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APORTE A LA HISTORIA DE LA COCA EN COLOMBIA M. S. Gildardo Rivera 6. M. 5. Gilderdo Rivera G. e¢ Lienciado en Historia y Geografia de ta Universidad de Antioquia (Colombia) y Ma sister of Science. De Nova Universi. USA. Bn la deta find es el director de la Bxcuela de Clencies sociales dela Universidad Teonoligicn de Pereira, Lemos male mondo 1 luego dines que nos engaiae Rabindranath Tagore (psjnos perdido) RESUMEN: BI presente artculo efectia un viaje a través de los cranistas| Espafoles hasta Megara a llamada época dela replica, buscando mostrar us- estos desconocidos de Ia historia de Colombia, los cuales hacen -previcamen te parte de una historia que no conoeemos y que nos leva a que fexémenos como el narcotréfico wearezcan de historian Pretondemos con el presente articulo motivar a los estudiosos de las cien- cias sociales en lo referente a la investiga de ten importante tema dejando planteades algunas hip6tesis ain no resuchas las cusles enriguecerin Ia ela- ‘boracion de To que algunos hemos dado en llamar: La nueva historia de Co- Jombia CLeANDO hablamos deta produccion y ullzacén de a coca egular- ‘mente recurrimos a buscat sus ancestros en las tierras suramérica- nas més concretamente en tierras del actual Pert y Bolivia, perc inves- tigaciones recientes demuestran que los precursores en la costumbre de masear coca fueron los CHOROTEGA (extinto pueblo de la alta cultura de Nicaragua que habitaba entre Jas bahfas de Fonseca y Nicoya)"”. Se estima que su cultivo y consumo tiene en el nuevo mundo una antigtie~ dad de més de mil afios antes de nuestra era. En todas las cosmogonias Americanas aparece el origen divino de la coca desde los Desana en Colombia hasta las comunidades del alto Perti y es precisamente los ‘Aymard los que le dan su nombre: KKOKA arbusto. «Coca 0 cuca: Asf se lama una planta indigena del Perd (xythroxy- Jon coca); crece a la altura de un hombre; el tronco es endeble y sc en- eda en otros arbolillos como la vid; su hoja es parecida a la cel ma~ drofio pero mucho mas delgada; ... la planta da tres cosechas de hojas (1) Kruckesexo, Wate Bolo de America. FOE. Mésieo, 1974 148. al afio, las cuales se arrancan de las ramitas sin dafiar los pimpollos y luego se dejan secar al sol. El zumo es muy corroborante, y para los in- dios es de un alimento que parece increfble; ..cl uso que hacen de ella ‘es mascarla, para lo cual la mezclan con una especie de greda 0 tierra blanquizca que Haman mambi ...os indicios prefieren la coca a todo otro alimento mientras estén trabajando, haciendo viajes largos y pa- sdndose dias enteros sin comer otra cosa; y sin embargo se mantienen robustos y alegres. La falta de coca es tan sensible en los indios, que nos potbtehacerdas tar hell, partcarnent em tas rt ‘Ala llegada de los Espatioles se conocfa en nuestro pais, siendo u lizada por numerosas comunidades: En los pueblos Quimbayas y an- sermas del actual Risaralda, en los pueblos de Cali y Popayén, y en los actuales territorios de Antioquia, Caldas, Magdalena, Guajira, Bolivar, Meseta Cundiboyacense, Cauca, Huila y Narifio. El hecho de conside- rar a la coca un fenémeno contemporéneo nos ha Tlevado a tomarla en el pasado como un hecho cultural, sin preocuparnos en conocer su his- toria. Hasta hoy, desconocemos la profunda importancia casi igual a la del oro y posteriormente a la del tabaco. Los colonizadores Espafioles, conocedores de los mecanismos de tributacin empleados por los caci- ques, como también de los productos de preferencia para el tributo, re- produjeron las formas tributarias ancestrales renovadas, y orientadas hacia nuevas formas de explotacién, siendo ésta la explicacién al por- qué el tributo en coca fue auspiciado incentivado por ellos. Los ero- nistas de Indias nos corroboran el papel importante desempefiado por Ja coca en nuestras comunidades indigenas: «Por el hayo, Ios indigenas van a los lugares donde lo hay, y all compran tuna carga, que es lo que un indio puede levar a cuestas. Por ella dan dos man tas buenas y una burda. Traida la carga de hayo al mereado de Tunja, la ven~ dian y rcibfan por ella el doble en mantas de lo que les habia costado, y aho- ‘vabun la comida del camino que salia de la carga principal» Fray Juan de Santa Gertrudis nos comenta al respecto: «Esta coca es la que mascan todos los que trabajan en Tas minas. Ela tiene tun sabor muy suave, y para ello uno que va de camino es un grande alivio, pporgue en mascando coca, vaya a pie 0 vaya a caballo, Ie conserva la boca frsea y himeda y le quita la sod, y regularments In gente india la usa en los ccaminot y en el trabajo, Yo la he mascado muchas veces, Dicen all os indi- ios que es da mucha fuerza y as susieta mucho, y se ve por la experiencia ‘que en mascando coca comen menos..." (@) Uitor, Force uns y Arrosto: eWotlia secretes de Américo. Ed Banco Popular. Bog 6,198. pigs 617-618, (@) Frav Aotano, Prono; «Recopilacién historia, 1. Bibles presdencia dela Repil ca. Bogotd 1956, (8) DeSanta Gexevos, Pray Juans «Maravilla deta natraleane, Tomo IV. De Banco Pop lar, Bagot, 1970, pgs. 294-95, Todo Io anterior explica como en las encomiendas se tributaba en ‘coca y ello era incentivado por el Espafiol por muchas razones: 1, La coca era de uso generalizado y constante por parte de nues- {ros indigenas, por lo tanto garantizaba fuertes ganancias a su comercio. 2. Era un tributo que ficilmente podia ser redistribuido a cuién lo tributaba, ya que el tributo era una obligacién y el consumo una necesidad, por Io tanto las ganancias eran por partida doble. 3. Su utilizacion en el trabajo de Tas minas, permitfa un mayor ren- ddimiento y un consumo menor de alimentos por parte del ind- gena. 4, Podfa ser utilizada para el pago de mano de obra, lo cual incre- mentaba las ganancias del colonizador. La situaci6n colonial se complica a tal manera que, el rey Felipe I se ve obligado a promulgar «el primer estatuto antinarcéticos» de nuestra historia en el afio 1569 recogiendo para ello sugerencias del concilio de Lima (1567) el cual condenaba la coca como el talisman del diablo, que no s6lo impedfa ta evangelizacién sino que, también habfa vuelto adictos a un némero indeterminado de clérigos. El rey vefa con preocupaci6n, la despreocupaci6n por el laboreo de las minas y la dedicacién e incremento de los cultivos de coca y consi- ders que su «estatuto antinarcético» surtiria el efecto deseado. Pero la situaci6n llev6 por el contrario a grandes conflictos sociales gracias a Ia férrea oposicisn de los «coqueros> espafioles que obligaron al rey a dar un paso atras por medio de la ordenanza del 11 de junio de 1573 por medio de Ia cual se limita la cosecha hasta quinientos cestos en cada mita, y disminuci6n en cultivos mayores. Légicamente en Améri- ca las leyes se quedaron como muchas otras, escritas en el papel. Los cultivos de coca y su utilizacién aumentaron en proporcionalidad a la dificil situacién de los sectores trabajadores, ya que la coca se conver- {fa en un paliativo para el hambre. El espafiol se introduce abie:tamen- te en su cultivo pasando a productor como claramente nos lo muestra el cronista: «Sobre ls tos relengas que hay on ets partido, en los Andes oupadas sin ul por los Espatoles con haciendas cocales que han fabricado en Sus rontafas> ‘En las fronteras de los partidos de Anco y Guanta hay mas de 700 ha- ciendascocales formadas pot Espaols e indios en teres realengas, sn titulo sicompra de SM." El anterior caso que tiene como asentamiento el territorio actual del Peni, se repitié en todos los territorios donde culturalmente el indigena (©) Uo, Jones Juan y ANTONIO: op ct Tome Tp 642.682, M49 cra adicto a la coca. Nos preguntamos cuantos capitales de hoy que pa- saron por herencia del ayer, en zonas de Cundinamarca, Narifio y el Cauca fueron amasados a partir del cultivo y trfico de coca con los in- digenas? ‘Ya muy adentro la colonia, José Celestino Matis no sto seleccion6 sino que también degusté la variedad Colombiana de coca: Ia eryth- roxyhum novogranadense. Al respecto Child y Arango exponen en su libro 1a manifiesta aficién del sabio por los nareéticos. La expedi- ci6n boténica y las experiencias en vivo por parte de los colonizadores Espafioles, conllevaron a un buen conocimiento de la coca en Europa al punto que el Gentleman's Magazine, prestigioso peri6dico de Lon- des, Hegé a sugerir que fuese tenida en cuenta la coca como solucién 4 los problemas de hambre que suscit6 en Inglaterra la revoluci6n in- dustrial CULTIVO Y PRODUCCION DE DROGAS EN LA REPUBLICA Poco se conoce de la historia de la coca en la independencia ello explicable a los quehaceres de la guerra contra el imperio Espatiol y al auge de otros cultivos como el tabaco, Sin embargo es de decidida im- portancia en el campo de la investigacién HISTORICA clarificar algu- ros aspectos oscuros tales como: — El volumen y produccién de coca en las zonas de Cauca y Nari- fio en la segunda mitad del siglo XIX. — Los cambios de propiedad a partir de la «llamada» revolucién de medio siglo y su posterior utilizacién en la produccién de la coca en el occidente Colombiano, — Relaci6n en el perfodo antes citado de las formas de pago, de la fuerza laboral en especie, utilizando para ello la coca. Las anteriores inquictudes surgen del gran malestar que ocasion6 entre los terratenientes del Cauca el decreto del 11 de mayo de 1947 y al cual nos referiremos posteriormente. Con base en las apreciaciones anteriores, continuamos el hilo de esta historia. En el afio 1880 Karl Koller descubre su utilizacién como anestésico, lo que lleva a que las grandes Potencias Europeas y los Es- tados Unidos traten de aclimatar el cultivo de coca, «Para el afio 1885 un kilo de coca valfa el equivalente a veinte mil pesos colombianos ($ 20.000)». Anotamos que desde 1884 distinguidos politicos Colombia- (©) Comp, Jorae y ARaNco, Mano: Nercotrfico imperio de a cocain Bd Pecepsin. Me dein 1984, nos como José Marfa Samper con una gran «visi6n» vefa la perspecti vva econémica que brindaba la coca en cuanto a sus atributos y posibi dades comerciales. En su periédico La NACION (citado por Child y Arango, 1884) plantea entre otras cosas: ‘La coca es para América una gran fuente de riqueza y esperanza. Riqueza ‘como producto apetecible y de amplia exportacidn. Consuelo para los enfer- mos gracias a sa utlizacién como anestésico. Posteiormente sefala que Ia ‘mano bienhechora de la divina providencia nos dio la posibilidad de sembrarla con provecho, al ser nuestro subeontinente privilegiado en ello camo lo de- muestra el fracaso en su aclimatacién que tuvo Tali, Argelia (por esa época Colonia Francesa) y los fllidos intentos levados a cabo en las Antias, A continuaci6n recomienda el doctor Samper, no dejar depreciar el cultivo y por lo tanto el producto. De lo que se trata es de mejorarlo. Luego se ilustra a los lectores en la forma de cultivarla: Ios terrenos apropiados, altura requcrida asf como las técnicas para cosechar las hojas. Se aconseja a los cultivadores diversificar intercalando la coca con el maiz para asf protegerla del sol tropical, enseiiando también a la familia colombiana no solo nociones de microempresa en cuanto a la participacién en la siembra y cuidado y cosccha, sino también en las ‘técnicas de empaque. Hacia el afio de 1910 se inctementan los cultivos de coca en nuestro pais. Aunque no se conocen datos exactos de exportacin de hojas de coca, se supone que salian de contrabando 0 camuflada como «otros cultivos». Lo que permitié amasar dinero en abundancia por parte de este tréfico ilegal desde mucho tiempo atras siendo esta la historia que infortunadamente hoy desconocemos y apenas timidamente ‘ratamos de acercarnos a ella. En referencia a lo anterior nos preguntamos: ,cudnto dinero se acu- :mulé por concepto de este comercio ilegal y cusl fue su ulterior papel en la economfa Nacional? Hacia el afio 1930 se escriben muchas crénicas en los periddicos colombianos acerca del incremento en cuanto al uso de la coca y otros sicotr6picos por parte de j6venes de la alta sociedad; asf mismo se de- nuncia a farmacias y salas de baile como los centros principales de ‘consumo, aunque se desconocen los centros de origen y procesamiento de drogas, asf como las ganancias obtenidas por este concepio. Para efectos de clarificacién del problema de la coca en Colombia desde los afios 40 hasta hoy en nuestro concepto, no se debe partir para el analisis, del auge 0 cafda del consumo interno, cosa que s{ ocurre con la marihuana. Nuestro pueblo no es un alto consumidor de coa. (Si as{ Jo fuera, los Estados Unidos estarian indiferentes). Colombia es un pais productor. En otros aiios el dominio de la exportacién Surameri- cana estaba dominado por Bolivia y Pend. Se ha estado avanzando pro- ‘gresivamente hacia el dominio mayoritario de la exportacién ce cocai- 152 na, sin que dicho avance permita quitarle el puesto a Peri y a Bolivia en cuanto al ineremento de adictos. Aquf caben dos grandes preguntas: 1. (Qué esta haciendo Pert y Bolivia y en menor escala Ecuador para desarrollar la guetra contra el narcotréfico, cosa ésta en que se encuentra «empefiada» Colombia? Recordemos que «bajo la ley 11.046 de junio 13 de 1949 1a junta militar Peruana decidié ‘monopolizar la totalidad del comercio doméstico de 1a coca. Inclusive en el artfculo sexto establecié que todas las utilidades del negocio quedarian exclusivamente reservadas para las fuer- zas armadas. (el subrayado es mio). Asf nacié en el Pert la EM- PRESA NACIONAL DELA COCA (ENACO), que atin subsiste™, 2. Seré acaso que se esté aplicando hoy la misma politica emplea- da por los norteamericanos en la llamada guerra contra la mari- hhuana, al instigar y patrocinar la destruccién de las plantaciones Colombianas con paracuat, logrando con ello una doble ganan- cia: Se quitaban de un lado un problema de salida enorme de d6- lares y de otro lado se eliminaba un molesto y fuerte competidor en calidad a la marihuana autéctono producida en California? DECRETO ANTINARCOTICOS DEL 11 DE MARZO DE 1947 Al analizar la historia de la Coca en la llamada «época de la violen- cia», se hace obligatorio hablar de una planta muy arraigada entre al- gunos Colombianos. Ella es: LA MARIHUANA. En nuestro pais la historia de la marihuana es la historia macondia- na de como el estado es el encargado de traer, propiciar y patrocinar la produccién de marihuana. Mariano Ospina Pérez, Presidente conserva- dor de 1946 a 1950 al vivir la gran recesién econémica por la cual pa- saba la industria textilera colombiana debido a la dependencia de algo- dn y fibras del exterior ~recesién agravada por la segunda guerra mundial- decide poner en accién, un plan quinquenal de agricultura que busca sustituir importaciones de origen agropecuario; especial- ‘mente fibras utilizadas en la industria de textiles. Dicho plan es elabo- rado por el profesor Pount con la asesorfa de una misién Norteameri- cana, Se implementa asi el programa de la huerta casera con promocién eserita en 150.000 folletos, propaganda en cine y con Ia reparticién gratuita de 1.400.000 paquetes de semifllas. La marihuana sembrada re- sult6 ser de mala calidad como fibra pero de excelente aroma, y sabor como marihuana, y como aquf ya habfa personas que la conocian, se (>) Hewan, ArTHonY: Mame coca Editorial Oveja mera. Bogots, 1981 difundié el descubrimiento de que el famoso céfiamo indio trafdo por el estado y que no servia como fibra, pero si servia como marihuana rubia (la Mona) de alta calidad con los resultados de todos conocidos en cuanto a que el campesino Colombiano se encariiié con «la mona». Lo més paradéjico de esta situacién, estd en que sf por un lado el go- bierno propiciaba el cultivo de céiamo hindi, por el otro reprimfa el cultivo y utilizacién de la marihuana por medio del decreto 896 del 11 de Marzo de 1947. En él se combatia no solo a la marihuana sino tam- bién a la coca. Dicho decreto establecia entre otras cosas: Prohibicién de euttivary distibuir marihuana y coca, castigo severe para Jos funcionarios piblicos que no denunciaren alos narcotraficantes, multas & Jos infractores que iban desde $100 hasta $500 y prohicion de pags slarios Cosa desconocida por nosotros los Colombianos, son Tos poderosos intereses econémicos a los cuales la medida lesiona, y que se Ievantan al un{sono en gran protesta contra el primer estatuto antinarcéiicos de este siglo. Lo cierto del caso es que la presién de los terratenientes es tal, que escasamente un mes dura la medida la cual es derogada por el decreto 1472 de abril 30 de 1947. ‘Fue tal la movilizacién de terratenientes, comerciantes y polticos del (Cauca contra el esttuto antinarestioos que el propio ministo inspiredor de la norma Torge Bejarano afi: Las protesas de ls empresas y genes interesa- as en la coca se apresuraron a organizar una verdadera conjura>™. E117 de abril de 1947 un grupo de coqueros® del Cauca envia un ‘mensaje al presidente Ospina protestando por el represivo decreto de la coca en donde afirmaban: El decreto 896 ha causado profunda inguietud agricultores Caucanos, Gran parte habitantes sur cauca, dedicase al culivo de la coca. Teniendo como tnico medio de subsstencia este articulo, Como recinos regiones pro- ‘ductoras coca y en nombre de diezmil (2) respetuosamente pedimosles dero- ‘lori decreta». Emesto Manzano, Samuel Muticz y otros" Del anterior documento varias cosas entran a alimentar la discusi6n y a desarrollar més inquictudes susceptibles de ser investigadas por nuestros historiadores, lo cual es la meta fundamental del presente es- crito: = Las empresas a que se refiere dicho material asf como las fami- lias que en gran parte viven de la coca, se limitaban exclusiva- ‘mente a su produccién para el consumo indfgena? (@) cttemora de higienes. Impreata nacional Bogs Pig. 78. 1943 (en Child Arergo, 1984). (©) Aclracign nesta: Teraenientesdicios de plantos de coca, (00) Bnas4No JoaGe: «Nueva capindos sobre el cocainiono en Colambies. Revista Americana ingens. México. 1983, 153 154 Si este interrogante se responde como afirmativo cabe preguntar entonces ,por qué tanto alboroto por parte de los terratenientes por la prohibicién de un cultivo que no caracteriza la base de la economia agricola? ‘Ahora, sf la Coca no es un elemento bésico en lo que a la dieta ali- menticia se refiere y si su utilizacién est orientada hacia el uso tradi- ional para motivar el trabajo y calmar el cansancio y el hambre, en- tonces cabe preguntar: — {Por qué tanto volumen de poblacién se introduce en el cultivo y produecién de coca?... ¥ lo més importante: cuales son los capitales que aquellos que viven de su cultivo amasaron y cual renglén en el desarrollo capitalista fueron a engrosar? Es inquietante a nivel de investigacién hist6rica el hecho de que los terratenientes del Cauca, muchos de ellos liberales, logren hacer dlero- gar un decreto emanado de un gobiemo conservador en 1a Hamada eépoca de la violencia». Nos preguntamos: Qué intereses se movian y se defendéan? Con base en el cuestionamiento anterior se hace necesario para te ner mayores elementos de anilisis tracr a colacién el editorial del pe- ri6dico ditigido por el actual embajador Colombiano de Washington ‘Victor Mosquera Chaux e Isafas Muiioz: «EL LIBERAL» de Popayén el ‘cual ataca el estatuto antinareético en su editorial: “Fl uso de la codiciada hoja ha quedado prohibido y consagradas fuertes sanciones para [os infactores, sin medir lag consecuencias desfavorables que Ta medida puede traer para la agricultura. Para combatir los vicios es preciso sentar bases previas, de lo contrario el fracaso serd inevitable, como lo ha Sido cuando el gobiero ha querido acabar de un tajo con el consumo de Coca. Para que cualquier empresa de esta indole taviera éxito sera preciso que gobierno dejara de ser productor de bebidas embriagantes. Mientras no haya ejemplo moralizante..o» Algunos apartes de] memorando presentado por los coqueros del Cauca al Dr. Gerardo Lopez Narvéez delegado del gobierno plantean entre otras cosas: Nameral 6: Si se pone en ejecuciin el deereto, procediendo a la destruc ign de las plantaciones, se crearé un problema social gravisimo, pues duetios dlefenderin a capa y espada Ia planta preferia por ellos, siendo de dominio pi- blico conocide por nosotros que es Ia tnica planta que le practican regados en Jos veranos, trasladando el agua desde Iejanasdistacias en la espa [Numeral 8: ..Todos estén interestlos en conservar Sus manos en este ne- gocio, ue les deja utilidades verdaderamente exageradas..»". (1) Borns innconns Grsarno: «problema det eutivo y le mastlacion de hos de cca cen Colombia. Talereseitoriles Cost, Popayin, 1947 Las anteriores apreciaciones erean gran cantidad de inquictudes ya que deben ser muy grandes y jugosas las ganancias que el negocio de Ta coca deja para justificar 1 que los terratenientes estén incluso dis- puestos a defender sus intereses a «capa y espadan. También cabe la jnquietud que tiene que ver con la salida de hojas de coca o de base de coca hacia cl exterior. Cosa ésta no probada hasta hoy pero tampoco rechazada tajantemente. Seré acaso que Ia burguesfa colombiana hasta cen esto Hleva la delantera y los terratenientes del occidente colombiano ya comerciaban con el producto cuando los Escobares, Ochoas y Ga- ‘chas apenas estaban empezando a «gatear» 0 quiz4s ni habfan nacido? DEL DECLIVE DE LA MARIHUANA AL AUGE DE LA COCAINA Después de Tos aiftos 60 tiempo en que la marihuana se desemperi6 ‘como un renglén bésico en nuestra economfa y en nuestra cultura creando capitales nuevos y con ellos a burgueses nuevos y también va- lores nuevos: LA SUBCULTURA DE LA MARIHUANA. De ella nos queda Ja bota 15, las camisas de flores, el sabor de la sonora Matancera y el hablado al revés o Ia jerga nacida de palabritas caribetias combinadas con el lunfardo Argentino. Es la época de las revoluciones: cel Ché, del Hipismo, del nadafsmo, de la «destruccién del capitalismo y el co- lonialismo, del acabamiento de los partidos tradicionales», del refugio a los desamparados del campo azotados por el flagelo de la violencia que encuentran en la marihuana muchos de ellos, el paliativo para st. desesperanza Para Cuild y Arango (1984) el Hipismo es un fenémeno exportado por los Estados Unidos para envenenar los principios libertarios irra- diados por la Revolucién Cubana. Con la meta de enajenar a través de la droga a las rebeldes juventudes latinoamericanas que vefan en Fidel, Camilo y el Ché a sus conductores. Lo anterior aunque discutible no es, descartable ya que los cuerpos de paz, los desertores del ejército nor- teamericano y los impulsores de sectas religiosas y los emisarios de la alianza para él progreso, no s6lo eran asiduos aficionados a las sustan- cias psicotrépicas sino que también son grandes maestros en materia de ensefiar a «cocinar» sustancias como 1a cocaina, la cual en Jos mer- cados de Norteamérica dejaba ganancias asombrosas. Lo anterior ex- plica como por Panama con la venia de los Norteamericanos se va a generar Ta exportacién en grandes cantidades de droga hacia los Esta- dos Unidos siendo los centros de abasto més importantes: Leticia, Me- dellin, Villavicencio y Cali; legitimando y ampliando un comercio més antiguo y desconocido que de tiempo atrés se venfa dando como en. efecto veremos. Hay indicios de que hacia finales de 1a década del 50 existian conexiones de exportacién de droga trafda de Tierradentro y el 155 156 Paso en el Cauca la cual era procesada en Medellin y enviada hacia el exterior teniendo como puente Ta ciudad de La Habana. Se habla inclu- so del desmantelamiento hecho por autoridades colombianas en asocio con el F.B.I. de un laboratorio de droga en el actual barrio del «Pobla- don‘, Se hace entonces importante profundizar en el estudio de la composicién de los capitales Antioquefios ya que segtin lo antes ex- puesto queda como hipétesis a comprobar que: importantes capitales de esa época se hicieron con el narcotrafico y hoy aparecen como pro- ducto del «ahorro y trabajo heroico de sus duefios», luego el problema 19 es nuevo, es desconocido, En Jos afios 70 se inicia el boom coquero el cual tenia como asien- tos a los centros de produccién de Leticia y el Cauca (sin contar aqui las grandes cantidades de pasta trafdas de Bolivia y Per) donde jug6 papel importante 1a ayuda técnica norteamericana. Victor Mosquera Chaux desde los micrdfonos del congreso de los Estados Unidos, cla- ramente Io recuerda: «Se dice que los llamados euerpos de paz que vinieron aguf como una co- laboracin norteamesicana para trabajos sociales en los barrios pobres de ‘ciudades y en las zonas ruraes, fueron los que enseiaron los procedimicntos ‘quimicos para exiraer productivamente la cocaina de las hojas de coca. Y ‘como consecuencia de ello se formé la cadena de muchos eslabones del trfico de este alcaloide. Naturalmente se establecieron nuevos cultivos y se agrav6 el problema, al mismo tiempo que en otras comarcas se establecié ol cultivo de la ‘marihuana, intensificado por la gigantesca demanda internacional, especial- ‘mente en los Estados Unidos de América que es el principal mercado de con- La Universidad Colombiana encerrada en sus paredes a Ia usanza de los castillos medievales, se haya alejada de la sociedad que la crea convirtiéndose en un ente manejador y repetidor de saberes enconcha- dos en el continuismo de la repeticién de la informacién y el descono- cimiento del mundo que la rodea, llevandola su falta de compromiso a luna posicién de cémplice con la crisis que actualmente vive el pais. Hoy vivimos los Colombianos con mayor fuerza Ia ingerencia del narcotréfico en la vida nacional, razén suficiente para que los estudio- s0s de las ciencias Sociales aportadoras y conocedores en profundidad del pasado, iniciemos el estudio del presente como alternativa para po- der trazar un perfil de futuro, Buscamos entonces motivar el discurso ¢ iniciar el debate ante tan importante tema de la vida nacional para asf lograr una acertada lectura del mundo que nos permita presentar pro- puestas de solucién. (02) Ver Cm y AraNoo: Op. ct, 1984 (13) The Economist intelligence Unit Ltd. Londes, informe confidensial pars cl Banco dele Re- pablica Datos, 1973. DANE,

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