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EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI (A 900028696 CEP AL Ad Alfaomega COMISIGN ECONGMICA PARA AMERICA LATINA Y EL CARIBE C EPA || cconamic comMISSION FOR LATIN AMERICA AND THE CARIBBEAN WWW.ECLAG.CL Calle 106A No. 22-56 Bogoté D.C. - Colombia E-mail: scliente@alfaomega.com.co Pagina Web htip://www.alfaomega.com.co aA Alfaomega Colom! México, Argentina, Colombia, Chile, Ye Primera edicin: marzo de 2004 Copyright © Naciones Unidas 2004 © Cepal en coedicién con Alfaomega Colombiana $.A. 2004 ISBI 958-682-526-4 Disefto de cubierta: Juan Carlos Duran Edicién y diagramacién: Alfuomega Colombiana S.A. Impresién y encuadernacién: Gente Nueva Editorial Impreso y hecho en Colombia - Printed and made in Colombia IL iil. IV. Vi INDICE PREFACIO José Antonio Ocampo (editor) INTRODUCCION José Antonio Ocampo RAUL PREBISCH: UN HOMENAJE Celso Furtado RAUL PREBISCH Y LA REALIDAD CONTEMPORANEA, Ricardo Lagos Escobar TRES GRANDES VERTIENTES DEL PENSAMIENTO DE PREBISCH Enrique V. Iglesias LA GLOBALIZACION DE RAv’L PREBISCH Rubens Ricupero PRIMERA ParTE: HISTORIA LA PERSPECTIVA HISTORICA Y EL PENSAMIENTO CONTEMPORANEO: SOBRE EL DESARROLLO: UNA REFLEXION DESDE AMERICA LATINA. Rosemary Thorp 1. Los economistas contemporaneos y la historia 2. Historia econémica de América Latina en el siglo xx 3. Conclusiones Referencias bibliograficas EL REGRESO DE LA VULNERABILIDAD Y LAS IDEAS TEMPRANAS DE PREBISCH SOBRE EL “CICLO ARGENTINO” Arturo O'Comiell 1. La inestabilidad de la economia mundial y la renovada vulnerabilidad de las economf{as Jatinoamericanas 2. La economia argentina a fines del decenio de 1920 xi xiii xli xlv xix w 22 25 29 30 38 vi EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI 3. La evolucidn inicial del pensamiento de Prebisch sobre el “ciclo econémico argentino” 4. La depresién y la evolucién ulterior del pensamiento de Prebisch Referencias bibliogrificas EL FOMENTO A LA INDUSTRIA NACIENTE DESDE UNA PERSPECTIVA HISTORICA: (UNA CUERDA CON LA CUAL AHORCARSE 0 UNA ESCALERA POR LA CUAL ESCALAR? Ha-Joon Chang 1. Introduccién. Prebisch: Verdugo involuntario? 2. Una historia no convencional del capitalismo: la verdadera forma como se hicieron ricos los paises ricos 2. Resumen: algunos mitos y hechos histéricos, 4. Conelusién: el fomento a la industria naciente ~ gcuerda o escalera? Referencias bibliogrificas SEGUNDA ParTE: MACROECONOMIA, ESTRATEGIAS DE DESARROLLO PARA EL NUEVO SIGLO Dani Rodrik 1. Introduecién 2. La btisqueda de los determinantes tiltimos del crecimiento 3. {Qué muestra en realidad la evidencia sobre el crecimiento? Una taxonomia de las instituciones puiblicas de apoyo a los mercados . Consecuencias para la gobernabilidad y la condicionalidad internacionales 6. {Cuan importante es la insercién econémica internacional’? 7. Observaciones finales Referencias bibliograficas aR POLITICAS NACIONAL Ricardo Ffrench-Davis Y CRISIS FINANCIE! AS Introduccion 1. Interaccién entre oferta y demanda de fondos 2. Las politicas nacionales y una macroeconomia para el crecimiento 3. Implicaciones de politica macroeconémica Referencias bibliograficas 80. 89 89 92 96 107 114 16 120 121 125 126 135 143 146 inoier 6. DEL AUGE BE LOS FLUJOS DE CAPITAL A LAS TRAMPAS FINANCIERAS. Roberto Frenkel Introduccién América Latina en el proceso de globalizacién financiera Las trampas financieras Conclusiones Referencias bibliogrificas pu EsTRUCTURA, POLITICAS E INSTITUCIONES: UNA VISION DEL DESARROLLO LATINOAMERICANO Felipe Larrain B. Geograffa y recursos naturales Desigualdad y conflicto social El efecto de [as politicas econémicas La importancia de las instituciones Los desafios de la revoluci6n tecnoldgica Comentarios finales Referencias bibliograficas Anon TERCERA ParTE: DESARROLLO PRODUCTIVO CAMBIO TECNOLOGICO Y OPORTUNIDADES DE DESARROLLO COMO BLANCO MOVIL Carlota Pérez Introduccion 1. Cambio tecnoidgico y desarrollo 2. El ciclo del producto. el desarrollo y el cambio en las barreras de ingreso 3. Tecnologias, sistemas. revoluciones y paradigmas 4. El desarrollo como proceso de aprender a aprovechar oportunidades cambiantes 5. La experiencia acumulada y las ventanas futuras de oportunidad 6. ;Cémo abordar el desarrollo en el contexto del paradigma actual REFORMAS ESTRUCTURALES Y BRECHAS TECNOLOGICAS Mario Cimoli y Jorge Kat: Introduccion 1. Un modelo sencillo del proceso de ajuste estructural 2. Hacia un nuevo patrén de especializaciGn productiva 151 151 152 157 169 171 175 181 184 187 192 196 197 205 205 205 241 244 248 viii 10. ll EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI 3. Reformas estructurales, desaparicién de empresas y entrada de otras al mereado 4. Determinantes o ‘fuentes’ de progreso tecnoldgico 5. Reflexiones finales Referencias bibliograficas LA SUSTITUCION DE IMPORTACIONES EN LAS INDUSTRIAS DE ALTA TECNOLOGIA: RAUL PREBISCH RENACE EN ASIA Alice H. Amsden 1. La propiedad nacional y la industria de alta tecnologia 2. El liderazgo gubernamental en las industrias de alta tecnologia de la provincia china de Taiwan 3. Sustituci6n de importaciones con promocién de alta tecnologia 4. Inicio de actividades: metas empresarii 5. Niveles de rendimiento 6. La industria de alta tecnologia en América Latina Referencias bibliograficas EL SEGUNDO CATCH-UP BRASILENO, CARACTERISTICAS Y LIMITACIONES Antonio Barros de Castro Introduccién 1. Hechos e hipstesis 2. Comparacién estilizada de las dos experiencias de nivelacién 3. El entorno macroeconémico 4, Breve reflexion final Referencias bibliograticas Cuarta Parte: DESARROLLO SOCIAL . LAS POLITICAS SOCIALES EN AMERICA LATINA Germén Rama Introducci6n Pobladores, esclavos y estamentos sociales Ciudades y crisis social La experiencia europea Las transformaciones en América Latina que posibilitan una politica de equidad social Referencias bibliogrificas BePo 301 301 302 304 307 309 315 innict ix 13. RESPUESTAS DE POLITICA A LOS PROBLEMAS DE POBREZA Y DESIGUALDAD EN EL MUNDO EN DESARROLLO, 317 Albert Berry Introduccién 317 I. Efectos en el crecimiento y la distribucién derivados de las politicas orientadas principalmente al crecimiento 320 Efectos en la distribucién y el crecimiento de las politicas fundamentalmente distributivas 3 3. Las definiciones de la pobreza y las prioridades de politica 3 4. {Cudles son las mejores estrategias? 334 Referencias bibliogrificas 3 ve 14. ERAS EN LA PROTECCION SOCIAL EN AMERICA LATINA, 341 Juan Luis Londotio Introduccién 341 1, Principales innovaciones institucionales de los servicios sociales 342 2. La nueva economia organizacional: Hacia un modelo horizontal? 349 3. Paradigmas cambiantes de proteccién social 356 Referencias bibliograticas 361 I. PREFACIO EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO Xx! José Antonio Ocampo (editor) Este libro recoge las ponencias presentadas en un seminario internacional realiz: por la Cepal para conmemorar el centenario del nacimiento de don Ratil Prebis Como lo hubiera deseado este gran pensador latinoamericano, la mirada no se enfo- ca tanto hacia el pasado como al andlisis de Ia realidad actual de América Latina y su futuro. De ahé el titulo de la obra, El desarrollo econémico en los albores del siglo XXI. La introduccién y el homenaje con que se abre la obra muestran Ia actualidad de algunas ideas centrales de este pensador: la necesidad de corregir los problemas que genera una globalizacién asimétrica, los retos de! desarrollo interno —0, quiza mejor, end6geno- en una era caracterizada por la orientaci6n de las economias latinoameri- canas hacia el exterior, y las oportunidades que brinda la integracién econémica para el desarrollo regional. La primera parte del libro presenta tres reflexiones de caricter histérico sobre el papel de las instituciones en el desarrollo historico de América Latina, la validez de los andlisis de vulnerabilidad externa de Prebisch para entender los problemas actua- les de América Latina y el papel que ha jugado histéricamente la intervencidn del Estado en el desarrollo de nuevos sectores productivos, en los paises industrializados 0 de reciente industrializacién. La segunda parte analiza las restricciones macroeconémicas al desarrollo latino- americano. Dos de los capitulos de esta seccién concentran su atencién en el proble- ma central que ha aquejado a América Latina desde mediados de los aiios ochenta: la dependencia de un financiamiento externo altamente inestable. Los otros dos toman una perspectiva mas amplia. explorando las dimensiones institucionales, producti- vas y distributivas del desarrollo. La tercera parte enfoca su atencidn sobre la dindmica de las estructuras producti- vas. Los dos primeros ensayos analizan los problemas asociados con las asimetrias de desarrollo tecnolégico que caracterizan a la economfa mundial y la forma como el proceso de reformas estructurales ha afectado y, en algunos casos, profundizado— la brecha tecnoldgica que afecta a América Latina. Los otros dos ofrecen un contras- te interesante entre dos experiencias recientes de industrializaci6n, una asidtica (la provincia china de Taiwan) y otra latinoamericana (Brasil). Xi EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SI La cuarta y tiltima parte de la obra considera los retos sociales de América Latina, los cambiantes paradigmas de proteccién social, que han dado lugar a importantes innoyaciones en este terreno en las tiltimas décadas y la forma como la politica estatal puede contribuir a enfrentar los endémicos problemas de pobreza y de- sigualdad social. Estamos seguros de que estas contribuciones enriquecerdn el debate latinoameri- cano en un momento particularmente critico de nuestra historia econémica, cuando se ha hecho evidente a través de una crisis prolongada, de mas de media década, que las reformas de mercado han dejado un déficit considerable, no sélo social sino tam- bién econdmico. José Antonio Ocampo Secretario General Adjunto de Asuntos Econémicos y Sociales de las Naciones Unidas, ex Secretario Ejecutivo de la Cepal UL. INTRODUCCION Raut PREBISCH Y LA AGENDA DEL DESARROLLO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XxI José Antonio Ocampo* E | centenario del nacimiento de Ratil Prebisch constituye una invaluable oportuni- dad para retomar las ideas de este gran latinoamericano, uno de los pensadores del mundo en desarrollo que mas influencia ha tenido en los debates econémicos mun- diales. Sus ideas han sido objeto de severas eriticas. muchas de ellas referidas, sin embargo, a caricaturas de su pensamiento 0 a las distorsiones que experimenté en la prictica, mas que a su obra intelectual. La descontextualizacién historica de sus formulaciones ha sido igualmente una constante, atin por parte de algunos de sus seguidores, Debe recordarse. en particular, que muchas de ellas surgieron del colap- so del sistema comercial y financiero internacional durante los afios treinta, cuya reconstruccidn apenas se iniciaba en fos momentos en que publicé sus trabajos mas influyentes (Prebisch, 1949. 1950 y 1952) Este ensayo intenta mostrar la vigencia de algunas de las ideas esenciales del pensamiento de Prebisch. y las reformula en funcidn de los planteamientos mas re- cientes de la Cepal y de las contribuciones de otras escuelas econémicas. 1. TRES EJES CENTRALES DEL PENSAMIENTO DE PREBISCH “La propagacién universal del progreso técnico desde los paises originaries al resto del mundo ha sido relativamente lenta e irregular” (Prebisch, 1950, p. 1). Esta afir- maci6n, con la que se inicia la que es quizd su obra mas conocida, tiene dos implicaciones metodolégicas fundamentales. La primera es el reconocimiento del papel clave que tiene el progreso técnico en el crecimiento econémico y. por ende, para los paises en desarrollo. los canales a través de los cuales dicho progreso se transmite desde los “paises originarios”: la demanda derivada de materias primas; la transferencia de tecnologia como tal, incluida aquella incorporada en equipos pro- o Genera Adjunta de las Naciones Unidas pa Asuntos Econémicus y Sociales. Documenta presentado en el seminario “La teoria de] desurrotio en fos ulbores del sigho x1 el cemenario de nacimiento de Ratil Prehiseh. Fl autor agradece a Oscar Altimir. Maria Elisa Bemal, Mar Angela Parra y Rosemary Thorp los comentarios a una version previa de este documents Cepal para com xiv EL DES4RROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL, SIGLO XX1 ductivos; el traslado a paises en desarrollo de ramas productivas “maduras” en los paises industrializados; y la participacién de los paises en desarrollo en sectores de dinamismo tecnoldgico. La segunda es la incapacidad de analizar la dindmica de los paises en vias de desarrollo independientemente de sa posicién dentro de la econo- mia mundial. Sus procesos de desarrollo son, por tanto, cualitativamente diferentes a fos de las naciones mas avanzadas. Esto implica que no hay “etapas de desarrollo” uniformes, que el “desarrollo tardfo” -el “capitalismo periférico”, para emplear su propia terminologia— tiene una dindmica diferente al de las naciones que experimen- taron un desarrollo mds temprano y se transformaron en ef “centro” de la economia mundial’. Tras esta visi6n subyace la idea de un sistema econémico mundial inherentemente jerarquizado, “centro-periferia”, 0 "Norte-Sur”, si se prefiere la terminologya que se populariz6 en los debates de la década de 1970. La esencia de esta visién es e] énfa- sis en las asimetrias basicas que caracterizan la economfa mundial, y su persistencia a lo largo del tiempo, que contrastan con Ia concepcién de la economia mundial como un contexto de relaci6n entre pares, como un “campo de juego nivelado”, para utilizar un concepto que se ha popularizado en los tiltimos afios. En términos de las controversias recientes sobre crecimiento econdmico, esta visién alternativa de la economia mundial implica que las asimetrias que Ja caracterizan tienden a generar “divergencia” en los niveles de desarrollo, o al menos constituyen un fuerte obstécu- Joa la “convergencia” que suponen fas teorias ortodoxas de crecimiento econémico’. Estas asimetrias se reflejan, en primer lugar, en las estructuras productivas. De acuerdo con una formulacién muy cercana al pensamiento de Prebisch, “en contraste con la estructura productiva de la periferia, especialicada y heterogénea, 1a de los centros se caracteriza por ser diversificada y homogénea” (Rodriguez, 2001, p. 105). Dado que el cambio técnico se origina en los pafses del centro y ellos ostentan, ademds, una mayor capacidad de consumo, tienden a concentrar en cada momento. las ramas de produccién mas dindmicas a nivel mundial. Esto genera, en la visién de Prebisch, una tendencia a la especializacidn de los pafses industrializados en pro- ductos de alta elasticidad-ingreso y de los de la periferia en aquéllos de baja eJasticidad-ingreso (materias primas y, crecientemente, manufacturas en sus etapas maduras), que se refleja, a su vez, en una tendencia a la divergencia en los ritmos de crecimiento y/o a la aparicién de problemas de balanza de pagos en los segundos, es decir, a una “brecha” 0 “estrangulamiento” externo. Estos problemas son particular- 1. La visién mas acabada de estos puntos de vista se encuentra, sin duda, en Furtado (1961). En esta formulacién hacemos caso omiso de la controversia sobre los términos de intercambio, que ha recibido excesiva atencién en los andlisis de Ia obra de Prebisch. La atenciGn se concentra, por tanto, en la divergencia de los niveles de desarrollo 0, e8 términos de Ia controversia mencionada, en el papel que juega el deterioro de los términos de intercambio fctoriates. Véase, sobre este tema, Ocampo (1991). InrRoDUccION a: mente severos durante los periodos de crisis, reflejando la alta vulnerabilidad ciclica de los paises en vias de desarrollo frente a los choques provenientes del centro de la economia mundial. En la vision de Prebisch, la superacién de las asimetrias basicas del sistema inter- nacional exige no s6lo un cambio en la estructura econémica internacional, sino también un esfuerzo por transformar las estructuras de los paises periféricos, un “desarrollo desde dentro”, para utilizar la terminologéa original de Prebisch, rescata- da por Sunkel (1991). En términos de los debates més recientes, este “desarrollo desde dentro” es esencial porque la acumulacién de capital humano y de capacida des tecnolégicas propias (“capital conocimiento”) y el desarrollo institucional son procesos esencialmente endégenos. De ahi la importancia decisiva de “programar el desarrollo”, témino empleado en las primeras etapas de la Cepal y, en general. de disefiar estrategias estatales explicitas dirigidas a transformar las estructuras inter- nas, para romper los obstaculos al desarrollo y permitir nuevas formas de integracién a la economia mundial. La industrializacién fue vista inicialmente como la principal via de transforma- cin de la estructura productiva —de “difusién del progreso técnico”— y la sustitucién. de importaciones como su principal instrumento. Esta visién correspondia a las ca- racteristicas del momento histérico en el cual estas visiones fueron formuladas: la ausencia de un mercado dindamico de manufacturas a nivel internacional’; la forma “empirica” como habia surgido la estrategia de sustitucién de importaciones, como respuesta al colapso de la economia internacional en los afios treinta; y el pasado proteccionista que muchos pafses latinoamericanos habian compartido con Estados Unidos y varios paises de Europa continental, atin durante la etapa de desarrollo primario-exportador'. Las posibles ineficiencias de la sustitucién de importaciones, particularmente en mercados altamente fragmentados, asf como la necesidad de evi- tar que la industrializacién se hiciese a costa de la agricultura 0 del desarrollo exportador, fueron evidentes para Prebisch desde sus primeros escritos en la Cepal (Prebisch, 1949, secciones I y VI). Por este motivo, desde finales de los afios cin- cuenta, Prebisch y la Cepal pasaron a defender un “modelo mixto”> que combinaba la sustitucin de importaciones con la promoci6n de nuevas exportaciones, especial- 3. “No se hizoen esta etapa ningsin hincapi¢ en las exportaciones de manufacturas a los centros, dadas las condiciones desfavorables prevalecientes en ellos y Ia ausencia de una infraestructura industrial adecuada para tal efecto” (Prebisch, 1987, p. 17). 4. Sobre el proteecionismo latinoamericano durante la etapa exportadora, véase Cardenas, Ocampo y Thorp (2000a, -ap. 1). Sobre la comparacién de los aranceles latinoamericanos con los de varios paises de Europa continental y los Estados Unidos, véase Madison (1989, pp. 45-47). 5. Este es el término que utiliza un reciente estudio de historia econémiea (Cardenas, Ocampo y Thorp, 20006, cap. 1) xvi EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XX1 mente de origen industrial’, A lo largo del tiempo, la vision de la Cepal se volvié crecientemente pro exportadora, aunque enemiga de un desmantelamiento abrupto. de las estructuras de proteccién’. La industrializacion en los paises perifésicos implicaba, para Prebisch, un proble- ma adicional: la industria moderna tenia una menor capacidad de absorber la mano de obra liberada por el sector rural. Este hecho se vefa agravado por la dependencia tecnolégica, que implicaba que la “mejor practica” correspondfa a patrones de uso de mano de obra inducidos por los niveles de desarrollo de los paises industrializados. Por una y otra via, los patrones de desarrollo se caracterizaban por una mayor “hete- rogeneidad estructural” de los sectores productivos, para emplear el término des: rrollado posteriormente por Pinto (1970): mientras alganos trabajadores eran absorbidos en los sectores de alta productividad, una proporcién, generalmente ma- yoritaria, quedaba relegada a sectores de baja productividad. Esta alta heterogene: dad interna era una de las fuerzas basicas que presionaba en forma adversa la distribuci6n del ingreso, en paises que, por lo demas, en el caso de América Latina, habfan heredado de etapas anteriores de su desarrollo una alta desigualdad y una elevada segmentacién social. Dentro de la estrategia mixta de desarrollo, los procesos de integracién fueron vistos, desde comienzos de los afios cincuenta, como elementos clave para racionali- zar los costos de la sustitucién de importaciones, tanto aquellos asociados a la ausen- cia de competencia como a la ineficiencia que se derivaba de la escala subéptima de Jas plantas industriales. Una década ms adelante, cuando las posibilidades de expor- tar manufacturas hacia los paises industrializados comenzé a ser evidente, se vio igualmente como un instrumento para acumular experiencia exportadora como ante- sala a la conquista de otros mercados. La integraciGn regional -Ios diversos procesos subregionales, la Alalc/Aladi y el mercado comin latinoamericano, en la propuesta mas ambiciosa— se convirtié, de esta manera, en un elemento decisivo del “modelo mixto” impulsado por Prebisch y la Cepal desde fines de los afios cincuenta (Cepal, 6. Esto coincide con lo que Prebisch identifica como la tercera etapa de su pensamiento (Prebisch, 1987. pp. 19-21) Una de sus expresiones mas claras es, sin duda, Prebisch (1963). 7, Véanse, al respecto, tres versiones recientes de la historia del pensamiento de la Cepal: Bielschowsky (1998) Cepal (1998): y Rosenthal (2001). Las razones de esta visi6n (que tiene ahora, fundame histérico) estuvieron asociadas a tres consideraciones: (i) los costos de transmisién que generaria el desmantelamiento de las estracturas de proteccién; (ii) la idea de que era posible racionalizar la estructura de incentivos 2 las exportaciones para compensar los costos de la proteccién: y (iii) que existia alguna complementariedad entre proteccién y desarrollo exportador; en particular, en presencia de economfas de escalka, el mercado local servia de “base” pars fa conquista de los mercados extemos (un argumento que posteriormente Krugman, 1990. cap. 12, denomin6 “sustitucién de importaciones como promocidn de exportaciones" ), Prebisch y la Cepal siempre reconocieron, sin embargo, que los zltos niveles de proteccisn pod sesgos antiexportadores insalvables. almente, un interés mncrar ineficiencias y Ivtropucctéy xvii 1959). Era vista, asi, como a forma para ampliar los espacios dentro de los cuales tena lugar el “desarrollo desde dentro”, para tornarlo mas eficiente. Las asimetrias internacionales caracteristicas del sistema “centro-periferia’, la necesidad de adoptar estrategias activas de “desarrollo desde dentro”, incluidas aque- Ilas dirigidas a enfeentar los problemas especiales que genera la “heterogeneidad estructural”, y el papel critico de la integracisn regional, constituyen tres ejes centra- les del pensamiento de Prebisch. El resto del documento muestra su relevancia en la agenda del desarrollo de comienzos del siglo xxi 2. LAS ASIMETRIAS INTERNACIONALES La tendencia a la ampliacion de las desigualdades ha sido una caracteristica pe tente de la economia mundial durante los dos tiltimos siglos. Los estudios empiricos indican, en efecto, que la convergencia en los niveles de ingreso por habitante ha sido un evento mas bien escaso y se ha fimitado, de hecho, a los paises mas industrializados después de la Segunda Guerra Mundial y, mas especificamente, du- rante la “edad de oro”, 1950-1973, No fue una caracteristica de los paises industria- lizados antes de la Segunda Guerra Mundial (Madisson, 1991), ni tampoco de los paises en desarrollo desde entonces (Ros, 2000, cap. 1). Sin embargo, han existido episodios de ripido crecimiento en el mundo en desarroite.en algunos periodos: ‘América Latina fue, de hecho. la regién de mayor crecimiento en el mundo entre las dos guerras mundiales y algunos paises asidticos lo han sido en algunos periodos posteriores a la Segunda Guerra Mundial —los paises petroleros del Medio Oriente, los tigres asiticos, y China y la India. en diferentes subperfodos~ (Madisson, 1995). Sin embargo, salvo en el caso del Japsn, estos procesos no han logrado una conver- gencia con los patrones de desarrollo del mundo industrializado, y en la mayoria de Jos casos se han interrumpido. Cabe agregar que, atin al interior de América Latina, no hay ninguna tendencia clara a la convergencia: las desigualdades que se estable- cieron hace cerca de un siglo han tendido a mantenerse a lo largo del tiempo (Carde- nas, Ocampo y Thorp, 2000a, cap. 1, y 2000, cap. 1). La persistencia e incluso la ampliacién de estas desigualdades internacionales han tenido lugar en medio del impresionante proceso de industrializacién que han experimentado los paises en desarrollo en el ultimo medio siglo (y América Latina desde antes), Este proceso se ha traducido, por tanto, en una mayor diversificacién de la estructura productiva del mundo en desarrollo, excepto en las regiones m atrasadas. No obstante. han subsistido importantes asimetrias en la estructura pro- ductiva a nivel mundial: la alta concentracién del progreso técnico en los paises del centro, que determina sus fuentes de competitividad, su continuo predominio en la produccién de maquinaria y equipo, e igualmente su papel dominante en ta confor macién de las grandes empresas multinacionales. xviii EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXL La implicacién més importante de las asimetrias de la economia mundial es que las oportunidades econémicas de los paises en desarrollo siguen estando determina- das en gran medida por su posicién dentro de esta jerarquéa internacional. Hay cier- tamente “propagaci6n de progreso técnico” desde el centro, a través de los canales ya mencionados. No obstante, utilizando los términos de Prebisch, dicha propaga- cidn ha seguido siendo “refativamente lenta e irregular”, y sus frutos se han distri- buido desigualmente en los paises en desarrollo, manteniendo © incluso ampliando su “heterogeneidad estructural”. Dentro del “objetivo mévil” que representa la fron- tera tecnolégica mundial (Pérez, 2001), pocos paises -y pocos sectores y empresas dentro de ellos— logran moverse mas rapido y reducir, asf, su atraso tecnolégico: muchos otros s6lo Jogran avanzar al ritmo de la frontera y no pocos se quedan reza- gados (véanse Katz, 2000, y Cepal, 200La, para evidencia reciente sobre este tema en el caso latinoamericano). Por otra parte, la alta yulnerabilidad de los paises en vias de desarrollo frente a choques externos continda siendo notoria ¢ incluso ha tendido a incrementarse con la creciente integracién de la economia internacional. Sin embargo, la naturaleza de Ja vulnerabilidad ha ido cambiando en el ultimo medio siglo. Aunque la transmisién de los choques externos a través del comercio —tanto en forma directa, a través de menores ventas, como indirectamente, a través del deterioro ciclico de fos términos de intercambio- ba continuando siendo importante. los choques financieros han pa- sado a ocupar un papel protag6nico, reviviendo, por lo demés, patrones que ya se habjan observado en el pasado en muchos paises latinoamericanos, especialmente durante el auge y colapso financiero de Jas décadas de 1920 y 1930. La vulnerabilidad es el resultado de asimetrias basicas en las estructuras financie- ras y en el funcionamiento macroeconémico, en particular en la profundidad del desarrollo financiero y en el grado de autonomfa macroeconémica de los paises (Ocampo, 2001c). Las asimetrias financieras son fundamentalmente cuatro: (i) entre ef tamaiio de los mercados financieros de los paises en desarrollo y las presiones especulativas que enfrentan’; (ii) la naturaleza de las monedas en las cuales esta denominada la deuda externa; (iii) las estructuras de plazo que proporcionan los mercados financieros; y (iv) el alcance de los mercados secundarios. Estas tres tlti- mas caracteristicas implican que, en los paises en vias de desarrollo, aquellos agen- tes que pueden acceder a los mercados internacionales (el gobierno y las grandes empresas) enfrentan descalces de monedas, en tanto que aquellos que carecen de dicho acceso (las empresas pequefias) enfrentan descalces de plazos, pero es en ge- neral imposible disponer de una estructura financiera que evite simulténeamente ambos riesgos. En conjunto, esto significa que los mercadas fitmancieros de los pai- 8, Véase, por ejemplo, Council on Foreign Relations Task Force (1999), cap. IIL InTRoDUCCION xix ses en desarrollo son significativamente mas “incompletos” que los internacionales y, por ende, que una parte de la intermediacién financiera debe Ilevarse a cabo nece- sariamente a través del mercado internacional. Significa, también, que la integracién financiera internacional es una integraci6n entre socios desiguales’, Por su parte, las asimetrias macroecondémicas estan asociadas al hecho de que las monedas internacionales son las monedas de los paises industrializados y a la natu- raleza de los flujos de capital: mientras Jos flujos de capital entre paises desarrolla- dos tienen un cardcter anticiclico (Eatwell y Taylor, 2000), los flujos entre paises desarrollados y pafses en desarrollo tienen un cardcter claramente prociclico. Este comportamiento esta asociado al cardcter residual que tienen los flujos de capital hacia los paises en desarrollo 0, para utilizar los términos de Palma (2001), la natu- raleza de “deudores de ultima instancia™ que tienen dichos paises. El resultado conjunto de estos factores es que, mientras los paises industrializados tienen mayores margenes para adoptar politicas macroeconémicas anticiclicas —mar- gen que es ciertamente mayor en los Estados Unidos que en el resto de las economias industrializadas, gracias a que dispone de Ia principal moneda internacional-, indu- ciendo una respuesta estabilizadora de los mercados financieros, las economias de los paises en desarrollo carecen en gran medida de dichos margenes, ya que los mercados financieros tienden a agudizar el ciclo y los actores del mercado esperan que las autoridades se comporten en forma prociclica. En wna perspectiva histérica, esto indica que. mientras los paises industrializados lograron liberarse, en gran me- dida, de las reglas del juego del patrén oro, dichas reglas contintan determinando el comportamiemto macroeconémico de los paises en desarrollo, e incluso se han vuel- to crecientemente relevantes. De esta manera, las asimetrias macroeconémicas entre centro y periferia, que ya eran notorias en la época del patrén oro (Triffin, 1968; Aceiia y Reis, 2000), se han agudizado, Los arreglos multilaterales, especialmente la intervencién del Fondo Monetario Internacional, aunque proporcionan alivios co- yunturales, estan dirigidos a garantizar la adopeidn de paquetes de austeridad duran- te las crisis -de una “(macro)economia de depresién”, para usar la expresién de Krugman (1999)-. En forma mis estricta, lo que caracteriza las economias de los paises en desarrollo es Ia tendencia a alternar fases de “macroeconomia de bonanza” con fases de “macroeconomia de depresién” (Cepal, 2000, cap. 8 y 2001b). A las consideraciones anteriores cabe agregar que existe una asimetria adicional en la economia internacional, asociada con el contraste entre la creciente movilidad de capitales y la restriccién a la movilidad internacional de mano de obra, especial- mente de aquella con menores gradas de calificacién. Como lo ha sefialado Rodrik (1997), las asimetrias en la movilidad internacional de distintos factores de produc- 9. Copal (2000), cap. 8. y Studari (1996 XX EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XX1 cidn genera sesgos en Ja distribucién del ingreso en favor de los factores mas méviles y en contra de Jos menos méviles. Estas asimetrias tienen un componente “centro- periferia”, en la medida en que los pafses en desarrollo tienen una abundancia relati- va de los factores de produccién menos méviles -mano de obra con bajos niveles de calificacién y recursos naturales—. De hecho, la ausencia de movilidad internacional de mano de obra fue vista por Prebisch (1950) como una de las imperfecciones basi- cas de la economia internacional, que jugaba un papel esencial en la tendencia al deterioro de los términos de intercambio de Jos paises en desarrollo. Por dltimo, es necesario agregar que la economia internacional se caracteriza tam- bién por imperfecciones basicas que tienen un cardcter “sistémico” mas que periferia”. La primera es el contraste entre el desarrollo dindmico de Jos mercados y el rezago en la construccién de una gobernabilidad global, que ha conducido a un suministro subéptimo de “bienes publicos globales” (Kaul, Grunberg y Stern, 1999), La segunda es la enorme diferencia entre la rapida globalizacién de algunos merca- dos y la notoria ausencia de una verdadera agenda social internacional 0, mas preci- samente, la carencia de instrumentos etectivos de cardcter internacional para garantizar ef cumplimiento de las metas de desarrollo que se reiteran periédicamente, mas re- cientemente en Ja Declaracién del Milenio de las Naciones Unidas. La tercera es el caracter incompleto de la agenda internacional, que tiene también, en alguna medi- da, dimensiones “centro-periferia”, dada la ausencia de temas de alto interés para los paises en desarrollo, tales como la movilidad internacional de mano de obra 0 la liberalizacion acelerada, por parte de los pafses desarrollados, de mercados de alto interés para los paises en desarrollo (Ocampo, 2001a). Este andlisis indica que la agenda global debe incluir tanto los temas “sistémicos”, asociados a la provisién de “bienes ptiblicos globales”, como aquellos relacionados a la correcci6n de las asimetrias internacionales existentes. Estos temas “centro-perife- ria” incluyen fundamentalmente Ja correccién de las asimetrias en materia producti- va y tecnol6gica, de las asimetrias financieras y macroeconémicas que inducen las elevadas vulnerabilidades ciclicas de los paises en desarrollo, y de aquellas asocia- das a los grados de movilidad internacional de los distintos factores de produccién. A partir de la creacién de Ja Unctad, bajo influencia directa de Prebisch'", se reconocié explicitamente la necesidad de corregir las asimetrias que caracterizaban y siguen caracterizando el sistema econémico internacional. Los compromisos en materia de flujos de asistencia oficial para el desarrollo y el “trato especial y diferen- ciado” a los pafses en desarrotio en materia comercial fueron algunos de los resulta- dos parciales, aunque rclativamente frustrantes, de este esfuerzo por construir un “nuevo orden econémico internacional”. Esta visién se ha erosionado radicalmente 10. Véase, por ejemplo, su primer informe « la Unctad (Prebisch, 1964), InTRODUCCION xxi en las tltimas décadas (Cepal. 2001c, cap. VIIL) y ha sido sustituida por un paradig- ma alternativo, segtin el cual el objetivo basico en el reordenamiento de la economia internacional debe ser garantizar un “campo de juego nivelado” que garantice el funcionamiento eficiente de las fuerzas libres del mercado. En este esquema, las ganancias fundamentales para los paises en desarrollo residen en el eventual des- monte del proteccionismo de los paises industrializados a los sectores “sensibles”, las garantias que ofrece al desarrollo exportador un marco comercial internacional con reglas claras y estables, y el disefio de politicas macroeconémicas preventivas irvan para “autoprotegerse™ contra la volatilidad financiera internacional. La i6n de las asimetrias internacionales s6\o se mantiene, en esta visidn, en el reconocimiento de la responsabilidad internacional hacia los paises menos adelanta- dos, replicando a nivel internacional la visién de la politica social como una estrate- gia de focalizacién de las acciones del Estado hacia los sectores mas pobres. Si bien todas estas acciones son deseables, ;serdn suficientes por sf mismas para generar una mayor convergencia en los niveles de desarrollo? A Ia luz de las consi- deraciones anteriores, la respuesta es posiblemente negativa. Esta agenda no aboca las asimetrias que tienden a generar divergencia en los patrones de desarrollo. Por otra parte, la “nivelacién del campo de juego” implica restricciones a los paises en desarrollo, particularmente de ingreso medio, que los propios paises industrializados. nunca enfrentaron en etapas anteriores de su historia: estandares de proteccién a la propiedad intelectual caracteristicos de paises generadores de tecnologia y limita- ciones a la adopcién de politicas orientadas a promover nuevos sectores producti- vos, tanto para el mercado interno como para la exportacién (Chang, 2001). Finalmente, los problemas que genera una institucionalidad financiera internacional claramente incompleta. unida a la politica de intervenir menos en los mercados fi- nancieros para evitar el “riesgo moral” y de medidas orientadas a reducir el riesgo en que incurren los grandes agentes financieros (la mayor ponderacién del riesgo que proponen los nuevos criterios del Comité de Basilea de regulacién bancaria) pueden terminar contribuyendo a “resolver” el problema de la volatilidad de los flujos de capital por la via mas indeseable posible: elevando indebidamente el costo del en- deudamiento externo de los paises en desarrollo, lo que puede conducir a una reduc- cién permanente de los flujos de capital hacia ellos. Asf las cosas, el disefio de una agenda internacional equilibrada pasa inevitable- mente por corregir las asimetrius del sistema econdémico internacional con acciones en tres frentes diferentes: (i) Mec mos que aceleren la “propagaci6n de progreso técnico” desde el centro; la transferencia de tecnologia, a través de distintas formas de “trato especial y diferenciado”. (ii) Contribuir, a través de las instituciones finan- cieras internacionales, a aumentar los margenes con que cuentan los paises en de- sarrollo para adoptar politicas macroeconémicas anticiclicas; a contrarrestar 1a concentraci6n del crédito, poniendo recursos a disposicién de los paises y agentes xxii EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI que no tienen acceso al crédito en los mercados privados internacionales; y a acelerar el desarrollo financiero en los paises en desarrollo, como tinica forma de compensar a largo plazo las asimetrias que caracterizan el sistema financiero internacional. (iii) Garantizar que Ja movitidad internacional de mano de obra reciba la misma aten- cidn en la agenda global que recibe la movilidad internacional de capitales. 3. EL DESARROLLO DESDE DENTRO En la visién de Prebisch, la importancia de corregir las asimetrias que caracterizan el sistema econdémico internacional implicaba, en cualquier caso, el reconocimiento del papel igualmente decisivo de las politicas adoptadas por los propios paises en desarro- Ilo para transformar sus estructuras econémicas y sociales. La correccién de estas asimetrias contribuia a construir un “ambiente facilitador” para Jos esfuerzos por gene- rar un “desarrollo desde dentro”. A nivel institucional, hoy se reconoce ampliamente que la estrategia de desarrollo debe contribuir a generar pactos sociales slidos, que garanticen la estabilidad poli- tica; sistemas legales no discrecionales y formas de comportamiento de los agentes que confieran seguridad a los contratos; y una burocracia estatal imparcial y relati- vamente eficiente. Sin embargo, aunque estos marcos institucionales sirven como telén de fondo para el proceso de desarrollo, no explican los impulsos concretos al crecimiento que experimentan las economias, ni tampoco su agotamiento!'. Estos impulsos estén relacionados més directamente con los temas mencionados en las jones anteriores: la reduccién de las vulnerabilidades macroeconémicas y finan- cieras, la velocidad de transformacién de la estructura productiva y las conexiones entre los patrones de crecimiento y Ja equidad, entre las que se destaca la “heteroge- neidad estructural” de los sectores productivos. a. Reducci6n de la vulnerabilidad macrocconémica y financiera Como ya se ha sefialado, el énfasis en el primero de estos campos se ha venido desplazando de los choques comerciales, en los cuales concentré en gran medida su atencién Prebisch, hacia aquellos de origen financiero, En esta materia, la experien- cia latinoamericana de las tiltimas décadas permite deducir varios “hechos estilizados” que deben tenerse en cuenta en el disefio de mejores politicas macroecondmicas (Cepal, 2000 y 2001b; Ffrench-Davis, 1999; Ocampo, 2000). HL. En la terminologfa de Madison (1991), se reieren a ka “causalidad iiltima” y no a la “eausalidad inmediata” det crecimiento econdmico, Véase también Ocampo (2001). InrRODUCCION xxiii iii, iv. No existe una definicién simple de estabilidad macroeconémica. El retorno a la disciplina fiscal y a tasas de inflacidn bajas no se ha traducido, en efecto, en mayor estabilidad en términos reales, es decir, del crecimiento del piB y del empleo. Los avances mencionados tampoco se han reflejado en mejores resultados de las cuen- tas externas, debido a que los déficit privados no se han mantenido bajo control. Por tanto, Ja preocupacién con la solidez de las cuentas fiscales debe estar acompa- flada de medidas que impidan la acumulacién de déficit privados insostenibles. La inestabilidad real también ¢s costosa. Dicha inestabilidad genera estrategias defensivas por parte de las empresas, que postergan sus decisiones de invertir, gencrando, asi, efectos adversos sobre el crecimiento econdmico. En las tases descendentes del ciclo hay. ademds. pérdidas irreversibles de activos empresaria- les, tanto intangibles como intangibles (conocimientos tecnolégicos y organiza- cionales “tacitos”, contactos comerciales, reputaci6n de la empresa), particularmente cuando estén acompaiiados de crisis financieras. Por estos motivos. hay una rela- ci6n inversa entre crecimiento econémico e inestabilidad real. Como veremos mas. adelante, a lo largo del ciclo se generan también importantes asimetrias sociales. En materia financiera, los balances son tan importantes como los flujos. En efec- to, las crisis financieras se han originado no solamente en déficit en cuenta co- rriente insostenibles, sino también en estructuras financieras inadecuadas en el sector ptiblico y, particularmente. en el sector privado, es decir, excesivamente cargadas hacia pasivos de corto plazo o sujetas a riesgos de aumentos de las tasas de interés 0 de los ritmos de devaluacién, En ausencia de una politica fiscal con un horizonte de mediano 0 fargo plazo, apoyada por las instituciones apropiadas (fondos de estabilizacion). el manceni- miento de bajos déficit fiscales es estrictamente una politica prociclica. Elia in- duce a expansiones del gasto durante los perfodos de auge, basados en ingresos publicos transitorios. Los recortes en funcién de las caidas coyunturales de los ingresos acentian, con posterioridad, las crisis y, por esta via. la reduccidn de los ingresos puiblicos. En los pajses en desarrollo. la autonomia monetaria es limitada bajo cualquier régimen cambiario. Este hecho siempre se ha reconocido en relacién con los sistemas de cambio fijo 0 semifijo. Sin embargo, lo mismo acontece cuando la tasa de interés se maneja en forma prociclica en regimenes de tipo de cambio variable. con el propésito de evitar las fluctuaciones del tipo de cambio. Dado el papel esencial que cumple el tipo de cambio en economias abiertas, tanto como determinante de la competitividad como del nivel de precios, algin grado de intervencidn en los mercados cambiarios puede ser necesario, pero el menejo prociclico de la tasa de interés es ciertamente un camino inadecuado. Por este motivo, pese a sus limitaciones, la regulacién prudencial de los flujos de capital puede agregar importantes grados de autonomia a la politica monetaria. xxiv EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL 0 Xx vi. La credibilidad no necesariamente se construye con “pilotos automaticos”. En la medida en que los flujos de capital son prociclicos, la renuncia explicita a la autonomia en materia de politicas (como la adopcién de regfmenes de conver- tibilidad o una moneda extranjera) puede traducirse en ciclos econémicos mas intensos. En tal caso, es posible que el mercado no valide, mediante una reduc- cién del riesgo pajs, el hipotético aumento de “credibilidad”. Por otra parte, se pierden grados de libertad para enfrentar choques externos 0 internos. En ambas circunstancias, los agentes privados pueden poner en duda la sostenibilidad de las propias reglas y los elevados costos de su ruptura. Por estos motivos, la admi- nistracin prudente de la flexibilidad macroeconémica puede ser, a la larga, un mejor camino para construir una mayor credibilidad de las politicas que la adop- cidn de reglas excesivamente rigidas. Estas lecciones indican que el concepto de estabilidad macroeconémica debe ampliarse, para incluir no s6lo la estabilidad de precios y el mantenimiento de déficit fiscales bajos, sino también la estabilidad de los ritmos de crecimiento econémico, del empleo, de las cuentas externas y de los sistemas financieros nacionales, asi como horizontes plurianuales en el disefio de la politica fiscal. Implican también que es necesario reconocer que las autoridades enfrentan disyuntivas complejas para garantizar una estabilidad macroecondmica en este sentido amplio del término, ya que no existe una asociacién simple entre sus distintos Componentes. La linea mas promisoria indica que, para lograr este resultado, es necesario com- binar, en forma pragmitica, tres conjuntos de politicas. El primero de ellos est inte- grado por politicas macroeconémicas —fiscales, monetarias y cambiarias— consistentes y flexibles, destinadas a evitar que los agentes ptblicos o privados acumulen deudas cuantiosas, 0 que se produzcan desequilibrios en los precios macroeconémicos mas relevantes (el tipo de cambio y las tasas de interés) y en el precio de los activos fijos y bursdtiles durante los periodos de bonanza, y a facilitar la reactivacién durante las crisis. El segundo es un riguroso sistema de regulacién y supervisién prudencial de los sistemas financieros, con una clara orientacién anticiclica, que establezca nor- mas mis estrictas en los perfodos de euforia financiera, para contrarrestar los riesgos cada vez mayores en que incurren tos intermediarios durante estos periodos. El ter- cer elemento es una “politica de pasivos” destinada a asegurar que se mantenga un perfil adecuado de vencimientos de las deudas interna y externa de los sectores pi- blico y privado (Cepal, 2000, cap. 8; Ocampo, 2000). Las regulaciones prudenciales de la cuenta de capitales, que se aplican en perfo- dos de euforia para evitar el endeudamiento excesivo, pueden jugar un papel esen- cial como “politica de pasivos”, fomentando una estructura de financiamiento externa, sesgada hacia pasivos de largo plazo, pero también, como ya lo hemos sefialado. como un instrumento que proporciona una mayor autonomia a la polftica monetaria Inreopuccton xxv para adoptar politicas anticiclicas. A largo plazo, sin embargo. el instrumento princi- pal para romper tas asimetrias que caracterizan el sistema financiero internacional, a las cuales esta asociado el comportamiento macroeconémico prociclico de los paises en desarrollo, es un desarrollo financiero profundo en dichos paises. que garantice un desarrollo adecuado de los segmentos de largo plazo del mercado y de los merca- dos secundarios de los titulos correspondientes. 31 manejo de las politicas macroeconémicas anticiclicas no es una tarea facil, ya que los mercados financieros internacionales generan fuertes incentivos a gastar en exceso durante los perfodos de euforia financiera y a ajustarse en exceso durante las crisis, Por ello, las politicas macroeconémicas anticiclicas de los paises en desarro- Ilo deben estar respaldadas por una institucionalidad internacional apropiada. En particular, las instituciones financieras internacionales deben asumir la funcién esen- cial de compensar el efecto prociclico de los mercados financieros, suavizando en su origen los ciclos financieros mediante una regulaci6n adecuada en los paises indus- lizados, y ofrecer mayores grados de libertad para que los pafses adopten politi- cas anticfclicas, mediante una vigilancia adecuada ¢ incentivos que disminuyan los riesgos macroeconémicos y financieros en los perfodos de euforia, y mecanismos que permitan suavizar los ajustes frente a interrupciones abruptas de los flujos de capital (Eatwell y Taylor, 2000; Ocampo. 2001c). b. Una transformacién productiva dindmica Una mayor estabilidad macroeconémica, atin en el sentido amplio como hemos defi- nido este término, es condicién necesaria pero no suticiente para garantizar un répi- do crecimiento econémico. Esto es precisamente lo que sefialan las diferentes variantes histéricas de} pensamiento econémico estructuralista, de las cuales hace parte Prebisch, al destacar que distintos sectores econdmicos tienen una capacidad muy diferente de “propagar el progreso técnico” y. por ende, de dinamizar la economia, generando una estrecha relacién entre dindmica estructural. inversién y crecimiento econémi- co. El liderazgo que ejercen algunos sectores y empresas, que conforman los “nd- cleos dindmicos” en cada momento del tiempo, ¢s, en esta visidn, el elemento esencial del crecimiento econémico. Muchas escuelas de pensamiento han analizado las caracteristicas de esta dindmi- ca estructural. Algunas de ellas han sefialado que, debido a la complementariedad (encadenamientos) entre empresas y sectores productivos, los efectos macroeconémi- cos y distributivos del crecimiento de un sector pueden provocar una brusca acelera- cidn del proceso de crecimiento o pueden detenerlo (Rosenstein-Rodan, 1943; Taylor, 1991; Ros, 2000). Esta dindmica sectorial puede dar origen a sucesivas fases de desequilibrio, como lo sefialara Hirschman (1961). La dindmica tecnolégica puede generar, a su vez, procesos de “destrucci6n creativa”, para utilizar la terminologia de xvi EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO Xx1 Schumpeter (1962, cap. VIII). Dado que el conocimiento técnico, y el conocimiento en general, no se trasmiten por medio de manuales detallados, la trayectoria de cre- cimiento de las empresas pasa por un intenso proceso de adaptacion y aprendizaje, intrinsecamente vinculado a la experiencia que se adquiere en el proceso productivo y que determina en gran medida la acumulaci6n de conocimientos técnicos, comer- ciales y organizacionales (Katz, 1976; Amsden, 2001). Aunque se podrian emplear formulaciones alternativas, una que capta la esencia de la dindmica estructural se centra en dos conceptos fundamentales: (i) las innova- ciones y sus procesos asociados de aprendizaje; y (ii) el desarrollo de encadena- mientos productivos (Cepal, 2000, cap. 9, Ocampo, 2001b). En este contexto, debe considerarse como “innovacién” toda nueva forma de hacer las cosas: las nuevas tecnologias, pero también el desarrollo de nuevos sectores 0 productos, nuevas es- trategias de comercializacién y la apertura de nuevos mercados. En los paises en desarrollo, muchas de estas “innovaciones” estan asociadas a la exitosa adaptacién de tecnologias y actividades desarrolladas anteriormente en el mundo industrializado, en este Ultimo caso mediante la sustitucién de importaciones, la promocién de ex- portaciones 0 una combinacién de ambas. Todas las innovaciones, en este sentido amplio del término, conllevan procesos de aprendizaje y difusién, muchos de los cuales se caracterizan por la generacién de economias de escala dindmicas. Esto se aplica por igual a la innovaciéa tecnolégica y al desarrollo de nuevos sectores pro- ductives, como de nuevas redes de mercado, donde dichas economias estan asocia- das a la reduccién de los costos de transaccién a lo largo del tiempo. El segundo concepto resalta el papel de las externalidades que los agentes y sectores econémi- cos generan entre si (Hirschman, 1961) y que determinan el grado de “competitividad sistémica” de las estructuras productivas pertinentes (Cepai, 1990). Estas ideas han sido utilizadas recientemente por diferentes autores pare jalar la necesidad de una estrategia de desarrollo productivo como ingrediente fundamen- tal de una economia en desarrollo dinémica, un tema antiguo de la literatura sobre “industrializaci6n tardfa”. Siguiendo una vieja tradici6n en politica industrial, Chang (1994) ha resaltado la importancia de reducir los “costos de coordinacién” que ca- racterizan el desarrollo de nuevos sectores sujetos a importantes complementariedades Rodrik (1999) ha sefialado la importancia de una “estrategia nacional de inversio- nes” que permita dar un impulso inicial al crecimiento, en tanto que la Cepal (2000) se ha referido a la necesidad de adoptar una estrategia de transformacién estructural. Amsden (2001) ha destacado, por su parte, la funci6n crucial de una estrecha colabo- racién entre el Estado y el sector empresarial, y la necesidad de “mecanismos de control reciproco” que establezcan un vinculo entre incentivos y resultados, para que la primera no se traduzca simplemente en una fuente de “captacién de rentas”. Esta interpretacién pone de relieve una de las caracteristicas mas importantes de los casos de desarrollo exitoso del pasado: un fuerte proceso de industrializacién InTRODUCCION xxvii basado en una estrecha y firme colaboracién entre el Estada y el sector privado. {Sera posible que la apertura de los mercados elimine la necesidad de adoptar politi- cas activas de desarrollo productive? Los resultados alcanzados hasta el momento en América Latina no son alentado- res en este sentido. En efecto. el mayor dinamismo exportador de la historia econé- mica de la regién estuvo acompafado, en la tiltima década del siglo xx, de un crecimiento econédmico mediocre. Los elementos “destructivos”, derivados de la desintegracién de los encadenamientos productivos nacionales y de los sistemas na- cionales de innovacién, han sido més fuertes que las oportunidades generadas por la expansién de las empresas multinacionales © por patrones de desarrollo exportador altamente intensivos en insumos importados 0 en recursos naturales (Cepal, 2001a). El grafico | sintetiza esta realidad, al mostrar que el ritmo de crecimiento econémico en los afios noventa fue mas de dos puntos inferior al de los afios cincuenta a setenta, pero generé un déficit comercial similar al de los afios setenta y superior al de las dos décadas anteriores. Mas atin, como lo ha sefialado la Unctad (1999, cap. IV), en el mundo en desarrollo, este desplazamiento adverso de la relacién entre crecimiento. econémico y balanza comercial es virtualmente universal. Estas consideraciones destacan la importancia de combinar la estabilidad macro- econémica, en el sentido amplio del término, con una politica activa de desarrollo productivo. De acuerdo con las consideraciones anteriores, los dos elementos esen- ciales de la estrategia son: (i) acelerar el ritmo de innovaciones, incluidos la transfe- rencia de tecnologia, el desarrollo de nuevos sectores productivos y la conquista de nuevos mercados, y apoyar los procesos de aprendizaje que caracterizan todos estos procesos; y (ii) ayudar a reducir los costos de coordinacién para explotar las sinergias entre empresas y sectores productivos que contribuyen a generar “competitividad sistémica”. Esta politica requiere un esfuerzo institucional y organizacional signifi- cativo, para desarrollar los instrumenstos adecuados para las economias abiertas de hoy y, por ende, con un sesgo hacia la insercién activa en los mercados internaciona- les. Estos esfuerzos son tanto mds significativos cuanto los viejos aparatos de inter- venci6n fueron desmantelados o se debilitaron significativamente durante la fase de liberalizacién de las economias. Una politica de este tipo requiere también que la comunidad internacional reco- nozca dichas estrategias como un componente esencial de un crecimiento dinamico de los paises en vias de desarrollo. A la luz de los problemas que enfrentan actualmente dichos paises para garantizar una transformaci6n productiva dinamica, esto implica un “trato especial y diferenciado” en tres areas: (i) esquemas de proteccién a la propiedad intelectual que ayuden a fomentar la transferencia de tecnologfa; (ii) fomento temporal a industria de sustitucién de importaciones; y, especialmente, en las condiciones ac- tuales, (iii) fomento temporal a nuevas exportaciones (“industrias incipientes de ex- portacién”), a través del uso de incentivos orientados a diversificar la oferta exportadora, xxviii EL DESARROLLO ECONOMI EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI Grafico 1 BALANZA COMERCIAL Y TASA DE CRECIMIENTO DEL PIB 7970-1980 1960-1970 Tasa de crecimiento anual det PIB : 1980-1909] a5 1,0 05 0.0 05 10 18 20 25 Balanza comercial como porcentaje del PIB Fuente: Copal como de mecanismos que permitan aumentar los contenidos nacionales de las exportaciones (¢.g., a través de acuerdos sectoriales apoyados por convenios de des- empefio exportador). Todo esto exige, como es obvio, buscar los instrumentos apro- piados, para evilar que estos mecanismos generen una competencia estéril entre los paises con el fin de atraer industrias susceptibles de relocalizacién. c. Los efectos de las transformaciones econdémicas sobre la equidad La contundencia de la observacién de Prebisch sobre las dificultades que ha enfren- tado historicamente 1a industrializacién en los paises en desarrollo, y en América Latina, en particular, para absorber mano de obra se resume en el grafico 2. Tanto al comienzo (1950) como al final (1980) de su fase de industrializacién més acelerada, la participacién del empleo industrial en el empleo total fue inferior en América Latina en cerca de diez puntos porcentuales a lo que habia sido tipico en los patses de la OCDE, cuando (alrededor de medio siglo antes) habfan alcanzado los mismos niveles de PIB por habitante. El excedente de mano de obra fue absorbido primero por el sector rural, pero, ya para 1980, estaba mayoritariamente empleado en servicios urbanos. Dada la forma de absorcién del excedente de fuerza de trabajo caracteristica de media- dos del siglo xx, Prebisch (1950) asocié dicho fenémeno con el deterioro de los precios de materias primas. Tres décadas més tarde, se habfa convertido en América Latina en una fuente de presién sobre la distribucidn del ingreso a nivel urbano. IntRoDUCCION xxix Grafico 2 ESTRUCTURA SECTORIAL DEL EMPLEO: AMERICA LATINA 1950-1980 Porcentaje del empleo % Porcentaje del empleo % Parceniaje del empleo % Fuente: Maddison (1989-1995) Y OCDE 1870-1950 Agricultura 55 : 50} @! 45 América Latina 40 354 304 25 204__________—____, 1500 2500 3500 4500 5500 6.500 PIB per capita, dolares de 1990 Industria 38 36 coe @ 19% a 2 wee 30 a 28 a ‘Amenca Latina oe, #1870 1980 . = 22 0 204-— 1.500 2500 3500 4500 5800 6.500 PIB per capita, dolares de 1990 Servicios 50 45 America Latina 1980 40 i 35 1900 ‘oce 304 2 254 50 20 — 15002500 8500 4500 5500 6500 PIB per cdpila, dlares de 1990 XXX EL DESARROLLO BCONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI El concepto de “heterogeneidad estructural”, que desarroll6 Pinto (1970) para captar este fenémeno, es ciertamente preferible al tradicional de “dualismo”, porque la heterogeneidad que caracteriza a los paises y las sociedades en desarrollo no puede describirse en términos del contraste entre un “sector moderno” y un “sector tradicional” y porque los sectores de baja productividad se crean y transforman cons- tantemente y sdlo unos pocos segmentos que van quedando rezagados pueden definirse como “tradicionales”. Esto fue lo que sucedié en América Latina en los afios noven- ta: la region generé mas empresas de “clase mundial”, capaces de integrarse exitosamente a la economia mundial, muchas de ellas filiales de empresas multina- cionales; al mismo tiempo aumentaron las actividades de baja productividad, que absorbieron a siete de cada diez trabajadores urbanos (Cepal, 2001a y 2001d). La heterogeneidad estructural implica la inexistencia de mecanismos automati- cos que garanticen que la répida innovacién tecnolégica en sectores dindmicos fo- mente un crecimiento econémico general. En ausencia de encadenamientos internos adecuados 0 cuando predominan los efectos “destructivos” de la reestructuracién productiva y las estrategias microeconémicas defensivas que los acompafian, la he- terogeneidad estructural puede incluso acentuar. Si esto acontece, los efectos sobre el crecimiento econémico seran débiles y se experimentardn presiones adicionales sobre el empleo y la equidad (véase, por ejemplo, Taylor y Vos. 2001). Los encadenamientos entre la modernizacién de los sectores dindmicos y el resto de la econom{a son, por tanto, importantes, no slo para el crecimiento sino también para la equidad. Las estrategias de desarrollo productivo pueden jugar un papel tras- cendental en fomentar tales encadenamientos. Asimismo, la evidencia demuestra que una buena distribucién de activos, que genere un universo de empresas peque- jias s6lidas, esta asociada con una mejor distribucién del ingreso y una menor con- centracién del poder en general. Por tanto, las politicas destinadas a democratizar el acceso a los activos productivos —capital, tecnologia, capacitacién y tierras— a los Pequefios productores rurales y urbanos juegan un papel trascendental, tanto en tér- minos de crecimiento como de equidad. A estos encadenamientos de cardcter estructural se agregan otros asociados a la volatilidad macroecondémica: las importantes asimetrias en los efectos sociales que genera el ciclo econémico. En efecto, en las fases descendentes se destrayen em- pleos y aumenta la incidencia de la pobreza; cuando se retorna al nivel del PIB por habjtante anterior a la crisis, no necesariamente se regresa a los mismos niveles de desempleo ni de pobreza. Esto es lo que indica ciertamente la historia latinoamerica- na de las dos tiltimas décadas: pese a que el P1B por habitante retorné a mediados de la década de 1990 a los niveles anteriores a la crisis de la deuda, todavia a fines de la década no se habfan alcanzado los niveles de pobreza de entonces. Cabe agregar que a nivel individual, el desempleo afecta las trayectorias laborales en forma permanen- te: se pierden experiencia, reputacion y conexiones laborales, de tal forma que, cuan- Ixrropuccion Xxx do los trabajadores regresan al mundo laboral, obtienen remuneraciones significativa- mente més bajas © sélo logran reengancharse al mercado a través de trabajos por cuenta propia (Cepal, 2001d). Los problemas son obviamente mis criticos cuando la necesidad de complementar los ingresos familiares obliga a los hijos a abandonar el estudio, con lo cual se afectan permanentemente sus propias trayectorias laborales. Por lo demis, en ausencia de instituciones que protejan a los trabajadores contra el desempleo, la inestabilidad en la demanda de mano de obra es, en sf misma, costosa en términos sociale: Estas interconexiones entre los patrones de crecimiento econémico y equidad resaltan un hecho basico: la equidad descansa, sin duda, sobre una politica social muy activa, pero no dnicamente sobre ella, Los ritmos y la estabilidad del crecimien- to econémico también importan y, muy especialmente, la forma como los patrones de transformacién productiva contribuyen a reducir 0 a ampliar la “heterogeneidad estructural”. Por este motivo. aun esfuerzos ambiciosos en materia educativa se ve- rin frustrados si no hay una generacin dindmica de empleos de calidad. En tales condiciones, las conexiones hipotéticas entre acumulaci6n de capital humano y cre- cimiento no se materializan y se genera simplemente una mayor “devaluacién edu- cativa” (ocupacién de los mismos puestos de trabajo por personas de mayor nivel educativo) 0 emigracién de mano de obra educada hacia el exterior, Por lo demas. la persistente c incluso creciente informalidad urbana y el aumento en la inestabilidad laboral hacen evidente la importancia de politicas de seguridad social universales, solidarias e integrales, que incluyan mecanismos orientados a incorporar a los trabajadores informales y, de acuerdo con el grado de desarrollo de los paises, constituyan gradualmente seguros de desempleo. También es importante poner en marcha mecanismos que promuevan una mayor adaptacion de la fuerza de trabajo al cambio teenolégico y al ciclo econémico que eviten que el desempleo sea el mecanismo basico de ajuste: en particular, mecanismos que combinen politicas agresivas de capacitaci6n laboral con el “didlogo social” a nivel de pafs, sector y em- Presa para reestructurar los s¢ctores productivos en un marco de estabilidad del em- pleo (Cepal, 2000, cap. 5). Las redes de proteccién social y los esquemas permanentes que permitan poner en marcha programas de generacién de empleos de emergencia con oportunidad deben visualizarse, en este contexto, como instrumentos interme- dios, que deben evolucionar en el largo plazo hacia sistemas integrales de seguridad social Estas interconexiones Muestran, ademas, la importancia de disefar marcos inte- grados de politica. Uno de los puntos mas débiles en esta esfera es la falta de institu- ciones que lo faciliten ¢ incluso la tendencia que ha prevalecido en las dos dltimas décadas a reforzar asimétricamente las instituciones macroeconémicas, por encima no sélo de las sociales, sino también de las responsables de las politicas de desarrollo productivo. Es necesario, por ello. reorientar radicalmente los esquemas institucionales xxii EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXt para consolidar sistemas que permitan una coordinaci6n entre las autoridades econé- micas y sociales, en los que las prioridades sociates se incorporen en el centro del disefio de la politica econdmica, y se “visibilicen” los efectos sociales de las politi- cas econdémicas, tanto coyunturales como estructurales. Cabe anotar que las consideraciones anteriores no agotan ciertamente los nexos positivos que puedan existir entre equidad y desarrollo, que aparte de las interacciones entre capital humano y empleo de calidad, y los efectos favorables de una mejor distribucién de los activos productivos, pueden incluir encadenamientos favorables de economia politica, efectos positivos en el mercado de capitales y nexos entre cohesi6n social, inversién y productividad. Las relaciones entre equidad y desarrollo fueron uno de los temas favoritos de la literatura sobre desarrollo de los afios sesen- ta; afortunadamente, han vuelto a ocupar un primer plano en el debate econdmico Teciente (véase, por ejemplo, Ros, 2000, cap. 10). Debe anotarse, sin embargo, que no todas las conexiones son positivas. De hecho, la obra tardia de Prebisch (1976, 1981, 1987) esté imbuida de consideraciones, basadas en la experiencia latinoameri- cana de aquellos aiios, sobre la forma como la presién sobre los niveles salariales y el gasto ptiblico puede generar formas de inestabilidad macroeconémica que termi- nan por interrumpir el crecimiento econdmico. 4. LA INTEGRACION REGIONAL Desde el punto de vista de las visiones clasicas de la integraci6n, asociadas al pen- samiento de Prebisch, la historia de la integraci6n latinoamericana contiene una doble paradoja. Por una parte, las fuerzas proteccionistas que predominaron en la regi6n, en los afios sesenta y setenta, generaron procesos de integracién que, en lo fundamental, restringieron su afcance a sectores no competitivos. De esta manera, una de las virtudes fundamentales de la integraci6n, la racionalizacién de la susti- tuci6n de importaciones (Cepal, 1959), sdlo se alcanz6 en forma muy limitada. Ademias, durante la crisis de la deuda de los afios ochenta, los esquemas de inte- gracién regional estuvieron a punto de sucumbir ante el uso generatizado de la proteccién y de las devaluaciones competitivas como instrumentos de ajuste de las economfas. El vigor que caracterizé el proceso de integracién regional desde fines de los afios ochenta fue igualmente paraddjico. En efecto, en las visiones mas ortodoxas que dominaban entonces las concepciones del desarrollo, la integraci6n era vista como una fuente de distorsién en los flujos de comercio. La coincidencia de los procesos de apertura comercial unilateral con {a revitalizacién de la integracién re- gional fue, por tanto, una concesién histérica a las visiones que habjan servido para justificar la integracién regional en épocas anteriores y, en particular, a la idea segin la cual la integracién era una fuente de creacin mas que de desviacién de comercio IvtRaDUCCION y. més atin, una fuente de fujos de comercio con mayores contenidos tecnolégicos que Jos que resultan de Ja apertura unilateral. Estas virtudes se han materializado en la practica. En efecto, el crecimiento del comercio intrarregional fue extremadamente dindmico entre 1990 y 1997, en parti- cular en los dos acuerdos de integracién sudamericanos, el Mercosur y la Comuni- dad Andina, donde se multiplicé por 5 y 4,2 veces. respectivamente. durante estos anos. Come resultado de ello. ademas, se revirtié fa relacién historica segtn ta cwal ta intensidad del comercio intrarregional era mayor para las economéas mas pequefias. Para 1997, los mayores flujos relativos de comercio intrarregional se concentraban, de hecho, en el Mercosur. En todos los acuerdos regionales de integracién existe, sin embargo. un largo camino por recorrer si el punto de referencia es ta Unién Europea, donde el comercio intrarregional ha representado en torno al 60% del comercio total durante las tltimas décadas. Cabe anotar, por otra parte, que el comercio intrarreg:onal experimenté una caida pronunciada con la crisis asidtica. Los mas afectados fueron los flujos intrasudamericanos. que se recuperaron. sin embargo. en forma vigorosa en el 2000. Esto implica. por tanto, que las elasticidades de dicho comercie a la actividad econémica son hoy en dia muy clevadas (Cepal, 2001¢). Por otra parte. Jos flujos comerciales intrarregionales se concentran en bienes industriales. especialmeme aquellos con mayor contenido tecnolégico. Este patron es particularmente evidente cuando se excluye a México, cuyas ventas de productos manufacturados a Estados Unidos han crecido répidamente a partir de la suscripcién. del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. En 1999, por ejemplo, el 81% de las exportaciones intrarregionales correspondia a productos manufactureres, en comparacién con el 65% en el conjumto de las ventas externas (excluyendo. como lo hemos sefialado, a México}. El contraste es mayor cuando s6lo se incluyen produc- tos no tradicionales. Como resultado de ello, el comercio intrarregional absorbia entonces el 35% de las exportaciones manufactureras, concentrado en los productos de mayor contenido tecnalogico. La Vision segtin la cual existe una complementariedad entre los procesos genera- les de apertura comercial y la integracién fue bautizada por la Cepal (1994) con el nombre de “regionalismo abierto”. Esta complementariedad indica que, pese a los gvan- ces ef materia de informacidn y comunicaciones. las economias externas y de escala (incluidas las economias de espevializacién) y los costos de transaccidn asociados a la distancia siguen siendo importantes. Estos tiltimos inclayen no sto los costos de trans- porte, sino también aquellos asociados a la creacién de redes comerciales, en espe- cial aquellas que involucran a empresas pequefias y medianas. Ademés. los procesos regionales permiten profundiar la armonizacién de las normas que afectan la activi- dad econémica y promueven relaciones econémicas més profundas que también tie- nen efectos sobre el comercto Por este motivo, las redes regionales crean comercio en forma adicional al que se logra con la apertura comercial unilateral. xxxiv E1, DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI Cabe anotar, sin embargo, que el nuevo regionalismo difiere de sus homélogos del pasado por el aumento en el ntimero de ambitos involucrados y el alcance de ta liberalizaci6n arancelaria. Sin embargo, tanto la convergencia de los acuerdos exis- tentes para conformar areas de mayor tamaiio relativo como la consolidaci6n de unio- nes aduaneras siguen siendo tareas pendientes, La institucionalidad existente sigue siendo, ademés, frdgil. Mas alld del comercio, es evidente gue el futuro de fa integraci6n regional depen- de de la “profundidad” que alcancen los acuerdos correspondientes. En efecto, el espacio para instancias regionales, en la era de la globalizacién, depende de dos fuerzas diferentes. La primera de ellas es el debilitamiento de la autonomia nacional, que implica que la efectividad de las politicas se trastada a instancias regionales o globales. La segunda es ef peso relativo que tienen, dentro de este proceso, dos fac- tores: (i) el alcance regional vs. global de los “bienes publicos” que se busca promo- ver; si el alcance no es estrictamente global, el principio de subsidiariedad indica que deben ser asumidos por instancias intermedias, en este caso de caracter regional, (ii) la capacidad de Jas distintas instituciones de generar “sentido de pertenencia” (ownership), desde este punto de vista, existe una nitida ventaja en favor de las instancias subregionales y regionales. En materia macroeconémica y financiera, es claro que ta pérdida de autonomia es creciente, requiriendo, segiin hemos sefialado, espacios pata acciones de cardcter global, pero también para instancias regionales. La posible coordinacién de las poli- ticas macroeconémicas constituye una primera area posible de accidn. Mas atin, la demanda por acciones de este tipo se ha visto acrecentada por la gran vulnerabilidad del comercio intrarregional a tos ciclos econdmicos recientes. No obstante, las difi- cultades que involucra este proceso quedaron claramente reveladas en tres décadas de experiencias acumuladas por los paises europeos. Por este motivo, es evidente que los objetivos deben ser modestos en el corto plazo. Un drea altamente complementaria con las anteriores seria el establecimiento de mecanismos de coordinacién de las politicas de regulacién y supervisin prudencial de los sistemas financieros. Lo deseable, en esta materia, seria el desarrollo de meca- nismos de vigilancia mutua de dichas politicas y, eventualmente, et disefio de estan- dares minimos mis especificos que tos de Basilea. El hecho de que algunos de los principales bancos internacionales operan en varios paises de la regidn resalta atin mas la importancia de una coordinacién en esta area, para brindar una regulacién y supervision mas adecuada y evitar el arbitraje por parte de estos bancos entre distin- tos sistemas regulatorio: Como fo ha resaltado la Cepal (2001), igual atencién debe prestarse al desarrollo de instituciones financieras regionales y subregionales. En esta materia, América Latina y el Caribe tienen ya activos importantes en términos de una red de bancos muhilaterales de desarrollo, constituida por ef Banco Interamericano de Desarrollo, IntRoDUCCION XXXV la Corporacién Andina de Fomento, e! Banco Centroamericano de Integracién Eco- némica y el Banco de Desarrollo del Caribe. Por otra parte, la experiencia ya acumu- lada por el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR, antiguamente Fondo Andino de Reservas) permite pensar en la posibilidad de apoyar con recursos excepcionales, de origen regional, a los paises en crisis, ya sea mediante una expansi6n significativa de los miembros y recursos del FLAR, o mediante acuerdos de apoyo mutuo (median- te swaps) de los bancos centrales. El avance mismo del comercio crea, ademas, la demanda de armonizacién de los distintos esquemas regulatorios. Entre ellos se cuentan Ja armonizacién de normas técnicas. incluyendo las fitosanitarias. fos cddigos aduaneros, las normas de com- pras gubernamentales y las que regulan la prestacién de servicios. En algunos de estos campos. ya hay algtin avance en la region. Es importante progresar complemen- tariamente en otras areas, especialmente en materia de normas de competencia y de regulaci6n de los servicios ptiblicos. Sobre las primeras cabe mencionar que hay razones para pensar, con base en la experiencia europea, que a medida que se conso- liden mercados comunes y un proceso activo de inversién intrarregional, los acuer- dos regionales en materia de competencia y. eventualmente, la adopcién de una politica de competencia comtin. ticnen ventajas evidentes sobre las normas de competencia desleal que regulan exclusivamente el comercio exterior. Un marco de esta naturale- za permite, entre otras cosas. manejar mas eficazmente las eventuales practicas anticompetitivas de grandes empresas multinacionales. Por otra parte, el elevado peso de los productos con mayor contenido tecnolégico en el comercia intrarregional |lama la atencién sobre la posibilidad de acciones con- juntas para desarrollar los sectores correspondientes, obviamente sin las rigideces de los viejos (y, en gran medida. fallidos) acuerdos de complememtacién sectorial. Mas atin, ellos deben hacer parte de esquemas mas amplios de complementacién de los esfuerzos de investigacién y desarrollo tecnolégico, que sirvan igualmente como mecanismo de transferencia de tecnologia hacia los pafses de menor desarrollo rela- tivo. En el area de la infraestructura fisica. ademas del desarrollo de normativas armo- nizadas en transporte, energia y telecomunicaciones, resulta trascendental el desa- rrollo de redes de infraestructura concebidas en funcién de la integracién regional, y no exclusivamente de Ja integracién nacional. El desarrollo de la infraestructura con esta vision lama, ademés, la atencion sobre la necesidad de visualizar los espacios como comunes. mas que como nacionales. Un caso interesante en tal sentido fue ta constitucién, en 1994, de la Asociacién de Estados del Caribe. para promover una mayor cooperacién en dichs cuenca. En el caso del desarrollo sostenible se han veni- do dando igualmente pasos para una visién de este tipo, en este caso de ecosistemas comunes (el amazénico, el andino, el corredor mesoamericano) 0 de cuencas hidrograticas compartidas. También el surgimiento de distintos planes de desarrollo Xxxvi EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XX1 fronterizo son otro ejemplo de este cambio en la visin del espacio que genera la integraci6n. Mas alla de ello, existen, ademas, las inmensas posibilidades que abre la integra- cién en materia social y politica. Los acuerdos en materia cultural y educativa, algu- nos de ellos asociados a la primera etapa de Ja integracién, son apenas el primero e incipiente paso hacia una agenda que debe colocar al desarrollo social en el centro de la agenda de integracién. A su vez, las “clausulas democraticas” de Jos acuerdos de integracién y los diversos foros que sirven hoy de marco al encuentro de los jefes de Estado de la regi6n, asi como los incipientes parlamentos subregionales y latinoame- ricano, son semillas de la amplia agenda de integracién politica Estas consideraciones demuestran que la integracién regional, sustentada en ios principios del regionalismo abierto, tiene un futuro promisorio, cuya materializacién dependerd de la voluntad politica de las partes. Mas atin, su capacidad de sobrevivir en el contexto de un area de libre comercio hemisférica 0 del proceso de globalizacién dependerd de su capacidad para profundizarse, desarrollando la agenda que hemos delineado. En cualquier caso, la categérica admonicién de Prebisch sigue sonando con fuer- za, y no Unicamente en relacién con el comercio sino con el conjunto del sistema econémico (y politico) internacional. “Hay un aspecto de importancia fundamental al gue no han prestado atencién suficiente los gobiernos de los paises en desarrollo. Auin no hemos podido romper el aislamiento que heredaron estos paises del antiguo patron de la divisién internacional del trabajo. En efecto, la mayor parte del comer- cio mundial se ha realizado entre los propios centros. E] comercio de los paises en desarrollo ha convergido en los centros, pasando por alto la potencialidad enorme del comercio reciproco. Por cierto. debo recordar que desde los primeros dias de la Cepal he predicado vigorosamente la necesidad de esta reforma estructural dei co- mercio mundial” (Prebisch, 1987, p. 29). REFERENCIAS BIBLIOGRAFICS Acefia, Martin Pablo y Jaime Reis (eds.) 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Por otra parte. el concepto afin de progreso, de origen religioso, vincula el bienestar a la realizacisn de actos meritorios, que asumen la forma de sacrificios realizados en el presente (ahorro ¢ inversién) a cambio de recompensas futuras. Esos sacrificios legitimarian la dominacién social, que hace posible la acumulacién de riquezas que, a su vez. hace posibles la divisi6n social del trabajo y el aumento de su productividad. A partir det siglo xtx. se empieza a tomar conciencia de que las sociedades tienen su origen en un pacto de dominacin que favorece a minorias que monopolizan el ejercicio del poder. Los movimientos sociales de oposicién. que han existido desde la antigitedad, adquirieron un nuevo caricter en los tiempos modernos, al dejar de ser simples “revueltas” y convertirse en reivindicaciones de reconstrucci6n institu- cional destinadas a elevar el nivel de bienestar. Estos movimientos sociales son un rasgo fundamental del capitalismo industrial avanzado, y la importancia que revisten en Jo que respecta a su dindmica s6lo es comparable con Ja importancia de la innova- cidn tecnolégica. hos concentramos en lo esencial, comprobamos que el capitalismo en su etapa avanzada se caracteriza por el creciente uso y produccién de riqueza, ya sean bienes © conocimientos, Esta penetracién progresiva del capital en los intersticios sociales es la raz6n de ser de la difusion de la racionalidad formal, fenémeno caracteristico de nuestra civitizacion, La evolucién de los criterios de racionalidad en la estructuracion de las form: sociales puede analizarse desde tres dngulos. En primer lugar, desde el punto de vista de la introduccién y la difusion de nuevos procesos productivos. que realzan la efica- cia del trabajo humano 0 crean productos que amplian la gama de necesidades de los Primera! Conferenci Rati! Prebiseh reulizada con motivo del centenario de su natativio, agosto 27 de 2001 + Beonomista,ex funcionario de la Cepal. creador de ki Superintendencia de Desarrollo de Brasil. dos veces Ministro ken ese pas, xiii EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI consumidores. En todo caso, para que el nuevo capital dé frutos es imprescindible que se encauce a través de una demanda solvente. El fendémeno también podria observarse desde el punto de vista de los cambios sociales derivados de las nuevas formas de organizacién de la produccién. La pro- duccién industrial trae aparejado el proceso de urbanizacién y el establecimiento del régimen salarial; éstos imponen nuevas condiciones de vida a la masa trabajadora, que suponen, a la vez, mejoras reales e inestabilidad. Se produce entonces un cambio cualitativo de las estructuras sociales consistente en el surgimiento de organizacio- nes de trabajadores, concretamente de sindicatos. Con esto, el ejercicio del poder pasa a convertirse en un objeto de disputa entre las fuerzas sociales. El tercer punto de vista pone en evidencia la creciente compiejidad de las formas de convivencia social a las que da lugar la toma de conciencia de los intereses espe- cificos de los distintos grupos y clases sociales. En este ambiente conflictivo surge el Estado nacional moderno, fruto de la evolucién del poder fundado en la riqueza. La caracteristica mds destacada de la sociedad moderna es la capacidad de{ Estado de actuar como mediador en casos de conflicto y de conciliar intereses aparentemente irreconciliables. Cuanto mas amplia es el drea de conflictos sociales arbitrados por el Estado, mayor es el dinamismo de una sociedad. Por consiguiente, lo que distingue a la sociedad industrial moderna es su extraor- dinario dinamismo, derivado de la capacidad de mediacién de conflictos sociales. Sin lugar a dudas, la conquista de mercados externos fue un factor determinante del desarrollo inicial del capitalismo industrial. Pero lo que dio impulso a las econo- mfas capitalistas en la etapa posterior de propagacién del proceso de industrializa- cién a escala mundial fue el crecimiento de los mercados nacionales protegidos. Desde todo punto de vista, [a economia industrial capitalista parece estar destina- da a la inestabilidad, debido a que su extraordinario dinamismo se sustenta en la capacidad de innovacién tecnolégica, que también se traduce en una contraccién de la demanda. E] mercado crece impulsado por las fuerzas sociales que, aparentemen- te, se contraponen a los intereses de! capital. En resumen, el reconocido dinamismo de esta economia proviene de la interaccién de fuerzas que representan intereses aparentemente contradictorios. Por tanto, las mismas fuerzas que hicieron posible el dinamismo capitalista son las que provocan la inestabilidad caracteristica de {a civilizacién industrial, que se va acentuando cada vez mas hasta culminar en la gran crisis de los afios treinta del siglo pasado. La tendencia crénica a la insuticiencia de la demanda ha sido la causante del comportamiento ciclico de las economfas industriales en el pasado, como también la agresiva competencia por los mercados externos. Esa disputa dio origen a grandes conflictos armados y a carreras armamentistas que alcanzaron su mayor intensidad en ese carnaval de Ja irracionalidad conocido como “la guerra fria”. La tendencia a la insuficiencia de la demanda, definida por los economistas clasi- cos como “infraconsumo”, es la causante de varios problemas surgidos en la evolu- RAUL PREBISCH: UN HOMENAIF slit cién del capitalismo industrial. El desempleo crénico no s6lo condujo a la busqueda desesperada de mercados externos; en muchas comunidades también dio origen a un espiritu solidario gatillador de los movimientos sociales que se manifestaron como lucha de grupos y de clases Esos movimientos sociales. que adquieren un gran impetu en la segunda mitad del siglo xix, contribuyeron a la apaticién del poder sindical, elemento muy impor- tante del desarrollo institucional del capitalismo industrial. La participacién activa de los trabajadores organizados en la sociedad civil contempordnea ha traido apare- jada una profunda transformacién del poder del Estado. El control macroeconémico de la demanda se convertiria en una de las conquistas de la revolucién keynesiana. El desarrollo de la capacidad productiva ya no conduciria obligatoriamente a merca- dos insuficientes ni incrementaria en forma compulsiva los gastos militares, que pueden considerarse un mercado artificial. Gracias a Ia intervencién de las fuerzas sociales organizadas. tanto los salarios como el gasto péblico social han tendido a crecer. Lo cierto es que, en la segunda mitad del siglo Xx, la evolucién de la economia capitalista pareceria apuntar a una etapa superior de desarrollo en Ja que se darian simultineamente una intensa utilizacién de la capacidad productiva, una reduccién de las desigualdades sociales y un perfeccionamiento de los recursos humanos. En ese periodo, que fue definido como “gloriosa” por un economista contemporaneo, los dos Factores mencionados ~cl progreso técnico y las presiones sociales~ actuaron en forma convergente. Pero no se puede dejar de reconocer que esta evolucion estu- vo vinculada a un clima de “paz armada”. que justificé un notable incremento del gasto ptiblico. Y que también condujo a una influencia creciente del Estado y de los movimientos sociales, que acentué los desequilibrios inflacionarios y exacerb6 los conflictos sociales. La consecuente desarticulacién de la estructura politica es una de las causas de la implantacién del poder hegeménico de las grandes empresas. La promesa de cambio de rumbo del proceso hist6rico, anunciado junto con el fin de la guerra frfa, se vio absolutamente frustrado. La antigua utopia de un futuro radiante bajo la hegemonfa politica de las masas trabajadoras. surgida en los comien- zos de la ideologia socialista. se hace realidad pero con un toque perverso, dado que favorece a las estructuras empresariales transnacionales. La forma original de domi- nacién prevaleciente en Jos albores del capitalismo industrial resurge bajo el amparo de una estructura de poder internacional. Cada vez con mas frecuencia, las empresas que dominan el proceso de creacién de tecnologia acttian fuera del marco de control de los poderes nacionales. La existencia de empresas de alcance mundial es el cambio mas importante que se ha dado en la evoluci6n del sistema capitalista, puesto que relega a una posicién subalterna a tas fuerzas sociales en ascenso y modifica drasticamente el papel del Estado nacional. En esta nueva etapa, el desarrollo tecnolégico, que es la fuente mas xliv EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI importante de poder, se vincula de preferencia a actividades ligadas a la informatica y las comunicaciones, a través de las cuales se procura reducir las brechas existentes y dotar de mayor eficacia a las estructuras de dominacién. Por tanto, fa concentra- cién de! poder aparece como un proceso de primordial relevancia. En el contexto de la globalizacién de segmentos cada vez mas amplios de la estructura econémica, la transnacionalizacion de las empresas trae aparejada una atrofia de las funciones del Estado, que obliga a una profunda transformacién de las estructuras tradicionales de poder. Fs natural preguntarse, entonces, qué caracteristi- cas tendran las instituciones politicas que surjan en un mundo de Estados nacionales sin soberania. La época en que vivimos se conocera como la era de los conflictos, de las con- quistas sociales y de las confrontaciones ideolégicas. Y también como la época en que se previé la declinacién del rol del individuo en Ja historia. La creencia en la idea de progreso, legada por la Hustracin, se va desdibujando. Los extraordinarios adelantos de la biotecnologfa también exigen un reexamen a fondo de las relaciones entre fines y medios en el campo del desarrollo cientifico, dado gue sus repercusiones en el mundo real son cada vez mas imprevisibles. En este ambito destacan la clonacién de células animales y la clonacién futura de seres hu- manos. Estas actividades absorben un enorme volumen de recursos, aunque el avan- ce de las ciencias naturales, que tanto ha beneficiado a la humanidad, actualmente pone en peligro su supervivencia. Este fenémeno reproduce en forma solapada el mito de las espectaculares conquistas de la fisica nuclear, cuyo resultado es el peli- gro de destrucci6n a una escala sin precedentes. La mayor conquista de nuestra generaci6n fue el impulso dado al desarrollo de instituciones, entre otras las Naciones Unidas, dedicadas a la ardua tarea de consoli- dar la solidaridad entre los seres humanos, de la que depende la supervivencia de nuestra civilizacién. IV. RAUL PREBISCH Y LA REALIDAD CONTEMPORANEA Ricardo Lagos Escobar* Nos alegra mucho que se haga este seminario, porque con frecuencia se habla en contra de la creciente uniformidad de los andlisis econdmicos y sociales. pero eso no tiene mas antidote que el trabajo: Ja reflexidn sistematica en torno a los problemas de nuestras sociedades. Sabemos que la teorfa del desarrollo tiene que considerar las diferencias que existen en las sociedades objeto de su estudio. gY quién. sino noso- tros mismos, deberia aportar a ese trabajo? Debemos establecer nuestra especificidad; cavar nuestra verdad como quien cava un pozo: llegar mas hondo para tener agua. Y debemos Hegar a politicas publicas especificas. que hagan una diferencia con la realidad. Aqui no estamos sélo para administrar. y creo que ninguno de los gobernantes actuales fue elegido para admi- nistrar, Fue elegido para introducir reformas profundas en nuestras sociedades. Y por eso es tan bueno que este seminario sea un homenaje a don Ratil Prebisch Primero, porque él fue un gran Latinoamericano. Si se mira hacia el pasado de América Latina. parece claro que fueron relativa- mente escasas las figuras que trascendieron los margenes nacionales en el campo de las ciencias sociales, Es cierto que desbordaron esos limites figuras como Vasconcelos, Sarmiento, Rodé, Mariitegui, Haya de la Torre, Marti y varios otros. Pero fueron Ppocos y no gravilaron muy significativamente en el gran espacio latinoamericano. Y es aqui, en esta Comision. donde llega Ratil Prebisch. Y Prebisch fue funds mental para dar carne y contenido a esta Comisién, que surge con el propésito de pensar una visin del desarrollo desde la regi6n, Por exo. como nos dice Anibal Pinto. la asociacién entre Prebisch y Ja Cepal epresenté un cambio trascendental en to que se refiere a ciencias sociales. Desde su nacimiento y a compas de su propio desarrollo y. mas atin, de su proyeccién por todo el espacio latinoamericano, comienzan a aflorar y a madurar economistas profesionales afines que. a la vey que inician © renuevan la comprensién de sus Intervencion de S.E, ¢) Presidente de f Republica de Chile en el Semi aio, xlvi EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI propios paises, van acrecentando su conocimiento de América Latina y de su coloca- cién internacional. Y lo que no es menos importante: empiezan a conocerse entre si y a compartir sus ideas, inquietudes y diferentes posturas politicas. En definitiva, la latinoamericanizacién promovida por la institucién y sus pioneros cred un panorama regional radicalmente nuevo en esos vitales aspectos”. En este parrafo de Anibal Pinto esta perfectamente definida la relaci6n peculiar entre una persona, Prebisch, y la institucidn que fue esencial para moldear, exponer y diseminar su pensamiento. Y segundo, porque don Raul era un hombre de accién, como sefialara Celso Furtado. Por eso él estaria contento de un seminario que se oriente hacia las politicas publicas. Prebisch fue el primero que avizoré lo que hoy est tan de moda, la globalizacién. La avizoré de una manera distinta, en Ja relacién centro-periferia. Y en la relacién centro-perifera, era a través del comercio como se generaba la vinculacién esencial en la tesis de los términos de intercambio, planteada en su articulo germinal de 1948, y que dio origen al Estudio econdmico de América Latina publicado por la Cepal en 1949 y que con justicia ha sido Hamado el “manifiesto latinoamericano”. Es alli donde Prebisch plantea que este tipo de intercambio reproduce una rela- ci6n centro-periferia, la que a su vez plantea dificultades especificas a la periferia para desarrollarse. En una segunda etapa, durante 10 0 12 afios Prebisch deja la Cepal y crea el IIpes, desde donde plantea la necesidad de planificar el desarrollo de la region. Y la tercera etapa, yo creo que nos muestra una dimensién distinta de Prebisch, la del mundo que viene. Porque cuando Prebisch decide mantenerse vinculado al siste- ma de Naciones Unidas y crea la Conferencia de Comercio y Desarrollo, la Unctad, en Ginebra, lo que est planteando, en definitiva, es si es posible que en esta relacién centro-periferia, o si se quiere, en un mundo que avanza hacia la globalizacién del comercio, se puede establecer una mutacién en la relacién comercial entre los distin- tos tipos de economias y paises. Latinoamérica no fue capaz de estar a la altura de] pensamiento y las orientacio- nes para la accién que nos entregara Prebisch. Y América Latina llega tarde a este mundo global que avizoré Prebisch. + La integracién de América Latina pudo darnos un impulso del que carecimos, mientras otros se integraban + La diversificacién de nuestras estructuras productivas hubiera permitido un mo- delo en el que tanto el mercado regional como el mundial fueran importantes, sin falsas dicotomias * Un mayor cambio técnico hubiera reducido nuestra heterogeneidad estructural * Tener un programa comtn y hablar con més fuerza en los foros internacionales habrfa potenciado un perfil que con frecuencia se nos desdibuja. RAUL PREBISCH ¥ LA REALIDAD CONTE:MPORANEA, xlvii Y quisiera decir que lo que hemos visto recientemente en reuniones del Grupo de Rio ha sido, tal vez, un esfuerzo de tratar de acercarse al pensamiento de Prebisch. Porque asf como entendemos que el mundo de Prebisch es ef mundo ordenado por los acuerdos de Bretton Woods, también entendemos que en los inicios, 0 en los albores de este nuevo siglo. el desarrollo del comercio y tas finanzas internacionales ha superado a las instituciones alli establecidas. Y, por tanto. es necesario mejorar la globalizacion, pero reconozcamos que Amé- rica Latina lo plantea con un poder negociador infinitamente menor que en el pasado. En Bretton Woods participaron menos de 50 paises; 20 eran de América Latina. Hoy, cuando queremos mejorar las reglas internacionales y avanzar hacia un libre comercio, la nueva Ronda de Qatar pasa a ser esencial. Pero {c6mo planteamos los temas del comercio cuando. segtin la Organizaciéa Mundial del Comercio, hay pai- ses que gastan mil millones de délares por dfa para subsidiar productos agricolas? O gc6mo podemos hacer parit tener un comercio mas libre cuando hay legislaci6n antidumping que en el fondo es una nueva forma de proteccionismo? Y respecto de estos temas. si no tenemos la capacidad de opinar juntos, dificil- mente seremos escuchados. Debemos trabajar, debemos tener una posicién comin también sobre el gasto militar. el sida, las comunicaciones. la biogenética, O sobre nuestra cultura, © nuestra politica en la lucha para profundizar nuestro sistema demo- cratic. Eso es lo que esperan nuestros pueblos porque, en definitiva, una civiliza- cidn se asienta no tanto en lo que suministra a las personas como en lo que les exige. Quiero creer que nos hemos avercado a esto hace unos dias, en la XV Reunién del Grupo de Rio. Y creo que aqut tenemos un amplio espacio. y donde me parece que un Seminario como éste es tan importante para plantearnos }o que son los desafios de este nuevo siglo. Por eso, quisiera darles la bienvenida y desearles éxito en los traba- jos que se van a realizar Y Io hago en nombre de Chile. de mi pais, del que muchas veces se ha dicho que es una suerte de isla, ya que nos rodean mares, desiertos y cordilieras. Pero todas nuestras soledades estan imantadas por la pertenencia a un espacio comtin, que es la region. Compartimos un corazén latinoamericano y, al igual que todos. queremos trabajar por el desarrollo de la regién. Esta regi6n por la cual trabajo intensamente Prebisch, que entendié que tenia que haber una teoria detras de la accion, pero que la teorfa sin accién dificilmente condu- cfa a cambiar el mundo. Y una aceién que no tiene un pensamiento profundo detras, es tal vez pasar de coyuntura en coyuntura, pero no tener claro a donde queremos. llevar la nave del Estado. Por eso me parece tan importante entender el mundo; ser verdaderamente con- tempordneos. Y erco que Prebisch estaria orgulloso que. como una forma de re- cordarlo, estemos aqui en ésta. su casa, pensando en los desafies que tenemos, a partir tal vez de las mismas visiones de dénde queremos llegar. pero con ins xviii EL DFSARROLLO ECONOMICO EX LOS ALBORES DEL SIGLO XX1 mentos y herramientas distintos, porque desde el trabajo de [948 y el Estudio Econé- mico de 1949, a la América Latina del afio 2001, ha corrido mucha agua bajo los puentes. Para ponerse al dia hay que construir un puente nuevo sobre esta nueva agua, sobre este rio distinto. Y este seminario puede ser muy importante para ello. V. TRES GRANDES VERTIENTES DEL PENSAMIENTO DE PREBISCH* Enrique V. Iglesias Agradezco a mi estimado amigo José Antonio Ocampo, Sectetario Ejecutivo de la Cepal, por la invitaci6n a participar en este encuentro. con que culmina la serie de actos realizados este aio en conmemoraci6n del centenario del natalicio de Rati! Prebisch. Estos actos fueron celebrados en Buenos Aires, Washington, D.C. y en Santiago de Chile, siendo en esta ciudad particularmente significativos. por el hecho de realizarse en la Cepal, que era su “casa”. Quiero ademas felicitarlo por haber culminado este conjunto de evenas con un Seminario considerando un temario tan importante, como es el pensamiento sobre el desarrollo econémico y social en los albores del nuevo siglo. Creo que es justo y estimulante hacer esta discusién a la luz del recuerdo del legado de Raul Prebisch. Como el presidente Ricardo Lagos decia, Prebisch fue la figura mas intluvente del pensamiento econdmico y social de Améri- ca Latina en el tiltimo siglo En esta Casa, los que fuimos sus alumnos y amigos podemos recordar las distin- tas facetas del pensamiento de Prebisch. Recordamos al economista, al docente, al conductor econémico en periodos tan dificiles como los que vivie América Latina, y particularmente Argentina, en los afos teinta. Recordamos a ese actor internacional a que hacia referencia el presidente Lagos, que tuvo una influencia notable a nivel internacional, particularmente a través de las Naciones Unidas, fundamentalmente por via de la Cepal y de la Unctad que Tueron sus dos grandes creaciones. Y por supuesto también podemos recordar al amigo. Muchos de los que estamos aqui nos beneficiamos de su amistad. En este acto conmemorativo. quisiera simplememte referirme a un dngulo particu- lar de su legado intelectual, cual es su renovada vigencia en el momento actual que viven la regién y el mundo, en esi larga y fatigosa, a veces frustrante, lucha de tantas décadas por vencer el subdesarrollo. Yo diria que el pensamiento de Prebisch man- tiene una relevancia notable frente a numerosos problemas que estamos viviendo en Intervencidn del Presidente det Banco Intecannericano de Desarrollo y del Directorio Bjecutivo de lt Corporacién Interamerivany de nversiontes en el Senna. 1 EL DESARROLLO ECONGMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI estos dias. Estos son aspectos examinados en este seminario por distinguidas perso~ nalidades, tanto académicas como encargadas de la politica. Yo propondria examinar tres de las grandes vertientes del pensamiento de Prebisch. Primero, su permanente actitud contestataria de las interpretaciones convencionales de la realidad que le tocé vivir, y de la capacidad interpretativa de las teorfas vigen- tes. Prebisch fue un critico certero de la irrelevancia del pensamiento convencional. Segundo, su busqueda constante de ideas fuerza, que se acumularon en el transcurso del tiempo. Yo tengo mis dudas de que ellas hayan constituido una teoria como tal, pero si considero que ellas fueron un conjunto de ideas hilvanadas a través de un hilo conductor cohierente, que en este momento podria ser llamado un paradigma. Y, en tercer lugar, la presencia subyacente en el pensamiento de Prebisch de ciertas uto- pias, que estuvieron presentes a fo largo y ancho de su accién, como pensador, como observador y como hombre de las Naciones Unidas. Yo creo que esta trilogia: cues tionar, buscar ideas fuerza y alimentar utopias relevantes en el accionar econémico y social, son elementos que deberian ser recordados en este seminario. Prebisch fue un iconoclasta que formé parte de aquella generacién de hombres pioneros en el campo del desarrollo econémico y social, junto a Singer, Rosenstein- Rodan, Mahalanobis y Nurkse, entre otros. Ellos partieron del analisis de la realidad del mundo de la posguerra y de la crisis de los afios treinta. Todos ellos compartieron una gran insatisfaccién con la capacidad de la teorfa neoiiberal para interpretar el fendmeno del subdesarrollo y sus raices, como ayer lo puntualiz6 Celso Furtado, Ese cuestionamiento no fue solamente e} producto de una intelectualidad rebelde. En el caso de Prebisch fue mucho mis el producto de un anilisis sereno, de una experien- cia muy rica que él vivi6 en los afios treinta y que fueron la clave de muchos de sus pensamientos sobre el ciclo econémico internacional, ademas de algunas de sus gran- des ideas fuerza del futuro, como la del centro-periferia y. yo dirfa, de una lectura muy profija def pensamiento keynesiano, que tuvo en Prebisch una influencia mar- cada. Yo recuerdo esa actitud iconoclasta de Prebisch en los largos afios que estuve junto a él en esta Casa y en Washington, D.C. Recuerdo una frase que é] repetia cuando preparaba et informe Transformacion y desarrollo en el aio 1970: “no lean tanto, observen la realidad y piensen”. El decia eso en un tono un poco en broma y un poco en serio, pero en ef fondo transmitia un mensaje muy interesante. Yo creo que esta mezcla de ideas y praxis es lo que dio al pensamiento de Prebisch ese cardcter de iconoclasta. En esta Casa ello jo convirtié en un interlocutor agudo, penetrante y en un hombre que constantemente sugeria ideas y extrafa ideas de la gente de cualquier edad, no solamente de aquellos que estaban en ios niveles directivos de la Institu- cin, sino que él iba directamente a las generaciones jévenes con las cuales mantenia un diélogo permanente. Este fue e) primer rasgo importante, ese cuestionamiento de la realidad y de las teorias que interpretan la realidad en un momento determinado. Ese es un rasgo muy importante del legado de Prebisch. “TRES GRANDES VERTIENTES DLL, PENSAMIENTO DE PREBISCH li En segundo lugar, Prebisch fue ademas un permanente creador de ideas fuerza, que parten con el informe de la Cepal de 1949, que el presidente Lagos records. Ideas fuerza, todas de un enorme vigor para inspirar tanto la critica profunda como la adhesién. Yo creo que las ideas centro-periferia, que son tan relevantes en el momen- to actual de la globalizacién. con sus componentes tan debatidos como son los térmi- nos del intercambio; la distribucidn desigual de los frutos del crecimiento y del acceso a la tecnologia; las ideas de la industrializaci6n sustitutiva; el concepto de la pugna distributiva y la absorcién espuria de la mano de obra, tenian todas una caracteristica muy particulas, la de encapsular en frases breves. en un castellano estupendo, con- ceptos muy ricos de su pensamiento. La programacién econdmica por el Estado, la racionalizaci6n de la accién del Estado que comienza, como Furtado lo recordaba ayer, con sus primeros escritos. domin6 el pensamiento de esta Casa en los afios cincuenta. Y éstos fueron paradigmas que tuvieron plena vigencia en el debate de esta Casa y en toda América Latina, y que el amigo Dani Rodrik lo recordaba en wn articulo publicado en 1997. Rodrik reconocia que hubo periodos de accién en Amé- rica Latina que fueron muy ricos en crecimiento econdmico y avances sociales. Di bemos recordar que en las décadas de los cincuenta a los setenta América Latina registré un crecimiento sostenido y elevado, el mas rapido de su historia. Esas ideas fuerza fueron cuestionadas tuertemente por la ortodoxia convencional. Ellas fueron cuestionadas también por su aplicacion imperfecta. Crea que es en torno a eso, que vale la pena reflexionar cuando uno mira el papel de esas ideas fuerza. La tercera dimensién subyacente en el pensamiento de Prebisch fue la de las utopfas relevantes que dominaron su pensamiento a lo largo de las tantas décadas de su fecunda vida intelectual. Y entre esas utopias relevantes yo mencionaria ja idea de la integracién que Prebisch tuvo y que impuls6 con un vigor muy fuerte. Se olvida que su idea de ta integracién precede, incluso, a la creacién de la Comunidad Econ6- mica Europea en marzo de 1957. Ota utopia relevante de Prebisch es la revision del orden econémico internacional que él impulsé mediante su labor en la Unctad. Yo creo gle esas fueron grandes utopias realistas; digo utopias realistas porque ellas formaron parte del ideario de América Latina, y fueron generando la personalidad de la regiOn. Furtado afirm6 que Prebisch habfa inventado América Latina. Recuerdo una reuni6n efectuada en esta misma sala que cont6 con la participa- cidn de Prebisch, José Medina Echavarria, Osvaldo Sunkel y Anibal Pinto, en la cual se discutié el papel de las utopias en el pensamiento econémico. En el pensamiento de Prebisch las utopias relevantes cumplen un papel importante en cuanto ellas im- pulsan fa accién, los valores. los compromisos del hombre ptiblico y del intelectual. Como el presidente Lagos lo sefaiaba en este semiariv, al analizar los desafios de la teoria del desarrollo en los inicios de este nuevo siglo deberian examinarse estos tres puntos, que sin duda contribuirian a un debate fértil del tema. Primero. Ia idea del cuestionamiento de la realidad. cuando boy estamos como lo estuvo aquella genera- fii EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XX1 cién de fines del decenio de los cuarenta, en un cuestionamiento de Ja realidad que parte primero de un andlisis sereno de ella. Las reformas impulsadas por el retorno de la ortodoxia a fines de los afos 1980 incluyeron la revalorizacién del mercado, la apertura a la economia internacional, la estabilidad macroeconémica, la reforma del Estado, Todo eso que formé parte del credo de los tiltimos aftos ha tenido logros que no se deben desconocer, pero ha tenido también enormes déficit que hoy afloran con més fuerza que en afios recientes, cuando el mundo ha entrado a una situacién econd- mica dificil, de un crecimiento lento, 0 quizé de una verdadera recesién. El cuestio- nar y analizar serenamente qué se ha hecho, qué se logré y qué falt6, asi como las grandes vulnerabilidades surgidas, son parte del debate actual de América Latina Yo creo que ésta es una situacién que se corresponde con el cuestionamiento de Prebisch. Debemos analizar las nuevas vulnerabilidades generadas por las imperfec- ciones del proceso de reforma y la globalizacién de los mercados. Ya no es solamen- te la dependencia de las exportaciones de materias primas subvaluadas, sino también de la inversi6n extranjera que ha sido muy activa en los tiltimos afios y de las moda- fidades de nuevo cufio de las crisis financieras internacionales. Todo esto nos impo- ne la necesidad de repensar dénde estamos, qué se hizo, qué se hizo mal y qué no se hizo. Ese es el punto de partida del anilisis de la realidad que debemos hacer, ademas de examinar los factores de inestabilidad que siguen entorpeciendo el crecimiento de a region, que generan nuevas formas de dependencia internacional frente a nuevas formas de crisis, como ta que estamos viviendo en estas momentos, Un examen sereno de lo hecho, los logros y los vaeios es uno de los temas importantes de este seminario, En segundo lugar, y muy vinculado con lo anterior, el papel de! Estado es otro tema fundamental, que sigue siendo un aspecto controversial sobre el cual cabe dis- currir. Sus definiciones han sido objeto de aproximaciones pendutares, En este tema hemos ido de un lado a otro, y es algo sobre 10 que debemos reflexionar. Estas son ideas fuerza incorporadas en el accionar de América Latina: el papel del mercado, el tipo de insercién internacional, qué forma de integracién econémica en América Latina. Todo esto es tema del andlisis que nos corresponde realizar ahora. Por tiftimo, yo dirfa que debemos repiantear ef tema de tas utopias en el accionar politico ¢ intelectual de la América Latina, Yo creo que a este respecto es oportuno. hacer una revalotizacién del pensamiento de Prebisch, como se ha venido haciendo muy bien en algunos de los grandes centros académicos en los tltimos 20 aiios. Debemos revalorizar algunos de los instrumentos de politica que sirvan al desarrollo futuro de esta regién. Ei tema de fa integracién, por ejemplo, que ha sido uno de los grandes credos de esta Casa en Jos tltimos 40 afios, es otro aspecto fundamental sobre e} que debemos reflexionar, especialmente ahora cuando América Latina en- frenta este mundo Ileno de dificultades. Estamos entrando en un ténel dificil, en donde ignoramos mo van a terminar las cosas, Es un momento en que aiioramos a ‘TRES GRANDES VERTIENTES DLL PENS ASMIENTO DE PREBISCH li Prebisch y a los hombres que lo acompafaron, inclusive los lideres politicos que supieron valorizar el papel de la integracién. En América Latina éste es uno de los temas mas importantes sobre los cuales debemos trabajar, como una utopia viable, a partir de la cual poder insertarla en la economia internacional. con negociaciones con el resto del mundo en una nueva ronda de liberalizacién comercial, o también en la negociacidn con los Estados Unidos y Canada, con Europa y con el mundo asiatico. En segundo término, mas alli de la utopia que Prebisch limité al tema comercial, porque era el relacionamicnto mas vigente en aquel momento, hoy mas que nunca nos debe preocupar la constitucién de un orden internacional, renovado, revitalizado, basado en los principios de solidaridad, que desgraciadamente se han vuelto bastante esquivos. En este ambito se deben reexaminar el orden comercial y la nueva arqui- tectura financiera internacional. yue sobre Ja base de la solidaridad ents¢ las naciones permita hacer frente a los grandes megaproblemas que hoy afectan a la humanidad Esto implica un enfoque valdrico completamente distinto en la forma de aproximar- se al entorno internacional Yo creo que estas tres dimensiones —cuestionamiento, ideas fuerza y utopias rele- vantes— forman parte de una agenda importante que debiéramos incorporar en un pensamiento critico. América Latina requiere hoy mas que nunca un pensamiento fresco, renovado, que nos permita enfrentar esas nuevas realidades, que tienen acti- vos y pasivos. Quiero terminar con una cita de Keynes, cuya vinculacién con Prebisch ya sefia- lé. Alex Cairncross, uno de los discipulos de Keynes, y Geoffrey Crowther, editor del The Economist, escribieron en ocasién de un obituario de Keynes en 1946 algo que bien podriamos recordar en este momento los que fuimos alumnos y amigos de Prebisch: “Debe dejarse a la posteridid que juzgue cudn gran hombre fue Keynes, pero lo que la posteridad nunca sabiié es el encanto del hombre, el brillo excepcional de su conversa- ci6n. la rapidez de su intuivion, su permanente generosidad y su incansable devoeién por el interés ptiblico” Yo creo que hoy podriamos aplicar perfectamente esos conceptos en recuerdo de la gran figura de Prebisch que conmemoramos en este encuentro. VI. LA GLOBALIZACION DE RAUL PREBISCH Rubens Ricupero* “Yo tuve... que comenzar mi vida activa de economista bajo la gran depresin mundial y ahora, ya muy tarde en mi vida, estoy presenciando otra crisis del capitalismo. Entre estos dos extremos {qué ha sucedido? Los paises desarrollados han tenido un perfodo de larga bonanza, de extraordinarias tasas de crecimiento, como no se habjan dado antes en la historia del capitalismo. Y. sin duda alguna, nuestros paises en desarrollo pudieron aventajarse de esas tasas extraordinarias de crecimiento de los centros ¢ iniciar exporta- ciones industriales, algunos de ellos con bastante éxito. Eso fue un dato positivo acom- pafiado de consecuencias muy negativas” Estas palabras fueron pronunciadas por Radl Prebisch en Ginebra, el 6 de julio de 1982, en la primera de la serie de conferencias instituidas por la Unctad en su honor y que llevan su nombre. Pocos meses después, los problemas del centro desencade- narian la crisis de la deuda externa de América Latina. i estuviera hoy entre nosotros, Prebisch tendrfa que agregar otra crisis mundial a las que fuera testigo y actor en su larga trayectoria y esta ultima, con dolorosas con- secuencias para su pais natal. Habiendo empezado su vida profesional en la gran depresién, seguida por la experiencia de la Segunda Guerra Mundial, habria de morir antes que América Latina lograra salir de la crisis de la deuda y de la década perdida. En ese sentido, su vida ha sido la de un intelectual y hombre de accién que vivid intensamente el siglo de la incertidumbre y de las crisis. Quiza, por ello yo titularia mi intervencién “la globalizac si no fuera pretencioso dar nombre a unos comentarios de circunstancia. Util expresidn globalizacién en un doble sentido. Primero, para explicar el rumbo del itinerario personal e intelectual de Prebisch hacia una creciente universalizacié1 desde la Argentina hacia América Latina y desde ésta al conjunto del sistema de la “economia-mundo”. Segundo. para sugerir que una de las mejores maneras de recor- dar a este gran latinoamericano es intentar imaginar cémo seria la globalizacién si 6n de Ratil Prebisch”, zo la * Secretario General de la Unctad. Wi EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XI fuera diseftada y deseada por él y no tuviera las caracteristicas que generan y provo- can el creciente movimiento popular de contestacién, cuya mas reciente manifesta- ci6n se ha visto en Génova. Como trayectoria personal, es facil constatar que la globalizacién era el destino natural de un pensamiento y de una accidn que se han enfrentado con la realidad de Argentina, el pais latinoamericano probablemente mas integrado en la division inter- nacional del trabajo producto de la primera gran globalizacién de 1880-1920, del que mas beneficios habia sacado y que, sin embargo y quiz por esa misma razén, que més dura y perdurablemente se vio afectado por su colapso. seria el pats Era logico y natural que, después de ver cémo su confianza en las doctrinas eco- némicas neoclasicas se desvanecia en contacto diario con la compleja realidad de la Gran Depresién, el ex director del Banco Central se sintiera atrafdo por la problema- tica del desarrollo latinoamericano del que Argentina era un importante eslabén, Como otros pensadores antes que él —y aqui me permito hacer una referencia al gran marxista brasilefio Caio Prado Stinior-, pronto se dio cuenta de que los problemas vividos por su pais y por los demas paises del continente tenian mucho que ver con el tipo de insercién de nuestros paises en la economia mundial, tipo de insercién here- dada muchas veces del pasado colonial y reforzada tras la independencia. Como indica la experiencia argentina, lo que cuenta en el caso de la integracién no es el grado, la intensidad o la cantidad de insercién, sino su calidad. Si se me permite hablar de mi pais, recordaré que Brasil, que tomé su nombre de una materia prima, de una mercancfa que dominé su primer ciclo econémico, ha estado durante 350 ajios perfectamente integrado en el sistema mundial del comercio. En efecto, {qué integracién al comercio mundial podrfa ser mas perfecta y completa que la de una economia que exportaba casi la totalidad de su azticar y de su café? Pero ese mismo proceso, a la vez que nos integraba al mundo, nos desintegraba internamente, ya que se basaba en la combinacién de la esclavitud y del latifundio, el sistema de plantaci6n. Ejemplos de ese tipo Hevaron a Prebisch a elaborar los elementos articulados de una original teorfa del desarrollo: de la dicotomfa centro-periferia a la necesidad de la industrializacién y de la incorporacién del progreso tecnolégico. Su teorfa es con- tempordnea a la de Fernand Braudel, la otra gran construccién tedrica que ha intentado comprender la historia de la “economia-mundo™ en su totalidad y en su evolucién a lo largo de ciclos seculares. De la misma manera que el historiador francés, el economista argentino nunca permitié que la contemplacién de los drboles le impidiera discemir el bosque y siem- pre se interes6 de preferencia por las tendencias de largo plazo, mas que por los acontecimientos aislados del instante. Braudel comparé una vez los acontecimientos a las luciérnagas de la noche tropical brasilefia: brillan pero no sirven para iluminar el camino. Prebisch tenia igualmente esa exigencia de la totalidad, de lo esencial y La GLOBALIZACION DE RAUL PREBISOY hii de lo duradero. No es de sorprender por tanto que su reflexién sobre América Latina Jo condujera ineludiblemente a aspirar a un escenario mas amplio para alli desarro- Har su accion una vez que su analisis sobre las condicionantes y limitaciones exter- nas del desarrollo sugeria que ninguna solucién seria eficaz. si no se Jograba alterar esas condiciones globales. Asi la aventura de la fundacion de ‘a Unctad aparece como una frustrada culmi- nacién de su trayectoria, Aventura magnifica y rica en esperanza, en una época en que la carga de utopia parecia hacer posible todos los suefios. No hay que olvidar que los aiios sesenta, o por !o menos su primera parte, coinciden en América Latina con el apogeo de un ciclo de expansién econdmica y democritiva. con presidentes, en muchos paises, reformistas y progresistas. Un primer ciclo de ilusién. de progreso econdmice y social, aparentemente irreversible, encarnado en iniciativas tales como la Alianza para el Progreso. la creacién del Banco Lnteramericano de Desarrollo (BID), la firma del primer tratado de Montevideo y la fundacién de la Asociacién Latinoamericana de Libre Comercio (Alalc). Son, al mismo tiempo, los afios sefieros del comienzo de la revoluciin eubana. En el plan espiritual. después de la renova- cién ecuménica de Juan XXIII. cy cuando Pablo VI afirmara que “el desarrollo es el nuevo nombre de la paz”. Seran también los atios de profundos cambios culturales, de la revolucién estilis- tica del rock, de la existencial en materia de comportamiento sexual, de la militancia feminista, de la contracultura. de las comunidades de hippies y de la resistencia a la presion ejercida sobre los individuos por la sociedad. Todo ello culminara en el mo- vimiento de mayo de 1968. con ja rebelién de los estudiantes, con eslogans como ‘Sea realista: exija lo imposible” Con el programa nacido de la conviccidn de que 4 necesario era no solamente cambiar “de” vida (individual) sino cambiar “la” vida (colectiva); es decir, ‘a naturateza del contenido de una vida en sociedad. El afio 1964, afio de la fundacién de la Unctad, marca también fa publicacién en Estados Unidos de E? Hombre Unidimensional, de Herbert Marcuse, el “ensayo so- bre ta ideologia de la sociedad industrial avanzada™ que tanta influencia tendria so- bre los estudiantes del 68. cerrada descrita por Marcuse, donde el reduccionismo limita todas Jas dimensiones de la existencia humana a la productivi- dad. el hombre corre el riesgo de perder toda su capacidad critica de andlisis y de negaci6n, de selecci6n y eleccidn, la posibilidad de ser protagonista del “gran cuestionamiento™. Los filésofos y cientificos adoptan una actitud no critica, de quie- tud y aceptaci6n frente a lo que Emmanuel Mounier describié como el “desorden establecido”. El pensamiento se limita a lo individual, y da raz6n a Hobbes al decir que “debemos preferir el presente. defenderlo y considerar que es lo mejor que exis- te”. Suena familiar, estimados amigos. ;les recuerda quizas el pensamiento Gnico? Toda semejanza es mas que una coincidencia. Prebisch habra de reaccionar ngurosamente en contra de todo eso y habré de vivir entonces lo que el himno nacional brasilefio Hamaria un “sueno intenso” : ta esperan- Sn esa socieda Wii EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XX za de que los Estados, esos “monstruos frfos de egofsmos” de que hablaba de Gaulle aceptarian, en nombre de la interdependencia y del interés mutuo, negociar en un proceso formal un “nuevo orden econémico internacional”. Anticipandose a los afios de plomo de la década siguiente, los afios sesenta fueron también los del enfrentamiento y la radicalizacién. Hace 40 aitos, la década se abria simbélicamente con fa construccién del muro de Berlfn, las crisis de Berlin y la de los misiles en Cuba, y se cerraria con la escalada de la guerra de Vietnam y la ofen- siva del Tét. En los afios intermedios se asistiria al golpe militar del 64 en Brasil, premonitorio del ciclo de las dictaduras militares en América Latina, la intervencién en la Reptiblica Dominicana, y los primordios de la guerrilla en Centroamérica, el golpe de los coroneles en Grecia, el golpe en Argelia, fa sangrienta sucesién de Sukarno en Indonesia, la muerte emblematica de Emesto “Che” Guevara en Bolivia. La vida internacional, que, como la social en general, es siempre mezcla de conflicte y co- operacién, acentué el primer elemento en desmedro del segundo. Como siempre contece en tal caso, el poder volvié a jugar su papel central y decisivo y no era el interés del poder de entonces, como no lo es el de hoy, promover fos cambios desea- dos por Prebisch. Don Ratil volvid entonces a América Latina, el hogar —la fragua— de donde hab{a partido, y vivi6 los tltimos afios de sv vida en plena afirmacién de la ofensiva neoconservadora de Reagan y Thatcher, el comienzo del triunfalismo del mercado y de la globalizacién, muriendo pocos afios antes de la caida del muro de Berlin y del aparente fin no s6lo de la historia sino de toda y cualquier alternativa al modelo de la sociedad cerrada, y el fin aparente, entre otras, de las teorfas originales, no importa- das del desarrollo. Es verdad que las ideas de Prebisch siguieron ganando influencia e inspirando en su versidn auténtica a otros pafses y regiones especialmente en Asia-, no perturbada por la practica defectuosa de los gobiernos y sectores dirigen- tes latinoamericanos. Asi como el cristianismo triunfé en Grecia y en Roma, no en la Palestina natal, 0 el budismo no encontraria en la India el mismo eco que en el Tibet o en el Japon, la prédica de Prebisch —a favor de una industrializacién competitiva dirigida hacia la exportacién de manufacturas, de un dominio progresivo y creciente del progreso tecnolégico y de su plena incorporacién como elemento de adquisicién de una competitividad cualitativa, de la responsabilidad primordial de cada pais en e) proceso de desarrollo nacional, de su disposicién de aceptar sacrificios y disciplinas, de resistir al consumismo conspicuo de los ricos, de promover el ahorro interno, de redistribuir los beneficios, de combatir la pobreza, de apoyar decisivamente la edu- cacion— tuvo una recepcién mids fief en fas naciones asiaticas que en el escenario privilegiado de su accién. Como otros antes que él, tuvo Prebisch el destino reserva- do también a Celso Furtado, ejemplo inspirador de integridad y de coherencia ante quien me inclino con admiracién y respeto, el de profeta mejor acogido en tierra ajena que en la propia. LA GLOBALIZACION DE RAUL PREBISCH lix La organizaci6n internacional del comercio con poderes supranacionales deseada por Prebisch vio finalmente la luz a mediados precisamente de los aiios noventa, y su fundacién marca al mismo tiempo el punto més alto de la primera fase de esta ultima globalizacién y el comienzo de las crisis monetarias y financieras cuya frecuencia en aumento revelaré a la globalizacién su cardcter de mortalidad y vulnerabilidad, como. todo lo que es producto de la cultura y de la historia del hombre. No es atin el sistema multilateral que queria Prebisch una vez que nacié con el pecado original de su predecesor, el Garr, entre otros: la exclusion de sus disciplinas y proteccién de la agricultura, casi completamente. de los textiles y ropas, de los picos arancelarios sobre los productos dichos sensibles, el escalonamiento arancelario, la desigualdad del trato entre las subvenciones industriales y las agricolas. El esfuerzo por crear un sistema comercial mas equilibrado habria de constituir una de las principales Iineas de accién de Prebisch en la Unctad. A pesar de logros innegables como el establecimiento del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP), los éxitos fueron magros en materia de trato especial que reconociese las diferencias de estructura econdémica entre paises avanzados y en desarrollo, en la obtencién de un minimo de estabilidad para los precios de las materias primas y en la reduccién sustancial del deterioro de los términos de intercambio, slo por citar algunos de los objetivos de lo que se Nam6 en un momento la construccién de un nuevo orden econémico internacional. El nuevo orden de la globalizacién comienza a tomar forma; sin embargo, no se parece al sofiado por Prebisch. Ese nuevo orden es en muchos aspectos su antipoda. Es precisamente contra ese tipo de orden econémico globalizado que hoy asistimos a una reaccién que se traduce no solamente en libros, ensayos, articulos y semina- rios, sino que también y quiz principalmente se hace presente en las calles y plazas ptiblicas de Seattle, Praga, Davos y Génova. Es interesante notar que ese movimien- to de contestacién intelectual y de accién directa es muy distinto en sus origenes del que fue protagonizado por Prebisch a fines de los afios cuarenta y cincuenta. En ese entonces, una parte apreciable de la critica intelectual a la organizacién de la econo- mia mtemacional de aquella época provenia de América Latina, basicamente inspi- rada en el pensamiento de Rat Prebisch y de sus colaboradores. Hoy, en contraste, casi todo lo que se publica en materia de andlisis critico de la globalizacién tiene su origen en Inglaterra, Estados Unidos, Francia; es decir, en lo que don Ratil llamarfa “los centros”. ;,Se tratard posiblemente de una consecuencia de la experiencia mas larga y directa que han tenido los paises centrales con la globalizacién? No tengo una respuesta clara a tal interrogante; pero, sea cual fuere la explicacién, no se puede ignorar que al menos parte considerable de los argumentos de equidad y justicia que animan a algunos de las sectores del movimiento antiglobalizacién tiene su origen en las ideas defendidas por Prebisch. I EL, DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALHORES DEL. SIGLO XXI Frente a tal situacién y al peligro del extremismo a que puede dar lugar, uno se pregunta si la obstruccién egofsta en escuchar a Prebisch en su hora no ha preparado el camino a los riesgos actuales de radicalizaci6n. En 1870, mas de un siglo atras, un gran estadista brasilefio, el senador Nabuco de Araujo, decia en el Senado a propési- to de la esclavitud: “Sefiores, este asunto es extremamente serio, es el problema mas importante de la sociedad brasilefia y serfa peligroso dejarlo entregado a los azares de la suerte (...) Las cosas politicas dependen en primer lugar y sobre todo de saber aprovechar la oportunidad. Las reformas, aun pocas, valen mucho en la ocasién cier- ta; ms tarde no satisfacen, incluso si son grandes”. Me gustaria terminar de la misma manera que he empezado, con las palabras de Prebisch. En aquella conferencia de 1982 en la Unctad, decia él sobre el efecto de la recesién en América Latina: “En aquellos afios de la gran depresién comenzé en América Latina un fenémeno de emancipacién intelectual que consistfa en contem- plar con sentido critico las teorfas de los centros. Y ello sin una actitud de arrogancia intelectual —esas teorias tienen gran valor—, sino dindose cuenta de que habria que estudiarlas con sentido critico. Debo decir... que las Naciones Unidas han desempe- fiado un gran papel en ese examen critico que nos Ilev6 a esforzamos por buscar nuestras propias vfas del desarrollo —vias no imitativas-, a tratar de comprender esta realidad y responder a las exigencias econémicas, sociales y morales del desarro- llo —vias de la equidad”. Continuaba asf ef discurso: “Fuimos avanzando con enormes obstaculos, pero cuando vinieron esos grandes aiios de prosperidad y nos dejamos deslumbrar por los centros, ese esfuerzo de biisqueda de nuestros propios caminos queds interrumpi- do”. Casi proféticamente afiade: “No sofamente eso, sino que hubo un retorno en buena parte de América Latina a las teorias neoclasicas bajo cuya vigencia nos ha- biamos desarrollado antes de la gran depresin mundial, para responder a los intere- ses hegeménicos de fos centros y de tos grupos hegem@nicos de ta periferia, pero dejando al margen la gran masa de la poblacién a la cual no habia llegado sino en forma incipiente la industrializacién”. Esas palabras conservan gran actualidad. Debemos buscar en ellas y en el ejem- plo de integridad moral e intelectual que nos legara Ratil Prebisch la inspiracién suficiente para proseguir hoy el camino que él comenzé a dilucidar. PRIMERA PARTE HISTORIA 1. LA PERSPECTIVA HISTORICA Y EL PENSAMIENTO CONTEMPORANEO SOBRE EL DESARROLLO: UNA REFLEXION DESDE AMERICA LATINA* Rosemary Thorp** Este articulo se inicia con una breve reflexidn sobre la aplicacién del andlisis hist6- rico en los estudios econémicos contempordaneos sobre el desarrollo. El articulo se centra fundamentalmente en tres temas que actualmente son objeto de debate: la apertura, el crecimiento y la distribuci6n, y los recursos naturales y el potencial de crecimiento. Después de llegar a la conclusi6n, negativa en cierto sentido, de que en aiios recientes la reflexién sobre el desarrollo no ha aprovechado, como podria, la experiencia histrica, en la segunda secci6n, la més extensa del articulo, se exami- nan los aportes que podrian proporcionar los estudios recientes sobre historia econ6- mica latinoamericana a los economistas especializados en desarrollo. En la tercera y iiltima seccién se reexaminan los debates en torno al desarrollo y se proponen posi: bles contribuciones del anilisis histérico a estas dreas de controversia. 1, Los ECONOMISTAS CONTEMPORANEOS Y LA HISTORIA La mayor complejidad que ha ido adquiriendo la ciencia econémica, tanto en térmi- nos metodolégicos como cuantitativos, ha aumentado la dificultad para sacar prove- cho de la historia “real”. es decir. a la comprensién académica profunda de la evolucién historica de algunos paises con un enfoque holistico e interdisciplinario. El uso de s exige mtiltiples observaciones, lo que, en vista de la limitada informacién disponible y de los métodos cada vez. mas sofisticados que se emplean para determinar las relaciones de causalidad, despierta la tentaci6n de recurrir a and- lisis transversales 0, en el mejor de los casos, a paneles de datos que cubren periodos limitados. Ninguna de estas alternativas es mala per se, aunque si pueden ser aplica~ das incorrectamente', pero relegan, por parte de los economistas, el uso de los estu- Este articulo se hast en el anilisiy presentado en Thorp (1998). La autora agradece al Banco Interamericano de Desarrollo (ib) la autorizacién pars hacerlo. EL sib financié el texio y kt investigacién originales, que sirvieron de base # las publicaciones mencionadlas en Ia nota 8 y a su versiGn restumida = Profesora de Economia Latinoamericana en ta Universidad de Oxford, Ha sido Direetora del Latin American Centre en fa Universidad de Oxtord. donde ensenia desde 1971 1. Bn Rani (1995) se emplea ls expresion “expediciones de buceo econométrieo vomparado entre paises” (1995). 4 EL. DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XX1 dios hist6ricos tradicionales a una posicién marginal, dadas las limitaciones natura- les de tiempo y energfa, y la exigencia de la especializacién. Por tanto, muchos de los teéricos del desarrollo de hoy recurren a comparaciones de corte transversal para r conclusiones histéricas. En los debates mencionados se encuentran excelentes ejemplos de esta tendencia, en cuanto a la relacién entre crecimiento y distribucién, apertura y crecimiento, y el potencial de crecimiento que ofrece una abundante dotacién de recursos naturales. Con escasas excepciones’, la evidencia citada proviene de anilisis transversales o de bases de datos que abarcan periodos bastante limitados y, aunque se estan realizando cada vez mas esfuerzos por encontrar aproximaciones de factores cualitativos y no econémicos, las exigencias metodoldgicas atin no responden a la sutil y delicada interaccién de complejas relaciones intertemporales que se dan en Ja vida real. No es sorprendente entonces que, cuando se someten a un anélisis de sensibilidad, muchas de las conclusiones sean poco robustas*. Aunque las investigaciones de este tipo son tiles y sugerentes, y sus aportes evolucionan constantemente junto con el perfeccionamiento de los da- tos y las técnicas que se emplean, siempre deberian complementarse y evaluarse frente a detallados de caso, que captan las caracteristicas espectficas de un pais y la interaccién entre la economia, la politica, los factores sociales y las caracterfsticas estructurales de largo plazo. Esta tendencia ha estado siempre presente en los estudios académicos provenien- tes de América Latina y en aquellos que se basan en el contexto latinoamericano. En primer (érmino, el andlisis del desarrollo econémico con una perspectiva hist6rica fue muy fuerte en el perfodo posterior a la Segunda Guerra Mundial. En esta tenden- cia identifico varias corrientes. La primera es una corriente a la que me da mucho gusto referirme en detalle, dado el propésito de este libro y el hecho de que es fruto, en gran medida, de la inspiracién de la Cepal y, dentro de ella, de Rad! Prebisch. Los estudios estructuralistas clasicos, publicados por ta Cepal en los afios cincuenta y Entre otros, Robert Bates, Richard Auty, Albert Fishlow y Jamies Robinson, quienes estudian la situacién de América Latina sobre la base de un detallado material historico y. ademas, en cl caso de los tres tiltimos, con largas series de datos comparativos entre paises 3. Encuanto ala literatura sobre apertura y crecimiento, en Edwards (1998) hay un intento por resolver Jos problemas Vinculados a la robustez que. como se ha reconocido ampliamente, estaban presemtes en la primera ronda de publicaciones sobre estos temas. En Rodrik y Rodriguez (J999) se demuestra que Edwards no consigue su propSsito y se exponen criticas a dos trabajos efisicos, muy citados, en este campo: Dollar (1992) y Sachs y Warmer (1995). En Levine y Renelt (1992) encontramos un exainen general y un andlisis de sensibilidad de varias hipétesis muy difundidas, mientras en la mayorfa de las publicaciones recientes sobre crecimiento y distribucién demuestran que el empleo de mejores datos y métodos que en el pasado no confirma la presunta existencia de una correlacién negativa entre crecimiento y equidad (réanse, entre otros, Fishlow. 1995 Bourguignon, 1995; Bruno, Ravallion y Squire, 1998: Deininger y Squire, 1998, y Stewart, 2000), Las conelusiones mas recientes, segun las cuales hay uni relacidn positiva entre ambos, son interesantes pero no dejan de ser débites. Este tema se retoma en ta tiltima seccion de este articulo. Historia sesenta, se basan en anilisis histricos detallados del proceso de desarrollo en varios paises, que dieron origen « la mayorfa de tos clasicos latinoamericanos de historia econémica‘. En segundo lugar. varios especialistas de otras regiones y sobre todo de Estados Unidos han hecho estudios similares inspirados por este grupo. Diaz Alejan- dro y Albert Fishlow fueron las figuras mas destacadas en la década de 1960 y sus alumnos, junto a otros autores. desarrollaron una copiosa literatura en esa misma Hinea. En tercer lugar, otra de las figuras que inspiré a muchos representanies de estos dos grupos es Albert Hirschman, imposibte de clasificat en ninguna categoria, cuya obra siempre ha reflejado un profundo interés en la historia. Sus primeros traba- jos. en particular, incluyeron profundos estudios de caso de América Latina (el eem- plo mas notable ex Journeys Towards Progress) De alguna manera. sin embargo, durante la crisis de los aftos ochenta y coniien- zos de tos noventi se realizaron menos trabajos de esta indole. Muchos autores se vieron simplemente arrastrados por la urgencia de los problemas contemporaneous, y dejaron de lado su curiesidad historice”. La infeliz historia intelectual de la corriente dependentista tambien puede haber contribuido a esta situacion. André Gundar Frank, uno de los primeros exponentes de la teorfa de la dependencia, fue tan crudo y tan sesgado en su uso del material hist6rico, que justificé facilmente las criticas de los que s2 oponian a visiones de} mundo de este tipo. Fue tal el eco que tuvo el concepto de “subdesarrollo” que las ideas dependentistas conquistaron muchos mis seguido- res que lo justificable a partir de fa investigacién hist6rica sistematica’. A todo esto se sud ef interés en los estudios cuantitativos, esimulado por el desarrollo de la econometria Un proyecto reciente de hisioria econdmica traté de cambiar esta situacién y ésta parece ser una buena oportunidad para examinar sus aportes a la reflexin actual sobre el desarrollo Para el estudio se solicitaron contribuciones de mas de 30 investigadores dedica- dos al analisis de distintos aspectos de la historia econdmica latinoamericana. EI proyecto consistia fundamentalmente en dos investigaciones colectivas: wn nuevo 1. Finire day primetas publicyeioney some ei tema destaeam (por orden alfubético) lus de Cardoso y Fakewo, 17K Cortés Conde § Hunt, 1985 vy sus colaboradorest: Prebisch, 1950: Ferrer, 1963: Furtado, 1970: Pinto, 164: Solis, 1463 Cariola y Sunket 1987. Sunkel y Pas. 1970, y Urguidi, 1964. Una notable excepeidn, que a la ver cvinhirmat en cig mod la tegla. es el ease del anterior Seeretario Ej de la Cepal. Come ministre de dos sohiestias consecutivos en Colombia, José Antoni Ocampo siguid reatizanss. estudios histéricus con fa ayuult de cts colaborulores exeepeionales CHOU se presents gis interesante Fellexida sobre Jos motives por los cuales la iquienda 6 En Gooien! latinoameriean! aciopto ester ideas, cp jus de has ideas de Gersehenkson, aparentemente mis adectadas, y qu uvieron pocos segurdores en Americ. Lat 7. El estudio fie propuesto ¥ patrocinscli: po Enrique Iglesias: sus conetusiones se han dado a conocer en una nniniserie que consia de gs Voltimenes ‘Cardenas. Ocampo y Thorp. 20002, 2000b: Thorp. 2000) y un volumen general en ef que se presenta tambycr fa hase de chatos 6 [EL DESARROLLO ECONOMICO EN 1.08 ALBORES DEL SIGLO Xt andlisis del periodo de mayor expansidn del modelo econémico basado en las expor- taciones, comprendido entre fines del siglo x1x hasta 1929, y un estudio del periodo de la industrializacién Jiderada por ei Estado en la posguerra’. Dentro de la larga lista de resultados del proyecto, se pueden identificar varias conclusiones, En primer lugar, el examen de lo sucedido en el iltimo siglo indicaria que la interaccién entre politica y economia es el factor de mayor incidencia en el crecimiento econdmico, mas que la dotacidn de recursos o las condiciones geografi- cas, entre otros. De hecho, los determinantes préximos de} crecimiento —[a inver- si6n, el ahotro y el progreso técnico- dependen de las relaciones que se dan en el Ambito de economia politica, La gran variedad de experiencias en la regién y su éxito relativo obedecen esencialmente a Ja interaccién entre politica y economia, y no a dones de Dios 0 del demonio, aunque los “dones” también son relevantes, a través de complejas relaciones con los demés factores. En segundo término, y estrechamente vinculada con Io anterior, la capacidad de quienes formulan politicas para aprovechar, en mayor © menor medida, las posibili- dades que ofrece un determinado modelo, en las circunstancias concretas de cada pais, puede ser tan importante, o incluso mas, que el modelo en cuestién. En tercer lugar, y més importante atin, pese a las multiples diferencias existentes en términos de economia politica y crecimiento, los paises presentan una situacién muy similar en Jo que respecta a [a distribuci6n del ingreso, con una gran excepcién, la de Cuba, y otras excepciones menos marcadas de Costa Rica y Uruguay. El andli- sis historico de América Latina muestra cudn profundamente arraigadas estan la seg- mentacién del mercado y [a exclusién en la regién, a tal punto que la desigualdad es, a su vez, un factor determinante de cada modelo. El perfodo de crecimiento liderado por las exportaciones demuestra la validez de Jos tres argumentos. El principal objetivo del estudio mencionado era determinar la trascendencia a largo plazo de la economia politica de ese perfodo, y sus consecuen- cias hasta fines de siglo. El andlisis de Ja etapa de industrializacién liderada por el Estado confirma y refuerza estas conclusiones. La imagen tradicional, segtin la cual la intervencién del Estado es siempre inadecuada e ineficaz, deberia sustituirse por una imagen més matizada, en la que se (ome en cuenta que los diversos resultados son fruto de la economfa politica del perfodo anterior. Esto explica en parte los diver- sos grados de ineficacia de las politicas, y la debilidad 0 ausencia de instituciones adecuadas. La desigualdad en materia de ingresos influy6 en el modelo de industria- lizacién mediante sustitucién de importaciones y se vio influenciada por éste. Otra 8. Blestudio consistia también en el desarrollo de una serie de datos sobre el siglo xx, elaborada por Pablo Astorga y Valpy Fitzgerald, y contenia una seccién sobre indicadores de bienestar que estuvo a cargo de Shane y Barbara Hunt, En esta parte det proyecto participé también Andre Hofman, cuyas reconstrucciones de datos, publicadas en Hofman 2000, se incorporaron al trabajo, Historia A conclusién es que este periodo tuvo muchos mis efectos positivos de lo que se suele reconocer, por lo menos en algunos paises. Nuevamente, los éxitos 0 fracasos relati- vos pueden analizarse desde una perspectiva histérica. Por dltimo, aunque en el estu- dio se otorgé menos importancia al perfodo mas reciente, en las secciones siguientes esperamos poder demostrar la consistencia de los resultados de éste con las conclu- siones del andlisis histérico. 2. HISTORIA ECONOMICA DE AMERICA LATINA EN EL SIGLO XX a. Imagen panoramica de un siglo En el afio 2000 el ingreso per capita en América Latina quintuplicaba el de 1900 (véase el grafico 1.1). Sin embargo, el ingreso per c4pita promedio de las economias més grandes representaba un 14% del de Estados Unidos en 1900 y un 13% en los afos noventa. En comparacién con el Norte de Europa, el ingreso regional aumenté a mediados de siglo, sélo para descender nuevamente®. La contribucién del sector industrial aumento del 5% al 20% del pi, en tanto que la proporcién del comercio mundial correspondiente al continente se redujo de 7% a 3% y, a fines del siglo, mas de la mitad de las exportaciones segutan siendo productos primarios; entre otros café, pettdleo, azticar, mineral de hierro y cobre. La dependencia financiera se ha agudizado con el aumento de la deuda externa y América Latina siguié siendo vulne- rable ante las perturbaciones proyenientes del exterior, Lo anterior tiene implicito un trasfondo de cambio institucional. En este caso, el concepto de “institucién” se refiere tanto a las organizaciones que integran el poder judicial, los bancos centrales, los ministerios de planificacidn y las empresas, como a las reglas de juego imperantes, los derechos de propiedad entre otras, e incluso a jas costumbres sociales, todos ellos elementos condicionantes del comportamiento y las reacciones. En la década de 1920 se produjeron importantes cambios institucio- nales: por primera vez en la historia, se crearon bancos centrales en practicamente todos los paises, en tanto que las aduanas y los organismos tributarios se transforma- ban. En los afios cuarenta, cincuenta y sesenta, el cambio institucional mas impor- tante fue la creacién de empresas ptiblicas, bancos de desarrollo, institutos de desarrollo industrial de varios tipos y agencias de desarrollo agricola, encargadas de fomentar 9, Segiin la informacién presentada por Maddison, a comienzos de! siglo xx ta eelaci6n con el promedio de Francia, Alemania y Gran Bretaiia era de aproximadamente un 16% y a mediados de siglo ascendia a un 23%. El P1B de América Latina, que en el 1900 representaba cerca de un 30% del de Espafia e Ulalia, aumenté en forma mas acelerada en la primera mitad det siglo. por lo que en 1950 equiva al 40%, pero la situacidn se revirti6 en los siguientes cincuenta afios. Las cifras, expresadas en precios de 1970, se basan en informacisn sobre Argentina, Brasil. Chile, Colombia, México, Pert y Venezuela y estén sujetas a un amplio margen de error. 8 EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL. SIGLO XX1 Grafico 1.1 : PIB PER CAPITA DE SIETE ECONOMIAS DE AMERICA LATINA 1,000 ~— 7 2 3 g 100 + 22 8 833388 5 FS B Fuente: Rosemary Thorp (1998). Datos correspondientes @ Argentina, Brasil, México, Chile, Colombia, Ecuador, Peril y Venezuela, ta adopcidn de tecnologias y la concesién de créditos. El cambio de modelo que se produjo en las décadas de 1970 y 1980 hacia una menor intervencion estatal y una aproximacién al libre mercado, se tradujo en [a clausura, reduccién o privatizacion de muchas organizaciones, mientras el fortalecimiento institucional en otros ambitos (reglas de juego estables y entes regulatorios) adquiria primordial importancia. Los indicadores de educacién y salud revelan grandes adelantos. Efectivamente, en el siglo xx la tasa de analfabetismo se redujo notablemente, del 71% en 1900 al 46% en 1950 y aun 10% en 1995", Este marcado descenso del indice de analfabetis- mo practicamente anulo la diferencia entre América Latina y los paises desarrolla- dos. Considerando a Estados Unidos como representante de estos tiltimos, la diferencia en este indicador disminuy6 de 60 puntos porcentuales en 1900 a 10 puntos en 1995, La mayor parte de esta nivelacién se produjo a partir de [930. 10, Estas cifras corresponden a personas de (S alios y mis, El total regional es la mediana de los paises. indivador que se ha utilizado en lugar de! promedio sianpte porque en 10s dltimos arto, cuando la tasat de analfabetismo yal se habia reducido notablemente en muctios de ellos. vl promedio se ha visto afectado por unos pocos valores atipicos. entre otros los de Guatemala y Haiti, El promedio ponderado por la poblacién da resultados similares 68.2% en 1900, 42,1% en 1950 y 19.5% en 1995. Historta 9 La esperanza de vida también cambié drdsticamente en América Latina durante el iglo Xx. Segtin las mejores estimaciones disponibles, la esperanza de vida prome- dio, que en 1900 era de 29 afios. pasé a 47 afios en 1950 y a 68 en 1990, Este indica- dor se duplicé con creces en un perfodo de noventa afios, en parte debido a que el punto de partida era muy bajo. Este fenémeno era muy comin a comienzos del siglo pasado, pero practicamente no existe en la actualidad, exceptuando algunos pocos pases que han sufrido los efectos devastadores de fa guerra En cambio, la distribucién del ingreso sufrié un evidente deterioro. La region era probablemente la mas desigual del mundo en los afios sesenta y empeord atin mas, a causa de la crisis de la deuda y del proceso de ajuste de los tltimos veinte afios. Dada la imposibilidad de documentar estos patrones a Io largo de todo el siglo recurriendo a las encuestas de hogares —de hecho, la evidencia de los ttltimos afios es frégil y. ademas, dificil de manejar--. optamos por determinar las trayectorias histéricas de diferentes economias, analizando la influencia de la evoluci6n institucional de los mercados de factores y las estructuras de mercado en la distribucién del ingreso. Como resumen del resultado de ese ejercicio, y de otros aspectos, a continuacién presentamos el andilisis de las oleadas sucesivas de expansién y contraccién que experiments la region. b. Crecimiento liderado por |: de la desigualdad s exportaciones y afianzamiento En el primer perfodo de expansion, la distribucién del ingreso estuvo determinada en gran medida por la relaci6n entre el tipo de producto exportado y las condiciones econémicas y sociales preexistentes. Allf donde la tierra y la mano de obra eran de fundamental importancia, debido a la naturaleza del producto, y cuando la poblacién nativa controlaba ambos factores. generalmente éstos les fueron arrebatados por la fuerza, con consecuencias que solo fueron claras muchos aios mas tarde (a través por ejemplo, de una eventual revolucién)”. La poblacién indigena no fue la nica que perdié sus tierras. Sin embargo, debido a la avidez por tierras y mano de obra, junto al proceso de constitucidn de un Estado y al avance ininterrumpido de la con- quisia, los campesinos indgenas fueron victimas de una doble explotaci6n, agudizada por el racismo heredado de la colonia y las ideas darwinianas seudocientificas prove- nientes de Europa. En Guatemala. México y gran parte de la region andina, la explo- tacién adquiri6 a veces ribetes extremes y, aunque en algunos casos se vio frenada por la resistencia de sus objetivos. el proceso de penetracin capitalista y de constitu- cidn del Estado no se detuve, 11. Bsta seecidn ve has en parte en el iniarme de consultoria para el estudio escrito por Alan Knight 10 EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XX1 Cuando las caracteristicas del sector exportador y el lugar que ocupaba en la eco- nomfa del pais hacian que las perturbaciones externas fueran mitigadas mediante reducciones de los salarios, la organizacién de los trabajadores, las huelgas, y fa violencia y Ja represién que tratan aparejadas, fueron muy comunes (sectores petro- lero, bananero y minero). En aquellos casos en que la expansién consistié en una ampliacién de las fronteras geograficas, como ocurrié en algunos pafses productores de café y en zonas templadas, se produjeron episodios de violencia, asociados a la adquisici6n de tierras y al incumplimiento de las leyes. En términos mas generales, la falta de instituciones sdlidas condujo a la aplicacién de penas sumarias e inapelables a los trabajadores, sobre todo en regiones aistadas. En el Ambito politico, el aumento de las exportaciones usualmente fortalecié en lugar de debilitar a las elites terratenientes. La dnica excepcién, que se dio indirecta- mente, fue la de México. Inicialmente, durante et Porfiriato (1876-1911), la situa- cidn fue similar a la de otros paises, y la elite terrateniente se fortalecié notablemente. El fenémeno fue tan marcado que dio origen a la coalicién de intereses y a la extrema presidn social, que desembocaron en la Revolucién Mexicana. Generalmente, se respondié con represiOn a [as protestas campesinas; a ésta contribuyeron las diferen- cias étnicas y de otra indole al interior mismo de las comunidades agricolas y el regreso obligatorio de los campesinos a su lugar de origen en Ja temporada de cose- cha". Los inversionistas extranjeros no hicieron ningdn intento por modificar la si- tuacién de monopolio en la tenencia de la tierra en manos de las elites locales. De hecho, aunque la mayor parte de la inversiOn extranjera se dirigié hacia paises exportadores de productos agricolas, en muy pocos casos se destind a la compra de tierras (Cuba fue una excepcién en este sentido). La adquisicién de tierras se dio por lo general debido a deudas impagas, generando descontento en las empresas, como ocurrié con Duncan Fox en Peri. Los extranjeros compraron tierras de propiedad del gobierno pero, salvo contadas excepciones, no las destinaron a actividades de pro- ducci6n directa y, en ningtin caso, pusieron en peligro la hegemonia de las elites locales. La falta de interés de los inversionistas extranjeros en [a compra de tierras se debié en primer término a la existencia de un régimen juridico que las regulaba y a reclamaciones vigentes sobre éstas; en segundo lugar, a que no querian verse envuel- tos en las complejas estructuras laborales, basadas fundamentalmente en criterios étnicos, como lo expresaron claramente los representantes de Duncan Fox y, final- mente, porque preferfan comprar las cosechas a los pequefios productores, dado que de esta manera podian evadir las pérdidas en épocas de crisis. 12. Knight, en Cardenas, Ocampo y Thorp (20008). Se considera que ésta es la causa del fracaso de la rebelign maya en Yucatén, que aparentemente habia puesto en jaque al Estado durante la guerra de Caste en ta década de 1840. Historia, u Mientras mas arraigada estaba la elite terrateniente, mas avanzado fue el desarro- Ho institucional, con consecuencias para el largo plazo. El crecimiento suele perjudi- car a quienes se oponen a la modernizacién y favorecer a los que muestran espiritu empresarial. Hay muchos ejemplos de este fenémeno, sobre todo en la mineria, en el progreso técnico de la industria azucarera y en las primeras etapas de) proceso de industrializacibn. Estos incentivos desaparecen cuando el crecimiento otorga mas poder a las elites tradicionales y se traduce en el refuerzo de cierto tipo de institucio- nes. La necesidad de desarrollar estructuras institucionales para asegurar la disponi- bilidad de mano de obra Hev6 a muchas empresas exportadoras a insertarse en un sistema en el que las ganancias dependfan de que se contara con mano de obra barata y décil, para !o que se recurria a cualquier medio, incluyendo la represiOn y la in- fluencia politica, y no de mayores innovaciones'’. Este sistema se sostenia en prejui- cios étnicos que legitimaban los mecanismos de explotaci6n utilizados y la desigualdad se internalizé a un nivel muy profundo. Cuanto mas evolucionaban las instituciones para adecuarse a estas microestructuras, mas grande era el empuje necesario para modificarlas, dado que la desigualdad era funcional, estimulaba el crecimiento y estaba consagrada en complejos arreglos institucionales. Un empuje asi se dio en el sector minero, en el que se abandon6 el sistema de “enganche”'’, pero no en las economias agrarias. A medida que la tenencia de tierras se iba convirtiendo en una fuente de riqueza, poder politico y disponibilidad de otros medios, como crédito y agua, la conside- vacién de la tierra como un activo fue adquiriendo creciente importancia. Aunque muchos empresarios latinoamericanos dindmicos eran a la vez terratenientes y agri- cultores, la sola tenencia de tierras aportaba beneficios, debido, entre otros moti vos, a la inflacién y al desarrollo urbano acelerado, fené6menos muy comunes en la déca- da de 1920. Este hecho contribuy6 al surgimiento de otro tipo de “institucién”: la costumbre de tener tierras con fines no directamente productivos, con evidentes re- percusiones en términos de productividad agricola. Por consiguiente, en el periodo de expansi6n liderada por las exportaciones, que se prolongs hasta 1929, las diferencias de crecimiento obedecen fundamentalmente a la dotacién de productos basics con que contaba cada pais y a una serie de condi- ciones previas. Una estabilidad politica minima era importante: independiememente de los recursos que tuvieran. los paises que seguian asolados por conflictos interns a fines de} siglo xtx no consiguieron atraer capital fordaneo, que fue el motor del desarrollo en ese periodo. Ademis del crecimiento, el grado de diversificacién tam- bién fue importante, como condicién previa de la expansién posterior. El grado de 13. En Bulmer-Thomas (1994) se desarotla este tema en la seccién dedicada a este periodo. 14, Modalidad de relacién faboral tradicional y semifeudsl muy conuin en los paises andinos. 12 EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL. SIGLO XX1 diversificacién hacia actividades no exportadoras dependia de las caracteristicas de cada producto asi como de la magnitud del mercado interne. Dado un cierto tamaio minimo de mercado, e} café parecié ser el producto primario de exportacién més conducente a la diversificacién: se cultivaba en dreas extensas, tendia a estar contro- lado por el Estado y exigia inversiones modestas, por lo que las ganancias que se generaban podian ser invertidas en otros sectores de la economia. El grado de tension y represién social también varia de acuerdo con el bien pri- mario y fas condiciones preexistentes, lo que tiene efectos a largo plazo. Como ya se ha dicho, la explotacién de un producto agricola de exportacién que exige disponer de un gran volumen de mano de obra, unida a una numerosa poblacién indégena que los colonizadores consideraban necesario dominar o desplazar para tener acceso irrestricto a fa tierra y al factor trabajo, conduce casi inexorablemente a conflictos sociales y una marcada desigualdad, Estas condiciones estructurales tienen variadas consecuencias sobre las instituciones y la economia politica. Por ejemplo, la tensién y la constante inestabilidad politica exigian gastos para las fuerzas armadas y policiales, en ligar de destinarlos al fortalecimiento institucional necesario para una acumulacién de recursos y un desarrollo humano mayores. México es un caso espe- cial en este sentido, puesto que la extrema tensién acumulada condujo a la catarsis y al alto costo de la revolucién de 1910, luego de Jo cual ef desarrollo institucional adquirié un nuevo impulso. Otro caso peculiar es el de Costa Rica, pais en donde la democratica estructura social y de tenencia de la tierra Ilevaron a Ja adopeién de una economia politica de caracteristicas tnicas, que desde sus inicios foment el desarro- Ilo humano. A largo plazo esto tuvo consecuencias positivas. puesto que facilit la colaboracién y el consenso en ta adopcién de politicas, pero este afianzamiento ini- ciat def igualitarismo no se tradujo obligatoriamente en una economia politica satis- factoria en todo sentido. Uruguay es un caso particular. donde el principal propulsor del igualitarismo fue un extraordinario lider politico. Aunque las politicas adoptadas hicieron una importante contribucién al desarroffo humano, en la formulacién de politicas io se tomaron debidamente en cuenta algunos problemas econ6micos que se tradujeron en un crecimiento lento y en un estancamiento de la productividad agricola. Con la notable excepcién de Chile, la adecuacidn de fas politicas y el desarrollo de la base institucional se vieron facilitados en los paises donde la expansién de las exportaciones cra menos dependiente del capital extranjero. En cambio, cuando el capital extranjero era un factor importante, éste desempeiiaba una serie de funciones que el Estado se habria visto forzado a realizar, por Jo que se redujo la necesidad en estimular los efectos del aprendizaje, la capacitacién técnica y el desarrollo insti- tucional. Lo ocurrido en Peri y Colombia es un excelente contraste. En Pert, la fuerte presencia de capital extranjero y su relacién simbidtica con agrupaciones de empresarios nacionales contribuy6 a que los gobiernos aplicaran una politica de Historia RB laisses-faire, debido a que contaban con dicho capital para la ejecucién de muchas actividades esenciales. entre otras la construceién de obras de infraestructura, en tanto que el capital doméstico tenia amplias posibilidades en el sector exportador. En Colombia s6lo se dio una gran acumulacin de capital extranjero en sectores aisla- dos, junto con una gran necesidad de que el gobierno y las instituciones nacionales de todo nivel dieran impulso a la incipiente economia cafetalera; esto fomenté y reforz6 el desarrollo de instituciones nacionales, sobre todo de la Federacién Nacio- nal de Cafeteros. La adecuacisn de las politicas, el desarrollo de técnicas de buena gestion y el establecimiento de vinculos de colaboracién entre las elites y el sector | para elites regionales de distinto origen que de estas piblico también fueron una priorida necesitaban aprender a relacionarse en términos politicos. La influencia elites fue muy positiva en Colombia y Brasil En Chile. el capital extranjero tavo un papel diferente al descrito, lo que ilustra una vez mis a sutileza y Ja complejidad de la interacci6n entre ka economsa politica y la estructura econémica ) social, tanto nacional como internacional. En Chile, la marginacién de los grupos empresariaies nacionales del sector exportador los Hlevé a presionar para que se adoptaran medidas de diversificacién de la economfa, que ofrecieran oportunidades en: otros campos. Mas adelante me referiré nuevamente a este tema. El paso a la industrializaci6n orientada al mercado interno La mayoria de los pafses se recuperé con extraordinaria rapidez de la depresién de 1929. ya sea mediante una ¢xpansi6n industrial basada en la sustitucién de importa- ciones o del crecimiento del sector agricola para el consumo interno. Dentro de este cuadro general, hay paises que se destacan por la excelente aplicacién de politicas para estimular la recuperaciin, fundamentalmente Brasil y Colombia. Ambos paises se recuperaron antes que los dems y registraron un rapido crecimiento, gracias a la aplicacién de un “keynesianisme precoz” y la adecuada imposicién de controles. El crecimiento de un pais en el periodo anterior no es una buena variable predictiva del desempefio en los aiios treinta ¢ incluso después. En esa nueva etapa, Argentina y Cuba, que habfan crecido aveleradamente durante el perfodo de expansidn orientado hacia las exportaciones, tuveron un crecimiento mas lento, debido al mismo factor que antes habia servido de estimulo a la economia: la posicién destacada que ocupa- ban en Jos “imperios informales™>, La relacién semicolonial que les habia dado un acceso privilegiado a los mercados, el capital y a recursos empresariales ahora limi- taba el crecimiento, por el hecho de dificultar la diversificacion de la actividad eco- 1S, Diaz Alejandro, en Thorp (2000) 14 EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALHORES DEL SIGLO XXI némica fuera del ambito de los productos primarios, que constituian la esencia de Ja relacién colonial, informal pero real. Otro hecho que contribuy6 a la rapida recuperaci6n de la crisis de 1929 fue la Segunda Guerra Mundial, que produjo un verdadero auge de los productos primarios y desperté el interés de los sectores publico y privado de los Estados Unidos en América Latina como fuente estratégica de materias primas. El periodo de posguerra se caracteriz6 por el afianzamiento de la industrializaci6n orientada hacia el mercado doméstico en todos los paises mas grandes, aunque hay marcadas diferencias en el grado de aprovechamiento de las oportunidades. Los paises podrian agruparse en tres categorias de acuerdo con su trayectoria. En la primera se encuentran aquellos con una industrializacién fuertemente orientada hacia el mercado interno, algunos de fos cuales se apartaron notablemente de esta via en los afios sesenta, [0 que no impidié la aparicién de graves problemas. En este grupo se encuentran Argentina, Brasil, Colombia, México y Uruguay. El segundo grupo esta constituido por paises que, ya sea por tener una superficie reducida o por su rica dotacién de productos basicos, siguieron dependiendo de un producto prima- rio de exportacién como principal propulsor de la actividad econémica, pese a lo cual intentaron aplicar politicas orientadas al mercado interno, sobre todo en los ailos sesenta; se trata de Bolivia, Ecuador, Paraguay, Peri, Venezuela y los pafses centroamericanos. La tercera categoria esta integrada exclusivamente por Cuba, que debe considerarse como un caso aparte, por tratarse de la Gnica econom(a de planifi- caci6n centralizada'®. Los estudios de caso por paises se presentan en Cardenas, Ocampo y Thorp (2000b). La conclusién mas importante es que lo ocurrido en cada pais depende de su evolucién pasada y las consecuencias de ésta. Si tuviéramos que limitarnos aun solo ejemplo, el de Chile es un caso interesante. Chile tenfa un extraordinario de- sarrollo industrial; como lo mencionamos anteriormente, la preponderancia del co- bre en las exportaciones chilenas y la participacién mayoritaria de capitales extranjeros en su explotacién, a expensas de los grupos nacionales, oblig6 a las elites locales a buscar posibilidades de lucro en otros sectores desde una etapa relativamente tem- prana. El tipo de cambio dependfa en tal medida de las cuantiosas ganancias prove- nientes del cobre que los demas bienes comerciables s6lo podian sobrevivir gracias a una amplia intervencién del Estado. En los afios veinte y treinta, el gobierno de Chile desarroll6 mecanismos de intervencidn que favorecfan a la industria de una manera poco comtin para un pais de su tamafo'’; este proceso culminé con la crea- 6, Gran parte de esta seceidn se basa en los estudios de caso publicados en E, Cardenas, J.A. Ocampo y R. Thorp (2000b) y en los debates reatizados en los talleres sobre el tema que se resumen en a introduccién del texto citado, Norman Girvan aport6 un estudio, producto de una consultoria, y biogratia sobre el Caribe. 17, Muioz (1986); Ortega (1989), Historia 15 cién de la Corporacién de Fomento de la Produccién (Corfo), que se desempefiaba como banco de desarrollo industrial. Como se explica claramente en Ffrench-Davis y otros'§, el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial se caracteriz6 por un notable crecimiento industrial. un aumento de la productividad y un sostenido desa- rrollo institucional. A pesar de que la industrializacién orientada al mercado interno fue exagerada ,’ se produjeron muchas distorsiones, el crecimiento de la industria fue de 6% durante tres décadas. Esto tuvo importantes efectos positivos acumulados a largo plazo, como quedaria en evidencia en los afios ochenta y noventa Pese a que la economia creciera, la inversi6n y el ahorro se mantuvieron en nive- les bajos, y el crecimiento del pis fue un 25% inferior al promedio regional. Aparen- temente, esto obedeceria a causas mas profundas que las distorsiones provocadas por el desarrollo orientado hacia el mercado interno, y se relaciona con la estructura politica y social'®, Lo que faltaba en Chile era disposicién a invertir, lo que se debia a Ia incapacidad de sucesivos gobernantes para poner fin a ta desconfianza de los inversionistas ante las tendencias izquierdistas mostradas por algunos gobiernos ya en los afos veinte y treinta, aunque precisamente esos regimenes fueron los que dieran un importante impulso al desarrollo institucional que contribuyé al fortaleci- miento del sector productive. A esta desconfianza se sumaron las distorsiones que se produjeron después de la Segunda Guerra Mundial, el conflicto con las empresas mineras por motivos tributarios”” y la inflaciGn, resultado del limitado crecimiento y las pugnas por razones distributivas”', que también desincentivaron las inversiones productivas. Este es el contexto, obvio y lamentable, en que se dieron los intentos de reformas generales y parciales de los afios sesenta. Chile fue el primer pais que adopté un régimen de paridad movil. en 1965, a continuacién de lo cual aplicé una amplia gama de politicas, entre otras de reduccidn de impuestos y aranceles y de raciona- lizaci6n de Ia estructura arancelaria. La Corfo fue una institucién muy activa en ese periodo, en el que ejecuté programas que posteriormente sirvieron de base a la ex- pansion de las exportaciones de productos madereros y pesqueros. Sin embargo, el contexto politico impidié la adopcién de un conjunto coherente de politicas que per- mitieran evitar el callején sin salida que suponia la producci6n para un mercado interno reducido. Chile contaba con muchos elementos que habrian hecho posible una economia politica eficaz y un rapido crecimiento: una capacidad estatal bien desarrollada, un alto grado de desarrollo industrial previo y un desarrollo institucional que se remon- 18. Cardenas, Qeampo y Thorp 1200001 19. Véase Hirschman (1968), en ef que se describe lit incidencia de fos conflictos social 20, Véase Reynolds y Mamalakis (1976) 21. Véase Hirschman (1968), en el que se presenta el andlisis clésico en estos érminos, es en fa influcion, 16 EL. DESARROLLO ECONGMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XX1 taba a los afios veinte; lo que le faltaba al pais era coherencia politica. Las aprensio- nes del empresariado ante las tendencias socialistas redujeron la confianza de los inversionistas, que es la esencia de una economfa politica eficiente en un sistema econdémico mixto. En los paises donde habja cierta continuidad en la correcta formulacién de politi- cas, reforzada por la relacin con el sector privado, se produjeron procesos de acu- mulaci6n mis positivos. En Brasil, donde en los aiios cincuenta y sesenta, Kubitschek logr6 construir, a partir de la base creada por Vargas en la década de 1930, una tradicién de medidas ptiblicas coherentes y constructivas que permitieran una rela- cién arménica con el sector privado y una confianza que sobrevivis a pesar de los conflictos posteriores. En Colombia, la peculiar economia politica basada en el café hizo posible la moderacién de las polfticas proteccionistas adoptadas con el fin de fomentar el desarrollo de la agricultura y la industria, en tanto que la estabilidad politica lograda por el Frente Nacional se tradujo en una acumulacién de experiencia y desperté confianza en un sistema oligarquico y cerrado, pero eficiente. Colombia es el tinico pais que tuvo la coherencia interna y la prudencia de resistir las tentacio- nes de los afios setenta, cuando repentinamente una facil solucién se ofrecia a las crecientes limitaciones fiscales que enfrentaban los demés Los pafses menos capacitados en términos de formulacién de politicas y de insti- tuciones, que en su mayor parte eran paises relativamente pequeiios, se dejaron atraer por politicas proteccionistas arriesgadas, que superaban las posibilidades razonables del mercado local. Esta tendencia fue improductiva y dio origen a estructuras antieco- nomicas y comportamientos de captacién de rentas muy ineficientes. Probablemente en los paises donde, pese al crecimiento econémico mostraban un menos avarice en el terreno del desarrollo institucional, las posturas y estructuras politicas que los fortalecerian a largo plazo sean las “dictaduras econémicas”, es decir, algunos paises del Caribe y Centroamérica y Paraguay. El apoyo externo que recibieron estos regi- menes contribuy6 en gran medida al afianzamiento de estructuras y practicas regre- sivas. d. La equidad en el marco de la industrializaci6n encabezada por el Estado Como ya se ha dicho, el modelo econémico orientado a las exportaciones se carac: teriza por la desigualdad, sobre todo cuando la falta de mano de obra es el factor limitante del desarrollo, lo que tiene efectos perversos porque la escasez relativa indicarfa que las utilidades relativas que recibirfa ese sector serfan crecientes. Sin embargo, se crearon instituciones destinadas especfficamente a ampliar la disponibi- lidad de mano de obra harata, para mantener su bajo costo y aplicarle controles no relacionados con el mercado. En los periodos de abundancia de mano de obra, entre otros con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, estas instituciones ya estaban Historia, i creadas y la falta de equidad en la tenencia de activos, sobre todo de tierras, estaba bien arraigada. El poder de las elites rurates se consolidé plenamente. sobre todo porque también iba fortaleciendo sus bases en dreas urbanas, Para modificar esas instituciones, tendrian que haber entrado en juego fuerzas muy poderosas. De hecho, la industrializaci6n orientada al mercado interno no cuestion6 la estructura de la demanda, sino que simplemente respondis a la derivada del sistema social imperante. abasteciendo una demanda urbana en bienes de consumo duraderos y de otra indole, y produciendo con un uso relativamente intenso en capital. todo lo cual acentud la desigualdad En algunos paises, los intentos de cambio se wadujeron en una redistribucién parcial de tierras en los afios sesenta y comienzos de los setenta, proceso en el que Brasil aparece como una importante excepcidn. Pero incluso en los paises donde se redistribuyeron tierras, esto no redund6 en una gran mejora de la distribucisn del ingreso y en Ia situacién de pobreza”. Con la excepcién de fa reforma agraria de México y, en cierta medida. [a realizada en Bolivia, procesos en los que se redistri- buyeron tierras a comunidades indfgenas, los mas pobres siempre quedaron al mar- gen. En la mayoria de los casos. el nivel de vida de los beneticiarios directos de la reforma agraria mejord. pero estos no eran los miembros mas pobres de la sociedad rural. Salvo en el caso de Cuba. Ja reforma agraria no beneficié a los minifundistas, los temporeros asalariados ¥ los comuneros 0 integrantes de comunidades indfgenas, que representan la mayor parte de la poblacién rural pobre y, sobre todo, de los indigentes que viven en areas rurales. Por ejemplo, se estima que en Perti la reforma agraria realizada durante el gobierno de Velasco sélo se wadujo en la redistribucién de un 1% a un 2% del ingreso nacional. mediante la transferencia de tierras a cerca de una tercera parte de las familias campesinas®*. Los mas favorecidos por la reforma Tueron los trabajadores de los ingenios azucareros de la costa, que ya eran los traba- jadores mejor pagadas de! medio rural: los menos beneficiados fueron los comune- ros, que eran el grupo campesino mas numeroso y mas pobre Las mujeres fueron ignoradas en la legislacién que hizo posible la reforma ag ria, en la que no se les considera explicitamente como beneticiarias, no se les otor- gan utulos de propiedad ni se les incorpora en los aspectos fundamentales de la administracién de las cooperauvas, las granjas estatales y otvas organizaciones deri- vadas de este proceso y en la adopcidn de decisiones internas. Incluso en Cuba, las cooperativas de produccién estaban integradas slo en una cuarta parte por mujeres y njas estatales*, En México, los ejidos la proporcién era incluso menor en las g 22. Los doy siguientes pairtafos provienen de Kay (1907) 23, Figueroa (1977), 24. Kay (1983). 25. Deen (1987). 18 EL DESARROLLO ECONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI estaban integrados en un 15% por mujeres, mientras en Nicaragua y Pert éstas cons- tituian apenas un 6% y un 5% de las cooperativas, respectivamente. El hecho de que no se haya considerado a las mujeres como posibles beneficiarias de la reforma agra- ria obedece a factores juridicos, estructurales e ideolégicos. La disposicién segtin la cual s6lo un integrante de un hogar podia ser miembro oficial de una cooperativa 0 receptor de un titulo de propiedad de tierras discriminaba a las mujeres, por basarse en el supuesto de que todos los jefes de hogar eran varones”. En Chile, la reforma agraria también contribuy6 a reforzar el papel del varén como principal perceptor de ingresos y les ofrecié muy pocas oportunidades a las mujeres para participar en la administracién de las nuevas instituciones, aunque se promulgaron algunas leyes que corregfan en parte esa situacién, como ocurris durante ef gobierno de Allende?’. En las zonas urbanas, la participacién de las mujeres en el dmbito laboral fue en aumento junto con Ja urbanizacion y Ia industrializaci6n, pero s6lo en algunas activi- dades, debido a los estereotipos existentes al respecto, el hecho de que no todos los trabajos son compatibles con el cuidado de los hijos y la relativa falta de educacién. Dentro de una misma rama de produccién, las mujeres ganan menos que los hombres y los trabajos que realizan suelen ser los peor remunerados. Esta estructura fue ad- quiriendo creciente importancia a medida que aumentaba la proporcidn de hogares encabezados por mujeres, que suclen ser més pobres y tener un mayor ntimero de miembros que trabajan. Estos hogares mas vulnerables se vieron afectados en forma desproporcionada cuando se produjo la siguiente recesién. Como era previsible, la naturaleza de las politicas puiblicas acentué la desigual- dad, proceso que tuvo varios aspectos. En primer lugar, los paises “pioneros”, que iniciaron las admirables inversiones en servicios de seguridad social en los afios veinte y treinta (Argentina, Brasil, Chile, Cuba y Uruguay), y que luego fueron imi- tados en ese periodo por la mayoria de los demis, jamds se hubieran imaginado la impresionante evolucién que tendria el sector informal. En la década de 1960 la cobertura de los integrantes de ese sector era extremadamente limitada”, situacién que se fue agravando con el incremento de la informalidad. En segundo término, el gasto en salud y educacién, que se elevé en términos generales, se concentr6 en gran medida en las zonas urbanas, y en 1950 la brecha existente entre el area rural y urbana en términos de analfabetismo ascendia por lo menos a 40 puntos porcentua- les. En el caso de la salud, el hecho de que los servicios fueran esencialmente cur: tivos acentué atin mds la diferencia, Por su misma naturaleza, para que se cumpliera el propésito de las primeras intervenciones en salud publica, realizadas en las déca- 26. Deere (1987). 27. Tinsman (1996). 28. Mesa-Lago (1994), Historta, 19 das de 1920 y 1930 y consistentes concretamente en campafas de vacunacién contra epidemias, era imprescindible que abarcaran a toda la poblacién. Las intervenciones del siguiente periodo fueron de otra indote, dado que los servicios se concentraron en los segmentos de mayores ingresos y en la poblacién de las zonas urbanas, lo que tuvo efectos negativos en términos de equidad. Los recursos no se destinaron a pro- gramas de salud primaria, sino a los hospitales més grandes de las ciudades mas importantes. La tinica excepcién fue Cuba, cuyos indices de salud mejoraron nota- blemente. El gasto en el sector social también estuvo sometido a variadas presiones 0 inten- tos de desplazamiento provenientes, entre otros, de los organismos multilaterales. El Banco Mundial decidié financiar de preferencia inversiones “productivas”, sobre todo las destinadas a obras de infraestructura, decisién que recién vino a modificar en los afos setenta””. Otro rubro que competia con este sector fue el de defensa. Costa Rica, pais en el que se abolié el ejército en 1948, muestra un volumen “desproporcionadamente” alto de fondos asignados al sector social. e. El periodo neoliberal En las tiltimas décadas del siglo xx, el crecimiento y la distribucién muestran una dramatica evolucién, ampliamente conocida, pero también en este caso son impre- sionantes la diversidad de trayectorias en lo que respecta al crecimiento y ta simili- tud de situaciones en lo que respecta a la distribucién. En cuanto al crecimiento, los dos extremos estan representados por Chile, con mas de un 3% anual per cépita desde 1980 al 2000, y Haiti con un -3%. Los datos sobre distribucién, también bas- tante conocidos, dejan en evidencia 1a preponderancia de las variaciones negativas” y un solo caso de probable estabilidad, el de Costa Rica. Desde una perspectiva hist6rica, ni las variaciones de crecimiento ni el uniforme deterioro de la equidad resultan sorprendentes. Las reformas neoliberales, realizadas en un contexto de inequidad, contienen una serie de elementos que tienden a empeorar la situacién, a menos que se tomen drasticas medidas preventivas, lo que es poco probable dados los antecedentes histéricos y mas aun en medio de Ia crisis actual*!. En términos de crecimiento, los paises respondieron de distintas maneras a las oportunidades que les ofrecfa la crisis, los problemas que planteaba ésta y las reformas propuestas. En uno de los extremos se encuentran los paises que intentaron aprovechar el cambio de 29. Webb, en Cardenas. Ocampo y Thorp (20005) 30. Berry (1997). La situacin de Colombia ha sido objeto de controversias, La de Uruguay suftir un deterioro, 31. Entre otras cosas, una creciente dependencia de los incentives del mercados inicial de activos muy poco equitativas. de limitado poder de los sindicatos y de creciente globaliza jor6, para luego n condiciones de distribucion ion, 20 EL DESARROLLO :CONOMICO EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXt paradigma no s6lo para conseguir los objetivos tipicamente esperables de fas refor- mas, principalmente ef incremento de la productividad, sino también de lograr una 0 varias metas de mayor alcance, entre otros consolidar las reglas del juego o superar desacuerdos. En los casos en que la meta mas amplia coincidia con una necesidad més arraigada de la sociedad 0 la economia y en que ef cambio de paradigma ofrecia grandes posibilidades de satisfacerla, el pais en cuestin registré un crecimiento su- perior a los efectos especificos de la reforma. Un caso que se destaca en este sentido es el de Chile, descrito a continuacién. Chile es un claro ejemplo de un gobierno elegido democraticamente, el del presi- dente Aylwin, que aprovechs el nuevo paradigma para lograr efectos que superaron ampliamente los de cada reforma aplicada. Esto se debié tanto a la peculiar trayecto- ria de la economia chilena como a las excepcionales condiciones anteriores, cuya evoluci6n hemos anatizado, concretamente Ja existencia de un Estado que ejercia una extraordinaria gama de funciones en materia de desarrollo y el extraordinario impulso dado a las inversiones, sobre todo las destinadas al sector exportador, en los afios sesenta. Lo que ocurrid a Continuaciéu es muy conocido. El gobierno militar que toms ef poder en 1973 capitalizé la reaccién generalizada ante las dificultades de la experiencia socialista para imponer sus propias normas, recurriendo para ello a un uso extremo de la fuerza. A continuacidn vino una larga etapa de aprendizaje en términos de politica econémica. Ef régimen militar cometié graves errores, puesto que la combinacién elegida de liberalizacién financiera y comercial provocé una crisis en el sector privado y una notable expansién del consumo, luego de lo cual comenz6 a aplicar un modelo extremadamente monetarista, que dio origen a una sobrevaluacidn de ta moneda. La crisis derivada de la caida de los términos de inter- cambio a comienzos de los afios ochenta y la huida de capitales que se produjo en 1982 obligé a una profunda reflexidn. Durante el resto del gobierno militar. se otor- gO mas importancia al mantenimientoe del tipo de cambio necesario para mantener una competitividad a largo plazo que al funcionamiento del “mercado” y la excesiva confianza en la ley del precio tnico. Las restricciones a los movimientos de capital y la adopcién de mesuradas medidas de proteccién del sector agricola se convirtieron en caracteristicas propias de la politica chilena, Se fue perfeccionando el mecanismo de privatizaciones, y se otorg6 prioridad a la reforma fiscal y al desarrollo del siste- ma de pensiones que tendria grandes repercusiones en el mercado de capital y pos: blemente también en el ahorro. La recuperacidén econémica de los afios ochenta respondié fundamentalmente al “nuevo estilo” de exportaciones basadas en recursos naturales. Lo que permiti6 que éstas se convirtieran en propulsor de la reactivacién fueron las iaversiones en 32. Estas exportaciones tenfan un alto contenido de productos primarios: un ejemplo de esta actividad es el cutive de cumarones y salmén, y su elaboracidn y comercializacién, Hisrorta, y investigacién y la prestacidn de apoyo institucional a los sectores silvicola y pesquero y a otras ramas de actividad basadas en recursos naturales, procesos iniciados duran- te el gobierno del presidente Frei en los afios sesenta. Evidentemente. ta seaccién a las fuerzas del mercado no surgié de la nada. Otro de Jos factores gue contribuy6 a consolidar la nueva etapa de crecimiento en Chile fue la forma en que se die ta transicion a la democracia’. En el plebiscito de 1988, Jos chilenos expresaron su rechazo a Pinochet y en $990 asumis el presidente Aylwin, elegido democraticamente. El tiempo transcurrido desde la crisis de 1982 habia hecho posible la consolidacién del modelo, al que se atribuia la implantacién de reglas claras, precisamente Io que siempre habia faltado en el pais. como ya he- mos comentado. A Jo anterior se sumé ta caida del Muro del Berlin en 1990 y el fracaso de varios gobiernos latinoamericanos que habia despertado grandes expecta- tivas, entre otros el del presidente Alfonsin en Argentina. Dada la fragilidad de todas fas demés alternativas, los gobiernos demoeraticos comenzaron a abrirse a la posibi- lidad de adoptar algunas de jas normas establecidas por los regimenes militares™. Por tanto, cuando Aylwin asumié la Presidencia en 1990 dio su abierto respaldo a algunos aspectos del régimen anterior: entre otras cosas, reiteré la vigencia de las leyes del libre mereado. lo que contribuy6 notablemente a que el pats siguiera con- tando con la confianza de los inversionistas durante la etapa de transicién. Lo ocurrido en Chile pone de relieve la importancia fundamental de definir las reglas del juego, elemento imprescindible para la evolucién de la institucionalidad, pero también deja en evidencia que la wansformacién de un conjunto bien definido de normas y su observancia no se dan fuera de contexto, Estas responden a una serie de circunstancias muy especiales’ ei régimen militar sacé provecho del cas provo- cado por el experimento sociulista € impuso nuevas reglus, todo esto seguido por la audaz y consciente decisién del gobierno democratico de no rechazar todo el legado de los militares. Todos estos sutiles aspecios dle las nuevas politicas y de lay nuevas posturas, con respecto a la formulacidn de politicas, pudieron concretarse gracias a que el proyecto chileno contaba con una base institucional mas sélida que otros paises latinoameri- canos y suponia un profundo reconocimiento de la necesidad de lograr un consenso politico que sirviera de fundamento al modelo econdmico. Pero el caso chileno plan- tea una serie de interrogantes. porque su punto mas fuerte ha sido a la vez un factor limitante: su alto grado de centralizacion y su acentuado elitismo, a pesar del relativo afianzamiento de la democraci:t. El hecho de que los recursos naturales sigan siendo my importantes y la persistencia de las desigualdades también plantean dudas. 34, Opinion de Andis Bianchi (abril de 1997) 3. Asio estima Andrés Bianchi, quien teeter os efeetos de la participacin del presidente Aylwin en fa asuncién ui, (Entevista realizads en marzo de 1997. en Santiay it Presidenciat ew Argent de Carlos Mem

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