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ECUACION PERSONAL, LENGUAJE FAMILIAR Y FORMACI Guy AUSLOOS FPavulatra, formador de psicopatclogi y satinica en la Universidad de Ginebra responsable dela formacion en ‘Terapia Familiar en el CEFOC en Ginebra y en el TREF en Pars. ‘Texto original en francés: Equation personnelle, langage familial et formation. Therapie Familiale, Geneve, 1986, No.2, 137-145. ‘Traducido por Giovani Toscano ‘Una cuestién que se presenta a menudo en las discusiones entre formadores: “es mejor formar a los participantes en una téonica particular, de modo que ellos puedan identificarse a un modelo dado, 0 es preferible de confrontarlos al mayor mimero de modelos posibles, de forma de dejeries la eleccién?” Pe cuestion y las respuestas que se les puede dar son ipicas de nuestra manera habitual de plantear los problemas’ reflexionamos primero en los medios que queremos utilizar antes de habernos interrogado honestamente sobre las finalidades que queremos conseguir. LAS FINALIDADES DE UNA FORMACION Guiza convendria primero marcar la diferencia entre formacién al modelo sistémico y formacién en terapia familiar, Sila segunda no va sin la primera, y si la mayoria de escuelas no las distinguen, me parece sin embargo cada ver. mis necesario trazar la demarcacién, esto en funcion de mi experiencia Te formador y de las realidades institucionales a las cuales los participantes estin confrontados. $i la terapia familar se reclama habitualmente de la perspectiva sistémica, seria realmente reductor limitar {a perspectiva sistémica a la terapia familiar. De ahi el interés de desarrollarformaciones sistémicas en practicas distintas a la terapia familiar (trabajo social, educacién, cuidados de enfermeria, gestion institucional...) Formar a alguien en la perspectiva sistémica, es primero hacerle descubrir una nueva epistemologia, y por tanto una nueva manera de ver al mundo, a los otras y asi mismo. Es permitile iniciar cambios tn su propia vida y en su prictica, en funcién de una comprensién diferente de la realidad. Es finalmente llevarle a descubrir que la “realidad es una perspectiva” (Minuchin) y que a este titulo cada uno es responsable de Ia realidad que él se crea y que constituiré progresivamente su modelo de lectura del mundo, de los otros, de si Formar a alguien en la terapia familiar es darle la ocasién de adquirir 0 de precisar una identidad de terapeuta. Esta supone la capacidad de asumir la responsabilidad de un tratamiento, las competencias para levar a bien el proceso y comprometer en él a las familias, los conocimientos necesarios y nficientes para “piloteas” este proceso, la libertad para utilizar su creatividad y recursos personales. ‘Como se ve, no sera el formador quien haré al terapeuta: el proceso es evidentemente circular. El patticipante tendra que encontrar en él y en la formacion las eualidades, la experiencia, la préetica que Te pernitirin de identificarse como terapeuta. E! debera también situarse en un contexto profesional que le reconozca este estatus. Cualidades individuales, formacién coherente y contexto profesional son los ingredientes necesarios para acceder al estatus de terapeuta. Vemos igtalmente que, si le toca al formador definir las finalidades generales de ta formacién, le corresponde al participante de precisar sus finalidades propias, comprometiéndose en este proceso y a To largo de su desarrollo. Muchos se inscriben en una formacién con el espiritu de hacer terapia familiar: solo un cierto nimero lo practicaran en el futuro. Es decir que han perdido su tiempo? Yo pienso que no si en el proceso circular de la formacién, formador y formado han podido conciliar sus Finalidades generales y finalidades particulates, de modo que el participante haya podido precisar su epistemologia, su estatus personal y sus medios de intervencién. Para llegar a estos fines, diversas vias son posibles. Solo consideraré tas dos formas de aprendizaje ‘mas ampliamente extendidas, para ver enseguida cémo y en qué condiciones ellas nos permitirén Tograr Tas finalidades que acabamos de defi — MIMESIS Y MAYEUTICA. René Girard demuestra brillantemente en “Las cosas que se nos ocultan desde la fundacién del mundo” que la forma de aprendizaje més antigua es la Hamada “mimesis”. El término griego significa jmitacién, pero en el sentido en que lo entiende Girard, hay mis que imitacién, hay identificacién del alumno al maestro, En este proceso, el alumno busca apropiarse de los conocimientos del maestro, calca sus actitudes sobre las suyas, observa las reglas que surgen de su epistemologia y termina por hacerlas suyas. Cuando el proceso se desarrolla de forma satisfactoria, el alumno se define como discipulo y se reclama de la escuela del maestro. En esta posicién complementaria, él puede dar prueba de creatividad y retomar el proceso a su cuenta enriqueciendo la escuela con sus aportes y convirtiéndose fen maestro de nuevos discipulos, en un movimiento que no tiene fin. El riesgo de permanecer en una posicién de dependencia no es sin embargo insignificante. Cuando el alumno trata de convertirse en semejante al maestro, uno u otro pueden no soportar la situacién y sucede entonces lo que Girard lama la rivalidad mimética y que a partir de Bateson lamaremos la rivalidad simétrica, Los conflictos aparecen y las escisiones siguen, conllevando la formacién de escuelas rivales que pretenden cada una la pureza de la doctrina. El proceso es suficientemente repetido para que no sea necesario de volver a él Socrates y los maestros Zen proponen otra via de aprendizaje: La mayéutica. La palabra griega utilizada por Sécrates significa alumbramiento. Y es esto To que se proponen estos maestros: hacer descubrir al alumno lo que 41 posee en si, lo que él sabe sin saber. De ahi el célebre adagio de ‘Socrates: “conécete a ti mismo”. ‘A través de un cuestionamiento renovado sin cesar, el maestro permite al alumno descubrir tos recursos de que dispone en funcién de su historia, de sus experiencias, de su medio familiar y social de origen. En la interaccién, simetria y complementariedad alternan en la medida en que cada respuesta del alumno es una cteacién y donde cada cuestién del maestro contribuye @ dar forma a lo real del alumno, Este proceso tiene un comienzo y un fin: maestro y alumno se dejan cuando este iltimo sabe bastante para volar con sus propias alas. Una posicién siméirica no conflictual se establece en el respeto mutuo de las competencias. A veces el proceso no llega a su término en la medida en que cl alumno se desmoraliza y abandona; se corre entonces el riesgo de descalificarse totalmente, a veces glorificando fa este maestro ideal que él no podré alcanzar jamés, sea descalificando a aquel cuya ensefianza él pretenderd que era inadecuada, EN FORMACION SISTEMICA. Estas dos modalidades de aprendizaje han sido utilizadas en las formaciones en terapia familiar sistémica, Esta claro que estas no pueden separarse de manera tan definida como lo acabamos de hacer, en la medida en que no son mutuamente excluyentes. La mayor parte de formaciones utilizan Jas dos, aunque algunas privilegian uno de los modos, lo que no esté exento de riesgos. El aprendizaje por mayéutica est mas cerca de la sistémica. En efecto, este reposa sobre una interacci6n constante entre el formador y el formado y sin duda valdria decir entre los formadores y los participantes, como lo veremos més adelante. Esta interaccién constantemente creativa modifica tanto a los unos como a los otros, en un proceso evolutivo que permite a cada uno descubrir sus recursos y sus limites, y progresivamente transformar sus limites en recursos. El aprendizaje por mimesis reposa mas sobre mecanismos de identificacién del formado al formador. Y es ahi que reside su principal peligro: la imitacién puede tomarse una parodia. Las técnicas son aplicadas como recetas y las actitudes son copiadas sin que el participante haya sentido y comprendido To que les subyace. Tal es el caso de la terapeuta que presentaba un video y pretendia trabajar segin Minuchin. A la quinta sesién, como nada sucedia, ella pide a los miembros de la familia de cambiar de sitio. Cuando se la cuestiona sobre el sentido de esta maniobra, ella responde que es para hacer como Minuchin que desplaza las personas en sesién. Empujada a sus trincheras, ella reconoce que era “un poco al azar, pare i Por. su. comprendido el sentido de las maniobras estructurales que utiliza Minuchin y que ella se contentaba de parodiar una técnica que no estaba integrada. EI mimetismo no es menos peligroso en Ia utilizacién de prescripciones paradojales o estratégicas Conocemos personas que pretenden utilizar la paradoja sin conocer el lenguaje, Eso les leva a prescribir el problema cuando pensaban prescribir el sintoma. Como aquel terapeuta que habia prescrito a una paciente suicida, en presencia de su familia, de no tomar ninguna decision, Esto la Mevé a tomar la decision de suicidarse. El habia confundido su problema, la indecision, con su sintoma, la depresién, la tristeza, el abatimicnto. Si él le hubiera pedido que continuase a sacrificarse aceptando todavia, por un tiempo, vivir con esta depresion para permitir a toda la familia encontrar una solucién, el resultado habria sido totalmente diferente. Y ain aqui, temo haber ido muy lejos, presentando esta prescripcién parad6jica como una receta sin poder dar [os elementos del contexto que habrian podido justificar tal estrategia. EI aprendizaje por Mayéutica, aunque parece preferible, presenta también un riesgo especifico. ‘Algunos participantes en formaciones mantienen los pies de plomo cuando se trata de comenzar a volar con sus propias alas. Seguros y gratificados por un proceso que les nutre, tienen pena de hacer el duclo de este ambiente caluroso, no se sienten suficientemente listos y se lanzan entonces en una biisqueda incesante de formaciones complementarias, Si es verdad que no cesamos de aprender y de formarse a lo largo de la vida profesional, también es cierto que es necesario lanzarse al agua en cierto momento y tomar el riesgo de descubrir su propia competencia. De nuevo esto no depende solo de aque! que se forma sino igualmente del proceso de formacién, Estas consideraciones sobre el peligro de un mimetismo simiesco o de un umbilicalismo perfeccionista ‘nos confrontan al desafio mayor de toda formacién: permitir a cada participante descubrir lo que yo amo su ecuacién personal. ECUACION PERSONAL Y LENGUAJE FAMILIAR DEL TERAPEUTA, Es banal decir que cada individuo es modelado por su historia y sus experiencias, por su medio familiar y social, por su contexto profesional y relacional. La sistémica ha mostrado que nosotros seguimos reglas, més a menudo no-dichas, que asumimos roles, habitualmente recibidos y aceptados desde la infancia, que nos comprometemos en alianzas, frecuentemente reproducidas en las diferentes situaciones triangulares a las cuales nos hemos confrontado. Todo eso constituye una parte importante de lo que llamo la ecuacién personal. Cada familia tiene también un conjunto de caracteristicas que le son propias y entre otras la que yo llamo el lenguaje familiar. Es este conjunto singular de interacciones especificas, de modos de comunicacién propios, de mensajes particulares, de maneras de expresar las emociones, calificaciones ‘0 descalificaciones, de gestos, de actitudes, de silencios, de censuras, de tradiciones que constituyen lo que yo amaria Ta estructura comunicacional de este familia dada. Y como hemos aprendido nuestra lengua maternal, hemos aprendido también a hablar un cierto Ienguaje familiar que haré parte de nuestra ecuacién personal. Habitualmente por otra parte, en funcién de los contextos a los cuales nos hemos confrontado, podemos hablar varios lenguajes, alin si para algunos tenemos un fuerte acento. He agrupado arbitrariamente estos lenguajes en seis grandes grupos que no se excluyen mutuamente. ‘No se trata en ningin caso de una guia diagnéstica que permitiré clasificar las familias, sino més bien ‘un medio de saber qué lenguaje conviene utilizar para abordarlas. En lo que sigue me contentaré con esquematizar la teoria sobre los lenguajes familiares, reservandome de retomarla ulteriormente. En el lenguaje de la paradoja, se pide lo que no se desea y se quiere lo que no tiene razén alguna de quererse; en el lenguaje de! secreto, no se puede decir lo que se quiere decir y se debe adivinar lo que el otro no diré jamas; en el lenguaje de la desconfianza, no se puede decir ni hacer nada sin temor de perder todo poder, de revelar su debitidad y de ser negado; en el lenguaje del sacrificio, no se puede desear sino lo que nos cuesta y beneficia al otro; en el lenguaje de! cuerpo, no se puede sentir fisicamente aquello que no se esté autorizado a sentir 0 a expresar afectivamente; en el lenguaje del actuar, se actiia més que lo que se dice. Tdentificar estos Tenguajes es impor ias-tienen-su-lenguaje propio y el nuestro puede ser dificil de comprender para ellos. Esto puede corllevar bloqueos, como también el hecho de que nuestros propios lenguajes pueden reducir nuestras capacidades de expresion. Ademés, podriamos decir que a ciertos lenguajes corresponden ciertas formas de terapia. Aquel que habla el lenguaje del actuar se sentiré comodo con las formas de terapia donde él podré actuar y hacer actuar. Al contrario si él no habla el paradéjico corrientemente y sin acento, sin duda seri mejor que no se arriesgue a las prescripciones paradojicas. Nunca se habla corrientemente una lengua que solo se ha aprendido en los libros, Permitir a cada participante de una formacién descubrir su ecuacién personal para explorar sus limites y las posibilidades y hacer de ella progresivamente su util terapéutico personal me parece la tarea central de toda formacién. No se trata de formar discfpulos que copiarén mas o menos habilmente la prictica del maestro, sino de guiar a cada participante en un proceso donde él identificara sus necesidades, sus recursos, sus bloqueos en fuuncién de los contextos en los cuales interviene. El podra asi forjar sus métodos personales de intervencién, en funcién de las referencias teéricas que le parezcan las mas pertinentes y las mejor adaptadas a su estilo propio. IMPLICACIONES PARA UNA FORMACION: Cada escuela de formacién tien sus especificidades y su programa y pensamos que es deseable que asi sea. Seria totalmente lamentable el querer uniformizar las formaciones y perder todo lo que habria de original y de creativo para cada una de ellas. Lo que sigue seria el reflejo, evidentemente subjetivo, de una experiencia de nueve afios como formador y debe mucho a los colegas con los cuales he tenido la suerte de trabajar y a los participates ‘que han aceptado vivir mis dudas, mis tanteos, mis impulsos, mis alegrias, en una palabra que me han permitido formarme en ser formador. En Occidente, para construir una casa, se elevan primero los muros y se los corona enseguida poniendo el techo. En Africa, donde se nace sistémico, se hace primero el techo, que esta sostenido por pilares, y cuando esté terminado se lenan los muros. Es la metifora que utilizaria para hablar de las formaciones que ‘conduzco: ellas reposan sobre cuatro pilares tan importantes los unos como los otros, y es a lo largo de la formacién que se aportarén las piedras que vendrén a llenar los vacios restantes. EI techo es esta bisqueda permanente de la ecuacién personal de cada uno. Las piedras son las experiencias vividas a lo largo de la formacién, que vienen a consolidar las adquisiciones preexistentes. Los iitiles son la supervisi6n, el juego de rol, la escultura familiar, el genograma, el mapa familiar, etc... Los cuatro pilares pueden ser descritos como sigue: 1. Un abanico tebrico y téenico suficientemente amplio: En 1976, durante un seminario en Lovaina la Nueva, Minuchin no estaba lejos de considerar su teoria, como la mejor y estimaba que no era necesario conocer otras. En 1982, durante un congreso de formadores en Venecia él nos confiaba su sorpresa de haber descubierto que en Filadelfia se le reprochaba de no hacer mas de Minuchin. Esto 1o habia Tlevado a revisar sus posiciones y él nos estimulaba a presentar las principales escuelas actuales en nuestras formaciones. Esto me parece tanto més justificado que si queremos que cada uno descubra el dtil terapéutico més apropiado a su ecuacién personal, es importante presentar diferentes teorias y técnicas, para abrir elecciones. Conocer las técnicas para apropidrselas y enseguida liberarse de ellas. tra implicacién de esta proposicién es el interés de ser varios para levar una formacién, de manera que cada participante pueda recibir varias influencias y evitar asi el efecto “gura” de un formador ‘inico, 2. Un trabajo sobre la persona: Una formacién no debe ser una terapia. Pero, en funcién de lo que ha sido dicho antes, es necesario que el futuro terapeuta haya descubierto cuales son sus reglas, sus roles, sus patrones transaccionales, sus lenguajes privilegiados... Esto se hard a través de un trabajo en y por el grupo de formaciéa, de un trabajo sobre la familia de origen y de una constante ida y vuelta entre 1a persona y sus actitudes terapéuticas; lo que nos conduce al tercer punto. 3. Una prictica supervisa No creo necesario desarrollar la importancia de la practica. A propésito de supervision, yo insistiria sobre la idea de que no se trata para el supervisor de substituirse al terapeuta volviéndose un super terapeuta o de proponerle las estrategias que el supervisor estima las mis adecuadas. Se trata de nuevo de trabajar en hacer emerger esta ecuacién personal que permitira al participante utilizar su propia experiencia, su propia creatividad, su propio genio. La forma de hacerlo podria ser el sujeto de otro articulo, 4. Un tiempo suficiente: Last but not least, hablemos del tiempo. Una formacién es un proceso y todo proceso toma tiempo. Descubrir su ecuacién personal, hacer sus elecciones y tomar confianza no puede hacerse en unos meses. Jacqueline Prudhomme que, como nosotros, hace formaciones de tres afios, describe este proceso en tres fases: primero el entusiasmo en descubrir una nueva forma de ver las cosas; enseguida la desmoralizacién al medir todo Jo que no se sabe y finalmente la integracién al descubrir que se sabia ‘mas de lo que se pensaba y que se puede comenzar a utilizarlo. Dos a tres afios y de trescientas a quinientas horas de formacién-supervision me parecen un minimo. En mi experiencia, se requiere en realidad cuatro a cinco afios para que los participantes se sientan comodos con esta prictica que ha cambiado su forma de ver y de hacer. No digo aquello pars descorazonar a los que comienzan sino por el contrario para darles la esperanza que ellos atravesarén. la inevitable fase de descorazonamiento. Para concluir, yo diria que formar, es permitir a cada uno descubrir su ecuacién personal, es abrirle la leccion para que pueda progresivamente forjar el itil terapéutico que serd el suyo y le permitira utilizar sus cualidades y su creatividad. Es esto muy diferente de una terapia sistémica? Algunos proponen que una formacién se haga segiin el esquema de una terapia, Yo no creo que eso sea posible. Si es verdad que formacién y terapia son isomorfas, no son idénticas. Lo que puede reunirlas es la epistemologia comin, epistemologia que impone devolver su competencia al individuo como al sistema, liberéndoles de reglas que no tienen razon de ser, de roles que no Henan mds su funcién, de esquemas de comunicacion que bloquean la informacion. No es este un buen programa de formacién? Dr Guy Austoos

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