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Eduardo Viveiros de Castro La mirada del jaguar Introduccién al perspectivismo amerindio Entrevistas una edicién (de mi parte) de transcripciones en bruto (0 pre-editados por el entrevistador) de grabaciones ue, a su vez... El lector ve a donde quiero llegar. Las presentes entre(re)vistas son, ast, esencial- mente, articulos académicos en formato dialégico y en un lenguaje un poco més relajado que el habitual Esté claro que semejante reajuste de la naturaleza de los textos acd reunidos no deja de ser una maniobra ligeramente deshonesta, en cierto modo injusta con los entrevistadores, cuyas preguntas se mantuvieron corno en el original (jo casi) al paso que las respues- tas fueron volviéndose las que yo daria hoy. Pero al fin yal cabo, las circunstancias de origen de los textos no fueron las de un interrogatorio policial, as del detalle periodistico o del debate politico-intelectual, y sf las de simples contextos de incitacién a a reflexién. Ninguna razén, por lo tanto, para ser fiel a nada, excepto a lo que pienso ahora. Y ademés, éa quién le interesaria una informacién fel sobre mi estado mental de otco- ra? No a mi, principalmente Quisiera registrar mis més sinceros agradeci- mientos a los colegas que tuvieron el interés y la pa- ciencia de acompaharme co-autoralmente en estas entre(revistas, especialmente a Renato Sztutman uno de ellos~ por la revisién de ta revisién de la rex visién (y la presentacién) y a Marcio Goldman, que gentilmente estuvo de acuerdo en publicar la entrevis- ta que “firmamos” juntos, donde su participacién me parece mucho més importante que la mia, Eduardo Viveiros de Castro, Rio de Janziro, 11 de Marzo de 2008 “El cascabel del chaman es un acelerador de particulas”” Cus era tu idea de la antropologia cuando empezaste a estudiar las sociedades indigenas? Yo queria hacer una etnografia “cldsica” de un grupo indigena. Mi problema era entender estas sociedades en sus propios términos, 0 sea, en relacién a sus pro- pias relaciones, lo que obviamente incluye sus relacio- ‘nes con la alteridad social, étnica, cosmolégica... Pienso que existen dos grandes paradigmas que orientan la etnologla brasileita, Por un lado, la ima- gen antropologica de la “Sociedad Primitiva"; por el otro, la tradicién derivada de una “Teoria del Brasil”, del que la obra de Darcy Ribeiro es quizas el mejor ejemplo. El titulo de un libro de Roberto Cardoso de Oliveira, La sociologia del Brasil indigena, es expre- sivo de esta segunda orientacién: el foco es Brasil, los indios son interesantes en relacién a Brasil, en la medida en que son parte de Brasil. Nada que obje- tar, tal sociologia del Brasil indigena es una empresa 1 For Renato Setutman,Sivania Nascimento y Stel Maras Publicado orginalmente en la cevista Sextaeira, 5 altamente respetable que result6 en trabajos extre- madamente importantes, Pero este no era mi fuer- te, Mi fuerte, o campo, o bosque, era la mal llamada “sociedad primitiva”, mi foco eran las sociedades in- digenas, no “Brasil”: lo que me interesaba eran las sociologias indigeras. Mi fuerte eran las antropolo- gfas de LéviStrauss, de Pierre Clastres, y también las antropologias de Malinowski, de Evans-Pritchaed... <éDéndeestaban parades los estudlis sobre el Amnazonas ind ‘gona en la época de tus primeas investigaciones emmolégicas? Es conveniente recordar que buena parte del Amazonas que fue estudiada en los afos 1970 no existla desde el punto de vista geopaltico, incorporada a la sociedad nacional a pattir del boom desarrollsta iniciado en esa década. No era el Amazonas, sino el Brasil Central ef ‘que estaba entonces ala orden del dia gracias a los tra- bajos de Curt Nimuendaju de la década de 1930 y 40, que habfan sido recibidos con gran interés por Robert Lowie y Claude Lévi-Strauss. Este dltimo (en las déca- das de 1960 y 1970 estébamos en el apogeo del estruc- turalismo) colocé al Brasil Central en la agenda teori- ca de la antropologia. EI grupo que estudié al Brasil Central, ligado @ David Maybury-Lewis, fue el que tuvo el mayor ntimero de personas trabajando coordinada- ‘mente en una misma érea cultural en América del Sur; Un area, adems, situada entera en teretorio brasilefo. ‘Cuando yo era estudiante, en la década de 1970, la im- resién que se tenia era que la tinica cosa interesante ue quedaba en la etnologia indigena era el Brasil Cen- tral. Yo no tenfa mucha claridad de que el Amezonas 10 existicra como posibilidad de trabajo, En parte porque estaba leyendo exclusivamente tesis y libros de ris profesores y gente vinculada a ellos, que eran todos sobre los grupos |@, Bororo y demas. Todo mi traba- jo posterior estuvo muy marcado por un “escribir en contra” de la etnografia centro-brasilera; “en contra” ro en el sentido polémico 0 critic, sino contra como un “a partir de", como figura que se dibuja contra, es decir, sabre un fondo: contra el paisaje donde tuve lu- gar mi formacién. Qué fue lo que mas te impresioné en el trabajo de carnpo on los Yawalapti del Alto Xingu, por entonces tu primera experiencia de investigacién en una sociedad indigena? La primera cosa que me llamé la atencién en el Xingv, fue que ese sistema social era muy diferente a los regimenes del Brasil Central, Una preocupacién que me acompafia desde entonces es como describir una forma social que no tenga por esqueleto instituci nal un dispositive dualista, considerandose que mi imagen basica de sociedad indigena era la de una so- ciedad con mitades... etcétera, Era una época en que las lamadas oposiciones binarias eran vistas como la gran clave de interpretacién de cualquier sistema de pensamiento y accién indigenas, Para m{ quedé claro que lo que sucedta en el Xingu no podia ser reducido a la oposicién, tan durkheimiana (0 para decirlo de una vez, tan metafisica), entre lo fisico y lo moral, lo natural y lo cultural, lo biolégico y lo sociolégico. Al contrario, habfa una especie de extrafa interaccién, algo como una “entre-indeterminacién” entre esas u dimensiones, mucho mas compleja que lo que sofia ban nuestros dualismos. Me llamné singularmente la atencién lo complejo de la reclusién puberal en el Alto Xingu, donde los jovenes tienen el cuerpo literalmente fabricado, imaginado por medio de remedios, de infusiones y de ciertas técnicas todavia més “invasivas” como la escarificacién, Resu- ‘miendo, todo aquello me parecia un signo de que no ha- bia distincién entre lo corporal y lo social: fo corporal era social y lo social era corporal. Por lo tanto, se trataba de algo muy diferente de las oposicionés tan familiares en- tre cultura y naturaleza, centro y periferia, interior y exte- rior, ego y enemigo. Mi investigacién con los Yawalapiti fue una suerte de indagaci6n sobre estas cuestiones, Pero se traté més de un precalentamiento etnoligico ue de una investigacién tal como tiene que ser. £Cdmo surgid el tema del cuerpo como cuestién tedrica fundamental en sus estudios iniciales? ‘Cuando Hlegué al Xingu, yo estaba parado con los dos pies plantados en la tradicién de pensamiento que nos €8 comiin a todos nosotros (reforzada por mi educa-

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