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Manuel Pimentel MANUAL DEL EDITOR COMO . FUNCIONA ~LAMODERNA INDUSTRIA EDITORIAL ee Or aa ee a 3QUE ES UN EDITOR? Anticipar una respuesta obvia no es dificil ERUPEMEpIONCGHOES Quiza, sabiendo lo que no es un editor podamos comprender mejor qué es en realidad. El editor no suele escribir los libros que publica, aunque puede participar de forma activa en la gestacién de los mismos, bien porque proponga un tema a un autor, © bien porque sugiera modificaciones en estructura, estilo, 0 line: narrativas. Un editor tampoco imprime sus libros, aunque suele te- ner una relacién estrecha con los talleres graficos, sobre todo en lo relacionado con calidad de impresi6n, formatos, margenes, papel, portadas o fechas de entrega. El editor tampoco suele vender directa- mente los libros al lector. Aunque en algunos casos existen poderosos departamentos de venta directa, habitualmente son los libreros los que realizan esa funcién.JO sea, que el editor ni escribe, ni imprime, ni vende directamente los libros. ;Qué pinta, entonces, en la cadena del libro? ;Qué es, en verdad, un editor? ;Una especie de pardsito que intermedia entre la obra del escritor y la necesi Un editor no es ningun Pero no siempre es- tuvo bien vista la imagen del editor. De hecho, durante todo el siglo XIX y primera mitad del XX, su imaginario era el de un vampiro que chupaba la sangre de los pobres autores. No cabe duda de que se pro- dujeron excesos, pero, desde luego, la profesion de editor fue desde siempre igual de sufrida. En una conferencia pronunciada por Rafael Calleja en 1922, ya se defendia el noble ¢ imprescindible papel de! ditor. Diferenciaba el papel del editor y el del librero. El primero Esa definicidn sigue de plena vigencia. Y ya vamos acotando Tas funcio- nes basicas del editor, que siguen teniendo esas cuatro dimensiones. La cultural, la més importante, que le impulsa a seleccionar autores y libros para editar; la artistica, como productor del libro; la econ6- mica, como responsable de una cuenta de resultados ¢ggpOmatin, La definicién que la Ley del Libro espaitola hace del editor es su- ficientemente explicit Editor: Persona natural o juridica que, por cuenta propia, elige © concibe obras literarias, cientificas y en general de cualquier temitica y realiza 0 encarga los procesos industriales para su transformacién en libro, finalidad de su publica cualquiera que sea su soporte, con la (on y difusién 0 comunicacién. En esta definicién condensada aparecen conceptos ~cuenta pro- pia, encargo de procesos industriales, difusion 0 comunicacién, en- tre otros que desarrollaremos detenidamente, y que ayudan a per- filar el concepto de editor desde el punto de vista de la ley y desde la responsabilidad del mismo ante dicha ley y ante terceros. "El editor dirige los pasos precisos para que nazca el libro des- (G@SRURRRNEHROTACESEHEOD La acepcidn de editor tiene una doble | eee realiza esos trabajos de edicion-, -el que arriesga su capital o el de la empresa, como responsable de la em- presa editorial-. Esta doble acepcién, profesional versus responsable empresarial, del concepto de editor se recoge en el Diccionario de la Real Academia: Editor. Persona que saca a la Luz publica una obra, ajena por lo regular, valiéndose de la imprenta o de otro arte grafico para 18 Ade 4 ste multiplicar los ejemplares. Persona que cuida de la preparacién de un texto ajeno siguiendo criterios filolégicos. En este manual priorizaremos la tarea de direccién de la edito- rial, es decir, la faceta de gestor empresarial del editor, sin olvidar las principales tareas del editor-profesional. Este libro va dirigido, preferentemente, a las personas que dirigen una editorial © que a ello aspiran, Aunque, en muchas ocasiones, recaen las dos funcio- nes -Ia de editor-empresario y la de editor-profesional-, sobre las mismas personas, a medida que la editorial va creciendo las funcio- nes tienden a especializarse. En el mercado existen muchos manuales dedicados a la mejora de la actividad profesional del editor, y pocos —por no decir ninguno~ a la mejora de sus capacidades como gestor “ipresrial N@ es lo mismo editar que publicar, aunque la expre- Hoy llamamos editor tanto al primero como al segundo. En | espatiol no tenemos el equivalente ingles del publisher, y, por tanto, para nosotros serd tan editor el que trabaja con el autor y sus textos como el que dirige la editorial. ‘Gather Tasquat, impulsora de Lumen, repetia que ser editor no consiste en tener una imprenta, ni un taller de encuadernacién, ni una fabrica de papel, ni siquiera unos medios propios de distribu- cién: _ roponer tituos y eolecciones, de aportar contactos, de sugerir | aration here naetenee (GHEGGSEAPHY 1. empresa editorial adquiere a los autores el derecho a explotar la propiedad intelectual de su obra durante un 19 editorial va mucho mis alla, (CAEAMALBB)Para ello debe costear la produccién, es decir, correr iesgo econdmico, y dirigir el conjunto de tareas profesionales ¢ i dustriales precisas para transformar un texto manuscrito en un libro acabado. Es decir que la empresa editorial conlleva, necesariamente, el riesgo empresarial de la edici6n de los libros seleccionados y el tra- bajo de produccién de los mismos, Fl editor hace el libro a partir del | texto aportado por el autor. Pero no podemos definir a una editorial simplemente como una seleccionadora de autores, contratadora de sus derechos, y una inversora y directora de su transformacién en li- bros. GHARGiGHaNESAIgOIMAS. Falta una funcién esencial para com- >) prender su identidad y esencia. {05 SER eS 2 Y para ello precisa d@ una ted comercial y de distribucion, Tima politica de comunicacién para otorgar notoriedad al autor y su obra, El sueno de cualquier editorial es hacer los mejores libros de los mejores autores y venderlos adecuadamente. Desgraciadamente, esto no es siempre asi, y ahi aparece el riesgo del editor, que puede no llegar a los mejores autores, ni hacer los mejores libros, ni, y desgra- iadamente esto es bastante frecuente, ganar dinero con ellos. editorial debe abarcar todas estas funciones para poder lar su actividad. Si se limita a realizar libros por encargo, s in correr riesgo econémico ni responsabilizarse de la distribucién, estariamos ante una actividad profesional de servicios editoriales para la pro- duccién de libros, pero no ante una editorial. La editorial conlle- va, por tanto, una faceta empresarial que jamas debemos olvidar. 20 queremos ser editores, tendremos que acostumbrarnos a arriesgar el dinero de nuestra empresa en todos y cada uno de los libros en los que nos embarquemos. — -. el verdadero valor de una editorial? Pues en sus libros, Y la seleccién de un buen catalogo no sélo es cuestién de dine- ro, sino de critgrios de eleccién y de la capacidad de incorporar bue- accnnrea fel editor es un filtro entre los millones de textos que aspiran a ser publicados y el lector. Y también, como cic SE > tuna garantia de la calidad de los libros que edita. Una editorial que edita libros excelentes ver como crece su reputacién y la confianza que los lectores y libreros depositan en ella. En palabras del editor de Anagrama: En verdad, ja funcién editorial contempla el conjunto de pasos, antes descritos, todo ello bajo el propio riesgo empresarial, con la esperanza de que los ingresos superen las ventas, porque, y no debemos olvidarlo nun- 2, HAECHOTAAMDIETESTUNATEMIPTESS Yel editor, como empresa- rio, debe adornarse de los mejores talentos de gestion. El editor-empresario no tiene por qué saber de con- | ~ tabilidad, por ejemplo, pero tendra que contratar los servicios de un experto en la materia. Y con las actividades profesionales editoras —que encierran altas dosis de creatividad— ocurre otro tanto@ Sti en su obra La industria del libro, nos dice: (| | descentralizada, improvisada y personak Ia realizan mejor gru- pos pequeitos de gente con ideas afines, consagrados a su arte, ce- | fosa de su autonomia, sensible a las necesidades de los escritores ya los intereses diversos de los lectores. Si su objetivo primordial) fuera el dinero, esas personas habrian elegido otras profesiones. Ce La edicion representa siempre un microcosmos de la sociedad de la que forma parte, reflejando sus grandes tendencias y fabri- \, cando en cierta medida sus ideas, lo que constituye su interés. Una editorial se expresa y se percibe a través de los libros que edita. La maxima de que una editorial es su catalogo esta sumamen- te extendida, No hay editor que cuando le piden una reflexi6n so- bre la editorial no lon do énfasis en cada una de las si- laba: “Una editorial es su catdlogo,Pues bien, no es cierto que una editorial sea tan solo su Catalogo. Si asi fuera, las viejas editoriales de gran fondo y excelente catalogo, tendrian asegurada, por siempre, su existencia. Pero, sin embargo, eso no es asi. Son muchas las gran- des glorias que han acabado rendidas ante editoriales mas jovenes y con menos fondos. ;Por qué? Pues son muchos los posibles mot vos. Por distribucion, por acierto en la seleccién de los nuevos titulos, por vencimiento de derechos, por gestion econémica, por descubrir a los nuevos talentos, por intuir nuevas Clemundes, Una editorial no Smaart ert mee dopmie importante que el fondo disponible es el fondo por venir. Es cierto que un catélogo muestra el estilo, la estéti- «a, las preferencias, las exigencias, y el proyecto del editor. Basta con 2 analizarlo para comprender qué es lo que quiere llevar al lector. Un

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