de 1969. No se observé ningiin acontecimiento desu- sado, de ninguna especie, ni durante Ja demolicién, ni en los nuevos apartamentos, Y he aqut también una buena sarta de fantasmas, bichitos y cosas pasedndose de noche, Todo ello es auténtico. Todo ello podria multiplicarse por ciento: bastaria con volver a coger mi crénica «La actualidad misteriosa» en la revista Nostreda- mus. Que no se me pidan explicaciones, porque no las tengo. ‘UNA FAMILIA HUYE DE SU CASA ENCANTADA Extracto del Sunday Morning Herald de Sidney, Australia, del 25 de febrero de 1970, Una joven pareja y su hija de cuatro meses y medio ban abandonado su casa en un suburbio de Newcastle (Austraiia), porque piensan que el edificio est encantado. Mr. Michel Cooke, 19 afios, y su mujer Diana, 18 afios, han pasado su Ultima noche en la mitad de Ia casa que ellos alquilan como apartamento en Hereford Street, Stockton. El lunes se refu- giaron en casa de un vecino, y Mr. Cooke pasé el dia de hoy buscando en vano otro alojamiento. Mr. y Mrs. Cooke estén firmemente convencidos de que Ja casa est4 encantada por el fantasma de un hombre. Se nie- gan a entrar sin ir acompafiados por la Policfa o por algunos amigos. Aun para un simple observador, su miedo es real y contagioso, : 208 JACQUES BERGIER Han citado los nombres de ocho amigos y vecinos que oye- ron o vieron misteriosos acontecimientos en esta espaciosa casa blanca recubierta de chapas de madera superpuestas, durante las dos tltimas semanas. «Ayer por la noche, al pa- sar, vi una horrible cara blanca que miraba desde una de las ventanas —declaré Mr. Cooke—. Los ojos eran blancos, con una mota verde en medio. Tuve tanto miedo que las lagrimas me acudieron a los ojos. Eso fue el fin. Sofiaba con comprar Ja casa, pero ahora ya no vivirfa en ella jamds.» Anoche, el alguacil W. Manning, de Stockton, registré la casa y la cerré con Ilave a las 22 h. Esta mafiana, las camas estaban deshechas, pero las ventanas segufan atin cerradas por dentro. El alguacil y Mr. Cook han registrado hoy nuevamente la casa y los techos, pero sin hallar rastro alguno de intrusién humana, El alguacil no pudo dar ninguna explicacién acerca del asunto y el incidente ha sido registrado en la comisaria de Policfa de Stockton, con una prudencia oficial tipica, como «una mansién pretendidamente encantada en Hereford Street, de Stockton». La otra mitad de Ja casa estd habitada por la propietaria, de 67 afios de edad, que est4 en tratamiento en un hospital de Newcastle desde hace una semana. Mrs. Cook declaré que la propietaria le habfa pedido que se ocupara de su aparta- mento mientras ella estuviera ausente. «He hecho las camas cuatro veces esta semana, y todas las mafianas aparecian des- hechas —dijo—. Al principio pensamos que se trataba de un ladrén, pero cuando las cosas comenzaron a ocurrir sin razén, cogimos miedo.» Mr. y Mrs, Cook contaron cémo, a veces, algtin picaporte se agitaba bruscamente aun cuando la contrapuerta enrejada de fuera estaba sélidamente cerrada con Ilave. «Mi pequefia tiene sélo cuatro meses, y no puede todavia sentarse sola, pero nosotros la hemos visto en mitad de la noche incorpo- rarse como si alguien le tirara de los brazos —manifest6 Mrs. ™ Cook—. Luego el bebé grité y cayé otra vez hacia atrds en su EL LIBRO DE LO INEXPLICABLB 209 camita. A veces hallamos sus juguetes en lugares distintos de donde los habfamos dejado, El anterior inquilino me dijo que una noche habfa sido despertado por algo que no pudo ver y que le sacudfa por el hombro. El inquilino que estaba ya aqui antes que él se habia despertado también en una ocasién viendo a alguien que lo estaba mirando.» Jenny Zrodlowski, 17 afios, una vecina, declaré que habfa visto, ayer, una forma erguida detrés de una separacién de cristal que existe entre los dos apartamentos, pero que cuan- do Mrs. Cooke y ella fueron a investigar, no habian encontra- do a nadie. UN POLTERGEIST CANADIENSE Extracto de The Edmonton Journal de Edmonton, Canadé, del 16 de febrero de 1970, St. Catharines, Ontario (C. P.).—Parece que un fantas- ma que Jevanta pesos y traslada muebles merodea estos dias por el apartamento de una familia de St. Catharines. Dos médicos, dos abogados, dos sacerdotes y un grupo de policfas de St. Catharines afirman haber visto a este espiritu en accién, Aseguran que una silla, sobre la que estaba sentado un chi- quillo de once afios, se levanté varias veces como unos 15 6 20 cm del suelo, mientras que un policia que traté de moverla €n las mismas condiciones, no pudo hacerlo. Algunas camas se enderezaron sobre uno de sus extremos, y unas cémodas se desplazaron de una pared a otra. 4-329 210 JACQUES BERGIER Un policfa de Ja ciudad, que lleva 23 afios de servicio, de- claré el sdbado: «Conozco, al menos, cinco colegas mfos que han sido testigos de esas manifestaciones, y que... estan convencidos de que ocurre algo sobrenatural.» La Policia, que prefiere no revelar el nombre de Ia familia, dice que ha mandado venir a algunos fisicos y otros exper- tos, a fin de efectuar una investigacién. Los funcionarios del agua, del gas y de la electricidad, de los servicios de incendios, ast como el inspector de servicio de las construcciones de la ciudad, confiesan. todos su incapacidad para aportar alguna explicacién légica. La familia en cuestién vive en este apartamento desde hace mas de diez afios, pero las molestias con los muebles no han empezado hasta las dos ultimas semanas. UNA FAMILIA SE TRASLADA; EL FANTASMA, NO Extracto del The Evening Review del 14 de marzo de 1970, Una familia de St. Catharines, cuyo hijo de 11 afios fue victima de manifestaciones sobrenaturales, ha resuelto el pro- blema mudandose de apartamento. Un policfa de St. Cathari- nes, uno de los testigos que han visto desplazarse los muebles, sin raz6n aparente, en el apartamento, ha dicho que Peter Walchuk y su familia se han mudado de su casa de Church Street. A fines de enero, el muchachito se convirtié en el cataliza- .. dor de curiosos desplazamientos de mobiliario. Las camas se balanceaban sobre tres patas, los cuadros se desprendian de EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 211 las paredes y una silla sobre la que estaba sentado el nifio se volcé. Policias, médicos y sacerdotes afirman haber sido tes- tigos de los hechos. Ahora que el nifio ha partido, el mobiliario no plantea ya problemas. No hay el menor signo de que los movimientos inexplicables que algunos dicen que fueron causados por un poltergeist (un fantasma malicioso que gasta bromas sobre todo a los nifios), hayan seguido al muchacho en su nueva re- sidencia. (1) ‘UN «EspfRITU» MANTIENE UN HOGAR BAJO LA OPRESION DEL TERROR Extracto del Edmonton Journal, de Edmonton, Canadd, del 11 de noviembre de 1969. Gillingham, Inglaterra (A.P.) — Una tranquila residencia situada a orillas del mar se ha convertido en la mansién del miedo, pues en ella una chiquilla de tres afios es aparente- mente presa de convulsiones ante la vista del crucifijo. La criatura est4 posefda por un espfritu maligno, dice su madre, Christine Adams, Una entidad sobrenatural se ha apoderado de la chiquilla y de la modesta casa de esta pequefia ciudad de la costa de Kent. (1) En el, momento de producitse esas manifestactones, John Gibson, un teportero del Spectator de Hamilton, fue invitado por ta Policia a abandonat la ciudad répidamente, See GE Sere et a ath tad de Prensa, y, a pesar de todo, hizo su reportaje. (A la Policia no le acaban de satis- facer Jos casos gue no consigue sclart.) S 212 JACQUES BERGIER El terror comenzé hace un afio, dice Mrs. Adams, cuando las luces empezaron a encenderse y apagarse, los muebles se desplazaban, las puertas cerradas se abrian, los ceniceros cafan de las mesas y habitaciones caldeadas se volvian glacia- les, «Lo més espantoso de todo, sin embargo, fue la transfor- macién de Carol», afiade. La criatura se puso a mantener con- versaciones con una persona invisible, utilizando palabras que una chiquilla de su edad no podfa conocer y, a veces, se Tres- pondia a s{ misma con voz de persona adulta. «En ocasiones, podfamos ofr a alguien cantar —se habria dicho que una cancién de cuna— al mismo tiempo que ella hablaba», dice la madre. Su marido y ella colocaron una cruz de madera en el cuarto de estar para tratar de combatir dicha presencia, «Cuando Carol se aproximaba a la cruz, su rostro se cris- paba —prosigue Mrs. Adams, de 27 afios—. Tensaba los dedos como garras y mostraba los dientes. Era algo espantoso.» Una vecina, Mrs, Marjorie English, habl6é del dfa en que vio a Carol colgarse fuera de una ventana del piso. «Me preci- pité para prevenir a su madre, pero ésta me dijo que aquello era imposible, que las ventanas estaban cerradas y fijadas. Cuando Mr. Adams volvié a su casa lo verificé: Jas ventanas no podian ser abiertas, Siempre me he refdo de esa clase de cosas, Pero ahora he visto demasiado.» El hijo de Mrs. English, Graham, de 17 afios, declaré que Mrs. Graham y él oyeron, una noche, ruidos que procedfan de la habitacién de Carol y que subieron para ver qué ocurria. La chiquilla «estaba enteramente metida en una funda de al- mohada», «La liberamos de ella y nos la Ilevamos a Ia planta baja, pero cuando, unos minutos més tarde, volvimos a subir, en- contramos la camita otra vez hecha y la funda, que habiamos tirado al suelo, nuevamente cubriendo Ja almohada.» «Estoy convencida de que alguna entidad sobrenatural se ha apoderado de la casa y se manifiesta por intermedio de EL LIBRO DE LO INEXPLICABLB 213 Carol», concluyé Mrs. Adams, la cual decidié lamar a una mé- dium, Elisabeth Langridge, en su ayuda. «No hemos visto nada, pero hemos sentido realmente in- fluencias indeseables —dijo ésta—. Un espiritu se servia de esa nifia.» La ISLA DEL TERROR EN EL ESTRECHO DE TORRES Extracto del Sunday Mirror de Sidney, Australia El miedo aleja a las gentes de un parafso tropical en el estrecho de Torres. La isla encantada, Gabba, situada a un cen- tenar de kilémetros al norte del cabo York, est4 cubierta de bosques y flores salvajes. Sus 4rboles estén cargados de frutas tropicales, el agua de los rfos es clara como el cristal, y las playas son magnificas. Sus bahfas y calas abundan en can- grejos, langostas, camarones y peces. La temperatura media de agosto es ideal, aproximadamente 30°, y sigue siéndolo la mayor parte del afio, Y, a pesar de ello, los habitantes de Jas islas del estrecho de Torres huyen de ese Jardin del Edén como de la peste. Estén completamente convencidos de que permanecer en Gabba después de la puesta del sol significa una muerte se- gura. Jimmy Levi, un indfgena de la isla Thursday, nos ha ha- blado de Gabba y de la «bruja» que la tiene encantada. Se trata del mecdnico de la embarcacién Melbidir, y se dice de €l que conoce el grupo de islas del estrecho de Torres mejor que nadie, 214 JACQUES BERGIER «Esa mujer es como el diablo —manifesté con el tono tranquilo, reservado, tipico de los islefios—. Nuestros padres nos lo dijeron: ella mata a los que se quedan ahi por la noche. Hace caer sobre ellos piedras enormes para aplastarlos.» Jimmy afiadié que Gabba fue antafio una de las islas mds pobladas del estrecho de Torres. Pero, segiin la leyenda, hace aproximadamente 300 afios, una terrible enfermedad se espar- cid por la isla después de que algunos habitantes hubieron co- mido tortugas venenosas. Los supervivientes cogieron sus ca- noas y huyeron a remo hacia otra isla. Todos, salvo una vieja que, gimiendo y vociferando contra las gentes de las canoas, se arrastré6 hasta lo alto de las rocas, Después de eso, todos los que fueron a Gabba oyeron ex- trafios gemidos y gritos horribles. Cuando Ia noche cafa, enor- mes piedras se abatieron sobre ellos. Sélo regresaron unos pocos para contarlo, Temblando de espanto, dijeron que ha- bian visto la silueta terrorifica de una vieja sobre la gigantesca roca basculante de la isla, gritando y riendo. «Todo el mundo lo cree... incluso los jévenes —dijo Jim- my—. Bajan la voz cuando hablan de la bruja. Y es una lds- tima, porque Gabba es una isla maravillosa. En ella se en- cuentran los mejores peces de las islas, Pero Ja bruja del pe- fiasco no quiere permitir que nadie la habite.» EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 215 UN VAMPIRO EN MINIFALDA ATERRORIZA A LA Poricfa Extracto del Mirror de Londres del 9 de noviembre de 1967 La noche pasada, unos policfas intentaron dar caza a un «vampiro» en minifalda que merodeaba por una playa de va- caciones. La Policfa habfa sido informada de que dicho vam- piro aterrorizaba a las personas, por la noche, en una playa situada cerca de la ciudad brasilefia de Manaus. Varias per- sonas que fueron atacadas describieron el vampiro como «una mujer rubia con dientes largos y puntiagudos, llevando una minifalda y medias negras». Dos heriditas redondas habrian sido encontradas cerca de la vena yugular de un nifio que fue mordido. Una informacién recibida de Manaus afiadia que, de los treinta policias enviados a la busca del misterioso vampi- ro-hembra, diecisiete abandonaron la caza. Manaus, capital del Estado de Amazonas, en Brasil, est4 situado cerca del Ama- zonas, el famoso rfo que fue llamado asf porque habitaba en sus orillas una tribu de mujeres guerreras y feroces, pareci- das a las amazonas de la mitologia griega. 216 JACQUES BERGIER TUN VAMPIRO CERCA DE LA TUMBA DE Kari Marx! Extracto del Mirror de Londres del 15 de mayo de 1970 La «diabélica criatura muerto-viviente» que, segéin Ja le yenda se oculta en el cementerio donde esta enterrado Karl Marx escapé ayer a un centenar de cazadores de vampiros. Di- cha caza habia conducido al especialista en vampiros Alan Blood (nombre particularmente adecuado, pues blood, en in- glés, significa sangre), al cementerio de Highgate, en Londres... y provocé varias veces escalofrios en los cazadores. La multi- tud se habia reunido un poco antes del alba después de haber contemplado, el viernes por la noche, una entrevista por la Televisién, en Ja cual un hombre manifesté que iba a exorci- zar un espfritu maligno que él pretendia haber visto en tres ocasiones, Mr. Anthony Robinson, 27 afios, de Ostel Road, Hamsptead, se habia dirigido al cementerio después de oir hablar de esta caza a la luz de las antorchas, «Escuché un rui- do muy agudo. Luego vi algo de color gris que atravesaba Jentamente Ja carretera. Eso me aterrorizé.» El especialista en vampiros, Alan Blood, de 25 afios de edad, profesor de Histo- ria, vino desde Chelmsford, Essex, después de haber visto a David Farrant, de 24 afios, hablar en la televisién de la B.B.C. sobre su proyecto de traspasar el corazén del vampiro con una de madera. «Todo ese asunto fue mal calculado —dijo Mr. Blood—; habfa demasiada gente por los alrededores, lo cual habria inquietado a cualquier muerto-viviente que hubie- “ra en el cementerio.» EBL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 217 BRILLA LA LUNA LLENA... UN HOMBRE MARCHA A LA CAZA DE UN VAMPIRO Extracto del Mirror de Londres, sin fecha Provisto de una cruz de madera y una estaca, Alan Farrant, 24 afios, se introdujo en un cementerio a medianoche, a fin de acosar a un vampiro. A la luz de una antorcha y de la luna Ilena, anduvo buscando por entre las tumbas. Luego el silencio fue roto por el ruido de un automévil... Se trataba de un co- che de la Policfa. La expedicién de Farrant termind en ese mo- mento. Y, en su lugar, tuvo que explicar a las autoridades qué estaba haciendo en el cementerio de Highgate de Londres, a esa hora de la noche. «Me dijeron que un vampiro salia de las catacumbas de este cementerio; si la Policfa no hubiera lega- do, habria entrado en ellas y examinado los féretros, Una vez encontrada esta criatura sobrenatural, le habria traspasado el corazén con mi estaca, y huido en seguida.» El magistrado de- claré que Farrant deberia acudir a un médico, y remitié él asunto a otra audiencia. 218 JACQUES BERGIER MUERE UN HOMBRE EN UNA EMBOSCADA TENDIDA PARA CAPTURAR A UN VAMPIRO Extracto del Mirror londinense del 27 de febrero de 1969 Los habitantes del poblado de Korogwe, en Africa oriental, estaban persuadidos de que un «vampiro» raptaba a algunos de los suyos por Ja noche. Decidieron entonces tenderle una emboscada. Y porque crefan que el «vampiro» era un europeo, mataron al primer blanco que Ilegé en coche a la emboscada: un alem4n, director de plantacién, Klaus Kaufmann, de 41 afios, Cuando regresaba de una cacerfa de patos fue derribado y ejecutado a golpes de largos cuchillos y a lanzadas. Ayer, uno de los siete hombres acusados del asesinato de Kaufmann declaré ante un tribunal de Dar-es-Salaam que los habitantes del poblado habfan cogido miedo del vampiro, después de que varias personas desaparecieron misteriosamente, EL LIBRO DB LO INEXPLICABLE 219 MarIPosas NOCTURNAS VAMPIROS Extracto del Journal de Edmonton, Canadé, del 13 de diciem- bre de 1968 El doctor Hans Banziger, un entomédlogo suizo que trabaja en Malasia, ha estado observando las nocivas costumbres de una mariposa nocturna que pica la piel y chupa la sangre. Ese vampiro nocturno Ilamado Calyptra eustriga, podria ser un ejemplo viviente de la evolucién en curso. Algunas de tales mariposas han adquirido érganos bucales lo bastante sélidos como para perforar la piel de los mamfferos. El doctor Banzi- ger ha visto a esa mariposa chupar la sangre de biifalos, cier- vos, tapires y antilopes, Los humanos que han sufrido la pica- dura dicen que «tuvieron la impresién de haber sido pinchados con una aguja ardiente». 220 JACQUES BERGIER UN VAMPIRO ESPANTA A LOS HABITANTES DE HUMAHUACA, EN ARGENTINA Extracto de un periddico de México, no designado, del 7 de enero de 1969 Jujuy, Argentina, 6 de enero de 1969 (U.P.I.).—Un gigan- tesco vampiro que pesarfa de 5 a 6 kilos, segtin testigos, ha estado aterrorizando a la poblacién del desfiladero de Huma- huaca, una pintoresca regién de dicha provincia del nordeste de la Argentina. E] mulero Melitén Juérez, uno de los testigos, afirmé que habfa sido atacado por esa enorme criatura mientras cabal- gaba su mula. La montura se asusté cuando el vampiro etec- tus varias pasadas por encima de ella y su jinete. Judrez afia- dié que el vampiro tenfa un «horrible» aspecto y que tuvo que utilizar varias veces el latigo para ahuyentarlo. Declaré que crefa que el extrafio murciélago tenia la intencién de posarse sobre el mulo y chupar su sangre, Otros habitantes del desfiladero supusieron que se trataba del mismo vampiro que, recientemente, habia efectuado algu- nas incursiones en los ranchos de la regién, donde al parecer +shumerosas aves de corral hab{an sido muertas, y su sangre chupada, EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 221 Los expertos en Zoologfa dicen que la aparicién de vampi- ros de semejante tamafio se confirma por un hecho que se pro- dujo en México, hace varios afios, cuando dos vampiros mons- truosos mataron a una mujer y un hombre mientras dormfan, LA CLINICA APEDREADA DE ARCACHON Es ta calidad del principal testigo lo que da su valor y ori- ginalidad a 1a singular historia que voy a relatar. El! doctor A, Cuénot pertenece a una ilustre familia de bid- logos. Tiene una mente cienttfica, al mismo tiempo que abier- ta. Ha escrito un libro, Les certitudes irrationnelles («Editions Planéte»), que es un modelo de rigor intelectual y, a la vez, de amplitud de miras, En su prélogo, Aimé Michel hace notar con mucha razén: «No existe atin una ciencia del hombre total. No sabemos siquiera si existe un hombre total. Entre todas las hip6tesis posibles acerca de nuestro futuro, la menos absurda y mds verosimil es que el futuro es ilimitado y que nosotros apenas hemos comenzado nuestra propia exploracién. Los ex- traordinarios logros del género humano a que estamos asis- tiendo actualmente nos dan de nosotros mismos la imagen de un nifio que acaba de descubrir un juguete nuevo.» La histo- ria que sigue demuestra que los poderes del hombre total son para nosotros ain ampliamente desconocidos, El lugar: Una clinica ortopédica en Arcachon. Dicha clini- ca hace veinticinco afios que la dirige el doctor Cuénot. Est especializada en el tratamiento de las tuberculosis éseas. 224 JACQUES BERGIER La época: Desde mayo hasta setiembre de 1963. Los fendmenos: Un bombardeo de la clinica con guijarros, morrillos, fragmentos de ladrillos, y objetos cuyo origen no pudo ser precisado, lo cual es bastante sorprendente. Mas de trescientos de tales objetos Iegaron a todas horas del dia y a la cafda de la tarde, Los enfermos, sentados en sus cochecitos, parecfan ser objetivos particulares. El fenémeno estaba vinculado con la presencia de una joven de 17 afios, que en este relato serd llamada Jacqueline. Ella misma fue am- pliamente lapidada. En el terreno psicolégico y social, es preciso sefialar que el fenémeno fue precedido por el anuncio, el 19 de abril de 1963, de la venta de la clinica, que se deb{fa cerrar el 30 de setiembre siguiente. Dicho anuncio es Io que, al parecer, desencadené las reac- ciones de... no se sabe quién. Hablar del «inconsciente colectivo» de los enfermos de la clinica es como hablar del poder adormecedor del opio. Son palabras, y nada mds. Los tiros de piedra apuntaron primeramente a una joven, que llamaremos Angelina. Después de su marcha de la clinica, y la legada, el 16 de julio, de Jacqueline, los fenémenos se acentuaron. Las indicaciones dadas por el doctor Cuénot en su libro ya citado y en algunas publicaciones, especialmente la Revue métapsychique, permiten efectuar un anélisis, Casi siem- pre las piedras cafan verticalmente. Las trayectorias oblicuas fueron raras, Atravesaban el follaje de los tres plétanos del parque de la clinica, Llegaban con una velocidad muy pequefia comparada con la que hubjeran debido tener al caer de dicha altura. El m4ximo de proyecciones por dia fue de 48. La Policfa local, después de la denuncia del 28 de agosto, parece que con- sideré al doctor Cuénot como un loco, lo cual contrasta pro- . fundamente con la actitud abierta de la Policfa alemana en el asunto de Rosenheim, mencionado més adelante. El Instituto EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 225 metapsfquico, por el contrario, envié a investigar al profesor Tocquet, cuya contribucién es muy interesante. Al parecer, no existié ningén fraude. Al ser interrogada, negé haber tenido participacién alguna en esta historia, La opinién general en la clinica fue que se trataba de una pan- dilla de bromistas, de los que jam4s se supo ni cémo Ilegaron a entrar en la clinica, ni cémo salieron de ella. A partir del 1 de setiembre, los lanzamientos de piedras ce- saron. Pero fueron seguidos de otros fenémenos, y especial- mente de golpes dados en puertas o contra las puertas. Estas empezaron a abrirse esponténeamente. El 4 de setiembre, se colocaron cerrojos; luego, todo se detuvo. Evidentemente, no hay ninguna explicacién definitiva. El doctor Cuénot, con una gran buena fe, menciona la hipétesis racional de un manfaco armado con una catapulta, disparando a distancia. Jamads se dio con semejante manfaco, y ninguna otra casa de Arcachon recibié piedra alguna. Personalmente, yo no creo en esta hipé- tesis. Como tampoco en una broma preparada por enfermos: éstos se habfan organizado para vigilarse a s{ mismos, y una broma habria sido desenmascarada. Hay que pensar, pues, en la hipétesis paranormal; ésta re- pugna, por su aspecto fantdstico. Los diversos guijarros, mo- rrillos y ladrillos no parecen proceder de los edificios de la clinica (aunque ésta era vetusta), sino de otro origen. Supongamos que esta fuente, digamos una cantera, se en- cuentre a un kilémetro; Ilegamos entonces a la idea de frag- mentos de ladrillo elevandose en el espacio, pasedndose por los aires a una velocidad relativamente pequefia, y luego legando a la clinica, Todo ello exige un trabajo considerable contra la gravitacién, y es diffci] imaginar que el sistema nervioso de uno 0 varios enfermos hubiera podido proporcionar dicha ener- gfa sin producir una catdstrofe en el enfermo. Si se trata de un fenémeno paranormal, éste utilizé una energia presente en la Naturaleza, pero de momento no tene- mos idea de cudl pueda ser. 153239 226 JACQUES BERGIER En un caso, ocurrido en el mes de agosto, uno de los en- fermos, agente de Policia de Paris y, por tanto, en principio, testigo calificado y buen observador, vio partir uno de los gui- jarros. {Este salfa de una habitacién!, de una habitacién de una seccién inutilizada de la clinica, en el 2.° piso, Inmediata- mente, todo el mundo se precipité allf: la habitacién estaba vacia, y la puerta cerrada con llave. Otro incidente curioso: uno de los enfermos, que estaba siendo abundantemente rociado con proyectiles, se puso a chi- Ilar un dia: «Basta ya; ¢es que ese imbécil no se va a dete- ner?» Y el fenémeno se detuvo... para volver a empezar media hora después, aunque més timidamente. Podria creerse que el fendémeno en cuestién era capaz de tener reacciones... Fenémenos de este tipo son demasiado frecuentes como para que todos puedan ser atribuidos a bromistas 0 a locos. Existe, ciertamente, el caso de Burdeos, donde se detuvo a un joven loco que, con un tirador, lanzaba piedras a todo un ba- rrio, Hay también numerosos casos de lanzadores locos, de los que algunos fueron arrestados. Pero, casi siempre, los lanza- mientos de piedras, y a veces de bloques de hielo, no tienen, de momento, explicacién cientifica. . No cabe, por supuesto, hablar de alucinaciones, colectivas © no, puesto que los guijarros subsisten después de los fend- menos. E! doctor Cuénot, hizo un andlisis psicolégico de Jacque- line, andlisis muy interesante, pero que no revelaba nada espe- cialmente anormal. La muchacha no parecfa aterrorizada, e incluso hallaba bas- tante gracioso ser el centro de un fenémeno que ningun adulto podia explicar. No tenfa que vengarse de nadie en particular, y, en el fondo, nada demostraba que tuviera relacién alguna, paranormal o no, con el fenédmeno. En cuanto a la clinica en sf misma, era bastante vetusta, pero no tenia ninguna leyenda paranormal o sobrenatural. ¢Entonces? EL LIBRO DE LO INEXPLICABLB 227 Entonces, como en el caso de Rosenheim, nos hallamos ante una fuerza desconocida para la Ciencia, y que parece ofrecer una diferencia esencial con los fenémenos cientificos: una ma- nifestacién de conciencia. Dicha fuerza se vincula con un ser particular, Angelina primero, Jacqueline luego, en el caso de la clinica; esta fuerza parece ser sensible a las reacciones hu- manas, y no se manifiesta mds cuando el sujeto humano se marcha. Posteriormente se vincula a otro sujeto. Un animal se com- portarfa as{: un ave, por ejemplo. Sucede, sin embargo, que no se conoce ningiin caso de comportamiento de ese géne- To por parte de aves. Se conocen algunas que roban obje- tos brillantes, como las urracas, pero no se sabe de aves que persigan a nadie. Por lo demas, un ave habria sido vista. Hay, alguien en torno nuestro, animales invisibles, «cosas condenadas» como decia Ambrose Bierce? La hipétesis es inquietante, pero no hay elemento alguno de prueba en este sentido. En 1969, en Carcasona, una victima de lanzamientos de piedras acudié un dia con un saco de hari- na y un aparato fotografico. En el momento en que comenzaba el lanzamiento, dicho individuo vacié su saco de harina en el aire, Luego, tomé una foto, que fue publicada en France-Soir, y que muestra una especie de forma. Eso no es muy convin- cente. Podemos admitir, sf, que dicha foto se prodjo porque la harina se adhirié a un objeto invisible. Asimism 9, podemos admitir que se trata de una supercheria. Finalmente, yo exigiria muchas mas pruebas antes de creer en Ja realidad de un nuevo reino animal invisible. Tampoco creo demasiado en las explicaciones espiritistas: fantasmas, ectoplasmas, etc., pues, en el laboratorio, ese géne- To de explicaciones ha demostrado ser una falsific acién, Siem- Pre y sin excepcién. Véanse, al respecto, mis notas en la obra de Robert Amadou Les Grands Médiums («Editions Denoél», coleccién La Tour Saint-Jacques). Sélo a titulo humoristico, citaré la hipétesis del profesor 228 JACQUES BERGIER Nandor Fodor: segiin ese psicoanalista htingaro, digno disci- pulo de Freud, los espiritus lanzapiedras serian fantasmas, pero no fantasmas de personas, jsino fantasmas de comple- jos...! ; Dicho de otro modo, habria seres acomplejados tan retor- cidos que sus complejos permanecerian después de su muerte, como un nudo en el espacio-tiempo... Volvamos a las posibili- dades més serias. El fisico americano George O. Smith, inventor del cohete de aproximacién y autor de ciencia-ficcién, ha emitido 1a hipé- tesis de que los espiritus inquietos son producidos por fuerzas naturales que, usualmente, se neutralizan por completo en el espacio. Las corrientes eléctricas del cerebro, segin Smith, rompe- rfan dicho equilibrio y producirian movimientos turbulentos, que algun dia aprenderemos a dirigir, pero que, por el momen- to, son controlados tinicamente por impulsos inconscientes. Esto parece ser lo suficientemente plausible como para jus- tificar una investigacién ulterior. Hay que esperar que esta in- vestigacién nos aporte la clave del enigma de los espfritus que golpean y lanzan piedras, y gquién sabe? quiz4 de la antigra- vitaci6n. EL FANTASMA ELECTRICO DE ROSENHEIM Los fenédmenos extraordinarios que se produjeron en no- viembre de 1967 en la poblacién alemana de Rosenheim, Ba- viera, no fueron examinados solamente por psicdlogos o pa- rapsicdlogos. Al mismo tiempo que el profesor Hans Bender, director del Institut fiir Grenzgebiete der Psychologie (Fribur- 80) (Instituto para las fronteras de la Psicologia, de Friburgo de Brisgovia), dos fisicos, F. Karger y G. Zicha, los estudiaron de una manera detenida. Desde los romanos, al menos, se reconocen los fendmenos parapsicoldgicos psicocinéticos porque producen una absor- cién de energia: la temperatura desciende, Pero el fendmeno de Rosenheim absorbié también energta eléctrica, Se trata de algo enteramente nuevo, y merece un estudio serio, En noviembre de 1967, en el despacho de un notario de Ro- senheim, unos tubos Juminosos de 2,50 m situados en el techo se destornillaron subitamente sin accién alguna exterior. Los disyuntores saltaban sin razén. Los lquidos de las mdquinas fotocopiadoras salfan de las cubas y lo rociaban todo. Los cua- tro teléfonos sonaban al mismo tiempo, sin que hubiera nadie al otro extremo del hilo. Las facturas de teléfono eran enor 230 JACQUES BERGIER mes: la informacién horaria telefénica habfa sido utilizada mi- Mares de veces. La compajifa de electricidad y la sociedad «Sie- mens», asi como la televisi6n alemana, que presenté el caso en dos de sus emisiones, efectuaron un primer estudio del fe- némeno. Luego fue convocado el profesor Bender, Comprobé que el fenémeno se producfa siempre en presencia de una empleada de 19 afios, que él designé abreviadamente como Anne Marie Sch. La Policta criminal inicié una investigacién al recibir la denuncia del director de la oficina, Herr Adam. De todo ello resulté la imposibilidad de detectar fraude alguno. Se advirtid, por ejemplo, la rotacién de trescientos veinte grados de un cuadro colgado de Ja pared. Dicha rotacién parece que fue de- bida a fuerzas paranormales. Los tubos luminiscentes fueron remplazados por lamparas incandescentes, las cuales estallaron. En presencia de expertos, algunos cajones se abrieron so- los, y un archivador que pesaba 175 kg se aparté unos 30 cm de la pared. Fraulein Sch, cayé entonces enferma, y regresé a su casa, donde se produjeron los mismos fenédmenos. Cambié entonces de empleo: los fenémenos se repitieron en su nuevo lugar de trabajo. Instrumentos de medicién demostraron que el fené- meno absorbfa energfa eléctrica. Otra vez se produjeron Ilama- das a la informacién horaria por tel¢fono, a raz6n de cinco por minuto, jsin que nadie marcase ningdn nimero! Los impulsos aparecfan directamente en la linea. Algunas mediciones efectuadas en Fraulein Sch. demostra- ron que los fenémenos estaban relacionados con estados de hipertensién. Por lo que fue posible juzgar, ella no tenfa nin- guna intencién mala u hostil, y toda su actitud parecia demos- trar que, mds bien, deseaba ayudar a su patrén, Herr Adam, a quien tales fenémenos inquietaban mucho. Aunque disfrutan- -do de la baja médica, Fraulein Sch. acudié al despacho cada EL LIBRO DE LO INEXPLICABLE 231 vez que se le pidié, lo cual permitié establecer una correlacién seria entre los fenémenos y su presencia, Asimismo, se presté a tests de parapsicologfa. Durante sus momentos de tensién, manifestaba facultades de clarividencia a un nivel elevado, Las tltimas noticias sobre esta joven scn muy tristes, El fenémeno en cuestién, habiéndola seguido apa- rentemente por la calle, penetré con ella en una bolera, cuyo responsable era el novio de Fraulein Sch. Todo el dispositivo eléctrico de registro de la bolera se descompuso, y el novio, aterrorizado, rompié las relaciones. Posteriormente, la mucha- cha cayé enferma, Este drama demuestra, en todo caso, que Fraulein Sch. no tenfa ningin interés en organizar esas mani- festaciones, aun cuando tuviese el poder de hacerlo. Las manifestaciones en cuestién, y especialmente las Ilama- das al teléfono automatico, exigen un poder mental sumamen- te elevado, as{ como el ejercicio de sentidos que el hombre no posee 0 que son desconocidos para él. En efecto, se trata de emitir a distancia sefiales eléctricas y enviarlas a una linea con una precisién del orden del milisegundo. Ningin ser humano Pposee normalmente tales poderes, y eso es lo que hay de in- quietante en este fenémeno. El estudio de los fisicos F. Karger y G, Zicha demuestra que, al parecer, el fenémeno de Rosenheim era capaz de hacer mover la aguja de un instrumento de medicién sin que nin- gun fendémeno natural Jo explicara. Las siguientes causas na- turales han sido examinadas, y descartadas: 1. Variaciones de voltaje de las Iineas (pese a la deflexién del aparato registrador, el voltaje permanecié constante). 2. Voltaje A. F. desmodulado componente con caracteris- tica no lineal (ninguna sefial a Ia sonda de tensién, investiga- cién efectuada con un generador de sefiales de 100 W). 3, Carga electrostatica. 4. Campo magnético estatico externo (ninguna sefial a la sonda de campo magnético), 5. Mal contacto en el sistema de amplificacién electréni- 232 JACQUES BERGIER co, mecanismo estropeado en el aparato registrador. Los mis- mos fendémenos se produjeron con un segundo aparato, esta vez nuevo: hipétesis, por tanto, rechazable, 6. Efectos ultrasénicos o infrasénicos, fuertes vibracio- nes. 7. La hipétesis de un fraude por intervencién humana ma- nual en el registro fue totalmente descartada. Asimismo se detecté, colocando un micréfono, una sefial de una amplitud de 10 voltios, que parecia ser el resultado de una presién mecdnica paranormal sobre el cristal del micréfono. No se oyé ningun sonido. El micrdfono estaba bajo vigilancia, y nadie se aproximé a él, Cuando se registraron los impulsos anormales de Ja corrien- te, se comprobaron algunos desplazamientos del lépiz registra- dor correspondientes a corrientes de 50 amperios. No se detec- t6 ninguna corriente, Los aparatos de registro empleados eran todos de un tipo esténdar, y estaban perfectamente ajustados. La rotacién efectuada por un cuadro fue registrada en cassette mediante un dispositivo «Ampex Video Recorder», del tipo utilizado co- trientemente en televisién, Realmente, fue la primera vez que un dispositivo de ese género registré fantasmas... Se conoce un caso, en Gran Bretafia, en el que una cAmara de televisién con la cual se intentaba captar un fantasma en una casa encantada, fue empujada por manos invisibles y cay por un hueco de escalera estando a punto de alcanzar a un operador. Pero hasta este dia, jamds habfa visto aparatos eiec- trénicos estandar registrar fenémenos de origen paranormal. Por dicha razén, el caso de Rosenheim quedar4 como histérico. Hay que ajiadir, en el terreno de la electrénica, que los fend- menos continuaron cuando se alimenté el local con acumula- dores sin conectarlos con Ja red. Eso elimina totalmente la posibilidad de que el origen fueran ciertas irregularidades de Ja red; por otra parte, éstas habrian sido detectadas por el -» Servicio de mantenimiento, que tuvo, durante toda la duracién nyse AE IN pone’ EL LIBRO DE LO INEXPLICABLB 233 de los acontecimientos, un registrador «Siemens Unireg» en la linea de entrada de la corriente. La tnica cosa interesante a subrayar en el informe del servicio de mantenimiento es el testimonio del empleado, que vio pasar por el corredor a Friiu- Jein Sch. y verificé que las lamparas oscilaban detrds de ella. El examen médico de Fraulein Sch. mostré espasmos mus- culares inquietantes, de un tipo histérico, que cesaron cuando abandoné el despacho del notario. Los padres de Fraulein Sch. se opusieron a un interrogato- rio y a un tratamiento hipnotico. Quiz4 tuvieron razén, ya que el hipnotismo es un fenémeno atin muy mal conocido. Para resumir, los relatos de los testigos, los informes de Ja Policfa, los del servicio de mantenimiento de la produccién de electricidad en Rosenheim, y los informes de parapsicélogos y fisicos concuerdan: en Rosenheim se produjeron fenémenos de una naturaleza desconocida. Tales fendmenos son del tipo poltergeist (o «esptritus in- quietos»). Se tienen noticias de ellos en todas las épocas y en todas partes. A menudo acompajian la presencia de adolescen- tes o de muchachas jévenes, pero no siempre ocurre tal cosa. El escritor inglés Arthur Machen, que llevé a cabo varias investigaciones sobre este tema para algunos periédicos, tuvo noticia de numerosos testimonios controlados de casos en los que ningtin adolescente estaba presente. Entre dichos testimo- nios, aparece el caso de una verdadera persecucién que tuvo lugar en una pensién familiar de Londres, donde habfa sélo huéspedes adultos bastante mayores, y existe también el tes- timonio de un obispo anglicano, que vio en Africa una choza literalmente destrozada y reducida a pequefifsimos fragmentos en presencia de centenares de testigos. Esa choza, que habia sido evacuada, estaba habitada por una anciana pareja; ningun adolescente aparecia en ella. No hay, por tanto, ninguna hipétesis, ni siquiera ninguna correlacién, suficientemente precisa para relacionar los fend- menos con fuerzas naturales conocidas. 234 JACQUES BERGIER, En Rosenheim, se advirtié por primera vez una correlacién con la electricidad. Es posible que se pudiera haber compro- bado la misma correlacién si se hubiera dispuesto, en el pa- sado, de.instrumentos para detectar y registrar los fenémenos eléctricos, Plinio el Viejo describe un caso muy andlogo al de Rosen- heim, pero, evidentemente, no disponia de ideas o de instru- mentos que le permitieran descubrir si se producfan fenéme- nos eléctricos. Hay que insistir sobre el valor de los doctores Karger y Zicha, que estudiaron el fenémeno desde el punto de vista cien- tifico. Dichos doctores trabajan en el Instituto de Plasmaffsica Max Planck de Munich-Garching, una institucién cientifica de las mas serias..El hecho de que hubieran sido autorizades a participar en la investigacién y a hacer de ella un informe ofi- cial, el cual yo poseo, es la prueba de una apertura de espfritu muy rara entre los sabios oficiales, Por lo demés, tanto la Ciencia oficial como la Policfa, el servicio de distribucién de la electricidad y la televisién ale- mana dieron pruebas en este asunto de una comprensién y una amplitud de miras absolutamente notables. La misma Policia acepté una denuncia contra «X», pero, hasta el momento, no ha logrado detener al «espfritus. Conviene sefialar que el lugar donde se produjo el fenéme- no no era un castillo maldito y discutible, sino un despacho de un hombre de leyes alemdn, y apenas podemos imaginar algo menos frivolo. Lo que no impide que sea muy dificil sacar una conclusién, Pequefios efectos psicocinéticos, en los que la voluntad hu- mana actuarfa sobre la materia, parecen haber sido real- mente comprobados por investigadores, pese a que otros inves- tigadores los desmienten. Pero jamds hab{a sido observado semejante efecto con un desplazamiento de 30 cm de un objeto de 175 kg de peso, ni -en el laboratorio, ni en otra parte. EL LIBRO DE LO INEXPLICABLB 235 Si existe alguna fuerza de naturaleza desconocida que ema- na del espiritu humano y actia sobre la materia, ésta puede actuar sobre los electrones que son materiales, y producir asi una corriente eléctrica. O también actuar sobre los muelles de un disco telefénico automatico, o sobre la aguja de un instru- mento de medicién. La fuerza de Rosenheim producia fenémenos que, seguin el profesor Bender, «debfan ser dirigidos por una inteligencia po- seedora de un conocimiento técnico exacto, capaz de estimar intervalos de una duracién de milisegundos». Lo que hay de nuevo y pavoroso en el fenémeno de Rosen- heim es el adelanto que representa con relacién a fenémenos andlogos. Al lado de nuestra vida, ¢hay otra vida de naturaleza eléc- trica a punto de nacer y evolucionar? ¢Se apoderara un dia de nuestras: m4quinas, como en la te- rrorifica novela de Theodore Sturgeon Killdozer? PERSONAS QUE ARDEN ESPONTANEAMENTE por Ronap J, WILLIS La combustion espontdnea, sin razén aparente, de seres hu- manos o de objetos concierne a un problema singular, el del «fuego secreto», Segiin los alquimistas, habria otro tipo de fuego, ademds del que conocemos. Ese fuego secreto seria su- mamente peligroso, En términos de Fisica moderna, cabria in- terpretar ese fendmeno como intermedio entre la energia qui mica y la nuclear. El articulo de Ronald J. Willis es una exce- lente contribucién a los estudios de ese tipo. La propietaria Mevé un telegrama a la puerta del aparta- mento de Mrs. Reeser, en Saint Petersburg, Florida. Golped tres veces, y aguardé. Al no haber respuesta, Ilamé de nuevo. Tampoco esta vez dieron sefiales de vida. Traté entonces de abrir la puerta. El pomo estaba caliente, lo cual le hizo recor- dar el ligero olor de chamusquina que habfa notado anterior- mente. Pero el olor habfa desaparecido, y ella no habfa avisado a los bomberos. Tras haber llamado varias veces, se decidié finalmente acudir a la Policfa, que Ieg6 y derribé Ja puerta. Les aguardaba una visién increfble. 238 JACQUES BERGIER En medio del apartamento, un gran sill6n habia ardido hasta sus muelles metdlicos. Habfa un poco de hollin en el techo, y la alfombra estaba quemada alrededor del sillén; ex- ceptuando eso, el fuego no habia tenido ninguna importancia. Pero, ¢dénde estaba Mrs, Reeser? Al avanzar hacia el sill6n, la Policia descubrié lo que quedaba de ella. Su cabeza estaba allf, completamente carbonizada y reducida a las dimensiones de una pelota de tenis. Asimismo se encontré un fragmento de su columna vertebral y un trocito de pie. Eso era todo, salvo al- gunas cenizas alrededor del sillén. El coroner (1) se quedé estupefacto, ¢Cémo un fuego tan poco importante, que habia quemado sélo el acolchado de un sillon, y apenas habfa sido notado en la casa, habia podido consumir de manera tan completa un cuerpo humano? Se acudié al doctor Wilton Krogman, especialista muy conocido en la muerte por fuego, de la Escuela de Medicina del Estado de Pensilvania, que estaba de vacaciones en las cercanfas. «Es la cosa m4s asombrosa que jam4s he visto —dijo—. No puedo imaginar una cremacién tan completa sin causar mayores da- fios en el] apartamento. Tampoco he visto jamds un craneo hu- mano reducido as{ por un calor intenso, Siempre ocurre lo contrario: los craneos, o bien se agrandan de manera anormal, o virtualmente hacen explosién en cien pedazos.» La Policia consideré la posibilidad de suicidio, accidente o crimen, pero sin hallar motivo alguno para la muerte. Sobre todo, no existfa medio alguno por el que Mrs. Reeser hubiese podido morir de esa manera. Hace falta un calor de cerca de 2.500 grados, y aproximadamente unas tres horas de tiempo, para que un cuerpo humano se consuma hasta ese punto: pre- gunten ustedes a cualquier crematorio, ¢Caso unico, extrafio, inexplicado de muerte de una ancia- na? No, simplemente, un caso entre otros de una larga lista de (1) Recordemos que en tos Estados Unidos, como en Inelaterra, el coroner —muy co- s»nocido en las novelas policfacas— es un funcionario civil encargado de efectuar la inves- asistido por un jurado, en caso de muerte violenta o sabita. aarti Paes: EL LIBRO DE LO INEXPLICABLB 239 muertes a menudo clasificadas bajo la designacién, cafda en desuso, de «combustién esponténea». Desde hace siglos, los médicos han sefialado casos en los que el cuerpo humano se ha inflamado bruscamente o ha sido hallado fantdsticamente carbonizado, sin que pueda explicarse cémo ha podido ocu- rrir eso. Frecuentemente, los alrededores permanecen comple- tamente intactos, lo cual demuestra que el enorme calor se ha limitado, de una manera u otra, prdcticamente al propio cuer- po. Esta limitacién del calor al entorno inmediato es uno de los aspectos mds misteriosos de ese fenédmeno, Tomemos el caso de los Rooney. Estos vivian en una eranja cerca de Séneca, en Illinois. La nochebuena de 1885, Patrick Rooney, su mujer y su criado John Larson, bebieron whisky en la cocina. Larson fue inmediatamente a acostarse, y se des- perté la mafiana de Navidad con migrafia. Abajo, en la cocina, Jo encontré todo cubierto de una pelicula oleosa, y, en el suelo, a Patrick Rooney, muerto. Larson cogié entonces su caballo y, al galope, marché a prevenir al hijo de Rooney, John, que ha- bitaba cerca de alli. Al regresar a la granja, los dos hombres advirtieron un hoyo carbonizado cerca de la mesa de la co cina. Observando en Ja excavacién, hallaron sobre la tierra, bajo las planchas que cubrian el suelo, un craneo calcinado, algunos huesos quemados y un pequefio montén de cenizas. E] coroner dictaminé que Patrick habfa muerto a causa de asfixia provecada por el humo del cuerpo de su’ mujer que ardfa. E] jurado no pronuncié ningin veredicto. Mrs. Rooney habia desaparecido en medio de un fuego de un calor fantas- tico que no se habfa extendido més alld de los alrededores in- mediatos. Aquello superaba la comprensién de aquel jurado de granjeros del Middle West del siglo x1x. El doctor Dixon Mann, en una obra de Medicina legal, pre- senta un cierto numero de casos de combustién. Uno de ellos concierne a una mujer de la cual no se hallé mas que huesos quemados en el suelo de su habitacién. Mann, como otros mu- chos autores que han discutido acerca de esas «combustiones 240 JACQUES BERGIER, esponténeas», pensaba que todas las victimas eran grandes bebedores y que, al embeber tanto alcohol, su organismo po- dia, de un modo u otro, hacerles arder espontdneamente. Algu- nas de sus victimas eran realmente alcohdlicos, pero otras no probaban ni una gota de alcohol. La teoria «alcohdlica» no era, evidentemente, satisfactoria. Eric Frank Russel, el escritor inglés, en su obra Great World Mysteries («Mayflower-Dell», Nueva York, 1967) estudié die- cinueve casos de combustién espontdnea de seres humanos, casos que encontré en periddicos del afio 1958, y, sin la menor duda, éstos fueron sélo una pequefia parte de los que se pro- dujeron. El més espectacular tuvo lugar en Chelmsford, Ingla- terra. En mitad de un baile, una mujer se puso a arder con unas brillantes !lamas azules, y, en pocos minutos, no quedé de ella m4s que un montoncito de cenizas carbonizadas. El coroner declaré: «

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