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Revoluciény contrarrevolucién en tac Hacer ciudad en el siglo XX| La respuesta de las ciudades, una reflexién global glas ciudades deben resignarse a ser continentes pasivos de las problematicas sociales, culturales, ambientales... derivadas de la globalizacién y de la pérdida de capacidad reguladora de los paderes puiblicos estatales y supraestatales? Si la ciudad es lo que se supone que debe ser, un lugar y una comunidad, con capacidad de autogobierne, hoy es también un territorio articulado que en las regiones més desarrolladas y urbanizadas convierte a la ciudad en un sistema de ciudades, Si este espacio tiene vigencie econémica, busca la cohesién social, tiene identidad cultural {o la construyel, es capaz de definir estrategias de desarrollo concertadas entre instituciones lecales-regionales y sociedad civil. Entonces ise le puede negar et derecho y la posibilidad de ser un actor respecto a los contenidos problemsticos que asume? Un actor que reclama intervenir en los procesos que generan los problemas de (a ciudad y en las politicas con que se les da respuesta El desafio politico de la ciudad en ta globalizacién es et de obtener un reconacimiento de actor politico a escala global, mas alla de su territorio y mds alld de las cada vez més artificiales fronteras de «su» Estado. El mundo actual exige un planteamiento «glocalizador», una articulacién de (o local-global. 4“ 50 JOLUCION URBANA ¥ DERECHOS CRIDADANOS {Cémo puede darse esta articulacién? La cultura politica y juridica debe asumir la anacronia de monopolio que pretenden tener tos Estados de ser los dnicos sujetos politicos de las relaciones internacionales y de basar su egitimidad para ello en ser detentadores de la soberania. Hoy, en {a vida politica internacional, existen por encima de los Estados los organismos internacionales, Naciones Unidas y otros menos politicos, pero que toman decisiones importantes, a veces con escasa presencia de los Estados de las partes afectadas. Ademés de la Unién Europea se desarrottan otras uniones politicas y condmicas supraestatales. Por otra parte, por debajo de los Estados, sin contar los grupos econémicos [que tienen mas fuerza que muchos Estados}, se desarrollan redes y asociaciones civiles, de ONG, de profesionales y de ciudades y regiones. Es el nuevo tiers état de ta Revolucién francesa que pugna por ser reconocido por los otros dos. Los poderes locates y regionales reclaman su presencia en los organismos y conferencias internacionales y también en los procesos de elaboracién y de seguimiento de los programas que los afectan directamente. Se proponen como partners tanto de los organismos internacionales como de (os estatales. De hecho empiezan a ser normales en ta Unién Europea programas a tres bandas (europea, estatal, local o regional. Otra dimensién de le glocalizacién es la importancia que adquieren tos grandes ejes y las macrorregiones que constituyen en muchos casos sistemas de ciudades transfronterizas, es decir que atraviesan fronteras. Es un caso frecuente en Europa Estos ejes y macrorregiones tienden a concertar proyectos y crear estructuras de coordinacidn. Incluso se habla de ciudades metropolitanas transfronterizas (entre Francia y Bélgica, Alemania y Francia, Suiza y Alemania, etc.) Una tercera dimensién de la glocalizacién es la reivindicacién de las instituciones locales y regianales de obtener una garantia y una proteccién politica y juridica de su autonomia y de sus sre reece ee agp eae Re N SEH Hacor ciudad an sts derechos en los marcos estatal y supraestatal de los organismos internacionales tanto politicos como judiciales. Es decir, incluso a ser defendidas contra su propio Estado. Aigunos progresas se han hecho en este camino como ta Carta de Autonomia Local aprobada por el Consejo de Europa, ratificada por la mayoria de los Estados europeos llo cual es aun preceptivo para que los acuerdos internacionales sean aplicables @ cada Estado... excepto cuando las grandes potencias imponen resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas} y que ha servido de base a algunas seritencias del Tribunal Europeo. Estamos en los inicios de un cambio histérico. Pero solo en los inicios. Los organismos internacionales son poco receptivos tanto por la pesadez y opacidad de sus burocracias como por el dominio politico que ejercen en ellos los gobiernos de los Estados Estos gobiernos y su alta Administracién no toleran facitmente la intromisin de tos poderes locales y regionales que introduce, es cierto, una considerable dosis de complejided 2 ta ya existent: aunque también facilita la elaboracién y el seguimiento de politicas adecuadas a cada situacién territorial. La resistencia de gobiernos yaltas administraciones nos parece que se debe no tanto a razones funcionales ni a principios politicos, sino al afan de mantener su estatus de privilegio en tos sistemas politicos de cada pais. Un cambio solo se produciré si regiones y ciudades generan una relacién de fuerzas que progresivamente imponga su presencia en la vida internacional. Este proceso se ha iniciado ya en Europa por la presién del CMRE (Consejo de Municipios y Regiones de Europa), dela ARE (Asociacidn de Regiones de Europal, de Eurociudades y de otras organizaciones de ciudades y municipios. La presencia activa de los gobiernos locates y regionales no equivale a un reconacimiento de la dimensién global de ta ciudadania en nuestra época. Es cierto que la presencia de las instituciones politicas de proximidad significa en si misma una democratizacién de la vida politica institucional, por su relacién directa con las probleméticas especificas de cada territorio y de 51 PaNA Y DERECHOS CO REvOLUCIE sus gentes. Por tanto esta presencia emergente de las ciudades én ta escena mundial es un progreso de la ciudadania. Pero no es suficiente, En la globalizacién se produce un considerable ‘déficit democratico. Les capitales, las informaciones, sectores minoritarios y privilegiados, de empresarios y profesionales, disponen de una capacidad y de unos derechos para actuar en el mundo global de los que no disponen ta mayoria de los cludadanos, Es suficiente citar tres ejemplos: ~ El acceso restringide a los grandes medios de comu- nicacién social y el predominio de las ofertas de TIC dirigidas a demandas solventes. ~ Lanoadecuacién entre los ambitos de las decisiones eco- némicas y las de la negaciacién de las relaciones de trabajo y de {as politicas sociates. ~ Las limitaciones de las migrarinnes son mucho mayores que las que tiene el capital La globalizacién nos plantea un desafio local que exige una respuesta innovadora, no defensiva. La democracia local y ta innovacién politica. La cuestidn de la legalidad No hay duda que hay un déficit demacratico en tos ambitos de la globalizacin, de ta economia mundial, de los medios de comunicacién social uniformadores, de las organizaciones internacionales. Una democracia territorial de proximidad, regional local, fuerte, podria ser un contrapeso importante y un mecanisma de participacién democratica en los ambitos globales. Pero seria muy ingenuo idealizar la actual democracia local y regional. Es cierto que tiene 2 su favor un conjunto de factores suficientemente recenocidos come son: a! la proximidad a la poblacién en la gestién: bi la mayor capacidad de integrar las politicas publicas; cl la : pchevesthiewemeare Hacer ciudad en al sigio XK representativided inmediata y directa de los gobiernos locales: df ta cultura civica que considera iguales a todos los ciudadanos: e/ la conciencia de identidad que los actuales procesos globatizedores han reforzado, como afirmacién frente a la homogeneizacién Pero hay otros factores de signo contrario que reducen y hasta suprimen los anteriores como: of los impactos sobre el territorio de decisiones econémicas y politicas exteriores sobre las cuates los gobiernos locales y los actores de ta sociedad civil tienen escasa 0 nula influencia y que tienen en cambio importantes efedtos sociales y ambientales; b! la confusién, superposicién y, muchas veces, escasa cooperacién y poca transparencia de las administraciones piblicas actuantes sobre el mismo territorio; dla relativa debilidad legal y financiera en el marco regional metropolitano de los gobiernos locates que les impide jugar el rol integrador para el cual estin mas capacitados; d] la no adecuacién entre las estructuras politicas representativas y las dinémicas sociales del territorio {los gobiernos locales representan a tos durmientes, pero solo en parte a los usuarios del mismol; ef la existencia de colectivas de poblacién que no tienen reconocido el estatus de ciudadano y que por su misma existencia niegan uno de los valores esenciales de la ciudad: ta igualdad en el espacio piblico y en el uso de las libertades urbanas. El gobierno democratico del territorio para confrontarse con ese escenario nuevo y contradictorio requiere un ambicioso proyecto de innovacién politica. Este proyecto dificitmente saldra de las instituciones y tampoco de las cipulas politicas esponténeamente. Es un proceso que debe desarrollarse primero en (a vida social y cultural. Y es que la presién desde la sociedad y desde la intelectualidad podra traducirse en las instituciones a partir de su recepcién por parte de algunos actores politicos. Hoy se ha tomado conciencie de que existen regiones urbanizadas y territorios metropolitanos que reclaman una estratagia concertada interinstitucional, que va mas allé de las aglomeraciones 0 areas urbanas tradicionales. Las dimensiones, 54 On URBANA Y DERECHOS CIUOADANDS REVOU espaciales, te complejidad organizativa y la diversidad de retos a fos que debe responder desde estos territarias son de una escata superior. ¥ exigen una nueva forma de gobierno. Apuntamos algunas férmulas: a} Eleccién democrética y atribucién de competencias «locales» de desarrollo urbano y programacién y gestion de grandes equipamientos y servicios metropolitanos a la institucién intermedia (tipo departamento 0 provincia] 0, mejor dicho, a una entidad sustitutoria en el misma ambito territorial {madelo italiano y holandés!. bl Creacién de un organismo de concertacién {tipo consorcia) que retina a las principales instituciones actuantes en el territorio con el fin de promover el planeamiento estratégico del mismo, coordinar las inversiones y gestiones de los servicios de cardcter metropolitano {por ejemplo, entre la regién o «estado» en un pais federalizado y los entes locales de eleccién directal. La innovacién politica se puede desarrollar de otras formas. Por ejemplo, la aplicacién sistemstica det principio de subsidiariedad supone no solo descentralizar 2 favor det nivel regional-tocal todas aquellas competencias y funciones ejercitables en este nivel, sino también atribuir a la institucién territorial la coordinacién de los programas y proyectos cancertados. Este mismo principio supone descentralizar o preservar a favor de los entes municipales y barriales aquellas funciones que requieren mas proximidad. En el caso de las grandes ciudades la descentralizacién es un proceso, en muchos casos incipiente, cuyo desarrollo debiera permitir una participacién mucho més intensa y variada de la sociedad civil. Sin embargo, hay que tener en cuenta las tendencias insolidarias que se expresan en los microterritorios (por ejemplo, suburbios ricos en Estados Unidos y cada vez mas en otros paises) que en nombre de la subsidiariedad, ta descentralizacién y ta sociedad civil tienden a independizarse de la institucién regional, metropolitana Hacer ciudad on at siglo XXt fo municipal de una gran ciudad y a sustituir su participacién en los impuestos por la privatizacién de los servicios. Por ello es preciso mantener siempre un equilibrio entre gobernabilidad regional- metropolitana y descentralizacién local-barrial. Es decir, entre elicacia social y participacién, entre subsidiariedad y solidaridad En el marco legal y financiero basico de las grandes unidades politicas (Unién Europea, Estados. regiones auténomas| las relaciones entre poderes piblicos precisan ser més contractuales que jerarquicas y mas basadas en la cooperacién que en la coriipartimentacién, No olvidernos que son mds complicadas las relaciones piiblicas-piiblicas que las piblicas-privadas. Aun siendo distintas estos dos tipos de relaciones plantean un reto politico-juridico. Es necesario innovar en las figuras y en los procedimientos para combinar la flexibilidad con la transparencia yla agilidad en las actuaciones con la preservacién de los intereses colectivos a medio o largo plazo, En este periodo de transicion hacia nuevas regulaciones, es preciso actuar muchas veces en los limites de la legalidad, o mejor en ambitos de alegalidad, to cua puede conducir a la arbitrariedad y a la corrupcién. Sin embargo, no es éste el tinico riesgo. Las reacciones judiciales, mediaticas y sociales ante estas desviaciones de la accién piblica conducen a construir multiples sistemas cautelares y a un autocontrol paralizante de los responsables puiblicos. EL mejor contrat es el que puede ejercer el conjunto de la ciudadania mediante la informacién més transparente y la multiplicacién de las posibilidades de participacién de todos los colectivos sociales. Hoy se habla mAs de participacién ciudadana que politica. La democracia participativa no es ni una politica ‘comunicacional por parte del poder politico ni la construccién de un tejido asociativo en la sociedad civil. Ambos elementos favorecen ta participacién, pero ésta es una relacién mas 0 menos reglada entre unos y otros, una confrontacién, un didlogo, una negociacién que supone conflicto de intereses y posibilidades de acuerdos. Es decir, la participacién requiere que el poder patitica reconozca.a REVOLUCION URBANA Y DERECHOS CIUDADA\ los representantes de los ciudadanos la capacidad de influir en {a elaboracién y ejecucién de las decisiones publicas. Cuando los colectivos ciudadanos expresan posiciones de interés general, es decir que van mas alld de los intereses locales 0 corporetivos, nos encantramos ante una forma de saciedad politica que se confronta con el sistema institucional. Lo cual supone un potencial innovador respecto a la democracia representativa tradicional. El desarrollo democratico, necesariamente innovador, debe enfrentarse a las resistencias de la clase politica y a las inercias de la democracia. No es dificil constatar que las précticas politicas y administrativas son tan reacias a innovar en los mecanismos participativos como, incluso, reticentes ante el desarrollo de las posibilidades de los ya existentes. Los programas y proyectos urbanos se presentan casi siempre de tal forma que dificilmente son entendibles por los ciucdadanos, No se utilizan medios que serian mas comprensibles y motivantes come maquetas, videos, simulaciones, elc Se evitan las consultas populares y hay poce sensibilidad respecto a tramitar las iniciativas ciudadanas. Algo tan elemental como et presupuesto participative aparece atin como la excepcién. No se trata ahora de exponer los mecanismos posibles de participacién que el autor, entre otros, ha expuesto ya en otras acasiones. Sique queremos lamar ta atencién sobre lo que nos parece el principal obstaculo al desarrollo de la participacién ciudadana. No es solo el marco Legat existente casi siempre limitativo y, obviamente, poco abierto 2 la innovacién. Ni tampoco la eventual debilidad de las organizacianes de la sociedad civil, o su insuficiente iniciativa para incidir en las politicas pblicas. Todo ello puede contribuir a explicar que la innovacion politica en cuanto a ta participacién ciudadana progress con grandes dificultades. Pero el principal abstaculo nos parece que reside en la alianza de facto que se da en las instituciones entre la partitocracia y la burocracia. La participacién ciudadana soto progresa si cuestiona y transforma la vida politica local. {Qué innovacién politica local es posible y deseable? Aquells que permite establecer una separacién-confrontacién con el Hacer ciudad Siglo xX sisterna politico estatat, Precisamente porque consideramos muy necesarias unas relaciones contractuales entre las Administraciones se precisa primero un proceso de ruptura entre la politica estatal y la politica local. Esta ruptura debe darse gor lo menos en tres aspectos: la cultura politica, el sistema representativo y la conquista de competencias, La cultura politica supone el proceso de legitimizacién y de hegemonizacién de los valores y objetivos implicitos en los temas ya al orden del dia de la subsidiariedad, el gobierno de proximidad, ta participacién ciudadana, el federalismo, la identidad local —regionat— nacional Ino estatall, la autodeterminacién. Es un proceso en marcha que ‘aunque en algunos planteamientos y lenguajes pueda parecer a veces arcaico, es terriblemente moderno. Es la otra cara, imprescindible, de ta globalizacién y la mejor respuesta al proceso paralelo de debilitamiento del Estado centralizado. El sistema representative local/regional debe distinguirse claramente del estatal y superestatal [europeo, etc. Los partidos, coaliciones 0 agrupaciones electorates no deberian ser los mismes. Mas claro: los partidos politicos de ambito estatal no deben presentarse a las elecciones locales. Algunos ejemplos [Canadé, California] demuestran la viabilidad de esta distincién. Soros conscientes de las perversiones posibles de un sistema politico locat independiente: caciquismo, insolidaridad, populism, etc. Estas perversiones pueden darse también @ otros niveles, con menos Iransparencia y mas dificultades pare combatirlas. El ambito urbana- regional es por otra parte suficientemente grande y heterogéneo pare que en él arraiguen también valores universalistas. Sin secesién det sistema politico-representativa no hay confrontacién y conquista de cotas significativas de poder ciudadano. La conquista de competencias es la consecuencia necesaria de lo anterior. Hoy sabemos que el espacio urbano-regional es el que determina en gran medida la productividad, la sostenibilidad, la competitividad de la economia, la cohesién social y la identidad cultural, y le gobernabilidad. No es posible que su sistema 87 58 15 CIUDADANS PBA politico-iegal sea débil y subordinado, que no se le recanozcan ni a8 capacidades ni los medios para hacer lo que debe hacer. EL gobierno derocratico det territorio exige conquistar competencias en promocién econémica, justicia y seguridad, infraestructuras y equipamientos det territorio, bienestar social, cultura ymedios de comunicacién social. {Quien puede conquistar estas competencias y recursos necesarios? ,Cémo? En términos generates no es posible precisar. puesto que los contextos politicos, legales, territoriales, etc., son muy distintos. Pero es posible hacer algunas consideraciones generates que no siempre se tienen en cuenta La conquista supone iniciativa, conflicto y riesgo. También egitimidad, fuerza ecumulada, alianzas y negociacién. La iniciativa puede surgir de la institucién politica local o de un movimiento civico, incluso de un colectivo social © profesional. Veamos algunos ejemplos: «La conquista de espacios y de edificios susceptibles de tener un uso publico que estén en manos de entes piblicos © privados que los tienen subutilizados 0 congelados. Ya nos hemos referido a la necesidad de revertir a la ciudad terrenos militares, portuarios, industriales desactivados. etc. A otra escala, algo parecide acurre con edificios mas 9 menos abandonados y que han dado lugar al fenémeno okupa. Esta conquista no se dara Gnicamente por medio de demandasrespetuosas de los marcasy de los procedimientos legates. Es preciso tener iniciativas para crear movimientos de opinidn favorable, situaciones de hecho mediante ocu- paciones simbilicas 0 continuadas, recursos legales ante tribunales superiores [por ejemplo, europeos frente a los estatales, etc.) La existencia de la justicia local y de cuerpos de poticla dependiente del poder tocat y/o regional. Sin capacidad de ejercer competencias de seguridad y de disciplina, de justicia y de sancién, no hay poder politico. Es un campo en et cual i t f : é 10 xx los poderes de los Estados son especialmente susceptibies de perder su supuesto monopotio, La resistencia a una real descentralizacién de las funciones de seguridad y de justicia tiene el efecto perverso de ta privatizacién por un lad, y la violencia urbana por el otro + La revalucién en tos medios de informacién y comunicecién ha convertido en obsoletas et marco politico y legal en que se desenvuelven. La construccién de una democracia local telemstica exige que el poder politico local-regional pueda regular, programar y gestionar tas TIC {tecnologias de informacin y comunicacién] en su ambito en un marco global que garantice ol uso social y de participacién civdadana, + La indefensién de los ciudadanos en tanto que usuarios y consumidores, el respeto de sus derechos ambientales y a la calidad de vida, a la privacidad, deberia obligar a las instituciones politicas mas préximas y a las administraciones dependientes de ella a actuar de oficio como defensoras de los derechos genéricos de los ciudadanos y por tanto a enfrentarse con los arganismos pilblicos 0 privados cuyes actuaciones coneretas los vulneren, aunque al hacerlo se apoyen en al derecho positive o en (a inercia administratva, + La promacién econémica y la generacién de empleo, I implantacién de formas de «salario ciudadano» y la ejecucién e polticas que combinen {a productividad, la sostenibilidad y la cohesin social exigen de los poderes locales uns capacidad de coordinar los grandes proyectos urbanos, de desarrottar proyectos empresariales mixtos, de disponer de recursos ahora centralizados (par ejemplo, de obras piblicas, de ts seguridad social y de las instituciones de empleo) y de asumir unas competencias legates (de regulacién de las actividades econémicas y de sus impactos ambientales, de expropiacién, etc ]de Las que ahora casi nunca disponen * Leidentidad cultural, que en casos cada vez mas numerosos adquiere o recupera una connetacién «nacional» sin ser 89 ICION URBANA Y DERECHOS CIUDABAN estatal, requiere para ser defendida y desarrollada una capacidad de autogobierno en educacién, regulacién de los medios de comunicacién social de masas, uso pUblice de la Lengua y de los elementos simbélicos de una comunidad [por ejemplo, fiestas, monumentos, museos, ete.] que la tradicién unitarista 0 centraliste de los Estados acepta dificilmente El anacronismo hoy es esta tradicién que se consideraba moderna en el siglo xx. Laexistenciadesectoresdelapoblacién quenotienenreconocide el estatus de ciudadano plantea un problema especialmente delicado. El estatus de ciudadania (derechos politicos, civiles y sociales que hacen una sociedad de iguales] va atin ligado a la nacionalidad que atribuye el Estado. Los no ciudadanos, por otra parte, niegan elvalorintegrador dela ciudad y su «cepitis diminution 40 contribuye a la xenofobia, al racismo, ala exclusién socialy cultural ya la sobreexplotacién. La moral civica se enfrenta a la legalidad estatal. El derecho a la ilegalidad, a defender a los «ilegales», nos parece obvio. Sobre el déficit de ciudadania en un marco global, en este caso europeo, nos remitimos al infarme sobre ta ciudadania europea. Queremos destacar especialmente {a distincién que propane entre nacionalidad y ciudadania, Lo cual permitiria a los «nacionales extracomunitarios» adquirir ta ciudadania europea sin que ello conllevara adquirir la nacionatidad de un pais de la Unién Europea pero si equipararse en derechos. La ciudadania no puede ser ya un atributo que concede exclusivamente el Estado. Los poderes locales y regionales y los entes supraestatales deben poder también definir y atribuir el conjunto de derechos y deberes que iguala a las gentes de territorios que son a la vez subestatales y globatizadores. Nuestra época exige un replanteamiento de la base territorial e institucional de los derechos y una ampliacién de los mismos, Fppeeroeepipersienatriemaion osceinemetmreh fateh steiner chootiinineemnips Stee acer ciudad an et siglo Xx) Ciudadania y gobierno local La condicién de ciudadano representa un triple desafio para la ciudad y el gobierno local — Un desatio politica: conquistar la capacidad legal y operativa para contribuir a universatizar el estatuto politico-juridico de toda la poblacién y también adquirir tas competencias y tos recursos necesarios para desarrollar las politicas publicas que hagan posible el ejercicio y la proteccién de los derechos > y obligaciones ciudadanas — Un desafio social: promover las politicas sociales urbanas que ataquen a las discriminaciones que imposibilitan o reducen el ambito de la ciudadania: ocupacién, situacién de vulnerabilidad [p. ej, nifios), marginacién cultural, etc — Un desaffo especificamente urbano: hacer de la ciudad de sus centralidades y monumentatidades, de la movilidad y accesibilidad generatizadas, de ta calidad y visibilidad de sus barrios, de la fuerza de integracién de sus espacios pitblicos, de la autoestima de sus habitantes, del reconocimiento exterior, etc., unos entornos fisicos y simbélicos que contribuyan a dar sentido a la vida cotidiana de la ciudadania. La produccién de ciudadania y el rol de los gobiernos locales es un desafio politico no exclusive de éstos. La politica no reduce su espacio a las instituciones. los partidos y las elecciones, Existe otro espacio, el de la sociedad politica, expresién mejor que la sociedad civil, que es el que crean y ocupan todas tas organizaciones y formas de accién colectiva cuando van més alla de sus objetivos @ intereses inmediatos y corporativos. Es el espacio de la Participacion ciudadana que plantea demandas y propuestas, que exige responsabilidad a las administraciones y empresas, ofrece alternativas y cooperacién para ejecutar y gestionar programas ¥ proyectos sociales, culturales, de promocién econémica o de solidaridad, ¥ de urbanismo. “1 62 REVOLUCION URBANA ¥ DERECHOS CIUDADANOS Para concluir, la responsabilidad de hacer ciudadania también pertenece a los profesionales del urbanismo. En nombre de Su ética y de su saber técnico, del conocimiento de los avances de (a cultura urbanistica y de le experiencia internacional. por su sensibilidad respecto a las herencias de la ciudad en ta que trabajan y por su potencial creativo de reconocer tendencias e inventar futuros, los profesionales del urbanisme han de reclamar autonomia intelectual ante tos politicos y los diferentes colectivos sociales, han de elaborar y defender sus propuestas, asumiendo riesgos frente a las autoridades y «opiniones piblicas» y saber renunciar piiblicamente antes que traicionar sus convicciones. La reinvencién de la ciudad ciudadana, del espacio publico constructor-ordenador de ciudad y del urbanismo como productor de sentido no es manopolio de nadie. Les politicos elegidos demacraticamente tienen la respon- sabilidad de la decisién de los proyectos pubbticos. Las organizaciones sociales tienen et derecho y la obligacién de exigir que se tengan en cuenta, que se debatan y se negocien sus criticas, sus demandas y us propuestas. Los profesionales tienen la obligacién de elaborar anilisis y propuestas formalizadas y viables, de escuchar a los otros, pero también de defender sus convicciones y sus proyectos hasta el final El desatio que nos plantea hoy la ciudad en sus dimensiones central, metropolitana y dispersa es ante todo intelectual y politico, mas que econémico y administrative, Es un desaffo a nuestros valores, no es un problema funcional que se resuelve por la via tecnocratica {La ciudad tiene futuro o vamos hacia un mundo periurbanizado de ciudades débiles? Actualmente la poblacién «suburbana» es el doble o el triple de la poblacién «urbanan, es decir de la que vive en ciudadesy no en periferias. El mundo suburbano puede convertirse ‘en un mundo salvaje, de guetas y de tribus, injusto y vietento, excepto en los centros protegidos que tenderdn al autoritarismo. Una perspectiva que en bastantes paises parece hoy fatal, cuando Genrer eemesemennana ncn orotate no es ya una realidad. Pero una tendencia por fuerte que sea no 5 un destino obligatorio, La ciudad hoy emerge nuevamente como jugar, como mixtura, como espacio colectivo, como referente cultural. Construir la ciudad del siglo xu es tener un proyecto de ciudadania, ampliar los derechos de tercera generacién, el derecho al lugar y @ la movilidad, a la ciudad refugio y a la identidad local. al autogobierno y a la diferencia, a la igualdad juridica de todos los residentes y a la proyeccién exterior de la ciudad como entidad politica abierta Los progresos sociales no comienzan en las instituciones, sino que mas bien es en ellas donde culminan. Los progresos se materializan en politicas que se formalizaran en instituciones Pero antes habré que luchar por los nuevos derechos ly responsabilidades| y legitimar estas exigencias. Se ha dicho que nuestia epoce es, como otras que se han dedo en la historie, una era dz conquista de nuevos derechos. También se ha dicho que es el siglo de las ciudades. En consecuencia es la época de los derechos urbanos. Pero la exigencia del derecho surge de la rebelién moral, del deseo de poser alguna cosa, unas libertades y unas oportunidades que a menudo nos son negadas. La ciudad del deseo no es la ciudad ideal, ut6picay especulativa, Es una ciudad pensada, deseada e inventads, Pero también es la ciudad resultante de aspiraciones y demandas, de intereses y conflictos. Es decir, ta ciudad de los deseos, Formar expertos en «hacer ciudad» El planeamiento territorial y ta gestion de la ciudad como ambitos formativos La revolucién urbana iniciada en las Ultimas décadas del siglo x estd destinada a marcar decisivamente las sociedades humanas del siglo x. Efectos de la globalizacién, expresién de la sociedad 63 URBatta ¥ DERECHOS de la informacién y desarrollo provocado por la omnipotencia del mercado ciertamente. Pero también por la debilidad relativa de las politicas locates, ta débil estructuracién de las sociedades urbanas yla ideologfa de la autonomnia radical del individuo Las estadisticas demogréficas recagen de forma muy deficiente el fenémeno urbano actual, las nebulosas urbanizadas, que en los continentes europeo y norteamericano incluyen ya a mas del 80% de la poblacién. Pero solo una parte de estos habitantes urbanes vive en ciudades, quizas la mitad o menos, el resto vive en zonas urbenizadas pero segregadas, dispersas, fragmentadas. Una urbanizacidn que no genera automaticamente ciudades, que en ciertos casos extremos parecen oasis de civilidad y en otros se han degradado hasta convertirse en zonas de riesgo, en ambos casos rodeados de espacios rmonofuncionales y monosociales, sin capacidad de autogobierno, exponentes de un desarrollo insostenible, que genera comportamientos andmices y psicologias sociales marcadas por el individuatismo, el miedo a los «otros» y el alan insolidario de distincién Estos territorios urbanizados nos plantean nuevos desatios, que pueden sintetizarse en un objetivo basico: hacer ciudad Hacer ciudad sobre la ciudad, para evitar su deterioro social 0 su conversién en parque tematico mas o menos gentrificado. Y hacer ciudad en la urbanizacién que no es ciudad, en las periferias difusas, apoyndose en Las redes que forman los niicleos urbanos [pequefios 0 medianos} consolidados y compactos y las nuevas ceniralidades que potencialmente generan las politicas de infraesteucturas y de intermadalidad de transportes y los proyectos urbanos integrales. Sobre el oficio de «hacer ciudad» y los procesos formativos El «hacer ciudad» no se aprende atin en ninguna carrera universitaria, se aprende en la gestién préctica del urbanismo y £ i i i i i ‘ f i t | | i : Hacer civ ta gobernabilidad local. Pero para que esta practica produzca un saber acumulativo se requiere, por una parte, ta comunicacién entre as distintas y numerosas profesiones que intervienen en la gestion de la ciudad. Y, por otra, que los procesos formativos universitarios incluyan un ciclo [segundo o de postgrado] que ofrezca unos contenidos que integren elementos basicos de las distintas formaciones especiatizadas para permitir asi la cooperacién posterior en la gestién. De esta forma se creara ademas una dialéctica entre teoria y practica que permitirs nuevamente dotar de bases tedricas o por lo menos de criterios generales a la practica y de bases practicas o experimentales a la teoria. Es decir, un corpus sobre el que se podré desarratlar la investigacién y también dotar de criterios objetivos a las politicas urbanas En los. paises anglosajones primero y mas recientemente en paises de cultura latina [Francia Itatia, México, Argentinal se crearon las carreras de primer 0 de segundo ciclo! sobre planificacién territorial, urbanismo 0 estudios urbanos. Estas carreras pretendian casi siempre llevar el vacio que existia de una formacién integradora de lo «urbano». Seguramente han sido utiles pero ahora demuestran sus limitaciones. En general estén muy marcadas por la concepcién urbana vinculada 2 la sociedad industrial (con excepciones como Castells o Ascher] y. sobre todo, no han superado el divorcio entre las disciplinas y profesiones directamnente intervencionistas sobre el territorio larquitectura y ingenierie en unos casos, derecho en otros) y las orientadas al andlisis social, econémico, politico o cultural de lo urbano. Con frecuencia los postgrados 0 segundos ciclos son un subproducto del formalismo instrumental de las carreras «técnicas» y en otros casos son refugio de los cientistas sociales que estudian la ciudad y la urbanizacién sin intervenir en el disefio del territorio. Ambas formaciones son importantes pero no abordan ta planificacién y la gestién integrales del territorio, que es lo que requiere el «hacer ciudad». (SEs 68 REVOLUCION URBANA Y DERECHOS CHIDADANOS Responsabilidad social de los gestores y profesionales urbanos La gestién de la ciudad supone que lideres politicos y sociales y también planificadores, proyectistas 0 gestores asumen la responsabilidad de etaborar, decidir y/o ejecutar planes, programas 0 ‘actuacionas de interés general y en nombre de este interés autorizan, prehiben, protegen o timitan las iniciatvas privadas mediante hormas, deciden sobre el uso de los recursos piblicos mediante los presupuestos y gestionan programas 0 proyectos que afectan ala vida del conjunto de ciudadanos presentes y futuros. Esta prerrogativa solamente es legitima si se basa en unos principios de actuacién que justifican la accién de unos organismos y personas en ta medida que fexpresan valores y normas que la sociedad puede asumir como justos No nos detendremos en exponer aqui aquellos principios que ‘son obvios pues forman parte de Los textos legales Tundamentales {os derechos humanos en nuestra contexto politico y cultural. considerados hoy de validez universal, el principio de legatidad propio de cualquier Estado de derecho, los principios de planificacién coordinaciény participacién que se incluyen en diversas constituciones como la espafiola. Lo cual no significa que no los tengamos en cuenta, at contrario, nos parecen tan aceptados, indispensables y legitimadores de cualquier actuacién de interés pUblico que no es preciso insistir al respecto. Aunque sea de forma muy sintética vamos a concretar en la medida de lo posible los principios morales que orientan nuestra propuesta formativa y en el siguiente apartado expondremos las bases de los contenidos docentes y pedagégicos, Historia y responsabilidad social del urbanismo Nos referimos al urbanismo en un sentido genérico, que incluye el planeamiento, ta organizacién politica. ta gesti6n del territorioy el conjunto de politicas piblicas urbanas. La razén fundadora de esta : i snaserbnennr pumicwechtarereionmmsnensice ty |oroereedbonceieomnner eenemane sermon earn Hacer ciudad eno sig #x1 disciplina fue la ordenacién de ta convivencia y de las actividades en la ciudad en funcién det bien comin y ta voluntad de reforma social como respuesta a las contradicciones y desigualdades que el desarrollo urbano habia generado y reproducia en forma ampliada consiantemente. Estos principios contindan siendo validos en ta actualidad. No rechazamos el principio del respeto a la autonomia e iniciativa social y privada pero si el «todo mercancia», es decir el retorno al capitalismo salvaje, el mercado desregulado que es un elemento destructor de la ciudad. También consideramos titil tener en cuenta las utopias urbanas, no tanto para proponer modelos de ciudad ideal como para estimular las propuestas reformadoras dibujando escenarios de futuro deseables. La indispensable competitividad en algunas actividades det medio urbano [aunque mejor es hablar de productividad si nos referimos al conjunto de la actividad urbana) hay que considerarla interdependiente de la woatenibilidad, le cohesién social y la gobernabilidad democrstica El conjunto de estos elementos constituyen la calidad de la oferta urbana que incluye como valor fundamental la calidad de vida de todos sus ciudadanos, ta igualdad entre éstos y las libertades de todos. El territorio y ta sociedad urbana necesitan politicas publicas patentes que garanticen y corrijan los desequilibrios del desarrollo urbano, que potencien las identidades diferenciales datterritorio, que reduzcan las desiqualdades sociales y posibiliten el acceso universal alles bienes y servicios de interés general. Las politicas piblicas deben, sin embargo, priorizar normas basicas, procedimientos giles y transparentesy formas diversas de cooperacién con agentes privados y de participacién de la ciudadania. Todo ello supone admitir como un componente permanente de las politicas publicas la gestién de la conflictividad, pues se oponen tanto valores como intereses. Razén de mas para explicitar siempre los principios morales que las orientan, Hemies intentado sintetizar estos valores y principios en el cancepto de «derecho a la ciudad», El derecho a la ciudad incluye et derecho a la \ivienda y al espacio pilblico significante y bello, a la preservacién a y mejora det ambiente y del patrimonio, a ta permanencia en el lugar y al cambio de residencia, a la movilidad y a la centralidad, fa ia identidad sociocultural y a la visibilidad, a la accesibitidad yia le monumentatidad, al gobierno democratic de la ciudad metropolitana y a la gestién descentralizada 0 de proximidad, a ta formacién continuada y at salario ciudadano, a la seguridad ¥y al refugio. El derecho a la ciudad supone la igualdad politico juridica de todos las residentes y al acceso universal tanto a los bienes y servicios de interés general como a la participacién en la elaboracién y gestién de las politicas publicas. Los responsables politicos, los funcionarios publicos y los profesionales que trabajen para los gobiernos solamente estarén legitimados a ejercer las responsabilidades que tengan atribuidas en ta medida en que sus actos se justifiquen en funcién de los principios morales que las informen. Sobre los contenidos docentes y pedagégicos La interdisciplinariedad tal como se ha practicado en el planeamiento en los dltimos cincuenta afios ha demostrado suficientemente sus limitaciones. Por una parte se ha aplicado a un tipo de planeamiento regulador, solo normativo, en cascada, de elaboracién tenta y aplicacién administrativa, paco estratégico y poco operativo. En la gestién 0 ejecucidn la interdisciplinariedad con frecuencia desaparecia y se tendia a que cuerpos burocraticos profesionales monopolizaran cada uno érganos y funciones. Por otra parte la misma interdisciplinariedad se reducia a distribuir los estudios previos entre disciplinas diversas y to mismo ocurria en la redaccién de los planes, en los que el didlogo era minimo entre disefiadores del plan (casi siempre arquitectos 0 ingenierosl y autores de tas memorias especificas (socioeconémica, juridica, financieral que se repartian entre los profesionales especializados. Hacer ciudsd an at siglo XX0 Como ya se ha expuesto, el principio docente principal es a transversalidad. Se pretende contribuir a crear un corpus comin de valores, criterios de actuacién y estilo de trabajo entre profesionales que tengan relacién con la gestién de la ciudad. No se trata tanto que todos puedan hacerlo todo como que exista un lenguaje comin basico. Y también contribuir a la formacién de profesionales y de lideres politicos y sociales para aumentar su capacidad de disefiar programas o proyectos, de tomar decisiones entanto que ejecutivos, de dirigir un equipo de composicis ge terier capacidad de comunicacién y negociacién, de evaluar los resultados y los impactos de su actuacién. Es en funcién de estos criterios y teniendo en cuenta ta peculiaridad de la ensefianza virtual que se fijan los criterios pedagogicos. La formacién que se pretenda dar es proactiva, es decir orientada a la accién mas que al analisis, a buscar soluciones © mas que a explicar problematicas, a dar respuestas mas que £ hacerse preguntas. 0 mejor dicho, tas preguntas, los problemas Ey los andlisis nos importan en tanto que nos permitan formular ; respuestas, soluciones y orientar nuestra accién: t in diversa Por tanto la documentacién de base y la consultoria no solamente proporcionan {os contenidos principales sobre cada materia, debidamente actualizados. También deben incluir la presentacién de «casos» [buenas y malas practicas a partir de ejemplos reales 0 supuestos}, ejercicios, debates, demnandas que pongan a prueba la iniciativa y tos criterios para actuer que poseen o van adquiriendo los alumnos. Es conveniente vincular en la medida de lo posible fa redaccién de una memoria final con estadias de practicas profesionales, ya sea en el propio pais 0 en el exterior. El profesorado principal, es decir el equipo de direccién y | responsables de las principales materias asi como tos autores colaboradores se elegiran entre profesionales 0 académicos de competencia intelectual probada pero que cumplan también, en la mayoria de los casos, otra condicién: haber ejercido o eercer responsabilidades de gestin y de ejecucién, sea en el 6 70 sector pUblico en el privado. Es decir que camo profesionales, funcionarios 0 cargos politicos hayan tenido que canfrontarse con la elaboracién y/o aplicacién de planes o programas, en la gestién de proyectos, hayan estado al frente de oficinas profesionates 0 de organismos politicos, etc. Es decir, dispongan de una experiencia derivada del ejercicio de responsabilidades ejecutivas, La gestién urbana es ante todo un saber prdctico que se apoya en un cumulo de conocimientos tedricos producto de la investigacién y, especialmente, de la reflexién sobre experiencias concretas y de los estudios comparativos. La docencia en urbanismo no puede ser ejercida por docentes o investigadares que no hayan hecho otra cosa que ta docencia 0 la investigacién. 0, mejor dicho, puede haber académicos puros que aporten mediante conferencias 0 textos escritos elementos de reflexién, pero la mayor parte de la ensefianza debe corresponder a profesores que tengan o hayan tenido practicas politicas, profesionales o sociales. El progreso de la disciplina esta intimarnente ligado a los avances exitosos de las practicas urbanas

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