You are on page 1of 10
iglo veintiuno editores, s.a. de c.v. Spier ssn tr senson corte a MENCO OF Siglo veintiuno de espaia editores,s.2. arin ¥ COMUNICACION ANIMAL Y LENGUAJE HUMANO+ ppor abuso de téminos. Es'sabido que ha res la fecha establecer que haya animal re que dispor forma rudimentaria, de un modo de expresién qi ara provocar o controlar al de los hombres han que os ani i anifiesten, en ocasion de tales emisi de los que pudiéramos inferir que dos”, Las condiciones fundam mente lingtistica parecen falta animales, as{ sean superiores, De otra manera se plant. wunto en el caso de las abejas, 9 cuando menos hay que considerar que pudiera plantearse. Todo hace creer —y hecho ha sido obsemado deede hact mucho-- que las abejas tienen modo de comui ' iosa organizacién de sus colonias, 5 Coordinadas, su capacidad de reaccio ciones imprevistas, hacen suponer ‘cambiar verdaderos mensajes. La dirigido en particular al modo como tuna de ellas descubre una fuente de a de una comunicacién propia- de marras un grupo de abejas, entze la marcada, si bien todas proceden de la col- ‘mena de ésta, Tienc que haber advertido a sus compafieras. Incluso ‘preciso que hayan recibido informes precisos, ya que sin guia le- » Diogene, 1 (1982), (56) COMUNICACION ANIMAL Y LENCUAJE TUMANO 3 a ag, 2 menu moy distant de colmenay sempee fue 82 campo No hay error ni vacilacién en la bisa mente, las abeas que la ‘otras. Al parecer la abeja exploradora designé a sus compatieras 3 lugar de donde vino, Pero zpor qué medio? Este fascinante problema desi tiempo a los observado- vvon Frisch ( de zoologia en la Univer- sidad de Munich), merced a experiencias que leva adelante desde hhace_ unos trei haber establecido los principios para_una s ies han dado a conocer el proceso de la la abeja se Gants ogous de dered agitaci6n del abdomen (wagging Bora de un ocho: la abe come ade cia la izquierda, vuelve a seguir de recha, y as! sucesivamente. Después de abandonan Ja colmena y se di alimento que la primera visité, A} se entregan a nuevas danzas, lo de suerte que luego de unas pocas idas y ven se apitian en donde la recolectora descubriera a teres y la danca en ocho sparecen como verdaderos mensajes, merced a los 3 sefialado a la colmena el descubrimiento. Faltaba aver iferenci pensé que ciaria néct pretaciones, ya vulgarizadas.* Es comprensible que hayan suscitado vivo interés. * Ad! Maurice Mathis, Le peuple des ebeils, p. 70: “El doctor K. von Frisch deseubrid... el comportamiento de la abefa cebada, al voher a la col 58 LA COMUNICACION: Pero, aun demostradas, no autorizaban a hablar de un verdadero Tenguaje. Estos puntos de vista han sido ahota completamente renovados ppor las experiencias que Karl von Frisch lievé adelante, extendiendo ¥ tectificando sus primeras observaciones, Las dio a conocer en 148 en publicaciones téenicas, y las resumié muy claramente en 1950, y un ingenio sencillamente admirables, logré determina ‘acién de las danzas. La novedad fundamental es que no atarien, raleca del botin, sino a la 2 Kad Frisch, the es et oa eee Universty Bes inca 8 Ye 1850 CoMUNTCACION ANTAL Y LENGUATE HUNANO 39 poco diferente. La danza en circulo indica sencillamente la presencia 4 Ver el prblogo de Donsld R. Critfin al lio de K. von Fisch, p. vi. ¥ de que cada miembro de ésta se halla en aptitud de emplearlo o de comprenderlo en los mi ‘téeminos. Pero las diferencias son considerables y ayudan a adqi ciencia de lo que caracteriza propiamente el lenguaje humano,. Est, primero y esencial, e! hed por entero en tanto que no fervencin de un apat vor. De donde otra diferen sino de gestos, 1a comunicacién centre las abejas se efectiia necesariamente en condicic ten una percepcin visa, ala Tuz del El lenguaje humano desconoce sem ti Aparee también una diferencia capital a realiza la comunicacién. El mensaje de las respuesta de los alrededores, sino determinada conducta, que no es respuesta, Esto significa que las abejas no conocen cl dicién del lenguaje humano. Hablamos a otros que habl no atrae ninguna No puede haber comunicacién relativa a un dato ingul ya por no haber respuesta —reaccién ica a una festacién lingiistica—, pero también porque el mensaje de una abeja no puede ser reproducido por otra que no hubiera visto por sf misma las cosas que la primera anuncia. No se ha advertido, por ejemplo, que una abeja vaya a Tlevar a otra colmena el mensaje que Ihubiera recibido en la propia, lo cual seria una manera de trasmision © de relevamiento. Se ve la diferencia respecto al lenguaje humano, donde, en el didlogo, la referencia a la experiencia objetiva cién 2 la manifestacién lingiistica se trenzan libremente y si La abeja no construye mensaje a partir de otro mensaje. COMUNICAGION ANIMAL Y LENGUAJE HUMANO 61 de las que, alertadas por la danza de Ia recolectora, salen y van a comer al lugar indicado, reproduce a su retorno la misma informacién, no siguiendo el mensaje inicial sino ateniéndose a la realidad que carécter del lenguaje es procurar un le de ser trasmitido sin fin en el pio de nuestro simbolismo y fun- ido del mensaje, sera fécil obser- 1 se refiere siempre y solamente a un dato, el alimento, y que variantes que comprende son relativas a datos espaciales. goaje humano. Por afiadidura, la conducta que significa el m abejas denota un in variacién ni trasposicién posible. Ahora bien, en cl ano el simbolo en general no configura los datos de 1a experiencia, en el sentido de no haber relacién necesaria entre la refe- rencia objetiva y la forma lingiiistica, Habria aqui que establecer muchas distinciones desde el punto de vista del simbolismo humano, cuya naturaleza y funcionamiento se han estudiado poco, Pero sub- siste la diferencia, la tinica diferencia a la posicion espacial del objeto ‘5 imposible descomponer este contenido en sus ele mentos formadores, en sus “morfemas”, de suerte que corresponda cada uno de éstos’a un elemento del enunciado, El lenguaje hu- ‘mano se caracteriza precisamente por esto, Cada enunciado se reduce a elementos que se dejan combinar lbremente segin reglas definidas, de suerte que un nimero de morfemas bastante reducido permite tun niimero considerable de combinaciones, de donde nace la variedad spacitado para decir todo. Un andlisis mas 4 su vez en fonemas, elementos de articu- ificacién, atin menos numerosos, cuyo en- tivo suministra Tas unidades.significantes. Estos fonemas “vacios” organizados en sistemas constituyen el fun- damento de toda lengua. Es manifiesto que el lenguaje de las abejas 62 LA COMUNIGAGION no permite aislar semejantes constituyentes; no es reducible a elemen- tos ie bles y distintivos.. El conjunto de estas observaciones hace aparecer la diferencia sencial entre los procedimientos de comunicacién descubiertos en las abejas y nuestro lenguaje. Esta diferencia se resume en el ténnino {que nos parece més apropiado para definir el modo de comunicacién las abejas; no es un longuaje, es un cbdigo de sefales. lo todos los caracteres: Ia fijeza del contenido, la inva- rlabilidad del mensaje, a relacién con una sola situacién, la natura- leza indescomponible’ del enunciado, su trasmision unilateral. No deja de sex significativo, con todo, que este cédigo, Gnica forma de “Jenguaje” que se haya conseguido descubrir hasta la fecha entre Jos animales, pertenezca a insectos que viven en sociedad. Es tam- ‘ign la sociedad la que es condicién del lenguaje. No es el menor de los intereses de los descubximientos de K. von Frisch, aparte de las revelaciones que nos ofrecen acerca del mundo de los insectos, el hecho de que esclarezca indirectamente las condiciones del lenguaje hhumano y del simbolismo que supone, Pudiera darse el caso de que cl progyeso de las investigaciones nos hiciera penetrar més hondo en Ta Comprension de lot resortes y modalidades de este modo de comu- nicacién, pero el haber establecido que existe, y cémo es, y e6mo funciona, significa ya que veremos mejor dénde comienza el lenguaje ¥ de qué modo se delimita el hombre * [1965] Pare una visién de conjunto de las investigaciones recientes sobre ta comunicasion animal y soca del kenge de las sbeae en particu, ver ‘on articalo de. A. Sebeok aparecido en Scumce, 1965, pp. 1006 ss. ‘earfruto xv DE LA SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE* Si el lenguaje es, como dicen, instrumento de comunicacién, za qué che semejante propiedad? La pregunta acaso sorprenda, como todo aquello que tenga aire de poner en tela de juicio la evidencia, pero a ‘veces es itil pedir a la evidencia que se justifique, Se ocurren enton- ces, sucesivamente, dos razones, La una seria que el lengusje aparere de hecho asi empleado, sin duda porque los hombres no han dado ‘con medio mejor ni siquiera tan eficaz para comunicarse. Esto equi- vale a yerificar lo que ibamos comprender, Podria también pen- arse que el lenguaje presenta disposiciones tales que lo tornan apto para servir de instrumento; se presta a trasmitir lo que le confio, una ‘orden, una inta, un aviso, y provoca en el interlocutor un com- portamiento 2 cada ocasién. Desarrollando esta idea desde tun punto de vista més técnico, afiadiriamos que el comportamiento del lenguaje admite una descripei6n conductista, en términos de cestimulo y respuesta, de donde se concluye el cardcter mediato ¢ ins- trumental del lenguaje. Pero 5 de veras del lenguaje de lo que se habla aqui? jNo se Jo confunde con el discurso? ‘Si aceptamos que l discurso es lenguaje puesto en accién, y necesariamente entre par- tes, bacemos que some, bo a cofusién, una eticién de pin pio, puesto que la naturaleza de este “instrumento” es explicada por su sitoacién como “instrumento”. En cuanto al papel de trasmisién que desempefia dl lenguaje, no hay que dejar de observar por una parte que este papel puede ser confiado a medios no lingiisticos, ston, ‘mimica, y por otra parte, que nos dejamos equivocar aqui, ‘blando de un “instrumento”, por ciertos procesos de trasmisién que, en las sociedades humanas, son sin excepcién posteriores al len- guaje y que imitan el funcionamiento de éste. Todos los sistemas de sefiales, rudimentarios © complejos, estén en este caso. En realidad l comparacién del lengvaje con un instrumento —y ‘con un instrumento material ha de ser, por cierto, para que la com 2 Jounal de Prchologe,juiosept. 1958, P. U. F. 079) 180 ‘EL HOMBRE, EN LA LENGUA arscién sea sencillamente inteligible— debe hacemos desconfiar mucho, como cualquier nocién simplista acerca del lenguaje, Hablar turaleza. El pico, la flecha, fa rueda no estén en la naturaleza. Son fabricaciones. El lenguaje est ‘en Ia naturaleza del hombre, que no lo ha fabricado, Siempre pro- ndemos 2 esa figuracién ingenua de un periodo original en que un jombre completo se d semejante no menos completo, y entre ambos, poco a poco, se iriaelaborando el lenguaje. Esto es pura ficcién. Nunca Ilegamos al hombre separado del lenguaje ni jamas Jo vemos inventarlo. Nunca alcanzamos el hombre reducido a si mismo, ingeniindote para concebir 1a existencia del otro, Es un hombre habl: ‘el que encontramos en el mundo, un hombre hablando a otro, y el lenguaje ensefa la definicién misma del hombre. ‘Todos los caracteres del feng ‘su naturaleza inmaterial, su de instrumento es oponer hombre Ja palabra sugiere un intercambio, y por tanto una “ cambiariamos; la palabra parece asi asumir © vehicular que estamos prontos 2 hipostatiza ‘vex mds, tal papel toca a la palabra. ‘esta funcién, puede preguntarse tizat ésta, Para que Ia palabra ga iso que ta habite el engoaje, dl 5 parece, en una propiedad del lenguaje, poco visible bajo la evidencia quc la disimula, y que todavia no’ podemas caracteizar si no es sumaria- como el hombre se constituye como suje- da en realidad, en su realidad que es la cutor de plantearse como que cada quien experimen 1a medida en que es posible consid ‘como la unidad psiquica que trasciende ls total cias vividas que reine, y que asegura la perman Paes bien, sostenemos que esta “subjetividad”, péngase en fenomeno- timiento que, en un reflejo), sino DE LA SUBJETIVIDAD EN EL LENCUAJE 181 lego en pscooga, como se guste, no mt que Ya emergencia en el ser de i tal del nciencia de si no es posible més que si se experimenta por . No empleo yo sino dirigiéndome a alguien, que seré en mi un td. Es esta condicidn de diélogo fa que es constitutiva de Ia. persona, pues implica en ceciprocidad que me tome tii en la alocucién de aquel que por su lado se designa por yo. Es aqui donde ‘vemos un principio cuyas consecuencias deben desplegarse en todas direcciones. El lenguaje no es posible sino porque cada Jocutor se y remite a si mismo como yo en su dis , que nos sirvié de punto de , jencia del todo. pragmstia, Polaridad’ por y que presenta un tipo de oposicién porte alguna, fuera del lenguaje. Esta id ni ” ti pasa de ser una To demas muy singul ‘cuyo equivalent no aj polaridad no significa posicién de trascendé de los dos términos pero sgn una opsiin “interior /exteri’ reversibles. Bésquesc un paralelo a esto; m eondicién del hombre en el ‘mismo tiempo son Nar’. Unica es Ja as del “yo” y del “otro”, del individuo y la sociedad. Dual 6 ilegitimo y exr6neo reducir a un solo término original, sea éte el “yo”, que debiera estar ins- talado en su propia conciencia pa se entonces a la del “pré- jimo”, o bien sca, por ef contrario, la sociedad, que proexistiria como totalidad al individuo y de donde éste aperias se desgajaria conforme adquiriese la conciencia de st a dialéctiea, que se arroga cl lenguaje para fundar la subjetividad? ‘De'hecho, a lenguajeresponde a ello en todas sus parts, Ets marcado tan profundamente por la expresién de 1a subjetividad que se pregunta uno si, construido de otra suerte, podria seguir funcio- nando y llamarse lenguaje. Hablamos ciertamente del lenguaje, y no 182 ‘EL HOMBRE EN LA LENCUA solamente de lenguas particslares. Per los hechos de las lenguas pparticulares, concordantes, testimonian por el lenguaje. Nos confor- ‘maremos con citar Jos més aparentes, ‘Los propios términos de que nos servimos aquf, yo y td, no han de tomarse como figuras sino como formas lingiisticas, que indican la “persona”. Es un notable —mas ,quién se pone a notarlo, siendo tan familizr?— que entre los signos de una lengua, del tipo, ocs 0 reg que se, no fli mina ls “jronombres personal” Ina lengua sin expresién de la persona no se concibe. Lo més que puede ocurir es que, en ciertas lenguss, en certs circunstancas, estos “pronombres” se omitan deliberadamente; tal ocurre en la ma- yorta de las sociedades del Extremo Oriente, donde una convencién de cortesfa impone el empleo de perifrasis o de formas especiales entre determinades grupos de individues, para remplazar las referencias personales directas. Pero estos usos no hacen sino subrayar el valor de las formas evitadas; pues es Ta existencia implicita de estos pro- nombres Iz que da su valor social y cultural a los sustitutos impues. tos por las relaciones de clase. ‘Ahora bien, estos pronombres se distinguen en esto de todas las designaciones que la lengua articula: no remiten ni a un concepto nigun . No hay concepto “yo” que englobe todos los yo que se enuncian en tao intante & bors de tees lo locates, en et seat en gut hay un concrpo “tbo al. que ge reduce todos los emplent inl Aduales de drbol. El “yo” no denomina, pues, ninguna entidad lésica. ,Podti decitse entonces que yo se tefiere a un individuo par ee De ser asi, se tratala de una contradiccién permanente imitida en ed lenguaje, y la anarquia en la prictica: zo6mo el mismo tino podria refer indietentement « no importa cul individuo y al mismo tieinpo identificarlo en su particularidad?, Esta: mos ante una clase de palabras, los “pronombres personales”, que cescapan al estatuto de todos los demés signos del lenguaje. 2A qué yo se refiere? A algo muy singular, que es exclusivamente lingtistico: yo se refiere al acto de discurso individual en que es pronunciado, y euyo locutor designa. Es un término que no puede ser identificado mis que en lo que por otro lado hemos Hamado instancia de dis- ‘curso, y que no tiene otra referencia que la actual. La realidad a la ‘que remite es la realidad del discurso, Es en la ingtancia de discurso fen que yo designa ef locutor donde éste se enuncia como “sujeto”. Ast es verdad, al pie de la letra, que el fundamento de la subjetividad DE LA SUBJETIVIDAD EN EL LENGUATE 183 esti en el ojercicio de la lengua. Por poco que se se adverts jue no hay otto testimonio objetivo de lz identidad del sujeto que el que asi da 61 mismo sobre si mismo, E] lenguaje esti organizado de tal forma que permite a cada locutor apropiarse la lengua entera designéndose como yo. Los pronombres personales son el primer punto de apoyo para este salir a de la subjetividad en el lenguaje. De estos pro- nombres jen a su ver otras clases de pronombxes, que compar- fen el mismo estatuto, Son los indiadores de la dee, demostat: vos, adverbios, adjetivos, que organizan las relaciones ‘espaciales,y temporales en toro al “sujeto” tomado como punto de referencia: “esto, aqui, ahora”, y sus numerosas correlaciones “eso, ayer, el afio pasado, mafiana”, etc. Tienen pot rasgo comin definirse solamente Pez iesein ala instanca de discoro em qu on productos dei jo la dependencia del yo que en aquélla se enuncia. Fécil es ver que el dominio de la subjetividad se agranda més y tiene que anexarse Ia expresién de la temporalidad, Cualquiera que fea el ipo de Tengu, ‘por doquer te areia let organiacén lingiistica de la nocién de tiempo, Poco importa que esta nocién se marque en la flexién de un verbo o mediante palabras de otras clases (particulas; adverbios; variacioncs léxicas, etc.) —es cosa de estructura formal. De una u otra manera, una lengua distingue siempre “tiempos”; sea un pasado y un futuro, separados por un present, como en francls 0 en expat; sun preentepssado ‘puesto 'a un futuro, o un presentefuturo distinguido de un pasa- do, como en diversas lenguas amerindias, distinciones susceptibles a su vez de variaciones de aspecto, etc, Pero siempre la linea div. soria es una referencia al “presente”. Ahora, este “presente” a. su ‘vez no tiene como referencia temporal més que un dato lingiistico: Ta coincidencia del acontecimiento descrito con la instancia de dis- menos de ser interior al discurso. El Dictionnaire général define el “presente” como “el tiempo del verbo que expresa el tiempo en que se esta". Pero cuidémonos: no hay otto criterio ni otra expresién para indicat “el tiempo en que se esté” que tomarlo como “el tiempo ‘en que se habla”. Es éste el momento eternamente “presente”, pese 1 no referirse nunca a los mismos acontecimientos de una eronologia “abjetiva”, por estar determinado para cada locutor por cada una de las instancias de discurso que le tocan, El tiempo lingtistico es sui-referencial. En dltimo andlisis la temporalidad humana con todo FL HOMBRE EN LA LENGUA idad de la subjetividad, por contener piadas a su expresién, y el discurso subjetividad, en virtud de que consiste lenguaje propone en cierto modo formas “ fe discurso se apropia, y que reficre a su “persona”, yo y una pareja como tu ‘de todas las coardenadas que definen el sujeto, y de las que apenas hemos designado sumariamente las més aparentes. puede introducir. No podriamos 5 Tenguas reales, la extension de Entre yo iim la descripci tuna evidencia, ya implicada por la ordenacion jigma de la conjugacién. Ahora bien, no pocos verbos escapan a esta permancncia del sentido en el cambio de las personas. Los que vamos a tocar deno- tan disposiciones u operaciones mentales. Miciendo yo sufro describo mi estado presente. Diciendo yo siento (que el tiempo va a cambiar), describo una impresin que me afecta. Pero qué pasard si, en lugar deyo 2 el tiempo va a cambiar) digo: yo creo (que el tiempo ya cambiar)? Es completa la simetria formal entre yo siento y yo da la impresién formal en el p: ‘DE LA SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE 185 186, ‘EL HOMBRE EN LA LENGUA far este yo creo como que..., y lo nico que queda, desde el punto de vista dd yo que lz ‘enuncia, es una simple verficacién. Se discemird mejor adin la naturaleea de esta “subjtividad” con- siderando los efectos de sentido que produce el cambio de las per- sonas en ciertos ver bra. Son verbos que denotan por su sentido wn acto in aleance social: jurr, prometer, garan- La operacién de pensamiento no es en modo alguno el enunciado; yo creo vale a una asercién mitigada. ciendo yo creo (gi to en una enunciacién subjetiva el hecho personalmente, a saber, ef tiempo va ¢ cambiar, yr estos verbos son considera- entre la enunciacién toa toma a paradigma verbal (0 pronominal) que no remite a una persona, por estar referida a un objeto situado fuera de la alocucién. Pero no existe ni se caracteriza Ta persona yo del locutor que, enunt . sona”. Tal es su estatuto. La forma + aque represento en plan yo presumo. Lo q\ teada, extraigo una dado. Es esta rela sonal. Lo mist acién plan: in de conclusién concerniente a un hecho en la enunciacigin yo \égica Ta que cs instaurada en un verbo per- ¢s el acto mismo que yo supongo, yo presumo estin muy Icjos de yo que cumplo. Diciendo ‘pongo, yo resumo. Fn yo supongo, yo presumo hay una actitud indi- rmeto y garantizo efectivamente. Las conse a ‘no una operacién descrita, Tncluyendo en mi discurso yo su- de mi juramento, de mi promesa, ge, 0 presume, implico que adopte determinada actitud ante arrancan de la instancia de discurso que contiene juro, prometo. La eenencado a ue sigue. Se habré advertido en efecto que todos los enuncacién se identifica con el acto mi verbos citados van seguidos de que y una proposicién: dsta es verdadero enunciado, no la forma veibal personal que la gobierna. gps hace pile. Se ved Ia difrencia renplaando Per ‘en compensacién, es, por asi decitlo, el jura. En tanto que yo |. Daa la asercién que sigue ¢} contexto més que una descripcién, ppresuncién, inferencia— propio para caracterizar Se ve aque condiciones pro Tocutor hacia el enunciado que profiere. Esta mani- verbo segin sa umd por un i6n de la subjetividad no adquiere su relieve més que en la tere valor diferente, Es i . Gia de discus que contene el verbo ante el act al mismo tiempo que funda €l sujeto. Asi i enunciaci6n de su “nombre” , ue el sujeto & pantado por la instancia de coonanis de su indicador (que DE 1A SUBJETIVDAD EN EL LENCDAJE 187 Bastantes nociones en lingtistica, quiz4 hasta en , apare- cerdn bajo una nacre luz sty la reablne en eh muon de dca, en tanto que asumida por el hombre que habla, y te inteeubjetivided, nica gue hace poodle la com. nicacién lingGistica,

You might also like