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Titulo original: Mathematics and the Imagination Primera edicién en ep, 2007 Primera edicién en inglés, 1940 ‘Concepto de portada: Marina Garone Disefio de portada; Emilio Romano Disefio de interiores: Marina Garone y Tomas Granados Salinas ‘Composicién: Ménica Huitron Iustraciones a mano: Rufus Isaacs Iustracién digital: Félix Leén ISBN 978-968-5374-20-0 (Libraria, sa de Cv) ISBN 970-3$-1300-X / 978-970-3$-1300-0 (CNCA/Direccién General de Publicaciones) ‘© 1940 by Edward Kasner and James Newman (© renewed 1967 by Ruth G. Newman © Maria Kodama por el “Prélogo” y “Sobre Matematicas ¢ imaginacién” ‘Coedicién: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes Direccién General de Publicaciones Libraria, sa de cv Todos los derechos reservados. 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EL ompecabezas internacional del bebedor de cervera 124 Problema de la araria y de la mosca 135 Parentescos 0 Apéndice 142 6. Paradoja perdida y paradoja recobrada.. os 143 Paradojas extraibas pero exactas 144 Sofismas aritméticos 1st Sofismas geométricos 1S4 Paradojas Ibgicas 155 Azar y ptobabilidad 60:6 soy) ovis yp sis vv os 161 El cileulo del azar 171 Eventos mutuamente excluyentes 174 Eventos independientes 175 Probabilidad compuesta 177 Apéndice 184 La teoria cinética de los gases y la curva probabilistica de error 184 La estadistica en antropologia 185 Estadistica y eventos pasados 186 Estadisticas de muertes provocadas por bombardeos aéreos 186 8. Geometria de la mina de goma. 9. Cambio y capacidad de cambio: el cilculo. .. ss. ss + 207 Apéndice. Curvas patologicas 2: 10, Epilogo, Matemiticas e imaginacion ..... vss vs 24a 4. Geometrias variadas. Plana y de fantasia 4 coutume est une seconde nature qui démuit ta premidre. [...] ai grand peur que cette nature ne soit elle-méme qu'une premiére coutume! TEL hibito es una segunda naturaleza que acaba con la primera |...) Temo Entre nuestras convicciones mis caras, ninguna es mis apreciada que 14° $v naturaleza ns convice is caras, ning ws apreciadh QU€ hy sea mis que un nuestra creencia en el espacio y en el tiempo y, sin embargo, ninguna jrimer habito ‘otra es mis dificil de explicar. El pez parlante del cuento de hadas de los hermanos Grimm se habria visto en grandes dificultades para ex- plicar como se sentia al estar permanentemente mojado, ya que nunca habia experimentado el placer de estar seco, Tenemos dificultades ani logas al hablar del espacio, pues no sabemos qué es ni emo seria no estar en él, El espacio y el tiempo estin “demasiado con nosotros” como para desprendernos de ellos y describirlos objetivamente, Braise Pascat, Pensées Porque, zqué es cl tiempo? —se preguntaba san Agustin—. Quién podeia explicarlo breve y facilmente? :Quién, para expresarlo con palabras, podria comprenderlo con el entendimiento?Y,sin embargo, gqué cosa menciona- mos al hablar que nos sea mis familiar y mis conocida que el tiempo? lo centendemos, ciertamente, cuando lo nombramos, y lo encendemos cuando 10s en boca de otro. ;Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregun ta, Jo sé; i quiero explicario al que me pregunta, no lo sé." 1.San Agustin, Confesiones libro x1. capitulo 14, lo oi Y lo mismo podrfa decirse del espacio. Aunque el espacio no puede ser definido, hay poca dificultad para medir distancias y superficies, para des- plazarse, para navegar grandes distancias 0 ver a través de millones de aiios luz, Por todas partes esti la abrumadora evidencia de que el espa- cio ¢s nuestro medio natural y que no nos presenta problemas insupe- ables. Pero exto no pretende ser un tratado filos6fico, ni tampoco un Ma- tual de introducci6n « la teorla del espacio, en catoree vokimenes escritos en alemnin, Nuestra intencién es explicar, de la manera mis sencilla y general, no el espacio fisico que perciben nuestros sentidos, sino el es: pacio del matemitico, Con ese fin, debemos desechar todo prejuicio y aprender de nuevo el alfabeto. En este capitulo nos proponemos discutir dos clases de geometrias: las tetradimensionales y las no euclidianas, Ninguno de estos temas va mis alli de la comprensién del no matemitico dispuesto a ejercitar un [93 2.Véase el apéndice 94 MATEMATICAS F IMAGINACION poco su rigor de pensamiento, Bs verdad que ambos temas han sido descritos, al igual que la teoria de la relatividad (con la que en cierto modo se relcionan), como si fueran un galimatias técnico. En toda profesin los sumos sacerdotes desarrollan complicados rituales y un lenguaje oscuro, tanto para ocultar su propia ineptitud como para in- fundir terror a los no iniciados. Pero la corrupcién de ese clero no debe desanimarnos, Las ideas fandamentales que subyacen a hs geo- metrias tetradimensionales y no euckidianas son sencillas y esto es lo que aspiramos a demostrar. a Euclides, al escribir los Elementos, no tropez con grandes obsticulos, Partiendo de ciertas ideas fundamentales (que presumiblemente cual quiera entenderia y que él expresé como postulados y axiomas), edifi- 6 su geometria sobre esos cimientos. Este método, ideal para desarro- llar un sistema légico, jamis ha sido mejorado, aunque a veces ha sido descuidado u olvidado, con tristes consecuencias, Si bien los Elementos constituyen un imponente logro intelectual, tienen el defeeto de no hacer una importante distincién entre dos ti- pos de matemiticas: las puras y las aplicadas, una distineién que solo salié a la luz con los modernos desarrollos tedricos en matemiticas, logica y fisica, Una geometria que trate del espacio de nuestra experiencia es ma~ temitica aplicada, Si nada dice sobre ese espacio —si, en otras palabras, es un sistema compuesto de nociones abstractas, elementos y conjun- tos, con reglas de combinacién que obedecen las leyes de la logica formal—, es matemitica pura, Sus proposiciones son de la forma: si A es cierto, entonces B es cierto, sin importar lo que puedan ser A y B? Si fuese aplicable al mundo fisico un sistema de matemiticas puras, el provecho obtenido podria ser considerado ya como una simple casua- lidad, ya como una evidencia mis de la profunda conexibn entre las formas de la naturaleza y las de las matemiticas, Sin embargo, en cual quiera de los dos casos debe tenerse presente este hecho esencial: la utilidad de un sistema logico ni aumenta ni disminuye su validez, Como matemiticas aplicadas, la geometria de Buclides es una bue~ na aproximacion, dentio de un ambito restringido, Si bien es suficien temente buena como para trazar un mapa de Rhode Mland, deja de serlo para un mapa del estado de Texas 0 de todo Estados Unidos, 0 para medir las distancias atémicas © estelares. Como sistema de mate- miticas puras, sus proposiciones son verdaderas de a manera mis ge neral, Es decir, tienen validez Gnicamente como proposiciones logicas, siempre que se hayan deducido correctamente de los axiomas. Por lo tanto, son posibles otras geometrias, con postulados diferentes; en rea~ lidad, tantas otras como se les ocurran a los matemiticos. Todo lo que se necesita ¢s ensamblar ciertas ideas fandamentales (conjuntos, ele- mentos, reghas de combinacién), decir que son indefinibles, asegurarse GEOMETRIAS VARIADAS, PLANA Y DE FANTASIA, 95 de que no son contradictorias entre si, y se habrin construido los ci mientos para un nuevo edificio: una nueva geometria, Al matemitico le importa un bledo si esta nueva geometria ser’ provechosa, si resul~ tari tan Gtil para el agrimensor o el navegante como la geometria cuclidiana 0 si sus fandamentos estin a la altura de algin criterio de verdad aparte de a consistencia interna, El matemitico ¢s el sastre de la aristocracia cientifica, Confecciona los trajes y aquellos a quienes les queden bien pueden usarlos, Dicho en otras palabras, el matemitico pone las reglas del juego y quien quiera puede jugarlo, siempre que las observe, No tiene derecho a quejarse luego, alegando que el juego no es de provecho, a Si deseamos hacer el miximo cumplido a un sistema matemitico, para indicar que participa de la misma generalidad y tiene la misma validez que la légica, podemos llamarlo un juego. Una geometria tetradimen- sional es un juego, tanto como lo es la geometria de Euclides, Es ab- surdo poner reparos a la geometria tetradimensional basindose en que solamente hay tres dimensiones. El ajedrez puede ser jugado tanto por quienes creen en camaradas 0 dictadores, como por quienes se adhie~ ren ala gloria, cada vez mis escasa, de reyes y reinas. Qué sentido tiene poner repatos al ajedrez porque los reyes y las reinas pertenecen a épo- as pasadas y porque, sea como furere, nunca se comportaron como p zas de ajedrez —no, ni siquiera los alfiles se comportaron como obis- pos—,. Qué mérito tiene entonces el argumento de que el ajedrez es un juego ilégico porque es imposible concebir que un ciudadano cualquiera puede convertirse en reina por el solo hecho de avanzar cinco pasos. Tal vez estos ejemplos sean ridiculos, pero no lo son mis que las demandas del pusikinime que dice que las tres dimensiones hacen el espacio y que el espacio hace has tres dimensiones: Nada mas se sabe en esta tierta y no mis hace falta.” Porque no existe demostraci6n, de caricter cientifico, de que el espacio sea tridimensional o, para el caso, de cuatro, cinco, seis 0 dimensiones, No puede demostrarse que el espacio sea tridimensional con la geometria considerada como mate~ cas pins, porque a éstas s6lo les interesa su propia consistencia lagica y no el espacio en si o cualquier otra cosa. Tampoco es incum- bencia de las matemiticas aplicadas, que generalmente no investigan la naturaleza del espacio sino que dan por sentada su existencia. Todo lo que hemos aprendido de las matemiticas aplicadas es que conviene, pero no es obligatorio, considerar al espacio de nuestra percepeién sensorial como si fuera tridimensional. Al reparo de que una cuarta dimensién esta mas alli de la imagina- cin, podemos responder que lo que hoy es sentido comin ayer era razonamiento abstruso 0, peor atin, especulacién descabellada, Para que el hombre primitive imaginara la rueda o el vidrio de las ventanas, Version de Julio Cortizar de“ Ode on a Grecian Urn", de John Keats. [N. del c.] 96 MATEMATICAS E IMAGINACION se habrian requerido mayores capacidades que las que necesitamos para concebir una cuarta dimensién, Alguien podria todavia aducir:"Usted me dice que la geometria te- tradimensional es un juego. Le creo, Pero parece ser un juego que no se preocupa por algo real, algo que yo haya experimentado.”A esa persona responderiamos, socriticamente, con otra pregunta: “Si una geometria tetradimensional no se ocupa de nada real, :qué considera la geometria plana de Euclides? Algo mis real? ;Por supuesto que no! No describe el espacio accesible a nuestros sentidos, ése que explicamos en términos de la vista y el tacto, Habla de puntos que no tienen dimensién, de i neas gue no tienen anchura y de planos que carecen de espesor, abstra: ones e idealizaciones todas ellas que en nada se parecen a cuanto he- mos experimentado 0 con lo que nos hayamos topado.” a La nocidn de cuarta dimensién, aunque precisa, es muy abstracta y, pa ra la gran mayorfa, esti mis alli de a imaginacién y en la region mis pura de lo meramente conceptual, El desarrollo de esta idea se debe a nuestro no poco pueril deseo de consistencia mas que a algo mis pro- fundo, En este mismo empetio por la consistencia y la generalidad, los matemiticos desarrollaron los niimeros negativos, los imaginarios y los trascendentes, Sin embargo, nadie habia visto nunca menos tres vacas 0 la raiz cuadrada de menos un Arbol, y no fue sin derramamiento de sangre que estos conceptos, que hoy son ya lugares comunes, se intro= dujeron en las matemiaticas. El mismo conflicto se repitié al introducir | cuarta dimension y todavia quedan escépticos en el campo de la oposicidn. Se han propuesto todo tipo de alegorias y relatos para persuadir a esos eseépticos, para hacer mis paladeable la idea de una cuarta dimen- sién. Se escribieron novelas que describian cudn imposible pareceria un mundo de tres dimensiones a seres que vivieran en un mundo bi- dimensional, hubo cuentos de fantasmas, con golpecitos en la mesa y visitas al pais de los muertos, Para lograr siquiera una victoria parcial se requerian ejemplos de hi tierra de los vivos, que eran atin menos com- prensibles que una cuarta dimensidn, De esto no debe inferirse que se adopté un absurdo mayor para sostener otro menor. Comenzando, como es usual, con Aristoteles, se demostrd una y otra vez que una cuarta dimensidn era inconcebible e imposible, Pto- lomeo sefialé que pueden trazarse en el espacio tres rectas perpendi- cutlares entre si, pero que una cuarta recta, perpendicular a ella eria de medida o profandidad, Otros matemiticos, que no des arriesgarse a cometer una herejia mayor atin que la de ir contra la Bi- blia —es decir, contradecir a Euclides—, advirtieron que ir mis alli de has tres dimensiones equivalia a ir “contra la naturaleza”.Y el matemé- tico inglés John Wallis, de quien uno podria haber esperado mejores cosas, se refirié a esa “fantasia” —la cuarta dimensién— como un GkOMETRIAS VARIADAS, PLANA Y DE raNtasia 97 “monstruo de la naturaleza, menos posible que una quimera o un centauro”. Inconscientemente, el filésofo Henry More vino al rescate, aunque Jos matemiticos de hoy dificilmente reconocerian su ayuda, Su propo- sicién no fue una bendicién pura, El espiritu de los aparecidos, dijo More, sin duda tiene cuatro dimensiones, Pero Kant insuflé un poco de terrenalidad al formular sus nociones intuitivas sobre el espacio, las cuales no eran de ninguna manera compatibles con una geometria te- tradimensional 0 con una no euclidiana, En el siglo x1x varios matemiiticos sobresalientes defendieron la cau sa aparentemente sin esperanza y dieron origen a un nuevo manantial matemitico, El gran articulo de Riemann titulado “Sobre las hipétesis en que se apoyan los fundamentos de la geometria”, seguido de las obras de Cayley, Veronese, Mabius, Pliicker, Sylvester, Bolyai, Grass mann, Lobachevsky, crearon una revoluci6n en la geometria, La geo- metria de cuatro y de aii mis dimensiones llegé a ser una parte indis pensable de las matemiticas, relacionada con muchas otras ramas, Cuando finalmente legaron, como por alguna razén misteriosa siempre llegan, las aplicaciones directas de la geometria tetradimensio- nal a la fisica matemética, al mundo fisico, el nino desdeitado fue de pronto reconocid y rebautizado —"El tiempo, la cuarta dimen- sién!”— y el regocijo hizo que la copa se derramara, Se dijeron cosas curiosas y maravillosas. La cuarta dimensi6n resolveria los tremendos misterios del universo y, en diltima instancia, podria resultar una cura paca la artritis, En el jébilo generalizado, algunos matemiticos se olvi~ daron de su oficio y comenzaron a referirse a ella como [a cuarta dimen- sidn, como si en vez de ser simplemente una idea salida de la punta de un Lipiz —y s6lo la cvarta en un conjunto de infinitas posibilidades— fuera una realidad fisica, como un nuevo elemento quimico, De este modo, la lamentable confusidn se extendié desde las matemiticas hasta la gramitica, desde los principios del 2 + 2 hasta la ciencia de los articu- los definido ¢ indefinido, a Los fisicos podrin considerar que el tiempo es la cuarta dimensidn, pero no asi los matematicos. El fisico, como otros cientifices, podri creer que sus artefactos mas recientes tienen el lugar adecuado para algin nuevo Juguetito matemitico; eso no le preocupa al matemitico, El fisico pue~ de apropiare de nuevas partes para su cambiante artefacto todos los dias, tomindolas de las matemticas. Si se adaptan, dice que son utiles, verdaderss, pues hay un lngar para ellas en su: modelo del mundo, Cuan- do ya no Ie sitven, puede descartarlas 0 “destruir toda la miquina y construir una nueva, del mismo modo que nosotros compramos un automévil nuevo cuando el viejo deja de funcionar bien”.3 La prictica de considerar el tiempo como una dimensién sefala la necesidad de explicar qué quiere decir esa impertinente palabra, De 3. Forsyth, Geometry of Four Dimensions. 98 4-Deberia insistine en que una variedad, tal como se la define ordinariamente, esti despojadh de todo atributo, excepto el de ser un conjunto. Por consiguiente, es ficil pensar en muichos tipos de variedades, bien conocidas, que nada tienen que ver con el espacio o con la geometria. Una variedad tridimensional es un conjunto de elementos, eada uno de los cuales requiere exactamente tres indimeros para ser identificado, para distinguirlo de cualquier otro elemento del conjunto. Imaginemos tun cilindro que contiene tres gases perfectamente bien mezclados, de modo que el volumen de gas queda determinado por tres niimeros, x, yy 2, cada tino de los cuales representa el porcentaje de los tres gases presentes cn la mezela, © pensemos en un nuievo caso: tin grupo de personas puede ser visto como una variedad. Si vemos que cinco nimeros son necestrios y suficientes para individualizar cada una de ellas — digamos que » representa su edad, y el saldo de sur cuenta bancaria, = el nniimero de su teléfono, w su estatura y su peso—, entonees tenemos una variedad de cinco dimensiones. Pueden idearse otros ejemplos de variedades: a] tetradimensional: particulas de aire, con tres 4 dimensiones para ubicarlas en el espacio y una pars determinar su densidad: D] tetradimensional: todas las esferas concebibles en el espacio, con tres dimensiones para localizar sus. centros y una para a determinar sus radios, Freura 33. al Una variedad bidimensional. dimeros para ser individualizado: A= (3, 2), B= (-5 1/2, 4), C= (0,-3) y E= (0,0). 6] La misma idea puede extenders MATEMATICAS & IMAGINACION esta manera, llegaremos asimismo a tener una ima- gen mis clara de la geometria tetradimensional. En lugar de referimos a “un espacio” o a “espa- cios”, usaremos un término mis general y mis de ‘moda: vuriedad.* Una variedad muestra una cierta se- mejanza con un conjunto. Un plano es un conjunte compuesto por todos aquellos puntos determinados inequivocamente por dos coordenadas. Es, por lo tan- to, una variedad bidimensional (véase la figura 334) El espacio estudiado en la geometria analitica de tres dimensiones puede considerarse como una va~ riedad tridimensional, porque se requieren exacta mente tres coordenadas para determinar cada punto {figura 336). Generalizando, si se necesitan # nimeros para especificar, para individualizar cada uno de los miembros de una variedad, ya sea un espacio 0 cual- quier otro conjunto, se dice que estamos ante una variedad n-dimensional. De este modo, la palabra dimensién, con sus mu- chas connotaciones misteriosas e incrustaciones lin- giiisticas, ha sido sustituida por una idea sencilla: la de coordenada,¥ en lugar de la palabra fisica espacio, el matemitico introduce el concepto mis general y mis exacto de vuriedad, a Ahora es posible, como consecuencia de tales refina~ mientos, introdvcir un concepto que nos resulta fa- 2ada panto necesita un par de tridimensional (un espacio). Cada punto requiere tres niimeros para ser individualiaado. Asi, P= (x,y, >). GHOMETRIAS VARIADAS, PLANA Y DE FANTASIA 99 Ficura 34. El teorema de Pitigonis, En todo tridngulo reetingulo ¢ = a+b" Asi, por ejemplo, °= 3+ 4? (a) yay" = 12° + 5* (0) miliar desde que estudiamos la geometria analitica y que servird para caracterizar las multiplicidades espaciales, Para ello utilizaremos un ra zonamiento geométrico, El teorema de Pitigoras establece que, en un tridngulo rectingulo, la longitud de la hipotenusa es igual a la raiz cuadrada de la suma de los cuadrados de los catetos, Cuando esto se traslada a la geometria analitica de dos dimensiones, obtenemos la conocida formula de la distancia, segiin la cual la distancia entre dos puntos cualesquiera (x, )) y (x, y’) es iguala (=a) +(y=y)’ (figura 360), Anilogamente, en la geometria analitica de tres dimensiones la tancia entre dos puntos cualesquiera (x, y, 2) y (x”, y’, 2”) es igual a [x-x¥ +(y-y) +22) (figura 3s). Ahora bien, tanto en dos como en tres dimensiones el concepto de distancia, en ha forma en que el matemitico y el lego lo entien- den, ¢s el mismo, El lego queda satisfecho con un entendimiento intuitivo; el matemitico exige una formulacién exacta, Sin embargo, en las dimensiones superiores, mientras el lego es frenado por un muro infranqueable —las tidos—, el matemético trepa a esa pared utilizando a como escalera su férmula ampliada, La distancia en cuatro dimensiones no significa nada para el lego. ¥ > por qué tendria que significar algo? Después de todo tun espacio tetradimensional esti totalmente fuera de pyciynq 35, Bl tcorema de Pitigoras em la imaginacién ordinaria, Pero el matemitico, que — ges dimemiones: d?= 4+? +2, 0 asienta el concepto sobre una base enteramente dis- bien =e +e, donde =a +b, limitaciones naturales de sus sen— 5. Nabeling,“Die vierte Dimension und der krumme Raum”. en Krise und Newaupba, Leipzig, Deuticke, 1933. 100 MATEMATICAS F IMAGENACION tinta, no tiene por qué luchar con los limites de la imaginacién, sino solamente con las limitaciones de sus facultades logicas. Por consiguiente, no hay razén para no extender la formula anterior 4.5.6... 0 dimensiones, De este modo, en una variedad euclidiana de cuatro dimensiones, la distancia de un elemento, por ejemplo, el punto de coordenadas (x, y, 2,1), a otro elemento de coordenadas (x’, y2'u’) es (x—xP +(y-v'P #22) 4p Este método nos permite definir, en los términos de la geometria analitica, una variedad euclidiana de 2, 3, 4... 0 dimensiones. Una definicién aniloga puede darse para las variedades de otras geomerrias, en cuyo caso se aplicaria alguna otra formula para la distancia, Hemos elegido la geometria analitica y tomado la formula pitagérica de la distancia para distinguir las variedades euclidianas. Una definicién abreviada de una variedad de tres y cuatro dimen- siones, en los términos de la geometria analitica, reza ast:* 1] Una variedad euclidiana tridimensional es el conjunto de todos los niimeros triples o tripletas: (x, y, 2), (x”, y’, 2”), etcétera, a la que puede asignarse univocamente, para cada par de puntos, una medida (lamada distancia entre los puntos), definida por la for- mula (figura 360). Ciertos sub- conjuntos de este conjunto se denominan puntos, lineas, planos, etcétera. Los teoremas deducidos de estas definiciones constitu- matemitico llamado “geometria analitica de tres dos los nameros cuddruples: (x, y, 2.1), y.27.0), 8". P2% 1”), etcétera,al que puede asignarse univocamente, para cada par de puntos, una medida (lamada distancia entre los puntos), defi- nida por la formula (x—»’ +-y') +(2-2'F Huu’? Ciertos subconjuntos de este conjunto se denominan puntos, lineas, planos € hiperplanos, La geometria analitica euclidiana te- tradimensional es el sistema formado por los teoremas que se deducen de estas definiciones. Nétese que nada se ha dicho, en ambas definiciones, acerca del es- pacio: ni del espacio de las percep- Ciones sensoriales ni del espacio del fisico ni del espacio del fildsofo. Todo lo que hemos hecho es defi- nir dos sistemas de matemiiticas que son ldgicos y consistentes consigo mismos, con los que se puede jugar Ficura 36. Distancia entre dos puntos en dos como i fueran un juego de damas, dimensiones (a) y tres dimensiones (!). En el primer caso, de acuerdo con reglas establecidas. hh distancia AB esta dada por J( segundo, por (x= x’ +(y-y'P +( xP FQ=7Fsenel — Quien encuentre semejanaas entre su juego de damas y la realidad fisi- GEOMETRIAS VARLADAS, PLANA Y DE FANTASIA 101 ca de su experiencia tiene el dudoso privilegio de identificar las mora lejas y de sacar provecho de lo que éstas le sugieren, a Pero una vez establecido que estamos en el reino de los conceptos pu- ros, superados los limites mis elisticos de la imaginacidn, zquién queda satisfecho? Incluso el matemitico desearia morder la fruta prohibida, vislumbrar como seria deslizarse, al menos por un instante, en una cuarta dimensidn, Seria molesto haber avanzado hasta aci como topos bajo tierra, escuchado a alguien hablar de la cuarta dimensién, tomado nota y continuado como si nada, sin pensar un poco mis en el asunto. Para empeorar las cosas, los libros de divulgacién de la ciencia han he- cho todo tan ridieulamente simple —la relatividad, los cuantos y todo Jo demiis— que estamos avergonzados de nuestra incapacidad para des- cribir una cuarta dimensién como algo mas concreto que el tiempo. Se han intentado representaciones grificas de figuras tetradimensio- nales, pero no puede decitse que estos esfuerzos hayan sido del todo exitosos, La figura 37 representa el equivalente tetradimensional de un cubo tridimensional, el hipercubo © tesseract: nuestras dificultades para dibujar esta figura no se ven, en modo alguno, disminuidas por el he~ cho de que una figura tridimensional solamente puede dibujarse en pexspectiva sobre una superficie bidimensional —como esta pigina—, mientras que el objeto tetradimensional sobre una pigina bidimensio~ nal es s6lo una perspectiva de una “perspectiva” Sin embargo, ya que a es igual a la superficie de un cuadrado y a! al volumen de un cubo, presentimos que a! describe algo, cualquier cosa que sea. Sélo por analogia podemos razonar que ese “algo” es el hipervolumen (0 capacidad) de un tesseract. Yendo mas alli con nuestro razonamiento, deducimos que el tesseract esti limitado por ocho cu- bos (o celdas), tiene 16 vértices, 24 caras y 32 aristas. Pero la represen- tacién de una imagen mental clara del tesseract es otra historia, 102 MATEMATICAS E IMAGINACION Por suerte, sin tener que recurrir a diagramas deformados, podemos valernos de otros medios para ayudar a nuestra débil imaginacién, usando objetos familiares, a representarse una cuarta dimensién, Los tridngulos A y Bde la figura 38 son exactamente iguales, Geomé- tricamente se dice que son congruentes,° lo que significa que con un sobre paradojis. movimiento adecuado uno de ellos puede superponerse perfectamente sobre el otro, Evidentemente, ese movimiento puede levarse a cabo en el plano, es decir, en dos dimensiones, simplemente deslizando el triin- chcinnde’ sin SHl0 A por encima de B.? Pero zqué pasa con los tridngulos C y D? imposible Uno de ellos es la imagen especular del otro, Pareceria que no hay mundo faz6n alguna para que, deslizando o girando en el plano el triingulo C, bidimensiomal. no pueda superponerse a D, Pero, aunque es bastante extrafio, esto no puede hacerse. C 0 D debe ser levantado del plano, Hevado de las dos dimensiones a una tercera, para efectuar la superposicion, Levante C, déle la vuelta, péngalo de nuevo en el plano y entonces deslicelo 4 sobre D, = Ahora que, si para la solucin de ciertos proble- mas bidimensionales es esencial una tercera dimen- ; sién, una cuarta dimensin haria posible la solucién, de otros problemas insolubles en tres dimensiones. Por cierto que estamos en el reino de ha fantasia y apenas necesitamos sefalar que una cuarta dimen- 7 En reg id “deslizarse por 2 sién no esti tan al aleance de la mano como para que cualquiera de nosotros se convierta en un Houdini. FiGuRA 58, Ejemplos de tridingulos Sin embargo, en estudios tedricos es de setialada im- congrucntes. a] Para superponer los portancia una cuarta dimensién y forma parte de la tridngulos A y B, bastaria deslizar uno sobre el otro. b] Para hacerlo aqui se ja“sacar” uno del plano. trama y urdimbre de las modernas fisica y matemiti- cas teéricas, Los ejemplos elegidos de estos temas son muy dificiles y estarfan fuera de lu- 3—= gar, pero algunos mis simples, en dimensiones menores, pueden re- sultar entretenidos. Si viviéramos en un mundo bi- dimensional, como el descrito tan grificamente por Abbott en su fa A mosa novela Flatland (Planilandial, nuestra casa seria una figura plana, como la de la figura 39. Entando por la puerta A, estariamos a salvo de nuestros amigos y enemigos una vez cerrada la puerta, aun cuando no hubiera techo sobre nuestra ca- beza y las paredes y las ventanas cara —=1 =o Ficura 39. Este no cs un plano arquitecténico de una fueran simplemente lineas, En casa en Planilandia: es la casa de verdad. marse por encima de estas lineas (GEOMETRIAS VARIADAS. PLANA Y DE FANTASIA 103 significaria salirse del plano y entrar en una tercera dimension, y por supuesto que nadie, en ese mundo bidimensional, tendria una idea me~ jor de cémo hacerlo que nosotros para escapar del interior de una caja fuerte, cerrada bajo llave, valiéndonos de una cuarta dimensi6n. Cuando el invierno llega a Planilandia, sus habitantes usan guantes. Las manos tridimensionales son como las que se muestran en la figura 40a y los guantes como los que aparecen en a 4ob. En Planilandia las manos tienen el aspecto de la figura 41.4, mientras que los guantes son como los de la 41b Hasta ahora la ciencia moderna no ha podido solucionar el problema que se le plantea al hombre que de pronto se encuentra con dos guan- tes de la mano derecha, en vez de uno de la derecha y otro de la iz~ quierda, E] mismo problema existiria en Planilandia, Pero alli Gulliver, mirando a sus habitantes desde la altura de una tercera dimensién, veria de inmediato, asi como en el caso de los dos triangulos de la figura 38), que todo lo que se necesita para convertir el guante derecho en uno izquierdo es lenuniarlo y darle vuelta. Por supuesto que nadie en Plani- a 6 FicuRA 40. Mano y guante tridimensionales. a 6 Ficura 41. Mano y guante bidimensionale. 8. Eddington, Espacio, tiempo y gravitacién, 104 MATEMATICAS E IMAGINACION landia podria levantar un dedo para hacer es0 mismo, pues ello involu= cra una dimensi6n extra, Si nosotros pudiéramos transportarnos a una cuarta dimensién, la cantidad de milagros que podriamos realizar no tendria limite; de en trada, la rebabilitacién de todos los pares de guantes mal pareados: le- vantar el guante derecho de! espacio tridimensional hacia la cuarta dimension, darle vuelta alli y traerlo de regreso, ya como guante iz~ quierdo, La celda de ninguna prisién podria encerrar al Gulliver tetra~ dimensional, que seria mis peligroso que un hombre simplemente in- visible. Gulliver podria tomar un nudo y desatarlo, sin tocar los extremos y sin romperlo, con sélo transportarlo a la cuarta dimension y hacer correr la cuerda a través de una abertura extra, O bien podria separar los dos eslabones de una cadena sin romperlos. Todo esto y mucho mis Ie resultaria absurdamente sencillo y contemplaria nuestra impotencia con la misma diversion y listina con que nosotros miramos a los des- dichados seres de Planilandia a Nuestra novela debe terminar. Si ayndé a que algunos lectores consi- deraran mas real una cuarta dimension y si sacié la usual sed antropo- mOrfica, entonces cumpli6 su propésito, Por lo que a nosotros toca, hemos de confesar que las fibulas jams nos han presentado los hechos con mayor claridad. Una idea asociada en sus origenes con duendes y espiritus requiere, si ha de tener fines cientificos, ser liberada, dentro de lo posible, de todo pensamiento confuso. Debe ser encarada clara y valientemente si se desea descubrir su verdadera exencia, Pero es atin mis estdpide re chazarla y ridiculizarla que glorificarla y guardarla en un nicho. Nin in concepto salido de nuestra mente o de nuestra pluma marcé un mayor paso hacia adelante en nuestro pensamiento, ninguna idea de religi6n, filosofia o ciencia rompié mas bruscamente con la tradicion y os conocimientos comiinmente aceptados, que la idea de una cuarta dimensién Eddington lo ha expresado muy bien:* Por may satisfactoria que pueda ser hr teoria de un mundo tetradimensio- nal,es dificil ignorar esa vor interior que nos dice al ofdo:"En el fondo de tu mente, sabes que una cuarta dimensién es toda una insensatez.” Me ima- gino quee est misma voz ha estado muy activa en la historia de la fisica. (Qué insensater decir que esta mesa sdlida sobre la cual estoy escribiendo es una coleccién de electrones que se mueven con prodigiosa velocidad en esp: cios vacios, los cuale: extensos como los espacios entre los planetas del sistema solar! (Qué insen- sater afirmar que el tent aire esti tratando de aplastar mi cuerpo con una carga de un kilogramo por centimetro cuadrado! ;Qué insensatez pretender que el conglomerado de estrellss que estoy viendo a través del telescopio, en relacién con las dimensiones clectrdnicas, son tn GHOMETRIAS VARIADAS, PLANA Y DE rANtasiA 105 que evidentemente esti alli ahora, cy un reflejo de una época pasid hace 0 mil aios! No nos dejemos engaiar por esa vor, Esti desacreditadh... Hemos encontrado una huella extrata en las playas de lo desconoe do, Hemos ideado teorias profundas, una después de otra, para exph su origen, Al fin hemos logrado reconstruir al ser que dejo esa huella, Y, jcaramba!, la huella es nuestra, car a Hasta ahora hemos enfatizado el hecho de que lt geometria pura esti divorciada del espacio fisico que percibimos a nuestro alrededor y aho~ ra estamos en condiciones de enfrentar una idea que es algo mis dificil, No esti de mis, sin embargo, tratar de distinguir, en forma un tanto. diferente de como hicimos antes, entre el espacio tal como se lo con cibe ordinariamente y las variedades expaciales de hs Quizis esta distincién contribuiri a que nuestro nuevo concepto —las geometrias no euclidianas— parezca menos extraio, Estamos muy acostumbrados a considerar que el espacio es infinito, no en el sentido téenico, matemitico, de los conjuntos infinitos, sino simplemente como un modo de decir que el espacio carece de limites, que no tiene fin, Por cierto, la experiencia nada nos ensefia al respecto. Los limites de un ciudadano comin raramente Hegan mis lejos que el extremo de su brazo derecho, Los aprendieron una vez los contrabandistas, no van mis alli de unos cuan~ tos kilmetros. La mayor parte de lo que creemos acerca de la inti nos viene de haberlo ofdo y, el resto, de lo que ercemos ver. Asi, las estrellas parecen estat alejadas millones de kilémetros, aunque en una noche oscura una vela, a medio kilémetro de distancia, produciria la misma impresién, Mis atin, si nos imaginiramos del tamafio de un ito~ mo, un chichato puesto a unos tres centimetros de distancia nos par cerfa mucho mis grande y mucho mis distante que el Sol ncidn entre el espacio del individuo y el “espacio paiblico” pronto resulta clara, Nuestro conocimiento personal del espacio no nos demuestra que sea infinito, homogéneo o isétropo. No sibemos que sea infinite, porque nos arrastramos, saltamos 0 volamos sélo en regiones reducidas, No sabemos que sea homogéneo porque un rase: cielos, visto a la distancia, parece mucho mis pequeiio que la punta de nuestra nariz —y la pluma del sombrero de la dama que est sentada delante de nosotros en el cine basta para que no veamos toda la panta~ Ila—.Y sabemos que no es is6ttopo, 0 sea que “no posee las mismas propiedades en todas direcciones”,! porque hay puntos ciegos en nues~ tro horizonte visual y nuestro sentido de la vista nunca es igualmente bueno en todas direeciones La nocidn de espacio fisico 0 “pablico”, que abstraemos de nuestra experiencia individual, busea liberarnos de nuestras limitaciones per~ mites de una nacidén, como lo iad del espacio La di 9. Lindsay y Margemau, Foundation of Physics. 10, Op. cit, 106 MATEMATICAS E, IMAGINACION sonales, Decimos que el espacio fisico es infinito, homogéneo, isstropo y euclidiano, Estos halagos se dirigen ficilmente a un ente ideal sobre el cual realmente se sabe muy poco. Si fuéramos a preguntar al fisico © al astronomo:":qué piensa usted acerca del espacio?”, podrian respon- dernos: a fin de efeetuar mediciones experimentales y deseribislas con la mayor comodidad, el fisico acepta ciertas convenciones respecto de sus aparatos de medicion y de las operaciones ejecutadas con ellos, Estas son, estricta~ mente hablando, convenciones respecto de objetos fiscos y operaciones fi- sia, Sin embargo, para fines pricticos, es conveniente asumir aqui una generalidad mis alli de cualquier conjunto de objetos u operaciones. En- tonces llegan a ser, como decimos, propiedades del espacio. Esto es lo que significa espacio fisico, que podemos definir, brevemente, como la cons- truccin abstracta que posee las propiedades de los cuerpos rigides que son independientes de su contenido material, El espacio fisico es aquél en que se basa casi toda la Gsica y es, por supuesto, el espacio de las aeciones cotidianas."° Por otra parte, tenemos los espacios, o con mayor generalidad las varie~ dades, que segiin el matemitico estin construidas sin referencia alguna a las operaciones fisicas tales como la medicidn, Poseen sdlo las propie~ dades expresadas en los postulados y axiomas de la geometria particu- lar en cuestion, asi como las otras propiedades que se deduzcan de aquéllos, Bien puede ser que los postulados hayan sido sugeridos, en parte o en su totalidad, por el espacio fisico de nuestra experiencia, pero debe- mos considerarlos como completamente desarrollados ¢ independien- tes. Si los experimentos demostraran que algunas, 0 todas, nuestras ideas sobre el espacio fisico son erroneas (como, de hecho, hizo la teo- ria de la relatividad), tendriamos que escribir de nuevo todos nuestros textos de fisica, pero no nuestras geometrias, a Y sin embargo este acercamiento al concepto de espacio, asi como al de geometria, es comparativamente reciente, No ha habido movimien- to mis arrollador en toda la historia de la ciencia que el desarrollo de la geometria no euclidiana, un movimiento que estremecid hasta sus cimientos la creencia, proveniente de remotas eras, de que Euclides habia expresado verdades eternas, Capaz y exacta como instrumento de medicion desde la época de los egipcios, intuitiva y plena de sentido comin, santificada y apreciada como uno de los mis ricos legados in- telectuales de Grecia, la geometria de Euclides mantuvo durante mas de veinte siglos una solitaria, resplandeciente e irreprochable majestad, Estaba verdaderamente defendida por la divinidad y, como dijo Platon, si dios alguna vez hizo geometria, con toda seguridad recurrié a Eucli- des para conocer las reglas, Los matemiticos que de vez en cuando GEOMBTRIAS VARIADAS, PLANA Y DE FANTAS{A. 107 tenian dudas pronto expiaban su herejia con ofrendas votivas, bajo la forma de nuevas demostraciones que corroboraban a Euclides, Aun Gauss, el “Principe de los Matemiticos”, no se atrevié a ofrecer sus criticas por temor al denuesto vulgar de los herederos de Boecio. {De dinde venian las dudas? :De dénde provino la inspiracién de aquellos que se atrevieron a profanar el templo’ {No acaso los postu- lados de Euclides eran evidentes en si mismos y claros como la luz del dia? zY sus teoremas no eran tan sélidos como 2 mis 2 igual a 4? El vortice de h siempre creciente tormenta que finalmente estallé en el siglo x1x fue el famoso quinto postulado sobre las paralelas. Este postulado puede enunciarse asf: “Por cualquier punto del plano puede trazarse una y s6lo una recta paralela a una recta dada. Existen indicios que muestran que el mismo Euclides no considerd este postulado “tan evidente en si mismo” como los demas. " Los filé- sofos y los matematicos que intentaron reivindicarlo quisieron mostrar que se trataba en realidad de un ‘eorema y, por tanto, que podia dedu- cirse de las premisas, Pero todas estas tentativas fracasaron por la buent- sima raz6n de que Euclides, mucho mis sabio que quienes lo sucedie- ron, habia ya mconocido que el quinto postulado era simplemente una suposicién y, por lo tanto, no podia demostrarse mater a Mis de dos mil afios después de Euclides, un alemin, un rusoy un hiingaro vinicron a hacer ailicos dos “hechos” incontestables, El pri mero, que el espacio obedecia a Euclides; el segundo, que Euclides obedecia al espacio, Podemos creer en lo dicho por Gauss, Puesto que no conocemos todo el aleance de sus investigaciones, y en honor tanto de su grandeza como de su integeidad, aceptamos sin titubeos su de- chracién de que habia llegado, independientemente, a conclusiones semejantes a las del hiingaro Bolyai,algunos afios antes de que el padre de éte informara a Gauss acerca de la obra de su hijo Lobachevsky —el ruso— y Bolyai presentaron en la década de 1830 sus notables teorias al muy apitico mundo cientifico de la época. Sos~ tuvieron que no podia demostrarse el tan problemitico postulado y que tampoco podia deducirse de otros axiomas, porque sélo era un postulalo, Cualquier otra hipdtesis sobre las paralelas podia reemplazar- lo y de ahi surgiria una geometria diferente, tan consistente y tan “ver= dadera” como la euclidiana, Se conservarian todos los demas postula~ dos de Euclides, y en lugar del quinto deberia hacerse una sustitucién “Por cualquier punto del plano pueden trazarse dos rectas paralelas a una recta dada.” De la noche a la mafiana, los matemiticos se habian desprendido de sus cadenas y habja nacido una nueva y muy fecunda linea de investi~ gacion teérica y prictica. 11-Young, Fundamental Concepts of Algebra sand Geometry, Nueva York, Macmillan, 191 108 MATEMATICAS F IMAGINACION B A C Bn la figura 42 hay dos rectas paralelas.";Cémo es posible —se preguntaré usted— que pueda trazarse D por Aotra recta distinta de BC y que sin embargo sea paralela a DE? La respuesta es que el lector esti ha- Ficura 42. Rectas paralehs. blando del plano fisico y de lineas trazadas con lipiz, Ficura 43. Di yrama del cong Esti obnubilado por los espectros del sentido comin, en yez de razonar en los términos de la geometria pura, Usied puede ir mas lejos y decir que en su siste~ ma, en la geometria euclidiana, cualquier recta distin— ta de BC intersecari a DE si uno la prolonga lo sufi~ ciente, Nosotros le responderiamos que es regha se aplica en su juego, pero no en cl nuestro: la geometria ode —_lobachevskiana, Ninguno de nosotros, si somos mate rectas paralelas a una recta dada,segiin miticos, esti hablando del espacio fisico, pero inchiso Ja geometria de Lobachevsky. si hiciéramos eso, hay mis motivos para creer que no~ 12, Morris Raphael Cohen, Reason and Nate sotros, y no usted, estamos diciendo la verdad. Podemos presentar la geometria de Lobachevsky de la siguiente ma~ nera, En la figura 43 la recta AB es perpendicular a CD. Si le permiti- mos girar en sentido contrario al de las agujas de un reloj, con A como pivote, cortari a CD en diversos puntos a la derecha de B hasta aleanzar una posicién limite EF en la cual seria paralela a CD, Continuando con th rotacién, comenzari a cortar a CD a la izquierda de B, Euclides su- puso que hay solamente una posicién para la recta,a saber EF en la cual seria paralela a CD. Lobachevsky supuso que habia dos de dichas posi- ciones, representadas por A’B’ y C’D’, y ademis supuso que todas las rectas comprendidas dentro del ingulo 8, aun cuando no son paralelas 4 CD, munca la intersecarin, sin importar cuanto se prolonguen. Ahora que esto es una suposicién y no hay razén alguna pan alegar, con base en el diagrama, que es evidente que si A’B’ 0 C'D’ se pro- Jongaran lo suficiente tarde o temprano cortarian a CD. Si, como lo ha sefialado el profesor Cohen, confiamos por entero en nuestra intuicion del espacio, que ¢s finito, habri siempre un ingulo 0 que, si bien sexi cada vez mis pequefio conforme se extienda nuestro espacio, nunca desapareceri y ninguna de las rectas comprendidas dentro de 0 cortari a la recta dada.” a 2Qué le sucede a la geometria de Euclides cuando el postulado sobre las paralelas es reemplazado por el de Lobachevsky? Muchos de sus teoremas importantes, todos los que no dependen del quinto postula~ do, siguen siendo validos, Asi, en ambas geometrias: Si dos lineas rectas se intersecan, los dngulos opuestos por el ver tice son iguales (véase la figura 44). 2. En un tridngulo isosceles, los angulos adyacentes a la base son iguales (véase la figura 45). GEOMETRIAS VARIADAS, PLANA Y DE FANTASIA 3. Por un punto puede trazarse slo una perpen dicular a una recta dada (véase la figura 46). Por otra parte, algunos teoremas muy importantes de la geomecria cuclidiana se modifican al sustituir el quinto postulado por algain otro, con resultados sor- prendentes, Asi, en hh geometria euclidiana la suma de los ingulos interiores de todo triingulo e: igual a 180°, mientras que en la geometria de Lobachevsky th suma de esos ingulos es mentor que 180°. Las rectas, paralelas en la geometria cuclidiana nunca se interse= can y se mantienen separadas por una distancia cons- tante, por mas que se prolonguen. Las rectas paralelas en la geometria de Lobachevsky munca se cortan, pero ¢ aproximan wna a otra asintsticamente, es decir, la dis- tancia entre ellas se hace cada ver menor a medida que se prolongan. Para citar un teorema mis interesante, dos triangu- los en h geometria euclidiana pueden tener los mis- mos ingulos pero distintas superficies, es decir, uno puede ser la amplificacion del otro, Pero en la geome- tria de Lobachevsky, a medida que aumenta el drea de un tridngulo, la suma de sus éngules disminuye;de este modo, sokmente los triingulos de igual superficie pueden tener los mismos Angulos (véase la figura $4). a El talentoso Riemann, en su famosa disertacién in- augural “Sobre las hipétesis en que se apoyan los fun- damentos de la geometria”, propuso atin otro susti- tuto para el quinto postulado de Euclides, que diferia, del de Lobachevsky y Bolyai, Esta proposicién sostie= ne que “por cualquier punto del plano no puede tra zarse ninguna recta paralela a una recta dada”. En otras palabras, cida par de rectas en el plano debe cortarse, Hay que notar que esto contradice la ticita suposicién de Euclides de que una recta puede pro- longarse indefinidamente. A prop6sito de esto, Rie- mann sefalé la importante distincién entre infinito e ilimitado: 109 (SX) Ficuna 44. Los 4 fguales: cada uno 180°—Angulo 3. ygulos 1 ¥ 2 son S igual a B c Fraura 45.8i A igual al ingulo 2 AC, el ingulo 1 es A c b D B Ficura 40. Por el punto A puede trazarse una y solo una perpendicular a CD. isi, el espacio puede ser finito aunque ilimitado, Moviéndonos en una direc cién dada, como las manecillas de un reloj, podemos mantenernos por siempre en movimiento, volviendo una y otra vez sobre nuestros pasos. Como era de esperarse, la hipétesis de Riemann también afecta aque- los teoremas de Euctides que dependen del quinto postulado, Tanto 1a geometria de Euclides como la de Lobachevsky establecen que puede trazarse una sola perpendicular a una recta que pase por un punto 110 MATEMATICAS E IMAGINACION dado, Pero en la de Riemann puede trazarse cualquier nimero de per pendiculares a una recta dada, desde in punto apropiado, Ahora, la suma de los ngulos de un triingulo es mayor que 180° en la geometria de Riemann y los éngulos aumentan a medida que el triingulo se agranda (véase la figura $3). Ficura 47.La pseudoesfera, a Prous 48: La curva formada por una cadena sostenida por sus extremos que libremence se denomina catenaria. Sise trazan las tangentes una catenaria, Ja curva, perpendicular a elas es la tractriz. Ficura 49. La tractriz es la curva que es perpendicular a una familia de cireulos de igual radio cuyos centros pertenccen a una misma recta, Tenemos, pues, tres sistemas de postulados: el de Euclides, el de Loba~ chevsky y el de Riemann, A partir de ellos se han desarrollado tres geometrias, a primera cuclidiana, las otras dos no cuclidianas, Las no euclidianas, por supuesto, deben mucho a los postulados y métodos de Euclides. Por lo que toca a los postulados, solo difieren con respecto al de las paralelas. Los teoremas, en cambio, difieren en muchos aspectos, GHOMETHIAS VARIADAS, PLANA Y DE FANTAS‘A, aun Or of Paginas atris expusimos el criterio con que se juzga todo sistema matemitico: sus postulados deben ser consistentes, es decir, no deben conducir a contradicciones, Pero, :c6mo determinar si las geometrias no evclidianas de Lobachevsky y de Riemann son consistentes? En cuan~ to a ex0, bien podria uno preguntarse cémo estaremos seguros de que los postulados de Euclides no dan lugar a contradicciones, Evidente~ mente podemos acumular teorema sobre teorema sin encontrar contra diccién alguna, pero eso no constituye una prueba de que no surgiré alguna en el futuro. ZEs que nosotros no estamos en mejores condicio~ nes que si fuéramos a verificar una hipétesis de fisica 0 de cualquier otra ciencia experimental? Afortunadamente, los matemiticos han ideado un truco que satisfi- ce su conciencia sobre el particular, Consiste en demostrar en la geo- metria no euclidiana que, por ejemplo, un conjunto de entidades que existen en la geometria cuclidiana satisface también los teoremas no euclidianos, Se supone que estas entidades, en si mismas, estin “libres de contradicciones y que, en efecto, incluyen por completo a los axio~ mas”,'} y se trata de demostrar que estos iltimos no implican incon- sistencias. Tomemios un ejemplo de cada una de las geometrias de Lo- bachevsky y de Riemann para aclarar el significado de todo esto, La figura 47 representa la superficie generada por la revoluci6n al~ Ficura 50. Otra forma de generar la tractriz. La locomotor de juguete L esti amarrada al reloj R;la cuerda que las une es perpendicular a la via. Cuando la locomotora se pone en marcha, la trayectoria del reloj tiene bh forma de una tractriz. 13 Cohen y Nagel, Introduccion a la lieica y al método cientfco. 2 MATEMATICAS 1 IMAGINACION rededor de un eje horizontal de una curva denominada tractriz. Esta puede obcenerse de la siguiente manera; sobre un par de gjes perpen= diculares entre si, como los de la geometria cartesiana, imaginemos una cadena tendida a lo largo de YY’, En uno de los extremos de esta cadena esti enganchado un reloj;¢1 otro extremo coincide con el ori~ gen, O, Manténgase tensa la cadena y tirese lentamente del extremo Iibre,a lo largo del eje X,a la derecha de O. Re} vimniento hact tase Inego este mo- a la izquierda, La trayectoria del reloj, en ambos casos, engendra la tractriz. Si ahora se hace girar esta curva alrededor de la linea XX’ se forma una superficie que E,'T, Bell denomina 14. El diagrama de Ia figura 51 muestra con cierto detalle lo que se quiere ir. Se traza en la pseudoesfera una perpendicular a la linea G; deben trazarse dos paralelas a G que pasen por el punto O.Sea Q un punto sobre G,a.um distancia § deh perpendicular, Por Q levintese otra perpendiculira G.Si ahora trazamos un circulo con centro en O y radio S, éste cortari a QT en S, y S,. Estos dos puntos, al unirye con O, determinan dos paralelas a G, Py y Ps, Ninguna de las lineas que pasan por O, formando un Angulo menor que , corta a G, aun cuando no sean paralelss a ella. Hemos tomado este diagrama de Colerus, Von Punkt 2ur vierten Dimension, Viena, Zsolnay, 1935. FiGuRa st. Rectas en la pseudoestera que no intersecan a una reeta dada, uperficie de doble trompeta” Beltrami llamé pseudoesfera a esta superficie. Vere: mos que la geometria aplicable a una pseudoestera es a de Lobachevsky, Por ejemplo, sobre la pseudoesfe~ ra, desde un punto dado, pueden trazane dos lineas paralelas a una tercera, que s¢ aproximardn asintoti- camente a ella sin llegar a cortarls."* De este modo, la geometria de Lobachevsky queda satisfecha por una entidad de la geometria de Euclides, cumplien- do asi con el criterio de consistencia, La geometria de Riemann se manifiesta en un objeto muy familiar: la esfera. Puede verse en la figu= ra 52 que un plano que pasa por el centro de una esfera corta su superficie en un ciclo méxiino Si bien la Tierra es algo achatada en los polos, po~ demos considerarla esférica para los fines de esta dis- cusién, Todo circulo que pase por los polos norte y sur, sobre la superficie de la Tierra, es un circulo — de longitud— maximo, cambién llamado meridiano, pero, a excep~ cién del ecuador, los efrculos de la- titud © paralelos no lo son, Las eas rectas trazadas sobre la superficie de la Tierra son siempre fragmentos de circulos maximos y, aun aiando dos de dichas lineas sean perpendiculares a una tercera (lo cual en la geomeirla eucidiana significaria que son paralelas), siempre se tin en [os polos. Asi, los elementos de una geometria que se aplique a la superficie de la Tierra son id ticos a los de la geometria riema- nniana, Por ejemplo, un triéngulo trazado sobre ht superficie de la Tierra tendra éngulos cuya suma erseca- DMETRIAS VANIADAS, PLANA Y DE FANTASIA 413 seri mayor que 180° y, cuanto mayor sea el triingulo, mayor seri la suma de sus dngulos (figura 53) ‘Ademis, dos rectas trazadas sobre la superficie de la Tierra, si se pro- Jongan suficientemente, siempre encerrarin una superficie, Conviene recordar, en este momento, la importante distincién notada por Rie mann de que una superficie puede ser finita pero ilimitada,de manera que las lineas rectas trazadas sobre la superficie de la tierra pueden ex- tenderse indefinidamente, aunque evidentemente la superficie no es infinita, sino simplemente ilimita dda, Las propiedades riemannianas de la esfera se exponen con humor en el siguiente acertijo, Una vez ins~ taldo su campamento, un grupo de cazadores se puso en marcha en busea de osos. Caminaron 15 kild~ metros hacia el sur y luego 15 ki- lometros hacia el este; al cabo de esa caminata divisaron un oso, Lo cazaron y volvieron al campamen- to, donde descubrieron que, en to~ tal, habian recorrido 45 kilmetros, {De qué color era el oso? a Nuestra breve exposicion de la geo metria no euclidiana tal vez haya despertado en la mente del lector muchas preguntas que no son de nuestra incumbencia, pero la litera~ ura,aun la literatura de divulgacién, es tan generosa que cualquiera que se encuentre suficientemente inte~ resido no tiene por qué ir mendi- gando respuestas. Tal vez por ello convenga consi derar una pregunta muy natural que podria asumir h siguiente for~ ma: “Sobre una esfera, dos lineas rectas, aunque sean paralelas en un lugar, indudablemente se interseca~ rin (si se las prolonga suficiente mente) y delimitarin un area, ;Por qué, entonces, lamar rectas a dichas lineas? zAcaso no son en realidad curvas?” A 52. Un plano que pase por el centro de la esfera la, Piaura 53. El wiingulo A es pequetio comparado con toda la esfera; por lo canto, casi es un triingulo plano y la suma de sus éngulos es cercana a 180°, Pero a medida que cxece y se aproxima al triingulo B, cuyos lados pertenecen a tres circulos miximos perpendiculares entre sila suma de sus angulos llega a ser: 90° + 90+ 90° = 270°. En el triingulo C;, mayor atin que el anterior, los angulos, todos obtusos, dan una suma mayor que 270°. 114 MATEMATICAS E IMAGINACION De entrada, es obvio que afirmar que una linea es recta depende de | definicién de recta, En matemiticas, se ha encontrado que conviene for- mulir dicha definicion solo con re= ferencia a la superficie bajo estudio, Una manera de definir qué es una recta consiste en decir que es la dis- tancia mas corta entre dos puntos. Por otra parte todo el mundo sabe, gracias a las muchas referencias que se han hecho en tiempos recientes a las proezas acroniuticas, que la ruta mis corta entre dos puntos de la superficie terrestre puede cubrir- se siguiendo el arco de circulo miximo que past por ellos, Por Ficuna s4. Aqui ocurre lo contririo de lo que pasa en stierte, por cada pareja de puntos de tuna esfera (figura 53):en una pseudoesiera,a medida que Ja superficie de una esfera pasa un cl tridngulo crece, la suma de suis angulos resulta menor, ¢jreulo maximo. Lucgo, el circulo maximo en la esfera corresponde a la recta en el plano: ¢s la distancia mis corta entre dos puntos, Pueden encontrarse curvas semejantes que cumplan la mis~ ma funcién en otros tipos de superficies, por ejemplo la pseudoestera 0 una en forma de silla de montar, Generalizando esta nocién, una curva que sea la distancia mas corta entre dos puntos (tal como la recta en el plano) sobre cualquier clase de superficie se denomina gevdésica de esa superficie, Cuando buscdbamos entidades que satisficieran las geome- trias de Lobachevsky y de Riemann, buscabamos en realidad superfi- cies cuyas geodésicas obedecieran a los postulados de las paralelas en esas geometrias, En el plano, si adoptamos la hipotesis de Euclides, un par de geodé- sicas se intersecan en un punto, a menos de que sean paralelas, en cuyo caso no se intersecan, Sobre una esfera, dos geodésicas (arcos de cireu- Jo miximo), aun siendo paralels, siempre se intersecan en dos puntos por lo tanto, la esfera obedece a la geometrfa de Riemann, Sobre una pseudoesfera, que obedece a la geometria de Lobachevsky, hs geodési cas paralelas pueden aproximarse una a otra asintéticamente, pero nun= ca se intersecan Lay geodésicas de una superficie quedan determinadas por su atu tua, La curvatura no ¢s facil de explicar, aunque todos tenemos una nocidn intuitiva de su significado, Un plano tiene curvatura cero, Una superficie como la de una esfera o un elipsoide es de curvatura positive, mientras que de la preudoesfera o de una superficie en forma de silla de montar se dice que tienen curvatura negativa (véase la figura $5). Podemos imaginar superficies mis complicadas, partes de las cuales GEOMETRIAS VARIADAS, PLANA Y DE FANTASLA us, tengan curvatura positiva, partes la tengan negativa y finalmente algu~ has otras partes la tengan nula, Las geodésicas de una superficie, asi como la geometria que mejor se adecue a ella, dependen de dicha cur~ vatura, positiva, negativa o cero, De ahi que la geometria de una super~ ficie de curvatura negativa constante es lobachevskiana, la de una su- perficie de curvatura positiva constante ¢s riemanniana y la de una superficie de curvatura cero es euclidiana. a Todo cuanto se ha dicho acerca de la geometria no euclidiana, si bien 5 bastante claro cuando hablamos de geometria, tiende a tornarse oscu- ro al querer aplicarlo a nuestra experiencia cotidiana, Estamos inclina. dos a compadecer a los habitantes de un mundo bidimensional, tanto por su ignorancia como por sus limitaciones fisicas, Ellos no pueden ni siquiera soflar en hacer cosas que para nosotros son perfectamente na turales, Sin embargo, tendemos a mostrar las mismas limitaciones inte- lectuales para representarnos nuestro mundo a nosotros mismos, En realidad, vamos mas lejos porque deliberadamente rechazamos nuestra propia experiencia, Nuestra experiencia nos dice que el espacio es fi- nito pero ilimitado, y que las rectas que podemos trazar en la superficie sobre la cual vivimos nunca son realmente rectas, sino que deben ser curvas, (Por supuesto, la curvatura de la Tierra es distinta de cero.) Pero seguimos confundiendo lo infinito y lo ilimitado, rechazando esto til timo, que da forma a nuestro verdadero conocimiento del espacio, y aferrindonos al primero por razones religiosas y estéticas. Y aunque toda persona inteligente sabe que la superficie de la Tierra es curva y todo marino practica la navegacin sobre circulos maximos, la mayoria de nosotros se comporta como los adventistas del séptimo dia al asumir que nuestras rectas estin trazadas en un plano de curvatura cero 0, lo que Ficura 55. Ejemplos de curvatura: a] positiva, 6] negativa y ¢] cero.

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