You are on page 1of 136
ROULIAD DE) PEIGQHaGIAS GHanAer BIBLIO: fe ebiroriat, TRILLAS| Catalogacién en 1a fuente 7 ee. ‘Ribes thesia, Emilio Poicologia general ~ México: Trilla, 1990. 273 p.; 21 em. ~ (Bibioteca concepts y | tpicos en tearta de eonducta) Tncluye bibllografiase dices ISBN 968-24-3256-1 1. Pricologta, 1&1. Ser LC: BFIB'RS.6 D- 1501'R587p _La presentacion y disposicion en eonjunto de PSICOLOGIA GENERAL. son propiedad del editor. Ninguna parte de esta obra Jucde ter reproducida 0 trasmnitda, mediante ningin sistema Panett, electréntco o mecanico (incluyendo el forocopiado, ‘a'prabecion.o cualquier sistema de recuperacisn y almacenamiento Ge njormactin), sin consentimiento por escrito del edior. Derechos resercados ‘© 1090, Editorial Tillas, SA. de C. Vn lv. Rio Churubusco 385, Col. Pedro Maria Anaya, Cp. 03340, México, D. F. Miembro de la Camara Nacional de la Industria Editorial, Reg. mim 138 Primera edicidn, febrero 1990 ISBN 968-24-3256-1 Impreso en México Printed in Mexico Prefacio Este libro no es un texto. Constituye un tratado de psicolo- gia general sui generis. Pretende, de hecho, parafraseando a Ta famosa obra de Engels, Anti-Diuhring, ser una antipsicologia ge- neral, Pero, zen qué sentido se pretende esto? Se quiere demos- ‘rar que los problemas de Ia psicologia, tal como estén formu lados, son faisos problemas, y que la posibilidad de construir tuna ciencia psicologica no s6lo depenide del grado de refina- mionto de los métodos experimentales, observacionales y de cuantificacion disponibles, sino que descansa —y quiz de mane- ra prioritaria en un principio— en Ja adecuacién logica de los conceptos empleados. Por ello, este libro no es un texto introductorio. Es un libro para el recién iniciado como para aquel ya endurecido por la experiencia que procuran los afios de docencia, investigacién y practica profesional. Es un tratado critico y, en esa medida, constituye el producto de un proceso’ autocritico al que el pro- pio autor se ha sometido. Digamos, metaforicamente, que los pecados que se sefialan son los pecados ya expiados. La argu- mentacién critica que imprime unidad a los distintos capitulos es el andlisis histérico conceptual de las teorias, términos y pro- plemas que configuran a la psicologia general. Hay en este and- isis cuatro influencias destacadas: las de Aristoteles, Kantor, Ryle y Wittgenstein. En los diversos capitulos se examinan, des- de una perspectiva histérica y/o conceptual, los distintos temas que conforman la psicologia general, con el fin de demostrar los errores categoriales y las confusiones conceptuales en que se fundamenta la teoria psicolégica contempordnea, asi como Jas. raices historicas de esta inadecuacién. 6 pREFAcIO En este volumen se retinen algunos articulos ya publicados y otros inéditos. Todos tienen en comin el que analizan proble- mas significativos de la psicologia desde una perspectiva histéri- co-coneeptual. Integrarlos en un solo texto complementa su espectro y les confiere mayor coherencia y poder conceptual. En casi su totalidad, los articulos constituyen el producto de tres afios de reflexién teérica acerca de la estructura conceptual de la psicologia, y por ello, su presentacién en el volumen no corresponde al orden en que se escribieron originalmente. No es necesario afiadir que muchas de las reflexiones conte- nidas en esta obra surgieron del intercambio cotidiano con los colegas que colaboran con nosotros en diversos proyectos de in- yestigacion experimental, asi como con los estudiantes de pos- grado a los que intentamos, no siempre con fortuna, familiarizar con las bondades del anilisis histérico-conceptual. Sin ellos, no habriamos podido pensar y escribir acerca de muchos de los problemas que se examinan en este libro. No obstante, deseo ‘exculparlos de mis excesos y errores. Emi.io RwEs querémesio © no, no podemos tiberamos de un pasado ‘que —con todos sus errores~ sigue vivo en conceptos eredados, en las formas de concebir ios problemas, en los programas de la ensefianza formal, en i vida diaria, en el ienguaje y en iss instituciones. No existe ninguna _generatio spontanea de los conceptas, sino que estén Saige la expresién~ determinados por sus antepasacos, {Lo pasado es mucho mas peligroso ~0, mejor dicho, 5610, fs peligroso~ cuando nuestros enlaces con €l se mantienen inconscientes y desconocidos, la génesis y el desarrollo de un hecho clentifico uous Fees indice de contenido Prefacio Introduccion Cap. 1, Historia de la psicologia, ,para qué? ‘La historia de la ciencia: zhistoria interna 0 historia ex- temna?, 26. Niveles de interrelacin historico-concep- tual del conocimiento psicolégico, 28. Conclusiones, 47. Referencias bibliogrificas, 48. Cap. 2. Acerca de la percepcién, 1a imaginacién, la me- ‘moria y los suefios: algunos malentendidos psicologicos La mitologia de la mente, 52. La clasificacion de los términos y expresiones ordinarias: un instrumento de desmitificacion, 57. La percepcién: el modelo éptico y la geometria de las sensaciones, 61. La imaginaci6n: “fabrica” de percepciones internalizadas, 69. La me moria: el almacén de Jas representaciones, 72. Los sue- fios: la mente actuando sin conducta, 76. Referencias bibliogréficas, 81. Cap. 3. La evolucién de las teorias del aprendizaje: un anilisis hist6rico-conceptual_ ‘Antecedentes historico-conceptuales de la teorfa del aprendizaje, 83. Conclusiones, 117. Referencias biblio- graficas, 121 Cap, 4. Los eventos privados: jun problema para la teoria de la conducta? 2 50 82 124 10 iupice 0€ conTeNi00 Objetividad-subjetividad, 125, Interno-externo, 127, Pablico-privado, 129. Implicito-manifiesto, 130. El anlisis de Skinner de los eventos privados, 133, Una alternativa conceptual, 136, Referencias bibliograficas, 145, Cap. 5. EL lenguaje como conducta: mediaci6n funcional Versus descripcién morfologica 147 Una definicién del lenguaje como conducta, 148. El Jenguaje como mediacién de contingencias: sustitucion y desligamiento, 151. La adquisici6n del sistema reacti- vo convencional: el desarrollo del lenguaje, 157, La transiciGn a las interacciones sustitutivas, 166. La susti- tucion no referencial y el pensamiento como conducta convencional, 171. Referencias bibliog: is, 174. Cap. 6. Algunos pensamientos acerca del pensar y su mo- tivacion 17 La conducta gobernada por reglas: limitaciones y con- fusiones, 178. El pensar como una forma de comporta- miento: jde qué modo se relaciona con las reglas y las convenciones lingiifsticas?, 186. Referencias bibliogré- ficas, 200. Cap. 7. Aptitudes sustitutivas y planeacién del comporta- miento inteligente en instituciones educativas 202 Una taxonom{a para analizar la conducta inteligente, 209, Estrategias para ia planeacién del aprendizaje in- teligente, 220. Referencias bibliograficas, 229. Cap. 8. El problema de las diferencias individuales: un anilisis conceptual de la personalidad 231 Diferencias y consistencias individuales, 234, Personali- dad y categorfas disposicionales, 236. Una aproxima- cién a la identificacion de estilos interactivos, 242. Al- gunas implicaciones pricticas del andlisis experimental de la personalidad, 250, Referencias bibliograficas, 253, Indice onoméstico 285 Indice analitico 259 Introducci6n Para el que se inicia en el estudio de la psicologia, ésta se presenta como una disciplina perfectamente estructurada y co- herente. Todos los tratados de psicologia general cubren, mal que bien, un conjunto similar de temas y problemas, y aun cuando pueden diferir en la perspectiva tedrica desde la cual los analizan, existe un consenso de principio en los rubros que defi- nen el campo de la disciplina. De este cco, tanto para el especialis para ef lego. de dichas estructura y proce- sos como fundamento de la vida psicoldgica supuestamente proviene tanto de la autcobservacién de los individuos comunes y corrientes respecto a su propia experiencia cotidiana, como de las observaciones sistemiticas y controladas que se Hevan a cabo en el laboratorio, el ambiente natural o el gabinete, respecto a Jas circunstancias en que dichas experiencias tienen lugar. La psicologia contemporénea ha ido acumulando nuevos procesos y entidades a los ya tradicionales que caracterizaban 2 la disciplina a principios de siglo. Algunas veces, las adiciones representaron solamente sustituciones 0 “modernizaciones” de los viejos conceptos, pero por lo general, el contenido de la dis- ciplina conserva un conjunto de temas que cualquier psicdlozo consideraria esenciales: las sensaciones, la percepcién, las emo- ciones, la motivacion, el aprendizaje, la memoria, el pensamiento, el lenguaje, 1a inteligencia y la personalidad. ; Estos conceptos constituyen el punto de referencia obliga do de cualquier teoria psicolégica, y como premisa general, se supone que delimitan campos empiricos aut6nomos y relativa- uu 12 wrroouccién mente autocontenidos. De este modo, se presume que no cabe duda alguna de que al hablar de sensaciones se hace referencia a eventos distintos a los que tienen que ver con el aprendizaje o la memoria, y por consiguiente, se sobreentiende que el papel esencial de la teorfa sea el de organizar las relaciones y propie~ dades especificas de estos procesos y estructuras psicologicas. Aun cuando las distintas teorias han ofrecido soluciones diver- sas a este problema central, ‘or o menor grado ORIGEN HISTORICO DE LOS PROCESO: PSICOLOGICOS beta Esta suposicidn, en la que descansa la psicologia, no es gra- tuita. Tiene un origen y se apoya en razones historicas que ayu- dan a comprender la circunstancia actual. El lenguaje de la psi- cologia esta vinculado histéricamente a senses eas pas cel 10 que ha si determinante en la configuracién tan peculiar de ie senate actual de la psicologia. La ciencia occidental tiene su formulaci6n primera en el pensamiento griego y muy especialmente, en la monumental obra de Aristoteles acerca de la fisica y 10s tratados bioldgicos y psicologicos diversos que ésta incluye colateralmente. Aristé- teles delimité conceptualmente a las ciencias naturales respecto a otros modos del conocimiento (la metafisica, la ética, la poli- tica, Ia logica, Ia retOrica y la postica), y aporto las primeras clasificaciones y categorias sistematicas para el estudic de los fendmenos naturales. A pesar de la gran contribucién realizada por Aristételes en muchos de los casos todavia vigente como planteamiento general—, sus categorfas estaban inevitablemente unidas a las practicas lingilisticas de la sociedad de su época, y a la carencia de los lenguajes téonicos especializados que promo- Vi6 el desarrollo posterior de Jas diversas ciencias empiricas a partir del Renacimiento. onIGeN DE Los PROCESOS FsicoLécicos 13 El lengudje aristotélico no constituia, en sentido estricto, un enguaje especializado de la ciencia, aun cuando haya formulado ‘ganas de las categorias ¥ conceptos que las ciencias naturales emplearon posteriormente. El lenguaje aristotélico era mas bien. Jenguaje ordinario delimitado légicamente para examinar los problemas de los distintos modos de conocimiento identificades Y, en consecuencia, no pretendia —porque en ese momento Yistorico hubiera sido absurdo o imposible— ser un lenguaje t6e- nico especifico de las diversas ciencias naturales. En la fisica, por ejemplo, se hablaba de elementos como la tierra, el fuego, al Bite y el agua, a los que si bien se les puede encontrar semejanza wiotaforica con los estados de la materia que identifica la fisica moderna, eran ena esencialmente, {Onmaball parteiel) pleac \dos biolos ‘No es sino hasta el Renacimien' ‘ciencias natura~ jes comienzan a construir sus propios ‘conceptos para abordar el estudio de los fendmenos desu competencia, y de este modo sur 2 el modelo primitivo de ciencia a partir del cual se conforma gradualmente la ciencia contemporinea. Si se identifica al Renacimiento con ja ruptura del lenguaje de las ciencias naturales respecto al lenguaje ordinario, como lo testimonian los diversos tratados de filosofia natural que for- inularon Kepler, Galileo y Newton, entre otros, también se tiene Ta necesidad de separar a la ciencia como modo de conocimie: to de la teologia como doctrina del ser, oblig6 a los pensadores del Renacimiento a fundamentar los ctiterios de verdad en la existencia de una entidad espiritual en el hombre (la mente fazon), que a la manera de una luz natural interior permitia discernir la estructura de la realidad. La operacion de dicha enti- dad espiritual era prueba de la existencia de Dios y de su perfec tion, y con ello se garantizaba la verdad del conocimiento empi fico humano como conocimiento por reflexion de dicha luz natural interior. ‘Lamentablemente, esta solucion adecuade para el desarrollo de las ciencias naturales de la época, constituyd una condena historica para la psicologia como disciplina. La psicologia que- daba encargada de’ 2 psico) psicofisica. a, a diferencia de la psicologia esbozada por AristOteles, descansaba en la suposicion de dot 14 wzRoDuccioN sustancias (el espiritu y la materia) y retomé los términos aris- totélicos —que no eran més que términos del lenguaje ordinario- ara convertirlos en lenguaje técnico, Este lenguaje seudotécni- co partis de la premisa de que los términos que hacian reforen- cia a operaciones de la mente o la razén correspondian en rea- lidad a tales entidades u operaciones. Por consiguiente, los tér- minos nominativos de dichas entidades u operaciones podian abstraerse de su uso ordinario, porque dada la naturaleza espi- ritual de la mente o razén, constituian la expresion autodesigna- tiva de dichas operaciones o entidades. Hablar ordinariamente acerca de la mente o la razon era prueba de su existencia y de su naturaleza espiritual. El espiritu otorgaba a estos términos el ca~ ricter de ser términos verdaderos equivalentes a los de otras cien- cias, a pesar de que se emplearan en el Jenguaje ordinario. ANALISIS CONCEPTUAL Y ANALISIS EXPERIMENTAL __ La peculiar evolucion historica de la psicologia Ie ha confe- rido una condici6n nica entre las ciencias experimentales: dis- poner de un amplio repert Puesto que las ciencias avanzadas que han constitui soéelo historico de la construccion teéricay la imetodologis de Ja investigaci6n, crearon a partir del Renacimiento un lenguaje técnico propio adoptado a sus propésitos, los psicdlogos conci- bieron su quehacer cientifico basados en la suposicion de que su disciplina compartia condiciones semejantes a las de la fisi- ca, principalmente. Sin embargo, a diferencia de esta iiltima disciplina, la psicologia carecia no s6lo de un objeto de cono- cimiento consensualmente validado, sino que, ademis, no po- seia un lenguaje técnico apropiado. Sus categorias eran sola- mente términos del lenguaje ordinario, a los que se les conside- taba descriptores validos de estructuras y procesos de la mente. De acuerdo con esta concepci6n racionalista y dualista heredada desde el Renacimiento, la especificidad de lo psicolégico, era que la mente, como instancia no material, autodesignaba sus operaciones y entidades a partir del lenguaje sin testimonial de s existencia. ee eee La identificacion de términos técnicos ANALISISCONCEPTUAL Y EXPERIMENTAL = #2. Se supuso que los terminos tomados del lenguaje ordinario eran referentes empiricos legitimos de acontecimien- tos mentales no observables, y s¢ les adopt6 como términos tée- nicos que debéan guiar la investigacion experimental del mundo psicol6gico. Fue asi como 1a memoria, el pensamiento, la imagi- nacion, la percepcion y muchos otros términos empleados en el habla ordinaria adquirieron el estatuto de conceptos cientifi- cos, a los cuales se supuso descriptores de una realidad psicol6- gica dada e incuestionable. ‘De esta situacion surgieror anentes en el quehacer teérico de los psicdlogo: de los términos técnicos adoptados del lenguaje ordinario; definiciones operacionales inconmensurables entre si; y, 3. \de dichos términos respecto al ‘ipo de hechos y niveles explicativos a los que se aplicaban. Los términos psicoldgicos empleados en expresiones del len- guaje ordinario, aislados carecen por si mismos de significado, 0 cuando menos de significacién univoca o precisa. Son términos que siempre forman parte de expresiones, que tienen como fun- {Sa' principal comurica, CSiuniGie implica RTeStELGOMDOD SE 2.x icscs ce ion empleos. = de otros juegos de Ien- guaje—, la comunicacin siempre tiene lugar como una conven- cién especifica en relacién con un contexto y determinadas formas de uso de las palabras y expresiones. A diferencia del je_ ordinario, e ahi que, cuando la psicologia transmut los términos del lenguaje ordinario empleados con propésitos comunicativos en términos técnicos descriptivos y designativos, incurrié en un gr fonvirtio a ‘tenmi fen términos univocos designativos. Se creyé que las palabras describjan cosas en cualquier juego de lenguaje, y que las cosas descritas eran referentes universales ¢ inequivocos, Naturalmente, al descontextualizar a los términos y expresiones de su uso ordi- nario, la psicologia se qued6 con un conjunto de palabras cuya significacién empirica dejaba de ser obvia y evidente. La caren- cia de una significacin univoca supuesta fue compensada por el ajuste de los términos a la semédntica de modelos preconee- bidos, a los que se les otorgé pertinencia descriptiva para catego- rizar los aconteclmientos psivolégicos. El resultado histérico de esta estrategia es la consabida torre de Babel en que se ha con-

You might also like