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PREMIO NOBEL°DE ECONOMIA DESARROLLO Risa Ene lite ope rere, ni tot 1 parcialment, sinel previo permiso escrito {a editor: Todos los deve reservdon ial originale Development as freed © 1999, Amartya Sen Publicado de sewed con Allied A: Knopf ne (© 2000 por a aecion, Esther Rabasco y Las Toharia © 2000, Edna Panta SA Céecega, 278.238, 08008 Barcelona Espafa ise de cubiera:Jovep Bagh Primera edicin: mayo de 2000 ISBN 4.08 03504 X ISBN 0-375-40619.0 editor Alfred A. Knoph. lnc, una dvs de Random House Inc Nacva York. edi vigil toe Igual, SL Composiisa Vi Primers ezpeesisn arcana agosto de 2000, © 2000, Eval Planeta Argentina, S ALC. Independeveia 1668, 1100 Buenos Aives Grupo Plata SAN 950.40-01734 echo depésito que prevé la ley 11.723 Imes en la Argeina Indice Lista de ilustraciones Agradecimientos Prélogo Introduccién, El desarrollo como libertad LA PERSPECTIVA DE LA LIBERTAD. Los FINES Y LOS MEDIOS DEL DESARROLLO LA LIBERTAD ¥ 108 FUNDAMENTOS DE LA JUSTICIA LA POBREZA COMO PRIVACION DE CAPACIDADES ‘MERCADos, ESTADO Y OPORTUNIDAD SOCIAL LA IMPORTANCIA DE 1A DEMOCRACIA ‘LAS HAMBRUNAS ¥ OTRAS CRISIS ‘LA AGENCIA DE LAS MUJERES Y EL. CAMBIO SOCIAL POBLACION, ALIMENTOS ¥ LIBERTAD 10. CULTURA y DERECHOS HUMANOS 11. ELECCION SOCIAL ¥ CONDUCTA INDIVIDUAL 12. LA LIBERTAD INDIVIDUAL COMO UN COMPROMISO SOCIAL PEI away Notas Indice de autores Indice de materias u 15 19 29 34, 16 4 142 183 199 233 250 276 300 338 357 425, 435 internacional. Tampoco va destinado a los poderes publicos y « los planificadores de los gobiernos nacionales, Se trata, mis bien, de un estudio general sobre el desarrollo y sobre las tazones pri yacentes, destinado especialmemte a suscitar el debate publica. He estructurado las seis conferencias en doce capitulos, tanto en aras de la claridad como para que la versién escrita resulte mis accesible a Jos lectores legos en la materia, De hecho, he tratado de que el anil sis fuera Io menos técnico posible, y sélo me refiero a la literatura ‘mas formal —para aquellos que les interese— en las notas que se en cuentran al final del libro. También comento las expetiencias econé- micas que he vivido desde que pronuncié las conferencias (en 1996), como la crisis econémica de Asia (que confirmé algunos de los peo- res temores que expresé en esas conferencias). Dada la importancia que concedo al papel del debate piiblico como vehiculo de cambio social y de progreso econéimico (como pon- dra de manifiesto est libro), he elaborado el presente estudio princi- palmente con el propésito de que sea objeto de una deliberacin abierta y de un examen critico. Durante toda mi vida he evitado dar consejos a las «autoridades». De hecho, nunca he asesorado a ningiin gobierno y he prefetido que mis sugerencias y mis crticas —en lo que valen— sean de dominio pablico, Dado que he tenido la suerte de vi- vir en tres democracias en las que los medios de comunicacién gozan de bastante libertad (la India, Gran Bretaia y Estados Unidos), no he tenido razén alguna para quejarme de falta de oportunidades para ex- poner en piblico mis ideas. Si mis argumentos suscitan algén interés y provocan mas debates priblicos sobre estas cuestiones vitales, ten- dia razones para sentirme bien recompensado. 18 INTRODUCCION El desarrollo como libertad Eldesarrello puede concebirse, como sostenemos en este libro, como un proceso de expansion de las libertades reales de que disfrutan los individuos. El hecho de que centremos la atencién en las libertades Jbumanas contrasta con las visiones més estrictas del desarrollo, como su identificacién con el crecimiento del producto nacional bruto, con el aumento de las rentas personales, con la industralizacién, con los vances tecnolégicos © con la modernizacién social, El crecimiento del PNB o de las rentas personales puede ser, desde luego, un medio muy importante para expandir las libertades de que disfeutan los miembros de la sociedad. Pero las libertades también dependen de otros determinantes, como las instituciones sociales y econsmicas (por ejemplo, los servicios de educacién y de atencién médica), asi como de los derechos politicos y humanos (entre ellos, la libertad para participar en debates y escrutinios piblicos). La industraliza- ign, el progreso tecnol6gico o la modernizaci6n social pueden con- tribuir significativamente a expandir la libertad del hombre, pero la libertad también depende de otros factores. Si lo que promueve el desarrollo es la libertad, existen poderosos argumentos para concen: trar los esfuerzos en ese objetivo general y no en algunos medios 0 en tuna lista de instrumentos especialmente elegida, La concepcién del desarrollo como un proceso de expansién de las libertades funda- mentales lleva a centrar la atencién en los fines por los que cobra im- portancia el desarrollo y no sélo en algunos de los medios que de- sempefan, entre otras cosas, un destacado papel en el proceso. El desarrollo exige la eliminacién de las principales fuentes de privacion de libertad: la pobreza y la tirania, la escasez de oportuni- dades econdmicas y as privaciones sociales sistemiticas, el abandono «en que pueden encontrarse los servicios piiblicos y la intolerancia o el 19 eexceso de intervencién de los Estados represivos. A pesar de que la opulencia mundial ha experimentado un aumento sin precedentes, el mundo contemporaneo niega libertades bsicas a un inmenso niime ro de personas, quizé incluso a la mayorfa, A veces la falta de liberta- des fundamentales esté relacionada directamente con la pobreza eco- némica, que priva a los individuos de la libertad necesaria para satisfacer el hambre, para conseguir un nivel de nutricién suficiente, para poner remedio a enfermedades tratables, para vestir dignamen- teo tener una vivienda aceptable o para disponer de agua limpia o de servicios de saneamiento, En otros casos, la privaci6n de libertad est cstrechamente relacionada con la falta de servicios y atencién social piiblicos, como la ausencia de programas epidemiol6gicos 0 de siste- mas organizados de asistencia sanitaria o de educacién o de institu- ciones eficaces para el mantenimiento dela paz y el orden locales. En otros casos, la violacién de la libertad se debe directamente a la ne- sativa de los regimenes autoritarios a reconocer las libertades politi cas y civiles y ala imposicién de restricciones a la libertad para part cipar en la vida social, politica y econémica de la comunidad. [EFICACIA F INTERCONEXIONES La libertad es fundamental para el proceso de desarrollo por dos ra- zones distintas; 1) La razén de la evaluacién. El progreso ha de evaluarse princi palmente en funcién del aumento que hayan expetimentado o no las libertades de los individuos. 2) La razén dela efcacia. El desarrollo depende totalmente dela libte agencia de los individuos. Ya hemos sefialado el primer motivo para centrar la atencién en Ja libertad: la raz6n de la evaluaci6n, Para analizar el segundo, la ra 26n de la eficacia, tenemos que examinar las relaciones empiticas re levantes, en particular, las conexiones entre los diferentes tipos de li- bertad que se refuerzan mutuamente. Son estas interconexiones, que se analizan con cierto detalle en este libro, las que hacen que la agen 20 cia libre y viable constituya un importante motor del desarrollo, La libre agencia no s6lo es una parte «constitutivay del desarrollo sino que también contribuye a fortalecer otros tipos de libre agencia. Las conexiones empiricas que se analizan extensamente en este estudio relacionan los dos aspectos de la idea del «desarrollo como libertad. La relaci6n entre la libertad individual y el desarrollo social va 1s alli de la conexién constitutiva, por importante que ésta sea, Lo que pueden conseguir positivamente los individuos depende de las oportunidades econémicas, las libertades politicas, las fuerzas socia les y las posibilidades que brindan la salud, la educacién basica y el fomento y el cultivo de las iniciativas. Los mecanismos instituciona les para aprovechar estas oportunidades también dependen del ejer- cicio de las libertades de los individuos, a través de la libertad para participar en las decisiones sociales y en la elaboracién de las deci- siones piiblicas que impulsan el progreso de estas oportunidades. Esas interconexiones también se investigan en este libro, ALGUNOS EJEMPLOS: LIBERTAD POLITICA Y CALIDAD DE VIDA, La importaneia de la concepcién dela libertad como el fin principal dl desarrollo puede ilustrarse con unos cuntos sencillos ejemplos. ‘Aunque el verdadero alcance de esta perspectiva sélo puede com- prenderse con un anilisis mucho mds extenso (que se intenta en los ccapitulos siguientes), es fécil mostrar con algunos ejemplos elemen- tales el cardcter radical de la idea del «desarrollo como libertad», En primer lugar, en las visiones més estrictas del desarrollo en las que se identifica éste con el crecimiento del PNB o con la industria- Tizacién, a menudo se pregunta si algunas libertades politicas 0 so- ales, como la libertad de participacién y disensién politicas o la oportunidad de recibir una educacién basica, «contzibuyen © no al desarrollo». Desde la perspectiva mis basica del desarrollo como li- bertad, esta manera de plantear la pregunta tiende a pasar por alto una importante cuestin: estas libertades fundamentales (es decir, la libertad de participacién politica o la oportunidad de recibir una educacién o una asistencia sanitaria basicas) se encuentran entre los componentes constieutivos del desarrollo, Su importancia para el de- ai sarrollo no tiene que demosttarse por medio de su contribucién di recta al crecimiento del PNB © al fomento de la industrializacion. De hecho, resulta que estas libertades y derechos también contribuyen muy eficazmente al progreso econémico; esta conexién también sera objeto de una gran atencién en el presente libro. Pero aunque la re- lacién causal es realmente significativa, la reafiemacién de las liberta des y los derechos por parte de esta conexién causal se suma al papel directamente constitutivo de estas libertades en el desarrollo, El segundo ejemplo esta relacionado con la discordancia entre la renta per capita (incluso después de tener en cuenta las variaciones de los precios) y la libertad de los individuos para vivir mucho tiem= po y para vivir bien. Por ejemplo, es posible que los ciudadanos de Gabsn, Sudafrica, Namibia o Brasil sean mucho mis ricos desde el punto de vista del PNB per capita que los de Sti Lanka, China o el estado indio de Kerala, pero la esperanza de vida de los segundos es muy superior ala de los primeros Por poner otro ejemplo distinto, a menudo se dice que los afroa- ‘meticanos que viven en Estados Unidos son relativamente pobres «en comparacién con los americanos blancos, aunque mucho més ti- cos que los pueblos del Tercer Mundo. Sin embargo, ¢s importante darse cuemta de que los afroamericanos tienen menos probabilidades en términos absolutos de llega a la edad adulta que los habitantes de muchas sociedades del Tercer Mundo, como China, Sri Lanka o al- unas partes de la India (que tienen diferentes sistemas de asistencia sanitaria, de educacién y de relaciones lemtro de la comunidad). Sic anilisis del desarrollo es relevante incluso en el caso de los paises ids ricos (en este libro sostenemos que en realidad lo es), puede considerarse que la presencia de esos contrastes entre los grupos dentro de los paises mas ricos es un importante aspecto para com- prender el desarrollo y el subdesarrollo, ‘TRANSACCIONES, MERCADOS ¥ PRIVACION DE LIBERTAD ECONOMICA Eltercer ejemplo esté relacionado con el papel que desempefian los metcados dentro del proceso de desarrollo, La capacidad del meca- nismo del mercado para contribuir a conseguir un elevado creci- 2 miento econémico y el progreso econdmico general se ha reconoci do ampliamente —y con razén— en la literatura contemporénea so- bre el desarrollo, Pera seria un error entender el papel del mecanis- mo del mercado sélo como algo derivado, Como sefialé Adam ‘Smith, Ja libertad para realizar intercambios y transacciones consti- tuye en sf misma una parte de las libertades bisicas que los indivi- duos tienen razones para valorar. Estar genéricamente en contra de los mercados seria casi tan raro como estar genéricamente en contra de las conversaciones entre los individuos (aun cuando algunas sean detestables y causen problemas 40t70s 0 incluso a los mismos que conversan). La libertad para in- tercambiar palabras, bienes o regalos no necesita una justificacién defensiva basada en sus efectos favorables, aunque distantes; forma parte del modo en que los seres humanos viven en sociedad y se in- terrelacionan (a menos que se les impida por ley o por decreto). La contribucién del mecanismo del mercado al crecimiento econémico es importante, por supuesto, pero sélo una vez que se reconoce la importancia directa de la libertad para intercambiar palabras, bienes o regalos. De hecho, la denegaci6n de la libertad para participar en el mer- cado de trabajo es una de las maneras de mantener a los individuos en Ia esclavitud y la cautividad, y la batalla contra la falta de libertad «que supone el trabajo en condiciones de servidumbre es importante hoy en muchos paises del Tercer Mundo por algunas de las mismas tazones por las que fue trascendental la guerra de Secesién america- na, La libertad para participar en los mercados puede contribuir de manera significativa por s{ misma al desarrollo, independientemente de lo que pueda contribuir 0 no el mecanismo del mercado a fomen tar el crecimiento econ6mico o la industrializacién. De hecho, las alabanzas que dispensa al capitalismo Karl Marx (que no era, en ge neral, un gran admirador suyo) y su afirmacién (en Das Kapital) de «que la guerra de Secesién americana es «el gran acontecimiento de la historia contempornea» estan relacionadas directamente con la im- portancia de la libertad de contrato laboral por oposicién a la escla- vitud y la denegacién forzosa del acceso al mercado de trabajo. ‘Como veremos, en muchos paises en vias de desarrollo, entre los re tos fundamentales del desarrollo se encuentra en la actualidad la ne- B cesidad de liberar al trabajo de las ataduras explicitas 0 implicitas que le niegan el acceso al mercado de trabajo abierto. Asimismo, a denegaciGn del acceso a los mercados de productos stele set una de las privaciones que suften muchos pequefios agricultores y esforza dos productores a causa de los sistemas y restricciones tradicionales. La libertad para realizar intercambios econémicos desempeia un papel esencial en la vida social Sciialar esta cuestiGn, frecuentemente descuidads, no es negar due sca importante juzgar el mecanismo del mercado de una manera lobal en funcién de todos sus papeles y sus efectos, incluida la ge- neracién de crecimiento econémico y, en muchas circunstancias, in- cluso de equidad econémica. También debemos examinar, por otra parte, las persistentes privaciones de algunos segmentos de la comu- nidad que contindan estando excluidos de los beneficios de la socie- dad de metcado, asi como las opiniones generales, incluidas las eriti- as, que puedan tener los individuos sobre el estilo de vida y sobre los valores relacionados con la cultura de los mercados. Cuando se concibe el desarrollo como libertad, hay que considerar y evaluat co- rrectamente los argumentos tanto favorables como desfavorables. Resulta dificil pensar que es posible conseguir un proceso de notable desarrollo sin utilizar mucho los mercados, pero eso no excluye el papel de la ayuda social, a leyistaci6n o la intervencién del Estado ‘cuando pueden enriquecer —en lugar de empobrecet— Ia vida hu- ‘mana. El enfoque que utilizamos aqui constituye una perspectiva de Jos mercados més amplia y més global que la que se invoca con fre- cuencia cuando se defiende o se critica el mecanismo del mercado. Terminamos esta lista de ejemplos con otro que se basa directa- ‘mente cn un recuerdo personal de mi propia infancia. Estaba ju- gando una tarde —debia de tener alrededor de diez aiios— en el jardin de nuestra casa familiar situada en la ciudad de Dacca, hoy capital de Bangla Desh, cuando entzé un hombre gritando lastimo- samente y sangrando de forma profusa; llevaba un cuchillo clavado en la espalda. Eran tiempos de conflictos entre comunidades triba- les (en los que los hindiies y los musulmanes se mataban unos a otros) que ptecedieron a la independencia y a la divisién de la India y Pakistan. El hombre apufialado, llamado Kader Mia, era un jorna- lero musulmén que habia ido a trabajar a una casa vecina—a carn 24 bio de una minima retribucién— y habia sido apuiialado en la calle por matones de algn grupo en nuestra zona, que era principalmen- te hinda. Al darle agua mientras pedia ayuda al mismo tiempo a los adultos de la casa y, momentos més tarde, cuando lo llevé mi padre cortiendo al hospital, Kader Mia nos dijo que su mujer le habia di- cho que no fuera a una zona hostil en unos momentos tan dificiles. Pero Kader Mia tenia que ir a buscar trabajo para ganar algo porque su familia no tenia nada que comer. La consecuencia de su falta de libertad econémica fue la muerte, que le sobrevino més tarde en el hospital. La experiencia fue un golpe tremendo para mi. Me hizo reflexio- nar mas tarde sobre la terrible carga que suponen las identidades es- trictamente definidas, incluidas las que se basan con firmeza en co- munidades y grupos (tendré ocasién de analizar esa cuestién en el presente libro). Pero en un sentido inmediato, también me hizo ver el notable hecho de que la falta de libertad econémica, en forma de ex- trema pobreza, puede hacer de una persona una victima indefensa de Ja violacién de otros tipos de libertad. Kader Mia no habria necesita- do ir a una zona hostil en busca de unos pequefios ingresos en aque- lla terrible época si su familia hubiera podido ser capaz de sobrevivir sin ellos. La falta de libertad econémiea puede alimentat la falta de li bertad social, de la misma forma que la falta de libertad social o poli- tica también puede fomentar Ia falta de libertad econémica, OnGANZACIONES ¥ VALORES Podriamos poner ottos muchos ejemplos para mostrar cun impor- tante es concebir el desarrollo como un proceso integrado de expan- sién de libertades fundamentales relacionadas entre si, Esta es la cconcepciGn que se presenta, se examina y se utiliza en este libro para investigar el proceso de desarrollo en términos globales que integra las consideraciones econdmicas, las sociales y las politicas. Este tipo de enfoque amplio permite apreciar simultaneamente el vital papel «que desempefian en el proceso de desarrollo muchas y diferentes ins- tituciones, entre las cuales se encuentran los mercados y las organi- zaciones relacionadas con ellos, los gobiernos y las autoridades loca- 2 les, lox partidos politicos y otras in los siste nus de edueacién y las oportunidades cle didlogo y debate pablicos Juido el papel de tod tipo de enfoque también nos permite reconocer el papel de Jos valores sociales y de las costumbres vigentes, que pueden influir cen las libertades de que disfrutan los individuos y que tienen razones pata valorar. Las normas compartidas pueden influir en algunos as pectos sociales como la equidad de los sexos, los tipos de euidado de los hijos, el tamaio de la familia y las pautas de fecundidad, el trata miento del medio ambiente y muchas otras instituciones y resulta- dos, Los valores y las costumbres sociales vigentes también afectan a la presencia o a la ausencia de corrupcidn y al papel que desemperia Ja confianza en las relaciones econémicas, sociales 0 politicas. En el ejercicio de la libertad influyen los valores, pero en los valores influ yen, a su vez, los debates piblicos y las interrelaciones sociales, en los cuales influyen las libertades de paticipacién. Cada una de estas co nexiones merece un minucioso anslisis El hecho de que la libertad para realizar transacciones econémi- cas normalmente tienda a ser un gran motor de crecimiento econd- rico ha sido reconocido por muchos, aun cuando continite teniendo firmes detractores. Es importante no sélo reconocer el papel que de- sempefian los mercados, sino también apreciar la contsibucién de otras libertades econémicas, sociales y politicas a la mejora y el enri- quecimiento de la vida que consiguen llevar los individuos. Este as pecto tiene una clara relacién incluso con algunas cuestiones tan con: trovertidas como el amado problema demogeatico, La contribucién de la libertad a la moderacién de las tasas de fecundidad excesiva. mente altas es un tema sobre el que existen opiniones contrarias des- de hace mucho tiempo. Mientras que el gran racionalista francés del siglo xv Condorcet experaba que las tasas de fecundidad descen- diieran con «el progreso de la raz6n>, de tal forma que el aumento de la segutidad, de la educacién y de la libertad para tomar decisiones fundadas frenata el crecimiento de la poblaci6n, su contemporineo ‘Thomas Robert Malthus mantenia una postura totalmente contraria De hecho, Malthus sostena que «no hay razén alguna para suponer que nada, salvo la dificultad de satisfacer como es debido las necesi- dades vitales, vaya a llevar a este mayor ntimero de personas a no es- ( los medios de comunicacién), 26 tur dispuesto a casarse pronto ou impeditle eriae saludablemente familias lo mas yeandes posible», Mis adelante, en este estudio vere mos cuil ce estas dos postutas —que se basan, respectivamente, en la libertad razonada y en la compulsién econdmica— tenia raz6n (afirmaremos que la balanza de las prucbas se inclina, desde luego, ims del lado de Condorcet). Pero es mny importante reconocer que esta controversia no es mas que un ejemplo del debate existente des- de hace muchos siglos entre el enfoque del desarrollo que esti a favor de la libertad y el enfoque que esté en contra de ella. Ese debate sigue estando muy vivo en numerosas y diferentes versiones. INStITUCIONES ¥ LIBERTADES INSTRUMENTALES En los estudios empiricos siguientes, investigamos especialmente cin- co tipos distintos de libertad, vistos desde una perspectiva «instru- mental. Son 1) las libertades politicas, 2) los servicios econémizos, 3) las oportuniidades sociales, 4) las gerantias de transparencta y 5) la seguridad protectora. Cacia uno de estos tipos de derechos y oportu- nidades contribuye a mejorar la eapacidad general de una persona También pueden contribuir a complementarse mutuamente. La po- litica de los poderes publicos para fomentar las capacidades humanas y las libertades fundamentales en general puede actuar fomentando estas libertades instramentales distintas, pero interrelacionadas. En los siguientes capitulos analizamos cada uno de estos tipos de liber- tad —y las instituciones que entrafia— y sus interconexiones. Tam bign tendremos la oportunidad de investigar el respectivo papel que ddesempefian en el fomento de las libertades generales de los indivi- duos para llevar el ripo dle vida que tienen razones para valorar. En cesta concepeién del «desarrollo como libertad, las libertades instru menrales estan relacionadas entre si y con los fines de la mejora de la libertad del hombre en general, Aunque el anilisis del desarrollo debe ocuparse, por una parte, de los objetivos y las aspiraciones por las que estas libertades instru mentales son importantes, también debe prestar atencién a las re laciones empiricas que ligan estos distintos tipos de libertad, refor zando su importancia conjunta. De hecho, estas conexiones son a fundamentales pata comprender mejor el papel instrumental de La i bertad. Onis VACIONES FINALES Las libertades no sélo son el fin principal del desarrollo, sino que se encuentran, ademas, entre sus principales medios. Ademas de reco: nocer la importancia fundamental de la libertad en la realiza evaluaciones, también tenemos que comprender la notable relacién empitica que existe entre los diferentes tipos de libertades. Las li bertades politicas (en forma de libertad de expresi6n y elecciones li bres) contribuyen a fomentar la seguridad econémica. Las oportuni- dades sociales (en forma de servicios educativos y sanitarios)facilitan a participacién econémica. Los servicios econémicos (en forma de oportunidades para participar en el comercio y la produccién) pue- den contribuir a generar riqueza personal general, asi como recursos paiblicos para financiar servicios sociales, Los diferentes tipos de li- bertades pueden reforzarse mutuamente. Estas conexiones empiricas refuerzan las prioridades valorati vas, Basindonos en la distincién medieval entre «el paciente» y «el agente», esta interpretacién de la economia y del proceso de desa rrollo basada en la libertad es una teoria que se apoya en gran medi- da.en el concepto de agente, Con suficientes oportunidades sociales, los individuos pueden configurar en realidad su propio destino y ayudarse mutuamente. No tienen por qué concebirse como recepto: res pasivos de las prestaciones de ingeniosos programas de desarro- Ilo, Existen, de hecho, poderosas razones para reconocer el papel positivo que desempefa la agencia libre y viable, ¢ incluso la impa- ciencia constructiva CAPITULO 1 La perspectiva de la libertad No es raro que las parejas se planteen la posibilidad de ganar més, pero existe una conversacién sobre este tera que data del siglo vita. J.C. aproximadamente y que tiene especial interés, Tal como se ‘cuenta esa conversacién en el texto sinscrito Bribadaranyaka Upa- nishad, una mujer Hamada Maitreyee y su esposo, Yajnavalkya, pasan sin dilacién a discutir una cuestién mas importante que la de la for- ima de ser mas ricos y los medios para conseguitlo: ccudnto les ayu- daria la rigueza a conseguir lo que quieren?! Maitreyee se pregunta si podria lograr la inmortalidad si fuera suya «toda la tierra, lena de ti: queza». «No —responde Yajnavalkya—, tu vida sera como la de los ticos. Pero en modo alguno esperes conseguir la inmortalidad por medio de la riqueza» Maitreyee dice entonces: «Para qué me sirve tuna cosa con la que no voy a volverme inmortal?» La pregunta retGrica de Maitreyee se ha citado una y otra vez en 1a filosofia religiosa india para ilustrar tanto la naturaleza de las difi- cultades del hombre como las limitaciones del mundo material. So- ‘mos muy escépticos respecto al uso de Ja mundana frustracién de Maitreyee para suscitar cuestiones espirituales, pero hay otro aspec- to de esta conversacién que tiene un interés bastante inmediato para a economia y para la comprensi6n de la naturaleza del desarrollo, Se refiere a la relacién entre la renta y los logros, entre los bienes y las capacidades, entre nuestra riqueza econémica y nuestra capacidad para vivir como querriamos. Aunque existe una relacién entre la opulencia y los logros, ésta puede o no ser muy estrecha y puede muy bien depender extraordinariamente de otras circunstancias. La cues- tion no es la capacidad para vivir eternamente ala que se referia Mai treyee —bendita sea—, sino la capacidad para viv en realidad mu cho (sin morir en la flor de la vida) y para vivir bien mientras se esté 2 vivo (y no para vivir una vida de miseria y de privacién de libertad), ‘cosas i las que casi todos nosotros concederiamos mucho valor y de mos tener fervientemente. La difer ncia entre las dos perspec tivas (es decir, entre la concentracién de la a exclusivamente nc en la tiqueza econémica y Ia concentracién mas general en la vida ‘que podemos llevar) es una importante cuestién en la conceptualiza- ci6n del desarrollo, Como sefial6 Aristételes al comienzo de Erica ‘Nicémaco (que recuerda mucho a la conversacién que mantuvieron Maitreyee y Yajnavalkya a cinco mil kilémetros de distancia), «la ti- queza no ¢s, desde luego, el bien que buscamos, pues no es mis que ‘un instrumento para conseguir algtin otro fin»? ‘Si tenemos razones para queret mas riqueza, hemos de pregun tamos: gcuiiles son esas tazones, cémo actiian, de qué dependen y qué cosas podemos «hacer» con més riqueza? En realidad, general- mente tenemos excelentes razones pata querer poseet més renta o mas riqueza, y no es porque la renta y la riqueza scan deseables en si ‘mismas, sino porque, por norma, son admirables medios de uso ge neral para tener més libertad con la que poder llevar el tipo de vida que tenemos razones para valorar. La utilidad de la riqueza reside en las cosas que nos petmite ha cer, es decir, en las libertades fundamentales que nos ayuda a conse: uit. Pero esta relacién no es ni exclusiva (ya que existen otros fac= totes, ademas de la riqueza, que influyen de forma significativa en ‘nuestra vida) ni uniforme (ya que la influencia de la riqueza en nucs- tra vida varia con otras influencias). Tan importante es reconocer el papel fundamental que desempefia la tiqueza en la determinacién de las condiciones de vida y de la calidad de vida como comprender el céracter limitado y eventual de esta relacién. Una concepci6n satis- factoria del desarrollo debe ir mucho més alla de la acumulacién de riqueza y del crecimiento del producto nacional bruto y de otras va- riables relacionadas con la renta, Sin olvidar la importancia del cve- cimiento econémico, debemos it mucho mas alla, Es necesario examinar e investigar los fines y los medios del de- sarrollo para comprender mejor el proceso de desarrollo; sencilla- ‘mente, no es suficiente fijarse como objetivo basico la maximizacién de la renta o de la riqueza, que, como sefalé Aristételes, «no es mis que un instrumento para conseguir otro fin. Pot esa misma razén, 30 ‘no €s sensato concebir ef crecimiento econémico como un fin en sf ‘mismo. El desarrollo tiene que ocuparse mas de mejorar la vida que Hevamos y las libertades de que disfrutamos. La expansién de las li- bertades que tenemos razones para valorar no sélo enriquece nues- ta vida y lalibera de restricciones, sino que también nos permite ser personas sociales més plenas, que ejercen su propia voluntad e inte- ‘actian con —e influyen en— el mundo en el que viven. En el capt- tulo 3 proponemos y analizamos mas este enfoque general y lo eva- luamos en comparacién con otros enfoques que reclaman nuestra atencién.” ‘Tiros DE PRIVACION DE LIBERTAD En todo el mundo hay muchas personas que sufren muchos tipos de privacin de libertad. En algunas regiones continia habiendo ham- brunas que niegan a millones de personas la libertad basica de so- brevivir. Incluso en los paises que ya no son devastaclos esporicica- mente por hambrunas, la desnutricién puede afectar a un gran nniimero de vulnerables seres humanos. Ademés, un elevado niimero de personas apenas tiene acceso a la asistencia sanitaria, a un sistema de saneamiento 0 a agua limpia y se pasa la vida luchando contra la innecesaria morbilidad, sucumbiendo a menudo a una muerte pre- ‘matura, En los paises més ricos, hay con demasiada frecuencia per- sonas profundamente desfavorecidas, que carecen de la oportunidad basica de recibir asistencia sanitaria 0 una educacién funcional o de conseguir un empleo remunerado o seguridad econémica y social. Incluso dentro de los paises muy ricos, a veces la longevidad de al- unos grandes grupos no es mayor que la de muchas economias més pobres del llamado Tercer Mundo. Ademés, la desigualdad entre las mujeres y los hombres aflige a millones de mujeres —y a veces ter- mina de manera prematura con su vida— y limita gravernente de di: ferentes formas las libertades fundamentales de que disfrutan. Pasando a otros tipos de privacién de libertad, en algunos patses hay un gran ndmero de personas a las que sc les niegan por sistema la libertad politica y los derechos humanos bisicos. A veces se dice que la denegacién de estos derechos ayuda a estimular el crecimien- 31 to econémico y es «buena» para acelerar el desarrollo econémico. ‘Algunos ban abogado incluso por un endurecimiento de los sistemas politicos —con la denegacién de derechos humanos y politicos basi- cos— porque ello tiene supuestamente la ventaja de fomentar el desarrollo econémico. Esta tesis (llamada frecuentemente «la tesis de Lee», atribuida de alguna forma a Lee Kuan Yew, antiguo primer iministro de Singapur) a veces se respalda con datos empiricos bas- tante rudimentarios. En realidad, algunas comparaciones internacio- nales mas generales no han confirmado esta tesis, y apenas existen pruebas de que una politica autoritaria contribuya en realidad al cre- cimiento econémico. De hecho, la evidencia empirica parece indicar claramente que el crecimiento econémico se favorece mas con un cli- ma econémico més positive que con un sistema politico mas duro. Esta cuestién se éxaminard en el capitulo 6. El desarrollo econémico tiene, ademés, otras dimensiones, in cluida la seguridad econdmiea. Muchas veces la inseguridad econé ‘mica puede estar relacionada con la falta de libertades y derechos de- mocriticos, De hecho, Ia existencia de democracia y de derechos politicos puede contribuir incluso a prevenit las hambrunas y otros desastres econémicos. Los gobemantes autoritarios, a los que raras ‘veces los afectan las hambrunas (u otras calamidades econémicas de «se tipo), tienden a carecer de los incentivos necesarios para tomar a ticmpo medidas preventivas. Los gobiernos democriticos, por el contratio, han de ganar las elecciones y hacer frente a las eriticas de la opinién publica, y tienen poderosos incentivos para tomar medi- das que impidan las hambrunas y oteas catastrofes de ese tipo. No es sorprendente que en la historia del mundo nunca haya habido ham- brunas en las democracias, ya sean econémicamente ricas (como las, de la Europa occidental o la Norteamérica contemporaneas) o relati- ‘vamente pobres (como las de la India tras la independencia, Botswa: 1a o Zimbabwe). Por norma, ha habido hambrunas en los tertitorios coloniales regidos por gobemantes de otros lugares (como en la In- dia briténica o en la Irlanda administrada por los distantes gober- nantes britinicos), en los estados en los que slo existe un partido (como en Ucrania durante la década de 1930, en China durante el periodo 1958-1961 o en Camboys durante los aiios setenta) o en las dictaduras militares (como en Etiopia, Somalia o algunos de los pat 32 ses del Sahel recientemente). De hecho, en el momento de entrar en maquina este libro, los dos paises que parecen encabezar la «liga del hambre» en el mundo son Gorea del Norte y Sudiin, destacados jemplos ambos de regimenes dictatoriales. Aunque la prevencién de las hambrunas ilustra con suma claridad y contundencia las ven- tajas de los incentivos, las ventajas del pluralismo democratico tie- nen, en realidad, un alcance mucho mayor. Pero —lo que es més fundamental—Ia libertad politica y as li bertades civiles son importantes directamente por si mismas y no tie- zen que justificarse indirectamente por su influencia en la economia. Incluso cuando las personas que carecen de libertades politicas 0 de derechos humanos no gozan de suficiente seguridad econémica (y da la casualidad de que disfrutan de unas citcunstancias econémicas fa vorables), se ven privadas de importantes libertades para vivir y se les niega Ia oportunidad de participar en decisiones cruciales sobre asuntos ptiblicos. Estas privaciones restringen la vida social y poli cay deben considerarse represivas, aun cuando no causen otras allic- ciones (como desasttes econémicos). Dado que las libertades politi- as y civiles son elementos constitutivos de la libertad del hombre, su denegacién es una desventaja en si misma, Cuando se examina el pa ppel que desempefian los derechos humanos en el desarrollo, hay que prestar atenci6n a la importancia constitutiva, asi como a la impor- tancia instrumental, de los derechos humanos y de las libertades po- liticas. Estas cuestiones se examinan en el capitulo 6. PROCESS ¥ OPORTUNIDADES El analisis anterior deberia haber dejado claro que la concepcién de Ja libertad que adoptamos aqui entrafia tanto los procesos que hacen posible la libertad de accién y de decisién como las oportunidades reales que tienen los individuos, dadas sus circunstancias personales yy sociales, La falta de libertad puede deberse a procesos inadecuados (como la violacién de los derechos de voto o de otros derechos poli- ticos o humanos) o a las insuficientes oportunidades que tienen al- ‘gunas personas para conseguir lo que minimamente les gustaria con- seguir (incluida la falta de oportunidades tan elementales como la 33 capacidad para escapar de una muerte prematura, de la morbilidad evitable o de la inanicién involuntaria) La distincién entre el aspecto de los procesos y el aspecto de las oportunidades de la libertad entrafia un considerable contraste, Pue- de hacerse en diferentes planos, Ya hemos analizado en otra parte los respectivos papeles y requisitos del aspecto de los procesos y el as pecto de las oportunidades de la libertad (asi como las conexiones| rmutuas entre ellos)” Aunque ésta no sea la ocasin de entrat en las ccomplejas sutiles cuestiones relacionadas con esta distincién, es muy importante concebir la libertad de una manera suficientemente am. plia, Es preciso no limitarse a analizar sélo los procedimientos ade cuiados (como hacen a veces los llamados libertarios, sin preocuparse en absoluto de si algunas personas desfavorecidas son privadas o no sistemiticamente de importantes oportunidades) o las oportunidades, adecuadas (como hacen a veces los partidarios de un enfoque basado cn las consecuencias, sin preocupase por la naturaleza de los proce- 08 que generat las oportunidades ola libertad de eleceién que tienen los individuos). Tanto los procesos como las oportunidades tienen importancia por detecho propio, y cada uno de los aspectos esta rela- cionado con la concepcién del desarrollo como libertad. Los 0s PAPELES DELA LIBERTAD En el andlisis del desarrollo presentado en este libto, las libertades de Jos individuos constituyen la piedra angular. Porlo tanto, prestamos especial atencin ala expansi6n de las «capacidades» de las personas para llevar el tipo de vida que valoran y que tienen razones para va- Jorar. Estas capacidades pueden aumentarse por medio de medidas piiblicas, pero, por otra parte, el uso eficaz de las capacidades de participacién de los individuos puede influir en el rumbo de estas medidas. La relacién bilateral es fundamental para cl anilisis que presentamos aqui. Existen dos razones distintas por las que tiene una importancia fundamental la libertad individuel en el concepto de desarrollo, rela- cionadas, respectivamente, con la evaluaciém y con la eficacia.’ En primer lugar, en el enfoque normativo que adoptamos aqui, conside- o ramos que las libertades inglividuales fundamentales son esenciales. El éxito de una sociedad ha de evaluarse, desde este punto de vista, principalmente en funcin de las libertades fundamentales de que disfrutan sus miembros. Esta postura se diferencia del énfasis en la informacién de los enfoques normativos més tradicionales, que cen- tran la atencién en otras variables, como la utilidad, los procedi- mientos para alcanzar la libertad o la renta real ‘Tener mis libertad para hacer las cosas que tenemos razones para valorar, 1) es importante por derecho propio para la libertad to- tal de la persona y 2) es importante para aumentar las oportunida- des della persona para obtener resultados valiosos.* Ambas cosas son importantes para evaluar la libertad de los miembros de la sociedad y, por lo tanto, fundamentales para evaluar el desarrollo de la socie- dad. Las razones para adoptar este enfoque normativo (y, en parti- cular, para ver la justicia desde el punto de vista de ls libertades in- dividuales y de las variables sociales correlacionadas con ella) se examinan més extensamente en el capitulo 3, La segunda razén para considerar tan esenciales las libertades fundlamentales se halla en que la libertad no solo es la base de la eva- luaciGn del éxito y del fracaso sino también un importante determi- nante de la iniciativa individual y de la eficacia social. El aumento de la libertad mejora la capacidad de los individuos para ayudarse a si rismos, as{ como para influir en el mundo, y estos temas son funda- mentales para el proceso de desarrollo, La cuestién que nos interesa aqui esta relacionada con lo que podriamos llamar (a riesgo de sim- plificar excesivamente) el «aspecto de agencia» del individuo. EL uso del término «agencia» exige algunas aclaraciones. La ex- presiGn «agente» a veces se emplea en la literatura sobre economéa y sobre la teoria de los juegos para referisse a una persona que acti en representacin de alguna otra (dirigida quizé por un «principal») y cuyos logros deben evaluarse a la luz de los objetivos de alguna otra (cl principal). Aqui no utilizamos el término «agente» en este senti- do, sino en el mas antiguo —y «elevado»— de la persona que actiia y provoca cambios y cuyos logros pueden juzgarse en funcién de sus propios valores y objetivos, independientemente de que los evalue ‘mos o no también en funcidn de algunos criterios externos. Este es tudio se refiere especialmente al papel de agencia del individuo co como miembro del ptiblico y como participante en actividades eco- némicas, sociales y politicas (que van desde participar en el mercado hasta intervenir directa 0 indirectamente en actividades individuales ‘© conjuntas en el terreno politico y de otros tipos) Esto guarda relacién con un gran némero de cuestiones relacio- nadas con a poltica social y econémica, que van desde cuestiones estratégicas como la tentacién general de los dirigentes de seleccio- nar petfectamente a los destinatarios de las ayudas (con el fin de con- seguir un «reparto ideal» entre una poblacin supuestamente inerte) hasta temas fundamentales como los intentos de disociar la gestién de los gobiernos del proceso de escrutinio y rechazo democréticos (y lejercicio participativo de los derechos politicos y humanos) ‘SISTEMAS DE EVALUACIGN: RENTAS Y CAPACIDADES Desde el punto de vista de la evaluaci6n, of enfoque aqui utilizado centra la atencién en una informacion que lo diferencia de la ética préctica més tradicional y del andisis de la politica econémica, como la concentracién «econémica» de la atencién en la primacia de la ren ‘ay la riqueza (y no en las caracteristicas de la vida humana y de las i- beitades fundamentales), el énfasis «utilitarista» en la satsfacci¢n ‘mental (y no en el descontento.creativo y la insatisfaccién construct va), la preocupacién «libertaria» por los procedimentos para alcanzar la libertad (despreocupsindose deliberadamente de las consecucncias que se derivan de esos procedimientos), etc. En el capitulo 3 exami nnamos los argumentos generales para adoptar una informacion tinta, que centra la atencidn en las libertades fundamentales que los individuos tienen razones para disfrutar. Eso no quiere decir que la privacién de capacidades individuales no guatde una estrecha relacién con la falta de renta, relacién que es de doble sentido: 1) una renta baja puede ser una importante causa del analfabetismo y de la falta de salud, asi como del hambre y la des- nutticién, y 2), a la inversa, una mejora de la educacién y de la salud contribuye a ganar una renta més alta. Estas conexiones tienen que comprenderse perfectamente. Pero también hay otros factores que influyen en las capacidades baisicas y en las libertades efectivas de 36 que disfrutan los individuos, y existen buenas razones para estudiar Ja naturaleza y el aleance de estas interconexiones, De hecho, es pre- cisamente porque la falta de renta y la falta de capacidades suelen guardar considerables relaciones por lo que es importante que no nos dejemos fascinar ni pensemos que prestando atencién a la pri mera obtendremos automiticamente suficiente informacién sobre la segunda. Las conexiones no son tan estrechas y las desviaciones sue: Jen ser mucho mas importantes desde el punto de vista de la politica econdmica y social que la eoncurrencia limitada de las dos series de variables. Sien lugar de centrar la atenci6n sélo en la pobreza de ren- tala centramos en la idea mas global de la carencia de capacidades, podemos comprender mejor la pobreza de las vidas humana las li- bertades a partir de una base de informacién diferente (que implica un tipo de estadisticas que la perspectiva dela renta tiende a dejar de lado como punto de referencia para analizat la politica econ6mica y social). El papel de la renta y dela riqueza —por importante que éste sea, junto con otras influencias— tiene que integrarse en un anilisis mas amplio y completo del éxito y de las privaciones. Powaeza ¥ DESIGUALDAD Las implicaciones de esta base de informacién para el andlisis de la pobreza y de la desigualdad se examinan en el capitulo 4. Existen buenas razones para concebir la pobreza como la privacién de capa- cidades basicas y no s6lo como una renta baja. La privacién de ca- pacidades elementales puede traducirse en una mortalidad prema- tura, un grado significative de desnutricién (especialmente en el caso de los nifios), una persistente morbilidad, un elevado nivel de analfabetismo y otros fracasos. Por ejemplo, el terrible fendmeno de las «mujeres desaparecidas» (que se debe a las tasas de mortalidad excepcionalmente mis altas de las mujeres de determinadas edades en algunas sociedades, en especial en el sur y oeste de Asia, el norte de Africa y China) ha de analizarse con informacion demogrifica, médica y social y no con informacién sobre el bajo nivel de renta, que a veces nos dice bastante poco sobre el fenémeno de la desi gualdad entre los sexos.* 0 El cambio de perspectiva es importante porque nos da una vi sién diferente —y mis relevante— de la pobreza no s6lo de los pal: ses en vias de desarrollo sino también de las sociedades mis opulen- tas. La presencia de un enorme paro en Europa (entre el 10 y el 12% en muchos de los principales paises europeos) entrafia privaciones ‘que no se reflejan perfectamente en las estadisticas sobre la distribu: cin de la renta. Estas privaciones suclen minusvalorarse alegando que el sistema europeo de seguridad social (incluido el seguto de de- sempleo) tiende a compensar Ia pérdida de renta de los parados, Pero el paro no es sélo una falta de renta que puede compensarse con transferencias del Estado (con un elevado coste fiscal que puede ser en sf mismo una gravisima carga); también puede tener trascen- dentales y negativas consecuencias para la libertad individual, la ini ciativa y las cuaificaciones. Entre sus miktples efectos, el paro con- tribuye a la «exclusion social» de algunos grupos y provoca la pérdida de independencia, de confianza en uno mismo y de salud mental yfisica. De hecho, es dificil no tener la sensacién de que exis- te una manifiesta incongruencia en los intentos actuales de Europa de crear un elima social de més «autonomia» individual sin concebir medidas adecuadas para reducir el enorme ¢ intolerable nivel de paro que hace que esa autonomia resulte extraordinariamente dificil RENTA Y MORTALIDAD Incluso en lo que se refiere ala relacidn entre la mortalidad y la ren- ta (cuestién en la que Maitreyee era bastante ambiciosa), es notable que el grado de privacién que padecen algunos grupos en los paises muy ricos sea comparable al que padecen en el llamado Tercer Mun- do. Por ejemplo, en Estados Unidos, los afroamericanos, como gru- po, no tienen mas probabilidades —de hecho, tienen menos— de llegar a una edad avanzada que las personas nacidas en las econo- mias inmensamente mas pobres de China o del estado indio de Ke- rala (o de Sti Lanka, Jamaica o Costa Rica),” Esta diferencia se muestra en los grificos 1.1 y 1.2. Aunque la renta per cfipita de los afroamericanos que viven en Estados Unidos sea considerablemente inferior a la de la poblacién blanca, los afroame- 38 Guanco 1.1, Diferencias entre las tasas de supervivencia de los hombres por regiones fos i a 2° : Bos 8 et, w, ‘inn boo | (ass + Chine 3 2 + Kew ‘a 6. 6s te err Ee es) enter Estados Unidos, 1991-1995: U.S. Department of Health and Human Services, Health United States 1995, National Cees for Health Statistics, Hyattsville, Md, 1996 Kerala, 1991: Government of India, Sample Reglitaton Systm: Fertility and Mortality Indictors 1991, Ofice ofthe Registrar General, Nueva Delhi, 1991; China, 1992: Orga niacin Mundial de la Salud, World Hoult Statistics Annual 1994, Organizacion Mun: dal de la Salad, Ginebra, 1994 ricanos son mucho més ricos desde el punto de vista de la renta que los habitantes de China o de Kerala (incluso después de rener en cuenta las diferencias de coste de vida). En este contexto, es espe- cialmente interesante comparar las probabilidades de sobrevivir de los afroamericanos con las de los habitantes de China o de Kerala. Los afroamericanos tienden a encontrarse en una situacién mejor en lo que se refiere a la supervivencia en los grupos de edad bajos (so- bre todo desde el punto de vista de la mortalidad infantil) que los chinos 0 los indios, pero el panorama cambia con los afios. 39 GArico 1.2. Diferencias entre las tasas de superoiveneia de las mujeres por regiones ea et 8 Superévencia de las mujeres (poreentale) o 5 45 2 3 45 68 65 75 (aos) Fuente: Estados Unidos, 1991-1993. U.S, Department of Health and Human Services, Health United States 1795, National Center for Health Stasis, Hyatsile, Mel, 1996, Kerala, 1991: Government of India, Sample Reisrtion System Fertility and Mortality Indizators 991, Ofice of the Registrar General, Nueva Delhi, 1991; China, 1992: Orga nizacién Mundial de la Salud, World Heal Stnstcs Annual 1994, Organizacion Mun dial de a Salud, Ginebra, 1994, De hecho, resulta que en China y en Kerala los hombres viven claramente mas que los afroamericanos en el sentido de que sobrevi- ven hasta edades més avanzadas, Incluso las mujeres afroamericanas acaban teniendo una pauta de supervivencia en las edades més altas similar a Ja de los chinos mucho mas pobres y unas tasas dle supervi- vencia claramente infetiores a las de los indios, atin mas pobres, de Kerala. Por lo tanto, no se trata solo de que los americanos negros sufren una privacién relativa desde el punto de vista de la renta per ccpita frente a los americanos blancos, sino de que, ademés, sufren 40 as privaciones en términos absolutos que los indios de baja renta de Kerala (tanto mujeres como hombres) y los chinos (en el caso de los hombres) en lo que se refiere a vivir hasta edades avanzadas. Entre Jos factores causales que influyen en estos contrastes (es decir, entre los niveles de vida valorados en funcién de la renta per capita y los niveles de vida valorados en funcién de la capacidad para sobrevivir hasta edades avanzadas) se encuentran las instituciones sociales las, relaciones en el seno de la comunidad, como la cobertura médica, la sanidad publica, la educacién escolar, el orden piiblico, el grado de violencia, ete." ‘También merece la pena sefialar que dentro del grupo de los afroa- mericanos que viven en Estados Unidos existe una gran diversidad. De hecho, si observamos la poblacién masculina negra de algunas ciudades de Estados Unidos (como Nueva York, San Francisco, San Luis o Washington, D.C.), veremos que es superada en lo que a su- pervivencia se refiere por la de China o Kerala a edades mucho més tempranas." ‘También es superada por la poblacién de muchos otros pafses del ‘Tercer Mundo; por ejemplo, en Bangla Desh los hombres tienen mas probabilidades de vivir mas de cuarenta afios que los afro- americanos del distrito de Harlem situado en la préspera ciudad de Nueva York.” Y todo esto a pesar de que los afroamericanos que vi- vven en Estados Unidos son mucho més ticos que las personas de los srupos del Tercer Mundo con las que estamos comparindolos. Lise Tan, CAPACIDAD ¥ CALIDAD DE VIDA En el anilisis anterior, hemos centrado la atencién en una libertad muy elemental: la capacidad para sobrevivir y no sucumbir a una muerte prematura. Se trata, evidentemente, de una importante liber- tad, pero hay otras muchas que también lo son. De hecho, la gama de libertades importantes puede ser muy amplia. A veces se considera que la cobertura exhaustiva de las libertades es un problema para conseguir un enfoque «operative» del desarrollo que gire en torno a la libertad. Creemos que este pesimismo es infundado, pero pospo: nemos el andlisis de esta cuestion hasta el capitulo 3, en el que exa minaremos los métodos fundamentales de valoracién. a No obstante, debemos sefialar aqui que la perspectiva bavida en la libertad guarda una similitud genérica con la preocupacién habitual por la «calidad de vida», que también centra la atencién en la forma en que transcurre la vida humana (quizé incluso en las opciones que tenemos) y no s6lo en los recursos o en la renta que posee tuna persona." Tal vez parezca que centrar la atencién en la calidad de vida y en las libertades fundamentales y no sélo en la renta o en la riqueza es alejase algo de las tradiciones arraigadas en ‘economia, y en cierto sentido lo es (sobre todo si se hacen compa- raciones con algunos de los anilisis mis austeros que pueden en- contrarse en la economia moderna y que se basan en la renta). Pero en realidad estos enfoques mas amplios estén en sintonia con algu- 10s tipos de andlisis que han formado parte de la economia profe- sional desde el principio. Las conexiones atistotélicas son suficien- temente obyias (como ha seBalado Martha Nussbaum, la insistencia de Aristételes en la «prosperidad» y en la «capacidad» esté relacionada claramente con la calidad de vida y con las liberta- des fundamentales)." Existen estrechas relaciones también con el anilisis de Adam Smith de Ins «necesidades» y de las condiciones de vida.” De hecho, el origen de la economia se encuentra en gran medi- da en la necesidad de estudiar la valoracién de las oportunidades ue tienen los individuos para vivir bien y de los factores causales que influyen en ellas, Aparte del uso clasico que hizo Aristételes de «sta idea, también se emplearon frecuentemente conceptos pareci- dos en los primeros escritos sobre la contabilidad nacional y la pros- peridad econémica, primero de William Petty en el siglo xvu y, mis tarde, de Gregory King, Francois Quesnay, Antoine-Laurent Lavoi sier, Joseph-Louis Lagrange y otros, Aunque estos pioneros del an- lisis econémico sentaron las bases del concepto modemo de renta con estas nociones de contabilidad nacional, jams se limitaron a prestar atencisn sélo a este concepto, También comprendieron que Ja importancia de la tenta era instrumental y dependia de las cir- cunstancias.'° Por ejemplo, aunque William Perty fue el primero que utili tanto «el método de la renta» como «el método del gasto» para est ‘mar la renta nacional (los métodos mode:nos de estimacion se deri 2 van directamente de estos primeros intentos), se interes6 de mane: explicita por «la seguridad comiin» y por la «felicidad particular de cada hombre». El objetivo declarado de Petty para realizar su estu- dio estaba rclacionado directamente con la evaluacién de las condi- ciones de vida de los individuos. Consiguié conjugarla investigacion cientifica con una significativa dosis de politica del siglo xvn («de- mostrar» que «los stibditos del rey no se encuentran en tan mala si- tuacién como querrian hacernos creer los descontentos»). La i fluencia del consumo de bienes en las diversas funciones vitales también fue objeto de la atencién de otros autores. Por ejemplo, Jo- seph-Louis Lagrange, el gran matemético, fue especialmente innova- dor al convertir los bienes en sus caracterfsticas relacionadas con sus funciones: las cantidades de trigo y de otros cereales en su equiva- lente nutritivo, las cantidades de carne en su conjunto en unidades cequivalentes de came de vacuno (en funcién de sus cualidades nutti- tivas) y las cantidades de bebidas en su conjunto en unidades de vino (recuérdese que Lagrange era francés).”’ Al centrar la atencién en las funciones resultantes y no sélo en los bienes, reclamamos parte de la vieja herencia de la economia profesional MERCADOs ¥ LIBERTADES El papel del mecanismo del mercado ¢s otro tema en el que reclama: ‘mos parte de la vieja herencia. La relacién del mecanismo del merca: do con la libertad y, por lo tanto, con el desarrollo econémico plan- tea, al menos, cuestiones de dos tipos muy distintos, que es necesario distinguir claramente. En primer lugar, la denegacién de la oportu- nnidad de realizar transacciones, por medio de controles arbitratios, puede ser en simisma una fuente de falta de libertad. En ese caso, se priva a los individuos de hacer algo que puede considerarse que —en ausencia de razones de peso en contra— tienen derecho a hacer. Esta cuesti6n no depende de la eficiencia del mecanismo del merca- do ni de un andlisis general de las consecuencias de tener 0 no un sis- tema de mercado; depende simplemente de la importancia de la Ii: bertad para realizar intercambios y transacciones sin impedimentos ni obstaculos. 4B Este argumento a favor del mercado ba de distinguirse de otro, «jue se utiliza muy a menudo en la actual: gus le mereados noe, malmente contribuyen a aumentar la renta y la riqueza y las oportu- nidades econémicas que tienen los individuos. Las testricciones arbitrarias del mecanismo del mercado pueden provocar una redue- cién de las libertades debido a las consecuencias de la ausencia de mercados. Puede haber privaciones cuando se niega alos individuos Jas oportunidades econdimicas las consecuencias favorables que los mereados ofrecen y fomentan Estos dos argumentos a favor del mecanismo del mercado, im- Portantes ambos desde la perspectiva de las libertades fundamenta- les, deben distinguirse. En la literarura econémica moderna, es el segundo argumento —basado en el funcionamiento eficaz del mecanismo del mezcado y en sus favorables resultados— el que es objeto casi exclusive de atencidn."* Se trata, desde luego, de un ar gumento de peso, en general, y existen abundantes pruebas empiri cas de que el sistema de mercado puede ser un motot de répido cre cimiento econémico y de mejora del nivel de vida. Las medidas que restringen las oportunidades de mercado pueden limitar la expan- sin de las libertades fundamentales que se conseguirfan por medio del sistema de mercado, principalmente pot medio dela prosperidad econémica general. Eso no quiere decir que los mercados no sean a veces contraproducentes (como sefialé el propio Adam Smith al de- fender, en particular, la necesidad de controlar el mercado financie- ro).!” Existen serios argumentos a favor de la regulacidn en algunos casos. Pero en la actualidad se reconocen, en general, los efectos po- sitivos del sistema de mercado mucho mas que hace unas cuantas dé cadas Sin embargo, este argumento a favor de la utilizacién de los mer- cados es muy distinto del argumento de que los indivicluos tienen de- recho a realizar transacciones e intercambios. Incluso aunque no se aicepte que esos detechos son inviolables —e independientes de sus consecuencias—, se puede sostener que la negativa a conceder a los individuos el derecho a realizar transacciones econémicas entrafia al ssuna pérdida socal Si resulta que los efectos de esas transacciones son tan negativos para ottos que puede restringitse razonablemente ‘esta presuposicién prima facie en favor de que los individuos puedan 4 realizar las transacciones que quieran, aun asf se pierde algo directa- ‘mente imponiendo esta restriccién (aun cuando sea compensada por Ja pérdida alternativa de los efectos que producen de forma indirec- ta estas transacciones en otros). La disciplina de la economia ha tendido a dejar de centrar la atencién en el valor de las ibertades y a fijarse en el de las utlidades, Ja renta y la riqueza. Esta limitacion del objeto de atencidn impide apreciar lo suficiente todo el papel del mecanismo del mercado, aun cuando la economia como profesién dificilmente pueda ser acusada de no alabar lo suficiente los mercados. Sin embargo, la cuestién no es la cantidad de alabanzas sino las razones para hacerlas. “Tomemos como ejemplo el conocido argumento en economia de {que un mecanismo de mercado competitivo puede conseguir un tipo de eficiencia que probablemente un sistema centralizado no pueda lograr gracias tanto al ahorro de informacién (cada una de las perso- nas que actdan en el mercado no tiene que saber mucho) como a la compatibilidad de los incentivos (los astutos actos de cada persona encajan a la perfeccién con los de las demés). Consideremos ahora, cen contra de lo que se supone generalmente, un caso en el que se consigue el mismo resultado econémico con un sistema centralizado en el que las decisiones de todo el mundo relacionadas con la pro- duccién y con la asignacién son tomadas por un dictador, ¢Seria ese resultado tan bueno como el otro? No es dificil argumentar que faltaria algo en ese escenario; a sa- ber, la libertad de los individuos para actuar a su gusto a la hora de decidir dénde trabajar, qué producir, qué consumir, ete. Aun cuan- do,en ambos escenarios (que implican, respectivamente, la libre eleccién y la obediencia al orden dictatorial) una persona produjera Jos mismos bienes de la misma forma y acabara teniendo la misma renta y comprando los mismos bienes, atin podria tener buenas ra- zones pata preferir el escenario de la libre eleccién al de la sumisin ‘al orden, Existe una distincién entre los «resultados finales» (es de cir, sin tener en cuenta el proceso por el que se consiguen, incluido el ejercicio de la libertad) y los «resultados globales» (teniendo en ‘cuenta los procesos a través de los cuales se han conseguido los re- sultados finales) distincién cuya importancia hemos tratado de ana- lizar mas extensamente en otra parte." La virtud del sistema de mer- 45 cado no es sélo su capacidad para generar resultados finales mi fi cientes, La tendencia del andlisis econémico favorable al mercado a dejar de centrar la atencién en la libertad y a fijatse mas en la utilidad ha tenido un precio: la despreocupacién por el valor fundamental de la propia libertad. John Hicks, uno de los principales economistas de este siglo, mucho més proclive a centrar la atencién en la utilidad que en la libertad, expuso le cuestién con admirable claridad en un pasaje sobre este tema: Los principios liberales o contraris a la interferencia de los eco- nomistas clisicos (smithianos o ricardianos) no eran, para empe- zar, principios econémicos; eran una aplicacién a la economia de los principios cuyo campo de aplicacién se pensaba que era mu- cho més amplio, La tesis de que la libertad econémica contribuia «la eficiencia econémica no era mas que un argumento secunda- rio... Lo que euestiono es si tenemos alguna justficacién para ol- Vidar, tanto como hemos hecho la mayoria de nosotros, la otra cara del argument.” Esta cuesticn quiz parezca algo esotérica en el contexto del de- sarrollo econémico, dada la prioridad que tiende a conceder la lite- satura sobre el desarrollo a la generacion de elevadas rentas, de una cesta mayor de bienes de consumo y de otros resultados finales. Pero dista de ser esotérica. Uno de los mayores cambios del proceso de desarrollo de muchas economias es la sustitucisn del trabajo en con- diciones de servidumbreyy del trabajo forzado, caracteristicos en par- te de muchas agriculturas tradicionales, por un sistema de libertad de contrato y de desplazamiento fisico, Una perspectiva del desarro- lo basada en la libertad recoge este punto inmediatamente de una forma que no puede un sistema de evaluacién que sélo se fie en los resultados finales. Esta cuestién puede ilustearse con los debates sobre la naturale- 2a del trabajo esclavo existente-en el sur de Estados Unidos antes de su abolicién, El estudio clasico de Robert Fogel y Stanley Engerman sobre este tema (Time on the Cross: The Economics of American Ne- gro Slavery) contiene una notable observacién sobre las «rentas pe- 46 cuniatias» relativamente altas de los esclavos (las controversias sobre algunas cuestiones que se analizan en este libro no minaron de ma nea seria esta observacién). Las cestas de bienes de consumo de los esclavos eran mejores —desde luego, no eran peores— que las ren tas de los trabajadores agricola libres. ¥ la esperanza de vida de los esclavos tampoco era, en términos relativos, especialmente baja: ««casiidéntica ala esperanza de vida de algunos paises tan avanzados ‘como Francia y Paises Bajos» y «mucho mayor [que] la esperanza de vida [de] los ebreros industriales urbanos tanto de Estados Unidos como de Europa>.* ¥ sin embargo, los esclavos se escapaban, y ha- bia excelentes razones para suponer que el sistema de esclavitud no servia bien a sus intereses, De hecho, ni siquiera prosperaron los in- tentos, tras la abolicién de la esclavitud, de conseguir el retorno de los esclavos para obligatlos a trabajar como esclavos (especialmente cn «cuadrillas»), pero a cambio de clevados salasios. Cuando los esclavos fueron liberados, muchos de los duefios de plantaciones intentaron reconstruir sus cuadrillas a cambio de sa. larios. Pero es0s intentos fracasaron en general, a pesar de que los salarios ofrecidos a los hombres liberados eran mis de un 100% superiores a las rentas que recibfan cuando eran esclavos. Ni si quiera esta prima permitié a los duefios de las plantaciones conse- ‘uit que se mantuviera el sistema de cuadrillas una ver que se vie ron privados del derecho a utilizar la fuerza.” La importancia de la libertad de empleo y de métodos de traba: jo es fundamental para comprender las valoraciones realizadas." De hecho, las favorables observaciones de Karl Marx sobre el ca pitalismo frente a la falta de libertad de las instituciones laborales pprecapitalistas estaban relacionadas exactamente con esta cuestion y lo llevaron también a decir que la guerra de Secesi6n americana fue «cel gran acontecimiento de la historia contemporinea».® De hecho, cesta cuestién de la libertad de mercado es bastante importante para cl anilisis del trabajo en condiciones de servidumbre —habitual en muchos paises en vias de desarrollo— y la transicin hacia las insti- tuciones laborales basadas en la libertad de contrato, Este es, en rea- lidad, uno de los casos en los que el andlisis marxista ha tendido a te- a ner una cierta afinidad con el énfasis libertario en la libertad por oposicién a la utilidad. Por ejemplo, en su gran estudio de la transicién del teabajo en condiciones de servidumbre al trabajo asalariado en la India, V. K. Ra machandran describe esclarecedoramente la importancia empiri: cca de esta cuesti6n en la situacién en la que se encuentra en la actu lidad la agricultura en el sur de la India: Mars distingue entre (por utilizar el érmino que emplea Jon Els- ter) a libertad formal del trabajador en el capicalismo y la fala de libertad real de los wrabajadores en ls sistemas precapitalistas: ala libertad de los trabajadores para cambiar de empresa los hace li bres en un sentido que no se observa en los modos de produccién anteriores». El estudio del desarrollo del trabajo asalarindo en la agricultura también es importante desde otra perspectiva, La ex tensién de Ia libertad de los trabajadores en una sociedad para vender su fuerza de trabajo constituye una mejora de su libertad positiva, lo cual es, a su vez, un importante indicador de lo que progresa esa sociedad.” La conjuncién del trabajo en condiciones de servidumbre y cl ‘endeudamiento dan lugar a un tipo de falta de libertad especialmen- te persistente en muchas agriculturas precapitalistas.” La concep- ciGn del desarrollo como libertad permite adoptar un enfoque direc to de esta cuestién que no depende de que se demucstce que los mercados de trabajo también aumentan la productividad de la agri- cultura, cuestién importante en si misma, pero muy diferente del teima de la libertad de contrato y de empleo. Algunos de los debates sobre el terrible problema del trabajo in- fant también estén relacionados con esta cuestién de la libertad de eleccién, La peor violacién de las normas contra el trabajo infantil normalmente es la esclavitud casi total de los hijos de las familias des- favorecidas y el hecho de que sean obligados a realizar labores ca condiciones de explotacién (en lugar de ser libres y posiblemente de ir a la escucla). Esta cuesti6n directa de la libertad constituye una parte integral de este controvertido tema, 48 LOS VALORES ¥ EL PROCESO DE VALORACION Volvamos ahora ala evaluacién. Dado que nuesteas libertades son di- versas, es posible realizar una valoracién explicita para determinar la importancia relativa de los diferentes tipos de libertades en la eva- luacién de las ventajas individuales y del progreso social. Todos esos ‘enfoques (incluidos el utilitarismo, el pensamiento libertario y otros, ‘que se analizaran en el capitulo 3) entrafian, por supuesto, valoracio- res, aunque a menudo se hagan de forma implicita. Los que prefie- ren un indice mecénico y no tener que indicar explicitamente los va- lores que utilizan y las razones por las que los utilizan tienen tendencia a quejarse de que el enfoque basado en la libertad obliga a hacer valoraciones explicitas, Son muchas las ocasiones en las que se ha manifestado ese tipo de quejas. Pero creemos que esa obligacién constituye un importante activo en un ejercicio de evaluacién, sobre todo para que pueda ser sometido a la critica y € escrutinio piblicos. De hecho, uno de los argumentos més convincentes a favor de la li- bertad politica es precisamente la oportunidad que brinda a los ciu- dadanos de discutir y debatir —y de participar en la seleccién de— los valores utlizados para clegir las prioridades (esta cuestidn se ana- liza en los capitulos 6 a 11). La libertad individual es esencialmente un producto social, y existe una relacién de doble sentido entre 1) los mecanismos socia- les para expandir las libertades individuales y 2) el uso de las liber- tades individuales no sdlo para mejorar las vidas respectivas sino también para conseguir que los mecanismos sociales sean mejores y as eficaces. Las concepciones individuales de lajusticia y de la pro- piedad, que influyen en el uso especifico que hacen los individuos de sus libertades, dependen, ademis, de conexiones sociales, especial- mente de la formacién interactiva de la opinién publica y de la com- prensién compartida de los problemas y de las soluciones. El andlisis y la evaluacién de la politica econémica y social ha de ser sensible a estas diversas conexiones. 9 "TRADICION, CULTURA Y DEMOERACIA La cuesti6n de la participacién también es crucial en algunos de los problemas fundamentales que han socavado la fuerza y el aleance de la teoria del desarrollo, Por ejemplo, algunos han afirmado que el de- sarrollo econémico, tal como lo conocemos, podria ser perjudicial, cn realidad, para un pats, ya que podria provocar la desaparicién de sus tradiciones y de su herencia cultural.” Este tipo de objeciones suele desecharse, ya que se alega que es mejor ser rico y feliz que po- bre y tradicional. Esta alegacién quizé sea un convincente eslogan, pero dificilmente es una respuesta satisfactoria a la eritiea en cues- tién. Tampoco refleja un serio compromiso con la cuestién valorati- va fundamental que plantean quienes mantienen una postura escép- tica sobre el desarrollo, La cuestién mas seria es, més bien, Ia fuente de autoridad y de le- gitimidad. Existe un inevitable problema de valoracién a la hora de decidir qué elegir cuando resulta que no es posible mantener algunos aspectos de la tradicién porque son incompatibles con los cambios ‘econémicos o sociales que puede ser necesario introducir por otras ra- zones, Es una decisién que tienen que aftontar y valorar las personas afectadas. La eleccién no es una decisién cerrada (como parecen suge- sir muchos apologistas del desarrollo) ni una decisién que deba tomar Ja élite de «guardianes» de la tradicién (como parecen suponer mu- chos de los que mantienen una postura escéptica sobre el desarrollo). Sihay que sacrificar un modo tradicional de vida para escapar de la po- breza més absoluta o de la mintiscula longevidad (como la que han te- niido muchas sociedades tradicionales durante miles de afios), son las personas directamente afectadas las que deben tener la oportunidad de participar en la decisién. Donde estd el verdadero conflicto es entre 1) el valor baisico de que debe permitirse a los individuos deci dir libremente las tradiciones que desean o no mantener; y 2) la insistencia en que deben mantenerse las tradiciones arrai zgadas (enalesquiera que sean éstas) o en que los individuos deben obedecer las decisiones de las autoridades religiosas o laicas que im- ponen las tradiciones (reales o imaginadas) 50 La fuerza del primer precepto reside en la importancia basica de la libertad del hombre, y una vez que se acepta, tiene poderosas im- plicaciones sobte lo que puede 0 no hacerse en nombre de la tradi- cién, El enfoque del «desarrollo como libertad» pone énfasis en este precepto. De hecho, en la perspectiva basada en la libertad, ni los «guar- Gianes» nacionales o locales —ni los ayatollabs (w otras autoridades ‘eligiosas) ni los dirigentes politicos (o los gobiernos dictatoriales) ni Jos «expertos» culturales (nacionales o extranjeros}— pueden impe- dir a nadie participar en Ia eleccién de las tradiciones que deben mantenerse. La indicacién de que existe un conflicto real entre la presetvacién de la tradicién y las ventajas de la modernidad exige una resolucién en la que participe todo el mundo, no el rechazo uni- lateral de la modetnidad en favor de la tradicién por parte de los di- rigentes politicos, de las autoridades religiosas o de los admiradores antropol6gicos del legado del pasado. La cuestiOn no sélo no estd ce- trada sino que debe estar abierta de par en par para que pueda set testelta por los miembros de la sociedad y decidida por ellos. El in- tento de impedir la libertad de participacin recurtiendo a valores tradicionales (como el fundamentalismo religioso, las costumbres politicas 0 los lamados valores asiéticos) no tiene en cuenta la cucs- tion de la legitimidad y la necesidad de que las personas afectadas decidan qué quieren —y qué razones tienen para— aceptar. Este reconocimiento bisico tiene un notable aleance y poderosas implicaciones, La preservacién de la tradicién no es una razon para suprimir en general la libertad de los medios de comunicacién o los derechos de comunicacién entre los ciudadanos. Aun cuando se con- sidere que es histéricamente correcta la visién distorsionada de lo au- toritatio que era en realidad Confucio (en el capitulo 10 criticaremos esa interpretacién), eso no es una razén suficiente pata practicat el autoritarismo por medio de la censura o de restrieciones politicas, ya que son los que viven en Ia actualidad quienes han de decidir si es le- gitimo adherirse hoy a las ideas expresadas en el siglo via. J.C. Por otra parte, dado que la participacién exige conocimientos y un nivel educativo bésico, negara un grupo cualquiera —por ejem- plo, «las nifias— la oportunidad de recibir educacién es inmediata- mente contrario a las condiciones basicas de la libertad de participa 51 cién. Aunque estos derechos se han cuestionado con frecuencia (una de las embestidas mas graves es el reciente ataque de los lideves de los talibanes en Afganistan), ese requisito elemental no puede pasar desapercibido en una perspectiva basada en la libertad. La concep cién del desarrollo como libertad tiene trascendentales implicacio- nes no sélo para los objetivos iltimos del desarrollo sino también para los procesos y los procedimientos que han de respetarse. OnstevAciones FINALES La concepcién del desarrollo basada en las libertades fundamentales de os individuos tiene trascendentales implicaciones para la com- prensién del proceso de desarrollo, asi como para la forma y los me- dios de fomentarlo, Desde el punto de vista de la evaluacién, impli- cca la necesidad de evaluar los requisitos del desarrollo desde 1a perspectiva de la eliminaciéin de la falta de libertades que suften los miembros de la sociedad. Desde este punto de vista, el proceso de desarrollo no es muy diferente de la historia de la superacién de esta falta de libertades, Aunque esta historia no deja de estar relacionada con el proceso de crecimiento econémico y de acumulacién de eapi- tal fisico y humano, su alcance y su cobertura van mucho mas allé de estas variables, El hecho de que evaluemos el desarrollo centrando la atencién en las libertades, no quiere decir que exista un «criterion de desarro- lo tinico y preciso con el cual siempre ¢s posible comparar y ordenar los diferentes casos de desarrollo, Dada la heterogencidad de los dis- tintos componentes de la libertad, asi como la necesidad de prestar atenci6n a las diversas ibertades de los diferentes individuos, mu- chas veces habré argumentos contrapuestos. El motivo por el que concebimos el «desarrollo come libertad» no es tanto ordenar todos Jos Estados —o todos los escenatios posibles— y elaberar una «or- denacién completa» como llamar la atencién sobre importantes as- pectos del proceso de desarrollo, cada uno de los cuales merece que 1nos fijemos en él. Incluso después de prestarles atencién, seguir ha- biendo sin duda diferencias entre las posibles ordenaciones globales, pero su presencia no constituye un obstéculo para nuestros fines. 52 | Lo malo seria pasar por alto—como se observa frecuentemente nla literatura sobre el desarrollo— aspectos fundamentales debido «una falta de interés por las libertades de las personas afectadas. Pretendemos ofrecer una vision suficientemente amplia del desarro: llp que nos petmita centrar la atencién en la evaluacién de cosas que son importantes y, en particular, no descuidar temas que son funda- mentales, Aunque esté bien pensar que el andlisis de as variables te levantes leva automsticamente a todo el mundo a extract las mis- ‘mas conclusiones sobre la forma de ordenar los distintos escenatios, el enfoque no requiere tal unanimidad, De hecho, los debates sobre estas cuestiones, foco de posibles e importantes discusiones politi- cas, pueden formar parte del proceso de participacién democratica ‘que caracteriza al desarrollo. Mas adelante en este libro tendtemos cocasién de examinar la cuestién fundamental de la patticipacién como parte del proceso de desarrollo, 3 CAPITULO 2 Los fines y los medios del desarrollo Permitasenos comenzar con una distincién entre dos actitudes gene- rales hacia el proceso de desarrollo que podemos encontrar tanto ch los anilisis econémicos profesionales como,en las discusiones y los debates puiblicos.' Seqrin la primera, el desarrollo es un proceso ae rom, con mucha «sangre, sudor y ligrimas», un mundo en el que Ja prudencia exige dureza. En particular, exige la desatencién calculada de algunos aspectos que se consideran «bobadas» (aun cuando los ctiticos suelan ser demasiado educados para calificatlos asf). Depen- diendo de cudl sea el veneno favorito del autor, entre las tentaciones alas que hay que resistirse se encuentran las siguientes: tener redes de proteccién social que protejan a las personas muy pobres, ptoporcio- nar servicios sociales a la poblacién en general, alejarse de las riguro- sas directrices institucionales a la hora de dar respuesta a dificultades ntificadas y apoyar —udemasiado pronto»— los derechos politi cos y humanos y el «lujo» de la democracia. Segiin esta severa actitud, estas cosas pueden defenderse mis tarde, cuando el proceso de desa- rrollo haya dado suficientes frutos: lo que se necesita aqui y ahora es «dureza y disciplina», Las diferentes teorfas que comparten esta vi- sidn general se diferencian en los distintos tipos de «bobadas» que eben evitarse especialmente y que van desde la blandura financiera hasta la relajacién politica, desde la realizacién de abundantes gastos sociales hasta las complacientes ayudas para luchar contra la pobreza. Esta dura actitud contrasta con otro punto de vista segain el cual el desarrollo es esencialmente un proceso «agradable», Dependicn- do de cual sea la versién de esta actitud, se ponen como ejemplos de Jo agradable que es este proceso algunas cosas como los intescam- bios mutuamente beneficiosos (de los que Adam Smith habl6 de ma- nera elocuente), el funcionamiento de las redes de protecci6n social, 54 de las libertades politicas 0 del desarrollo social, o una u otra combi- nacién de estas actividades sustentadoras. PAPEL CONSFITI/TIVO F INSTRUMENTAL DE LA LIBERTAD Elenfoque de este libro es mucho més compatible con la segunda ac- titud que con la primera? Se trata principalmente de un intento de concebir el desarrollo como un proceso de expansién de las iberta- des reales de que disfrutan los individuos. En este enfoque, se consi- dera que la expansién de la libertad es 1) el fin primordial y 2) el ‘medio principal del desarrollo, Podemos llamarlos, respectivamente, «papel constitutivor y «papel instrumentab> de la libertad en el de- sarrollo, El papel constitutivo de la libertad esta relacionado con la importancia de ls libertades fundamentales para el entiquecimiento de la vida humana. Entee las ibertades fundamentales se encuentran algunas capacidades elementales como, por ejemplo, poder evitar privaciones como la inanicién, la desnutricién, la morbilidad evita- bley la mottalidad prematura, o gozar de las libertades relacionadas con la capacidad de leer, escribir y calcular, la participacién politica ylalibertad de expresién, etc, Desde esta perspectiva constitutiva, el desarrollo implica la expansién de estas y otras libertades bisicas. Desde este punto de vista, el desarrollo es el proceso de expansién de las libertades humanas, y su evaluacién ha de inspirarse en esta consideraci Permitasenos referitnos aquf aun ejemplo que analizamos breve- mente en Ja inttoduccién (y que implica una cuestion que suele plan- tearse en la literatura sobre el desarrollo) para mostrar c6mo puede el reconocimiento del papel «constitutivo» de la libertad alterar el ani- lisis del desarrollo, En las visiones mas estrictas del desarrollo (q basan, por ejemplo, en el crecimiento del PNB o en la industrializa- ci6n), suele preguntarse sila libertad de participacién y disensién po- liticas contribuye 0 no al desarrollo». Segin la concepcién funda- rental del desarrollo como libertad, parece que esta pregunta esta smal formulada, ya que pasa por alto algo fundamental, asaber, que la participacién y la disensién politicas son una parte constitutiva del propio desarrollo. Una persona que no pueda expresarse libremente se 35 © participar en las clecisiones y los debates pablicos, aunque sea muy rica, carece de algo que tiene razones pata valorar, El proceso de de: sarrollo, cuando se juzga en funcién del aumento de la libertad hu- mana, ha de incluir la eliminacién de las privaciones de esta persona ‘Aun cuando no tuviera ningan interés inmediato en ejercer la liber tad de expresarse 0 de participar se le privaria de sus ibertades sino se le permitiera decidir sobre estas cuestiones, Fl desarrollo concebi- do como el aumento de la libertad no puede sino ocuparse de esas privaciones. La denegacién de libertades politicas o de derechos hu- manos baisicos no es importante para comprender el desarrollo por. ue étos contribuyan indirectamente a ofros aspectos del desarrollo (como el crecimiento del PNB o el fomento de la industrializacién), Estas libertades forman parte del enriquecimienta del proceso de de- sarrollo Este punto fundamental es distinto del argumento «instrumen- taby de que estas libertades y derechos también pueden contribuir de manera eficaz al progreso econémico. Esa conexién instrumental también es importante (y se analizaré especialmente en los eapitulos 5 y6), pero la importancia del papel instrumental de la libertad py tica como medio para alcanzar el desarrollo no merma en modo al- sguno la importancia valorativa de la libertad como fin del desarrollo. La importancia intrinseea de la libertad humana como objetivo sublime del desarrollo ha de distinguirse de la eficacia instrumental de los diferentes tipos de libertad para fomentat la libertad del hom- bre. Dado que en el capitulo anterior nos ocupamos principalmente de la importancia intrinseca de la ibertad, en éste nos fijaremos més en la eficacia de la libertad como medio y no s6lo como fin. El papel instrumental de la libertad se refiere a la forma en que contribuyen los diferentes tipos de derechos y oportunidades a expandir la liber- tad del hombre en general y, por lo tanto, a fomentar el desarrollo. Esta cuesti6n esté relacionada no sélo con la conexién gvidente de que la expansién de cada tipo de libertad debe contribuir al desa- rrollo, ya que el propio desarrollo puede concebirse como un proce- so de expansién de la libertad del hombre en general. Hay mucho mas en la conexi6n instrumental que esta relacién constitutiva. La eficacia de la libertad como instrumento reside en el hecho de que los diferentes tipos de libertad estan interrelacionades, y un tipo de 56 libertad. puede contribuir extraordinariamente a aumentar otros Los dos papeles estan, pues, ligados por conexiones empfricas, que relacionan un tipo de libertad con otros Laneicrabes INSTRUMENTALES Cuando presentemos los estudios empiricos en este trabajo, tend mos ocasién de analizar algunas libertades instrumentales que con- tribuyen, directa o indirectamente, a la libertad general que tienen los individuos para vivie como les gustaria. La diversidad de instru ‘mentos es bastante grunde. Sin embargo, quiz sea dil identificar cinco tipos distintos de libertad en los que puede merecer la pena poner especial énfasis en esta perspectiva instrumental. No se trata en modo alguno de una lista exhaustiva, pero puede ayudar a centrar J atencién en algunas cuestiones relacionadas con la politica econé ‘mica y social que demandan especial atencién en este momento. Examinaremos, en particular, los siguientes tipos de libertades instrumentales: 1) as dbertades politcas, 2) los servicios econdmicos, 3) las oportunidades sociales, 4) las garantias de transparencia y 5) la seguridad protectora, Estas libertades instrumentales tienden a con- tribuir a la capacidad general de las personas para vivir més libre- ‘mente, pero también contribuyen a complementarse, Aungue el ans- lisis del desarrollo debe ocuparse, por una parte, de los objetivos y Jas aspiraciones que hacen que sean importantes esta libertades ins- trumentales, también debe prestar atencién a los nexos empiricos que ligan los distintos tipos de libertad, reforzando su importancia conjunta. De hecho, estas conexiones son fundamentales para com- prender mejor el papel instrumental dela libertad, La tesis de que la libertad no sélo es el objetivo primordial del desarrollo sino también su medio principal esta relacionada con estas conexiones. Permitasenos hacer algunas observaciones sobre cada una de es- tas libertades instrumentales, Las libertades politicas, concebidas en un sentido amplio (incluidos los Hamados derechos humanos), se re- fieren a las oportunidades que tienen los individuos para decidir quign los debe gobernar y con qué principios, y comprenden tam- bign la posibilidad de investigar y criticar@ las autoridades, la liber- 7 tad de expresin politica y de prensa sin censura, la libertad para ele gir entre diferentes partidos politicos, ete. Comprenden los derechos politicos que acompaiian a las democracias en else de la palabra (que engloban la posibilidad de dialogar, disemtir y er ticar en el terreno politico, asi como el derecho de voto y de pattic: pacién en la seleccién del poder lepislativo y del poder ejecutivo) Los servicios econdmicos se refieren a la oportunidad de los in: viduos de utilizar los recursos econémicos para consumir, producit o realizar intercambios. Los derechos econ6micos que tiene una pet- sona dependen de los recursos que posea o alos que tenga acceso, ast como de las condiciones de intercambio, como los precios relatives y el funcionamiento de los mercados, En la medida en que el proc: so de desarrollo econémico eleva la renta y la riqueza de un pais, tas se traducen en el correspondiente aumento de los derechos eco- némicos de la poblacién, Deberia ser evidente que en la relacién entre renta nacional y a riqueza, por una parte, y los derechos eco- némicos de los individuos (0 de las familias), por otra, son impor tantes no sélo las consideraciones agregadas sino también las distri- butivas. La forma en que se distribuyan las rentas adicionales es claramente relevante, ‘La existencia de recursos financieros y el acceso a estos recursos pueden influir de una manera crucial en los derechos econémicos que puedan conseguir en la practica los agentes econémicos, que abarcan todo el espectro y van desde las grandes empresas (en las que pueden trabajar cientos de miles de personas) hasta los peque jos estublecimientos que funcionan a base de créditos. Por ejemplo, tuna contraecién del crédito puede afectar gravemente a los derechos econémicos que se basan en ese crédito, Las oporlunidades sociales se refieren a os sistemas de educaci6n, sanidad, ete, que tiene la sociedad y que influyen en la libertad fun- damental del individuo para vivir mejor. Estos servicios son impor- tantes no slo paral vida privada (como levar una vida sana y evitar la morbilidad evitable yla muerte prematura), sino también para par- ticipar mas eficazmente en las actividades econdmicas y politicas. Pot ejemplo, el analfabetismo puede ser un importante obsticulo para participar en las actividades econémicas en las que la produccién ha de ajustarse a unas determinadas especificaciones o que exigen un es- » mis amplio 58 \wieto control de la calidad (como ocurre cada vee mas con la globa lizacién del comercio), Asimismo, la imposibilidad de leer la prensa 1 de comunicarse por escrito con otros agentes que participan en ac tividades politicas puede impedit la participacion politica. Pasamos ahora a la cuarta categoria, En las interrelaciones socia: les, los individuos se interrelacionan baséndose en lo que suponen que se les oftece y en lo que pueden esperar obtener. En este senti- do, la sociedad funciona presuponiendo la existencia de un minimo srado de confianza, Las garantias de transparencia se refieren a la ne- cesidad de franqueza que pueden esperar los individuos: la libertad pata interrelacionarse con la garantia de divulgacién de informacién y de claridad. Cuando se viola seriamente esa confianza, la falta de franqueza puede afectar de manera negativa a la vida de muchas per- sonas, tanto a las afectadas directamente como a terceras partes, Las sgarantias de transparencia (incluido el derecho de divulgacién de in formacién) pueden ser, pues, una importante clase de libertad ins- ‘rumental. Estas garantias descmpefian un claro papel instrumental cn la prevencién de la corrupcisn, de la iresponsabilidad financicra y-de los tratos poco limpios. Por Gltimo, con independencia de lo bien que funcione un siste- ‘ma econémico, algunas personas pueden ser muy vulnerables y ver~ se sumidas, de hecho, en grandes privaciones como consecuencia de cambios materiales que afectan negativamente a su vida. La segurt dad protectora es necesatia para proporcionar una red de proteccién social que impida que la poblacién afectada caiga en la mayor de las iserias y, en algunos casos, incluso en la inanicién y la muerte. El aspecto de la seguridad protectora comprende mecanismos institu- cionales /ijos como las prestaciones por desempleo y las ayudas eco- némicas fijadas por la ley para los indigentes, asi come mecanismos ad hoc como ayudas para aliviar las hambrunas o empleo piblico de emergencia pata proporcionar unos ingresos a los pobres. INTERCONEXIONES ¥ COMPLEMENTARIEDAD Estas libertades instrumentales mejoran directamente las capacida. des de los individuos, peto también se complementan y pueden te- 39 a. forzarse mutuamente. Es importante comprender estas interrelaci nes cuando se analiza la politica de desarrollo Por norma, se acepta el hecho de que el derecho a realizar tran: sacciones econémicas tiende a ser un gran motor del crecimiento econémico. Peto atin hay otras muchas conexiones que no se reco nocen Jo suficiente y que deben tenerse més en cuenta en el anslisis de la politica econémica y social. El crecimiento econémico puede contribuir no sélo a elevar la renta privada sino también a permitir que el Estado financie la seguridad social y la intervencién pablica activa. Por lo tanto, la contribucion del crecimiento econ6mico ha de juzgarse no sélo en funcién del aumento de la renta privada sino tambin en funcién de la expansién de los servicios sociales (inc! das, en muchos casos, las redes de proteccién social) que el cre ‘miento econémico pucde hacer posible.’ ‘Asimismo, la creacién de oportunidades sociales, por medio de servicios como la educacién y la sanidad piblicas el desarrollo de una prensa libre y muy activa, puede contribuir tanto a fomentar el desarrollo econémico como a reducir significativamente las tasas de mortalidad. La reduccién de las tasas de mortalidad puede contri- buir, a su vez, a reducir las tasas de natalidad, reforzando la influen- cia de la educaci6n baisica —en especial de la capacidad de lectura y escritura y de la escolarizacién de las mujeres— en la condueta rela cionada con la fecundidlad. Japén es, desde ego, el gjemplo pionero de aumento del creci- :iento econémico por medio de la creacién de oportunidades socia- les, especialmente, en el terreno de la educaci6n bisica. A veces se olvida que en Japén el porcentaje de personas que saben leer y escri- bicera més alto que en Europa incluso en la epoca de la restauracion ‘Meiji de mediados del siglo x1x, es decir, en un momento en el que la industrializacién atin no habia llegado ally, sin embargo, habia co- menzado hacia muchas décadas en Europa. El desarrollo de los re~ cursos humanos de Japén relacionado con la creacién de oportuni- dades sociales contribuy6 a su desarrollo econdmico. El llamado milagro del Este asitico que afect6 a otros paises de esa zona se de- bid en gran medie a parecidas conexiones causales,* Este enfoquees contrario a—y socavaen gran medida—la creen- cia tan extendida en muchos circulos politicos de que el «desarro- 60 ian» (como stele denominarse el procese de expansidn de la ia y otros aspectos de la vida humana) es un lujo que sok ieden petmitirse los paises mis ticos, La conse cuencia mas importante del éxito que han tenido las economias del iste asitico, comenzando pot la de Japén, quiz haya sido haber so cavado ese prejuicio implicito. Estas economéas comenzaron relati vyamente pronto a expandir en gran escala la educacisin y, ms tarde, la asistencia sanitaria y, en muchos casos, tomaron esta medida antes de romper las ataduras de la pobreza general. Y han recogido los fru tos de lo que sembraron. De hecho, come ba sefalado Hiromitsu Ishi, la prioridad del desarrollo de los recursos humanos se observa especialmente en los primeros tiempos del desarrollo econdmico ja ponés, que comenz6 con la era Meiji (1868-1911), y ese énfasis no se hha intensificado con la prosperidad econémica cuando ha aumenta do la riqueza y la opulencia de Japén.” DivenenTes aSPECTOS DH CONTRAST ENTRE CHINA Y LA INDIA Dado el papel fundamental que desempefian las libettades indivi duales en el proceso de desarrollo, resulta muy importante examinar sus determinantes. Hay que prestar una considerable atencién a los factores sociales, incluidas ls intervenciones del Estado, que contri buyen a determinar la naturaleza y el alcance de la libertades indivi duales. Las insttuciones sociales pueden contribuir de manera deci siva a garantizar y a aumentar las libertades del individuo. En las libertades individuales influyen, por una parte, la salvaguatdia social de las libertades, la tolerancia y la posibilidad de realizar intercam- bios y transacciones, También influyen, por otra parte, la provision publica de servicios (como la asistencia sanitaria bisica o la educa ciGn elemental), que son cruciales para la formacién y la utilizacion de las capacidades humanas. Es necesatio prestat atencién alos dos tipos de determinantes de las libertades individuals. El contraste entre la India y China tiene una cierta importancia ilustrativa en este contexto. Tanto los gobiernos de China como los de la India evan un tiempo (China desde 1979 y la India desde 1991) esforzindase por abrir mis su economia, por aumentat su par- 6 ticipacién en ef mundo y basarla mas en un sistema de mercado, Aunque los es uerzos de fa India se han visto recompensados lent mente, nio han conseguido los grandes resultados que ha logrado China, Un factor importante en este contraste es el hecho de que. desde el punto de vista de la preparacién social, China es capaz de de mercado mucho mas que la India.” Aungue la China anterior a la reforma tenfa una actitud muy escéptica hacia los utilizar la economi mercados, no ocurria asi en lo que se refiere a la educacién basica y al acceso general a Ja asistencia sanitaria. Cuando inicié 1a transicién una economia de mereado en 1979, ya contaba con una poblacién, sobre todo la juvenil, que sabia leer y escribir, y unos buenos servi- cios educativos en la mayor parte del pais. En este sentido, la situa ion educativa bisica de China no era muy distinta dela de Corea del Sur o de Taiwan, paises en los que la educacidn de la poblacion tam- bién contribuyé de forma extraordinaria a aprovechar las oportuni- dades econémicas que ofrecia un sistema de mercado sustentador. En cambio, la mitad de la poblacién adulta de la India era analfabe ta cuando este pais inicié la transicién a una economia de mercado ‘en 1991, y la situacién no ha mejorado mucho hoy. Las condiciones sanitarias también eran mucho mejores en China aque en la India debido al compromiso social del régimen anterior a la reforma de mejorar la asistencia sanitaria y la educacién, Curiosa mente, ese compromiso, aunque no guarda relacién alguna con su AGtil papel en el crecimiento econémico besado en el mercado, cres oportunidades cuando el pais iici atraso social dela India, con su elitista concentracién en la educ superior, la despreocupacién mas absoluta por la ensefanza basica y su considerable abandono de la asistencia sanitaria primaria, impidis que el pais estuviera bien preparado para que todos pudieran benefi- iales que pudieron ponerse en funcionamiento El ion la transicién a una economia de mercado. ciarse de la expansin econémica, El contraste entre la India y China tiene, desde luego, otros muchos aspectos (incluidas las diferencias entre sus respectivos sistemas politicos y las desigualdades mucho mayores que existen dentro de la propia India en lo que se refiere a las oportunidades sociales, como la educacién basic y la asistencia sani: taria). Aunque esas cuestiones se abordaran més adelante, merece la pena sefialar incluso en esta fase preliminar del analisis la importan- @ cia de Jos niveles radicalmente diferentes de preparacién social de China y de la India para el desarrollo general basado en el mercado, ‘También debe sefalarse, sin embargo, que China tiene verdade- ras desventajas en comparacién con la India porque carece de liber- tades democriticas, lo que se deja sentir sobre todo en lo que se re- fiere a la flexibilidad de la politica econémica y a la sensibilidad de Jos poderes paiblicos alas crisis sociales y a los desastres imprevistos. El contraste mas destacado quiza sea el hecho de que China ha pa- decido la que es con casi toda seguridad la mayor hambruna de la historia (como consecuencia de la cual murieron de hambre treinta millones de personas en 1958-1961 tras el fracaso del Gran Salto Adelante), mientras que la India no ha padecido ninguna desde que seindependiz6 en 1947. Cuando las cosas van bien, ¢s posible que se eche menos en falta el poder protector de la democracia, pero puede haber peligros acechando a la vuelta de la esquina (como lo demues- tran, de hecho, los casos recientes de algunas economfas del Estey el Sureste asiticos). También tendremos que extendernos sobre esta ‘cuestin mas adelante en este libro, Existen muchfsimas conexiones entre las distintas libertades ins- trumentales. Su respectivo papel y su influencia mutua especifica constituyen importantes aspectos del proceso de desarrollo. En los capitulos siguientes, tendremos oportunidad de analizar algunas de estas intezconexiones y su gran aleance. Sin embargo, para mostrar mo funcionan, permitasenos profundizar algo en los distintos fac- ‘ores que influyen en la longevidad y en la esperatiza de vida al nacer, capacidades que los individuos valoran en casi todo el mundo. INSTITUCIONES SOCIALES EN LAS QUE MEDIA EL CRECIMIENTO La influencia de las instituciones sociales en la libertad para sobrevivir puede set muy profunda y en ella pueden influir conexiones instru mentales muy distintas. A veces se dice que no es una consideracién independiente del crecimiento econémico (concebido como la mejo- 1m del nivel de renta per cépita), ya que existe una estrecha relacion entre la renta per capita y a longevidad, De hecho, se ha afirmado que es un error preocuparse por la discordancia entre el nivel de rentalo- 6 grado y las probabilidades de sobrevivir, ya que—en general— se ob serva que existe una estrecha relacién estadistica entre ambos. Esta observacin sobre las conexiones estadisticas internacionales, consi derada por separado, es correcta, pero esta relacién estadistica debe examinarse con mayor profundidad para poder considerar que es un convincente argumento para descartar Ja importancia de las institu ciones sociales (que van mis alld de la opulencia basada en la renta), Es interesante, en este contexto, referirse a algunos aniliss esta- disticos que han presentado recientemente Sudhir Anand y Martin Ravallion.’ Basaindose en comparaciones internacionales, han observa- do que existe una correlacién positiva y significativa entre Ia esperan- za de vida y el PNB per cépita, pero que esa correlacién actia de ma- neta principal através de la influencia del PNB 1) en las rentas de los pobres concretamente y 2) en el gasto piiblico que se realiza, sobre todo, en asistencia sanitatia. De hecho, cuando sélo se incluyen estas dos variables en el ejercicio estadistico, la inclusion del PNB per capi- ta como una influencia causal més no explica mucho mds, Si se inclu- yen, ademés, la pobreza y el gasto piiblico destinado a sanidad como va- tables explicativas, parece que se desvanece la conexiGn entre el PNB per cfpita y la esperanza de vida (en el analisis de Anand y Ravallion), Es importante hacer hincapié en que este resultado, si fuera con firmado también por ottos estudios empiricos, no demostraria que el ‘cecimiento del PNB per capita no mejora la esperanza de vida, sino {que indicarfa que la conexién tiende a funcionar sobre todo a través del gasto piiblico en asistencia sanitaria y a craves del éxito dela erra- dicacién de la pobreza. Lo esencial es que la influencia del creci- rmiento econémico depende mucho de cémo se uilicen los fratos de ese crecimiento econémico, Eso también contribuye a explicar por qué algunas economias, como Corea del Sur y Taiwan, han sido ca- paces de mejorar tan de prisa la esperanza de vida por medio del cre- cimiento econémico, ‘Los logos de las economias del Este asiatico han sido objeto de studios criticos—y de algunos ataques— en los tltimos afios, debi- do en parte a la naturaleza y la gravedad de lo que se denomina «la crisis econ6mica asidtica». Esa crisis es grave y pone de manifiesto al gzunos fallos de is economfas que antes se consideraba —err6nea ‘mente— que habian conseguido éxitos en todos los frentes. Tendre 64 mos oportunidad de analizar los problemas especiales y los fallos es pecificos que entrafia la crisis econémica asiatica (especialmente en los capitulos 6 y7), Pero serfa un error no ver los grandes logros que han conseguido las economias del Este y del Sureste asidticos duran te varias décadas y que han transformado la vida y la longevidad de sus habitantes. Los problemas que tienen hoy dia estos patses (y que ‘con toda probabilidad han albergado durante mucho tiempo) y que reclaman nuestra atencién (incluida la necesidad general de liberta- des politicas y de participacién abierta, asi como de seguridad pro- tectora) no deberian llevarnos a pasar por alto lo que han lograco en los campos en los que han obtenido notables resultados. Por diversas razones histéricas, incluido el énfasis en la edhuca- ci6n basica y en la asistencia sanitaria primaria, e incluso la tempra- na realizacién de una verdadera reforma agraria, fue més facil conse- air la participacién econémica general en muchas economias del Este y del Sureste asiticos que, por ejemplo, en Brasil, la India o Pa- kistan, donde la creacién de oportunidades sociales ha sido mucho ‘mas lenta, y esa lentitud ha constituido un obstéculo para el desarro- Ilo econémico.* La expansién de las oportunidades sociales ha con- tribuido a facilitar el desarrollo econémico con un elevado empleo y ha creado también las circunstancias favorables necesarias para re- ducir las tasas de mortalidad y aumentar la esperanza de vida, Existe tun claro contraste con algunos otros patses de elevado crecimiento —como Brasil— en los que el crecimiento del PNB per capita ha sido casi parecido, pero también tienen una historia de grandes desi- gualdades sociales, paro y despreocupacién pot la asistencia sanita ria piblica. La longevidad ha aumentado a un titmo mas lento en es- tas otras economias de elevado crecimiento. Hay aquf dos contrastes interesantes ¢ interrelacionados: 1) enel caso de las economias de elevado crecimiento econémico, el contraste entre: 1.1) las que har tenido reucho éxito en el aumento de la lon- sgevidad y en la mejora de la calidad de vida (como Corea del Sur y Taiwan), y 1,2) las que no han tenido un éxito similar en estos otros as: pectos (como Brasil); 6 2) en el caso de las economtas que han tenido mucho éxito en el aumento de la longevidad y en la mejora de la calidad de vida, el con- traste entre: 2.1) las que han tenido mucho éxito en el aumento del creci- miento econémico (como Corea del Sur y Taiwan), y 2.2) las que no han tenido mucho éxito en el aumento del crecimiento econémico (como Sri Lanka, la China anterior a la reforma y el estado indio de Kerala). Ya hemos comentado el primer contraste (por ejemplo, entre Corea del Sur y Brasil), pero el segundo también merece un andlisis desde el punto de vista de la politica econémica y social. En nuestro libro Hunger and Public Action, Jean Dréze y yo distinguimos dos ti pos de éxito en la reduceién rapida de la mortalidad, que llamamos, respectivamente, proceso amediado por el crecimiento» y proceso « Por ejemplo, el hecho de que el estado indio de Kerala haya con- seguido una esperanza de vida impresionantemente alta, una baja fe- cundidad, un elevado porcentaje de personas que saben leer y escri- bir, ete., a pesar de su bajo nivel de renta per cépita es un logro que merece la pena celebrar y del que conviene aprender. Y sin embargo, sigue estando vigente la pregunta de por qué Kerala no ha sido capaz de basarse en los éxitos que ha conseguido en el terreno del desarro- lo humano para elevar también su nivel de renta y lograr asi que st éxito fuera més completo; dificilmente puede servir de «modelo», como han tratado de sostener algunos, Desde el punto de vista de la politica econémica y social, hay que tealizat un estudio eritico de las medidas econémicas de Kerala relacionadas con los incentivos y las inversiones (con los «servicios econémicos» en general) a pesat del excepcional aumento de la esperanza de vida y de Ia calidad de vida.” En este sentido, el éxito del proceso impulsado por la politica social es menor que el éxito del proceso mediado por el crecimiento, ues en éste el aumento de la opulencia econéinica y la mejora de la calidad de vida tienden a evolucionar al unisono. Por otra parte, el éxito del proceso impulsado por la politica so- cial como via indica que un pafs no ticne que aguardar a ser mucho més rico (en lo que puede ser un largo periodo de crecimiento eco- ‘némico) para embarcarse en una répida expansién de la educacién y de la asistencia sanitaria bésicas. Es posible aumentar enormemente la calidad de vida, aunque las rentas sean bajas, por medio de un buen progeama de servicios sociales. El hecho de que la educacién y Ja asistencia sanitaria también contribuyan a acelerar el crecimiento econémico se suma a las razones para poner un gran énfasis en estos sistemas sociales en las economfas pobres, sini tener que esperar a «hacerse rico» primero.” El proceso impulsado por la politica social una receta para conseguir mejorar rapidamente la calidad de vida, y es0 tiene una enorme importancia desde el punto de vista dela po. litica econémica, pero sigue habiendo una excelente razén para, a 69 ntre los cuales se et partir de ahi, conseguir logeos mas generales, cuentra el crecimiento econémico, asi como la mejora de los aspec tos habituales convencionales de la calidad de vida, REDUCCION DE LA MORTALIDAD EN LA GRAN BRETANA, DEL SIGLO XX. En este contexto, también es instructivo examinar de nuevo la pau- ta temporal de reduccion de la mortalidad y de aumento de la espe~ ranza de vida en las economias industriales avanzadas, El papel que ha desempetiado la provision publica de asistencia sanitaria y nutri- én, y en general de servicios sociales, en la reduccién de la mortali- dad en Europa y en Estados Unidos en los dltimos siglos ha sido ana- lizado por Robert Fogel, Samuel Preston y otros autores." La pauta temporal del aumento de la esperanza de vida en este siglo tiene en si misma especial interés si se tiene en cuenta que a finales del siglo pasado incluso Gran Bretafia —que entonces era la principal econo- mia capitalista de mercado— ain tenfa una esperanza de vida al na- cer inferior ala esperanza media de vida actual de los paises que tie- nen una baja renta, Sin embargo, en Gran Bretafia la longevidad aument6 répidamente durante el siglo, gracias en parte alas estrate gias de los programas sociales, y tiene un cierto interés el andlisis de la evolucién de este aumento. La expansin de los programas britanicos de ayuda para alimen- tacién, asistencia sanitaria, etc., no siempre ha sido répida durante todas las décadas. En este siglo ha habido dos perfodos de expan- sién muy répida de la politica basada en la ayuda: Jas dos guertas mundiales. Ambas guerras llevaron a compartir mucho mis los me- dios de supervivencia, incluida la asistencia sanitaria y las escasis cexistencias de alimentos (por medio del racionamiento y de las sub- venciones para alimentos). Durante la primera guerra mundial cam- biaron de manera notable ls actitudes sociales sobre «el compartir» y sobre las medidas destinadas a conseguirlo, como ha sefialado pet- Fectamente Jay Winter.” Durante la segunda guerra mundial se de sarrollaron en lasediada Gran Bretafa instituciones sociales excep: cionalmente soldarias, relacionadas con la sicologia del compart, 70 Gndnco 2.2. Mejoras de la esperanza de vida en Inglaterra Gales, 1901-1960 Majors en aos aeorii 491421 is213i 193140 194051 195160 Fre. N- Rein, Shen, Cates Det Life Tale Nationa pulation, Seminar Press, Nueva York, 1992. is a i que hicieron que estos radicales sistemas pablicos para la distribu , journal of Political Economy, 74 (1996), 358 19, 20. an 2, 24, 2. ¥W. M. Gorn, «A Posstble Procedure for Analysing Quality Diffecen tials in the Egg Market», Review of Economic Studies, 47 (19801). Ein el bro The Standard of Living, 1987, analzo estas cuestones y otras del mis- smo orden. ‘Una destacada excepcidn es Robert Nozick, Anarchy, State and Utopia, Ba- sicBooks, Nueva York, 1974 Principalmente en el contexto de su defensa de la leislacin contra le scusuray y de la necesidad de controlar las conmociones provocadas por la excesiva tolerancia de les inversiones especulaivas realizadas por los «que Adam Smith llamaba «despilfacradores y aventureros». Véase Smith Wealth of Nations, volumen 1, libro 2, capitul 4, picrafos 14-15, dela ei- cin de Campbell y Skinner, 1976, pp. 356-367. Smith no utiliza el témino scaventurero» (en inglés projector) en el sentido neutral de «una petsona ue labora un proyector sino en el sentido peyorativo, aparentemente fre- cuente a partir de 1616 (segtin The Shorter Oxford English Dictionary), que significa, entre otras cosas, «un promotor de empresas burbuja; un especu lador; un estafador», Giorgio Basevi me ha llamado la atencién sobre al nos interesante paralclismos entre la eritica de Smith y la poco halagiienia dlescripcion que hace Jonathan Swift de los xaventureros» en Los vijes de Gulliver, publicado en 1726, cincuenta afos antes que Wealth of Nations, Para la importancia de ta distincién entre los eresultados globales y los -

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