El resurgimiento de Boko Haram

amenaza los Estados fronterizos del

lago Chad
Nota de la misión sobre el terreno
Marzo de 2019/N° 733f

1 FIDH / LTDH – El resurgimiento de Boko Haram amenaza los Estados fronterizos del lago Chad
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Foto de portada: 8 de enero de 2019 – Algunos vecinos llevan el cadáver de un familiar, víctima de un atentado cometido
en la aldea de Sajeri, en las afueras de Maiduguri, capital del estado de Borno (Nigeria). Los combatientes de la facción de
Abubakar Shekau del Estado Islámico/ Boko Haram atacaron Sajeri, situado en las afueras de la ciudad nigeriana de
Maiduguri, matando a tres personas. Al mismo tiempo, otros miembros de Boko Haram atacaron una base militar en Auno, a
unos 23 km. al sur de la ciudad. © Audu Ali MARTE / AFP
EL RESURGIMIENTO DE BOKO HARAM
AMENAZA LOS ESTADOS FRONTERIZOS
DEL LAGO CHAD

Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH)

Liga Chadiana de Derechos Humanos (LTDH)

Tras la reelección del presidente Muhammadu Buhari en Nigeria y la detención de presuntos

miembros de Boko Haram en la capital chadiana, la FIDH y la LTDH, que acaban de llevar a
cabo una misión de investigación en el lago Chad, manifiestan su preocupación por la
amenaza que aún representan las diversas facciones del grupo armado radical Boko Haram
para la población civil y los Estados de la región. Nuestras organizaciones hacen un
llamamiento a los países fronterizos del lago Chad y a la comunidad internacional para que
aumenten la cooperación y las acciones coordinadas para luchar contra Boko Haram en el
marco del respeto de los derechos humanos, la protección de la población civil y una mejor
gobernanza. En Chad, aunque nuestras organizaciones acogen con satisfacción el proyecto de
ley del gobierno para modernizar la respuesta judicial ante terrorismo, que prevé
principalmente la abolición de la pena de muerte, instan al gobierno y a los diputados a que
aclaren determinados artículos para evitar, sobre todo, cualquier posible confusión entre
terrorismo, rebelión, oposición política legal y participación social pacífica.

La misión de investigación que han llevado a cabo la FIDH y la LTDH en el lago Chad sobre
la evolución de Boko Haram en la región, cuyo informe aparecerá próximamente, ha
permitido constatar que el grupo armado nigeriano seguía activo en el conjunto del lago Chad
y sus zonas limítrofes.

"La amenaza que representa Boko Haram continúa siendo muy real y actual, quizás aún más tras la
escisión del grupo armado en dos facciones. Todos los testimonios y las informaciones recopilados en
el lago Chad apuntan en la misma dirección: Boko Haram está a la ofensiva. En Nigeria, donde los
yihadistas se aprovechan del caótico proceso electoral, en Níger, donde el grupo sigue activo, y en
Camerún y Chad, donde las incursiones son cada vez más frecuentes a pesar del retorno de muchas
personas maltratadas o secuestradas. El lago Chad continúa siendo uno de los principales santuarios,
casi inexpugnable, de Boko Haram", ha declarado Florent Geel, responsable de la Oficina de África de
la FIDH y miembro de la misión de investigación en Chad.

Amenazas a la capital de Chad

Los acontecimientos actuales demuestran que Chad, relativamente libre de la amenaza de Boko
Haram tras los atentados mortales de 2015, se encuentra de nuevo en el punto de mira del grupo
terrorista desde mediados de 2018. Así, el 20 de febrero de 2019, algunos miembros de Boko Haram
entraron supuestamente en Chad desde Nigeria hasta Burbura, cerca de Ngubua, donde mataron a
cinco personas. Antes de volver a Nigeria secuestraron a 12 personas en Ngatia, una aldea próxima.
Este es al menos el quinto ataque del que se tiene noticia cometido en la parte chadiana del lago
desde finales del mes de junio de 2018, lo que ha obligado a las autoridades a elevar el nivel de alerta,
que se había reducido considerablemente. Mientras tanto, la capital de Chad vuelve al estado de
psicosis de los atentados de 2015. En Yamena, el 21 de febrero, los servicios de seguridad arrestaron

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a tres presuntos terroristas de Boko Haram y a dos de sus cómplices. Según la información publicada
en la prensa, una semana antes se había alertado a los servicios de seguridad de la infiltración de
cinco miembros de Boko Haram en Yamena. El nivel de alerta se ha vuelto a elevar y se han
multiplicado los puntos de control a las puertas de la capital y en puntos estratégicos de la ciudad para
encontrar a los dos presuntos terroristas que continúan huidos.
"Las amenazas de Boko Haram al Chad son extremamente graves e inquietantes tras dos años de
calma. En estas circunstancias, el análisis de dos proyectos de ley sobre el terrorismo y la
modernización de la justicia antiterrorista no deberían, sin embargo, llevar a la aprobación de una
legislación que coarte las libertades. Aunque acogemos con satisfacción y apoyamos la abolición de la
pena de muerte para el delito de terrorismo prevista en el proyecto de ley, pedimos también al
legislativo que adopte una definición de terrorismo menos amplia que la previsto en el texto actual. Si
hacemos una clara distinción entre terroristas y ciudadanía, rebeldes y opositores, garantizaremos una
lucha eficaz contra el terrorismo. En caso contrario, corremos el riesgo de ver un aumento de los
errores judiciales o de los abusos de poder que fortalecerán a Boko Haram," ha indicado Midaye
Guerimbaye, presidente de la LTDH.

Proyectos de ley sobre terrorismo: abolición de la pena de muerte,

aunque definición amplia
En este contexto el gobierno de Chad tiene previsto presentar en marzo de 2019 al Consejo de
Ministros y a la Asamblea Nacional dos proyectos de ley sobre la definición y las sanciones previstas
para delitos de terrorismo, así como la creación de un área judicial especializada encargada de la
lucha contra el terrorismo. Estos proyectos de ley pretenden adaptar todo un arsenal jurídico y judicial
incompleto e inadaptado, que se había adoptado con carácter urgente tras los atentados de 2015.
También tienen por objeto ajustarse a las normas de la justicia antiterrorista de los países vecinos, con
el fin de facilitar la cooperación judicial regional en materia de terrorismo.
"La abolición de la pena de muerte en el proyecto del gobierno sobre justicia antiterrorista es una
buena noticia. A pesar del contexto, pedimos al gobierno que mantenga esta disposición, ajustada a
este momento histórico. Sin embargo, nos preocupa la definición de la noción de terrorismo en este
proyecto de ley por ser excesivamente amplia, así como la confusión que puede generar. No debería
ser posible acusar a un opositor pacífico de terrorista en ningún momento", declaró Drissa Traoré,
vicepresidente de la FIDH.
Así, el artículo 2 del anteproyecto de ley sobre la represión de actos terroristas, de la que la FIDH ha
podido obtener una copia, estipula que un acto de violencia se considera terrorista cuando se comete
con la intención "de perturbar el funcionamiento normal de los servicios públicos, la prestación de
servicios esenciales a la población o de crear una situación de crisis entre la población" o "de provocar
una insurrección general en el país". Tras el ataque armado lanzado en febrero de 2019 por la Unión
de Fuerzas de la Resistencia (UFR) en el noreste del país, esa definición de terrorismo parece hecha a
medida para calificar a los rebeldes como "terroristas" y hacer un llamamiento a la cooperación
internacional, en primer lugar, de Francia, con el fin de neutralizar los movimientos rebeldes en nombre
de la lucha contra el terrorismo. Este paso se dio con facilidad, ya que, a petición del presidente de
Chad, Idriss Deby Itno, y, de conformidad con el acuerdo de cooperación de 1976 entre Chad y
Francia, las fuerzas francesas de la operación antiterrorista Barkhane llevaron a cabo una operación
aérea sobre la meseta de Ennedi, en el norte del país, entre el 3 y el 6 de febrero de 2019, para
detener a una columna armada de la UFR procedente del sur de Libia. Las personas responsables de
la misión de la FIDH que en ese momento se encontraban en Chad pudieron observar la intensa
actividad de las fuerzas aéreas francesas en estos momentos.
"La intervención aérea de las fuerzas francesas, aunque puede revestir visos de una cierta legalidad,
plantea la cuestión de la utilización de las fuerzas de la operación antiterrorista Barkhane para detener
a los rebeldes armados chadianos, que poco tienen que ver con los yihadistas que operan en el resto
del Sahel," afirmó Florent Geel, responsable de la FIDH para África. "Francia, al intervenir una vez más
para salvar a Idriss Deby, corre a socorrer a un régimen poco respetuoso de los derechos humanos.
Aunque Chad parece ser un aliado estratégico en materia de lucha contra el terrorismo, en realidad

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son las carencias democráticas Chad y de otros Estados de la región lo que ha favorecido el
surgimiento de rebeliones y la consolidación de grupos armados en la región, incluidos los grupos
terroristas. A medio y largo plazo, la posición francesa no es sostenible," añadió.
Tras la intervención francesa, el Ejército Nacional de Chad (ANT) habría capturado al menos a 253
miembros rebeldes de la UFR derrotada. Estos prisioneros fueron capturados, trasladados a la cárcel
de alta seguridad de Koro Toro y acusados de "terrorismo". Se les juzgará con arreglo a la actual ley
antiterrorista aprobada en 2015 y pueden ser condenados a penas que van desde los 10 años de
prisión hasta la pena de muerte, aunque es poco probable que esta última se aplique. No obstante, la
FIDH y la LTDH están preocupadas por las condiciones de detención de los prisioneros de la UFR en
Koro Toro y piden a las autoridades que garanticen plenamente la integridad física y psicológica de los
detenidos de la UFR, que permitan al Comité internacional de la Cruz Roja (CICR) acceder a ellos y
que no soliciten la pena capital contra las personas acusadas de terrorismo. En 2008, a raíz de un
anterior intento de la UFR de derrocar al régimen del presidente Deby, la FIDH y la LTDH ya habían
expresado su preocupación por la suerte de 136 prisioneros de guerra desaparecidos cuyo destino
nunca se había aclarado, así como por la del emblemático opositor Ibni Mahamat Saleh, detenido,
desaparecido y cuyo cuerpo nunca se encontró a pesar de que se creó una comisión internacional de
investigación de estos hechos.

Reelección de Buhari y resurgimiento de Boko Haram en Nigeria

La investigación realizada por la FIDH y la LDTH en el lago Chad sobre el desarrollo de Boko Haram
en la región permitió constatar que el grupo armado nigeriano sigue activo en toda la región del lago
Chad y las zonas limítrofes, especialmente en Nigeria, donde las diferentes facciones del grupo
armado perpetraron varios ataques a gran escala en diciembre de 2018 y enero de 2019, en concreto
en las ciudades de Baga Kawa y Rann.
El 27 de diciembre de 2018, la ocupación temporal por los yihadistas del ISWAP de la estratégica
ciudad de Baga Kawa, situada al este del estado de Borno, a orillas del lago Chad, fue una
demostración de fuerza. En pocas horas, los asaltantes derrotaron a casi 550 soldados de la Fuerza
Multinacional Conjunta (MNJTF, por sus siglas en inglés), formada por unidades de Nigeria, Níger,
Camerún y Chad.
El 14 y 15 de febrero de 2019, se reprodujo la misma situación en Rann, una localidad del estado de
Borno situada a unos diez kilómetros de la frontera de Camerún, lo que obligó a huir a casi unas
76 000 personas, de las que varios miles tuvieron que cruzar la frontera camerunesa, según las
Naciones Unidas.

"No huimos de Boko Haram, huimos de los ataques del ejército."

Sin embargo, en este contexto, el presidente nigeriano Muhammad Buhari fue reelegido el 23 de
febrero de 2019 tras una campaña electoral marcada una vez más por la violencia comunitaria,
especialmente en el estado de Kaduna, donde murieron al menos 130 personas. Boko Haram ha
aprovechado sobre todo el letargo del ejecutivo nigeriano, centrado en la reelección del presidente
Buhari. El presidente nigeriano, que desde diciembre de 2015 continúa afirmando periódicamente que
la insurrección yihadista está "técnicamente derrotada", se vio sin embargo obligado a reconocer el 7
de enero de 2019 que el ejército seguía sufriendo reveses. Ante las ofensivas de Boko Haram en el
estado de Borno, el portavoz del ejército, Onyema Nwachukwu, tuvo igualmente que reconocer que
Boko Haram se había "infiltrado en las aldeas" y había forzado a la población a "abandonar su hogar".
"No huimos de Boko Haram, huimos de los ataques del ejército", confirmó a la misión de investigación
de la FIDH Bubacar (nombre cambiado), un refugiado nigeriano que huyó de los combates entre Boko
Haram y el ejército en Baga a finales de diciembre de 2018. "Boko Haram ya no asesina a la población
civil. Lo que tememos son las represalias del ejército, que nos considera cómplices si nos quedamos
en una ciudad ocupada por Boko Haram," añadió confirmando que "para mí es imposible unirme a
Boko Haram, asesinaron a muchos miembros de mi familia en Baga en 2015, (...) y esto, aunque la
fracción Mamman Nur ya no mate a población civil".

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Boko Haram: ¿nuevos líderes, nuevas estrategias? ¿Shekau contra Al
Barnaui?
Todas las personas refugiadas y "devueltas por Boko Haram" entrevistadas por los miembros de la
misión de investigación de la FIDH y la LTDH contaron y confirmaron la escisión que se había
producido en el seno de Boko Haram en 2016 entre Abubakar Shekau y Mamman Nur. En 2015, Boko
Haram se asoció al Estado islámico y empezó a llamarse Estado Islámico de África Occidental
(ISWAP, por sus siglas en inglés). Rápidamente, se produjo una ruptura entre Abubakar Shekau y
varios de sus lugartenientes, entre ellos el influyente Mamman Nur, así como el propio hijo del
fundador de Boko Haram, Habib Yusuf, conocido como Abu Mosab Al Barnaui. Este último fue
reconocido en agosto de 2016 por el Estado Islámico como el nuevo "wali" (líder) del grupo armado
nigeriano. Al Barnaui y Nur establecieron sus bases en el norte del estado de Borno y en las islas del
lago Chad. Han cambiado su estrategia y desarrollan el modus operandi de la organización dando
preferencia a los objetivos militares, lo que les permite incautar armas, municiones y vehículos. La
nebulosa yihadista dispondría ahora de misiles y tanques, lo que da al grupo una nueva fuerza de
ataque e impone un nuevo orden sobre el terreno. Varias fuentes confirman la muerte de Mamman Nur
en 2018. Los últimos ataques perpetrados desde mediados de 2018, tanto en Nigeria como en Níger,
en la frontera con Camerún y en Chad, sugieren incluso una nueva y preocupante situación: la alianza
entre Shekau y Habib Yusuf-Abu Mosab Al Barnaui.
El 4 de marzo de 2019, Ahmad Salkida, un periodista de investigación especializado en Boko Haram,
informó –sin aportar ningún motivo para este hecho– de que el Estado Islámico había anunciado en un
mensaje grabado la sustitución de Abu Mosab Al Barnaui (Habib Yussef) como líder del ISWAP por
Abu Abdullah Ibn Umar Al Barnaui, activista desde los inicios y miembro de la primera generación de
Boko Haram. Según varias fuentes, el hijo del fundador de Boko Haram sigue vivo y a la cabeza de
sus tropas. ¿Estaría surgiendo una tercera facción de Boko Haram? ¿Habría sido Habib Yussef (Abu
Mosab Al Barnaui) demasiado “abierto” en sus estrategias frente al Estado y la población civil? Sin
embargo, lejos de significar el debilitamiento de la organización, o incluso su próxima desaparición, los
últimos meses han demostrado que Boko Haram, aun tal vez esté dividido, sigue en pleno
resurgimiento, especialmente en Nigeria.

Derrota del ejército nigeriano

Desde hace casi un año, Boko Haram ha aumentado los ataques contra las bases militares, así como
sus éxitos tácticos en Nigeria. Según los informes oficiales y, aunque las autoridades militares de
Nigeria minimizan las cifras, habrían matado a docenas e incluso a cientos de soldados desde la
segunda mitad de 2018.
El ataque de 18 de noviembre de 2018 en Metele, en el que murieron al menos 47 personas, dejó una
profunda impresión y reactivó las denuncias en el seno del propio ejército, ya que los soldados
manifiestan cada vez más su indignación ante sus difíciles condiciones de vida. Un vídeo que se hizo
viral en Internet, grabado por soldados tras el ataque de Metele, mostraba el estado de la base
después de la ofensiva de Boko Haram y denunciaba el estado obsoleto de sus equipamientos, con
más "de 35 años", inadecuados para hacer la guerra contra el grupo armado islamista.
El 23 de noviembre de 2018, el grupo yihadista afirmó haber matado días antes a 118 soldados
nigerianos en el curso de cinco ataques contra bases militares del noreste del país. Mientras tanto, el
ejército nigeriano abandonaba discretamente una de sus posiciones cerca de la frontera con Níger, en
Gashagar, tras haber sufrido cuatro ataques del grupo terrorista. Esta retirada dejó aún más
desprotegida la zona de Diffa en Níger y la del lago Chad, despejando la carretera hacia la ciudad de
Baga y sus dos bases militares estratégicas, que fueron atacadas apenas un mes después, el 27 de
diciembre de 2018.
Al mismo tiempo, más al sur, el 1 de enero de 2019, Boko Haram atacó los puestos militares en Kimba
(cerca de Biu) y más tarde, Gari, a cinco kilómetros de distancia. Según fuentes locales de la región,
los yihadistas atacaron asimismo otra base en Wajirko. Según las declaraciones de un oficial del
ejército contactado por la Agencia France Presse en aquel momento, algunos días antes habían

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atacado a los soldados en la ciudad de Buni Gari, en el Estado vecino de Yobe, causando "bajas". "Los
soldados se vieron sobrepasados y obligados a retirarse después de violentos combates con los
terroristas", añadió. Boko Haram ha reivindicado estos ataques, afirmando que ha matado a catorce
soldados, mientras que el ejército nigeriano confirmó la pérdida de un helicóptero en un intento de los
yihadistas de apoderarse de otra base en Damasak, el 2 de enero de 2019.

El ataque a Rann el 14 y el 15 de enero de 2019, en la frontera con Camerún, demuestra una gran
ofensiva coordinada de Boko Haram. Estos ataques confirman la tesis de una reconciliación o alianza
entre las facciones de Abubakar Shekau y de Habib Yusuf, conocido como Abu Mosab Al Barnaui. Si
no se ha establecido ya una alianza de este tipo, la fuerza de ataque y la capacidad operacional de la
facción de Al Barnaui son motivo de preocupación para las autoridades nigerianas y los países de la
región.

Reacción de Chad, preocupación de la comunidad internacional

El 22 de febrero de 2019, varias docenas de vehículos que transportaban soldados chadianos del
sector 2 de la Fuerza Multinacional Conjunta (MNJTF), encargados de luchar contra Boko Haram,
cruzaron la frontera hacia Camerún y Nigeria para responder a la escalada de Boko Haram. El
contingente chadiano, con "más de quinientos" soldados, entró en Nigeria para "echar una mano" al
ejército nigeriano, afirmó el portavoz del ejército de Chad, el coronel Azem Bermendoa Agouna, a la
Agencia France Presse.
Esta nueva ofensiva chadiana tiene como objetivo apoyar a los ejércitos de Camerún y Nigeria, así
como recuperar el extremo norte de Nigeria en la franja que va desde la frontera de Camerún hasta
Níger y que bordea la orilla occidental del lago Chad, ocupada de nuevo por Boko Haram tras el
recrudecimiento de los ataques del grupo islamista, que acumula victorias militares.
Sin embargo, estas operaciones regulares del ejército de Chad, "el único ejército realmente eficaz de
la región", según un observador internacional, contribuyen a dejar desprotegido el frente chadiano,
aunque las autoridades afirman que "Chad puede llevar a cabo estas operaciones fuera de su territorio
sin menoscabo para su seguridad". No obstante, los análisis confirman que "el ANT [Ejército Nacional
de Chad] está obligado a realizar operaciones regulares en Nigeria o Níger para desalojar a Boko
Haram y evitar que arraigue allí de forma duradera", según confirma un analista de seguridad, antes de
añadir que "este es, obviamente, el momento elegido por Boko Haram para recrudecer sus
operaciones en otros lugares, especialmente en Chad". La repetición de la situación y los análisis
pesimistas sobre la capacidad del ejército nigeriano para cambiar la situación están alentando a los
Estados de la región y sus partidarios internacionales a reflexionar sobre un cambio de estrategia.
El cambio de estrategia figuró en el orden del día de la Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado y de
Gobierno de los Estados Miembros de la Comisión de la Cuenca del Lago Chad (CBLT, por sus siglas
en francés), que se celebró el 29 de noviembre de 2018 en Yamena, Chad. La reunión, convocada con
carácter urgente por el actual presidente de la organización, el presidente de Nigeria, Muhammadu
Buhari, se convocó principalmente tras los reveses sufridos por el ejército nigeriano en los meses de
octubre y noviembre. Como prueba de la preocupación de los dirigentes de Nigeria, Camerún, Chad,
Níger, Benín y la República Centroafricana, a mediados de diciembre se convocó una nueva reunión
en Nigeria para mostrar que "continúan nuestros esfuerzos conjuntos para hacer frente a los
principales problemas de seguridad en nuestra subregión", como dijo el presidente de Nigeria,
Muhammadu Buhari, al final de la cumbre. Aunque en el comunicado final se mencionó que los jefes
de Estado "han tomado decisiones, entre otras, la cooperación operativa" y desde entonces se
celebran reuniones periódicas a nivel ministerial, no parece haberse decidido una nueva estrategia. El
lanzamiento de la operación bianual de la Fuerza Multinacional Conjunta a finales de febrero de 2019
muestra que, mientras se espera un cambio de rumbo, la prioridad sigue siendo no permitir que Boko
Haram ejerza un control excesivo y duradero sobre las orillas del lago Chad. "Está claro que, sin un
cambio de paradigma en Nigeria, el MNJTF por sí solo no podrá derrotar a Boko Haram. Sin embargo,
es probable que el resto de la comunidad internacional tenga que pensar en cómo ayudar más y mejor
a los Estados de la región a luchar contra Boko Haram", afirmó un diplomático a la FIDH. Es asimismo

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un llamamiento al apoyo de la comunidad internacional lanzado por los jefes de Estado de la región del
lago Chad "en el marco de la lucha contra el terrorismo en la región, la estabilización y el desarrollo
sostenible de la subregión" durante las últimas cumbres de la CBLT. Hay que decir que, hasta
entonces, Nigeria había liderado la respuesta conjunta, sobre todo al financiar en gran medida la
Fuerza Multinacional Conjunta. Sin embargo, en el último año, la respuesta conjunta en cierto modo se
relajó, lo que permitió que Boko Haram y sus diversas facciones se reagrupasen y recuperasen
terreno.

Un nuevo contexto y múltiples amenazas para los Estados de la región

El resurgimiento de Boko Haram resulta aún más preocupante porque los países afectados se
enfrentan a múltiples amenazas a las que tienen que responder, incluso si eso significa debilitar la
vigilancia. En Chad, los grupos rebeldes activos en el norte del país en la frontera con Libia, tanto en
Tibesti como en Ennedi, han obligado al gobierno a desplegar parte de sus tropas que operan en la
cuenca del lago Chad en estos nuevos focos de tensión, donde el ejército chadiano quizás no haya
eliminado aún todas las amenazas, a pesar de la neutralización de la columna armada de la UFR a
principios de febrero en Ennedi. Las fuerzas armadas del presidente Déby también participan en el G5
Sahel, en Malí, donde la situación de seguridad continúa siendo inestable e incluso se está
deteriorando, como en la frontera con Burkina y Malí. Del mismo modo, Níger está sometido a
tensiones de seguridad en todas sus fronteras a causa de múltiples grupos armados. En Camerún
persiste la crisis anglófona, lo que ha abierto un frente más para el ejército, que también está en
primera línea de la lucha contra Boko Haram.
En Nigeria, muchos analistas temen que surja un nuevo Boko Haram después de que la nueva
represión del Movimiento Islámico de Nigeria (MIN) de Ibrahim Zakzaky haya sido el foco de atención
en los últimos meses y la historia parezca repetirse.
En diciembre de 2015, el ejército nigeriano intervino violentamente contra el MIN, un grupo islamista
radical de fe chiíta que lleva casi 30 años activo en los estados del norte de Nigeria y que cuenta con
cientos de miles de seguidores. El ejército masacró a más de 350 de sus militantes y arrestó a su líder,
el jeque Zakzaky, en su feudo de Zaria, acusándolo de planear un ataque contra el jefe del Estado
Mayor del Ejército. Tres años después, el líder religioso permanece detenido, a pesar de que un
tribunal federal afirmó a finales del año 2016 que su detención es inconstitucional e ilegal.
En 2018, el MIN organizó varias manifestaciones para exigir la liberación de su líder. En abril, se
detuvo al menos a 115 personas. A finales de octubre de 2018, las marchas de protesta se convirtieron
en una masacre y los partidarios de Zakzaky fueron nuevamente reprimidos en un baño de sangre: al
menos 45 activistas del MIN murieron por disparos de las fuerzas de seguridad, más de 120 resultaron
heridos y otros cientos fueron arrestados durante dos días de manifestaciones en la capital, Abuja.
El martirio del líder del MIN, la determinación de sus cientos de miles de seguidores de obtener su
liberación, pero, sobre todo, la represión de las fuerzas de seguridad y del ejército contra el grupo
religioso, recuerdan la ejecución del carismático fundador de Boko Haram, Mohamed Yussuf, y de
cerca de 1000 de sus seguidores en Maiduguri en julio de 2009 y el posterior viraje del grupo hacia un
yihadismo armado sanguinario.
Aunque la obediencia chiíta del Movimiento Islámico de Nigeria y su líder Ibrahim Zakzaky lo han
convertido en un objetivo declarado de Boko Haram y hace imposible cualquier alianza, muchos
observadores temen que la represión a la que está sometida el MIN lo empuje a tomar las armas y
lanzar un movimiento insurreccional que podría adquirir rápidamente dimensiones preocupantes e
incluso transformarse en una guerra civil de carácter múltiple: religiosa, social, étnica, etc. Una deriva
del MIN agregaría un actor a la violencia en un país que ya muy violento, en el que el Estado tiene que
hacer frente a varios conflictos.
En este contexto regional explosivo, el esfuerzo de guerra, incluido de tipo financiero, está
comenzando a pesar mucho en los presupuestos de todos los Estados de la CBLT, mientras que las
amenazas a la seguridad aumentan y se multiplican constantemente.

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Una tragedia humanitaria
La insurrección yihadista, que comenzó en Nigeria en 2009, ha causado la muerte de al menos 27 000
personas y provocó una grave crisis humanitaria con 2,4 millones de personas desplazadas, de las
que 1,7 millones eran de Nigeria. Una "tragedia humanitaria", como las Naciones Unidas califican la
situación de la población del estado de Borno, situado al noreste de Nigeria, en la frontera con Chad y
Níger. Se estima que en la zona del lago Chad, 10,7 millones de personas necesitan asistencia
humanitaria, según la Oficina de Coordinación Humanitaria de las Naciones Unidas.
Los ataques reiterados de Boko Haram en Nigeria han causado una nueva oleada de personas
desplazadas y refugiadas. Según las cifras publicadas por este organismo el 9 de enero de 2019, "más
de 30 000" se han visto obligadas a huir de sus hogares "en las últimas semanas". Se cree que
actualmente al menos 12 000 personas en Chad y 35 000 en Camerún han huido fuera de Nigeria
debido a la violencia provocada por los combates entre el ejército nigeriano y el grupo yihadista Boko
Haram en las últimas semanas.
Muchas de estas áreas vuelven a ser inaccesibles para la ayuda humanitaria. "Unos 260 miembros del
personal humanitario se han visto obligados a abandonar los distritos de Monguno, Kala / Balge y
Kukawa, áreas que se han visto afectadas por el conflicto desde noviembre, poniendo en peligro la
asistencia humanitaria para cientos de miles de personas", dijo el 9 de enero Edward Kalfon,
coordinador humanitario de las Naciones Unidas para Nigeria.
La población civil es la primera víctima de los frecuentes enfrentamientos y bombardeos que se
producen. Los secuestros, ataques y redadas también han ido en aumento durante los últimos meses
en la zona de acción de Boko Haram en el este de Nigeria, el sureste de Níger y el oeste de Chad. En
Chad, Boko Haram volvió a secuestrar a una docena de hombres el 20 de febrero de 2019 cerca de
Ngubua, donde mató a cinco personas. En Níger, el 24 de noviembre de 2018, Boko Haram había
secuestrado también a unas quince mujeres jóvenes en la región de Diffa, en el sureste de Níger.
También en la misma región, el día antes de este secuestro, el grupo islamista había atacado el campo
de perforación de Foraco en Tumur, causando la muerte a ocho personas. Estos ataques recordaron el
secuestro de 39 personas, 33 mujeres y 6 niños, en NGalewa, al norte de Diffa, en julio de 2017,
donde los secuestradores también degollaron a nueve habitantes de la aldea.
En los diversos países que rodean el lago Chad, actualmente la mayor parte de la población de la zona
vive en ciudades, campamentos o enclaves controlados o no por el ejército, pero siempre en
condiciones precarias.

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 Mantengamos los ojos abiertos

Determinar los hechos – Misiones de investigación y de observación judicial

Apoyar a la sociedad civil – Programas de formación e intercambio
Movilizar a la comunidad de Estados – Una constante labor de incidencia ante los
Dirección de la organismos intergubernamentales
publicación: Informar y denunciar –Movilización de la opinión pública
Dimitris
Christopoulos

Jefatura de Para la FIDH, la transformación de las sociedades es responsabilidad, en primer

redacción: lugar, de los agentes locales.
Éléonore Morel
El Movimiento Mundial de Derechos Humanos actúa a escala regional, nacional e
Autoría:
internacional en apoyo de sus organizaciones miembros y colaboradoras para poner remedio
Florent Geel
a las situaciones de violaciones de los derechos humanos y consolidar los procesos de
Cordinación: democratización. Su actuación se dirige a los Estados y a otros actores que ocupan una
Florent Geel posición de poder, tales como los grupos armados de oposición y las empresas
multinacionales.
Diseño:
FIDH/Stéphanie
Geel Las principales beneficiarias son las organizaciones nacionales de defensa de los derechos
humanos miembros del Movimiento y, a través de ellas, las víctimas de violaciones de los
derechos humanos. La FIDH ha ampliado su campo de acción, que se extiende a
organizaciones locales colaboradoras, y establece asimismo alianzas con otros actores del
cambio.

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Depósito legal marzo de 2019 - FIDH (Edición francesa) ISSN 2225-1790 – Fichero informático conforme a la ley del 6 de enero de 1978 (Declaración N°330 675)

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 La FIDH
federa a 184 organizaciones de
defensa de los derechos humanos
en 112 países

INFORMACIÓN IMPORTANTE
La FIDH actúa para proteger a las víctimas de violaciones de los derechos
humanos, prevenir estas violaciones y llevar a los autores de estos crímenes
ante la justicia.

Una vocación generalista

La FIDH actúa concretamente por el cumplimiento de todos los derechos
establecidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos, tanto los
derechos civiles y políticos como los derechos económicos, sociales y culturales.

Un movimiento universal
Creada en 1922, hoy en día la FIDH federa 184 organizaciones nacionales en 112 países.
Asimismo, coordina y apoya sus acciones y las promueve en el plano internacional.

Requisito de independencia
La FIDH, al igual que las ligas que la forman, es una institución no partidista,
aconfesional e independiente de cualquier gobierno.

www.fidh.org