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Primera edicins mayo 2017 ‘Til niin: Moving the Cone © Ngigl wa Thiongo 1993 1 dela eadacion del inglés, Vierr Sobaré 1 deen edicn, Rayo Verde Edo, 2017 Distinde cabs ono Cis Foro de cube Owed Peedi cdi Joep Pons Cones: Tela Falco por Rigo Vere or Gran Vn des Cor Canes 4, 1708015 Blows seamsayrerdes Biectiye er WP eaoveeort Inpresin: Egat ‘Depa eg 8487-2017 ISBN. 978.4 166893922 BIC; BGH, BTM, CFB, DN. HPS, J5 J? presen Espa Pir Span Level de ene ib: pore cont po props por ACE Teac. Umi ti ioe pe ia des pide Se Sptcn dejo ania pels pcksincene En leandequ ila {pm hue cnet contor ade ej popl. {cir expel des dl tr a rproducin or pac dee obra par sas penan 13 19 I Liberar la cultura del eurocentrismo 7 1 Desplazar el centro. Hacia una pluratidad de culturas. 29 2 Crear las condiciones para que florezcan cien flores. La riqueza de una cultura global comin. 44 3 La universalidad del conocimiento local, 65 4 Elimperialismo del lenguaje. Elinglés, glengua universal? 2 5 Didlogo cultural para un nuevo mundo, 90 6 El factor cultural en la era neocolonial. 96 II Liberar la cultura de los legados coloniales 115 7 Los escritores en un Estado neocolonial. a7 8 La resistencia a la condenacién. El papel de los intelectuales. 141 9 El papel de los académicos en el desarrollo de las literaturas africanas. 151 10 Politica y cultura poscolonial. 160 11 En la Kenia de Moi, la historia es subversiva, 172 12 Desde los pasillos del silencio, El exilio responde. 180 Imperialismo y revolucién. Movimientos por el ‘cambio social. 191 TI Liberar la cultura del racismo 199 14 La ideologia del racismo. Guerra contra la paz, dentro de cada nacién y entre las naciones. 201 15 El racismo en la literatura. 216 16 Su cocinero, su perro. El Africa de Karen Blixen, 225 17 Biggles, Mau-Mauey yo. 230 18 Poder negro en Gran Bretaiia. 239 19 Un largo camino hacia la libertad. ;Bienvenido casa, Mandelal 245 IV Matigari, suefios y pesadillas 255 20 Vida, literatura y nostalgia del hogar. 21 Matigari y el sueito de un Africa Oriental. Agradecimientos Indice analitico Nota bibliogréfica Las versiones originales de los cextos han sido editadas para este libro; en ocasiones se han reeserito han sido ampliadas. El autor y los editores desean agradecer a las siguientes entidades por haber dado su autorizacién para celuso del material original: ‘«Desplazarel centro, Hacia una pluralidad de eulturas». Universidad de Leeds. Esta conferencia se diet el 4 de diciembre de 1990 como parte de «The Arthur Ravens- crofe Commonwealth Literature Lecture». También se publicé en el Journal of Commonwealth Literature, Vol. 26,n.1, 1991 «Creat las condiciones para que florezcan cien Flores. La rigueza de una cultura global comin». Universidad de Yale. El discurso, originalmente titula- do «La riqueza de una cultura global comin», se pronun- cié en el ciclo de conferencias «Tiadicién y transicién en las letras africanas» (19-22 de abril de 1990). La parce que trata sobre literatura afticana se publicd en primer lugar ‘en The Times Literary Supplement, en diciembre de 1990, «La universalidad del conocimiento local». Whitney Humanities Centre, Yale y Yale Jour- of Criticism. Se publicé originalmente como una a las presentaciones de los profesores Geertz y ‘en la primavera de 1992, «El imperialismo del lenguaje. El inglés, lengua uni versal?» BBC World Service y Yale Journal of Criticism. Este capitulo nacié como una charla tivulada «El imperialismo del lenguaje», que formaba parte del seminario de la BBC sobre el tema «El inglés como lengua universal», que cuvo ugar e127 de octubre de 1988. Mis tarde (otofio de 1990) aparecié publicado en el Yale Journal of Criticism. «El factor cultural en la era neocolonial» La presentacién formaba parte de un congreso sobre el imperialismo estadounidense en los aos noventa que tuvo lugar en la Sheffield University en abril de 1988. Su titulo original fue «Combatir el neocolonialismo> «Los escritores en un Estado neocolonial». Vita Books y Black Scholar: Journal of Black Studies and Research, Discurso originalmente pronunciado en Ja African Literature Association de la Nortwestern Uni- versity, en Estados Unidas, en 1985. También fue publi- cado; primero por Vita Books en junio de 1986, con el titulo «Escribir contra el ncocolonialismo» y mds tarde por Black Scholar con cl ticulo actual. «La resistencia a la condenacién. El papel de los intelec- tuales» UNICEE Discurso pronunciado en el Congreso de ar- tistas,escritores, misicos e intelectuales sobre lasituacién de los nifios en Africa del Sur, sobre todo en Mozambique y Angola, que tavo lugar en Harare del 1 al 5 de marzo de 1988. ‘El papel de los académicos en el desarrollo de las livera- turas afticanas» Hans Zell Publishers. Publicado previamente en Research Priorities in African Literatures, editado por Bernch Lindfors, 1984. «Politica y cultura poscolonial». Universidad de Adelaida. Publicado previamente en Southern Review, Vol. 24, niimero 1, marzo de 1991. «En la Kenia de Moi, la historia es subversiva>. Zed! Books Publicado previamente como prélogo para el libro Kenya’ Freedom Struggle, editado por Maina wa Kinyacei, 1987, un laa «Desde los pasillos del silencio, El exilio responde> The Guardian (Londres), Publicado en el suplemento The Weekend Guardian, 21-22, de octubre, 1989, con el titulo «Lesde los pasillos del silencio» -«Imperialismo y revolucién, Movimientos por el cambio social». The Sixth International Radical, Black and Thitd World Book Fair. Discurso pronunciado en la Feria, en Londres, marzo de 1987. Lo dediqué a Wanyiti Kihoro, entonces encarcelado sin juicio previo en Kenia por sus actividades anteriores en Londres como miembro del Co- ‘mité para la Libecacién de Presos Politicos en Kenia, fun- dado en Londres en julio de 1982, : Le re eed La idcologla del racismo: Guerra contra la paz, dentro de cada nacin y entre las naciones»>. Liberation. Originalmente, el discurso se pronuncié en el congreso «Racismo y Paz>,en el Camden Town Hall, Londres, 1985, con el titulo «El racismo es una guerra conera la paz». ‘El racismo en la literacura>. Hackney Race Relations Unit y Hackney Library Services. Originalmente, fue pronunciado como confe- rencia en 1984. «Su cocinero, su perro: el Aftica de Karen Blixen». Bogens Verden. Discurso pronunciado cn la celebra- cién por el 70 aniversario de la Asociacién Danesa de Bi- bliotecas. Se publicé en Bogens Verden con el titulo «Un gran favor para reetifcar el dafio hecho a Africa», Co- penhague, diciembre de 1980. «Biggles, Mau Mau y yo>. ‘The Guardian (Londres). Publicado en The Guar- dian, cl 13 de agosto de 1992 con al titulo «. «Un largo camino hacia la libertad: ;Bienvenido a casa, Mandela!» EMERGE. Publicado en abril de 1990 con el titulo «Mandela vuelve a casa» «Vida, liceratura y nosealgia del hogar» ‘The Guardian (Londres). Publicado previamente en el suplemento The Weekend Guardian, 27 y 28 de mayo de 1989. «~ bie cudles el mejor modo de librar y ganar la balla por Iaslibertades culturales en el mundo, Para mi, desplazarel centro para corregir los desequilibrios de los ilkimos cus- trocientos aiios es un paso decisivo en esa direccién. Yale ‘New Haven I icsaaseceecanee asssennastoset gueePepeesterereeseetteetnss Liberar la cultura del eurocentrismo 1 Desplazar el centro. Hacia una pluralidad de culturas. Enalgdn momento de 1965 leentregué al profesor Arthur Ravenscrofe un breve escrito para uno de los eercicios de uso de lenguaje. Era la descripcién de un artista carpin- tero trabajando la madera. Mas tarde, este fragmento se convirtid en parte de una evocacién mas extensa sobre Ja vida de un pueblo en la Kenia colonial, entre el fin dela Segunda Guerra Mundial y el inicio del contfliceo ar- ‘mado del Mau Mau contra el poder inglésen 1952. Cuan- do en 1966 acudi a la primera conferencia de eseritores ‘escandinavos y africanos en Estocolmo, presenté este tex- to bajo el titulo «Memorias de la infancia». Por enton- ‘es, ya formaba parte de un proyecto atin més ambicioso, lh novela Un grano de trigo que habia escrito durante mi “estancia en Leeds. Un grano de trigo se publics en 1967. En ka copia que dediqué a Arthur Ravenscrofe, me alegeé der llamar su acencién sobre el capitulo que contenia ‘mi ejercicio original. " Menciono esta novela porque, en muchos aspectos, grano de trigo simboliza para mila Leeds que asocio Ia época de Arthur Ravenscroft. Aquella época fixe ficativo en el desarrollo de la lieratura ; durante los afios sesenta, el centro del univer- ‘estaba desplazando de Europa hacia otros paises, especialmente en Asia y Africa, ue revindicaban o afit- aban su derecho a definirse a si mismos y a definic sus relaciones con el universo desde sus propios centros en ‘Afvica y Asia, Frantz Fanon se conyirtié en el profera de esta lucha por desplazar el centro, y su libro Los condena- dos dela tierra devino una especie de Biblia entre los eseu- diantes africanos —tanto de Africa Occidental como de ‘Africa Oriental— que se encontraban entonces en Leeds. Desde una perspectiva politica, este desplazamiento del centro no admitia discusidn. Entre 1960 y 1964, el aio cen que llegué a Leeds, muchos paises en Africa, como ‘Tanzania, Uganda, Zaire 0 Nigetia, por mencionar sélo algunos, habian alzado sus lamances banderas nacionales y cantaban sas nuevos himnos en vez de los de los con- quistadores europeos. como habia sido comin durante la exapa colonial. En Kenia, la poblacién atin no se habia acostumbrado al nucyo himno, que se canré por primera ‘yer la medianoche del 12 de diciembre de 1963. Un grano de trigo homenajcaba los més de sesenta afi de lucha del pueblo keniano para reclamar su propio espacio, Las Iw has politicas para desplazar el centro, el vasto proceso de descolonizacién que cambié el mapa politico del munde de posguerra, euvieron también un efecto radicalizador er Occidente, sobre todo entre los jévenes, como se demos- tr6.con el apoyo que la causa de los vietnamitas encontré entre la juventud de los aos sesenta. Esta tradicion radi ‘cal tuvo a su vez. un impacto entre los estudiantes aftica nos de Leeds, ¢ hizo que no sélo se fijaran en la forma que comaba el proceso de descolonizacién, sino que también analizaran, de forma mis critica si cabe, el fondo de dicho proceso, tal y como sugera la critica de Fanon en el famo~ so capiculo «Desvencuras de la conciencia nacional» de su libro Los condenados de la tierra. Mi novela Un grano de trigo pretendia sex, al mismo tiempo, una celebracién de la independencia y una advertencia sobre esos peli- gros de los que advertia Fanon. En cl area cultural, fa lucha para desplazar el centro tuvo su reflejo en la literatura asidtica, afticana y suda- rmericana, Su impacto fue especialmente remarcable en cl caso de los paises africanos y del Caribe, en los que la tcadicién literaria local escritaen las lenguas de los coloni- zadotes, inglés y francés, se consolidé y conocié, durante periodo de posguerra, una notable difusién. Esta lite- ratura, de la que Un grano de trigo formaba parce, ecle- baba el derecho —nuestro derecho— de dar nombre al mundo, de fijarlo en nuestras propias palabras y, por lo tanto, de nombrarnos a nosotros mismos. La nueva tra- dlicin desafiaba a la tradicién dominance, en la que Asia, Afvica y Sudamérica habian sido definidas siempre porlos ceuropeos, desde sus capitales y con sus prejuicios. Pero, ahora, el buen y el mal afticano de la tradiciém racista ‘europea, los socarrones sefiores Johnsons de la tradicién liberal occidental ¢ incluso la tipica ausencia de concien- ciadel mundo colonizado en la tradicién literaria europea estaban siendo desafiados por la energfa de los Okonkwos dela nueva literatura, que preferian morir luchando que Vivir arrodillados en un mundo en el que no se les permi- tiera definirse a s{ mismos; personajes que, con cada uno delos gestos con los que interactuaban con la naturaleza y ‘con su entorno social, ofrecfan un vivido ejemplo de que “Africa ya no era una tierra en perpetua infancia, ignorada porlahistoria, una tierra que se habfa limitado a incorpo- ‘rarsea Occidente para alcanzar su lugar en el mundo den- ‘tro de los imperios occidentales del siglo xx. No, el Africa hegeliana era un mito curopeo. La literatura estaba desa- fiando la base curocéntrica con la que se miraba al resto del mundo, incluso cuando esta mirada era critica con lo ‘que Furopa estaba haciendo en las colonias. No se rrata- ba de sustituir un centro por otro. El problema se mani- festaba cuando alguien pretendia usar la perspectiva de tun centro (el suyo propio) y, a partir de ella, establecer la realidad universal EI mundo moderno es producto tanto del imperia- lismo europeo como de la resistencia contra él de los pueblos africanos, asieicos y sudamericanos. Siendo asi, estabamos constrenidos a ver el mundo a través de las respuestas al imperialismo de curopeos como Rudyard Kipling, Joseph Conrad o Joyce Cary, cuyas obras, en ‘cuanto a temitica, ambientacién o actitud, asumian La realidad y la experiencia del propio imperialismo? Ciet- tamente, estos autores afrontaban el imperialismo con actitudes muy diferentes desde diversas asunciones ideo- légicas. Peto nunca serian capaces de desplazar el centro desuvisidn del mundo, porque ellos mismos estaban liga- dos al eurocentrismo por su educacién y sus experiencias personales, Incluso cuando eran conscientes de los devas- tadores efectos del imperialismo entre los pueblos someti- dos, como cuando Conrad describe las victimas mortales de las temeratias ayeneuras coloniales en El corazén de las tinieblas, no podian libecarse de la base curocénttica de ‘su mirada. Fue en la Universidad Makerere —aunque no en sus aulas, sino fuera de ellas— donde me aproximé por pri- ‘mera veza las nuevas literaturas afticanas y caribenas. To- davia recuerdo la emocién que me producia leer el mundo desde un centro distinto al europeo. La gran tradicidn de {a literatura europea habfa creado ¢ incluso definido la vi- sién que el mundo tenia de los Calibanes, los Viernes y todos los personajes africanos que habfan poblado su ima- ginacién. Ahora, los Calibanes y los Viernes de la nueva liceratura estaban contando sus historias, que eran tam- bién la mia, Incluso los titulos, como en el caso de las me~ morias de Peter Abrahams Palabras de libertad, parecian hablar de un mundo que conocia y de una esperanza que compartia. Cuando Trumper, uno de los personajes de la novela de George Lamming In the Castle of My Skin, ha- bla del repentino descubrimiento de su gente, y por tanto de su mundo, tras escuchar la cancién Let My People Go («Liberad a mi gente») de Paul Robeson, estaba hablan- do de mi y de mi encuentro con aquellas voces proceden- tes de centros fuera de Europ. Las nuevas literaturas tuvieron dos importantes efec- tos en mi. En primer lugar, me empujaron a la escritura. Querfa escribie, queria hablar de la libertad. En la época de {as clases de Arthur Ravenscroft en Leeds, en 1965, ya ha- bia publicado dos novelas, The River Between y Weep Not, Child, asi como una obra en tres actos, The Black Hermit, dos obras de un solo acto y nueve relatos. Mi tercera nove- la, Un grano de trigo, la escribi en Leeds, pero también de las dos primeras tengo recuerdos asociados a esta ciudad. ‘The River Between, que fac la primera novela que eseribf, aunque la segunda que se publicé, salié ala venta en 1965; durante su lanzamiento en Leeds, la libreria Austicks, al ‘otto lado de la calle, se encargé de alimentar el ego del itor con el nuevo libro convenientemente ubicado en las 8 de exposicién. Weep Not, Child, mi segunda nove- habia sido la primera en ser publicada, en 1964, por la al inglesa Heinemann. En 1966, la UNESCO le “on apdong dpy 1277 weqeayi n> soy 2p opel p apsop. “Un [2p ope] ono | apsop aauaurexEP wyq"3289 ‘pemti0> ap. epuasoyip e Sununu ape sxenseoye aq vpejnan sok -esua ap uproeydooos wun wo seaqyy sms ua wuson 2389 ap pop. -jqenu99 ej pfeaqs owsiu jp seaqo sus sepor ua OUMSTESE aoekqns fetuojo> uorseusye vp é sasmwoapp fo uosvag vase anys yy Jo apse) 249 up apsap ‘Se|pA0u sns UD JeNU2> 20 ‘ovrodutt pp eoustiadso vy -eeaunjoa vuaoy ap aque je vore8o]] ou sonsaoue sns anb ap oplauas [9 Ud “ompx9 [> us gpeu upiqurey Suusume 810955 “eps foas> peayes] ws 9p auataoad oaruyataq oursyepsadun pe orzadso1 souorisod | sns ap jexour pepanSiquie e A ‘onadu jap auzed reurs0y opiopp eqey priu0s ossg “ouaurs9yr 9 O10 ‘so3qH SHS uo uaoaiedeanb seapy sey ap secanut up azeKqns Uo!seUDyTE YT cusspou owsyeiadury ppp seonsjionoere> sapedioud sv] 9p eun enansu0s ‘owsxend79 pop copsodns asef ‘ouesypus «odie of 01qyy ns U9 “uqu>"] exed anb of zoxatoueuy entde> seo vied oureoueg & jetnsnpur jenrde> Jap worsny ep wren -21 aub seigo serounnd se] 9p wun so ‘rejnorased uo ‘orgy, oumnyy asa uuousayy vo 9p 2P1e;44 uD UOgRE® 2p ‘suyqaten soy ap upzmuo? jy > [yaeUs ap soudspunt ap orurtth -opard Ja ua ‘ojdwuols 10d ‘sousely sowopog ‘ousdutt pp somuatureiuase soiuaiayip ua soperuaiqure sowjar & se1309 Se[PAOU Shs ap seo TeUO!DUDU OU 10d ‘ouuaLIsoNy PELOF U4 ‘SeNgpHS 90] ap Mpae40D fl peo Tsejaxou sapuesB ns 9p pepypiqisuss ¥[ us yexus9 v9 opadur jap wyauaziod 2x9 VT voHaptuepng A eoHyy “oRY U9 :[eIUOIOD opadu up uequiusiqure as period ap sarueaiodun spur sepaaou sv] ‘o1ue: erene aut anb [> 104 osnour ono eqey ‘spt “py gsousnas9au09 souryjspod ‘—sono & seax— sore sosopUept soz0711989 sO] OUO> ‘soUNDLIFe sax031I359 sOAaNUT so] ‘sonosou anb 0] us olfpnbe ap ofapour un pesos) ex on? esoBur exresony worsypen vy 9p eum e] vn Boy] opin -asti09 eiqey ‘oyf> opon ap ttsad e ‘A “spoueyy p A eaneu ‘enGiuoy ns ‘oaejod J9 eqeurwop anbune ‘operssid ewioypt ‘un ‘en uay asa up arquoso o1Boos9 & epezueae pepo eum © sppBur orpuaidy ‘oyxa jo 4 uoreurwop &] 2p 90] worong g}peu anb soy ua ey vy & syed yo oproouoa weyqey anb soraoeyd soaytmn soy 4 ‘oaejod egy “ug}a2ene apqer9psto> ‘eum yur augos vyorafo pemuo ycasof ‘soneatsrayun soe -yo seureaford soy uo vqean3y ou anb ‘uyumusey 283095 A axouasqepy 9p pepisioalu e u2 opes® ap soxpraso srt ‘eqesmo senuayu orywppese ofesuD un UD anUTHTeO} opezijeue eqey anb ye “pesuoz) yd2sof anv9 ostsoput amas ‘odio un aautesng] “erorpnd oxen opor e|tetp “miso 9p oasap ru any yur ua guiadsap eanaes9:y eAdTU Y onb emausosa x] rod ugrpe20a ty owos oaeioduy Wey, -souduu TP p29] > |2UNOD Ys! ang pep s2ueypnaso un exany seu} ON] “SLINS weNSTL ‘e exatz109 ou easp anb pods0 & ‘oir ap ound wp) “e]2A0u eiso1o fur ap vnayi9s9 9p osso0rd yap pears e{ opesed -aigos viqey vX optrens sepnou seayrouiy tase ap adns ‘Ssauauepeunsiojy ‘S010 strap oun owo> opruoToUaL 34 of 14 onuroad 2389 9p opeyqey ay vauny “orwoxd sourtsd ‘opyuouoy up] ‘oaypiouoy awusuresoU t39 oruord p onb dns opuens ugiadsoap rus ay Teno zwaysewr stppeq ‘sok “ns So] 9p oun ¥ opjartios exaiqny eunas0y ¥] arb 9p o4>>4 [p 0d sopeuoysosdury anereaseq ‘soypmsa ap sousueduro> ‘tus uo sezuezadso syur puredso> & sreurusoa & uegy 25 Se -nuguosa sapeajnayip sta anb esta ZOOSANN #1 2P onresony onward up? “opunus Jo opr apsap s=uo}sea121]3} jqrpay‘spa97] uo eqeaso sesUaTUE eI>qI0U ef 9p pFAIUD INT rejeqy wo soueatspy & soaBoNy seastary 4 sexoMmsDSg 2p [OA -nsog pop volsIpe exowd ey uo oyurord rourrd fo 984020 Conrad siempre me habia hecho sentir ineémodo por su ineapacidad para atisbar cualquier posibilidad de reden- cién que surgiera de la energia de los oprimidos; escri bia desde el centro del imperio. Lamming, cn cambio, ceseribia desde el centro de los que luchaban contra el im- perio. Me parecié que George Lamming tenfa més que ofrecet,y quise profundizar en él yen la literatura caribenia cen general. ‘Si bien la lucha por desplazar el centro desde el que se observa el mundo, moviéndolo de su limitada base en Europa a una multiplicidad de centros, se veia reflejada en las nuevas literaturas en Asia, Africa y Sudamérica, no sucedia lo mismo en las instituciones criticas y académi- cas de los paises que se acababan de independizar ni, por descontado, de Europa. Los estudios de Humanidades se referian tinicamente a la humanidad de la tradicién eané- nica de la fiecién literaria, la eritica y el ensayo europeos ys ademds, quedaban confinados a los limites lingiisti- 0s de las naciones colonizadoras. El Departamento de Inglés de Makerete, donde llevé a cabo mis escudios uni- versitarios, no diferia demasiado, probablemente, de los rismos departamentos en otras universidades europeas y africanas, Alli se estudiaban textos escritos en inglés y en las Islas Briténicas desde los tiempos de Chaucer, Spen- ser y Shakespeare hasta el siglo 2x de T. S. Eliot, James Joyce y Wilfred Owen, Esta estrechez de miras en cl estudio de la literatura, basada puramente en una tradi- cidn nacional, quedaba algo paliada en paises en los que también habja otros departamentos de Literatura (de fran- cés, por ejemplo). En escas instituciones, las humanidades se estudiaban, por tanto, no desde una tinica perspecti- va, sino desde varias; el simple hecho de estudiar en una institucién con otro departamento de Literatura ademas del inglés, implicaba que el estudiante supiera de la exis- tencia de otras culcuras. Sin embargo, la mayor parte de estos deparcamentos se reducfan a lenguas europeas y, dentzo de ella, a as obras literarias producidas por na- tivos de esos idiomas. Los departamentos de Literatura Americana, por ejemplo, obviaban por completo la poe- sia yla fcci6n de los afroamericanos. Otro ejemplo: en las discusiones sobre la novela americana, Richard Wright, James Baldwin o Ralph Ellison apenas aparecian mencio- rnados como parte de la eradicién principal de ficeidn lite- saria americana. Era perfectamente posible doctorarse en Literatura en cualquiera de las lenguas europeas sin haber ido hablar jamas de Achebe, Lamming, Tagore, Richard Weight, Aimé Césaire, Pablo Neruda, etc, escritores de las zonas del planeta a las que se llama tercer mundo, La mayoria de universidades, asi pues, tendia a ignorar las vaseas literaruras que se producian fuera de los limites for- males de Europa y de la América descendiente de la Euro- ppablanca (Estados Unidos y Canad), incluso cuando las ‘obras se eseribian en lenguas curopeas, En Makerere, en efecto, no habia lugar para esta nuc- va literatura y, por lo que pude observar, no lo habia en nningtin otro sitio en aquella época. Leeds vino entonces mi rescate. En 1964 se habia celebrado alli una confe- rencia sobre la literatura de la Commonwealth, Wole ‘Soyinka, una de las nuevas voces, también habia eseudia- do en Leeds. Otros estudiantes de Makerere, como Peter Nazareth, Grant Kamenjiio Pio Zirimu ya estaban alli, La Iniversidad de Leeds debia de tener algo, y senti que tenia irpara disfrutar de ello, Result que no habia ningiin tipo de escudios formales sobre nueva literatura en Leeds, Nila literatura del tercer mundo en general, ni la de la Commonwealth, y ni siquiera la africana y eatibetia for aban entonces parte de las principales corrientes en los planes de estudio de Literatura, Pero si habia ya numero sos comparieros de diferentes partes del mundo que pre: entaban en Leeds sus miradas, miradas desde centro: diferentes de Europa. Habia también gran receptividad hacia las voces que ventan de otros centros,lo que me per itid iniciar mi investigaci6n sobre la literatura caribera, ventrindome en particular en el tema del exlio yl ident- Gad en lla, con un interés especial en el trabajo de George Lamming, Mi recucrdo dela Leeds de Arthur Ravenseroft ‘evel de uma instiencibn que estuvo entre las primerasen re- conocer y admitir que habia algo valioso alli afuera, algo {que iba masalli de los lugares comunes del imaginario eu- ropeo. Y, a pesar de ello, para poder incorporar de manera formal esta nucva literatura al Ambito académico, hubo que delimitarla mediante una cieunstancia politica, de modo que pasé aserllamada «Literatura de la Common tvealth». Se creé una cétedra en estudios de la Com- monwealth —el profesor Walsh fue el primero que la ocupé—, y se lanzé una publicacién especializada en festa nueva literatura, el Journal of Commowealth Litera- ture. Esco tuvo el efecto de legitimar la literatura de los nuevos centros como algo serio, merecedor de atencion y discusi6n académicas. El concepto «Literacura de la Commonwealth» era, sin duda, desafortunado ¢ inade- cuaclo,y las lieraturas africana y caribefia han encontrado ten el un dificil acomodos ya fueran escritas en inglés, fr és 0 portugués, compartfan una identidad mucho mis fandamental que las de la Commonwealth, y sus aliados Titerarios nacurales eran las otras literaturas de la resisten~ cia, ls lireraturas surgidas del antiguo mundo colonial en Asia, Africa y Sudamérica, sin que importaran las barre- tas lingiifsticas entre ellas. Sin embargo, lo cierto es que Ia creacién de la cétedra evidencié que era posible mover el centro desde su ubicacién en Europa hacia una diversi- dad de centtos, todos ellos legitimos por igual como em- plazamientos de la imaginacién humana. Lo que en Leeds fue s6lo una centativa, un primer in- ento de it més alli de las cortientes predominantes para petmitir el paso de otros tipos de literaturas, se convit- tid mis adelante en el punto central del debate sobre la tclevancia de la literacura en Africa que se propagé por [as res principales universidades de Africa Oriental, la de Nairobi, la de Dar es Salaam y la de Makerere, después de que muchos de los estudiantes que habian estado en Leeds regresaran y cuestionaran las practicas de los de- partamencos de Inglés de estos centros. Podiamos en- contrar a Grant Kamenjii en Dar es Salaam, Tanzania; ‘Pio y Van Zirimu en Makerere, Kampala, Uganda; y a im{ mismo en Nairobi, Kenia, En mi caso, cuando volvi a Kenia en 1967 quedé horrorizado al comprobar que el Departamento de Inglés atin estaba organizado bajo el ‘ptejuicio de que Europa era el centro del universo. ¢Euro- ipa, el centro de nuestro imaginario? Ezekiel Mphahlele, de Sudafrica, quien habia estado all antes gue yo, habia ado tenazimente para conseguir que se introdujeran 10s textos africanos en los planes de estudio. Apar- ‘de eso, el Departamento permanecia completamente eno al surgimiento de las nuevas lireraturas en idiomas uropeos en Africa, asi como, por supuesto, a la ya anti- ua tradici6n de lieracura afroamericana y a la literaeura 38 pueblos caribenios. La cuestin principal era: desde qué perspectiva miraban al mundo los africanos? Desde tuna perspectiva eurocéntrica afrocéntrica? No se trata- ba de una exclusién mutua entre Africa y Europa, sino de cuales eran los principios que definian las relaciones entre estas dos tradiciones. Recuerdo la emocién con la que dos de mis colegas afticanos de la Universidad de Nairobi y yo abogamos en 1968 por la desaparicién del Departamento de Inglés tal y como estaba constituido entonces. El De- partamento tenia que ser reemplazado por tno que pu- siera a las literacuras del tercer mundo, ya fueran escritas dlirectamente en inglés o cn otras lenguas (caso en el que tasarfamos versiones traducidas) en el centro de los planes de estudio, sin excluir, por supuesto, la tradicién europea. Un plan de estudio asi enfatizaria el caracterliverario de {a literatura, no el hecho de que estuviera eserita en una lengua en particular (Ia inglesa). El Departamento reco- nocerla de esta forma un hecho obvio: que conocerse 2 uuno misimo y conocer nuestro entorno es a forma correct: de afrontarel conocimiento del mundo; que no puede ha: ber un tinico centro desde el que mirar el mundo, sino que los diferentes pucblos del planeta tienen su propia culeur: y su propio entorno como centro. La cuestién relevante ra, por lo tanto, emo cada centro se relaciona con los otros. Una pluralidad de culeuras y de liceraturas estaba siendo asumida por los defensores de los renombradios de ppartamentos de Literatura. Sil debate lo habian iniciado ntiguos estudiantes de Leeds, laimplementacién propia- ‘mente dicha de las nuevas estructuras recay6 en algunos de los profesores que estaban en Leeds en losafios sesenta Fl profesor Arnold Kettle en Dar es Salaam y el profeso> ‘Andrew Gurr en Nairobi tuvieron un rol fundamental en Ja ereacién de estructuras firmes y manejables para estos nuevos departamentos de Literatura en Africa Oriental. Cabe destacar que las lenguas vehiculares tanto en la nueva literatura afticana como en los departamentos académicos que se estaban constituyendo para estudiat- {a eran siempre idiomas europeos. Fste fue un tema que me obsesioné durante mucho tiempo, hasta que en 1977 cempecé a escribir en giktiy’, una lengua africana. Una vez is, esta decisién, la de optar por escribir la mayor parte de mi obraen giktiyd, se remonta ala 6poca de la Leeds de Arthur Ravenscroft. Mi novela Un grano de triga aparecié ‘en 1967. Muchas personas que se han ocupado de mi obra hhan sefialado que en este libro se produce un cambio ob- vio en la forma yen el tono, El cambio en el tono politico cra un reflejo de los intensos debates ideolégicos que te- nian lugar entre los estudiantes del seminario del profesor ‘Arnold Kerdle, debates que se prolongaban fuera de clase, Me di cuenta, dolorosamente, de que la novela en la que con tanto esmero habia recratado la lucha de los campesi- ‘nos kenianos contra la opresién colonial nunca seria leida por ellos. En una entrevista poco después de la publica- cidn del libro, en el periddico escudianeil Union News en 1967, dije que no crela que fuera a seguir eseribiendo en inglés; que sabia sobre quién estaba eseribiendo, pero, gsabfa para quién lo hacla? Cuando en 1987 publiqué “Dewcolonizar ta mente (un volumen que reunia cuatro conferencias que habia dado unos afios atris) se abrié un ~ amplio debate sobre las politicas lingtisticas de la litera- ‘ura afticana, un debate que, en cierta Forma, respondia Ja pregunta que ya se habfa formulado en la Leeds de sesenta. Lo mas importante es que aquella Leeds puso bre la mesa la cuestién de qué lengua era la adecuada laliterarura africana. Se trataba, nuevamente, de una ‘cuestién que giraba en torno a la idea de desplazar el cen: tro: de las lenguas europeas al resto de lenguas presentes en Africa y en el mundo; un desplazamiento hacia una pluralidad de lenguas como medios legitimos para la ima- ginacién humana. Creo que la cuestién de este desplazamiento hacia una pluralidad de culeuras, literatucas y lenguas sigue siendo relevante hoy, cuando el mundo parece converger hacia Ia unificacién, La pregunta que plantean estas nuevas li- teracuras, con independencia de si su lengua es europea © africana, es ésta: zcdmo podemos entender el siglo xx y, yendo més alla, los tres siglos que han conducido a él {asumiendo, claro esté, que el estudio de la literacura es algo més que una obsesién masoquista por los muertos, como la del pedante erudito Casaubon en la novela Mid- dlemarch de George Eliot)? La esclavitud, el colonialisno y la red de relaciones neocoloniales que tan bien analizé Frantz Fanon han estado presentes tanto en el desarrollo de los paises occidentales modernos como en la confor- macién del Africa actual. Las culturas de Africa, Asia y Sudamérica son parte integeal del mundo moderno tanto como lo es la culeura europea. «, o cuando uno de los asesinos en Julio (César, todavia empapado de sangre de la vieima, se pre- {gunea cuvintos siglos verén representar ese cximen en na- Ciones que estin por nacer y en lenguas ain desconocidas, 2no estin acaso olzeciéndonos un tetrato de nuestro siglo? Cuando Adin y Evason llevados por el Angel Gabriela una colina antes de su expulsién del paraiso en la obra de Mik ton El paraiso perdido y se les muestran visiones del mundo que esta por venir, no se les esti mostrando en realidad tuna visién global de todas las ciudades y civilizaciones del ‘mundo, entre ellas los grandes imperios africanos de los Songhai, y las ciudades Estado como Malindi y Mombasa que bordeaban la costa de Kenia en el siglo x11? La vertiente humanistica de la literatura europea s un claro reflejo de las luchas sociales y democriticas de Jos pueblos en Europa. Pero, dado el dominio de Occi- dente sobre el resto del mundo en situaciones histdricas tan claramente represivas como el comercio de esclavos y elesclavismo, el colonialismo o el actual neocolonialismo, tambien ¢s cierto que esta literatura tiende a optar por el silencio o la ambivalencia ante estas situaciones, cuando no por la direcea colaboracién. Claro est, ha habi crivores que han mostrado una gran sensibilidad ante las ccrucles perversiones sociales que sc han infligido a algunos pueblos: William Blake, Wale Whitman, Brecht 0 Saree, por ejemplo. Pero, considerada en su conjunto, no puede dlecirse que la literatura europea no se haya visto afectada por la base eurocéntsia de su visién del mundo, de su mi- rada global; es nds, incluso cuando ha tratado de mostrar se compasiva no ha podido evitar el racismo inherente a las relaciones de Occidente con el resto del mundo. ‘Cuanto més nos aproximamos al siglo xx, mas ambi- valente parece esta literatura al valorar fa humanidad de aquéllos que hichan desde fuera de las fronteras occiden- tales, Para ilustrar mi argumentacién, he elegido cuatro textos cuya pertenencia a la tradicién candnica de a lite- tatura inglesa es innegable. Soy, por supuesto, consciente de las limitaciones de proceder asi, extrayendo una con- clusidn general de una seleccién limicada de textos, pero creo que los cuatro fragmentos que presentaré son bas- cance apropiados y reflejan la percepcién del colonizado desde los ojos del colonizador. Ademés, no me proponge realizar ninguna evaluacién literaria, sino que simple: ‘mente desco ilustrar una tendencia. La cvolucin y cransformacién de la figura de Calibar, en [a literatura inglesa es un ejemplo muy revelador de esta tendencia. Conocimos a Caliban en la obra de Shake: speate La tempestad, en el siglo xvrt. No ser necesario entrar en detalles sobre esta obra, en la que Préspero, extranjero, toma el control de Ia isla que ancetiormente habia sido gobernada por Caliban y su madre Sycorax, nativos. La siguiente discusién entre Préspero y Caliban se centra en el tema del lenguaje. Préspero le recuerda a Calibsin que Fue él quien le dio el lenguaje: Cuando ti hecho un salvaje, ignorando tu propia signi- ficacién, balbucias como un bruco, doté tu pensamiento de palabras que lo dieran a conocer’ Nétese la asuncién de que el lenguaje de Caliban era un ‘mero galimatias. En su respuesta, Calibin no sélo recuer- da a Prospero que él también tenia una lengua propia, sino que le reprocha lo poco que le ha servido el conoci- ‘miento de su idioma: {Me habéis ensefiado a hablar, y el provecho que me ha reporcado es saber como maldecir! jue caiga sobre vos 1a roja peste, por haberme inculcado vuestro lengusje! ‘La obras interesante porque retine las imagenes que mis tarde se reformularin (sobre todo en la literacura popular ropea) en una visién racista de los pueblos colonizados: salvaje como violador, holgazan, amante del whisky, es- tipido, canibal. Pero lo més destacable es que Shakespeate orga a Caliban la capacidad o la voz para decit «no». ibin posce esa energfa. Recordemos que, por aquel en- onces, Europa apenas ha ocupado un pequetio rineén del Wiliam Shakespeare, Oves Completa Vol. 1, Sanilana Edicio 2003. Tia, Lis Astana Marin Recncontramos a Calibiin a principios del siglo xvimt, con un aspecto bastante diferente, en el personaje de Vier- nes del Robinson Crusoe de Daniel Defoe. Como la de La tempestad, la historia del ndufago Robinson Crusoe es bien conocida. Pero vale la pena destacar el proceso con el que Crusoe, el narrador de la historia, confiere huma~ nidad a Viernes: a través de la ensefianza de su lengua, el inglés. Cabe notar que cuando se encuentran por primers ‘vez, Viernes pronuncia algunas palabras y Crusoe se siente Io suficientemente conmovido al escucharlas como para decir que aunque no pueda entenderlas, le parecen algo agradable de escuchar. Sin embargo, en los sucesivos en- ‘cuentros no se vuelve a hacer referencia al lenguaje propio de Viernes. Pero veamos cémo el Crusoe profesor ensefia Tengua a su alumno: Poco desputs empecé a hablore, afin de que aprencliera a contestarme poco a poco. Ante rodo le hice saber que su nombre seria Viernes, ya que en este dia lo salvé de la muerte y me parccié adecuado llamarlo asi, Acontinua~ ‘idn le ensefié a que me llamara amo. ‘Y ahora veamos los resultados: Me sentia muy contento con él, y traté de ensefiarle censeguida aquellas cosas que To tornarian dil, capaz y ddicstro, Mi mayor deseo era ensefiarle a hablar, y que centendiera lo que yo le deefa, Nunca se encontré mejor alumno que él; se mostraba can contento, tan aplicado 3 N. del Ts Daniel Defoe, Rincon Crusoe, Penguin Clisicos, 2015. Tad Jul Cortzas Exacta la ness, y daba muesttas de tal alegeia cuando aleanzaba a com- prenderme o lograba que yo lo entendiera a él, que re- sultaba un placer hablatle Defoe mantiene la usual percepeién de los natives como cantbales,salvajes, envucltos en guerras tribales, pero tam- bién concede una vor. a Viernes; gracias a él, por ejemplo, el personaje de Crusoe pone en duda algunas de sus expli- ‘eaciones sobre los origenes del universo. Sin embargo, no hay nada en esa vor. que haga referencia alalucha, alla rebe- lidn, nada que se asemeje ala energia con la que el Calibin shakesperiano del siglo xvi se enfrentaba a Préspero. En el momento de la publicacién de Robinson Cruse, Europa yase habia expandido por el mundo, y Africa se haba con- ‘yertido en cl escenario de uno de los mayotes éxodos forza~ «dos de masas en la historia (por no hablar de los millones de africanos que murieron en el proceso). ‘Avancemos ahora al siglo xix y a principios del lo xx. El corazén de las tinieblas, de Joseph Conrad, se publicé en 1902; a lo largo del siglo x1x el colonialis- imo se extendié y se fue convirtiendo en la norma y para cuando se publicé el libro de Conrad, un putado de na- ciones opresoras dominaban ef mundo entero. Sin lugar fa dudas, el libro de Conrad es una de las mas fascinantes ‘evocaciones del horror del imperialismo y, en particular, “de su faceta colonial. Conrad desacredita por completo Jas supuestas buenas intenciones con las que se pretendia asociar In empresa colonial europea en Africa, El autor es, incluso, consciente del racismo inherente a dicha em- esa. El personaje natrador expresa en un momento este revelador comentario: No eran colonizadores; su administracién era simple- ienve opresin, y sospecho que nada més, Fran con- ‘quistadores, y pata ello sdlo se necesita la fuerza bruta: no hay nacla en ello de qué jactarse cuando se tiene, ya aque la fuerza de uno es s6lo un accidente que se deriva de la debilidad de los otros. Se apoderaban de todo lo ue podian por simple ansia de posesién, era un pillje can violencia, un alevoso asesinato a gran escala y co metido a ciegas, como corresponde a hombres que se enfientan a las tinieblas. La conquista de la tierra, que nds que nada significa arrebatérsela a aquéllos que tie- nen un color de piel diferente ofa narizligeramence mis aplastada que nosotros, no posee tanto atractivo cuando se mira desde muy cerca’. En exte libro no encontramos un Calibén individual; aqui, el papel de Caliban lo asume la figura colectiva de los africanos que acompafian a Marlowe en su viaje al in- terior del continente. Conrad no les da voz, excepto, de manera indirecta, a través del narrador, cuando expresan su deseo de devorara sus enemigos, acuciados por el ham- bre. Las (inicas palabras pronunciadas directamente por tun africano las dice un chico occidencalizado, una figu- ral estilo del Ariel de La tempestad, que anuncia: «St. Kurtz, El muerto»*, El cuarto texto que voy a presentar se publicd en 1987 ypertenece a. M. Coetzee, nacido en Sudafrica el ileimo bastién del imperio, y descendiente de curopeos. Coetzee AN. del: Joseph Conrad, FY coscin de as tnilas, Aliana Facial ‘Madrid, 2001, Trad. Araceli Garcla Rios label Sinchez Aruyjo. 5 NedelT: Joseph Conrad, op. at, reescribié la historia de Viernes en su novela Foe (Foe es el auténtico apellido de Daniel Defoe). Podia esperarse que Coetzee, que vive en Sudfrica, aportara una percepeién nueva y reveladora a las relaciones encre el colonizador y elcolonizado, Al fin y al cabo, cuando la novela aparecié yahabfan eenido lugaren su pais hechos como la matanza de Sharpeville y los disturbios de Soweto, y el apartheid estaba siendo combatido por Umkhonto we Sizwe («La Lanza de la Nacién»), el brazo armado del Congreso Nacional Africano. Pero no sélo no se aporta ninguna percepcidn nueva en esa relacién entre colonizador y co- Jonizado, sino que, lo que es atin mAs interesante, éste til- timo, se nos presenta privado, literalmence, de su lengua. EI nuevo Viernes de la novela de Coetzee, en efecto, se trata de un personaje al que se le corté la lengua, como schacia en ocasionescon los esclavos, y que, en consecuen- cia, no tiene vor, no tiene lenguaje, y apenas si conserva algin tipo de energia. El Viernes del siglo xx de Coet- 2¢¢, escrito en la vispera de la férrea determinacién de los sudafricanos por liberarse de la dominacién europea, se ‘encuentra a afos luz de la fuerza con la que protestaba y se reafitmaba el Caliban de Shakespeare tres siglos antes, cuando Sudéfrica apenas empezabaaa ser objeto de saqueo para los poderes europeos. Los autores de los cuatro textos mencionados no pueden ser acusados de simpatizar con la empresa colo- nial europea. Al contrario, se oponian a ella 0, al menos, se mostraban eseépticos frente a ella. Y, sin embargo, a pesar de que no formaban parte de la ideologia abierca- mente procolonial, podemos entrever en ellos una im- plicita e inconsciente propensidn hacia la acepracién del colonialism. No me extenderé aqui en hablar de la literatura que si nace de forma decidida del colaboracionismo colonial. Se trata, sobre todo, de literatura popular, indudablemence racista,y ya a sido suficientemente desacredicada, como puede comprobarse en cualquier estudio serio sobre el tema, Su simpleza absoluta habla por si sola sobre las intenciones de estos libros; en ellos, los africanos aparecen retratados casi siempre de manera maniquea, como muy buenos o muy malos, como el noble o el salvaje. El bueno, noble ¢ inteligente es siempre el personaje que coopera con el proceso colonial. El malo, el feo, es siempre el afti- ‘cano que se opone al colonialism. “Todo esto significa que, si la gente formara su visién del mundo tinicamente a partie de la literatura europea (incluso si se cifera a la mejor parte de esta tradicién), lo que obtendria seria una imagen muy distorsionada del mundo modemno, de su evolucién y de su estado actual El siglo xx es un producto del aventurerismo imperialis- ta, cierto, pero cambién de la resistencia de los pueblos del tercer mundo, Esta resistencia, que si aparece reflejada a menudo en la literatura del texcer mundo, es una par- te incegral del mundo modemno, una parte de las Fuerzas que han creado y siguen creando nuestra cultura comin. Provienen de Asia; provienen de Sudamérica; provienen de Africa; provienen de las zonas y los estratos sociales oprimidos en Norteamérica, Australasia y Europa. El ter- cer mundo se extiende por todo el planeta. Su literatura no és uniforme, y dentro de ella, entendida como una tradi- cién moderna, del siglo xx, coexisten diversas tendencias. YValdré la pena que me derenga un poco en tna de ellas: la literatura africana, Dentro dela literatura afticana, como el lector eal vez sepa, coexisten tres tradiciones. En primer lugar, la ora- cura o tradiciOn oral, Se trata de la literatura que se trans- mite de boca en boca, de generacidn en generacién. Est compuesta por canciones, poemas, obras teatrales, pro- verbios, acertijos, dichos populares, ete, y es la mas rica y antigua de las tradiciones africanas. Ademés, aiin goza de muy buena salud, y sigue ineorporando con rapidez nuevos elementos. A veces es extremadamence simple y a veces muy compleja, segin el momento, el lugar y la oca- sién. Crco que el mejor ejemplo de esta tradicién puede encontrarse en las excepeionales grabaciones de la Ozi- di Saga por J. P. Clark. La Ozidi Saga cuenta la epopeya de Oridiy desu abucla Oreame lo largo deun periodo de siete noches. La parte que trata sobre la educacién de este héroe épico por su exigente abuela es un extraordinario ejemplo de narrativa oral, mientras que la escena en Ja que Oridi se hace con el poder ilustra de forma aiin mas notable la fusion de teatro, drama, poesia, magia, ritual, ‘iisica, canto, participacién del paiblico y de la mezcla de lo seal y lo maravilloso en esta tradici6n literaia, Entre los giktiyti de Kenia solia realizarse un festival de ppocsia giktiyii (que més bien se podria definir como una competicién de pocsia) que congregaba a grandes mul- titudes. Los mejores poctas de cada regidn se reunian y, como en una pelea, competian con palabras y con compo- siciones improvisadas. Estos poetas habjan desarrollado ‘un sistema de escritura propio, casi sagrado, que no reve- aban a los demés, Los festivales de poesia gikiryd fueron suprimidos por los ingleses, que querian evitar reuniones ‘multicudinarias de afticanos haciendo cosas que escapa ban a la comprensidn de la administracién colonial. La tradicidn oral ha sido fundamental para mantener vivas Jas lenguas africanas en su forma mas mégica y expresiva, ‘Uno de los ejemplos mis ilustrativos es la eradicién de los eransmisores principales de a cultura oral de Aiea Occidena than contribuido a ese mismo eurocentrismo a través de la cleceién de la lengua en la que se expresaban, Por decirlo de otro modo: poco importa curinto sea capaz de malde- cir Caliban en la lengua del opresor; cal vex sea capaz de hacer cosas muy meritorias en ella, como podemos ver en las hermosas evocaciones potticas de Caliban sobre el amor que siente por ka isla y su total identificacién con su entorno en La tempestad, pero eso no evita que, al fin y al cabo, se le haya forzado a abandonar su propia lengua, como ha sueedilo eon ladiéspora africana. Alfin, Calibin esta aceptando las asunciones racistas de Prospero sobre cl universo, y esta contribuyendo al universo lingtistico de su opresor. Ha aceptado que slo mediante la adop- cién de una lengua europea puede ser capaz de expresar su humanidad de una forma adecuada. Ha contribuido al desarraigo lingiiistico de los afticanos, tal y como hace Coetzee; tal ver el trabajador y campesino afticano reapa- rezca en el escenario de la historia, pero no lo hace expre- sindose en su ininteligible galimatias, sino en un perfecto inglés, francés 0 portugues, lo que constituye un insospe- chado caso de cirngia y trasplante literario, puesto que la ‘gran mayoria de africanos continiia hablando y viviendo y creando en idiomas afticanos. El nuevo Calibiin consigue ser admitido en la mesa de honor de Préspero mediante tuna ofrenda. Como el amigo por fin invitado a casa de sus superiores y que leva a la cena la mejor botella de vino desubodega, esta tradicién ha intentado forjarse unaiden- tidad mediante la apropiacién de elementos de as lenguas afticanas —como el rico legado de la oratura desarrollada cn Africa durance siglos, Pero cabe notar que, en cambio, Calibsin no se esté apropiando de nada que pertenczca a Prospero para enriquecer su propia lengua, ese supuesto -galimatias. Al contrario, los Calibanes de esta wadicién creen que su deber es tomar prestados elementos de su lengua, su jerigonza, para enriquecer las posibilidades de la lengua de Prospero, pero que no es necesario devolver nada, absolutamente nada, a su propia lengua como con- twapartida de esos préstamos. fista es la gran tragedia de los escrivores afticanos en lenguas europeas, que han ter- do llevando mascaras de literatura afticana. Esta vez, «5 un caso de piel negra bajo una mascara blanca bajo otra idscara negra. Ha sucedido con la cultura lo mismo que con cl comercio global. Si en éste vemos como materias pprimas procedentes de Africa (como el oro, los diamantes, cl café o cl ré) son exportadas a Europa, procesadas al, y nego vuelven a Africa para ser vendidas, en aqueélla vemos como la materia prima de la tradicién oral africana y de las historias desarrolladas en idiomas afticanos ha sido ro- bada sin rubor, se ha reempaquetado convenientemente en inglés o francés 0 portugués y se ha traido de vuelta a Africa para ser comercializada. Tanto en uno como en otro caso, lo que se cuestiona, el auténtico problema, no essiel producto es de calidad 0 no. La ercera tradicién de la literatura afvicana ala que me guiero referir es la de los africanos que escriben en lenguas| afticanas. En la era precolonial, ésta fue una tradicién minoritaria, ya que muchas de las lenguas africanas eran Agrafas, Pero siempre ha estado ahi y, como el profesor ‘Abiola Irele ha sehalado, son estas lenguas las que confor- man la era clésica de la literacura africana, una tradicién anterior a la colonizacién a la que se ha dado el nombre propiamentedicho de «liveratura africana» y que ha sido ceclipsada por la mas reciente tradicién de los escritores africanos que escriben en lenguas europeas. Las lenguas africanas, sin embargo, estin en auge. El debate sobre cl idioma ha dominado cada congreso sobre literatura rela- cionado con Africa en los tileimos aftos, y seguira hacién- dolo con insistencia cada vez mayor y més vehemente a medida que afrontemos la entrada en el siglo x1. A las viejas voces de Cheikh Anta Diop y de David Diop, que llamabana reconectarcon esa tradicién, seles han sumado nuevas voces procedentes de la oratura pata confirmar la preocupacidn sobre este asunto que recorre el continente. El poeta somali de la eradicién oral Mohamed Ismail de Garee ha llegado incluso a acusar a los africanos eultos dde cometer traicién contra sus propias lenguas: ‘Oh, amigos mios, la lengua somali esti desconcertada;, En su actual estado es pura ansiedad; El valor de sus palabras y expresiones esta siendo [acallado por su propia gente; ‘Tiene la espalda y ls caderas roras, y acusa a sus [hablantes de negligencia; Esta sollozando con gran pesars Se laesté dejando huérfana y su valor desparece, La reconexién con [a tradicién clasica de nuestras lenguas para expresar el mundo contemporaneo no sera una tarea ficil. Escribir en idiomas afticanos presenta muchas difi- cultades y problemas. Problemas de competencia lingiils- tica, Problemas de publicacién. Problemas por la falta de una tradicién critica, Problemas de ortografia. Problemas ‘por la presencia de miiltiples idiomas en un mismo pais Problemas a causa de Gobiernos hostiles, con una men- talidad colonial. Abandono de intclectuales que podrian proporcionar su. excelencia y su genio —sobradamente probados con sus excelentes obras en idiomas extranje- 105— al desarrollo de sus propios idiomas. La literatura en lenguas afticanas, en resumen, suf la ausencia de una tradicién ereativa y erica fuerte. Losescr- tores en lenguas africanas se ven constrefiidos a crear ellos iismos varias tradiciones al mismo tiempo: de publica- cién,de vocabulario critico, de ortografia, e incluso de léxi- co, Pero también gozan dela posibilidad de establecer una relacién natural y reciproca con el rico legado de la oratura Los escritores en lenguas africanas estin devolviendo algo, pot poco que sea, al desarrollo de las lenguas africanas. Este es el motivo porel que todavia creo que escribir en lenguas africanas es la clave para que la literatura africana pueda evolucionar y afrontar de forma positiva, fresca y Vital el siglo x21, a pesar de las acusaciones de reduccionis- mo, de chovinismo o de revisionismo por parte de los es- critores africanos en lenguas europeas que se muescran en desacuerdo con esta tendencia. Muchos autores estin cenfrentindose a la necesidad creativa de escribir en len- {guas africanas yhacer porellas lo que Spenser, Shakespeate y Mileon hicieron por la lengua inglesa, lo que Cervantes hizo por la espaiiola, lo que Rabelais hizo por la francesa, lo que Martin Lutero, Goethe y Schiller hicieron por la alemana, lo que Pushkin, Gégol y Tolst6i hicieron por la rusa, lo que Elias Lénnror hizo por el finés cuando compilé el Kaleuala y lo que, en definitiva, codos los es- critores de la historia han hecho por la suya. Estos autores estén, en fin, atendiendo a la llamada de socorro de las lenguas afticanas ejemplificada en el poema de Mohamed Ismail de Garce. Los escritores en lenguas africanas se han comprome- tido con la gran aventura y ef gran drama de crear una tradicién nueva. Para afrontar esta tarea, tienen dos gran- des Fuentes a su disposicién: el legado de la tradicién oral afticana y el dela cultura y iteracura universales. Todas las sande literaturas nacionales han establecido sus cimien- tosen la cultura y a lengua de la gente comin. La Hiada y la Odisea de Homero, al igual que el teatro griego, se basan cn las Ieyendas e historias de su tiempo. Los escritores ru- s0s del siglo x1x, especialmente Pushkin, basan su obra en la cultura popular rusa. La Kalevala, el cexco fandacional dela literatura y la lengua finesa, se basa en el folclore po- pular. La nueva tradici6n literaria africana, asi pues, debe- 1a basatse en la tradicién oral. Pero, al mismo tiempo, las lenguas africanas no deben tener miedo de tomar lo que necesiten dela cultura universal. Todas las culeuras activas del mundo han sido influenciadas por otras culturas, en un proceso de fertilizacién mutua. En su interesantisimo ensayo sobre las relaciones entre lenguas y culeuras «De la prehistoria de la palabra novelesca», Bajcin afirma lo siguiente sobre el desarrollo del latin: La lengua latina literati, en coda ladiversitad de sus gé- sneros, se formé a la uz de la lengua liveraria griega. Su originalided nacional, su propio pensamiento lingistico ‘specifico, eran considerados de tal manera por la conci- cencia literaria creadora, que hubieran sido imposibles en las condiciones del monolingiiismo, Pues s6lo se puede ‘objetiva el propio lenguaje, su forma interna, laespecifi- ‘idad desu concepeién del mundo, su habitus lingiistico specifica, ala luz de otro lenguaje, un lenguaje ajeno ‘peto casi igual de «propio» que la lengua materna’. TN. del: Mijal Bain, Zvi y exttice dee novela, Tatas, Madcid, 1991 Teal. Helena .Krinkovay Vicente Caza, Se podria formulae a partir de ello la siguiente pregunta rev6rica: cy es posible concebir el desarrollo de la culeu- ray literacura griega sin la culeura egipcia y otras culturas mediterrineas? Las lenguas afticanas, como hemos visto, han contribuido notablemente al desarrollo de las lenguas europeas y han ampliado sus posibilidades, gracias a la tradicidn liveraria eurdfona de los autores a dernos. De hecho, el nuevo Oxford English Dictionary ha normalizado el uso de algunas palabras procedentes del swahiliy de otras lenguas afticanas. Los idiomas afticanos recibirén influencias de otros idiomas africanos, y de sus tradiciones clisicas, y de otras cculturas del mundo: del Caribe, de Afroamérica, de La- tinoamérica, de Asia y, por supuesto, de Occidente. En esto, as nuevas lenguas africanas escritas se comporcarin de un modo diamerralmente opuesto al de las lenguas ceuréfonas: en lugar de imponerse sobre el mundo, se im- pregnarin de él, y es de esperar que lo hagan en términos de igualdad y que, al menos, sean capaces de recibir in- fluencias segin sus propios términos y necesidades. El crecimiento y desarrollo de la nueva literatura afti- cana eserita en lenguas africanas tendrd vastas implicacio- nes en la eritica académica. Actualmente, ninguno de los expertos en la llamada «literatura africana» ha nccesita- do cenerlos mis minimos conocimientos de ninguna len- gua africana, ,Podéis imaginar a un profesor de liceracura y cultura francesas que no supiera ni una sola palabra de francés? Desafortunadamente, esto no s6lo sucede con Jos especialistas excranjeros. Los académicos africanos de disciplinas relacionadas con la realidad del continente no han necesitado nunca demostrar su dominio de las len- gquas africanas, ni siquiera cuando se trata de sus lenguas maternas. Un sistema académico que becara basindose en el dominio de las lenguas africanas jugaria un papel furn- damental en el desarrollo de fa nueva literatura afticana. Los euréfonos ocuparian el lugar que les corresponde: como un apéndice de fa literatura europea 0 como una nota al pie en la literatura afticana Sern estas revitalizadas lenguas africanas —con ori- gen en la oratura ¢ inspiradas por las mas profundas as- piraciones de los pueblos africanos por un cambio social significativo— las que estaran en mejor posicién para dar y recibir desde la riqueza de nuestra cultura comin cn igualdad de condiciones. ¥ lo mismo puede decirse de has literaturas de Asia y Sudamérica de los iltimos cua- trocientos afios, Han crecido a la sombea de sendas tra- diciones clisicas magnificas, y también de la literatura de Jenguas euréfonas, a veces resistiéndose amargamente al atractivo de éstas, a veces tomando elementos de ellas, pero abyorbiéndolos para crear sus propias tradiciones Ainicas, para crear, por asi decitlo, su propio espacio, su lu- garen un mundo dominado por el imperialismo cultural de Occidente, para sumarse ala literatura y la cultura de la resistencia. Las lenguas y literaturas del tercer mundo, de Asia, de Africa, de Sudamética, de los pueblos que no son de origen europeo pero que son en la actualidad parte constituyente de la realidad econémica, politica y social de Occidente, son una parte fundamental del siglo xx y serén fundamentales en la consticucién de las culeuras yliteraturas del siglo 20u. Estas lenguas y liveraturas estén creando las condiciones para que florezcan cien flores en todo el mundo. La organizacién de los estudios culturales dcberia reflejar esta realidad multicolor del flujo cteativo hhumano. Fl dominio constante de unas pocas lenguas y liceraturas s6lo puede dat lugar a un mundo més pobre, nunca a uno ms tico. La evolucién cn las letras aftica- nas, asidticas, sudamericanas, nortcamericanas y europeas debe encaminarse, por lo tanto, ala colaboraciéns a ¢ ‘vasto legado de la creatividad husmana sea compartido, al fin, en igualdad de condiciones y desde el respeto mucno. agueel La rigueza de una cultura global se expresari entonces en las partcularidades de nuestras distintas lenguas y cule turas, como en un jardin universal de flores de diversos ‘colores, La diversidad del jardin impregnari cada una de sus flotes, se convertir’ en parte de ellas, en uno de sus atributos,y se polinizardn unas con otras. ¥ cada una de tllas contendré las semillas de un nuevo mafiana. 3 La universalidad del conocimiento local. Hay dos razones por las que la importancia que el profe- sor Geertz ororga al conocimiento local, a dirigirse de lo particular a lo general, me resulta sumamente atractiva Como esctitor, como novelisea, me gusta yer «el mun- do en un grano de arena», como dijo William Blake, 0 ver como «la sabiduria se revela en un conjunto de hor- migas», como reza el proverbio africano que el propio profesor Geertz cita en su ensayo «Conocimiento local hecho y Icy cn la perspectiva comparativa>. Un novelista depende casi siempre de lo particular, Sea lo que sea lo que tenga que decir sobre la vida, surge de las particularidades desu vida cotidiana. Como vengo de esta parte del plane- ta llamada, a falta de un téemino mejor, el tercer mundo, tiendo a dudar del concepto de lo universal y del uso de las palabras. Amos se han limitado a menudo a la expe- riencia histérica de Occidente, y a generalizarla como si fucra una experiencia histdrica universal. Lo que se refie- re a Occidente se convierte en «lo universal», y lo que se refiere al tercer mundo se convierte en «lo local». El grado en que algo puede considerarse local o universal se ide a partir de su distancia respecto a la metrdpolis del ‘mundo occidental. Asi, la advercencia relativista del pro- fesor Geertz sobre los concepts, incluidos los de locali- dad y universalidad, resulta muy oporcuna, puesto que, In perspectiva eurocéntrica del rmundo cen nuestro cas0, Jo que venia de otros In- significado casi siempre que ae ‘quedaba relegado a la periferia. Una pclae hise6rica se generalizaba en una universalidad espacial y cempora. En este seid, desplaza el foco de lo parte cular una plaralidadl de centos puede ser un antidoco tinente para corregir esta rendencia. Pervibe decir también, sin embargo, que comparto con Goody su incomadiad 7 la cae 7 ofesor Geertz de ver lo universal y lo local como opues- eee El profesor Geertz habla de una confusi6n cena eiencias humans y sociales alrededor de tres nocio~ ves la de lo universal, Ia generalizacién y la ley. Habla, de nuevo, como si as tres categorias fueran excluyentes, Fs {que parece ir contra la liga desu observacin sobre sabiduria revelada en un eonjunto de hormigas. El con- junco de hormigaseslo particular La sabiduria es una ge healizacién que tiende hacia lo universe, codfcada en tote proverbio. El proceso de cognicién empieza cuando ppreseamos atencién a lo particular, Jo observamos y ¢x- fraemos de ello ciertas generalizaciones. De estas genc- talizaciones emerge tn principio regulador, una ley, que oma una forma universal. Lo universal la ley, y las gene- talizaciones son entonces puestos a prueba en el terreno dels parscolavidades para verifiear s valde Lo part ular es, al mismo tiempo, el origen y el campo de verifi- acion de nuestra conceptwalizacién del mundo. Lo que hhecesitamos recuperar no es tanto una Filosofia prictica, ino una filosofia dela préctica. “ul Se surge dea tendencia de ver lo local y lo ‘universal como opuestos irreconciliables y el reativismo vraleural como un Fundamento temporal de igualdad, casi el profesor ‘como si las culturas que surgen dentro de una nacién y las culturas que surgen por las relaciones entre naciones se desarrollaran de forma paralela, como dos Lineas que avanzan hacia el infinito sin nunca encontratse. Pero lo universal se encuentra en lo particular tanto como lo par- ticular en lo universal. Somos seres humanos, pero nues- tra humanidad no se manifiesta en abstracciones, sino en las particularidades de nuesteas vidas reales, en ambien- tes diferentes, con razas diferentes. Podemos hablar de Ja capacidad humana del lenguaje, pero esta capacidad se ‘manifiesta en lenguas reales y concreeas, como las que ha- blan los distincos pueblos del planeva. En otcas palabras, somos conscientes de que el lenguaje es un fenémeno hu- ‘mano universal no gracias a su universalidad abstracta, sino gracias a sus particularidades, a las diversas lenguas del mundo. Incluso la universalidad limitada de una sola lengua, digamos el inglés, toma forma sélo gracias a su encarnacién hablada. Y, al mismo tiempo, somos capaces de reconocer rasgos generales que nos permiten recono- cer que, por ejemplo, el inglés es una lengua diferente del swahili, gracias a las particularidades de estas mismas ‘materializaciones concretas del enguaje. Hay otros ejem- plos en el trabajo del profesor Geertz y en obras de otros autores que persisten en conjecurar una oposicién exclu- yente entre fendmenos en vez de concentrarse cn las co- nexiones para, a partir de ellas, establecer las diferencias. Estoy de acuerdo con el profesor Goody cuando afirma que los fines ylos medios no son necesariamente opuestos, absolutos. Un hidrélogo, para el que el agua es el fin de su actividad, bien puede ser al mismo tiempo un nadador, ppara quien el agua es el medio en el que realiza su activi- dad. ¥, si no hubiera agua, no podrian existir nadadores, pero hidrdlogos queestudiaran el terreno chicieran po~ ible el surgimiento de agua y,con ello, la potencial apart én de nadadores. ae Teva a mi iltima observacién: la cultura no se desarrolla en el vacfo, sino en el marco de los proce- sos en los que las personas se enfrentan a sus entornos naturales y sociales. Se enffentan con la naturaleza. Se enfrencan los unos con los otros. Desarrollan un dpode ida que influye en sus insticuciones y en ciertas précti- ie caleara se converte en portadora de sus valores ‘morales, eticos y estéticos. A un nivel psicolégico, estos valores se encarnan en la autoconciencia de cada pucblo ‘como comunidad especifica. Esta auroconsciencia, a su ‘ez, afecta a cémo ven sus propios valores, su cultura, sus testructuras politicas y relaciones de poder, su relacién on la naturaleza y con cémo obtienen bienes de ella me- hance el trabajo, Dentro de cada comunidad concreta, tun eambio en cualquiera de los aspectos importantes de sus vidas (como gestionan sus recursos, por ejemplo, o el poder) puede conllevar cambios en los otros aspectos y provoear una reaccién en cadena que los modifique de forma determinante. En la cultura de cada sociedad no hay estbilidad, sino un constante cambio, yl problema ‘caando intentamos estudiarla, sin importar desde donde Jo hagamos —desde que centro académico—, es cémo hacerlo teniendo en cuenta esa permanente mutabilidad yy sus relaciones con otros procesos. Podsfamos compa velo a estudiar un rfo en. movimiento; el movimiento forma parte del mismo concepto de fo. Lo que he per cibido, en cambio, o lo que me ha parecido percibit, en tl trabajo del profesor Geertz, ¢s Ia ausencia total de las nociones de lucha, movimiento y cambio, Las culturas, sin embargo, no siempre se desarrollan Jinicamente a partir de los resultados de las relaciones en- tte los factores internos que acabo de mencionar. Tam: bin se desarrollan en el marco de un entorno exterior, del contacto con las sociedades que las rodean. Este contacto puede ser hostil, indiferente, o de igualdad ¢ intercambio mutuo. Lo mismo puede decirse, por supuesto, del desa- rrollo de las disciplinas intelectuales y académicas de cada sociedad. Cada disciplina genera debates y desarrolla teo- sias en el marco de sus relaciones internas, peco también Jo hace debido al contacto con disciplinas 0 con ideas per- tenecientes a otros campos del saber, en Io que en otros textos el profesor Geertz ha llamado «géneros confusos» 0 «reconfiguracién del pensamiento social». A lo largo de los tiltimos cuatrocientos afios, el desa- rrollo en Occidente no ha sido simplemente el resultado de sus dindmicas sociales internas, sino también de su rela- cién con Africa, Asia y Sudamérica. Y tanto las relaciones internas en Occidente como las relaciones externas con estos otros continentes no se han basado en un principio deigualdad, sino de sometimiento y dedominacién, tanto en el Ambito econémico y politico como en el cultural. El trafico de esclavosy la esclavitud misma propiciaron gran- des éxodos forzados de masas; el colonialismo supuso una indescriptible violencia econémica, politica, cultural y psicologica sobre los pueblos colonizados, hasta tal punto que puede afirmarse que no ha habido culeura entre estos ‘pueblos que no se haya visto afectada, de manera decisiva- mente desfavorable, por estas relaciones de sometimiento y dominacidn. Pero también la resistencia de los pueblos ‘oprimidos ha afectado a estas culturas. Puede trazarse un paralelismo entre las telaciones de opresién y de resisten- cia entre colonizadotes y colonizados y los procesos de esempoderamiento de los ciudadanos y la resistencia frente a ellos cn el interior de cada nacién, Cualquier cesmudio cultural que ignore estas estructuras de domina- ign y control y la resistencia frente aellas, tanto densr0 de cada nacién como en las relaciones internacionales, tstard pasando por alto un aspecto fundamental de los filtimos cuatrocientos afios y ofrecera, en consecuencia, tuna visign distorsionada de la realidad, Los estudios aca- démicos occidentales, por ejemplo, no han conseguido tevitar el racismo implicito en estas estructuras. Discipli- nas como la antropologia y la etnografia se concibieron inicialmente como el estudio de las comunidades remoras aque puedan llegar a tener algin Iejano parecido con las “enucstras»s tal vez ahi encontremos el origen de «nucs- tra» llegada a la situacién actual, en pleno siglo xx, en la aque puede hablarse, parafraseando el libro del mismo ei- tulo de Chinweizu, de una separacién clara entre «Occi- dente y el esto de nosotros». La persistencia en el uso de tierto vocabulario («primitivo>, «comunidad tribal», “esociedad simple» y «sociedad compleja>») dejan claro ste parentesco entre el mundo académico y el colonialis- mo. Incluso la organizacidn de las disciplinas académicas ¥ de los planes de estudio se ve afectada por ello. A lo largo de los dleimos aos han aparecido numerosas voces de las naciones y las comunidades oprimidas que aportan y dan a conocer una nueva vision del mundo. ¥, sin em- bargo, equé lugar han ocupado la literatura y las lenguas africanas, o las corrientes africanas de pensamiento poli- tico y filoséfico, en los departamentos universitarios de sus respectivas disciplinas? El mundo universitario sigue dominado por completo por las cortientes que surgieron desde los idiomas y los centros de poder occidentales Esto no significa que las sociedades no puedan ser es- tudiadas por personas de otros lugares. Pero, cuando se cestudia un fenémeno social, sea en la comunidad de uno mismo 0 en cualquier otra, ¢s importante tener en cuenta su contexto natural, social ¢ incluso académico; no ta- tarlo como un fendmeno aislado, sino en conexién per- manente y dinémica con otros. Los procesos acta e incelectuales (como las disciplinas académicas) no tienen ugar en un campo espacial y eemporal estético, sino que se desarrollan en un proceso de accién y reaccién ante su en- torno, de conflicto constante, de movimiento, de cambio que trae més conflicto, més movimiento y mis cam bio, incluso en el pensamiento humano. En una situacién como fa descrita —dinémica, fui- da—, nuestra habilidad para llegar a buen puerto puede depender de si navegamos a favor de las corsientes del cambio o contra ellas 0, dicho de otro modo, de si tene- ‘mos claro en que direccién estamos navegando, si nos ¢s- tamosacercando al océano de muestrasconexiones con a condicién humana 0 alejéndonos de él. El conocimiento local noes una ish es parce del todo, es pare del océano. fe limites se encuentran en la inagorable universlidad le nuestro potencial creativo como seres humanos. 4 El imperialismo del lenguaje. Elinglés, glengua universal? “Todo el mundo tiene una lengua, ya sea Ia de sus padres 0 Iaquc hayaadopeado al mcr o en wn momento posssoe des vida, De mode que, cuando consideramos lng como una posible lengua sire nos eamas ans ‘nleuras de las que procedemos. dl des gus ls urs de sa ee cco lasexistentes. Lo que es cual es la relacién asunto plantea asimismo la cuesti tuna lengua en particular entre todas 105 discutiendo, por lo tanto, Ghat el inglés yel resco de idiomas del mundo. En defini- tiva, estamos hablando del encuentro entre lenguas. “Todos los idiomas se caracterizan por dos aspectos. primero, su papel como medios que nos permisen co, manicarnos con nuestios semejantes en uesta Lucha ara encontrar medios de subsistencia. El segundo, a Ppeno portadores dela historia y la cultura que se iss e saellado ene marco de estas comunicaciones fo hege del tempo. En mi ibeo Desolonizar a mentee habade sobre el lengusjcomo cl depsico de la memoria cole va de los pueblos. Los dos aspectos son inseparables;for- ina unidad dialéctica. saree rodos modos, cvalguira de estos dos aspectos suede cobrar mis importancia que el otro, segit las ci Pipstancias que rodeen cl uso de cada lengua y, en pare ticular, las que rodean al encuentro entre dos lenguas Por ejemplo, gse est4 dando ese encuentro en términos de igualdad e independencia? La nacuraleza del encuentro entre dos lenguas (ya sea en el pasado o en el presente) y, por lo tanto, ef dominio de uno de estos aspectos so- breel otro en un momento dado, ha venido determinado por la presencia o ausencia de independencia e igualdad entre las naciones implicadas. Permitidme que os dé dos ejemplos, Los escandinavos +ablan inglés. Peto no aprendieron inglés como un medio para comunicarse entre si, ni para que se convirtiera en el idioma portador de sus culeuras nacionales, ni para que se convirticra en el medio con el que se les podria impo- nner una cultura extranjera, Aprenden inglés pata ayudar a fos angloparlantes en sus intcracciones con ellos, para facilitar el comercio, el turismo, y otras relaciones con naciones extranjeras. Para ellos, el inglés es simplemente tun medio de comunicacién con el mundo exterior. Los japoneses, los alemanes occidentales y un gran mimero de otras nacionalidades pertenecen a la misma categoria que los escandinavos: para ellos, el inglés no es un sustituto de sus propias lenguas, Cuando las naciones se encuentran en cérminos de igualdad e independencia, tienden a encontrarse con la necesidad de comunicarse en el idioma del otro. Pueden clegir la lengua del otro simplemente pata facilitar la co- ‘municacién en sus relaciones con él, Pero cuando se en- “euentran como opresor y oprimido, como sucedid bajo el imperialismo, sus lenguas no pueden experimentar un neuentro genuiinamente democritico, La nacién opreso- usa la lengua como un medio para hacerse fuerte en la nacién oprimida. El arma de la lengua se afade a la 1ueda de lo que el explorador David Livingstone, refriéndose al imperialism del siglo xxix, definié como «ilancropta mais el 5%». Hoy, proba blemente habria descrto los procesos equivalentes como vcBlanropla ydeuda, mds e 40% por el servicio dela deu- dam. En esa situacién, lo que esta en juego &s la lengua ‘como algo mas que una mera forma de ‘comunicacién. ‘No hace falta decir que el encuentro entre el inglés y ta mayor pate de las lenguas de los pases del cercer man- de no ha tenido lugar en condiciones de independencie te igualdad, Bl inglés, el francés y el portugnés legnron 2 tercer mundo para anu! pada. Llegaron clamando por hnegros encadenadbos, 070 que bricas y plantaciones. Sila pis In explotacin de ese or0'y la que permisé llevar a ‘verio politico a sus legitimos jcié capeurar sus culeuras su Biblia y la expada cn la bisq perm sus m thas formaban parte del mismo proceso. La prim nes cautivas. tadoras las lenguas local que se echaran a perder como sonidos incomprensil Babel, En la escuela secundaria a la q ‘uno de los himnos que Hamada desesperadaa que s Cada mafiana, después de que se nos inspeccionat a la Union Jack ps AEN, del Ts En realidad a cia seatebuye a Cecil Rhodes. ncar la llegada de la Biblia y la es- oro, el oro de los esclavos bulla como el sudor en cola fue la que hizo posibl= | cauti- duets, fac ka lengua la que valores, yen definitiva, centes, Esto tiltimo se intentd de dos manera, y amm- seta fue la supresion de las lenguas de las nacio- ‘La cultura y la historia de las que eran por les fueron tiradas ala basura para all, Escas lenguas fueron vistas les de una oscura Torre de ue acudi en Kenia, ‘nos ensefiaban a cantar cra ota fe nos liberata de a oscuridad. a frente fara comprobat el esmero con que NOS la estética, lo llamaron simplemente educacién. Pero habiamos aseado y arreglado, la escuela entera d fe ine ce para cantar: «Gufame, gentil hse ae a las que me rodean, guiame a través de ellas». ras lenguas eran parte de aquellas tinicblas, Nues- tras lenguas fueron eliminadas para que nosotros, lo: cautivos, no cuviéramos espejos en los que coheritins ; nosotros mismos y a nuestros: enemigos. o 7 la segunda forma de subyugacién que se utilizé fuc la ce leecer la lengua del conquistador. Se convirtié en lengua de los elegidos. A aquéllos que eran reclutados a hee sistema escolar, después de haber sido escogidos = a say se les proporeionaban nuevos espejos en podian verse a s{ mismos y a su pueblo, asi como a los que les habjan dado los espejos. En resumen, se ke po es nueva lengua llamada inglés 0 fiancés 0 re biome {ipados con aquella lengua que nados como sirvientes del nuevo orden, vefan como a mentes se vaciaban sistemdticamente del mundo y de la historia que sus lenguas originales acarreaban, Mira ‘0 s¢ les hacia mirar, a una distance luz de neén en una = ‘mota colina, en la que parpadeaba la palabra EUROPA. "A partir de aquel momento, Europa y sus lenguas se conve “a oA el centro del universo. i some 98 franceses, fieles a radicion i. SM inna reer nnn rcemons similation. Los ingleses, menos inclinados ri la flosfla Logard, un militar reconvertido en administador a quien proporcioné Ia clave para entender lo yace a este pragmdtico programa de cducacién y acufé una definicidn que hizo fortuna: el «gobiemo jndirecto». Con esta expresién se referiaa la prictica de ceder parce del poder a lideres locales para, de este modo, facilitar el dominio briténico en Africa a pesar de que {os colonos eran una minoria cespecto a los nativos. A los {ideres locales no se les cedia, obviamente, la capacidad para decidir sobre asuntos tan esenciales como los im ppuestos la politica exterior o el control militar, sino sélo fobre los asuntos cotidianos. Bl sistema educativo que se implanté mas tarde en las colonias llev6 ala aparicién de Iideres locales todavia mis fieles a los colonizadores que durante la época del mismo Lugard. La clave, por supues- to, estaba en el hecho de que el dominio del inglés era un requisito indispensable para format parte de ese grupo de Lideres locales escogidos por los colonizadores. En Descolonizar la mente describi cémo este proceso dle alienacién de nuestros propios idiomas mediante la sdlquisicién de ana lengua nueva fue altamente eectivo. Hablé también de casos de nifios que eran castigados si sees descubria hablando en sus lenguas nativas. A menu- do éramos azotados, o se nos colgaba al cuello una placa dde metal con inscripciones como «Soy un esti “s so mraelaionet are peak sien clan [oc seguiamosallé donde fueran. Un da iban a vista ott BRP ndicloncsdcigualdad, independency de = | independenciay demo- cracia, yésta es la ralz de todos los problemas lingiisticos posteriors. El inglés era la lengua de las naciones conquis- tadoras, nuestras lenguas eran las de los derrorados. Una lengua opresora trae consigo, inevitablemente, imégenes tacistas y negativas de la nacién conquistada, y en parti- cular de su literatura, y el inglés no es ninguna excepcién. No quiero profundizar aqui en este aspecto del lenguajes se han realizado ya numerosos estudios en este Ambito. Bastard con decir que algunas obras que utilizan este tipo deimagenes ofensivas, como las de Elspeth Huxley, Karen. Blixen, Rider Haggard, Robert Ruark o Nicholas Monsar- ‘at, por nombrat s6lo unos pocos, se han abierto camino en los programas de estudio de lengua inglesa. Imaginadlo por un momento: si las lenguas afticanas hubieran muer- to, los africanos habrian tenido que definirse a si mismos en una lengua cuyo legado literario contiene concepeiones de Africa tan negativas como las de estos autores. Han sido las masas rurales y urbanas afticanas las que han evitado que nuestras lenguas fueran completamente engullidas por el inglés y otras lenguas opresoras; recha- zaron rendirse por completo en el Ambito politico y eco- ‘némico y continuaron insuflando vida a nuestras lenguas ye gracias a ello, han mantenido con vida las historias y las culturas que van indisolublemente asociadas a ella. ¥ es- tas masas afvicanas han sacado precisamente de sus lenguas propias las Fuerzas que necesitaban para sus huchas politi- casyecondmicas, Los pueblos del tereer mundo han recha- zado rendir sus almas al inglés, el francés 0 el portugués. Pero el tercer mundo no ha sido el nico lugar en el queee inglés ha incentado imponerse aniquilando las len- goas de otros pueblos. Incluso en Gran Bresafa he es- cuchado denuncias similares de regiones cuyas lenguas originales fueron engullidas por el inglés, 0 de lugares en lotrel aioansacpenne perce ye sus lenguas sean exterminadas y enterradas para siempre. Nosoy el tnico que se ha referido a este tipo de denuncias, gue llevo escuchando desde hace aitos. Cuando volvia de Berlin Occidental, dos semanas después del viaje de ida en el que lef al secretario de educacién briténico opinar sobre el inglés en Novosibirsk, abrf el Morning Stary en- contré un arciculoen el que Lyn Matierid, dela Weldh Lan- swage Society, protestaba por el continuo declive del galés: En los tilimos afos, reas rurales que durante décadas habla coeredasbafones den i se tan anglicanizado por completo, a medida que las familias nnormales de clase trabajadora han sido sistemticamen- te expulsadas de sus zonas nativas, ‘Tal vez algunos lectores se pregunten en este pune por qué deer patcenos importante no perder una engua como el gals. Si consideramos que es importante que la gente co- nnozca su pasado para que sea capaz.de decidir su futuro, este tema queda ya fuera de toda discusién, Durante ge- rneraciones, la clase trabajadora galesa ha sido rotalmen- te dependiente de la cultura y la lengua galesas Ahora parece que la lengua galesa en Gales esté en peligro de muerte, Esto, de hecho, es la consccuencia de 1a yuppificacén de esta peculiar parte de Gran Bretafa. ‘Simuere, la historia de un pueblo enero srs inaccesible ppara mucha gente, ‘Como socialists, sabemos que la culeura capitalista incenta negara la clase trabajadora el legitimo lugar que ‘ocupa en la historia, para evitar que ese pasado consti- ‘aya una frente de inspiracién en st continua lucha en el presente, La lengua también se niega, por tazones similares. Las lenguas no crecen,erwejecen y mucren, No se convierten en irrelevantes para los «tiempos moder nos» debido a defectos congénitos. ‘Ge pierden cuando dejan de ser diiles para la clase predominante de una sociedad. Fl dcclive de la lengua galesa tiene su origen en la des- igualdad entre las nacionalidades que habitan las dos regiones lingiisticas Si se fijan, Kenneth Baker, cuando hablaba sobre cl desarrollo del inglés en Rusia en el arci- culo del Evening Standard, no dijo quelos rusos asociaran cl progreso con Gran Bretaia. Dijo que lo asociaban con Inglaterra, lacuna de la lengua inglesa Si las lenguas occidentales y africanas ocupan el lu- gar que ocupan en la actualidad, es debido a Ia historia de opresién por parte de las primeras y de resistencia a cea opresién por parte de las segundas, no porque cier- tas lenguas faciliten de manera inherente el progreso y orcas lleven al subdesarrollo. Esta historia de opresién data de hace siglos, pero uno de sus mejores simbolos lo encontramos en Ja Confetencia de Berlin de 1884, en la aque los poderes europeos se repartieron Aftica en «esfe- ras de influencia», Hoy en dia, el inglés, ademas de ser la Jengua principal en Gran Bretatia y Estados Unidos, se ha establecido firmemente en todos los ambitos en las areas del planeta que han estado bajo el dominio del imperio econdmico y politico angloamericano, desde la Reina Vie~ toria hasta Ronald Reagan. Son las mismas zonas en las que el neocolonialismo se ha hecho fuerte. Los goberna- ores de estas neocolonias ereen que comparten intereses con los gobernadores de Estados Unidos y Gran Bretaiia porque, ademas de muchas otras cosas en comin, hablan Ja misma lengua y comparten el mismo sistema de valores gue las clases angloparlantes que ostentan el poder en el mundo. Las consecuencias de esta historia de desigualdad y opresién pueden verse en cada uno de los paises afticanos afectados, especialmente en las relaciones internas entre clases yen las relaciones externas con otros paises. En e5- 10s Estados, el inglés, el francés y el poreugués ocupan un lugar central. Son las lenguas oficiales en la educacién, en la administracidn, en el comercio, en Ia justicia y en las comunicaciones exteriores. Son, en definiciva, las len- guas del poder. Y, sin embargo, son habladas por una mi- norla en cada pais. La mayor parte de la clase trabajadora en Africa sigue usando nuestras lenguas afticanas. Esto ifica que ke mayorfa de la poblucién esta siendo ex- cluida de una parte central en la vida de sus paises debido a que no dominan la lengua del poder. Y se la ests exclu- yendo también de cualguier participacién en los deseu- brimientos modernos. El inglés, el francés y el portugués son las lenguas en las que los africanos han sido eduucados; por este motivo, los resultados de nuestra investigacién cicntifica y eecnolégica y nuestros logros en las artes crea- tivas se estin elaborando en estas lenguas. Una gean parte de este vasto conocimiento est encerrado bajo llave en las prisiones lingiiisticas en las que se han convertido el inglés, l francés yel portugués. Incluso las biblioteeas son fortalezas de estas lenguas, inaccesibles para la mayoria, Su diccadura lingiiistea sirve tinicamente para que las lives y Ia burgnesia angloparlanee internacional tengan tuna comunicacién més efectiva. Las élites afticanas estin completamente desacraigadas respecto a los africanos, y fuertemente vinculadas a Occidente. En lo que respecta a las relaciones exteriores entre Africa y el mundo, las lenguas africanas apenas han teni- ddo ningtin peso ni han gozado de ningiin honor. Una ver sms, su lugar ha sido ocupado por cl inglés, el francés y el portugués. Entre las lenguas oficiales de las Naciones Unidas no hay ni un solo idioma de origen africano. Ya va siendo hora de que el swahili, cl hausa, el wélof, el shona, el amharico 0 el somali ocupen un lugar entre as lenguas oficiales de la ONU y de todos sus drganos. Pero éste es tun tema que bien mesecerfa otro seminario para él solo, y lo que estamos discutiendo ahora es la posibilidad de aque el inglés se convierta en una lengua universal. Hasta ahora he hablado y me he referido tinicamence a Ia tra- dlicidn racisea de la lengua inglesa. Como lengua del im- perialismo, no podia evitarse que quedara mareada por sta condicidn, Pero también tiene una tradicién demo- critica, como lengua de los pueblos de Gran Bretafa y de Norteamérica, que refleja las luchas demoeriticas de ‘us ciudadanos. En su tradicién democritica es innegable ‘una aportacién fundamental al conjunto de a ereatividad humana; y lo mismo puede decirse por lo que respecta a las artes, por ejemplo, con nombres tan destacables como Shakespeare, Milton, Blake, Shelley, Dickens, Conrad, Bernard Shaw 0 Graham Greene, entre otros. No me sor- prende que Kenneth Baker enconttara a nifios sovieticos ten Siberia leyendo algunos de estos clisicos de Ia litera- tura en lengua inglesa, También si hubiera ido a la mis remota aldea africana podria haber encontrado perfecta- ‘mente a més ninos peledndose con Dickens, ademis de con Brecht, Balzac, Sh6lojoy, y por supuesto Ousmane Sembéne, Alex La Guma, Vieita y otros escritores aftica- nos Pate de este material estara disponible entraduccio- rs inglesas, Esa parte dela lengua inglesa es imporcante, ¥ pertenece al legado comin de la humanidad juno a la conttibucién de las otras lengua, inluidas las afrcanas Pero plantearnos la posibilidad de usar el inglés como un idioma universal es otra cuestin,zEl inglés como lengua de comunicacién para todo el plancta? Bueno, serfa cierta- mente postivo para todas los paises que cada uno cuviera tuna lengua en la que todas las nacionalcades dentro de sus fronteras se pudieran comunicar. Seria igualmente bueno siexstera una enguacn la que todoslospafses dela Tierra se puicran entender entre ellos. Una lengua comin para aque los ciudadanos de cada pais se comuniquen entre si yuna lengua comiin para que todos los paises en el mun- do se pudieran comunicar entre si: éste ¢sciertamente un buen ideal, por el que merece la pena luchar. Pero la semilla de esta lengua comiin, ya sea en un Sm- bico esata o universal, y sea cual sea la que se escoja, no puede plantarse en la tumba de las otras lenguas. Debe- ‘mos eviar la destruccin que el inglés ha causado en otras lenguas y culeuras en su camino hacia la posici6n que hoy ‘ocupaen el mundo. La muerte de muchas lenguas no puc- de ser nunca la condicién para la vida de unas pocas. Al conttari, la pluralidad delenguas debe revtalizaraa len- ga que emerja como idioma universal de comunieacién, Nosotros a gencracin actual, debemos tomar distancia de la falsa y sangricnea ligica de la teoria del desarrollo que nos ha presencado el imperialism: la afirmacién de que la limpicza de una persona slo puede lograr- se arrojando basura sobre otros, de que la salud de unos pocos sélo puede aleanzarse contagiando su lepraalos de- nis; de que el bienestar de unas pocas personas o de unas pocas naciones sélo puede conseguitse sumiendo en la po- brcza ala mayor parte de la poblacién y de las naciones. Enronces, ccudles deberian ser los fundamentos para la emergencia y la acepeacién universal de una lengua global? En primer lugar, la absoluca independencia € ‘gnaldad de todas las naciones cn los planos econdimico, politico y cultural. Una igualdad como ésta encontraria su equivalente en la igualdad de las lenguas. Vivimos en tan solo mundo y, en él, todas las lenguas son productos auténticos de a historia humana, Las lenguas son nucstro legado comin, Un mundo con muchas lenguas deberia ser como un campo de flores de diferentes colores. No hay ninguna flor que sea mas que las otras debido a su color 0 «su forma. Todas as flores tienen ciertos atributos eomu- nies gue hacen que scan flores, en su diversidad de colores y formas. De igual modo, codas nuestra lenguas consti ruyen un canto a la unidad de la humanidad, lo que es ccomtin a todos nosotros y, por encima de todo, al amor de los seres humans por la paz, la igualdad, la indepen ddencia y la juticia social. Todas nuescras lenguas deberfan tunirse y reclamar un nuevo orden mundial econdmico, pol coy culeural. Line verconseguido esto, deberiaalntarsequelasdife- ences lenguas dialoguen unas con otras 2 través de a tra- dluccidn y la interpretacién. Cada pais deberfa estimular laensefanza de otras lengua, de lenguas de los cinco con- tinentes, Cualquier nifio deberia dominar al menos tres idiomas, y no hay ninguna razbn para oponerse a ello, EL arte de la tradueci6n y la incerpretacién deberia ensefarse cen las escuelas,y, sin embargo, cabe remarcar tristemente que, en al sistema educativo inglés, y en la cultura ingle- saen general, el arte de la traduccién no goza del mismo estatus que otras artes. A ravés de la eraduecién las len- guas del mundo pueden dialogar unas con otras. Las Jenguas europeas siempre han establecido este tipo de co- municacién entre ellas. Gracias a la traduccién, hoy se puede leer casi cualquier clisico de la literatura y la filo- sofia rusa —o francesa, o alemana— en pricticamente cualquier otro idioma europeo. En cambio, apenas hay traducciones entre las lenguas africanas y lenguas como el inglés 0 el francés. Y el dominio colonial de lenguas europeas como éstas en Africa ha hecho que las len- .guas afticanas recclen tanto unas de otras que apenas hay comunicacién entre ellas. En cualquier caso, apenas se hhan dedicado recursos al desarrollo de la lenguas aftica- nas, nien el ambito nacional nin el internacional. Entre los afticanos instruidos, las mentes mas brillances se han canalizado hacia el desarrollo en inglés, francés y portu- gués. Pero por muy dificil que sea, debemos tener claro que la comunicacién entre lenguas a través de la tradue- cidn es crucial. Si por encima de todo esto hubiera una lengua co- imiin, los diferentes idiomas del mundo podrfan dialogar uunos con otros a través de esa lengua universal, De esa forma, podslamos establecer los cimientos de una cultu- ra mundial que se basara realmente en todos los pueblos del mundo, con sus lenguas y experiencia propias, y que bebiera de ellas. Nuestro internacionalismo estaria verda- deramente fandamentado en todos los pueblos del pla- neta, Cuando haya una verdadera igualdad econémica, politica y cultural entre naciones y cuando haya demmocrs- ia, no habra ninguna raz6n para que cualquier nacién, nacionalidad o pucblo pueda temer el establecimiento de tuna lengua comin —sea el swahili, el chino, el maori, el espafiol o el inglés— como lengua de comunicacién in- ternacional. {Una lengua para el mundo? {Un mundo de lenguas! Los dos conceptos no son mucuamente exclu yentes siempre que haya independencia, igualdad, demo- cracia paz entre naciones. En ese mundo, el inglés, como cualquier otra lengua, podria postularse para ocupar el papel de lengua universal; a pesar de sus antecedentes de agresion imperialista hacia otras lenguas y pucblos, serfa tun posible candidato. Pero mientras no lleguemos a esa siruaci6n, cualquier lengua que quicta aspirar a ser en el futuro el medio de comunicacién internacional deberfa preocuparse por eliminar aspectos negativos implicivos cen ella misma, como el racismo, el sexismo, ef chovinis- imo y la imagen negativa de otras nacionalidades y razas, para poder cumplir los critetios de aceptacién que una Tengua global deberta saisfacer. En este sentido, creo que ‘el swahili sera un candidato excelente para convertirse en nuestra lengua universal. Para empezat, tiene la ventaja cle ‘no haber florecido en la cumba de otras lenguas. El swahi- lise ha creado su propio espacio en Aftica y en el mundo sin mostrar ningin tipo de chovinismo, Su presencia en el territorio no ha dependido de su expansién econémica, politica o cultural. No tiene ningiin antecedente de opre- sién 0 dominio sobre otras culturas. Y, a pesar de todo lo, el swahili es, en la actualidad, la lengua mayorita~ tia en Africa Oriental y Central y en Africa del Sur, asi como en muchas otras partes del mundo. No tengo nada contra el inglés, el franeés 0 el por- ugués, como no lo tengo contra ninguna otra lengua, ‘Todos ellos, como lenguas que son, podrian ser usados pperfectamente como lenguas universales, siempre y cuan- do no fuera para oprimir a otras naciones, nacionalidades y lenguas. Pero si el swahili o cualquier otta lengua afti- cana sc convirtiera en la lengua universal, riamc seen sete hana occa aa relaciones humanas entre las naciones y pueblos de Afii- cay los de otros continentes. Por estas razones a m{ me gustaria proponer, en esta oportunidad que tan amable- ‘mente me han ofrecido, la candidatura del swahili como lengua global 5 Didlogo cultural para un nuevo mundo. La cultura es producto de la historia de los pueblos, pero también es un reflejo de esa misma historia; la cultura de cada pueblo enearna el conjunto de valores con el que sus ‘miembros se ven a s{ mismos y ol lugar que ocupan en el tiempo y en el espacio, El contacto culcural puede jugar, en consecuencia, un papel muy importante para que las nnaciones aprendan a entenderse entre ellas. En ver de ar- ‘mamento y bombas nucleares, en vez de imponer visiones particulars de la democracia a otros erritorios mediante fuerzas de despliegue rapido o lento, dejemos que los ba- bitances dela Tierra dialoguen juntos mediante la culeura. Pero, ade qué cultura estamos hablando? De un con- tacto cultural, conforme a qué principios? En la actua- lidad, en Africa pueden identificarse ficilmente dos tradiciones enfrentadas al respecto. En primer lugar, la teadicién imperialista, El imperialismo, la conquista yy subyugacién absoluta de la fuerza de trabajo de otros palses a ttavés dela concentracién de capital, 0 del poder econémico, nos han ensefiado que la explotacién econé- mica y el dominio politico de un pueblo no puede com- plecarse sin Ia subyugacién cultural y, por tanto, mental y cspisitual, La conquista econémica y politica de Africa fae acompanada de una subyugacién culearal y de la im- posicidn dela tradicién culeural imperialista,cuyos Funes- tos efectos todavia perduran hoy en dia. Bajo el colonialismo, esto represent la destruccién de las lenguas, la historia, los bales, la educacién, las re- ligiones, los sistemas de denominacién y otros mecanis- ‘mos sociales de los pueblos alticanos que eran la base de su identidad como pueblo. Los avencureros y buscadores de tesoros blancos también robaron valiosas obras de arte, Algunos de estos objetos robados todavia pueden contemplarse en prestigiosos museos de capitales ocei- dentales. Pero més importance ain, debido a sus lamen- tables consecuencias, Fue la completa dlestruccibn de otras creaciones artisticas; ya fuera porque las fundieron para convertirlas en lingotes de oro o porque, enardecidos por un piadoso celo cristiano, las quemaron por considerar- las simbolos de brujeria o de idolatria satinica. El colo- nialismo opté por aplascar o fosilizar las culeuras de sus vietimas, yen la tierra yerma y privada de cteatividad que ddejé tras de si, erigié un arte en el que Europa ocupaba, de forma invariable, el centro. Muchas pinturas del perio- do colonial presentaban al aventurero blanco en el centro de la accién, irradiando luz, Los afticanos quedaban rele- gados a sombras secundarias, en fusidn con las tinieblas © los paisajes del fondo. Una variacién de esta temitica fue Ja presentacién de un dios blanco, Jests, junto a la Virgen ‘Marla ylos Angeles en el cielo, como si el cristianismo fuera Ja religion universal En las escuelas, se animaba a los estu- diantes africanos a dibujara los colaboradores del colonia- liso bajo una luz favorable. Si alguna vez encontrébamos Ja figura de un Jess negro, lo hacia en posicién de humilde sumisién a la violencia. Otra figura habitual en las escue- las cinstitutos era la de los mértirescristianos negros, que siempre obtenian ese reconocimiento gracias a su firme y sagrado colaboracionismo con los colonizadores, los ene- migos de su propio pucblo, La literatura que se proponia ‘como lectura escolar repetfa los mismos patrones; Ascenso desde la exclavitud, de Booker T. Washington, un libro que argumentaba quc la esclavitud habia sido muy beneficiosa para la raza negra, podia encontrarse en muchas bibliore- cas escolates y se usaba en las clases en toda Africa. El colonialismo sélo reconocié como verdaderamen- te afticano al arte y a las actividades artisticas que habian quedado por completo vacias de contenido. Ante los go- betnadores coloniales los dignatarios extranjeros se exhi- ban como gemuino arte africano figuras talladas, sin alma alguna, dejirafas y elefantes, asf como vacuas danzas acro- bbiticas y contorsiones corporales. Aunque el colonialismo no se opuso del todo a asociarse con algunos aspectos con- servadores de a cultura de los pucblos africanos, no puede ncgarse que se esforzaba por fosilizar esta cultura en los museos. y por presentar como verdadera manifestacién de Ja cultura afticana a un tradicionalismo irrelevance y poco cvolucionado, La tradicién cultural imperialista y colonial se coneibié para socavar la confianza de los pueblos en st sismos, pata hacer que admiraran cl arte, las culeuras y las lenguas procedentes de Europa y los usaran para medirse ‘si mismos y a sus habilidades. Se concibié para socavar su conflanza en su capacidad para luchar con éxito por el control de su entorno social y natural. Desgraciadamente esta situacion se mantiene en Africa hoy en dia. La independencia de los paises afticanos, que deberia haber significado, como minimo, la liberacién de fuuerzas productivas del control extranjero, no ha sido més que, en la mayor parte de casos, un mero cambio de préc- ticas politicas y econémicas coloniales a una forma de do- ‘minacién neocolonial no menos despiadada. Algunos de estos regimenes son tan claramente neocoloniales que han cedido sus terrtorios para el uso de as fucrzas milicares de Estados Unidos: a cambio de una pequefia compensacién econémica, han puesto sus poblaciones enceras a merced de la Casa Blanca. Lo que en Ia actualidad se presenta como culeura africana auténtica sigue siendo eas siempre una repeticién de lo que ya veiamos durante el colonia- lismo: arte para turistas, danzas y acrobacias sn echeldta alguna, més teatro, cine y musica servles, que presentan siempre aun lider inmaculado e imbuido de una sabidurla divina. La culeura africana oficial busca sus eferentes en el extranjero, entre los aspectos ms reaccionatios dela cul- tura occidental Pero, por forcuna, hay otra tradicin en la cultura afi cana, Se trata de una eradicién nacional y patristiea que se desarrlla como resistencia a la culeura africana oficial aprobada por el imperialism, Bajo ef colonialismo, esta cultura de la oposicién usé x misie, la danza, la poe sia y el teatro para hablar de las necesidades reales de la gente, par reflejar su lucha conta lis abominables con- diciones de trabajo en las granjas ocupadas por colonos yen las fabrieas, para cantar ala esperanza de los africa. os en sus protestas contra la explotacién colonial y la opresin politica. Ya fuera a través dela esculeua, la poe- sla las canciones o ls bales estas formas de arte ealmen- te patriticas volvieron la vista hacia el pasado en busca de aspectos formales innovadores, y también inyectaron en las viejs formas contenidos nuicyos nacidos de las urgen- cis del presente, que as levaban a un evo nivel. Tame poco tuvieron miedo de crear ¢ incorporat ellos mis ct ee aaa Durance el periodo colonial, losartistas de esta conren- toreurados ¢ incluso asesinados cocra obra, Kiko cha aki, corvié ‘turas fueron prohibidas. En fue detenido sin prucbas ypasd Bina ee resentucién te fueron encarcelados, Sus canciones, danzas y ese Kenia, por ejemplo, las autoridades coloniales prohibie- ron canciones y danzas de protesta politica tan populares de esta obra, que hablaba sobre las condiciones de | ™ le los tra- mo Kanyegenyir’y Misbiriga. Los escicores y poetas ajadares eg Universi Fertenecientes al Mats Mau fueron encarcelas sin ju bsestiiores, ne en Algunosdessaca- ray o asesinados, Por desgracia, tras la independencia los IGecau 9 Ngugr wa Mii viven ah ati Rs rauevos regimenes mancuvieron Ia hostilidad hacia estas Michie sides eda Lae formas artsicas patioticas y nacionales que reflejaban Be ilencalec iadueo umeverapchee vuda a las capitales Ie oposicién total yabsoluta del pueblo al constante st culouales Supongo que eso significa culturales. jAyudas aqueo de la riqueza y el trabajo del pueblo aficano pot la misma culeura, ni siquiera een ddl imperialismo sus aliados locales. Los artistas ano es cierto? le la misma cultura africana, Peeritores de esta tadicinsiguieron siendo encaeeae Elimperialismo, duran vee vormarados y asesinades. Los movimientos teatrales cat lackeace ht a oe populares contnuaron siendo prohibidos. Los eentros OE sli sealdnnonen iliac ce erates construidos con gran esfuerzo por campesinos y Brick iltun dela rsinencla del campeoade be Ctubajadoressiguieran siendo perseguidos, No estoy ha media africana, porlasimple oat a yla clase blanddo de abstracciones; hace no mucho, el régimen unis Gio yd cio dclincamdpo bate partdista de Gideon Moi, dela Unién Nacional Africana tiene lugaren Ati hoyen dia. Sd se pu subsistencia que arena envio tes camiones llenos de polcias armados I i lacubarsdeon puclo tector ee AI Centro Culeural y Educativo Comunicario Kamisitht mismo, ydejaremos que concemnplen ese pox al pucblo “inl ciudad de Limuray arras6 por compleco su teatro pO gue creen quees posible ganar una guera penal ok pula aie ibe, La adminiscraein prohbié tod repre te tinct re racign reatral en la zona, El mismo régimen, en cam| feciros delos pucblosde Asia Afteay Sudencrcg patrocin6 con entusasmo la version clevsiva de The Flac Be cery Lrculewratie rai y Sudamética. tyes of Tika, las memoria de Flspech Holey sobre eee ee Jide vomo colona en Kenta, y lo hizo al mismo thm PF fcidamcial con lorvlorey is a {que estaba prohibiendo la interpretacin de los Ken bos europeos yamercanos. Todos culturas de los sobre la misma historia. Mi obra Maitti Njugira uvo Aidlogo feuctiero y sign faa ae mantener deja de representarse, x, nos meses después el autor feontacto al que tenemos que Sie ee el didlogo y vs Aican Naval sion. Pari police qu bese promover y apoyar con todos los medivn a nmeecn icine Breage eres et Tor medior nite parte 6 El factor cultural en la era neocolonial. 4s caracteristicos del imperialismo actual rane essere encl Estados Unidosy frm sreocofonial que ha asumido esta doctrna politica y ea pomica en lugar de a antigua forma coloni Ninguno de ecos dos rasgosessin embargo, completamente nuev Ia historia del imperialismo moderno, eal orgen de Exados Unis o, para ser mis precios pets remones 21. aa t imitiva del capital, en la que juga whee leomecod lv proceed At a Tneslavitdy asmislevid. eset i i ic empez6 en su temprana_ ya ci 2 Seiten de inependency vo pb ny moot de ‘edad hasta que alcanz6 la hegemonia police sobre las teeonomias rurales basadas en la esclavit a seen dl sur Eo coinidi con el apogeo aptlina del nex faire en Europa, lacra del pial baer Pe Beta jactndose dese el gan aller del mundo. Bl erunfo incontestable del capitalism europeo del laser fire, con su eesence neces de asegay lt fuentes suminitadores de materia prima yd conto lar eanto mercado interior como los mercados extes "6 poco a poco 2 convettir a libre competencia ae ‘ monopolio. El capitalismo europeo entrd su opuesto: de sus partes co en su fase imperialista con los monopolios marcando el compas en cada Estado. La codicia por establecer colonias cn Africa apenas se intents enmascarar tras la grandilo- enencia de palabras como «descubrimiento» y «explora- cin» y de conceptos como los beneficios de las misiones © lo que Dickens llamé la «filantropia telescdpica> (la idea de hacer el bien a quien esta lejos); no era més que puro jingoismo nacional, aunque, bajo la bandera de llevar Ja civilizacién al mundo, reporté jugosos beneficios a los paises quc lo lideraban. La Conferencia de Berlin de 1884, en la que los poderes europeos y sus organizaciones capita. listas trocearon Africa en colonias y esferas de influencia, se convirtié en el simbolo del nuevo orden mundial, tan favorable para el capitalismo europeo, Mientras tanto, el capitalismo estadounidense, que una vez dados sus prime- 105 pasos se disponfa a asumir su mayoriade edad, observa- ba atentamente el desarrollo de la conferencia. Para cuando el capitalismo de Estados Unidos habia madurado y aleanzado su etapa colonial, ef mundo ya habia sido dividido en colonias y semicolonias de los imn- perialismos rivales europeos. Estados Unidos tuvo que limitarse a ejercer su influencia en los paises de Centro- américa y Sudamérica que habian conseguido recien- femente su independeneia, desligindose de dos de los paises mas débiles de Europa, Espatia y Portugal, De este ‘modo, el paso del capitalismo al imperialismo, en el caso de Estados Unidos, tomé casi desde el principio la for- ma neocolonial. Entre 1899 y 1917, las fucrzas armadas estadounidenses intervinieron en al menos siete Estados sudamericanos ¢islas eatibefias; algunos de ellos tuvieron al privilegio de disfrurar en mds de tres ocasiones de estas visieas armadas y sin invitacién, ¢Se trataba de interven- 2 Creo que invasién es una palabra més adecuada, ; vy internacional, Es- ciones: | mpl yuesto que las vietimas eran, segtin la ley in 7 vidos soberanos Pero Estados Unidos no interveniaen ex afses para gobernar directamente, sino para defender Fane Touguesiacompradors (as ce bletate salfan beneficiadas de la relacién de su nacién con la na- cién extranjera) y para instalarregimenes ce que salvaguardaran los intereses econdmicos estadounidenses. Cuando este control intervencionista sobre las neoco: lonias en Centroamética y América del Sur se habia con- vertido ya en algo establecido y rurinario para tale Unidos, tr aconecimiento sacui al mundo: en 1917, la gran Revolacin de Octubre en Rusia dio inicio. deste una perspective a a er dl soasmo,FLimpe rialismo estadounidense, que habia asumido una forma neocon como alteratva ala forma colonial de ls vicjos poderes europeos, mantuvo su modelo durance la recién empezada era del socialismo y de las luchas por Ia iberacién nacional, ahora irrevocablemente influencia- socialista rusa, oa ee aceuaiaons de Estados Unidos, el eo- lonialismo tradicional siguié siendo la forma dominance de imperialismo hasta la llegada de Ia Segunda Guerra Mundial. El debilitamiento de los vigjos podetes impe- alias causa de ager, la aparicién de movimientos de liberacién nacional, el renacimiento de las luchas de- ‘mocriticas obreras en el interior de la vieja bestia imperia- lista yel creciente éxito del socialism fueron los Factores que hicieron que el imperialismo europeo se batiera en retirada y cuviera que conformarse con la forma neoco- Jonial. Estados Unidos, que apenas se habia debilitado con Ia guerra y que tenia mucha mas experiencia en esta nueva forma de dominio, asumid gradualmente el lide- sazgo, Tenemos una muestra de ello en eémo los estadou- nnidenses se apresuraron a intentar que el sudeste asidtico y «africano». La tipica frase era «... cuando el hombre blanco llegé a Africa...» y no «cuando el imperialismo, o el colonialismo, llegé a Aftica...», 0 «2. un dia estos blancos s¢ irdn..» y no <<. un dia el imperialismo (o los imperialistas) se irk... ‘Con muy pocas excepciones, lo que la literatura celebraba «ra la marcha 0 expulsién del hombre blanco, con la espe- ranza implicita de que el hombre negro que lo sustiuyera, porlavirtud que ledaba el hecho de ser negro, corregirialos errores ycurarialasheridas desiglos de esclavitud y colonia- lismo. Hay clases sociales en Africa? «iNo!», respondian los politicos nacionalistas, y los esctitores parecian imi- tarlos, incapaces de ver la lucha de clases, aiin débil, pero ya presence en aguela Afica que se percibiaineamente bajo tun prisma racial. Bomo resultado de este reduccionismo a una oposicion blanco-nego, la hucha de los pueblos aficanos contra el . El régimen racista delos Boer en Sudaftica se encargé de caricaturizar el nuevo proceso cuando decidieron crear sus propios bantustanes' ;Ban- 16 Nel Ts La palsbra ebantstin» provene de a palabra «bunt» (genes) de la Iengea bane del sufjo pers «sen» (stiera de»). Surgid como un término wsada por los opostres al rgimen del . IGN de T China Achebe, Un bombre del puch, ‘Maya Garcla de Vinuesay Tesi Ochiaghs. [Nac as el socalismo feudal, una mezcla de lamento, co del pasado y rumor sordo del porvenir; un so lismo que de vez en cuando asestaba a la burguesfa un golpcen medio del corazén con susjuicios ae acerados, pero que casi siempre movlaa risa por su total incapacidad para comprender la marcha de la historia moderna”. igual manera, los escricores, en este periado, se vie- ie Fale por st inadecuada comprensién aot de to que exaba suediendorelmente en os est: el re alineamienco nacional © ines de it cet us consiguientes alianzas. Reaccionaron ‘ode tla visible flea de entidad moral de los an vos lideraegos, y no, al menos no necesariamente et base extucturl de ea fala de entidad moral. vee culparon al pucbo, 2 I wietima, tanco como 2 los per petradores de los crimenes contra el pueblo. © dejaban entrever que el hort moraerainhereneal ser hurano, desde un punto de vista bioldgico incluso. Ast, aunque la liceratura que se escribié hizo observaciones eiertamen- te incisivas, se caracterizé también por su desesperanza. BH esctzor se refogé en el individualismo, en el ini mo oe vacasapelacones morales con a esperanza de {que éstas provocaran un cambio de actitud en las ites. Legamos ya al tereer periodo, el de la cécada de los se~ tenta, en el que se pudo comprobar qué habia sucedi- do en scaldad durance I sean fse: ona wansciin del imperialismo colonial a su etapa neocolonial. En. ich Engel. Maifie de Partido Comani oo nee eee nus Mai 208 Ta Werco Roce. 4mbito incemnacional, el derrocamiento de Allende en Chile, minuciosamente orquestado por Estados Uni- dos, se convirtié en el mejor ejemplo de este victorioso ncocolonialismo, Durante los setenta pudimos asistir a Ja clara ascendencia de los monopolios trasnacionales, financieros e industriales, dominados por Estados Uni- dos, sobre buena parte de Asia, Afiica y Latinoamérica, ascendencia que queda simbolizada a la perfeccién en el poder del FMI y del Banco Mundial para determinar la economia, y por tanto a politica y la cultura, de los paises alectados en estas éreas, Asimismo, se vio en este periodo eémo Estados Unidos poblaba Africa de bases militares con presencia militar estadounidense, desde Marruecos hasta la isla Diego Garcia, pasando por Kenia, Egipto J Por supuesto, toda la costa mediterrinea. El objetivo de las fuerzas de Despliegue Rapido que se constituyeron en la misma década era, como se reconocia abiertamen- tc, el intervencionismo en asuntos relacionados con el tercer mundo, es decir, en los asuntos de las neocolonias, De hecho, a lo largo de los setenta, se pudo comprobar cémo los antiguos poderes coloniales sc encontraban me- jor preparados que nunca para intervenit militarmente en Afvica, sin ningin tipo de pudor. La intromisién cada ‘vez més descarada de los intereses financietos, industriales (por ejemplo, las zonas francas), militares y politicos de Occidente-en los asuntos de los paises afticanos con la coo- etacién activa de los regimenes locales mostré claramen- fe que Ia supnesta independencia sélo habia servido para abrir los paises afticanos a un sector aiin més amplio de intereses imperialistas. «Dependencia del exterior, repre- sidn en el interior» se convirtié en el nuevo lema nacional Pero si los setenta revelaron con claridad el caricter neocolonial de muchos de los paises afticanos, también fuccon restigo de importantes logros de las luchas an- es tiimperialistas. En el Aimbito internacional el evento ney eed ee uno de escos més importance fue ln derrota de Estados Unidos en sats le comrgenra del ane ee Vieenam, Pero hubo otros asaltos demoledores contra load fitbc’ dal erspesingy lav lo del obreto, el machete el neocolonialismo, como Nicaragua e Iran. En Africa, Bee Ee la pluma y la pistola. esta década tepresenté también un vicrorioso renacer del Missa cleamparateen. Sa enna aes antimperalismo. Las luchas armadas en Angola, Mo- Dre ecen at aes ce tA sambigue, Guinea Bisin y Zimbabue aprendicron de los Re Sere eee Srrores de los anteriores movimientos anticoloniales de 2... 2. fos anos cincuenta. Pudieron identificar con mayor cla iy Guys quc ent dad al enemigo y comprender el sentido del conflicto en Ee pare lee TT laa tézminos gue iban mis ali dels simples cuestones de eee eee eae ae olor y raza. Su cnemigo era el imperilismo y las clases Figutosoe ymackes vecetapasfonadoa, chutes aruda tliadas con él, Dentro de los paises africanos indepen Bee Face clwvabreate siteemen li wesadasas tients, os golpes de Estado empezaron a tomar un catiz BAe sise wsisa ioe palece ace ‘mas antiimperialista y antineocolonial. A pesar de que Debate on Clas State and Imperial cada con el teulo tuvieron higar un poco mds tarde —en 1981 y en 1983, BE wis toa cinpelineet hens respectivamente— los golpes de Estado de Rawlings en Bee acireitisde cxcnin coon ee ee Ghana y de Sankara en Burkina Faso (antiguamente co- Bsiento progresian: be Unvetsdad Abate de pensa- ocida como Repiblica del Alto Volta) son los mejores Rhircled I bore larele Usted Obaze indencia, Pero un simbolo todavia mis Avo) en Nigeria Ia Univeriad de Naoben Re, Fis, y Ia Univenided ds Cape Coat y la de Ghoss, por ejemplo. E incluso fuera de los campus universeaios el debate progresista se propagaba, como demuestra la apa- ricdn en esa cada del Jounal of African Maras EL sesurgimiento del ancimperilisno tavo su rfl nla literatura, Los escritores de Mozambique, de An. gola o de Guinea-Bisiu encontraban temas ¢ im a en es uchasactivas de sus pueblos Inlino en los pues “que hablan aleanzado su independencia en los anes cin, «jemplos de estate tsclareccdor fue la emergencia de movimientos guert lleros populares que luchaban por una segunda indepen- dencia, Los movimientos armados de este tipo en lugares | como Uganda y Zaire fueron al neocolonialismo lo que el Bjéeito Keniano de la Tierra y la Liberead y ol FL argelino fueron al colonialismo en los aos cincuenta FI fenémeno de jvenes universitarios o graduacdos educacién secundaria uniéndose a trabajadores y campe sinos en las montatias para combatir al neocolonialism tes de que Ja revolucién nacional democt tuna transformaci conse ‘era el primer y necesario paso hacia ‘xa algo nuevo en los paises africanos de DN, dl: Azaden sea socialista, pstura cada vex mis critica frente al caricter antinacio- pal, antidemocritico y neocolonial de los regimenes en cl poder. Empezaron a relacionar esos males ya no con Ja decadencia moral de tal o cual dirigente, sino con la perpetuacidn del dominio imperalisa através de la bur- gesia compradora que ditigia los pafses afticanos. Los tscritores sc tomaron cada vez mis en serio al imperiali mo. Se volvieron en contra de las nuevas clases locales; la codiciosa burguesia que se habia aliado con el imp mo. F intentaron no limitarse a, simplemente, explicar y condenar los hechos. Puede percibirse un lento avance hacia el pueblo y una brisqueda de nucvos caminos en la literatura de este perfodo. Los escritores de los setenta se estaban enfrentando cara a cara con el neocolonialismo. Eran verdaderos escritores en Estados neocoloniales. Y estaban empezando a posicionarse junto al pueblo en la Jucha de elases que tenfa lngar en Africa. El progresivo acercamiento al pueblo de los escrito- res, sin embargo, se enfrentaba a algunos dilemas. Qué Iugar, por ejemplo, ocupaban ellos en los Estados ncoco- loniales de los que eran ciudadanos y en los que inten- taban ganarse la vida? Un régimen neocolonial es, por aturaleza, una maquina represiva. Su esencia misma, al techazat Ia rupcura con las estructuras nacionalese inter- nacionales de explotacién, desigualdad y opresién, lo ale- ja cada vex ms del pueblo, Su poder real no reside en el pueblo, sno en el imperialism, en a policy en ele rico, Para mantenerse, necesita eradicar cualquier atisbo dle expresion democritica, Este tipo de regimenes recu- tre, por ejemplo, a los sistemas de partido tinicos como cl partido no es més que una rigida estructura burocréti- se trata cn realidad de regimenes de un solo hombre, aa, como el de la novela El otono del patriarca despotismo: pobta Marquez. Cualquier organizacién democra- , aes a ilegal, excepto cuando se incorpora al sistema del Lider, cosa que, por supuesto, significa que sera despojada de toda actividad democritica. ;P : bry canonices debertan ext regimens fermite nalgule po de democracia en el drea cultural? La expresion eu tural democrin se conics en una amenaes pars el peculiar tipo de cultura por el que abogan este tpo de regimenes: una cultura del silencio y el miedo, ie da porlas celdas policalesy ls cimaras de torturas, La Kenia que emergié de los afios sctentailustra perfecta ‘mente la manera de proceder de un Estado neocolonial. A principios dela década, Kenia era una sociedad razonabl mente abiers, en el sentido de que los kenianos ala podian debatit sobre ciertos asuntos sin micdo a que ello conllevara su detencién y encarcelamiento, Pero a medida «que el parcdo en el Gobierno, primero bajo.el dominio d Kenyatta y luego bajo el de Moi ciment6 sus tlaciones neocoloniales con Occidente, el régimen se volvié cada vex mis invlerante on evalgue visi que cuestonaa ¢lncocoonialiino, Eo los cineuents, los kenianos habia luchado para climinar toda presencia milicar extranjera au territorio. En 1980, las autoridades permitieron ‘ jue sados Unidos instalara bases militares. La cuestion n siquiera se debatié en el Palamenco. Los kenianos se en teraron por los debates en el Congreso de Estados Unidos Durante la misma década en la que se eneregé Ia costa de Kenia a la maquinaria militar de Estados Unidos, el régi- men prohibié todos ls centros de debate democritice Ni siquiera la universdad se mancuvo a salvo: machos pro. fesores fueron encarelados o detenidos sin jucio,enve ellos, escritores como Ali Amin Mazrui o Edward Chet = ee al apalear a doce estudia evar a otros ciento cit i aie cincuenta ee Facron encarcelados” junto a ottos di 1 cumpliendo condenas de hasta dies ion, Deon ios. Otros doen Keniay cinco fue, on torcurados y lue luego condenados a sa penas de * celebrar un encuentro de orac pleno dia en el campo deportivo bl Maina wa Kinyact, eambién profesor y escrivon y ade- ands era el mas reputado historiador del pals, cumplid na en una prsién desmxima seguridad simplemen- .s histéricas sobre el movimiento intes hasta la muer- a al hospital; ae : te porsus investigacione catorce ‘Man Mau, Maina wa Kinyatt habja estudia en Estados Unidos, Cuando regres6 a Kenia a principios Sf lox setenta se incorporé al Departamento de Histo ». «Voy a volver a casa», insist Al termina, me dio uno de sus libros con la siguiente dedicatoria: «Para Ngigi. Por fa- vor, quédate al menos un poco més, Hoy, te necesitamos agui>. El libro era un anilisis erftico de Moby Dick, de ‘Herman Melville, una novela que solia entrar en las prue- bas de evaluacién en Kenia durante los afos cincuenta.. ‘Al llegar a mi hotel, encontré un mensaje ciftado, que habfa legado de Kenia: «Te recibiran con una alfombra roja cuando Hlegues al aeropuerto Jomo Kenyatta». Mas tarde, pude confitmar el verdadero sentido del mensaje: hhabia una orden de detencién y encarcelamiento sin jui- cio previo (en el mejor de los casos) contra mi persona tan pronto como pusiera el pie en Kenia... Me tomé un ticmpo asimilar lo que implicaba aquel mensaje, Me ne- gaba a aceptar el exo, o los placeres del exilio, como los describié una vez George Lamming en un libro. Incluso nego, cuando ya habia cancelado el vuelo y habia dejado ii babitacién en el Russell Hotel para paseat por Londres en busca de un lugar en el que vivir, seguta sin ser capaz de usar la palabra del imperialism. i En el siglo xx ha habido tes grandes movimientos ref cambio social, interrelacionaclos entre si En primer le i se han desarrollade mediance lugar, los movimicnros que ; sal revoluciones sociales exitosas, es decir, mediance la trans formacién social. La més importante, puesto que marcé el inicio de una nueva era en este siglo, fue la Revolucién Rusa de 1917, Pero otras le siguieon, como is de China y Cuba. El sangriento amanecer del imperialismo. a pios del siglo xx, con su control casi total del mundo a’ — vés de las colonias, semicolonias y otro tipo de formas gobierno dependientes, se vio contrapuesto al prometedor amanecer de su rival: el poder revolncionaio del puclo, En segundo lugar, ha habido movimientos de libera- cin nacional, en dos fases diferenciadas: serine la independencia del colonialismo, y revoluciones de- Sa ae contr el ncocoloniaismo Encl eer cer mundo, muchos de los movimientos revolucionarios Pettenecen a esta categoria. Sudafriea es un caso tinico, en el que convergen todas las caracteristicas mencions, dhs: un movimiento popular contza el colonialism y el neocolonialismo, y una revolucién por el cambio social Este es el morivo por el que a lucha del pueblo sufatrica, ‘no es tan representativa de nuestro tiempos al reunir loo clementos caracteristicos del sigho xx, se convierte en ise simbolo del mismo, En tercer lugar, en el corazén de la bestia, es deci, clentro de las naciones y paises imperialistas,existen fue, zas democriticas por cl cambio, Las conquistas demo. eraticas y sociales en Europa occidental después de la Scgunda Guerra Mundial fueron una consecuencia de In accién de estas fuerzas democréticas. Y hoy, tanto las fuchas obreras como los movimientos feminists, pact Fistas y por los derechos de las minorias racales forman parte de las fucrzas demacricieas por el cambio, Estos tres movimientos principales —revolucionatios, por Ia liberacién nacional y democriticos— son etapas diferenes de una misma lucha: lalucha de as Fueras pro. dluceivas del trabajo de la mayorta de la poblacién contra l capital improductivo de una minoria parasiearia, En los tres movimientos, los pueblos afroamericanos ¥ del tercer mundo han ocupado un papel cencral, Poe jemplo, todas las revoluciones sociales importantes del siglo 2x, com la tniea excepcién de la Revolucién Rusa se han producido en el tercer mundo: China, Corea del Norte, Vietnam y Cuba son ejemplos bien conocides Las luchas por laindependencia en Alica, Asay Sudamétieg fener el viejo colonialismo han cambiado el mapa po. Uitico mientras as revoluciones democréticas nacioncles oneta el neocolonialismo cambiarin por completo el reparto de poderes en el mundo. En todas partes, el poder del pucblo ese tomando fuerza, a medida que nos acerca- mos siglo xx Finalmente, en los paises imperialistas, canto en Esta- dos Unidos como en Europa occidental, los movimien- tos por los derechos de minorias raciales (especialmente los afroamericanos, pero también otras minorias proce- dentes de paises del rercer mundo) estin desafiando las estructuras raciseas contrarias al pueblo y, mientras lo hacen, estén sacudiendo sus cimientos y estableciendo nuevas bases para los cambios profundos que estin por llegar. Los movimientos por los derechos civiles de los afios sesenta en Estados Unidos afectaron y siguen afec- tando las dindmicas politicas del pats. Incluso en el limi- tado marco democritico de las elecciones presidenciales, fixe un candidato a presidente negro, Jesse Jackson, quien, mediante el concepto de la Rainbow Coalition”, consi- guid articular la centralidad de los ciudadanos de origen africano, asidtico y latino en la lucha por el poder popu- Tar cu Estados Unidos. «Our Time Has Come» («Ha Hlegado nuesera hora») fue, en verdad, un lema acerta- do. Aqui, en Gran Bretaia, el auge de las organizacio- nes negras en los aos setenta y ochenta ha afectado ya al vocabulario y la terminologia que la lucha por el po- det del pucblo esta empleando y con los que esté siendo percibida. «Black is coming back» («Lo negro vuel- vem), esctibié alguien sobre cl desarrollo de los mo- vimientos democréticos afroamericanos en Estados Unidos durante la década de los sesenta; lo mismo puede 32 N.del : Coalisién de pari politicos socialdemécratas kenanos que _gobernd entse 2002 y 200. afirmarse, y. caciones, que lu ido act ido acompariadas de de movimientos artist sencia hoy aqui. ses. Esto achat -ompafia ticos, como demuestra nuestra pre, on mayor intcnsidad si cabe, de las rei luchas y desafios de las personas de raza ae In por cambios reales en nuest Los tres movimientos prineipalesque hein idos de una explo ipales que he esbozado han sién generalizada de talen- intelectual. La emergencia | aparicidn de ealeneos y se ha plasm con la aparicién, por ejemplo, te cl auge de las luchas anticol ambito artistico Ja Culeura fueron manifestaciones de esta de una sensibilidad artistica anid. La forvalea: tis en 1959, 0 los FESTAC (Festiva Negras) de Dakar y a de los vinculos que nado claramente en el émbito politico, del panafiicanismo duran. loniales. Pero también en el de forma paralela, en 1956 y el de Pa- Mundial del Arce y de Lagos en 1966 y 1976, buisqueda independiente fa por el antimperialismo, ‘nos unen en politica y en clarce no puede hacer més que fortalecet los movimientos por el cambio social. La Feria Internacional del Libro Radical, Negro y del “Tercer Mando que nos ha reunido aqui es una prolonga- cidn de esta convergencia y un paso més en cl fortaleci- miento de los vinculos que nos unen. Pero, en cierto modo, esta feria también es tinica, porque ha dado y sigue dando a esta convergencia de la sensibilidad radical politica y artistica de Africa, Asia, Sudamética y Europa una forma institucional, mediante tun evento anual, y una forma concreta mediante el ea- cuentro de libros de verdad, escritores de verdad y pensa- dores en carne y hueso, todo ello procedente de los cuatro continentes, Al mismo ticmpo, la feria, como podeis ver, tiene vocacién populas, y esta organizada por movimien- 10s que, dia tras dia, parcicipan en luchas aqui, en Gran Bretafa. La existencia misma de esta feria ¢s un ejemplo de movimiento por el cambio social en el siglo xx, asf como un reflejo y un producto de las luchas y cambios sociales en Asia, Sudamérica y Europa. Or Se Liberar la cultura del racismo a 14 La ideologia del racismo. Guerra contra la paz, dentro de cada nacién y entre las naciones. Habo una vez un granjero colonial mas bien bajito que, los domingos por la mafiana, se apoyaba en los cucrpos postrados de sus jardineros para mirar por la ventana y disfrutar de la vista de la gran plancacién de eé que se des- plegaba ance su casa sentorial. «Qué dia mas hermoso y apacible», murmuraba, genuinamente conmovido por Ia aparente tranquilidad que le rodeaba, Estaba tan absor- to en esa paz que no escuchaba los rugidos de los estéma- g0s de sus trabajadores, ni sus sordos gemidos de malestar. «Un lugar apacible, gno es asi?», se giraba y les decfa a sus sirvientes, Los sirvientes, que también estaban sobre algunos de los cuerpos, aunque a una respetuosa discancia del amo, esperaban de pie, listos para servirle el desayuno, yrespondian al unisono: «Si, amo, muy apacible». Hoy, este granjero colonial podria ser uno de los amos blancos del apartheid, apoyindose sobre las espaldas de millones de negros en Sudifriea y Namibia, gritando mientras se arma hasta los dientes para proteger el statu quo, el dominio de una mi- norla sobre la mayoria, nto dentro de cada nacién como entre las naciones, Estos son los que hablan de paz hoy. Pero, zdénde ests la paz para los millones de victimas del apartheid? :Dén- de esté la paz para los negros en Gran Bretafia, en la Bu- ropa continental o en Norceamérica? Dénde ests la paz para los millones y millones de personas que viven bajo crueles regimenes neocoloniales en Asia, Africa y Sud- américa? ZDénde esta la paz para los millones de habi- tantes en las naciones industriales desarrolladas que no tienen trabajo 0 que no tienen hogar? 2Déndc est la paz ppara los trabajadores que generan la riqueza de las nacio- nes ys aun asi, pasan frio o hambte? La cuestién es que estas personas viven en un perma- nente estado de guerra, una guerra que se libra contra ellos mediante dos atmas: la subyugacién mental y espi- ritual y la eliminacidn fisica La primera de ellas es un arma ideolégica que se pre- senca bajo numerosas formas: religién, arte, medios de comunicacién, cultura, valores, creencias, € incluso sen- timientos. El racismo es una de las més poderosas de las armas ideoldgicas usadas por el imperialismo actual, y su objetivo es salvaguardar el sistema de explotacién de la mayorfa por patte de unos pocos, tanto dentro de cada nacién como en las relaciones entre naciones. El racismo ‘esuna ideologfa conscientemente usada por el imperialis- ‘mo, que consta de cinco clementos relacionados entre sl El primero de ellos s el oscurantismo, El racismo sit- ve para ocultar la conexién real entre la rigueza de unos ppocos y la pobreza de muchos en el interior de un pats capitalista,as{como, en un imbito internacional, la cone, ies la "iqucza de unas poe mcionesoevidentales pobreza de Ia mayor ses asiiticos, aftica- bos Yaudameici, con En ef émbito interno de un pais, di 0 ejem. plo, un pals ecient el racimo fntnn port doses estrategia que intenta encubrir el hecho que deberia re- sultarnos obvio (y que no lo hace porque industrias en- teras se dedican a evitar que sea asf) de que el trabajo de | mayor parte de a poblacidn constituye la base de lr. queza del pais, pero que el beneficio termina concentrado en manos del capital es decis, de una minoria. Mediante un innegable trabajo de manipulacién mental, la reali. dad se subvierte y se nos hace ereer que es el eapital de tunos pocos, y no el erabajo dela mayorla, el que genera la riqueza del pais. Se espera que los trabajadores se mucs- tren agradecidos alos poseedores de capital por crear em- pleo y proporcionarles un sueldo. Donde hay un sector negro de la poblacién (0 cualquier otro segmento que se pueda reconocer ficilmente cntre los trabajadores ya sea segtin nacionalidad, raza 0 religiSn) se espera to- davia mayor grattud y servilismo, porque el capil que Proporciona trabajo a ese sector esté controlado mayo. ritariamente por blancos. Los propagandist del capial hablan y escriben como si el trabajador negro tuviera que arrodillarse ante el dios blanco del capital como mucca de gratiud eteena, Los erabajadores blancos pueden lle- gat incluso a identificase con la blanquitud del capital y posicionarse contra la negritud del trabajo. Con el ciempo, esto se termina reduciendo a una sencilla férmula racis. ta: los negros deben mostrarse agradecidos a los blancos. Elhecho de que el trabajo negro produzea riqueza queda ensombrecido por la formula racista, FI racismo ha marcado las relaciones entre las nacio- nes capitalistas occidentales y los paises del tercer mun- do, pero no debe encubrir el hecho de que la riqueza de Europa y América del Norte (y Jap6n) se ha alcanzado, al ‘menos parcialmente, a partir del trabajo de Asia, Africa y Sudamérica, La riqueza de Occidente tine sus raices en la pobreza del resto de nosotros. Esto es una verdad histé ricamente irrefutable, Europa occidental y Norteamérica han acumulado capital mediante el comercio de esclavos, el trabajo delos exclavs yc erabajo colonials y siguen ha- ciéndolo en la actualidad a través de los procedimiencos neocoloniales que todavia aran Afeica a Oceidente en una relacin similar a la del caballo respecto su jinere. Ante ‘sta situacién, una vez més, como en una nacidn racial mente dividida, se le da la vuelta ala realidad. Los propa- gandistas del capital de Occidente nos hacen creer que es el que est ereanclo riqueza en el eercer mundo. Se espera que estos paises, sangrados dia tras dia y conde- nnados ala més absoluta pobreza, se muestren agradecidos al capital occidental, es decir, a Occidente, a Europa, con lo que todo se reduce la vieja formula racista de siempre, sélo queahora ubicadaen un contexconrernacional: Asia y Africa deben moscrarse ageadecidas a Europa. El trabajo asidtico y afticano necesita capital blanco, pero se asume que no sucede fo mismo a a inversa; y una vez aceprada esta asuncidn, las élites gubernamentales neocoloniales en el tercer mundo hatin cualquier cosa, incluso a a 1u propia gente, con tal de crear estabilidad para el eapi- Teldec OecidcneLa gritod nega ak cara Manel ha convertido en un ideal nacional y en la base que cabe esperar en las relaciones internacionales entre Occidente yeel resto de nosotros, parafraseando el culo del libro de Chinweizu, The West and the rest of us. El neocolonia. lismo ha afadido unas cuantas manchas de sangre més a aquéllas con las que el capital de Occidente ya se habla manchado con el comercio de esclavos, la esclavitud y el colonialismo, Eloscurantismo nos conduce ala otra caracteristica del tacismo: la estrategia del «divide y venceris»., El racismo no sélo ha encubierto la relacin real entre capital y tra, bajo, sino que también ha afectado a las rclaciones entre distintos capitals y, lo mas importante, entre las distintas fuerzas produetivas, que ahora se encuentran a merced de conglomerados industriales, tanto en el Ambito nacio- nal como en el internacional. El objetivo esque las fuerzas productivasse vean asi mismas asladas en enclaves nacio. nales, racials, religiosos o trihales Denero de una nacién, a los erabajadores de una raza 0 religibn determinada se les ocorga una posicin privi- legiada, como, por ejemplo, tener garantizada seguridad en el trabajo, mejores sueldos, oporcunidades de promo- Cin laboral, mejor acceso a la vivienda, etc, en compa racién con otras razas, o con personas con determinado acento 0 detetminada forma de hablat. Estos privilegios © ventajas no se proporcionan, por supuesto, aumentan. do los beneficios reales del geupo social beneficiado, sino rebajando los sueldos de los otros grupos de trabajadores, Ciertas actitudes empiezan a erecer sobre la base de esa diferenciacion o disctiminacién y pueden conducir aun 33 del T: The Mest andthe Res of Uc White Predators Blac Sls, nd the fican Elite (Occidente yl resto de nostro: Depredadore lane 05 echvos negros yh dit african). sistema de asunciones sobre el careter racial del otro. ‘Ast empiezan las suspicacias entre trabajadores, y luego se transmiten y se enquistan bajo la apariencia de una costumbre. Los ttabajadores comienzan a defender la se- guridad de sus trabajos Frente a otros trabajadores. Em- piezan a contratiarse ante las demandas de solidaridad de ottos trabajadores, puesto que tales demandas pueden poner en tiesgo sus trabajos aparentemente seguros, es- pecialmente en tiempos de crisis. Esta divisién entre trabajadores de diferentes grupos raciales ha alcanzado tun estatus de filosofia y practica politica de Estado en el apartheid sudafricano, El resultado dela captacion de par- tede los dominados por los dominadores son las estrace- gias del «divide y venceris» que se han empleado contra los trabajadores en esa misma nacién, Pero las mismas estraregias de captacidn, de «divide y venceris», pueden encontrarse también en el Ambito in- ternacional. Los trabajadores de las colonias, semicolonias y neocolonias y los trabajadores de Europa y Norteaméri- cca se enfrentan casi siempre al mismo capital y a los mis- ‘mos propietarios. Las instituciones financieras en Nueva York, Londres, Parfs, Bonn y Tokio son practicamente las mismas que pueden encontrarse en Lagos, Nairobi, Jo- hannesburgo, El Cairo, Manila o Seiil. Lo mismo puede decitse de las empresas industrales y comerciales, En mu- chos casos, un trabajador en Kenia, Sudafrica, Corea del Sur, Filipinas, Chile, Brasil y El Salvador trabajaré para tuna misma institucién, 0 un mismo propietario 0 grupo de propietatios, que un trabajador en Europa occidental 0 Norteamérica y Japén. El racismo no sélo sirve para en- cubrir las relaciones que podrian unit a Los trabajadores, sino que ademés contribuye ala division, al asegurarse de que las diferencias en las recompensas que se obtienen por elrabajo en un ambito global dependan de cuestiones ra- cals. La gran divisién entre Occidente el tercer mundo, © entre el Norte y el Sur, segin el eufemismo favorito de «ada uno, no es més que un camuflaje racial; la divisibn se produce, principalmente, entre os blancos de oigen europeo y as razas oscuras dela tierra. Los enormes bene- ficios que se extraen de los trabajadores en Asia, Aftica y Sudamérica se evan a Europa y Noreeamérica y Japén y conttibuyen a clevar los estandares de vida de Occidente én su conjunto, La clase trabajadora de Europa, Nortea- iérica y Japdn se convierte en una aristocracia prolecaria internacional en comparacién con los trabajadores de las colonias, as semicolonias y las neocolonias. El interna- cionalismo del capital no se desarvolla paralelamente a un incetnacionalismo del trabajo, El racismo, y, hasta cierto punto, el nacionalismo y la religién,juegan el mismo pa- pel en esta estrategia del «divide y venceris» en el ambito global que en el dmbito nacional. Lo que nos lleva al ter- cer elemento del racismo: la dominacidn politica. En lugares como Sudifiica la dominacién politica «5 evidente. Una minoria blanca domina a la mayorla mediante un sistema perverso, el apartheid. Pero inclu- s0 en los paises occidentales, el racismo, al dividit a los trabajadores o desviar su atencién de las causas reales de su miseria, debilita la lucha de los mismos y contribuye al dominio de una mayoria por parte de una minoria social. Los partidos conservadores de Europa occiden- tal, entte ellos los partidos neofascistas, se apoyan, sobre todo, en votos de los erabajadores, especialmente cuando sacan a relucir, de forma direeta o indirecta, el faneasma de la taza, Esto se refleja también, una vez més, en las relaciones internacionales. Un puftado de naciones — lentalessiguen dominando anumerosasnacionesen Asia, ie : Sirdameriea. A pesar del hecho de que les eabe jadores occidentales son los alindos naturales de los ta- bajadores del tercer mundo, la burguesia occidental : tiene el mis minimo temor de que sus waar ie lanten cara, En cambio, la burguesia occidental s tien aa entre las naciones dominadas del cercer ool Elo han creado, en las colonia, semicolonias y neocolo- nias, durante anos de ingenierfa cultural racisa, una élice local imbuida de un odio y un desprecio hacia su propia ‘gente practicamente patolégico. El racismo ha produ do una dlite dotada de lo que Frantz Fanon deseribié una vez como un incurable deseo de identificacién permanen- n Occidente. ii i al coscurantismo,ladivisién y la dominacién nos llevan azunaeure crac de racsmos Ta cxplotacin, Las res primeras caracterfsticas no son un fin en si mismas; ou Salidad es aumentar los bencicios z ech la apropiacidn y el control de la riqueza producida median- = d o- YW capital se apodera del trabajo, tanto en el Ambito nacional como en el internacional. La ideologla rdctica del racismo facilita la exploracién. Aunque tal ‘ietohenieoed lorethabslores Banco: quo ros, el hecho incuestionable es que se roba a todos ellos. De HACE eleva cl berclicio? TM plusvalia {que generan los beneficios pertenece por derecho propio al trabajo ysin embargo cl trabajo nose benefcia deel Ete los poco robadsy ls muy robados, a ileal rencia es la desigual distribucién de la pérdida. Pero poco robados, «felices» con sus trabajos, con la « tidad> de los mismos y sus mejores sueldos, se alin ‘menudo con el capital en contra de otros sectores de las Fucrzas productivas frecuentemente definidas a partir de ta raza. Cuando una parte de las fuerzas productivas se alinea junto al capital no importa el motivo por el que lo haga, el capital se da por satisecho y gana tiempo para seguir robandoles sin micdo a un frente comin, Le desunién de las fuerzas de trabajo, nacional ¢ internacio. nalmente, contribuye a su explotacién. La més sencilla de todas las herramientas que se han usado para dividir a los miembros de las Fuerzas de trabajo es la apelacién, direc. £2 0 indirccta, al racismo. El lugar en el que el raciemo se encuentra mis presente como ideologia de explotacién sigue siendo Sudiftica, pero el apartheid no es mis que {a forma de expresién mis cruda y directa de una prictica completamente incegrada en el capitalismo imperialista El efecto de la acumulacién de estas cuatro caracteriy- fleas crea una quinta: Ia opresién, El racismo es una ideo. Jogia, pero sus efectos no tienen lugar en el plano mental espiritual. Se sienten en carne y hucso, en su prictiea en 1h ida diasia. Las heridas corporales de la violencia poli- cial concentrada en una parte de la poblacidn identifica. ble por el color de su piel o por su teligién o por ambas cosas son mis ficiles de ver que las heridas espitieuales, *Son mis Ficiles de ver? Uno de los peores efectos del racismo es eémo insen- sibiliza a los seres humanos. Se puede haber hecho cosas horribles a una parte de I poblacién sin que ls ots par. tes sientan ningtin horror, porque sus sentimientos han Sido adormecidos hasta el punco de que son incapaces de vero escuchar lo que succde frence a sus ojos u olds. En los paises occidentales, esto puede comprobatse con la in. diferencia de los blancos ante la brucalidad policial contra las personas de raza negra. En el émbito internacional, puede verse en cémo las naciones capitalistas avanzadas uusan a los paises del eercer mundo para experimentar con uevos tipos de medicinas o de armas, 0 como vertedero de procluctos quimicos peligrosos o de residuos nucleares. La cuestién ya se ha formulado antes: si Japén hubie- rasido blanco, en el sentido enropeo del término, zhabria sido tan ficil para Estados Unidos comar la decisién de emplear bombas nucleares como lo fue en los casos de Hi- roshima y Nagasaki? Hoy, Japén es tratado como un pais blanco, occidental, casi curopeo, pero lo es a causa de su riqueza. Hitler us6 el arma del racismo para insensibili- zat asu Alemania nazi de modo que no viera los erimenes que cometia contra Ia humanidad. Las naciones curopeas lusan este mismo recurso para hacer que sus habitantes no yean los crimenes que se han cometido contra Africa du- rante los afios del comercio de esclavos y la esclavitud y la ocupacién colonial. El racismo institucional se filtra en las estructuras educativas, sociales y politicas de Occidente y termina afectando a la conciencia general de la sociedad. Las re- laciones personales, ls sentimientos, las actitudes, los va- lores, la perspectiva, la percepcién de uno mismo y de los demis ¢ incluso los actos cotidianos de nuestras vidas se ven afectados por el racismo, Los valores racistas se con- vierten en las coscumbres que, de forma inocente, se trans- miten en la familia yen otros circulos sociales. Y son estos estamentos los que, al fin y al cabo, terminan formando alas personas, De hecho, el racismo ha formado parte de la imaginacién y las pricticas de Occidente en tal grado y desde hace tanto tiempo que para algunas personas es tentador verlo como el elemento fandacional de codos los males de Occidente. La historia del capitalism, capital mercantile indusral hava el cape Rage dela era imperialist, da erédito a esta imteeprecacion da Ia historia y la politica. Porque el racism ha sido, an dda, parte integrante de la esclavitud, el colonialisnes ahora, el neocolonialismo. i: Los que combatan el racismo no deben olvidar nunca {que sin importar cuan omnipresence sea en las sovieda, des, no es més que una idcologia fundada en un sistema econdmico de explotacin y opresion social; hoy endl, e capitalismo imperialista. Del mismo modo, no deben ol vidar nunca que sus vitimas sufren sus efectos caca hora, cada dia, cada semana, cada mes, todos los aos, en ang ‘expos, en sus estémagos, en sus mentes,en Sus casas yen suscalles El racismo una realidad cultural, pricagen, Politica y econdmica, y no una absurccién despersonali zada. El empoderamiento econdmico, politico, cultural Y poicol6gico de las victimas sociales del racismo como arte de lich global conta sre sl dio modo lederrotarlo La altenativa es una continua amen, pedelshumoiid. mal Lacucstidn que surg, enonces, es: shay una conexién entre el racism y la pazen el mundo actual St. Porque el racismo, como hemos visto es una de las armas usales contra la posible paz de millones de trabajadores en el mundo. El racismo se ha concebido para evita que la gen- ‘ese una, orgullosa, deverminada ycon plena conflancs en simismos, en una lucha contra el sistema. Elracismo ce ha coneebicl para dispersar confundir y debilitar la tesisten. cia, para prevenirla, si se quiere, para evitar que aleance un Punco en el que se exijay se lleven acabo cambios revolt. sionarios en el statu quo El cacismo se ha concebido para derrotarala paz.que merecen alcanzas ls clases y naciones explotadas. Fl racismo es una guerra contra fa gente, una {guerra librada con otros medios, diferentes a los que reco- nocemos con mayor facilidad, una guerra ideoléica. Y cuando el racismo como arma ideolégica fracasa en su incento de silenciar al pueblo, A la basen nel poder puede recur abiertamente a las armas, a los Enaasice de donlsclbe Tusa 4 cl —la clase social y las naciones dominantes— esté detet- minada a mantener y defender el statu quo de desigualdad entre personas, nacionalidades, naciones, y regione dela ‘Tierra po cualquier medio asu disposicin. Losinterses occidentales dominances, de forma pricticamente und- ime, prefieren que el mundo desaparezca antes que ver cémo cambia radicalmente su statu quo con millones de personas hambrientas, sin hogar, desnudas. El racismo ha formado parte de todas las guerras libra- das en Europa y en el mundo desde el siglo xvi. Todas las guerras entre ingleses,franceses y espafioles en el siglo xvnry xx esti relacionadas, ent ottas cosas, con el wifico de esclavos y la esclavitud de afficanos. Lo mismo se aplica ala guerra civil estadounidense. La Primera y la Segunda Guerra Mondial se libraton debido a ls con- flictos sobre las colonias. Cuando los intereses imperia- listas alemanes perdieron sus colonias afticanas durante Ja Primera Guerra Mundial, intentaron luego, a eravés de Hitler, recuperarlos colonizando la propia Europa. Cabe notar que el nazismo as acismo, el atisancsmo ye antinegrismo como armas ideolégicas antes de recurrit a lasarmas reales. 4 Pero el fascismo racisea no se inventé cn la Alemania nazi. {Qué hay de los millones de africanos asesinados sin motivo por los britinicos, franceses y alemanes durante los anos de esclavitudy de efi de esclavos? ¢Queé hay de las masacres de los mismos pueblos por las mismay fuaerzas en las colonias? El holocausto judo vino prece. dido de un no menos importante holocausto negro; no conviene olvidarlo. El racismo y las teorfas racistas para justficar masacres sin sentido de seres humanos han sido verbalizadas,argumentadas, torizadas y estlzadas por tuna corriente entera de pensadores y artistas del mundo occidental: Hume, Hegel, Carlyle, Froude y muchos otros autores que han contribuido a cierto imaginario occiden. tal Se ha deshumanizado a los aricanos, ala percepcién mental que se tiene de ellos, para poder justificar la ne. cesidad de tratarlos como carne de cafién. Ese mismo 1a. cismo, que erecié y se nutrié en el sistema de los siglos XVII, XVII y XIX, reaparecié en Europa ci el siglo xx de Ja mano de Franco, Mussolini y Hitler. Todos lus méto- dos que se habian aprendido y levado a la prictica en cl mantenimiento del trifico de esclavos, la esclavitud y el colonialism se aplicaron entonces en territorio europeo, Elhecho es, como se ha dicho a menudo, que la clase era, bajadora de as naciones imperiaisas nunca sera comple. famente libre como seres humanos sin la liberacién coral de los pucblos de las semicolonias y neocolonias. Fl race. to ha sido siempre y siempre seré una amenaza ala paz ‘mundial. Sus victimas, al menos, nunca acepearin una pat y una estabilidad fandadas en el racismo, Todo parece indicar hoy en dia que la Tercera Guerra Mundial sc libraréo bien debido a las discrepancias sobre tuna nueva divisién del mundo —en particulae del tercer ‘mundo— entre gigantescos impetialismos rivales, 0 bien Alebido a Ia accién de e505 mismos imperalismos para 213 cevitar que el tercer mundo controle sus propios recursos, La Tercera Guetta Mundial podria set, realmente, una Guerra del Tereer Mundo, Muchos de los lugares confic- tivos en la actualidad se encuentran en Asia, Africa y Sud- américa. Y en todos ellos, las guerras se han librado po; 0 ‘en representaci6n de, los intereses imperialistas, contralas uchas de los pueblos a favor de cambios sociales signifi- cativos. Algunos de los conceptos utilizados en estas g1c- rras, como las fuerzas de Despliegue Rapido occidenta.es, ya sugieren el derecho de Estados Unidos o de Europa pata invervenir en Asia, Africa y Sudamérica euando con- sideren que sus intereses en esos paises se ven amenazados ‘por ferzas excernas o internas. Hoy en dia, Estados Uni- dos tiene bases militares y nucleares en numerosos paises de Asia, Africa y Sudamérica. Ademés, Estados Unidos, Gran Bretaita y Francia han armado y siguen armando a jnumerosos regimenes de gatillo ficil en estas regiones Y, finalmente, si Fueran necesarias mas evidencias, tenemos el apartheid en Sudafrica, cl mayor «pacificador> mo- derno del imperialismo en Africa del Sut, No es ninguna castalidad que el Estado més racista, en el sentido de que cl racismo se encuentra en su fundacién ideoldgica, sea el Estado més armado por Occidente. En Sudiftica, la ofen- siva idcolégica del racismo y la ofensiva armada con atras convencionales y nucleates convergen, lo que demues- tra.con cotal claridad, de forma eruda y conereta, la core- xin existente entre racismo y armas concra la paz, 0 nds bien entre racismo y guerra, Es importante que los movimientos pacifistas en Eu- ropa y en Norteamérica apoyen y respalden, aunque vaya ‘contra os intereses de sus propios paises las luchasantiso~ Toniales, nacionales y democriticasen Asia, Africa y Suda en ‘mérica, El movimiento pacifista debe apoy i exigencas de oda as minora ache oe Occ Japén por a igualdad racial ante la ley y kis institueiones aunque vaya en contra de sus intereses nacionales, Debs apoyar también las luchas de las clases trabajadoras por el control de lo que sus manos, cerebros y habilidades producen. La carrera armamentistica debe convertirse en tuna carrera para armar a a raza humana contea el hambre yla pobreza. Debe convertitse en una cartera para dotar a laraza humana de los medios que nos permitan convettir- nos en més humanos. Lapaz.es imposible en un mundo dominado porel im- perialismo, La paves imposible en un mundo guiado por |a ideologia y Ia prictica del racismo. La lucha por la paz en el mundo tiene que ser una lucha conjunta contra el racismo y el imperialismo. Una ideologia es un sistema con: imégenes, crcencias, sentimientos, des con el que explicamos el mund. 1s ideologias suelen acultarse en las pricticas culturales de una sociedad, pero también pueden hacerlo en los I bros y pueden apareceren ellos como parte de un progra- sma cuidadosamente claborado por la clase dominante en tna nacién o en una raza, Las ideologias tienen una base HH a menudo lanza sus ofensivas en las paginas de material, y la reflejan con diferentes grados de precision, racismo segin cuil ea a clase que controla la ideologia en esa ne, i riédico antes de establecer- gin A cliscgn a logi ‘i ae nig eiteee general te fa sae cién faa y cual sea la base material de esa sociedad, id ites ls es als pmo pasa is ibros. El racismo se introduce ‘ af i Hdeicmn pales apts ln que dee en lor broil lead en nuestra vida covdinay nuestra forma de see, eee Sonim cat oh Eee eal pantallas La idcologia del racismo, asi pus, ambien encuentra sus de cine. La biblionecas —enrendidas en un sentido a. Fitos de paso hacia la sociedad en elcampo de lalictatara see ee ee impresas, en escuel imaginativa, En cualquier comunidad en la que haya ple, ena —— ervenmiesrycent_ pe facismo, éste quedard reflejado en la literatura que alli ee oat edo y la literatura es, mu- ecseriba. aa iene eee ee Pero cul sla conexi6n, yeémo se produce? Losseres Chal ec ie neta adsumdiatate a humanosestin malditos pore peeadobiblco de Adin y ee eae call Bra. Todos conocéis el mito judio: Adin y Eva vivian eo Be a ieee ee al jardin del Edén, un paraso terrenal en el que tenian tac Ie psi yt destinacin. Tp hase a todo lo que necesitaban, con ln tinica condicién de que Sxpirantiny, cidbetb ol eumabaramie se mantuvieran en un estado de feliz inocencia, o, dicho nes la creacién de riqueza y la pobreza en ‘ i ia aca el mundo; mediante la division ddeorr0 modo, en la absoluta ignorancia a Isaulbla le deine en pupae cia. cn lo go tenracién de conocer. Quisieron comer del 4tbol del co. hocimiento, El resultado? Fucron expulsidos del paraiso se es dijo que, a partir de aquel momento, dades y sus percepciones hasta hacerles ver el mundo segiin Vivir del sudor de su frente. Se les condend lades y's las necesidades y propésitos del opresor y explocador. Ta supervivencia. Desde enconces, npleco de simbolos, pensamientos y actitu- Jo y nuestro lugar en él 15 El racismo en la literatura. Yen particular la lceratura imaginativa, csuno de los medios mas sutilesy efectivos para transmi, tendrfan que a luchar por los seres humanos han cenit enfrentarse a la naturaleza para conseguir ali- Pet ge ee Para desarrollar esta lucha de forma eficaz la homanidad hha creado una serie de herramientas, desde la mas simple piedra, cuchillo o hacha de la Edad de Piedra y la Edad de Hierro hasta las complejas tecnologias y gigantescas 4quinas del siglo xx. También se ha apoyado en la coopera- ci6n entre seres humanos: la combinacién de la fuerza de trabajo de unos con otros para maximizat los resuleados mediante la divisién de tareas, de modo que, por empl el que construye las lanzas no tenga que ocuparse al mis- = tiempo ke fabricar las sartenes La raicién biblica, después de todo, puede verse como una bendicibn. i para siempre alos seres humanos de la dependencia de los caprichos de su entorno, A través del sudor de su fren- te, ql ser humano aprendié a desarollar los medios desu emancipacién de la naturaleza, a veces benévola, pero a veces cruel. Sélo entonces, la humanidad pudo empezar a hacer historia. Pudieron empezar a crear una com dad humana. Pero los seres humanos también han luchado entre 5, tanco durante su interaccién con la naturaleza coma aa Jo que han obtenido de ella. Han combat do por controlar el trabajo de otros, las herramientas que tusaban, el tettivorio en el que se usaban, y, Finalmente, la figueza obtenida tras esa lucha primavia con la naturale za. Han llegado a elaborar herramientas especificas para Iuchar unos contra otros, desde simples piedras hasta mo= armas de destruccién masiva. nae io esas dos luchas os seres humans crearon comunidades con una economia compartida y una politica comin. Y las comunidades, por el de hacer cosa similares una y otra vex en una geografa compartid, desarollaron una forma de vida comin que se expresé en sus lenguas, en sus sistemas de denomina. cidn, en sus danzas, canciones, religién, arte literarnea y su sistema educativo en general; en definitiva, en su culeura, el cuerpo social que contiene los valores que sus pricricas econdmicas,politicas y culeurales han generado alo largo del tiempo, Una culeuratransmite los concepros deloqueestébien yloqueesté mal, lo quees bucnoomalo, lo que es hermoso y feo, y.coda una serie de nociones como el honor, el corae, Ia gloria o el herofsio, concepciones, en resumen, de lo que su comunidad considera que es ser hhumano. El conjunto de estos valores forma Ia base de Jn autoconciencia de la comunidad, de la percepcién desi misma como una comunidad diferente de las demés, asi como el sentimiento de pertenencia de sus miembros hacia ella, Bs la base de su conciencia de quiénes son en re- lacién a los demas yal universo, fo que en otro lado he lla- ‘mado sus imAgenes colectivas cindividuales de si mismos. La identidad de una comunidad es, en verdad, la imagen que ticnen sus miembros de quiénes son, Pero su conciencia de quiénes son puede hacer que vean de otro modo sus valores, su cultura, su vida politica yecondmica, su relacién con la naturaleza y con el univer- $0. Sus procesos econémicos, politicos, culturalesy psico- logicos estén intrinsecamente relacionados y constiuyen 'mn conjunto complejo, mis complejo atin por el hecho de que no son nunca estiticos. Ahora podemos comprobar rimportancia que cobra el hecho de saber quién controla €8t05 procesos y, especialmente, la base material del con- junto. El control de la culcura, y por tanto de los valores y la autoconciencia de Ia comunidad, pueden retardar, 219 ban para debilitar la resistencia de los esclavos, rebajan- do la percepeién que tenian de su propio valor y de sus hhabilidades y transmitiéndoles una pescepeién de inven- cibilidad en el enemigo. Ns anves de We el colonialismo despojara a los afvicanos de su propio eitorio mediante la conquista militar y la ocupacién econémica, de su propia histor mediante la ususpacién de Jos medios para conse de su propia cultura mediante religiones fordneas, mu- cho antes de todo eso el colonialismo ya habia empeza- do a despojarles de todas esas cosas mediante la literatura que se inspiraba en el sistema esclavista 0 lo romaba como modelo de las eelaciones humans, La literavra colonial se construyé sobre esa tradicién, con la tinica diferencia dle que dorance la eta colonial el racism de los textos académicos y la fccidn imaginativa se predies también a través del sistema educativo, La geografia, la historia, las Jenguas, nombres y dioses curopeos se convirticron en el centro del universo educativo de los nis africanos. El racismo como doctrina dejé atrés su refugio oculeo en- tre las tapas de los libros para ser exhibido con esplendor académico en los centros educativos coloniales. La literatura es una disciplina artistica que ecabaja con la manipulacién de imagenes, Por ello, sus efectos pueden ser atin més nocivos que la mas peligrosa de las erudicas obras de pensadores como Hegel, Hume y el resto de hé- roes del canon intelectual imperialista La literatura que habla de Africa y los africans suele retratarlos siguiendo unos pocos estereotipos: el 7 disereto y callado, el alegre, siempre sonriente y emp: sco, o ol retrato del luchidor de la resistencia como re encamnacién de la crucldad, la cobardte, la ignorancall estupidez, la envidia e incluso el canibalismo, El aficano colaboracioniss aparece glorifcao, mientras que el que 5 opone al colonialism es presentado como alguien vil aunque estos atributos no aparezcan siempre de manera directa expliciea, son usados por los autores para guar las tmociones de los ectoes y conseguir que se identifiquen con el aficano servl, colonizado, y para que tomen dis. tancia con los personajes que cuestionan el colonialism, «que defienden sus derechos, o, por ejemplo, los que cons. piran contra el patron en las plantaciones bananeras,;Pero si se rata simplemente de personajes en una ficidn, son inofensivost Son de verdad inofensivos? La exposicién constante a ciertas representaciones de {a realidad puede tener efectos psicolégicos muy destruc. tivos: en Aftiea todavia estamos lidiando con las conse- cuencias de una representacisn de la historia con la que en muchos casos no podemos identificarnos, El lider de un régimen ncocolonial al que no le qui- fal suefio la aniquilacién de un millar de personas en tres dias, el académico que medra eseribiendo doctos tratados sobre el retraso de las masasafticanas y que se burla de cualquier esfuerzo del pueblo por liberarse de ‘hs ataduras neocoloniales... 2a qué representaciones dde Africa y de los afticanos habran sido sometidos « lo Jargo su formacién? Aforcunadamente para nosotros, la historia no es uni- laterals ni In historia va a ser siempre la misma, ni hay tuna sola versién de la historia, fa de unos mandando ¥ ottos obedeciendo, Tenemos una gloriosa historia de lucha. ¥ lalucha por la iberacién nacional ha conllevado también una reevaluacién de nuestra culeura. La cultura de la resistencia, en especial las canciones y los poemas 16 arte integral de nuestro proce- i populares, han Formado parte intege ee so de liberacién nacional. Z La liberacién nacional es un proceso dindmico. Cre El Africa de Karen Blixen. que cs necesario que los profesores, escritores y fares 8 nifios africanos imigenes ak eee en eect eh Sd Hasta ahora, para Europa occidental ha habido al menos lel lugar que sett vz la res Africas. SS rote = ee y {a primera ha sido el Africa de los hombres de nego- sir ee a aque sec una parce funda- cios, aunque también podrfamos llamatlos cazadores te ee iianadble deci base ciel benefcios. Estos cazadores europeos de beneficios saben eee dda, va indisolublemente ligada y siempre han sabido que Afiica es una tierra sumamen, del racismo que, hoy en dia, te productiva para sus inversiones. En la novela Eugenia al capitalismo y al imperialismo. Grande, de Balzac, hay un personaje llamado Charles « quien su miserable tio aconseja irse alos trdpicos.a comer clar com esclavos. Charles sigue el consco, viajaa ultraman, hace su fortuna cometciando con seres humanosy egies a Francia como un hombre rico, ue ahora puede sspirar a tun matrimonio que le permita acceder aun ticulo nobilis, tio. El Africa de Charles es el Africa de los cazadores euro- peos de beneficos, rica es una tierra fercil en materias primasy posee una abundance fuerza de trabajo. Como el Charles de Balane, cleaador de beneficioslo sabe. No importacudl seaeleos te, en términos de vidas humanas, necesatio para obtence esa fortuna que le permita vivir en palacios y concertar an buen mattimonio. Elespirieu que le guiaes a tasa de bene, ficios, y siésta vaal aza o ala baja. Cuando mira Africa no €® pata contemplar los rostros ce las masascuya pobrevs, dlegradacién y opresién son necesatias para que él aumence $0 beneficos. No, lo que busca es exabilidad, sin impor. tale sicsaesabilidad se funda sobre la sangre la carne de rillones de seres humanos. No le importa sila estabilidad Secimienta en la mucilacién de las lenguas de millones de alricanos para que no puedan protestar. En la Sudafrica actual, sin i mis lejos, hay millones de trabajadores aft- canos oprimidos y silenciados de forma despiadada para uc los cazadores de beneficios puedan contar sus mone- das en paz.y hablar luego de ayudas y préstamos del mun- do «desarrollado» a los paises en vias de desarrollo. La Asociacién Danesa de Bibliotecas prestaria un gran servicio a las relaciones y al entendimienco entre africa- nos y europeos si a través de antologias como la que nos refine hoy aqui pudiera hacer que los hogares daneses fueran conscientes de que el tan elogiado desarrollo de Europa se basa en el subdesarrollo de Africa; que la co- rida y el agua que los eazadores europeos de beneficios comen y beben ha sido arrebatada de las bocas de los ham- brientos y de los sedientos. La segunda Affica que ha existido para los europeos ces el Affica de los cazadores de placer: el continente para curistas. Cuando venfa a Dinamarca en avidu estuve ley. do el iltimo niimero de la revista de la aerolinea, Sabei Airlines, y di con un articulo sobre safaris de eaza en Kee nia, Para el escritor del articulo, Kenia era un territorio completamente desprovisto de seres humanos. En la revi «a, Kenia era un vasto paisaje lleno de animales, en el q reinaban los elefantes, os leones y los leopardos. M libros sobre Africa son asi: satisfacen el gusto de los ores de places, de emocién; el gusto de los uristas. ‘Cuando algiin ser humano aparece por casualidad tue los paisajes africans de la literatura turistica, lo i solo como parte del paisaje animal Si recorréis unas tas bibliotecas o librerias buscando libros sobre SN. del Ts Ragens Verde, cecopilacion editada por Ia Danmarks Bi tekaforening (Asociacion Biblioecaria Danes) como celebracion de encontrardis may probablemente titulos como Lej n ulos como Lejana fie, El auténtico afticano y otros del mismo estilo. En las forografias que ilustran los libros, los «auténticos afti- canos> aparecen casi sien xe desnudos y aparecen retra- tadosjunto animales, pars elon para demostrar su armonia con ese entomno salvaje. Bl cazador de placer es como un cazador de beneficios en plenas vacaciones, Ne fo quiere ver Ia aucén- tica realidad del trabajador africano que genera sus bene- ficios, ni enfrencarse a ella. De ahi esa pulsién lteraia por vera los afticanos representados en plena lucha con la na- turaleza y contta la degradacién humana, Hay una tercera Aftica, que, para mi es la mis peligro- 5 que es amada tanto por el cazador de beneficios como por el de placer: el Afiica de la ficcién europea. Podemos encontrar un excelente representante de esta Aftiea en Ia escricora danesa Karen Blixen, también co. nocida como Isak Dinesen. Karen Rlixen vivié durante tun tiempo en una granja en Kenia, y su experiencia en esa €poca constituye la base de su novela Memorias de Africa. Memorias de Africa es uno dels libros ms peligrosos que sehan escrito sobre Africa, precisamente debido a que la autora danesa tenia un talento indiscutible como escritora ynnatradora. El racismo en su libro es cautivadon, se presenta, de forma muy persuasiva, de amor. Peto es el mismo tipo de am porque como si se tratara l or que un hombre siente por un caballo o por una mascota, Blixen escribe: «Cando atrapasel ritmo de Affica te das cuenta de quees el mismo que el de toda su mésica. Lo que aprendi con la caza en el pais me Fue itil con los nativos™ fy Gel Ts Fas cca y las sucesivas ak Dinesen, Memoria de dftica/ ras en ta herbs, Debolillo, : st esis 2016. Tad, Barbara MeShare Javier Altaca Esdecir, para la narradora, su conocimiento de ba males salvajes le ha abierco las puertas ala Se ae sda ote feo aneescde aia mi each bre esva cercera Africa. En : mismo. mi : a . - tum especial protagonismo al personaje de Kamante, cinze de replenen Pero siempre lo describe como si fuera su perro, Cito textualmente -Kamante no cenia ni la menor idea de emo debia ae 10 de su conversion y de be un plato nuesto ya despecho de s su iccin cc adit, cach seguia siendo ef dle un kikuyu errant, enraizado en las tradiciones de su trib 10 la tinica manera de vivir ribu_y creyendo en ellas com eeprom Rear se goo hace pro con expe. dl cee, cg tuna bruja que toma un sorbo de su caldero. Seguia apega- do a la mazorea de maiz de sus padres. Aqui incluso le fa- llaba su inteligencia y me ofiecfa un manjar Kikuyu —un boniato asado, © un buryjo de grasa de ovcja— como tun perro civilizado que ha vivido mucho tiempo con perso- nasy deja un hueso delante de ti, como regalo. comparable a un perro Para Karen Blixen, Kamante es comp: : bien adiestrado que ha vivido mucho tiempo encre seres thumanos europeos, por puesto). q Puede argumentarse que [a visién racista en Karen Blixen en la hierba, publicada en 1960, cuando - ae on 75 aos y muchos paises afticanos ae jendo su independencia, encontramos de ni a nian visdn cin ocho naa access a -vo la misma visibn racista, santa literara, y ha sido canonizada como tal, Encarna el fran mito raciea en el coraz6n de la civilizacién burguesa Gtcidental Se I considera una autora en Aftica, y mu. hos jévenes europeos y americanos se educarin con ella, en la que los escritores afticanos ha fus condiciones, la Asociacién Dancsa de Biblioteeas eect Fraciendo una gran labor para rectficar el dato hecho « Considerar, ni mis ni menos, una auténtica portavor de los azadores de beneficios y los eazadores de placer, , expresaba los ideales de la escuela: producir Mderes que tuvieran el cargcter y los conocimientos nece- satlos para servir fel y diligentemente al rey yal Impetio. Era un internado militar. Nos levantdbamos a las cinco, Hacfamos las camas. Una ducha fria. Limpidbamos las instalaciones, Desfile. La banda de marcha con clarines, trompetas y tambores. Se levantaba la bandera ices Inspeccién de limpieza, con condecoraciones para los mejores dormitorios. Capilla, Misica de dxgano os «Guiame, gentil luz, entre las tinieblas que me rodean, gulame a través de ells», Bay scous. Alpinismo. Depor- tes, Cualquier cosa que mejorara nuestro fisico, nuestro cae yo fan ota le cin male pi tantes contra las tinieblas, Era una escuela en la que el poe- ma de Kipling «Si» era muy importance. Y sie porsupuesto. Pero, :Biggles? Pues si, Biggles. La misién. Tiger dots fre deans La bee que saludébamos todos los dias, acompaiiados por los clatines, las trompetas, los tambores y el «Dios salve a la reina / que tenga un largo rcinado sobre nosotros» eran fandamencales en la rarea de Biggles. Biggles ra leal, sobre todo y por encima de todas las cosas, a la bandera. Nuestra escuela estaba educando a jévenes para los que la lealtad a Dios y a la bandera serian dos caras de la misma moneda. Los enemigos del Imperio —franceses,alemaneso rusos— rian también nuestros enemigos. . a ‘en especial, a nos resultaban bien fam liars como enemigos por nucstras clases de historia, No hhabian osado, acaso, expulsar a los britanicos de Africa ‘Oriental? Gémo no recordar los kenianos muertos en las dos guerras mundiales, luchando contra semejantes villa- ros? En nuestra escuela los profesores siempre hablaban sobre la rigida mentalidad teutona, ssotaoositi a caricter inglés, que por supuesto era mds flexible y moral- ‘mente superior. Biggles representaba este ideal, el cardcter inglés del «Si» de Kipling, ¥ también la escuela lo hacta. El director nos guiaba al recitar el poema. Cuando llega~ baa los diltimos versos, hacia una pausa dramética, mial fijamence hacia nosotros ¥ con you temblorosa, entona- ba el verso final: «y lo que es mas—z jserds un Hom bre, hijo miot». Los hijos kenianos de Kipling aspiraban a graduarse como verdaderos britinicos. ;Ah, nosotros, los afortunados! Algunos profesores se veian a si mis, mos como parte de esta minoria heroica. {No habfan de- jado su vida en Inglaterra para iluminar los tincones més oscuros del Imperio? Habia profesores que habian partic. pado en la Segunda Guerra Mundial. Uno de ellos habia sido micmbto de a Royal Air Force briinica. La Royal Air Force? Esto deberia haberme alertado; deberia haber hecho que Biggles se convirtcra en mi enemigo, Yo proventa de una familia numerosa de campesinosde Limuru. La escuela estaba a diecistis kilémetros de casa, ¥ 80 era lo mximo que me habia alejado de mi hogar. Al otro lado de las reservas africanas en Limuru se encon- traban la zona montafiosa de Kenia (las Tierras Altas), ocupada desde 1895 por colonas ingleses,resucltosa com, vertir Kenia en un pais de hombres blancos. Los terrenos de la escuela limicaban también con grandes plantacio- nes dominadas por colonos blancos. Entre estos colonos se encontraban soldados que habian huchado en las dos guerras mundiales. Los kenianos que hablan huchado en las mismas guerras, en cambio, ahora formaban parte de la mayoria desposeid y sin trabajo, en las ciudades y {as reas rurales. Los soldados blancos tenian derecho voto: los afticanos no. Los soldados blancos se beneficia. ban de la presencia colonial britdnica. Los soldados aff anos rechazaron su destino como peones y se unieron a {a oxganizacién guerrillera Mau Mau. Entre éstos se en. contraba Dedan Kimathi, que cerminaria convirtiéndose en el lider de la organizacién. La Guerra Mau Mau pata expulsar a los briténicos de Kenia estallé en 1952, el aio fen que la Reina Elizabeth accedié al trono y el del arresto de Jomo Kenyatta. En 1954 mi hermano mayor huyé a Jas montafas para unirse al Mau Mau, En los eres afios que van desde 1953 hasta 1956, el aio de la capcura de Kimathi, las fuerzas Mau Mau alcanzaton su punto dlgi- do, hasea el punto de constituir una especie de autoridad gubernamental paralela en el territorio, Lo que termind con el Mau. Mau en las montanas fueron los intensivos bombardeos de la Royal Air Force, El Mau Mau no tenia respuesta a ese terror que llegaba del cielo. Mi hermano, que sobrevivié a la guerra, todavia habla con pinico de los bombardeos. Asi que, al leer los libros de Biggles en 1955 y 1956, me encontraba sumido en una dramética contradiccién, Biggles, elas dc los celos yel lider de escuadrén de la Ro- yal Air Force, bien podsfa haber arrojado bombas sobre ‘mi propio hermano en los bosques del Monte Kenia. © bien podria haber sido enviado por Raymond de Scot- land Yard para descubrir a los que conspiraban contra el Impcrio Britinico en Kenia, En cualquier caso, se habrla enfrentado, sin duda, a mi hermano, que, en medio de su Jucha en los bosques, afin encontraba tiempo para comu- nicarse conmigo y decitme que, pasara lo que pasara, no abandonara mis estudios. En los bosques, mi hermano y sus compafieros Mau Mau, tan patriotas y nacionalistas kenianos como eran, celebraron mi admisién en la Allian- ce High School, el sitio en el que conocerla a Biggles, un personaje imaginario tan pattiota como ellos, pero del bando contrario, el briténico, Tal ver. esto explique que siempre me sintiera algo distante del personaje. Biggles era inglés, y parecta ser solamente so, La idiosincras inglesa jpesesentaba un ideal humano, ye ideal humano terminabaen la idiosincrasia in, slesa de: , SUS eek iglesa de su ser, sus acciones E humanidad), Todos los blancos. eran iguales en relacién al universo no curopeo, pero los ingleses ev que el resto de blancos, Settee Un buen cjcmplo es I ic jemplo es la descripcién de la lucha anglo- Bamana y de sus aliados no europeos en Bieler Hoy East. Ese libro presenta al adversatio alemin de Biggles, Hauptmann Erich von tahein,queesdescitoeon oo aulmiracién, Es el Biggles alemén, si tal eos ac posible; scaliza por el bando alemén, en cualquier easo ef ‘mismo to, Biggs, tras scr obligado. bi obligado a aterrizar en Oriente Medio, S¢ encuentra con von Stalhein, que esti deliberando con Se ssombro se tansformé en curosidad y luego en un ot interés, a medida que concemplaba la esc. ‘tLe pareela que von Sealhein, por sus acciones, estas Sxhortando a los éabes a que hicieran algo, algo que stlos no querian hacer o sobre lo que, al menos, esag 235 0 se hizo evi- opiniones divididas. Pero después de un ra dee ‘que la poderosa personalidad del hombre blanco se imponia, y al final hubo un murmallo general de asentimiento... Noese que el autor lega a esa conclusién sin tubes bet ‘que Biggles escuchara ni una sola palabra de la co ad cién ni comprendiera los argumentos que pala nella. ¥, sin embargo, es capaz de discernir de . congdite a imporeancia del hecho de que von Stal ein blanco en la resolucién de la escena. Eso si, dentro de la «zona blanea» son por supuesto los ingles los que oct pan el lugar principal. En Biggles Hunts Big Game, ni tro héroe viaja a Africa para climinar a unos ain que estin minando el orden mundial de Poe nado por los vietoriosos ingleses y sus aliados, a eee moneda falsa. El cerebro de estos criminales es de origen europeo, pero, como no, esti siendo ayudado a afroamericanos que fingen ser nativos de la selva africana, En El Cairo, antes de que el héroe y el villano tomen un avidn hacia Kudinga, en Africa Central, Biggles obi alllider de los rufianes, al que describe vestido con elegan- ‘Gia, con un traje de corte europeo. ‘Su complexién era ean pilida que, al principio, a a distancia, Biggles lo confundié con un eucopeo de a cepa. Pero, después de una mas ne in, ‘cami de opinién, y coneluyé que el tono dele 9 mente aceitunado de su piel revelaba que se trataba de tun curoasidtico 0, en cualquier caso, un europco por cuyas venas corria sangre de Oriente Medio, suposicién que se vio reforzadka por el brillo de un alfiler de corbata con un diamante de un tamaio tan vulgar que ningin briténica seria capaz de llevarlo en una situacién come: aquélla Casi todos los libros de la serie sobre Biggles estan reple- tos de puntualizaciones como ésta acerca de la raza o el sgéncro, lo que sitiiaa estos libros en la linea de la literatura popular racista —Rider Haggard, John Buchan o Nicha. {as Monsarrat, por ejemplo— que glorifica el imperialis imo los actos de su ejeentores ingleses mientras denigea los de sus oponentes, ya sean otros imperialismos o la resistencia local, como el Mau Mau del que mi hermano formaba parce activa ¢Por qué enconces no podia evitar leer todos los libros dle Biggles disponibles en mi escuela? Habia descubierto ‘a literatura, la literatura escrita, Habfa visto una biblio. feca pot primera vez en mi vidas libros libros por todas partes. Un libro, cualquicr libro, era mégico para mi. Fra tuna época en la que descaba leer codos ls libros que se hhubieran publicado, Estaba en aquella edad en la que uno puede leer con gozo a Emily Bronte y a Tolstoi junto a John Buchan ya Rider Haggard, y disfrutar de todos ellos por igual. Pero también era un momento de mi vida en el ue lo més importante en un libro era el argumenco y la incriga. Y los libros de Biggles tenian mucho de esas cosas ¢staban Ilenos de accién, intriga, emocién, gros inespera- dos, sorpresas y una moralidad muy simple y maniques, de buenos contra malos, con el bien siempre triunfunte Bran puta aveneura, por tierra y aire. Y, ademas, no habia ue leer més de cincuenta paginas pata que empezara la accién. Eran el tipo de libros que le dicen a un chaval, en uanto me agarres, no podris soltarme. La accién desen. fenada hacia que uno pudicra olvidar, o al menos tolerar, = los ean racistas del discurso. No iiaban ss reflexién, sino a dejarse llevar por las acciones del héroe y sus ficles compaiieros: Ginger, Algy y Bertie. coe Eran irs juveniles, en vata Ni jos a Biggles como un adulto. Apt a volar a hecsiew oy como se describe en Biggles re Bs, yy se quedé para siempre en esa edad: un adol ect boy scout, Esea era, seguramente, la imagen ee alos nifios dels reas rurales de una sociedad fandam elmente oral Bigger chico que simp sate, que nunea se rendia, muchas veces seguia — as ta un punco que superaba los Miites de lo ereibe, 7 pero, aun asi, fa a sus aventuras ejercian sol 7 lectores era irresistible, aunque transcurrieran enw one uuniverso racista de ingleses, blancos y el resto de nosotros. 18 Poder negro en Gran Bretaita. Si pudiera hacer que todas las fan un libro sobre la historia de los negros en Oceidente, sseogerta The Blak jacobins, de C.L.R, James. Elsegun. do seria Capitaiome y escavitud, de Eric Williams, ¥ seen list aiadita thor, sobre todo pata ls lectores ingle. Ses, Staying Power: The History of Black People in Britain, de Peter Fryer. El libro empieza con una declaracién sorptendente: ‘ de América y de la ruta ma- ritima a la India través de Sudafrica fueron los dos even- tos mis significativos en la emergencia, el crecimiento y el desarrollo de la Europa postenacentista. Adam Smith los llama «los dos eventos més importantes en Ia historia de la humanidad»; Karl Mars los describe como a apertu- ra de «nuevos territorios para la naciente burguesia> y como desencadenantes de que el comercio y la industria conocieran «un desarrollo nunca antes visto». Sudafiica, a pesar deser el punto mas alejado de Europa en el continente africano, se convirtié para los europeos cen [a puerta de entrada hacia él, En un contexto mundial, Sudéfiica también se convirtié en el nexo que unié diver- sas historias y fortunas de Asia, Europa y América. Como en el resto del continente, los sudafricanos fueron perse- guidos y capcutados como esclavos, Su trabajo Foe usado en el desarrollo de lo que mis tarde se convertisia en Ese tados Unidos, y los beneficios de la venta de sus enexp como mercancia formaron parte del capital que aucorida- des como W. E. B. Du Bois,C. L. R. James y Eric Williams han demostrado que fueron la basc del despegut industrial de Europa occidental en el siglo x1x. iz Desde 1652, cuando primero los alemanesy ls france- sesy Finalmente los inglesesse establecieron coma colonos en Sudfrca y empezazon a apropiarse por la fuera de Ine tierra de los africanos, hasta el siglo x1x, cuando el pais entero se convirtié primero en una colonia britnica y = tarde en una neocolonia supervisada por una dit blanca el oro, los diamantesy los minerales de Sudafiia se usaron paradesarrolarlasindustris curopeas—yamericanas des, pués— y paraamasar enormes eservas de oro. Hay alain banco, instieucién financierao industria de tamafs sign ficativo en Europa occidental, Estados Unidosy Japdn que no estéen deuda con el oro y los diamantes de Sufi? __La mayor parte de ls industrias en Sudéfiiea som fi liales o subsidiarias 0 asociadas de empresas occidentales Y sus gigantescos beneficios tienen su origen en los sala. Figs miserables de ls erabajadores negros y en la pobreza general de la mayoria de la poblacién, garantizada por el cruel sistema del apartheid, La economia sudafricana esta indisolublementeligada a la de Occidente, Ast que no es sorprendente que Gran Bretafa y Estados Unidos se haya puesto a ls propuestas de boicotseconémicos, Apoyer a bak contra el apartheid sudafticano seria boicotear sus propias economias. Las propuestas para boicote Beet tlscnpeomona tam digit deus enki fuacrzas democriticas estadounidenses se dicron cuenta de ue los pares del apartheid estabanllegando a su propio. pais. Entonees fe cuando Estados Unidos empezé ae siderarsanciones econémicas y a presionar a sa comuni. dad empresarial para que cooperara, En el sistema sudafticano del siglo 2x, podemos con- templar la amarga consumacién de al menos cinco fuer- zas que han dificultado el desarrollo auténtico de los seres humanos: el colonialismo elisico, el neocolonialismo, los salarios miserables, el racismo, y la usurpacién de la sobe- ranfa del pucblo mediante la negacién de la democracia Pevo los sudafricanos negros no siempre han sido victi mas indefensas de Fuerzas superiores. Su historia también nos ofiece ¢jemplos de personas que han sido pioneras en la lucha por la supervivencia de sus comunidades, por la liberacién nacional y la emancipacién social. El éxico de su resistencia puede medirse con precisién comparan: do su historia con la de otras Areas importantes ocupadas por colonos europeos en los siglos xvin y xvutt, En las ‘Américas, Canada y Australia, los europeos précticamente aniguilaron alas poblaciones nativas, mientras que la fiere- za de la resistencia negea sudafricana aplacé los decididos cesfucrzos de los colonos para aniquilarlos. Shaka, el gran, rey zuli, es, posiblemente, el mas conocido de los lideres de la resistencia africana anteriores al siglo xx, ysu nombre sigue un modelo para los movimientos de liberacién, La Sudiftica negea tuvo que pagar un alto precio por su resistencia, Desde Shaka hasta Mandela, sus miem bros han experimentado una masacre tras otra a manos de los europeos. Las matanzas de Sharpeville y de Soweto remiten a los africanos a otras masactes en la historia Co- lonial en el continence: la del campo de Hola en Kenia, Wiriyamu en Mozambique, Argel en Argelia... Pero el pueblo negto sudafricano nunca ha perdido la esperanza, ni siquiera cuando otros pueblos cuya resistencia habia empezado mucho después de la suya ya alzaban banderas nacionales y eaneaban sus propios himnos. i La Sudaftica negra ha sido ta bn pionea eh oto ticano, formado es ase partidos politicos modemos may anviguos de Aca, y puede consideare el patie ae lor movimientos de liberaciSn afcanos que 2 on posteroridad. Su himno, «Nkosi Siltele Age («Dios salve Africa») slo mis parecidoa nate . Coineidi con otros africanos alli presentes en una pos- cura contraria ala del experto del Banco Mundial, que no dejaba de citara Kenia, Malaui, Camertin y Costa de ie fil —todos ellos Estados represivos y sometidos al control occidental— como casos de éxito del FMI en Africa, Aquello estaba leno de expertos en micro y ae economia, que habjan creado complicadisimos grificos, orcionaban cifras y estadisticas y que supuesta- eae oad onde inne eta aman ios idiomas. og ee cal ot pa oe en aguas de Estocolmo, me encontré con Per Ws =o novelista sueco y antiguo presidente del PEN. a nal, de repente me percacé de cusinto me alegraba po charlar un poco de nuestras eosas con otto eseritor. a Wistbergeselautorde Eldens Shug, de Berges de muchos ottos articulos y libros sobre Africa. Mi tear bares 6 deg ais leant dl nocnli hablo de los lugares desu infancia, que aparecian tam cn algunas de sus novelas ambientadas en ssa Ves aquella estatua? Es de Gustavo IIL, el rey de Sue Gi eesinado en 1792 en el baile de mascara en la épera de Estocolmo, Mucha gence ha visto pataleismos entre aque asesinato y el de Olof Palme™, ¥ de repente se de. Lavo: reviviendo sin duda ef dolor y los recuerdos que le asaltaron al mencionar a aquella persona que no sblo fuc tun quetidisimo primer ministro, sino también un amigo personal y fami Elamor de Wascberg pot los escenarios fisicos Yysocia- kes desu desarrollo como persona y como esctitor me con, movié y me llevé a pensar en el exilio en el que yo mismo ime habia visto obligado a vivir. Durante los tiltimos seis afios he vivido en Ilington, Y este Pequefio nicleo urbano cetcano al corazén sk. Londres se ha convertdo en mi segundo hogan, Escribi en gikiyGi mi novela Matigari en el mimero 85c de Noe! Road, lo que hace que rodavia me sienta mis plenamence identifcado con Islington, Cuando me invicaron Yale lao pasado, dudé. 2No me aleatia Yale todavia mis de Kenia y Africa? Asi que tan Pronto como aterricé en New Flayen a mediados de enero, me sumergi en la redaccién de un guion, Karis, para un proyecto en el ‘que parti- cipan cineastas de Zimbabue, Tanzania, Mozambique, Zambia y Succia. Pata mi, eseribir ha sido siempre una forma de reco- nectar con el lugar de mi nacimiento e infancia. Durante nmas semanas, consegui aislarme por completo de New {laven y sumergitme en ii conciencia, Regresé al Afticg de los aos veine y teint, Vivien sus paisajes, en sus ros, tevin st historia y, blo después de que este viaje mental ‘erminara, desperté de nuevo en New Haven, Connecticut, Bon Al: Olof Palme fe pier mins en Sues y mr sxsnado Hees sino mandxo cs 1986. Ex conocido comepechn ae ‘los derechos humanosy pasa compromise con al Tee Mista 239 Me alojaba en los see a College a del cruce con Chapel Street. Se eine Ween a Diop Te tu Conner, dedicada al obispo sudaicano Desmond ‘Tutu. ¢Desmond Tutu en Yale? Lo cierto a =i 2 sudafricano estaba muy presente en H niet Mi alunos stan hablar sobre ello. fent a soins del presdene de Yale, losestudianteshablan consid chabolas de crt, papa y bls, reiindicand qu uuniversidad tomara partido y se distanciara tereses en Suda. Yale tiene una de las mejores bibles de Estados ee mntraba recorriendo sus tranquil dos. Un dia me encontral : Se illos, En silencio, me digg ala seccién d ‘as ied Hacia tiempo que no lefa ningéin periédico tecnacional. iano, y querla encontrar alguno. a aeredlesra pines de marzo Qué enconténte : ibdico? El presidente de Kenia, Moi, piginas del peri de eeeibacn un encuentro piblicoy aficmaba que yoes taba en Sudan, obviamente conspirando contra él. Antes she habldo de estar ends gars al mismo semposen tte caso, Io ierto es que ni estaba ni habja estado nn Sudan. a 3 No deberahaberme preocupado por l hg = a tan lejos de Kenia. Cando lg « New OEE ls primers cars qu ei estaba en pfs gk ra dela decrora del programa de Lenguas Aftica le,que es americana. “ "Yale se entefiaswahii, yoruba, om erano van aintroducir también el eiihy el hon pr in cantidac iat asignaturas disponen de una gran can : Mdseatvo y de libros en gikiya y swahil. Entre los en Kenia. Esta historia ilustra lo absurda que I estudiantes de mi seminario sobre literatura y politica ha- biauna chica que habia estudiado swahil gikiyiiy hausa, ademas de hablar algunas lenguas europeas. Cada aio se convocan diez plazas para el programa Universitario del Departamento de Litcracura Comparada {esta chica habia conseguido una de es stas plazas), yse rec ben més de un centenar de solicitudes. Cuando me reuni con una de las editoras de la prestigiosa revista Yale Journal of Grticiom y me pidié que contsibuyera ala publicacién con un articulo, rechacé Ia propuesta diciéndole que ya s6loeserbo en gikiyis se me qued6 mirando Bjamente y ‘me dijo: «Pues escribe en gikiiyd, Lo publicatemos». He disfrutado mucho dando clases otra vez, después de is de seis afios, Los seminarios pueden set muy estimu- fances, aunque también son muy exigentes. Los estudian- fs, sus apasionados debates, sus discusiones, las polémicas ¥ controversias..; todo ello hace que me sienta como en casa y que desee la legada del préximo seminatio. Pero, Por supnesto, no puedo dejar de pensar, cada dia, en lo ab_ surdo de mi situaciOn, En mi propio pais se me ha prohibi- do ensefiaren la universidad o en cualquier escucla Los asuntos que tratamos en las clases en Yale nos Ile- varian a prisién a todos los participantes, con una con. dena de entre uno y diez aiios. Les explico esto a mis estudiantes y me miran asombrados, ya que las cosas de {as que hablamos ni siquiera son particularmente revolu. Cionarias, Simplemente debatimos sobre la importancia de la ficcién en la vida real! Cada vez que hago una lectura piblica de la traduccién Inglesa de mi novela Matigari me pregunco si debo contar Ia historia de la prohibicién del libro oviginal en gy lega a ser la situacién de un esctitor en un Estado represivo. La novela se publicé en mi pais en octubre de 1986, Poco después cl presidente Moi recibié informes sobre que algunos cam- pit pesinos en a Provincia Central de Kenia hablaban de un 1 hombre llamado Matigati que recorria el pais exigiendo ‘atigari y el suefio de verdad y justicia. Moi ordené que lo arrestaran inmed un Africa Oriental, tamence. La polica le informé de que Matigari era sin plemente un personaje en un libra Y, a pesar de ello, en Ee leosben afsnion febrero de 1987, Matigari fue «arrestadom: se retird el un ree ae a 2 o Felicidad,y, para mi, libro de todas las librerias de Nairobi y de los almacenes ayezdesde mi cailieen junio tet — ‘acid por prime de la editorial. Mi anterior novela en gikitya, El diablo en dictatorial de Daniel Toot = 2 causa del régimen la cruz, habla sufvido un destino similar en la prisién de esencia de Affica Oriental. Era abd de oan oe maxima seguridad de Kamiti cuando la escribi en papel Wins & Der Salem desde tote ng ede hhigiénico durante mi estancia alli. Luego me la devolvi invtado de Walker Bgoya yallimeencomeate none ron, por considerar que no representaba ningiin peligco, deun grupo dedicado a aici ant en medio Parcce que Matigari era més peigrosa. en ebro, a policiade Kena habiascenee ce Un eseritor habita dos lugares al mismo tiempo: el tipsy sox pregunta got bate mundo real y el mundo de la ficeion. Pero en un Estado pleran que hora mismo cate erecta neocolonial la ficcién parece més real que el disparara- el Club de la Felicidad ha 2 cruzando la frontera con do mundo del dictadot. El mundo de an dictador con sus invieados eran mmusuln eng egies Los miembros tiene un elemento de pura fantasfa, Matard, encarcelard Be trricjertamanadeaung habfan reunido en o exiliard a centenares de personas y, aun asi, creeré que fa elfin del Ramadn. Ella cay fs para celebrar Petco aa ala nia otra mujer, una tanzana de ovigenatibign-at ge ate rose culo de ano sven mata See tate i snzibat y ahora vivia en Dar es Salaam. Los hom. (Bros cran casi todos de Tanzania, Uganda y ae 05 yo, que era de Kenia. Dos de los hombres llevabry i, ‘ufi y largos kanzw, los caftanes tipicos de los Imusulmanesafricanos. Fl resto vestia al mode occidental gente lo ama por ello, “Todos descariamos, por supuesto, que el mundo d los dictadores permaneciera confinado en las pégin delos libros; desgraciadamente no lo esti. Y, sin emb: el dictador si erceré que los personajes de una ficc6 pasean por las calles de su pais. Tal vez esto demuestr importancia de la literatura en la vida. Podriamos dee en cierto modo, que los dictadores son los mejores 6 diantes de liveracura. O al menos les que se lator en serio, lo que no significa que hayan aprendido al lla ni de la histor La cena fue un festin de pescado, cordero y pollo en salsa de curry con leche de coco, de pan chapatiy paratha, espinacas, papaya y otras variedades de verduras y frucas tropicales. ¥ artor, por supuesto, De la habitacién en la que estaban los mas jévenes nos Hlegaba miisica taarab, con su mezcla de elementos ardbigos, indios, afticanos ¢ incluso cubanos. Disfruté el olor de la comida aeméai- cosonido de las voces, el colorido de las ropas, las anécco- tas y ls historias, lacalider de las risas al atardecer; todo cen esta celebracién del Ramadiin me recordaba al Africa Oriental de mi ninez, de mis recuerdos. - Naci en 1938 en Limuru, Kenia, cerca de Kamiriitha, donde entonces se situaba lo que llamabamos el «pobla- do swahili>, queen realidad era un pequeio asentarsien- to musulmén, Su forma de vestir —pendientes,aros er la nara, vestidos bub negro, main, Ce de colores, jortos bordados— y sus casas con techo de zinc eran muy, arecidara la que veda mls ard en Morar 7 Nala (Kenia), en Kampala (Uganda) y en Dar es Salaam (Tine zania). Era como si la costa se hubiera reproducido en diferentes partes de Africa Oriental. De pequeno, jugaba ‘con otros nifios que sellamaban Juma, Abdi, Omali, Ami- na, ademas de los Petet, John, Samuel y Margaret, y de Ja mayorfa que llevaban nombres afticanos como Kamaa, nyango, Mulwa y Akinyi. ° ee eee «Jos habitantes del poblado ‘mustlmén cuando terminaba el Ramadén. Se atiborral de arroz blanco, quc nosotros sélo comfamos en Navid ¢ incluso entonces lo haciamos en pequefias canti De este modo extraiio, la Navidad y el Ramadan qi ron relacionados en mi mente, con el arroz y el d como conexién simbélica material. Esto fue atios antes de que supicra que el chapati la paratha y los ‘curtis eran de origen indio y que también se usaban en festivales hindiies como el Diwali, el festival de las luces, uel ninos indios de Limuru soian ceebrar eon fuegos artificiales. Navidad, Ramadan, Diwali, la cetemonia de iniciacién Irua entre los gikiyii: todas estas celebraciones cstaban relacionadas a través del curriy el arroz, Esto sue cedfa en la década de los cincuenta En 1978, el Ramadan y Kamieitha reaparecieron en imi vida. En esos momentos me encontraba detenido por motivos politicos en la prisién de méxima seguridad de Kamiti debido a mis actividades en el teatro popular dde Kamitttha y a haber escrito obras en una lengua afi- cana que la gente de Ia zona podia entender. Fl poblado smusuloiin habla desaparecido hacia ya mucho tiempo, fue derribado por la administracién colonial durante la época de la lucha armada del Matr Mau, en lor afios cin cuenta, Pero en mi celda en Kamiti un dia me acordé de 41 cuando una celebracién de fin del Ramadén nos inte. rumpié mientras comfamos nuestra monétona y asque +0sa comida carcelaria. Algunos prisioneros politicos eran ‘musulmanes y se les habla dado un permiso especial para disponer de arroz, arroz blanco y brillante, al final de su eelebraci6n. Todos los ptesos nos unimos a ellos y comi- mos arroz. Ahora, agui en Dar es Salaam, estaba viviendo mi re- BFes0 2 casa con una fiesta de Ramadin en compaaia de ‘musulmanes, cristianos y otras personas que, aunque no ppertenccfan a ninguna de estas confesiones, eran miem- bros o invitados del Club de la Felicidad, Esto era Africa Oriental. Un ealeidoscopio de colores, culturas retazos dela historia 265 Al cerminar el banquete nos dirigimos al océano Indi- co para rematar la felicidad de la velada pescando a me- dianoche en una embareacién a motor de la mujer con el mantén de blanco sacén, Fuimox a Mbudya y a otras pequefiasislas. La luna y las estrellas se reflejaban en el suave oleaje de la superficie del mac. A medida que la ori- Ila se iba alejando tras nosotros, empecé a entender por qué Dar es Salaam habia sido bautizada ast: el remanso de paz. El rugido del motor ¢ incluso el de nuestras voces en- tonando canciones de pescadores c contando anécdotas no haeian més que acrecentar la paz que nos rodeaba. El silencio estaba prefiado de recuerdos. En laépoca en la que los barcos todavia dependian del viento, los monzones permitian migraciones periddicas centre la costa de Africa Oriental y las otras costas que bor- dean el mar Rojo y el océano {ndico, especialmente las de Arabia, Persia, la India y Ceilin De mayo a septiem- bre, los barcos se alejaban con los vientos de suroeste, y de noviembre a marzo los vientos de noreste revertian el proceso. El comercio que comportaba este trifico mariti- ‘mo convirtié a Africa Oriental en una zona préspera, at como en Ia protagonista de la imaginacién poética y de los relatos de los viajeros. Entre los siglos x y xv, con la incorporacién del érea ala zona de influencia de la cultura y del comercio islimico, que abarcaba la costa del Sahara, Africa Occidental y Esparia, surgieron numerosas ciuda- des Estado con el Islam como parte de su forma de vida y el swahili como lenguaje comtin para la cultura y el eo mercio. Entre estas ciudades destacaban Kilwa, Mombasa y Malindi, que en el Paraiso perdide de Milton apat entre las ciudades y civilizaciones que el angel Gabe muestra a Adin y Eva como visiones del futuro antes: su expulsion del paraiso. Eran, en ef de paraiso conquistado gracias alos exfucrone hg ee alapovechamientdelormonsones es amy Ena noche de Felicidad estabamos, asi pues, escando ila ans dea historia, aguas qu habian vito sage dale estas peculiaesciudades africana cuya culere, oumopolia se sefgjaba aa perfecin en a comida ropa, la misica e incluso lac : de 1a Felicidad. La barca se ieee if ie zamos el sedal en las aguas. Elsilenciodel mar cea ae Fundo que se impuso sobre nuestra conversacion, sheng reducida a susutos Si seguiamos hacia el se donde My me explcaba mi anfcién, teeminariamos en Kilwa ac Bulamos recto, en cambio, Ilegatiamos a Zanzibar y 2 [a isla de Pemba. Y si fuéramos hacia el norte, waaay ; Batomoyo x mis alli, Mombasa y Malindi. «Emonees staria de regreso en Kenia, eu hogea mn yamesienoencas ahora led ction gate 2 Oriental es,en realidad, un solo pass, oe ‘me ha parecido que sien un mapa trazamos una mnea que recorra la frontera exterior de Kenia, Uganda Tanzania, ta forma obtenida se parece al dibujo dena cc, bera humana con un gorro dla parte supetior del por tn poco aplastada, sera la larga frontera con Btioyts, Fl oe dlescansa sobre el rio Rovuma, en el sur. La nica arte posterior de la coronilla esté formada pot los plc, a dela costa del océano Indico. El rostro lo dlincan i teoecel ‘este, desde el lago Malaui al ago Alberto; el fangs y ¢l Kivu marcan el contorno de la barbllay la de Fa la80s Eduardo y Alberto la frente, Esta cabeza ma humana mira hacia el corazén del continente, 267 Y, en verdad, los rios forman una red de canales que comunican Africa Oriental con el continente, y desem bocan en los océanos que la comunican con el mundo. El rio Tana, que se forma en las cumbres nevadas del monte Kenia, el Athi-Galana, que nace en los montes Ngong y en el Kilimanjaro, el Pangani, formado en el Kilimanjaro yen el monte Meru, y el Rufiji; todos ellos desembocan en el océano Indico. Otros afluentes y rios del lago Tan- ganica confluyen en el poderoso rio Congo y terminan en el Atkintico. El Nilo, el més famoso de los rios africanos, se origina en el lago Victoria, entre los lagos Kyoga y Al- berco, y desemboca en el mar Mediterrineo. El propio la- go Vicvoria es el destino de numerosos rfos nacidos en las montaiias de Kenia, Uganda y ‘Tanzania. Es el auténtico ago de Africa Oriental, y deberia tomar ese nombre. ‘Tenemos también las famosas montaias: la cadena Rwenzori, el monte Kenia, el monte Elgon, en la fronte ra entre Kenia y Tanzania, y el Kilimanjaro, entre K y Tanzania. Sus siluctas alzindose hacia el cielo son muy representativas de Africa Oriental; son los guardianes naturales de nuestra tierra, el asiento desde el que Dios contempla Africa, No en yano, el Kilimanjaro es el punto més alto del continente. Las montafas Rwenzori son las legendarias « Moneanas dela Luna» en las que se origina- ba el Nilo para los antiguos griegos, y Kenia y el Kiliman- jaro excicaron Ia imaginacién de la Europa del siglo xix con las historias de que estas montanas desafiaban al sol ecuatorial con sus cumbres siempre nevadas. El Gran Valle del Rift es otro elemento natural caracte- ristico de Africa Oriencal. El valle empieza en Beira, en costa de Mozambique, y sube por territorio mozambi fio hasta llegaral norte del lago Malaui, donde se bifurea lagos Byasi, Manyata Ree ah Many Tikan.y sigue por plas Esta geografla compuesta por moncafias, la ™ontes, grandes alley un tora dora at ne tales ha afectado directa y profundamentea le histori fel territorio, Durance mucho tiempo la costa ha consti él punco de conexién de Africa Oriental con el mundo en tt siglo xv, por ejemplo, el zey de Malindi envié diversos retentcs al emperador de China, entre ellos una jirafa). Todo lo quellegé a Arica Oriental desde clexterior lo hizo desde l mar: lo bueno, pero también lo malo, ¥, de entre todo lo malo, lo peor fu fa Hegada de los portugueses a Bese {elo ge facet ongen demas de catrcien- (0s afios de relaciones con Europa oecil = ha desigualdad. Durante les uerereen pi ‘ssi al invasorextanjero, las montatas consituyeron tuna fortlera natural y una base de retaguardia que pro. ersions refigio ysustento a nuestros pueblos, La riqueza las eras se conviré ene entra de las disputas entre Europa y Affica Oriental en cl siglo xx. Debido a la ne Portancia de la geograffa naturalen el dsarrollo de muestra tegién, no debe sorprender que también haya constituide ser moivo central en nuestro imaginario literati. La pre- Senciade a tierra como un elemento central en nuestra v, {itis dstinguido la eraturade Atrica Oriental de otras cgi cel continent ys inflenia er notoca ene particularde mi ci6n litera es iproducin irra desde The River 269, -minados a hacer de Kenia un pals de blancos. Naci- aie antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial y criado en Limoru, habia asumido que a presencia blanca —los propietatios de las plantaciones de té as mansiones alo largo dea via Ferea— eran una parte normal de nues- tras vidas. Esta normalidad la es prueba la ate 1cl Mau Mau en 1952. El colono blanco reaccioné al reto. sate eee Kenia quedé bajo el = de emer- encia. l gimen colonial britanico pretendia contener ila poe ‘Mau Mau y la hucha por : Independencia icblo keniano, pero, en la prictica, lo que se consi- a ne ae al ea aca poblacsdn aaa del pals Ira Uganda durante esa épocasignfiabaescapar del terror que nos acosaba en nuestra vida coridiana, Peco al llegar a Uganda no sélo se tenia la sensacién de oct de algo, sino también de llegar a nuestro hogar, de volver a casa, Excepto por la presencia india en Kampala y otros nvicleos urbanos ugandeses —escasa en comparacion con Kenia—, Uganda era claramente, visiblemente, indiscuti- blemen, un pals de afreanos. Antes de esta all no has bia experimentado nunca la sensaci6n de estar y vivir en tun pais de negros sin blancos. Fueron Makerere y Uganda los que me hicieron des- cubrir mi sentido de pertenencia a Kenia. Me dieron un hogar, una base y una distancia desde la que podia obser- var mi vida en Kenia c intentar capturar su significado en palabras. Habia revistas litcrarias como Penpoint y, a cde, Transition que me permitian aventurarme en esa dic creat ‘Miencras era estudiante en Makerere escribi ' obra de teatro, The Black Hermit, dos novelas, The River Between y Weep Not, Child y numerosos cuentos y at los petiodisticos. También fue en Makerere donde celebr ‘mos la primera independencia en Africa Oriental, Central ¥ del Sur, Ja de ‘Tanganica (la actual Tanzania) on 1961, ue fue la celebracién de un nuevo amancceren Ia regién ‘Tanzania ocupé un lugar muy especial en el imagina- ¥io politico de los afticanos orientale. No sélo por su his, ‘oria de resistencia anticolonial,simbolizada por la ran rebelién armada Maji Maji de 1905 y pot la independen- cia de 1961, y ni siquiera por el papel que jugatia mas ta. deen la iberaciin de Aftica del Sur, a pesar de que fie sin dua una valisisima coneribucién por la que el pais pags hn gran precio. En los sesenta y principios de los setenta, ‘Tanzania asumié el liderazgo anticolonial tanto en el ine, bito politico como en el intelectual; el mejor simbolo de este lderazgo fue la Universidad de Dares Salaam, que convirtié en el punto de encuentro y en el centro tevolu. Ciovatio ¢ intelectual de Alrica Oriental en particular, y de Africa y el tercer mundo en general. En su apogco, Dar ¢s Salzam atrjo a un brillanee grupo de académicos pro- Bresistas de todo el mundo, y especialmente africanos, cu. Y9 pensamiento y cuyas obras todavia influyen en el dlevenir de Africa Oriental. Muchos de los libros que se han convertidoen el canon intelectual comiin de la region hot slemplo, De cémo Europa subdesarrallé « Apica, de alter Rodney, The Silent Class Scrugele de Isa Shivji.o The Dar Debate on Imperialism, Nationality and Class. fueron esctitos por miembros de la Universidad Dat e Salam y publicados por Tanzania Publishing House, en los dias de gloria en los que esta editotial estuvo bajo la direccién de Waleer Bgoya. Julius Nyerere, presidente de Tanganica primero y de Tanzania después, fue nuestro FY flésofo; algunas de sus palabras todavia constituyen, 42 base de mi pensamiento sobre educacién y cultura, La nueva educacién en la era poscolonial tenia que oriencar- se hacia la autonomia, tanto politicamence como econé- mica, cultural y psicologicamente. Si no era asf, como una vez nos dijo alos profesores de Dar es Salaam Ensefaréis para producir mano de obra, igual que hi- cieron los colonialiseas. No para crear luchadores sino sélo un pusado de cxlavos y semiesclavos. Libera 3 ‘vuestros pupilos de la mentalidad colonial! Tenéis que formar petsonas duras;jévenes tenaces,capaces de ca in esperanza. biar las cosas, no jévene lius Nyerere fue estudiante en Makerere cuando ésta an capil inteleceual de Alviea Oriental. El actual lider de Uganda, Yoweri Museveni, estudié en Dar es Salaam cuando cra la meca evolucionaria de la region. Bajo el Gobierno de Nyerere, Tanzania impulsé tam bién dos declaraciones, primero la de Nairobi y mas tarde a de Arusha, que, con su lamamiento a [a unidad y cambio social, todavia marcan la agenda politica en Africa Oriental. En ellas se levanté la bandera de la esperanza se apelo a visiones de un mariana en el que todos nos po driamos uni, porque a unin paceca a solucién liga razonable a lo que estaba sucediendo en la region. i dias aquellos, en Makerere, en Afiiea Oriental! Seme janees ala felicidad wordsworthiana por estat vivo en ‘momento en que nace la revolucién, por ser joven cu se abre frente a ila posibilidad de un nuevo futuro. ca, nuestea Africa, estaba regresando. Se habianreunido en Nairobi dueance unos cas y eno ces, el 5 de junio de 1963, habfan anunciado su com miso de unir los tres paises en un solo Estado federado. ., Suan, eid wowjemigey usuodse as ou mn Seu anqos owaniesi ap oseds> tn szayg nha 3 oa easy Stason s9pod us succd seap anoodkiod a] pssp opus sey n29 aezndsop ap 4 s30p39 oy, *Pokesua op sougy sy 3p feaunpoa ry -penioe eunioy ns opeur - o1qy] 2059 [end Je seIDeAB ug!Ip—e ap oleqen ns 10 OIqUES YpIay v ‘012100 Uo saDapeIHe LAA “014H] ua s02x01 $0189.14 9p eapry] oUNNs au uanbanyanb sprAouma souref eriompa vy» setae seep wyreasn3 ayy soyuatmuapoisy Indic: Abdilif95, 162,170, 1 Kona Tvendepi? 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Alan (consejero cent fico del gobierno etadounidense) 28 Brutus. Dennis 184 Buchan, John, 237 ‘Burkina Faso (antiguamsente Rep bea del Alo Volks), 132 burguesta, 47,83, 101,103,104, 106,122, 124,126, 129-130, 155, 59,175, 208,212, 248 afc 122,155 ‘ompradora, 98, 102,109,134, 19) sdomestcada se hace con el poder as excoonias, 104, 12 Bush, George (expresdente de Exeados Unidos) 258 Cabra Amie, 123, Camerin, 258 ‘apiealismo, 78, 96-97, 122,174, 192,194,209, 210.211, 221,224, 241 Canye, Thomas, 213, Gane 32 centrosde pensnientoprogresista en Afea, 133, Cervantes Miguel de, 60 César, Aime, 37,43 Cuaderne des retrne al pais tal, 2 Chaucer, Geottey 36 Chile, 102,131, 138,206 bbyjo Pinoche, 102 ddetrocamiento del régimen de Allende en, 131,206 China, 79, 17, 194, 195,197,269 chino (idioms). 79, 88 ‘Chinen, 70,205, The Wes a the ret of 70, 205 CChowelhuey, Kashim, 241-243 ), i de Ibadin (Nig), Union News (peiddica ctu antl), 41 Universidad de Nairobi, 40,95, 133,167,168, 169, 182 esto itinerant Universidad de Yale 13,257,258 259,260, 261, 2 Journal of Crit 261 «Tradici yeansicin en (conterencia) om, 13, 14,20, Universidad Makerere, Uganda, Vieira Jos Vietnam, 99, 124, 132,195, 197 Vilokazy BH, 2 Walker Alice, 46 Walsh, Wiliam (po lanzamienea ‘Wedderburn, Robert, Whitman, Waly 48 Williams, sie, 221 Capitation y ala Wiriyamu, Mozambigns, 250 righ, Richard, 37,46 Yeas, William Bute, 35, yoruba (idiom), 260 ee, 30, 123,12 ‘regimen de ambia, 12, babe, 12 icin, Van, 39 aul (idioms), ‘Sep, 122018 03:4225°M Durante los diltimos e : ‘mundo han sido dominadas por occidentales, que han legad centro del universo, un ademés del poder-econé sido a aniquilaciény! Con la cultura al se Desplazar el centro La lucha por las libertades culturales Ngiigi wa Thiong’o Traducido por Victor Sabaté ar los cents de poder CTCLOGENESIS 4 | RAYO VERDE

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