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| REvisTA MASONICA JUNIO REVISTA MASONIGA DE CHILE CASILLA 2867 Aso VI Sanrtco—Juio pe 1929 Nou. 61 LA ASAMBLEA DE PENTECOSTES esa ha sido sin duda alguna, la (iltima Asamblea Ordinaria celebrada por la Gran Logia de Chile. La numerosisima asistencia, ol entusiasmo de sus miembros, el orden y Ia disciplina en jos trabajos y la correccién y la tranquilidad de las votaciones que en ella se efectuaron, impre- sionaron hondamente a cuantos asistieron y pusieron bien en claro que la Gran Logia de Chile se halla fuerte y compacta como nunca. - La Asamblea se ocupé de diversos asuntos de administracién general que le son peculiares y escuch6 con vivo interés el Mensaje leido por el Gran Maestro. Este documento contiene una exposicién de los trabajos internos y externos que han ocupado la actividad de las Logias y de los Triéngulos de a Obediencia y esboza algunos proyectos para el porvenir. La instrucci6n masénica ha sido una preocupacién preferente de la direccién de la Orden y es muy grato poder decir que los diversos Talleres evidencian un considerable progreso sobre el particular, aunque queda mucho por hacer. La Gran Logia ha editado y esta editando Manuales de Instruccién para los Tres Grados Simb6licos, que estan destinados a servir de base para intensificar esa instruccion. Es preciso consignar que las relaciones exteriores de la Gran Logia se mantienen en perfectas condiciones y que cada dia aumenta el néimero de los Poderes Mas6nicos extranjeros con los cua- les mantenemos fraternales relaciones y hemos cambiado Garantes de Amistad. Especial significacion tiene el restablecimiento de relaciones con la Gran Logia del Perd, he- ‘cho muy notable si se considera que es el producto de una iniciativa absolutamente masonica de ambas partes. Concluye el Mensaje llamando la atencién de los Talleres hacia tres problemas de vital impor- tancia para el futuro de la Orden y cuya avertada soluc’én no podremos aleanzar sino mediante la ‘cooperacién de todos los hermanos de las diversas Logis. Es necesario para ello que estudiemos, que cumplamos nuestros deberes dentro y fuera de Logia y que, siendo ejemplos de actividad y de virtud en todas las cosas de la vida, confiemos ple- namente en que los altos ideales de la Masoneria han de brillar por doquiera y han de hacer que la paz y la justicia permitan el libre desarrollo del pensamiento, que ha de conducirnos al progreso humano. Ss en alguna ocasion se ha evidenciado el floreciente estado de la Franc-Masoneria_chilena, REVIOTA MASONTCA DR CIEL EE-VAEOR DEE -fEMPO L tiempo es el que da valor a todas las cosas buenas. {Qué son los amigos. los Ebros 0 Ia salud, cl encanto de los viajes o los placeres del hogar, si no tenemos instantes que dedicarles? Mil veces se ha dicho que el tiempo es oro: y es muchisimo més: es la vida. Y, sia embargo, jeudntas gentes que aman desesperadamente la existencia, no temen mal- gastar ol tiempo! Como dice Dante “Aquel que sabe mas, cs el que més ce aflige por Ia pérdida del tiempo”. No quicre esto decir que una vida lena de penosos trabajos aca nucstro ideal. Nada de eo. Los instantes gastados en placeres inocentes y razonables, on juogos higiénicos. on zelacio- nes de familia y de sociedad, son con mucho acierto empleados. Los juegos no s6lo conservan al cuezpo su salud, sino que proporcionan sobre los misculos los miembros un imperio eayo valor jamés sera exagerado. Los perezosos son los fnicos que se quojan de no disponer de un momento para lo que creen Casi siempre es posible hallar cl tiempo su- ficiente para Mevar a cabo lo que se ha decidido emprender: no son seguramente las horas, sino Dnevalentadlo ue anda ecceso: “Camina cl ticmpo de modo diferente con las distintas personas. Os diré con quién va el ey et ele eee eee Eeeelieie crm auien een paca’ (Shaken en): Porque no son tanto las horas las que tienen valor, sino el uso que de ellas hacemos. “Los mejores cizculos no son los mayores sino Josjtrazados con més exactitud: de idéntica ma- nera, la mejor vida no es la mas larga, sino In més rica en acciones buenas”. (Waller). “La pereza es la mayor prodigalidad del mun- do. Picrde lo incalculable en zclacién con lo que se pod:ia hacer en el presente, lo eual es dere- parable una ver pasada la hora: porauc la ho- ra es imposible volver a encontrerla por poder ninguno del arte o de la naturalesa”. (Taylor). La vida sc ha de medis por Ia intensidad mia bien que por la duraci6n. “Cada momento perdido, equivale a cion eua- Kdades y ventajan perdidas, mientras que cada instante bien empleado es tiempo sebiamente colocado a un elevadisimo interés. "(Lord Ches- swrfield). Con frecuencia se dice que huyen las horas: ‘mas. no son tantas aquellas que se nos escapan como las que rechazamos; y ol tiempo disipado es mucho peor que el que no se tiene. La vida media del hombre es de sesenta afios: mas, cudn pocos aiios nos pertenecen, qué pocos estin a disposicién nuestra, si se deducen de esta cifra los instantes empleados en dormin, comer, vestinse, ete. “He vivide—dice Lam—eineventa afios no- minales; mas, «i ce deducea de ellos Ins horae que vivi para los otros y a0 para mf, se opinaré cane eoy todayin un hombre jaumamh “Horas hay que nos eon zobadas, y otras que huyen de norotsos” (Séneca). Mas. aun cuando perderlas sta facil, no os posible encontrarlas nuevamente. Asombra, en efecto, ver cuintos placcres inocentes desperdiciamos sin reflexién. Un proverbio oriental dice que pueden evi- taree los males que el eiclo nos envia, pero no hay medio de esperar de los que nosotros mismos nos atracmos. REVISTA MASONICA DB_CHIDE EL 24 DE JUNIO N esta fecha esti dispuesto cn casi todo el mundo masénico que haya asambleas colemmes, banquetes y fier tas en que seestudien los grandes acon- tecimientos de la Orden y se profundice en sus finalidades y en su simbolismo. Se reeuerda a Juan el Precursor y el Solsticio, pero en especial celébrase en ese fecha Ia fun- daciéa de la masoneria moderna. Biers eee te eee nifica en la Logia la consideracién del Solsticio y de San Juan Bautista; pero, cn cambio, anotaremos algunas reminiscencias sobre el na~ cimiento y fundacién de la Orden Masénica. Los gremios de la Edad Media comenzaban 2 declinar en importancia por variadas causas de orden politico y cconémico. Los yremios de constructores, que habfan realizado monumen- tales constracciones que ann Haman la atencién, encontrabanse amenazados como los demas, en su importancia y aun en su existencia. Asf, en Alemania, el movimiento luterano hi- x16 gravemente a las sociedades Hamadas de picapedreros de cee pais. La extensién ereciente de las ideas de la reforma hizo menos necesaria que antes Ia construccién de iglesias y monas- terios; de mancra que gran niimcro de obreros fué quedando sin trabajo. La guerra de treinta afios produjo el abandono completo del arte de ‘construir. La caida de Estrasburgo en poder de Steere ere cee tee eee que anotamos, pues se encontraba en esa ciudad el verdadero cuartel general de los constructo- res, organizados cn asociacién importentisima; y Luis XIV, para limitar la influencia alemana, dieté medidas que trajeron por resultado la desorganizacién de In sociedad. En Inglaterra la aceptacién de personas que no pertenccfan al geemio de constructores en las eorporaciones de éstos, la influencia de Bacon, en Ia Glosofia, de Cronwell en la politica, las importantes reformas legales de Carlos Il y cien otros factores, provoceron una iransfor~ maciGn importantisima en los referidos gremios. Esta transformacién consistié en convertir una sociedad de constenctores de edificios ma- teriales, en una sociedad de reforma intelectual y moral de la personalidad de cada uno de los recibidos en ella. No se construfan va palacios, catedrales ni otras obras anélogas, sexin el es ilo gético u ojival. Se haria hombres buenos. cultos, cumplidozes, ilustrados y cclosos de sus deberes, factores poderosos de progreso social y diginos de ser imitados. La terminologia del arte arguitecténico se mantendria, pero su significacion se amoldasia a la nueva tendencia. Ni piedsas pulidas, ni maderas talladas, ni me- tales fundidos serian en adelante producto de la Masoneria. Inteligencias cultivadas, senti- micntos digaificados, caracteres definidos se formaxian on las logias. La eseuadta, el compés. el martillo y la palanea, no se aplicarfan a los materiales, sino a las ideas, 2 los juicios. a los actos de cada individuo. Esta evoluciéa no fué obra de unos cuantos hombres, ni se cumplié en unos cuantos dias © meres; fué realizindose lente y progresiva- mente en Alemania, Escocia ¢ Inglaterra en particular, Las accesidades de indole varia que tenfan que ir satisfaciendo las corporacio- 13 nes y los individuos que las componian hicieron que primero se atendiese nada més que al ob- jetive cardinal de construir en la mejor manera las obras de arquitectura, para luego interssarse por el mayor prestigio de los gremios 0 compa~ iias, por el aumento de cultura entre los aso- ciados, por la mas acentuada moralidad de los mismos © por un bienestar econémico mas sa~ tisfactorio para todos. Pezo el dia en que esa evolucién legs a reem- folazay para cimuanse la adifieacién material cer Ia simbélica 0 moral puede fijarse determina- damente, asi como puede sefialarse a los per- sonajes que acometicron esa labor. En efecto, las logias constructoras de Ingla- terra encontrébanse en esqueleto 2 principios del siglo XVII; eran muy pocas y tenfan escaso, personal; pero. como ha dicho un historiador de la Orden, “al advenimiento de Jorge I al trono de Inglaterra, cxistia gran miimero de notables corazones de diversas tendencias po- Titicas y religiosas, que, por sustracrse a los tra- bajos de los partidos, aspiraban a deseubsir un puerto de salvacién, en que pudiesen hallar reposo y recuperar las fuerzas necesarias para el cumplimiento de las tareas que lo por venir es deparaba. Por otro lado, los hermanos ma- sones. aceptados en las logias sin ser construc- tores, temian vivamente la ruina que amenazaba Ia organizacién del sistema francmasénico por ellos patrocinado; y con ansia esperaban la re- forma de la decaida institucién, y que se orga- BBVISTA MASGNICA DB CHILE nizara conforme a las circunstancias de tiempo y de Iugar”. A Ia cabeza de este movimiento aperccen, entre otros, Calwers, King, Lumley, Madden, Payne y Desaguiliers, que movieron a las cus- tro logias de Londres a prestar aprobacién = un plan de trabajo en armonia con el propésito que ye dejamos indicado. Esas cuatro logias fueron las de San Pablo, de la Taberna de la Corona, de la Taberna del Manzano y de la To- berna del Romano. En Febrero de 1717 se reu- micron en la Taberna del Manzano y con las formalidades del caso erigieroa la Gran Logia de Londres, o sca. de Inglaterra més adelante, compuesta de las cuatro mencionadas, y resol- vieron reunirse cada trimestre bajo Ia presiden- cia del maestro més antiguo, micntras se de- signaba una persona que fuera el Gran Macstro, EI 24 de Junio del mismo aio 1717, se reu- nicron ya con este objeto y nombraron a Sayer, por enorme mayoria de votos Gran Maestro, quicn, a su vez, designd como inspectores 0 vi- gilantes al capitan Elliot y al macstro carpin- tero Lamball. Con este acto se considers defi- nitivamente fimdada In Masonexia, tal cual hoy Ja conocemos y practicamos: asociacién mun- dial, compuesta de hombres honrados y cultos, de toda nacionalidad, proferién religiosa 0 par tido politico, cuya unidad, como ha dicho Fi del, no la constituye la identidad de creencia, sino Ia voluntad de Ia unin, que es uno de los principios fundamentales de la Orden. Figuras de la Logia REVISTA UAS6NICA DE CHIDE EL HOSPITALARIO AS disposiciones contenidas en la Constitucién Masénica sobre el Con- sejo de Beneficencia y sobre el herma- no Hospitalario son muy claras y pre~ cisas. Una lecture basta para comprenderlas en todos sus detalles y practicarlas sin el menor tropiezo. Sin embargo, conviene al Hospitalario darse cuenta cabal de la misién que le encomien- idala, Logis, povicnan ta ac ciampre se enson tre réen aptitud de cumplir ciertos deberes que, por su peculiar naturaleza, la ley masénica no he podido puntualizar. Es de importancia que el Hospitalario sca, en lo posible, un hermano entregado al ejercicio, de la profesién de médico, y este aserto no exige ine Koad eee eee ee ee aceptado. Y ahora diremos del hermano Hospitalario facecdee-cey ectivesnaaineeeres (ieee de su cardcter, inaccesible a una picdad ato~ londrada 0 ciega, pucs no debe ignorar que con mil disfraces se dedican desocupados de ambos sexos a la explotacién de la bondad y de la be- neficencia masénica; pero esto no significa que haya de ver un malvado en cada hombre pre- cisado a reeurrir a él, ni que haya de faltar alguna vez a los deberes de la humanidad, siempre vi- gentes para tode mason y con particular imperio sobre el hermano Hospitalerio. (Dshevger Yo bantent= cngas paca jiayac leon acierto el lenguaje, el veetido, los antecedentes de todos los individuos que reclamen Ia asisten- cia de Ia Logie, a fin de no ser victima de los muchos comedianies de la miscria y de la men- dicidad que pululan alrededor de las Logias. Hay muchas pretendidas vindas, muchos que se llaman hijos. nictos o primos de hermanos fallecidos, pero que no pueden presentar com- probantes fidedignos de an estado eivil y a quie~ nes en muchos casos cl finado ni siquiera vi6 ni oy6 en vida. Hay también muchos expuleados de Ine Lo- sfias en otros paises, 0 masones ficticios para el objeto de Ia mendicidad, que tienen Diplomas cadueados, falsifieados 0 ajenos, con los cuales ejercen su industria. El hermano Hospitalario debe rechazar con firmeza todos esos engaiios: porque de otra ma- nera malvierte, en viciosos y holyazanes. el santo dinero que sus hermanos ofrendan a la hhumanidad deswalida y honesta, a los que, sin culpa, padecen hambre y frio, penas y dolores. No se trata aqui de semtar, como norma de conducta, que sélo se acuda en socorro de los masones y de sus deudoe: sc trata de impedir el triunfo del fraude con dafio de quienes me~ secen las simpatias y el amparo de los hombres buenos por ser gentes honradas y realmente afligidas por los golpes del infortunio. Pero en cuanto cl hermano Hospitalario ad- arene eee eee alle eee una persona digna de ayuda, debe apoyar con toda su fuerza la demanda ante el Consejo de Beneficencia y obtener para el peticionario todos Jos socorras que se puedan conceder en dinezo, en especics y sobre todo en trabajo. _ 150 En tales casos, sea generoso y no tema la ban~ carrota para la caja confiada a su celo: pues bien sabe que es inagotable el desprendimiento de los ‘masones cuando hay una vinda, un huérfano, un Bee le een elena nde ee interes ise ventura se deba aminorar. En los actos de humanidad del hermano Hos- pitalario, hay grados inevitables, porque hay unos infortunios mds dignos que otres de la piedad fraternal. Asi se encontraré con un her mano a quien el producto de su trabajo no bas- ta para sus necesidades y las de su familia; otro que, si bien Ieno de ardor y buen deseo, no puede obtener una colocacién o trabajo para ganar la subsistencia: otro que por falta de salud ee ae para encontrar en sf mismo los recursos que le son necesarios para vivir. Todos estos y muchos otros tienen titulos reales que les hacen acre dores a todos los esfuerzos de la humanidad ma- El Hospitalario debe indagar las causas que Sete ett ce les er see alcanza en cada caso; y en virtud de estos an- Habedlea tea yietettrven canto ol tismavo ole Se tidad, las diversas colicitad es quese le presentan. En muchos casos el hermano Hospitalario no. ee ater eerie eee su demanda; él debe adelantarse a buscarla para satisfacerla y hasta debe imponer que se Meee ieee bane ee tony ieee oe zesignacién o pudor, preficren Iegar hasta el saetificio extremo antes que declararse y pedir socorro; el hermano Hospitalario debe acudir a ellas y borrazlas. RBVIGIA MASONICA DE CHILE Hay otro orden de obligaciones que debe Pa calie teciot been Fina close eer alnayacns y talento y que le convierte, cuando las cumple, en verdadero sacerdote de la fraternidad. Gon frecuencia se encuentran muchos masones: que no tienen necesidad alguna de socorros pe- cuniarios, pero les son necesarios los consuclos de un amigo sincero, de un hermano francma- eén. El Hospitalario 68 cote: amigo. este herme- no; y en tales circunstancias debe revelar santa inspizacién de hombre humanitario, de masén cumplide. Alhermano que siente esas penas, esos dolores, que la sociedad ni sus placeres pueden desteuir ni calmar, el Hospitalarid le debe todas las solicitu- des de la bondad, todos los consuelos del afecto. Entonees lega el momento de visitarle con frecuencia, de escucharle, consolarle, compade- cerle, identificarse con los padecimientos de su alma, hasta devolverle Ia tranguilidad y el bienestar. Pero junto al lecho del enfermo es donde ha de sobrepujarse a si mismo. Cuidados, consuelos, esperanzas, todos los tesoros de la fraternidad ha de prodigarle en trance tal y sin tasa el her- mano Hospitalario. El ha de ser el verdadero sacerdote de In esperanza, del consuelo, de la salud; él debe ser el compaticro de la agonfa de todo hermano francmasén: él debe corrarle los ojos y eubrirle piadoso con la moztaja- Penosa misién; misiin que solamente un ver dadero hermano puede Hlenar; pero santa misién que cella y confirma le fraternidad masénica con las angustas solemnidades del dolor ante Ja penumbra misteriosa de lo infinito. PORAS més y cumpliria medio siglo H Ja logia “Deber y Constancia” No. 7. Fs Saree ence poe eget aldo Gsiellin ddl henanne aeeadee Nis Iver; thamos comisionados por la Logia para saludarlo y rogarle que, si su salud lo consentia, contribuyera con su asistencia a realzar el bri- Wo de la fiesta con que el Taller celebraria la ‘obra de sus fundadores. : Impuesto de nucstra misién, rememor6, com- plecido, Ia vida de Ia Logia en que, antes del mes de fundada, se habia iniciado. Como si los sucesos hubicran ocurrido el dia antes, nos ha~ bis de Ia Tenida en que se le recibio. Habiamos Jeido el acta de esa Tenida, antes de ir a visi- tarlo y contenia menos detalles de los que re cordaba el hermano Mac-Iver. Si grande fué la admiracién por la portentosa memoria del ilustre anciano, no menor fué el estimulo que nuestra fe mas6nica recibié al ofr los conceptos que sobre las finalidades morales de Ia Institucién nos expuso con acierto y cla~ tidad admirables. Benévolo con todos los que fueron sus com- pafieros de vida activa, no elogié sino a los me- jores. Sus juicios se sintetizaban en frases tan concisas como ajustadas a Ia realidad. Fué aquella entrevista para nosotros como ENRIQUE MAC-IVER Ta lectura de un libro que refiere y comenta los eucesos para ensefianza de las venideras gene- raciones. Jamés olvidaremos que nos dijo: “La logia ‘no es un partido politico; su misién es propender a la vida espiritual en un ambiente de verdad, de efectos nobles, y de progreso moral; Ia logia que se mezela en la politica deja de cer asocia- cién maséniea porque el odio y el egoismo la dominan en eoguida™. Y més adelante nos decia: “Me retiré de toda actividad masénica cuando en una Logia la pasién politica alentS a uno a repetir una acu- sacién cakimniosa que en la prensa adversaria ‘fe sostuvo en contra mia. “Le habia consagrado a la Masonesia todo lo que se me habfe pedido 0 estimé que podia convenir a sus fines. Como recompensa a mi actitud, la pasion politica Hevé hasta la logia el eco de la calumnia de mia enemigos. No volvé desde entonces = ninguna Logia. A Ud. os el primero y seré el diltimo que explique mi con- ducta en este asunto”. Hoabls el hermano Mac-Iver en es momento en forma que aos conmovié profundamente: vie braba en su acento la queja contra la ingratitud. Le recordamos entonces ane si hubo un te- 152 merario capaz de repetir on Logia aquella acu sacién, todos Ja rechazaron en el acto, indigna- dos. Le aseguramos, ademds, que con respeto y carifio recordaébamos su obra de otro tiempo y aplaudiamos la que continuaba haciendo fuera de las logias. Le dijimos que guardabamos con orgullo Ia solicitud de iniciacién que presentara en No~ viembre de 1869 y el borrador de la Memoria que su Taller mandé a la Gran Logia en Agos- to de 1871. Le hablamos, en fin, de las obras que en los dias de su actividad, la Logia habia emprendido yque nos marcaban el derrotero en la tarea masénica. Le decfamos la verdad y nos creyé. Nos pro- metid entonces que, como el estado del ticmpo se lo permitiera, iria a confraternizar algunos momentos en la fiesta del quincuagésimo ani- versario. cerry ete er ae tro hermano se abstuvo de salir de su domicilio, porque el estado de su salud era precario. Al dia siguiente aos envié carifiosa explicacién de su ausencia a la fiesta. Pero se le recordé como si estuviera presente. Habia servido con dedicacién y talento a la Logia y ésta no podia cer ingrata con el herma- no que en cl histérico 8 de Diciembre de 1869 encabuxara la némina de los que en ella sc han iniciado. Secretario un afio. Orador en varios perfodos y Venerable Maestro en 1874, 1876 y 1877, fué puntualisimo en el cumplimiento de sus debe- REVISTA MASONICA DE CHILE res y en todo momento sirvid como una de las mis sélidas columnas del Taller. Cuando Ia “Deber _y Constancia” abatié sus columnas a mediados de 1880, una oleada de descorazonamicnto fué a dar con su seducido cuadro de entonces lejos de toda actividad. Volvieron algunos hermanos que habian perte- necido a esa Logia y a la “Verdad” N.° 10 poco @ poco a la actividad en la Logia “Justicia y Libertad” N.° 5, E129 de Septiembre de 1884, elhermano Ma-- Tver se afiliaba en esta dltima Logia en compa ia de los hermanos Puclhna Tupper y Benja- min Sali N° 5 fué escasa; su obra parlamentaria y su Exxézuriz. Su obra dentro de In Logia trabajo forense eran muy intensos. Ademés, no se sentia tan vinculado al nuevo personal con que le correspondia actuar como lo estuvo con el de su primera Logia, on la cual fguraban mux chos de sus compaiieros de las aulas universita- rias y del Partido Radical. En Diciembre de 1886 se le eligid Venerable Maestro: pero renuneié en el acto el cargo. que ejereié cl hermano Manuel Carrera Pinto. En Septiembre de 1887, cl hermano Mac-Iver faé clegido Gran Maestro de Ia Gran Logia de hile, cargo en el que figurd hasta cl 99 de Mayo de 1894. Esta eleccién, asi como las verificedas ante- riormente con los hermanos Raméa Allende Padin, Rafael Barazarte y José Francisco Ver~ ara, no podia ser mds feliz, si se toman en cuen~ ta los merecimientos masénicos y condiciones personales del eleyido: pero todas esas eleccio- nes se hicieron con olvido de una cireunstancia que impidié a esos Grandes Maestros desarro- lar wna accién directive tan eficaz como de eada uno de ellos se esperaba con sobrado fun- damento. En efecto, Vergara, Allende Padin, Barazartc y Mac-Iver vivian en Santiago y estaban con- sagrados a una actividad parlamentaria y po- Ktica que les absorbia Ia mayor parte de su tiempo. Mientras tanto, Ia Gran Macstria no es ofieio para entretener los xatos perdidos y. lo que ee mis importante, los demis Srganos di- rectivos de la Masoneria chilena estaban ra- dieados en Valparaiso y no podian mantenerse en el contacto diario con el Gran Maestro, que es tan necesario dentro de la organizacion ma~ sénica que Chile ha tenido y mantiene. El hermano Mae-Iver atendié el ejereicio de las funciones de su cargo lo més provechosa- mente que era posible exigiz en las condiciones apuntadas; pero si tiene a la Gran Logia de Chi- le mas cerea de lo que pudo tenerla, su gobierno hhubiera sefialado una era de gran prosperidad para la Orden, pues ha sido uno de los hermanos més ilostres que hayan ocupado en nuestro pais Ia presidencia de la Gran Logia. Be de justicia recordar quc darantela Gran Maestria del hermano Mac-Iver y después de ‘un periodo de estancamiento masénico, #@ fun- daron las siguientes Logias: “Unién y Cultura” N.* 14, en Antofagasta; “Fuerza y Trabajo” N.” 15, on Taltal: “Cruz del Sur” N° 16, en Coronel; “Estrella de Chile” N° 17, on Santiago: ¥ “Unién del Sur” N.” 18, en Talea. La mayor parte de estas Logias tuvo vide 2 efimera; pero cllo no fué culpa del Gran Macs” to ni estuvo a su alcance imprimizles mayor vitalidad de la que tuvieron. A poco de terminar la Gran Maestria del hermano Mac-Iver se comenzé a gestionar Ia formacién de un Supremo Consejo del Grado 33° en Valparats mano Miac-Iver figura entre los lamados a in- Entonces ni después el her tegrar este organismo. E193 de Abril de 1895, la logia “Justicia y Li- hertad” N°. 5, como reconocimiento a los ser~ ~ vicios prestados 2 la Orden, le concedié el titulo de miembro honorario, como lo hiciera igual: mente con los dignisimos servidores del ideal masénico Guillermo Matta, Francisco Puelma Tapper, Sandalio Letelier, Luis Léliva, Arturo Villarroel y otros. Después. ya no figura el hermano Mac-Lver centre los masones actives: pero siempre profesa devocion a los principios de la Orden y nos eons- ta que los hombres de la nueva yencracién reci- Lian magnifieos consejos sobre los trabajos de las Logias cuando Megaban hasta él para tratar algan asunto masénico. Aunque el tiempo vucla, en nuestras Logias no ee ha olvidado esa magnifica corona con que el egregio paslamentario premié al hermano que defendié en la Camara de Diputados a la Maso- nerfa el aio 1916. Este documento prueba que el hermano Mec- Tver pudo dejar de coneurrir a las tenidas de nuestras Logies, pero mantuvo siempre vivo en su capfritu cl exlto al ideal masénico. No fue nuesito hermano un espiritu desorientado, que 184 REVISTA MASONIGA DE CHILE girara sin cumbo ai principios, a impulsos de intereses menguados o de prejuicios. Sin embargo, esa vida que faé toda entera wna Hinea reeta, alguien se ha erefdo autorizado para presentarla ante el dintel de Ia tumba mancha- da con Ia ronegacién. Un diario de la capital publicaba vaiz del fallecimiento del hermano Mac-Iver el siguien- Fe pesto: “El Viemes éltimo, poco después de su ataque cerebral, el scior Mac-Iver zecibié la visita de su amigo el pérroco de Santa Filome- na, don Ruperto Marchant Percira, con quien departié largamente. En esta ocasién, el ta- lentoso senador se confesd con el distinguido aacerdote de quien recibié ademas Ia hendicidn. El sefior Mac-Iver, en completa lucidex de su cerebro, con toda uncién, rez6 algunas oraciones junto con el seBor Marchant”. Estas noticias, dadss con un fin preconcebido ane fécilmente e deseubre, quedan completa- mente desautorizadas con otras, dadas por ese mismo diario, y que son las siguientes: “Ayer, a [as 11.30 de In maSiana, on cireuns- tancias que el senador don Enrique Mac-Iver se sentaba a Ia mesa, a la hora del almuerzo, sufrié un agudo ataque al cerebro, que inmedia- tamente lo privé del conocimiento, sumiéndose ea un estado tan grave, que en los primeros momentos inapiré serios temores a la salud del ilustre hombre pablico”. Después de otros detalles, agzeda: del sefior Mac- Iver-a informarnos del estado de su salud y se “En la noche pasamos a ca: nos manifess5 que horas después del ataque habia recobrado el conocimiento y aunque no podia hablar se hacia entender clara- cs mente por sefias’”. ee ee ‘RBVISTA MASONIOA DE CHILE 155 LA PAMPA DE GRANITO RA una inmensa pampa de granito: B su color, gris: en su Ilaneza, ni una arruga; triste y desieria; triste y fria bajo un ciclo de indiferencia, bajo un cielo de plomo. Y sobre la pampa estaba un viejo gifantesco: cnjuto, livido, sin barbas: es faba un gigantesco viejo en pis, erguido como un Grbol desnudo. Y eran frios los ojos de este hombre, como aquella pampa y aguel ciclo: y la nariz, tajante y dura como una segur; y sus misculos, recios como el mismo suelo d= grani- to: y sus labios no abultaban mas que el filo de una espada. Y junto al vicjo habia tres nifios aterides, flacos, miserables; tres pobres nifios que temblaban, junto al viejo indifercate e im- perioso, como el genio de aquella pampa de granito. El vicjo tenia en la palma de una mano una simiente desnuda. En su otra mano, el indice extendido parecia oprimir en el vacio del aire ¢omo una cosa de bronce. Y he aqui que tomé Goegelelnnc ececuass ata de losaiioe 7 ia mostré en la palma de la mano la simiente, y con voz comparable al silbo helado de una ré- faga le dijo: “Abze un hucco para esta simiente”; ¥ luego solté el cuerpo trémulo del nifio. que ¢ay6, sonando como un saco mediado de gui- jarzos, sobre la pampa de granito. “Padre—sollozé él—jedmo lo podré abrir si ‘este suelo es raso y duro?” “Muérdclo” con- testd con cl silbo helado de la réfaga; y levanté Stele pega ole eee iene lreeeioe ee guido del nifio; y los dientes del triste sonaban rozando Ia corteza de la roca, come el cuchillo ea la piedra de afilar; y ast pasé mucho tiempo, mucho tiempo; tanto que el nifto tenia abierta en la roca una cavidad no menor que el ones vo de un erineo; pero roia, rola siempre, con un gemido de estertor, roia el pobre nifio bajo la planta del viejo indiferente ¢ inmutable, como la pampa de granito, Cuando af husco legs ser lo hondo que se precisabe, el viejo levanté la planta opresora: y quien hubigse estado ahi hubiera visto una cosa més triste ain, y es que el niffo, sin haber dejado de serlo, tenia Ia cabeza blanca de canas: y apartindole el viejo con el pie, levanté al se- undo nig, que habia mirado temblando todo aquello:—"Junta tierra para Ia simiente”—Ie dijo, “Padre, preguatile el cuitado, en dénde hay torra?”—"Le hay en el viento; recéyela”, repaso: y con el pulgar y cl indice abrid las mandibulas miscrables del nifio: y le tuvo ast contra Ia dizeceién del viento que soplaba, y en la lengua y en las fauces jadeantes ac reunta el flotante polvo del viento, que luego el miffo vomitaba, como limo preeario; ¥ pasé mucho tiempo, mucho tiempo, y ni impaciencia. ai anhelo, ni piedad, mostrab al viejo indiferente ¢ inmutable como Ia pampa de granito. Cuando le cavided de la piedra fod colmada, al viejo eché en ella la simiente, y arxojé al nifio de si, como se arroja una cfscara sin jugo, ¥ no vi6 que el dolor habla pintado la infantil cabeza de blanco: y Inego levanté al altimo de los peqnetios, y de dijo, sefaléndole le six miente encerrada:—"Has de regar esa simiente”: y como él le prequntase, todo trémulo de an- gustia: "Padre, fen donde hay agua?” —“Llo- ra, la hay en tus ojos”, contesté; y le torcié Ins manos débiles, y en los ojos del nifio rompié entonees abundosa vena de llanto, y el polvo 156. sediento la bebia: y este Lanto duré mucho tiempo, mucho tiempo, porque para exprimir los lagrimales cansados estaba el viejo indife- rente ¢ inmutable, en pie sobre la pampa de dranito. Las lagrimas corrian como un erroyuelo que- jumbroso, tocando el cireulo de la tierra; y la simiente asomé por el haz de la tierra como eter ioe loge eho reel elle mene Jas primeras hojuelas: y mientras el nifio Ho- raba, el arbol nuevo criaba ramas y hojas, y en Sore eer ere hasta que el arbol tuvo tronco robuste y copa anchurosa y follajc y lores que aromaben el aire, y descollé en la soledad; descollé el arbol atin mas alto que el viejo indiferente e inmuta- pled ee teense IF y cio thats wore les jaw del artood.

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