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(182 - dacyj - Me WEE DISCURSO DESDE LA MARGINACION Y LA BARBARIE r . (4488) ft EDO qe weet NF FONDG DE CULTURA ECONGOMICA BEEXTOO VHL EUROCENTRISMO DESIGUALDAD EN LA IGUALDAD Renato Descartes (1596-1650) serd el filésofo que haga cons. ciente a Europa de su propia identidad al mismo tiempo que ara rograma que caractes rac nidad. a ot piper 8 lo por hombres libres e iguales entre si. El fildsofo francés surge en el marenie decisive en que E Jel i a Iglesia, al o den que ser4 creado por los individtios musmos a partir de eu POpia conciencia, su razon, por encima de cualquier auto- ‘Fidad exierna. El nuevo orden anulard toda autoridad que no tenga sii Gtigen en esta conciencia, De esta misma conciencia urge ia Re! a que anula la autoridad la Igl siends ismo recepticulo de Dios; Dios se 3 Aha sido testigo de.las cruentas guerras de religion,entre caté- .4,. licos y protestantes, sabe de Ja sangrienita Mdtanza de San \ Bartolomé en Paris, de los sacrificios de Giordano Bruno y «Miguel Servet en aras de un doble fanatismo que repugna zara ala llamada rnoder-_ BUROCENTRISMO ie tras opiniones —dice— no proviene de qué unos sean mds ra- zonables que otros, sino tan sélo de que dirigimos nuesiros pensamientos por derroteros diferentes ¥ uo consideramos las mismas cosas.” Se trata de.algo incidental o accidental como Ja formacién recibida, el no tener los mismos maestros, etcé- tera. “| Cuan dificil es —agrega Descartes— hacer cumplir las cosas cuando se trabaja sobre lo hecho por otros!” Lo efec- tuado con diversos criterios e intereses es Jo que impide el acuerdo entre los individuos. La historia del hombre esta he- cha de esta diversidad de intereses y opiniones, Ja razdn es la Unica que puede mostrar lo comin a todos ellos, por enci- ma de tales intereses y opiniones. Si las ciudades fueran hechas por un solo arguitecto, serian perfectas. Asi lo mues- tra, entre otros, Tomds Moro en su Utopia. Igual seria el or- den social, polfiivo, si ios hombres Io hiclesen a partir de la razén que les asemeja y no de los intereses que los dividen. Lo al al hombre, lo que Je hace igual a otros hombres és la razon. Lo que ‘si Cit hombres Jibres e iguales,entre si, Mas tarde, Juan Jaco- bo Rousseau propondré una sociedad que tenga como base un contraio social, surgido de la voluntad de todos sus miem- bros, una voluntad apoyada en la razon que todos los hombres poseen sin discriminacién alguna. Dos grandes revolucio-” nes tendran su origen en esta filosofia, Ja de los Estados Uni- | dos en 1776 y la de Francia en 1789. Son Tevoluciones que empiezan por declarar la igualdad que guardan entre si todos j los hombres; la razén equitativamente repartida por la pro-! videncia entre los hombres. . Bard, °e Haatig, V Read puede dudar sin razonar sobre la misma duda, A partir de este reconocimiento racional el individuo afirma su existen- cia, y, con ella, el mundo que Je rodea y sobre ef cual ha de actuar, Los hombres son distintos entre si, pero hay algo que. les iguala, en, ot propio de la razdn. ‘El buen sentido —dice— és Ja cosa mejor repartida del mundo [...1, lo que Wamames buen sentido © razén es, naturalmente, igual en todos los hombres. ede ddnde surge, entonces, la diversidad de opiniones que puede enfrentar a unos hombres con otros? ‘La diversidad de mues- 198 ionamin tangas tetona nhs nner ann in ah ncn Knerpene itunes ttt eee ene ‘Sostenemos como-verdades evidentes —dice la declaracién esiadounidense— que todos los hombres nacen iguales y que a todos les confiere su creador ciertos derechos inalienables entre los cuales estan la vida, Ja libertad y la busqueda de la felicidad.” Por su parte, la declaracién francesa establece: “Los hombres nacen y viven libres e iguales bajo las leyes." Son leyes que tienen su origen en la razén que otorga igual- dad entre los pactantes que Jas dictan. La vieja velacién de desigualdad entte los hombres : amo. esclavo, sefior-siervo, que- da trascendida, Una nueva m a, una nueva filosofia apoyada en la razén, daré nueva razén de los hombres y stu historia, Sin embargo, estas declaraciones coinciden con el apogeo de la expdnsién europea sobre ef resto del mundo, 285 del Hamado mundo occidental sobre el mundo mas alla de sus limites, limites que este mundo ampliard sobre otras pue- bios y hombres. Para _justificar esta expansion y el dominio sobre. hombres blos, la Elosofia europed: vecidenial nece- , al mismo tiempo, que hablaba de Ja igualdad de todos imiento. De acuerdo con Descartes, las desi sualdades eran siempre originadas en lo accidental; lo esencial es Ja igualdad de todos por la razon. ¢Qué I hacex s s pucblos descubiertos, conqui. ~# 4tados y colonizados a partir del siglo xvi? Por lo pronto se considera qué se trata defidesigualdades accidentalesj como jas existentes entre los pucblos civilizados y pucblos barba- ros, accidentes que se podran superar comio los pueblos bae- ‘baros superaron los suyos, come el esclave y el siervo supe- raron su relacién con el amo y el sefior. Se empieza a utilizar otro calificative respecto a los puc- blos dominades por la expansién europea y occidental, Se trata de pueblos primitives, esto es, pueblos sin experiencia, casi sin historia en el uso de la razén. ‘Pueblos que podian, por ello, ser mas originales al no cargar con opiniones ajetias. Sé “propone incluso la superiéridad del primitivo frente al engo- lado civilizado. De ello habla, entre otros, Montaigne, Poste- riormente Juan Jacobo: Rousseau, hablaré del “buen salvaje”, ideal de hombre come ideal es Ta por un solo arquitecto, Estos son Jos puntos de vista de una clase, como la naciente burguesfa, que no podia hacer des- cansar sus buscados privilegios en el pasado, que tenia que abrirse el camino hacia el futuro. En este sentido aparece el primitivo como el ideal en una sociedad que quiere empezar ‘oO, que quiere borrar el pasado que irapide cl ascenso de res, pero es sélo uma parébola, que poco o nada tendrd que ver con sus verdaderos puntos de vista sobre los supuestos primitivos. Esos primitives poco se parecen o seme- jan al hombre europeo y occidental. Digase Io que se diga, no son sus semejantes, Queda el problema de Ja razdn. Son sus semicjantes porque poscen una razén, ¢pero la poseen ev rea- lidad? ¥ si la poseen, ¢pueden hacer buen uso de ella? Queriendo superar las dudas expuestas. surge una nueva ciencia, la antropologia, una ciencia para estudiar a estos supuestos hormbres y ver si es posible considerarlos como semejantes. Estos entes no son siguiera bArbaros, no son en- tes que masculien mal un Ienguaje y una cultura. Son salva- negacién de Ja f dad cartesiana, disefiada . EUROCENTRISMO A con Ja cual se han ; algo puramente acci EO es por contra esencial? Se puede accptar que tenga razon y por ienerla sean semejantes a s descubridares y conquistadores, pero se trata de una ravén que, por accidente, se encuentra inmersa en wn cucrpo que parsce no permitir’a la razén ser tan 2 encuentra inmersa en otros cuerpos. La etnia es accidental, pero es esta etnia Ja que puede impedir cl buen uso de Ja razon, El estado primitive de los no europecs muestra el dis- tinto uso de la razén que tales hombres han hecho. La misma razon en europeos y no europeos muestra que algo impide un use semejante de la misma en unos y otros. El distinto color de la piel, la forma del cerebro, etcétera, parece afectar 5 el uso de la ra: en unos y otros. La misma razén alojada i en cuerpos tan distintos da resultados distintos, que distin- guen a Ja civilizacién del primitivisrao o salvajismo. La ctnia que parecfa ser accidental resulta ser determinante del buen o mal uso dela razén, Recordemos a Costa y Sarmicnte. Be, csta forma lo accidental va a ser esencial, Los hombres son Yguales por Ia razén, pero extraordinariamente distintos por el uso de la misma. Lo determinante es la etnia, una desigual- dad més dificil de superay que Ja establecida entre civiliza- : “cién y barbarie. El barbaro podi perar su harbarie apren- 2 diendo bien el lenguaje de la civi zacién; cl salvaje tended Que cambiar su cuerpo aleza, ser otro io que es P rE “que Te ignale quiencs por naturaleza hacei en uso de olla, Es una desigualdad cabard © he. Se nace civilizade como se “nace salvaje. El mestizaje lejos de superar estas diferencias, las amplia. El mestizo no supcra las limitaciones de una par- te de su etnia, sine que las extiende a Ja otra. Mestizar no es mejorar la propia etnia, sino corromper la einia supe- rior. El indio no se hace blanco mestizandese con el blanco; por el contrario, el blanco se rebaja aGn mds a indio. Rsta degradacién se extiende asi a hombres y pueblos en- teros, El] eurapeo, al mestizarse con pueblos inferiores, deja de ser superior, adguiriendo la bajeza de Ja ctnia con la que se ha mezclado. Asi sucederd con _ pueblos como a espanol yel ruso, mestizados con pi propia. Por ejlo Britania, al cxpandirse sobre otros pueblo: alejados de los de su propia etnia, se cuida de todo contagio racial, de todo mestizaie. Bvitan toda contaminacién que los » a ML EUROCENTRISMO degrade. Las otros, posean o no algrta indice de razon, sdlo pueden str vistos como parte de la flora y fauna por dominar. Ninguna relacién se establece con pueblos no blancos, nin- guna con pueblos mestizos, nada que no sea su simple uiili- zacién. La brecha entre civilizacién y salvajismo resulta asi insalvable, EUROPA COMO RFALIZACION EXCLUSIVA BE LA LIBERTAD Jorge Guillermo Federico Hegel (1770-1851) surge en el si- Sams con una Europa que se a extendido sobre todo el “lograda 8 lo Jargo de una prolongada histor! ia que al fildsofo “aleman describe en sus Lecciones sobre Filosofia de la Historia. Es la filosofia de la tinica historia posible, Ja eu- volucién francesa de 1789, Una historia que sé ha encarnado en Napoleén, la historia de un espiritu que va realizdndose como libertad rebasando dialécticamente los diversos cstadios _de la historia de Ia humanidad, que van desde la antigua Gre- ‘cia, pasando por Roma, continudndose en el Sacro Impcrio , Romano y el Renacimiento, hasta culminar en. la Revolucién “de Fancia al finarlizar el siglo xv. ala ra: con la que Descartes se encontré en su Discurso del método, tio es ya isica, sino una fuerza actuante, Ia ra- ‘z6n que hace de los hombres instrumento para la realizacion de sus metas, razén gue trascieade a individues y pueblos y ha.a aleanzado su maxima expresid ja Europa de la que Sera portavoz Hegel. Ei ropa la razén parece haber alcan- zado sus tltimas metas. Pero, ges alli donde se acaba Ia his- toria? ¢fis alli donde el espiritu alcanza su maxima.expresién? Hegel’ giie’ tio hace profecias, que habla tan solo de lo que ha sido y es, asi lo afirma. De acuerdo con su filosofia de la historia, la hist ia del planeta entero gira en torno a la his- toria europea, ens desarrollo y en sus logros. Es una histo- _Ha‘dialéctica que se resume en Europa’y que a partir de Euro- pa ha de ampliarse al resto del planeta. Europa es vista como fin de los tempos y como principio de todo posible future, Bi espiritu conservador de [a historia se va acrecen- co que de ella vaya surgiendo, En una serie de int ifinitas absorciones, absorciones fausticas, el espfritu que i FUROCENTRISMO ant aleanza su pleua realizacidén en Europa se acrecentard infi- nitarnente sin dejar de ser lo que es. Asia es el pasado de Europa, como América y Africa son su futuro. Europa se tra- fa a Asia, como a su pasado, para prolongarse en América y Africa como su futuro, Como al Fausto de Goethe, nada le satisface. Nada hay antes de Europa ni nada después de Euro- pa. Europa da sentide al pasado y es la tmica posibilidad de futuro, (¢Qué Europa? La unica, la que se proyecté y realizé en la a ‘historia de Ja humanidad, Ja Europa dél Espirita que se con el antiguo Ealpio ¥ ega ali } Uaperto de Napoleén 1. Todas los pueblo va poco a poco, decarrltarcone® vacias a los pueblos de los que se a servido, en los pucblos c ie han servido. Europa es la Grecia antigua, ja Roma imperial y los pueblos” Otros pusblos como los slaves y Magiatés quedan en la misma calidad que los pue- blos de América y Africa, como posible futuro. Una parte de esos pueblos, esos eslaves, dice Hegel, “ha sido conquista- va la yazén oceideuial”, obviamenie ta razén por exce- Sia embargo, quedan excluidos de nuestra consideracidn, por- que constituyen un ser intermedio entre el espirity. europea y €] asidtico y porque, ainque mantienen multiples relaciones con Ja historia politica de Eurapa, no es bastante activa e importante su influencia sobre Ja marcha y progreso del es piritu, Esta masa de pueblos no ha-penetrado atm, como un momento independiente, en Ja serie de jas formas que Ja ra zon he iomado én el taundo, No nos corresponde averiguar aqui st ello ha de ocurrir en lo futuro; pues en la historia no nis octrparmos de lo prétérito2 De ‘América ha dics, vale Ja pena recordarlo: “Mas come pais del porvenir, América no nos interesa; pues el filésofo no hace profecias.” La filosofia sdlo se ocupa de lo “que es _y es eterno: la raz6n. ¥ ello basta”? Espaiia e Inglaterra des- empefian un papel en esta historia como expresién de los pue- blos germanos que expulsan a los mahometanos 9 dan unidad a los pueblos de la isla britdnica. Los centrales serdn los ger- manos que con Carlomagno dieron origen al Sacro Tmperio 1 Jorge Guillermo Federico Hegel, Filosofia de in historia universal, Revista de Occidente, Madrid, 1928, +. Il, p. 200. 2 Tbid., 1. 1, p. 186, 2 EURCCENTRISMO Romano. Espaiia aporta a Europa el espfritu caballeresco en su lucha contra los sarracenos. “E] espiritu caballercsco se ma- nifesté —dice— con singular belleza en Espafia; los caba- Dekos germanos son mas rudos y a la vez mds frivelos, caballe- porta el cscari Don Quijote y que alcanza su muixima expresién en E] Cid. Espafia coma instrumento del espiritu en su realizacién europea.” * En otra referencia a las naciones eslavas, explica Ja razén de su poca participacién en las tareas del espiritu encarnade en Europa. Las naciones eslavas eran agricuitoras. Esta situacién trae con- sigo la organizacién en sefiores y siervos. En ja agricultura prepondera el impulso de Ja naturaleza; la laboriosidad hu- mana y la actividad son en suma escasas en este trabajo, Los eslavos, por consiguicnte, han ilegadoe con mas lentitud y di ficultad al sentimientc basico del yo subjetivo, a Ja conciencia de lo universal, a lo que hemos Iamado [...] poder del Es- tado, y no han podido participar en la libertad naciente+ En naciones abarcan a Italia, Espatia, Portugal y en parte Francia, forma religiosa no avanz6. Son pueblos que estan fuera de sf, que combaten por metas, Secupan: por Javintrospeccién que preocupa a germanos y sajones. "Las naciones romanicas estan cn lo mas intimo fuera dé sf La intimidad no existe en ellas como un toda; el espiritu mo es duefio de sf en sus conciencias.”* Carlos I emperader de Alemania, Paises Bajos ¢ Italia, ade- inds de una gran parte de América, carecia de cohesién interna en su extense reino, “Este gran poder existe; pero no produ- ce ningtin resultado histérico, manifestandose mas bien en sf mismo, como una impotencia.”® EE centro del mundo catd- lico que esté en sus mands “permanece consecuencias”. Carlos I ne pudé detener la marcha del espiritu al expresarse éste en la Reforma. De esta forma, el Imperio espafiol queda fuera del espiritu y de la historia; comio instrumento ha ter- minado, como terminan para Hegel los antiguos pueblos de Asia. Espafia con la Inquisicién establecida por Felipe IL se aferra al pasado que ha rebasado el espiritu, y por ello queda _fuera del espiritu mismo. En un largo parrafo habla Hegel de “Espafia y Portugal’, las cuales han tenide el noble espi- 2 Thid., t. TL, p. 373. i ‘id, p oom sale te EUROCENTRISMO ritu de la caballeria, de una caballeria conquistadora. : esta cabaileria “salid de si, hacia América y Africa, en lugar de volverse sobre sf, en su intimidad’, Se dispersan entre pueblos que ne tienen ni pasado ni presente, aunque quiza pue- dan tener futuro. “Los espafioles son e} pucblo del honor, de Ja dignidad personal judividual y, por tanto, de la gravedad de lo ‘individual, Este es su cardcter principal. Pero en él no hay un verdadero contenido; pues ponen la digni- dad en el nacimiento y en la patria, no en Ja razén. Su caballe- rosidad ha descendido asf hasta convertirse en aun honor ‘ inerte, gue es bien conocido: Ja grandeza hispanica.” A var bio de ese, en ia industria han permanecido rezagados; Jas clases del Es- tado no han lograds la hucependencia. El Estado y la latesia no han encontrado oposicién, porque ambos han dejado incd lume aquella dignidad individual; como queda sefialaclo, se han protegido reciprocamente por medio de ta Inquisicién, que ha tenido un cardcter duro, africano, y no ha permitido Ja génesis del yo en ningtin aspecio. E] pueblo bajo se ha sumido en una especie de mahometismo y los conventos y Ia corte han cebado a la masa perezosa y Ja han empleado para lo que han querido.? Inglaterra tiene muchas presencias en esta historia, de la que es centro Europa, Los nen, también, defec' en cuanto a su participacién como espiritu, pero io que + logrado ha servide con eficacia al mismo, Gran Bretafia es un pais de pensamicnto abstracto, como el francés, introspec- tivo y de razcnamiento. Pero este razonamiento * ‘tiene por abjeto derechus ivialmente concretes”. AI cl poder del Estado es un medio para fines particulares, éste es precisamente el orguilo de la Jibertad inglesa, Eu cl desarro- . lia del fin particular radica también el impetu colonizador. Los + ingleses sicnten ja mayor indiferencia hacia Jos fines particu- lares de otros pueblos; dejan incélumes todas las costumbres y creencias extrafias. Son en todos ios pueblos los misioneros de la industria y la técnica, y ponen al mundo entéro en rela : cién por medio del tréfico mercantil sometide a normas ju- ; ridicas.* Resumiendo, los espaiioles van contra ja corriente dei espi- rita, son el pasado. Los eslavas son pueblos del futuro. Los “7 Pbid., p. 422. 8 Ibid. p, 424, . Yo humanismo, 4! Asi, la realizacién plena del espt roménicos participan, con limitaciones, en la marcha del espi- ritu que va sefialando rumbos. Los britanicos sen activos par- ticipantes en lo que el espirita va considerando sus metas. Pero son los germands los actores centrales de este espiritu en realizacién. Europa es el centro de la historia becha y de la que ha de seguir haciéndose. Hegel es e] filésofo exaltador de este espiritu. Todo el mundo, pueblos de la ya decadente Asia y Medio Oriente; pucbles de América y de Africa, tienen un papel en el desarrolio de este espiritu encarnado en Euro- pa. Son pueblos que se han justificado o se justificaran por el papel que desempefien en este desarrollo dialéctico del es- piritu. Nada mas, pero tambida, nada mens. EUROPA COMO POSIBILIDAD DEL SOCIALISMO itu, come libertad, aleanza su midxima expresién segin Hegel en Europa. Y a través de “Europa esa libertad’ se ‘universalizara incorporando a todos jos pueblos de la Tierra. En Europa culmina ja primera parte esta historia del ta como libertad, y de Europa par- tifa su universalizaci ‘arlos Marx } Federico Eng guiran esta nea hegeliana en lo que ‘ha de ser Ja realiz: del verdadero humanismo, un humanismo que ha de abarcar a todos los pueblos, a todes los hombres gue lo forman, y del cual va a ser agente involuntario el sistema que ha for- jado Ja burguesfa, el capitalismo. Aquella, queriendo satisla- cer sus ambiciones, se ha hecho agente inconsciente de} hu- manismo que ha de negar el sistema por ella creado. Por la via de su expansién, por la explotacién que sobre el horabre ‘y jos pueblos realiza esta clase, ha de niversalizarse el nue- cic ocialismo. La inhumana explotacién a (qué Ta burguésia someté a hombres y pueblos permitira la toma de conciencia que origine la lucha que ponga fin a tal explotacion El centro de“esie agente involuntario del nucvo Thamenigmo esta en Europa, fa Europa moderna cuyo centro ‘de poder se ha desplazado del continerite a las istas brita- nicas, Inglaterra es ya cn los tiempos de Marx y Engels el centro del poderoso Imperic del cual habré de surgir la revo- iin que le niegue. Este desplazamiento que en nuestros dias pasa hacia vi occidente de Europa, a jos Estados Unidos de América. En los dias de Marx y Engels el centro de po- der de la burguesia, del capitalismo, estaba en la Gran Bretafia. oO 207 La burguesia como agente, ya no del espiritu, sino dei hu- manisme, cavard su propia sep: a en la medida en qne amplie el area de explotacién. Al socialismo se entrard si- guiendo la via que raarca Europa, el desarrolle q 2 “permitido transformarse en una fuerza que ha de ser minada por su propio proletariado, primera victirna de sus ambicio- nes, y por la extensién que éste haga de tal explotacién a otros Jugares de la Tierra. La entrada al nuevo humanismo esta, en Europa, o mas ampliamenté en ¢l mundo Namado o¢ci- que tiene ya como cabeza a, Inglaterra. Habra que ‘arse al sisterna establecide por la burguesia, como socio 6 como instrumento. Es una nueva expresién de euro: centrisme con el que tanto Marx como, Engels an al reg- los pueblos, en Asia, Africa, la América latina yen Ru “Sia, lo hemos ya visto, apariada de esic camino por su modo de produccién, mas seffiejante al asidtico y, por ende, por su barbarie, impresa en su peculiar historia. — Espafia, Iberia, dentro de este contexio es para Marx y En- gels region do, con ; mosiraba Hegel, fuera deja historia, por haberse apartado de} desarrollo que con- lujo_a los pueblos capitalistas ak [ogro de metas ajenas a Espafia. Deniro de este contexto, muy hegeliano, la América al otro lado del ADantico, la colonizada_por Espafia y Por- tagal, se encuentra lo primnitivo que la aparta de ja linea por hando el nuevo humanismo ; ni Hegel, estos pueblos éstan rézagados en su partici- “el desarrollé del espiritu. Africa, China, la India, al igual que la América fbera, habran de incorporarse a la mar- cna que siguen los pueblos que daran origen al nuevo huma- nismo, mediante su plena subordinacién al sistema explotador de Ja burguesia europea y occidental, En este sentido, Ingla- , com sus intereses, esta desempefiando un extraordina- te) rie papel con la conquista de la India. La India, un pats sometido por miltiples invasiones de pueblos de la propia Asia, peté qué cobra positividad en cuanto ha pasado a for- yaar parte del Imperio britdnico. Por esta via Ja India se en- cuctitra th Tw antesata-del-socialismo que ha de surgir en la ismia Inglatefra como resultade de las foci del capitalismmo, Lo mismo vale para China y otras regiones de ja 4 Por la explotacién de_que estan sieado objeto, estos pueblos sé habran de iricorporar al mundo socialista que las econtradicciones del sistema est4n haciendo posibic en ef mun- (do occidental La América fbera,a su vez, se incorpdtard a” 208 EURUCENTRISMG ja linea de Jos pueblos que marchan hacia ¢! socialisrac a tra. vés de la subordinacién a pueblas como los sajones del Norte, que hardin por ellos lo que no hizo la colonizacién ibera, colo- nizacion ya anacronica, fuera de la ruta que esid conduciendo a la nueva sociedad. Mex “i 1847. La subordinacién do este pais a representantes de] sistema, sin proponérselo, esta danda ori- gen al poder que ha de negarlo. En América —dice Engels— hemos presenciado la conqnista de México, la que nos ha complacido, Constituye un progreso, tam- bién, que un pais ocupado hasta e} presente exclusivamente de si mismo, desgarrado por perpetuas gucrras civiles ¢ impedido a tede desarrollo [...], que un pais semeiante sea lanzado por la violencia al movimiento hisiérico. En interés de su pro- pio desarrollo México estar& en el futuro bajo la tutela de los Estados Unidos.” Graci este triunfo los Estados Unidos tendran el do- my fe cifico y se acrecentara el desarrollo de la bur- gt esia, y_ con ello el desarrollo de Io que ha de ser su caida. triunfo de la burguésia én estos pueblos apartados de su camino por la historia que les ha tocado vivir es una ventaja pata guc puedan incorporarse a los esfuerzos quc Mevan a cabo grupos sociales que tienden al cambio: de. tal situacién por el logro de un mundo mas justo en Europa. Frente al ruso Bakunin, que reprocha a los Estados Unidos fa conquis- ta del territorio arrancado a México, pregunta: éAcase es una desgracia’ que la magnifica California haya sido arrancada a los helgazanes mexicanos que no sabian qué hacer cor ella, mientras los endrgicos yanquis sabran hacerla produ. cir? Todo lo contrario, esas pequefias naciones impetentes de- berian estar reconocidas a quienes, siguiendo necesidades histé- ricas, fas agregan a un gran imperio y les permiten participar en el mundo gue de él ha de surgir. Abandonadas a s{ mismas hubieran quedado fuera de tal futuro. Sirviéndose de una imagen absoluiamente hegeliana, agrega: “Es evidente que ese resultado no podria ser realizado sin * Karl Marx y Friedrich Engels, Materiales para la historia de Amé rica Latina, Cuadernos de Pasade y Presente, Siglo XXI Editores, Ar- gentina, p. 183. ke tian ote CENTRISMG 20 aplastar algunas dulces Hovecillas. Sin viclencia no se puede evar nada a buen fin en la historia. ; Qué habria ocurrida si Alejandro, César y Napoleén hubiesen estado dotades de la misma emotivided a la que apela el Paueslavismo en fa vor de sus clientes 1? Hegel habia dicho antes: “Una gran figura que camina, aplasia muchas ores inocentes, destruye por fuerza muchas cosas a su paso.” 4 Es lo que hab/an he- cho les grandes hombres de Ja historia: Alejandro, César y Napoleén. En esta misma América, Simdn Bolivar decia: “Segim esos seficres, nadie puede ser grande, sino a Ia manera de Alejan- dro, César y Napoleén.” Bolivar piensa-que se puede ser grande Ilevando a cabo lo contrario de Ja conquista, la libera- cién. Esos son grandes por Ja conauista, Bolivar quicre serlo por Ja liberaciénT"'Y6 quiero superarlos a todos en desprendi- miéntd ya que no puedo igualarlos en hazafias.” ¢Qué quiere ser Bolivar? “¢Liberador o muerto? [...] Yo no soy Napo- leén ni quiero serlo; tampoco quiero imitar a César t...) tales ejemplos me parecen indignos de mi gloria.” ¥ Carlos Marx, varios afios después de muerto Bolivar, escribe: “La fuerza creadora de mitos, caracteristica de la fantasia popu- lar, en todas las épocas ha probado su eficacia inventando grandes hombres, El ejemplar m4s notable de este tipo es, sin duda, el de Simon Bolivar.” * ge qué acusa a Bolivar? De ser, nada mas y nada menos, vua mala imiiacioén de Napo- Jeén. “Bolivar —dice— es el verdadero Soulouque.” ¢Guién es Soulouque? Un haitiane que en tiempo de Marx s¢ corané emperador imitando a Napoledén. Soulouque es un falso Na polegu; pero mds que Soulouque lo es Bolivar, dice Marx. Bolivar, guc se ba indignado frente a quienes le han propuesto “la destruccién de la Repab! a imitacién de Bonaparte”. Bolivar, que en un brindis ha dicho: “asi como Napoieén fue sumergido en fa inmensidad del océano, y el nuevo empe- rador Iturbide derrocado del trono de México, caigan les usuz- padores del pueblo americano, sin que uno solo quede trium- 0 Friedrich Engels, “Respuesta a Mijail Hakuta”, citado por Gus. tavo Beyhaut en Raices contempordneas de América Latina, Buenos Aires, 1944, p. 74. i Hegel, op. cit., t. I, p. 77. 32 Sim6n Bolivar, “Carta al general José Antonio Paez", Magdalena, 6 de mayo de 1826, Obras Completas, vol. 1, pp. 1284-1285. "03 Karl Marx y Friedrich Hagels, op. cit., p. 94. 218 EUROCENTRISMO fante en toda la dilatada exiensién del nuevo mundo” ¢Por gué esta inquina de Marx contra Bolivar? ¢Por qué Ja diatri- ba en un virulenio articulo en la The New American Cyelo- pedia en 1858? Marx se sirve de las muchas acusaciones y calumnias de que fue objeto Bolivar en vida, de las que des- pus de muerto le defendiera su maestro Simén Rodriguez, Pero ¢por qué? Porque Marx y.Engels consideraban gue tanto Bolivar como sus semejantes, los pueblos que estaban al margen de Euro- “pa, del mundo occidental, del sistema capitalista creado por la burguesia, estorbaban ja entrada dé estos (Pueblos al mun do que la accién de esa burguesia estaba originando a pesar suyo. Bolivar, como los pueblos cuya dominacidn les satisfa- cia por esta razéu, seran vistos en funcidn de Europa, del tnundo det cual era Marx ineludible expresién. ar come falso Napoleén no era sino Ja proyeccién del pequefio Na- peleén, Napoledn Lil, falso Napoleén 1. Ve en Bolivar, como en ja América latina, la expresién del mismo sistema que en ‘ropa estaba impidiendo la anhelada marcha hacia el socia- lismd, Bolivar era un bonapartista, como el haitiano Soulou- ane y el mismo Luis Napoleén. No habfa otro camino para el logro de un mundo mas justo, del nuevo humanismo, del socialisma, que el de Europa, el que él estaba buscando-y por #1 cual estaban luchando los partidos politicos empefiados en eSta tarea, Otro camino era imposible, Solo Europa, con su gran experiencia histérica en busca dé-ese camino podria hacer posible su realizacién, Como en Hegel, sélo la histo- via de Europa conducia a la realizacién del espiritu como libertad. Espafia con su fracaso histérica, Rusia con su am- bivalencia racial y cultural, América latina y todos los demas pueblos del mundo, nada podian hacer para aleanzar los Jo- gros de Europa en ese camino. El dominio de Europa, de sus fuerzas negativas sobre ¢] mundo, implicaba estar en la antesala del mundo que como negacidn de esa violencia iba a surgir en Europa. Marx y Engels, en relacién con el humanismo que habia de derivarse de la experiencia de Europa, diffcilmente cam- prenderian a otros hombres que en situaciones diversas bus- cavan soluciones que no necesariamente tenian que ser las eurcpeas. Estos pueblos no podian esperar a que Europa se desk deshiclese de sus males para resclver los propies, Nuevamen- livar, “Brindis pronunciade en Lina’, iO de septiembre de 1823, op. cit, t. TL, p. W191. te la division entre civilizacién y barbarie, humanismo y bar. barie,' que. wuantenia a pueblos y hombres _marginados por naturaleza. José Adlcoy jnarxista latinoamericano, sin renun- i fina; desencuentro que tiene su origen en Tas mis- ma formaciéa y situacién de Marx, al igual que de Engels, en la Europa que se enfrenta a la contrarrevolucién y pugna por llevar la revolucién a sus ultimas consecuencias. Marx y Engels resultaba dificil comprender revoluciones que pudiesen ser hechas “desde arriba” por individuos y élites *capaces de poner los intereses de sus pueblos por encima de sus propics iniereses y ambiciones. Para Marx y Engels existian los Napoledn y los Luis Bonaparte, come los Soulou- que en Haiti. Por ello Bolivar no podia ser sino una Cari- catura de los Bonaparte, No supieron, 0 no quisieron enten- der que fue la doble coronacién de Napoleéu Bonaparte la que Hevé a Bolivar a jurar ante sx maestro Simon Rodriguez en Roma que nunca seguiria el camino de Bonaparte. De Bolt- un-fantoche anidoso, amante iS que Un tirano. plivar, una y otra vez, habia mostrado su empe- shir dictadura de tiranfa. Habja aceptado la dic- ‘jones, come h in renunciado a ella, sélécitando considéraba qué era nécesaria para sal- bios, pueblos forjados en Ja servidumbre que render el uso de | la libertad. La dictadura a inera romana y no las tiranias salvajes propias de in- dios, negros y tartaros.. Describiendo a Bolivar dice de éste que cuando se encuentra en la adversidad “oculta magistral- mente sus defectos.bajo la urbanidad de un hombre educado en el llamado beau monde, posce un talento casi asidtico [las cursivas son mias} para el disimulo y conoce mucho mejor a los hombres que la mayor parte de sus compatriotas’?* Esta descripcién recuerda a la que ha hecho de los salvajes zares que gobernaron a Rusia. Los defectos no son sdlo de Boliver, sino de todos sus compatriotas. “Pero como la ma- yoria de sus compatriotas, era incapaz.de tado-esfuerzo de largo aliento v su dictadura degenerd pronto en una anar- quia militar.” Marx y Engels, de haber sido testigos de la revolucién socialista en Rusia, en dondé, en su opinion, dift- de “Tujos y placeres. Bolivar era poco tie: ‘Be 8 Karl Marx, “Bolivar y Aponte", op. cit, pp. 7693. 18 Fic. 242 BUROCENTRISMO cilmenie podia empezar, habrian encontrado dificil compren- der y justificar la conduccién de una-revolucida cimentada en la virtud o moral de sus dirigentes. SOCIALISMO BUROPEO Y SUCIALISMO RUSO Esta incomprensidn, este desencuentro se les iba a plantear a Marx y a Engels respecto a Rusia, la Rusia que sdlo han visto en relacién con los barbaros zares ; los zares propios de un pueblo acostumbrade a Ja sérvidumbre per el dominio varego y mongol, Recordemos a Aleksandr Herzen, en su ré- plica a Michelet. En una carta que le envia dice: “Usted afirma que ‘la base de la existencia del pueblo ruso es el comunismo’, usted asegura que ‘su fuerza le es dada por una especie de ley agraria, por el reparto continuo de las tierras’.”"** Este era, en efecto, el problema de Rusia, el re- pario_ de la tierra, sometido come estaba tal servidumbre. Para Herzen el cambio habia de venir del eampesino. El trabajador del campo es el que Ievarfa a Ru- sia la palabra y accién de justicia. Era el nuevo mesifas que sacrificandose por la humanidad habia de Ilevarle su men- saje; el mismo mesias quc aparece una y otra vez en la obra de Dostoyevski. Los xrevolucionarios rusos hacian hincapi¢ en_esa gran clase, la del trab: del campo, para la reali- zacién_dei socialismo. Un camino que no era, que no padia ser, el di sa industrializada, el de las poderosas bur- gucsias qué Haven dado origen al sistema capitalista, F! carn- pesinado rus6 Harf@ por Rusia lo que por su lado harfa el proletariado de Occidente por Europa. A Marx ie interesaba Rusia en relacién con Ja revolucién socialista, su participacién en ella era de extremada y singu- lar importancia. Rusia podia calaborar en ella, pero no deci- dirla. La revolucién sdélo podia iniciarse en Europa, y sdlo entonces realizarse en Rusia. Tanto Marx como Engels recha- zaban la posibilidad de la revolucién en Rusia sin el apoyo de la revolucién socialista en Europa. La inversa, obviamen- te, era imposible. Tanto Marx como Engels polemizarian con fos revelucionarios rasos sobre esta cuestién. Ya Marx habia expuesto sus razones en El capital, En esia obra se estable- cia con claridad; “La fetalidad histérica de este movimiento ¥ A, Herzen, Siglo XXE ‘olla de las ideas revolucionarias en Rusia, 30G, 1979, o, 223, ‘el campesino ‘a bra.” seen a a RC NARI a ey mmm i ; i i : : . usa, Siglo KAT E: BUROCENTRISMO 2 esta, puts, expresamente restringida a les paises de Europa occidental.” Los campesinos rusos, pata posibilitar su revo- lucién, tendrian “que trausfermar su propiedad privada min en propiedad privada”. En otras palabras, del sistema capitalista basado en la propiedad “privada era posible la revolucién socialista, El socialismo de las comu- nas rusas, lejos de ser un estimulo, era un impedimenio. En ja Europa occidental habia desaparecido Ja _prapiedad_comu> nal, gpor qué no podia desaparecer en Rusia para posibilitar su ingreso en el cormunismo que se habia de derivar de la abolicién de la propiedad privada? Lo que podia hacer: Rusia, sin pasar por las terribles peripecias que han pasado Jés pue- blos europeos para llegar al sistema capitalista, era hacer su- ‘os estos sistemas. “Es precisamente -—dice Marx— gracias a la contemporancidad de la produccién capitalista como pue- den apropiarse fodas las adquisiciones positivas y sin pasar por sus peripecias espantosas. Rusia no vive aislada del mun- do moderne; y tampoco es presa de un conquistador extran- jero como en las Indias Orientales.’’'* La tmica via es, asi, cl incorporarse al sistema capitalista, occidentalizdndose o come colonia de este sistema. En este sentido, Pedro I, poco com- prendido por Marx v Engels, habia intentade la primera posi- bilidad. Marx ama a Rusia pafs europeo, pero un pais que por Ja vasta extensidn de su territorio y Ja invasién mongola se aparté de Ruropa. Pero hoy, agrega, “es un obstaculo de facil eliminacién’”.” Resumiendo, explica en otro lugar: Si Rusia aspira a convertirse en un pais capitalista calcado sobre el pairéu de los pases de la Europa oc ental —y div rante los wltimos afios, hay que reconorer que se han infligido mo pocos dafics en este sentido—, no lo logrard sin auies con, vertit en proletarios a una gran parte de sus ca uma vez que entre en el seno dei régimen capitalista, tendra que someterse a las Ieyes inexorables, como ctro pueblo cual : quiera. Esto es todo. Para Marx como para Hegel es el desarrollo de Europa el que ha de posibilitar cl ingreso de Rusia a la liberiad, o al nuevo bumanismo. No es por la barbarie, el salvajismo o el primitivismo como 18 Karl Marx y Friedrich Engels, £/ porvenir de la comura rural ditores, México, 1980, p, 32. 30 fbid., p. 38. 28 Ibid, Dp. 64. ai4 EUROCENTRISMG se armba al mundo dei futuro. Este mundo pasa por jas hor. das caudinas de la evolucién seguida por Europa a Je largo de siglos. De esta evolucién se aparté Rusia por razones his- téricas, al igual que otros pueblos en la periferia del mundo occidental. Para Engels son Jas diferencias de clase en Euro- pa, las contradicciones entre ellas, las que han originado el mundo actual y la posibilidad del futuro. “La revolucién a que aspira el socialismo moderno —dice Engels— consiste, brevemente hablando, en la victoria del proletariado sobre ia _burguesia y una nueva organizacién de sociedad median- te la liquidacién dé Jas diferencias de clase.” Entre los salva- jes y los sernisalvaies no han existido diferencias de clase “Sélo en manos de Ta burguesia han alcanzado las fuerzas productivas ese grado de desarrollo. Por consiguiente, ta bur- guesia es, taiibién én este aspects, una condiciéu previa, wan necesaria como el proletariado mismo, de la revolucién socialista.” * La asociacién_cooperativa en el campo ruso no es un indice de que pueda arribar el socialismo moderno. “El predominio que esta forma tiene en Rusia prueba, natural. Mente, que en el pueblo ruse alienta una acusada tendencia a la asociacién, pero no dernuestra, ni mucho menos, que este puchlo pueda saltar, ayudado por esta tendencia, de la artel a la sociedad socialista.” * Se opone Engels a la afirmacién de Tkachov de que el pueblo ruso, “pese a su ignorancia, esta mas cerca del socia- lismo que los pueblos de la Europa occidental, aunque éstos sean mas cultos’2* Todo lo contrario, ej aislamiento ruso respecto a Europa, la mayor cercanfa a los pueblos orienta- les, impide lo que Tkachov presenta como posibilidad, Este aislamitnto absolute ~sigue Engels entre ias distintas comunidades que ha creado en el pais intereses, cierto es, iguales, pero en ningiin modo comunes, constituye Ja base natu- ral del despotismo oriental; desde ia India hasta Rusia, en todas partes en donde ha predominado, esta forma social ha preducido siempre ei despotismo oriental, siempre ha encon- twado en é] su complemento.* Sélo el desarrollo de Rusia baje la direccién de Ja burguesia podra destruit la propiedad connin. Y en otro lugar agrega: 78. 2 Ibid, p. 79. . a5 “Si algo puede todavia saivar la propiedad comunal rusa y permitir que tome una forma nueva, viable, es precisamente ia revolucién proletaria en la Europa occidental.” Mas tar- de, en un post scriptum a io expresado por Engels sobre la cuestién social rusa, agrega éste, no sdlo es posible, sino inchiso indudable que después de la victoria del proletariade y del paso de los medios de prodyc- cian a ser propiedad comim de los pueblos de la Europa occi- dental, los paises que apenas han entrado por ia via de Ja produccién capitalista y que han conservado costumbres del régimen getttilicic, o restos del mismo, puedan utilizar estas huellas de posesién comunal y las costumbres nacionales co- rrespondientes como poderoso medio de reducir sustancial- mente el prcceso de su avance hacia la sociedad socialista, ¥ evitar la mayor parte de los sufrimientos y ja tucha a través de los que tenemos que abrirnos paso en la Europa occidental, [...] Sdlo cuando la economia capitalista esté superada en gu pais dé origen y en Jos paises que han alcanzado sti floreci- miento, cuando los paises atrasados vean “cémo se hace 650”, eGino hay quc poner las fi S produciivas deja indusiria moderna, hechas propiedad social, al servicio de toda la socie. dad, sdlo entonces podrén esos paises atrasados emprender ese camino acortado de desarrollo, 1a historia, pese a esas advertencias, marché y marcha por otro camine gue no ha sido el de Ia previa socializacién de Europa y del mundo occidental, Rusia, como otros paises en ¢i 4rea oriental de Europa, como en la América latina, no ha tenido que esperar el cambio. en el sistema capitalista. Este, por el contrario, se ha fortalecido en el Occidente im- pidiendo el cambio que imaginaban Marx y Engels. Rusia y ottes paises que en Asia, Africa y Ainérica latina, por el con- trario, han entrado al socialismo, han dado sa propio salto, un saito que los paises que se supotifa ibari a ser adelantados del socialisrno, se empefian ahora en impedir que tenga éxito. Estos pueblos han tenido que aprender “cémo se hace eso", ne para entrar previamente al sistema burgués, sino incluso para rebasario. Rusia, y con ella los pueblos al margen de Uctldente, todavia barbaros o saivajes, han tenido que ajus- tar fas doctrinas de Marx y Engels a una realidad distinta de aquella que pensaron haria realidad ei socialismo de nivel 8 Ibid, p. 80. 36 Thid., p. 83, 216 EUROCENTRISMO mundial, No han sido los pueblos de Europa, vi el mundo occidental, sino los pueblos en Ja periferia, en jas margenes del sistema, los que se han empefiado en realizar lo que se preveia iba a ser antes realizado por Europa y el mundo occi- dental. En Ja readaptacién del marxismo a las realidades no contempladas por sus creadores han surgide interpretacic- nes como las del ruso Nicolde Lenin, valides para Rusia y los pueblos no occidentales. En estos pueblos se habla, no ya simplemente de marxismo, sino de marxisme-leninismo. De acuerde con el punto de vista occidental, se dirfa que se ha bar- barizado, transformado el lenguaje original de Marx y Engels, pero en realidad se le ha enriquecido dandole una dimensién més auténticamente universal. - IX. CIENCIA DESDE LA BARBARIE Y LA CIVILIZACION CIENCIA DESDE LA BARBARIE: IBERIA José Orteca y Gasser, muy joven atin, hablaba de la ciencia espafiola, diciendo, “ciencia barbara, mistica y errabunda ha sido siempre y presumo que lo sera, la ciencia espafiola”’ En un articulo publicado el 4 de julio de 1906, Ortega entraha en la polémica sobre Ja ciencia fola, La poléntica hi sido planteada por los espafioles que habian tomado concien- cia de Ja decadencia y tratar: de superarla. Empieza por an interrogante: ges posible una ciencia espafiola?, que en Orte- ga s¢ va a transformar en pregunta sobre Ja posibilidad de una fjlosofia espafiola. Es un problema paralelo al que se plantes- raz los latinoamericanos preguntando sobre Ja posibilidad de un lenguaje, una cultura y una filosofia latinoamericanos. Se trata de una polémica, relata José Luis Abellan, iniciada en 1876, poco antes del desastre del 98; pero ya en relacién con la conciencia del anacronismo de la idea de la Espaia impe- rial que ya no existia: La polémica parte de una frase de don Gumersindo de Azc4rate aparecida en una revista: “Segin que, por ejemplo —decia ésie— el Estado ampare o nicgue Ja libertad de fa ciencia, asi la energfa de un pueblo mostraré mds © menos su peculiar genialidad en este orden, y podré darse el caso de giic se ahogue casi por completo su actividad, como ha sucedide en Esparia durante siglos.”? Una vez mas, surgira la comparacién entre cl desarrollo cientifico alean- zado por Espafia y el alcanzade por Huropa al oiro lado de los Pirineos, No habia ciencia o serfa sdélo ciencia barbara la’ espafiola, por earecer del apoyo que sdlo sistemas liberales podian otorgarle. Ser4 Marcelino Menéndez y Pelayo (1856- 1912} el primero que dé respuesta al interrogante, diciendo, entre otras cosas, “no tenemos un solo matematico, fisico 1 José Ortega y Gasset, “La ciencia romdntica”, Obras Completas, 1, Revista de Occidenie, Madrid, 1946, p. 42. 3 José Luis Abelian, Historia critica dei pensamitento espanol, t. i, Bs: pasa Calpe, 8. A., Madrid, 1979, p. 41. 2a7

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