You are on page 1of 12
i : & x a ‘ a 3 dl al 4 2 a } Capitulo 3 Los mitos de la evasién Hacerse salvajes El arte oficial burgués nace y se consolida cuando la burguesi, tuna ver conquistado el poder, se prepara 2 defenderlo de cualquier ataque. Es decir, nace en el momento en que la burguesia se dda cuenta ede que todas las armas forjadas per ella contra el feudalismo se volvian contea ella misma, de que :odos fos medios de culeura alumbrados por ella se rebelaban contra su propia civiliza- cidn, de que todos los dioses que habia creado la abandonabanst, El arte oficial, pues, aun manteniendo a menudo una apariencia realista, no podia ser mis que antirrealista 0 pseudorrealista, en cuanto que su funcién ya no era la expresién de la verdad, sino clocultamiento de la misma. El arte oficial s6lo tenia una faneign apologética y celebrativa; cubria con un velo de agradable hipocre- sia las cosas desagradables y tendia a dilatar la ilusion de las pasadas vireudes cuando ya habian sido sustituidas por vicios profundos Ahora bien, si después de 1870 los productos de este arte oficial se difundian descaradamente en el mercado de la cultura, cuando cl fenémeno adquirié consistencia fue a parti de los aios inmediata- mente posteriores 1848, Pero a esta manifestaciOn de la cultura oficial se oponen vivamente los artistas mas vivos y sensibles, decir, aquellos a quienes habia turbado profondamente el jaque dado a las ideas revolucionarias. En 1851, cuando el ministro Faucher inseieuy6 una serie de premios para obras ceatrales econcebidas para la ensefianza de las 50, Mario De Micheli clases tsabajadoras mediante la propaganda de ideas sanas y el expecticulo de los buenos ejzmploss, Baudelaire protesté violent mente en un articule tituldo Las dramas y las novelas Ronests, Planceaba el problema con admirable claridad y daba en el blanco ia despiadada: sLos premios académicos —escribfa—, Jos premios a la virtud, las condecoraciones, todos estos inventos del diablo, fomentan Ia hipocresia y frenan los impulsos espontineos de un coraz6n libre... ;Quién impediri a dos desaprensivos ponerse de acuerdo para ganar el premio Montyon? El uno simulacd la miseria, el otto la eatidad. En un premio oficial hay algo que hiere al hombre y a ls humanidad y ofasca el pudor de la virtud, Por lo que a mi se sefiere nunca seria amigo de un hombre gue hubiera ganado un premio a la virtud; tendria miedo de encontrar en él un tieano implacabler2 Dias después de la publicacién de este articulo, cl 2 de diciembre, Luis Napoledn, presidente de la nueva repiiblica, llevaba a cabo al golpe de estado que detia restablecer el Imperio. La reaccién de Baudelaire a este hecho es caracteristica de una reaccién mas general de los intelectuales. Con fecha de 5 de marzo de 1852, fen una catta a su consejero judicial Ancelle, alcalde de Neuilly, en cuyas listas electorales se hallaba inscrito, afirmaba: «No me ha visto votar, Es una decisién que tomé espontincamente. El 2 de diciembre me despoliticé. Ya no hay ideas generales. Que todo Paris es otleanista es un hecho, pero a mi no me interesa. Si hubiese votado no hubiera podido hacer otra cosa que votarme a mi mismo, 2Ex que acaso el porvenir pertenece 2 los hombres desclasados?3, El distanciamiento de lor mejores intelectuales de las posiciones politicas y culturales de su propia clase es un distanciamiento gue durante largo tiempo les Hevari a vivie una protesta hecha, sobre toda, de evasién. Los primeros romantivos ya habian llevado adelante Ia polémica contra el sburguéss, pero, a menudo, se trataba mas de una actitud que de una conviecion radical. Ahora, y de forma decisiva después de 1370, tal actitud se colorea en numerosos casos de razones cada vez mis especificas y sentidas. El rechazo del smundo burguésr se wuelve un hecho concreto: es ¢l rechs20 de una sociedad, de unas costumbres, de una moral y de un modo de vida. En su Voyage, escrito en 1859, Bauc Las vanguardias anisticas el siglo XX 51 ala Muerte para que se Jo Hleve a un lugar donde haya algo distinto de la aburrida vulgaridad del presente jOh Mucre, viejo capsin, ya ex hora! ;Levemes ancias! {Este pais nos aburre, oh Muerte! ;Desplequemes la velas! Sil elo y el mar som negros como la tnta, Nuestros corazones, que ti conoces, estin colmatas de tuz. Escncanos tu veneno pore que nos reconforte! Queremos, pues este fuego nas quema el cerebro, Hundirnos en el ebism, Inferno 0 Cielo, cqué mporta? “Hundirnas en lo Ignoto para halla algo nuevo. Es, pues, la fuga de Ia civilizaci6n; es una fuga individual tuna solucin individual, pues ya no hay sideas genzraless. También Leconte de Lisle, en el prélogo a la primera edicidn de sus Poémes antiques, publicados en 1852, habia afirmado un cancepto andlogo: ‘La poesia realizada en el arte ya no pariré acciones heroicas ya no inspirard virtues sociales, pues la lengua sacra, reducida, como en toda época de decadencia literaria, ano expresar mas ‘que mezquinas impresiones personales... ya no es capaz de ensefiar al hombre.» Pero lo que en aquellos aos ain er: un prorrumpir lirico de los sentimientas o una amarga constaracion, se transforma 6 en el momento mis agudo de la crisis en decision real, en esto y en accion. La poética de la accién se transformard con Baseante frecuencia en préctica de Ia evasi6n. El caso de Rimbaud es el mis eipico: su renuncia a la poesfa los diecinueve afios; su terca tentativa de embrutecerse para volver a vivir en I sociedad acorazado contra sus ofensas (oRegresa té.con miembros de hiecso, con Ia piel oscura, con ojos furibundos: por la méscara que llevaré se me juzgard de una raza fuerte. Tendré oro, seré perezoso y brutal, Participaré en los asuntos politicos. Salvador). Su fiaga a Affica y cada uro de sus gestos fevelan plenamente el sentido de sus palabras: so soy el que suffe, el que se ha rebelado.» Y su rebeli6n fue completa. Quiso arrancirse de encima el cristianismo”y las leyes «morales» que tigen la sociedad en In que no se siente capaz de vivie: «Curas, profesores y maestros, 0 engafids dindome en las manos la justicia, 52 Mario De Micheli Yo nunca fui cristiano, Yo soy de la raza que cantaba durante cl suplicio. Yo no éntiendo bes leyes, yo no tengo sentide moral Yo soy un bruto. Hacerse salvajes: he aqui uno de los modos para evadinse de tuna sociedad que se ha vuelto insoportable. Es lo que también intents hacer Paul Gauguin, dando a su empresa un caricter que po- driamos lamar ejemplar. El mito del salvaje, especialmente en la cultura francesa, no era realmente una novedad. Todo el siglo xvi testi Meno de él, Envla Mustracién el concepto de salvaje era un concepto activa, dirigido contra las constricciones de la sociedad feudal, contra los prejuicios de la moral cortiente, en suma, contra todo lo que intentaba deformar la libre y natural espontaneidad del hombre. El hombre natwral de Rousseau era la integracién del mito del buen salvaje en una ideologia politica, En li Revolu~ cidn Francesa el estado vislumbrado por Rousseau se realizd incluso en la Constitucién revolucionaria. El 14 de julio de 1790, en cl Campo de Marte, a con:inuacin de la proclamacién de los Derechos del Hombre, en la gran fiesta habia parcicipado una representacion del género hamano de la que formaba parte un negro, y euatto aiios més tarde, el 17 de febrero de 1794, an wale vvaje, un negro de Santo Domingo, que gozaba de los mismos de- echos que un patsiense, formaba parte de la Asamblea Legislativa 'Y mientras el presidente y los dipatados lo abrazabam y besaban, se oyé la vor de Robespierte, vibrante como siempre, que pronun- ciaba estas palabras: «Presidente. En la primera fila de la tribana del piblico hay una vieja negra que ba caido en delirio por la alegria que siente, Te invito a que ordenes a los secretarios {que inmortalicen este hecho en las actas« Y el presidente, a conti- hnuacion, declaraba; «En nombre de la Revolucin Francesa decrees ‘mos abolida la esclavitud en todas los cerritorios de Francia, en todas sus colonias, para la erernidad de los tiempow# [No ¢s éste el espiritu ccn el que ahora se contempla Ia vida de los salvajes. El mito del buen salvaje ya ne es on argumento a war para modificar una sociedad y darle un fundamento libre y natural, La sociedad parece ya irremediablemente pecdida y 1 mito del buen salvaje es solo un vehiculo de evasién de aquélla, De mito convergente sobre la realidad social para modificarla, s¢ transforma en mito divergente de tal realidad para reencontrar, fuera Lat vonguardias artsicas del siglo XX. 33 de ell, fuera de su brutalidad, una felicidad. no contaminada ¢ inocente, Sin eimbargo, para algunos, este mito se resuelve s6lo en um pintoreco exotiemo, en un estimulo literais, en un vago deseo, come en Mallarmé: «Yo partig. Bajel que meces tu arbola- dora, leva anclas hacia una nafursleza exéticaeS; para ottos, en tana extrema y real tentativa de salvacin, Aun en su contradiccio- nies, tal ef el caso de Gauguin, Ademis, hay que aAadir que precisamente después de 1870, Francia —ya lejos ce las premisas Hesles dela gran Revolucién—, estaba reconsticuyendo su imperio Colonial, que se habia derrumbado con la caida de Napolesn De est hecho parte roda una fil y univoca producci6n artstica y literaria dedicada al exotismo, Pero no vale la pena ocuparse de esta produccién woficiale “En Gauguin hay una acritud hacia Ia sociedal scriminal_y ernada por el oro», hay un despreco au hacia a sucha europea por el dinero». El, como Rimbaud, Bien piensa que el crtianiomo comedic error de eabolic Ia tonfianza del hombre en si mismo y en la belleza de los instineos primitivos, Por ello, en la sociedad uno se siente desplzado y también él, antes de 5a falge final, inventa la solucion del suicidio smal organizada ¥ ot “fono_de una simple divagacis ‘un claro significado de denunci “esta evasién_en_dos_diecciones: la primera lel_primicivo con sus dos Vig y con su slsima estancia en_la isda Dominique del archipiélago de las Mars SA usted le gusta Paris —cscribia a su amigo Scruffenecker—; yo amo la Bretaa, En ella encuentro lo salvaje, lo primitivo.e Y to «primitivos €l lo descubria en los grandes crucifijos, toscos ¥y someros, ingenuamente misticos, esculpidos en la madera por ‘manos artesanas y campesinas segiin antiguos esquemas hieriticos. De toda Francia, la Bretafia era, sin duda, la region mas clementat, Ja més rica en leyendas, la menos tocada por la civilizacién. Pero claislamiento no era toral ai aun en Bretafa. De aqui la decisién se partic hacia las islas de Oceania, Quiere liberarke de aquella lepea invisible que so2 los prejuicios 54 Mario De Micheli r Qeeania_un_paraiso_terrestre anterior al pecado ‘original, Dejareepenecrar por la fuerza de esa naturaleza significa pita él rescatar su propia existencia, purificarla, A su memoria \uelven sus lecturas ilustradas, ol Emile de Rousseau, el Voyage amour du monde de Bougainille, el Supplément au voyage de Bougain ville de Diderot: oLa educacién dé Emilio: jqué hueso duro de roet pata un mont6n de buenas gentes! Es la cadena més pesada que el hombre haya intextado nunca romper. Yo mismo, en Francia, no habria tenido valor ni siquiera para pensar en ello En cambio, agui todo se me ha hecho claro y sé mirar estas ‘cosas con serenidad.» El erotismo es el medie fundamental para llegat a tal perfecto contacto con el estado natural, pero se trata de un erotismo que tiende a ser cOsmico: »Aquelos demonios de griegos, que compren- dian todo, habian imaginaco un Anteo que recuperaba sus fuerzas tocando la tierra, La tierra, he ahi nuestra animalidad.» Confundisse con la naturaleza es lo que él intenta: eLa civilizacién me abandona poco a poco. Empiezo a pensar con sencillez, 2 no sentir m: gue poco odio por mi préjimo, mejor aan, a amarlo. Tengo todos los gozos de la vida libre, animal y humana. Huyo de lo ficticio, enteo en Ia Naruraleza.» En [a casa en la que hibria de morir habia escrito en lengua maori: «Te Facurus: Aqui se hace el amor. El amor se convierte para él en el anillo magico que lo une al misterio que fermenta fn la vida del universo, Por exe motivo sostiene Asperas polémicas con los misioneros catélicos que corrompen la sinocenciar de los hhabicantes de las islas. Contra los misioneros esculpe tablillas obsc nas y 3¢ divierte ensefindolas a los salvajes. Pero hace algo mis. llega a impedir la entrada a los nifios maories en [a escuela misionel, gritando: »No necesitsis ninguna escuela; la escuela es la Natu- ralena. En suma, quiere deferder a los salvajes de la scivilizacione: intenta convencerlos de que no paguen los impuestos, y cuando se da cuenta de que fos gendarmes, con el ticito consentimiento dle las autoridades, se dedican al comercio de esclavos, se ve procesa~ clo y encarcehdo por protegerlos Las vanguardias artisicas del siglo XX. $8 Asi pucs, la evasi6n_di Lo que dari un tono trigico a su vida seri | wemperamento_viglento, pero todo ello no. cs suficiente_para, el sentido de su_drama, La_verdad es_que_no_es posible Ja evasién. Maurice Malingue dice_que_ Gauguin muri cine, Al final, el Edén se habia convertido Gauguin_tiene_una_causa_y_un_fin. su sangre impetuoss, intento por superar, en la vida y en el arte, la alienacion det hombre tal como se estaba verificando en la involucién de la sociedad, que habia abandonado sus premisas revolucionarias. La experiencia de Gauguin sera la experiencia de otros muchos artistas que, de modo confiso, buscaban Ia manera de vencer el progresivo tempobrecimiento de los valores humanos y de sus propios valores cspicituales, para salvaguardar su propia integricad, amenazada por una lacerante realidad. ;Cusntas fugas en busca de una pureza, e una virginidad y de un estado de gracia! ;¥ cuintos regresos amargos y desolados! ;Cudntas derrotas! Siguiendo los pasos de Gauguin, Kandinsky ird al norte de |Africa; Nolde, 2 los mares del Sur y al Japén: Pechstein, a las Ishas Palaos, ala China y a la India; Segall, al Brasil; Klee y Macke, a Téinez; Barlach iré a vivir entre los pobres de la Rusia meridional. Otros elegirén el suieidio como solu:ién: Kirchner, Lchmbruck... Pero, gacaso no fue un intentco de evasion a la pureza de la navuraleza el retiro de Fattori a las marismas toscanas? ‘Sus boyeros no eran la versién provinciana de los maories de Gauguin? Naturalmente, no son sélo los artistas quienes huyen de Ia civilizacién, ya definicivamente compromerida a sus ojos También Jo hacen cscritores y poetas: Eluard intenta seguir Ia misma ruta que Gauguin en 1924, 2Y no hay un significado andlogo © semejante al de Rimbaud en la vida de gaucho, de carbonero, de minero, de policia, de gitano del séquito de un grupo de bossiaki eusos, de saltimbangui, de gerente de un tivo al blanco y de vagabundo por todos los paises, que levé Dino Campana antes de que sus dias terminasen en ef manicomio de Castel Pulci? En estos artistas el mito del salvaje y de lo primitivo son parte de una afsnosa bisqueda paca reencontrarte a sf mismos, su propia felicidad y su propia naturalezs de hombres fuera de las hipocresias, de los convencionalismos y de la corrupcién. En 536 Mario De Micheli fotcos tiempos, en el fervor de una historia revolucionaria, fue posible esperar changer la vie, como decia Rimbaud. Ahora, feustea- das aquellas esperanaas, era necesario hallar en otro lado una condi ‘cién que no habia sido posible crear dentro de las fronteras de Europa. Inmerso en esta peripecia, halla explicacién el grito mis angustiado de Rimbaud: oLa auténtica vida ese ausente. Nosotros rho estamos en el mundo Y cuando esta operacién resulte vana, tentonces ya no quedaré mis que clegic otros caminos y buscar Ii libertad en el suefio 0 en el silencio del propio Yo interior fo en soluciones metafsicas. Vanguardia y decadentismo Ast puts, gran parte de la vangunrdia artic eoropes tiene # spe ea cmign: al sbandonar el tteno de 50 case ¥ Pee iar ono al que tasplanar si roa, los atsas de ie anguanda se anstorman en dent, Sin embargo, seria on nor votucar num jis apreurado 3 60s arts con el seetiensmo tt ot, Ciewo gue no pocis experienc de van- Sunde coiniden segment ton Gel deeaentsmo Forman wir deh pero exe un ama sevohcionaria de la vangoardia Teac ademda'es antes) que nose puede de ninguna mane- ‘Sieur de modo tn expedtvo La exc de ala revolo= Gowns scart evident ala ver que un aaa de vangunrdia proviso & decir capae de devolver Is confianea que, noe” Terai sino en In pecenia sea dento dela ceded, © a. Tn cambio, sobre cod, en el decadensmo bay una acttnd de saulcone Te ita aqel vivo sentido de la euptra historia er tea gue une iurgenc, Bo genoa, el deradenésme lev 2 anc el spt an-utaion de gran Pte Sh Gmasasomo, oe mano cp gue Yo habia so como ta eeqrign al proceso revolicionaio th atch AML, pus i> ¢ldesatentgmo se pueden holla slemento plemizosanlbrai= Ss fle sex clement gue se emonean.» nostalgia fay en él una extenvacién espiritual su fltimas co} ‘Las vanguandias atsticas del siglo XX 57 esado prereevohicionario, al gusto por una civilizacion desaparec Geo dus oti punto de dessparecer y, por tanto, al gozo macabro por to que revela en si 105 signos fatales dela muerte, St Is Proven ls duras coneadicciones de la sociedad burguesa por sant de un hombre de vanguard se colores con bastante Feecuen erige soviainmo, no ocucte asi con 1a oposicion del decadente Y si por caalidad, sale del estado de rurbia degustacion de ta muerte, es casi siempre para dirigir st! atencion a los mios nis exasperados del nacionalismo. Basta pensar er Bareés y en D’Annunzio. ra captar mejor esta diferencia basta compart, no ya con Van Gogh sino Gauguin, 2 un artista como_Gustave Moreau Lz amateiar que Moreau erata en sus lienzos es bastnte semejante yp eutada por Delacroix en muchas de sus obras: exonsmo, toluptuosidad y muerte, Peo donde el romanticismo dé Delacri son eu fapeaexalia tal amaterir infundiéndole una pasion Geamiticn, el decadentismo de Moreau [a enfriaba cv una cerebral Inscviat. Ni siquierasenia ninguna inclinaci6n a romper los cino tres formales de la tradicin. Le bastaban los maestos del pasado, que Ie daban stodose los consejos para no hacer un carte pobre» fos temas del romanticismo se agotaban ast en sus cuadros en nigo sstitico y en un morbo%o sonambulismo que exclia de si in earbulencia de las pasiones cualquier otco aypecto de vida satura Tl sentido del arte de Moreau fue iustaslo ampliamente por Huysmans en el cexto que, justamente, se ha comsiderado como da bibls del decadentismo: 4 rebowrs. En ls pginas de Huysmans mo solo queds claro el significado de los cusdros de Moret, Sino que se puntaaliza rodo el clima del decadentismo com 30s predilecciones y sus Fobias TEI Salon de 1876 marco el éxito de Moreau, Huysmans imagina que et protagonists de A rebours, Des Esscintes, adeuirid dos obras Je Moreau y pasa largas horas de contemplacién ance ellas, Sobre fodo ante Ia Salomé, que Huysmans describe asi; sSurgia un trono femejanee al altar mayorde una cacedral, bajo innurrerables BOvedas Salpicadas de coluranas robustas como pilares romiricos,esmalradas de azulejos policromos, inerustadas de mosaicos, lapislizul y sard6~ nica, en um palacio semejance™ una basilica, de una arguiceetura 58. Mario De Micheli 4 un tiempo musulmana y bigantina, Bn el centro del tabernicula que coronabs el altar prececido por escalones en semicirculo se hhallaba sentado el tetrasea Herodes toeado con wna tara, las piernas juntas y las manos apoyadas en ks rodillas... En torno a est cstatua inmévil, fjada en um pose hieritica de divinidad hindi, ardian perfumes que levantaban nubes de vapores, horadadas como por ojos de felines por ef fuego de las gemas encastradas en el respalde y los lados del trono. En el perverso olor de los perfumes, en Ia atmésfera caldeada de aquella iglesia, Salom: con el brazo derecho doblado, con una gran flor de loro a la altura de Ia cara, avanza leacamente de puntillas a los acordes de una guitarra cuyas cuerdas rasguiea una mujer acuerucada, Con rosero serio, solemne y casi augusto, Salomé comienza su librica danza que debe despertar los sentidos adormecidos del viejo Hero- des: los senos le ondean y, el contacto con los collares agitados, sus puntas se yerguen; en la piel himeda de sudor los diamantes se pegan con todo su brillo; los brazaletes, cintos y anillos escupen centellas; en el vestido triuafil, tejido de perlas, recamado de plata y laminado en oro, la coraza de la orfebreria, en la que cada mala ¢s una gema, entra en combustin, entrelaza serpientes de fuego, hace hormiguear en Ia carne opaea y en la piel color cosa de té espléndidos insectos de élitros fulgurantes, veteados de carmin, punteados de amarillo aurora, jaspeados de azul acero, atigrados de verde pavo re:l. Concentrada, con los ojos fijs. semejante @ una sonimbula, ella no nial tctrarea, nia st madre, ai a la feroz Herodiss que ls vigils, nial hermafrodita, ni al eunuco, que con el sable empuiado esti al pie del trono como una terrible figura vehda hasta las mojillas, y cuya mama e casteado pende como un pellejo de vino sobre Ia abigarrada tinica color naranja... En la obra de Moreau, Des Esseintes veta Finalmente aquella Salomé sobrelsumana y extrafia que habia sovia~ do, Ya no era la bailarina cue con una perversa torsiin has caderas arranca a tn viejo gritos de deseo y de gozo: que quiebea bb energia y debilita Ia volutad de un rey agitando tos senos moviendo el vientre o con el eicaloftio de unos muslos; era de alguna manera, la divinidad simbélica de I indestructible Luju ria, la diosa de la inmortal Histeria, Ia Belleza maldita, elegida jentre todas por [a Catslepsia que ponia sus eames rigidas y que ‘Lat venguardiasartsticas del siglo XX 59 a t«sé;S;C;sC;COCwsC cso sel Ye emo de Cage excep colo fruto de hibridas conmixtiones, de gustos sicrilegos_y de problemitica derivada de Ia ruptura de la ‘unidad del siglo xix . ‘2 como Odilon Redon se puede incluir en sda de cruel libidinosidad, de “También we arts ami de devadentsme, pot Jo menos eo ana pate de Soro obuante ta presente una agudeza que hace pensar ex manor de arrange interesante. En opinion de Huysmans, los ips de Redon setaban al margen de todos en 3 mayor parte uhsban is alli de Tos limites de [a pintura, inmuguraban una Specialist faneasia, una fantasia de enfermedad y de delro SESban en Ta memoria. recuerdos de febre tied, recuerdos seis moches ardiontes, de as pavorosasvisiones de [a infanciae! Delntoie, Durero, Rembrandt y Goys eran sus maestros. Pero vinaeéeniga consumadisima, una fantasia akucinada y monstuos. “Teenads por una logics abstacta y por una incligencia igurost Sele absuado,daban vida a imagenes de playastropcalesinvadidas Je conse wegetcion, 9 plancas desétca,idasy have, 3 Fagosss Shonuanas de va, en suma, a paajes de miseriosos tertores, Spier» Gguesshumanas vivienes en éeformadas dimensiones fens y pieologicas yep ambigess vivencias espa. “Tal ver estas breves indicaciones puedan ya oftecer una primers dea del decadentismo, Pero hay que afadir que et fendmeno fede amplicad europer y que los nombres que habrla que sugerit Son muy numerosos, tanto de literatos como de artistas: poctas tome Stefan George en Alemania, Swinburne y Wilde en Inglate- rs, Sologub y Zinaida Gippius en Rusia; pintores como Félicien Ropeo los prerrafaelistas Rosetti, Hugues o Millst, Los elementos 60 Mario De Micheli cn que se bata su podtic son siempre los mismos: espircalismo, rinicimo erético,simboliemo, crvcldad y rechaz0 roméntico de 1a chats mormalidads burgues. Un mundo de floces venenoss, de lividos mohos, de manigues de cera, de especros sufireos, de mitos orientales, de palids, ambiguos y extenuados amantes ddominaba lot veros lor Henzos de esto files oficiantes de tn perdicin decadent, ‘Algo semjante represntan en Filia D'Anmunzio y Sartorio El poeta abeuzo y el pintor remana se conocievon en el ambiente de bas Cronache Bizanine de Sommaruga. Son los afos en que D'Annunaio icrbe forts Gutadiure y el Poem ports, los atios del Trios dell morte y del Innocent, Todo lo que produ “el decadentsmo inglés y francis, D'Annunao lo recoge fo smpli- fica en us poesia, en ss novels y obras teatrales. En 1886 Sartorio itustra ota Gastar abs después pines sus mayors lewz0s La Gongonsy lor hiro y Diana de Efso ls eaves, ese limo imspirado en un cuadro de Moreau, Ecléctico, legante y frigid, Sartorio mezcaba académicamente t prerrafstsmo, el clsicimo alejandro y el simbolinno. Muy pronto se contirti6 en pintor oficial, incomparable en adomar de idealismo a ls damas de la ariswocracia romana, El mievo Estado italiano nacido del Resrgi rento,y que solv deFator, le encarg el fevo del Palamen- Co, que fetmind en novecients erenta dis, pintando doscicntas setenta cinco figuras de hombres y de animales en custrcientos metros de lienzo, Después de ello también fue dipurado ¥ leg® 2 tiempo para hacer el retrte de Massolini caballo en 192812, En Italia hay bastantes artsas que, de alguna manera, bebieron cen la ftence del decadentisio, si bien xe trata de artistas ya olvida~ dos, como Giacomo Grosso, Cayo Supreno convegno prodyjo tanta impresion en la Primera Biexal de Venecia en 1895. Pero, en general, se trata s6lo de dileantes del decadentismo. Mis rico en motives, aunque parddicos, es el caso de un poeta: nos referimos 4 Marinetsi, En efecto, el padre del farurismo nace directamente Ge los lividos lomos del decadentismo francés ruidasamente aliado al superhombrismos nieteschemno. Hay que subrayar esto, ya que 2 su debido tiempo deberemes expresar un juicio acerca de este movimiento artistico italiano, Las vanguardias artistices del siglo XX 61 Ya en-su poema La conguista de las estrellas, de 1902, Mariner rte; pera ain mis clara apare denuncia su origen simbolistadecadente; ps 2 fu segundo poema Destraciin, escrito dos aos ce su fiiacién en 5 se transmata en mujer mis tarde. En este poema, hasta el mar fatal fia, laseiva, prototipo de la mujer creada por et decadentismo Mar! ;Cortesana sublime! A gute en tu orvascosaalcoba cogends esta noche? Quin vended a avarsiar las emenazedoras espiras fet everpo de serpiente?

You might also like