You are on page 1of 34
(a5F) | | Bl Seminario «La angustian, Cap4: de Lacan: una introduccién. @ “Hfecto sehal, a ee i Roberto Harari o(apg _NO..., Stn obzeto, SL jefe. de Bs. dn gusts 0 ; Amorrortu editores Qap3 1 fs. aloes Buenos Aires @ Cap5 2 TaPtey la fafla . actog -out 7 pase aac, sw sounSpe selap ours expod ou —ouoy Te epuatayar wuesdus} ‘eum rex}uooWe aqe> apuop ‘[T] muy ap osurasiC] TBP By uO squotsnje ue eqemnSyaid 2s pepyan eéno— epSojodos ef sou -opuny wa 9x9 apuop opmuyuiag Tenbe ‘weIq eIOYY "UORSSND tia eysond 59 anb ef ‘oyago ayuouregreumed soqea opoy aprard ‘exony /onuap ejdnp v| zpuop —someufeu yu soanmyur ou sost@gjodor soayueid ueo apuodsax ‘ezanye sopreatqn wred sowadse sow ys apsap afedse anb o ‘soqrezyoyrayuy ered ro1a}X [pp soqalgo eum} anb ojalns um aiqos squoTDeIOpIS to seaispf so sy "sovoTVe Lats 2 soUODO/ “mes wea anb seuray soj anb amyaape ered soqep Soyse UPIDerP ~Jau0s wo zeUN0} & BAGO anb of ‘upromy/iapt 7] ap Te roHE\sOd aqusureyepaurut so pep ns ‘ayred eno Jog “epeongnd & ‘epparqerse any ugistaa wAnd soyemusiiag sof ap oxeuTtAd yo ’815H1 -puvonysd jap sepmuaumpunf soqdaauca oxzon so oxIsyP eA Te =P -soaid anb seprovex aqro ‘opyes ouNRTD ajs9 Ua sy eZTEYES tras ap saavpp sojattiout sop woo TeIodumey £ e>H2o] WORE -syeouco ns we owen oaRsodxa SILOS Ns Uo OWE EYTEA 28 anb o} ‘ocamiSqs zesp optsiozar um —sayie}s2x Sof OWco— saeod ‘ryyenSuv v7 “uuae'] sanboe[ ap 7 obvunuas TH Tepueur opens “Teyes /opayy ‘TL 1962-1963 fue, ademds, una manera propicia, estratégica, de responder a una objecion que ya entonces —y pee Dien— se le formulaba ala enserianza lacaniana, imputénole un excesivo intelectualismo. Quienes sostenfan dicha acusa ign —y atin hay quien la mantiene— pretendifan que lo de. cisivo para las preocupaciones de los analistasradiaba en la temética de los afectos, Lacan, sin duda, no se centraba en los evanescentes «aspectos afectivosy; de all la ertica ya tre: dicional esgrimida por autores como André Green en su cba Le discours ioant, conocido en castellano como La cancepcién Psicomnlitica de! afecto —l dscurso viviente—. Para ese auton en Ja obra lacaniana se deja de lado el 1 iad del signif canter, Camo es sabido, la pecologia sue hacer cers lv sién que se pretende sencilla: el psicoandlisistrataria sobre los afectos, en tanto que otras vertientes, por ejemplo la piage tana sbordaria el sego cognitive, Dees mod se conserva ria centre el sentir, el pensar y vechando de paso para absorber al psicoandliss done del campo psicol6gico. Muchas han intentado, fundléndose en estos presupuestos realizar cruzas forzadas entre los presun. tos dversos conitivisnosy afetivisnes. El resltado no po pasar de consistir en una serie de hfbridos estérles, de ee En Laangusties importante destacar el ugar que Lacan le otorga al gto, en la medida en que lo que ttula el Seminario es lgo que para autores como Green entra de lena en el terry torio de lo afectivo, a partir de una éptica cuasi fenomeno Tgica: a agustia afct al sujeto. No obstant, la postr lace. niana implica el centramiento en un afcto qué no es cualquiny, ‘sino aquel que ms interes ala prctica anata, En clcto, desde sinicis mismos de a empresa reudin- has factible encontrar la presencia de la angustia. Por jen plo, puede advertirsela en los pasajes donde se intenta dren. lar la newosis de angst de la meurastenia, o cuando surge la cuestién de la histeria de angustia, a veces sinonimizeda aunque no es fécil aceptar esta homologaciGn a pie junti- 16 as— con la fobia, Por lo tanto, la angustia no es un afecto ms, ni puede servir de base para una eventual «teoria de los afectos», de esas que dan lugar a lo que Lacan denominé el sanétodo del catélogo; esto es, aquella enumeracién —como paradigma— donde se da cabida a una serie de sentimientos mis o menos organizados en Io aparente, aunque la serie ‘oculte una absoluta discrecionalidad. Listas similares suelen forjarse respecto de los instintos. Segrin puede advertise, de- ben de existir, con seguridad, tanta cantidad de instintos como autores teorizaron al respecto; con los afectos, sucede algo si- ilar, Ante este panorama, Lacan deja deslizar una afirma- ‘ign fuerte, de aquellas que utiliza pour somos psicoanalistas —apunta— y no psicélogos; por lo tan- to, las teorias clasificatorias aleatorias, cadticas y yuxtaposi- tivas no hacen al campo de nuestra préctica; nos interesa, por el contrario, Jo marcado por Freud como central y decisivo: la angustia. Articula esta consideracién con una referencia clini- ca que puede leerse en forma cruzacia con un pasaje de Los cuatro conceptos. En 6] afirma que la angustia importa, ni mas ‘ni menos, para saber bujo qué condiciones y hasta qué punto el ang lista pede soportar Ia angustia de su analizante, Enel Seminario si- te, sefialard que la angustia del analizante debe ser dosifiada por el analista. La recomendacién implica no constituirse en tuna suerte de inductor —analista ansiogeno por definicién— ni tampoco en un domesticador de la angustia, que emerge este fendmeno —porque también es tal— int car presurosas barreras de contencién, Con frecuencia la valle consiste en dar un nombre que otorgue un sentido imaginario lo (que le ocurre al analizante; a angustia, ast, puede llegar a dismi- rir en forma hasta inmediata, pero ala vez se sofoca lo que a través de ella queria decirse. Vana empresa, porque el retorno denunciaré la falacia del proceder analitice. Con la menci6n a algo que quiere decirse por medio de la angustia, ya estamos avanzando una idea que se halla en Freud yy que Lacan rescata en su justo valor, destacando que se encuen- ‘ra en los inicios mismos de su derrotero: la angustia es una se-Ce~ jal, El mero hecho de apuntar esto implica considerarla como algo que remite ¢ otro orden, No se trata, pues, de un fenémeno autorremisible, sino que, por el contrario, posee una condicién de reenvio a ofro régimen. O sea que no se representa asf misma. El Seminario 10 fue dictado a comienzos de la década de 1960, en momentos en que el ambiente cultural europeo v sns ua ‘olqeooa aise 20d opeydo zaqey soared ourspur Ue2e] “wun own vojona as 2810s :77[99 Spur sousETeprsuo9 anb ouTUt amy pp eHode oduay pp A 198 fq ap ewHOTpE oNson we LOTS suatager ap ojosoqy oon fo ayse pres Ou 'ayte3Sq0 ON ‘OT. oH nits we eon woe wo sjsu SO ore aquneg ‘enenue wv sando oydaouoo un pen A251 0 ‘epRuyep Opts BY oUt0o Ter ‘Sa (xnaugs ap yudsa) peparres eT Gerouge prude) ua ‘esemoaid pzmd ‘en8is anb fp ouroo opouss wey wurexSerp ‘um v asayumoar ueoe] ‘uppeDyfquap! VW seaxBojodoy saraupred ons sefajdusoo sey woo sefeqen ap oBeny anb osoumno wyNsey “ouloypne ns v reyusts0 ered wuranbso oyanb: -ad um 9] ovzounuag ya ua gaoqepp ‘saropesuad soqure ap soyd29 -Uo> soy ua opeseg “ueqeredas soy ojury anb sepuareyip Sel + ; reiteradas referencias ala cura analitica. En la obra citada, Hei- degger define la cura como ser del Dasein, correlativo al «fun- damental encontrarse de la angustia» [3]. Asi, lo que traduce el Semiriario 10 como souci no es otra ‘menaje més a Heidegger, expresando con otro vocablo lo que en La angustia aparece como souci; ambas son alusiones ine- quivocas ~a nuestro entender— a los planteos de Sein und Zeit. ‘Lo que cabe puntuar en el esquema esbozado por Lacan —¢no parece un reloj con sus manecillas?— es que, mientras un autor se preocupa por el Sorge, el cuidado al que lleva elen- cuentro del que la angustia es testimonio, el offo se extiende en la determinacién mundana de la seriedad. Es de resaltar ‘que «seriedad» también fue una nocién utilizada por Kierke- ‘gaard, de modo que la alusién sartreana encuentra raigambre en la tradici6n; al menos, en un precursor destacado, Sin ex- tendernos mas en textos filoséficos, lo anterior sirve para advertir que la tematica freudiana, lejos de ser primigenia en todo respecto, se inserta en un contexto del cual debe diferen- ciarse para adquirir autonomfa. Laangustia es, por lo visto, un tema que ha preocupado a zo pocos grandes pensadores. Por ende, los desarrollo fret dianos arriban a un campo representacional previamente alambrado. Allies donde irrumpe, en consecuencia, el célebre ‘rfpode de Freud: Inkibicion, sintoma y angustia, Habria alguna vvez que pensar qué significa esta triple articulacién que sé repite en otros textos como Recuerdo, repeticién y elaboracién (0 perlaboracién), por citar solamente dos trabajos donde la tri- ppattici6n se hace evidente desde el mistno titulo. )Por qué tra- 2zaba, o trenzaba, las cuestiones de ese modo? Sin duda, entra aqui en juego un recurrente dispositivo textual, pero lo que ahora nos importa es sefialar tre los tres elementos puestos en correlacion en Inhi intoma y angustia, debe haber algo tal que permita articularlos. Ahora bien, lo sor- prendente —y que Lacan apunta— es que en dicho ensayo «se habla de todo menos de le angustian. No es ocioso reiterar la invitacion lacaniana a recorrer una vez. més ese texto, que es susceptible de enlazarse con otro crucial a los fines que nos interesan: Lo siniestro, En este tltimo trabajo si existe, aunque podria decirse que de manera impensada, inconfesa, una lo- 20 gistia. Paradéjicamente, a partir de su singularidad, como nécleo, puede comprenderse esa —ahora— especie denomic nada angustia, en su forma general. De modo que el lacaniano se detiene, en primer término, en el andlis expuesto en Inhiticién, sirtoma y angusta. Y en el mis comienzan a surgir los interrogantes. Asi, podemos pregun- ‘tarnos: existe una homogeneidad entze inhibici6n, sintoma y angustia? ¢Por qué, si no es asi, se utiliza la conjuncién? Por otra parte, sino pertenecen a un orden homogéneo, zesto im- plica, de modo necesario, que son heter6clitos? Se condi- cionan entre i, mantienen una relacién de causalidad o de ex- ‘lusién reciproca? Estas son sélo algunas de las preguntas que una légica elemental plantea desde Ia lectura inicial. Pues bien, para aclarar los términos, nos parece que Lacan utiliza implicitamente el esquema de los vectores divergentes que ‘marcaban la diferencia entre el Sorge y el esprit de sériewx, po- nigndolo —al reloj— ahora «cabeza abajon Ia inhibicion, el sintoma y la angustia. Lacan ‘mos—no precisa, en el Sertinario 10, la torsion efectuada entre sefio de esta futura matriz una relacién indudable con el es- quema anterior: — Laiintencion es ubicar alos tres elementos en juego dentro de una disposicién en la que hay cierto orden, que no es de a az sourpaape Joo] © soUeZUUIOD alg PU URI SMe "SPUSUOOU, ‘| 2p sotdard uos anb soqarumyuas soy ap ‘avared e ‘S2 o[T soared “soj}ouENU} sojapilguas ap oTMAANS Je Jod opez -aqeaua BqvaNci as “eureypnayy spSojonssdnsayy BI SUSU sad spapucous 6] ope okeSLD op Ora OpTSE. 1 ‘prnsayd uapisny emryonuysoqs etm 2p OPES PUP ‘ou org? ‘UOPIGRIT ‘omnes yeitA uoPUMy BUM axgos SeDAI UTA ¥| apuop Ose9 TE souratioyay ‘epyes ls savofeTTeD & ead] PIP OTLEY UO “eDTUAUT -oulay UPeTEpIsuoD PI ep sepueoyduur sey eyerape prany -seuraqqoxd soy wezuay ua 2p doqoa ns wa 739 poo} ‘upBoWeD9| | YOO Ope -opypar off 2 opuestad pyse anb sa ‘aye wy pay 18/210} “eae <9 ou wpuarayar eypyp anb weve] e2eIs0q] (aid us asr—UIsy -areur wramnbys pe eurureo vypod ou inuaysny vy 21gos soypmasg sor ua wist09 nos “y uoa waqeey 1od eppaped seqe BOP EHuzHO somroruaout Tp Teopzea Jp ‘peymogep vl © yaTpnTe PeHOZTTOY |p :sor0 on So] ap OpeoupuBis [a wUals “wep1o ayse opemdnse Z9A CU], :sepauapiooo sey ap oysedsar eerearp UOD -jsod wun ap oaReorput wynsar anb Tepmur oywansreuoeoso un {io /opaur asa ap ‘sopezt{eooy wos soydaouoo $07 “ersuEAdUNIOO So quel discurso freudiano se dirige a demostrar la inexistencia de dichos sentimientos 0 afectos, Habria que redefinir el ‘tulo, entonces, por ejemplo con una pregunta: ;Sertimientos inconcientes? La respuesta es que no los hay. El ejemplo vale ademés para demostrar la puntillosidad acan ha lefdo a Freud. El texto no dice que no hay das. Para expresario con una pretericién, convengamos en ‘que no hace falta recurrir bésicamente a Melanie Klein para encontramos frente a desarrollos como el referido. La conside- racién a una ansiedad profunda indicaria la presencia de una suerte demente de doble fondo, en donde abajo, detrés o den- tro de lo que aparece manifesto, cabe presuponer una angus- tia que no se muestra ante nosotros. El psiquismo seria asf concebido como una especie de alforja dentro de la cual resi- dirfa una angustia més allé de lo perceptible. Pensar en ansie- dades profundas implica, ademés, la posibilidad de contar con uni modelo de inconciente coextensive ala conciencia, de manera ‘que cada fendmeno conciente contaria cor un correlato en el doble fondo. Cada produccién del sujeto seria susceptible —como lo ‘sugiere el Kleinismo— de una interpretacién, debido a que ‘mantiene tna relacién estable con un contenido de lo incon- ciente: Conciencs Inconcente a El planteo no es otro que el de una correspondencia biu- nivoca entre fenémenos concientes y significados ocultos. Esto autoriza, Hevado a tiltima instancia, a interpretar cual- aquier cosa, y de modo incesante. Todo resulta interpretable, ya {que la remisin biundooea siempre «llega» « lo imaginari que 6e estima clatenten, Es contra esta difundida concepcién del otro psicoandlisis que se levanta la empresa lacaniana, fundada en tuna ajustada lectura de Freud. Le angustia existe a tanto afeca tl sujeto. Induudablemente hay defensas contra ella; el ntasma es una, como Veremos més adelante. Pero la puntuacién del ‘ffidestro francés de ninguna manera presupone una coextensi- vvidad, sino que responde alo estipulado por Freud, en el sen- tido de que hay formaciones de lo inconciente, La alusién a for- 24 ‘maciones implica que hay tn efecto de o inconcientepadecido po tm sujeto. Y padecido significa aqui «atropellado» por wn signt ise que edensuestrconio proverierte de un otro discurs, ‘Olro. Las formaciones de lo inconciente demuestran la exis- tencia de un lugar que discurre, ajeno al yo, y que irrampe de ‘modo inesperado en los dichos del sujeto. La experiencia ob- ‘via es el lapsus, formacién que no nos deja muy bien parados ten la pomposidad de nuestro prestigio yoico. Alls hay un lin- mado ala interpretacién, pero no se trata de algo que manque tina correlatividad con cierto hipotético significado incon- cliente, sino que acusa una hiancia en ta cadens jhace falta récurrir a nada con presuncién de profundo: ansie- dades u otros afectos. Hay una cadena, y en ella se dispone, por omisién, aquello pasible de ser reprimido, Pero reprimir hho consiste en enviar a ningtin fondo, en donde lo omitide permaneceria a Ia espera para filtrarse con astucia en el mo- Inento menos esperado. La reprimido no es otra cosa que To que retona. De lo contrario se concebiré a lo inconciente de-acuer- do con el modelo de un doblez de la conciencia; esto es, como tun personaje inoportuno que aguarda el instante de salir a e;- cena. Bs que esta teorfa falaz surge, en verdad, dela represen- tacin que cada quien posee de su yo, la que es wtrasladadan a tun supuesto subsuelo, En esa concepcién se ecusa por com- pleto a legalidad propia de lo inconciente, que por supuesto si er Endtico se organiza segri reglas distintas de las de la conciencia ica PA a eatrategia freudiana en Lo inconciente permite desechar Ia idea de que hay sentimientos inconcientes. No hay afectos, sino Gedanken, pensamientos inconcientes. Por lo tanto, la ar~ ggustia es algo que el sujeto padece, siente; estd afectado en. cto, Se presenta fenomenolégicamente; no hace falta inferirla © conjeturarla, al modo de: «Si pasara tal o éual cosa, usted ‘padeceria —por consiguiente— tal o cual tipo de angustia». Observaciones como la antedicha no hacen al psicoanélisis, sino a una suerte de presurta prevencién que se constraye mediante recurso a universos imaginarios. En ella el trabajo con los tier pos de la anticipaciin hace que el sujeto derrape en ellos, eri- fgiendo un mundo homogéneo y consistente acerca de eso que prevé, Cuando lega al momento del acto, la anticipacién hen- Chida de sentido es lo que perturba, en particular, para que el sujeto pueda obrar conforme con su deseo. Valga entonces la textensa digresién para marcar que tuna discriminacin fenome- 25 a -jwop ap oyrons eum aprard opeuopou ons pp anb wepeyes sey ‘sy “sesronp nur ey sey anb ‘souopoura sel ap seo se sepoy ered area oyse A ‘saoqRowioD9y saprayde sns wa YO -nupgstp Bap eum ars uppoUTe ouTOD opEUTCUSp OPE} 69 250 ua «ae» Lamb ‘SoSojo>Isd so] ap uorsusyude wl unas Avapro 2:0 ug ‘uopuny yap uoPUEIep PI ap SeUNIO} SEI Bpsap ‘nap sa ‘oysando o| ap worSol vy apsap opuesuad soureysa anb sowraproas ‘opadsar ty “peyeqyy Woo eeraaour ap pep -Tuqisod v| vasod uoPrpuco wise ua osmouT anLaroWe a8 anb -08 anb optus ap cpap Jap Jp :ojund un re>ejsap auayatioo un Ua ps9 OU Ppouatajat v7 ‘seoqSorouma s2nep se] ¥ Osa ‘uouaR sauamb v o sofoyopy soy» ayseone s9 ojos anb oyfno0 opeogufis un ap wen 2s ou Suef nb ey uoo UopApeEN wun ‘eqroysty wun wouDt ‘seynjoduat wos ou ‘oprqes so ‘Seaqured se] sopHooso sourmps soy enfiuaye| epeo ue soxpIosuy UpISe ‘owigo shiqno-sop pred ajqepuauicn: of ‘sopayduia stjgvo0n so} zp vopSpjoussa 230 ia wasseap mf ta pussy £8 soy] “soya «xo» se] 9p reno Upsedna0 anb sojdaou09 s0] ua outoo upoure vl © UpPefade eaysarduos vf Uo OUR, ‘Temyonnso uopAep tim ap opedsar oDod nut ao4p sou Syuapems8 jp suoysido 1 ‘so20amnbo v soureurey] souroqop ou anb opout ap ‘eojouswuoUusy oy uo se soumneueumed cura “a a380.9p uoponponUT vy oD “ssrepaide apand ower) BOPsemzeO ‘avinnoia (uonows) ‘uppous owioo ereunmousp anb ofjanbe ‘of opapunaout ttt woqdurenb se8nyun wo “preoign woPIqAUE EpeURET| USmUaIEP % sump senna my Koo 2p appt cuupuns yo agency 9 oan sun 9p Me wo uRuos ene umanb REP Og , Pap red e ojduraf 10g ‘souopeyar K soosaquared je prequos -aidar orpeno [3 “setpeGj se] ap TeuOHVANP opHUas Ta UE Tok eure o\eur ap wea onrpMTASW fo £ peymourp el ueyuosaidar amb saroyea so} erates oyrey 82 /ooge8 Tap WHO] e[ ap ey 22] Be open Ug “ednoo sou an oydaouod Te sepeBy ssu0H sono ap ensts wun epoy,rSrraqur ered osor[eA wy[nsar OpUET] ~ouresap soureyse anb yp otto «equanoup trey TepeUr axpenD 1m 4s ‘oasep Te uojoeunxoide ns two asiedey apand ovafns [> an woo «soanseye» saranaeoe so] ap euan rep zemooxd ered rerouarayar ap safo sop so] ap UppUMY wa ‘saTqypUaIE SOUOPS ~eppt ap suse eum oons¥pTp opour ap TeoyesS ours "emyonsS ap op unSte ziquoso apuayaud ou weDe"] —x(ofaD» [ap fp woD cowoo— wurerferp 2360 uoo anb serepe euad y ajea ‘ayred eno Jog “soquaywaatioour soy rezawoo wapand opwreno £9 “ear -3Jat ap o}x9} fo UOD UOTDETAT Ns ep sOPTERXe Jas Ty “RANE pp ua sounmp) say soy ap uD ~sodstp 2] ap orpeut rod gxpusygo anb ppyynu aupono TE “ounypnay/ apoduiy po aigos muonbsa ns cwzunBi0 und wn] » grass ypou o coed vuozuss A uoronqnya aezie worSoqou iio racional de la situacién, en tanto est «tornado» por la ‘emocién. Podriamos decir que se encuentra en un estado ‘cereano —-como el cuadro lo reflejalateralmente— al sintoma, entendido este por el sesgo del descontrol y de la ineficaci volitiva. Ahora bien, el grado atin mayor de esta alteraci se presenta, segtin Lacan destaca, en el caso de la furbacié (emo): DIFCULTAD oni R OK La alusién a un estado de turbacion parece ser una buena leccién para traducir el original émoi el que esté turbado, no sabe qué hacer; le falta Ia acciin. La tarbacién va acercando el pa- decimiento de! sujeto a la angustia. Hlenos entonces ante los ‘res estados dispuestos segiin su relacién con el movimiento, ena columna de Ia inhibicién. En cuanto asu graduacién relativa alla dificultad, la inhibi- ign se verd incrementada por lo que Lacan denomina como ‘mpedimento (empichemen), vocablo de raiz latina, derivado del verbo impedicare, obstaculizar, ser tomado en, o por, una trampa. Se trata, pues, de una dificultad de orden mayor que Jamera inhibicion: DIFCULTAD 1 | tiv Impedimento’ x v Ae | Broan ‘Stntoma * L 1 | tartan x Anguaie é En un plano de dificultad atin més marcada —y esto lo sefala en espafol, en virtud de sus ecos etimolégicos— se ‘ubica el embarazo, en Ta columna que lama «del sujeto>. Esta situacién denota, ademés de una superior dificultad, la con- 2B dicién reproductiva, y lo que implica el estado concreto de la ‘mujer embarazada en cuanto al obstéculo que conlleva: DIFCULTAD onze OX Con independenia de las resonancias propias del emba- azo biol6gico, todos saben Jo que es tina sition sibarazsen, sde como fal dela propia captura' fo smo inteligir el sintoma —que jumna vertical— entretejido como Mientras el género préximo avala la articulacién en un nivel de i la diferencia especifica es lo que permite ‘mantener al sintoma con una minima condicién de singula- Hidad; empero, ello no obsta para que aparezcan parentescos muy estrechos. Ast, «estar impedido es un sintortm, sefiala, aun- que agrega a continuaci6n que estar inkibido wes un sintoma estar puesto en el museo comporta, en acién de un resto de lo vivido, De hecho* inhibicién aps ‘ distancia 'y més lejos atin de la angustia. La: mu laciona ademis con algo caduco, testimonio de lo GRE THE Por ede no posee para el sujeto el mismo grado de {mplicacion que tiene, en cuanto al trastomno en el movisnien- 23 sns ap vim se gonoyrpne Jap ouafoaatag vf reso] ow? coongnd opm{ un ap ‘ojdurafa zod “eoidyjoyord uorenyis ey a 2sopurpnues opeio fe opo} algos afimp ag "eaywensrod Ug -nooje eum wa uoPeuaumEre e| rauodsyp SugD saroj2a| sms v opteyesue { opuefssuoce ‘osmostp ap sopeprrepour sea. _Poogtpoo wus uaBruned sorry B‘OpHOUDD 59 OUC-) “SSRORSELY 9p sO UOHRA BOT opUaS [> UE coysandxe oy unas sa —eotiojal «pam» ef ap “eso so] ap ED ‘ueae'] anb v xe8ny ep ajueyqey aise ap oasap Te uPUaye w] “apemyfudis jp op ous 9 ou ojalns 19 “opexaua8 ey of anb eayndoprayut UoPrpUOD vI ap 01372 ‘ouro9 opransuon 1m}s0 sod 4es apand of ‘oyalns $9 1g “apuryad ‘nuruiouap 2s spumpunpa opow ap anb ofalns jp voasuuqu worstcu “i tun owe> suo} of “0asap 79 vpand w2 opunuay amb ons ‘nas Lprooncepe mun Sta aodns ou anb wh 8ojoxas 2 ou wy SojOeI -so8ojgjaua ap JP “seysqeUe So] SOPOr vode “ug}suanxe sod ‘anb X eupurouap as Jone [> [END |? ‘woo aaquiou un zepeae ered 1opavareppse eysay anb of ‘oasap Bauensos uese] ‘opens reajdun09 out e ‘soumftp ou ‘omerequie TRoqows 4 “ugpeqins ee oseo un ve ‘uppEONrE ns 10d epep ‘prejso voypadse epuaroytp v} “seynuSgou sop sey v coumICD soupaa ‘ensndue vj v A ewoqule [e wnreore0 ns sepuovarw Sour are sou ‘oyos uy ‘eantsodo wiBayenjsa ns w sourareRU ape sou ott sonoson|“oasop fp souajumur exed oxpaur wang un $9 Teno of ‘sareSny soqure ap opeusy| Je osuadens ua auanuTEU ‘weoe] ‘seiTuBoout outoo vanatreutrad ‘sepeze|durar Yorn OU 00: 80q o1ajduaco epanb ou ‘ompap [fa¥j so OUtOD ‘sasoTT=HTE seurfed sey uo opteyjomesap opniaa souray anb ompen - -soquonoayy spur sey ap un NOAM ‘¥{ opuats‘seponsas sns zefap ous apand ou sjsamau eYpyp 059 vod teppueyut o] wo ajqeyaau s9 woRoaU epueysuTiaND Bf and #e[eues ered pnary Jod epezqyn ayany uppeupmousp “sual “i ssounsu moms ‘our un ap reqnogyred sysomaU | $9 04 «OP of -esoaese> offanbe anb ‘upmrqnyur vy B ossnoar yp wo “eszeqord woo apand opourase aq ‘opor opaput ap cood un outs ‘eoyfoedsa 08 fo 0 outa, ouoreau papas 24 o1 cred un & epriitnp ‘epezteooy sojap ap «ugperedns» epeznaiodny ev ‘opdurels zod ‘aynar sou any za wungie anb of ap opsoumsay Un v UOTE e] “epepraqip» eotpored ‘wun 2p seloTea 20] ‘spurape ‘opueorpurarar ‘any anb of ap on -oumpsa} ap apadso eso offsuoo reasq] prpod oum wpe ‘rejoed -wooua apand apuop va “fer2eNUN0 arsed un wNDO as PIS UG ‘ojsn8 0 oyonSeyp 2p uoqysono woul nun wo uA my BLBIQUOD anb osofoBad conde 2008 jo ua wpwpunf uomweypniores tun wo uejuasaid ag ‘consrasnus of ap vidard ugrsuaunp wsa w2as0d ‘sape} owwoo ecquaDaL as OU anb suuvpHen sgal sel ep seySNUT fojdurofa xog ‘vororqryut e| ap upPeuMMrBay wun opeynsar (059 woo X? 39e 40s ‘Ig» “eaneompurarar peprepour wun sod ‘epezeydzar 2es apand warg anb ‘epesaraytr aprsumeso708 197 ‘esojuaurye Uos cosnur fo we oxsond euros uM we UO IATUT 'e wayratioo anb sozen so] op soysnyy “yueBauaqu une eajana> 3128 anb aqquoof cood sa apuop wa wimpupyos wun ‘popyscosa 0 w2 -rearojur e| ap ordoud ozoamnba po exed ode opmbsat un zefap lus ‘ewuaye fp an of of9s we “ugbiqngur ns ap oyadsay squat ap epuaara epuosaud wt aqep se eoudys peprens ©] [5] of -ofvSad onqu8s 2008 ottio> opeuniouap souray anb of Wo9 ¥ze ous 22 uoPIGnpET ¥| ap edord wonsyosnur woAspaEIED eT “sisypun ap upusuuap of 9 “Fonpauy vaymuayyo owed ‘seumuasaid mans ou uowgnyuy my 0 aza4f ‘nb wupmrajap osg -eurojys um ‘aquarayuT PEAMOUTP vf £ 03 preguntas, Arist6teles realiza un fundamentado desarrollo al respecto, donde lo queimportaes aquello que suscita por me- dio de Ia accién retérica. Segiin se vaya conformando el dis- ‘curso del orador emeigen, en el campo de lo interlocutivo, de 105 oyentes, los sentimientos. Para ejemplificar hasta qué pun- ‘to el pensador griego abordaba con pertinencia la cuestiGn de Jos afectos, podemos reparar en una reflexi6n psicoanalitica avant la lettre: Ja efectuada en torno de Ia enviia ‘Pesealo divulgado con vastedad a partir de concepciones del otro psicoandlisis, la envidia no reside en atacar, en pro- ‘curar destruirlo que tienen otros sujetos. Esto parece coincidir con Ja opinién tradicional, que estima que la envidia consiste ‘en buscar el mal del otro, 0en intentar apoderarse de lo que el otro tendria, visto desde una posicién minusvalida. Desde Lacan contamos can una intelecciGn bastante mas ajustada al sespecto. La envidia no finca, en rigor, en una mocién tendien- tea arruinar lo que posee el otro, Nose envidia otro sujeto ni al objeto que presuntamente tiene, sino a un acople que se supone ideal entre dl otro y aquello de lo cual parece gozar. Por lo tanto, Ia envi ige a ese estar como colgado del objeto, en una rela- ica, idealizada. Esto es lo que, apoyado de manera ‘magnifica en un pasaje de las Confesiones de San Agustin, demuestra Lacan, con referencia a cémo el hermano mayor sufre al contemplar la lactancia del bebé de su madre. Qué envidia? ZEl pecho? jLa leche? ,A su madre? ,Al hermanito? ‘Veamos, entonces, la caracterizacién tespectiva de Aristoteles: ‘También es cosa clara sobre qué materia se siente envidia y contra quiénes, y en qué estado de énimo, si la envidia es cierta tristeza por la abundancia manifiesta de los bienes di- chos, sentida contra los iguales, no con el pretexto o deseo de que algo sea para uno, sino por ellos mismos; sentirén en- vvidia, por consiguiente, estos tales de aquellos que s acellos oo parecen, Llamo iguales a los que lo son: ° en parentela, en edad, en habitos, en fama, en bienes de for- tuna, También son envidiosos aquellos a quienes les falta poco para tenerlo todo —por eso los que realizan grandes cosas Y on felices, son envidiosos». El pérrafo es llamativo por sus sorprendentes puntuaciones. El primer item a destacar es que no se siente envidia ante alguien que est ubjcado a wma dis- tancia abismal, sino frente a un par. Por otra parte, geémo pue- de ser que quien posee casi todo sea envidioso? ;Acaso no cenvidia més aquel a quien més le falta? La cuestion es que al 32 ‘primero no puede dejar de faltarle algo para conseguir ese todo; sabemos que dicho todo es, por dems, una postulacién imaginaria; no hay tal. Al respecto puntualiza Lacan: todo es, cualquier parte y cada una; en ese sentido, cada cual podra ser un-todo, pero eso no implica que haya el Todo-completo. Frente a esa imposibilidad es que se envidia ese poco que se sostiene que falta para poseer el hipotético Todo. Podemos ‘suscribir casi ala letra lo que Aristoteles agrega sobre el punto: ‘eudos que son honrados sobremanera en algo especial, y ma- ‘yormente si es por la sabiduria ola felicidad. Y los que ambi- cionan honores son més envidiosos que los que no los am- bbicionan. Y los que se creen sabios, porque ambicionan los honores que corresponden a la sabiduriay. Vale decir que cada ‘uno va tras la imagen félica de la que carece, aquella que ven- dria a recusar lo que Lacan, en su notacién algebraica, escribi- ia como (- @) la castracin imaginaria, Para culminar el pasaje, cl lésofo remata: «Yen general, los que ambicionan la gloria, ‘en algtin campo determinado, son envidiosos en lo que a ello se refiere» [5]. réconocibles por conciliable con la ensefanza lacaniana, y situada en el extre- ‘mo opuesto de la concepcién Kleiniana, en donde predomina cl afén destructive a partir del modelo de un lactante que en- vidia el pecho materno y su contenido, en tanto objeto parcial {Qué situacién de mayor disparidad subjetiva podré imagi- yrarse que esta que Melanie Klein nos presenta? Un bebé en es- tado de desamparo, ante una madre que puede ono conceder su leche, Aquf estamos, nos dice Lacan, no en el plano de la, ia infantil, sino en el de la omnipo- la Madre. La envidia, entonces, es otra cosa. ‘Ahora bien, gpor qué introducir en este desarrollo la cues- 4i6n de la envidia? Pues para poder advertir que se trata de ‘una situacién significante, que marca lugares topologicamen- te. En la envidia importa, de modo crucial, a " en Freud esté escrito como al pasar, acerca del rarcisnp se 7 —-anunonfs op oxo oun ap ‘9h —soprayo sooad ou xa aqua un ata puposunsT? % —S9PIOIHY 2p wonpnuaygasd in anand 10 “ape sof 9p oren [op vidord eppzaut wy 30d 0 of tod ugpdo wun ap ven as our nb opour aq ‘(ssrpuBosIsd yep e[so.anb) wietjeue Tap wong e| ap Wepro jo Us eIpey Eun “emp: Uopeunmye wun —ess o— wozared anbume “’sonjoaut PIptA 24 Pf ap UOPUNY Us emo vj HSITIC “sfeyPUE UN FoUEysos ered aqqesvadstpurs9 eons e] Uoo UpPeORAE Ns wo EHO E] : ‘uerevop “uage of anb exed seoey ougo wiqes ou oBony & ‘sysyuE wa Wer “amis saquezrreue soy anb ered r2ney owgo wqes ourordpurd Je reqpyeuss owen fp OWLOD ‘NL WEL AP BBO] WoeALep PUT ouroo wpiqure) eparede systpeue [ep wy Jop vongurayqord ey “aun pp anb ‘sjsu fp ane reaquansue soypmst X “sos7aid syut “as nund ‘084s ap pupsseacu mu Bis un ‘oa pvaod ‘sa ssa “nau anb ap Wordes4HEX OUTED exado eppesar y| anb WesePIS “uoo sourerpnayysopay soy mbyy “vious ja 9 —eyaaod oponsit re Bans ‘opueZueA® ¥is9 ze wotsqnduseo aque 1p Wo “epurerado F529 ap onuap ‘ofan{ ue sovopemonre sepeyuaura[dunco A sepres ‘Avy vayeBou woxnpdoio} upioaves seurey, wa orp pray anb brane ofje sod epeunmsayap “euerurepy vanvedsrad e] apsop Bata Referencias bibliogrficas Lacan, «Funci6n y campo de Ia palabra (habla) y del lenguaje pplcoandlisss, Excite 1, México: Siglo XX, 1976, pg 137. ‘Buenos Aires: Losad, 1966, pégs. 62-4 1988, page. 143-51. [5] Avistételes, Retvioy Obras, Madrid: Aguilar, 1967, pég. 165. 36 2.No.... sin objeto. El grafo dela angustia En tomo del sostén del analisis, de acuerdo con los concep- tos lacanianos, resulta indispensable la articulacién de una nocién decisiva: la de objeto a. En efecto, el analista intenta, 0 debe tratar de, ocupar el lugar de semblante del objeto a. Sin pormenorizar por el momento la nocién de semblante, conviene ubicar ya mismo a eso que Lacan ha denominado camo su «tinico invento» en el psicoanslisis, Ha sido, efect- -vamente, una propuesta o descubrimiento a la que bien le cuadira la calificacién que él prefiere;es un invento te6rica. En primer lugar, como se encarg6 de apuntar, es un modo de {ncluir una mueva letra en la notacién algebraica —que debe diferenciarse en forma neta del Algebra, en sentido estricto— enel procesamiento de nuestra disciplina. ‘Ahora bien, alos efectos de soportar el lugar de semblante de objeto 4, el analista sostiene una determinada relacién con st analizante, en la cual trata de mantenerse separado de la problemética propia de la vinculacién interhumana. Esto in Gi z fundada en transitar Jas psicoterapias. Si hay algtin lugar especifico del, analista, se relaciona con el a Pero cabe entonces preguntarse, qué eseste objeto? Ss Ela, que como letra no conta nada, posee una importacia tan decison que no es fuctblereferirse a muchos conceptos, entre ellos la ‘engusta, de no renisirnosaél de manera sisterdtcn. En ese sentido, objeto aes a ofra cuestién Dfsica del Seminario sobre La angus- ‘a, aparie dela que sel eltulo. Incluso Lacan lege a aseve- raren un momento que dl since corto subjtive gue padetos 5 precisamenie Iaangusia. sta afirmacién inau- jeccién novedosa de algunos problemas plan- gura una teados con insistencia por la psicologia, y nos permitird, por ‘un rodeo, procurar asir la cuesti6n del a. Tomando como pun- to de partida el criticado «método del catdlogom, se toma via- 37 [Pu opps wey anb map ye eoyduur anb eysudure epermuBored [oo Jadwor ap BEN as “eysandde uoPEOMTSED BL ANNU 9] ug “Teuorouaauion of ap “tNUIOD opnuds Jap Mperqanb yy ‘opnuaur e'sa offan{ wa entra anb 07 ‘sano aqua ‘saqueusippuy caymereypy ‘soaneiofad ‘soarsqnaar sojaye resoaoxd v 1e8 a1] vapand anb ‘spur ume 43 10d ap sotago tos ou anb sopep mu sejnysod aans eopyfeteootsd ugrrezTenydanuco &] “emadns Tepnap wun esayuoo anb of ‘stsyptre cored Jap ouransa Jo Wo souraaour sou mnbe anb ‘oBrequia ws 69 0st [exp mf ap oarnyus ound fo a wan 28 anb of anf -uoo anb spu uzomy ou m380jco%sd map souotseuaaase su £ 'SOBO|GO “asd sowos soper ‘“opnuas aso ug ‘souopemmuoy ap ode 2359 ap vonyoe epuaredsex vj ams nye ap A ‘onmSeum opour ap aqes as wi anb of ‘o1ago of 204 ag ySopoyney au ons zomp oud s ou smruouory suse a an sq "wurayqoud yo ys Te A'503 -uaqurpouoo sarofeut ap peprsavau uns “epapuayarde apand ‘erombreno ‘ayqysuardusoo oyrey s2 ‘stsayus wa ‘uoDRIyTSED un oy sisomau ¥so ug -zgaf eum ‘ojdusale rod ‘euusoy sewo} yxpod me ‘oper ep wen as optrend ‘orquTED ws ‘re Sims sorpaur $07] ro9fr of anb oy snyuasftasapod mend sosuncat “anbe ap vidoid peprunraur yy ua pep apea ‘UoToRUySpur ef Uo ‘uoispaidury wy va asoureunred as ‘oyqure wa ‘sesorrayue soyd20 -uoo sop soy uy “eraquo wun zeRUTp syed open Ty “ope owaur 0 so40ur Uoo oprwayios Jepod wred sexW@syenso seiqort eur © seonom aereap! Upspod ‘oqsunO yysO apUEZELSUTE coos is anb opep ‘oyrep ouarTe un ereUoProdoxd opqUuas 252 Ug “aoH9};9» oulos opraouss opunur fe ayuaTauayed oUoD opezreuorer ras seouoqua yxpod wpuarayer ap oVe(40 TH oP + spenaey, | pepasuy soponu op wpuscpud wo 95995 Spgsuauup 2140 esud 38 oelgo opeosng ws 2200140 w 98 2938 orb 69 OSC [5 "EH we -snue ¥] o pepajsue wf eoonard anb oupoy fe ser E29] apand 28 ou seyde ojund um aysa so “voHBojouaUELaS USKOSFSIUE Ep “APNE kT ered “soprmanye gnb v Jaqes ou Jap “upPRUSpUT ey ap offses fp tod uaun 2s “epuarenp ns ap resad v ‘soqrarmpoped soqury ‘pnb aun oan dod tages ws “epsriBue vf axgHs 0 OsOISue ‘yyS0 oFals 1 “o7a/qo ap mpl pur 1 70504 OFUp un sa ‘som18ojou suouaf soxsauugy uo ‘aysnSt wy uoo puparsun ww 28x anb oy open epesiry I pepesuy x{an0 exodr00 «aquayeamban ns f Auzyy um so wysniiue ws 9p UpAseNd ¥ JaAlosal Ws asopupfap) oyASIp OBfe wa —odrand Pp Uppedmpred yj od— gon as peparsue ef ‘ensue ef ap «aquzpeamba» um o «aquauoduroo» um —eoagnba uorseunst -oupp Bum woo auxzoguos— asreurey] ajans anb of soures;UOsyS JTIV “ouausguds ayse 10d operonyoaur eTpey as Te20d109 of amb 59 [epu2so of ‘ouorentdsar [p oUzo9 ‘euysIs um ap 0 “uozeI69 JP outs ‘oui um ap asreyen apong ‘WapIO ONO ® aony wh 0382 /opea® £ wunsoy wun wo opopupgamyrod ‘odzana fe (Comp “gar opHuas ue oqeo04 [e Jopuayua aqua be A) vsaxezUy pep -aysur f “uaiq roy “eandumsep aquouraquaUTUTD 89 ‘opiges ‘89 otnoo ‘enb Temqey wornymbrsd upperepisuoo vl oo set “spe appuroy ‘peparsure owioo a2ouos as anb orjanbbe so esod “10> osturardurco ins ‘epuaata vf ap oud oToUNs9 Jp Ua Ope “1qn /ofatsosesap { seysayeur ap opuarurguas oye anb repeyes opens soSoqgzisd soy ‘03972 uy “eaaypuaa anb wisandord ey sod se ‘eupsey earimu wa rod ayqystiarduoo $9 A wzayduns 2p oped ajqeraprsuco un uo whode as anb opep “aqdlr=qur 0} ‘“iey Wynsar seuopePuareytp ap ody ayse /sepnp v rey UI open samiey pepesy :ajuemSis o| so suodard sou upmeagisepp vse anb 07 ‘oper 1p A nysnSur ey “popajsun vf eouareyrp nb ‘worSojouawousy ugperdeur ap ‘enmouoxey Tewauiaye eI ap BEN 3 'sa0aI UOD ‘epeSmagp eum ajspxq ‘swoop ug ssw souoreoyiyD ap mred e soywapuardios sauopeyar seunSie ap afadsap [9 919 caso del miedo nos encontramos ante un objeto. Aqui irrum- ‘pe, en consecuencia, con tal prop6sito, um insélito aforismo la- nino: «La angustia noes sin objetov. Esta aseveracién es, pot cierto, novedosa. La angustia pasa a ser algo distinto que una reaccién del sujeto ante algo que falta, que no esta presente hay nada que lo provoque», ete. Afirmaciones como la citada son propias de evidentes sinceramientos de los. padecen angustia. La cuestién es que reproducir en la tearia la {alia de objeto no comporta sino ‘nol6gica. Por el contnaro, el psicoa este enunciado. Y un buen modo de lograrlo es poniendo a pprucba el fuerte postulado lacaniano. Es conveniente entonces detenemos en el sentido de dicha formulacién. Ahora bien, observamos que el aforismo no sefiala que la angustia posee objeto, sino que elipticamente recurre a una singular opera- i6n, con un «no» seguido de un «sin. All se cifra esta expe- cial enunciaci6n lgica de una forma de la negaci6n, que debemos intercalar en la clasica serie que nos sirvi6 de punto de partida: Ansiedad | Anghatia owsin peseaes | aeteeeeee ee tne wis Estas dos particulas, «no... sin», estructuran el aforismo de ‘modo que pueda dar cuenta de una condicién oscura,imprecisa, del objeto en: cuestién. De tal manera, dicho objeto resulta caracterizado como algo que se encuentra muy lejos de ser obvio o evidente: Ansan sedate osm —_—____. Miedo Esta oscuridad es similar a la que se expresa, ante in dis- curso especialmente sugestivo en su ambigiiedad, sefialando que «no ser4 sin alguna intencién>. No est4 claro de cual 40 intencién se trata, pero se sospecha que Is hay. Por ende, la adopcién del «no .. sin» se dirige a tothar en primer término tuna posicién respecto de la oscuridad —y no del oscurantis- cde lacualel aforismo es testimonio, Pero, a 0 rasgo, que apunta a una condicién que pod ‘como extraordinaria, en el sentido de algo mds alld de lo extraordinasia Bl recurso lacaniano a la operacién ret6rica del «no .. sin» queda inscrito en ofros tramos de su ensefianza. Por ejemplo enel Seminario 6, El deseo y su interpretacién —divulgado segin el conocido resumen que de este hizo J-B. Pontalis—, puede encontrarse, en sus tramos finales, una definicién en tomo de las posiciones masculina y ino es sin tenerlo (i nest pas ‘voir: él no deja de al falo y a la con- sencia —en tanto siguiente modo: «Se podria decir con una férmula andloga que la mujeres sin tenero..» [1]. sta puntuacién de un previo in» es olza prucba de la diferencia entre la dialéctica ha falica hace a una local corporal precisa, lo que no jenerlo, mediante una identifi- cacién con el falo que inviste Ia totatidad del cuexpo. resenttados los términos mediante un «no sin» respecto del objeto de la angustia, se quiebra la falaz perspectiva feno- ‘menolégico-psiquidtrico-psicolégica. Por el momento tan s6lo dejaremos por sentada esta ruptura, que seré retomada en. otros pasajes ulteriores. ey apand ony (b-) ous asisquose v osed ‘sunpunon] upjoriou vf 102 “upponusto e| ‘CUPP SOUTAY WO "sy UD Te ap operadnsat any ‘empou oydaouoo one) uo uopENse ap ofajdin0> Ta “upponuysio e| ap “yys9 OTR ‘eyeN as zepmppto} ‘/oupyp sofsur ‘0 epellzaysod opis wiqey anb euerpnaiy wjsandoud ¥‘orqume> roduro ns ap auataard upiqurey ‘ayred eyo od “eno jo “» oyelgo [p w09 A casap [Bp UO}DEIOU e] YOO UOPET ars ap oruourysay apuag anb wuranbsa yp we onrs un sednoo 2qap ‘0110 Jap 0289p ouo9 casap Ye ziqe0u09 aymutsed vpnp us anb ‘Tenaya zeny 20g ‘ayus/ouns o ougload opay wo ‘0140 * mp ons omao “emoyoquis yuowou> opuny 1a ‘14Q TEP UO “eqmasod ns uepneDe| ezuyoeus v| ap sareynpou sowund soy ap oun ® sejmonred uo aywat oa Jp ‘syuape oma ‘Teneo tydeouco fo ope opueyunde soja osanurum alms anb of 10d ‘opr 3p oalqnsojpeuoo oso ‘SOUTeTEYOS OWED“ ox wat, ————> | Sg me v sees -nsaidat uapend souopepsr se euresSepp fp Ua ‘(@ Og) ut -suyirey Jap vpMUTIOy vf BEND ep Tend of ap *e azalgo je -wsHw Of anb.oy» nouaiafes sod £90] opezieg oyafns fap Oosop fo "ZOA NS Sep —— Ny ta yo sod mpozyousmessnSu my a2aped uaynb sa anb (G) ‘opnsing 0 ‘aquvasep 0% zoos 38 an no uaa ‘ope un od ‘eynoys 25 oasap 3482 “H2Ig Som “ap OOP £9 out 3459 ap suanyoa| soap wun ‘oprafa wa (0) upzumd ya 40d ‘aquose 2s oasap ja “woe 10d wysandord voreaqadpe UDEOU eI 1 ‘onb ‘suopeyar ap wuronbso un zmzsuo souremoord anb ‘ef epsosar age “«apiog 2p oustupiaf» un $9 ‘ose rod ‘saynI. = ‘ns zexioq ¥ aptian oyund oa un wa anb ored ‘eombysd epi 2[u2 opepuaranp ‘oprputnse ayuaureyuerpys YaDas anb o8ye unroy ayuomnSis el ap aero exzpod wuranbso 11030] o109‘soutoea souzwupuaf sop ap opzadsax -anbse sp v sourea ‘seyjanbe anue seareayudis syut se] ap seundie sesauce ap oruBsap ye vo ‘sarqisneyd wavared sou ‘ysnSun v7 ap wmyso] ENSINU Ua ‘anb suo! seusTE ap eyiano rep URuayUT sooHOypIP say UoD sopeuasard mbe svureiSeyp £ soxpeno $07] ‘91 o-nuiuag Top Os™n39p [2 *remyyay ero woo ZaA [ey smBasoud ap we;eN OTR] SOSAN, pensarse al objeto a sin una remsién a la castracién, A.Ta vez, la angustia no es concebible sin su relacién primordial con el mismo concepto: ‘porque en muchas oportunidades resulta arduo realizar un, distingo entre ambos conceptos. Et hecho de que el a aluda, en ‘iltima instancia, a Ja castracién, es inseparable de la relacién que une a esta con la angustia, como queda evidenciado en el iagrama, (Este ftem lo retomaremos en el préximo capftulo,) En cuanto al punz6n, como es sabido, posee miltiples En ella el sujeto barrado se articula ala demanda (D). También deberemos tener en cuenta a la pulsién dentro del esquema: Deo Sngusls CTR rad 8g ‘La demanda juega un papel capital en el neurbtico; asf, lo entender que quien esté pidiendo no lo hace por aquello que pide, sino por otra cosa, constifuiré un craso error responder 4 al pedido efectuado, pues ahogaré el deseo alli enmascarado. En algunas traducciones de Lacan al castellano, como por ejemplo la del Semin loriginal demander le resta ast el ante wn edatios. te el significante gar este timo que también constituye el gozne con el deseo: produce huellas cuyo engafio (trom pasar por falsas siendo las verdadera Ja buena pista» (2), Fragmento inte ‘ademés se precisa una clara di sobre la que cabe volver una y ott 10s semiGlogos han reconocido esta capacidac 0 privativa del ser humano. Umberto Eco, por Jo, lo formul6 de manera en extremo pregnante. En se para mentir» [3]. Esto reduce de modo nota Jo Simbélico —demostrando su inexistencia. por ejemplo, lo cual es saludable, dado que de lo contrario "De acuerdo con ello retomaremos asia perspectivaenel capitulo & a 23 ‘epjenfire wy ap ouoy wo seprfos sauce ap sopar se uD Luooe vy ap sapeprfepour sop #e3s9 sepeorgn 79a eu) ys 3p po espe 1 BOP-EHHZHO ‘avianotaia :peymomrp op ‘ssrepaide apand ooo ‘ouranxe oped un ws ‘uoprsod as oye oupicl “aysnSun vy ap uoruyiaa ap outst opoUt oon *e 7a woo opwanfistaps “3x0 oyalns 12 ford Je ua uoKooD By ap OpHoey “zap opou 259'(~y Tea) 0} po afesed ye sepeuapd09 Se Uo asTeD sonpaquy weoe] optrens ‘uaIg eroKTy “emo ¥[ we —epaons {— sepaons apand autioyuos ‘ensue ap Teak fa Mpa SIP ¥ eof] outon “canfisuoa» aqueammals fep PepHEUOPUNS SEL ‘oyDaye Tap opusrureseyde Jo wxZo] as pend of Uo “par BUN zp SBA. -ey @ eprezedsop wordurt uogson> wun vopURUOyoUE FOC Ty sayusoyfuds muapen 9 od Aus assed “yquzysap ojos un -oqered sejegeaun ssuopemoadse o (eureraBay aqqisues ezay ~389 ¥[ ouro3) eogosomy auqurerer ap semyeAode ap azzas wu, po} we requ Wig "e7a}120 “apua zod ‘eaxaid epsnise ey] anh oven sa msn my avad “1 ‘anb ps0 Uo fdejoo v sottraey arb jg “seperoyrar euad ey apea oq ~enydaouoo seuorsesuapuco ses9 Ucd Ooy[y]O08 OPOUT ap waUE -cov as anb so aquayey ardurays oBser yp anbumy “exeyasua ns wepenmde onb soyponbe op ‘ouenreae] ouspoye ono sod epen, -sny eurepuny upeUTETLDSTp Yun epie YI Ug “SouraTe -aptouco exo anb euaoyoorp wim Jod wpeznerpeur enuanous 29 Jeno vy “ensnBue w wo uppers: epren anb £ ‘opejose syUE oupnur offe eoydun ayreoytudls [9 Auese] ap uoprsod yy use 59 OW "eh apsaq TaNisse> ystti ‘erenUE{OAU BOSOTY we OpsaP ‘opemour anb wo fanbe ouioo owsyoquysuad um wa asrseo ¥pspod ‘be —volviendo al concepto de certeza— proseguir con el dia grama: Lacerteza, entonces, hace de gozne entre la sei a ne isis. 2Por qué? Porque en ellas puede apreciarse una singular relacién del sujeto con el Oto, establecida para re solver ciertas cuestiones, que luego pormenorizaremos. «Queda por representar en el diagrama tna relacién més, que da cuenta de un sujeto por venir, esto es, un pre-sujeto (5), sobre el cual obra el significante para escindirlo, para barrarlo: El graf dein engustia Por accién de la eficacia significante, el circuito de rela- iones se cierra, aunque de manera provisoria, Es posible seguir articulando nuevas ligazones, por ejemplo co conceptos de demanda del Otro y goce del Otro, pero para lo que ahora nos ocupa estos vectores nos parecen suficientes. El dis- cemimiento de cada una de estas relaciones ya determina, de Por sf, un trabajo arduo. En el Sentinario 10, Lacan enhebraré ‘una a una estas cuestiones que estén muy lejos de enlazarse de modo unilineal, dado que se entraman en un complejo re- cortido deidas y vueltas. En el esquema que hemos planteado 43 —gpor qué no darle el estatuto de graf, finalmente, dado que satisface sus requerimientos?—, como puede advertirse, no aparece un orden de privilegios. En todo caso, si hay que jerar- quizar algo es —tal vez por las miiltiples determinacione: provoca al modo de un ee, y Ia neutralidad de su notaci efecto de sentido— al objeto a. En resumen: el graf de tia, segiin proponemos denomtinarto, nos serv ector a tos efectos de dlucidar el marco relacional de ta angus Hacia el comienzo de! Seminario, su autor destaca que el {deal de toda ensefianza es la simplicidad. Brinda una serie de razones para procurar dar cuenta de dénde proviens in —tanto del que enseria como del que aprende— por la sen singular y lo simple. ,A qué obedece esto? Al respecto, ppasajes introduce, de modo explicativo, uno de aquellos con- ceptos freudianos que en su lectura se aisla y privilegia, adquiriendo un estatuto tesrico y clinico que en los textos de Freud sélo poseia en forma larvada. Se trata del trazo unario, estrictamente postulado en Psicologia de las masas y ancdlisis del yo, traducido en la nueva versi6n castellana como «tinico, rasgo (einziger Zug)». Mediante el trazo unario, el sujeto puede incorporarse como un Lino en lo Real. Ylo hace por aquello que lo preexiste: ‘Asi, Uno puede contarse, y con ello abre paso a ci6n entre das conceptos decisivos que el psicoandlisis diferencia: el Lino contable y el uno unificante El concepto de trazo unario —o inico— es crucial para entender spitulo del citado cidn, puede leerse: sn grado sumo, pues To que esta en juego en el Una conta ensayo freudiano dedicado a La ‘<.a identificaci6n es parcial, limita toma prestado un tinico rasgo de la persona objeto» [4]. Noes ‘una stierte de imitacién global, sino que el trazo unario basta ‘para sostener la identificacién. De ahi, entre otras cosas, ese 4 ey por lo parcial. Tomado enel plano del sin- toma,.es viable advertir cémo, por ejemplo, la paciente de Freud se apropiaba de la tos de la persona amada, Mimeti- zaba el sintoma de su padre, castigdndose a la vez —en tanto ‘por pretender un objeto prohibido. De otra ma- oficiaba —en tanto trazo unario— como castigo, pero, aun tiempo, y por medio de la identificacién parcial, le permitia ala paciente user» el padre, el objeto amado, en lugar detenerlo. 48 “(oq)raqes ups seur‘epua sod ‘wasap anb— eypy af o8e anb eadun ojafns-oyord saouoyuo wysey pp odure jo wo ayuaysysucou outan wozarede a0 [> and ¥ 8 s v :opesieg vaiquin ‘bop opea forayd woo ou “epusystsuoour eungye woo asrensour epand au40 12 ‘ontrens wo & oyu} wo —y ap auata anb oneun ze fap PTA ‘up anay200— oping otco suczainds opalns fo an wk "eyessoett uorsrarp wun eaqueyd -—«ayuaisp%@ our— (g) oya{ns-ojord Bp 4 (y) ono pp Sour soqure sopeztTe29} ZaA wun, s ¥ apza aod ojafe un v prongs ‘oysondo sop jug oyafns un 2p upp 1 tuud oysynbatiard so anb 250 fax) po ‘oduao un uo ‘peO4gn OTP sig soadse waBrun 10d mpouopaiodaid pryoyduco vpunsead v sua phinyouca ou ant ‘ora[ns fap uoranytsuan wv “seqLO; Ua “pAIqzaHO) -epsnSe ev soqstaaid osod sourumeo sod ‘require ered we2e] BANS ‘01 ouDuUaS [ep TEHUDO ELL} [2p S80pURIASEp sorpUT -aur ue aprayd as vppuatrede wa anb ‘uopeURGEDSIp esq fogeracs) opm ze ¥ sopanuy Sonus uopoeoyfzuapy e] ‘SOUL compu unos ‘oped ye apinoyfum oun yp ‘ented ns 30g “AHO ep odtuo fo aypuau anb f “ora 2 10d eprom royoquas ume “fiuapy vf woo wuosonas a8 “puss aq “agua oun Tz ~eoOR—Ld _ap zvlap apand ou oagrrspysio ossooud 50 an ‘seanprea su ua S029 sci So wa arzyH00] 38 1989 qu Ua ‘reenBu ow uoULERALIP aynyy anb ugyssana mun api wjadi 3g voxels jap uoporigysudo vm ap [P euepoey ezeyasue b] ap oatspap oyund un wa soureonqn Sour ajueoyum oun yo we A open OzeN Jo we SOUTET UCD TV “RUOUTE BUTATP YOD O} ~mfuoo Jp vo enseous wzard wpes aptop Ua ‘omsaped oust -10.un ap opeurre Ban] nqsouc0 ered osed sound “aadss ap yuan avp apand agusoyfum our jap upped 2 109 up pejuaussey Tenyuaae wun ‘upoeaHar sod ‘ezUNT ME as oladso ja od epeuratzaiap uopesyn v| ap red vanb ous “qepurofpeyso upSumu 9 ou —sonerpucoodiy o soonxguIozMb -s9 sopropumpeped soqgeroumunn Uo 0 Ypsog snuxkuOIaTE] ap semqurd sey outoo seopsnse s2uorsarda wo “eoypur of OUST Jp ows esreoypren apand anb &— wrasod upiqure; wee arb (Gre2i0ui) operuouiSoy odsena jop oSour ey ‘opaye Uy “auaUTELTE, “fun wepyfosuoo as oy\ToUrOUt O}eP ue anb ‘sosradorp sozepad agey ojdrpund ye anb suodoid wrombis ru anb vi “eanmyoaa 8 ap wjsIp wuETUWDR| uTadaotio. wy -auSojut asopuaprdiuazu0o ‘ofadso yo ua vou ndoud ns apo ous jp ong 8 soayzafo coysd sod ‘weoe7| ereg “ordourd um apsep epep ‘opout 29 ap ‘ese “50 ajuwotgum ap UTSIpUCD ey -wzpUDBio of arb opowyza of ut ap upizo0 v] sod ‘8am zzacede oalao (2 owsyeep: OPO} 13 OPApar “ens e opunurun ‘eBaZas anb ‘adnzysuoo anb oyafns un ap ss -219dny vy ap uayred o7ue; wa ‘oapalqns oursqeapt jap serdord LWos ejs9 oUto> seproRy, ‘OHO PP UOD serEID—LIED wxBoT A OUTAPKD ‘opunur fap wredas of snb uozebaeo ap ayrons wa adwsox oyund ‘opeunuzajep ua anb eisey ‘opeourun opout ap ‘ovusR 3s codusop fp opoy opurayan enuanaue as anb ‘ozvonI00 [2 U2 OE -uppo8s oun um ap ‘ojdusolo xod "preyqey eaRyoss W009 asd w] “seysTTeapt SepIOa; ap attas eum Epo} B UaBHIO ep OTP “ejs0 otpip v ezsa}ur anb wuoyednue weber ¥ eAT25q0 oe] outed ‘oun Jap uoPurede wy aypuzad anb ef aes wS9 SH “ofadso jap opeise [ap “eprpUN oprey ‘eoRyLTa|gard eI v aeK, ‘oyardutan £ Te oun a8 ‘ayqnyuasardas ‘tops ipznizaws0 queoyfen our 1 “aqueayRum oun [ep opepuarayp K operquiou ses op ajqised ‘oyeins so] anu spurt coum owen ayjind je —] + wap “osoons [ep upPrerado wl ayueIp ake oop anSifa ap spon 2 | Pero, ademés, se requiere inclu atin un dato; en esta ope- racién de divisién aritmética elemental existe un resto que no queda asimilado por los términos que se han Ilegado a constituir. Lo que permanece caido en el lado del Otro, como eresiduo», no es otra cosa que el objeto a, «ese prueba y ditien _garantia de Ia alteridad del Otro»: A s 8 K fade del Ot milado Interesante paradoja, ya que las operaciones entre ambos Jados involucran un intercambio que rompe por completo con toda una tradici6n de la epistemologia clisica, la que hasta ‘hoy cultiva, por ejemplo, el positivismo. Ella supone que existe un sujeto contrapuesto a un objeto del mundo —y que va de suyo—, el que se encuentra a disposicién de un obser- vador que puede, ono, legar a conocerlo. Aqui hay un punto de ruptura fundamental del psicoandlisis respecto de la cien- ia entendida en tal tesitura. Aquel que conoce, el sujto dela ciencia—sefala Lacan— es el mismo que el sujeto del psicomndlisis, vale decir un sujeto barrado, pagador de su constituciona tra- -vés de la pérdida de un objeto. Es en, y desde, el campo del Otro, que surge el sujeto barrado, y también el objeto «. Si con el punzén articulamos ambos términos, advertiremos que e! fantasma, segun su ‘formula (8 4), se escribe con precision en el Indo del Otro: s A sour Indo del Ot smiled EL fantasma suele escucharse con nitidez, como una cons- tante, en el anzlisis de neuréticos. Pueden ser hasta conven- cionalmente terribles, flagelantes, llenos de variantes y peri- pecias que no se rélatan con facilidad. En tanto implican a la Vida sexual del sujeto, muchas veces culminan en una mas- 52 turbaci6n. El neurdtico, como bien marcaba Lacan, toma prestados 54s fantasnas al perverso, quien los pasa al acta, No obstante, esto” xo implica que «en el fondo» todo neurbtico sea un perverso, pues no hay continuidad entre estructuras. Lo que nos limi- tamos a destacar es que, en lo que nos compeie, el fantas- ‘matizar también proviene del campo del Otro. Qué queda entonces del lado del sujeto? Desde el campo que reconacemos como «ues! Otro barrado, que discure, al que denominamos decir que en este lado permanece lo inconci aquello que, imposible de aleanzar —Real hizo que de inmediato fueran apareciendo fantasma, con la angustia operando en los. dicho proceso constitutivo. Con ello, Lacan ta, al parecer, no limitarla (a la angustia) a un mero fenémeno psicopato- ogico o elinico; se trata de algo correlativo e inevitable en la ‘meandrosa constitucién de cada sujeto. Hasta podria decirse que le asigna ala angustia un canicterexistenc sentido de ek-sistere (existir o permanecer fuera), de presen- farse en una condicién que trasunta el parlétreconsigo mismo. La angustia asi, da cuenta de queel. no es un uno tnificado,irrumpiendo con su cerleza, cm su pe nencia, No engafa; en efecto, elo se ‘imprecision manifiesta ante la que e Respecto de la constitucién dé enel Serinario que atin estamos lejos de poder acotar a esta altura de nuestro trabajo. Con un nttevo rodeo, deberemes seguir a c cién otro trayecto aprehendiente: el propuesto por freudiano Introduccién del narcismo, En este ensayo se alude a Ja ficcién tebrica que postula un trasvasamiento de la libido, enel sentido de concebir un circuito de ida y vuelta, donde en algiin momento puede —la libido— recubirir al yo, y en otro, al objeto. No obstante, tal proceso cuenta con legitimas limita- ciones. Freud no pensaba en un sistema de vasos comunican- formacién absoluta, siempre permanece wx reslo, una reserva 58 ‘pojnades fo uo souarendure anb onma yen anbrod —eBoqootsd exeSqua eye ‘orp wes8 woo ‘opesed vty anb ourussa)— «elopesse> Anup» so eusep [ey anb oyvadsax [p asrejone ajang ‘saropenseo sonnsuows soy ¥ arerauayiad uaurragdsa un owloD Jse O8Te uo aysofAUOD se] anb ‘o7109 Te eaneBau ns { seouristy se] ap opedsar opmiard oprpunysp 1m ojdurofs aod owoo ‘sauonsono seyrap wzapnsie woo reps} stra teow] ® ayfuntad auod £ opey ana upmeuRUEDSEp 7] -paurard as anb of ap pepmipyse so.£eur uoo aumout 2s anb -e[ ue woFsNIUCD |e reBN] Tep aqep OU off» orad ‘auad jv wazzeje4 ay sa ajumsuop of wpm uss sapora So 2p ‘sayy —souoprenyBs— souopmuioou2 ap ‘60 “ssinyqey mupod ‘seyeurpragt sauoT>edn30 se] Yoo opranoe ap ‘eoundura wuLtos ua “«souresqODUe> anb ayquansop anreotruss un se our ais ‘pee sou au2d joan ‘yur ZaA Bum ‘repiover OnISBep s2 ‘oraqo wozared anbumy vearpsyfo uoronseo ap popryaysod ny woo yu “aad [p to 40a amb auoq mpou uoysam ua ope anb s0 wurayqord Fa ‘orag “oes Jo woo prmuopoypad 3$ Uopre1}s00 0] ‘TeDB} WLESTEUT BP UTS -nche 4 woo opegsose fp X orpad Jp wo> zea anb auan aiaisep ig Teue oj ua A Te10 of ta seaIBoouoN seroseoayue seus aid sns wos anb se» “uproeonar P| ayuetpaur ‘TeuUZa}—p © ‘e897] aajsnpouy anb osed ye) 2asod apreyqey uopIPUOD wysy “Oaszp [Pp pusquan owos mauousp sow] anb w9pof 2 50 uproeujseo op 2p LT AIqESTA Of ap Outta Po Ua ‘Texadso wprqeo anb OT ap ERMSTD ‘ugprpuco wun 2 ofan! ua yyso anb o7 ‘opr aquaureARDasa ‘vas ojsa anbume ‘«y109 o a anb exrun» jap eyaUCD wZEVOLTE ‘ey uo exombis tu ugpemoseure wun ap ‘o\andns sod “eye 28 oN “ofayduoo spux 2oey as eusziqord Jp woTDeNseD B Yoo anb $9 oseo 1q , oO [P wa ‘—oorloqunis anbon ap ayrens wun feq soure ap epuard ue eparaauoo— odrano oydaud yap ayred ‘pun ap eprpuad vy 10d ensngure { ‘ose um ws ‘ajzjsap fe sod ee -sndiue ‘ajqeoodun so uopezremSeurt w ojeqias9 Tap & oxpad pp sose> soy ug ‘sopsartunfap soassaons soy 8 mayrjaio9 oLwo> ayjonBuw wy ansued opey.200 oood s2 ‘uoroenseo vf adusnst 0} -dnuqe opout ap anb se] wa seprpred ap apes ev opens Ug ‘sourare7prowaUr 20d offany unas ‘worqureo fe euaysisat» auan oyeins fp anb wo aptsar upgsan e| nb opuadnpuoo ‘oorBoqostsd opour [2 optp “unto 128 aqap ou o3sa oBrequia Ung “sepeaEDTe Zaa wus sopeurpigy sauorsod sey e repounuar ‘eqeuresua “23Son9 SOF :puuge of owen pratg “sasod 28 anb of renrasuoo BUaHUT 9s aidurajs anb ap oxreundeun osondneaud [> upas ons ap wt ‘ensndue py f ‘ojrasaid equise ye wsey anb o8fe avaredesop oyue) ue ‘eprpugd ap uopennis BI sepusyarde A asrequasardar |[p¥y Anu sa sopeuorpuaut soseo soy uy woydutoD as apo ‘ugtD -By}Se9 P| v OyEND Ua OF “Bosod as anb o| reprad v sournrUT sd uprsuardunon of ‘ye ese MS mw monqoaus uprqueNs “wh apsap ‘ongns 0] ap uoraipuo wysq “28> A Yodsen9 jap spuardsap 38 ‘o10q oro 4 ‘ounliadar opour ap anb wrreyeur ap ozo a0 ap Bye as ferouaumed ns ouan UoRDeTD ef enb se s_23 sev ou £ ofegposa Te arayar as aqusuremio8uc8 ‘re2e ‘ose copunas jo wa yersadso ug -uaprard as anb soyalgo zp sarap -1aa opetseurep sojdurafa tos ‘opeqsose |e ‘atas0p Ta “aaped ‘up opoy ant sopapep so augos pros sod npnquyd aus eno ua sOUNOIgR Sou “uppoEL}D Uv WEUaLaeL LaDy TY Dad wef 2p wu as ou anb sexeppe ofresaoau s9 /SeIOLrEUI Sepo} 2, = { 9) @r ssoupwasp; soqure axua uoprsodo By uo Bueno to so} ‘uazauoo anb ‘eyes B[ ap UoPDYpUOD ef UOTeTUTAL Baan eM ‘woo mbe sourequoste sou epnp Wig ayy wn aa gram 2m amb uo opp my U2 “a zune $2 opo}-ou ab “wauaseud -osat ‘bungunso ns w opuemo eq “«epepelser» x28 ap apqised so ou anb uppezpe8io eum auaqueUt ‘sOx9s Sof ap YURI esp ayueoyuSts um zas.xod eastTuoo anb epsnire y & Mu PeZTTEDO] nis ‘Tegnonred ugrorpuoo ns 10d enb o8fe so uopuuyseo 9 or Jee asrepmunioy apand uopends wf ‘eorereSTe UOHEIOU eT ‘spur zaa wun opustrmoay -upiasyseo 1 1d ojsondius fo 408 ua ‘sa ys ayy tu woo gto 25a prada wat mun —wrow] voumuai— scouajia mStx3 * toaugo aygsodus co 2p anb my» ‘asaiafs de producir determinadas situaciones fundandose en la promesa de un coito queal final no se produce. La «clinica del que implica un monumento vible. Por el contrario, el instante de la detumescencia implica Ja prucha excelsa de la inexistencia del falo en tanto algo tota- lizable, puesto al margen y siempre erecto. Claro esté que el Igo pétreo e inconmo- cepcién de Ia histeria en su relacién con una supuesta veri- ficacién de la envidia del i esta aprehensiGn ingenua, es del sostén del falo inamovible hasta as tiltimas instancias, donde no se cristaliza la dialéctica presencia-ausencia, culo, se hace presents. La angusia, por lo tanto, esté muy lejos de ser sin objeto; y esta nota crucial de la cuestion, para procurar esclarecerse, debe contemplar, como adelantamos, quello que Freud nominé como lo siniesto. 56 Referencias bbliogrifias (tac Sent 8 dy inp cxipcin de J.-B. Ponti, 57 6 wey 0] ap axstBau pp uoo axqucanoua jap ojefns jw a8oqaud ‘opous upSjo 2 96 o3u0o xounuouap apand as ab my w owsenbysd po wa wg; un mun zosod musequnp anb rquans we su eyodur mby (08) @) uppenseo wy seen20y (1) infants swiusepuaf fap ean ep anb ey ‘ue uugpejou uppouao wun ® opuatimar uppejeo w asioen apand “eis efonb us uppenys e resuad op exoureu puns ey (Z @-) euepreoe] uppeou epeuop aur y ‘apuo sod ‘ype aq -esrenaota £ ‘opunifas Te uorsrurar ns 3p s9ann B outs aoeY oj ou oun oud yo wa esuard pnany opwens ‘of [p :oszaAar ns UoD Fe;UED v LzUANWOS UOTE 1a ‘oBrequuo ung “auaseudiuto ofuajuaous un owuco up!BAI 21 9p ups yw a5 mp ued ep pepaopo He a ‘oxf uo so BUAID EIS “EMM ef ¥ OseO0e Je OpusHRAMAd e=tdqpI Teto@s uopruyep P| ap ozaparay ony wa oAtadns [e eeySUT zea ns v 4 epusyy] ap oporrad ja wmSneu oyworureseqat TE, “odie pp —taojosip— eaxsadns> panspuiad an o| —2yuemptucouco ‘pin nm opeurap opuaidenp og Sampo ous USES en ‘oojspp squaumeanoyar ojund un ‘sump ow‘ a raueur awards ¥| 2p —pepandiqure wf r3Uays0s ap onsodaid osajuoo ta uao— ypreururouap sourepod uopens Bs9 MgsouCo ap —eprpnre Bk— peprepour erourad ey “ensn dire Lap UoNseNd vf ap ojuaTUTEVEN Te TeBny wp anb wv so anb vé *uppousye exjsonu eprpeur sofeur us adnoo anb vy pies self ap ‘wu ‘sa souaus fe ‘souy someon v ‘sereorewar vapand arod ‘soperaue8 soumunigy wo ourstioye 2359 resuad ered seaneUraiye seypnun wayspey “UpezyBU MHbe eareyasu vl Us ODOAT TMT ‘ey 59 Sour owtoa “anb oydeouco un e sope8ioyo sopHUaS soy ap sounge ap avaxqsep Jp souramoord ‘rezuawoo ered (L ceagef 1 opel anb reqeyes ye ‘our -suoye oxanu ajs0 woo weary worn gngy?“olns op apd sod inf a] ap wopeydane ou ajduss wy ap agus fas oBfo voy vel ~ armel optcens olens anbap oypey fa oyalqo uss sa ou mys Bu9 7 1S ‘A sesmsot sojdnypun sos0d wipes 2p cxdaou0> jo “epnp Wis ope yeafesed A yno-Buyov esod-v “eyes eI TeHeT"E El fantasma se encuentra situado en un lugar donde su es- tabilidad y persistencia —y su convocatoria aparentemente volitiva e inmediata— garantiza al sujeto una situacién en donde la falta se entmascara, 0, para’ utilizar un término cosme- ‘ol6gico, se maquilla, Teniendo en cuenta esto tiltimo,cabe pun- tuar que no seré demasiado riguroso, en este caso, pensar que falta la falta. La cuestion es que el objeto a —siguiendo el de- una faléa de por sf. Existen los que podemos denominar como semblantes de este a, que en su minima expresién es una mera notacin algebraica, sin referente alguno. El a no es un objeio e3e sentido, no debe confundirse con la conocida enumtera- cho, el escteal, la mirada, la voz, pues estos son «a pos- sen, no mids que semiblantes, No se confunde cm ellos porque en primer término es una escritura. A ella podrén adscribirse determinados objetas parciales, pero ademas estos, como tales, no indican por s{ mismos ni una falta, ni una falta de la falta. En el Seminario 71 Lacan comenta esta cuesti6n con suma su tileza, aludiendo que es atendible que el objeto « aparezca como aspirado, vale decis, ocupando con precisin el referido lugar de tapéin (bouchon). No es otra cosa lo que se demuestra en el conocido esquema de la nasa. Fl artilugio de pesca es re- dcido en esos pasajes a un sencillo diagrama, donde puede apreciarse uno de los regimenes, mas usuales, del a en el fan- a Enesta nasa, en su abertura, se inserta el objeto a. Al mismo tiempo que ocupa ese orificio, lo tapa. O mejor dicho: el agujero lo easpiras y ela pasa a obturarlo. Porlo tanto, si bien esta relacién permite hablar con propiedad de una falta de la falta, no de- _--bemos dejar de sefialar que se trata de un maquillaje en el cual cella se preserva, si bien enmascarada, sosteniendo la estabi- -pacie provocado por lafilta lo que sostiene ‘obstante, estono implica que dejeros ie considérar —en otra vertiente— al acomouna de las moda- fidades de la falta. Ello sucede cuando lo puntuamos como “ré3to del Offo (A), en particular cuando este, Iogicamente, Cy aparece barrado en suescritura (A), dando cuenta de su propia condicién faltante: Fala falta (0) Recusarlaeastraclin A } aon ELlugar de articulacién del sujeto —punz6n mediante— conel ano indica de manera insoslayable un lugar de falta que, al faltar, provoque angustia, Précticamente, vale por lo general ifertnciales para el objeto a, bajo dos cizcunstancias Aistiritas que Sera preciso desglosar. 3) El tercer punto bajo el cual puete considerarse que fate la falta es el que ms interesa alas fines del Seminario 10, en términos de su. {gion in Ii anguetin. Sé trata, como adelantaramos, deo siniesr: (0) RecurarIacastrscisn K Bh 4, (9) Unt = de brindar vina éxtensa y brillante serie de ejemplos, y de mantener en suspenso una definicién de lo siniestro, culmina sefialando a 9 Ty 2211 ap vey 2 uoo upper wo “yea saop yas GR? =p Bey» opueno epuasita auian (6 -)eanexe eusTOS Ua RUBE O| oumapuag 1g ‘sotvorsnz0o seyraD wyuasard UoRsaN ey eLERTEZE UoRDeWALIO ap saomne sounBye Ua wisey anb vé ‘aqTeAp YO seprezypeue atiauoo ofan{ wa souoperedo sey y “aaa uo =p copycat ofS po zasod owe ta ou anb soydzouco soy 2p 10180] mune gs orep ‘ae o3sy‘souoT20U sequme aqua sese00%d 10d oPenonse yf ‘awSTaIMT opour ap ‘wanzeyd wee] mysnSuy wT Ug "eseu el Uo UGE SiIOD WYO D fp ‘sired eNO 10g (-) ap sp wos —«soznsod» -uoo ap peplfepour wraarey 859 ‘onsaMis o[ ap ugHSEND &] “(opepeSuc0 opout ye) renucoWa v va ‘anb o| oveuraywe ap «opuaiqes> azmaar oun anb sof 8 sofeqes sojfenbe ap saquaruanard sey anb spur oypnur wzofp ‘opmas bp sopaye sns od sepuaudios ap wefap ou anb sepuarayar se, “so oo BUE\SuTID Epp ove ue auod uese’ epgpstaald sou aur oyprur oundie us ours ‘fe uadey of ou ‘operedsa re8ny fo ‘ve uprapuodear soya} soy anb sourea opuen> anbiod ‘pratt 2p sep se] woo Yayo wutampa UoD sapaboud anb ery opmisadd 2yuawupouopuaasia eB un ua wD wpa] OF 4 ‘souriquose zan vumBe ouio.) ‘sist[puRo3Is 238 anb apuanua ouigo ap wyliand ep WEDe'] ‘saUO}DDapp $¥}S9 ‘woo ‘an s9 ose fg soperaye seysandsar soureputsq ueysaoared -sayeno soy ‘axysaqis 07 & aaucouy of woo ups ns f 2ysH0 15 congo ou of 3p wiSaqe139 m ais nod ‘sofeqen sono a2 ‘urenreae] axztauzep Jp ‘oBtequre Ung “eUIOWUIS [e OATSTE Ox} ‘un & uptsqurar wun operades sourasaiqnyy «sauoReULIOp> Se tered x ednoo sou onb eur Te sopeiy sewjgard ap oworare, -2n pp epunR as ofA OUEST e Ue anb opep ‘yoru A ot 9s “ugorggyur © sompuod TerAEgEY UoySTUTAN PY BOL BA oT, 2u2 ap CHDape um eoduroo oysy “gT6T UP Opeypay OeEPHayy ofesus pe eyauoar eae] eHsnSue ef © NSYTaRU ap £0}22F9 soy —aasuoou 0199 ssuopoual so] 'g uous ps ‘oydusala sod ‘odode wunoy apy oyptp u2— ayua}oucout 0] w00 up 1s oe Aarsnp tq wo eperadsouy eravour ap zeredat v quasua sou aus -voouro] ap souopeUNO; se] erpnyse ered owID> jsv Sn Sy wee] ‘eoreurar aig outtoo ‘aiysquts 0] OUTS 59 ou —ssuOHEysarNNENT seustp sns ua— euryp vise v sByayUT exed ane op) Iz “apsnunap sody » opsena ua onsodo susan scowoy and un ap ~> ‘feoy vpou anb opout aq “«ezaqeo e] US» oFNYSe OTPIANGWOY [SP oy fe aonponurar ‘soaneydepe sourursgy uo «qeues esse» ve ezopuajua “eyed exo 10d ‘onsen of ap eataoe eueIpnaly “ugpeurmajap espaid by eens ua aay as enb Zan epal a1qIP supseid wnsenur as tonipd mysnSiav cura, 2 “opm| onsen 1y ‘ssaunou su] ap woyoweoatsd mg] ns Ua TeYSTUEA OO YM “ojdurafa rod “euruouap By owoo yse Se ‘oatseut ‘conned xaj3er -29 ap eno & —aoIp as— Ie ap soIDape so] e epLysaFRTEU ‘eysnue eyanbad wun ‘soaneidepe souy v repuodsar e160 -ared anb 4 ‘eonpmoyne ayuourejumsand eutios va eppnpord ey -onbe yy uysnBun ouro eppouoo ¥] ap wen ag “stsrpUEODsA ap asafenueun» so] wa epey> Anut ‘exo v xenfs souresspod onsons of ap uppadnun ef vordu anb ensnSue eye ayes yume Su 0 wo aysons 0] ap ose> 9 ‘pnaxg eareuraL ‘sa aisg “(eMIDMNSD ap oF>242 0) sojaaye sopeurey soy ap ouryd fa we ‘oyafns tm ap sepuauadke ej ap onuap seyeiSur spur se] ap wun ap uorDeis08 ap 08

You might also like