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BeAr hire: CARTAS DELTAROT POR Se Ae Sead BURKE YUZGI ‘CARTAS ILUSTRADAS POR PATRICIA NEWELL TAROT MITICO UNA NUEVA APROXIMACION A LAS CARTAS DEL TAROT JULIET SHARMAN-BURKE Y¥ LIZ GREENE CARTAS ILUSTRADAS POR TRICIA NEWELL A Finily Kee, con cinor Fir Alois, der bic besten Efgenschafien de Kénige ich wereind, in Liebe. ‘Thulo det origizal inglés: THE MYTHIC TAROT ® De Ia uaduecitin; Felicitas di Fidiv @ 1986, Texto, Julice Sharman-Burke y Liz Greene © 1986. Iustraciones, Tricia Newell © 1986. Eddison/Sadd Ei © 199%. De esta edicign, al EDAF, S.A, por acuerdo con EDDISON/SADD EDITIONS LIMITED, Lunires (Inglaterra) Editorial EDAK, S, A, Jorge Juan, 30. 280111 Madrid Direceidn en Internet: hup:iwww.edaf.nct Cerrea clecidnicu: edaf@ecaf net Fat y Morales, 8. A. Oriente. 180, n° 279, Coloaia Mectezuma, 2da, See. CP 15530 Mésizo, DLR. 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Diablo La Torre La Estrella La Luna El Sol El Juicio El Munda LOS ARCANOS MENORES 110 Los cuatro palos de la baraja 110 EL PALO DE COPAS 118 Las cartas numeradas 118 Las figuras 135 EL PALO DE BASTOS 149 Las carlas numeradas 149 Las figuras 167 EL PALO DE ESPADAS 181 Las cartas numeradas 181 Las figuras - 200 EL PALO DE PENTACULOS 214 Las carlas numeradas 214 Las figuras 233 LECTURA DE LAS CARTAS 245 Lo que el Tarot puede y lo que no puede hacer 245 Cémo relacionar las cartas entre si 247 Cémo echar las curlas 249 Cémo leer las cartas cchadas 250 Dos ejemplos de cartas cchadas. 254 Conelusidn 266 BIBLIOGRAFIA 268 RECONOCIMIENTOS 209 INTRODUCCION Los Origenes de las Cartas del Tarot Los origenes de lus curtas del Turot —quién las disehdé primero, dénde, cudndo ¥ con qué objeto— Siguen siendo vagos y escurridizos, a pesar de los innumerables libros y articulos que a través de los afios han intentado iluminar lu oscuridad en la que estan envueltas las cartas. El perenne encanto de las cartas queda patente no solamente por estos escri- tos, a veces cuerdos y cruditos, a veces disparaladamente misti- no también por la fuscinacién que las cartas del Tarot siguen ejerciendo sobre el profano, a pesar de que los escépticos pretendan burlarse de ellas y relegarlas al contenedor general de las lecturas superficiales para la hora del té, de las bolas de cris- tal y otras rarezas, Sea como sea, las cartas del Tarot han ocupa- do la imaginaciGn humana durante quinientos afies por lo menos, y puede que mucho mas, y desde luego no parece que vayan a desaparecer, {Qué son estas cxtrafi do una misteriosa llamada precisamente sobre aquellos indi duos que se consideran sensibles y que no suelen ser propensos a ereer en los misterios ocullos? En parle, la respuesta puede ser que las cartas del Tarot no soa «ocultas» —es decir, no son sobre- naturales y magicas en el sentido en que generalmente se usan tas palabras, y no son de exclusiva propiedad del iniciada eso- Lético, aunque a muchos estudiantes del Tarot les gustarfa pensar eso—, Parece ser que en la mitad del sigho x¥ —los eruditos del momento creen que las cartas han aparecido por primera vez en Europa— cllas podfan servir a cualquiera que pudiera hacerse con una baraja y que quisiera esforzarse por entenderlas y usar- las. Con este libra tenemos la intencién de devolver a las cartas del Tarot su accesibilidad primitiva, para que no tengan que s curtas dibujadas que siguen ejercien- INTRODUCCION seguir siendo propiedad del erudite o del ocultista que delibera- damente oscurece su simbolismo. ‘Todos los que han escrito sobre el tema del Tarot han atribui- do en algiin momento el invento de las cartas a una extensa gama de fuentes. Algunos aseguran que sus origenes sce encuentran én los rituales religiosos ¥ en los simbolas de los antiguas Egipeios; otros sugieren que proceden de los cultes arcanos de Mitra, en los primeros siglos después de Cristo. Otras mds encuentran coincidencias con las religiones paganas de los Celtas, o con los eiclos de la leyenda romantica del Sante Grial que surgieron en Europa Occidental durante la Edad Media. Otres eruditos serios, basdndose en lo que se puede ver y tocar en los muscos, st cemiran en las carlas mds anliguas gue lememos, y creen que han sido pintadas en el Renacimiento. En efecto, si queremos basar nuestra investigacién de los orfgenes del Tarot exclusiv mente en las prucbas reales, las primeras barajas documentadas de cartas del Tarot —las que incluyen no solamente los cuatra palos ordinarios de las cartas de juego, sino también lo que ahora sé conece come los Arcanas Mayores o ‘Triunfos del Tarot— sur- fieron en la segunda mitad del siglo xv y fueron pintadas en Italia. Hay dos barajas de esta clase. la primera es conocida coma Ja baraja de Carlos VI, y la segunda como la baraja de Visconti- Sforza. Pero, en realidad, la cxistencia de estas dos burajas de cartas del Tarot, muy bien dibujadas, no nos dicen nada seguro. Lo que pasa es que es tado cuanto tenemos en nuestras manos. Y si verdadcramente son cl primer invento del Tarot, este docu- mento histérica no puede revelar por qué en la era moderna nosotros, que hemos dejado atrés hace mucho tiempo las creen- cias y los conceptos peculiares del Renacimiento, tendriamos que encontrar que los simbalos y las imagenes de las cartas tienen semejante aspecto de profunda significacién. Estas cartus ilustra- das parccen evocar vagos recuerdos y asociacianes paca conoci- das con los mitos, las leyendas y el folclor, y significan, pese a toda objecién racional, una especie de historia o secrelo que no Nee EEE INTRODUCCION puede ser formulado totalmente y que se nos escapa en el momento én que pretendemos definirlo con demasiado rigor. Fl Renacimiento italiano supuso un resurgimiento del pensa- micnto Gricgo clasico con su espiritu dindmico de cxpcricncia, aventura y accién. Desde la gris. rigida y melancolica vision del mundo dc la Edad Media, el brillante espiritu animador de la Grecia antigua estallé sobre cl mundo Occidental con una cnorme energia y unas consécuencias incalculables. I.os manuscritos gric- gos —sobre todo los escritos de Platén y de los fildsofos Neoplaténicos y Herméticos de Alejandria y de Oriente Mcdio— se abrieron camino én Occidente tras el saqueo de Constantinopla realizado por los turcos en 1453, Estos munuscritos, que no hab{an sido utilizados en Europa Occidental desde que los godos invadieron Roma, llegaron a Florencia cn un momento én que los gobernantes de esa ciudad simpatizaban con semejantes escritos heréticos, y cl nucvo espiritu de extension rapidamente gracias al reciente invento de la imprenta. Esc movimiento Neoplaténico- Hermético desafiaba descaradamente las crcencias que, durante muchos siglos. sc habian considerado sacrosantas, porque desobe- decia abiertamente a la autoridad de la Iglesia, censurando la obe- diencia cicga al dogma, y fomentando el desarrollo psicolégico del individuo. Esa nucva visién del mundo era tan pagana como lo fue cristiana, y las imagen¢s de los antiguos dioses y diosas empeza- ron a aparccer en el arte renaceatista alla donde antes solo habia habido temas religiosos convencionales. Esto se extendié por Europa Occidental justo cuando se empezaron a utilizar las pri- meras carlas del Tarot que s¢ conocen, Tenemos que conocer un poco lo que esta nueva visién del mundo Neoplaténico-Llermético defendfa, para que podamos entender mejor el significado de las cartas del Tarot. Podemos también empezar a vislumbrar precisamente por qué las cartas eayeron én tal deserédito y fucron asociadas a la labor del Diablo. Fundamentalmente, la nueva visién del mundo desafiaba la vieja idea medieval de que el hombre era una pobre criatura pecadora INTRODUCTION que solo podia conocer a Dios a través de su intermediaria. la Iglesia. <;Qué sran milagro es el hombrc!» fue el grito undnime del Renacimiento. porquc cn la nueva visién cl hombre cra un orgulloso co-creador én ¢l cosmos dc Dios. E] movimiento Neo- platéaico-Hermético crefa que el ser humamo cra cn esencia un microcosmos del universo, y que, por lo tanto, ¢] auloconocimicn- to —conocimicnto de] alma— era el imico verdadero camino reli- gioso a través del cual cl ser humano puede volver a concctar con sus origenes divinos. E] autoconocimiento era, por cierto, la pri- mera sentencia de los griegos; el «condccte a ti mismo» fue gra- bado en la entrada del templo de Apolo en Dellos. Y conoci- miento de uno mismo quiere decir conocimiento de las muchas y variadas tendencias e impulsos del interior del hombre o de la mujer, algunas de ellus oscuras y luminosas a la vez, como el cono- cimiento de los ciclos del desarrollo que tiene lugar en la vida humana. La multiplicidad de los dioses Griegos para la mente Tenacentista que acababa de despertar era una analogia mejor v¥ més verdadera de los complejos modelos del universo que cl mundo mas bien estatico de la Trinidad con su deidad exclusiva- mente masculina y bicnhechora. Ademas. si cl hombre cra un gran milagro y un co-creador cn cl cosmos, tenja derecho a influir en si mismo y cn su mundo, perfeccionando la creacién no tan per- fecta de Dios, en vez dc aceptar su suerte con sunusién scgin cl dogma religioso. No es de extrafar que la Iglesia se haya vengado con tanta saa, obligando incluso a esta nucva visién del mundo a ocultarse én los dos siglos siguientes. Junto con los brillanies y polifacéticos dioses griegos, el Renacimicnto adopté también un método griege de aproximacién a los dioses; el arte de la memorizacién, que en un principio desarro- lé como una especie de clave pictérica para la meditacion. Tanto si el individuo deseaba simplemente recordar cl texto de una ora- cién 0 un poema_ como si queria experimentar la percepcidén de la conexién del alma con el universo, estos sistemas comprendian el estudio o la meditaciéa sobre una seric de imagenes magicas, cada n INTRODUCCION una de las cuales era un simbalo y, por lo tanto, tenia muchos sig- nilicados. Un ejemplo de sistema de memorizacién que ain se uti- liza en las iglesias Catdlicas es el Via Crucis, que pretendia re- crear cn la mente y en el corazdn del observador todas las etapas de la vida de Cristo, su muerte y su resurreccién. Durante el Renacimiento, los sistemas memoristicos fueron asociados a los talismanes o emblemas magicos, cstampas o amuletos dirigidos a evocar en el observador el sentimiento de un determinado poder que actia en la vida a muchos niveles, La finalidad de dicha medi- tacién era la de formar una especic de escalera para alcanzar nive- les mas altos de conciencia ¥ penetrar en el mundo divine. Las imdgencs de los dioses griegos que aparecen en pinturas, como en los cuadros dé Botticelli o en las primeras barajas del Tarot, no son simples renacimientos del culto pagano. Se considcraban sim- bolos de lus grandes leyes que funcionan en toda la creacién. La meditacién en estas imagenes estaba dirigida a restaurar el eTecuctdos de la vida divina del alma, ¢levando la concicncia indi- vidual que esta entrampada en las frivolidades mundanas del mundo material y volviendo a conectar a la persona con su fuen- te real. La Iglesia naturalmente consideraba que semejante comercio con las imagenes paganas cra obra del Diablo, y prohibié drasti- camente que se estudiaran esos temas heréticos. Luego surgid la llamada Hustracidn, que introdujo la vision «cientifica» del mundo ¥ aparentemente puso fin a la necesidad mistica de los siglos anteriores, y las cartas del Tarot fucron condenadas a vivir en el mundo sombrio de los ocultistas de los siglos xvinl y XIX. Las _ caltas ya no eran accesibles al publico ni tenian importancia para ninguna idea filosdfica espiritual que sc aceptara en sociedad. y fueron progresivamente amafadas y cambiadas de acuctdo con las particulares creencias espirituales del grupo o de la orden que habia conseguido tenerlas. De modo que las cartas del Tarot que nosolros vemos normalmente son interesantes hibridos, y estén influenciadas por todas estas cosas, desde la Céibala hasta las 2 INTRODUCCION leyendas del rey Arturo, desde las practicas magicas de nuestros dfas hasta el simbolismo de los Rosacruces. Estos hibridos son interesantes, aunque hayan perdido su original universalidad, y el lector medio, que desea aprender mas sobre las cartas, se echu muchas veces atrds debido al oscuro simbolismo y quizd a la rigi- da moral y a la doctrina espiritual que ha sido imyectada en ellas por una determinada escuela esotérica El Tarot Mitico Hemos tratado de devolver a lus carlas del Tarot algo de su original sencillez y accesibilidad, volvienda a dibujar la baraja seetin las imagenes de las dioses priegos tan que- ridos por los artistas y escritores del Renacimiento, y que forman el puntal cultural de la vida de Qeeidente. Los dioses griegos 10 son propiedad exclusiva de ninguna escuela esotérica particular, de ninguna doctrina religiosa, de ningin camino espiritual. Son amorales, aunque conticnen verdades morales profundas, ¢ impregnan nuestros modernos simbolos religiosos judeo-c nos, asi como el arte y la literatura de toda la cultura occidental siguen siendo las imagenes mas importantes y concretas que sir- ven para describir las obras polifacéticas y multicolores del alma humana. Son simbolos de la naturaleza tal y como es, nuestra pro- pia naturaleza humana tal y como ¢s, con su profunda ambivalen- cia de cucrpo y espiritu, y sus tendencias, reciprocamente contra- dictorias, hacia la autorrealizacién y hacia la inconsciencia. Nuestro entendimiento de nuestra propia ambivalencia solo recientemente ha empezado a despertar para su antigue objetivo, gracias a la moderna psicologia de lo profundo, que inevitable- mente ha tenido que volver al origen —los dioses paganos— para comprender cl comportamienta humane. Asi que, tanto en cl texlo como en las cartas, nos hemos adherido a los significados NYRODUCCION tradicionales de Jas cartas, resucitando al mismo tiempo los viejos dioses que durante siglos habian sido ocultadus por adornos. Qué cs el mito? Nuestros diccionarios nos ofrecen varias definiciones. Una de ellas es que el mito cs una historia falsa — na perspectiva que. por una partic. es valida sin duda, pero que. por la otra, cs desgraciadamente inadecuada. Desde lucgo, no ha habido ningin arquedlogo que haya encontrado Jos hucsos de Edipo o de Hércules. Pero lo que pucde ser falso desde el punto de vista practico, puede scr verdadero cn un nivel intimo, come una especie de experiencia subjetiva. La palabra mito puede sig- nificar también un esquema o plan, y es este el sentido que debe- mos tener cn cuenta a la hora de mirar lus cartas del Tarot. Las imagenes miticas son jlustraciones verdaderamente espontineas, surgidas de la imaginacidén humana, que deseriben en lenguaje poético las principales experiencias humanas y las principales tendencias humanas de desarrollo. La psicologia ahora utiliza el término

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