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Núcleo de Monagas
Escuela de Zootecnia
Departamento de Tecnología de los Alimentos
Evaluación Sensorial
Sección: 01
Los órganos de los sentidos confieren a los seres humanos la capacidad de percibir
y responder a una gran gama de estímulos que provienen del entorno, lo cual nos
brinda la facultad de elaborar respuestas con el fin de adaptarnos a los cambios
medioambientales, cubrir nuestras necesidades básicas y sobrevivir. Para nutrirnos,
el sentido del gusto posee un rol primordial que nos permite seleccionar dentro de
una amplia variedad de alimentos, las sustancias que son necesarias para nuestro
metabolismo, protegiéndonos a su vez de compuestos potencialmente nocivos,
debido a su toxicidad o grado de descomposición. Este sentido también es capaz de
brindarnos la capacidad de seleccionar y discriminar alimentos que nos permitan
sentir agrado y placer.
ESTRUCTURA O ANATOMÍA
Del mismo modo en que los colores que percibimos son combinación de los tres
colores primarios (rojo, amarillo y azul), se supone que la gran cantidad de sabores
distintos que podemos percibir sería, dicho de una manera simplista, combinación
de los cuatro sabores primarios. Aunque ya se ha referido que la interrelación con el
olfato es decisiva para la interpretación final de todos los sabores y sus matices.
Tradicionalmente se establecía una distribución topográfica de los sabores en la
lengua.
La punta es más sensible al dulce, los bordes laterales lo son al salado y al ácido
(en su mitad anterior y posterior respectivamente), mientras que el sabor amargo se
detecta, principalmente, en el tercio posterior de la lengua. La zona central del dorso
de la lengua presenta poca sensibilidad gustativa.
por los sentidos ha de alcanzar un umbral. Estos se definen como las intensidades
con receptores proteicos de membrana que a su vez abren canales iónicos que
permiten la despolarización de la célula. (Martínez y Román, 2002).
UMBRALES O SENSIBILIDAD
Para que un estímulo sea registrado que cada persona tiene para percibir una
sensación a través del gusto (bien sea para los sabores en boca o para los aromas
en boca o nariz) (Ibáñez et al., 2001). La intensidad y percepción de los sabores
básicos depende de muchos factores como: concentración del compuesto,
interacción con otros componentes, disolución de los compuestos, temperatura,
salud de la persona, edad, hábitos, el estado químico de la boca (según la
composición química de la saliva), entre otros (Pedrero et al., 1989). Si la lengua se
limpia constantemente con agua destilada haciendo que los receptores están libres
de saliva también afecta ya que disminuye el umbral de la detección de sal
(Martínez, 2007).
Existen pruebas de umbral que tienen como objetivo registrar las intensidades
percibidas de un estímulo dado. Se basan en la percepción y reconocimiento del
estímulo, o de los cambios en su intensidad. Son aplicadas para estímulos muy
diversos (auditivos, olfativos, etc.) (Pedrero et al., 1989)
Hay diferentes tipos de umbrales que pueden ser diferentes en cada persona. El
umbral de percepción es la intensidad del sabor donde las personas pueden indicar
que es un sabor distinto al agua (usado como solvente), pero puede no
necesariamente saber de qué sabor se trata. Por otro lado, el umbral de
reconocimiento es la intensidad del sabor en el cual la persona identifica el estímulo
que se le presenta como un determinado sabor. Con esta evaluación se pueden
detectar disgeusias o alteraciones en el gusto (Juárez et al. 2015).
ENFERMEDADES
Alteraciones gustativas
Las alteraciones del sentido del gusto se producen por afecciones que interfieren en
el acceso de las sustancias a las células de las papilas gustativas, por trastornos
que lesionan estas células receptoras (pérdida sensorial) o por lesión de los nervios
aferentes y de las vías gustativas centrales (Heckmann et al., 2003).
Ageusia
Consiste en la imposibilidad para detectar cualitativamente todas (ageusia total) o
algunas de las modalidades gustativas (ageusia parcial) (Snow y Ballenger, 2003).
Estas pueden ser provocadas por un traumatismo craneal (Landis y Lacroix, 2006),
cirugía en alguna vía aferente (Landis y Lacroix, 2006; Michael y Raut, 2007),
medicamentos (Sandow et al., 2006) o radioterapia (Nelson, 1998). También se
describe una ageusia específica, donde no se percibe el gusto de una sustancia en
particular; esta alteración posee un claro componente genético (Lugaz et al., 2002;
Klasser et al., 2008).
Hipogeusia
Disgeusia
Agnosia gustativa
Algunas personas nacen con trastornos del gusto, pero la mayoría de estos
trastornos se desarrollan después de una lesión o enfermedad. Entre las causas de
los problemas del gusto están (NIDCD, 2013):
DIAGNÓSTICO
Tanto los trastornos del gusto como los del olfato se diagnostican por un
otorrinolaringólogo, un médico que se especializa en trastornos del oído, nariz,
garganta, cabeza y cuello. El otorrinolaringólogo puede determinar qué tan grave es
el trastorno del gusto midiendo la concentración más baja de un sabor que usted
pueda detectar o reconocer. Él puede pedir al paciente que compare el sabor de
diferentes sustancias o que note cómo crece la intensidad de un sabor al aumentar
la concentración de una sustancia. Los científicos han desarrollado pruebas del
gusto en las que el paciente responde a diferentes concentraciones químicas. Esto
puede ser tan simple como una prueba de “sorber, escupir y enjuagarse” o le
pueden aplicar productos químicos directamente sobre áreas específicas de la
lengua. Entre otras cosas, una evaluación completa de la pérdida de sabor incluirá
un examen físico de los oídos, nariz y garganta; un examen dental con una
evaluación de la higiene bucal; una revisión de la historia médica; y una prueba del
gusto bajo la supervisión de un profesional de la salud (NIDCD, 2013).
TRATAMIENTO
Las células gustativas, así como las células sensoriales que ayudan a oler, son las
únicas células sensoriales en el cuerpo humano que se reemplazan periódicamente
durante toda la vida. Los investigadores están explorando cómo y por qué esto
sucede para ver si encuentran la manera de sustituir otras células sensoriales
cuando están dañadas.
Los científicos están logrando una mejor comprensión de por qué el mismo receptor
que ayuda a la lengua a detectar el sabor dulce también puede encontrarse en el
intestino humano. Los científicos financiados por el NIDCD han demostrado que el
receptor dulce ayuda al intestino a detectar y absorber el azúcar y a aumentar la
producción de hormonas que regulan el azúcar en la sangre, incluyendo la hormona
que regula la liberación de insulina. La investigación adicional puede ayudar a los
científicos a desarrollar medicamentos dirigidos a los receptores del gusto del
intestino para tratar la obesidad y la diabetes.
CONCLUSIONES
Se ha demostrado que el trabajo del sentido del gusto no es individual, sino que es
un trabajo en conjunto con otros sentidos especialmente el del olfato, la vista y el
oído. Además, el trabajo mancomunado de ellos permite evaluar características
como lo es el sabor, apariencia y textura respectivamente.
En el sentido del gusto se pueden presentar una serie de alteraciones las cuales
son causadas en un mayor índice por razones externas que perjudican la
percepción y sensibilidad del gusto de forma temporal o definitiva.
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