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GT ADOLFO SANCHEZ VAZQUEZ ETICA EDITORIAL CRITICA Grupo editorial Grijalbo ‘BARCELONA, Aad 1 ediste eepatoles Eater! Ceca, S.A, Barcelona, ayo de 1978 25 cs: ote ee 1919 5 Sin ett 381 2 Go: fer de 988 Gabiens: Albeo Coratia 1 ioe» 19H Adolfo Sanus Vazqure, Mésc, DL 6 IgM Eatoral cts, S.A. calle Ped de a Creu, 58, Baceloas3¢ ISBN seas Deposto lg 8. 18191964 Impese en Espa MBE" INELVASA, Pao de Caos 1 1, Barelonst3 PROLOGO A LA PRESENTE EDICION Dante largor fos, la enseRanca de la étice, sobre todo en ef nivel medio, e be concentrado en lor problemas tadicionaler de cata dscplina, concebida como rama particular de la filosofia. [Las soluciones a exos problemas varshan, naturalmente, de acuer- ddo com el respectvo enfoque flosfico: neokantiao, fenomence igico,axialéico o tomiste, para citar sélo lox més en bogs. En todos ls ext, se tratabe de una élceexpecultin, astraete, f imargen de las morales bstéicas, coneretas. Por otro lado, entre e108 enfogues predowinantes no figuraban algunos de vitalidad innegable en nuestro tiempo tento desde el punto de vista tebrco como prictico, Clevo ex que eros enfogues, ausentes en general ‘dela ensehanzs dela dice, no dejaban de presentarlimtaciones 4 lados débiler, Tengo presente, on particule, los de la flosofia Umaltce y of marsismo. El primero porgue al redacirte ol andlisis ‘el longue moral, trea legtima pero insuficente, dejabs inerme il estudiante ante los grandes problemas morals; el segundo por (que se resiringia a le prédca de una moral determinada 7 ello, Sidem, con la carga dogmitia que lastrabe 9 dominaba al mar- sismo por entonces. "Erg, pues, preciso recurir 2 ue enfogue ético distinto que permitiors conducir la ensehanze de la dice por otros cauces. ¥ tal enfogue ere el que buscaba el autor of emprender la redac- ciém de este libro, Laz circunstancias en que babra de excribirsee insrbire baron amis necesaria esa bisqueda, Coria ya 1968, ‘aio en gue, en varios pulses europeos y en uno bispanoamerice tno —Mevico—, la juventud ettudionil se rebela contra valores y 8 ‘rich princpios caducos y, ms alld de las alas, da algunas leciones de ‘olitica y muchar de moral. Abandonar la especulaci6n y vineular UL pensamionto moral a la vide no er, en agullos dias, wna sim ple exigencia teria, sito. ux requerimiento pretico, impuesto ‘por las nueves opciones politica morales gue se abrian paso en ‘uersos paises) que en Espaia eran comparidas también, en ls Condiciones mie opretoas, por el movimiento wniversterio bajo fl fronguism, En esas cireunstancas, nuestro testo no sélo trataba de rer ponder eles exigencies ater epuntadas sino que también se vele fitinalado et tu elaboracién por los objetvos, logrosy sacrifiios ‘de aguel movimiento estudianl del 68, deshumbrante en muchos Sentidor aunque boy wo podamos paar por alto lat fallesy lini laciones de tu expontarceno, Hable que estar ala lture de las circunztenciae, lo que como dijo cf gran poeta Antonio Machado fs mucho més dificil que estar por encima de ells; estarlo sige hificaba, em ext cazo, poner wn texto de ética a a altura de esa Inventud estudiantil ue, agui y ali, daba tan prédigamente lee- lanes de moral. Y para ello babie que esforzarse por ofrecerle To que buscaba y wo encontrabe en otros textos. Y no porgue es casearan, como no esetean Boy; pueden contare por decenas 9, fnive lio, algunor de elevado valor tebvico; pero eran textos Inertes, mudos para wna juventad que se aprestaba a ocupar su puesto, errostrando todos los resgos, ex Ia taza de abrir e im pulser la ola de las transormacionespaliticasy sociales necesarias para ne profunda renovacién mor. ‘Que existia la necesidad de wn texto como el que pretendia ser este libro, o demuestra le favorable acogide que Te ban dis pensado profesorer 9 extudiantes especialmente en México. Sus Aisciocho ediciones en pocos afios es indice elocuente de que exis- tie an vaco en la enzehanza dela ica que babia que colmar. Se confirmaba at Ta necesided, por um lado, de imprimir un nuevo Sespo al tratamiento de problemas morales tradiciondles, como Tor de responsabilidad moral 9 libertad, moral y politica, el fin 1x lor medios, ete, 9, por otro, de abordar nuevos problemas Dlanteador por le vide econbmice y social de nuestro tiempo. Se necesitaba, on uma, descortar la tia especlatioa que ve ios PROLOGO A LA PRESENTE EDICION ° Becbos mordles a la luz de idea, vlorer 9 deberet universalmene te vdldos,y considerelos desde ol ingulo desu carkterbitdrco 5 de su funciin social. Y todo exto sin que se desoanecier Uses Deciticidad de la mora, Este enfoque Bistrico-sociel nos sigue pareciondoindispenss- Sle par eludir ef apriorismo, utopismo 0 moralismo o secas a a vex que el burdo empiriomo 0 realismo sin principies. También nor parece insoslayable para no caer en la trampa del normative ‘mo. Com ext fin, bemos delinitado, desde el primer capitulo, a (Bice como seoria de la maral y las morales Bistvias,concretas, de cuyo andlics deben surgir sus conceptos fundamentles, La norma constitu, certanente, un elemento constitativa de toda moral, yes trea de la dice extudiars, explcercémo surge, cull (ssw verdadera naturalez, cmo se relacioa con el acto moral fn qué se diferencia de las relas de otros comportamientos nor ‘natives. Pero no es tares dela dee dictar normas o proponer cédigor de moral. Ex este sentido, decimos que la teora de la ‘moral no ex normetiva ‘Sin embargo, es indudable tembién que, ss selo,tewe estre- chas relaiones con Te prictica moral. En primer luger, porgue Sélo existe como teoria en cuanto que se nutre del estadio de lax ‘morales bictricet,comcretas, 0 sea: del anlsis deta experiencia moral. En segundo lugar, porgte cumple una funcign prictce ot contribur a desmistifice las pretensiones uxfversalistos 0 burma histas aBstrates de ciertat morales concretas, of como a seta Te necesidad de considerar sus vlore, normar 0 ideles on su cor texto bistrico-scil Naturalrente, si se quiere estudiar fa moral en sus nexos com les condiciones efectioas de su aparciin y reaizcion, es forzos0 destacaraspectosslenciados por compleio en las éticas tradicio- ales, con son Tos factores socials dela realzaién de la moral (relacioner econdrmicas, estructura politics y social y supraetruc- tare idelégica de te sociedad). Reduct la moral « wi aspecto peramente subjetivo, interior, djundo fuer de el su lado abje- tivo, extero, que se manifesta sobre todo en sm naturale bis ticesoca,sgnfiariaamputar Ta propa realidad moral. Hacer To, ademis, en nombre de nme supuesta aneutaldads ideoldgica 10 Enica Yy moral, no slo obstruiria et conacimiento de esa realidad, sino (ue contribuiria « jusiicar con su silencio 0 emputacion— flerta mora Frente a ese pretendide aepsia ideolbgica 0 moral, no tenemos por qué ocultar que adoptames, como adoptan en definitive todas las dices conocidas, certa potcién. Y es que no exizte mi puede cexttir una ica nentra que bride ta garantia 0 epanscees de no omar poscién alguna. En el tereno tebrico,semejante «objeto dado 0 eimparcialidad encubre siempre una vergonzante posi ibn. Por otra parte, lo que pudiera pasar por tl (el eclecticismo) i signifies otra cose, como to prueba palmaiamente toda la bis toria de la flsofi, que la posicién mds exangie y superficial, por ello, la propia de ls periodos filasifcos més indigentes. Ex fl terreno pedepésic, le tutitacion de una posiiGn francs 9 de- cidida por otra medrosa vergonsante o por ua rezcla de varias (especie de ebctel flosofico) no bard més que levar la confusin la mente del clumma y rebujar, si no es que anila, su expiritu ‘itico y problemitico, Abora bien, lz toma de poscion no debe confundirse con el doctrinarismo 0 paridismo a ulirarez que forenta en el claro tuna acttud pasion acrtca ante el texto que se le ofrece. De abt Tamecesdad de dar a conocer otra potciones dstntasw opuestas, de promover Ia discasién 9 confrontacién de ideas, y de recomen. toy Lectaras diversas, Por todas ext razones, en muestra Btica pueden encontrarceposiciones diferentes e incluso antagSnicasen- tre sh 9 respecto dela que nosotros sustentames, tales como: oBje- tivisnioy subjetivismo en el problema de los valores; Libertario yy determinismo; doctrina de Kant, Spinocs y Hegel acerce dela ‘responsabilidad moral; eudemonismo, formalisneo y wtltariomo cen el problema de la naturaleza de lo bueno; teoras de Sartre, Kant, Hobbes, Stuart Mill y Sclik acerca de la obligetoriedad moral; concepciones de Huone, Ager, Stevenson y Moore sobre le forma y justfcscin de tos juicios morales, etc. Se de también, por las mismas razoues, wn panoranea bistrica de lar principales ‘omientes cas, ast como una bibliogrfie general 9 expecal, 1a vez que de textos clsicos fendamentales, que recoge la posi- cones drcas mds diversas, GC PRELOGO A LA PRESENTE EDICION u Por lo que se reiere a la temétic del presente bro quitgra. ‘mos becernotar que, pese a las liitaciones de espacio. propiat de wn texto escolar de enseRanca media o de introducién en la lenversidad, berot procurada abordar Tot problemas que tradi- cionalmente ze bon considerado fundamentales, pero al mismo tiempo exaninamor otras cuestiones no tratadss 0 insufcinte- mente tocadst los textos de étca al uso como son: Ia moral y Sus formas bietrices principales; cambios bistéricosoiales 9 cam- Bios de moral; progeso bistrico y progreso moral; condiciones 9 ctores econémicor, politicos e ideolicos de Ta reaizacion de le moral; erructara y significado del jucio moral: citeios de jus tifcaci6n del jucio moral superacién del relativizmo tic. Después de lo expuesto hasta cau, ereemos Baber precisado los propéztor que ban inspivado la redacién del presente libro sh com las cicunstancias en que se desarroll6 su elaboracion. Al presenterlo abora al medio docenteexpaial pensamos que las pro- Dobitor orginarios siquen viendo vdlidos, 9 que las necesidader teéricar 9 préctica: a que respondia su aparcin las sienten bo, inluzo mds vivament, las mucoas generaciones de aguly de al A elas v2 diigido en primer lugar este texto, con el anbelo de (que contribuya a un conacimiento que si bien por si solo no puede Droducir wna nueva mor, si puede contribu aelevar la concien cia de ella ya partciar, de am modo w otro, en el proceso bisté- Heosprdcico gue Teva a forarta. “AL aparecer su Erica on Espais, el autor desea expreser su piblico rconociniento a quiet, hice ya variates, en condico- ter politica, ideoldyieas 9 universitarias nada propicas, se inte- ‘res6 porgue fuera extdiada por sus elurwos de le Universidad de {La Lapuna (Islas Canarias). Me reiero con satsfaccin ab doctor Javier Muuorsa, actual eatedrdico de la Universidad de Bar- celons. Por stim, dos considereiones finales del autor. Le primera ex gue la aparicion de eva obra en su patria representa wn testi- imonia febaciente dele generose bospitaldad de los gobiernos 9 Gel pueblo merieanos alos exliados erpocles de 1939 sn la cual teste traboio babria sido imposible; Ia segunda es gue la publica: iin del presente libro, gracias al vivo interés puesto ex ello por 2 enca a Eattorial Critica (Grupa editorial Grilbo), le ba brindado la grata y onbelada oportunidad de vincalarse con la juventud estu- dioze de la tera que se vio obligado a abendouar bace muchos, evo mucbos aos. ASV. Universidad Nacional Autnoma de México, enero de 1978, PROLOGO A LA PRIMERA EDICION EL presente libro aspra a introducir a lector en el estudio de los problemas fundamentales de Ia éice. Al concebirlo asi, como texto introductorio, hemos tenido presente las necesidades de la entefanza de esta dsciplina en al bachillerato universitario, en las esculas normales de maestros 9 en las prepaatorias tence. or este rain, bemos procurado abordar los temas mayores que integran ios programas de ttcavigentes: objeto dela dtc, esencia de la moral, responsabilidad moral, determinismo 9 libertad, valo: ‘racién more, obligctoriedad moral, reslizacién deta morl y doo ‘rinas étcas fundamenteles. Hemos examinado también otros t2- smas que no suelen figureren esos programas 9 que 6 nosotros nos parece de suma importancia: more Bistors, moral otras for- mas de conducta humana y, finalmente, forma Igea justifce iin de tos jnicios morales “Ha presidido nuestro etudio la idea de que le ica ba de Dundir sus races en el becho de la moral, como sistema de regu lecisn de lar velciones entre lr indivduos, o entre éstor y la comunidad. En cuanto que ta moral es una forma de conducta ‘bumana que se da en todos los tempos 9 en toda las sociedades, pertimos del critero de que bay que consderarla en toda su diver Fidad, aunque nuestra mirada et8 mds atenta a tus manifestacio- nes actual, Esto nos permite sali al paso de los intents espece- Iutivos de ver la moral como un sistema normativo nico, vido ‘pera todos lor tiempos 7 todos los hombres, as conto rebuir la ‘endencia a idemtificarla con determinada forma bistéricoconereta de comportamiento moral “4 ica En ol presente libro 1 trata, puet, de abordar la moral como una forma peculiar de condacta bumana cayos agentes son os i dividuos concretos, pero indviduos que s6lo acta moralmente fn sociedad, ya que la moral existe ecesariamente para cumplir tina funcién soca. De acuerdo con esto, examinamos los factores sociales diver 05 que contribuyen en wn sentido otro ala relzacién de la orl, pero sin olvidar munca que el verdadero comportamien- 10 moral pone siempre en acién alos individuos en cuanto tales, 1 que el acto moral exige su decii6n libre y conicient, asumida ‘or wna consiccgn ini no de a modo exterior e impersonal. Nada mds lejos de muestra intencién que refugiarncs en 1 seutralsme ética —muy en bogs boy en clertascorrienter—, pero ‘tampoco el ceder a wn normativioma 0 dogmatismo éticos que ‘converten ala étice, mis que en une teora de le moral, en digo de normas. Se tata de estudiar lo que la moral es ese ialmente, como empresa individual y sociel, pues sélo et, sobre Ta base de este estudio, pueden destcare las lineas de una nueva ‘mor: aquella que, conforme «las necesidades y posbilidades de ‘nuestro tempo, contribuye a eceear al hombre actual a una moral serdaderamente bumnana univers. ‘Al examinar wna serie de cuestiones erucales de la Etc eros procarado exponer diversas e incluso conrapuestas pote. ciones, no ectetce sino erticamente, es decir, sin ocular nues- tra posiién propia. La bibliografi, aungue sucints, be sido see. cionada de modo que nuestros lectore no sélo puedan ampliar 0 enriguecer Io que el presente libro les spore, sixo también con. ‘raster lo que en dl xe expone o defiende con To que ze expone 0 sostene en otras obras Dado el fir didctico que persequimos, nos bemos eforzado por utilizar un lengusje claro 9 accesible, sin que ello vaye en ‘etrinento de las exigencastedrcas de rigor, wide la fundamen- ‘acin 9 sistematcidad de toda investigacion. Con ee objeto, el bro ba sido descargado de cites y, por rzones andloges, la biblio~ grat ba sido reducida a un mimeo de obras en espaol, zalvo los caror —no muchos— en gue hemos considerado que ers indi. ensable extender sa bibliografia a otros idiomas. _ PRELOGO A LA PRIMERA EDICION 13 Dejamos, pues, nuestro libro en manos de sus lectores —es- tuliantes 9 maestros, que son los que, en defnitvs, babrin de jnzger ef hemos logrado raestros propésitos anteriores, alos que bemas de spregr, por itm, el de ampliar Is ensefanze de la (ca on nucttror medios docentes con un enfogue distinto de Tos (que Basta boy bax predominado, ASV. ‘México, D. F, enero de 1969, Cairo 1 OBJETO DE LA ETICA 1. PROBLEMAS MORALES ¥ PROMLEMAS Sricos En las reine cotilanus de uns indviduoy con otros surge consantemente problemas como estos: @Debo camolt Ua promea qu ie sje a mi amigo Y, a paar de gue hoy me doy cuenta de que su cumplimiento me producing ciertos perjul- Git? Si agen se acres tspechnamente en Ie nace y ‘temo que pueda atacarme, ¢debo disparar sobre él, aprovechando suena puede chervare, praevia lingo dese stead? on'referencia «los actos init eometdos por ota In segunda guerta manda, los toldads qu, cumplendo ede ss ilu, los levaren «cab, puedes sr conenidos mo. Faimene? qDebo decir verdad’ smpre, © bay oeaones que debo mentit? Quien en una guerra de invasién sabe que su flgo Zest sibonndo eon el enengo, ede el, movi fort amistad o debe denunctalo como tear? cPodkins con- $ierat que es bueno el mre que se mest cratvo cone mendigo que toca a su pers gue durante el dia como Dee {tGo— expe implaablenente los obieosy expan de u prea? un indo tea de baer el bio, it conse vnc desu actos son negates prt aguas’ a Tot que se Propel favoree, a gUe es cise ais dao gue benefido, febenas comiderar que ha obado corectanente, desde ut unto de visa mon, culesgules que Injan sid ot resins fers sca? 2m ena 18 ica En todos estos casos se trata de problemas pretcos, es dest, problemas que se plantean en las relaiones efectvas, reales de ‘unos individuos con otros, o al juga ciertas decisones y acco- nes de ellos. Se tata, a su ver, de problemas cuya solucién no slo afecta al sujeto que se los plantea, sino también a ot u otras personas que sufttin las consecuencias de su decisién y de su acc. Las consecuencias pueden afecir a un solo indi viduo (gdebo dect la verdad o debo mentir a X?); en otros ci 0, se tata de aciones que afectan a varios de ellos o grupos sociales (zdebieron cumplir los soldados nazis las éndenes de festerminio de sus superiores?). Finalmente, las consecuencias pueden afectar a una comunidad enters como Ia nacén (edebo fuardas silencio, en nombre de ls amistad, ante lor pasot de un ttsidor?) En situaciones como las que, por vis de ejemplo, acabumos de ‘enumerar, los individuos se enftentan a la necesidad de ajustar tu conducte a normas que se tienen por mée adecuadss o dignae de ser cumplidas. Esas normas son aeeptadas atimamente 9 re- ‘conocidas como cbligntorias; de acuerdo con ells, ls individuos ‘omprenden que tienen el deber de actuar en una w otra direc- cn. En estos eases decimos que el hombre se comporta moral- mente, y en este comportamiento suyo re pone de manifesto una serie de rasgos caracteristicos que lo distinguen de otras formas de condueta humana, Acerca de este comportamiento, que es el fruto de une deciién reflexiva, y por tanto no poramente er pponténeo o natural, los demés juzgan, conforme también a nor sas establecides, y formulan juiios como estos: «X hizo bien al mentr en aquellas circunstaniaso; «Z debi6 denunciae a su tmigo tridor», eters, ‘Ast, pues, tenemos por un lado actos o modos de comportt- se los hombres ante ciertos problems que llamamos morales, 4, or el otto, juiios con los que dichos acos son aprobados © esaprobedos moralmente, Pero, 4 vee, tanto les actos como ls juicios morales presuponen ciertas normas que sefalen lo que se debe hacer. Axi, por cjemplo, el jicio «Z debié densnciar « ‘i amigo tradore, presupone la norma «pon lor interesee de la patria por encima de la amistad» onjero oe La £n1ca 19 [Nos encontramos, pues, en la vida real con problemas pric- ticos del tipo de los enumetados alos que nadie puede sustaer- se. Y, para resolveros, los individuos recurren a nocmas, reali- 2an determinados actos, formulan juicis, y en ccasones,emplean Geterminados argumentor 0 rizonce para justficar It decisién tadoptad, ol paso dado, “Todo esto forma parte de un tipo de conducta efectva, tanto 4e lor individuos como de los grupos sociales, y tanto de hoy tomo de ayer. En efecto, el comportamiento human préctico- Inoral, tungue sujeto a cambio de un tiempo a ou y de una a fotre sociedad, se remonta a los origenes mismos del hombre ‘como ser sci ‘A este comportamiento prictcomoral que se da ya en las formas més primitivas de comunidad, sucede_posteriormente muchos milenios después- la reflerién sobre él. Los hombres ro aélo actéan moralmente (es deci, se enfreatan ciertos pro- Blemas en sus relaciones mutuas, toman decisiones y-realizan iertos actos pata resolverlos, y a fa ver juzgan o valoran de un todo w oto exes decisiones yeio8 actos), sino que también re- flecionan sobre ese comportamiento prictio, y lo hacen objeto de su reflexgn o de su penstmiento. Se pasa asf del plano de la prictca morl al de la toris moral; o también, de la moral efec- tiv, vivid « la moral reflexiva, Cuando se a este paso, que ‘coincide con los albores del peasamiento filosfico, estamos ya proplamente en la exfera de los problemas te6ricomoraes, 0 ices. ‘A diferencia de los problemas prictcomorales, los éticos se ‘atacterian por s generalided. Si al individeo concreto se le planter en la vide ceal una siracién dada, el problema de cémo fctuar de manera gue su sccién pueda ser buena, o sea, valiost Imoralmente, tended que resolverlo por s{ mismo con ayuda de tuna norma gue él reconoce y acepta Sntimamente. Seré intl ‘que recura a la évica con la esperanza de encontrar en ella lo qe debe hacer en cade siuacién concreta. La étca pode de- Cirle, en general, lo que es una eonducta sujeta a normas, 0 en ‘gué consete aquello —lo bueno que persigue la conducts mo- tal, dento de le cual ents [a de un individuo concreto, 0 la de 2» erica todos. El problema de qué hacer en cada situaciSn conereta es ‘un problema prictco matt, no teérico-io. Ea cambio, define {qué es lo bueno no es un problema moral que eorresponda resol Yer a un individvo con respecta a cada caso particular, sino un roblema general de carter teérico que tocs resolver al inves tigador de la moral, es decir, al ic. Asi, por ejemplo, Aristéte Jes se plantea, en la Ancigedad griega, el problema tesco de define lo bueno, Su tarea es investigate contenido de fo bueno, ¥y n0 determina lo que el individuo debe hacer en cada cso con- ‘roto pare que su acto pueda considerarse bueno. Cieto es que cesta investignciin tedtica no deja de tener consecuencias pict ‘et, pues a definirae qué es lo bueno se est seflando un cami- fo general, en el mareo del cual, los hombres pueden orientar fa conducts en diverse situaciones patticolares. En este sent do, Ia teorfa puede influir en el comportamiento mora-pricic, Pero, ello no obstante, el problema prictco que el individuo iene que resolver en su vida eotdian, y el te6rico que el inves tigadar ha de resolver sobre Ia base del material que le brinda la conducta motalefectiva de los hombres, no pueden identifiarse. ‘Muchas teorias étcas han gitado en tomo a la defiicién de lo bueno, pensando que si sabemos determinar lo que es, podremos entonces saber Jo que debe hacerse o no. Las respuesta acerca de qué sea lo bueno varln, por supuesto, de una teria a otra: pata unos, lo bueno es Ie felicided o el placer; pare ots, lo ‘il, el poder, a autoproduccidn del sex humano, etétera ‘Pero, junto a este problema central, se plantean también ‘otros problemas étcoe dundamentales, como son los de definit Is esencia 0 rasgos esencales del comportamiento moral, a dife- rencia de otras formas de conducta humana, como le tligién, In pales, cl derecho, la actividad ciemtificn, el arte, el rato so. ial, eteétra. problems de la esencia del acto moral remite @ foto problems importantsimo: el dela responsabilidad. Slo cabe Ihablar de comportamiento moral, cuando el sujeto que asi se comporta es responsable de sus acos, pero esto a su ver entala el supuesto de que ba podido hacer Io que quecia hacer, es decir, cde que ha podido clegit entre dos o més alerativa, y actuar de acuerdo con le decision tomads, El problems dela libertad de la eo7—~—" Ew ee ‘oprero De a fntca 2 sua oo dnp dl ee sepa, De City cbr en una stacdn cocteta es un problema préctio- tmorl, pro investiga el modo como sc rlacionan le esponaai Tidad moral con la Hberady con el determnismo ques bllen sujetor muestos actos, es un problema teérco, eyo estudio co. respond ala ica, Problema ios son también el de a ole fproriedad moral, es dei, el de i naurlenay fundamentos de In condocta mora en cuanto condacta debe, asf come el de le redlzaién moral, no slo como empress individual, sno tam coma empress coleivs ero en su comporaniento mota-prictco, los hombres no s6loselizandeterminads acto, sino gue adem Tos jagtn © Yaloran; es decir, formlan julio de aprobacién o desprobe. Cién de els, y se someten concen y ibremente a eet forms o regls de accn. Todo esto toma la forme gin de Gertos enunciados 0 proposicones. Agu! se oftece la een un finch campo de etudo que, en noesto tempo, he dado Tnget ‘ona parte especial de ell a gue se le ha dado el nombre de Imetattie, copa tatea conse en estudiar a nettles, fare Gin fosliacén de los juli: moras, Un probleme ‘nets Gs hindonenal amet hig; er dey de txaminar a posden arglive reooes 0 aumenton 7" en tal Caso, a tipo de teoner 0 agumentoe para demoster Sle odo mia pres de nome Hos pola es» rts on to mor se difrencian, portant, pero no se balan eperdos por une Inotlsinsleale. Las sliions qe se den ow prineres no ‘jan de if ene planteamentoy slucién de los segundos, dei, en ls price mora misma; # s0 ex lov problemas Ge plants Iz mora peti, vide, af como’ sur soluiones, Constiuyen la materia de reflexién cl becho que tene que tebverconsantemente I tala ic, pata que Eta sea ho one cspeclacin esti sino la teolade'un modo efetivo, real de Camportase et hombre. 2 nica 2, EL campo oe 1A Sica Los problemas éicos se carscerizan por su generlidad, y esto Tos distingue de lor problemas morales dela vida cotidiana, ‘que son los que nos plantean las situsciones concretss. Pero, dleade el momento en que la solucién dada a los primerosinfluye fen Ie moral vivida —robre todo cuando se tata no de una ét 1 ebsoltists,aptioristia, o meramente especulativa—, la étca puede contribuir a fundamentar o justificar cera forma de com portamiento mozal. Ast, por ejemplo, sila ética revele Ia exis- tencia de una relacién entre el comportamiento moral y las ne- cesidades e intereses sociales, la érca nos ayudaré a ponet en su verdadero lugar a Ia moral efctva, real de un grupo social que pretende que ros principios y normes tengan una vader univer- Sa, al margen de necesidades e inereses coneretos. Si, por otro lado, Ia tic al teatar dg defini lo bueno rechaza su reduccién To. que stisface mi interés personal, propio, es evidente que influig en la prdctica moral al rechsear una’ condecta egosta ‘como moralmente valiosa, Por su cariter pricico, en cuanto Gisciplina testi, se ha tratado de ver en a étea una discipling rormativa, cuya taren fundamental seria sefalar la conducta me- jor en sentido moral, Pero esta carcteriacin de la éica como Gisciplina normativa puede conducit —y, con frecuencia, ha con- dducido en el pasado a olvidar su caréeter propiamente te6cco. Ciertamente, muchas éicas tradicioales parten de Ia idea de «que Ta misign del terco es, en este campo, deci a os hombres To que deben hacer, dictéadole las normas 0 principios a que ha de ajustarse sa conducta, El étco se converte asf en una espe tie de legslador del comportamiento moral de Tos individuos 0 Ge la comunidad. Pero In tazea fundamental de la ética es la de toda teorla: o ses, explicr, eslarecer 0 investigar una realidad dada prodociendo fos conceptos correspondientes, Por otto lado, la realidad motal varia hisdxicamente, y con ella sus principios norms, La ptetensign de formular prinipios y notmas uni Yersles, al margen de Ta experiencia histrica moral, dejarie Tcta de Ia teoria la teaided misma que debra expla. Certo ces también que muchas doctrnas étias del pasado son no _ ‘oprero ne 14 rica 23 ‘una investigecidn 0 escarecimiento de la moral como compor tamieato efectivo, humano, sino justficacén ideoliyica de una moral dada, que responde’e necesdades sociales determinads, para Io eval elevan sus principios y normas a la categoria de Prineipios y normas universes, vides paca toda moral. Pero fl eampo de la étice no se halla al margen de la moral fective fi tampoco puede ser reducido a una forma determinads, tem- poral y relasiva de ella. La ética es teorfa, investigacién o explicaién de un tipo de experiencia humana, 0 forma de comportamiento de los hom bret: el de la moral, pero considerado en su totlided, diversi- dad y vatiedad. Lo que en ella se diga acerca de a navitalena 0 fandamento de las normas morales ba de ser vélido para la moral de le sociedad griegn, o para Ja moral que se da efectivamente fen una comunidad humana modemna. Esto es lo que asequra su tarlcterteético, y evita que se le reduzea a una disciplina not- tmativa o pragmética. El valor de la éica como teorla estd en fo que explics, y no en preseribir o recomendar con vistas a la ‘Como reacién contra estos excesos normativisas de Tas éti- cas ttadcionales,en ls thtimos tempos ae ha intentado restin fir el campo de la dren los problemas del lengusje y del r820- famiento moral, renunciando 2 sbordar evestiones como las de Ia definicin de To bueno, esenca de la moral, fundamento de la conciencia mortl, ete. Ahors bien, aunque las cuestones acerca del lengusje, natursieza y significado de los juicios morales revisten una gran importancia —r, por ello, se jutifica que sean estudiadas de un modo especial en Ia metaética—, dichas tuestiones na pueden ser las Unies de la éca ni tampoco pue- den ser abordadas al margen de los problemas éicos fundamen- tales que plantea ef estadio del comportamiento moral, de la tora efectiva,en todes sus manifestaciones. Este comportamien- to se presenta coma une forma de conducta human, como un hnecho,y 2 la tis le cortesponde dar rzén de 4, tomando como bjeto de su teflexign le préctice moral de If humanidad en su tonjunta, En este sentido, como toda teoria, le ética es explia- én de lo que ha sido o es, y no simple destipeign. No le co- —— _. Fa ‘free rresponde enitie juice de valor acerca de la prictice moral de cotrts sociedades, 0 de ottas épocas, en nombre de unt moral tbsoluta y universal, pero sf tiene que explicer la zazén de ser de cea diversidad y de los cambios de moral; es decir, ha de es tlatecer el echo de que Tos hombres hayan recurrido e prctcas morales diferentes ¢ incluso opacte. La ética parte del hecho de le exstencia de la historia de Ta smotal; es deci, aranca de le diversidad de morales en el tiem- po, con sus corespondientes valores, prinipios y normas. No fe identifce, como teria, con los princpios y normes de ningune rmotal en pactcuas, ni tampoco puede situarse en una actinud indiferente o eclética ante ells. Tiene que buscar, junto con Ja cpliccién de sur diferecis, el priacpio que permita. com prendetlas en sv movimiento y desarollo AT igual que otras clencis, la ética se enfrenta a hechos. El ‘que stor sean humanos implica, asa ver, que se ttata de hechos vallosos. Pero ello no compromete en absoluto las exigencies de tun estudio objetivo y raion. La ética estudia una forma de con ddacta humana que los hombres consideran valiosa y, ademés, obligatora y debida, Pero nada de eso altera en absolut la ver ded de que le ética tiene que dar azén de un aspect real, efec tivo, del comportamiento de los hombres, 3, Drrinacids ne 1a sirica De Ie misma manera que, estando estrechamente vinculados, 1a se identifican lor problemas te6ricos morales con los proble: mas précticos, tampoco pueden confundirse la éica y le moral La tia no ctes la moral, Aunque es certo que toda moral efe. tiva supone clertos principio, normas o replas de conducta, no ce Ia étca Ia que, en una comnidad dada, establece esos prin- cipios, 0 normas, La tics se encuentra con una expetienca his ‘6ticosocial en el terreno de la mortl, o sea, con wna sere de morales efectivas ya dadas, y partiendo de ells trata de estable cer Ia esencia de Ia moral, su oxigen, las condiciones objetivas y subjetivas del acto moral, las fuentes dela valracién moral, la ‘onyero oe ta rica 3 raturaeza y foncién de los juicios morales, los ctiteros de jus- tiliescién de dichos juicios, y el principio que sige el cambio y sucesién de diferentes sistemas morales. La ttica er la teoria 0 cienca del comportamiento moral de los bombres en sociedad. Osea, es ciencia de una forma espectica de conducta humana. TEn nuestra defincién se subrays, en primer Tuga, el carée- ter cientifico de esta disciplina; o sen, se responde a la necesidad de un tratamiento cientfico de los problemas morales, De acuer o con este tratamiento, la étiea se ccupa de un objeto propia: fl sector de Ia realidad humana que llamamos moral, constiuide ‘como ya hemos sealado— por un tipo peculiar de hechos © ‘actos humanos. Como cienca, la étca parte de certo tipo de Inechos tratando de descubrir sus princpios generales. En este sentido, asngue parte de datos emplricos, o sea, de la existencia de un comportamiento moral efectivo, no puede mantenerse al nivel de una simple descripeén o registro de ello, sino que los ttascende con sus conceptos, hipétesis y teorlas. En cuanto co- nocimiento centfico, a éica ha de aspirar a In racionalidad y ‘objetvided mas plenas, y a le vez ha de proporcionar conec- miento sistemicos, metédics 9, hata donde see posible, veri- fables. CCiertamente, este tratamlento cent de los problemas mo- tales dista mucho todavia de ser satsfcrorio, y de las dificults- des para alcenzalo siguen beneficiindose todavia las éticas es pecolativas tadicionales, y Tas actules de ingpiacién positivits. La ética ex In cencia de In mors, ex decir, de une esfera de J condvcta humana. No hay que confundir aqut Ie teorfa con st objeto: ef mundo moral. Las proposiciones de la éica deben tener el mismo rigor, coberencia y fundamentaciéa que lat pro- posiciones cientifias. En cambio, ls principios, normas 0 juicios {de una moral determinada no revsten ese eatetet.¥ no s6lo no Sienen un caticter cienifico, sino que la experiencia histxia moral demestta que muchas veces son incompatibles com los onocimientos que aportan las ciencas naturales y sociales. Por ello, podemos aftmar que si eabe hablar de una étia centfica, 2% rica ‘no puede decitse Io misma de la moral. No bay una mora cen- tifca, pero si hay —o puede baber— un conocimiento de le mo- ral que pueda ser clentifice, Agu{ como en otras cencss, lo clentfico radia en el método, en el tratamiento del objeto, ¥n0 en el objeto mismo, De la misma manera, puede decise que el mundo fisico no es clentfo, aunque sf lo es su tratamiento 0 ‘studio de dl por la cencia fisca, Pero sino hay wna moral cen tifca de por sf, puede darse una moral compatible con los cono- cimientos eienificos acerca del hombre, dela sociedad y, en par ticular, acerca de la condvcta humana moral. Y es aqut donde J dhica puede serve para fundamentar una moral, sin ser ella por sf misma normativa 0 presciptva. La moral no es ciencia, sino objeto de la ciencia, y en este sentido es estudind, invest fgada por ela. La ica po 66 la moral, y por ello no puede re ucirse a un conjunto de normas y prestripciones; su misién es explicar la moral efectiva, y, en este sentido, puede infuir en la moral misma. Su objeto de estudio lo constituye un tipo de actos humanoe: los actos consientes y voluntaios de los indviduos que afeetan 1 otros, a determinados grupos sociales, o a Ia sociedad en su conjunto, "ica y moral se relacfonan, pues, en la definicidn antes dad, ‘como une clencia especifica y su dbjeto. Una y otta palabr mantienen asf una telacién que no tenfan propiamente en sus ‘origenes etimoligcor. Ciertamente, orl procede del latin meet ‘0 mores, acostambre» o ecostumbres», en el sentido de conjunto de normas o regle adguridas por hibito. La moral tiene que ver aif con el comportamiento adguisido, 0 modo de ser con- 4uistado por ef hombre. Erica proviene del griego etbos, que significa endlogamente emodo de ser» 0 «catécter» en cuanto forma de vida también adquitida 0 conguistada por el hombre. 85 ou xgimente tor os sett yet reo, hacen hineapié en un modo de conducta que no responde 2 una disposicién natura, so que es adquiido © conquistado por hibito. ¥ justamente, esa no naturalidad del modo de set del hombre er lo que, en la Antgledad, le da su dimensidn moral ‘Vemos, pues, que el significado etimol6gico de moral y de —-_ onyero be La Erica 2 ica no nos dan el significado actual de ambos términos, pero {nos instalan en el terzeno especiicamente humano en el que fe hace posible y se funda el comportamiento mora: Jo humano ‘coma To adquirido 0 congustado por el hombre sobre lo que hay cen dl de pure naturaeza. El comportamiento moral slo lo es (el hombre en cuanto que sobre su propia naturaleca crea esta ‘segunda naturaleza, de la que forma parte su actividad moral 4, Erica y Fitosoria A definisl como un conjunto sstemético de conocimientos racionales y objetivas acerca del comportamiento humano moral, In ica se nos presenta con un objeto propio que se tende a tr tar cienifcamente. Esta tendencia contrste con It concepeién tradicional que Ia redvcla a un simple capitulo de la filosofa, en Ia mayorla de los cass, especlativa. En favor de esta posicién se esgrimen diversos argumentos de diferente peso que condvcen # negat el eaticter cenffico e independiente de Ia étca. Se arguye que ésta no establece pro- posicones con valider cbjetva, sino julcios de valor o normas igue no pueden aspiar a ea valde. Pero, como ya hemos sefa- ldo, eto es plicable a un tipo determinado de érea —Ia norms tivista— que ve so tare fundamental en hacer recomendaciones yy formolat una serie de normas y prescrpciones morales; pero icha objecin no slcanzs a a tera tice, que tata de expicar la nataralers, fndamentos y condiciones de a moral, ponindola fen relicién con las necesidades sociales de los hombres. Un cé- igo mart], o un sistema de normas, no es clencia, pero puede set explicdo cientfcamente, cualquiera que sea su carter 0 las necesdades sociales a que responds. La moral —decfamos anteriormente— no es clentfica, pero sus origenes, fundamentos Yy evolucién pueden set investigados racional y objctivamente; es decir, deide el punto de vista dela cienca, Como evalquier otro tipo de realidad —natural 0 socal—, la moral no puede excluir tun trtamiento clenifico. Incluso un tipo de fenémeno cultural 1 social como los prejuiclos'no es una excepcién a este respect; 28 ‘mca es cierto que los prejuicios no som cientiios, y que com ello no puede constituirse una cienca, pero sf cabe un explicacign cien- titica(sistemitiea, objetiva y'racionl) de los prejucios hums fos en cuanto que forman parte de una realidad humana social En la negacién de toda relacién entre Ia étca y la cienia, pretende fondarse Ta adscripcién exclusiva de la primera a le filosofia, La étiea se presenta entonces como una pieza de una Filosofia especulatva, x decir, construida a expaldas de Ia ciencia y de la vida veal. Esta dic filoséficntcata més de buscat la con- ‘ordancia con principos filosficos universales que con la rex Jidad moral en so desenvalvimiento histéico y real, y de ahi también el carécter absoluto y aprowatco de sus afirmaciones sobre lo bueno, el deber, lot valores morales, ete. Clertamente, aunque la historia del pensamiento filosfico se halle prefisda de este tipo de dtias, en una época en que la historia, Ia anto- pologi, Je pscologia y as cencas sociales nos brindan materi- les vaiostsimos para el estodio del hecho moral, ya no se jut fica Ia evistencia de una éeca poramente filossfica, expecuatva © deductiva, divorcada de le ciencia y de Te propia realidad hae mana moral. En favor del caréeter puramente filosfico de la tia se ar- ‘guye también que las cucstiones étiess han consttuido siempre tuna parte del pensamiento filosfico. Y ast ha sido en verdad. Casi desde Tos albores de Ia Filosofia, y particularmente desde ‘Sécrates en la Antisiedad greg, los flésafoe no han dejado de ‘cuparse en mayor o menor grado de dichas cuetiones, Y esto se aplica, sobre todo, al largo perfdo dela historia de a filoso- fia, en que por no haberseconstituido todavia un saber cientiico acerca de diversos sectores de Ia realidad natural o humane, l filosofa se presentaba como un saber total que se ocupaba pric ticamente de todo, Pero, en los tiempos modernos, se sientan las bases de un verdadero conccimiento cientfco —gue e, otigine- iamente, flsicomatemitico—, y a medida que ef tratamiento cienttio va extendiéndose a nuevos objetos 0 stctores dela ree lidad, comprendiendo en és Ia realidad social del hombre, d- versas amas del saber se van despajando del tone comin de Ja filosofia para constituir clencas especiles con una materia opjET0 DE La Erica 2 propia de estudio, y con un tratamiento sistemétio, metédico, objetivo y sacional comin a las diversas ciencis. Una de las sikimas ramas que se han desprendido de ese tronco comin es Ja psicologia —cencia natural y social a Ia vee, aunque haya todavia quien se empefie en hacer de ella como tratado del alma una simple psicologi filosfica. Por esa via cientifce marchan hoy diversas discplinas —en- tue ells Ia érica— que tadicionalmente eran consderadas como tareas exclosivas de lor flétofs. Pero, en Ja actuslidad, este proceso de conguists de una verdaders natualezn centfics eo- bra mis bien el cardcer de une ruptura con les filsolias es- peculativas que pretenden supediarlas, y de un acercamiento Js ciencias que ponen provechosas conclusiones en sus manos. La Gti tende asf a estudiar un tipo de fenémenos que se dan cfectivamente en le vide del hombre como ser social y constitu: yen lo que ltmames el mundo moral; asimismo, tata de estu- arles no deduciéndoles de princpios absoluos 0 apioristicos, sino hundiendo sus rafees en Ja propia existencia histéxiea y social dl hombre. ‘Aora bien, el hecho de que Ie éic, asf concebida—es dect, con un objeto propio tratado centfcamente—, busque la auto- homia propia de wn saber centfica, no significa que esta autono- ria puede consderarse abroluta con respecto a otras ramas del saber, y, en primer lugar, con respecto ala filsoffa misma. Las importantes contsbuciones del pensamiento floséfico en este terreno —desde a filsolia griega basta muestros dias—, lejos de quedarrelegadas al olvido han de ser moy taidas en cuenta ya que en muchos casos conservan su riquezay vitalidad. De ahi 1a necesidad y la importancia de su estudio, Une éica cientifice presupone necesariamente una concep: 0 estétco. Pero i telaciSn de la ica con tras cencias bumanas fo sociales, que tiene por base le estrecha relacién de las diversas formas de conducta humana, no puede hacemos olvidar su objeto cspeifco, propio, como cienca del comportamiento mora ? | | f Capiruro 2 MORAL E HISTORIA 1. CARMCTER HUSTORICO DE LA MORAL Si por moral entendemos un conjunto de normas y reglas de accidn destinadas 2 regular las relaciones de los individvos en una comunidad social dada, el significado, funcién y validez de dlls no pueden dejar de variar histéicamente en las diferentes sociedads, Asf como unas socedades suceden a ots, asf tame bién las morales concretas, efetivas, se suceden y desplazan ‘unas ots, Por ello, puede hablarse de la moral de le Antige- dad, de la moral feudal que se da en la Edad Medi de la moral bburguesa en Js sociedad moderna, ete. La moral es, pues, un hecho histéic, y, por tanto, la étca, como ciencia de la moral, ro puede concebiela como algo dado de una vex y pare siempre, sino que tiene que considersla como un aspecto de la realidad humana que cambia con el tiempo. Pero la moral es hisérica justamente porque e¢ un modo de comportarve de un ser —el hhombre— que e por natursleza histérco, es decir, un ser que se caracteriza precisimente por estar hacigndose, o auroproda> ‘éndove constantemente tanto en el plano de su existencia ma- terial, prétice, como en el de so vida espietual,ineluide dentro e Gta, Is moral Ta mayor parte de las doctinas cas, incluso aquellas que se presentan como una reflexin sobre ef factum de la moral, tratan de expicnr éta a Ta laz-de principios abscloos y «a prio 38 strica tin, y Bijan su esencia y funcidn desentendiéndose de las morales histévcas concrete. Pero al ignorase el carkterhisttico de la sori lo que éta ha sdo efectivamente, no se parte del hecho de la moral, y se cae necesstiamente en concepciones abistér- cat de ela. De este modo, el orgen de la moral se sida fuera de Ja historia, lo que equivale a decir —puesto que el hombre rea, cwonereto es un set histéeico~ fuera del hombre real mismo, Este ahistoriismo moral, en el campo de la reflexién éica, sigue tres direcciones fandamentales: 8). Dias como origen o fuente de la moral. Las nora mo- rales deciven agut de una potencia suprahumana, cuyos mands. rientes consituyen los priscipios y normas morales fundamen- tales, Lat trices de Ix moral no estarfan, pues, ea el hombre rismo, sino fuera 0 por encima de dl b) Le naturales como origen o fuente de la moral. La con- acta humana moral no" eerie sino wn aspecto de la conducts natural, biolgica, Lat cualdades morales —ayuda mutua, dis- pling, soldaridad, te tendrian 98 orien ea los instintos, » por elo, podtian encontearce no sdlo en lo que hay en el hombre de ser natural, bioégico, sino ineluso en los animales, Darwin llega a afirmar que los animales conocen casi todos los sentimien tor morales de los hombres: amor, felicidad, leatad,eteétra ©) El Hombre (u hombre en general) como origen 9 fuente ela moral. El hombre de que aqul se habla es un ser dotado de tuna eseneia eterna e inmutable inerente a todos los individuos, cusleaquers que scan las vilstudeshisttias o Ia situtcién so. dial. De este modo de ser, que permanece y dura a lo largo de Jos cambios histéices y sociales, formaria pare la mol Estas tres concepciones del otigen y fuente de Ja mol coin iden en buscar étos foera del hombre concreto, real, es deci, del hombre como ser hstérco y socal. En un caso, se busce fuera del hombre, en wn ser que es trascendente a dl; en otto, fen un mundo natta,o, al menos, no expeficamente humana; en tun tercero, el centro de gravedad se tatlads al hombre, pero ‘un hombre abstracto,irea, situado fuera de Ia sociedad y de la histori. Frente a estas concepciones hay que subsayar el ci FSS MORALE HUISTORIA 38 ctr histéico de Ie moral en vittud del propio caries histé- Flcosocial del hombre. Si bien es cierto que el comportamiento Inoral se da en el hombre desde que éste existe como tal, o sea, Gevde las sociedades més primitives, In moral eambia y se dest rrolla con el cambio y desarrollo de ls diferentes sociedades Conetetss. Ast lo demucstran el desplaztmiento de unos princ- poe y normas por otts, de unos valores morales o vitedes por tas, el cambio de contenido de wna misma vitud a través del tiempo, ete. Pero el reconocimiento de estos cambios bistércos dd la moral plantes a su ver dos problemas importantes: el de Tas causes o factores que determinan esos cambios y el del seni- ddo o dizecién de ellos. Para responder a In primera cuestién, hbremos de retrotreer nuestra mirada a los onfgenes histécios =o, mis exactamente, prebistércoe— de la moral, a la vez aque —sobre Ia base de los datos abjeivos de ts historia real— tuataremos de encontrar le verdadera correlaién entre cambio histérico-ocial_y cambio moral, La respueste a str cusstién imera not permitied abordar la segunda; es decir Ia del sen- tido 0 diteccién del cambio moral, o dicho en otros términos, el problema de si existe 0 no, a través del cambio histéico de las morales concretas, un progteso moral. 2. Onfories De LA MORAL La moral slo puede sutpir —y surge efectivamente— cuan- do el hombre deja sted so naturleen portmente natural, instine tiva, y dene ya une naturaleza socal; es decir, cuando ye forma parte de una colecvided (gent, varias families emparentadas tntce si, o frida, constituida por vats gens). Como repulcién de Ia conducta de los individuos entre sf, y de éstos con la com tmunidad, ls moral requere forzosamente no sélo que el hombre se halle en telcién con los dems, sino también certa concien- cia —por limitada o difusa que sea— de esa relacién a fin de poder conducise de acverdo con las normas © prescrpciones que To viea, Pero esta telaién de hombre a hombre, 0 entre el individu “0 ‘rica 4 Ja comunidad, ex inseparable de otra vinculacién oviinats Ja que Jor hombres —para subsist y protegerte— mantienen con la naturaleza que les rodes, y ¢ la cual tratan de someter, Dicka vinculacién se exprese,ente todo, en el uso y fabrcacién de ingunero, os el tbo mano, Medians tre sj, el hombre primitivo exablece ya un puente entre dy la patatalea, y produce una serie de cbjetos que satisfacen sus pecesidades, Con su tabsjo, los hombres primitvos tratan de poner la neturalea a sx servicio, pero su debiided ante ella es tal que, durante largfsimo tiempo, aquélla se les presenta como tun mundo extrsfo y hostil. La propia deblidad de sus fueras fante el mundo que les rodes, determina que para hacerle frente, y tratar de domefaslo, agrupen todos sus esfuer2s con el fin de multplicar aa poder. Sa trabio cobra necesaiamente un cane ter colectiva, y el frtalecimiento de ls coletivided se convierte fen una necesidad vital. Sélo el carétercoletivo del trabajo y, en feneral, de la vide socal gurantiza le subsisencia y afirmacién de la gens o de la tiba. Surgen asf una serie de normas, man- datos 0 prescripciones no esritas, de aquellos actos © cualidades de los miembros de Ia gens 0 dela eribu que beneician a la co- rmonidid. Ast surge la moral con el fin de asegurar la concor ddancia de la condacta de cada uno con los interees colectves Ta necesidad de ajustar Iz conducta de cada miembro de la coectvidad a Toe intereses de éxts, determina que se considere come bueno 0 benefciso todo aquello que contribuye 2 reforzar Ja unin o la actividad coma, y, por el contatio, que se vea coma malo o peligoso To contari; 0 sea, lo que contelbuye a bile © miner dicha unin: el eislamieno, la dispersién de tesfuerzs, ete. Se esablece, pues, una linea divisoria entre lo bueno y lo malo, es como una tabla de deberes obliaciones basada en lo que se considera bueno y benefciso para la comi- nided. Se destacan asf una serie de deberes: todo el mundo esti obligado a trabajar, a luchar contra los enemigos de la tibu, ceteéera, Estas obligaciones comunes entrafan el desarrollo de let cualidades morales que responden « los intereses de a eolectvi dad: solidaridad, ayuda mutua, discplina, amor 2 los hijos de Ia misma tribu, ote. Lo que més tae se lificaré de virtues, MORAL E HUISTORIA “1 as como los vicis, se halla determinado por el caricter colectivo ide la vids socal, En na comunidad que se halla sujeta a usa fucha incesante con le naturaleza, y con los hombres de otas comunidades, el valor es una vittad principal ya que el valinte pest un gran servicio « la comunidad. Por razones semejantes, eaprucha y exalts Ia solidarided, e ayuda mutua Ie disciplina, ‘ctera, La cobardia, en cambio, es un viio terrible en la sor edad primitive porgue atenta, sobre todo, contra los intereses Witales de la comunidad. Y lo mismo cabe decir de otto vicios tomo el egoismo, el ocio,etétera 'El concepto de justcin responde también al mismo prinepi coletivsta. Como jostica distributive, implica la gualdad en la Gsteibocién (lo viveres 0 el botin de guerra se distibuyen so- bre a base dela igualded més rigerosa;justica significa reparto jgual, y por ello en gricgo Ja palabra diké significa originariamen- te una y otta cosa). Como justiia retributva, la reparacién del dhfo inferido a un miembro de la comunidad es colectiva (Ios fgrevios son un asunto comin; quien derrams sangre, desrama Ja sangre de todos, y por ello todes los miembros del clan 0 de 1s abu estin obligndos a vengar Ia sangre derramada) El repar- to igual, por un lado, y Ia venganzacoletiva, por oto, como dos Spor de justcia primitiva, complen Ia misma faneién prietca, Social fortaleer Tos Iszoe que nen a los miembros de Ia co- ‘nid. TEsta moral colectivista, propia de las sociedades primitives que no conocen Ia propiedad privada nila divisién en clases es, for tanto, unt moral nia y viida para todes los miembros de {a comonidad. Pero, al mismo tiempo, se trata de wna mors! limitede por el marco mismo de la colectvided; més allé de Tos limites de la gens, © de la eibu, sus princpios y normas perdian su validez, Las tebos extafias eran consderadas como Enemigas,y de ahi que no Te furan eplicables las norms y peine Gipios que erin vilides dentro de la eomunidad propia. Por ote pare, la moral primitive implicaba una regulacién de la conducta de cada uno de acuerdo con los incereses de la colectvidad, pero en esta relacién el inividuo s6lo se wea a sf ‘nismo-como una parte de Ia comunidad o como una encaracién Fr 2 ntea ‘© soporte de ella. No existian propiamente cualidades| morales personales, ya que la moralidad del individuo, lo que habia de ‘bueno, de digno de aprobacién en su conducta (su valor, su actitud ante el trabajo, su soldhrdad, etc.) era propio de todo rmiembro de la tribu; el individuo sélo existia fundido con la comunidad, y no re concebia que pudiera tener intereses pro- pos, personales, que entraran en contadiccién con los eclect- tor. Ens sbsorcién de lo individval por lo colectivo no. dei ba, en rigor, logar para una verdadera decsién personal, y por tanto, para tuna responsbildad propia, que son indies como vveremos de una vide propiamente moral. La colectividad aparece como un limite de la moral (hacia afuera, en cuanto gue el én bito de ellaes el de Ia comunidad propig,y hacia sf mismo, en ‘cuanto que lo colectivo sbsorbe lo individual); por ello, se tate dde una moral poco desarollds, cuyas normas y principios se aceptan, sobre todo, por la fuerza de le costumbe y la tradicién Loe rasgos de una moral mis clevade, basada en Ia responsabi- Tided personal, sélo podrin aparece cuando surjan las condico- nes sociales para un nuevo tipo de relacién entre el individuo ls comunidad, Las condiciones econémicoscisles que habrin de ‘hacer posible el paso a nuevas formas de moral sen justamente la apaticign de ls propiedad privada y la dvisén de la sociedad en cases 3. Canmios HisTéRICOSOCIALES ¥ CAMBIOS DE MORAL aumento general de a prodovidad del bo (4 cone secyenda del dell de la gamaera, Ie agecltura yon Sfiios manuals, as cono I aparién de'muevas frat de tubs (al ser tasfomados lor pont de por ene Seer, lev la prodccicnmatesel Basta el punto. de dip sepe dena mid rat od de pods pon parce pore a nose fequean pa aise SESE Himes Con elo se cesron av condiciones prs te surgi ln desigadad de bincrente los ler de Cant I gor ulvban lt estas comunales 7 eyes tos Se repat | | | | MORALE HisroRA 8 tian hasta entonces por igual de acuerdo on las necesidades de cada familia, ‘Con la desigualded de bins se hizo posible la apropiacin privade de los bienes productos dl tabajo de otos, sf como Jos antagonismos entte pobres y rics. Desde el punto de vista conémico, se convirtié en une necesided social el respeto a la vide de los prisioneros de guerra, los cules se libraban de ser esxterminades convrténdese en esclavos, Con le descompesiciéa del régimen comunal y el surgimiento de la propiedad privade, fe acentuindose le divisién en hombres libres y exclavos. La propiedad —particularmente In de los propctatioe de eaclavos— liberaba de le-necesidad de tabsjr. El erabao fsico acsbé por convertsse en una ocupacié indigna de los bombres libres. Los ceclavos vivian en condiciones espantosas, y sobre ellos recs tzabujo fisico, en particular el mis duro.'Su trabajo manual fae en Roma la base de la gran preduceidn, La construccidn de randes obrat y el desarvollo de Ia mineia fe posible gracias al trabajo forzado de los esclaves.Sélo en las minas de Cartagena, de le provincia romana de Espa, trabajaban cuarenta mil. Los tsclavos no eran personas, sino cosas, y como tales sus duetos podian compratlos, venderlos, jugtielos « las cartas 0 incluso anatarlos 1a divisin de la sociedad antigua en dos clases antanicas fundamentals se tidujo asimismo en une divisién de ls moral. (Con la desaparcién dl régimen de Ia comunidad peimitivs, desa- parecié la unidad de Ia moral. Esta de de ser un conjunto de formas aceptadas consientemente por toda la sociedad. De he- cho, exisfan dos morales: uns, dominante, la de los bombres libres —la nica que se tenfa pot verdadera—, y otra, Ja de aque lor eclavot que internamente rechazaban los prinipios y nor mas morales vigentes, ¥ consideraban vidos los suyos propios fen Ia medida en que se clevaban a la conciencia de su libertad, La moral de los hombres libres no s6lo era unt moral efect- v2, vivid, sino que tenia también su fundamento y justificacién tedricas on las grandes doctrinas éticas de los filésofos de la Antigiedad, especialmente en Séerates, Plata y Avistteles. La ‘moral de los esclavos nunea pudo aleanzar un nivel teérco, aun- - 4“ ntea ‘que —como fo testimonian algunos autores entguos— tuvo algy- nas expresiones conceptusles, Aristétles considerabe que unos hombres eran libres y ottoresclavos por naturlees, y que esta istincidn exajusta y Gil. De acuerdo con esta concepcién, que respondis a las idest dominantes de Ia epoca, lo exclavos eran ‘objeto de un trato despadado, feoz, que ninguno de los grandes filésofos de aquel tiempo considera inmoral Aplastados y embrateides como estaban, Js esclavos no por dian dejar de estar inluides por aquella moral seril que hacia {que se vieran asf mismos como cosit; pot tant, no les ers pos Bile superar con so propio esfuerzo ls limites de aque moral dominante. Pero, en plena esclavtud, fueron cobrando va oscu- 1 conciencia de su libertad, y Megaron lanzarse en algunos casos 2 una lucha espontinea y deserperada contra sus apresores, de la que es un grandioso ejemplo la insureccién de Esparsco Uns lucha de ese género no habria sido posible sin el reconec- riento y despliegue de uns serie de culidades mores: expiitu de satitici, solidazidad, discilina, lealtad a Tos jfes, ete. Pero, en las condiciones espantosas en que vivian, era imposible que Jos esclavos pudieran fori una moral propia como conjunto de principio y reglas de secién, y menes atin que siliran de si Seno los tedricos que pudiesen fundamentalay jusificarla. Pré- fica y tericamente, ln moral que dominaba ers la de lot hombres ibs. ‘Los rasgos de esta moral, mis estechamente vinculados a su ‘aricir de clase, se han extinguido con Ia desaparicién de la ‘sociedad esclavitta, pero esto 00 significa que todos sus rasgoe fueran perecederos. En algunos Estados esclavistas, como el de ‘Atznas, la moral dominante tiene apectes muy fecundos 20 slo pata su tiempo, sino para el desarrollo mara posterior Steniense se halla vincolada estrechamente a la. poi ivento de dvigt y organizer las relaciones entre los miembros de In comunidad sobre bases racionles. De ahi la exaltacién de Tas virtdes morales civiss (Fidelidad y amor a la patti, valor cen la quers, dedicacién a os asuntos publicos por encima de lor fasuntos partcalares, etc). Pero todo esto se zeflere alos hom: bres libres, cuya libertad tenia por base la institu de Je ef MORAL E HISTORIA ” clavitud,y, a su vez, Ia negacidn de que los eselavos pudieran Ivar una vids politcomoral. Pero, dentro de ests limiter, sur- je una nueva y fecunda relacién pars Ie moral entre el individuo a comunidad. Por un lado, se cleve le conciencia de los int reses de Ia coletvidad, , por otro, surge una concienciarefle sive de In propia individualidad, El individvo se siente miembro e la comunidad, sin que por oxo lado se vea —como en las sociedades primiivas— absorbio totalmente por ella. Esta com- prensdn de la existencis de un dominio propio, sunque insepars- ble de la comunidad, es de eaptal importanca desde el punto de vista mora, ya que conduce a la coneienca de la responsabili= ‘hd personal, que forma parte de una verdadera conducta moral Gon el hundimiento del mondo antiquo, que descansaba en ls inttuciin de Ta esclavtud, surge una nueva sociedad cuyos rasgos esenciales se perflan ya en los siglos v.vt de nuestra era, y cuya exstencia se prolongarg durante unos die siglo, Se trata de la sociedad feudal, ayo ségimen econémico-ocial se racteiza por le divisn en dos clases sociales fundementales: Ia Ge los sees feudalesy la de los eampesinos siervor; ls prime ros poseon absolutamente la tema y gozaban de una propiedad relative sobre los sirvos adscritos de por vide a ella, Lot siet- vos de la gleba eran vendides y comprados con las tiers las aque pertenecan, y no podian abundonaelas, Estaban obligados 2 trabajar para su sefior y a cambio de ello podian disponer de tuna parte de ls frutos de su tea, Aunque su stuacin eegula siendo muy dor, en comparacién con la de los eslavos, ya que za objeto de toda clase de vielenias y abitariedades, tenian derecho a Ta vida y formalmente se les resonorfa que no eran cova, sino sees humanos. Los hombres libres de las villas (aresanos, poquefios indut trols y comercantes, etc) se hllaban sojetor a la autridad el sefior feudal, y estaban obligados e ofrecer ciertaspreste- cones a cambio de su proceccin, Pero, a su ver, cada eedor feudal se hallaba en une relacién de dependencia 0 vasallaje (20 forzoss, sino voluntaria)respecto de otto sefor feud més pode- oso al ue dba ser leal a cambio de su protescién militar, cons tituyéndose asi un sistema de dependencas o vasilajes en for- 46 xcca 1a de una pitémide cuyo vértice era el sefor més poderoso: el ey 0 empersdor. En ese sistema jerdquico se insertaba también la Talesia, ya que también dsponia de sus propios feudos o tie ss. La Tplsia era el instumeato del sefor supremo o Dios, al ‘que todoe lor sefores de la Tiers debian vasllae,y ejercia, por ello, un poder espititual indscutido en toda la vide calcul; pero, al mismo tiempo, su poder se extendla a los asuntes tempo- rales, dando lugts @ constantes conflictos can reyes y emperedo- es que e tataban de diimie conforme a la docttina de «lat dos espadasy. ‘La moral de Ia sociedad medieval respondia a sus caractenis: ticas econdmicosocales y espirituales. De acuerdo con el papel procminente de la Iglesia en la vida egpsital de le eociedd, la ‘moral estaba impregnada de un contenido religioso, y puesto que el poder espisitualeclesdstico era aceptado por todor los miem- bros de la comunidad —sefores feudales, artesanes y servos de Ia glebo—, dicho contenido aseguraba ciertn unidad moral de la seciedad. Pero, al mismo tiempo, y de acuerdo con lat igides divisiones sociales en estamentos y corporaciones, se daba: unt cstratificacién mora, o ses, una pluralidad de e6digoe morales. ‘Asi, habia wn eédigo de los nobles o eaballeros con #4 moral ce Dalleresa y aristcrtica; eédigos de las érdenes religioras con ‘sx moral monéstica;eédigos de los gremios, cddigos universita: ros, ete. Séo los siervs earelan de una formulaeién codiicada de sus principios y seglas. Pero de todos esos cédigos hay que estacar el que correspond al de Ia clase social dominente: el de Ia arstocacia feudal. La moral caballeresea y_aristocnticn se dlistinguia —como la de los bombres libres de la Antigtiedad— por su desprecio por el trabajo fisio, y su exaltacién del oclo y [a guerra. Un verdadero noble debit ejeciarse en la virtadee caballerescas: montar a caballo, nada, dspacar la flecha, egei- rir, jugar al ajedrez y composer versos a le «bella dame», El culo al honot y el ejercicio de las ates virtdes tenian como contrspartda les peiticas mis desprecables: el valor en la fuerza se acompafuba de crusles hizafas; Ia Jealtad al sefor tera oscutecda con frecuencia por Js hipoctes, cuando no por J tticén o la felonia; el amor a Ia ebells data» o edama del | | | MORAL E HISTORIA "7 cotandn» se conjugtba con el aderscho de pernada», o con el de- recho # impedir la boda de una serv, o incluso a forzala ‘La moral cablleesca paria de Ia’ premiea de que el noble, pot el hecho de sevlo, por su sange, tenia ya una serie de cus: lidades morales que lo distingufan de los plebeyos y sievos. De acuerdo con esta étice, lo natural —la nobleas de la sangre— tenia ya de por s{ una dimensiéa morl,en tanto que los servos, por su origen mismo, no podian levar una vide verdaderamen- te moral Sin embargo, ese a las teribles condiciones de depen dencia personal en que se encontraban, y alos obstéculs de toda fndole pata clevare a la compreasiéa de las rices sociales de sus males, en su propio trabajo y,particalarmente, en la protests 4 la lucha por mejorar sus condiciones de existencia, los serves ian apreciando otts Bienes y cuslidades que no podian encon- twat cabida en el eédigo moral feudal: su Uberad personal, el amor al trabajo en la medida en que disponian de una parte de sus fruts, la ayuda mutua y le solldardad con los que sufran su misma suerte. Y aprecaban, sobre todo, como una esperanza y ‘una compensecion a sus desdichas teens, le vida fel que la religién les prometia para después de la muerte, junto con el econocimiento pleno —en esa vide de ou Ubertad y dignidad petsonal. Asi, pues, mienteas nose liberaran efectivemente de wa dependencia personal, la rligisn les ofreia su libertad e igual dad en e plano espititual,y con elo ln posibildad de una vida ‘oral que en este mundo real, como siervos, Jes era negada En las entrafas de la vieja sociedad feudal fueton gesténdo- se nuevas relaciones sociales a las que habria de eorrespondet ‘usa nueva moral: es deci, un nuevo modo de regular lae rela- clones entre los individuos, y entre ellos y la comunidad. Suis y se fortaleci6 una nueva clase social —Ia burguesie—, poseedora de mucvor y fundementales medios de produce (manufactor ras y ffbrias), que iban desplazando alos elleres aztesanales, la vez, fue surgiendo una clase de tabsjedores libres que por un sslario vendian 0 alguiban —durante wn jornads— ea fueras de trabajo. Eran ellos los trabujadores asslariados o pro- letarios, que vendian asf una mereania —su eapacided de tae bujar 0 fuerza de trabsjom, que tiene la propiedad peculiar de 6 ‘nica produc un valor supetior al que se le paga por wsurla (pluseaie, ‘valor no remunerado, que el obrero produce o cre). ‘Los interezes de la eva clase social, vinculados al desarrollo de la produccién, y ala expansin del comerco, exiglan mano de obta libee (y, por tanto, a liberacn de los siervs), asf como Jn desapaticidn de las trabas feadales para crear un mercado nz ional gnico y un Estado centrlizad, que acabaran con ln frag rmentacién econémice y politica. A través de una serie de revo- Icones en lor Paises Bajos ¢ Inglaterra, y paticlarmente en Francia (en el sltimo tercio del siglo xvtt) se conslide econs- rica y poliiamente ol poder de la nueva clase social en asenso, 1 desspatece del primer plano en los patses més desurrllaos la ‘cstoeracia feudal: tzratenient. En este nueva sistema econémiosocil, que alcanze su ex. presidn elésca, a mediados del siglo xrx, en Toglaterra, rige como ley fundamental I ley de la produccin de plusvalia. De acuerdo con esta ley, el sistema eélo funciona eficazmente si ateguea ‘eneficog, lo cual exge, a s vex, que el obero sea considerado exclusivamente como hombre econdmico, «5 deciz, como medio © inetramento de produccién, y no como bombre conereto (con sus aufrimientos y ealamidades). La situaién en que se encuentra el obrero con resperto Ia propiedad de los medios fundamen- tales de produccin (derposesén total), da lugar al fenémeno de Ia enajenscién, o del ttabujo ensiensdo (Marx). Como sujeto de ‘esta actividad, produce objetos que saisacen necesidades Fhumanas, pero siendo, « su vez, une actividad esencal del hom- bre, el orto no la recanoce como tal, 0 como actividad propiz rene suya, se reconoce en sus obras, sino que, por el contr rio, su trbajo y sus productos tele pesentan como algo extafio incluso host, ya que no Je tae sino miseri, suftimiento € in ‘certicumbe, TEn este sistema econSmicosocal, le buena o la mala volun tad individual, las considertciones morales no pueden alter Ia necesidad objtiv, impuesta por el sistema, de que el capitals ta agile por un sslario la fuerza de trabajo del ebrero y lo esplote para obtener una plusvalia. La economia se rige, ante todo, por la ley del méximo benefico, y esta ley genera una mo- | wae Monat E HsTomA *” ral pop En fect elclo liner ye teadenca sacumar ies tmyots benefice conten nie abonao pon i tr ir scaenes ene lo incuos ream el epi de fost, goto, a hpores,elcao ye ndvdulsno Ein, Cade ln cna e props fers, dota de lade les demi, y bse propio Benes augue bapa gi fase por encin lent Geos demi: a oad free wen un campo deal en el qe ees ua gota A todos conten toon ales orl individual y gute que respnde «la rsadane sce hugo Sia eg, on seme yo tens eudo en una cs scien sea y tna de mar Spoke eomfnicn polite fetes le cues y dose Estocca ud, Ia Bogue cba iterenda €9 Ost Sine ll so tipetoand mor Y, eon ene motos los Ticos dela eitocncia (deypecio por'el bj, oc, bert hj en la contombres, ee) contapoala sus wales propia Inbcaidad, bond, pitas, amor aa pty I berad et, re eave, qu espondan sw interes de Cie en su fieessentona fron seta, cn el eo, m= tes vidos prssnmo teil, dbl, cio, cewinane, ls prs mis ens i agen el epealiono no coespnde, en muchos aspect, +e del xpsmn li, the repeentab Inglaterra meiados dl siglo pando, Gr is, soe tao, a ipetuto pope cnc y tecnlgien Shama das bn eleva contre spo Ghctvidad del tao, Sin enbege, pre alow canon expe Simeon tla Gel seam semenee: Te exlscen Sombre por el hombre y sey fundamentals oben Is posal, Gon todo, eo algunos pes, I sic de In cls cbc os entrant less de oto tempos. Bal in pein dee chan tvnatas de Tow frst de ells cpioy en la leita soil vgn pede tua 4 vurs Sct ele un el ag J earn A ile pasado, con ss sain bios, jomada de doce Cite hor, creca tude deeosypreadones soc, —— | 50 fica De los métodos brotales de explotaién del capitalism clés co se ps, en neszo siglo, alos métoos cientias rain Tzados, como los del tabs en cadens, en el que une operacén Inboral se divide en miles partes que hacen del abso de cada individu, repetido moastonamente durante wna jrmads, ‘na Tabor meni, impersonal y agbiante. La eleacn de las Condiciones materiales de vida del cbreto tienen, como contre atid, un reforsumiento terble de au desbumatizacin 0 ene jenacia, al privar a su teabsjo de todo career conslete y ‘ceador, Pero de estas formas de explotaiin se ha pasado lt Imamente @ ous basadas en una pretendide humaniicéa @ m0. racial tbo. A Jos incentives materiales se fade aho- ‘a una aparente solicit por el bomb, al inclest al obrero la ‘dea de que, como ser human, es pare dela empresa, y ha de integrate en ella. Sele predia si, como virtue, el olvido dela solduidad con sus compaieros de ls, la eoojgacia de sus icereses personales con los de la empresn, la laborisidad y cscroplosidad en ars del interés comin deel, ete. Peo, al lnvegrase as el obrero en el mundo del tener, en el que la ex plotcin lejos de desaperecer no hace sno adopar formas mis ‘urls, contibuye el mismo a mantener su propia ensemacién y explotcén, La moral ques le clea como una moral cama, Cho ss ponbiiades de deal a ota sop. Lo que ie a ‘trea te dese a vez, que ot progreso moral n puede coneine al ‘margen del progeo bistieosocal_ At, por ejemplo, el psa de i sociedl primitives la sciedad exis hace posh os 4 vz, el aueneo avon mond superor, Aho bem aloo Simfic que el propeso mon se fede al poten heey, 0a te por sf mismo entre un prose mort, Aun uae Y zo se halle vinslador exrechamente, conene diogers los ente si yno ver de um modo sinplata en tla promo Bbicoseal propo mon. Por to ace nce a primer lugar, caterer Tou entendemor Por Pores histético-social. “ por pee iblmes de progreo con relcn al cambio ysucsn de foxmacionesecondmicosoile, es del, socedaes considera ono todos ergs alin unlaranente est ‘ets: ecniica, soci y epitu, Aunque ead © naib, ese cambio yasesén tiene sos perbrtdades, fabs sot desu progres histiricosoeal consdernndn In hs de umanided en su conjuto, Peo, cen qué seta afar aoe Bay progres, o qu a storia shou cue spa Hace sscesional? Se progress en le actividades humans fans tls, yen ls formas de tla onanzacgn gu dl hone coniat en ss atvidedes pets y expats El hombre eae todo, un st Petco, proface, tensor sador de le naturales. A french el ata, conecey coe Guise so propia nates, la mantene eben, uae formando coo su tabao To dado naturinent. Hl ferestnts de We produce o ms eicamente, ef esl der focass prodoctivas~ express en cade sociedad el grado de dominio hombre sbre In natursler, o tain sa grad de beri eh recto de le necesdad saul. Ai, puen dl gndo de des Ae as Fras podueivas puede colder cm fae 6 ots tig del progeso humane. ero el hombre slo prodicesoilmente, & des, conte endo determina tlainesscies, por Coie; so slo €= unser pret, proctor sno unter socal Hl tipo de ope Sieacin social musts one peclar slaciém ene Tos pee cles soils, as como ente el individ y la scedad 0a i ra MORAL ® HUSTORZA 3 mayor o menor gralo de dominio del hombre sobre su propia tattle, es de, abreast popie reaciones tocile, 9 pot tanto, un deteminado grado de partispacgn comcente ca fctvdad prices socal, ose, en crea de su propa ida Soc Alps, el tipo de omens soci y el paca cone, ondinte ‘de partcipacién de Tos hombres en su pres social frucden considera como indice 0 ertero del proper hms 1 ode progreso en i Hoertad frente ls neesdad soil, EI hombre no slo produce mateilnente, sno epiiak mente, Geni, are, derecho, educa, ef, son tinbien pro. doctor o cesclones del hombre, En la clare espinal omg ca ie caltora material se afrma como ser productor, creado, iano: ‘adr. Is podoceisn de heres eultrle es fndce y cxerio {El peogresohumano, pero hay ue adverts que, en et teteno, al conerpto de progreso n0 puede set apicado por ill ly ‘ideremes sectores de i elon, En cade eer de In eltura a cencia, el art, el derecho, in eden, et), el promes> Aoser in slo pear, pero sempre cone denominaay fomda de un ensigueriiento 0 paso. un nivel siptior de tiene que bus. carse en sus resultados. La experiencia hstérica y la vida cot- liana estén lenas de resultados —moralmente reprobables— que fueron alenzados con las mejores intenciones, y con los medios ris objeables, Las intenciones no pueden savarse moralment, fen esos cases, ya que no podemos aslares de los medios y resul- tados, El agente moral ha de responder no slo de lo que pro- yecta, o © propone realizar, sino también de los medioe emples- ‘dos de los resultados abtenidos. No todos los medios son buenos ‘moralmente para sleanear un resultado, Se jutifics moralmente, como medio, la violencia que erce el crujano sobre un cuerpo, y el consiguiente dolor que produce; no se justific, en cambio, J violencia fisicaejercida sobre un hombre para arrancatle una verdad. El resltsdo obtendo, en un caso y otro, n0 puede set separido del acto moral en so conjunto, haciendo exclusién de jours aspectos fundamenales. Por otro lado, el acto moral tiene tun cardter social; e5 deci, no es algo que compete excusiva- mente al agente, sino que fecta 0 tiene consecvencias para ot, zazén por la cul éstas tienen que ser tenidas muy presentes al calificar el acto moral. , cc "8 ‘rca En suma: el acto moral es ung totslidad 0 unidad indisol- ble de diversos aspectoso elementos: motivo, fin, meds, resul- tados y consecuencas objetvas. Lo subjetivo y lo objetivo son aguf como dos eatas de uns misma medal El acto moral no puede ser reducido a uno de sus elementos, sino que exté en to. dos ello, en su unidad y relaciones mutes. Ast, pues, aunque Ia intenciin se encuentre gendticamente antes que el resultado, cs decir, antes que su plasmaciSn objtiva, a calificacién moral de la intencién no puede dejar de tomar en cuenta el resultado, ‘A su vez, los medios no pueden ser considerades al margen de os fines, ni ls resultados y las consecuencas objtivas del acto oral tzmpoco pueden ser sslados de la intencién, ya que cir cunstancias externas imprevistas 0 casuales pueden dar lugar 4 resltados que el agente no puede reconocer como suyes. Finalmente el acto moral, como acto de wn eujto real que ppertenece a une comunidad humana, histéricemente determing. a, no puede set ealifieado sino en relacién con el eSdigo moral ‘gue rige en elle, Pero, cualquiera que sea el contexto normativo « histricosocial en que lo situemos, el ato moral se presenta ‘como una totalidad de elementos —motivo intencién 0 fin, dec sin personal, empleo de medios adeouades, resultados y conse- cuencias— en unidad indisauble 6. SimGuLaRDAp pet Acro MORAL El acto moral tiene un caricter normativo; es decir, cobra ‘un significado moral con respecto @ una norma, (Con ayuda de la norma, el acto moral se presenta como salu- cin a un caso dado, singular. La norma, que revste un carter ‘general, se singulariza asf en el acto real. Aunque la norma sea plicable a. diferentes casos particulars, las peculatdades de cada situscidn dan lugar forzosamente a ua diversidad de reli zaciones, 0 de actos morales. Por otto lado, en vittud de ls die tancia que el agente ha de recorter entre sy intencién y el resule tado, y en virtud también de la imposblidad de que prevea todas las vicisitudes del proceso de realzaién del fin, o de plas- {LA BSENCTA DE LA MORAL p snaciénobjetiva de la intenci, bay siempre el seg de que el resultado se aleje dela Intenciga eign, hasta l punto de ‘cir un sigoo disintow opuesta al que espera de €. Ea tas de I ntencén al tesa, el eo pocde eguiis un Sinead tor negative. En pocas plabrs, como los cts son miles y divers, a misma notme mora, los fines han dee: targuzane de dsdnto modo, le medios que an de emplesie fan de ser divenos,y, por ello, ler solicones« los cases ree Jes han de ser tmbén diversas, Por esto, sungue la situaciones sein andiogesy se dipongs al enteatane 1 cs de norma goer, nse puede determinat de antemano con tla spuidad fo ue se debe hace en ea cto; cr dec, fa jetauot lot foes, por oe prefers unos «ots, qué decien toms sundo se preenten censtncs improviser ‘Asi, pues, el problema de cna debemos comport mo- ralmente' dja de perentardfclades cuando nes encontn- tmos en un stacién que se ciictetea por aovedal Jnsidad o sorpres. Cieto es que no nos fallanos ante la touamente desampuades, ya que diponemes de un eédigo mo: nl, es det, de un conjunto de normas de las que palemor exter aguelin gue nor digt lo que debemos hacer. Pero ca virtod de les perlaiddes de la stocién,y de nos specter Inprevisibles, 0. podemos conidrioos texpocotunente arparads en un ino cont, singular, Es entenes cma 0s preguntamos: gdcbemos haces, X 0 Y? Surge tl sl com front In norma com las exigenia précis, una sitaion pro. bledia que tome la forma de un conflict de deberes 0 de lu lsmados caro de conic ‘Noha alto iatento, slo lesgo del histvia de le mors de scar con esta siuacisn confltiva proporconsndo a lee agentes morales une decid sgura en ode y cada uso de Ios casos. Tal a sido la prtensin del eausmo, ln easton, ue tomando como base cl exudio de ow mall de ees reales, apizu a tener en ls mano le slucide de todon los casor posible, por ends, saber de antemano lo que se debe facet cade caso. Es dei, cast nose eoaforan con dip. 80 ‘erica ner de norms morales, que pucdan sega en determina for ths nuctto comportamicntn ino qve pretend asmismo test Gr antemano regs de senna del acto or, de pla: tiga de muses fines intencions, pando por alto lk Pe Caladadesy vilades que ea suc teal impone al ato on. Le eatin se nos preset, por eta rx, como un vino roe, ya i la snglrdad, novedad y serpin de cada fui al intgran facto otal en un contest parr ave Implde que pucta dare por snipado oa reg detain Gia, al no quire det que no haya de ste neces fente tet norm mou, deer general. Pot ott pat, Ti casita puce hacele tambien enn gave objec, Sabu gue al cele al ie una dln soir, dc fl aul de sotenano Io gue db decidir an eaa cao, empo™ ines enomemente ou vide orl ya qo daninuye so rapoms. Ula! person ens toma de aden eorespendietey eo Uc eos med adenine pr ei See sal segs sto a ua dasa previnente tad, ExD aden Sess scence, stone sf enn el tol inferior Ea soar In aut, como modo ata deer Sint de anenano el mado de lia e acto ml (oie el Soft debe cr ca cada cso sons), eae on empobre Cimino dea vide mor 7. Conctusi6s De todo To expustoanteromente pademos dedi una se sie de rngs coils Ge la mor gi nos permiten pect {o gue compte ton tras formas de eondts Homans, 850 verso qe ln distin de lls, 1) mr on os de cmt fama ae comprende tanto un spect normativa (els de acl) como {feck actos que se jrtan enn sentido oto) a cha eal 2) La moral es an echo soci Sélo se da en a seiedad, 1LA ESENCIA DE IA MORAL at 13) kei mt eo vt ch ta Sere rac Bes ol ae le a sient aaa ees Shee Sin wae Ears cumadicone ‘access ms eb eae ie ie phim Saree Ree 3) mud came pte tn mt ad a reste eo cae, el Sobre la base de estos rasgos eenciales, podemos formula, por ilhimo, la siguiente defnicién: 1 morales wn svema de norma, prncipos 9 aloe, de scverdo con el cual se regilen at relaoner mie to eb individacs, 0 entre ellos le comtrded, de tl maners que chs nas, gh teen i cirri 9s en live coscienemente, por une concn tina, 9 40 de se modo mecénico, exterior o impersonal. , | | | | | Cafru.o 4 LA MORAL ¥ OTRAS FORMAS DE CONDUCTA HUMANA 1, DivensipaD pet compoRTamieNro #rUMANO AA diferencia del animal, el hombre se encuentra en une d- vetsdad de relaciones con ef mundo exterior (Io transforma ma terilment, lo conoce, lo contempla esttcamente, ete), Sa com- portamiento divers y vatindo responde, a su ver, a in vatiedad yy divetsdad de sus necesidades.especicamente humans, El ‘animal agots sus relacines con el mundo exterior en un reper torio «nico e inmutable; el hombre, en cimbio, aunque en ls fases mis inferiores de su desserollo socal parte de una rclaciéa pobre e indiferencada, en la que se confunden trabo, att, co- ocimiento y rligign, va enriqueciendo eu conducta con diferen- tes modos de comprtamiento que, con el tempo, adquierenrat- 208 propioe y espectcos. As, se consituye un comportamiento prictcouulitario, gracias al cual el hombre trensforme prctca- mente la naturaleza con su teubajo para producir objetos les; puede distinguirseasimismo une relacién teStico-cognoritiva que responde, desde sus origenes, a las exigencias de esa transfor: ‘macién préctca, y merced a la cual el hombre capta lo que las cosas son; tenemos también un comportamiento estético cuan- do el hombre se express, extetioriz o se reconoce s{ mismo, ya sea en la naturaleza, que existe independientemente de él, 0 en Jas cbras de arte que son creaclones supa. 84 rica Cobe destacarigualmente un compataiento reigoo en el ‘que el hombre se elacona con el mundo por el rodeo de st Tinculaciin (0 celigain) con un ser tascendete, sobrenatir Talo Dow. Esta diveridad deslaciones det hombre con el mun- dh entata,asu ve una divetsidad de claciones de los hombres ure Hi: tcondmiess, pollo, judas, morales, cte, De ak fue pedemes hablar también de divercs pos de omportamien- {Shimano que se ponen de manifesto en la econo, la poli Gael derecho, el tte socal y Ia mor Tod ts Grea mas ompopamias “ano cn el mundo exterior como ene los popios hombres denen, por Sopueto, un mismo suet: el bombre red, que diversifin ast 3 conducta de acuerdo con l objet con el que entea en rx ‘itn (lt neutlers, as bras de arte, ioe lor otros hombres, rete), 7 de acutdo tambien cone ip de acridad humana ue tena de saistact (produce, conocer, expresaie Y comini- $e toto mute ten il Be Ser propia de un mismo sujto que prodace material y exit foulmente, didas fowmas de comporamiento se balla vito. lade entre & pero las formas concretas que asume su vous. Gién vente elt y la igi, eate Ia mor y la economia, toute al derecho y la poten, por ejemplo dependen de las endings histceas concreis, Estas condiciones determinan tudl es el tipo de conducta humana domnante en tal o coal Sociedad o en uon epoca dade es dct, ses asl, a pol Get aunque lo que domina sempre, ea lima instances el cportamicntohuavo exigido por neeidad vital e impo tenable de product los biensneceatio para subsists, os, la structure eonimice, No puede extaar por ello qu, ea vet Ge as peclaridades do una soedad o de una época duds, el Stree lle mds inclad «la celg, «la plien 0 la to- a1 O que le moral se balle en una telaign ms exzecha con la poltza como seed en ln Atenas dela Antighead; la poltca fn le teigin, como aconteceen la Edad Medi, o que ln moral fe mopedite af economia, como sucede en Ia sociedad burg, hla gu iat vitudes ecoonics se convietten en vitodes m0. NE EE MORAL Y OTRAS NORMAS DE CONDUCTA 8 Sélo el exo conceto de as diferentes formas de con Lenin homano cos Seesvlvinsent hse, rtramene sutéoomo, a oma en st tle con escura eclen ane se intgran, pede dens eine y por Qué se vinclan entre Silas derenes formas de condacnumann, emo ¥ por go ta de els dsempe, en una fase day papel ppl {nosotros slo ot fo hota examina, eh timings tls, en ase ditiguen, det & xe mann ener dene Glnes muta, la condcty otal y ota formas Tandamenales tel eomportnicto humane tn one iene pal, el Into leg el tet sec ye etsiccageoseiv 0 et fico, Vermos, pus, por separ, las slaionet ate tora 9 selgin, mou y pllic, sory deco, mora ¥ tte sol, Y msl yc 2. Monat ¥ RELIGION Por religién puede entenderse, en un sentido ampli, la fe 0 creenca en la exstenca de fueras sobrenatuales, o en un set trascendente, suptahumano, todepoderoso (0 Dios), al que se halla vinalado o religedo el hombre. Desde el punto de vista de Jas relaciones entre el hombre y ls divinidad, le religion se ca racteriza: 2) por el sentimiento de dependencia del hombre res pecto a Dios; 6) por la garantfa de salvacién de los males te- rrenos que la rligién oftece al hombre en otro mundo. Esta carscterzaciGn, aplicada, sobre todo, al erstianiemo significa: 1) la afiemacia de Dios como verdadero sujet, y la consiguiente negacién de Ia autonomie del hombre; 2} la tasposcién de la verdadera liberciéa del hombre aun mundo trascendente, uk traterteno, que sélo puede elanzarse después de la muerte Sila religién oftece en un més ald la salvcign de lor males de este: mundo, ello significa que reconoce Ia existencia real de esos males, e5 dere, la existencia de una linitecén al pleno de- senvolvimiento del hombre, x, en ese sentido, es ela expresién dels misera realn, Por otto lado, al prometer dicho dereavolv- miento en otra vida, ello significa que, un en esta forma, Ia rele ES 86 nica én no se conforma con los males de este mundo y que ofrece ‘una solucién a ellos, si bien en un mundo supraterreno, mis allé del mundo real; en este sentido, la reign es la protests contra Ja misesia real, Coando se pierde de vista que enrafia una pro- testa contre el mundo rea, la religién exstiana se conviere en tun instrumento de conformismo, resignacin © conservaduristno; cs decir, de renuncia «Ia lucha por transformer efectivamente fete mundo terreno, ¥ tal ex It funci6n que histéricamente ha ccumplido la religi6n, durante siglos, al ponerse como eideslo- blar al servicio de la clase dominante, Pero no fue asi en sus ‘otigenes, cuando surgié como religién de los oprimidos —de los ‘esclavosy los libertos— en Roma. Y, en nuestros dia, va cobran- ddo fuerza, dentro del ctistanismo, una tendencia que enlaza con sus origenes y se aparta de la traicién conformista que, durante siglos, ha proporcionsdo un fundamento teol6gico alos sistemas econémicosociales dominantes (estavitud, feudlismo y capite- lism), para solidarzarse con las fuerzas que lechan por una ‘tansfoemacién efectiva del mundo humano real CGando se habla dela relaciones entre la moral y Ia religién, hay que tener presente las considersciones anteriores. Teniéndo- Jas presente, podemos subrayar que la relacién entre una y otta forma de comportamiento humano se da en cuanto que: 4) la re Jigién entrafia cera forme de regulacién de les relaciones entre tos hombre ost era mo. Enel citaimo, os mand rmientos de Dios son, a su vez, preceptos o imperativos morales; 3) a eligisn te presenta como una garantia del fondamento ab- soto (Dios) de los valores morales, asf como de su realzacién fen el mundo, Sin religién, no hay —por tanto— moral. ‘La primera tsis —lerelign entrafia cierta moral— se balla confirmads histéricamente tanto par el comportamiento religioso 4e los hombres como por su eompottamiento moral. Una moral 4e inspraciénreligioss hu exstido y sigue existiendo, sunque de fcuerdo con las formas efectivas que la religién —y’en particu lar el cristianismo— ha adoptado, hay que reconocer que la mo- ral que se presentabs como cristina era moral cassta, es decis, al servicio de los interes y valores de la clase social dominance Pot lo que toca a la segunda tesls —Dios garante de la mo- [MORAL ¥ OTRAS NORMAS DE coNDUCTA 87 sal~, cabe afitmar que, conseeuentemente con ella la flta de ‘este fuandamento 0 garantie acarreaeia la imposibilided de le mo. ral, En las siguientes palabras del novelista ruso Dostoiewshi, smulttud de veces ciadas, e expresa concentradamente esta por sicién: «Si Dios no existiera, todo estar permitidon. No habia, pues, una moral autéooma, que tuviets su fundemento en el hombre; s6lo podria afirmarse la moral que tuviera su centro 0 faeste en Dios, ‘bora bien, como demuests Ia propia historia de Ia hume hidad, 1s moral no sélo no tiene su origen en la relisién, sino que es anterior a ésta, Durante miles y miles de afos, el hombre _primitivo vivis sin relpin, pero no sa certs notmes consuety- dinars que regulaban las selaiones entre los individvos y ls ‘comunidad y que, aun en forma embrionati, tenian ye un civ Hier moral, Asf, pues, del hecho de que le seligign implique cierts moral, y de que, para ella, Dios sea la garantia de los vie lores morales y de In realizaién de la moral, no se desprende ‘que a moral sea imposible sin Ia zeligin, La tligién no erea a ‘oral ni es condicén indispensable —en toda tociedad— de ela, Pero, evidentemente, existe una moral de iaspiracién religioss que cumple también la funcién de regular las relaciones entre los hombres en consosancia con la fancién de la propia relgi, Ast, los principios isis de esta moral; amor al pedjimo,zespe- toa persona humana, igualdad esistual de todos los hombres, feconocimiento del hombre como persona (como fin) y no coms cost (medio o instrumento) han contitaido, en una etapa hist. rca dada (percularmente, en la époce de ia esclavitud y en la de la servidombre feudal), un alvio y una esperanza para todos los optimidos y explotados alos que se Tes negaba aqu en Ia tie- tra amor, respeto,jgualdad y reeonacimiento, Pero, ala vex, las vires de ess moral (resignaciéa, humildad, pasivided, te), al no contribu a ls sclucén inmediata y terrena de fos males so- ciales, han servido para mantener ef mundo socal que las clases ddomisantes estaban empetadas en sustenta. Pero el vitaje que comienza a apuntarse en nuestra época en el cistanismo —y es pecilmente en el seno del catlicsma postconllar—, en el sem: tide de que los eristianos se rienten mis hacia este mundo y he 88 rica cia el home, prtcpand into co Tos 30 eens en so ‘Gsfomac Fal npeine un nieve slots moral ei pinion religion, Est dle oxotacéa aca ef mundo rel y Rice‘ fone permite que lv sir sides —resgaclé, Triad, conforniomo, etm cedan el ps a ott vincolads ties cece por emuniacin efetva en ete mundo tea Por oto dy asm cian a enovad courte con Ir orl de exes Hombres ques gla por pcos y valores Cechuvamente hunaot, dec, eon la moral de indviduos 0 pueblos que revun alos callus tls sin gue su bea Bo, sulduied expia de sf, ete, respoadan 4 un et tel gore “Ven po, que Henri sine un ello peu iar epi orl dea clones ete oe Ss, 59 be confcma en testo tempo a tel de que sn rll se Seo aa via mor onyrami mony ‘pon shan conga hnicanet, ys coigen todavia estos dls, con las pcladads qo hemos setlao, de Slo nose daptede que ie moral haya de estar efendada nese Samet al clin, Sl en el paid, Dios ee! fandanesto Jie urn del ida mora, Foy 20m cada itm los gue Eases el bonbre min ol fndanesto yl grata dec 3. Monat ¥ porfrica irre cue I mor replat lanes mas dee inlay te Gace y lnm, pes compte ia ade ne pes muon (cc pln 9 ace Mey" ete ect ino Ie stad de ins Claes Wa penser tet oo rpc ei fe ecetctitos”caoinas a om doarl, go tena o anfoma gman polo : Fate se ogre ramen otto espe ee nnd pr nes inca, y pare fo oes an ape 9 engage cata 6 sentences dee a ple ns, pos, to MORAL Y OTRAS NORMAS DE CONDUCTA 8 1a actividad dels grupos ocles que tend a mantener el onden soc existent, « fefomaro oa combs radian, coe Wa civil que deal, en el orden nana! inant nal, el poder estatal mismo. La actividad politica implica, asi. alsin, la patipacin concene'yonpminda Se amply sce tors de a seiedad de a Ia exten de proyeion > pepe ts que fan ls bjetvos mister o mete, sl eons ey rmedos 0 metodes pars cone, As, pues, siagus ee don tuba actos espontineor de ls indvidos © grupo solic 1a pln es una forma de acid pice, oanaale ye, {os mts o agentes del aca police som lo indie coneeoy, reas, pro como mcabos de un gro tala dete tndo (clase partido, nacén), Al ace plltemente Ieee Gividus defienden ls iterees comune 2 pupa sol Cone onda en ss relaciner con el Enno, con ates ts ooo Cire pueblos, En ls policy, ndvidvo ences ter Rogen cole, ys actoaciéarespede unites coma Ea le me fl en cambio, angue lo colette et tambien sempre pees te, gu el indvkvo nana deja de ser unset soc ef ngre diene pesos, ine, deetpete como ya hemor seat un papel importante; efecto, en ou reecones mons con los dems, nue acta cna tal, dee tomande dak Sones personales, Inearzaodo lis normas grocer Sar fuendo una reponsbidad perondl, Aung fs norms mone esque regula os actos del individ enum senda ee toe fn un caterer cleo, y a0 propamente inde, ele Alvdao el gue tiene que decide pertonamente es dec ive Ts cumple o ne,» amit la emrespon. Gienterespomsabldad por a deci tonada, La said oe tka asborde ese plano pewonal, 7 annquc en dfn Con indvkdooe reales los que putican conetemente el sll ts, stato invidales slo adguiten un senda poles en cuanto que se Ingen en ls ssn comin © clcoia de se oe : Ves, pots que police y mora se dngue: porque Joe ermine del rlacores que estblecen nay ots soe de 90 ‘mca tines (grupos sociales, en un ct; indviduos en otto); 8) por modo dito de estat los homes reales (ls individu) en ney ote felacén:¢) por el modo distin de aticulatse enna {otal tlc ene To indvidaly fo elective. Pola y moral sn formas de comportaniento que no pue den ientficase. Nile plies puede absorber # In motd, oi Sta poede redise a a polit, La moral ene un Abit ee al ge no puede extenders sin tis I Plies, Calper Un incent es pe slo into, sino moralente probable, aun {te un Estado To hag por razones poles, Dela mma tane- far is aprsién conta ue pis pegiefio y sobesno es'un acto Inmoral, sungue el agtesor tate de jaca. pilcamente (por ls intertes de su seguidd naconal), Pero, aa ve, la police tene-un campo espelico que Inde que sea redoctda an ciptlo de lz moval, De ahi ls necead de que antes formas de comportamieno bumano’mantengan na rlaiSn tmutos, pero conservendo a la yee us catacttes expe, es {ese sip que une absorbs la ota, o Ta excuya por compet, I ee eee emi do sccm ca dels rlaones entte plea ¥ moral que now permiiin Stott a ambos en su verdadero tere, Una es la del moalsmo aBstactos ova, la del realism plo, "H morass abatect jap os actos polltcos con un rerio moral, 0. mejor dicho, moraine, Silo apreba, or tanto, los fetes gue pueden see slemados por medoe «parse que 10 tranglan a le concenla mor, 0 satsfacen pleamente les ‘buenas intencines 0 lee exigencts morales del Indvidoo. Una txpreiée histereoconereta de eta att olides moalan- feito en el snlo paseo, a de los sols utc (Sine Simon, Owen, Fourier, et), gue prctendlan transforma rade Cclmenee ct orden socal inpetante apelando 2 1s perusién fedeidel, ale conencin moral olor coones de fos em Preston para scanzaras{ un orden socal econdaieo que ‘ls por bave una jsta dition de Ta riguea, Expresion Yr esd acted morazante es también la gue juga a labor de fin gobernane solo por ss vtudes o vidoe personales, y pone lav espetncis de tansfcracion pli en 1a mornin de MORAL ¥ OTRAS KORMAS DE coNDUETA ot los individu, sin comprender que no se trata de un probleme individual, ya que es una determinada estructura policosoctal Ja que hace posible que sus cualdades morales —postivas 9 neg tioas— se desarolen o shoguea, Este moralismo absracto conduce a un redaccién dela pol tica «It moral. Esto leva, asimismn, ala impotenea politics ea sccidn, o —ante la impostbilided préctca de efectaat esa reduce ‘idn— a lacondena o renuncia a a politics pata tefgiarse en la esfera pura y privada de It moral. As, pues, el precio. que el rmoralistaabstacto ha de pagar por su actitud es, desde ef panto de vista politico, somamente alt: la impotencia politica, 9a renuneie a lx soci, ‘Veamos, ahora In posicién opuesta por lo que tae las rela clones entre politica y moral, o sea, le del lamado realism po. Iitico. La tendencia Ieitima a hacer de Is police una esfera ‘expectica, suténome, y-2.n0 limitarla 2 los buenos deseos g in tenciones del politico, culmina en le Hamada politica realists en I bisqueda de ciertos efectos a cualquier precio, cusesquiers que sean Tos medi a que haya que recursr, con la consiguente exclusién de la moral por consderarse que el dominio propio de cla es la vida privada, Esta separaciénabsoluta de la politica Ia moral conduce, en el tereno de las relaciones interacione- les, al predominio del egofmo nacional sobre cualquier otra mé- vil, y 4 a jostiScaciéa de cuslguier medio paca satisscerlor la sgtesén, el engafo, Ia presién en todas ls forma, le violicién de los compromisos contratdos, et. El realiemo poltco» aspia asa susttar los actos politicos, en nombre de I lgitimidad de Js fines, 2 toda valorscién moral. Ambos modos de concebir las elaiones entre la politics y la moral ~el moralismo abstracto y el realismo politico— respon den a una disociacidn de Ia vida privada y de la vida publics, 0 también 2 la frapmentacién del hombre real entre individoo iudadano, que caraceriza ala sociedad moderna, A exa esiign corresponde, en el plano ideolégico y politica, Is eseisidn que, fen formas distintas, postulan el moralismo abstracto y el «res lismos palltico. El primero cents la atencin en le vida privada, yy, consecuentemente en la moral, entendida éste, «su vex, como 92 ‘érrca una moral pied nimi, ebjea; Ia pol onnte pueden alice las categoria de In orl De no set Sse mdse relgateen I vide pivada,y ara mastees Lie Binns aos yi conten nance «a pollen. Peo, Como ye telson, eto condi a impotence plc, 0 Ststenonsmo palo, con In panicled de qve con ello fe contbaye objivariene a ge prvlezs ot ples, qbe puede sfrare Jasiameate ent terena aon de Tt ino fenlayI absenin, 7 tealsmor polio estan Ta expresign de le diol ip deo lndal 9 To tlestivo,o dela vida pads Ta Side publ, Peo agate seca se concent en a vid bina le nsn olen comespondiene, djndo qo la mora pers exusvamene ep sntaio fino de la eonienl SE chide at gue la moa fetiv, como ys hemos salad, ex tn fecho scl,» que, po ante o puede sr eontdead como tn anunto toulicnte pivedo 0 ftinn, Es ona forma de eple Ciba dea eactnes ete Ts ombres gue ample na fone Sosil y gut, justamente por elo, no puede tr separa dela pela. En un sentido voto, Ie poe sien gn Gea fora, cea condiciones pias deaolo yn pune seats, por tnt, a cera valor mol. Pet, pr ot Ido, fe po Aca para ser elias necesita segrave ef conn. mis po- fupdo dels cnfane,y, en ete sig, necesita char mano del mor Tostamente, porque ol honbie es on st sc, foreado « desinvolvere sempre indvidaly sociente, ona ners feral ealcctve, no poede dsr de aan, «Ie ver, moral 5 pulamente, Mot y pole te hllan enon tlc mo Tun Pron forma cont qe ope es clan (de exunia recipe, 0 concodiil) depended del modo como elective tet, ch I ela eden ft riciones ene Jo tnviaal y Ib calcio, o ear ln ide pivdsy avid pblce, El hombre no puede tenunciasa is mora, ve que ts ex yond ne aed sec enon al mss oo isiblon is poli, yu que respond también «una nce ‘Ed sv Pero, en uns seed sper, sm rladones han de isco INORAL ¥ OTHAS NORMAS DE CONDUCTA 93 ‘atacerizarse por su concordancia sin perder su émbito propio, Por consiguente, ni renuncis 2 la politica en aras de Ia moral, ni exclusin de Is moral en arss de la politics, 4, Mona. ¥ penecio De toatl formas de comportamiento mano el juio ofa Goi) ela io mi etc cn mori, yx gve sor se fallin sujet a noms gue replen Jas relaciones de los hombres. aes Mom y derecho compatien una serie de ragos eens, « 1a vez que se diferecan ene spor ors eects, Vermes, Ge pine ae, lo ge comin «uy forma den 1) El derecho y Je moral regulen las relaciones de unos hombres con otos, mediante normas; portlan, por tanto, unt conducts obligatoria o debide. En esto se asemejan también —co- smo veremos— al tro social 2) Las normas juidicas y morales tienen el earftet de ism peratvos; por ende, entranan la exigencia de que se cumplan, es decir, de que los individoos se comporten necesriamente’ en certs forma. En esto se diferecian de Jas norms técnicas que ‘egulan las relaiones de los hombree con los medios de product dn en el proceso téenico, y no tienen eve caréter de impers- 3) El derecho y la moral responden a una misma necesdad social: regular las relaciones de los hombres con el fin de ase- fgurarcierta cobesin social. 4). La moral y el derecho cambion al cambiar istticamente el contenido de su funcién social (es decir, al operatse un cam bio zadical en el sstems poliicosocial). Par ello, ests formas de conducta humana tienen un carictr hstico. Asi como varia Ia moral de una poca a otra, 0 de une sociedad a otra, var ris también el derecho, 34 ‘erica Examinemes ahors las diferencias esencales entre 1a. moral y el derecho, 1) Las normas morales se complen trv del convene siento interno dels inividos, 9 eigen, por tnt, una adhe 1 ison chs norma, En ste sentido, cae hablar de Ta inveroriad de In vida mor El egente motel ene que hace syst inesioriat las poem que debe compli) Las noras jutdcs no exign ese convencineno interno o adhesin ni ze ells, (El sujto debe comple In nome jus, aun sin Sst convencdo de que cs jst, 9, por comsigulent, susque noe adits fnimament sella) Cabe baba, pr eto, dela freriréad dl derecho, Lo importante equ cs ue la soma Se cumla,culgier que sx le actd eel sojto (vakntara © foro) acs 90 amplinieat. Sila norma mal se cimple por razonesformales 0 ext nas, in gue el seo et fnimamente comvencido de gue debe setae conforme sells el sto meal no set moralente bueno; cambio, ln nora juss compa formal 0 exteramente mnmate no gies sump, enteia un aco ieproctale de Goal punta de sna jie. As, puts, I nein de Ta norms, eel en el ato mor 0 1c, por el contro, en Inesera de dere 2) ‘La conividad se ejerce en le moral y en el derecho en cisinta forma es fondumestalene interna, en le pines, y txteny, en el segundo, Esto qeire dade qe el camplimieto En preepton orl’ se ast, ate fod, orl eonvizién Snerna de que deen ser cumpidon Y aang la stoi dela Chinon plea, con su aprobacn o desapabacisn, mises « ‘ivr en cierto sentido, se rege sempre la adi ftinn Ga sjsto en el compoctamieno moral Nada nadie ponde Shligrosinternamente «ump a noxna toc, Lo cl sg niin ue el campliminto de ls ntmas moras no est eg Ino por ano xe nie elspa be in volotad, El derecho, en embio, eqire dicho meciisne, ck un apaso estat caper de impner la observain de MORAL Y OTRAS NORMAS DE CONDUCTA 93 ‘norma jurdica o de obligar al sueto comportarse en cicrta forma, aunque no esié convencido de que debe comportarse asi, y pasando, por tanto ses necesaio, por encima de su volunad, 3) De este distinto modo de aseguar el camplimiento de las normas morales y jurdieas se desprende, a eu ver, qe las prime 188 no se hallan codificadss formal y ofiialmente, en tanto que Jas segundas goran de dicha expres formal y oficial en forma e obdigos lees y diversos actos etal, 4) “La esfera de Ia moral es més amplia que Is del derecho ‘La moral afecta a todos los tipos de relacién entre los hombres 4 sus diferentes formas de comportamiento (si, por ejemplo, el ‘comportamiento politico, el artistic, el esondmico, etc, pueden ser objeto de calificacién moral), EI derecho, en cambio, regula Ja relaciones entre los hombres que ron ms vitales pare el Es. tado, Ins clases dominanéys o la sociedad en su conjunto, Algunas formas de conducta humana (criminalidad, holgeca- seria, robo, et.) caen en la esfera del derecho en cuanto que violin normas judas, y en lade la moral, en cuanto que que- brantan normas morales. Lo mismo cabe decir de ceras fore ‘nas de organizacin social como el mattimonio, la fami, y las relaciones correspondientes (entre Jor esposos, padres e hijo, treétea). Oras selaciones entre los individvot, como ol amor, a amistad, la solidaided, etc, no son objeto de regulecidn jut. dice, sino Solamente mol 5) Brn virtud de que ia moral cumple —como ya hemos se- faledo— una funcién social vital, se da bistéccamente desde ‘que existe el hombre como ser social y, por tanto, con anterior dad 1 cierta forma espectfice de orgenzacin socal (la soriedad dividida ea cases) y a la aparcién del Estado. Puesto que la tore! no requiere la coacién ental, ha podido exsir antes de que surgiea el Estado. El derecho, en cambio, por estar vincule do necesaiamente a un aparato coetitivo exterior de naturle: 4 estatal, se halla ligado a la aparcién del Estado, 66) La distnta relacién de la moral y el derecho con el Este- do explic, 2 su ver, a distintasinciéa de ambes formes de ‘onducte Humana en’ una misma sociedad, Puesto que la moral no se halla ligeda necesariamente al Estado, en una misma socie- — — 96 ‘erica dad puede datse una moral que cotresponde al poder estatal vie fente, y una moral que entra en contradccién con él. No ocurre Jo mismo con el derecho, ya que al estar éte ligado necesris mente al Estado, elo existe un derecho o sistema juridico ‘nico ‘ara toda la gocedad, aunque dicho sistema no tenga el respaldo ‘moral de todor los miembros de ella. Ast, pues, en Jn sociedad dlividida en clases antagénicas slo existe un derecho —ys que slo existe un Extado—, mientras que coexisten dos 0 més mor: Jes diversas u opuestas, 7). El eampo del derecho y de a moral, respectivamente, ast ‘como su relacidn mutua, tienen un caicter histérco, La esters cde la moral se ampli, « expentas de la del dececho, a medida ‘que Jos hombres observan las replas fundamentales de 1s consi ‘enc voluntatiamente, tin necesided de coacciéa. Esta amplin. én de laerfere de Ja moral con la consigiente reduccign de 1a Crs dl derecho c nda vs tm pote ssl EL ‘pifo a une organizacén social superior entraia Ja, susttuc de cierta conducta jurdica por ota, moral. En efecto, cuan- do el individeo regula sus relaciones con los dems no bajo la fmenaza de ena pena y con le ayuda de la concen exterior, sino por la conviccién intima de que debe actuar asf, puede afitmar fe que estamor ante una forma de camportamiento humano mis tlevado. Asi, pues, lar zlacones entre derecho y moral, que fambian histéricimente, revelan en un momento dado el nivel fen que se encuentra el progrso esptitual de la humanidad, asf tomo el progreso politicosocial que lo have posible. En conclsién: Ja moral y el derecho comparten rasgos co- smunes y muestan, a su ver, diferencias eseniales, pero estas telaciones, que possen asitmsmo un cardctet hstéic, tienen por bese Ia natutaleza del derecho como comportamiente humano sancionado por el Estado, y la netraleza de Ia moral como con- cia que no requiere dicha sancién esaal,y se apoya exclus- ‘vamente en Ia autoridad de wna comunidad, expreseda en nor ras, y acateda voluntariamente. [MORAL ¥ OTRAS NORMAS DB conDUGrA 7 5. Monat ¥ mato soctat, a cond sre 9 e+ ory de Ext tuntn ct tipy de comroramiens romney ee, Silotiin ced digs en ee Jo Gra ome dsl, eee eee cae tend uma 6g inate Suna to sec on ies mene Seco hori baci weiss 4 eel clea St ee i a aes, furs eoentonc e's norm Ses Shae de ae ae tne sonra as fe tvenlonlnon alt SS ta eat Signs oy ager oes fo a yb vista cvein le Sed pe yl To ene bata copa Senet ae Tsien e's lar eve see ame gene pon a i ac arse Pt oe see sy doe pes sane ig so tinfuctes covet eh ll cae Sean teins, cn ian Gets chan sone ae Scuola lo a See ice oss pepe ao paar ce Seve en et ag ee te is so Ea els pone ape ae Se rosin dal re ct a eae cc ee keel dein Ba iS due clean enan cee ee this cp cela), ee ear ca es Sake tees negra ce ma Bees sana fy potas donmens Be sce le ae Prec cident cranetne hes me role cia eas cyl ome teen fyi So rs ries wine's Seine anne Sipe ur ct unis iil pores 9 as ee Sag osegeres OO 8 ‘érrca Detengémonos ahora, brevemente en las relacione entre mo- ral y ato socal, puntuizanda lo que une y distingue «am bas formas de comportamiento humane 1) Al igod que el derecho y I moa, wat social came aoe der soe on ne on, eon Gu coniboye como las de soe formas de condcta nor tava a scgura a conivenca sal en el aso de un oF de scl dada 2) Las regis del tata soil “al gal qu as norms mo- reese prot como ligt 9 e030 camplinieto i Hye contdcblement I opin 8 fos dems, Sin embars, or foete que sea esta concn exer, mane age Us Career ceria. S) Como socdeen la mor cl tao ecll 20 dspone de tun mrcanomo eteteivo que pueda oblar a cumpl, nso conta le oli del auto, st telat 0 norma. Boas, por Cjenplo,cligansdevoler el lado de un concio, oa cedet ¢fSlno un andan, peo nas loa puede agar por la foes ¢ campir ea cliasdn. Eso a0 que det que oe Incupliniento ede impane, ya oe la opinia dels demi, ton st desprobuc, lo anon 2) “Tarra del ato soe —como cl derecho no exgea que hizo Se Pho ato, angus sata tuvo una consecenca tame ex ocperata‘c ingress: anal oto tases, No EES 1Ogu bic querido cet, oo To que le dcaron © ie PS Gremtandaseneone. Todo To que seis escap6 a Partin cnn dels Ubrement- La east desu ato SSB ete de pores age con run que no se considers see ASE de lo soe, La cone exterior eime agl de TPeSREnaad moa, Lo col gulere dei asimismo que la tomo dena cnn exter dee ge idipenuBle se pueda able a agate na responsabilidad mon recoup Ac, cn ne pe are ae go —seunsancat extafar— qve oblin SRE deca ore cons la ound dl agent, sno de EYEE gor concen y vluntaamente le olga ceizat wn dies 6 Sue ela, eda, qe el agete no bu ec. doa dei. * “Veamos este ejemplo. Si alguien, pistola en mano, obliga a Pedie's cose oases 8 gue te luna a ota econ, rie camiderdate mowlnente sponse de Io que baer 2% 6 Neamon ete ono cempl, SLX debe audi en ays de seem ge ques hla en une stain muy apurad,y Z, 8 RESPONSABILIDAD, DETERMINISMO Y LIRERTAD 109 cenemigo suyo, se lo imple, cerréndole el paso al hacer wso de vuna fuerza superior a Is suye, 2n0 quedari X exenco de toda responsabilidad moral por graves que sean las consecuencias de ro haber ayucado a Y? En este cata, la cosccign exterior, fsca, cjercida por Z no le dei opeidn; es decir, no le permitié acoat fen la forma que hubiera quezido. Pero le causa de no haberle syudado no estaba en X, sino fuera de €l Ex cs ements coin stun ints ue no quads smargen —o si queda, es estrechisimo— para decidir y actar Confrne + la vlotad propia La consi ex tan fst gee, en algunos casos como el del primer ejemplo, la resistencia & la coaccin del agente exterior entraliariesgos’grevisimos incluso para Ia propia vida. La experiencia histviea nos dice que inclo- 0 en situaciones semejanes ha habide hombtes que hen asumido su responsabilidad moral. Pero los métodos refinados de coaccién son tan poderosos que el agente puede verse obligado a hacerlo ‘que normalmente no hubieta deseado, El swjeto queda entonces excusado moralmente, pues Iz resistencia fisicay expiritual tiene un ine, gad lca el seo pede el domino ye cond ‘Vemos, pues, que la coscién exterior puede anular la volun- tad del agente moral y eximinle de su zesponssbilidad personal, pero esto no puede set tomado en un sentido absoluto, ya que hay casos en que, pese a sus forms extemas, le queda un mat- agen de opciény, por tanto, de responsabilidad moral. Por consi- fuleate, cuando’ Aristétles sefala la auseacia de coccién exte- lor como condicién necesuria de le responsabilidad mor, ello no signfice que el agente no pueda sesisr, en ningin caso, a che couceidn, y que siempre que se encuentze bajo ella n0 sea responsable morsimente de lo que hace. Si dicha condicidn se postulara en términos tan absoluos, se llegatla en. muchos ct for ¢ reduc enormemente cl rea de la responssbilided mora Y¥ esa reduccién serfa menos legltima tatindose de actos cuyas consecueacias afectan profundamente a amplios sectores de la poblacin, oa Ie sociedad entera Recuétdese, a este respecto, lo que sucedi6 en el famoso pro- cexso de Nirenberg contra los altos jefes del nazismo alemén: — 110 ‘ertea singno de ellos acep:6 su sesponsiblidad legal (y, menos an, total) por los monsteuosos erimenes cometidos por los nazis, ‘Todos ellos slegaban o bien ignorancia de los hechor,o bien la necesdad de cumple érdenes superiores, Y si ast se comporta- ‘ban os mis altos dirgentes del nasismo, con mayor raaén en er falas jerérquias inftiores alegaban lo mismo (Ia imposibilidad de sesistir a una coaccién exterior) los generales y oficiales que ordenaban saquear, fila 0 incendiar, lo jefes implacables de Jos campos de concentracién que sometian a les prsioneros al ‘rato mis inhomano, 0 los médices que realizaban terbles ex- perimentos con seres humanos vives (sraplante de tejds Grganos en ello, esterliacin a Is fuerea,vacunacién de enfer smedadesinfeciosas, et). Fs evidente que la ignorancia,en unos casos, o la coaecién, en otros —de acuerdo con lo que hemos sfirmado antetiormente—, no podian absolver a Jos nazis de su responsabilidad penal y, menos aia, de lt mora. Sin embargo, la cosccién exterior, en las dos formas que aci- bbamos de examinar, puede eximit al agente, en determinadas situates, de la responsabilidad moral de actos que, si bien se presentan como suyes, no lo son en realidad, ya que tienen si causa fuera de 4. ConccIGN HTERNA Y RESPONSABLLIDAD MORAL Sil agente no es responsable de los actos que tienen su cau- sa fuera de dl, clo sets, en exmbio, de todos aquellos que tenen ts causn_o fuente en dl mismo? 2No pueden darse actos cuye causi habite en el interior del sujeto, y de los cuales no sea responsable moralmente? Antes de responder estas custiones, ebemos insists en que, en téeminos generales, el hombre eélo puede ser moralmente responsable de los actos cuya nsturaleza ‘eonace y cuyas consecvencias puede prever, asi como de aquellos ‘que, por realzare en ausenca de una coacciéa extrema, ee ha Ian'bajo su dominio y contro Parsiendo de estas afirmaciones generales, podemos deci que tun individuo normal es responsable moralmente del robo co- RESPONSABILIDAD, DETERMINISNO Y LINERTAD 111 smetido por , pero que no lo es, por el contrario el cleptémano {que roba por un impulso irresistible. El asesinato es reprobable moralmente, y el que lo comete conttae —ademis de otras tee ponsbildades— una responsebilided moral. Pero, cpodsiamos Considerar moralmente responsable al neutétio que mata en un momento de crisis aguds? El hombre que lanza frases obscenae 2 una mujer merece nuestra reprobacidn, y el que comete un cto de esa naturseza contr2e una responsabilidad moral. Pero, es también motalmente responsible el enfermo eexual que, im pulsado por méviles subconscientes, ata de afimar asf su pet onaldad? Es evidente que en estos wes casos: Ia leptomani le new: rosis © un dessuste sexual impulsan de un modo inesistible, respectivamente, a rebar, matar y ofender de palabra. En todos ellos, el sujeto no es conicent, al menos en el momento en que realza dichos actos, de sus méviles verdadero, de sa natuteleas rmaral y de sus conseevenciss. Tal vez posteriotmente, cuando To cocurtido ya sta iremediable, el sujeto adguiera conciencia de todo ello, pero incluso asi no podeé garuntzar no volver a hacer Jo misme bajo un impulso irresistible o una motivacién incon ciente. Los psiqiatras y psicoanalstas conocen muchos casos de este aénero, es deci, casos de individuos que realizn actos que tienen su causa en ellos mismos, y que, sin embargo, no se lee puede considerer responsable moralmente. Actian bajo una cosccn interna que no pueden resstr y, por tanto, eungue Sus actos tengan su causa en su interiot, no son propiemente soyos, ya que no han podido eercer un control sobre eos. La coaccén interna es tan fuerte que el sujeto no podia obser de ‘otro mode que como obté, y no reali lo que libre y conscente- mente hubiera quero, ‘ora bien, hemos de sefialar que los ejemplos antes citados son casos extremos; 0 sea, casos de coaccién interaa «In que el sujeto no lees posible resstir en modo alguno, Son los caros de Petsonas enfermas, o de otras que si bien se comportan de un ‘modo normal muestra 2onas de condcta que se caracterizan pot ‘su anormalidad (como sucede con el cleptéimano, que se compar ta normalmente hasta que se encuentra frente al objeto que des- a érica pier en lel impulso irresistible de robarlo). ¥, ciertamente, ranque scifi trzat In linea dvisoria entre lo normal y lo ‘normal (0 enfermizo) en el comportamiento de los seres hums not, es evidente que lak personas que solemes consderar norms Tes 0 actdan en general bejo una coaccién interna irresistible, sunque eindudable que se encuentran siempre bajo una coacién interna relative (de descos, psiones, impulsos o motivaconesin- conscientes en general). Peto, normalmence, esta coaecién inte arn a pet como pt ana vlna dl agente ¢ impedisle una opcidn, y, por tanto, contzaer unt responsabil {dad moral en cuanto que mantiene certo dominio y contel sobre sus propios actos. 5. RESPONSABILIDAD MORAL ¥ 1IHERTAD a responsbildad mora require, come hemos vit, Ik usec de coca etetior 0 itso, Bien, I poli Ethie maar moor a cn roo por os uit, gue el ene aca a como reslado de una cuca Ere que no del auto oplén alguna pu actoat de etre mane, hing como fate de a decsn descr como qe Si ato cuando poo haber sctdo de oto modo, La respon Sabildd orl preoupone, pos, In ponblided de desir 2c thar vended I cone entero intro, Peo stl ome ede resis deny de ceo lites Ia cosei, ye ire nets sentido, ell no ite decir qo el probleme de la re Sonabildad moral co ss rlaiones eon I liber haya qe Und complctenteeaateid, pcs ingue el Bombe pueda ferur iremente en arena dena coscién exterior o ite fon spre se encunta suet inno cuando nose halla Somuico# consign a cnt que determina ou aca. Y si Suet conduct etl at detrital, gon gue seta podemos frat cntones que somos rexponables mordmene de mesos fctos? Por wn ldo, I spond moral requee la poste dd de dee 7 aunt Ibeoete 9, por oo, fornanos parte run tao ctstinente demand. ¢CSmo pueden et Come [RESPONSABILIDAD, DETERMISMO ¥ LIBERTAD 113 ules, en tno qu abner de eve mando a deteminai A nue conduct a iberad de a alana? Slo bay ne enabled moral af hay lberad Has gut puto enoces oedehablase de gue el homre es responsable moraeate de 5 so or de er ear dees ees, pues, que el problema dela rspoetlidad orl depende, co su seu, el problema de at slcons ite sewidad y ibertad, 0, ms concetamente, de ls relcnes ex. trea dexceninain eal dela condi buna la bead 4s te volta, Es, pu, fonoso qv haynes de abode ete viejo proble soa co en el gue encontraner dos posicones diametlneate pues, yun intent de superna dtc de ells 6, ‘Tnes POSICIONES FUNDAMENTALES BN EL PROBLEMA Sin abordar el problema de Ise relaciones entre necesidad y libertad, y, en particular, de la Hibertad de la voluntad, 20 se ‘pueden resolver los problemas éticos fundamentales, y, muy es Pecilmente, el de In responscilidd moral. Nadie puede ser responsable morslmente, si no tiene la posblided de legit un modo de conducta y de scroar efectvamente en la dizecién clegids. No se trata —conviene subrayatio una ver més— de decid y actuarlibremente en ausencia de una cotcidn intexiot © exterior, sino ante una determinicién de la conducts misma Pero, gen’ un mundo humano determinado, es decit, sujeto a relaciones de causa y efecto, existe tl libertad? He abi la eues- ti6n, a la que dan respuesta tes posciones flloséfeas fundamen: tales: la primera estérepresentada por el determinism en senti= do absoluto; Ia segunda, por un libertasismo también concebido fen sentido absoluto; la texcera, por una forma de determinismo que admite o es compatible con ciezta libertad, ‘Examinemos cada una de estas tres posiiones, sobre todo ea ss implcacones desde el punto de vista del problema de la re ppnsabilidad moral, subreyando que todss ellsscoinciden en 20+ sens 14 ‘erica ‘conocer que la conducts humana se halla determinada, aungue Snterpreten en distinta forma la saruraleza y el alcance de esa determinacién, Sin embargo, pese a la coincidencia spuntads, ada una de las tes posiciones mencionadas Hega « conclusiones distinas, a saber: 1) Sills conducta del hombre se hlla determinads, no cabe hablar de libertad y, por tanto, de responsabilidad moral, El de terminismo es incompatible con Ia ibertad, '2) Sila conducts del hombre se halla determinads, se tata slo dena autodeterminaci6n del Yo, y en esto consiste su liber tad. Le Ubertad es incompatible con toda determinacién exterior al sujto (de la naturaleza 0 Ie sociedad). 5) Si le conducta del hombre se halla determinads, esta etexminaciGn, lejoe de impedir la libertad, es In condicidn nece- ‘aa de ella, Libertad y necesidad se conclan. VVeamos mis detenidamente cada una de estas tres posicones fundamentales. 7. Ex peremmasao axs01070 [El determinismo sbsoluto parte del principio de que en este mundo todo tiene una causa, La experiencia cotidiana y la cien- a confirman a cada paso esta tesis determinists. En 30s inves tigacones y experiments, la cienia parte del supuesto de que todo tene tuna etusa, aangue no siempre podamos conocerla. El progreso cientifico ba consistido histéricamente en extender la fplescién del principio de causalided a un secior de la realidad tat otto: lisico, quimico, boldpico, etc. En el presente siglo se revela cada ver més la fecundided de dicha aplcacn en el te reno de las ciencias sociales o humanas. También aqut se pone de manfiesto que la actividad del hombre —su modo de pensar fo sentir, de actoar y orgenzarse politica o socialmente, su com- portamiento moral, so dessrollo artstio, etc— se halla sujeta Pero, si todo esti causado, e6mo podemos evitar actuar — ESPONSABILIDAD, DETERMINISNO ¥ LIBERTAD 15 como lo bacemes? Silo que hago en este momentos resultado 4: scos anteriores que, en muchos cioe, ni siquita conan, lino se pure decit que sci elke? Tambien nl doce $i, ml seta voluntaio, est causa por un cojunto de etc. tani, Por tnt, goo podsamos pretender qe i Ylonad cs libre —seguird angyendo el deterinista absolute © que 1 hombre face algo ibremene? "AU hablar de deerminai6n causal oo noe refeinos, por su puso, «una oxen eesiorointesie gue me obliga eta & et ici lin de casuancie ie Ste inane comportamieno el agente, de modo que el sto —pre teacdamente ibe n0 es sno el lest de une ete 0d a sie cal El bec de gue mi di etécaueda —imsite ol deermiistaabsoluto—, signin que mi elecein no ee Ibe. Laelia ie se evel como una tn pues, en veda, no hay tal iberad de a volintad. Yo no eljo ropimeate; un Com. junto de ctcanstances (en cuanto enue) cligen por Ea ents forma absolute el deesminiano y ev consiglente sesiazo de I exstencia de le Ibert se all wepresatda la histori del pensamienoflosfic, , en perdclar en ln Histon dels doctinas én, por los mattis fancces del. siglo ava, yl cabeza de ellos el Bardo dHolluch. De acur= bs oh os ans no elon dun cadena cura universal; en ells, el pado. determina el Sear, St conoeiérmos todas las csunrancla que acta et un ‘momento dao, podsamos pede confodaeastud el fur. EV iso Laplace, en ese mimo sil, exprsé en lor siguientes términes sencente determinismo abeolto: «Ua. caclaor die vino qb covcir la velcdad y clogs decade panel de Unive en un momento dado, podta predet todo el curt futuro de los aconteinienos en Ie iafiniad del siempor, Como vemos, se decrta aul toda porilidad debe inervencia del hombre, y se esublewe una anes absolute entre In necesiad causal la Tbertd fumaaa. 1a eis cent de Ie poscsn que enamos examinaado es, pcs, a: todo oe balla causdo y, por consiguente, no bay He bertad humana y, por end, exponablded mora. Yen verdad, 116 nea si le deerinaci6n cava de meses aciones feta tn sbo- loca y rguos hasta el pono de baer de nosotoe mers elector dena ue xopan por completo «miso conta, no pola hla de responsabilidad mora yt gi noses poi ex gir scat de oto todo dint de cto not ios forados ‘Acta hen, aunque la tis de que pastel determinism ab solo ova (a ster odo —inlids los acon mans de Chalet Indio ae ala wjio'a can), de ello 0 se rene que el hombre sea mero efecto 0 fopuete de ls rane Mls que determin sa condita. Al tomar eoaiencta deus Cieunstanis, lo Bombres pueden decidir scar en cera for ty exe dei, port cn bts covet, 4 SY, 8 tad que eens deus ons daa A er la scan case cons sla deg, y 20 comprender She el elect puede converte, ani, en aa el deter to aba no acl apa a stucn peur que dem trol conteio waiver ecup el home, como et coleste Y psitico, e ds, como un er gue se comprende sf mismo y Tomprende al mundo que le rods + ver que lo tusfoma puistcamente de un modo consent. or ear dotado de EEciencl, puede concer auallsd qe I deeming, a ton contlentemeate, conviténdose ai en um factor cal de teemonnte, El hombre dja de ser al seo efecto ph se oa {sure connie de sf nino, nee comclntemente en e So cul niet, Con ello el edo eal 0 se ome, 7 Sige snd ald el pincpio gue e plea angular eco cinieto cenlico—, sia ol cal aida se produce que 50 spond cnots Peto, dena de ia eadenaexsal univer fay ave dstinguis —otind se sta de una seid 20 mer teens natural sin soci, popamentehamata~ el fcoe ea SEI peclar contigo por el hombte como ser concete y prio. “A put, el basko de que esté determina caslimente, no sigue qe l bomb no pucks, se, st cash coscieate $l ds us acon. Por tant, lo qe se objets ag no ev on Aemiao univeta sto sai, oft, age que arom. IESPONSADILIDAD, DETERNMSMO Y LIBERTAD 117 patible con la liberead humana (con Ia existencia de vatia for+ tas posibes de comportamiento y le pasibilidad de elegie Iibre- mente ona de ella) 8. EL uisexranisno De acuerdo con esta posicién, ser libre significa decir jbrar coma se quiet; 0 sea, poder actuar de modo distinto de como lo hems becho si asf lo hubiamos querido y decidido, Estos interpreta, a su vez, en el sentido de que si pude hacer lo {que no hice, sino sucedié lo que pudo haber sucedido, ello eon- ttadice el principio de que todo se halla determined causalmen- te, Dect que todo tiene una causa significa, ssimisme, a juicio de Tos adeptos de esta posicién —coincdiendo en este punto con los determinstas absolutos— que sélo pudo haber sucedido To que sucedié efectivamente, Pot tanto —siguen arguyendo los primeros—, si sucedié algo que pudo no haber sucedida, de hnaberse querido que sucedera, 0 si no se produjo algo ‘que pudo haberse producido, sia se hubieraelegido y decdido, ello {implica que se tiene una libertad de decisign y acign que excapa la determinacin causel TEn consonancia con esto, se rechzaa que el agente se halle eterminado cavsslmente, ya sea desde fuera —por el meio so- Gal en que vive—, ya sea desde dentro —por sus deseot, motivor lenciainmediata 0 como una conviceén inguebrantable que no puede ser destruda por Ia existencia de la causalided. Y aunque se admita que el hombre se halla sujeto « una determinaciéa causal —en cuanto que es parte dela natualezs y vive en socie- ded, se considera que bay una esfera de la conducts humana , con Ia causaidad propiamente dicha que rige en la esfera de fe nata- raleza, Pero esta conciliacién descansa sobre una escsién de la realidad en dos mundos, © sobre la divisién del hombre en dos: el empirico y el moral. Tampoco encontrames wna verdadera concilicién de la necesidad y la libertad en Nikolal Hartmann al postular un nuevo tipo de determinacién (la teleolégica) que se insertaia en la conexién causal, ya que esa determinacién por fines no se presenta, a su vez, cusada, De este modo, al a0 te- nerse presente que los fines que ef hombre se propone se hullan ‘nusidos también, se establece un abisma inealvable entre la cau- salidad propiamente dicha y le eausalidad telelégica, La con- tinuidad causal queda rota, por tante, y no puede hablarse, en rigor, conforme a esta doctrina de una conllacién entre liber- tad y necesidad causal ‘estos ahora los'tes intentos mis importantes de superar iaécticamente In anivesis de libertad y necesidad causal, Son ellos los de Spinoza, Hegel y Marx-Engels ‘Para Spina, el hombre como parte de la naturaleza se hall sujeto Tas leyes de la necesidad universal, y no puede escapat fen modo alguno a ella. La aeci6n del mundo extetior provoca cen &L el estado psiguico que el filésofo holandés llama epasiSm> © eafecos. En este plano, el hombre se presenta determinado exteriormente y comportindose como un ser pasivo; es dein, regido por los afecios y pasiones que ruscitan en él las causes texterores, Pero el hombre que asi se comporta no es, a julio ‘de Spinoza, libre, sino esclavo; o s¢, sur aciones se hallan de fer rica texminadas por cause externas, y 50 por su prop naturaezs ‘Ahora bien, ceémo se eleva el bombre de le servidumbre a la Hhertad? Puerto que o pucde dejar de estar sometido 1 la aoe sided univer, su libertad no pode consist en sustorse a ese sometinieno, Le ibertad no puede conebirse al margen dela ecesidad, Sec ibe es tener concienca de la necesidad, 0 com- render qu todo lo que svcede —por consigiente, lo que & mi ine suede tambida- et neceario, En esto se diferencian el hom- tre Hore del esclavo sue, por no comprender la necsidd, se halla sujeto ceprment a ell ‘Se libre es pes, levare del sometniento eg y esponté eo als necsiad propio del exavo- la concience de a, yy, sobre esta bae, @ un sometimiento coneente, La libertad inumana se hala, por tanto en el coociniento de a necesidad bjetia, Tal er la olacén que da Spinoza al problema de las felines entre necesidad y Hoerad,y en la qu los txminos de {a antes quedanconcllades. Peo {a solu spnciana tiene Timitacones, pues, cau es, en defintiva, el conocimiento de le esiad dl preteadido hombre libre con respecto a Ia ignran- Gia de els por parte del eacavo? Esta libertad no es sino esa itd 9 sometiniento voluntarioy coscente. EL hombre queda Iiberado en el plano dl conainient, pero sigue encadenado en su eacion efetiva, pric, com la naturale y Ia sociedad Pero la libertad —como habrin de ver claret otosfl6ofos posters no es rlo unto tein, sino pric, real, Re {piers no slo el conocimiento de la necesidad natural y sce ‘loo tambien la acidntranaformadore,peicica —busada en di he coneimiesto™ el mundo natural 7 socal, La Uibertad no ts slo sometiniento consiente a a naualen, sino dominio © ifomacin del hombe frente a el Tr doctina de Spinoza se scerca a a slucién del problema, pero no le sleanza todavia, Ha dado un peso muy importante al bapa el papel del conocimiento de la necesdad en la hibertad humane, pero. no baste conocer pars str libre. Ahora Bien es evidente y en esto reica el mésto dele eprtacion spinosa ft gue Te conciencs de Ta ezesidad causal es siempre una Condit necesaria de la bert. ARESPONSABILIDAD, DETERMINSMO Y LiRERTAD 123 ge en eo mods se mere en liso plano gue Sp sos Camo eto ope lady nce deine bien iis cms comet de cad (ia Ho we serosa conprenis). Pe, « dfrena Ge Spies, pone 1 leer ea lain con Hts, Elconocinicas de ln ecesiad depend, en cada Soc, del vel en qoe se eaten tw detenvlvinicato ol epi, que te expe enn aseria de Is hamid. La ted ex Ks: hay grado de be tt, o de conocinioto del scidd, La volt nis He Cam cn os fan ud de bs tn mayor concnicte de ease Veo psy ae ptt me pats Spiel lw sss eit, o de oe Gini, aunque steve dela brad se eariqce al pot sta dion en tain con la stoi vero congulta como Sn'procesosscnional nico (historia es prope en In libertad). pees Marcy Engels sceptan las doe crcteinics ants sfle das: la de Spins (liberal como conden de Innes) inde Hegel (oo Hrd). La Herta en pen, conden tien de a necesiad. Pero, pat els, la brad nos 0 ces ein, x dec, aon concent de la nocd gue dele inucto el mundo sujet «esta necesdad. La Uber de hom Ere sepse dea nessiad ~yparclarmente ante I ier Gord indo taal noe redae 4 converte i ertiabee ‘Spontnes So en a sreidunire coins. La Uber fn et slo sie tebco, porgse el oneciniesto de for 9 Inge que el hombres ule mea paaente ala nese hb onal y sal La Hired esta un peer, on dina 44 home sore In nares ue, sobre st prop aa. ‘len Esta dbl aimacin de hombre “qe ene eencla ls de a berad- entation tenor del undo ‘bre la Bate des loverpetacin; os, sabe la bate del ono. Client desis nexos eine, de la need qe fo tie El dello de Tabet se hall pes, Ho l esr: lp del Hombre como er price, uteormdor 9 ceador es desir, ll vinclado af proceso de prodcin de on mundo humo o hminizado, que tasdeade ef mundo dao, aia, 124 nica ¥ al proceso de sutoproduccén del ser humano que constituye justamente su historia Ta libertad no er a6lo azunto teérico, pues Ia comprensign de Is necesidad no baste para que el hombre sea libre, v2 que Is Ubertad entre como hemor sefalado— una actividad préc tice trnaformadors, Pero, sin el eonocimiento de la necesidad, tampoco hay libertad; es por ello una condicién necesatia de I conocimiento y la actividad prtice, sin ls cuales la liber. tad humana no se daria, no tienen por sujeto ¢ individuos ssl dos, sino individuos que viven en sociedad, que son sociales por su propia naturalezay se hallaninsertos en un tjido de elacio: nes wocisle, que vatfan au ver histércemente, La libertad, por todo esto, tiene también un carfcter hstricosocial. Los grados de libertad son grades de desarrollo del hombre como ser ple: tic, bistro y social ‘No puede hablarse dela libertad del hombre en abstract, es deci, al margen de la historia y de la sociedad. Pero ya tea Que se trate de le libertad como poder del hombre sobre Iz naturale 2, ya como dominio sobre su propis natutalera —contral sobre sus propias relaciones, 0 sobre sus propios acts individules—, Ja ibertad implica una accién del hombre basada en lz compren- siém de la necesidad causal, Se trata, pues, de una libertad que, Iejos de excluir Ia necesided, supone necesriamente su existen- ia, asf como su conocimiento y In acin en el marco de ella, Tal es —en sustancia— le solucién de Mazx y Engels al pro- blema de lat relaciones entze necesidad y libertad, en la. que como vemos— los contraris se superan (0 concilian) dalée 10. Conetestéx La libertad de la voluntad de los individvos —considerados tos siempre como seres sociales se nos presenta con los ras fos fundamentals de la libertad en general que hemos sefialado anteriormente con respect ala necesida. [RESPONSABILIDAD, DETERMINSMO ¥ LinERTAD 125 En cuanto libertad de elecién, decsién y acciéa, la libre voluntad entra, en primer lugar, una conclencia de las posi- bilidades de actonr en unt w otra ditecién, Entrada asimismo tuna concencia de los fines o consecuencias del ato que se quie- ze relizar. En un easo y oto, se hace necesario un conocimiento de Ia necesidad que escapa a la voluntad: la situacign en que el cio moral se produce, las condiciones y medios de su realoa- cién, et. Entra, también, ciertaconciencia de los méviles que Jimpulsan a obrr, pues de otto modo se atuaria —como hace el clepiémano, por ejemplo— de un modo inmediato e ireflexive. Pero, sea cual fuete el grado de concencia de los motivos, fines, o carécter que determinen la accién, © la compreasiéa que se tenga del contexto social concreto en que brotan esos factores causales —eausador a su ver, no existe Je libre voluntad al rmargen —o en contra de la necesidad causal. Es certo, que en| el terreno moral, la libertad entraia una autcdeterminacign del sujeto al enfrentarse a varias formas de compoctamiento posi ble, y que, justamente, eutodeterminindose se decide por la que considera debida, o més adecuada moralmente. Pero esta auto- determinacién no puede entenderse como una ruptura de la co- nexién causal, o al margen de las determinaciones que provie- ren de fue Literad de la voluntad no significa en modo alguno incaw- sado, 0 un tipo de causa que influiria en la conexién causal sia ser su vez causada. Libre no es compatible —eomo ya hemos tubrayido— con [Phone deere puede tener no ao un valor esto, sino Utne galtceo moa. Es pefetamente lego abate un ‘Mor deca contin de eles, pero a condi de re Gast un welor # oto. : aco jngar um ob de arte por su valor seo o po idee Sed sempre que no se pretends con elo deducir de ‘Soe eres na alr Propamente etic. Quien condena una SER tne Jade el puno de vita mon no dice nda qo fe (PEs ener esti, simplemente nt afrmando que en dicha Sua ote realn ef valor mori gue el considera gue debra 12 sérica tealizarse en ella, Us mismo ecto © producto humane puede ser valorado, por tanto, desde diverss éngulae en cuanto que en él se encarnan o realizan distintos valores. Peto, aunque los valo- ‘es s€ conjuguen en un mismo objeto, no deben set confndides, Esto se aplica de un modo especial «los valores morales y no morales. Al establecer la distincidn eatee los primetos y los se ‘gundos, hay que tener presente que lot valores morales slo se fencarnan en actos © productos humanos, , dentro de éstos, en aquellos que se relizn lbremente, ex dest, constente y volun. taziamente Capiruto 7 LA VALORACION MORAL 1, Cansovex concneto DE 14 VALORACISN MORAL Entendemos por valoracién Ia etribuci del valor cottespon- iente a actos 0 productos humanor, La valoracién moral com ptende estos tres elementos: a) el valor atibuible b) el objeto valorado (actos 0 notmales morales), y c) el sujeto que valor 'No nos ocuparemos de cada uno de estos elementos por sepa- ado, ya que han sido estadiados, o habein de selo en lo capi tlos respectivos. Nos limitaremos shora « una carctrizacién general de la vloracién moral para pasar inmediatamente al fxamen dl valor moral fundamental: Ia bondad. Sila valoracin es ef acto de aribuir valor a un acto 0 pro- ducto humanos por un sujeto humano, ello implica necess mente tomar en cuenta las condiciones concrets en que se Vie Joey el carfter concreto de los elementos que intervienen en Ja valorsién, En primer lugar, hay que tener presente que el valor se ati= bye # un objeto seca, establecido o creado por el hombre en cl curso de su actividad histévio-socal. Por tanto, la valoraci, por ser atribuciin de un valor asf constituido, tiene también un career consein,Rtdcosochl, Peso que oo exe eo sino por y para el hombre, los valores se concretican de acuer con las formas que adopta la existencia del ombre como set hiséeco-socal, as emea En segundo lugar, hay que tener en cuenta que los abjetos valorades son actos propiamente humanos y que, pot tanto, los seres inanimades o los actos animales —como ya hemos subra. yado— no pueden ser objeto de valoracién metal. Peto no tor dds los actos humanos se ballan sjetos ¢ semejante valoracgn <1 una aprobacida 0 reprobacién en el sentido moral—, sino sélo aquellos que afectan por sus resultados y consecuencias a ‘otros, Asi, por ejemplo, el levantemiento de une piedra que ea. cuentto en un tereno deséstico no puede ser valorado morilmen- te, ya que no afecta a Tos intreses de oto (a se ta, por supues ‘0, de un login deshabitado); en cambio, levantar una piedsa en la calle, evitndo con ello un peligro a'un transente, sf tee 1ne un significado moral. Ast, pues, puedo atbuir valor moral a un acto si —y sélo si~ tiene contecuencias que afectan a otros indivduos, a un grupo sail ola sociedad enter, Al tener que tomar en cuenta esta relacién entre el acto de un individuo y los demés, el abjeto de la valoaciéa se inscribe necesariamente en un contexto histéricosecal, de acuerdo con cl eual dicha relaién adguiere © no un sentido moral. Veamos, pet este zespecto con una actividad hur ‘mana como el trabajo. En un sociedad basada en la explotacicn del hombre por el hombre —y, més particularmente, en la de la producciéa de plusvalia—, le actividad lnbotia es puramente conémica, y carece de sigifcedo moral. Para el propitatio de los medios de produccién, que se apropia «su ver de los produc tos ereados por el abrero, le son indiferentes las consecuencias de so trabsjo para el mismo, es deci, pare el trabejador como hombre conereto,o para los demés en su existencia propiamente humana. El trabsjo escape ast a toda valoracién moral; es un cto puramente econémico, y como tal Iucrativo. Para el obrero {que no se econoce en su tabsjo y que ve a éte como an medio para subsstr, eacece también de sigificscién moral; slo un ef timolo material, meramente econémico, puede impulsarle rei lizarlo, En esas condiciones sociales conerets, no se podria re probar moralmente el modo como ejere su actividad, Otra cosa sucede en una sociedad en la que el trabajo deja de ser una mer cameiay dtc recobrs su significacién socal, como actividad if | 1k VALORACION MORAL 45 credora que sive a la sociedad enters, En esas condiciones, re- Iwirlo 0 efectarlo exclsivamente por un estimalo material se ceoavierte en un acto reprobable desde el punto de vists mor ‘Vemos, pues, que los actor bumanot no pueden ser valorados sisladamente, sino dentro de un contexto histéicosocial en el sen0 del cual cobra sentido el atibudles determinado valor. Finalmente, la valoracin es siempre atribueién del valor por tun sujeto, Este se sta, con ello, ante el acto de ot, aprobin- dolo o reprobéndolo. Jusga asf Smo le afectn no ya a el pero- talmente, sino a otros individuos, 0 a una comunidad enters, ero el sujeto que expresa de este modo su sctitud ante certs tos, lo hace como un ser socal y no como wun sujeto meramente Individual que dé libre cauce @ sus vivencas o emociones perso- rales, Forma parte de una sociedad, o de un sector social dter- rminedo, a la vez gue es hijo de su 'iempo, y, portant, se en ‘uentra ingero en un reino del valor (de prncipios, valores ‘pormes) gue él no inventa ni descubre personalmente; su valo- rin, por ende, no es el acto exclusivo de una concencia em- pltica, individual. Pero tampoco lo es de un yo abstacto, 0 de ‘ana concencia valortiva en general, sno de la concencia de un individuo que, por pertenecer aun ser histético y social, se balla arrigada en su tempo y en su comunidad ‘Asi, pues, por el valor atribuid por el objeto valoredo y por el sujeto que vals, Ia valoracién tiene siempre un cardcter conereto; 0 se, es la atrbucién de un valor concreto en una Sitwacin dada, 2, Lo nusio como vaLon acto mora espn «ser na telnctn eo ebuenn, Un acco mor porto cru acto vali mtalnent foe jt tents encanto lo coutidenmos buenos; es da, enaranda O lasmano el valor del onda. Peo, equ xt bueno? ‘Al eponde a esth prepnty la maya de le tas tora han pretend cseta ober eh eer, abl, 10 tnca 148 amica Inttinseco ¢ incondcionado; lo bueno en todo lugar y tempo, en todas Tat cizcunstancas, cualquiera que sea el acto moral de que se nate, o la stuacén conereta en que éste se efetie, Partiendo Gel reconocimiento de que los hombres, al comportarse motal- fneate, axpiran al ben, es decir, 2 realizar actos moralmente ‘Doenos, s¢ pugna por dst una respuesta universalmente vilida la pregunta acerca de lo bueno ‘Ar descartarse el término ebveno» en un sentido 80 moral (absen» rele, sbuenae cosecht, «buen» poems), dicho término tlesigna exclusivamente certos actos humanos que consderamos postivs o valosos desde el punto de vista moral, Revrvames, Ronseczentemente, ef tézmino emalor para calificar los astos tmorales de signo opuesto ‘Lo bueno y lo malo se hallan ex una relaién reciproce y consttuyen un pat de conceptos axiliyios inseparabes y opus fos. Definis Io bueno implics, pues, defini lo malo. Toda com Sceeién de lo bueno entraia fecesariamente, de un modo expl- Be Ollie, une concepein de lo malo. Pero no se trata de inn conexign paramente lopia, sino histériea y real: de, une (Goce ota, o de una a otta sociedad, cambian las ideas de lo Eheno y lo malo. En los pucblos primitives, lo bueno es ante todo ta valentin, y To malo, la cobardis. Con la divisiGn de la Sociedad en clases, pierde su significado universal humano; ys Bo todos Tos hombres son, 0 pueden ser, buenos, sino sclo un Fector o una sinora de ellos: los hombres libres; los otros —los Eclavor no pueden ser buenos ai malos, por la sencilla rizén ‘Ec que ao ton considerados propiamente seres hamancs, dotados ‘Je lash, sno cosas 0 inetrumentos. Asi sucede, por ejemplo, fn la Grecia antigua. En la Edad Media, es bueno lo que. pro- lene dela voluntad divine o concuerda con ella, y malo o diabé- Tico, lo que Ja contradice. ‘ae 1a tiempos modernos, Jo bueno es lo que coneuerda con ls natareecs hsmana, entendida éta de un modo universal y tistracto; las ideas de To bueno y lo malo tienen también, pot it un cardter universal, concordante con esa verdadere natu teks del hombre como ser racional o espirtual, dads de una Wary para siempre. Pero tas esta univeslidad de In iden de Jo 1a VALORACION MORAL a7 tpueno (que se pone claramente de manifesto en ls ética de Raat, Io bueno To es absolutement, sin restriccién 0 condicién iigota), se esconden aspiraciones e intreses humanos concretos fhe 104, sobre todo, los de la clase social dominane. Ninguns Aege soial acepta como «buena lo que entra en contadiecién fon sus intereses sociales, Por ello, lo bueno para una clase, en Cine misma sociedad, no lo es part ott Peto ello no significa (gue To bueno pierda todo contenido objetivo, pues cuando unk Tse social en su fase ascensional— tiene intereses propies que Se confunden con los del progeso hisGrco y social, su idea de fo bueno —en contradicen con Ia de una clase social ye decs- dente, que ae aferca a ou paticulaidad— contribuye a una con- ‘epeida. mis universal de lo bueno, aungue esta univers Se preveate todavia un tanto ebstractamente, como sucede con 1s cbuena voluntads en Kant. Lo bueno, en este sentido, resulta femoncer mis provechoso part una mora universal humana —a J que tiende, como yz hemos sefaldo, el progreso moral— que Ip bueno en el sentido ertrecho y limitado de Ia moral ante Hor, la esclavista, 0 In moze feudabaristocstica, “ast, pues, las ideas de Io bueno y lo malo cambian istics mente de acuerdo con las diferentes funciones de ls moral efeci- rade cada Gpocs, esos cambios se reflejan bajo a forma de Tucvos conceptos ca las docrina éteas. Tomando en cuenta It lise comin de los hombres de alcanzar Jo bueno por cons ‘Aerio el valor moral fndamental, aunque siempre de acuerdo aan sus asptaclones conetetas en cada época o en cada sociedad, ‘amos en el plano de la teoris étca— algunas de. as respuese tas principales ala pregunta acerca de la nataraers de To bueno nue estas concepeiones principales, tenemos las. que, definen fo bueno como felicidad, placer, Buna volontad o utile. “Hamos de adveris que dchas concepciones no agotan el re pertrio de las definiciones dadas en el pensamiento eo, ya que Tp bueno ha sido caracterizado también como la verdad, el pode Ii rigucza, Dios, ete. Del examen de las concepciones citadhs en rime foga, ai como de las relacones ene ells (ra ave Ie Elicdad se hace descansar tambign en el placer, 0 en lo oti) Eqresremos finalmente algunas coaelusiones propias tendientes Bs 18 inca 4 considera Jo bueno, sobre la base de le aportacién de dichas Fespuertas, con wn contenido més concreta, acorde con nuestrd empo, 3. Lo BuENo como FatictbAp (EupEHoniswo) La tesis de que la felicidad et lo ico bueno, 0 el sumo bien, hh sido sostenida seiterader veces a lo largo de la historia del pensamiento ético. Fue Aristétles el primero que sostuvo que es 1 mis alto de los bienes, y que todos los hombres aspzan a la felicidad (endsimonte,en'geiego). Pero, de acverdo con las con- diciones sociales de su diempo, en el que priva —como ya hemos sefilado— el desprecio por el trabajo flsico, Aristétles consi dera que Js felicidad del hombre reside en’ el cjerccio de le razén, que es la faclted humana peculiat. Ahore bien, aunque In felicidad coasiste en el cltvo de la contemplaci6n o actividad tedsiea, propia de In raz6a, requere a su vez de una sere de condiciones necestis, entre las cules figuean dos muy impor tants: seguridad econémica (es decir, posesién de cert cantdad Ge bienes materiales) y libertad personal. Sin ells, los hombres ‘no pueden ser felices, y, por ell, no pueden seo los escavos. Asi, pues, para Aristételes —reflejando claramente Ja realidad socal de su €poce— le felicidad slo est al alance de un sector privilegiado de I sociedad, del que estaban exclidos no slo los ‘esclavos, sino también las mujeres Pertiendo de la imposibildad de alcanzar Ia verdaderafelici- dad aqui en la Tierra, la érica cristiana traslada su consecucién ‘aun mundo ultraterreno, La felicidad slo puede obtenerse en cielo como una compensacién Ia inflicidad terena. De este ‘moda, una felicidad ideal eiosoria viene a sustinur 2 Ia felicidad rmundana y rel TE penstmiento éico moderne, pariularmente el de los f \6sofos iustrados y mateialistas fanceses del siglo xvum, plan- tea el derecho de lor hombres a ser flices en este mundo, pero 4a felicidad la conciben en un plano abstract, ideal, al margen de las condiciones concretas de la vida social que favorecen sa 1A VALORACIN MORAL 19 consecucién 0 que Ia obstaculizn, Estos pensadotes stuabun el problema de la felicidad en ef mundo terreno, pero, al conceit fl hombre de un modo abstracto, olvidaban Lo que Aristicles habia sefilado pese alos limites de clase de su concepcin, a sa- ber: que el estado de felicidad exige cers condiciones concre as —determinada situacién econémica y libertad personal— sin las cuales sera imposible TEste modo aristotlic de aborda el problema de la felicidad 10 s6lo no he perdido fueras en nuestros dia, sino que incluso se ha reforzado, En efecto, hoy vemos con mis caridad que nunca que Ia felicidad no puede desigarse de la existencia de ciertas condiciones sociales que Ia acercan o ln alejan para amplios see- tores de la sociedad. Los hombres no pueden ser verdaderamen- te flices en la miseria, In explotacién, Jn falta de Ibertades polices, Ia diseriminacién racial, etc, Peto, pr otro lado, se cae- a en una posiciéa simplista si se pensara que la creacdn de las condiciones socsles favorables ala dessparcién de males que sumen en la mayer inflicided a tantos seres humanos, bas- taria para trer todos y cada uno de los individuos su felicidad peronal. Lor individoos como tales pueden encontat graves obsticulos en el logro de su flicided, que no pueden desapare- ‘et ai siguiera en las condones sociales mis favorables. Tales ton, por ejemplo, los obstéculs a su felicidad que surgen —como fracatoe— en el amor, en el elecicio de una profesién o en el ccumplimiento de nuestra vecacién, o también como golpes ine- vitables descargados por las enfermedades o la muerte. Pero las condiciones sociales no dejan de influir incluso en Ta felicidad personal, ya que de ells depende, en gran parte, el que conte- mor 0 n0 con los medios pare no hundimos totalmente en el infortunio, y poder salir de €l TE problema de la felicidad no puede planteatse tampoco sin tener presente au contenido conceto, es decir, el tipo de felicidad {que se busca, y en el que los hombres en una situacén dada ven It realizacién de sus ms catas aspiraiones personales. También aqui hay que tener presente Tos nexos entre la felicidad y las relacones sociales que contibuyen a forjar una imagen de ella, {que los individu hacen suya, Asi, por ejemplo, en una sociedad 150 Erica en la que domina Ia apropiacién privada y en lz que el hombre vale, ante todo, no por lo que er, sino por lo que tiene, I flice ded se cifs en la posesién de bienes materiales, y particolar mente en la adquisicién de aquello que tiene la cualidad de apro- parse de todos los objetos,v de dotar de verdadero sera quien lo posee, 0 seu: el dinero, En una sociedad asf consitida, la flick Gad cc cif, por tanto, en Ia eatistacign del wespitita del tener», en la posesign de dinero, y en ella el hombre rico, en setido ms. terial serf feliz, en tanto que el pobre, el desposcdo, serd desc. chado, Ag el sistema econdmico-socal da un contenido concre to al concepto de felicidad —como satisfacién de las tendencias epoistas, 0 del eespfrta de posesine del individuo—; a su vez, a busqueda de esa felicidad contibuye, 30, 4 fortalecer y desstollar el sistema. Con esto vemos emo una sociedad de- terminada forja su propio concepto de la felicidad, y eémo este ‘eoncepto responce, as vez, alas necesidades de las ferzas so ales empefadas en mantener su osamenta socal En conelusién: la tesis de que a felicidad es lo nico bueno resulta demasiado general sino se precisa su contenido conereto Este contenido vala de acuerdo con las relacones sociales que lo determinan,y a cuyos intereses rexponde. Es lo que vemos, al c- fratse la felicidad en la contemplacién en la sociedad esclavsta regs, o en It posesién de dinero en la sociedad burguesa mo- ema, Resulta ast que Ia felicidad ‘no puede concebirse como tlgo abstracto al mergen de unas condiciones sociales dadae, y ‘que estas condiciones no favorecen u obstaculizan le felicidad fen gence, sino una feliided conereta. Por ello, no puede con derarse como acorde con una naturaleza humana en general— a felicidad que hoy se ciftaen las tendencias egostas del indivi duo, 0 en su sesptita de poscriéay. En una sociedad en Ta que fo tie el principio de ls epropiaidn privada ni le omnipotencia ‘el dinero, y en Ia que el destino personal no puede concebirse scparado del de la comunidad, los hombres habrn de buscar otto tipo de felicidad 1A VaLoRAcION MORAL wt 4. Lo BUENO como PLAceR (HeDontswo) Antes de examinar ls tesis bisicas del hedonsino éico (de Bedoné; en grego, placer), hay que distinguir dos eentdes del téemino placer, que a veces se confunden; I) como sentimiento © estado afectivo placentero que acompase diferentes expe rlencis (encuentro casual con un viejo amigo, contemplacién de tun cusdro, solucién de un problema matemético, ete), y cuyo puesto e el wdieplacer», o estado afectivo desapradible que scompata a ciertas experiencia (encventro con una persons aque se detesta,leerura de uns mala novela, torcedura de un to- Dilla, eteétea); 2) como sensicién agradable prodveida por cies tos estimules (un cosquilleo, un buen vaso de vino, etc, y euyo ‘puesto es el dolor © sensacdn localizable en alguna parte del cuerpo (dolor en la espalda, por ejemplo). Cuando Tos hedonistas afirman que lo bueno es el placer, y lo malo es lo opuetta, se seficren s ls dor sentidos citados en primer lugar. Admitida esta distinién, paede comprenderse que, al sostener Epicuro que cada quien debe buscar el méximo pla cet, no se refiere a los placeres sensbles, iamediatos y fugaces, come Tos que proporcionan la comida, la bebida o el sexo, y cura tatifacién reiterade 0 inmoderada acaba por carteat males (Golores, desarepls, hastfo, ete), sino a placeres més durede- ros superiores, como los incelectules y estétcos euros ahora. las tesis fundamentales del hedoniemo, asi como las dificultedes que susctan. 1) Todo placer 0 goce es intrinsecamente bueno Esta tesis se funda en el hecho psiclégico de que todos los Ihombres desean el placer como fin, hecho que puede set resono- ido si es interpretado en el sentido de que los hombres prefiren cl placer al displacer,o dolor. Pero, de acuerdo con nuestra et- tica del subjetivismo xilégico, una cosa no puede ser buena solamente porque se la desee. Incuso aunque se acepte que el placer es inrinsecsmente bueno, en cuanto que es deseable o pre- ferible al dolor, e bondad mora! de un acto placentero no puede 12 ‘rea sg sad wn ces Reco a eet Placer de i venganzay;guien Hevea cabo una clean y pés- fi yenganaa puede expetimentar un placer pleno, pezoimpnep ado moralmnte de Ia consecuencias y de la atutslea neptiva lac ‘esto poded replica el hedonista que el placer experiment do por el vengador es inensecumente uno, o que etn buen pce. Pero agul nos encontremes conn sgnesdo extramoral Ge abuenoo que ya habimos descitado, Lo certo e queso est no en sa setido itiaeeo— el placer adguiete une calif Gién mora. Por tanto, pata que tengs na sgnificacion éica eho jurgalo no intasceamente (como place en) sino ex trnsecamente (placer en relacign con Ia naturaleza o sp conse: uncias del acto). Pero, entones, un buen» placer no es nee. Sstamente bueno en un sentido moral; ose, ats que estamos fxaminando y segin la cull todo place, consideado ea mis. zo independintemente de la natarlen dl acto 0 dees com ‘Secuencia, s bueno (es dei, atrinsecnmente), es na tess false. 2) Sélo et placer es intrinsecamente bueno CCon esta tesis se contibuye a borrar de nuevo Is linea divis soria entre lo bueno y lo mala en sentido mora, ya que el placer scompafa a las experiencat mit vatiads, inclayendo aquelas que —como la contemplacidn de un cuadto™ no tenen —al me- fos esencalmente— un sigaifcedo moral. Por otro lado, una ‘buena accién —en sentido moral— también produce satiefccin fen quien la ejecta; pero, de acuerdo con la doctrine hedonist, su valor moral radicara no en una bondad intinseca, 0 inheren. te al acto 0 asus conseeuencias, sino al placer que preuce, Pero ya hemes visto que una accién moralmente negitive tambiga produce place: lo sient, por ejemplo, el asaltnte que ataca de lmprovisa a un desprevenido teanseinte, en tanto que el desval jado noctimbulo experiment displacer © dolor. Para el hedons. ta, la bondad intiaseca estarla en el primer acto, y la maldad cen el segundo. La bondad y la maldad en sentido moral tendean, pues, un valor puramenteiastrumental; es decir, tanto una como a —_ LA VALORACIGN MORAL 133 ‘otra estaran a servicio de lo Gnico que es inteinsecamente bue- no: el places. Pro, con ello, hemos quedado fuera del verdadero dominio de la more 3) La bondad de ux acto 0 experiencia depende del (o es roporconal a la cantidad de) placer que contiene AA diferencia de las dos tess anteriores que son compartides por todos los hedonistas éricot, en esta tercera se oponen los her onistas cuanttatvos (como Epicuro y Bentham, para ls euales Jas lferencas cualitatvas de placer no implican diferencia algae fzuna en cuanto al valor o bondad), y los hedonicta cuslitativos (como John Stuart Mill), pare los cuales las diferencias culita- tivas producen diferencias de valor. O set: para los hedonists cwanttatives, la bondsd depende de Ia cantidad de place, mien- tras que pata los hedonigtascualtativos las diferencias euslitati- vas de placer producen diferencias de valor. Con respecto a las tess de unos y ottos puede objetarse Jo souiente: 4) Contra los hedonistas cuantitatives: muchas personas ob tienen mfs cantidad de placer escuchando una cenciéa ramplo- 1a, de misica pegadiza al ofdo, que una sinfonta de Stravinsky, de aquf habria que sacar la absurda conclasign de que agulla es és valiosa que la segunda, ya que proporcions mis placer, Por oro lado, hay que dudar dela posibilidad de medie y compara Jos placeres si no es sobre la bate de extimaciones subjetiva peto, si es asf, ceémo se puede caleular el valor intrinseco en téeminos cuantitatvos, 0 sea, su proporconalidad respecto a la ‘cantidad de placer? 1) Contza los hedonists cualitativos: puede csiablecerse ciertamente —como ya hemos sefslado— una diferencia entre placer como estado afectivo que acompafa a clrtas experien- cas, y el placer como sensacin agradable provoctda por certos ‘estimulos, pero no es tan claro que pueda establecerse una dife renca culitativa —no s6lo de intensdad— entre los extados he énicos que acompafian a diferentes expetiencias (anoales, esté- ties, polities, ee.) 0, con respecto a una misma experiencia, 134 ‘rica hasta el punto de que puedan registrarse en esos estados hedéni- cor rsgos fo suficientemente prcisos como para establecer dife tencat de valor. Pr slkimo, al hedonismo ético en general puede baoérsele Ia snisma critica que a toda subjeivismo axialdgico, ya que reduce tin valor —alo bueno» en este caso— a reacionespsiquiss o ‘encias subjetivas, Y se le puede abjetr asimismo que comete Ia falacia logica que estrba en deduct, de un juicio de hecho cerca del comportamiento psicolégieo de los hombres («todos fos hombres desean el placer coma fino), un jucio de valor (as6lo cl placer es bueno»). Fl juicio de hecho actéa como premis de valor, como conelusién. Abore bien, como se acepta gene falmente desde Hume, es ilegtimo desde el punto de vista Tégieo pasar de semejante premisa a tal concluién, 5. Lo aueNo como «aueNa voruntan» (FORMALISNO AvTANo) Kant considera que To bueno ha de ser algo incondicionado, sin restricién alguna; ex deci, no depende de cireunstancas 0 fondiciones que esapen a nuestro contol ni tampoco de las con- fecuenci de nuestros ecos. Pero chay algo bueno en este sen- tido absoluto,iestrcto @ incondiionado? Veamos las dos con- fepciones de lo bueno examinadas antetiormente. Ta felicidad se halla sueta a cers condiciones, y si no se ddan Gites —como ya advertla Aristételes— no se puede ser feliz {La bueno como felicidad entrafa uns bondad condicionada, Otras cosas 0 culidades humanas, como Ia moderatin, el autocontrol © la teflexién serena, son buenss, pero no en toda stuacién 0 Grconstencia, Un etiminal puede autocontrolarse pate cometer rads petfectamente so ctimen, es decir, pata acentoat Ia maldad de su accin. El valor, Ia ested y ourescualidades de los hom- bres son buenas, pero no de un modo izestricto, ya que pueden star al servicio de fines moralmente reprobables (el asesino pede hacer gala de cietto vale, sn el cual no podkfa eompor- 1A VALORACIGN MORAL 135 tarse como tal, y la Jeatad mutoa forme paste del ebdigo de eho nor» de los detincuentes). ¥ por lo que toca « la eoncepcién de Jo bueno como placer, ya hemos subrayado que éte puede acon plata actos o expeencas de signo moral opuesto. Qué es entonces fo que puede ser bueno de un modo abso- Ito, sin restrccién alguna, en toda circunstancia y en todo mo ment clei que sean los reads 0 emesenia Re agu Ia respuesta de Kant: eNi en el mundo, a, en gene- ral, ampoco fuera del mundo, es posible concebir nade que pue- dda 'consderarse bueno sin restriccidn, «no ser tan sélo una Juena volurtad> (Fandamentacion de le metafisce de lat coo tambres, cap. 1), Yun poco més adelante agrega: «La buena voluntad no es buena por lo que efece o resice, no es buena por su aptitud paca aleanzar un fin que nos hayamos propuesto; fs buena sélo por el querer, et decs, e¢ buens en af misma CConsiderada por sf misma, es, sin compursién, muchisimo més ‘elisa que todo To que pudiétames obtener por medio de ela». Pero esta buena voluntad no. debe ser confundida con un ‘mero deseo que st quede slo en eso, sin echar mano de todos los meds de que dispone, o en una simple ftencién que na va mis alld de ela, es decir, sin intetar ponesla en prictica. Por el con- trario, e tata de un intento de hacer algo, aunque ciertamente ro se consige lo que se quer, o aunque las conseauencias de rnuesta acc no respondin a nuestro propésito, Por ello dice también Kent, en a misma obra, tratando de que quede bien lato lo que entiende por ebuena volontads: «Aun cvando == der el caso de que, por una particolar ingratitud de Ia forty 1a, ls mezguindad de una naturales madtasta, le false por completo a est voluntad le fcultad de realizar su propésito; in cluso si, « pesar de sus mayoresexfverzos, no podiern conseguit ada y slo quedase le buena voluntad —no, desde luego, como tun mero deseo, sino como el acopio de todos los medios que esta a muesto aleance, seria esa buena voluntad como Una joys que brila por sf misma, como algo que tne en st misma 0 pleno valor. La uilidad o ls instldad no pueden afadir ni aquitar nada a ese valor» 136 serra ‘Asi, poes, Ia buena voluntad no se ve afectada —no deja de ser bueni-— por el hecho de que las circunstancias o condiciones Jmpidan que se camplan sus propésites, pero tampoco puede re dducirse a la buena intencign que ee queds en un simple dese, ‘Tampoco basa actuar conforme al deber. Asi. por ejemplo, es un Adcher nucstro cumple lo prometido. Pero este deber puede set ‘cumplido por diversas razones: por ls venajas que podamos ob- tener de ello; por temor a las consecuencias de su incumplinien- to; por wna inelinacién nuestea a cbrar ax, ete, En todoe esos ‘casos se a cumplido lo prometdo; es decir, se ba actuado con forme al deber, eto 20 por deber. Ea ninguno de esos caso, « juicio de Kant, resplandece lo nico que es bueno moralmente fin condicin o restrccién algunas: la buena voluntad, o se la voluntad que sctéa no sélo de acuerdo con el deber, sino por respeto al deber, determinada nica y exclusivamente por la tanéa, Pero gqué voluntad es esta y dénde podemos hullala? Esta buena voluntad, independiente de les eircunstancas y de les ine linacones e interees humanos concretes, y s6lo determined por la razéa, no es la voluntad de los hombres reales, determi ‘nados hstérics y socalmente, ¢ insertos en la malla de las ex gencias, inteeses y aspiraciones de su existencia efetiva. Lo fbueno, asf concebido —como buen voluntads—, se inscribe en ‘un mundo idea, ahistrico © intemporal, que se convierte para Tos hombres reales en un nuevo «mis alli ‘Contra esta concepcién formaliste y aprorstien de lo bueno, pueden formularse las objecones siguientes: 1) Por su canéter abstacto, formal y universal, esta mo- ral de la ebuena voluntad> es impotente ¢ infructora en el mundo conereto de fos hombres reales para regular efectivamen- te sus relaciones mutuas. 12). Sila ebvena volunted» n0 es un mezo deseo, es eviden te que no puede ser juzgado sélo desde el dngulo del sjeto que Ia posee, sina tambign desde el dagulo dl que se ve afectado por cla. Por tanto, desde el momento en que otro sujeto humano limplicado —y no come puto abjeto de mi ebvena voluntads, | LA VALORACION MORAL 1st sino como persona, debo ponerla en relacién con él, y hacer frente «los problemas que esta selacién planta. 3). Sien cada acto moral no puedo desentenderme del que « afectado por , no puedo ignorar entonces las consecuencse ‘que lo afectan précca y efetivumente, aunque no afecten a mi sbuene voluntady, 4). Sil otro —como persons— debe sex tomado en cuenta, gpor qué hemos de prefer una voluntad buena, peto impoten te, 0 que siendo pura puede incluso acarearle males, a una vo luntad no tan ebuena» o tan «pure» que, sin embargo, le aporta sis bien al otto? 5) Sila abvena voluntads no basta pare evter a otto les rmalas consecuencias de su acidn, gpuede desentenderse el suieto de ells, de lo que pudiers evitar esas consecuencias negatives; por ejemplo, el eonocimiento de determinadas cizcunstancas? (Otambiés, guns ebuena voluntad» que por ignorancia dela cit- ‘unstancas, que pudo y debié conocer, tiene conseeuencat nega tivas para oto, podria ser considerada verdaderamente buena? 46) Al privat de todo valor moral «To que se cumple por ‘un impulso o inclinacién, y adaitir sélo como bueno lo que se cumple por deber, surgen una setie de dificltades,

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