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TELEDETECCION AMBIENTAL La observacion de la Tierra desde el Espacio Emilio Chuvieco Salinero Afiel. ciency * edicién: mayo de 2002 3." edicién actualizada: septiembre de 2008 © 2002 y 2008: Emilio Chuvieco Derechos esclusivos de edicién en espaiiol reservados para todo el mundo: © 2002 y 2008: Editorial Ariel, S. A. Avenida Diagonal, 662, 6.* planta. 08034 Barcelona (Espatia) ISBN: 978-84-344-8073-3 Depésito legal: B. 36458-2008 Impreso en Espaia por Book Print Digital Botanica, 176-178 08901 L’Hospitalet Queda rigurosamente prohibida, sin la autorizacién escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccion total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografia y el tratamiento informitico, y la distribucisn de ejemplares de ella mediante alquiler 0 préstamo pulicos. Brae A a ee ee er eat Pe ae rar care 1 LA OBTENCION DE LA IMAGEN Capiruto 1 _Nociones introductorias L._Definicién y objetivos . . 17 2. Un poco de historia... Glin: ua i sumer ose EE 3._Desarrollo actual 26 4. Aspectos legales de la teledeteccién . ee es . 32 5.__Las ventajas de la observacion espacial... . a eS 5.1, Cobertura global y exhaustiva de la superficie terresire... 34 5.2. Perspectiva panorémica.. reue carne EOE 3._Observaci6n multiescale y no destructiva. ss 36 5.4, _Informaci6n sobre regiones no visiblesdel espectro.. 36 5.5._Cobertura repetitiva..... 0... 2... eae 36 5.6. Transmisidn inmediata. 31 5.7. Formato digital... Roe ak 6.__Fuentes bibliograficas ade Capiruto 2, _Principios fisicos de ta teledeteccién 43 2._El espectro electromagnético i i es AS 3. Términos y unidades de medida. ag 4.__Principios y leyes de la radiacion eleciromanndtica = 49 5._El dominio solar del especuo. J... aig deans 32 $.2. Medios para obtener firmas espectrales pe 39 5.3. Bibliotecas espectrales.. . ae ‘Comportamiento especttal dela vegetacion en el espectro plico. 60 El suelo en el espectro éptico amici 64 El agua en el espectio Optica... a aes 65 6._E1 dominio del infrarrojo térmico 67 6.1. Caracteristicas de la radiacion energética en el infrarrojo térmico. 6 6.2. Comportamiento espectral de la vegetacion en el infrarrojo térmico 70 6.3. Los suelos y el agua en el dominio térmico... . - ss bw 7 7. La region de las micro-ondas. re en pyrighted PRESENTACION La observacién de la Tierra desde el espacio ha experimentado en los ultimos afios un vertiginoso desarrollo, Ilegando a ser un aliado cada vez més imprescindi- ble en el seguimiento de procesos ambientales de gran impacto para nuestro plane- ta, como seria el calentamiento climatic, la desertificacién, la deforestacién, 0 la capa de ozono. En ésta como en otras nuevas tecnologias, resulta clave realizar un importante esfuerzo en Iz educacién y formacién continuada. Aprovechar el flujo de informacién que proporcionan los satélites de observacién terrestre requiere conocer los fundamentos de la adquisicién, su sentido biofisico, los criterios de interpreta- cién mas destacados, su engarce con otras fuentes de informacion mds convencio- nales. Este texto es fruto de actualizar la edicion publicada en el aio 2002, que pre- viamente habia sido publicada con el titulo Fundamentos de Teledeteccién Espacial en 1990 y 1996. Aunque puede adaptarse a estudiantes y profesionales de distintos grados, hemos intentado darle una orientacion ambiental. Hemos mantenido el esquema general de las ediciones anteriores de esta obra, poniendo al dia los aspectos que han sufrido peor el paso del tiempo, y extendien- do o simplificando, segiin el caso, otros apartados, con el animo de mejorar el enfo- que didactico del libro. La notacién que incluye el texto también respeta los criterios de las anteriores ediciones. Las formulas se citan entre llaves { }, con dos nimeros separados por un punto: el primero hace referencia al capitulo en donde se incluye y el segundo al orden dentro de ese capitulo. De forma similar se citan las figuras, entre paréntesis () y precedidas de la indicacién fig., también con dos nimeros. Aquellas que apa- recen con un asterisco * identifican imagenes en color y estan situadas en el encar- te central del libro. Por dltimo, en ocasiones se sugiere al lector acudir a otros capi- tulos para recabar informacién adicional. Esto se hard indicando la numeracion de ese capitulo entre paréntesis ( ). Al final de la obra, se mantienen, aunque algo en- riquecidos, los apSndices donde el lector podré encontrar informacion adicional so- bre esta técnica, un glosario de términos y un indice tematico. ‘Al igual que en ediciones anteriores de esta obra, mi trabajo ha estado en todo momento apoyado por los comentarios y sugerencias de alumnos, compaiieros de trabajo y colegas en la docencia o investigacién de esta materia. Aunque citarlos a todos aumentaria excesivamente la obligada brevedad de un prologo, resulta de jus- ticia resefiar a quienes han dedicado generosamente su tiempo a revisar diversos bo- rradores de esta obra. En lo que respecta a esta edicion, han resultado de especial 14 ‘TELEDETECCION AMBIENTAL interés los comentarios de David Riafio, Javier Martinez-Vega, Angela de Santis, Marta Yebra, Mariano Garcia y Hector Nieto. De las anteriores, no puedo olvidar la aportacién de José Sancho, Javier Salas, Pilar Martin, Inmaculada Aguado, Vicente Caselles, Xavier Pons y Alicia Palacios. Como dice un autor norteamericano, Leo Trese, «nuestra existencia sera poco feliz si no tenemos la conviccién de que la vida esta llena de sentido. Todo lo que hacemos, consciente y voluntariamente, lo hacemos por un fin; existe una razén por Ia que actuamos asi». Mi propésito al escribir este texto, al igual que ocurri6 con las ediciones anteriores, ha sido facilitar la ensefianza de esta disciplina a estudiantes y profesionales de distintas procedencias, tanto en nuestro pais, como los queridos la- tinoamericanos. Mas alla del esfuerzo que esta tarea lleva consigo, mi mayor alegria ha sido recibir comentarios sobre su utilidad didactica, Espero que esta nueva edi- cién siga contribuyendo a esa tarea de formacién, no s6lo porque la docencia es mi principal actividad, sino porque estoy convencido de que la educacién es la mejor contribucién que podemos realizar al desarrollo de los pueblos. Alcalé de Henares, mayo de 2008 EMILIO CHUVIECO SALINERO PRIMERA PARTE LA OBTENCION DE LA IMAGEN CapiTuLo 1 NOCIONES INTRODUCTORIAS «Es grandioso el especticulo de las fuerzas veriadas de la vida que Dios infundié en los seres creados haciéndoles desarro- larse en formas cada vez més bellas y admirables.»» CHARLES DARWIN, El origen de las especies 1. Definicién y objetivos Volar ha sido, desde épocas muy remotas, uno de los suefios mas intensamente an- helados por la Humanidad. Pese a la persistencia del intento, sélo en fechas recientes se ha dispuesto de los medios técnicos necesarios para hacer realidad este deseo. Desde ese momento, el ritmo de la innovacién tecnoldgica ha sido vertiginoso, lo que nos ha per- mitido enriquecer notablemente nuestro conocimiento sobre el planeta y sus habitantes. Uno de los principales acicates de esta aventura aérea ha sido la bisqueda de una nueva visién de los paisajes terrestres. El afin de remontar la limitada perspectiva de Ja vision humana es evidente ya desde los inicios de la aerondutica, y llega a jugar ac- tualmente un destacado papel en la investigacién espacial. Esa observacién remota de la superficie terrestre constituye el marco de estudio de Ja teledeteccién, Este vocablo es una traduccién latina del término inglés remote sen- sing, ideado a principios de los sesenta para designar cualquier medio de observacién remota, si bien se aplicé fundamentalmente a la fotografia aérea, principal sensor de aquel momento. En sentido amplio —y asi se tratard en este libro—, la teledeteccién no engloba sélo los procesos que permiten obtener una imagen, sino también su posterior tratamiento e interpretacion. Actualmente se estd desvaneciendo bastante la frontera en- tre teledeteccién aérea y espacial, tanto porque la primera emplea cada vez mas sensores digitales, como porque Ia segunda ofrece niveles de detalle antes slo logrados desde cémaras aeroportadas, Por ello, la mayor parte de las técnicas tratadas en este libro pue- denaplicarse indistintamentea imagenes adquiridas desde avién o desde satélite, si bien ‘os centraremos principalmente en sensores montados sobre plataformas espaciales. Se asume que el lector est familiarizado con las técnicas de foto-interpretacién, ya que han venido siendo comunes en la mayor parte de las facultades con orientacién medio am- biental. 18 ‘TELEDETECCION AMBIENTAL Si hemos definido la teledeteccién como aquella técnica que permite adquirir imigenes de la superficie terrestre desde sensores aéreos 0 espaciales, estamos asu- miendo que entre suelo y sensor existe una interaccién energética, ya sea por reflexién de la energia solar 0 de un haz energético artificial, ya por emisiOn propia. A su vez, es preciso que ese haz energético recibido por cl sensor sca almacenado conveniente- mente, bien a bordo del satélite, bien en las estaciones receptoras, de cara a que pueda interpretarse para una determinada aplicacién. Como antes comentamos, ese andlisis de la informacion recibida se incluye también —en sentido amplio— dentro del estu- dio de la teledeteccion, aunque esté mas all de los procesos de adquisicion propia- mente dichos. No obstante, constituye un capitulo fundamental para nuestros intere- ses, por cuanto esta obra se dirige mas a quienes explotan la informacién adquirida por estos sensores que a quienes disefian los sensoreso las plataformas que los sustentan. Tal y como se concibe en la presente obra, un sistema de teledeteccion espacial incluye los siguientes elementos (fig. 1.1 1. Fuente de energia, que supone el origen de la radiacion electro-magnética que detecta el sensor. Puede tratarse de un foco externo a éste, en cuyo caso se habla de teledeteccién pasiva, o de un haz energético emitido por el sensor (teledeteccién acti- va). La fuente de energia mas importante, obviamente, es el Sol, pero también puede realizarse teledeteccién a partir de la energia emitida por los mismos objetos observados, o desde fuentes artificiales. 2. Cubierta terrestre, formada por distintas masas de vegetacién, suclos, agua o construcciones humanas, que reciben la sefial energética procedente de (1), y la refle- jan o emiten de acuerdo a sus caracteristicas fisicas. 3, Sistema sensor, compuesto por el sensor, propiamente dicho, y la plataforma que loalberga. Tiene como misi6n captar la energia procedente de las cubiertas terres- tres, codificarla y grabarla o enviarla directamente al sistema de recepcion. 4, Sistema de recepcién-comercializacién, en donde se recibe la informacién transmitida por la plataforma, se graba en un formato apropiado, y, tras las oportunas correcciones, se distribuye a los interesados. 5. Intérprete, que convierte esos datos en informacion tematica de interés, ya sea visual o digitalmente, de cara a facilitar la evaluacion del problema en estudio. 6. Usuario final, encargado de analizar el documento fruto de la interpretacion, asi como de dictaminar sobre las consecuencias que de él se deriven. EI simil de la visin humana puede ayudar a entender el significado de estos componentes. El ojo humano (3) recibe un haz energético procedente de los objetos. exteriores (2) por reflejo de la luz solar (1). Esa sefial se transmite al cerebro (4), que es capaz de formar una serie de imégenes sobre el mundo real que le circunda. El in- dividuo que observa es a la vez intérprete (5) usuario final (6) de la imagen detecta- da, lo que le permite tomar decisiones sobre su propio comportamiento. En otras pa- labras, la vision humana forma un sistema de teledeteccién —muy sofisticado por cierto—, puesto que nos permite caracterizar con mucho detalle los objetos que ob- servamos. Sin embargo, nuestra percepcién visual presenta también algunas limitaciones. Por un lado, se restringe por la sensibilidad espectral de nuestras células sensoras, que NOCIONES INTRODUCTORIAS 19 Fuentede energia Sistema “ sensor Sistema de recepcién ‘TRATAMIENTO VISUAL TRATAMIENTO DIGITAL, Usuario final Fig. 1.1. Componentes de un sistema de teledeteccién. 20 ‘TELEDETECCION AMBIENTAL s6lo nos permiten apreciar un determinado tipo de energia, denominado, por esa ra- zon, espectro visible. Otras formas energéticas, como el calor, no son observables vi- sualmente, por lo que parece conveniente contar con unos «ojos artificiales» que am- plien nuestras propias posibilidades. Por otro lado, el campo de vision humano esta li- mitado por nuestra propia estatura, 0 a la que podemos adquirir desde observatorios naturales, por lo que abarca un pequefio radio. Ademas, se trata de una perspectiva oblicua. Ambos factores dificultan observar fendmenos que afectan a amplios territo- rios, como inundaciones o procesos de desertificacion, donde las estimaciones visua- les pueden ser imprecisas. Para paliar estas limitaciones, se ha acudido a sensores artificiales, montados sobre plataformas situadas a una cierta altitud. Con ellos, se tie- ne acceso a tipos de energia no visibles (ultravioleta, infrarrojo, micro-ondas), y, ade més, desde una nueva perspectiva, vertical y panorémica. Esta nueva informacién expande notablemente nuestro conocimiento del medio que nos rodea, facilitando la interpretacion de multiples procesos que afectan al Planeta. El creciente empleo de distintos sensores de observacién terrestre esta originando no sdlo una enorme cantidad de informacién, sino también una nueva forma de estudiar la superficie terrestre. La teledeteccién, junto a las técnicas anejas de almacenamiento y proceso de la informacién geogrifica, permite disponer de una masa ingente de datos sobre el territorio, algunos de ellos accesibles en tiempo real. Para aprovechar con fruto estas técnicas, el recurso a los ordenadores electrénicos resulta casi inevitable. Una vez salvado el necesario entrenamiento, estos equipos amplian notablemente nuestra capa- cidad de andlisis: ayudan aelaborar una interpretacion rapida y econémica del problema bajo estudio, a la vez que permiten abordar analisis integrados, dificilmente viables con otros medios tradicionales. En definitiva, y gracias a estos recursos, podemos cada dia poner mis el énfasis sobre el planteamiento de modelos y el anilisis de resultados —ta- Teas éstas donde la inteligencia humana resulta insustituible—, librandola de otras labo- res mecnicas (acopio, proceso y ordenacion de datos), que han consumido hasta hace p0cos afios las mejores fuerzas del investigador. De acuerdo con el esquema antes enunciado, esta obra engloba el estudio de los distintos elementos que forman un sistema de teledetecci6n. En primer lugar, se anali- zan los procesos que permiten obtener las imagenes espaciales: principios fisicos de transmision de la energia (cap. 2), y técnicas de adquisicin de imagenes, con un breve repaso de los principales proyectos de observacién terrestre (cap. 3). El resto de los ca~ pitulos se centran en la interpretacién —tanto visual como digital—de las imagenes, punto crucial para los interesados en las aplicaciones de esta técnica (caps. 4 a7). La verificacion de los resultados obtenidos en esa fase se aborda en el capitulo 8, para concluir la obra con el 9, a modo de epilogo, dedicado al estudio de la conexién entre la teledeteccién y los Sistemas de Informacion Geografica, dentro de un plan- teamiento integrado del andlisis medio ambiental. Estos capitulos se preceden de éste, que incluye unos comentarios sobre el pasado, presente y desarrollo previsible de la teledeteccién, incluyendo algunos aspectos legales que pueden ayudar a enmarcar conflictos internacionales derivados de esta observacion terrestre. NOCIONES INTRODUCTORIAS 21 2. Un poco de historia La teledeteccién es una técnica aplicada, y como tal muy dependiente del estado de desarrollo tecnolégico existente en cada momento. Por cuanto conjuga aspectos muy variados —éptica y detectores del sensor, plataforma que lo sustenta, sistemas de transmisi6n, equipos de tratamiento, etc.—, las formas de teledeteccién han variado ostensiblemente en las tltimas décadas (fig. 1.2). El crecimiento ha sido realmente vertiginoso, facilitando una progresin muy notable, tanto en la cantidad, como en la variedad y calidad de la informacién disponible para campos cientificos muy variados. Las primeras experiencias de teledeteccién se remontan a 1859, cuando Gaspar Félix de Tournachon obtuvo las primeras fotografias aéreas desde un globo cautivo (fig. 1.3). Al afio siguiente, James Wallace repitié la experiencia sobre la ciudad de Boston, poniéndose en evidencia el interés de la nueva perspectiva aérea para un co- nocimiento mas detallado de la organizacin urbana. En los afios posteriores, se produjo un importante desarrollo de la observacién fotografica desde avién, gracias a los progresos realizados en épticas y emulsiones. En 1909, Wilbur Wright adquirié la primera fotografia aérea, abriendo el camino auna larga historia de observacién desde plataformas remotas. La primera cdmara aérea propiamente dicha se desarrollé durante la Primera Guerra Mundial, concretamente en 1915, por J.T.C. Moore-Brabazon. La importancia estratégica de este escrutinio quedé pronto en evidencia, desarrollindose notablemente las técnicas de adquisicién y procesado fotografico (Brookes, 1975) El segundo conflicto bélico implicé un notable desarrollo de las técnicas de tele- deteccién aérea. El progreso se orienté a mejorar la éptica de las cmaras de reconoci- miento, asi como las emulsiones utilizadas (de esta época proceden las primeras peli- culas en infrarrojo, desarrolladas por Kodak Research Laboratories). Asimismo, se introdujeron nuevos sensores, como el radar, y se mejoraron los sistemas de comuni- cacién. Por otro lado, la aerondutica prosperd notablemente, lo que aseguré mayor estabilidad a las plataformas de observacién. Todas estas innovaciones se aplicaron posteriormente para usos civiles, desarro- lléndose las primeras aplicaciones de esta exploracion aérea para el conocimiento y control de los recursos naturales. En los afios de posguerra se perfeccionaron los siste- mas radar, introduciéndose el radar lateral aerotransportado (SLAR), y se pusieron a punto los sensores térmicos de barrido. A finales de los afios cincuenta, el desarrollo de los sistemas de navegaci6n per- mitio concebir los primeros ingenios espaciales. La denominada «guerra fria» dirigio hacia el espacio uno de sus objetivos preferentes, alenténdose, desde uno y otro ban- do, una intensa investigacién en estos temas. La primera fotografia espacial fue toma- da en 1947 desde unos 200 km de altura sobre el estado de Nuevo México (EE.UU.) atilizando un cohete V-2 capturado a los alemanes. Diez afios mas tarde, en 1957, se lanz6 el primer satélite artificial, el Sputnik, al que han seguido una larga serie de mi- siones civiles y militares, que han permitido no sélo la exploracion de nuestro Planeta, sino también de la Luna y los planetas vecinos. El grave incidente diplomatico ocurrido en 1960 tras la captura por parte de la en- tonces Unidn Soviética de un avién de espionaje estadounidense, el U-2 (fig. 1.4), “wo!22a}apaya} ap spwuaysts so} ap DILOWIY UOOMjOAY -Z"| Dl VAP reroedsa eureiBoig “ oqo19) NOCIONES INTRODUCTORIAS 23 FIG. 1.3. Observacion fotograjica desde globos (fotografia tomada en el Air and Space Museum de Washington). subraya el interés de la administracién Einsenhower de la importancia de desarrollar un sistema de reconocimiento militar basado en vehiculos espaciales, que ya se habia iniciado en 1959 con el lanzamiento del satélite CORONA KH-1 a los que siguieron una larga lista de misiones de reconocimiento militar (ARGON, LANYARD, ctc.). Estas plataformas han tenido un papel clave en las relaciones entre los bloques milita- res (Leghorn y Herken, 2001), si bien han sido completamente opacas a la utilizacion civil, hasta su desclasificacién en 1995 (de las imigenes adquiridas entre 1960 y 1972). Enel terreno civil, conviene destacar el lanzamiento del primer satélite de observa- cién de la Tierra en 1960, el TIROS-1, pionero de miltiples misiones de observacién meteorolégica, que han permitido un conocimiento y control més ajustados de las con- diciones atmosféricas, evitando, o paliando al menos, graves catéstrofes naturales. Jun- to aellos, en los afios sesenta también se impulsaron misiones tripuladas que permitie- ron adquirir las primeras fotografias espaciales de uso civil, durante las misiones del Mercury (1961), Gemini-Titén (1965) y Apollo (desde 1968), En el Apollo-9 (1969) se abordé el primer experimento multi-espectral, denominado S065, compuesto por cuatro cdmaras Hasselblad con distintos filtros (Short, 2006). 24 ‘TELEDETECCION AMBIENTAL Fig. 14, Cémara fotogréfica instalada en el aviin de reconocimiento U-2 (fotografia tomada en el Air and Space Museum de Washington). Todas estas experiencias, junto al bagaje aportado por los satélites meteorolégi- cos, hicieron concebir ala NASA proyectos dedicados exclusivamente a la cartografia y evaluaci6n de los recursos naturales. E| 23 de julio de 1972 supuso la culminacién de esta tendencia, con el feliz lanzamiento del primer satélite de la serie ERTS (Earth Resources Technology Satellite). Este proyecto, bautizado Landsat con la puesta en Srbita del segundo satélite en 1975, resulta el mas fructifero hasta el momento para aplicaciones civiles de la teledeteccién (ver seccién 3.5.1). A partir de la serie Land- sat, el interés de la comunidad cientifica internacional por esta técnica ha crecido ex- ponencialmente, contandose por miles los estudios desarrollados —sobre tematicas muy diversas, de inundaciones a incendios, erupciones volcanicas 0 inventarios agricolas— sobre las imagenes proporcionadas por estos satélites. A la serie Landsat siguieron otros proyectos especificamente diseiiados por la NASA para la observacién medio ambiental (Chuvieco y Justice, 2008). Los més co- NOCIONES INTRODUCTORIAS 25 nocidos son el laboratorio espacial tripulado Skylab (1973: NASA, 1977), el satélite oceanografico Seasat (1978: Ford, 1980), o el de investigacién térmica HCMM (1978: Short y Stuart, 1982). A estos proyectos de la NASA, siguieron los disefiados por otras agencias espaciales, como el satélite franco-belga SPOT, lanzado por vez primera en 1986, el japonés MOS-1 (1987), el indio IRS-1 (1988), el satélite europeo ERS-1 (1991) y los rusos Soyuz y Salut. En las iiltimas décadas las misiones de teledeteccién se han incrementado expo- nencialmente, como veremos mis tarde (cap. 3.5). A las agencias espaciales con ma- yor experiencia en observacién de la Tierra, se han unido otras que han aprovechado su desarrollo tecnolégico y la reduccion de costes en el disefio de sensores y vehiculos de lanzamiento. Esto ha permitido 2 Canada, Brasil, Argentina, China, Corea del Sur, 0 Israel, por citar algunos ejemplos, poner en drbita sensores de teledeteccién, lo que ha incrementado la disponibilidad de datos y permitido reducir costes de adquisicién para el usuario final. demas, no podemos dejar de mencionar el creciente papel de la iniciativa privada, que ha constituido consorcios para disefiar y explotar satélites de teledeteccion. Estos satélites comerciales de teledeteccion, aunque todavia escasos, se encuentran en la vanguardia de la tecnologia y permiten apuntar un amplio crecimien- to de sus aplicaciones operativas. Entre ellas caben citar, junto a algunas ya consolida- das como la cartografia, gestion ambiental o localizacién de instalaciones, otras que afectan a sectores apenas involucrados previamente con la teledeteccién (tabla 1.1), como pueden ser los medios de comunicacién (fig. 1*), las empresas de seguros, los consorcios turisticos, las ONG responsables de Ia asistencia en situaciones de catds- trofe, los grupos ambientalistas, 0 los comités internacionales que velan por los derechos humanos y apoyan actividades humanitarias, asistencia a refugiados, etc. (Baker, 2001; Baker et al., 2001; O'Connell y Lachman, 2001), En cuanto a las tendencias previsibles en un inmediato futuro, podemos citar la mayor disponibilidad de datos, gracias a las nuevas misiones que se estén disefiando, pero también a las reducciones del coste y la mayor facilidad para transmitir esos da- tosa través de internet, La mayor parte de los proveedores facilitan imagenes utilizan- do servidores FTP, lo que permite disponer de ellas en un tiempo muy cercanoa la ad- quisicion, y en bastantes casos son de acceso gratuito. En cuanto los sensores, parece previsible que sigan mejorandose los distintos tipos de resolucion, y especialmente la espacial y espectral, que permitan disponer de varios satélites con resolucion submé- trica y capacidad hiperespectral. En este terreno, también ha jugado un papel destaca- do la apertura de la observacién de la Tierra a corporaciones privadas, que han realiza- do notables inversiones para mantener sistemas operativos de teledeteccién espacial, que reemplacen de alguna forma las carencias de la observaci6n aérea, facilitando un sistema de observacién global en condiciones estindar. La popularizacién de estas imagenes de alta resolucién a través de los servidores de dominio piiblico, el mas des- tacado de los cuales es Google Earth (Butler, 2006), ha permitido extender también el rango de usuarios de estas tecnologias. Finalmente, conviene también sefialar la im- portancia de nuevas tecnologias de observacién terrestre, que hasta hace muy poco eran exclusivas de sensores experimentales, y ya se estan montando sobre plataformas aéreas y espaciales equipos lidar, radares interferométricos, etc., que abren la puerta asimismo a nuevas posibilidades en el empleo de la teledeteccidn. 26 TELEDETECCION AMBIENTAL TABLA 1.1. Comparacién entre aplicaciones convencionales y nuevas de la teledeteccién (adaptado de Baker, 2001) Usuarios tradicionales Nuevos usuarios Gobiernos. — Planificadores civiles. — Fuerzas armadas. — Servicios de inteligencia. — Centros cientificos. — Entidades regionales y locales. Organizaciones internacionales: — Agencias de la ONU (refugiados, me- dioambiente...). — Programas de cambio global. — Centros regioneles (p. ¢j., UEO) Empresas: — Extraccién de recursos (petréleo, gas...) — Gestién de recursos (forestales, agrico- las...). — Aerofotografia. — Disefio y lanzamiento de sensores. — Disefioy venta de software de tratamien- to digital — Empresas de SIG. Universidades y centros de investigacién: — Departamentos de Geografia, Geologia, Biologia, Ing. Geodésica, Agronomia, etc — Centros de Teledeteccién. — Departamentos de Fisica, Informética, Ing. Telecomunicacién. Organizaciones profesionales: — Teledeteccion. — Campos afines a las aplicaciones. Medios de comunicacién: — De informacién general (televisiones, peri6- dicos). — De informacion especitica (revistas). — Faitoriales ONG: — Ambientalistas. — Control de armamentos, desarme — Ayuda humanitaria — Derechos humanos. — Gestién de catéstrofes. Empresas: — Redes de distribucién (electricidad, agua... — Seguros. — Agricultura de precision. — Evaluaci6n de impacto ambiental. — Promocién turistice. Universidades y centros de investigacién: — Departamentos de Arqueologia, transportes. — Centros multimedia — Departamentos de Geopolitica. Clientes finales. — Mercado inmobiliario. — Devoraci 3. Desarrollo actual Pese a la juventud de esta tecnologia, son ya numerosos los centros de produc- cién, ensefianza ¢ investigacién que trabajan activamente en este campo. Las tenden- cias presentes parecen confirmar un creciente desarrollo de su aplicacién, tanto en pai- ses desarrollados como en aquellos con una situacién tecnolégica mas deficiente. Las liltimas décadas, y muy especialmente los iltimos aos, han implicado una disponibi- lidad creciente de datos provenientes de sensores muy variados, y de misiones espa- ciales muy diversificadas, aumentando exponencialmente las investigaciones y las aplicaciones operativas de esta técnica. Un breve repaso por areas geogréficas, nos servira para tener una evaluacién mis precisa de las diversidades geograficas en la implantacién de esta técnica. En los NOCIONES INTRODUCTORIAS 27 apéndices y la web se incorpora informacidn adicional sobre las instituciones que se citan a lo largo de los siguientes pérrafos. ‘Como parece logico por el papel pionero que EE. UU. ha tenido en los satélites de teledetecci6n, en ese pais el desarrollo de esta técnica es especialmente relevante, tan- to académica como comercialmente. De acuerdo a un informe sobre la privatizacion del proyecto Landsat remitido al Congreso de Estados Unidos (O.T.A., 1984), yaa principios de los ochenta existian en ese pais mas de 50 organizaciones comerciales dedicadas al empleo de la teledeteccién espacial. En mas de 18 estados se utilizaban datos Landsat para la construcci6n de sus sistemas de informacién territorial, y sélo en 2no sehabian constatado estudios realizados a partir de imagenes de este satélite. Con datos de 1977, este mismo informe registraba 590 profesores ¢ investigadores univer- sitarios trabajando en teledeteccién. En ese mismo afio se ofrecian 137 cursos sobre esta técnica en universidades americanas, con un total de 2.906 inscritos. A finales de los ochenta, se contabilizaban 549 cursos ofrecidos en teledeteccién por mas de 300 departamentos de 125 universidades (Kiefer, 1988). Como es légico, la situacién ac- tual supone un desarrollo mucho mayor, habiéndose extendido practicamente a todos los estados y en las mas variadas instituciones de la Administracién, la utilizacién de esta tecnologia. Buena parte de las iniciativas profesionales se canalizan a través de la American Society for Photogrammetry and Remote Sensing, que cuenta con unos 7.000 afiliados y casi doscientas empresas y socios institucionales. Entre los socios, un 30 % pertene- cenal sector privado, lo que da idea de la actividad comercial en este campo. Esta aso- ciacién publica mensualmente la revista Photogrammetric Engineering and Remote Sensing, una de las mas prestigiosas de teledeteccién. Otras instituciones de gran acti- vidad son los diversos centros NASA (especialmente Goddard, en Maryland, y Ames Research Center y Jet Propulsion Laboratory, en California). Entre los departamen- tos universitarios, casi todas las universidades del pais tienen un programa de investi- gacién y docencia activo en esta materia. Cuentan con gran tradicién el Laboratory ‘for Applications of Remote Sensing (LARS) de la Universidad de Purdue (Indiana), el Institute for Environmental Studies de |a Universidad de Wisconsin-Madison, y la Re- mote Sensing Unit de la Universidad de California en Santa Barbara, por citar sdlo los mas significativos, si bien actualmente hay otros departamentos mis activos en estos temas, con los de Geografia de las Universidades de Maryland, Carolina del Sur y Boston. De gran importancia también es el U.S. Geological Survey, que se encarga, a tra- ves del EROS Data Center, de la distribucién de una amplia coleccion de imagenes tomadas por distintos sensores. La NASA (National Aeronautics and Space Adminis- tration) y NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) mantienen la distribucién de sus propios programas (actualmente el Terra-Aqua y las series meteo- rologicas NOAA y GOES, entre otras). En cuanto al mercado de productos de teledeteccién, y de acuerdo a un informe de la oficina de asesoramiento tecnolégico del Congreso de los afios noventa, se esti- maba que el mercado de teledeteccion podria situarse entre 150 y 200 millones de d6- ares anuales para los datos brutos, y unos 500 millones para los servicios de valor afiadido, con un incremento previsto de entre el 15 y el 20 % anual (O.T.A., 1994). El desarrollo de ese mercado se ha visto muy ligado al creciente recurso ala informacion 28 ‘TELEDETECCION AMBIENTAL Fic. 1.5. Imagen pancromatica del Quickbird sobre la ciudad de Lima correspondiente al 17 de diciembre de 2001, pocas semanas después del lanzamiento. (Cortesia: DigitalGlobe.) espacial, facilitada por el propio desarrollo de los Sistemas de Informacion Geografi- ca (SIG) y la generosa politica de acceso gratuito a los datos. Para el caso concreto de los datos de teledeteccion, la comercializacion privada del programa Landsat supuso un serio revés a las aplicaciones civiles, ante cl elevado aumento de los costes. La si- tuacién cambié con la nueva plataforma (Landsat-7), que ofrecia una politica de distribucién mucho mis ventajosa, si bien actualmente tiene serios problemas técnicos (ver 3.5.1). EI mercado de la teledeteccién espacial dio un fuerte impulso con el afianza- miento de los satélites comerciales, que estén explorando vias de negocio antes inac- cesibles a la observacién espacial (O’Connell y Lachman, 2001). Actualmente estan disponibles el Tkonos, gestionado por Space Imaging que se lanz6 en 1999; EROS Al, propiedad de JmageSat International, lanzado en 2000, y Quickbird (fig. 1.5), lanzado en octubre de 2001 por la empresa Digital Globe. Estos satélites comerciales ya estan reemplazando actividades realizadas hasta ahora mediante sensores aeroportados, es- pecialmente a partir de la fotografia aérea convencional, aunque persisten algunos problemas de continuidad y disponibilidad de datos. Ademis de estas empresas, otras 10 han solicitado al gobierno norteamericano autorizacién para desarrollar constela- ciones comerciales de teledeteccién (O’Connell y Hilgenberg, 2001, p. 147). NOCIONES INTRODUCTORIAS 29 En Canadé la situacién también es muy favorable, contando con una institucién nacional, el Canada Center for Remote Sensing, que cuenta con diversos centros re- gionales y coordina la actividad docentee investigadora en teledetecci6n. También en este pais ejerce su actividad una sociedad profesional, la Canadian Remote Sensing Society, dedicada a la organizacién de congresos periddicos y la publicacién de una interesante revista, Canadian Journal of Remote Sensing. El lanzamiento de los satéli- tes de la serie Radarsat ha contribuido notablemente al afianzamiento industrial de esta técnica y ala apertura de nuevas aplicaciones. En el contexto europeo, Reino Unido y Francia han sido los paises que se han in- volucrado mas en la investigacin aplicada en esta técnica, En cuanto al primero, yaa inicios de los ochenta, podian citarse hasta cincuenta instituciones que trabajaban ac- tivamente sobre ella (Bullard y Dixon-Gough, 1985), con una produccién bibliogrifi- ca muy significativa: varios manuales universitarios, diversas publicaciones cientifi- cas (International Journal of Remote Sensing, NRSC Newsletter), y una sociedad, la Remote Sensing Society, muy activa en tareas de ensefianza y difusion. Esta asocia- cién, actualmente denominada Remote Sensing and Photogrammetry Society organi- za anualmente, desde 1974, un congreso en distintas universidades inglesas. En lo que adisefio de satélites se refiere, conviene citar la actividad de la empresa Surrey Satelli- te Technology Ltd., dedicada a la fabricacién de micro-satélites, que ya ha lanzedo diversos satélites de bajo coste. Las autoridades francesas han realizado un gran esfuerzo en este campo, que lle- v6 al lanzamiento del primer satélite SPOT, en 1986, continuado por otros cuatro saté- lites de la misma serie en 1990, 1993, 1998 y 2002 (ver 3.5.2). El proyecto fue desa- rrollado por el Centre National d'Etudes Spatiales (CNES), con una pequeia colabo- racién de la Swedish Space Corporation. En el terreno de las aplicaciones, el Groupe- ment pour le Développement de la Télédétection Aérospatiale (GDTA), con sede en Toulouse, ha realizado numerosos cursos de entrenamiento y ciclos de formacién, coordinando a distintas instituciones gubemamentales con interés en teledeteccién. Alemania también cuenta con un programa de observacién de la Tierra propio, canalizado a través de la Agencia Espacial Alemana DLR. Han enviado varias misio- nes en el marco de la colaboracién con el transbordador espacial norteamericano y la estacion espacial orbital, asi como algunas misiones especificas orientadas a la deiec- cién de incendios (proyecto BIRD). En junio de 2007 lanzaron el primer satélite radar, denominado TerraSAR X, que muy recientemente ha entrado en fase operativa. Otros paises europeos han mostrado gran interés en la aplicacién de esta técnica para un mejor conocimiento de sus problemas medioambientales. En los Paises Bajos, la actividad docente e investigadora del Institute for Aerospace Survey and Earth Sciences (ITC), con sede en Enschede, ha sido muy destacada, tanto en el campo de la docencia como de la investigacién (ITC Journal). En Bélgica, Italia y los paises es- candinavos existen numerosos centros dedicados a este tipo de investigaciones. Aun- que en los paises del Este europeo, la situacién todavia es precaria, se estén dando pa- sos hacia una mayor presencia de esta técnica, especialmente en los programas agricolas y medioambientales. La Unién Europea (UE), como conjunto, pretende impulsar las aplicaciones de la teledeteccién mediante una mayor colaboracién con la Agencia Espacial Europea (ESA), que ya ha lanzado varios satélites meteorolégicos (Meteosat, MSG y Metop) y 30 TELEDETECCION AMBIENTAL tres de recursos naturales (ERS-1 y ERS-2, en 1991 y 1995, respectivamente), y re- cientemente el Envisat. La colaboracién entre la UE y la ESA se traduce en un mayor esfuerzo por utilizar las imgenes de satelite en diversas direcciones generales de la Comision. Las mas activas hasta el momento han sido las dedicadas a Medioambiente y Agricultura. La primera ha promovido la realizacién del programa CORINE para ob- tener diversas variables de interés ambiental en el conjunto de los paises miembros. De entre ellos, e] dedicado a la cobertura del suelo (CORINE-Land Cover), se desa- rrolla casi integramente a partir de imagenes de satélite, cubriendo no sélo la UE, sino tambien otros paises del este de Europa y norte de Africa. En cuanto a la Direccion Ge- neral de Agricultura los programas més consolidados son el inventario de cultivos y la prediccién de cosechas. Ademis, se estan realizando trabajos de inventario forestal y de pastizales, asi como estudios regionales sobre éreas menos favorecidas. Algunas de estas iniciativas se han canalizado a través del centro comin de investigacién de la Unién Europea en Ispra (Italia). Este centro ha desarrollado investigacion de base y distintas aplicaciones de la teledeteccion, proporcionando servicios a varias Direccio- nes Generales de la Comision. En cuanto a sociedades profesionales, en ¢l ambito eu- ropeo conviene citar la actividad de la Asociacién Europea de Laboratorios de Telede- teccién (European Association of Remote Sensing Laboratories, EARSeL), que cuen- ta con 300 miembros (todos ellos departamentos universitarios o centros de investiga- cién). Organiza congresos anuales y talleres técnicos, publica un boletin de noticias (EARSeL Newsletter) y una revista cientifica basada en los articulos presentados a los distintos talleres (EARSeL Advances in Remote Sensing). El volumen de negocio del mercado europeo de la teledeteccién se ciftd, en un es- tudio realizado en 1995 en unos 173 millones de euros, afectando @ unas 350 organiza- ciones, con 9.500 empleados (en el estudio no se inclujan las industrias dedicadas al de- sarrollo de los sensores o de las estaciones receptoras). En la mayor patte de los estados Jas entidades de la Administracion resultaban los principales clientes de esta técnica (un 65%), frente a un 29% del sector privado y un 6 % de entidades cientificas. Las aplica- ciones més demandadas eran la cartografia y planeamiento (38 %), agricultura (25 %), sector forestal (13 %) y militar (11 %). Estos datos se han quedado desfasados con las nuevas iniciativas europeas ligadas a la mejora en la observacién ambiental y temas de seguridad, englobados en la iniciativa GMES (Global Monitoring for Enrivonment and Security), que financia bastantes proyectos en diversas aplicaciones de esta tecnologia con animo de que puedan convertirse en operativas. Por no ampliar excesivamente esta relacién, podemos concluir citando otros paises en donde la teledeteccién espacial resulta una técnica de notable implanta- cion. Este es el caso de Japon, China, Brasil e India, empefiados en el desarrollo de proyectos espaciales propios, asi como de Rusia, con una larga trayectoria en esta disciplina, aunque menos conocida para los paises occidentales. Las principales organizaciones son la National Remote Sensing Agency, localizada en Hyderabad (India); el Remote Sensing Technology Center (RESTEC), situada en Tokio, y el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais (INPE), emplazado en Sao Jose dos Campos (Brasil). En el ambito iberoamericano, ademas del INPE brasilefio, también conviene citar la actividad de le CONAE argentina, que ha lanzado varios proyectos propios de ob- servacién de la Tierra (SAC-C en 2000). En cuanto a centros universitarios 0 profesio- NOCIONES INTRODUCTORIAS. 31 nales comprometidos con esta técnica, cuentan con especial tradicién la Universidad Autonoma y el INEGI de México, el Instituto de Geografia cubano, el Centro de Pro- cesamiento Digital de Imigenes en Venezuela, el Instituto Agustin Codazzi en Co- lombia, la Universidad Catolica en Santiago de Chile, el CLIRSEN ecuatoriano y la Universidad de Lujan y el INTA argentinos. La Sociedad de Expertos Latinoamerica- nos en Percepcién Remota (SELPER) cuenta actualmente con unos mil miembros or- ganizados en capitulos nacionales, celebra bienalmente un congreso internacional y publica un boletin con noticias y articulos académicos. Tras repasar el contexto internacional, resulta conveniente detenernos sobre el estado de la teledeteccién en nuestro pais. En ésta, como en otras tecnologias de punta, el desarrollo ha sido paulatino en las iltimas décadas, aunque atin no se en- cuentra plenamente consolidado. Ya en los afios setenta se plantearon algunos pro- yectos de investigacién realmente pioneros (Niifiez de las Cuevas, 1976), pero la ac- tividad no ha tenido un impulso sostenido hasta épocas recientes. Aunque ha crecido e] namero y la actividad de los grupos interesados en esta técnica, no se observa to- davia un cuerpo cientifico consolidado, y ain resulta una herramicnta con escasa ac tividad comercial, que sigue dependiendo mucho de las administraciones locales. Ha ganado en los tltimos afios en presencia en los planes de estudio universitarios, aunque todavia sigue siendo escasa la oferta de programas de especializacién. La actividad académica sigue de alguna manera girando en torno a la Asociacion Espa- fiola de Teledeteccién (AET), creada en 1989 tras cuatro afios de actividades como grupo de trabajo. Entre sus logros cuenta la organizacién de doce congresos nacio- nales (con periodicidad bienal), y la publicacién de una revista cientifica (la Revista de Teledeteccién) de periodicidad semestral. Todavia el numero de afiliados es esca- so (no alcanza los trecientos). Otra asociacién interesada en esta técnica es la Socie- dad Espafiola de Cartografia, Fotogrametria y Teledeteccion, organizadora de cur- sos y seminarios esporddicos sobre estas técnicas. A nuestro modo de ver, tal vez una de las principales rémoras para impulsar el desarrollo de la teledeteccién en Espaiia sea la inexistencia de un centro nacional de referencia, similar al NRSC inglés, al ITC holandés 0 al GDTA francés, que coordine los esfuerzos individuales y ponga en contacto a expertos, empresas y usuarios finales del producto. Los centros mas destacados, sin pretender ser exhaustivo, son los dedicados a la produccién carto- grafica (Instituto Geografico Nacional, Institut Cartogrfic de Catalunya, Agencia de Medioambiente de Andalucia), a la investigacién (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias, Instituto Tecnolégico y Geominero, Instituto de Economia y Geografia, UAB-CREAF, Instituto de Desa- rrollo Regional de Albacete), o a la docencia universitaria (Universidad de Alcala, Granada, Lérida, Las Palmas, Santiago, Valencia y Valladolid). Existe un pequeiio nimero de empresas dedicadas a esta tematica (Argongra, Idom, Geosys, Auren- sis....) y otras que cuentan con departamentos de teledetecci6n (Tragsatec, Tracasa, Indra, Insa, Tecnoma). En los iiltimos afios merece especial mencion el Plan Nacio- nal de Teledeteccion, impulsando por el IGN, con apoyo de otras administraciones piiblicas centrales y regionales, y sobre todo el desarroilo de un programa propio de observacién terrestre, formado por dos satélites, Ingenio y Paz, que se prevé estén activos a inicios de la préxima década. 32 TELEDETECCION AMBIENTAL 4, Aspectos legales de la teledeteccion La teledeteccién, como ya hemos indicado, supone la observacién exterior de la ‘superficie terrestre. E] satélite, como es obvio, no ajusta su orbita a las fronteras nacio- nales, sino que adquiere imagenes de todo el globo. Esta adquisicion de datos sobre un territorio soberano puede implicar una violacién de su espacio aéreo, ademds de poner enevidencia informacién estratégica de un pais que podria ser utilizada abusivamente por otro. Por estas razones, ya desde el inicio de la teledeteccion se puso de manifiesto la necesidad de regular juridicamente esas actividades. Las primeras discusiones juridi- cas se produjeron a fines de los afios cincuenta a propésito de los primeros satélites es- pia. En 1955 el presidente Eisenhower propuso en una conferencia intemacional en Ginebra una politica de cielos abiertos (Open Skies proposal), que permitiera la obser- vacién mutua libre entre las dos potencias, con objeto de que cada una pudiera contar con informacién real sobre los recursos militares de la otra, reduciendo asi las tensio- nes y la carrera armamentistica. Estos vuclos de reconocimiento militar permitirian tender a una mayor confianza mutua entre FE.UU. y la Unién Soviética, relajando las tensiones (Leghorn y Herken, 2001). La propuesta no fue aceptada por el lado soviéti- co, lo que dio lugar a un acelerado desarrollo de los sistemas espaciales de observa- cién militar, no detectables por los métodos convencionales de proteccién del espacio aéreo. A partir de ahi, se inicio una etapa de aceptacion legal ticita de la observacion espacial, ya que ambas potencias eran conscientes de que el adversario contaba con los medios para observar su territorio, sin reclamar juridicamente el fin de esa obser- vacion. La situacién juridica de la observacin militar se regul6 finalmente en 1992, con el tratado de Cielos abiertos (Open Skies Treaty), firmado por EE.UU., Canada y otros estados de la OTAN, por un lado, y varios paises del pacto de Varsovia, por otro, incluyendo Rusia, Ucrania y Belarus. El acuerdo permite sobrevolar el territorio de otro estado utilizando sensores especificamente aprobados por el tratado (se van ne- gociando entre las partes), con limitaciones de resolucién espacial que varian con la tecnologia empleada (Heric et al., 1996). La caida del muro de Berlin en 1989 evidentemente ha creado un nuevo ambiente para este tipo de actividades, que pueden ser de gran interés en la prevencién de riesgos militares. En cuanto ala teledeteccién civil, esta regulada por el Comité de Naciones Uni- das para el Uso Pacifico del Espacio Exterior, que ha intentado desarrollar unos prin- cipios legales que salven las tensiones entre Estados observados y observadores. El inicio de este proceso se encuentra en el tratado sobre las actividades de exploracion del espacio, firmado en 1967. Allli se sefialaba que «...e1 espacio exterior, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, no podré ser objeto de apropiacién internacional por reivindicacién de soberania, uso u ocupacién, ni mediante ningun otro medio» (Treaty on principles goberning the activities of States in the exploration and use of outer space, including the Moon and celestial bodies, art. II.) Este acuerdo constituye el eje sobre el que se ha venido apoyando el derecho es- pacial en los iltimos afios. Sus principales definiciones consagran un doble principio: libertad de exploracién y uso del espacio exterior, y empleo en provecho comin, sin posibilidad de apropiacion por ningun Estado. En definitiva, se define el espacio exte- rior como un patrimonio comin de la Humanidad, no sujeto a intereses nacionales. NOCIONES INTRODUCTORIAS. 33 Enel congreso UNISPACE’82, celebrado en Viena, se expresé el deseo de algu- nos paises en desarrollo por controlar la distribucién de las imagenes obtenidas sobre su territorio, Ademds, se convino en facilitar el acceso inmediato y no resirictivo a la informacién detectada sobre el territorio perteneciente a cada Estado, asi como en so- licitar la previa autorizacién de éste para difundir dicha informacién a terceros paises. Estos principios se plasmaron en la resolucién 41/65 de la ONU (diciembre de 1986), que también subraya el interés de esta técnica para promover la proteccién del me- dioambiente y la mitigacién de catistrofes naturales. Las grandes directrices de esta legislacién pueden resumirse en los siguientes puntos (Tapia, 1989): 1. Ia teledeteceién se realizerd en provecho ¢ interés de todos los paises, de acuerdo con el derecho intemacional; 2. se respetard el principio de soberania plena y permanente de los Estados so- bre su propia riqueza y recursos naturales, sin perjudicar los legitimos derechos e inte- teses del Estado observado; 3. _ se promovera la cooperacién internacional sobre recepcién, interpretacion y archivo de datos, prestandose asistencia técnica; 4. deberan los Estados informar al Secretario General de las Naciones Unidas de los programas de teledeteccion que se propongan desarrollar, asi como a los Esta- dos interesados que lo soliciten; 5. se informara a los Estados afectados para prevenir fenomenos perjudiciales para su medio ambiente, y contardn con acceso sin discriminaci6n, y a un coste razo- nable, de los datos obtenidos sobre su territorio. Estas lineas parecen marcar la evoluci6n reciente del derecho espacial en lo que afecta a actividades de teledeteccién. La ampliacion de estas actividades a otros paises mas alla de EE.UU. y la Union Soviética (caso de Japon, Canada, India o Brasil), y el reciente papel de los consorcios comerciales tiende a liberalizar ain més las disposi- ciones adquiridas, si bien no resultan todavia muy eficientes los mecanismos de trans- ferencia teenoldgica hacia terceros paises, casi siempre los mas necesitados de una in- formacién tan valiosa sobre sus propios recursos naturales. De hecho en la Tercera Conferencia de la ONU sobre los usos pacificos del espacio exterior (UNISPACE III) celebrada en Viena en 1999, se volvié a subrayar la preocupacién de algunos gobier- nos sobre la informacién que facilitan los satélites civiles sobre su territorio (singular- mente India e Israel), si bien la principal preocupacién de los paises en desarrollo era conseguir reducir los costes de las imagenes, en lugar de aumentar los controles sobre su disponibilidad (Florini y Dehqanzada, 2001). Las ventajas de la observacién espacial La teledeteccion desde satelite cuenta con numerosas aplicaciones, gracias a las ventajas que ofrece frente a otros medios de observacién mas convencionales, como la fotografia aérea los trabajos de campo, aunque mas que sustituirlos los complementa adecuadamente. Entre las ventajas de esta observacién espacial, podemos destacar las siguientes: 34 TELEDETECCION AMBIENTAL 5.1. COBERTURA GLOBAL Y EXHAUSTIVA DE LA SUPERFICIE TERRESTRE. La teledeteccién espacial es una de las pocas fuentes de informacién propia- mente globales, ya que los sistemas orbitales permiten tomar informacion de la prac- tica totalidad del planeta, en condiciones comparables (mismo sensor, similar altu- ra). Esta dimensién global resulta de enorme trascendencia para entender los gran- des procesos que afectan al medio ambiente de la Tierra (Foody y Curran, 1994). Fe- némenos que preocupan notablemente a la comunidad cientifica, y aun al hombre de la calle, como el deterioro de la capa de ozono (fig. 1.6), el calentamiento de la Tie- tra o los procesos de desertizacién, solo pueden ser entendidos bajo una conside- racién global —el planeta en su conjunto—, para lo que necesitamos un sistema de informacién que abarque grandes espacios (Chuvieco, 2008a). Es bien conocida la dificultad para establecer bases de datos globales, ya que resulta preciso integrar in- formacién proveniente de fuentes nacionales muy diversas, que frecuentemente es- tan compiladas con criterios (desagregacién, escalas, etc.) casi incompatibles (Chu- vieco, 1992; Unninayar, 1988). Ademas, en muchas ocasiones estos datos de partida se refieren a localizaciones puntuales (estaciones meteoroldgicas 0 de aforo) por lo que es preciso aplicar posteriormente algoritmos de interpolacién para obtener una imagen completa del territorio. La teledeteccién espacial nos ofiece, por el contrario, una fuente homogénea (el mismo sensor y plataforma para todos los paises) y exhaustiva (cubre todo el territorio) de datos para todo el planeta, lo que permite su fécil inclusién en estudios globales. En los afios noventa, el programa internacional para el estudio de la geosfera y la biosfera (IGBP), promovié el desarrollo de algunas bases de datos globales a partir de imagenes de satélite, como el mapa mundial de la cobertura del suelo (IGBP-Land Cover: Brown et al., 1993; Townshend et al., 1991), que posteriormente se han actualizado en el marco del programa MODIS y VEGETATION (Lambin y Geist, 2006). 5.2, PERSPECTIVA PANORAMICA La altura orbital del satélite le permite detectar grandes espacios, proporcionan- do una visién amplia de los hechos geogrificos. Una fotografia aérea, escala 1:18.000 capta en una sola imagen una superficie aproximada de 16 km?, que asciende a unos 49 km? en el caso de fotografias a mayor altitud (escala 1:30,000). Una imagen del sensor Landsat-TM nos permite contemplar 34.000 ki? en una sola adquisicién, lle- gandose hasta varios millones de kilémetros cuadrados los abarcados por una sola imagen del satélite meteorolégico NOAA. Determinados fenémenos de gran radio de cobertura se pueden delimitar a partir de estas imagenes, siendo de dificil percepcién para perspectivas mas locales. El abombamiento de la Meseta espafiola, por ejemplo, fue detectado a partir de las primeras imagenes Landsat que se obtuvieron de nuestro pais (Alia ef a/., 1976), corrigiendo en parte la vision tradicional que se tenia de esta unidad del relieve. Sobre imagenes de satélite resulta mas asequible la deteccién de algunas fallas, fracturas o contactos litolégicos, lo que puede guiar en la localizacion de algunos recursos minerales (Short y Blair, 1986). NOCIONES INTRODUCTORIAS 35 ‘350, 450 Unidas Dodson Fic. 1.6. Estimacién del espesor de la capa de ozono a partir de la senda TOMS para el 18 de agosto de 2001. (FUENTE: DLR). 36 TELEDETECCION AMBIENTAL 5.3. OBSERVACION MULTIESCALA Y NO DESTRUCTIVA Como veremosa Io largo de esta obra, los sistemas actuales de teledeteccion des- de satélite oftecen un amplio rango de cobertura espacial y nivel de detalle, desde los sensores de ambito local (con resoluciones en torno a 1 m?y cobertura en el rango de pocos cientos de km’), hasta los de ambito global (con resoluciones de 1 a5 km?, pero que abarcan en cada imagen varios millones de km”). Puesto que las variables fisicas que obtienen del suelo son equiparables entre sistemas (reflectividad, temperatura...), si consiguiéramos relacionar estas distintas escalas entre si, y esas variables, nuestro parmetro de interés (p. ej., clorofila en el agua 0 rendimiento del cultivo), podrfamos utilizar las imagenes para extender las observaciones locales a ambitos de estimacién mucho més amplios. Por ejemplo, podriamos utilizar imagenes para extrapolar célcu- los extraidos de un muestreo de temperatura o clorofila en el agua, indices de area fo- liar, rendimientos del cultivo o humedad de la vegetacion (Yebra et al., 2008). Esta capacidad de extrapolar espacialmente las observaciones puntuales tiene gran impor- tancia en el andlisis de diversos fendmenos ambientales, ya que las relaciones entre variables pueden cambiar al modificarse la escala (Ehleringer y Field, 1993). Ademas, conviene subrayar que esta observacién no altera las propiedades de la cubierta, lo que permite que sea consistente en el tiempo. No ocurre lo mismo con otros métodos de observacién ambiental, que habitualmente requieren muestreos destructivos para poder medir una determinada variable (clorofila, agua, biomasa). 5.4. INFORMACION SOBRE REGIONES NO VISIBLES DEL ESPECTRO. Los sensores 6pticos-electrénicos facilitan imagenes sobre tipos de energia que no son accesibles al ojo humano 0 a la fotografia convencional, como es el caso del in- frarrojo medio y térmico o las microondas. Estas bandas del espectro proporcionan una valiosa informacién para estudios medioambientales. Por ejemplo, el infrarrojo térmico nos permite estudiar la distribucién espacial de las temperaturas, con mayor detalle sobre la superficie marina gracias a la homogeneidad de su composicion (Lé- pez, 1991). El seguimiento de corrientes marinas, la deteccién de surgencias o focos anémalos de calor son buenos ejemplos del interés de este tipo de informacion, que tienen gran interés en las aplicaciones climaticas o pesqueras (Barreto, 2000). Por otra parte, el infrarrojo medio también resulta de gran interés para la deteccién de focos de altas temperaturas, como es el caso de los incendios forestales, que pueden delimitarse con bastante precision (Martin et al., 1999). 5.5. COBERTURA REPETITIVA Las caracteristicas orbitales de los satélites de observacién terrestre les permiten adquirir imagenes repetitivas de toda la Tierra, en condiciones comparables de obser- vacién, lo que resulta idéneo para abordar estudios multitemporales (fig. 1.7). Aunque mis tarde veremos con detalle el interés de este andlisis multitemporal (cap. 7.3), pue- den aqui citarse algunos ejemplos de las posibilidades oftecidas por esta observacién NOCIONES INTRODUCTORIAS 37 Fig 1.7. Avance de la deforestacién en la reserva de Ticoporo (Venezuela) (Fuente: Franklin, 2000). periédica: observacién de procesos de desertificacion (Tucker et al., 1994), andlisis de inundaciones, la prediccién de la escorrentia en coberturas de nieve (Ferris y Congal- ton, 1989), el seguimiento de la deforestacién (Nelson, 1994), y, por supuesto, la dindmica de los fendmenos meteorolégicos (Conway, 1997). 5.6. TRANSMISION INMEDIATA Lamayor parte de los sistemas de teledetecci6n graban las im4genes en formato digital, lo que permite transmitirlas a las estaciones terrestres en tiempo real. En si- tuaciones de emergencia, esta disponibilidad inmediata puede resultar vital, por lo 38 TELEDETECCION AMBIENTAL ‘Sistema de grabacion de la senal, calbracion Yyeorreccién geométrca Fic. 1.8. Sistema de recepcidn de imdgenes NOAA HRPT instalado en el departamenio de Geografia de la Universidad de Alealé. que se considera una de las caracteristicas mas destacadas de la teledetecci6n en la gestion de catastrofes (Scott, 1997). En la practica, sdlo los satélites de escala mas global ofrecen transmision directa al usuario final, siempre que se disponga de las antenas receptoras adecuadas (fig. 1.8). El resto de los sistemas se reciben en tiempo real inicamente por la red de estaciones concertadas con la entidad propietaria del satélite, siempre que éste se encuentre en el area de grabacién de alguna antena, o de lo contrario se graban a bordo para su transmisién posterior. El usuario recibe las imAgenes con un cierto desfase temporal, que se dedica a la calibracion de los datos y el envio. La mayor utilizacion de internet en la difusién de datos esta acortando esos plazos, haciendo también posible el empleo casi inmediato de las imagenes de alta resolucion espacial. 5.7. FORMATO DIGITAL Como se comenté mas arriba, el tratamiento digital de las imagenes agiliza el proceso de interpretacién, permite generar modelos cuantitativos e integrar los resul- tados con otto tipo de informacién geografica. Este enfoque integrado facilita una evaluacién mas real del paisaje, al considerarlos principales elementos espaciales que Jo conforman. Aun simplemente en el terreno de la visuelizacién, el apoyo de los orde- nadores permite observar el territorio con una precision y plasticidad dificilmente abordable por otros medios. Este es el caso de las perspectivas tridimensionales, que combinan una imagen de satélite con un modelo topogrifico digital. El terreno puede asi observarse desde distintos angulos (fig. 1.9), de cara a disefiar trayectorias virtua- les, o simular los efectos de distintas acwaciones sobre el territorio antes de que se produzcan, evitando asi pérdidas irreparables. Esta relacién de las ventajas que proporciona esta técnica no implica, natural- mente, que consideremos a la teledeteccién espacial como una panacea para detectar NOCIONES INTRODUCTORIAS 39 FiG. 1.9. Diversas perspectivas tridimensionales sobre el drea de Gestosa en Portugal, ‘generadas a partir de datos lidar y ortofotografia. cualquier problema que afecte al medio ambiente. También presenta diversas limita- ciones, La mds importante es que la teledetecci6n sélo permite estimar aquellas varia- bles que modifiquen el modo en que una cubierta refleja o emite energia, o—en algu- nos sistemas— la posicion de los objetos. En caso de que el fenomeno de interés no tenga, en consecuencia, un impacto sobre las caracteristicas espectrales de la zona ob- servada, no podra detectarse mediante teledeteccion. Por ejemplo, no pueden discrimi- narse sobre una imagen de satélite variables que se desarrollan en profundidad (como el perfil de un suelo) o las que se refieren al uso del territorio, siempre que no implique un cambio de cobertura: un gran centro comercial si implica un cambio de ocupacién del suelo, pero no el uso comercial minorista, habitualmente situado en el mismo edificio —y por tanto, con la misma cubierta— que un uso residencial en altura. Relacionada con esta restriccién estaria el hecho de que la mayor parte de los sensores de teledeteccién solo captan las caracteristicas mas superficiales de una cu- bierta. Habitualmente no tenemos informacién de las capas mas profundas, tanto del agua como del suelo, y la observaci6n se limita a lo que ocurre en los primeros centi- metros o metros, dependiendo de las propiedades de la cubierta. En el caso de la vege- tacion si puede extraerse informacion sobre capas inferiores, hasta una determinada cantidad de capas, pero con menor sensibilidad segiin nos alejamos de la mas externa. Oras limitaciones son derivadas del propio desarrollo de la tecnologia, que su- pongan restricciones en la resolucién espacial, espectral o temporal disponible, y que pueden no ser suficientes para resolver un cierto problema. Por ejemplo, los estudios de morfologia urbana hasta la llegada de los satélites comerciales de alta resolucion estaban seriamente limitados, y todavia hay muchas otras aplicaciones que no son fac- tibles con la resolucién de los sistemas actuales. Ademas, la cobertura de nubes puede reducir notablemente en algunas zonas la frecuencia temporal proporcionada por es- tos sistemas espaciales, restringiéndose la observacién de esas areas a la propor- cionada por los sistemas de radar (3.4.1). 40 TELEDETECCION AMBIENTAL Es obvio, en definitiva, que esta observacién es complementaria con otras técni- cas convencionales y que no invalida la importancia del trabajo de campo. En otras palabras, es una técnica auxiliar més, idénea en multiples contextos y discreta en otros, en los que su aplicacién resulta slo un ensayo experimental, 6. Fuentes bibliograficas Como antes se indicé la teledeteccién es una técnica bastante reciente, pese a lo cual la produccion bibliografica resulta ya considerable. En el panorama internacio- nal, se cuenta con numerosos congresos, revistas especializadas, manuales e informes de investigacion centrados en esta tecnologia. Esto explica la existencia de diversos catalogos bibliograficos, y de varias series periddicas dedicadas a la recopilacion de literatura cientifica en este campo. Actualmente los buscadores de internet son las fuentes mas utilizadas para la busqueda de informacion, si bien estan poco estructurados a veces, y resulta complejo extraer las mas relevantes. En el capitulo de revistas especializadas, se cuentan Canadian Journal of Remote Sensing, Geocarto International, IEEE Transactions on Geoscience and Remote Sen- sing, International Journal of Remote Sensing, Photogrammetria, Photogrammetric Engineering and Remote Sensing, Remote Sensing of Environment, Remote Sensing Reviews y ISPRS Journal of Photogrammetry and Remote Sensing. De ellas, las de mayor impacto (de acuerdo al Science Citation Index) son Remote Sensing of Environ- ment, IEEE Transactions on Geoscience and Remote Sensing, International Journal of Remote Sensing y Photogrammetric Engineering and Remote Sensing. En el ambi- to de habla hispana, conviene citar la Revista de Teledeteccidn, que se publica semes- tralmente desde 1993, el boletin de la SELPER, y la revista Geo-focus, publicada ex- clusivamente en versién electronica. Los Congresos més destacados son los que organizan las sociedades profesiona- les: International Society for Photogrammetry and Remote Sensing (ISPRS), Ameri- can Society of Photogrammetry and Remote Sensing (ASPRS), International Geos- cience and Remote Sensing Society (IGARS), Remote Sensing and Photogrammetry Society (RSPS), y European Association of Remote Sensing Laboratories (EARSeL). Tienen también gran prestigio la serie de congresos denominados International Sym- posium on Remote Sensing of Environment, organizados por el ERIM, y los Pecora ‘Symposium, también de la ASPRS, aunque centrados tnicamente en aplicaciones medioambientales. En cuanto amanuales de estudio, buena muestra del grado de desarrollo alcanza- do poresta técnica es la amplia gama de textos disponibles, una buena parte de ellos de reciente publicacién o reedicion (Allan, 1983; Asrar, 1989; Barret y Curtis, 1999a; Carter, 1986; Conway, 1997; Cracknell y Hayes, 1991; Curran, 1985; Drury, 1998; Elachi, 1987; Franklin, 2001; Gibson y Power, 20006; Gibson y Power, 2000a; Har- per, 1983; Harris, 1987; Hobbs y Mooney, 1990; Holz, 1973; Hord, 1986; Jensen, 1996; Jensen, 2000; Kramer, 2002; Liang, 2004; Lillesand y Kiefer, 2000; Lo, 1986; McCloy, 1995; Morain y Budge, 1996; Muller, 1988q; Pinilla, 1995; Quattrochi y Goodchild, 1997; Rees, 1999; Richards y Xia, 1999; Ruiz, 1994; Schowengerdt, 1997; Short, 2006; Sobrino, 2000; Swain y Davis, 1978; Szekielda, 1988; Thomas NOCIONES INTRODUCTORIAS 41 et al., 1987a; Verbyla, 1995). También se han publicado varios libros tematicos, cen- trandose en la aplicacion de la teledeteccidn al ambito urbano (Au, 1993; Lulla, 1993), edafologia y geologia (Drury, 1998; Mulders, 1987; Rencz y Ryerson, 1999; Short y Blair, 1986), hidrologia (Gower, 1994; Hall y Martinec, 1985; Robinson, 1985), cli- matologia (Barret, 1974; Carleton, 1991; Conway, 1997), ecologia del paisaje (Fron, 1998), vegetacién (Franklin, 2001; Hobbs y Mooney, 1990; Howard, 1991), incendios forestales (Ahern et al., 2001; Chuvieco, 1999a; Chuvieco, 2003), usos del suelo (Lambin y Geist, 2006) o cambio global (Chuvieco, 2008a) Para cuestiones didacticas resultan también de gran interés los catélogos y atlas de imagenes de satélite, que recogen abundantes ejemplos de imagenes sobre un de- terminado territorio o area tematica de interés. Entre las obras més interesantes se cuentan: Mission to Earth: Landsat views of the World (NASA, 1976), Earth Watch (Sheffield, 1981) y Man on Earth (Sheffield, 1983). Las tres estan basadas exclusiva- mente sobre imagenes Landsat, mientras Images of Earth (Francis y Jones, 1984) in- cluye algunas fotografias tomadas desde el transbordador espacial norteamericano. Con un criterio mas cartografico, destaca la obra de la casa alemana Westerman, tra- ducida posteriormente al inglés (Smith, 1984), asi como la cobertura de imagenes del Reino Unido (Bullard y Dixon-Gough, 1985), de Venezuela (Ruiz, 1992), magnifica- mente cuidado, de Siria (GORS, 1996), y de algunas regiones espafiolas (Moreira y Ojeda, 1992; Sancho, 1992; Sancho y Chuvieco, 1986), y de paisajes de Iberoamérica (Sancho y Chuvieco, 1992), que presentan numerosos ejemplos de andlisis ambiental sobre las imigenes. También con un enfoque cartografico conviene citar la obra de va~ rios autores del Este europeo (Sagdejew, 1982), con la novedad de que incorporaron fotografias adquiridas por plataformas soviéticas, poco accesibles hasta hace unos aiiosen los paises occidentales. Finalmente, los trabajos de la Institucion Smithsonian (Strain y Engle, 1993), de la Sociedad Audobon (National Audubon Society, 1995), y de la National Geographic Sociery (National Geographic, 1999) abarcan un amplio abanico de sensores y paises. Sin duda, el mas destacado en su concepcién y presenta- cidn es el iltimo, con magnificos ejemplos de imagenes procedentes de distintas siones espaciales. En otro orden de cosas, diversas entidades cartograficas publican series de orto-imagenes de distintos sensores (principalmente Landsat-TM), a precios muy asequibles, lo que permiten extender al gran publico la familiarizacién de estas imagenes (Martinez Vega, 1997). CaPiTULO 2 PRINCIPIOS FiSICOS DE LA TELEDETECCION «Dos excesos: excluir la razon, y no admitir mas que la razon.» BLAISE PASCAL, Pensamientos Enel capitulo anterior se presentaban algunos aspectos introductorios de las téc- nicas analizadas en esta obra. En los dos proximos, se van a exponer los procesos que permiten la adquisicién de la imagen, para dedicar el resto a las tareas de interpreta- ci6n. Para los cientificos con preocupacién por el medio ambiente, lo habitual ser4 que estos tiltimos sean los que merezcan una mayor atencién. Sin embargo, como es obvio, la interpretacion de la imagen sera tanto mas rigurosa cuanto mayor conocimiento se tenga de los procesos que permitieron adquirirla. 1. Fundamentos de la observacién remota Anteriormente se definié la teledeteccién como aquella técnica que nos permite obtener informacion a distancia de los objetos situados sobre la superficie terrestre. Para que esta observacién remota sea posible, es preciso que entre los objetos yel sen- sor exista algiin tipo de interaccién. Nuestros sentidos perciben un objeto sélo cuando pueden descifrar la informacién que éste les envia. Por ejemplo, somos capaces de ver un drbol porque nuestros ojos reciben y traducen convenientemente una energia lumi- nosa procedente del mismo. Esa sefial, ademas, no es originada por el arbol, sino por un foco energético exterior que le ilumina, De ahi que no seamos capaces de percibir ese arbol en plena oscuridad. Este sencillo ejemplo nos sirve para introducir los tres principales elementos de cualquier sistema de teledeteccién: sensor (nuestto ojo), objeto observado (arbol) y flujo energético que los pone en relacién y permite, en ultima instancia, detectar el ob- jeto. En nuestro ejemplo, ese flujo procede del arbol por reflexién de la luz solar. Po- dria también tratarse de un tipo de energia emitida por el propio objeto (en caso de que fuéramos capaces de detectar el calor que emite), 0 incluso por el sensor (por ejemplo, si tuvigramos una cémara equipada con flash). Estas son, precisamente, las tres formas 44 ‘TELEDETECCION AMBIENTAL Fic. 2.1. Formas de teledeteccién: (i) reflexién; (ii) emision; (iii) reflexién-emision. de adquirir informacion a partir de un sensor remoto: por reflexion, por emision y por emisiOn-reflexién (fig. 2.1). La primera de ellas es la forma mas importante de teledeteccién, pues se deriva. directamente de la luz solar, principal fuente de energia de nuestro planeta. El Sol ilu- mina la superficie terrestre, que refleja esa energia en funcién del tipo de cubierta pre- sente sobre ella. Ese flujo reflejado se recoge por el sensor, que lo transmite poste- riormente a las estaciones receptoras. Entre superficie y sensor se interpone la atmés- fera, que dispersa y absorbe parte de la sefial original. De igual forma, la observacién remota puede basarse en la energia emitida por las propias cubiertas, o en la que po- driamos enviar desde un sensor que fuera capaz, tanto de generar su propio flujo ener- gético, como de recoger posteriormente su reflexién sobre la superficie terrestre. En cualquiera de estos casos, el flujo energético entre la cubierta terrestre y el sensor constituye una forma de radiacion electro-magnética. Como es sabido, la ener- gia se transfiere de un lugar a otro por tres procesos: conveccién, conduccién y radia- cidn, De ellos, nos centraremos en este tiltimo, pues constituye la base de los sistemas de teledeteccién analizados en esta obra. Historicamente las propiedades de la radiacién electro-magnética se han expli- cado por dos teorias aparentemente contrapuestas: aquella que la concibe como un haz ondulatorio (Huygens, Maxwell), y aquella otra que la considera como una sucesién de unidades discretas de energia, fotones o cuantos, con masa igual a cero (Planck, Einstein). Las dos teorias se pueden compaginar, pues se ha demostrado que la luz pre- senta comportamientos que pueden explicarse de acuerdo a ambos planteamientos. Seguin la teoria ondulatoria, la energia electro-magnética se transmite de un lugar a otro siguiendo un modelo arménico y continuo, a la velocidad de la luz y contenien- PRINCIPIOS FiSICOS DE LA TELEDETECCION 45 ‘Campo eléctico 2. = Longitude onda ¥=Froguendia ‘Campo magnético Fic. 2.2. Esquema de una onda elecrromagnética. do dos campos de fuerzas ortogonales entre si: eléctrico y magnitico (fig. 2.2). Las ca- racteristicas de este flujo energético pueden describirse por dos elementos: longitud de onda (A) y frecuencia (v). La primera hace referencia a la distancia entre dos picos sucesivos de una onda, mientras que la frecuencia designa el numero de ciclos pasan- do por un punto fijo en una unidad de tiempo. Ambos elementos estn inversamente relacionados: c=hyv {2.1} donde c indica la velocidad de la luz (3 x 10°ms~), A expresa la longitud de onda (en unidades de longitud, habitualmente micrémetros, 1 wm = 10m o nanéme- tros, 1 nm = 10m) y v la frecuencia (en Hertz, | Hz= | ciclo por segundo). En de- finitiva, a mayor longitud de onda, menor frecuencia y viceversa, por lo que basta con indicar un solo término para caracterizar el flujo de energia mencionado. Gracias ala teoria cudntica, podemos calcular la cantidad de energia transportada por un fotén, siempre que se conozca su frecuencia: O=hv 2.2) donde Q es la energia radiante de un fot6n (en julios), v la frecuencia y h la constante de Planck (6,6 x 10™ Js). Sustituyendo en {2.1}, podemos asimismo expresar: o= lo que significa, en definitiva, que a mayor longitud de onda —o menor frecuencia— el contenido energético sera menor y viceversa. Esto implica que la radiacion en lon- gitudes de onda largas es mis dificil de detectar que aquélla proveniente de longitudes cortas, de ahi que las primeras requieran medios de deteccién mas refinados. (clk) 2.3} 2. Elespectro electromagnético De las formulas anteriores, se deduce que podemos definir cualquier tipo de ener- gia radiante en funcién de su longitud de onda o frecuencia. Aunque la sucesién de va- 46 ‘TELEDETECCION AMBIENTAL lores de longitud de onda es continua, suelen establecerse una serie de bandas en don- de la radiacion electro-magnética manifiesta un comportamiento similar. La organiza- cién de estas bandas de longitudes de onda o frecuencia se denomina espectro elec- tro-magnético (fig. 2.3). Comprende desde las longitudes de onda mds cortas (rayos gamma, rayos X), hasta las kilométricas (tele-comunicaciones). Las unidades de me- dida mas comunes se relacionan con la longitud de onda. Para las mas cortas se utili- zan micrémetros, mientras las mas largas se miden en centimetros 0 metros. Normal- mente a estas uiltimas (denominadas micro-ondas) se las designa también por valores de frecuencia (en Gigahertz, GHz = 10° Hz). Desde el punto de vista de la teledeteccién, conviene destacar una serie de ban- das espectrales, que son las mis frecuentemente empleadas con la tecnologia actual. Su denominacién y amplitud varian segun distintos autores, si bien la terminologia més comin es la siguiente: — Espectro visible (0,4 a 0,7 ym). Se denomina asi por tratarse de la unica ra- diacién electro-magnética que pueden percibir nuestros ojos, coincidiendo con las longitudes de onda en donde es méxima la radiacién solar. Dentro de esta region, sue- len distinguirse tres bandas elementales, que se denominan azul (A: 0.4- 0,5 um), ver~ de(V:0,5-0,6 um), y rojo (R: 0,6-0,7 pm), enrazén de los colores primarios que nues- tros ojos perciben a esas longitudes de onda. — Infrarrojo cercano (IRC: 0,7 a 1,3 wm). También se denomina infrarrojo préximo, reflejado 0 fotografico, puesto que parte de él puede detectarse a partir de peliculas dotadas de emulsiones especiales. Como veremos luego, resulta de especial importancia por su capacidad para discriminar masas vegetales y concentraciones de humedad. — Infrarrojo medio (IRM: 1,3 a 8 ym). En esta region se entremezclan los procesos de reflexién de la luz solar y de emisién de la superficie terrestre. En el pri- mer caso, hablamos de infrarrojo de onda corta (Short Wave Infrared, SWIR), que se sitia entre 1,3 y 2,5um y resulta una regién idénea para estimar el contenido de hume- dad en la vegetacién o los suelos. La segunda banda de interés est comprendida entre 3 y5 um, y suele denominarse mas propiamente como infrarrojo medio (IRM), siendo determinante para la deteccién de focos de alta temperatura (incendios o volcanes ac- tivos). — Infrarrojo lejano 0 térmico (IRT: 8 a 14 wm), que incluye la porcién emisiva del espectro terrestre, en donde se detecta el calor proveniente de la mayor parte de las cubiertas terrestres. — Micro-ondas (M, por encima de I mm), con gran interés por ser un tipo de energia bastante transparente a la cubierta nubosa. Mis adelante se estudiaré el comportamiento espectral de las principales cubier- tas terrestres en cada una de estas bandas del espectro. Antes de ello, convendra intro- ducir algunos conceptos y unidades de medida cominmente empleados en teledetec- cién. oon puspue vadsy “€TDId so vo rr | on ' o ‘ vo co on ‘ vo oor o . aHA aH | | | | wow + ia Fe wae Le come EE Seon / / Ae | S¥ONo-oWOIN I<— crouuvusnt -—> | nT OIL 1 L 1 L or ob yo

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