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Mare Angenot De hegemonias y disidencias Coleccion Conexiones y Estilos Dirigida por Antonio Oviedo Tiulos originales de los articulos incluidos en este edicin* = La critique du discours social: & propos d une orientation de socherch Hégémonie, dissdence et contre-iscours, Rétlexions sr les ptriphénies du discours social en 1889 - Les idéclogies ne sont pas des systémes [histoire en coupe eynchronique ittrature at discours socal Frontiére des études literals: science dela fiterture, science des dscours La conversion au socialise [Ga propagande socialise. Elements de rhetorique et de pragmatique -Uinjul trahire: la préfiguration de V'Aifaire Dreytus (1886-1894) La fin d'un sexo: lo scours sur les femmes en 1889 * La seleccién de los aieulos estuvo a cargo de Maria Teresa Dalmasto y Adriana Boria (© Eeitorial Universidad Nacioual de Cordoba ab, Imprenta, Ciudad Universitaria Director de la Editonal: Antonio Oviedo Disefio: Fernando Ferreyra Disero de tapa: Pepe Moneo ISBN. 950-33-0195-5 Hecho el depdsito que marca la ley 11.723 Impreso en Argentina Marc Angenot Interdiscursividades. De hegemonias y disidencias Prélogo Hace algo mas de una década tomamos contacto por primera ‘vez con algunos trabajos representatives de la obra de Marc Angenot Desde nuestra formacion linglistica primero y semidtica después, hhabiamos desarrolado una serie de ideas acerca de la produccién social del sentido que se nos revelaron como mareadamente afines con las que acababamos de descubrir. Ideas que, por otra parte, no fran ajenas alas ensefanzas con que Luis Prieto thuminara nuestras primeras aproximaciones a esta problemética. En este sentido, no pudimos dejar de asombrarnos euardo, a leer Critique de la raison sémiotique (1985), comprovames el peso que en sus reflexiones te6ricas le otorgaba al pensamiento del semidlogo argentino. De ahi en més, sus propuestas teéricas y metedolégicas contribuyeren a reordenar nuestras investigaciones y se reflejaron en la labor do conte, ‘La dificultad para difundir su bibliografia -aparecida en francés © ‘en inglés- ha hecho que desde tiempo atrés acaricidramos el prove to de traduecién formal y de publicacién de, al menos, parte de st ‘bra. Con la valiosa colaboracién de Adriana Boria emprendimas al fin la tarea y coneretamos la seleccién. Censurada la labor. nos sentimos obligadas 2 explicar al lector las causas que nos llevaron a sacrificar aquellos trabajos que, por presentar un planteo general de bs teoria, hubieran merecido oficiar de introduccién. Su no inclusi6n ‘obedecié a que. precisamente por estas caractersticas, vienen cir- ‘culando en miesiro medio desde hace algin tiempo, a través de traducciones domésticas. Este investigador de origen belga, radicado en Canadé, funds junto a Antonio Gomez Moriana y Régine Robin e! Centro Interuniversitario de Andlisis del Discurso y Sociocritca de los Tex- tos (CIADEST). En su discurso de presentacion resume el proyecto ‘eérico: se centra en la intencién de determinar la especificidad del ‘objeto discurso en el encuentro de ls diferentes ciencias humanas y ‘enfatiza ol rechazo a la mera yuxtaposicién de metodologias. ‘Angerot, como Baitin, solo concibe la aproximacién al discurso desde bs interdisciphnariedad, 0 quizA seria mis ajustado decir desde la transdisciplinariedad. La formulacién del principio heursteo que rge la propuesta teé- rica desarrollada por Marc Angenot trasunta, en una apretada y ‘exhaustiva sintesis, el marco global en que se inscribe su pensa miento, es decir, las redes interdiscursivas donde se nutre ya las que 9 Maria Terosa Dalmasso al mismo tiempo sive de alimento. La aceptablldad de su propio liscurso delata el lazo con esas raices que, disefiando un teido que no reconoce origen, cubren el vasto campo social y delinean su fisonomia. Al mismo tiempo, quedan al descubierto las ruptures, debilitamientos y huecos por les que han podido deslizarse algunos de los matices ms originales de su enfoque. Para ustrar sin tracio- nes el pensamiento del propio autor, reprostucimos la literalidad de su discurso en la definicién del programa que vertebra la totalidad de su obra: «Pensar histéricamente el discurso social y percbirlo en su totalidad..) Perebir el poder de los discursos en su ormnipresencia y su omnipotencia difractada en todas partes, sin embargo con disfuncionamientos aqui y alls, desequilorios, brechas que fuerzas homeostaticas tratan perpetuamente de colmar. Poner en conexién los campos literarios, los campos cientificos, el campo fitoséfico, los discursos politicos, la prensa y la publicidad, todo ke que se inscribe ¥ se difunde en lugares particulares. Y, sin descuidar lo que ponen en juego y las determinaciones de e303 campos, examinar las fron- teras recenocidas o discutidas, los puntos de intercambio, los vectores interdiscursivos que alli penctran, las reglas de transformacion que pponen en conexion esos diversos sectores y organizan la topologia global» (1988.97) Los intertextos que enhebra y reelabora, explcita 0 implicita ‘mente, dan cuenta de sus travesias tebricas por senderos inexcusables para quien, en nuestro tiempo, se mueve en el dominio de Ins ‘ciencias historicas y sociales’. De este modo percibimos en sus tex tos tanto la palabra de Foucault como la de Bajtin, Gramsci o Bourdicu, entre otras. Sin olvidar el vigor fundante con que emerge cl pensamiento de Luis Prieto. En la actualided, cuando el discurso se ha constituido en objeto insoslayable de las diversas disciplinas sociales, el andlisis del discur- so impone una aproximacién interdisciplinaria, El enfoque sociodiscursivo, tal como lo dsevia Angenot, es el fruto de esa movi- lizacién generalizada en el campo de las ciencias sociales. En tal estado de cosas, considera ineludible recoger y coneilar la diversi: dad de aportes disciplinarios, en lo que é! concibe como una «Prag- ‘mitica sociohistoricas Elabora, en consecuencia, una teoria del discurso que lo Neva & afirmar-no sin marear su eoincidencia con Prieto- que +..)el ico ‘objeto posible de la semidtica es una ciencia historia y social de las 4 Angenot, M., (1988) Pour une théorie du discours socal: problématique dune recherche en cours, en Rewe Littérature, Médiations du socal Recherches actuelles, n° 70, Ed. Larousse, Paris, (La traducciin es rivet). 10 Prélogo. ‘maneras de conocer y de representar lo conocHlo, y que esas mane- ras de conocer estan igadas a una funcién’ a una press, (198555)? Es esta linea tc6rica la que lo conduce a desarrolar una suerte de sgnoseologia social © critica de la ideologia, orientada a dar cuenta de la particular construccién del mundo que opera cada sociedad y ‘su consecuente configuracion de subjetividades. Dentro de este mar- ‘co conceptual, deviene imposible comprender la signifiencion de cus!- ‘quier objeto si no es a la luz de la interaccién simbélica global. ‘Un comentario especial le dedica al hecho de que esa interaccién simbélica global -que presupone el cardcter intertextual e Intendiscursivo del discurso social- no cesa de expanditse. Angenot ‘no ignora el influjo que mediante la imposicin de modelos cognitivos ¥ de una tépica particular: ejerce en el discurso social de nuestros dias la dinémica comunicativa a escala planetaria, posibiliada por los prodigiosos avances tecnolbgices y favorecida por el implacable juego de los poderes politico-econémicos. Si bien la definicion del discurso social pasa por la nocién de hhegemonia, no adquiere el carécter de un todo homogeéneo inaltera be, sino que es concebido como una entidad compleja en la que actaan fuerzas centripetas pero también centrifugas que permiten sti movlidad y cuyo equilbrio esta asegurado por su propia capaci- dad autorrequladora. Esta hecemonia discursiva no es ajena a la hhegemonia cultural englobante sino que revela uno de sus aspectos, Un rasgo inherente del discurso social asi coneebido es Ia interlegibilidad cultural concomitante con cierta tendencia homogeneizante y quiza reduccionista en le interpretacién de la semiosis, gracias a la naturalizacion de ciertos sentidos. No obstan- te, tomando una distancia critica con respecto de lo que califica de euforia pesimistar en Foucauit y de salternative voluntarista: en Habermas, considera que, a pesar de la triple funcién del discurso social: éntica, axiolégica y pragmética, «no hay que atribuir a los dliscursos toda la ‘magia’ de la servidumibre voluntaria y de la repre sion social (1988:94) Los articulos que componen el presente volumen -aparecidos en los iltimos diez afios- han sido escogidos con la intencién, no de agotar la propuesta formulada por el autor, aunque si de dar cuenta se aquellos aspectos que nos parecen més productivos. De ese modo, * Angenot, M.{1985) Critique de Ia raison sémiotique Fragment ‘avec pin up, Les Presses de | Université de Montréal, Montéal (Le traduc ibn 2s nuestra) Angenot, M (1988) Ibidem. (La traduceién es restr. nu Maria Teresa Dalmaso — amos Intreducklo env primer lugar Critica del discurso socials dor- «de Angenot despllega una vasta y rqurosa argumentacion en contra ‘dl tableaniento diseiplinar quo, a su eriterio, conduce a la creacion dle problemas artiiciles, evitables mediante un enfoque integral de |i protueeiin simbliea Se sirve de las nociones de hegemonia y de \deologia para robustecer su posicién en favor de la inehudible Interdiseiplina, Introduce dos problemsticas de indectinable pert nencia en los estudios semiticos actuales: la que se desprende dela silobalizackin y los consiquientes avatares del discurso social, y otra undamentalmente de orden metadolégico- que atafe a la compleja ‘puesta en relacion de los discursos lingiisticos con discursos propios de otron lenguajes, dado sus regimenes peculiares de produccién del sentido, Cierra el trabajo con una explicitacién de Ia afinidad de! ‘autor con los «Cultural Studies+ que confirma su vocacion transdisciplinar. Uno de los aspectos que suscita las mayores reticencias entre quienes se aproximan a la teoria del discurso sociales la relativa a la temergencia de ln disidencia; lo que a simple vista parece poco com patible con el postulado del discurso hegeménico. En +Hegemonia, disidencia y contradiscursor, sin embargo, separandose de lo que denomina sel pesimismo cultural contemporanecr, Angenot se ex- playa en la consideracion de la +heteronomias, en cuya existencia cumplirfan un papel esencial los margenes del sistema discursivo de luna época, la periferia de los sectores reconocicos como legitimos, Deja claramente expuesta le necesaria relacion entre heteronomia y aceptabilidad -que esté en la base de su planteo sobre la necesidad de desarrolar una pragmitica sociohistrica para abordar el estudio del discurso social. Precisamente, esta relaci6n que parece generar la ineluctable dependencia de la heteronomia respecto de la hege- ‘monia queda abierta 2 una lectura critica mas profunda, puesto que a pesar de las prevenciones de Angenot podemos quedar atrapados fen una suerte de visién inmovilsta. No deja de advertr, sin embar- 90, contra los errores a los que puede inducir el also novum, como asi tambien sobre la dificult para reconocer le autticamente revo a causa de lecturas sesgadas desde la vision hegeménica Adhiriendo a la posicién bajtiniana, en «Las ideologias no son sistemas releva el carécter Kleologico de los fenomenos semidticos. Conviceién que, por otro lado, uniria a la mayor parte de los inves tigadores de lo que él lama sruiestra era de ln sospechas. No obstart te, cree necesario revzar los alcances de la nocién de ideotogia y, en. consecuencia, se aboca al examen critico de una de las definiciones ‘mis difundida hasta nuestros dias, que es la formulada por Louis ‘Althusser. Cuestiona la concepcion de la ideologia como sistema y 2 Prélogo resalta su cardcter heterdnomo ¢ interdiscursivo, donde conviven aporias y antinomias y germinan enfrentamientos y rupturas. Con tinuando la linea de pensamiento plasmada en el trabajo citade pre- cedentemente, se impone para el autor una reformulacién del con- cepto de ideologia que, eliminando la nocién de sistema, permita dar cuenta de la movilidad discursiva. Como ejemplo de la tesis que sostiene, examina el desarrollo de la ideologia socialista en Europa ¢n el espacio temporal que abarca desde la Cammuna hasta la Revo- Jucién bolchevique Por otra parte, el andliss de algunos aspectos de la propaganda socialista, difundida en Francia y en los palses francoparlantes de Europa entre la Comuna y la Primera Guerra Mundial, constituye el ‘objeto de un meduloso y esclarecedor trabajo publicado bajo el titulo de +La propaganda socialista. Elementos de retorica y pragmatica El anilisis de un conjunto de discursos de propaganda preducidos desde distintos sectores del socialismo le permite constatar que, més alla de las diferencias entre estos grupos, se puede establecer la cexistencia de un niicleo comin que constituye la axiomiética del dis- curso socialista revolvcionario. La propaganda sociaista se estructu ra en torno a una serie de topo, de relatos recurrentes que, en un juego de establlidad y movimionto, se reiteran, se renuevan, se ac- tualizan o se adaptan. Atendiendo al aspecto pregmatico, dibuja un ccuado detallado y explicativo de sus funciones que arroja huz sobre estrategias tales como las de legtimacion, persuasion, construccién de identidad, activacién del pathos y movilizacién. Complemen- tariamente, desaaja los conjntos de topol en torno a los cuales se consiruye la argumentacién-narracion. Esto le sive pare demostrar cémo se estructura, prolia y recurrentemete, un relato que parte de |a observacién de los vicios y crimenes de la sociedad burguese y capitalista para anunciar el advenimiento de una Revolucion que aparece como inminente, que se impone como la ultima y que leva- 1 fatalmente a la instauracién definitiva del socialismo. En -Un judio traicionara: La prefiguracién del Affaire Drevius (1886-1894), a través de un recorrido que confirma sus planteos teoricos -formulados especialmente en -Hegemonia, disidencia y contradiscurso-, el autor se propone demostrar cémo el advent miento de semejante episodio no es mas que la consecuencia prev sible de un antisemitismo generalizado, cuyas representaciones so- ciales fueron recogidas, acumuladas, hiperbolizadas y condensadas ppor la cada vez mas intensa propaganda racista. De manera corwin- conte va hilvanando un razonariento que sella con demostraciones: antiserinismo miltante logré consiruir un sistema explicative glo bal, recurriendo al sentimiento que ya estaba instalada en los diver- 2B 508 sectores de la sociedad. El fanatismo antiserita fue posible por- que se inscribié en una doxa que, naturalizando sus enunciados, los dotaba de aceptabilidad. El paradigma de la destersitoralizacion que essiructuraba la isin del mundo a fines del siglo XIX, regido por una légica binaria acumulaba predicados que denunciaban la desestabil zacion y la descomposicién socal. Al mismo tiempo, reclamaban un sujeto responsable, a cuya imagen parecia respordler holgactamente la construceién del Judio. Angenot logra patentizar cémo, inexore blemente, el «Affaire Dreyfuss se erigié en la prueba necesaria para confirmar la profecia, El paradigma de la desterstorializacion sirve también para inser- tarla emancipacién femenina en el polo de la degradacion, tal como lo presenta en «EI fin de un sexo: el discurso sobre las mujeres en 1889, En el marco de una doxa que vaticina un porvenir de deca- dencia, la mujer moderna se corwierte en una prucba més. La natu: rlizacion de la corruptibilidad femenina asumne tanto el tono solemn ne e incuestionable del discurso cientifico como el matiz no por subjetivo menos convincente de la literatura profana. En todos los casos, la mujer carece de historia, tal como lo confirma el indiscut- do seterno femeninor. Como lo afitma Angenot, ni siquiera los dis- cursos de la periferia pueden escapar a este saber hegemonico, in- cluso los discursos feministas caen en la trampa de revalorizar aa ‘mujer a partir de sus cualidades naturales, Tampoco logra eludirla cl discurso socialist, ‘Al abordar la problematica planteada en el dominio de los esti dios lterarios -en «Frontera de los estudios iterarios; ciencia de la literatura, clenca de los discursos, refuta la corsistencia de la cate- goria sLiteraturae y pone en evidencia el hecho paradéjico de que los estudios literarios han desarrollado mintuciosas metodologias pero ue, sin embargo, tienen claras dificultades en dlscerir los limites de su objeto. La interdiscursivided conlleva la interdisciplinariedad Sefiala, sin embargo, los frustrados intentos de una semidtica gene- ral de la cultura por substituir los estudios sectoriales mediante el recurso a un paradigma unificado. Rescata los desarrollos operados ‘en Gran Bretaia por los «Estudos culturales, y subraya en este sentido sus coineidencias con Terry Eagleton. Reitera la inexistencia de un objeto estable y delimitado de los estudios iterarios. ¥ para terminar, precisa que la presunta especifcidad del hecho Iterario es ‘una funcién de la economia global del discurso social y que, en con secuencia, es el discurso social en su totalcdad el tnico objeto con entidad propia. Partir de un cvestionamiento a la pretendida espect ficidad del discurso lamado Merario, conduce al autor, una vez més, a confirmar la necesided de desarrollar una teoria y una historia del 4 discurso socal En la misma direccién, «La historia en corte sincr6nico: hteratura ¥y discurso socials, presenta a la literatura inmersa en la sincronia vva el discurso social total de la sociedad contempordnea o el de estados anteriores de constitucién de la “modernidad”! ¢De qué ‘manera examinar el regimen diferencial de produceién de sentido ( x de funciones sociales) enire lo impreso verbal y la imagen - espe calmente la imagen reproducida en ltoarafia 0 en heliograbado en 1889, en los comienzos de la cultura visual y de la prensa ilustrada? Que 0s Jo que se representa en imagenes que casi no se tematiza fn frases? Y atin més: -, pero como dar cuenta de ello para los estados de sociedad antiguos? - 2Qué ocurre en lo oral: en las coralidades burguesa y mundana, pequeria burquesia, obrera y paisa na -que se encuentra rechazado de lo escribible, d= lo imprimible, 24 Lacritiea del Discurso Social: a propbsito salvo a titulo de una muy ocastonal transcripeién pintoresquista como testimonia para el principio del siglo pasado la obra de ‘cinometodologia_avont fa lettre del genial Henri Monnier? Ain asi, como lo sugeria yo mas arriba, cqué formas narrativas cognitivas desplazan hoy el relato cinematogratico dela ficion impresa y como ‘se desplazamiento se explica y se regula a si misma? ; Como cons- truir , atin a golpes de conjeturas riesgosas, la relacién entre los dliscursos y las otras practicas significantes? ¢ Cémo pensar tedrica mente, sin limitarse a la intuicion sumaria que ya tenemos de ella, las relaciones entre los discursos del sexo (desde la represién méd ‘a hasta el lbertinajetiterario del boulevard) y las practicas sexuales? y la sliga de las mujeres socialistas, son ineape: ‘ces de concihar sus perspectivas. En la extrema i2quierda, los posibilistas, alemanistas, colectvistas (guesdistas), comunalistas, blanquistas, anarquista (, entre ellos, «anarquistas individualistas+ y anarquistas colectivistas) se enfrentan en la cacofonia, Los que estan en pleno centro de la hegemonia bien pueden hablar en not te de la tolerancia y el lberalismo, esto no les ctorga mucho mér to. En la periferia, la cohesién sélo puede obtenerse por la impos cién dogmatica de una contraviolencia simbelica. Habria que mos- {rar que aun cuando estas querellas parecen tener una historia pro pia, se desarrollan bajo la dependencia directa (por infitracién) © indireeta (por el esfuerzo mismo de disidencia) de la hegemonia. El analista del discurso social no se apresurara a concluir que ‘existe ruptura cada vez que se enfrente con enunciados expresa~ mente paradojales 0 protestatarios. Veré de que poder de atraccién dispone el discurso social hegeménico para restringi la autonomia critica de los doctrinarias socialistas 0 feminists, ast como la inde- pendencia especulativa 0 imaginativa del pensadory del artista. Vera ‘como los perisamientos supuestamente contestatarios se desarro- lian en la movilidad de la hegemonia invisible contra la cual intentan plantear su etica, emo se infitra constantemente en ellos el dis- curso dominante que reprimen El discusso social canénico mistlica, pero también sostiene al persamiento conforme, tal como el aire sostiene al avion (si se nos permite expresarnos asi) Es en los distinguidos ambitos de la Revue des Deux Mondes donde el pensador puede mostrarse mas sutl ‘mas coherente, mejor informado e incluso, en ciertos aspectos, mss lcido. En les mérgenes, en las publicaciones socialstas 0 feminis tas, cubnta cequera, cudnto patetismo barato, cusntas torpezas! Heteronomia y aceptabilidad historica De lo expuesto hasta ahora se desprende que para evaluar la distancia de interlegibilidad que separa. en un momento historico determinado, los discursos canonicos, legititnados por todos los ca- racteres y los parametros de la hegemonia ambiente, de las doctti- has y contradiscursos sostenidos en las periferias del sistema, no podemos fiarnos ni del juicio de nuestro propio tiempo nt de [a deteccion de marcas formales de una subversién de los cddigos pre: valecientes. 39 Mare Angenat Es con esta actitud que abordaremos la reivindicacion de la eman- cipacién de las mujeres y en particular la argumentacion sulreqista ten ol Siglo XIX. Es cierto que este discurso no tiene nada, formal y ‘topicamente, que parezca romper con cierta aceptablidad politica ctiya memoria se remonta a los inmortales Principios de 1789 y a In Declaracién de los Derechos, Pero no es menos cierto que, hacie 1890, y més tarde, la exigencia dela plens ciudadania para la mujer parece -pese a la forma «clésicar de sus argumentos- no sélo exage rada y extravegante sino estrictamente impensable vista desde la hhegemonia, y sélo provoca, incluso entre los sprogresistass, una es pecie de estupelaccion exasperada. Es como si alguien viniese a azgumentar en 1989 la necesidad de que voten los nifis de cuatro afios y os electores que hubiesen dejado por testamente indicacio- nies sobre sus opciones electorales post mortem. Semejantes pro- puestas rebasarian la aceptabilidad, estrictamente historica cabe decilo, y serian heterénomas en el sentido de que inchiso una se- cuencia de ergumentos racionales en st apoyo ne aumentaria un ‘pice la toma en consideracién de tales tess, Retrospectivamente nos resulta sospechoso de mala fe el cronis- ta de izquierda del siglo pasado que declara algo asi como: *Yo no soy menos progresista que cualquiera, pero el derecho de voto a las rmuietes es algo que se pasa de Ia raya, es el mundo al revés. Ade ‘mas las mujeres razonables no lo desearm. Pero esta sospecha es infundada, ya que en esta época el discurso feminista sufragista, ese a estar caleado de los discursos politicos progresistas de todo el siglo, sigue privado de aceptabilidad, incluso de aquella, minima, ‘que permite la toma en eonsideracién, aungue fuere indignada y colérica, de dichas tesis, El feminismo no encoleriza en 1890: hace reir y hace reir a un vasto sector que retine en el mismo regocijo Univers de los hermanos Veuillot y la Lanterne de la izquierda radical. Es apenas en la extrema derecha antilberal donde se ve que €l feminismo esté en el hilo de plata del pensamiento democratico Jacobino, porque esta ideologia entera es percibida como satanica y “antifisica, como implicando una desviacién fatal del curso natural de |e historia humana, ‘Asies como nos vemos impulsados a ligerfirmemente la catego tia de lo heterénome con la de la aceptablidad historica, es decir con las fluctuaciones, a veces sorprendentes a mediano plazo, det ‘deologema de lo impensable y de lo indecible. Por lo demas la heteronomia nos parece no excluir la capacidad, manifestado juste ‘mente por contemporéneos. de percibr la Fogica interna de un cis ‘aurso mostrando al mismo tiempo que este discurso es ineapaz de alcanzarlos, es incapaz de dirigirse a ellos, no tiene para ellos ni 40 Hagemonia, disidencia y contradiscurso. Reflexiones sobre gin *encanto», en el sentido cuasi magico de esta palabra. La heteronomia no es de orden formal, ni siqulera del orden de certas, ‘operaciones interdiscursivas que intemporalmenite podriamos callfi- car como criticas, como deconstructivas, o como subversivas. Esta debe apreciarse en la logica de una pragmatica sociohistérica en la que los géneros, las ideas, los discursos, tienen una fuerza perlocutoria orientada hacia destinatarios-meta cuyo habitus dxico, patético identitario lleva consigo una permeabilidad particular a estas influen- cias, una capacidad de disfrutarlas y de renovar el placer. Un tipo discursivo puede ser mi contemporaneo sin dejar de ser letra muerta para mi, para mi grupo, para mi estrato cultural, porque no me dice nada, porque todos sus efectos, su pathos, sus sugestiones figurales, tienen sobre mi (que no soy su destinatario por elecci6n) un efecto adverso a la recepcién pertinente: me hace reir, me resulta revulsi- vo, me exaspera, me aliena, en lugar de encantarme, de estimular- me, de darme una identidad, Es con esta actitud que corresponde abordar la propaganda so- cialista vista por los cronistas *burqueses« del siglo XIX. Tenemos un ejemplo claro de esta disyuncién entre lo que llamaremos la interlegibilidad formal y la heterologia llocutoria. Barthes h- bia he- cho notar, hablando de cierto pathos hiperbiilico de los jacobinos, que a Revolucién fue por excelencia una de esas grandes circuns: tancias de la vida en que la verdad, por la sangre que cuesta, se vuelve tan pesada, que requiere para expresarse las formas mismas de la amplificacion teatral (...) Jamas lenguaje alguno, decia, fue més inverosimil y menos impostor’. En octubre de 1890 el perio- dista de le Temps, diario no oficial, republicano ponderado, da a conocer a sus lectores burgueses las constantes de la propaganda socialista Un discurso socialist revelucionario se compone en efecto de luna sette de antitess: capital, trabelo, empleador, empleados, pa- frones, asaleieds: buraueses, proltarios, explotadores, explota- dos; ladrones, robados; se oponen unos a otras cambiondo ls ep tetos de minuto en minuto; se compara el taller bejo, himedo, rnal- sano con el palacio enol que se rewelean los eclosos dela patronal, Ia pocilga donde reina la miseria proletaia con los ricos depart ments de ls oligarqua burgucsa. Los obreros no seducdos por las teorias revelucionarias son wendidose, Los eontramaestres son la cayos, smionos: que viven del sudor det pueblo. Luego el vocabulorio Incluye fas expresiones simples: -burguesia codiciosa, clase capt ? Roland Barthes, le Degrézéro de Méeriture, Pats, Sel, 1953, p35 4 ‘Mare Angenot lista elase os hambreadoresr,o las oraciones més complejas: Man: tener firmomente en alto las banderas del proletoriador, saludar a fos delegados del mundo dal trabajo en el verdadero pariamento jobrero- Luego, juegos de palabras efectista: el obrero tiene callos fen las manos, e patron tiene callos en el corazbn. ¥ por fin viene la Invocseién aia Revolucion social y ala emancipacin dels trabajo dores por los trabajadores mismos (23 de setiembre de 1890, p 3) ‘Ahora, si bien este aticulo es malevolent, de ninguna manera s caricaturesco: el periodista detecté hablmente los rasgos tipicos tie esta propaganda que toma prestadas las formas mas hiperblicas de la ret6rica jacobina, de la novela a la Eugene Sue, de la elocuen- cia de la cétedra y del foro. Ahi donde el peridita burgués sélo ve énfasis torpe, patetismo barato, el miitante ebrero percibe un len- quaje de accion, justo y persuasive. Tenemos siempre la paradoja de las Fleurs de Tarbes: verdad para algunos, reterica para otros. La rmaremos heterénoma a la historiosofia de la emancipacion de les trabajadores, que esta tan evidentemente en el siglo XIX =como un pez en el aguas? Si nos atenemos al crterio de aceptabildad domi hrante cava contraprueba es la del mal gusto, la dl ridiculo, indices de la mala fe, es seguro que la metafora del spatron, vampiro 0 sanquiuela que engorda con el sudory las lagrimas del proletarado» es una imagen lamentable, més que rayana en lo rfeula. ¥ no os ningun invento de un publeista reaccionario que se burla de los socilistas. La reproslujeron los portavoces de los sconddenados dela ‘Tierrax con un celo yun entusiasmo siempre renovados. Algo queria decir y en su logica, en su fogos, era pertinente, eficaz, evocadora, sonaba bien. Para cualquier destinatario que no sea un mulitante dbrero, suena mal; constituye ya un elemento de ese repertorto de hipérboles polemicas que se flarén en slangages de boiss*. Nos tencontramios aqul con el misterio historic de las aceptabiidades y dd las cficacias discursvas. El ejemplo nos reeuerda que no dispone- mos de criterios trascendentales para juzgar una estética (porque blectivamente nos encontrames aqui ante una estética, inseparable de una tépica). Los contradiscursos, privados por la naturaleza de las cosas de criterium aceptados, de bases déxicas, de lenguae pro- io, improvsan sus marcos cognitivos, sus medios perlocutorios, pPersunsivos,y su estética con ls recursos a su alcance y reeurriendo 2 préstamos siempre abusivos y por lo tanto, en alguna medida, ridiculos: los contradiscursos operan siempre en la torpeza de la "IN de T: sLangages de bol, Iiteralmente senguajes de maderas, podria Iraducirse como lenguaje elementalmente panitaro, estereotipado. 42 Hegemonia, disidencia y contradiscurso. Reflexiones sobre llegitimided, del abuso de lenquaje La hegemonia como imposibilidad de otra legitimidad Llamamos efecto de hegemonta a lo que wuelve siempre insatis factorios, imadecuades, problematicos, un poco ridicules también, a los lenguajes de la periferia, tales como la propaganda socialista en el siglo pasado. por una parte la de los coletivistas que acabsmos de presentar, por otra la de los anarquistas. La primera es melodramatica, enoblementer patética y épica, Los «martes de la cexplotacion capitalstar se ven interpelados en un estilo ampuloso, particularmente alejado del lonquaje comin del obrero. «Los esbi ros de Dama Themis ..) desplegaron a pleno sol sus ignominias, su inrmundicias y ss discordias mostrandose en toda su fealdad v su comupcién®”. Por su parte las anarcos no se equivocan al pensar que estas grandes palabras, esos tropos y esas metaforas no son el lenguaje de la gran masa trabajadora, que «al pueblo hay que hablar le sin welts para explicarle por ejemplo que las elecciones son una strampa para boludos: «Dons une quinzaine de jours v aura de noweau boufegoette a I’Aquarium; ls ne seont ni moins {ripoteurs ni moins crapule que ceux qui viernent de déguerpir=™. hin ones gen us dos rca ue bn coe gh ut importan dos estrategias de lucha y de interpretacién inmnantes y antagonicas, se remiten mutuamente sus aporias y sus inconvenien- tes? La imposicién de la lengua legitima, aun doblemente denegada, se ejerce sobre el contradiscurso socialista revolucionario, que no puede dirigirse al pueblo en cualquier lenguaje que sea ya el det proletariado emancipado, 2Deslizamientos 0 rupturas francas? No hay, nunca hubo, emergencia de un lenguaje nuevo perfecta- mente acabado en la cabeza de nadie; no hay, en la historia de los diseursos y de las ideas, rupturas (epistemolagicas 0 de otra clase) Jean Volders,en Le Peuple, 21 de mayo de 1889, p.1 °° (Gmite Pouget Le Pere Peinard, 23 de setiembve de 1889, p.1 Intontardo una equivalencia con el languaie popular del argentino. esta frase so podria traducir asi «En un par de semanas se eamblarin chinches por bolitas en La Rosada: los que vergan no sera menos chotros ni menos {ures que los que acaban de tomarsolase(N de T), 43 Mare Angenot francas e lrreversibles. Por la naturaleza misma de las coses, toda ruptura es primero un destizamiento de sentido poco perceptible, ‘una erosién mal sefalizada, un balbuceo torpe. Por torpe entiendo que tantea para encontrar un lenguaje otro, que s6lo formula un paradigma heterodoxo al precio de un enceguecimiento al potencial de su logica nueva y a menudo solo apoyéndose en construcciones admitidas por la época, sin medi el conflicto interno susetado por ls coexistencia de lo legitimado y de lo inaudito. El cambio de len- quae, la deconstruccion® eritica de las normas y axiomas, la heteroglosia y la heteronomia, no pueden situarse en un punto de- terminado de la trama discursiva, ni en un momento determinado, ni en un texto determinado, bien separado de las formas y ternas prevalecientes en el sector El cambio, cuando sobreviene, no se ‘pera puntualmente ni tampoco positivamente. suele ser el resulta ddo de una crisis bajo presién, de una desorganizacion global de un patio dol sistema discursivo que desestabiliza un sector sin ofrecerle ‘en un principio salida de emergencia alguna, ninguna nueva formu: la lista para usar. Es dentro de esta crisis (a la que responden gene ralmente operaciones de reciclado de antiguas férmulas, de defensa de los intereses comprometios, de renovaciones y restauraciones ‘stontatorias, o de incoporacién de formulas tomadas en préstamo de sectores ideoloaicos menes amenazados), es dentro de este lava: ddo de cara que quizés pueda emerger algo de nuevo lenguoje. Las rupttras son suscitadas por una erisis coyuntural, pero nada garanr tiza que cualquier crisis sea portadora de innovaciones reales. El nuevo lenguaje nunca se desprerale dese el primer momento, sino por una serie de postas que se componen de a prions ya posterior, correspondiendo éstos a una reelaboracién general del contexto necesaria para una buena inteigiblided de lo que era emergente. Si tales hipdtesis pueden ser sugerentes es porque se oponen a los mites de la inmovacin creadora sibita y de la ruptura estrepitosa de los que esta plagada la historia filosotica y la historia hteraria, Hacia 1880, el sector poético ihustra bien la basqueda ostentosa xyvana de {* las pocticas: en una crisis global que trae consigr !a evaluacién de fo postico, temida deslegitimacién que seria dema siado largo explicar aqul. Todos los »poetass se ponien a buscar un lenguaje otro y -lo que rio es lo mismo- se convencen répidamente dde que fo han encontrado: +E! populacho 0, si usted prefiere, le ‘masa invent® para su uso el volapk. Los espiritus superiores debe- rian responder empleardo alguna forma de lenguaje misterioso (..) Creo que la cosa esta gesténdoses'!. He aqui enunciado (lo ha sido (Cronica de Amarus, en L'Instruction publique, aio 1889, p620, 44 Hegemonia, dsiencia y contradiscurso. Reflexiones sobre cientos de veces) el mito de una heteroglosia creada para une élite estética que en un principio es sélo una vana apetencia de borrar las Imocat socks del nguse, de operar wa puesta en cumenena ppreventiva, de fetichizar la innovacion como denegacion «puras de Les vlgaridades del dscurso socal. St aceptamos la tess de une srevolucién del lnnquae poéticos acaecida en algin momento entre Lautréamont y Mallarmé, nos parece necesario sin embargo marcar hasta qué punto ésta queda atrapada en el clsé simbolista, en la ‘iisqueda ostentatoria de bo abstruso y lo recondito. -abscons comme {a lunes, eructaba Verlaine entre los vapores del ajenjo) En pocas palabras, vayan algunas popuestas de sintesis para ter- ‘minar esta exposiciOn que esté muy lejos de conclu. El hecho de la heteronomia y de la heteroglosia no puede aprehenderse por una intuicién local, sino que debe conocerse en la economia global del discurso social de un tempo. Lo heterénomo no es tina cuolidad intemporal de certos textos, sino un hecho histérico e simpuros que s¢ produce en el enirentamiento y bajo presiones que lo ween fundamentalmente ambiguo y balbuceante. La heteronomia esté en relacion directa con la aceplabilided, variable historica generada por la economia discursiva global, y mas ampliamente con la eficacia pragmitica adscripta a una configuracién discursiva. Noes un .9590 formal; tampoco es una especie de valor transhistérico, segiin la axiologiasurrealista de la subversion (de la que encontramos la mar- ‘a en Bataille). Los grandes inventores de lenguaje en 1889, son ‘Gertos sboulangeristas de inquierdas, como ya lo hemos sefiaiado. La heteronomia se confunde facilmente con las innovaciones ‘stentatorias de las que esté plagado el mercado de los bienes sim bolicos. Una teoria de la heteronomia, si no pretende fetichizar su ‘objeto, reclama por lo tanto la constitucion de una pragmatica sociohistorica 45 Las ideologias no son sistemas * Wir wollen hier auf Erden schon Das Himmelreich emchten (Heinrich Heine, Deutschland, Capat 1) ‘Aigo muy molesto en las discustones sobre la ideologia es que los inwestigadores parecen no disponer mAs que de una sola palabra, ideologia”, para designar fenémenos miitiples y bastante dsimies. En su mayor extension fy creo que es en este empleo muy ligero que se presenta més frecuentemente la palabra), “ideologia” cubre todo hecho complejo y reeurrente de lenguaje, y generalmente todo he- ‘cho semiético al que atribuimos o que vineulamos con apuestas so: tiales, que interpretarnos a le hz de intereses sociales, dande vemos legitimarse valores sociales en su contingencia historca -hecho del que queremos mostrar a fin de cuentas la inadecuacién por tlstorsiones © por omisiones al mundo empirico, el caracter falaz, parcial y/o quimérico, la no-verdad, en ottos terminos para los par- tidarios de la ideologia cientificista la “no cientificidad”. Como la mayor parte de los investigadores de nuestra Era de la Sospecha parecen estar de acuerdo en el hecho de que jamds los discursos soles, las “cosas dichas” son neutras 0 inocentes, que “La Mar ‘quesa salié a las cinco” no es menos ideolégico que “Francia para los franceses”, no hay enunciado (no hay simbolo, omamento, ges tos socialmente reglados, etc.) cuya arbitrariedad cultural no poda- ‘mos demestrar y que na podamos ipso facto vincular con apuestas ¢ tatereses, con valores que no podrian trascender la sociedad o el grupo que los reconoce, y por lo tanto que no podames denunciar ‘como funcionando segtin la imposicién de “poderes” or tanto, si queremos retomar aqui la discusién sobre “Ia ideo- ia" ~discusién que se hace @ menudo vana por las variaciones constantes en la extensién y la comprensién de la nocion y de otras ‘que son legicamente contiguas, y que se hace confusa por la impo sibiided misma de fijar en un consenso teérico la problematica so- be la naturaleza de los intoreses sociales y la extension de la con- tingencia cultural, es necesario delimitar de manera precisa de qué vamos a hablar y, por tanto, los problemas y los sectores de re- flexion que no abordaremos de ninguna manera ‘Le que quisiera hacer en este texto, es considerar una de las definiciones posibles de “ideologia” la que juzgo més extendida, 1a * Traduecion: Magdalena Uain y Gloria Bustos 47 Mare Angonot ‘nds banal desde hace veinte aflos, la mas citada a diestra y siniestra, dlinicién que pertenece a lo que Jean-Claude Passeron y Pierre Bourdieu llamen © flamaban con exasperacion el pidgin:marxism (Jergo-marxismo), pero que justamente por eso se ha expandido en el aire de los tiempos - y mostrar que esta definicion, ya sea a titulo hipotético, heuristic, es insostenible, inoperante, que solo puede cextraviar a quien la tome por guia, conchuir en realidad que es to ‘mando su contrapertida que nos arriesgamos a comprender algo.o @ plantear “buenas” preguntas en cuanto a la génesis historica de los discursos, de las producciones semiticas y en cuanto @ los “intere- 805” que ellos encubren © promueven. La definicion de fa que quiero partir para criticarla término a término es aquella formulada por Louis Althusser hace veinte ais, delinici6n que no trata sobre la ideologia en su extensién generica (Coda la cultura de una época y de una sociedad, el “éiscurso social” global bajo una hegemonia dada), sino sobre fas ideclogias coro segiin sus palabras- “sistemas” auténomes en el conjunto socio diseursivo, (Debo precisar enseguida que no confronto con ol texto dle Althusser particularmente, ni con la persona o el pensamiento de ‘ste flésofo, sino con un pasaje definicional que me parece que ha formulado de manera tipica una cierta concepeién de los hechos “ideologices” que ha sido largo tiempo admitida sin examen y sigue siéndoly en cierta medida.) He aqui la definicién “Una ideotogia es un sistema, que posee su loglea y st rigor propios, de representaciones (imagenes, mitos, ideas 0 conceptos sein los casos) dotado de una existencia y de un rol historic en el seno de una sociedad dada.” (Althusser, citado por Baudry 1968: 128-129 et passim) Esta definicion esta tomade fuera de su contexto doctrinario © teérieo y no es lo esencial de lo que Althusser tiene para deci, en este texto de 1968 y en ottos posteriares, sobre los “Aparatos Ideo logicos del Estado” y sobre el caracter no cientifico dela ideoloaia (hasta su Autocritica, 1974), Cuando la definicion althusseriana fue " Althusser continua precisando que en este “sistema de representacio ines", estas “representaciones no tener nada que ver con la conciencia™ (No discutird aqui esta interpolacién freuciana). Referimos tambien a Louis Ahusser, Jacques Raneiére y Pierre Macherey (1967), especialmente en “Prelacio, Del Capital ala Hlosofia de Mare” de Althusser, y a Althusser (1968), La cuestién de la ideologla es sobre todo retomada en un articulo de Althusser que se hizo famoso, “Wdeologia y Aparatos Ideolégicos dol Es tado (Notes pera una investigacién)” (1970: 3-38); ver posteriormente ‘Abtnsser (1974: 22 sig). 43 Las ideologias no son sistemas cexpuesta a diversas polémicas en les afos 1970, era sobre todo la ‘oposicin fundamental dogmtica defensida por el flldsofo, moder hizacién sofst(icadia del paradigma estaliniano “ideologia ‘burgue sa/ciencia proletaria”, lo que suscité las refutaciones y los sarcas- ‘mos. En realidad, la definicién que acabo de citar es una definicion previa, “prejudicial”, que trata acerca de ls deologia en si misma, ‘como inmanencia, y no de sus funciones, su "rol histérico” que es evidentemente 0 aparentemante lo esercial de lo que habria que pensar o teorizar para. un marxsta. Pero en fin, lo que me importa es sefalar ustamente que este esbozo es adoptado répidamente y sin vacllacién pare conjeturar y teorizar sobre la manera en que las sociedades “funcionan con ideo- login en tanto que su clase dominante puede hacer economia de la represion desnuda y directa, Asi pues est defincién previo me pa- rece, en todos sus términos y en lo que presupene, contraria a Jo ‘que sugiere cualquier andlsisconereto, y para decitlo todo desde el ‘comnienzo, heuristicamente fas, pobre e inadecuada. Entendiendo por “ideologias” en el contexto actual el orden de ls hechos soc les que parece mis tipicamente apuntado por esta palabra, a saber las grandes doctrinas y istones del muro paltico, los arartes rela tos axioligicos y movilzadores, yo dla que es metodalégicamente ‘mds prometedor y apoyedo por todos los anlisis posibles postular contradictoramente las tesis siguientes: - Las ideologias no son “sistemas” o no lo son més que por la apariencia de su retérica de auto-legitimacion, ~ Las ideologias son, con toda necesidad y probabilidad bricolages, collages heterogéneos cuyas costuras y enlaces la retort. Es rementindose a Balthtine, crtico de Saussure, en Morxismo y Filosofia del Lenguaje, Leningrado, 1930, que se puede ver trabalar la ‘ecuacién “toda lo semiético es Kleoidgice™, pero la manera mediante ia ‘cual los investgadores comprenden hoy esos conceptos, es bien diversay el escepicismo de moda no ¢s ls inlea manera de conc ls coses en este dominio, mis alls de la posiién triunfal que tenga su nihilsmo 66 Las Meologias no son sistemas { De paso: qué hay de “marxista” en todo es0?_ Esta epistemo- logia simiplista no es ni aquella de Sorel, nila de Mannheim, nila de Horkheimer, sin hablar de Bloch... pero nosottos sabemos que la categoria sintética de ~ marxisto” es también pasablemente falaz) ‘Admitiendo que el concepto de verdad” cientifien” y el de racio- nalidad universal sean trascendentes a los discursos ~ incluidos los discursos del saber ~ en su relativided y en su contingencia histéri- ‘as, no nos impide poderlos critica, establecer Ia critica refiriéndose 2 la reglas cogritivas y discursivas acuruladas en la historia del co- nocimiento humano, y que podamas hacer aparecer las inconse- ‘cuencias que all se disimulan_ sin Hegar por eso a un pesimismo Para ilustrar y desarrollar las caracterizaciones generales expues- tas hasta aqui, quisiera pasar a la descripcion de un segmento cen tral, de propaganda socialista en que la argumentaciérrnarracion ‘segura el paso de la exposicién de los vicios y de les crimenes de la sociedad burguesa y capitalista al anuncio del fatal advenimiento de la “Social” como consecuencia de una Revolucion inminente y ali- ‘ma. El andlisis siguiente ilustrara la mayoria de las abservaciones "XXX, El Partido obrero, 20 de julio de 1907, p.1. Cir ademas "De pie, desvalido, muerto de hambre, un iltimo esfuereo atin! La hore dela Niberacién se aproxime. Marana sonard la campana de la Wberacin!” El Proletario (Marsell, Sindicato del partido, 15 de mayo de 1907, p:2) “ El Trabayador (Lila, SFO, tendoncia questa), 16 de mayo de 1908, al. uego de un retroeeso electoral local 134 La Propaganda Socialista. Elementos de retériea que he formulado, sobre todo en cuanto al caracter estereotipado de las unidades, la cohesién de los elementos. la cooperacién regla mmentada de las lexias esquematizantes, argumentativas, trepologicas, potéticas y exhortativas. Evitaré entrar en todos los detalles, en el tandlisis de todas la tistras de sub-argumentos que refuerzan las ar- gqumentos-ejes que persuaden acerca de la Revolucién inevitable y proxima. Me contentaré con hacer ver como un sistema compuesto de elementos retéricos repetides hasta el cansancio acude a infor mar el “fenotexto” de la propaganda socialista, 1. Un primer conjunto de topo’ se dedica a trazar el cuadro de Jos erimenes del capitalism. El lugar comin subyacente es que hay ‘que “juzgar al érbol por sus frutos”. No es séo la explotacion econé- mica lo que hace del capitalismo un estado social criminal. Todas las ‘eulpas y los vicios de la sociedad provienen de esta axiomética per- versa. El socialism puede demostrar asi, a la vez, que el capitalismo ‘es moralmente condlenable y que esté historicamente condenado, destinado a un “crac” inminente. La “eiencia” socialista se apoya en. esa doble certeza, de la que extrac la tesis del capitaismo como: fuente Gnica de todos los males, y el correlato de que bastaré con, ‘poner fin ala apropiacién privada de fos medios de produccion para que “desaparezcan” todos los abusos y desérdenes sociales. “Es necesario pues (..) conducir progresivamente al proletariade a comprobar que el fina! dei eapitalismo, tinica fuente de todos los ‘males, s6lo se produciré por la violencia. Cabet habia sido qui ‘as el primero en pensarlo , “el mal es la consecuencia de una ‘mala organizacién social”®. La propaganda socialista nunca deja ddo mostrar tedos los vicios sociales como inherentes al capitalism, un capitalismo irreformable. “..) tanto duraré la sociedad (copita- lista) tanto durarén fraude, desocupacién, miserio...™" Cuando se trata de la miseria, de la desocupacion, del desqaste fisioldgico de los obreros, no se requiere ninguna argumentacién para establecer la evidencia de ese vinculo. Pero la propaganda tie- ne la tarea de demostrar que otros problemas sociales, todos los otros, son “debidos” al Capital, Esos problemas especialmente que inguietan aiina los que poseen, como la desnatalidad, “por el hecho mismo del infarne régimen capitalista que sufrimos". Encontramos ‘aqui una secuencia de argumentos de tipo "conspiratorio™ no basta “ H. Goliment, El Proletoriade (FTSP), 11 de octubre de 1890, p 1 “Etienne Cabet, Viake fearia, novela fitosfica y social Paris, Mallet, 1842), 97 ©M. Sembat, El Socialista (SFO), 19 de abril de 1908, p.1 “La Defensa (Troyes), 1* de mayo de 1908, p.1 135, Mare Angenot decir que todas las llagas sociales son inherentes al capitalism, hay (que declararlas “‘querklas™ por la burgvesia, segin a agar comin is fect cul prodest. La sociedad burguesa tiene interés en aumentar las miorlas obreras; las favorece, pues, ala vez, el sistema econd tmico es la causa primera de tal y cual injstiis. Ese razonamiento que une dos causalidades, una estructural, la otra intencional, saca o the la perversidad del captalista y exonera totalmente a Ins victims Un paradigina argumentative tal se aplicaré por ejemplo siempre al Slesholismo: “El alcoholismo es, al mismo tiempo que un efecto de la organizacién social actual, un precioso sostén parc la socle- dad que lo engendro”. Las falsificaciones alimenticias, la insalr tridad de los cudades, la prostitucién, ta pederastia, la creciente criminalidad, son invariablemente expicadas como causadas, quert Gas y aprovechadas por los burgueses. “gDe dénde sale e! crim! ral? De los desiqualdades sociales”. El correlato prospectivo de teas conchisiones es que la sociedad colectivista sera Ia panacea, ‘porqve todo se relaciona. El correlato tactico para los socialstas Frasdoctrinarios -como los guesdistas: es que no debe emprendlerse ninguna kicha sectoral (ningin apoyo, por ejemplo, a las luchas ‘ntlalchélicas), Silos vicios sociales son todos “el resultado logico" de fa monstruosa organizacién capitaista, seria intl! desviar las tenergias on combates de distraccién ‘De esos razonarnientos corwergentes resultan proposiciones si téticas. el capitalism es perverse por eseneia; no puede ser corregt do.0 modificado; es ademas absurdo, contradictori ("esta sociedad donde todo es injusticia y absurdo™”), es anarquia, desorden y aos creciente. A partir de all, e capitalismo trabaja para su propia ruina y el “tiempo trabaja para nosotros”. Encontramos nuevamer: te aqut el axioma del determinismo catastrfico y el contraste esta tlecido con el eolectvismo que seré la istic, pero también la sus- titueién de la racionalidad al absurdo, Todos los razenamientos con tvergen para mostrar a la Revolucion como indispensable, fatal, en- {gendrada por el proceso mismo de la descomposicion del capitais: mo. ‘De esa primera serie de argumentos se desprensde una caracteri zacién de la clase enemiga. Beneficiario precatio de un sisterna que 5 La accién sindical (Lens), 6 de dic. de 1908, pl ‘% La vor del Minero (Lens), 11 de lio de 1908, p.1. ¢/f ademas “La sociedad por su desorden y sus iniquidades es la nica responsable de Jos crimenes de los cuales ella es la causa primera”. Edmond, Vaile, EI socialise, 6 de diciembre de 1908, p.1) ‘7 Le Bandera negra (Bruselas, Anarqusta), 28 de agosto de 1889, p2 136 La Propaganda Socialista, Elomontos de reterica se autodestruye, o! burgués es “decadente” y “degenerado”. Intere sado en que ese sistema sobreviva y sospechado de planes maqulavélices para que perduren las injusticias ¥ los vicos sociales, {1 burgués es criminal, Es el tinico verdadero criminal: “esta clase fuyo nivel moral esté por debajo de! de los Tropmann y de los Soleilland™*. Ladrén (beneficarios del “robo legal"), malhechor, bandido, tramposo, pill, asesino (‘crimenes legates”), el capitaista aus “complices” viven de “rapifias” y de “infamias". E1 Mandato hel proletariado consiste en hacer reinar la fusticia, devolver 2 la justicia su sentido haciendo “pagar” a los “verdaderos criminales’ El correlate esta orientado aqui hacia la legitimacién de la accion ‘evoluclonasia frente a “vampiros” , a "canibales”,ningin escrtspulo Se justfica. La sentencia esta formmulada, sélo falta cjecutara Una doble tepresentacion contradictoria de Ia clase de los explo- tadores aparece, sin embargo, aqui. Por una parte los burgueses festin ligados, “forman un bloque™. “Unidos para la defensa de sus privilegios” son poderosos (el correlato de_eccién es la consigna: Tndmones, juntémonos en un “solo exreito”, bajo “una sola bande ra", la masa de los explotados). Sin embargo esta potencia burguesa ts sélo apariencia, sélo ests hecha de pusilanimidad y de la falta de “organizacion de los dominadas que son la mayoria. Los capitalistas forman “una clase poco numerosa, la clase posesora y harage ‘A menudo la propaganda se esforzara por cuantificar esta “mi noria de parasites". Las cifras, naturaimente, no son nunca las mis nas, “Somos 38 millones de trabajadores que alimentan abun dantemente o 2 millones de copitalistas, financieros 0 grandes propietaries” ®. “Qué importan ls cifras, sie puede terminar con tha exclamacién de indignaeion amenazadora: {Y nos dejamos es- aquilmar!..ipero paciencia!” '3. Complejo tépico siguiente, el del fin del mundo viejo. El mun: do capitalista “declina’, es “decadente”, se disgrega (aqui el socials tno ne tiene mas que retornar en un “no sabe usted lo acertado que festh” una tematica dominante del discurso letrado de fines del siglo XIX) “El orden capitalista se disgrega cade dia sublevando la cor. Ciencia popular contra las verguenzas y los erimenes que son sus tristes productos” Frbdéic Siackelberger, Mistificacién Potridtica (Pars, La Guerre sociale, 1907 p-10) ‘Solariodo (Rouen, guests), 22 de dic. de 1889. 9.1 °® EI Proletariado (FTSF), 15 de febrero de 1890, p-1 REI Proletonado, 3 de marzo de 1889. p.1 137 Mare Angi Una serie de imagenes concretiza esta tesis de la degradacion final del sisterna 12) La del hundimiento: las contradicciones se acumulan, el desor don crece y por consiguiente el proceso se acelera. La decadencia dela burquesia sigue una “perdiente répida’ “Nos encaminamos a na catéstrofe . No serd posible remontar la pendiente por la ‘cual ya se desliza a toda méquina"”, Proceso acelerado, pues, pero también irreversible: son las dos preconsideraciones de la tesis de la Inminencia 1) Imagen de ruina, de! “vetusto edificio socal”, que "se derrum tba", que “eruje” por todas partes. Basta entonces (topos de acciér) {que el Proletario dé un dltimo “emptjén’. La Revolucion pasaré pot incima de sus titimos pedazos. El sentido psicagégico es claro: un fesfuerza queda por hacer, pero es fécily seré el final. Solo hace falta ‘querer, La imagen del “andamiaje social” que “crue”, aparte de hablar al obrero, sugiere una hermenéutica inmanente al voluntarismo de la propoganda. Basta con escuchar atentamente esos “crujdos sordos" cada vez mas silestros, para saber que eso va a “derrurn- ‘barse” tarde o temprano. La certidumbre de la Revolucién esta a la cescucha de la coyuntura inmediata. Los “craidos”, las “fisuras” que se pueden contar son otras tantas pruebas en el orden de la argu Frenlacion y otros tantoc intersignos (an el sentido escatolbaico} en ‘lorden del Relato. El opos del crijido se presta a desarrollos enfé- ticos: “La vieja sociedad tiembla sobre sus pilotes podridos y pre- sentimos el momento ccrcano en que se derrumbaré bajo el gol pe de la lucha a muerte emprendida entre el capital y el traba b™. Una tercera serie de imagenes es de orden fisioldgico, quimi co: La sociedad “ha entrado en putrefaccién’, esté “gangrenada’ “Se descompone”. Volvemos a encontrar en esta imagen la idea del proceso ireversible, de la “descomposicién galopante”, unida a la Convlena moral del capitalismo “putrefacto”, “iQue lleque répido el ‘gran escobazo que arroje toda esta basura o la cloacal”. ‘Se entrev’ aqui una clerta imaginetia de la novela negra tan apreciada por el joven y viejo Marx, el capitalismo como vampiro, ‘miverto 0 vivo, “zombi” en descomposicion. Por titimo, el fin del capitalismo se metaforiza en agonia, De rnuevo Nosferatu ; “Lo burguesta ahita de le sangre y el sudor de! 7 fhidy J.Guesde, Le Jquoldad, 12 de febrero de 1889, p-1 A. Mallard, El Proletariado internacional y ta jornado de 8 horas (Bordeaux, 5.01890), p9 Germinal lanarquista), 4 de die, de 1908, p-1. 138 La Propaganda Socialista. Elementos de retorica pueblo esté en la diltima fase de su existencia””, expira, esta Mhoribunda: “El viejo mundo esté en agonia y el socialism apare: te como el nico remedio” ™ -iremedio que debe por lo demas hacer morir al paciente! La hermenéutica se convierte en sintomatologia: la propaganda estudia el mal “que lo earcome'” “los ‘germenes de muerte!”... pero en sus estertores postreros, sus “tlt ‘mas boqueadas”, en “Ios espasmos de su agontia” el capitalismo ain puede hacer destrozos. Las crisis econdmicas se convierten por Fiepsis en la “altima crisis" de un organismo que va a *reventat El eco del Manifiesto Comunista, la imagen det proletariado como "sepulturero” corresponde naturalmente aqui, a menos que Se muestre al capitalista "condenado” que “cava él! mismo su fosa. Condenado, el capitalism lo esté en una triple silepsis: criminal ‘condenado ante el Tribunal de la Historia despues de una “quiebra” Condenado como lo esté por los arquitectos un edificio vetusto; cor tdenado por ditimo como un moribundo abandonado por sus médi ‘cos mientras “suena el postrer doblar de las campanas” El teorema de sintesis de ese complejo es pues la asercién de la ‘quiebra sangrienta", del derrumbe inevitable del sistema, topos de la propaganda pero también, para la “Segunda Internacional” “la ve de boveda del socialismo cientifico” como lo formulaba Rosa Linemburg en polémica contra el revisionista Bernstein’, Si Edouard Bernstein pone en dude esta tesis, remuncia ipso facto ~lo acuisa tlla-a la “concepcién materialista de la historia”. El socialismo no seria més que un ideal sin base cientifica. Es necesario pues que Bernstein en sus Voraussetzungen se equivoque por completo: Pata et socisismo cientfico, la necesided histérica de la tevoks- én socialist es sobre todo demostrada por la anorquia creciente Gel sistema capitalita que enciera a éste en un callejon sin slid 5) se admite ia hipotesis de Bernstein, le evolucion del capitalism yo se orienta en el sentido del derrumbe ~entonces el socaismo deja de ser una necesidad objtive ET Socialista de fos Cevennes, 24 de noviembre de 1889, p 1 “La Autonomia Pars, socialist revolucionaro), 16 e febrero de 1890, pa 481, a burguesia agoniza!jEsté « punto de sonar! jPorque legs + altima crisis! Los egoistas van a reventar.” (A. Prudhomme) E) Tio Waris, Socialata revolucionario), 6 de enero de 1889, ».207 "A. Delporte. El Pueblo (Bruselas), 1° de abn! de 1889, p.1 Rosa Lovembutg, Reforma social o revolucién, trad. por rene Petit en Obras (Paris, F Maspero, Pequetia col. Maspero, n* 40), 1969.1898) eap. 4 (trad. de Sozial reform oder Revolution (Leipzig. Loipaiger Buchdruckerei, 1908; 2a, ed. reviseda y completada) TR Luxemburg ibid. capt 139 Mare Angenot En la propaganda de la Segunda Internacional, la certidumire del desastre final del capitalismo, concomitante con la Revolucion © desembocando en ésta, esta constantemente reafirmada. Cada ‘crac finaneiero esta constituido como su prédromo. La Revolucién se perflaré en los sobresaltos de una criss mayor. Imagen metereolégica esta vez: las “nubes” se amontonan, la tempestad va a estallar sogui- da por la aurora de la Repablica social. “La Revolucion social sal ddrd del “crac” ocastonado por los abusos del agio y de la capital zacién de los provechos"®+ 4. Intersignos de la Revolucion. Se trata de encontrar en of ani lsis de Ia coyuntura de Jos hechos y de las tendencias que van a ser interpretadas como presagios del “crac” y de la Revolucion y de los cuales se debe mostrar también que forman una sinergia, que re fuerzan les condiciones favorables para esta revolucion, Todo este Conjunto de intersignos esta marcado por el sema de la exarcebacion; puede construirse en un esquema de causas y de efectos: explota- cién obrera acrecentada aumento del nimero de los explotados (proletarizacién de los campesinos, de los pequetios comerciantes) descontento levado a su punto maximo ~antagonismos exacerbar dos; intensificackon de las hichas ~intensificacion de la represion “despertar” brutal de la conciencia proletaria -progreso del socialis- ‘mo -terror de la burguesia llevado a sti maximo, Ese esquema es 8 la vez una secuencia de arqumentos y el relato de un engrangje inexo- rable, Desemboca nuevamente sobre racimos de imagenes fjas. sta narracién de la coyuntura se singulariza porque se mantiene intemporal: las mismas tesis, las mismas certidumbres atraviesan la propaganda, desde los dias inmediatos a la Comuns hasta la guerra de 1914. Aqui la matriz propagandistica deja un blanco para la ‘menci6n de acontecimientos recientes que presagian cada vez que la marcha de los acontecimientos se acelera y que “la hora va a sonar”. La coyuntura esté marcada simulténeamente entonces con el doble signo de la esperanza y del peligro: "La hora es a la vez dificil y fecunda”™®. Desde hace algunos afios, hechos earacterisicos, ejemples in ‘gnficantes ain, dan a nota aguda que alcanzarén los evantamicnios préximos: la ejecucién de un Watrin, la desruccion de los grandes sinas en Bélgica, el ineenedo de las fabricas en Amiens las elec ‘ones paironales en Westfalia, todos esos hechos san spies jones [Ricos que tembldi, no lo haces sn rezén!™ "Arcés Sacré, El Partido obrero (Paris, FTSA), 13 de mayo de 1890, pl “£1 [qualitario (SFIO), 7 fr julio de 1907, p.1 E. Pouget, La lqualdad, 13 de octubre de 1889, p.1 140 ‘La Propaganda Socialista. Hlementos de retérica La misotia se acrecienta, ls explotacién se vuelve cada vez mas ‘monstruosa, a medida que la riqueza aumenta en el otro extrem, a ‘expropiacion de las masas no conoce limites la hegemonia de la clase perezosa y posesora se refuerza, Ese dable movimiento co rresponde en efecto a una tesis defendida por Marx y Engels: acu: mulacion de los capitales, “concentracién capitalista” por una parte, pproletarizacién” por la otra, Esta tesls del socialismo cientifico, retomada por los Kautsky, los Guesde, Jos Vandervelde, como axio- ma del determinismo revolucionario, se encuentra también en la propaganda con las formas de cuadros contrastados, expresivos, melodramsticas. Las antitesis abundan: el burgués revienta de indi- sgestin, jel “prolo” revienta de inanicién! su felicidad esta hecha con nuestras lagrimas! jMicniras ti trajinas ellos estan de fiesta! PPor un lado, la maso de ios trabajedores que produce todo va la ‘que le falta hosta lo imprescindible, mientras que del otro lado, a a mayoria burguesa le sobra de todo, poseyendo lo superfluo, el Ij y los placeres” * La idea do que la miseria y la riqueza se acrocientan en los dos ‘extremos del orden social inicuo, que los progresos de la ciencia no hacen mas que aaravar la explotacin, condena a ciertos sectores inquierdistas 0 anarquistas a tematizar el porvenir préximo seqin la politica de lo peor: rida mediante alguna cémoda naturalizacion que desprecia; una pa: tria judi ala cual se halla irrevocablemente fijado. De Biez identifica més precisamente esta patria judia evanescente designéndola (por primera vez) como encarnada per esa asociacién internacional que, Veinte afios més tarde, ser’ considerada que sirve de cobertura al inebuloso complat de los Sabios de Sion -lellamé la Alianza Israelita Universal: “Pertenecen a la patria de la Alianza israelita, ni france: sa, ni alemana, judia (.) ¥ como los que estén en el comité de esta Alianza israelita son mas 0 menos oficiales de reserva, cualquier dia les diremos que es necesario renunciar a los galones de oficial, Por ‘que cualquiera que no sea francés no tiene el derecho de ser oficial ‘en el ejército francés” (p. 359). J. De Biez saca en efecto espanta- neamente v rapido el principal correlato de su premisa. Pertene- ciendo realmente a otra patria +y, para los personajes oficiales de la Alianza, habiendo reccnocido por sus mismas funciones esta perte- nencia ante la faz del mundo, los judios no podrian permanecer como oficiales frenceses. "Que dejen los rangos del ejército, donde no pueden ni deben estar mas que los nuestros”. Habré que esperar cinco aos para que Le Libre Porole de aplicacion a esta conclusion préctica que De Biez enuncis en 1887 al lanzar una campafia de prensa (1892) cuyo objetivo fina! finconfesado pero cierto) ere pro- mover in movimiento susceptiblo de hacer expulsar a los oficiales judios del ejército, De Biez iba mis lejos: no sélo el judio practicaba fidelidad a otra patria sino que también congénitamente tenia en el corazén el odio su pattia aparente, Francia. Razonamiento 0 paralogismo por pro- \yeccion armoniosamente combinado a este otro paralogismo, la prue ba contundente que se extrae dle la denegacién del adversario: “El judio no quiere a Francia Lo niega. Pero no es un secreto para nadie que el judio nos detesta” (p. 261). Y De Biez se 1ofaba: “El * Advitamos que la falta de ewvismo de los judios es también suministra Uda en otras publicaciones a otras eategorlassospechoses: “Me apena mas figurarme aun franemasén bien francés que a un judio @ a un protestante generaliza La Franc-moconerinnerte démasquée, (1889), p. 219. 192. “Lin judi traiclonaré”. La prefiguracibn det Affaire amor del judio por Francia es el amor del zorro por la gallina” (p 355). Este tema del Judio Ahasverus, extraniro en todos lados, es sin duda un muy viejo tema. Es retomado otra vez por todas las obras aque siquen ala de J. De Biez en un contexto de ansiosa exaltacion patritica estimulada por la tensiones que reinan en Europa, “;Son patriotas los judios?, prequnta Fore:Fauré. No, ellos no tlenen pa: Iria"? El ensavista precisa, repetiendo la tesis de J. De Biez, que ese estado apsitrda es sinérimo de pertenencia a otra patria virtual pero profunda: “Los compatriotas de un judio son solamente los ‘otros judios de la terra”. Lo que escandaliza a Fote-Fauré es por ejemplo esta pretensién de que bastaria con levar un “nombre fra- cbs" para serlo “Pero esas son apariencas escandalosas y los judios no son mas que judios!” -asi concluye su razonamiento tautokigic. Por su parte el Dr. Martinez demuestra que “el rasgo caracterstco del pcio es el de permanecer extranjero en todos los paises que habita y no sdopitar la patria que le da asilo"™. Hay en este rechazo obetinado (no sélo un estado de cosas sino una obstinacién) y en esta ingratitud respecto del pais juésped algo que orienta hacia el toma de la traicién, forma mayor de ingratitud 'No siendo franceses, los judios no podrian experimentar sem: pre la tautologia- el sentimiento patriético. Pueden fingirlo, es todo. En todo caso, “el patritismo es un sentimiento desconocido a to dos los judios"”. Extraio al patrotismo, el judio es, por iim fy desde luego), un extranjero por su constitucién racial, desprovisto de esas cualdades de nacimiento que los patrictas atribuyen sola mente alos nifios de su raza y su sangre, es extranjero a “ls tradi- clones de valor, de lealtad, espiritu cabaleresco, ete: (sic) que nos Jegaron nuestros ancestros"® Seain el principio de no-contradiccién, haremos notar que no se puede denunciar ala vez la presencia de raros julios sirviendo en el cjército y su cobarde tendencla a no enrolarse en esta carrera para [a cual no tendrian disposicién alguna. Pero se sabe que los fanats mos ideolgicos no funcionan segtin este principio de la Wigica. La traicién militar que combina el gusto por la impestura, la cobardin, Ia falta de valor’a la francesa”, la ausendia innata de patriotismo, la doliberada ingrattud de larga data hacia un territorio de “asilo”, el espintu de lucro que explica por un mou inconfesable satanicamente 7 ForeFaué, op. cit. p. 21, 23, 29-31 ™ Martinez, Le jif. voilé ennem!, 1890, p. 83 ” Anti-Youtre, 3-4-1891. ™ Martinez, op. cit. p. 93, 193, pengado y urdido en la eleccion misma de profesién de las armas orem went) lade otro modo inexpieable less, Pt un jodio de una carrera para la cusl no est vverdaderamente hecho, su va dar una solucon mitica de sintesis # estas contradieciones argumentativas Frederik Busi sugiere de entrada en su recent Iibro sobre Drumont que el antisemtismo moderno puede st relacionado con Dumont ln de los jaics como traidores!. Sin dada, PEC Et, esos Fe ereee Generales ol tema no permite ver lo due HA hacer war come esta vei “Dercepcion”(provenienle dduda de a le Fania de dudas) se inscribe en ta economia A los “sentimientos eraenias, como wiene a argumentarse y hacer, probable” y riisfimna’ cn una aperacion doctrinal e kleclegica ‘doterminada Y crete eatrategia mas © mens delberada y mis 9 i, contin eae Ex dec, coro se lege 2 constr en crn dela epoca la oer etideeia que comportale, farosa delaracion de Maurice Taman modio del Aleit, une declaracion cue & también un varirento ielutable: “Que Drevlus es cape de Weilonat lo de- duzco de su r82a" co eo iocribe este toma en una vision mis 2eNeTa del arque tipo del Pérido, en cada uno de sus hechos, gosto podlemos Me ir el objetwo ¥ eumprobar la perfidia ry fla se past la catgoria de fe tracéns 0c oh oe moe sheng ala subcategora ain mas precisa del e=bionery contra ra is yde la ricién, Ya evoqus la expionitis reciente cen a prer Fre Uno adhierte que ls espias extraneros, + prusianos”, verdaderos {sobre todo supuestos, abundan. Los esp traidores a su patria + are racmiento ode adopetén que despletan et horror 92 Ip indignacion- son ris raros aes franco prsiaa de 1870 aporiaba anes Her Cot de haclemo de itares judios. Les antiserias noo centerdian de ce ere De Biez concede la buena imagen de} 0s & 1870 Spal concederto muestra que eso fo exaspere ellos se creen Saaacaree tela Francia donde vven y ala cue ‘svn Por ‘eerie vito llevar las armas con nosotros contra ‘Alemanial”®. Era TF Bua, The pape of ontisemitism. The cover and Leas of dented Alphonse Drumont, Lapham MD, Uni Press of Ames 1986, p.6. *= 1 question poe, p, 5B y 40. La antcdta del dis ot Dumont Ari hager tector del Gout, lo ie a agate of desealad Ft dels judis, pues Mever habria aleriado el bozo derecho de st arse durante ol desarrollo del enfrentamianto, Sipe Bier, La question julve, p. 378. 194 (Un judi train "La prefiguracion a 1 Aitaire recesaro eorregir todo oso. Drumont comin a hacerlo cede aac cra ranee juve que las exaccones 9 los plas be alia er ae deben poner en cl dito de Tos communards ar Comin en os judios! Pero flegamos velozmente ol ten centeviisinno por antonemasia: “ellos fueron los espn 0 ‘Ale: arn ante lx guerra de Francie, acusa De Bios, {Quiénes <0 mania vdllos" y de qué se trata? De Biez guarda sobre ese Punio jmalente siencio. Tambien vagamante y Con ei Tse grado de aces. Drumont en Dernire Bataille y Foré Faure en Fave Se Tafel aseguran que “la gente a suaklo de Israel” lone’ Oe algo Jl doo) organizan en Pars durante el sto ol epionaie Por cv de los prusianos” (p. 39). eS a puront como De Biez! y Corneihan repiton verbatim ee arnido a Bismarck, pero que se relaciona con 8 ese 7 ytene, entonces, que ver con “nuestra der) (¢FoF {Ju Dios habia creado audio sino es para servis 46 espia?” Cinis ee a de extado que conoce su psicologa racial al deta y re eoce “a apd especial que él (ldo ene para convert reer se arege pa dar ms dela medi tak: coms sen y revolucionario"™, Se observa en 1889 a dos axle de race bros antiseritas, G. ornelhan en Jalfs et oppor Semon en La Potitique israiite sacar de sas "Prue arito 9 Kiron dadado con fs judios bajo armas, moviizados, cls $= arn en esplas descontad, de loro, de ieractay de sus talentos para el espionaje’ Pare preparado para que sea formulado lo impensahie impensable que sin embargo es del orden de la neces ideolbgi- Imereti aj unifrme francés nos raicionaré en prowesho Prael'La campaia de Libre Parole en el verano de 1892, seat Pre cicadrama de duelosen cadena, va.a permit ast 019 etait y ver To que produce como revel Ia Provoracion direc En au estutio sobre fa prensa de Ia epoca del Affaire, Parie Bowel onthe que ef ia del aresto de Aled Drevus todo vm ao aispuestoy, yo agregar, todo ya ha sido contado wne PLS ests disuse Dreyfus ya puede comenza. La prensa rewri los Ibid... 362 La France jive, |, p. 316; Lag % Martner, op. ci, p. 95 -qulen, Jato con “Ia avsancia total de patriots Jos devora, *Corneithan, p. 151; Kimon, p. 218 tion pve, p. 378. Jove cansaor, combina ese ia insaciable sed de oro” que 195 Mare Angenot elementos de un mito"™* El mismo Dumont corrobora esto al afi mar desde noviembre de 1894 que el proceso de Dreylus demostra- alo que ély sus partdarios no cesaban de deci, y que una vez més la coyuntura antisemitica se habia mostrado protética” EL Affaire forma asi e caso hist6rico tipo donde se puede demos trar, generalizindolo a partir de un estudio empirico, el modo de prosluccién y los efectos de esta pre-escritura que por s sola justifca Cl escepticismo cuando esos dickos y slogans se encuentran aparerr temente eno “real” o confirmados por lo “real” -aqul hay algo que no cesa de reproducirse en la vida civico-cultural y por supuesto en ‘otros dominios que el del antisemitismo, Se ve siempre entonces ‘caer en la red 8 numerosos bienintencionados, obnuibilades de “Or den” 0 de “Progreso’ ‘Que el Allaire Dreyfus haya “nacido del antisemitism" es algo de lo que todos los contemporaneos de buena fé han estado pronto corivencidos y es lo que muestran los historladores de diferentes ‘maneras. Pero “nacido del...” puede entenderse tambien de distr tos modos, el menos preciso es el que designa la erencién de una atimésfera de sospecha fanatica “capaz de oscurecer las conclen: das". He intentado delimitar de muy cerca los datos al hacer la énesis de ese tema del “espionaje", ol impacto de ese terna en una ‘opinién piblica ya condicionada, y la precision cada vez mayor con la que esta acusacion adquino consistencia y encontro los detalles, se integré a una argumentacién que buseaba con todo vigor hacerla desembocor en lo real. Quise mostrar -pues ol caso Dreyfus aporta a esta tesis datos sorprendentes-que las deologias no son solamen: te dispositivos para interpretar el mundo sino incentivos destina dos a hacer advenir alguna prueba, Durante muchos afos, Drument fesperé, en vano como Sor Ana, que un “asesinato ritual” francés ‘venga a responder a sus evocaciones. Es initil conceder al antiser tismo la apariencia de haber sido un activismo semi-racional: el ter rmino “evocacién” responde al estatuto del delirio antisemitico como modernizacion del "pensamiento migico”. Todas las profecias de las cuales estén llenos los ensayos de Drumont pueden ser leidas como actos rituales destinados a hacer aparecer sobre la escena del ‘mundo los simulacros y los fantasmas engendrados por su resent Iniento y sus angustias, Las ideologias trazan los gulones, escriten ol argumento de dramas que atn falta di ‘Op. cit..p. 32 ' Relingndose ala campafa del verano de 1892, Drumont habla (La Libre Parole, 6 de nov. de 1894) de una “sere de articulos absolutaamente notables yde un eardeter en alguns medida profetico” 196 “El fin de un sexo”: el discurso acerca de las mujeres en 1889 * El discurso social He trabajado, durante varios aftos, en un andlisis e interpreta ‘én en corte sincrénico de la totalidad de la cosa impresa producida cen francés durante el curso del afo mil echocientos ochenta y nue- ve. Se trataba de operar sobre un muestreo razonado de tbeos, dia rigs y periédicos aparecidos en la francofonia europea durante di: cho ano; de intentar dar cuenta de todos los dominios discursives aquellos. tradicionalmente investigades, como la literatura y_ los escritos cientificos, y aquellos que la investigacién decuida 0 ignora, EI andliss sistematico de este *material no apunta solamente roduc un cuadro de los géneros, los discurs0s, los estilos, os te ‘mas, las «ideologiase de una época. Ccnduce a la construccion de una teorla del discurso social y de proposiciones de sintesis que la puesta en forma del corpus esté llamada a iustrar y justificar. All situarse 2 la escucha de todo el rumor social de 1889, el investiga dor espera pues llegar a dar una consistencia teérica a esta nocion de sdiscurso socials No os éste el lager para esbozar cietos concup- tos que con él se relacionan y certas conchisiones. El lector se remitiré, por ejemplo, a un articulo reciente, «Médiations du social cen Littérature (N° 70, mayo de 1988, pp.82 a 98). Cierto niimero de articulos y dos libres han resultado ya de esta investigacion: Le Cru et te Faisandé : sexe, discours social et littérature é la Belle Epoque (Bruselas, Labor, 1986) y Ce que l'on dit des Juifs en 1889: antisémitisme et discours social (Paris, Presses Universitaires de Vincennes, 1989). Por titime, acabo de terminar un estudio de conjunto sobre Mil huit cent quaire-vingt neuf y el texto que sigue es una versiGn de uno de los capitulos de esa obra. De entre los rasgos formales, temiticos y pragmiticos que co- ‘operan para formar una hegemonia en un estado dado de una cultu 1a, se puede extraer una * Esta también en la morfologia de la lengua, en las corvenciones (gamaticales pero es all un fendmeno tanto més imperceptible, Que persiste en prolongada duracién. La ciencia se pronuncia 4-G. Bouctot, afamado soctélogo, expone en un capitulo de st Historia del socialismo la inferioridad natural de las mujeres, a partir de lo cual lanza a continuacién ol grito de alarma contra el Ffesarrollo excesivo de la instruceién pica de las nifas* El speso del cerebro femenino®-Inferior- pareceré hasta entre los socilistas rnilantes un dato material que da qué pensar*. El cerebro de las mujeres esta también cualitatvamente definide por una inaccion Cerebral hereditariae la cual explica, en abundancia, que ellas no tengan “cl don de la invenei6re, no conciban fa abstraccion sino ‘on tifcultade y scarezcan de envergadura en las letras, Las mule fee puoden adquirr excepcionalmente una compelencia igual fa Se un hombre, pero es entonces al precio de sla desaparicion de sus fencantos caractersticos. E] Dr. Lombroso lo ha sefalado: si hay jpocas o ningunes mujeres de genio, esto se debe a que en elas el Cerebro -menos complejo y menos excitable- determina un smisonelsmos fernenino una creatividad débil que es sustituida por ‘in sentido de la imitackon mas desarrollado, De abi que la mujer sea triminal eon menor frecuencia; en ela, I excitacién mas debi de la Corteza cerebral no resulta mas que en conductas shistero-epilept Case, Todas estas constataciones, este ecerebro |. muy semejante Side un rifion, estas Hacultades de asimilacione que hacen que ella Sno erce naar, obligen a concluir que sla mujer es un elemento may debi de eivilaacion, no es mas que una necesidad secundaria del progreso intelectual ® Sus insuficienciasintelectuales son felzmen: 2-Poseer..”: Dr Tilier L'instinet sexuel chez homme et chez les ‘animaux, passim, y PA. Janet, Elements de morale pratique, 4, 6. Cl también cf de Bourget, Le Disciple por JH Resny, Rewue indépendante, 33 J.G. Bouctoc, Histoire du communisme et du socialiame, 188 yss. ". O atin: -El cerebro ejerce sobre el tere de estas mujeres, sobre todo de aquellas que tienen un sentido genital desarrolado, una reaccién continuae Se llega a afirmar que el sexo fernenino est incinado congént tamente a la patologia: los -accidentes neuropsticos se dan en él tan frecuentemente | La campaha de terror contra la masturba- ci6n, fuente de todos los deséudanes y desarregios, que se remnonta a mediados del siglo XVII racionalista, viene a anexar a la joven ‘moderna con el Dr. Garnier: Se comete una gran sinrazén al sospe char menos el onanismo entre las j6venes que entre los muchachos [1s también de temer y atin m4s_peigroso entre ellase La «Phames y sus literaturas La literatura despliega sus topicos ambivalentes; dl férrago poé- tico del culto femenino a la ciencia galantemente cinica del bulevardino; de la apoteosis de la querida y de la shorizontal, a los rmitos decadentes de la gran Castradora, Circe, Herodias o Lucrecia La mujer no se dice bien mas que en el estilo literario. Paul Bourget publica sus Pastels, diez retratos de mujeres: todo lo fugitivo, lo indecible de la femineidad -iqué talento!, dice ln ertica'®. La lteratw ra media de la parisinidad, que florece en el Gil-Blas, tiene sus gran- des especialistas mujeres, como Catulle Mendds, René Maizeroy, mujeres adorables, descerebradas, perversas, reinas de Paris... Es el Charcot, ctado por el Dr Thermes, rate élémentaire... de Nhystérle, 1 ™DrLugs, Lecons eliniques...sur "hypnotisme.18. ° Premier congrés ..d’hypnotisme expérimental. 131. (Contradicho fen cuanto a la aplitud de las mujeres para Ia hipnosis por Delbeut Magnétisme, 64) ™ DrLays, op.eit.162 "De. P Gamer, Onantsme (98 ed. revisada), 68. * Ver tambiin P. Deschanel, Figures de femmes. 202 “Elfin de un sexo” nivel vulgar del mito, ingenua © querida, de los libertines literarios es un perverso hipoerita y consentidora, despreciativa del saber bulevardino se reduce al resaltamiento euld> rico de algunos lugares comunes: «caprichosa y encantadora cra rae, *ser siempre encantadora , {itil y caprichosa a menudos, sa ‘mujer es tan perversa, tan absurda y tan curiosa...r, eas fartashas Inexplicables de la esencia fernenina... El gran arte, en las for ‘mas déxicas, 05 el de la variacién en la redundancia. Sin embargo la prosa -novela o teatro, consagrada desde ahora fen su mayor parte a las inquietudles modernistas y a las curiosidades pperversas, juega un rol mayor en la denuncia amarga de las jovenes ¥ de las mujeres «modernass. La sombrie pintura del desequilibrio femenino se ha vuelto el tema obligado de la literatura eanénica, Es fo que veremos mas adelante. Tépica hegeménica Una topica, para ser hegeménica, no tiene necesidad de ‘enunciarse todo el tiempo y en todo lugar. Basta con que un cierto ‘numero de enunciados sean Jos tinicos legitimados en et nivel de fo evidencia, sindiscutibles» e insoslayables para los mismos ccontradiscursos -feminista, socialista- que les oponen objeciones irr ‘comodas o parciales. En lo que respecta a las mujeres, las evident ‘as prueban que no hay mujer superior por la sinteligencias. ler to, hay muchas muy inteligentes; muy finas; muy distinguidas; pero chan escuchado hablar jams de una mujer absolutamente fuera de serie, completamente superior en una especialidad cualquiera?! El sequndo axioma, complementario con mil variaciones de lat 0, es que el dominio ferenino es se! instinto», a veces llamado se! corazbre 0 ~el sentimiento», y (como en la ideologia no hay mas que diferencias) estas entidades no se definen sino por opesicién a la razén, la inteligencia, las ideas: «Hay personas que niegan a las ‘mujeres Ia facultad de tener ideas y no les acuerdan sino instintos»?? Las mujeres stionon por las ideas paras un desprecio de hecho totalmente divertides, son incapaces de «pesar los heches* con su Citado respectivamente de:GilBlas,4demayo:Paris-plaisirs Seleabril: LR. Mazaroy. Coup de coeur 14: E. Cavalion, Les Parislennes Jotales, 119. Saint Aulaire, Pére Anselme, 40. " Grand Revue, voll, 187 203 Mare Angenot —_ espiritu y los piensan «solamente con el corazbne, «es el instinto lo ‘que se agita en ellasy; elas no pueden comprender «que es posible conducirse tinicamente por la inteligeneia y la raz6n ‘Tercer axioma, que se presta a las més galantes variaciones: las mujeres son insondables; por hipérbole, pretender conocer a fondo la esesera» (lemenino de cerebro) y el corazn de la mujer [es] sun tanto hacerse fiador del nimero de las estrellas, de los granos de arena y de las piedras sobre las que el mar se agitay® . «Contrasen tido eterno y sturbador misterior: toda una literatura resulta de este ideologema, Estos tres axiomas bastan para disertar largamente, combinados con la tesis fundamental del eterno femenino: las muje res son semejantes en todas las latitucles: «Las mujeres salvajes 210 tienen los mismos defeetos y cualidades que las nuestras? Por ext qua que sea sit toilette, absorbe la mitad de su vida y acapara su inteligenciae?* Yo sitio en este nivel elemental una parte del éxito del joven Barrés; en sus novelas, como Un homme libre, Barrés libera los ‘espiritus: aprervde a asumir con desenvoltura el desprecio de las ‘mujeres, sin tener que disimular detras de polvorientos arguments fevolucionistas. Las mujeres son spequetios seres hipdcritas, egoistas xy ardientes, gobernadas sélo por el instinto»*. Ellas valen_ por los placeres que dan a los jovenes, y debatir sobre su rol social o sus derechos civicos es fastidioso y ridiculo, Barrés no diserta. Sus con- temporéneos en cambio son llevados a asurnir un tono legislador y ‘pontificante que traiciona la inquietud: «La mujer es un ser humano ‘aulonomo que representa la mitad inferior y vasalla de nuestra espe- de ‘Aqui se desarrollan torias las acrobecias destinadas a mostrar ‘que este ser inferior puede y debe, no obstante, ser superior como fesposa y como madre, pues es a llave de béveda de todo el edificio familiar; que, en tanto que made, shay que inclinarse» ante ella y svenerarla como una santas; que la misién de la mujer esta en el hhogar -o que permite al sociélogo exclamar con tono ultrajado: «\¥ esta mision, tan noble como conservadora, no le seria suficiente!+” = Crd du temps, 14 de noviembre: 2 y Deschanel, Figures de Femmes, u * Quatrele, Supplement litteraire, 4 de mayo: 1 % G. Demoulin, Une epaive parisienne, 199. © M Barts, prelacio de Monsiour Venus de Rachilde % Russie et Ibert@, 239 tllave de bovedar: La revendication, 6 de junio: 1. +Es necesario {nclinarse~ Saint-Aulaie, opt, 33. -Esta misione: Beuctot, op. ct, 219 204 _ EL fin de un sexo”: o dscurgo acerea 40 Las Se constata la fuerza de una hegeronia en que, mientras mB #8 pretende pensar -profundamenies, mas se reconoce en ello la ev dencia bajo una forma aucazmente hiperbdlica; de suerte que el ‘gran ensayjstar enuncia ntrepidamente lo que en otra parte se dew de mancra sesgada -que la mujer esté hecha para el hombre: »Para la mujer, tl es el principio de vida: intelectualmente, el verbo del hombre, fisicamente, su simiente, La mujer es el campo det hor tres La galanteria vione a correair esta axiomatica con un viejo fopos galo. fn mujer es en el fondo mas privilegiada que e! hombre, ella ferce sobre ély sobre la sociedad, una influencia soberana. En una ‘bra de historia politica, el mismo general Boulanger paga este ¢galantetributo: ..la mujer ewa influencia estan grande en nuestra Francia..." Sel peso de una hegemonia se percibe en la presion que ella ejerce atin sobre las periierias, sobre los discursos de critica y de disdencia; nada muestra mejor el grado de evidencia de a axiomética ferenina que su penetracién en la propaganda socialista, sedicentemente host alos valores -burgueses y hasta en la prensa ferminista que, bajo sus formas «moderadas», queda reducida a valo- ‘za las cualdades del scorazéne de la mujer, a deducir el rol evieo- ‘moral futuro de ésta, a juzgar quimérica una emancipacion que ex Ceda demasiado la fncion de fa mujer en el hogar familar... Los Socialistas estan divididos respecto al sentido que he de darse a la femancipacién de las mujeres: heridos de ciencia, algunos se traban ten debates sobre el -peso del cerebro» y otras servidumbres pscol gicas. Con una intencion benevolente, el Parti Ouvrier recuerda los explotadores que la mujer es sun ser débil y sin defensar. El discurso socializante reivindicativo, puede combinarse sin proble mas con la reafirmacion de los axiomas clementaes: «La mujer, por ser la compatiera del hombre, tiene como rol natural a procrea re. O: «En una sociedad bien organizada, la mujer no debiera ser ‘mis que la compatiera del hombre |. pero. en nuestra sociedad ‘moderna [el es la esclava de la patron" La propaganda socialista no se remite siempre a esta ingenua renovacion de la tépica canénica, pero es permeable a ela; los enunciados erticos se empantanan all fcilmente o no le oponen ® J. Rew, Testament d'un moderne, 327 ” Genera! G. Boulanger, L'Tnuasién allemande, VoLL13 ia revista de Louise Koppe, La Femme et Enfant, ry Hips " Parti ouurier, 27 de noviembre: 1, y Le Plaisir @ Par (patie boulangista we izquierdae), 13 de marzo: 2 Mare Angenot nas que una cbjecién abstracta y sin gran Peso Del dictado a la novela sentimental La produccion déxica dela mujer comienza laescuela prima sha, Deede cl dictado del seurso medior, la otodonia s6 apronde con Ja ortogratia gratin exh hache para la vida de amie, para ot Moor, do- Te ride esaima y mamaria.) Oto 8 usenet hus mest a sctedad doa le mult y sven D2 derechos ae fora lon del hombre. Esa personas bran Por als de reflexion, rae opricho o por una grosetaignerenci™ ‘También hay que obtener de las mujeres su ProPe evaluncion conform ala dona, Eslo ves prensa de moda hae perfectamer conor co dela mujer eseerear su infuencia en el HORT Te Le Petit Echo de la mode, y alt prober su renter sbnogaciorr nunca Pet merdos, todo en ella debe ser termurar, 6 Conseiller des esac co y mundano, encarece: “Nuestro Tl 6” ‘l hogar 5 Fst a los ojos yal corazon. Culdad pus as Wentajas de las cuales gusta 21s Oo ha dotado para prenar las riadas del padre, del hermano, del marido...°. Tan ty sentimental, vasto sector de ta rata de nivel me hor tuple una funeién esenciamente cacti, Fa novela, en su die tea ms general, es ese tipo de dscurso CoP! de reactver arora saberes précticos, aunque su objetivacon Mo To ‘munca sin ot omo la finaltad expica del texto Este genet torr tablerente al adoctrinamiento necesaro 96 0 2 frivolo Toe es le mujer Wdeolbgicm, a quien. a feo rnovelesca, con st see imi presupuesto, sive de sustituto de una acionalidad sociel ¥ verosinl! macion esumda de as pulsionesy los esses Es por Geto que le novela sentimental es, a ved, fundamentalmente didic- toe a dversion fiecional. Lx Mujer idoleahon, 91° tiene tea y Par gu tural 0 una razén sociel englebans, 2 est aarti de la esfera publica, recibe le novela coe i sucedéneo saeos problemas sociales son sistemsticamente reducidos @ interacciones privadas. reer omeuemo saciical-senimental que doris 2 novela hace Lo a raconaldad; permite a las heroines ¥ 9 Ins lectoras _—————— TT Eenuane Szolare,indieaciones years nt 6(9 de fone + Ser ei a mode, 209 y Conseler des Dame, 29 206 fn de un sel dscrso caren de adaptar sus destinos y sus incinaciones alas necesidades socio-Weo ar upenoresy, sacra us estos, asimir 6808 ‘matrimonia acerfeclamente engariosas, consolase cian bellos muchachos wes Pentrarin a Seift-Oye. Aum cuando 1a neve ‘sentimental, por " {ada i to en clover a sql al qv deberos amet Fs uma letania de laments: ll se ha wlio razonab lia, en ta can! la ligereza y la ingenuidad tenfan tanta gr96 seductorar. El periodista ve venir el nuevo siglo con horror, 56 ‘el fin del amor, de Erpoesia, abr pare)as donde la mujer, dota de una profesion, 1 Por primer plano: xencuerixo esto verosimily come ature. {Cuanta gravedad en una revista que Lor todo con ligereza ¥ es" pit! (De qué modo el sentimiento de sinsentido, de mundo al reves Pimirne ol conistal Otros ensaistas verbazan también. sombria ore proceso de desterrtorialzacion fin de ana sdecaden- eee orlogos del fin de un sexo: “St la cblienciem produce, poco poco, la mujer sin leche y si desaqlbre sus ‘propledades sexu * Courrier francais, 19 de mayo'8-9 207 Marc Angenot les, sno es verdad decir que la civilizacion here de muerte a ra- za?» Y también: +La decadencia de Atenas y de Roma comenza- ron el dia en que la mujer no tuvo en la familia el rol que le debe pertenecers™ Para otros, por el contrario -es la paradoja modernista con si amor por la descomposicién: la sociedad decadente que bila con sus Gltimos fuegos hace de la Mujer (no la Madre, sino la gran Cocotte) Ia reina de esta época de disolucion, connotada por a licencia sexual, Ja morbidez y la agonia: Hoy, mbs que en otras épocas, la dominadora del mundo es la Mujer -en lo ararquia del poder donde so encsraman ls dsttedores, ten los esplendores mérbidos de las podredumbresy las gangrenas, bajo el sol poniente del benjamin de los grandes sigis || es la ‘orgia del fin de os ciuttzaciones, de las Romas decadentes ”. Los dos enunciados, el déxico y el paradojal, se conelian en una ‘misma logica apocaliptica, la «verdaderas mujer desaparece y esta ‘evolucion es el inter-signo de una decadencia general. Si el gusto antifisco del modernista Chapsaur le hace cantar perversamente a la mujer de los titimos tiempos, de la doxa comin surgen gritos de alarma e inquietud. El enunciado de base es que la mujer deviene un hombre -una «garconnes dirs mas tarde P. Marguerite; las «muje tes-muchachos, seves asexuales», puede lwerse yo ®* La francesa del fin de nuestro siglo tiene unna marcada tendencia a masculinizarse, Jo que no puede contribuir a embellecerta. Caza, furma, afecta una apariencia independiente y provocativa; para colmo, por iitimo, ‘quiere vestirse con ropas masculinase ® . De esta pérdida de identi dad hay tres indices que la prensa repasa hasta la saciedad: sla mut Jerhombre moderna» se encuentra con el cigarrillo en los labios» usa pantalones, por lo menos en Inglaterra : «za dénde vamos #4 :y,en pantalones, anda en velocipedo, prictica que puede no solo desequilibrar a la mujer sino, segin se ha sugerido, provocer algiin inmenecionable desorden sexual Una palabra clave ha parecido idénea para identificar el proceso doletérea: la mujer modernar, la «mujer siglo veinter es una des ‘equilibrada; el periodista y el hombre de letras se reenvian este * Revel, op cit, 336. % Chaudordy, Le France en 1889.21 » F Champsaur, Dinah Samuel (nueva version de 1889). XXXIV o A. Ferry, Un roman en 1889, lsc), 78 » Couseries fomiliéres (revista), 17 ‘© igarilos, Samed Revue, tl, 38; spantaléne: Le Gaulois, 8 de julio 208 Elfin de un sexo". el discurso acerca de las término sintético. «Enervadar, «irresponsable», snreurdticas, sisal bles, escriben los dlagnosticadlores mas sutiles. En ln prensa nunca: na, M.A. de Bovet suplica a las mujeres «resist sel desequilbrio intelectual"! . La mayor parte de las novelas de éxito letrado son “Tamings of the Shrew» que patentizan la urgente puesta en su lugar de las heroinas novelescas. La literatura canénica hace de la novela un sucedaneo de la monografia médica, donde el autor (0 el critico) llegan a proponer, sin temor a los réditos, el mismo diagnos ico, sla ests desequilrada por el enervamiento y la sociedad... ‘Stella, Is heroina de L'Amour artificiel de M. Jules Case, es tuna desequilrads Una especie de desequibrio moral.» Un desequilbrie general de los nerviow * Una funcién capital cumplida por la iteratura canénica es la de responder las angustias difundidas en el aire de la época mediante un sisted no rela que se pudiera exprosar tan bien. Toda la novela moderna esta consagrada a la pinturasistematica de las aberracio- nes del sentido genésico y a la histerizacién de la mujer, por ser la haturaleza femenina incompatible con las dsoluciones de la vida moderna. El autor de novelas escandalosas Rachilde es, entre otros, tun pintor de ls inursin de los roles sexuales: con Monsieur Vénus, toza lo indecible absoluto; su Raoule de Venérande no puede dejar de ser lamada, una vez més, sdesequibradar,shistéricar, xcreatura pervertidary su relacién con Raittolbe: «lepravacion naturals, amor A vcior, el piblico letrado no se cansa de estos secretos poco mis teriasos El desequibrio de la mujer es frecuentemente puesto, con pala tras solapadas, en la cuenta del malthusianismo, de la infecund! dad -otra figura de la desterrtorializacion si se la piense en relacion on el imaginario de la mujer como suelo a fecundar, imagen que ‘bsesionara al {llimo Zola, Y después, estin los «icios elegantes+ de los cuales se apodera la literatura: la morfinémana, cuyos sent ddos embotados reclaman sensaciones fuertes, porque « son sobre todo las mujeres las que se abandonan a la morfinomanias * . Por titime, otra figura deeadentsta, la safista. Lesbos, madre de los © Bovet, Revue générale, |, 23. © Respectivamente de: H. Baver, Une cor 318; Les Livres en 1889, l, 141:Les Livres en 1889, I,162 (sobre Gyp); A. Gores, Lindependant htéraire 21 (sobre Germinie Lacerteur) [Independance belge, 10 de mayo, Supk 209 Mare Angenot, juogos latinos y de las vlupiuosidades arieah™ triunfa en literatura Nara dal sig. Se la encuantra en una ob safismos noveles 2 ine pho de Dauettuvo gran éxito en 1888 La lesbiana est emplamenterepresentada en lz obra de Zh ‘Maupassant, Peladan aide, Lorrain; aparece ena poesia desde Baudelaire a Verlaine tivo Parallélement es de 1889. F Charmpsavn eo novela «in de Shox Dinah Samuel, no se ha euidado de eve! ‘escena, large silo irterada, donde su heroina, una comedians ‘célebre, dish via de hombre como de costumbre, acaries Tascivamente a una ‘aten modelo, Bexthe Paradis: «.- ¥ como |e ‘comediante fa atrae age ella, las dos mujeres se abrazan lentarser Después, loca pace Por ultimo, Berthe Paradis se endorem, fete. +. Otros Trernbgrafos “bulevardinos", como Adclo Belot y Jean Larocque Por wesionados con el safismo. Por lo demés os novelistas de Tr bsernidad corrupta no omitenjamés la oscon del acoplamien He siempre fa misma, poco imaginal. Sen sextranor, to iables,-enervados.. Noes que ot lesbianism’? ‘no inquiete a los “reais saris corno signo de fa decadenci $e las costumbre ‘Rauellosafighios por a joven emadernar no die” de verla »preterir ues el beco de una anign a la caricia sana del spose" igedore Cabu publica Une Jeune marquise, Tos d'une neues logrado ejemplo de la parsina de ate ‘welo, adtera, viefomans, drogadicta y lesblana. Se nos dese 2 ‘bin queda de vin eras sexales names, las cri sficas su SEE Los seros wembotadosr, 18 desequilbrada esta sie™mPY f Ja busqueda vevvensaciones mas fuertes: por suerte, cla sre ‘curada in extremis por el embarazo: «isalvadal.. estoy ‘salvadal...;Soy madre’, Temo Que el lector crea que estos datos de ‘melodrama situan a estas calljera no escasea en composiciones escabrosas: elas mujeres ‘Cardlidatass, desnudas como Fring, alegran Le Courrier francais: ‘Se requerirh a cada candidata poner de relieve las ventajas que ‘rece a los electoresy presenta su .. programa despojado de todo velo obscuro-™. ‘Las revistas de fin de afio hacen una especie de coro de diputa~ das y clausuran alegremente este capitul: “Temblad enemigos de a Mujer Vaisa eacr a 9s pies YY werd todo fuego, todo llama Pronto las mujeres diputadas EH sociograma de las mujeres en su dstribucion interdict de una hemogeneidad enricaturesca: ls diferencias de 7 Raoul Ponchon, Courrier francais, 22 de satiembre: 2. 7 Berger, op cit, 85. a # Clavea, Fin de sdcle, 331 7 L'Uners, 27 de setiebre: 2: La Lanterne, 19 de we Reusts-On n'en porlera pos AN, F (18) 142M, 216 a7 Mare Angenot a lo exotérico y lo esotirice casi no se notan; el hombre de eiencia no dduda en hacer intervenir los topo’ galantes o supuestamente inge jlosos; el hombre de ingenio encuentra repentinamente su seriedad para asestar algiin decreto positivista, el médico abandona la reser va de la objetividad por el tono de la amonestacién o de la profecia crepuscular; la novela modernista hace ficeién medica y, a lo largo de las paginas, diagnostica a su heroina como «desequilibradar ‘mientras que las monograflas de medicina, cuando se ocupan de las mujeres, se ponen a hacer estilo y a acumular tropos y coneetti Contra las mujeres modernas, Ins diplomadas, las desclasadas, las emancipadas, una letania de argumentos van y vienen del periodista ‘al médico y el ensayistalterario. Un mismo surtido de pathos que va desde la autoridad tajante a la sandez galante, a la burla rencorosa, ‘ala comicidad desopilante, contribuye a dar este aspecto de mono- tonia en la variedad repentina y en el contraste (que seria quizas oportune calificar de shistérico») de ronos pertinentes. El enuncia dortipo acerca de las mujeres ofrece una retérica tensa y compleja debe adoptar a la vez la deserwoltura del hombre de ingenio, la certeza tajante del cientifico, la pataneria de la complicidad misogina, ln galanteria despreciativa con respecto al bello sexo y colocar en, ‘medio del enunciado el snesotros: del Enunciador soberano; lo que produce, en un cronista de la frivola Gil-Blas: [Las mujeres festin] hechas na para concetridaas sino hios Ellas no son equlibradas como nosotros y cuando a vecesta clencia, hace le autopsia de estas encantadoras mufecss de resoite, encuen tra en sus bellas cabezas mis polvo de arroz que sesos ” Etc, ete...La gran funcién cumplida por este discurso opositor y monétono es la de inscribir ¢ contrario a su enunciader y a su des: tinatario: hombres de sentidos serenos y de inteligencia wvirik que contemplan, pasmados, la deriva de la mujer eterna en muchachas, histéricas, 0 emancipadas. En el anélisis de la doxa, siempre es necesario evaluar qué autoridad, qué legitimidad, confiere un fallo a ‘quien lo enuncia. Cuando se trata de las mujeres, el periodista me- nos enfitico enseguida toma prestado el tono del juez final que pondera sus palabras: «La mujer ha sido creada con un objetivo preciso y ella cumple un rol en la sociedad que’ las conveniencias © intereses comunes le han impuesto de acuerdo con las debilidaces de su organismor Lo mismo vale para eso que se denomina galanteria, Homenaje L. Davy GitBlas, 8 de octubre Gaszette de France, 1¥ de enero: 2 218 fin de un sexo": el discurso acerca de las al bello xo, es sobre todo el prilagio estatutaio del enunciador de necedades. No hay lugar excesivamente poco ferinizado como, para prohibir la complicdad entre hombres de la galanteria boba, fn la tribuna de la cémara, M. Camille Dreyfus, que debate fastidiosamente el rescate de la compafia parisina de teléfonos, s¢ lanza a una pequefa digresién sobre slas vivacidades de! lenguale> cena que él ha podido incur, eomo cualquiera, con respect a las sefioritas del telefono; vivacidades que lamenta y que seguramente fo hubiera cometio si, gracias al videofonos prometido por Edson, ‘hubiera podido verlas al mismo tlempo que las escuchabas ””. Me- tante esta delicada groseria, M. Dreyfus india que hasta un diputa do radical conoce las reglas mundanas elementales y suscita entre sus colegas una sonrisa conocedra, ‘Se ha observado que el complejo régimen de represién galante es vivamente sentido como un mérito potridtico; que hay un ‘cnorgullecimiento en tener, con relacion a las mujeres, una actitud Sonamente sfrancesar, La supuesta emancipacién femenina en of extranjero no pone en peligro la ideologla francesa: éstajuaga abr Surdas las Costumbres extranjeras, «Aunque nos tiren América a ba ‘cabeza apenas se trata de la cuestion nackla-muerta de la reivindica cddn de los derechos de la mujer... . Zed, cronista parisino, afirma ‘en el mismo espiritu: que la mujer intelectual, la mujer diplomada, Tepresenta “el Fdiculo mie burlesco y antifrneés.. La funciin de cordon de sequridad déxico del fetichismo patriético es aqui particu larmente patente * "A pesar de todas las negaciones de las cues la mis franca es ls ‘isa inerédula- la emancipacién de las mujeres es percibida en it tna instancia com absurda, imposible y por lo tanto fatal. De Rabida 2 Alfred de Ferry (Un roman en 1915), el relato de anticipacion y de flecion conjetural muestra siempre la iguaklad politica y social de los sexes como el término inevitable de la evolucién -modernar, La femancipacion primero cil y después politica de la mujer fue la més ‘etruenidosa, sino la mas loca, manifestacién de estos osados pre tursores,relata A. de Ferry en su ciencia-liccion satiricay bastante divertida, La doxa concibe el porvenir como inevtablemente ore tado hacia Ia inversién de todos los valores; de fo cua, la smaier ‘emancipada- es la manifestacién mAs ridicula, pero también lors amenazadora * * Journal officiel Camara, 1931 © lesson, Le Monde est aux fem "Zed, Parisiens et Parisiennes en déshabillé, 33 ® Ade Feny, Un romon en 1915, 61 219 Esta edicion de Interdiscursividades. De hegemonlas \ disidencias de Marc Angenat, de 300 ejerplares, se termind de imprimir el 15 de setiembre de 1998 cen Ferreyra Editor, Av. Valparaiso km, 6 1/2 - Tel 945004 - Cordoba

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