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mx. MENDEZ. (DON SANTIAGO) ye GN NTRE has personalidades que més harr Namado fn atencién en Ia escena politica de Vacatdn, figura én uno de los primeros lugares ch sefior don Santiago Méndez, que nacié en Campeche el aiio de 1798. Sus estadios primarios. los levé 4 cabo en Ja escuela piiblica que dirigia el profesor don Andrés Gonzdles Millén, de donde pasé al Colegio de: an José, que tenfan abierte los Padres franciscanos, hasta. que, sin elegir carrera profesional, lo dedieé sta familia 4 ha- cer algunos viajes de instruccién, yolviendo al poco tiempo 4 ponerse al frente de una casa de comercie en su ciudad natal. Stephens que tuvo ocasién de conocerlo, nos ha trazado stt retrato fisico, diciéndonos que era alto, delgado, de una ma cada fisonomfa intelectual y de apariencia y porte verdadera- utente caballerosos.. Desde muy joven empezé 4 tomar una parte muy activa en la politica del pais, afilidndose al partido politico conocido con el nombre de la “Camarilla’’, pero pronto se separé de él. para figurar en las filas liberales. En 1829,. siemdo Sindico del Ayuntamiento de Campeche, tuvo el valor civil necesario: para protestar contra el motin militar que se formé en esta plaza el cinco de noviembre proclamando el centralismo, y que al fin triunfé Hevando al poder 4 don José Segundo Car~ vajal.. En 1834 se opuso también 4 los planes de don Fran- isco de Paula Toro que derrocando del Gobierno 4 don Juan. de Dios Cosgaya, se aduefié del poder, segiin declaracién del Congreso de 6 de noviembre, aunque el Gobierno General le negé el permiso para desempefiar el.cargo. =137— Para seguir resefiando en todos sus detalles la vida politica de Méndez, tendriamos necesidad de escribir una historia de Yucatén desde que empez6 4 tomar participacién en ella, hasta su muerte; pero no entra esa narracién en nuestro pro- posito. Bastenos saber que tom6 una parte muy activa en la revo- lucién de 1840, desde euyo triunfo se ostenté ya como Jefe de un partido polftico que se Hamé ‘‘mendista”, teniendo de competidor al de don Miguel Barbachano, inteligente joven, de maneras distinguidas, que habfa sido educado en Europa y como Méndez era natural de la ciudad de Campeche. Al hacerse 1a eleccién en septiembre de 1840, resultaron electos Méndez para Gobernador y Barbachano para Vice. Este perfodo abraza el tiempo en que Yucatan resistio enér- gicamente la invasién de la tropas mexicanas enviadas por Santa-Anna, que al fin capitularon y salieron del territorio del Estado, En julio de 1844 se hizo cargo del Gobierno don José Tiburcio Lépez y después en enero de 1846 don Miguel Barbachano; pero ct nefasto pronuneiamiento de Campeche del 8 de diciembre de 1846, llevé al poder de yuevo 4 Méndez, quien el 28 de marzo de 1848 lo resigné generosamente en manos de su competidor, para evitar los terribles efectos de la guerra social. Desde entonces no quiso volver al poder 4 que se le Hama- ba, dejando al Gobernador Barbachano que procurase con 1a mayor tranquilidad la defensa del ado. En noviembre de 1855 el glorioso Plan de Ayutla habfa triunfado en toda la Repiblica y el General Alvarez nombré para regir los destinos de Yucatan al sefior Méndez, que vi- via de una manera modesta en Campeche. Entré de nuevo 4 desempefiar ese encargo, hasta que expedida la constituci6n de 1857, hubo necesidad de proceder 4 la eleccién popular que aquella prevenfa y result designado don Pantaleén Ba- rrera, que tomé posesién el 27 de julio del mismo afio. ‘Todos saben que 4 consecuencia de manejos electorales para hacer triunfar 4 ese candidato, resulté el pronunciamiento de Campeche de 7 de agosto de 1857, encabezado por el Li don Pablo Gareia y los sefiores D. Pedro Baranda y D. José —138— Ireneo Lavalle, pronunciamiento que después de causar una guerra fraticida, lena de horrores, concluyé con Ia division de la Peninsula en dos Estados independientes. Don Santiago Méndez hizo entonces viaje A México; ges- tiond con toda actividad porque no se confirmara constitu- cionalmente la ereccidn del Estado de Campeche; pero viendo. que sus trabajos eran infructuosos, volviose 4 Mérida ya que no podia venir 4 Campeche, y por algtin tiempo fué allf A- gente del Ministerio de Fomento, hasta que pas6 4 Veracruz y Inego 4 México, donde fallecié en octubre de 1872 En igual mes de 1861 escribié un extenso memorial titulado: NOTICIAS SOBRE LAS COSTUMBRES, TRABAJOS, IDIOMA, INDUSTRIA, FISO- NOMIA & DE LOS INDIOS DE YUCATAN, Se publicS primero en el ‘‘Boletin de la Sociedad Mexi- cana de Geograffa y Hstadistica,”’ y el afio pasado de 1899 se reimprimié en el periédico “El Reproductor Campechano.”* Es un trabajo leno de palpitante interés que revela el pro- fundo conocimiento que su autor tenfa del cardcter dela raza maya y que est sembrado de ensefianzas saludables y datos etnogrAficos € historicos que aumentan su indiscutible mérito, Lo escribié con su cardcter de Agente del Ministerio de Fo- mento en el Estado de Yucatan y al terminar asegura que “tribus salvajes propiamente dichas no las hay en la Penin- stila, puesto que desde que se reconquistaron Jas poblaciones que habian ocupado durante Ja sublevacién de 1847, s6lo la parte mds indémita se ha fijado en la costa oriental donde ha formado poblaciones de alguna importancia como Chan Santa Cruz, pero la mayor parte se fij6 en el Sur de Yucatén, don- de vive pacffica, aunque sin reconocer 4 las autoridades del Estado ni de la Nacién, pero en activo comercio con las po- Dlaciones de los partidos limitrofes.”” El estilo de esta relacién es sencillo y elegante; no carece de cierta gracia cuando entra en pormenores sobre la vida intima de la raza indigena, y se lee con’ interés por la des- cripeién de sus practicas y ceremonias y atin de aquellos de- talles insignificantes 4 primera vista, pero'que forman el ca- racter distintivo de los indios. S=r. CARRILLO. (FRAY ESTANISLAO) ACIO en Ia actual villa de Teabo, correspon- diente al partido de Tekax del Estado de Yucatén, el dia 7 de mayo de 1798 y aunque don Rodolfo Menéndez en un artfeulo publicado en eb periédico ‘“Pimienta y Mostaza,’” de Mérida, cree que este sticeso tuvo Ingar en igual fecha de 1800, hemos preferido la primera version, que cuenta con Ia autoridad de tos escritores don Vicente. Calero y don Francisco Sosa, y con la opinién vertida en otro artfeulo pu- Blicado en “La Guirnalda’’, de Mérida, en 1864, y firmado por varios vecinos de Ticul Carrillo, después de recibida Io instruccién elemental en el lugar de su nacimiento, pasé @ Mérida € ingres6 en el Colegio de San Francisco, que dirigfan los frailes de esta orden, donde hizo sus estudios profesionales y tomé el h4- Bito, antes desu secnlarizacién, que tuvo efecto el 15 de enero de 1821. Los frailes que entonces quisieron permanecer fie- Ies 4 su instinto, entre los cuales se contaba Carrillo, pasa- ron al edificio de recoletos de la Mejorada y 4 los conventos de Ticul y Calkini, que por gracia especial les conservé el Hmo. sefior Estévez. Exte mismo Obispo le confirié la ofden sacerdotal el aio de 182g y este es otro dato que nos sirve para fijar con pre- cisién Ia poca de su nacimiento, porque entonces el sacer- docio uo se conferia sino 4 Jos que hubiesen cumplido ya veinte y cinco afios. De Ticul, 4 donde habfa sido destinado cuando la secu- larizacion, se traslad6é 4 itbalché, Iuego 4 la parroquia de —140— Halach6 y por dltino 4 Calkini, donde le sorprendié la re- volucién de 1834, siendo aprehendido y conducido 4 Izamal. Desde 1836 volvié 4 encatgarse del curato de Ticul, euya proximidad 4 las ruinas de Kabah, Nohcacab y Uxinal, des- pertaron sus aficiones al estudio de la arqueologia maya en que tanto debié brillar mds adelante. Por el afio de 1841 re= cibié la visita de Mr. Stephens, quien lo alenté en sus traba- jos y ené’su obra de elogios para el modesto sabio, que tan felizmente se sent{a e 1a soledad de nuestros bosques. A in- dicacién del mismo Stehpens fué nombrado miembro hono- rariode la Sociedad de Historia de New York, en 1842. Enfermo ya 4 causa de su constitucién débil, hizo viaje A Cuba para recuperarse, pero el mal avanz6 con mas rapidéz de loque se crea y Fray Hstanislao Carrillo sucumbié al fin en Ticul el 21 de mayo de 1846. Cuenta uno de stis bridgrafos que en cierta ocasién y con motivo de su visita practicada en el curato de Chichimil4, instado por el Cura Argaez que lo regenteaba,.al observar Jas miserias de los indios y las rudas faenas 4 que se les con- sagraba, pronostic6 la guerra de castas que al fin estallé poco después de su muerte, Ienando de rninas y desolacién 1a Peninsula. Débele nuestra historia las obras siguientes: I.—DOS DIAS EN NOHPAT. Il.—UNA CIUDAD MURADA. Ill.—PAPELES SUELTOS DEL PADRE CARRILLO. ‘Todas se publicaron en el ‘‘Registro Yucateco,”’ 1845-49. Refiere en Ia primera la tradiccién sobre los que edificaron los edificios de Uxmal; describe en la segunda la antigua ciudad maya de ‘Chacchoob," no visitada por Stehpens y consta la tercera de las monograffas siguientes: ‘‘Zayi,” “Fantasmas,” ‘Una calavera,’”’ ‘La exploracién de un stbterrdneo,"’ ‘‘Federico de Waldeck,” ‘‘Chichén’’, ‘La casa de los animales’’ y ‘‘Gerénimo de Aguilar’’, todas refe- rentes 4 la historia antigua y arqueologfa de Yucatan, Estos son los escritos que dejé el Padre Carrillo y que re- ar — eogidos ‘por don Vicente Calero se publicaron cuidadosa- «mente para honrar la memoria del autor. Seguramente por no conocer Ia coleccién, sti biégrafo don Rodolfo Menéndez, ‘creyé que hubiera algunos escritos de Fray Estanislao en poder del Ilmo. seéfior Carrillo y Ancona, quien conversando conmigo alguna vez me aseguré no conocer mas que lo pu- ‘Dlicade. Es cierto, desgraciadamente, que-el Padre Carrillo no es- cribié todo lo que sabia, :pero sus noticias fueron comuni- scadas de palabras al sabio viajero Stephens, cuyas conclt- -siones en el particular se inspiraron en las indicaciones de aquel benemérito franciscano. Serr. PEREZ. (DON JUAN P10) signe anticuario yucateco con cuyo nombre cubrimos las presentes Ifneas, nacié en Ia ciudad de Mérida, capital de Yucatan, el rr de julio de 1798, hijo legitimo de don Gregorio Pérez y de dofia Juana Bermén, que por sit honradez y clase pertenecian 410 més notable y considerado- de la colonia. Educése primero en Tas escuclas elementales que entonces difundfan la instraccién en Ia cindad y después pas6 4 las aulas del Colegio de San Ildefonso, dejéndolas algunos afios mas tarde sin haber emprendido carrera profesional. Sus condisefpnlos Zavala, Quintana, Bates, Jiménez Solis, y otros mas que con él recibieron las sabias Tecciones de don Pablo Moreno, brillaron después en los puestos piiblicos 4 que habfan aspirado, mientras que don Pio se retrajo de ellos por numerosas causas, pero la principal porque su modestia era incapaz de ambicionar ning’in destino. Los mas impor- tantes que se Ie confiaron fueron las Subdelegaeiones de los partidos de Valladolid y de Peto, viniendo del tiltimo, des- pués de un movimiento revolucionario, 4 presentar sti renun- cia, dispuesto é no admitir otro alguno fuera de la capital del Estado. Pero los gobiernos que se sucedfan en la Peninsula necesi~ taban del concurso de hombres como don Juan Pio Pérez, por cttyo motive se le suplicé aceptase el cargo de Intérprete de la Secretaria de Gobierno, en cuyo destino se acabaron de desarrollar sus aficiones al estudio de las antiguedades yuca- tecas. Pasaron por sus manos casi todos los titulos de tie~ \< Saige rras, asi de pueblos como de fincas risticas dela Peninsula ¥.con tina paciencia admirable, tom copia de cuanto se réla- éionaba con el sistema de computar el tiempo entre los anti- guos indios de Vucatdn y coordiné un inmenso nfimero de voces mayas que debia utilizar mas tarde con tanto provecho No se contenté para la primera compilacién con los docu- mentos que accidentalmente se le presentaron. Aproveché sus buenas relaciones, sts influencias y su propio capital para hacer investigaciones minuciosas, adquirir manuscritos inestimables y tomar copia de los Chilam~balanes 6 libros de indios que existfan todavia en ese tiempo. La coleceién de apuntes que formé para lograr su objeto, leva el titulo de “Cédice Pérez” que le impuso en su honor el Ilmo. sefior Carrillo y Ancona, quien la describe minucio- samenteen st “Disertacién sobre la Historia de la Lengua Maya.” Pero estos trabajos eran comsiderados como secundarios por don Juan Pio-Pérez, quien tenfa todo su afin consagrado 4ila formacién de un copioso Diccionario de la Lengua Maya. Cuarenta afios empled en conseguirlo, segiin cl testimonio del doctor Berendt, y 4 su mnerte ocurrida el 6 de marzo de de 1859, apertas habfa podido cocrdinar en orden alfabético las voces mayas desde la A hasta la 9 y poner la traduceién espafiola hasta una parte de Ia letra U. El mismo Berendt concluyé el trabajo, que al fin después de muchos inconve- nientes pasados para su impresion, se dié 4 luz en 1877, ha- biendo durado once afios en las prensas. ‘Todos los esfuerzos que don Juan Pio Pérez tuvo que ha- cer para allanar obsticulos y levar 4 cabo este colosal trabajo para un hombre sélo, lo comprenderé el que haya tenido que recurrir en busca de datos 4 nuestros archivos piiblicos 6 4 la mayor parte de los propictarios de documentos preciosos. Encuéntranse los primeros en el més lamentable abandono, niéganlos los segundos encastillados en un egoismo tan ab- surdo como el que se desprende de este pensamiento: ‘lo que yo poseo no debe utilizarlo nadie més que yo.”” V asf ca- miné don Juan Pio Pérez por el espacio de mas de cuarenta afios y asf le sorprendié 1a muerte en su trabajo, pero legé 4 144 — fa patria un monumento. EI diccionario _consta de treintt mil voces y es tinicamente maya-espaifol. $e dice que escribié una ‘Gramitica de fa Lengua Maya’” que noha sido publicada hasta hoy, amnque sus bidgrafos: ereen que existe en poder de su sobrino y heredero don Car- Tbs Pe6n. Pero noes tna obra completa. Son apuntes for- mados por don Jan Pio Pérez para hacer la Gramitica, y est4n en tn cuaderno de 126 |/ 128 péginas, caya copia posefa: el'doctor Daniel G. Brinton de Filadelfia, por haberla adqui- rido del doctor Berendt que la tomé en Mérida durante sw permanencia allf. La publicacién de estos apuntes greso de Ios conocimientas linguts que el sefior Péi yadarfa macho al pro- icos de este idioma, por- hace un examen razonado de todas las. partes en que dividié sus apantes,.segtin puede verse en los fragmentos que se publicaron en la obra ‘Maya Chronicles.’ Ademés de estas obras cuya naturaleza es suficiente para agotar Ia vida de un hombre, dom Jnan Pio Pérez escribid también las sigaientes, relacionadas con nuestra historia Tocal I—JUICIO ANALITICO DEL MANUS-. CRITO MAYA DE LAS EPOCAS.. II].—CRONOLOGIA ANTIGUA YUCATECA. © EXPOSICION SENCILLA DEL MEFODO: QUE USABAN LOS ANTIGWOS HABITAN- TES DE ESTA PENINSULA DE YUCATAN PARA CONTAR Y COMPUTAR EL TIEMPO. III.—CARTA A DON VICENTE CALERO SOBRE LA LITERATURA DE LOS INDIOS.. El primer trabajo se publicé.en la ‘Historia Antigua de ‘Yucatén’” del Imo. sefior Carrillo y Anoona y reviste una im- portancia que no. necesitamos empefiarnos en demostrar. Baste saber que de este trabajo parten todas las deducciones. que se han hecho acerca de'los antigues pobladores de Yu- eatdn. La “Cronologfa’”’ se publicé por primera vez en lengua in- —145— glesa, como Apéndice 4 Ia obra de Sthepens titulada “Inci- denes of travel in Yueatén’”, New Vork, 1843. En castellano se ha publicado cinco veces; la primera en el tomo III de “El Registo yucateco”, Mérida, 1846; la segunda en el ‘‘Dic- cionario Universal de Historia y Geograffa,"” México, 1854; Ia tercera en Ia ‘Collection de documents dans Ies langues indigénes’*, Paris, 1864; la cuarta en el ‘*Diccionario Hist6- rico, biogrdfico y monumental de Yucatén,’” Mérida, 1861 y la quinta como apéndice 4 la ‘*Historia Antigua de Yuca- tén’”’, por el Imo. sefior Carrillo y Ancona, Mérida, 1883. La edieién que se hizo en Ia obra francesa, tiene una traduc- cién en este idioma, obra del Abate Brasseur de Bourbourg y esta combatida en algunas notas con que fué ilustrada. Es un trabajo'notable, porque Pérez no tuvo 4 la vista do- cnmentos que han aparecido después, como las obras de Lan- da y Sanchez de Aguilar y 4 pesar de haber extractado de los libros indios y coordinade fragmentos 4 veces ininteligi- bles, son muy pocas las variantes que pueden notarse entre los trabajos cronolégicos de que nos ocupamos. Si es verdad que el ciclo civil yucateco no consta de veinte y cuatro afio: habfa un perfodo ritual que fos comprendia y el sefior Pérez ptido conftinditlos por las circunstancias en que los estudiaba. De manera que los dos eémputosse usaban en Yucatén, siendo esta Ia causa del error de Pérez, imperdonable en el Abate Brassetrr que turvo 4 la vista todo lo escrito sobre el particular. Los elogios consagrados por Sthepens 4 fa ‘‘Cronologfa”” han sido copiado: bidgrafos Sosa, Carrillo y Ancona y Fabidn Carrillo Suaste, por cuyo motivo no los insertamos en este Ingar. Baste decir tinicamente que el ilustrado vi jero creyé que esta obra no habria osado emprenderla un hombre cualquiera y que sila fama piiblica puede tenerse como prucha, es preciso decir que no habja en el pais un hombre tan competente como el sefior Pérez que pudiese aplicar 4 Ia obra mds luz é inteligencia. La carta 4 don Vicente Calero fué contestacién 4 la pre- gunta que aquel le hizo en el tomo II de ‘El Registro yuca- teco” y se publicé también como apéndice de la ‘‘Histo- ria” escrita por el IImo. scfior Cartillo y Ancona. Ella de- por st 146 muestra que don Juan Pio Pérez. se ocupaba en estridiar las ruinas de la costa Oriental y que estaba muy yersado en el conocimiento de la literatura maya, clasificando su poesfa en dos ramas de las que una era Ia de los sabios y sacerdotes y ‘otra la del pueblo; ia primera no Ilegé 4 nosotros, 6 serfan muy raros los ejemplares; Ia segunda tampoco, 4 mo ser esos cantos obcenos que conservan los indios en sts mitotadas y ‘otros semejantes y que por eso se prohibieron. Sila muerte uo nos hubiera arrebatado tan pronto al sefior Pérez, quién sabe cuantos trabajos cronogréficos y filolégi- cos hubieran sido el resultado de su vida laboriosa, que en los tiltimos afios dedicé exclusivamente 4 aquellos estudios, apartdndose hasta del trato y carifio de sus numerosos ami- 08. : ow speeches FANCOURT- (CHARLES ST. JOHN) =) Colonia Briténica de Hondtiras, conocida ge- feralnente con el nombre de Belice, pertenecié 4 Espaii cuyos derechos fueron reconocidos por todas las naciones del mundo, hasta el aio de 182r, en que quedé consumada Ja independencia de Yucatdn y su athesién 4 la antigua Nueva=Eepafia. Esta constituyé una nacionalidad inde- pendiente que algiin tiempo después se Namé Repiiblica Me- xicana, con cuyo nombre se distingue hasta hoy, Subro- gdse los derechos de soberania de Espafia hacia el territorio que ocupaban los cortadores de palo de tinte y maderas pre- ciosas en Belice, por virtud de los tratados celebrados en Utrech, 1733, Madrid, 1767, Paris, 1763 y Londres, 1786 y estos derechos fueron respetados por'la misma Inglaterra hasta 1854. Luego se negé esta nacién 4 tratar del asunto por la via diplomatica, y fiualmente el 8 de julio de 1893 celebrése un nuevo tratado entre Inglaterra y México, por el cual reconocfa esta tiltima nacién unos limites fijados ar- bitrariamente, contra lo que se deduce de la historia del es- stablecimieato inglés. El gobierno de la colonia se ejercié hasta 1765 por Ma- gistrados electos popularmente. En esa fecha vino con el caracter de Superintendente Sir William Burnaby que dié un cuerpo de leyes al pafs. Con ese mismo cardcter se cono- cieron los tlemds jefes superiores enviados de Jamaica 6de In- glaterra, entre los que mencionaremos 4 Despard en 1786, Hunter en 1790 y Barron en 1797, bajo cuyo gobierno ocu- rrié Ja derrota del Mariscal don Arturo O'Neill, que ha dado 4 los ingleses el presunto derecho de conquista. Seg ¥n 1843, gobernaba Alejandro Macdonald, que fué subs- tituido por Charles St. John Fancourt, natural del Condade de Devonshire, Caballero de Ia Real Orden Giielfica-Hano- veriana, que debe haber nacido en los primeros afios del siglo actual. Guardé buena armonfa con las autoridades de Yucatin, durante el funesto perfodo en que estallé la guerra social, aunque sin poder evitar que los stibditos ingleses ayudasen 4 los indios rebeldes con viveres y municiones que prolon- garon la encarnizada lucha, y terminado su gobierno en 1851 regresé 4 Inglaterra, publicando tres aiios después en Lon- dres un libro titulado: THE HISTORY OF YUCATAN FROM ITS DISCOVERY TO THE CLOSE OF THE SE- VENTEENTH CENTURY. Comprende, como st. nombre lo indica,una relacién de los sucesos ms importantes acaecidos desdeel Descubrimiento de Ia Peninsula por Solis y Pinzén hasta la evacuacién del Petén por don Martin de Urztia en 1699. Hemos leido con algtin detenimiento la obra de Fancourt que no tiene més fuentes para inspirarse que los trabajos de Herrera, Bernal Diaz, Cogolludo y Villagutierre, muy de- ficientes para lenar su objeto. Redticese por lo mismo 4 hacer una ligera resefia del descubrimiento, misiones, viaje de Cortés 4 Honduras y conquista del Petén, tocando muy superficialmente otros asuntos. Ofrecia afiadir més adelante un nuevo libro que refiriese la historia de Yucatin desde que los cortadores de palo de tinte se establecieron en Cabo Catoche, hacia el afio de 1662, hasta el gobierno de su antecesor Macdonald, pero nunca hemos sabido que levara 4 cabo su propésito. Llama la atencién muy poderosamsnte que el afio de 1854, fecha en que fué publicado este libro, el autor se Hamase nada mds que Superintendente por su Magestad del “‘esta- blecimiento inglés’ en la bahia de Honduras, como se deno- minaba la colonia por los antiguos tratados celebrados entre Espaiia é Inglaterra, 4 pesar de los pretendidos derechos de conquista que los ingleses creyeron obtener en el afio de 1798, Sey. NORMAN. (B. M.) Lis JUNQUE 1a obra publicada por el sefior Nor- man no merecerfa figurar entre las historias de Yueatén, no ‘anos creemos autorizados para hacer la supresién arbitraria de su referencia en este libro dedicado 4 conservar la_noti- cia de los historiadores del pais. Por el apellido del sefior Norman parece alemdn 6 americano: estaba redicado en New ‘Orleans, donde tenia:4 mediados del siglo un famoso ex- pendio de libres, en la segunda Municipalidad, Camp Street, nfimero 16, y por especulacién solfa regalar al piiblico de su pafs.con algunas producciones suyas, resultado pidos viajes 4 los paises hispano-americanos, Después de la publicacin de ana obia escrita por el cu- tioso observador Mr. Stephens que se titula ‘Incidents of travel in Central América, Chiapas and Yacatén,” en Ja que hablando de la Penfnsula Mamaba la atencién del mun- do sabio sobre la importancia de sus ruinas y sobre la anti- gua civilizacién de la raza aborigena, y ofrecfa hacerle una visita minuciosa con objeto de llevar 4 cabo exploraciones cientffieas sobre el terreno, el sefior Norman comprendié que adelanténdose al sabio viajero podria hacer una buena ganancia con el resultado de su viaje, en vista de la ansie- dad con que las descripciones eran esperadas en los Estados Unidos 4 causa del deseo despertado por el librode Mr. Ste- phens, Se present6 4 Yucatén 4 mediados de 1841 y después de visitar muy ligeramente Valladolid, Chichén, Uxmal y Cam- peche, donde recogié algunos datos que le fueron propor- —150— cionados por el doctor don Justo Sierra, para quien trajo una simple carta de recomendacién, se embarcé de nuevo, Mevando maduro el proyecto que habia de producirle tan maravilloso resultado. Llegado 4 Nueva-Orleans, escribié la obra que levaba por titulo “Rambles in Yucatén.”" Se publicé en Nueva York, 1843, un volumen en cuarto, pero 4 pesar de estar muy bien impresa, apenas tiene una que otra pagina donde no se descubran errores de gran im- portancia, hijos del poco ctiterio histérico del autor y de la precipitacién con que quizo caminar para no perder los be- neficios metdlicos que debfa producirle, Sin embargo, la obra obtuvo un éxito fabuloso. Agoté- ronse los ejemplares de la primera edicién en poco tiempo y Si Stephens no hubiera publicado casi simulténeamente lz snya, tal vez se habria hecho una nueva impresién perpe- tuando en mayor niimero de lectores los absurdos que en ella se encuentran. Los grabados y litograffas tepresentan objetos imagina- ios, salvo aquellos que copié del libro que habla motivado- su viaje y sabemos positivamente que el doctor Sierra, pensd en formar una refutacién de la obra de Norman, de lo que al fin desistié, porque le hubiera sido preciso traducirla toda, y no ctey6 que ese libro mereciese los honores de la traduc- cién ni adn para refutarlo. Norman, en la parte que comprende las noticias histéricas de Yucatan, propiamente dicho, tuvo la habilidad de no citar mas autoridad que la de Waldeck y la de un periédico de Dublin de 1834-35. Carg6, por lo tanto, con la responsa- bilidad de sus juicios, que provocarfan 4 risa, si no hubiera que mirarlos con el mas absolute desprecio. ns f 4 i GASTILLO. (DR. D. GERONIMO) —— SM CNN 1a ciudad de Mérida, capital del Estado de ‘Yucatén, nacié don Gerénimo Castillo-el 29 de septiembre de 1804, siendo hijo de don Romualdo del Castillo y de dofia ‘Catalina Lenard. * Hizo sus primeros estudios en la escuela que por aquella €poca tenfa establecida don Miguel Marfa Mocoroa y con- clufdos pas6 al Seminario de San Ildefonso, donde cursé la- tinidad y filosofia; pero desgracias de familia que en su nifiez Jo obligaron 4 vender por la calle los productos de la indus- tria del hogar, siguieron combatiendo sus nobles deseos y le hicieron abandonar la: del foro A que aspiraba y el comercio 4 que intentd, por tiltimo, dedicarse, bajo la protec- cin de su tfo el sefior Cura don José Antonio Lenard. Se encargé de la direccién de una imprenta y desde enton- ces su vida fué de una actividad incesante, ya fundando pe- ridédicos cientificos y literarios, ya escribiendo obras notabi- Iisimas, que cualquiera de ellas serfa suficiente para formar una reputacin. Entre los primeros merecen citarse “El Registro Yucateco”’, “El Mosaico”’, ‘Ia Miscelanea”” y “El Boletin Comercial’’, que defendi6 los intereses sociales du- rante cerca de tres afios, con la rectitnd de principios que fué una de las virtudes del sefior Castillo. Desempeiié también important{simos destinos ptiblicos. Fué Diputado 4 los Congresos local y general, Senador, Con- sejero de Gobierno, Secretario General de Gobernacién y Hacienda y de varias juntas consultivas del Ejecutivo local. En 1843 representé 4 Yucatan en México, acompajiado de aS). don Joaquin Garefa Rején y de don Crescencio José Pinelo, para conseguir la sancién de los tratados de Tixpeual, Je- mul y Campeche, que se vieron obligados 4 celebrar los jefes de los fuerzas-santaanistas que invadieronla Peninsula, Ew 1843 fué Vocal de Ta famosa Asamblea de Ticul, que si no: tuvo ningtin resultado satisfactorio no fué por la falta de es- fuerzos de algunos de sus niembros, entre los que figuraba el ameritado sefior Castillo. Doctorado en filosoffa, se incorporé al claustro de la Uni- versidad literaria, Ya antes habia sido uno de los fundado- res y primer Presidente de la Academia de Ciencias y Lite- ratura, ctiya cdtedra de filosoffa, en espafiol, le fué confiada. Entre sus obras literarias no debe omitirse la mencién desu “Mosaico Vucateco,’” en que censuraba los idiotismos de los yu- catecos que hablaban el idioma castellano, sus juicios critics sobre los dramas ‘‘E] duende de Valladolid,” ‘‘La mujer va- lerosa” y “EL secreto del ahoreado’*, que inspirdndose en. episodios de la historia de Vucatén, escribié el dramaturgo espafiol don Antonio Garcia Gutiérrez, dnrante su perma- nencia en la Peninsula; su tradaeci6n de la ‘‘Légica”” de Bou- vier, que sirvié de texto en la Academia y hay quien cree que la ‘‘Coleecién de las explicaciones de la Gramatica La- tina,” que se publicaron anénimas en 1849, pertenecen 4 si galana pluma. Publicé también una novela titulada “Um pacto y un pleito’” y aunque escribié algunos dramas no se resolvi6 4 imprimirlos ni quiso hacerlos representar nunca. Nuevas desgracias de familia y la muerte de su. buen amigo el doctor don José Antonio Quijano, lo retrajeron 4 una vida ascética por completo, cuya mouotonia sélo ema interrumpida por las pocas horas que pasaba én su oficina de catastro en la Secretarfa de Gobierno de Yucatan, Escribié entonces su filtima obra: ‘‘Ejercicios deyotos para los tres dias de Car- naval,’’ que sabemos est4n puestos todavia en practica, pero que no hemos podido conseguir. Fallecié el sefior Castillo el 20 de agosto de 1866, la edad de 62 aiios. Débele nuestra historia peninsular los estudios siguientes: L153— I.—CARACTER, COSTUMBRES Y CON- DICIONES DE LOS INDIOS EN EL DEPAR- TAMENTO DE YUCATAN. 2 =MERIDES HISPANO-MEXICA- NAS O CALENDARIO HISTORICO. IIIl.—DICCIONARIO HISTORICO, BIO- ” GRAFICO Y MONUMENTAL DE YUCATAN. Se publicé el primero en el Liceo de México y después en eltomo Ide “EI Registro Yucateco", Muestra en ella el autor la conmiseracién que sentfa por la raza indfgena, sefia- lando con toda verdad y sencillez sus muchos defectos y con- cluye deseando que la educacién la regenere y levante hasta el grado que se merece como habitadora de un pals libre. iBellas utopias! Setenta afios han pasado desde entonces y la raza indigena contintta en su abyeccién y abandono! Las ‘‘Efemérides!’ se pnblicaron en ‘El Repertorio Pin- toresco’’, Mérida, 1861, y aunque por su titulo pudiera ereerse que no corresponden 4 la historia peninsular exclusivamente, como es posible que muchos lectores de estos ‘‘Apuntes"” no ptedan tenerlas nunca en sus manos, reproduciremos la nota que les sirve de advertencia: “Estas efemérides si bien Ie- van la distincién de hispano-mexicanas, porque tienen por objeto la historia nacional, en eflas ha cuidado el autor pre- ferir siempre en casos de coincidencia las de los sucesos co- rrespondientes 4 la particular de Yucatén, 6 que tengan una intima conexién con ella, como que su lectura estd especial- mente consagrada al piblico yucateco, y porque siempre el estudio de Ia historia propia debe anteceder al de la general.” Del ‘‘Diccionario’’ se publicé solamente el tomo I, en un voliimen en 4.°, Mérida 1866, Comprende las letras A-E y €s una recopilacién dle todo lo escrito sobre historia, biografia y antiguedades de Yucatn, citando las fuentes originales. Perdiéronse los mantiscritos de los tomos segundo y tercero en elasedio de cincuenta y cinco dias que sufrié la capital de Yucatén por las fuerzas republicanas contra las del Imperio en abril, mayo y junio de 1867. Ya el autor habfa fallecido, 154 de manera que fué imposible rehacer el trabajo que quedé incompleto. A pesar de esto, la edicién del primer tomo se hha agotado en lo absoluto y cada dfa son mAs las demandas que se hacen de él, tanto de la Repablica como del extranjero, sin poder satisfacerse. El estilo del sefior Castillo es facil y correcto; al leer sus obras histéricas, se nos figura estar oyendo de sus labios la relacién de los acontecimientos, porque aunque no pudimos conocerlo, nuestro padre nos pint6 con un colorido tal de modestia y sencillez al autor, que nunca hemos pensado que haya sido mejor aplicado que en esta ocasién el proloquio que dice: “el estilo es el hombre.”” a aa RAMIREZ. (DON JOSE FERNANDO) & GNM dia 5 de mayo de 1804 nacié en ta villa del Parral, perterreciente al Estado de Chihuahua, de padres que fueron don José Marfa Ramirez y dofia Josefa Alvarez. De esta Gltima recibié st instruccién primaria en Ia ciadad de Durango, en cuyo colegio y el de San Luis Gonzaga de catecas hizo después la superior, siendo su maestro de Iati- nidad y retorica don Juan José Orelfana, de filosofia don José Miguel Alba y de jurisprudencia don Ignacio Sarifiana, Al- gin tiempo estudié también en México, pero por ef falleci- miento de st padre ocurrido en 1823, tuvo qué volver 4 Durango y ponerse al frente de los negocios de aqutel. En 1828 concluyé su pasantia y pidiendo en ef de 31 dis- pensa del titulo de Bachiller qtie le coneedié Ia Legislatura de Zacatecas, presenté los exdmenes profesionales que fueron muy satisfactorios y en 2 de agosto del afio de 1833, se le libré ef titulo de Abogado, matriculéndose bajo el néimero 93 en el Colegio de Abogados de la capital éL.g de agosto del mismo afio Los destinos priblicos que desempeiié fueron los siguientes: Fiscal del Tribunal del Estado de Chihtahua en 1828; Voeal de la Junta de Lagos en 1832; Miembro del Consejo de Go- bierno de Durango en 1833; Diputado al quinto Congreso de 1a Unién por el mismo Estado y Secretario de su Gobierno en 1835; Suplente del Juzgado de Distrito y del de lo Crimi- nal en 1839; Rector del Colegio de Abogados y Presidente del Tribanal Mercantil en 1841; Diputado al Congreso de la Unidn en 1842; Presidente de la Junta de educacién ptiblica de Durango y Miembro de la Junta legislativa local el mismo —156— afio; Redactor de! Periddico Oficial en 1844; Presidente de 1a Junta Subdirectiva de estudios, Capitén de la Compaiifa de patriotas de policia, Presidente de la Junta de industria y Alcalde primero‘en el mismo afio; durante el de 1845 desem- pefié los cargos de Senador, Comandante militar de Durango y Presidente de Fomento; en 1846 fué Consejero de ado, Asesor de una de las salas del Tribunal Mercantil y Ministro de Relaciones Exteriores bajo la Presidencia de Gémez Fa- rias; fué luego representante al Congreso constituyente de Durango, Miembro de la Conferencia de Ayutla, Senador, Ministro del Tribunal de Justicia. Secretario de la Junta de Caridad, ete., ete. Obiigado 4 salir de Durango por graves disgustos que se Je ocasionaron, se radicé en la capital de la Reptiblica en 1851 y allf fué de nuevo Secretario de Relaciones exteriores bajo el Gobierno del General Arista y Director y Conservador del Museo. Desterrado por el dictador Santa Ana, hizo viaje 4 Europa recorriendo las principales ciudades de Francia, Alemania, Inglaterra, Italia y Suiza, cuyas bibliotecas pi- Dlicas visité con manifiesto empefio. Vuelto 4 México en 1856, se le nombré Ministro jubilado de Ja Suprema Corte de Justicia, Director del Museo Nacional, Rector del Colegio de Abogados, Catedrdtico de las Acade- mias tedrico-prdcticas de Derecho y Presidente dela Junta Directiva de la Academia de Bellas Artes. Aun cuando se rehusé 4 formar parte de la Junta de Nota- bles que llamé al trono de México al Emperador Maximiliano, después desempeiié bajo el gobierno imperial el Ministerio de Relaciones y la Presidencia del Consejo de julio de 1864 4 marzo de 1866, por cuyo motivo, 4 la caida del Imperio, tuvo que expatriarse haciendo nuevo viaje 4 Europa y después de recorrer algunas poblaciones espafiolas, se radicé en Bonn de Alemania, donde fallecié el 4 de marzo de 1871. Como Abogado, don José Fernando Ramirez goz6 de gran reputacién. Corren impresos sus alegatos en la célcbre causa de parricidio, formada contra dofia Nepomucena Alcalde, en su defensa sobre la legitimidad de las entregas de Jas hacien- das San Vicente y Dolores; en el ruidoso asunto de las minas oe H —B7— de San Clemente y en la defensa de don Manuel Diez de Bo~ nila. Sus obras histéricas més notables son: “‘Diario de las opé- raciones ‘militares de la divisién queal mando del General don José Urrea hizo la.campafia de Texas." (1838.) ‘‘No- tas y esclarecimientos 4 la historia de laConquista de México del sefior W. Prescott.” (1844-45.) “Proceso de residencia «contra Pedro de Alvarado.” (1847) “‘Noticias histéricas y estadisticas de la-ciudad de Burango.”’ (1851.) -cién de algntios objetos del Museo Nacional.”" (1857.) “‘No- iticia de la vida y escritos de Fray “Toribio Benavertte, Moto- Jinfa.” (1859.) Dejé inéditos veinte voldmenes que se conservan en los -Archivos del Museo Nacional, en:cuyos “‘Anales’” han em- pezado publicarse sus trabajos, y numerosos opiisculos cuya exacta relacién pnéde verse en la extensa biografia que del sefior Ramirez escribié don Tunis ‘Gonzalez Obregén para po- ner dl frente de sus obras, que esta editando el scfior Lic. don Victoriano Agueres en su magnifica “‘Biblioteca de Autores Mexicanos," de cuya biograiia tomamos los.anteriores datos. Don José Fernando Ramirez fiué Miembro del Ateneo Me- xicano, dela Sociedad Mexicana de‘Geografia y Estadistica, de la Sociedad Humboldt, de la Academia Imperial de cien- -cias y literaturas, Académico honorario dela Real Espafiola, «de la de Historia de Madrid, ‘Corresponsal de la ponttificia de Arqueclogia de Roma, de lade Historia y de la de Etnologta «le New Vork y de la Comisién cientffica de México. Po- sefa las condecoracienes de Gran Cruz dela Orden de Guada- Aupe, Comendador de la Orden del Aguila Mexicana, Gran “Cruz de la Orden de la Corona de hierro de Austria y Gran ‘Cruz de la estrella pdlar de Suecia. A fines del aiio de 1865, vino 4 Vucatén acompaiiando 4 la -Emperatriz de México Carlota Amatia, esposa del Empera- dor Maximiliano, y este viaje Je proporcioné Ja satisfaccién de visitar algunas ruinas yucatecas, pero principalmente las ede la celebrada ciudad de Uxmal. Resultado de-esta visita fué una nueva produccién del ssefior Ramfrez que su citado bidégrafo intitula: —158— VIAJE A YUCATAN Y DESCRIPCION DE SUS RUINAS ARQUEOLOGICAS. No sabemos que se haya publicado integra esta obra que debe ser interesante dados los profundos conocimientos de stt autor. Apenas conocemos de ella los fragmentos publicados por el ilustre arquedlogo don Alfredo Chavero en st ‘‘His- toria antigua de México,” que forma el tomo I de la monu- mental obra “México 4 través de los siglos.”” Por ellos vemios que don Fernando Ramirez, separdndose de la rutina segnida por todos Ios exploradores de estos mo- numentos, que no hacian mAs que copiar las descripciones del viajero Stephens, hace un trabajo minucioso y original, cla~ ificando por secciones los edificios mayas de Uxmal, y emi- tiendo opiniones tan juiciosas como respetables. No se me ha presentado ninguna ocasién favorable para solicitar del sefior Chavero una copia de Ia obra de don José Fernando Ramirez, ya que por desgracia no se ha hecho de ella una impresién hasta hoy; pero creo que sus ensefianzas deberfan vulgarizarse para ayudar 4 Ios que se dedican 4 esta. clase de trabajos. sx vir. STEPHENS. (JOHN LLOYD) 5 NHS CRIBINAS los rasgos bioyraficos de este ilus- Arado anticuario, bajo la penosa impresién de que la tierra «jue él hizo surgir del obseuro olvido en que estuvo sepultada por tanto tiempo, no haya henrado su memoria con un mo- numento digno de aquel 4 quien debe dedicarse. Sus narra- -ciones Ilenas de verdad y el estudio detenido que hizo de nuestros monumentos arqrcolégicos, despertaron el deseo de conocer las maraviilas de arquitectura que guardaba la Penin- sula y los sabios de todo el_mundodedicaron sus afanes af conocimiento de nuestros antigues anales. Justo es carres- ponder 4 la dedicacién con qne exploré los campos ¥ recons- Aruyé la historia de Vucatén, con-el sentimiento de gratitud ‘qe se merecen, porque si un pueblo, que representa una co- Tectividad, es ingrato, ;qué debe esperarse del individuo ais- lado de esa misma colectividad? El 8de noviembre de 185 uacié Mr. John Lloyd Stephens enel lugar de Shresosburry, perteneciente al Estado de New Jersey, uno de los primitives de la Unién Americana, Enda Universidad de Colombia perfeceioné sus estudios primarios yse dedicé 4 la carrera del foro, ejercitando su prdctica en Oficina de David Lord y en Ia escuela de derecho del Juez Gould, hasta que obtenidos sus grados académicos pasb 4 New York al bufete profesional de Mr. George W. Strong: Ejercié por algunos afios en esta ciudad y en 1834 hizo viaj 4 Europa recorriendo Inglaterra, Francia, Alemania, Rus y Turquia y pasando el siguiente 4 Egipto, Tebas y la Tierra Santa, Publicdronse sus impresiones enropeas en los peri6- —r60— dicos americanos de aquella época y 4 su vuelta 4 los Esta tos: Unidos en 1837 di6 4 luz sts memorables “Incidents of travel in Egypt, Arabia Petree and the Holy Land,” que le mere- eieron la estimacién de los mejores literatos de entonces, y S: cuyo éxito lo determind 4 colecciouar en un volumen anteriores trabajos bajo el titulo de “Incidents of travel in. Grece, Tinkey, Russian and Polony,” que igualmente fué recibido con agrado. Elegido en 1839 para una misién diplomatica en Centro América, desenipefié el encargo le més satisfactoriamente que le fué posible, y terminada esta importante comisién,. se dedicé 4 explorar el pais con aquella tenacidad de cardc- ter y aquella minuciosidad en los detalles, que tanto demos- traban sus deseos de llegar 4 la. verdad de los hechos. Re- corrié el Centre de América, pas después 4 Chiapas y YVucatén y el reswltado de sus investigaciones fué la publi- caci6n del primer libro en que se octpé de esta Peninsula y que mencionaremes después. Confiesa el mismo Stephens. que no qued6 satisfecho con el relato que entonces pudo- hacer de Vueatan y 4 fin de poder estudiar sus monumentos con més detenimiento, volvié 4 fines de 1841 y recorrié Ia. Peninsula en todas direcciones. Resultado de su examen fué el segundo libro, especialmente consagrado 4 los inci- dentes de este viaje. En 1846 y como miembro del Club: Tammany: fué elector Diputado 4 la Convencién constitucional del Estado de New: York y en 1847 formé' parte de 1a Compafifa Ocednica de Navegacién 4 vapor y de la que proyectaba un ferrocarril en el Itsmo de Panamd, que lo cligié su Presidente. Con este motive visité la Nueva Granada en 1856 y 1851,.y hubiera producido su fecunda pluma una descripcién de los lugares: recorridos, sien octubre de 1852 no sticumbiera al influjo: de una afeccién hepitica, contraida indudablemente en sts largas permanencias en paises paludianos. Son por lotanto sus obras histéricas sobre esta Peninsula, las sigtient L.-INCIDENTS OF TRAVELIN CENTRAL AMERICA, CHIAPAS AND YUCATAN. enor Il.—INCIDENTS OF TRAVEL IN YUCA- TAN. ‘ Hasta el afio de 1850 se habfan hecho de la primera dus ediciones en inglés, dos voltimenes, cuarto, aunque ninguno emprendié la tarea de traducirla al espafiol. Sélo la parte yelativa 4 Yucatan fué vertida 4 este idioma y publicada ew “El Museo Yucateco” el afio de 1841 y después como Apén- dice 4 1a edicién espafiola de la segunda obra de Stephens. Esta se publicé en New Vork, 1843, dos volimenes, cuarto, y tuvo mejor fortuna para nesotros, porque don Justo Sierra la tradujo en su totalidad y fué impresa en Campeche, 4850, dos voltimenes en cuarto, Al frente de esta edicién publieé el traductor unas breves Mneas que no debemos dejar de reproducis, Dicen asi: “La obra de Mr. Stephens que hoy comienza 4 publicarse, es de un inmenso interés para el ptteblo yucateco, mucho nrdsen las presentes circunstancias, Observaciones hay alli que no de- en malograrse: consejos saludables que no deben desperdi- ciarse. Sobre todo, el examen de las ruinas que encierra nuestro pais, abre un campo vast{simo al examen de los sa- bios.”” “Mucho tiempo hace que esta obra debia ser popular en Yucatén. Los que habian pensado traducirla se arredraban ante el obstaculo de las numerosas ilustraciones que incluye, Jo que hacfe casi imposible su publicacién en el pais. Esto no me ha detenido; la falta de los grabades no debe privar- nos de wna lectura tan interesante, tanto menos cuanto que Jas descripciones son bastante exactas para que dejen de comprenderse sin la vista de aquellos... .”” Sin embargo de todas estas recomendaciones que un hijo predilecto del pais hacfa, la ediciéu qued6 casi invendida y siendo yo empleado de Ja oficina tipogrifica en que se primié, el duefio vendia los plieges como papel v ejo, peso’, por cuyo motivo se ha hecho sumamente escasa. ‘Tuvo la edicién inglesa la desgracia de salir después de la obra de Norman, de que nos ocupamos en otro Ingar, de ma- nera queno alcanz6 mejor fortuna. Arprovechése aquel det deseo cansado por las relaciones del primer viaje de Stephens srnO ta y muchas personas Io tomaron por éste, agotindose la edi- cién del libro que hizo, en tanto que esta obra es absurday, mientras que la de Stephens pnede reputarse irreprochable. Acompaiiaron 4 éste en su viaje 4 Yucatan, Mr. Francis Caterwood y el doctor Samuel Cabot Jr., de quienes es posi- ble que el lector desee tener algunos datos, porque no se en- contrardn sus nombres en nuestros apuntes. Caterwood se ocupé de tomar las vistas de mestras ruinas ¥ monumentos notables, con las que se ilustré la chra, y después, bajo los anspicios de un noble inglés, se formé con las principales un volumen en folio, ampliando los tamaiios en que habfan sido ya publicadas. Caterwood perecié en el siniestro del vapor ‘*Artico'’ en 1854, siendo lamentable el desastroso fin que le cupo, porque habia alcanzado universal reputacién por sus trabajos. El doctor Cabot, que se encargé de la parte ornitolégica del viaje, publicé algunos afios después unas curiosas memo- rias que insertaron los periédicos cientificos norteamericanos y habiendo residido algiin tiempo en Boston, del Estado de Massachusetts ejerciendo su profesién de médico, fallecié cn 1869, rodeado de toda clase de consideraciones. Este fué el fin y el resultado de la expedicién cientffica organizado portel sabio arqueolégico John Lloyd Stephens en 1841. Sobre la mds alta cima de la ciudad de Panama debe haber sido levantado un monumento que perpetie la memoria del Presidente de 1a Sociedad que proyect6 unir por medio de un fe:rocarril los dos oceanos. Yucatdin, 4 quién sacé del olvido, lamando la atencién de los sabios hacia sus maravillosas ruinas, aio hard alguna demostracién en su honor, no le nombraré siquiera su hijo bevemérito? Espe- remos que tn decreto de la Legislatura borre la falta en que hen incurrido tres generaciones, mostrdndose ingratas con el modesto sabio de que nos hemos ocupido. Se REGIL ESTRADA. (LIC. DON JOSE MARIA) L 19 de marzo de 1812 nacié en fa cittdad de Campeche, siendo hijo legitimo de don Pedro Manuel de Re- gil, de quien nos hemos ocupado ya, y de dofia Francisca rada, descendiente dela inolvidable matrona dofia Marfa Josefa de la Fuente y del Valle 4 quien se deben fantas fun- daciones ‘tiles en el Estado, como la Cétedra de Jurispru- dencia y el Fondo de Maiz 6 Banco de Avio para Agricultores. Desde sus primeros afios se dedicé el sefior Regil al dificil estudio de idiomas y al abrirse el 28 de diciembre de 1823 el Seminario Clerical de San Miguel de Estrada, fundado por un hermano de su madre, ingres6 en clase de alumno, susten- tando en enero siguiente un brillante acto de Gramética latina, cuando apenas contaba doce afios. En 1824 inicié el curso de Filosoffa yen diciembre del mis- mo afio aleanzé nuevos triunfosen su acto de Légica, siendo designado al siguiente de 1825 para presentar fos de Etica y Cosmograffa. Pas6 después 4 México donde cursé las clases de Derecho en el Colegio de San Ildefonso, dejando allf imperecederos re- cuerdos por su constancia en el estudio y su clara inteligencia. Recibié el grado, mediante lucidos exdmenes, el 23 de no- viembre de 1832, matriculdndose el catorce de enero de 1833 bajo el ntimero 83 en el Iustre y Nacional Colegio de Abo- gados. Apenas Ilegé 4 Campeche el mismo afio, se encargé de la Cétedra de Jurisprudencia que en el Seminario tenfa fundada su ilustre abuela, al mismo tiempo que el inolvidable sacer- dote don Andrés Ibarra de Le6n abria su curso de filosofia. “Tan joven aquel cotio éste, de un talento no comin, dewna “‘elocuencia tal que se le considera el primer orador de la Pe- “‘nfrisula yucateca, de costumbres severas, de una puntualidad “sin ejemplo, desde entonces hasta poco antes de su muerte, “‘tuvo abierta constantemente su cdtedra ensefiando tan di- “‘ficil ciencia, En sus lecciones de Derecho natural, ptiblico, ‘civil y candnico, ensefié siempre los mejores principios; la “‘libertad de conciencia, la soberanfa del pueblo, la supremacia “‘de los concilios sobre el Papa y las regalias de la autoridad “‘civil sobre lo eclesidstico.”’ Presté importantes servicios en distinguidos puestos pé- blicos. Fué miembro del H. Ayuntamiento, Fiscal de Impren- ta, Promotor fiscal del Juzgado de Distrito de Yucatan con re- sidencia en Campeche, y bajo el Gobierno Imperial Rector del Instituto Campechano, desde 1865 hasta 1867, El mismo Gobierno le confirié la Cruz dela Orden de Guadalupe y la Hy Legislatura del Estado mandé fijar su nombre con letras de oro en el sal6n de actos del Instituto. Pertenecié dla Sociedad amexicana de Geografia y Fstadistica y 4 otras corporaciones cientificas. E Cuando todavia la patria esperaba bastante de su recto jui- cio & ilustracién, bajé al sepulero el 16 de agosto de 1867, Iorado por st numerosa familia y sentido por toda la so- ciedad campechana. Innumerables discursos y tratados juridicos se nos han se- fialado como debidos 4 la pluma del ilustre doctor Regil, pero Ja obra mas notable que escribié se titula: ESTADISTICA DE YUCATAN. Se publicé por acuerdo de la Sociedad de Geograffa y Es- tadistica de México, en su ‘‘Boletin,”’ por disposicién de 20 de enero de 1853, haciéndose ademds una tirada especial cu- yos ejemplares seagotaron. Ultimamente se habfa empezade A publicar en un periddico local, perode una manera muy incorrecta. El mérito de esta obra se comprenderd desde el_ momento en que se considere que no habia un trabajo desu especie desde Jos incompletos de don Pedro Manuel de Regil y don Poli- carpo de Echdnove. Ademéas de las noticias estadisticas in- “lite las histéticas y biogréficas, por cuyo motivo figura en Jalpresente coleccién de historiadores de Viscatin. Fué colaborador del Lic. Regil en éste trabajo su amigo ‘y pariente don Alonso Manuel Peén, quien revis6 la nomen- ‘elatura maya, cuya ihgrata ortograff se rebelaba‘al dtitor. Recomendamos 4 nuestros lectores la lectura de esta obra, que da una idea completa de 1a Peninsula en todas sus prov ducciones naturales'y qtte deleita por su. correcto y castizo Henguaje. =I. SIERRA. (LIC. DON JUS@O) OF Gey acio enel pueblo de Fixcacaltuyti el 24 de sep- tiembre de 1814 y descend{a del famoso Conquistador Fer- nando de Aguilar, de quien ya hemos tenido ocasién de ocu- parnos en estos ‘Apuntes.”” . Ala proteccién que Ie dispensé el seffor Cura don Antonio Fernandez Montilla debié el pasar 4 Mérida i tudios en ef Colegio de San Ildefonso, bajo la direccién de los profesores del Seminario Conciliar. Alli curs6é humanidades confesando después que fué fan rapido el tiempo dedicado & ellas, que tuvo necesidad Inego de perfeccionarse con Ia lec- tura de los clésicos latinos, en quienes hallaba una rica fuente deconocimientos. Conclayé el curso de Filosofia con el Pro- fesor don Domingo Campos, en 1829, ocupando uno de los primeros Ingares entre condise{pulos tan aprovechados como don José J. Castro, don Policarpo Molina, don Pablo Caste- ianos y don Manuel Antonio Sierra, En segitida sé inscribié en Cénones y Derecho civil en la Céitedra del doctor don Domingo Lépez de Somoza, ganando Ia beca de oposicién mediante los exdmenes de Reglamento. Pas6 después 4 México A concluir su carrera de Abogado en ¢l Antiguo y Nacional Colegio de San Ildefonso, recibiendo su diploma el 21 de julio de 1838, matriculdndose en el Cole- gio de Abogados bajo el niimero 348 el 26 de enero de 1852 €incorpordindose en la Nacicnal y Pontificia Universidad det Estado en donde, mediante los requisitos exigidos, fué doc- torado en Derecho y nombrado Catedratico de la clase de me- nores, —167— Dok Justo Sierra fué clecto varias veces Diputado y Sena- or al Congreso de la Unién, Juez de Distrito en el Estado ‘con residencia‘en Campeche y Secretario de la Comision que firmé los tratados de 28 de diciembre de 1841 para la rein- -corporacién de Vucatin 4 la Repitblica, cuendo el supremo Gobierno envié de Comisionado al ilustre Lic. don Andrés Quintana Roo. Rudamente hostilizado en Campeche después de la revo- Iucién de 1857, pas6'su residencia 4 Mérida, y habiendo con- traido una mortal y penosa dolencia, se de@icé & concluir Ios trabajos literarios que tenia comenzados. Hasta he lefdo en la “Bibliografia Juridica Mexicana” del Lic, Manuel Cru- zado, que cotf ese objeto se encerré en el antiguo Convento de la Mejorada de Mérida. Al fin fallecié el 15 de enero de 1861, cuando todavia una juventud relativa hacia esperar de él producciones mas nota- bles en honra de la patria Pasemos 4 ocuparnos de stis obras, Como Abogado escribié las ‘‘Lecciones de Derecho Mari- timo Internacional", que le fueron encomendadas porda Es- cnela Nacional de Comercio y el “Proyecto de Cédigo Civil Mexicano’’ 4 pedimento del Supremo Gobierno, Parece que en las primeras no tuvo en cuenta las leyes patrias en lo re- lativoal Derecho maritimo mexicano, ni lo que precepttaban nuestros tratados internacionales; pero por otra parte abarca tun caudal de principios juridicos-expuestos con método y re- yela asi mismo el incensante trabajo que su autor desplegd en favor de la ciencia, El “‘Cédigo” constituye la base que ha servido para Ja codificacién mexicana en materia civil. El mismo doctor Sierra expresa el sistema empleado para su trabajo en la comunicacién con que remitid al Ministerio respectivo el primer libro, de la que tomamos los pasajes siguientes: “FI método que he seguido es muy sencillo; es el método francés con las desviaciones que he juzgado necesarias, bién para conservar lo que del derecho patrio es inmejorable 6 bien para introducir las mejoras que demanda el espiritu de la €poca, De algo me han servido mis apuntes de codificacion; —=168—> peroTo que realmente me ha servido de gufa han: sidd"fas, discusiones del Cédigo civil francés, 10s comentarios del _se- fior Rougron, los cédigos de la Louisiana, de Holanda, de Vaud, de Piamonte, de Napoles, de Austria, de Bayiera y de Prusia, comparados con el francés; y sobre todo, el proyecto. de cédigo civil espaol, sus concordancias con los nuestros antiguos y el Derecho romano publicado con motiyos y co- mentarios por el sefier Garefa Goyena, uno de los mas emi- nentes jnrisconsultos espaiioles de la escuela moderna.” Este Cédigo fué adoptado en Veracruz en 1861 y su autor declarado hijo del: Estado’ para recompensar sus titiles tra- bajos en la formacién del proyecto. Poco tenemos que decir con. respecto 4 las obtas politicas del doctor Sierra, si no fuese la redaccién: de los _periddicos “El amigo del Pueblo”, “La Razén” y ‘La Unidn Liberal”, y-st estudio sobre ‘EI ‘Territorio del Carmen”, de que se hizo tirada especial, pero que fué publicada. primero en el til- timo de aquellos. De estos periddicos s6lo “EL Amigo del Pueblo” fug independiente, siendo los demds oficiales. ‘To- dos se publicaron en Campeche. Por lo que respecta 4 sus tareas literarias, la fecundidad de su pluma nos deja admirados. Parece imposible que una vida tan corta y dedicada por mucho tiempo 4 estudios difi- ciles profesionales, haya sido suficiente para dar cima 4 em- presa tan delicada. Fundé Jos periédicos ‘E] Museo Yuca- teco,”” Campeche, 1841-42, “El Registro Vucateco””, Mérida- Campeche, 1845-49, y “EL Fénix,”’ Campeche, 1848-50, publicando en ellos trabajos originales y comentando jui- ciosamente les agenos; numerosas biografias de gobernadores yucatecos notables dié 4 luz,, juzgando 4 sus compatriotas con la justicia que se merecfan; public dos novelas origi- nales tituladas: “Un. ato en el Hospital de San Li y “La Hija del Judio,”” ambas basadas en las tradiciones é historia de Yucat4n. Redacté informes de toda naturaleza que le encargaban las autoridades, edité el ‘*Viaje 4 los Es- tados Unidos’ de don Lorenzo de Zavala, antecediendolo una notable noticia de su vida y escritos, la ‘Historia de Yuca- tan’? de Cogolludo,, que estaba en inminente riesgorde per- —169— derse ¥ tradujo y edito el ‘Viaje 4 Vucatén”” de Stephens, relativo 4 nuestra arqueologfa. Como filésofe se nos muestra en sus ‘‘Impresiones de um viaje 4 los Estados Unidos y al Canad4,’? cuya publicaciém no pudo concluir, pero que nos revela en la parte conocida cuanto es stficiente para juzgar de sa mérito. Apenas hay periddico, libro, memoria 6 sociedad cientifica 6 literaria en Vucatén en donde no sé recuerde el nombre de don Justo Sierra, como no hay punto de nuestra historia so- bre el que no haya emitido wna opinién razonada y amoldada 4 su justo criterio, Fué miembro de la Academia de Ciencias y Literatura, de la Sociedad Mexicana de Geograffa y Estadistica, del Insti- tuto de Africa y de otras Sociedades nacionales y extranjeras. La Legislatura de Campeche mandé inseribir su nombre con letras de oro en el salén de actos del Instituto y el teatro de Izamal lleva actualmente su nembre. Sus obras histéricas son Jas siguientes: _ I.—OJEADA HISTORICA SOBRE EL ES- TABLECIMIENTO BRITANICO DE _ BE- LICE, Se imprimié en ‘El Fénix’?, pero Gesgraciadamente no Itegé sino hasta cl afio de 1786. Después se empez6 4 repro- ducir en el periédico meridano “La Ley’* sin Hegar 4 termi- narse. IIl.—GALERIA BIOGRAFICA DE LOS SE- NORES OBISPOS DE YUCATAN. Fué publicada en “El Registro Yucateco” y comprende desde Fray Francisco Toral que fué el primero que goberné el Obispado, hasta el Imo. sefior don José Marfa Guerra que estaba al frente de él cuando se hizo la publicacién. TIl.—INFLUENCIA DEL SEMINARIO EN NUESTRA SOCIEDAD MODERNA, Se publicé en los tiltimos nfimeros de “El Fénix.’* IV.—EFEMERIDES. Las publicé en el primer afio de “El Fénix’”, dindoles una extensién tal, que bien puedcn considerarse como monogra- 16 — fias de los sticesos relatados. Después publied los extractos en el Calendario de 1851 que repartié con cl mismo nombre de su periddico. V.—CONSIDERACIONES SOBRE EL ORI- GEN, CAUSAS Y TENDENCIAS DE LA SU- BLEVACION INDIGENA, SUS PROBABLES RESULTADOS Y SU POSIBLE REMEDIO. Se publicé también en “EI Fénix’’ comprendiendo nada més que hasta el afio de 1818. De esta obra dice don Eligio Ancona: “Cuando el sefior Sierra comenz6 este trabajo, proba- blemente pensé limitarse en é1 al objeto que inslicaba su titulo; pero poco 4 poco comenz6 4 tomar grandes” proporciones y Negé & ser casi una historia de Vucatdn. Dej6. consignados en é1 datos preciosisimos, especialmente sobre los sucesos de principios de este siglo, que precedicron 4 la proclamacién de la independencia.”” A pesar de este etimulo de trabajo que hubiera fatigado 4 otro menos resistente 6 menos entusiasta por las glorias pa- trias, habfa anunciado en 1853 la edicién completa de sus obras 4 las que pensaba hacer serias reformas. Las circuns- tancias politicas del pliis se lo impidieron; pero todavia en el miimero 131 de ‘‘La Unién Liberal’? correspondiente al vier- nes 13 de matzo de 1857, publicaba una circular dirigida 4 Jas personas pudientes de Yucatén, pidiéndoles su contin- gente para la impresién de todos los documentos antiguos que posefa, y en el nimero 136 del mismo periddico daba el plan de la obra que se pensaba editar en esta fo-ma: Pen- saba publicar en un grueso volumen en cuarto, un trabajo” titulado ‘‘Influencias del elemento indigena en la organiza- cién politica de Yucatén’’, refundiendo alli las ‘‘Conside ciones.’’ Conclufda esta edicién publicarfa la ‘‘Historia de Ja actual sublevacién Ge los indios de esta tierra’, en Ja cual tenfa ya puesta la mano, después de reunir los documentos que deberfan comprobarla y que no eran sino los expedientes originales, que por orden del Gobierno le entregaron los A- yuntamientos de Mérida, Campeche y Valladolid. La revo- Jucién de agosto de 1857 lo sorprendié en estos trabajos y —171— habiendo sufrido persecuciones, se vid obligado 4 abandonar Campeche, y sti casa asaltada fué presa dela destrucein van- dAlica que es de esperarse en estos casos. Alli perecieron muchos trabajos inéditos de ese distinguidisimo escritor y muchos libros antiguos que habia podido reunir 4 fuerza de trabajo y de dinero, siendo lo ms sensible 1a pérdida de los expedientes originales de que hemos hecho referencia, que no podrn reponerse nunca, $e lamenta el mal estado de nues- tros archivos de la época colonial y se culpa de ello 4 Ios pi- ratas que los destrufan en sus frecuentes invasiones. ¢Qué nombre le daremos 4 este atentado cometido 4 mediados del siglo XIX, que se enorgullece con Hamarse el siglo dela luces? Hemos dicho ya que el doctor Sierra fallecié el rs de enero de 1861, En la tarde del siguiente dfa, previo el embalsa- mamiento de su cadaver, fué arraneado de los brazos de su famifia y conducido 4 la Universidad para tributarle los ho- nores 4 que era acreedor. Después fué Mevado 4 la Catedral de Mérida, eu cuyo atrio pronuncié el elogio ftinebre el doc- tor don Fabién Carrillo Suaste, y por tiltimo al Cementerio General, donde se inhumé el 17 en la maiiana, Si nos propusiéramos hacer un jui€io critico de las obras del doctor Sierra, necesitariamos de una inteligencia tan lu- miniosa como lo fué la suya: si quisierames dar una simple idea de los artfculos que se le han dedicado, de las veces en que seleha mencionado de manera honrosa, Menarfamos, sin duda, un volumen de proporciones ms vastas que el pre- sente, Nos contentaremos con repetir una vez més que el doctor don Justo Sierra fué el padre de la literatura penin- sular, el primer yucateco que emprendié el estudio serio de nnestra historia, el primer mexicano que intenté la codifica- ién de leyes en materia civil y ef tnico que no descans6 un momento en procurar el bien y el engrandecimiento de su patria. Para concluir este imperfecto bosquejo, debo comunicar A mis lectores que uno de sus hijos se ocupa hace tiempo en coleceionar los trabajos del doctor Sierra para hacer de ellos una lujosa edicién, digna de su autor y de su objeto. Stace BRASSEUR DE BOURBOURG, (CARLOS ESTEBAN) eae hy an OXS Si afio de 1814 nacié en 1a aldea de Bourbourg, cerca de Dunkerque, haciendo alli los estudios hasta recibir el Orden sacerdotal y entrar 4 1a legién de misioneros fran- ceses que Io destinaton al Canadé el afio de 1845. Después de un nuevo viaje 4 Europa volvié 4 la América Visitando con algtin detenimiento los Estados Unidos y fi- jando al fin su residencia en México, donde por algdn tiempo sirvié el encargo de Capetlan de 1a Legacién francesa en esta Repiiblica. Hizo luego una excursién al Sur de los Estados Unidos y pasando 4 Guaterfala, obtuvo el beneficio de Administra: dor eclesidstico de los indios de Rabinal, donde con empefio se dedicé por algunos aiios al estudio de las lenguas centro- americanas y al de la historia de aquellos pafses. Una en- fermedad aguda le oblig6 4 voiver 4 Francia, encargéndose de una Abadia; peroen el afio de 1864, cuando yaestaba al- go restablecido de sus dolencias, recibié el nombramiento de miembro de la Comision Cientifica de México, creada por el ministerio de Instruccin pitblica en Francia con misién especial para visitar nuestro pats. Con ese cardcter vino 4 Yucatdn en 1865, recogié cuan= tos datos podidn servir 4 su objeto y después de continuar su excursién cientifica por algunos ctros lugares de la Re- piblica, se embarcé para Espafia, registré los archivos pii- blicos, descubrié el famoso libro extractado de los escritos del Padre Landa y el ““Manuscrito Troano”’, cuyo nombre le fué impuesto por él, y en 1868 daba cuenta de este viaje al Ministerio respectivo, en un largo memorial inserto al frente de la obra en que publicé su tiltimo descubrimiento. Desde esa fecha se dedicé 4 escribir numerosos trabajos hist6ricos y filolégicos, ea cuyo trabajo le sorprendié la muer- te en los primeros meses del afio de 1874. El Abate Brasseur, quien hemos tenido que citar mu- chas veces en estas paginas, fué un diligente observador y cousiguié 4 fuerza de estudios penetrar algo en el sentido filolégico de la hermosa lengua maya. Sin embargo, esto ‘no le sirvid para conseguir su intento de descifrar la antigua escritura geroglifica de los yucatecos y cuando se atrevié 4 dejarse llevar 'de su cardcter vivo y de su fecunda firagi- macién, nos relaté novelas muy hermosas, que por desgra- ‘cia no hicieron adelantar mucho la ciencia, ni deben aceptar- Se sino como tun imperfecto ensayo de descifracién. Entre las numerosas obras con que el Abate Brasseur ha enriquecido 1a bibliogratia universal, las siguientes se refie- ren con especialidad 4 la historia y lengua de Yucatan, I.—LETTRES POUR SERVIR D’ INTRO- DUCTION AL’ HISTOIRE PRIMITIVE DES NATIONS CIVILISEES DE L’ AMERIQUE SEPTENTRIONALE, Il.—HISTOIRE DE L’ YUCATAN. Ill.—RELATION DES CHOSES DE YU- CATAN. IV.—RAPPORT SUR LES RUINES DE MAYAPAN-ET D’ UXMAL AU YUCATAN. (MEXIQUE.) V.—MANUSCRIT TROANO. ETUDES SUR LE SYSTEME GRAPHIQUE ET LA LANGUE DES MAYAS. VI.—BIBLIOTHEQUE MEXICO-GUATE- MALIENNE, VU.—LETTRE A MR. LEON DE ROSNY SUR LA DECOUVERTE DE DOCUMENTS —r74— RELATIFS ALA HAUTE ANTIQUITE AME- RICAINE ET SUR LE DECHIFFREMENT DE L’ ECRITURE PHONETIQUE FIGU- RATIVE DES MAYAS. La primera se imprimié en México, por Mungufa, 1351, y deben considerarse como un ensayo del Abate Brassenr en ef campo en que después Iucié su gran talento. De- miuestra en ella estudios muy especiales sobre la historia y lengua mayas. Se imprimié 1a segunda en Parfs, 1858, por Artur Ber- trand, y forma el segundo tomo de la “Historia de las na- clones civilizadas de México y dela América Central,’” que 4 juricio de los inteligentes es lo mejor que escribié el Abate, La tercera es el texto francés de la obra de Landa, de qué’ hos ocupamos ya al hablar de este historiador franciscano, enriquecida con ernditas notas mds copiosas que el original y llenas de observaciones curiosas. La edit6 el mismo Ber- trand, un volumen cuarto, Paris, 1864. La cuarta se publicé en Pat 1866. Fué un informe dado al Ministerio de Instruceién Piblica de Francia, como resultado del viaje 4 Yucatén y tenemos ya una tradnecién castellana publicada en el periddico ‘Ia Revista pe Mi- RIDA” correspondiente al afio de 1870. El “Mannscrito ‘Troano!’ publieado en Paris, 1869-70, dos volfimenes, fotio, es, como su nombre lo indica, un en- sayo para descifrar la escritura calculiforme de los mayas, en cttyo terreno caminé Brasseur con muy poca seguridad. Reproduce integro el “‘anahté” indio, pero debemos dudar de la exactitud de esta reproduccién por lo que Mr. Leoncio Angrand dice en carta dirigida en 29 de Marzo de 1870 al Presidente de la sociedad de Geografia y Hstadistica de Mé- xico, que se publicé en el ‘‘Boletin”” de la misma sociedad. Contiene el libro ademés una traduccién al francés de la Gramética Maya de Fray Gabriel de San Buenaventura y un vocabulario maya-francés-espafiol de mds de 4000 voces. La “Biblioteca’” se publicé en Parfs, 1871. Es un catd- Togo de cerca de quinientas obras impresas que el autor po- seia, referentes 4 Vucatén, Guatemala y México. 3 ‘La vasta dirigida 4 M. Leon de Rosny no he podido leerla. Se publicé en el naimero correspondiente 4 marzo de 1869 de Ja “Revista Etnografica’’ de Paris, periédico cientifico euya tirada es muy corta ¥ chya suscripeién me informan que esti limitada A los miembros de la sociedad de que es érgano. ‘Tales son las noticias bibliogrdficas que he podido propor- scionarme respecto 4 las obras que telativas 4 Yucatan escri- bié el Abate Brasseur de Bourbourg. En cuanto al mérito de estas obras, es indudable que Bras- seur tuvo un estilo facil que arrebataba al lector entusias- mAandolo para devorar con ayidéz cuanto producia. Por le que respecka 4 sus conclusiones, ya hemos dicho gute en la interpretacién de los Cédices mayas empleé mds su talente ‘creador que su paciente investigacién y con respecto 4 su cri- terio histérico, basta decir que su admiracién por los pue- Dlos septentrionales de América To Ilevé al grado de asegurar que la cuna de la civilizacién en vez de encontrarse en las mesetas de la Alta Asia, deben hallarse hacia las desembo- caduras del Mississippi 6 del Orinoco, teorfa que 4 ser juz- gada por un Consejo de téologos, hubiera dejado muy com- prometide al Abate con respecto 4 sus conacimientos exegé- tico-sagrados. Ya hemos dicho al tratarde Fray Diego de Landa que Brasseur fué acusado de mistificacién al publicar el Alfabeto atribuido 4 los mayas, acusacién de qué no pudo defenderse por haber fallecido ya cuando fué hecha. Pero uta nueva edicién de la obra de Landa dada 4 luz por don Juan de Dios de la Rada y Delgado en Madrid y los jui del doctor Brinton en sus “Essays of an americanist,"’ parecen absol- verlo de toda culpa sobre ese particular, El Abate Brasseur guardé siempre vivo el recuerdo de la amigable acogida que se le hizo en Yucatén, En carta que escribié desde Veracruz al Imo. sefior Carrillo y Ancona en abril de 1865, le decia: ‘Siempre me acordé de las muchas manifestaciones de amistad con que he sido acogido en el anemorable pafs de usted y si Yucatan tiene para mf tantes monumentos de interés en la arqueologia, no menos me atrae por la amabilidad de sus hijos.”” SEsxr. FRIDRICHSSHAL. (M.)} PRINCIPIOS de abril de 1841 Megé 4 la Penfn- sula de Yucatén, después de us viaje por Centro-América, el joven alemén M. Fridrichsshal que pertenecfa 4 la nobleza de su pats, putes se hacfa dar ef titule de Bar6n, distinguién- dose por sus maneras sociales que acreditaban 4 un caballero 1 poco comin. Visité las rninas monumentales que existen diseminadas- en los bosques peninstlares y después de tomar los datos que Ie fueron més indispensables y las vistas de los edificios ar- quitecténicos de Uxmal, Chichén é Izamal, por medio de um aparato de Daguerre, que tuve en Campeche 4 disposiciém de cuantos quisieron utilizarlo, continad su viaje de explo- racién fuera del pafs. Sentimos no tener datos mds ciertos respectio 4 la vida de M. Fridrichsshal, que escribié referente 4 Ia his queologia mayas las obras siguientes: I.—CARTA A DON JUSTO SIERRA, de 21 de abril de 1841. IIl.—VOYAGE DANS L’AMERIQUE CEN- TRALE, YUCATAN, & & Se publicé su carta en el ‘Museo Vacateco”, Canrpeche, 1841, y en ella emite opiniones muy juiciosas acerea de quie- nes fueron los constructores de les edificios que se admiram hoy en medio de su completa ruina. Las ideas del arqued- logo alemén han sido casi totalmente adiitidas por los ex- ploradores subsecuentes, aunque nuestro ilustrade compa- oria y ar- triota Juan José Hernandez combate alguno de sus mientos con aquella precisién que distingufa sus juicios. La segunda obra la hemos visto citada por el Abate Bra: seur en su ‘Historia de Yucatdn’’, pero nos ha sido impo- sible conseguirla. Nuestro particular amigo el doctor don Nicolds Leén, 4 cuyas incesantes pesquisas debemos muchas obras antiguas yucatecas, nos informa que este trabajo de M. Fridrichsshal se publicé en una coleccién de viajes muy extensa y muy rara hoy. Parece que alli no traté muy bien 4 la raza ind{gena por- que no entendfa su idioma ni le daba 4 comer pan de trigo, sino tortillas de mafz, y 4 la tierra yucateca porque le pro- porcioné unas calenturas intermitentes; pero también debe- mos tener en cuenta que no fué recibido en Izamal de una manera hospitalaria y que el duefio de la fitica 4 que perte- necia entonces el terreno en que estan las rtinas de Chichén, casi lo expuls6 de ellas. Por otra parte don Justo Sierra, asegura que las vistas fo- togrficas Ilevadas por Fridrichsshal eran una obra preciosa y recomendable y que tenfa una hermosa coleccién de ellas, que seguramente servirfan para ilustrar su obra. Por esto s6lo mereceria ocupar un lugar distinguido en nuestras bi- Dliotecas, porque de entonces 4 hoy el abandono en que he- mos tenido aquellos monumentos de nuestra grandeza pasada, los ha hecho legar casi 4 una completa destruccién. SxSx IT. SUAREZ NAVARRO. (GRAL. DON JUAN) I nos hnbiera sido posible evitar que apareciera en las paginas de este libro el nombre del sefior Sudrez Na- varro, lohabriamos hecho gustosos, Ni una frase en su abono, ni una sola noticia biogr4fica que le sea favorable hemos po- dido encontrar en nuestras inyestigaciones, Pero la obra crita por él forma parte muy interesante de nuestra’ historia por referirse & la época de la divisién territorial de Yucatin y nos vemos obligados, muy 4 pesar nuestro, 4 ocuparnos de Ja personalidad de su autor. Limitaremos nuestros datos 4 aquello que sea mity preciso para nuestro objeto. El General Sudrez Nayarro vino 4 Yucatan por primera vez en la expedicién enviada por el Presidente Santa Ana contra las autoridades del Estado en 1842, Parece que en- tonces vendié y calumnié A su protector el General Mifion, segiin se deduce de un folleto gue aquel publicé en Puebla para vindicarse, En 1850 hizo imprimir en México una obra titulada ‘‘His- toriade México y del General Antonio Lopez de Santa Ana.” Oigamos como la juzga el distinguido escritor don Antonio Ferrer del Rio en la biografia de don Lucas Alamén: ‘Datos “son estos, (refiriéndose 4 la ambicién de Santa Ana) que “ge desprenden hasta de un desgraciado libro impreso en son “«de panegirico de Santa Ana, donde se disptitan la primacta, “1a inexperiencia del que lo escribe, y la pasion que le des- “Iumbra, y donde hacen funestisima corcordancia, el des~ “acierto de los juicios, el escaso conocimiento del idioma y “Jo pedestre del lenguaje.’” =179— Stdrez Navatro sirvié 4 1a reaccién durante la memorable guerra de reforma, concluida Ja cual lo envié el Presidente Judrez 4 Yucatdn como 4 tin destierro disimulado. En 1860 se trasladé 4 Cainpeche de donde volvié 4 Mérida en octubre del mismo afio, pretextando uria enfermedad, por cttyo mo- tivo solieité y obttivo dél Gobierno Gefteral el permiso para salir fuera de la Reptiblica. Finalmente sirvié al Império y fué nombrado Admimis- trador de la oficina de Bienes Eclesidsticos por decreto de 12 de marzo de 1865. Electo Diputado al Congreso Nacional por el Distrito de Muna, del Estado de Yucatén, se optiso abiertamente 4 la ereccién constitticional del Estado de Campeche, que lo habia favorecido poco tiempo antes y en dotide se guarden recuer- dos no muy gratos de st permaneitcia, Ett marzo de 186¢ le éricargé el Mi cién, que regenteaba entonces el distinguido estadista don Francisco Zarco, qtte emitiera un Informe sobre la eseisién de la Peninsula, sts ftecuentes cambios politicos y ef envio de indigenas 4 Cuba vendidos como esclavos. Parece quie el General Sttdrez Navarro no era muy competente para eseri- bir un informe de esta naturaleza y que se entregd er manos de los enemigos de la divisién politica de Yucatan, qtienes fo redactaron, Cierto 6no el hecho, citmplié la comision que se Ie habfa confiado, emitiendo en abril del mismo afio el INFORME SOBRE LAS CAUSAS Y CA- RACTER DE LOS FRECUENTES CAMBIOS POLITICOS OCURRIDOS EN EL ESTADO DE YUCATAN Y MEDIOS QUE EL GO- BIERNO DE LA UNION DEBE EMPLEAR PARA LA. UNION DEL TERRITORIO YU- CATECO, LARESTAURACION DEL ORDEN CONSTITUCIONAL EN LA PENINSULA Y PARA LA CESACION DEL TRAFICO DE IN- DIOS ENVIADOS COMO ESCLAVOS ALA ISLA DE CUBA. isterio de Goberna- So Se publicd por Cumplido en México, en 1861, tm volumen cuarto mayor de 189 paginas y es tn desahogo de pasiones que no merece refutacién. Se la did, sin embargo, “El Es piritu Pablico’’, periédico que se redactaba en Campeche por aquella época, pero el cardcter de este libro nos impide entrar en estos pormenores. Sudrez Navarro ilustré su trabajo con 37 documentos jus- tificativos y un plano de Yucatan, que le dan cierto cardcter histérico, aunque apreciaba los hechos que aquellos com- prueban de manera que pudiesen servir en beneficio del par- tido politico que defendia. GEsxiir. MALTE-BRUN. (VICTOR ADOLFO) @ Ht CMU del céledre politico y gebgrafo dinamarqnés Malte Conrado Brun, nacié en Paris el 25 de noviembre de 1816, quedando hnérfano 4 los diez afios. Por los servicios que prest6 su padre 4 la ciencia fué pensionado en el Cole- gio de Versalles donde hizoestudios notables hasta 1837, en que pasé al despacho de un procuradior, del que salié al afio siguiente dedicdndose al profesorado. Obtuvola cétedra de Historia en Pamiers en 1830, en San- ta Barbara en 1840 y en el Colegio Estanislao en 1846; pero alafio siguiente abandoné la carrera para dedicarse exclu- sivamente 4 los estudios geogrificos. Por mucho tiempo fué Presidente y Inego Secretario de honor del Consejo de ia Sociedad de Geografia'de Parfs, di- rigié los nuevos ‘‘Anales de Viages’” fundados por su padre en 1808 y colaboré activamente en el Boletin de la Sociedad Geografica. Sus primeras obras son: ‘‘Los jévenes viajeros en Fran- “La Francia ilustrada,” **Restimen histérico de la ex- ploraciénen busca de los grandes lagos de Africa,’” ‘‘I.os Fstados Unidos y México,” ‘Ia Sonora y sus minas,”” ‘‘Ca- nal interocednico del Dariéw”’ y “‘Geograffa Universal.” Edit6 también con muchas reformas la notable ‘‘Geogra- fia’? de su padre, escrita en colaboracién con ¢l ivteligente Mentelle. Malte-Brun fué miembro correspondiente honorario de 1a Sociedad Real Geografica de Londres, Miembro honorario de las Sociedades de Geografia de Berlin y Génova y corres- ci hoa pondiente de las de igual clase de Rusia, Viena, Darmstadt y Francfort $. M. Murié en Marcoussis, del Departamento francés de Sena y Oise, el 15 de abril de 1889. Su obra histérica que nos proporciona el placer de incluir su nombre en estos ‘‘Apuntes’’ se titula: UN COUP D’GSIL SUR LE YUCATAN. Se public en Paris por Arthus Bertrand, 1864, un pequefio: tome, en octavo, de treinta y cuatro paginas y hace un resu- men sintético de los trabajos de Brasseur, Stephens y Char- nay sobre Geograffa, Historia y Monumentos arquitect6- nicos de los antiguos mayas. Este libro fué una necesidad para la Francia en aquellos momentos en que sti gobierno se ocupata con mas empeiio en sostener la Monarquia de Maximiliano en México y nom- braba una Comisién Cientffica que explorase nuestro pais. Con la urgencia de publicarlo incurrié Malte-Brun en al- gumos errores de interés, pero debe tenerse presente que el titulo “Ojeada’” salva enalquiera incorreccién en que hu: biese caido el autor. En la seccién hist6rica divide Yucatan en los cinco Depar= tamentos de Mérida, Campeche, Izamal, Tekax y Vallado- lid, cada uno de los cuales estudia por separado. Hace tam- bién la enumeracién de treinta y tres ciudades mayas arrui- nadas siguiendo en esto 4 Stephens, de cuyas notables des- cripciones toma aquello que mds resalta, para demostrar la importancia de nuestras antigiiedades. Para la parte geografica se sirvié Malte-Brun de un Cate- cismo publicado en Mérida el afio de ¥851 bajo las iniciales de J. S. C. y G. M_R., cuyo catecismo no conozco. No sé si las tres primeras iniciales se refieren 4 don Justo Sierra, como dice el Abate Brasseur en su ‘‘Biblioteca’’ 6 al sefior Coronel de Ingenieros don José Segundo Carvajal como me ha asegurado tno de sus deudos; pero casi puedo afirmar que Jas segundas ocultan el nombre de don Guadalupe Martin Rosado, persona que presté algunos servicios 4 Vucatan y murié de una manera trégica en 1867. = : Ya se comprendera que con elementos tan deficientes, ‘Malte-Brun no podfa hacer un trabajo completo; pero su pequefio texto serd leido siempre con interés, por la ame- midad del lenguage que demuestra la vasta ilustraciéu dei autor. s=axIv. CALERO. (DON VICENTE) ee Ja ciudad de Mérida, capital de Vueutén, na- cié el dia 19 de mayo de 1817 € hizo allt mismo sus estudios primarios y preparatorios Inciendo las brillantes disposiciones de un talento elevado y de un espfritu décil para la compren- sidn de los principios cientfficos. Entusiasmado por las arideces de fa medicina, sus padres que tenfan proporciones stficientes para costearle una bri- Hante educecién, lo enviaron 4 México, no siéndole posible entrar desde Inego 4 la escuela profesional que ou no existfa para aquella ciencia del ardlisis y de la experimentacién. Curs6, 4 pesar dé eso, en cétedras privadas, Anatomia, Quimica y Botnica y viendo los inconvenientes que se le presentaban para lograr ef fin que se habfa propuesto, se de- dicé al estudio de las Bellas Letras bajo Ia eminente direccién de su tio don Andrés Quintana Roo. La lectura de los cl4sieos que formaba Ia selecta Biblioteca de aquel esclarecido patricio, amplié en su cerebro los hori- zontes del saber y perfecciondndose con un dilatado viaje por Tos Estados Unidos, velvié 4 su pais natal en 1839. Las ensefianzas adquiridas le grangearon numerosos admi- radores y el Gobierno To Ilamé al desempefio de comisiones importantes ansioso de tener entre sus servidores 4 hombres de swrtalla intelectual. Fué, pues, Diputado 4la Legisktura focal, Senador, Consejero de Gobierno y por dos _perfodos oempé tna curul en el Congreso de la Nacién. En 1841 fundé en Campeche en uniémde don Justo Sierra “EI Museo Vacateco'’, que se considera como Ia piedra mi- Tiaria en que descansa el cdificio levantado 4 1a Literatura,en Ja Peninsula. Siguiéronle * Registro’’-y ‘‘E] Mosaico’’, periédico de la Academia de Ciencias y Literatura, de que fué uno de los mas entusiastas fundadores y su Catedrético de Retérica. Durante su permanencia en México tuvo la gloria de cola- borar para la formacién del notable “Diccionario Universal de Historia y Geografia’’ al ledo de los ilustres sabios Ra- mirez, Orozco y Berra, Icazbalceta, Pimentel y demds que levaron 4 cabo este patridtico trabajo. Fallecié en Mérida el 10 de octubre de 1853. Don Vicente Calero Quintana escribié algunas poesfas sin que lograse brillar en este género; publicé notables articulos literarios que otra vez juzgaremos con més detenimiento y en diversas publicaciones de su época dié 4 luz las siguientes monograffas histéricas: I.—GERONIMO DE AGUILAR. Il.—TUTUL XIU Y COCOM: ILL --SUCESOS NOTABLES DE LA EPOCA DE DON DIEGO SANTILLAN. IV.—DON DIEGO DE. CARDENAS. V.—GONZALO GUERRERO. VI.—AGUILAR Y LA MALINCHE. VIL.—JUAN VENTURATE. VIII.—DON JUAN DE VARGAS. IX.—RUINAS DE CHICHEN.—LAS MON- JAS. La lectura de estas paginas al mismo tiempo que imprime en el espiritu de manera indeleble los sucesos de la historia peninsular, deleita con su lenguage correcto y castizo, porque Calero cuidé siempre de cefiirse 4 la forma, siguiendo los preceptos de los maestros que fueron su. ensefianza durante los afios de su juventud. tea OLIVER Y CASARES. (LIC. D. JOSE MARIA) De) YA)AL/TARIAMOS & un deber de justicia sino in- eluyéramos en 1a presente coleccién el nombre ilustre del maestro mds bondadoso, del empleado mas conspicuo, del sabio més modesto qtte Campeche ha producido. Apenas habré quien no recuerde con carifio y con agradecimiento sus leceiones, porque ellas no eran el resultado de una obli- gacién contrafda, ni el producto de una paga, sino la conse- cuencia del deseo siempre manitenido por aquel venerable an- ciano, de que la tierra donde vié la primera luz alcanzara fa- ma y renombre por la sabidurfa de sus hijos. No vacilé un instante en sus mano3 la balanza de Themis ni se doblé la vara de la ji ia y las merecidas distinciones académicas que se le tributaron demuestran los conocimientos literarios que posefa. Don José Maria Oliver y Casares descendiente de muy dis- tinguidas familias, nacié en Campeche el dia 5 de noviembre de 1817. Hizo sus primeros estudios bajo la direccién del notable profesor don Juan Pedro de Vargas en la escuela gra- tuita establecida por don Miguel Duque de Estrada y dotada después por dofia Marfa Josefa dela Fuente y del Valle, de- mostrando desde entonces sus notables aptitudes. Pas6 después al Seminario Clerical de San Miguel de Es- trada, donde cursé la ensefianza preparatoria y profesional, concluyendo la tiltima el 24 de junio de 1837, dfa memorable en los anales de aquel establecimiento literario, porque Oli- ver presenté un lucido acto de Derecho Natural, Civil, Ca- nénico y Piiblico que le valié la undnime aprobacién de los * —187— sinodales ¢ el grado honrosisimo de Bachiller, y porque ef maestro, Lic. don José Marfa Regil, pronuncié un brillante discurso sobre la influencia que la Economfa Politica habfa ejercido sobre cada uno de aquellos Derechos, de cuyo dis- curso no nos qtedan mas que los fragmentos publicados en el periddico ‘‘El Estudiante’’ en 1884. En 1839 se gradué Oliver de Licenciado en Derecho des- pués de sustentar lucidos exdmenes y poco después fué now brado Juez de primera instancia del ramo criminal en Cam- peche, que era todavia un Distrito del Kstado de Yucatén. No le fué posible sugetarse las inspiracionies de st concien- cia, siempre recta y severa, porque las pasiones hamanas se atravesarort en su camino, y en el escandaloso proceso de ase- sinato de don Leonardo ‘Trejo Ias influencias politicas qui- sieron torcer sus miras. Renuncié entonces ef destino y se ausent6 de Campeche. En Veracruz desempeié algunos cargos piiblicos y luego pas6 al Estado de Guerrero con nombramiento de Fiseal del Juzgado de Distrito, residente en Acapulco. En todos estos destinos demostré 1a variedad de sts profundos eonocimien- tos, la pureza de stis intenciones y una incansable laborio- sidad. Pero no era posible que permaneciera fuera de la tierra que tanto amaba y en 1848 volvié 4 Campeche electo al afio siguiente Senador al Congreso del Estado. Poco después hizo nuevo viaje 4 Veracruz, hasta que pasada la re- volucién de 1857 vino de nuevo, encargdndose 4 principios de 1859 del Juzgado de primera instancia en el ramo Civil. Oliver era catélico sincero, y las leyes de desamortizacién y extincién de Capellanfas de sangre repugnaban 4 su creencia; de manera que al colarlas, con su cardcter de Juez de lo Civil, hacfa recomendaciones 4 los poseedores de que procurasen cumplir las instrucciones del fundador. Esta prdctica fué denunciada por el periédico semi-oficial y Oliver acts6 el articulo, pero el responsable fué absuelto por no considerarse aquel injurioso, y Oliver renuncié el destino y publicé un fo- Heto tendiendo 4 sincerarse de los cargos que se le habfan hecho. Por mucho tiempo estuvo retirado 41a vida privada hasta iendo 188 que en 1885 fué nombrado Inspector de Escuelas del Rstado, cuyo empleo dejé para octpar el de Fiscal de los HH. Tri- bunales Superiores de Justicia. Reelecto por la Legislatura, para el perfodo que deberfa terminar en septiembre de 1891, no le fué posible ni atin tomar posesién, pues la muerte lo arrebaté al carifio de sus amigos, después de una penosa do- lencia, el dia 5 de octubre de 1887. Hiciéronsele funerales suntuosos por cuenta de! Estado, habiendo lefdo 1a oracién fuinebre el Lic. don Antonio Lanz Pimentel, Magistrado entonces del mismo Tribunal, Don José Marfa Oliver poseia vastisimos conocimientos gramaticales. Fué colaborador dela Real Academia Espa- fiola para la duodécima edicién Gel Diccionario dela Lengua hecha en 1884 y nombrado después miembro Corresponsal de la Academia Mexicana. Sus disertaciones léxicas se pu- Dlicaron en ‘El Faro Industrial’’ v en ‘El Periédico Oficial” de Campeche por los afios de 1883, 84 ¥ 85, y estas ediciones estan casi agotadas. Nos seria imposible enumerar sus trabajos hist6ricos. De ellos no se hizo ninguna publicacién especial, encontrandose repartidos en los diversos periédicos locales en que se dignd colaborar. Entre otros recordamos los siguientes: 1.—HISTORIA DEL TEATRO DE CAM- PECHE. Il.—HISTORIA DE LA COFRADIA Y PRI- MER TEMPLO DE SAN JOSE DE CAMPE- CHE. Ill.—HISTORIA DEL SEMINARIO CLE- RICAL DE SAN MIGUEL DE ESTRADA. La primera se publics en ‘El Campechanito,”” 1884; 1a segunda en ‘‘E Faro Industrial’’, 1885, y la tercera fué lef- da en el aniversario de la fundacién del Instituto Campe- chano el 2 de febrero de 1884, y por desgracia no se public6. Pero sus trabajos his s més notables: fueron los qiue estuvo dando 4 luz por algin tiempo en ‘tE] Semanario Yu- cateco,”” de Mérida, con el titulo de ‘‘Actas de la Junta de Curiosos de Campeche.” 139 — sta Junta ho existia mds queen la rica imaginacién del sefior Lic, Oliver, quien bajo los supuestos. nombres de Za carias Bulnes, Andrés Fernandez, Reginaldo Irujo, Praxedes Roldait y otros, simulaba reuniones literatias donde se lefan disertaciones histéricas de una utilidad indudable. Todavia recuerdo con’ pena los azgustiosos. momentos que hicimos pasar al maestro cuando descubrimos el engaiio en nuestro periédico, “La Esperanza” por los afiosde 1882 4 1883. “‘Wumea cref, nos decia, qué ustedes fuesen. capaces de lan- zarme tan fea acusacién ante el mundo literario. Si los tra- bajos presentados hasta hoy no tienen mérito ninguno cre- yéndose obra de un cfrculo de gente ilustrada que los discu- ten y avaloran, gqué caso se les hard después, cuando sepan que yo sélo he sido el antor de todos ellos? Hermoso rasgo de modestia digno d=1 sabio campechano. Desde ese dia nos Iamé 4 sa lado, organizé a sociedad haciéndonos ‘adoptar los nombres que él habia imaginado para los componentes de la Junta de Curiosos; pero, cn honor deja verdad, nada hicimos nosotros y Oliver continué pu- blicando sus actas, todas notables por los asuntos que se dis- catian, por la correcciéa cen gue se eseribian y por la mo- destia con que se presentaban. Cuando bajé al sepulcro se vendié su biblioteca en piuiblica subasta, perdiéndose los valiosos manuscritos que con tanto empefio habia conseguido durante su vida, Yo no pude al- canzar sino muy pocos, todos Ilenos de notas marginales de- bidasd su erudicién y 4 su criterio desapasionado y con mucha frecuencia he tenido qué utilizarlos en la formacién de estos “Apuntes’’ y en mis estudios histéricos. Para conclufr estas Ifneas que un justo sentimiento de gra- titud me obligé 4 trazar, voy, con permiso de mis lectores, 4 trasladar dos parrafos del elogio ftinebre de Oliver: “Fué un verdadero sabio por su vasta instruccién y por stu excesiva modestia. Presumiia poco y no crefa nunca saber lo bastante. En st persona se advertfan un insaciable deseo de saber y un afanoso empefio de trasmitir 4 la juventud es- Andiosa y 4 sus amigos lo que aprendia, y todo esto lo practi- —190— caba con suma modestia, con el mayor desinterés!_ Es que s6lo la ignorancia es egofsta, desdefiosa y atrevida!”” “Jesucristo al abandonar este mundo, dejé su Apostolado para predicar y propagar su dectrina. El Lic. don José M® Oliver, fué un verdadero Apéstol, porque predicé la moral social, y porque procuré propagar los diferentes ramos del saber humano, 4 que habja consagrado sus vigilias. Puede propiamente Mamérsele el Apéstol de Ia ensefianza, porque: ensefiaba 4 las nuevas generaciones con su vida, con stt ejem- plo y con su palabra, el modo de hacerse cindadanos dignos para la patria.” Sasa Vr. HERNANDEZ. (DON JUAN JOSE) ES Haco en la villa de Valladolid durante el primet tercio del siglo actual y se ignoran los _pormenores de su in- fancia y de sus estudios primarios y profesionales, Se sabe solamente por decirlo su bidgrafo Sosa que posefa algunos idiomas, Jo que en aquella época demuestra una instrucci6n poco comin. Desempefié algnnos destinos piblicos, entre ellos la Jefa- tura Politica del lugar desu nacimiento y una Diputacién en el Congreso local. Se le ha juzgado como poeta en elexamen qne de la. pri- mera coleccién de versos publicada en Yucatén en 1839 hizo <1 sefior don Rodolfo Menéndez; pero no ¢s esteel terreno en que Hemndndez logré el derecho 4 1a posteridad. Sus estus diios etnogréficos demuestran conocimientos especiales para ‘esta ciencia y se conoce que era algo versado en la medicina, -segtin lo demuestra en su monografia sobre la curacién de la sifilis entre los indios yucatecos y en su estudio biogréfico del Doctor Giovanni Francesco Mayoli, sabio italiano que vivié -en Valladolid en el siglo XVII. Los trabajos que le dan Ingar en nuestra coleccién fueron: I.—LAS RUINAS DE CHICHEN. Il.—COSTUMBRES DE LOS INDIOS DE YUCATAN. a Ill.—EL INDIO YUCATECO. En el primero, que se publicé en “El Museo”, rectifica acertadamente algunos juicios del Baron Fridrichsshal y hace descripeiones primorosas de las célebres ruinas de Chichén —102— > Los dos tiltimos estén Henos de observaciones muy sas respecto 4 la etnografia de los mayas, y se publi- caron en “EI Registro yucateco.”” Se ignora el lugar de su muerte y la fecha en que ocurrié y esto es imperdonable, porque Herndndez por sus impor- tantes escritos bien merecia ademAs de la mencién honrosa que de él hacemos, el que se guardasen los sucesos desu vida conio un recuerdo de carifio y de gratitud. 2a rx. SQUIER. (EFRAIN GEORGE) CNA 17 de junio de 1321 nacié en la aldea de Beth- Iehem que corresponde al Estado de New York en la Unién americana. Sus primeros estudios los hizo en el lugar de su nacimiento y muy joven pasé 4 la capital en cuya Univer- sidad cursé la Ingenierfa civil, reeibiéndose después de luci- dos exdmenes En 1842 exploré los monumentos arqueoldgicos del Valle de Mississippi, sintiendo desde entonces una grande aficién por esta clase de estudios. En 1849 pas con el carécter de Encargado de Negocios 4 Nicaragua, donde filiado al partido radical combatié la prependerancia del elemento comercial inglés, logrando una supremacia para su patria, sin olvidar por esto st. amor al conocimiento de las antigiiedades anteri- canas, que alli pudo conocer con algiin detenimiento, En los primeros meses de 1852 se embareé para Europa en cuyas bibliotecas perfeccioné sus conocimientos en las len- guas de Centro-América, Vuelto 4 New York en 1853 sele comisioné para pasar 4 Honduras encargado del trazo de un ferrocarril interrocednico, 4 cuya sociedad organizadora he- mos visto ya que pertencefa el ilustre Stephens. Parece que sus frecuentes intervenciones en la politica centro-americana le acarrearon disgustos de alguna consideracién é influyeron poderosamente en que uo se realizara aquella obra digua de mejor suerte. En 1863 fué enviado Squier de Ministro Plenipotenciario al Peri. Alf permanecié tres afios, regresando después & los Estados Unidos, desempefiando en 1868 el Consulado ge- * toa neral de Honduras en New York, En 1871 fué nomibrado Presidente del Instituto Antropolégico. Fallecié en Brook- lyn el 17 de abril de 1888, Ha publicado numerosas obras de arqueologia é historia, siendo las mds notables las siguientes: “Antiguos monu- mentos del valle de Mississippi’ (en colaboraciém), ‘“Notasde un viaje 4 Nicaragua,”” ‘Nicaragua, su pucblo, sus vistas y sus monumentos,”’ ‘‘Las antigiiedades del Estado de New York," “‘Coleccién de documentos relativos al Descubri- miento y Conquista de América,’ ‘‘Incidentes y explora- ciones en el pats de los incas,”” “‘La serpiente, simbolo reli- gioso de los pueblos antiguos,’” “Waykua,’’ ‘Los Estados de Honduras y San Salvador’’ y ‘*Monografias de los anto- res que han escrito sobre las lenguas aborigenes de América.”” Squier ha pertenecido 4 numerosas sociedades cientificas y literarias, aleanzando por sus trabajos geogrdficos una me- dalla que le concedié la Sociedad de Geografia de Paris. En 1871 fué nombrado Presidente de la Sociedad Antropolégica de New York y en 1872 socio de niimero del Instituto Ar- queolégico de Prusia. Las obras que nos hacen incluir su nombre en nuestros “‘Apuntes”” son: I.—NOTAS SOBRE LA AMERICA CEN- TRAL. Il.—LOS ESTADOS DE LA AMERICA CENTRAL, La primera fué publicada en 1854 y de la segunda se han hecho dos ediciones, una en 1857 y la otra en 1870. Las obras de Squier estén redactadas con todo detenimiento y fundadas en muy s6lidas bases; pero se resienten 4 veces de interpretaciones imaginativas en lo relativo 4 los antiguos escritos fonéticos y calculiformes de las razas aborigenes. Pero en lo que, sin duda, tienen un interés positive para nuestros historiadores, es en las relaciones que hacen del Des- cubrimiento, conquista y ocupacién inglesa del territorio de Belice, admitiendo como tcdo escritor honrado que los ocu- pantes fueron piratas 6 estuvieron en muy inmedictas rela- . —=195— ciones con ellos, por. ctyo motivo al abrogarse Inglaterra privilegios derivados de aquella ocupacién, lo Ra hecho con- tra el derecho de gentes y hasta contra los sentimientos s ciales de moralidad. Squier habla con algiin detenimiento de Ins expediciones espafiolas y es una fuente hist6rica digna de todo crédito. Se I ° LAISNE DE VILLEVEQUE. (ATANACIO GA~ BRIEL) preenn| U familia era originaria de Orleans, (Francia), donde probablemente nacié el 15 de abril de 1793. Ha- biendo figurado su padre en Ia politica francesa, pues fné miembro del Consejo General en 1$00 y Diputado por Loiret bajo la Restauracién, (1817,)' el joven Laisné de Villeveque hizo una educacién brillante en las_mejores escuelas de su &poca, esttidiando principalmente economia y comercio. En el tiempo en que su padre fué nombrado Cuestor de la C4- mara, pudo conseguir algunas concesiones en apoyo de fa idea que lo dominaba desde 1801, en que se propuso hacer dela Louisiana el.gran mercado dela Francia, interesdndose en el negocio de las Colonias. Logré también que el Go- bierno mexicano le facilitase grandes extensiones de te- rreno en el Istmo de ‘Tehuantepec sobre las margenes del rio Coatzacoalcos y pretendié aplicar allf sus ideas sobre Ja colonizacién, poniendo las tierras al alcance de los inmi- grantes bajo retribuciones muy médicas. Esto sucedia hia- cia elafio de 1825, época en que sti hijo partié para México 4 ponerse al frente de esta importante negociacién, que por razones que ignoramos fracasé completamente. Habiendo quedado sin ocupacién, acepté el destino de Vice-Cénsul honorario en la Agencia Consular que acaba de crearse en Acapulco, cnyo nombramiento Meva la fecha de 7 de diciembre de 1828. Estuvo alif hasta el 25 de mar- zo de 1830 en que por orden del Consul General de Francia en México se encargé del Vice-Consulado de la capital, con- i107 Firmandosele en estas funciones por el Ministerio respec- ‘tivo el 30 de junio del mismo aiio. Creada poco después Ia Legac’én francesa en México fué nombrado Canciller el 13 de mayo de 1831, desempefiando este destino hasta 20 de junie de 1834 en que se le jromovid A (Consul henorario de segunda clase. ‘Con este cardcter logré proteger de alos tratamientos 4 les fraticeses expul- sados del pais en 1838, cuando el injusto bombardeo del Al- iirante Badin, mereciendo por st solicitud el reconoci- aniento de sus compatriotas. El 8 de agosto de 1839 fué nombrado Consul de Francia en Campeche, en substitucién de Mr. Pharamond, y perma- necié en esté puerto hasta fines de 1848, épeca en que el ‘Consulado fué suprimido por decisién de 14 de abril del i né de Villevéque fué puesto cen disponibilidad, pero no volvié 4 devempeniar cargo alguno diplomdtico, Todavia hay en Campeche quien recuerde al ‘Consul franeés cuyas gratas “soirées’? fueron concurridas por lo mds selecto de la sociedad Fallecié en Veracruz ¢l 26 de juliode r85q. Muchos de sus interesantes informes consulares fueron recogidos, escogidos y traducidos por el Agente del Minis- tetio de Fomento en Campeche don Tomds Aznar Barba- chano, segrin expresaremos al teferirnos 4 este ilustrado his- toriador campechano. En ‘'Las Mejoras Materisies,”’ periédico publicado por el sefior Aznar en Campeche, 1839, se dierow 4 luz Jos que emi- tid sobre las salinas de Yucatan, producciéu y consumo de maiz_en el mismo, y cultivo, producto, consumo y exporta- cién del Tabaco en Yucatén. En “El Registro Vucateco,”” Mérida, 1846, se publicé su importante memoria sobre la conservacién de cereales en » Yucatan y formacién de silos al estilo europeo, que-era lo.que se proponta; trabajo que ha sido poco estudiado y menos comprendido, Pero el que reviste mds significativa imporiancia.es.el que ‘escribié bajo el titulo.de —198— RESENA HISTORICA SOBRE LAS FOR- TIFICACIONES DE CAMPECHE. "Traducido por él sefior Lic. Luis Aznar Cano se public en “La Alborada,”” Campeche, 1874-75, y ocupa las paginas 371.4 378. Principia por res edes- jar la fundaci6n de 1a ciudad; ha pués memoria de 12 invasiones pirdtieas que ésta sufrid, desde la de William Parker en 1595, hasta la de Lorencillo en 1685, numera después las cantidades que se colectaron para murallas, el ntimero de piezas de bronce y el trabajo de 1 Je hierro que ellas. contenfan entonces, ntimero que dis: minuy6 sensiblemente por el saqueo de que hizo victima 4 Campeche el Almirante Cloué en 1864, aytidady por los trai- dores que 4 él se aliarou y determinaron la toma deesta plaza, y concluye por indicar la procedencia de las piezas fran- cesas que por muchos aios estuvieron sirviendo en nuestras fortificaciones. La descripeién de las murallas y bastiones la hace demostrando sus conocimientos técnicos y es seguro: que el trabajo del sefior Villevéque merece ocupar un logar distingnido entre los que recuerdan nuestras glorias pasadas. En Campeche existia la tradicién de quela artilleria fran- cesa que estaba en los baluartes era la quitada 4 Fran- cisco I por Carlos V en la célebre batalla de Pavia, “La Resefia”’ de Laisné destruye esa creencia, fundindose en que al levar las piezas las milésimas de 1740 4 1770 deben ser de las perdidas en Ia revolucién de 1793, no permitién- dose suponer que fuesen de las cedidas por Luis XIV 4 Fe- lipe V, ni de las tomadas al ejército francés durante la gue- rra de Regencia en 1718. ‘Toda Ia artillerfa de bronce fué embareada por Mr. Cloué 4 principios de febrero de 1864, en virtud de un tratado secreto que tenia celebrado con el Jefe de las fuerzas que sitiaban 4 Campeche y nuestras for- tificaciones quedaron desmanteladas desde entonces. Fl trabajo de Laisné ‘de Villevéque guarda para nosotros estos recuerdus de gloria y est traducida de manera tan cas- tiza y correcta que causa su lectura un profundo placer. Con mucha razén el historiador Ancona al tener que oct- parse de las murallas y fortificaciones de Campeche, cede la —199— palabra al inteligente ‘Consul francés, diciendo que para hacerlo asf tenfa en cuenta que éste poseia conocimientos es- peciales, y copia la descripcién que hace en su ‘‘Resefia’’ de aquellos monumentos, quel espfritu moderno est4 allanande para el progreso y embellecimiento de la ciudad. » Sepia ay MORELET. (ARTHUR) 4), estudiose naturalista francés con cuyo non bre epigrafiamos estas lincas, nacié en Lays-sur-le Doubs, departamento de Sacne et Loire, el 26 de abrilde 1809. Hizo estudies may aprovechados, sobre todo en Cieneias- Naturales, Hegando 4 alcanzar distinciones honorificas, como am lugar en la Academia de Cieneias de Puris, y Ia Presiden- cia honoraria de la Academia de Ciencias, Artes y Bellas Le- tras de Dijon. Se distingufa también como actarelista. En 1846 hizo un viaje de exploraciém 4 Ia Isla de Cuba, Wacatén y Centro América, bajo instrucciones especiales que Ie fueron comunicadas por la Academia de Cienvias, 4 la que riadi6 st memoria explicativa em In sesiém del 25 de febrero de 1850. Pasado el expediente al estudio de ana Comision compuiesta de los sabics Duméril, De Jussien, Milne Edwards y Valenciensies, emitieron un Iuminoso dictamen en la sesién del 15 de abril del mismo aio, demestrando que Morelet ha- fa presentado coleceiones preciosas de los tres reinos de la naturaleza. La clasificasiOn de los mamfferos y pajaros fué hecha por eldoctor Pucheran, bajo Ia direceién del’ Académico Mr. Geoffroy Saint-Hilaire. De mamfferos present6 47 especies, algunas ntevas, entre ellas, tresde “sarcomys””, de que no se conocfa sino la descrita por Shaw bajo el nombre de ‘mus bursarius’’. En péjaros ensefié: sesenta y cuatro especies, de edades y sexes diferentes. Entre los reptiles catalogados por el sabio: Daméril, se descubrié el género nuevo nom- brado “‘cyclosaurus” y un gran cocodrilo del lago del Petén, ee 206i de cerca de tres metros de largo que el cataloguista se pro- ponia hacer conocer en su nueva obra sobre historia natural bajo el nombre de *‘Caocodilus Moreleti.”” e Presenté también treinta y tres especies de pescados, ofre- ciendo una serie muy interesante por hallarse entre ellos nueve especies nuevas de “‘chromis’’, dos del género ‘‘poe- cilie’’, dos ‘‘mollienisia’’ y un nuevo género de la familia de los “‘esoces.”” El catdlogo de moluscos y de zodfitos, fué hecho por Mr. L. Rousseau, el de insectos, crustéceos y miryapodos por Mr. Blanchard y el de plantas por el insigne Jussie, demostrando todos el cuidado con que fueron seleccionados por el sefior Morelet. La Comisién termina proponiendo 4 la Academia dar un testimonio de satisfaccién al viajero que puso tanta atencién en seguir las instrucciones que le fueron comunicadas, é in- finir en el Animo de Mr. Morelet, fanto como le fuera posible para conseguir la publicacién de los materiales reunidos du- rante su viaje, en bien del adelanto de la ciencia. Morelet escribié diversas obras cientificas, y cargado de afios y de honores, fallecié el 9 de octubre de 1892, en Velars, cerca de Dijén. Su elogio ftinebre fué pronunciado en diciembre del mismo afio y publicado bajo el titulo de ‘Notice sur Arthur More- let, président honoraire de ? Academie de Dijon, par Henri Drouet, membre de I’ Academie des Sciences, Arts et Belles Lettres de Dijén,”’ con un buen retrato oleogrdfico, Este mismo folleto contiene una bibliograffa completa de las pu- blicaciones hechas por el sefior Morelet. Resultado de su viaje de 1846 fué la edicién de un bello libro titulado: VOYAGE DANS L’ AMERIQUE CEN- TRALE, L' ILE DE CUBA ET LE YUCATAN. Se edit6 en Parfs, 1857, por Guide et J. Baudry, libreros editores, dos voltimenes en octavo, de 340 y 330 paginas, el segundo acompafiado de un mapa comprendiendo el itinera- rio del viaje levado 4 cabo. 702 Esta ubra contiene todos los descubrimientos hechos por Morelet y est escrita con cierta gracia y correccién que cau- tivan al lector. Critica algunas descripciones de ruinas he- chas por los viajeros que le precedieron y toca muy ligera- mente fos sucesos histéricos de la Peninsula, Se han hecho dos traducciones al aleman y Mrs. M. F. Squier tradnjo al inglés los pasajes mas importantes, publicando la traduecién bajo el titulo de ‘Travel in Central América etc.””, New York, 1871. El Profesor Rau del Instituto Smithsoniano en su descrip- cién del Tablero del Palenque hace grandes clogios de 1a obra de Morelet, copiando 4 la letra sus observaciones sobre la piedra de la Cruz, sobre los edificios y esculturas del Pa- lenque, su descripcién de la estatua ecuestre adorada por los itzacs y su apreciacién sobre el tamafio de la isla del Petén. Esta obra, como otras muchas que se ocupan de Yucatan, no ha sido nunca traducida al espafiol. Sescoce AZNAR BARBACHANO. (LIC. DON TOMAS) eH Qiyyo de don Tomds Aznar y Peon y dofia Maria Concepeién Barbachano y Rodriguez de la Gala, que perte- necian 4 las mas antiguas y respetables familias de la Pe- ninsula, nacié don Tomas Aznar Barbachano en la ciudad de Mérida el dia 5 de Enero de 1825. Aunque sus padres es- taban radicados en Campeche, ef sefior Aznar y Peén tuvo que ir 4 Mérida 4 desempefiar un encargo de Vocal del H. Poder Ejecutivo de Yucatdn, desde el 9 de enero de 1324 hasta abril del mismo afio, en que quedé como ‘nico enear- gado del mismo, A esta circunstancia se debe el que nuestro. biografiado haya visto la primera wz en aquella ciudad. Sus estudios primarios los zo en el famoso Colegio de don Manuel Casares Llanes, entendido Profesor por quien con- servé siempre un respettoso carifio, siendo sus condiscipulos mas queridos don José Garcia Poblaciones y don Leandro Dominguez, A cuyo lado figuraron después con tanto luci- miento. Cuando sélo tenia diez afios, sus padres lo hicieron venir 4 Campeche ¢ ingresar en el Seminario Clerical de San Mi- guel de Estrada, donde se distinguié por su aprovechamiento, cardcter serio y circunspecto y dedicacién al estudio. Cursé filosoffa bajo la direccién del eminente Pbro. don André Ibarra de Leén y Jurisprudencia en la Escuela del sefior Li don José Marfa Regil, sustentando en julio de 1842 un bri HMante acto ptiblico de toda la Filosofia, en union de don J del R. Hernandez y de don Juan J. de Le6n, que fueron con 1 conmacstros de ese curs yal terminar el de Jurispraden- —204— cia, en 29 de agosto de 1847, un acto de los tres derechos, Natural, Civil y Canénico, presidido por el sefior Lic. Regil, que pronuncié un brillant{simo discurso sobre !2 influencia del principio democratico en el régimen de la propiedad. Fué el sefior Aznar Barbachano Secretario del Colegio de ‘an Miguel y Catedratico de Filosofia en dos cursos consecu- tivos: el ptiniero, de noviembre de 1846 4 agosto de 1849, el segundo, de octubre de 1849 4 agosto de 1852, contando en el primero con alumnos tan aprovechados como el Pbro. don Manuel Gil y el Lic. don Prudencio P. Rosado, y en el segundo al Lic. don José I, Gomez, don José R. Trueba, don Manuel Dondé, don Pablo J. Araos y don José I. Rivas. Conehuidos sus estudios de Jurisprudencia y la préctica que se exigia para optar al grado, present6 lucidos exdmenes obteniendo el tittle de Licenciado en Leyes de la Universidad de Yucatdn y Abogado del H. ‘Tribunal Superior de Justicia, el 24 de octubre de 1850, El 31 de mayo de 1854, 82 incor- poré al Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México, matriculandose bajo el niimero 798. ie Desde entonces desempefié cumplidamente los siguientes destinos pablicos: Fiscal de Hacienda, nombrado en 13 de enero de 1851, Juez de lo criminal en 26 de Julio del m afio, Juez de primera instancia de lo civilen 1853, Diputado al primero, segundo y tercer Congresos Generales de la Na- cién de 1857 4 1862, en que legé 4 Campsche cuando em- pezaba el bloqueo del puerto por las cafioneras francesas; primer suplente del Juzgado de Distrito el 2 de junio de 1857, Vocal de la Junta Gubernativa en marzo 31 de 1858, Vocal del Consejo de Estado en 2 de mayo de 1860, Presidente del mismo, con facultad para reorganizarlo, en 1867, Director general de caminos en29 de marzo de 1870, Juez propietario de Distrito en agosto 21 de 1867 y Juez interino en 19 de marzo de 1877, destinos que rehus6 por estar ya retirado 4 la vida privada, Vice-Gobernador del Estado de enero de 1862 4 enero de 1864 y de junio de 1867 4 Septiembre de 1870. En Instruceién Publica fué Vocal de la Junta Directiva de Hixdmenes por nombramiento de 4 de agosto de 1858, Rector del Instituto Campechano desde su fundacién en 16 de di- isto -. —205— Gienibre de 1859 hasta 1a capitulacién de la plaza en enero de 1864, nuevamente Rector desde junio de 1867 hasta fines de 1870 y Vocal propictario del H. Consejo de Instruccién Pti- blica, como representante de la facultad de Jnrisprudencia el 23 de diciembre de 1888. La fundacién del Institrito Campechano:se debe 4 sus lau- dables esfuerzos y son ‘cortas las paginas de este libro para que entremos en pormenores acerca de lo nacho que'le es deudora la Instruccién Publica de Campeche al sefior Aznar Barbachano, Remitimos nuestros lectores:d la Historia de aquel plantel que debe dar 4 luz:en breve nuestro particular amigo don*Manuel A, Lanz, de quien nos ocupamos en otro lugar de estos ‘‘Apuntes.”” (1) Las distinciones de que ha sido objeto el sefior Aznar son numerosisimas. E] 14 de mayo de 1855, en Claustro de Doctores, fné incorporado-como doctor en Filosofia 4Ja Uni- versidad de Yucatén, que lo nombré inador de esta fa- cultad-y de Jurisprudencia de 185 56, y despu de las Juntas facultativas de ambos ramos de 1358 4 1859. El 26 de septiembre de 1861 fué nombrado Miembro ho- norario dea Sociedad Mexicana de Geografi el 12 de junio de 1852, Pr Africa; en agosto primeto de 1870, Socio Corresponsal de la Sociedad Humboldt de México; en diciembre primero de 1876, Socio Protector de la Academia Médico-Farmacéutica -de Mérida. Como Agente del Ministerio de Fomento en Campeche, para cuyo encargo fué nombrado en enero de 1855, substi- tuyendo al eminente jurisconsulto y literato don Justo Sierra, Nevé 4 cabo importantisimas mejoras de piiblica utilidad, entre Jas que podemos contar_la carretera que une 4 las capi- tales de Campeche y Yucatdn, el faro de San José, el puente de piedra tirado sobre el Estero de San Francisco, que en la €poca del Gobierno del General don Joaquin Z. Kerlegand fué destrufdo para colocar el de hierro que atin existe, y, por (1) ‘Péngise presente que estos SApuutes? solo Hogan di sciembre de 1990. 0G filtimo, la prolongacién del muelle de este puerto, al que no ha vuelto 4 ponerse una sola piedra desde que el sefior Aznar dejé su destino en 1870, 4 pesar de haberse ofrecido termi- narlo por algitien que us6 de este recurso como arma de par tido. Como periodista fué enérgico y honrado. Fundéy redacté en unién del Lic. don Pablo Garcia y del poeta don Migne} Duque de Estrada los periédicos siguientes: “Tos primeros ensayos’’, literario, “El Hijo de la Patria’’, 1847, ‘La Ley’’, 1849, “El Chisgaravis’’, 1852, y “La Nue- va Epoca’’, 1853. Colaboré en “El Espiritu. Piblico,”” “Boletin”” de la Sociedad Mexicana de Geografid y Fstadis- tica, ‘El Mosaico’’, ‘‘La Alborada’’ y otros varios. En 1859 fand6 “Las Mejoras Materiales”, publicado bajo la proteccién del Ministerio de Fomento, de que vi6 la luz un tomo de 480 paginas eon trabajos originules tan interesantes como el ‘Informe sobre las tierras baldias y la colonizacién en Yucatén,’” su estudio sobre ‘La cafia de aztcar en Yu- catén'?, su estudio absolato y comparative de las Medidas yticatecas, nacionales y extrangeras y stis “Noticias sobre el cultivo, producto, usos y valores del coco en Campeche’, de tanta trascendencia como la de “Fil arte de descubrir las corrientes subterrdneas de agua’ que escribié en francés el Abate Paremelle y los informes sobre ‘Salinas de Vucatén’’, ‘Produccién y consumo del maiz en Yucatan" y “Cultivo, producto, consumo y expor- tacién de tabaco en Yueatén’’, que para remitir 4 su gobierno hizo el Consul francés en Campeche, Mr. Laisné de Villevé- que. Los materiales para el segundo tomo de esta_publica- cién quedaron preparados, pero nunca se presenté ocasién propicia para realizar este deseo del autor Don ‘Tomas Aznar Barbachano escribié mumerosas obras didécticas que ain siren para las Escuelas y Colegios de la Peninsula, estando algunas declaradas obras de texto. La noticia siguiente comprende sus tftulos, fechas de la pri- mera edicién y ntimero de éstas hasta fines del siglo XIX: “El Abecedario de los nifios,’” 1867, una; *Cartilla de leetura y doctrina cristiana,”” 1867, tres; ‘Método para aprender y ademas de traduccion ear —207— vens¢fiar 4 leer bien’ till labario perfecto’’, 1867, ocho; El mismo ‘Catén, moderno,” 1885, una; “‘Compendiode Gramatica Castellana’, 1860, dos “Primeras lecciones de Gramatica’’, 1867, des; ‘“Iecciones cle Gramatica’’ 1802, cuatro; **Elementos 6 primer curso de Gramatica,” 1884, cuatro; ‘‘Lecciones de Gramatica para Liceos y Colegios’’, 1891, una; ‘'Presodia y andlisis légico” 1883, cuatro; ‘“Primeras nociones de Aritmética’’, 1865, once; “Lecciones de Aritmética, Eusefianza primaria’’, 1866, cua- tro; ‘*Principios y ctiatro primeras reglas de la Aritmética’’, 1868, ocho; ‘*Eixplicacién de quebrados,”” 1869, cuatro; ‘Car tilla del sistema métrico decimal”, 1869, una; ‘‘Tabla de equivalencia de medidas’, 1851, tres; “Nueva Aritréi Comercial” 1863, cinco; ‘‘Compendio de Aritmética Mer- cantil,’’ 1889, tres; ‘‘Apuntes cronolégicos de México, Yu- catdn y Campeche,”’ 1869, una; ‘‘Elementosde Moral’’, 1879, cinco; ‘Manual de anidad y buenas maneras’’, 1888, dos , 1863, once; El inismio “Si- lio pectniario se debe la publ acion de las siguientes obras: ‘‘Lecciones de Algebra,’” por Leandro Salazar, 1850; ‘Texto de Filosofia’’, de Ponelle, traduccién del Lic. don Pablo Garcia, 1845; ‘‘Elementos de Fisica,"" por Pinaud, que tradujo en colaboracién con el misnfo sefior Garefa, 1851; ‘‘Lecciones de Botdnica’’, por Joaquin y Juan Dondé, 1876 y “EI Nuevo Judio"’, por Emi- lio Mac-Kinney, 1889-92, que no pudo terminarse por fa- ecimiento de su colector. Aunque habianos pensado no ocuparnos de la yida publica del Lic. Aznar Barbachano en estos ‘“Apuntes"’, puesto que estamos reuniendo los materiales suficientes para escribir la Historia del Gobierno del Lic. don Pablo Gareja en Cam- peche, desde 1857 hasta 1870, no podemos renunciar al deseo de comunicar 4 nuestros lectores 4 grandes rasgos los impor- tantes servicios que prest6 en diversas épocas al Estado de Campeche, siquicra sea para pagar en algo la deuda de gra- titud que para con é1 tenemos contraida los que formamos la presente generacién. Desde 1847 en que estallé la asoladora guerra de castas, todos los jévenes yucatecos prestaron sus servicios personales 108 = eax beneficio de la humanidad, Aznar fué escribiente de fa. Comandancia Militar hasta 1849 y después Sargento segundo de la Compafifa de Carabineros, no pudiendo utilizdrsele ew otro servicio de campafia 4 causa de'sn miopia. Unido 4 la juventud fiberal de Campeche, cnyos principio profes6 toda su vida, formé parte del comité patridtico que postulé en 1857 4 don Liborio Irigoyen para el Gobierno de Yucatén, eandidatura que no pudo hacerse trinnfar por el favor que el Gobierno-de don Santiago Méndez dispens6 4 sit opositor don Pantaleéa Barrera. Aznar redacté la acusaciow contra el Juez de locriminal de Campeche, don Juan Mir6, que fué una de las causas de Ia revolucién de 1857. Al es- tallar ésta, fué comisionado en unién de don José Marfa Re- gilly don José Garcia Poblaciones, para pasar 4 Mérida y pedir Ta renovacién del Ayuntamiento de Campeche, fa exen- eién de los matricalados de servir en Ia Guardia Nacional y Ta destitucién del Juez Mir6, regresando después de conse- guirlo. Pero ya larevolucién habia tomado un nuevo ca- racter y proclamddose la separacién del Distrito. de Camspe- che del antiguo Estado de Yucatin. Eleeto Aznar pata representar este Distrito en el primer Congreso General de la Nacién, salié para str destino, logrando 4 firerza de nota- bles empefios, que el Gobierno reconociese al mievo Estado de Campeche por st’ decreto de rg de febrero de 1869, san- cionado ef 29 de abril de 1863. Al capitular Ia plaza ef 23 de enero de 1864, después de agotarse cuanto recurso hubo 4 la mano para impedirlo, sit tiada como estaba por los imperialistas de Yucatan y blo- queada por las fuerzas navales franvesas, ef Comandante Cloué, instigado por Navarrete y faltando al articulo segundo, de la capitulacién, desterré 4 Aznar y 4 muchos otros patrio- tas, embarcéndolos 4 bordlo del averiado pailebot ‘‘Oriente.”’ Vuelto Azsar de su destierro, continué facilitando sus re- cttrsos pecuntiarios y prestando su influencia para conseguir que Ia plaza capitulase 4 las fuerza liberales qne el Gober- nador Garefa trajo de Tabasco y con Ias que puso sitio & Campeche. Al triunfo de Ios liberales el primero: de junio de 1867, —209— volvi6 el seficr Aznar 4 su destino de Presidente del Consejo de Gobierno y en las elecciones siguientes fué clecto Vice Gobernador. Con ese cardcter se hizo cargo del Poder Hjecutive del Es- tado, cttando la Suprema Corte condend en an jiicio parcial al Gobernador Garefa y comprendiendo que sélo podrfa reor- ganizar el Estado por medio de la guerra, prefirié sacrificarse retirdndose 4 vivir al Estado de Yucatan. Desde entonces Aznar estuvo consagrado 4 la vida privada 4 pesar de que’varias veces fué Iamado al desempeiio de co- misiones y destinos pablicos. importantes que rehus6 con 1a mayor entereza. Fallecié en Campeche el 29 de septiembre de 1896. Sus obras histéricas son las siguientes: 1.—MEMORIA SOBRE LA CONVENIEN- CIA, NECESIDAD Y UTILIDAD DE. ERI- GIR CONSTITUCIO 7 DO DE LA CONFEDERACION MEXICANA EL ANTIGUO DISTRITO DE CAMPECHE, CONSTITUIDO DE HECHO EN ESTADO LIBRE Y SOBERANO DESDE MAYO DE 1858 POR VIRTUD DE LOS CONVENIOS DE DIVISION TERRITORIAL QUE CELEBRO CON EL ESTADO DE YUCATAN DE QUE ERA PARTE. IIl.—PABLO GARCIA.—APUNTES BIO- GRAFICOS. Fué impresa la primera en México, en la imprenta de Ig- nacio Cumplido, calle de Rebeldes, mimero 2, en 1861, un volumen, cuarto, de XIV-162~-202 paginas numeradas y dos planos geogrAficos: uno del Estado de Yueatdn incluyendo el Distrito de Campeche y el otro del Estado de Campeche. Esta memoria aunque aparece suscrita por los Diputados de Campeche don ‘Tomas Aznar Barbachano y don Juatt Carbé, es trabajo exclusivo del primero, Fué redactada para presentar al Soberano Congreso de la Unidn y dirigir 4 las 210 HH, Legislaturas de los Estados # fin de ilustrar la cuestién de erigir constitucionalmente el Estado de Campeche. Dividida en diez, secciones comprenden estas las causas de antagonismo entre Mérida y Campeche, las noticias de sus disinencias durante la €poca colonial, las disinencias desde que se proclamé la Independencia hasta el principio de las guerras civiles, las guerras civiles desde 1824 ha ta 1839, la revolucién de 1840, las guerras de los partidos de Méndez y Barbachano hasta el rompimiento de Campeche y Mérida en 1857, la revolucién de Campeche, el nacimiento del Estado y su conducta en las guerras de Reforma, los elementos de Campeche para formar un Estado de la Confederacién mex cana y un resumen histori de esa creacién resultarian. La lectura de este trabajo borra como por encanto las tris. tes reflexiones que sugiere la Memoria del General Suérez rez Navarro de que en otro lugar de estos Aptntes. nos he- mos ocupado, Debe recomendarse: primero, por la exactitud hist6rica de 1a narracién; segundo, por la copia de compro- bantes antiguos y modernos en que facie obra; tercero, por los principios liberales que desarrolla, tan conformes con cl espiritu de la época y finalmente, por los sanos principios de politica que establece para asegurar el porvenir de ia Pe- ninsula yucateca en sus relaciones entre si y con los demés Estados de 1a confederacién mexicana, ademés de ser un monumento apreciable de literatura patria y un comprobante irrecusable de la necesidad y utilidad del principio social que defiende. La segunda obra corre anexa 4 la Corona frinebre que los amigos del sefior Lic. Garcia tributaron 4su memoria. Se hizo la primera edicién en Mérida, tipografia de Gil Canto, calle 60, niimero 488, en 1895, un volumen, octavo, de 64~ CXV paginas. La segunda edicién corregida y aumentada se edit en la misma imprenta en 1896, un voliimen, octavo, de 254 paginas numeradas, Ocupindose del Renemérito Lic. Garefa, el sefior Aznar u carrera literaria, el movimiento del 7 de agosto de su participio en las guerras de Reforma é Intervencién, co demostrando las ventajas ae tt la parte que tomé en la guerra del Imperio, ia expediciét sobre Campeche, el sitio'de esta plaza, la derrota de Calkint con sus fusilamientos y saqueo y ef plan del Comisario para desbaratar 4 las tropas liberales, el triunfo de Hecelchakén € invasion de Vucatén por el General Cepeda, el asalto dela ‘Industria’ y toma del Carmen, el sitio de Mukniché, et asalto y toma de Tecoh y Sisal y del barrio de Santa Ana de Mérida, la capitilacién de Izamal y Ia sangrienta accién del 4 dz junio, el asalto y toma de Campeche el primero de junio de 1867, la rendicién de Mérida el 15 de junio del mismo afio, el triunfo de la Reptiblica y ejecuciones 4 que dié Ingar, el jnicio politico de Garefa y su condenacién, resumen de su Administracién progresista en Campeche, sus conflictos con don Pedro Baranda, el fia dela trata de indfgenas en Yu- catan, la honradez y pobreza de Garefa, su destierro, las ve jaciones y plagios de que faé objeto, sus tltimos actos en politica, las distinciones que merecié, su cardcter como critor ptiblico, su personalidad, origen y cardcter, el desva- necimiento de tos cargos que le hicieron sus enemigos y su justifieaci6n, los servici su enfermedad, muerte y honores. fiinebres que se le tributaron, el resumen de los distinguidos ciudadanos que lo ayudaron en su grande obra y el paralelo entre la diversa couducta del Estado de Campeche respecto 4 sts dos beneméritos, Garcia y Baranda. Nada olvidé el Lic. Aznar en esta obra de reivindicacién; A nadie dejé de juzgar como lo mereciera, ni perdond ofensa, ni acept6 falsedades, con hermosos rasgos de viril energia, como tn postrer esfuerzo de sus facultades. Tres rectifica- ciones quisieron hacerse 4 su obra y 4 todas contest6 con la dignidad del que juzga imparcialmente, logrando que el si- lencio de sus impugnadores sellara su obra con Ia dignifica- cién de la verdad, Fl que desee conocer Ia historia de Campeche, que lea este trabajo, dorde se ha rendido parias 4 la justicia y 4 la ver- dad y cuyo estilo literario encanta y conmueve. Si el sefior Aznar no tuviera otros muchos mas que le dan derecho 4 la inmortalidad, este s6lo bastaria para perpetuiar su nombre del olvido, grabandelo con signios imperecederos en e! cora- z6n de sus compatriotas. os de su famili; SESEscI. GALINDO. (DON FELIX) L 18 de julio de 1824, en la casa numero 7 de la tercera calle de San Francisco, de México, vié Ja pri- mera luz el sefior don Félix Galindo y Sandoval, hijo del sefior Lic. don Pedro Galindo, Juez de Letras de aquella Corte, y de dofia Catarina Sandoval, que pertenecfa 4 la distinguida familia de fos Condes de Santiago. Su genea- Jogia puede verse en la obra que sobre la uobleza de esta casa eseribié y publicé en México el Lic. don Alejand:o Vi- Masefior, de quien nos ocupamos en otro lugar de estos Apuntes, Tuyo la desgracia de perder 4 stu madre seis dias después de nacido, pero el autor de sus dias se consagré preferente- mente 4 su educacién, haciéndolo ingresar al Colegio ds Ma- tien Dufosai, donde estuvo hasta 1840, eu que aquel fallecid. Entonces pasé al Colegio Militar, para cuya carrera tenfa vocacién y alli se encontraba cuando ocurrié el pronuncia- miento de don José Urrea en el Palacio Nacional, viniendo Ala vanguardia de la columua que liberté al Presidente Bus- tamente, preso por los disidentes. Se batid en las jornadas de 15 al 16 de julio, hasta que se consiguié el triunfo, obte- niendo el grado de Subteniente del Ejército por despacho de 15 de octubre de 1840 y la Cruz de Honor de primera clase que concedié el Congreso en decreto de 19 de agosto del mismo afio, y que le fué otorgada con diploma de primero de septiembre siguiente. En abril de 1841 se le concedié licencia absoluta para se- pararse del servicio militar; pero en septiembre de 1846, cuando se organiz6 la G, N. con motive de la guerra con los ” ovals Estados Unidos del Norte, formandose el Regimiento Hi- «algo compuesto de los empleados del Gobierno, al mando del Presidente don Mariano Salas, Galindo se present6 al servicio y fué nombrado Capitan de la cuarta Compaaifa. Con ‘ella marché 4 San Luis Potosf, doude se organizaba el Ejér- cito, y el 4 de octubre se Te ascendié 4 Comandante del se- gundo Batallén, elegido por los oficiales del Cuerpo. En 12 de noviembre ¥né nombrado ayudante de Santa Ana, 4 cuyo lado hizo toda la campafia. En la batalla de la An- gostura tuvo un digo comportamiento que le valié ser men- cionado especialmente por el General Santa Ana, en el parte ‘complementario rendido al Ministerio de la Guerra desde San Luis Potosf ¢l ro de marzo de 1847 y puiblicado en ol niimero 19 del periédico “El Certesponsal del Ejército.”’ Mencién mds honorifica de su persuma_y de sa comporta~ imiento en aquella accién de giterra hace el Jefe de Estado Mayor, don Diego Arguelles, en el parte rendido al General ‘Santa Ana, desde el cnartel de Agua Negra] 24de febrero del miso afio, que se publicé en el niimero 23 de dicho pe- iédico, Alli decia “que los ayudantes comunicaron con soportimidad y presteza sus rdenes.en medio ce la metralla ‘y del terrible Fuego de rifle, siendo sus servicios meritorios, ‘como los del joven Comandante de Batallin de Guardia Na- cional, don Félix Galindo, que en su temprana edad y en su primera campaiia ha manifestado ya el valor y Ia serenidad ‘que Ia sola costumbre de vivir en cl peligro puede dispensar al soldado veterano.’” Coneurrié también 41a batalla de Cerro Gordo el 17 y 18 ‘de mayo de 1847 y acompaiié { Santa Ana en sn retirada 4 Orizaba, permaneciendo & su lado hasta que regresé 4 Mé- -xico 4 encargarse de ‘ia Presidencia. En 27 de mayo de 1847 fué nombrado ‘Teniente Coronel del Ejército y en 6 de junio siguiente con igual empleo en ‘el Regimiento Hidalgo, expidiéudosele el despacho respec- tivo el 20 de julio, Por ausencia del General Salas que mandaba ese Cuerpo, fué encargado del mando y casistié 4 todas las batallas que se dicron en el Valle de Mé- ico, habiendo resultado herido en la cabeza el dia 13 de sep- 714 tiembre de 1847, al pie del cerro de Chapultepec. nse: Ios partes oficiales publicados en el ‘“Periédico Oficial’ det Gobierno de 16 de abril de 1849 y la nota némero #25 de la obra de den José Marfa Roa Barcena, titulada: ‘Recuerdos de la invasién Norte Americana.” En julio de 1847 recibié diploma por la Cruz de Honor de la Angostura concedida por el Congreso en decreto de 19 de abril y el mismo dia la Medalla de Honor creada por de- ereto de 11 de noviembre de 1846 4 los Generales, Jefes y Oficiales que combatieron en defensa de la integridad del te- sritorio nacional contra las tropas invasoras norte-ameri nas. Disuelto su regimiento marché 4 Querétaro siguiendo al Gobierno nacional y es juste hacer constar que toda la cam- paiia la hizo 4 sus expensas y que restanrado el Gobierno después de la Convencién de Guadalupe; no volvié & empu- fiar las armas jamds. En 8 de febrero de 1860 se le dié el despacko de Capitan de la tercera Compafifa del Batallén de Comercio de México, por eleccién de Ja Junta formada para la creacién de ese cuerpo y en 4 de febrero de 1885 ingresé 4 Ia sociedad del Colegio Militar, de la que formé parte hasta su fallecimiento; filtimos actos desu vida, relacionados con la carrera que ha- bfa abrazado en su juventud. El 10 de marzo de 1841 habia. entrado como meritorio al Ministerio de Relaciones interiores y exteriores. Fisé ascen- diendo gradualmente en su carrera diplomética, pnes se le nombr6 Escribiente quinto el primero de enero de 1842; el 7 de abril de 1843, Escribiente cuarto y Oficial dela Legacién Mexicana en Londres el 28 de abril de 1848, desempefiando las funciones de Secretario interinamente y siendo muy re- comendado por el doctor don Jusé Maria Luis Mora, nuestro Ministro en aquella Corte. Habiendo regresado 4 México volvié al desempefio de su encargorde escribiente cuarto, as- cendiendo 4 tercero en 21 de marzo de 1840 y 4 segundo. el 14 de septiembre del mismo afio, il 3 de abril de 1851 fué nombrado Secretario para la Legacién de Londres y en 26 de marzo de 1853 se te concedié una pensién diplomatica, A “ —315— aqnedando en cl Ministerio en clase de auxiliar; pero necesi- Uandose sus servicios fué nomrbrado Introductor del Cuerpe Diplomatico el 12 de «brill del mismo affo, y el primero de julio siguiente Oficial :primero de la Secciéu de Europa. El primero de febrero de 1856 faé nombrado Jefe de Ia Seecién die América, destino que permnté en 31 de marzo de 1884 por el de la Seccién de Ruropa que era menos recargado, 4 causa dle sus enfermedades del ofdo y de la espina, que lewran ya muy dolorosas. En junio de 1856 fué traductor de “El Dia- rio Oficial.” Otros encargos de confianza desempeiié en el mismo Mi- nisterio. En 16 de noviembre de 1865 lo nombré Maximi- liana Jefe de la Seccién cousular y comercial; en 7 de no- viembre de 1866 se le encargé la Direccién del Departa- mento politico y comercial; en 23 de diciembre del mismo afio se le nombré Plenipotenciario para entrar en negocia- ciones con $. M, Catélica y celebrar una Convenciéu Con- sular, estrechando ims las relaciones que existian con el rei- no de Fspaiia; en enero de 1879 se le designé para Oficial Mayor de la Secretaria, cargo que no acepté por delicadeza, pues el mal estado de su saiud no le permitia desempefiarlo. Su renuncia fué aceptada por cl Ministro don Miguel Rue las. En 28 de junio de 1883 se le nombré Miembro de 1a Comisién para revisar, modificar y adicionar el Reglaniento Consular Mexicano; en 1891 dirigié una carta al sefior Lic Azpitoz indicdndole su deseo de separarse de la Secre por exigirlo el mal estado de su salud, cuya separacién defirié para mds tarde y continud prestando sus ser hasta el 6 de febrero de 1893 en que no le fué ya p: sando de concurrit y haciéndose constar en oficio expre st pedimento, que su separacién fué motivada tnicament por causa de su quebrantada salud. En 20 de abril del mismio aflo se le concedié su jubilacién, declarandosele una pensién anual que disfruté hasta su fallecimiento. Fué habilitado de edad, para administrar sus bienes el 24 de mayo de 1843. En agosto de 1855 lo nombré el Departamento de Tamau- lipas para que formase parte de la Junta que se reunié de io : éonformidad con el articulo segundo del Plan proclamado por las fuerzas militares en la ciudad de México. Esa Junta nom~ brada por don Rémulo Diaz de la Vega, eligid Presidente & don Martin Carrera, pero fué declarada nula por don Juars Alvarez, En 1857 fué Diputado 41a Legislatura del Estado de Mé- xico y elegido de auevo para el mismo encargo en el perfodo siguiente. En 29 de diciembre de 1858 fué nombrado Vocal dela Junta: ereada por el Plan de Navidad, cuya Junta eligié Presidente al General don Miguel Miramén. En 1862 fué electo Diputado al Congreso General. En 1865 fixé electo Regidor del Ayuntamiento de México,, euyo encargo ya habia desempefiado otras veces. En 10 de abril de 1866 fué nombrado Oficial de la Orden. Imperial de Guadalupe. Es tiempo de hablar algo de su vida intima. EI r8.de sep- tiembre de 1853 contrajo matrimonio con la sefiorita Dolores. Pimentel y Heras, cuya genealogia puede verse en los artf- culos publicades por don Ricardo Ortega y Pérez Gallardo en el periédico “El Nacional’? en 1899 y 1900, titulados “Condes de Casa de Heras-Soto’” y ‘’Marqueses de Guada- lupe Gallardo y Viscondes de Casa Gallardo.’” De este ma- trimonio tuvieron tres hijos: el Lic. don Pedro Galindo y Pimentel, el Lic. don Juan Galindo y Pimentel y la sefiorita dofia Elvira Galindo y Pimentel que casé-con don Ramiro de ‘Trueba y ha fallecido ya Cuando el afio de 1868 se retiré el sefior Galinde de la es- cena politica, se dedicé especialmente 4 las atenciones de str hacienda ‘‘Gonzdlez’” ubicada en el Estado de México, dis- trito de Chaleo, que habfa heredado del sefior su padre. Fué muy apegado al estudio de la Historia y del Derecho: Administrativo, Posefa muy bien los idiomas francés é in- glés que hablaba, escribfa y traducfa con toda correccién. Era afecto 4 la lectura y sus principales escritos fueron dic- tdmenes que tuyo que hacer en ejercicio de los empleos que desempefié en la Secretarfa de Relaciones en los varios afios. 4 ie que fué Jefe de Seccién, sirviendo muchos de ellos para re~ solver con acierto asuntos diffciles. Como hombre de valor tenia gran fama, tanto por su com- portamiento en la guerra con los norte-americanos, come por diversos lances en que se encontrd ya en su hacienda, ya ex elcurso de su vida ptiblica y privada. Su cardcter era apa- cible, amable y prudente en extremo; tenfa muy buen trato y exquisita finura y era muy eaballeroso, cualidades que lo hicieron acrecdor 4 la estimacién de sus superiores, de sus subalternos y de cuantas personas lo trataron. Su diversién favorita era el ajedréz en cuyas combinaciones legé 4 ser muy prdctico y st aficién Ia conservé hasta sus Uiltimos dias, pues ccmo tinica distraccién que la falta de ofdo: le permitfa, reunfa en su cata 4 varios amigos para formar partidos de ese juego todas tas tardes. Fallecié en México el 10 de julio de 1895 en la casa ntimero- 9 dela calle del Esclavo. Su clogio finebre, que por muy extenso no reproducimos en estas paginas, puede leerse en el namero 3557 de “El ‘Tiempo’ de México, correspondiente al 19 del mismo mes y afio. Hsté inspirado en la més extricta justicia. En 1877 publicé su trabajo hist6rico titulado: BELICE.—ESTUDIO SOBRE LA ETIMO- LOGIA DE ESTE NOMBRE. Se dié 4 luz en “El Siglo XIX’’ los dias 28 y 29 de no- viembre y fué reproducido «n varios periédicos de Méjico y Juego en un folleto de 28 paginas en octavo, imprenta de la Sociedad Tipogrdfica, Campeche, 1877. Este estudio inspirado en el de don Angel Nunez Ortega, de que nos octupamos en otro lugar de estos Apuntes, esté encaminado 4 probar el origen de la Colonia inglesa de ese nombre y la falta de Inglaterra al reivindicar derechos ad- quiridos por los piratas en el siglo XVI. Su lenguage es correcto y sus conclusiones légicas, abundando en datos his- téricos dela mayor importancia. Sirvié de base 41a nota que con fecha 23 de marzo de 1878 dirigié 4S. M. Britdnica el sefior Lic. don Ignacio Vallarta, Secretario de Relaciones Exteriores de México, y el sefior Galindo fué nombrado por € Jefe interino de la Seccién de América el 2 de enero def mismo afio y propietario el 19 de septiembre siguiente. A fines de 1890 volvié 4 hacer un estudio sobre ta cuestin de Belice con las modificaciones que sticesos _posteriores h. cian necesarias y dirigié este trabajo con una carta al sefior Lic. don Manuel. Azpiroz, Oficial Mayor de la Secretaria, para que pudiera ser aprovechado en su oportunidad. Este trabajo no sabemos que se haya publicado, pero debe ser tan bien escrito como el anterior y su. conocimiento arrojaria mutcha Inz sobre la Historia peninsiilar. SESESEIT. VALENTINNI., (PHILIPPHE J. J.) OS) Ay (Benen Juan José Valentinni, hijo de un Pro- fesor italiano y de ta joven alemana, nacié en Berlin el afio de 1824, Su padre se habfa conquistado cierta celebridad como antor de tm famovo Diceionario Itafiano-Alemdn, que estuyo muy en boga por aquella época, debido 4 su recotto- cida exactitud, y que le valié el nombramiento de Profesor de Idiomas en la Univerdad y Preceptor de la Corte. Con este motivo sa hijo pudo recibir ana brillante edtica- cién en el Liceo de Rosleben y después en el Gimnacio de ‘Torgau. Cuando tuvo la aptitud suficiente estudié Juris- prudencia en la Universidad de Berlin y obtenido su titulo fué nombrado Oidor de la Suprema Corte. En £854 hizo su primer viage 4 1a América Central, fijando sit residencia en un punto cereano 4 Puerto Limén, en Costa Rica, y bajo la proteccién del gobierno fandé Ia villa ya ci- fada, No encontrando all{ materiales para formar la Historia de las naciones centro-americanas, cuya idea le dominaba, pas6 4 Alemania en 1858 y registrando archivos consiguié maniuscritos é informes relatives 4 la colonizacién de aquella parte del Nuevo~Mundo por los espafioles, formando un vo- lumen, que le valié el grado de Doctor en Filosofia otorgado por la Universidad de Jena. Este amor por los esttidios histéricos lo adquirié de su es- trecha amistad con el ilustre Humboldt que también conocia y trataba intimamente 4 su padre. En 1861 volvié 4 Costa Rica donde fomenté una finca de café con cuyos proditctos vivid allf como once a s, dedican- so dose 4 expedicionar por la costa, desde el Istmo de Panama hasta Boca del Toro, toda la Nicaragua y el Salvador y, por iiltimo, 4 territorios de Guatemala, dorde tuvo relaciones con el sabio Hermann Berendt, De ellas result6 ampliar sus expediciones hasta las ruinas de Quiché, en Santa Cruz de Quiché y los trabajos que escribié sobre todos estos recono- cimientos se publicaron en el ‘Historical Magazine’’ la- mando la atencién por sus conclusiones, Fué en esa época cuando concluyé un serio estudio sobre el Descubrimiento y Conquista de la antigua Provincia de Castilla del Oro, que no ha sido publicado hasta hoy y se encuentra entre sus ma- nuscritos, En 1871 pasé 4 los Estados Unidos, donde por algiin tiem- ‘po estuvo publicando Monografias sobre Arqueologia de Mé- xico y de la América’ Central y estas obras 4 pesar de ser pe- quefias, Hamaron la atencién de todos por el criterio que las inspiraba, En 1879 fué nombrado Preceptor de Idiomas de Jas clases. preparatorias de la Escuela de Mineria en la Uni- versidad de Colombia. A los principales idiomas europeos, inglés, francés, alemdn, italiano y espafiol, que hablaba y posefa perfectamente, unié bastisimos conocimientos en Ia Jengua maya y algunas familiaridades en el nahuatl, que Je ayudaron en sus investigaciones cientificas. En chanto 4 su instruccién mental era légico, penetrante y fundamental, en lo cual, al decir de uno de sus bidégrafos, reflejé el espfritu critico que habfa adquirido en las mas adelantadas institu- ciones de ensefianza de Alemania, En 1879 el Doctor Valentinni fué admitido como miembro. de la American Anticuarian Society, en cuyo Boletin public sus principales trabajos desde entonces. Fallecié en el Hospital de San Luis de la ciudad de New York el 16 de marzo de 1899. Sus principales obras son las siguientes: MEXICAN CALENDAR STONE, 1878.— MEXICAN COPPER TOOLS. ILUSTRADA, 1879.-MEXICAN PAPER. ILUSTRADA, 1880- TWO MEXICAN CHALCHIHUITES, THE hi ‘HUMBOLDT BELT AND THE LEYDEN, PLATE, ILUSTRADA, 1881.—THE OLME- ‘CAS AND THETULTECAS. PLATES AND MAP, 1882.—SEMILUNE AND CRESCENT SHOPED TOOLS, con especial referencia 4 los de México, Ilustrada, 1885.—THE PORTU- GUESE IN THE TRACK OF COLUMBUS A SERIES OF PAPERS, 1888-89. —THE LAND- FALL OF COLUMBUS AT SAN SALVADOR, PLATE, 1892.—ANALYSIS OF THE PICTO- RIAL TEXT INSCRITOS EN DOS PA- LENQUE TABLETS, Partes I y 1,’ 1894-95.— TRIGUE THEOGONY, 1898. Tas que le dan lugar en inestra cdlecdién son las siguientes! I.—THE KATUNES OF MAYA HISTORY. Ilustrada, 1879. ‘ Il.—THE LANDA ALPHABET A SPANISH FABRICATION. — Ilusttada, 1880. No conozco la primera, que no he podido conseguir hasta hoy y respecto 4 la segunda, sus fundamentos son delezna- bles y ya vimos en la biograffa del Abate Brasseur qneno ha progresado la idea emitida:por el doctor Valentini atribu- yendo 4 fabricacién espafiola el Alfabeto perpetuado por Janda, Las dltimas investigaciones 4 este respecto'y los tra- bajos de Holmes y de "Thomas, parece que van aclarando el asunto de una-‘manera favorable al ilustrado Obispo de Yu- catan, El doctor Valentini dejé numerosos ‘manuscritos inéditos, listos para darse 4 Ja prensa y, entre otros, su notable obra ti- tulada ‘Castilla del Oro”’ que relata la Historia del Descu- brimiento y Conquista de Costa Rica, y que se espera sea publicada por el gobierno de aquella nacién. ese ee CERVERA. (DON JOSE TIBURCIO) hx <)N la Villa de Bolonchenticul, del antiguo Estado de Yucatan, que hoy forma parte del Partido de los Chenes en el nuevo Estado de Campeche, nacié el 14 de abril de 1827 el sefior don José Tiburcio Cervera, hijo de don Antonio Cervera y de dofia Marfa Petrona Molina, Comenzé sus estudios primarios en la Escuela de la misma villa, que diri- gfa el inteligente preceptor don Rafael Alfaro; pero interrum- pidos por ef viage hecho 4 1a capital del Estado, cuando s6lo tenia nueve afios, los concluyé en Mérida, bajo la direccién del sabio don Mariano Correa, de gratisima memoria. tr6. después de externo al Seminario Conciliar de ava el estudio de la Gramética Latina y Beca de interno, etrsando Filosoffa, Teolog’ y Dogmitica 6 Hscoldstica, sobre cuya materia s ario que se anota 4 la pagina 17 de la Historia de quel plantel de instruecién, escrita y publicada por el Lic. don Serapio Baqueiro, de quien nos ocupamos en otro lugar de estos Apuntes. ‘Todos estos estudios los terminé 4 la edad de diez y ocho afios, empezando entonces el curso de Derecho. Era ya Presidente de la Comunidad del Seminario, encargado la Biblioteca y suplia las cdtedras 4 los Profesores que fal- , teniendo opeién 4 la primera que vacase. tuacién tan brillante tuvo que suspender sus estudios 4 su villa natal, amenazada por los indios_barbaros, en la famosa y asoladora sublevacién de 1847. Ocupéronla al fin y la familia de Cervera se dirigio 4 Campeche, donde —233— inmediatamente se presenté éste 4 prestar sus servicios en la columna expedicionaria, que al mando de don Pantaleén Ba- vrera deberia operar en aque! Departamento. Muchas pdgines nevesitariamos escribir para detallar los setvicios que estas tropas_prestaron & la causa de la civiliza- pero no es este el objeto de nuestro trabajo. Daremos sin embargo algunos pormenores de estos movimientos. La columna compnesta de una Compafifa de los Chenes, otra de matriculados, otra de Valladolid, una mixta formada de los diversos inmigrantes que habian venido 4 Campeche, media Compaiifa de artilleros y veinte y cinco cosacos, salié de Campeche en la tarde del 22 de-mayo de 1848, pernoc- tando en Hampolol; al dia siguiente Hegaron 4 Tenabo, don- de se tomaron informes acerca de los indies y se prepararon bestias de carga y envases para agua. Al dfa siguiente se continué la marcha hacia Ja hacienda “Chavi"’, cuyos habi- tantes se hab{an ido 4 unir con los sublevados, inutilizando antes la noria para imposibilitar la permanencia de tropas alli, por cuyo motivo, habiéndose sabido que 4 legua y media de distancia, en un rancho de indios llamado ‘‘Xtocné,"’ existia una algibe 6 depésito de agua, dispuso al Comandante que marchara una pequefia a Hevando Jos envases con las mulas para proveerse de ella; ilegado que hubo la fuerza al rancho, se encontré con todos sus habitantes aviandose para irse con los sublevados, como realmente acontecié, dejando ‘el rancho inhabitable. Después de Ilenados los envases con agua del algibe regres6 la pequefia fuerza al punto de partida (Chavi.) Al otro dia se emprendié la marcha sin novedad alguna rumbo 4 Sahcabchén, pasando por un rancho deno- minado ‘Tocbiacal, en donde encontraron una fuerza amiga al mando del cacique de Hecelchakan, don Juan Chi, que lo habia ocupado esa misma mafiana. Esta fuerza estaba com- puesta de hidalgos. Alli tomé la tropa el primer rancho y ‘en seguida se continué la marcha al pueblo de Sahcabchén, que se encontré también abandonado por sus habitantes, aunque las casas no habian sufrido destruccién; alli se tomé. ‘el segundo rancho y se pernocté y como 4 las tres de la ma- Hana del siguiente dia se emprendié la marcha para Hopel- —z774— chén, octpado por nuevas fuerzas rebeldes y cuando estaba ya en el cabo de la poblacién, salieron 4 batirse; pero fucrom intitiles sus esfuerzos, pues tuvieron que sucumbiral avance de las tropas de Barrera, hayendo completamente de la po- Dlacién y dejande muclias armas, municiones dé guerra y provisiones. Hste mismo dfa-y después de una junta de gue- rra se resolvié contramarchar con rumbo 4 Hecelchakén, donde permanecié la fuerza algunos dfas, para después em- prender otrovatague 4 los rebeldcs' de Bolonchentien!, al cual tuvo ef sentimiento de no concurrir el sefior Cervera, porque Io Hamaron de Campeche, por haberse agravade su sefior pa- dre, que al fin fallecié el 6 de junio del mismo afio (1848) cuan- do 4 él lo atacé también una penosa dolencia de la que al fin sand. Mascomo su convalecencia fué larga, cuando regresé al campamento ya.la columna del sefior Barrera se habla unido 4 la sexta Divisién, que mandaba don Agustin Le6n, mar- chando 4 la toma de Tckax y pasando por Bolonchenticul. Entonces el sefior Cervera ingresé 4 prestar sus servicios en ‘el cantén de itbalché, el més expuesto, porqne Ia mitad de los indigenas se sublevaron, incorpordndose 4 los rebeldes de los Chenes. EI Comandante de itbalché era don Teo doro Rodriguez, 4 cuyo lado estuvo hasta que fné Hamado por don Cristébal Trajillo, entonces Teniente Coronel, para reorganizar la sexta Divisién, que se compuso de la Guardia Nacional del Partido de Hecelchakan, com iuclusién del Ba- tallén de hidalgos al mando de su Coronel don Juan Cris6s- tomo Chi y de Ia Guardia Nacional de Halaché, El General en Jefe dispuso la recuperacién permanente del Partido de los Chenes, la. cual: se efectué de Ja manera. siguiente: el 23 de febrero el cantén de Muna al mando del Coronel don. E- duardo Vadillo, ocupé fa hacienda ‘‘Vaxché’’, tres leguas al Noroeste de Bolonchenticul; ef mismo dia 23 el cantom de Kayal al mamilo del ‘Teniente Coronel don Cirilo Baqueiro, ocupé la villa de Hopelchén; y el mismo dia don Cristobal ‘Trujillo, Bolonchenticul, coma sexta Division, que constaba de ms de mil hombres y en cuya Divisién trabajé: el sefior Cervera.en calidad de Ayudante de dicho sefior Trujillo; con- currié 4otras muchas. acciones de guerra y en.uno de los —275— ataqtics al euartel yeneral de los stblevados, salié levemente herido en una mano, maténdole su caballo. La misma sexta Divisién al mando del sefior Trujillo, 4 la que perteneefa el meneionado sefior Cervera, recuperé el pue blo de Tturbide, en ef cual estuvo Sstacionada hasta su com- pleto arraigo y arreglo. Desde este punto Trujillo mandé & Cervera en unién de don Pedro José Alcocer 4 establecer al cant6n de Moreno, el cual fundaron en los bordcs de fa gran Aguada Kinin, con lo que qued6 cerrada la linea general hasta Becanchén y 'Tihosuco. Por no detenerme més, haré mencién de un hecho con que quedé pacificado todo el Partido. De los jefes y caudillos indi- genas del Sur, el principal era el General José Marfa Cocom, que tenfa de Secretario 6 esctibicnte 4 Manuel Bohorques, que fué condisefpulo de Cervera en Bolonchenticul. Para que se celebraran Ios tratados de Chichenh4 que se pactaron entre el Corregidor del Petén, Ics Comisionados del Gobierno de Yucatan y los candillos del Sur, siendo el principal el Ge- neral Cocom, Cervera s¢ hizo de relaciones con el mencio- nado Bohorques, para que aquel General asistiera 4 los tra- tados, lo cual verified; y 4 su regreso, en prneba de lealtad, Je mand6 el General (4 Cervera) 4 su hermano Manuel, con veinte indigenas del Sur, escribiéndole que ya era pacifico, que en fo adelante to habrfa mds guerra con él y que disfru- tarfaenla paz. El sefior Cervera recibié 4 sts enviados ami- gablemente, proporcionndcles alojamiento y dispensdndoles otras consideraciones. Contest6 4 dicho General Cocom en términos muy Lenévolos, quedando desde entences estable cida ta pacificacién del Sur. Después de esto los sublevados fueron viniendo 4 nuestros pueblos 4 vender sus efectos y 4 comprar los que necesitaban, pero el que reconoefan con mds confianza era el de Bolonchenticul, lugar de la residencia del repetido sefior Cervera. Con este motivo fué nombrado Jefe Politico y Subdelegado del Partido por el Gobernador don Miguel Barbachano y se dedieé asiduamente 4 st restablecimiento, abriendo los ca- minos cerrados por los indios, nembrando autoridades en los pueblos y haciendo todas las mejoras que creyé eonyenientes, ean ee! hasta 1851 en que se retiré 4 1a vida privada, fusidando un establecimiento rural. Dividida la Peninsula en dos Estados, el Gobernador de Campeche, Lic. don Pablo Garcia, lo nombré de nuevo Jefe Politico y Subdelegudo de los Chenes, desempefiando el des- tino hasta 1860, ea que 4 causa de una enfermedad fué 4 ra- dicarse 4 Mérida, comprando uma finca henequenera, 4 cuyo importante cultivo se dedicé desde entonces. Varios destinos le fueron ofrecidos, pero no acepté mas que los concejiles y honorfficos, como Vocal de la Junta Di- rectiva de Caminos, Vocal de la Junta del Estado para la Ex- posicién Universal de Paris, Vocal dela Junta !ixaminadora de Astronomfa y Geologfa en el Instituto Literario en 1868, ete. En 1869 fué nombrado socio corresponsal de la sociedad de Geograffa y Estadistica de México. Amigo fntimo del benéfico Cura don José Marfa Celarain, administr6 por diez y ocho afios sus bienes y al fallecer aquel, le nombr6 st albacea en unién del Lic. don Juan Francisco Molina Solis, cumpliendo ambos satisfactoriamente la tiltima voluntad del testador. Es digno de notarse que bajo el gobierno del General Tra- conis se reunié la Junta Directiva para la creacién del Asilo “Celarain’’, para cuya obra aquel benemérito sacerdote des- tin6 cien mil pesos de su capital, Se discutié y aprobé el Reglamento y se dié principio 41a construccién, nombrandose — al sefior Cervera Inspector de los trabajos, Reuso una pe- quefia asignacién para gastos de carruage, aunque el sitio elegido para la construccién estaba retirado dela ciudad y ha tenido el gusto de ver concluirse el edificio, subsistiendo in- tegro el capital de Ja fundacién, pues s6lo se han empleado Jos intereses. El Gobierno lo tiene ocupado actualmente como Lazareto y, segtin informes, cuando Iegue el caso, ser destinado 4 su ‘objeto, con mejores condiciones y elementos para su soste- nimiento. El sefior Cervera ha escrito: , 1.--DEPOSITOS ARTIFICIALES DE AGUA ANTIGUOS.” H.—ARTICULOS. El primero es un estudio hist6rico-arqueolégico de grart importancia y se dié 4 fuz en “La Revista de Mérida’’, 1871. Los segundos comprenden interesantes datos histéricos y estadisticas de diversas poblaciones de Campeche, dle que sdlo conozco los dedicados 4 Qitbalché y Bécal. Es de desear que el sefior Cervera coleccione todos sus bajos, con lo que prestard un importante servicio 4 la his de Ja Peninsula. =S=aIv. PENICHE. (LIC DON MANUEL) ee = 4 Ca personalidad de que vamos & presentar & ness tros lectores un imperfecto bosquejo biogréfico, nos demues tra de cuanto vale la voluntad y qué inflnjo tiene en la vida del hombre. Hijo de padres pobres, se elevé hasta figurar en los puestos mds distinguidos, gracias 4 la energfa de su cardcter, 4 su constancia en el trabajo y 4 su reconocida hon- radez, Nacié en la citidad de Mérida el 22 de agosto de 1834, siendo sus padres don Manuel Trinidad Peniche y dofia Maria Josefa Albertos;que s6lo pudieron darle tna ¢duca- cién proporcionada 4 sus medianos recursos. Sin embargo, en 1859 habia ya obtenido titulo de Agritensor y en 1860 se gradué de Abogado, sustentando Incidos exdmenes, Desde 1858 habia empezado 4 figurar en Ia politica local, afilidndose al partido liberal. En enero de ese afio fué de- gnado para décimo Regidor del Ayuntamiento, al recono- cerse en Mérida el Plan de Tacubaya. Vueltos sobre sus pasos los liberales de Yucatdn y derrocado el Gobierno, se entablaron aquellas luchas intestinas que han sido tan me- morables en nuestra historia, Peniche, siempre fiel 4 sus convicciones, se unié al partido del sefior Irigéyen y él fué quien formulé el acta que los Oficiales emigrados debian le- vantar en Becal, cuando aquel caudillo logré arrancar el Gobierno de manos de Acereto, con el auxilio de las tropas campechanas, Después figuxd Peniche en Ja sociedad llamada ‘La Ju- ventud Democrdtica’’, que se acabé en tiempo del Imperi. mw *Perminada esta épica lucha de nuestra segunda independen- cia, don Manuel Peniche fué electo Diputado al Congreso de la Unién por el Estado de Yucatan, fijando desde entonces su residencia en la capital de la Repdlblica, en la que repre- ‘sent 4 las asociaciones bancarias y ferrocarriieras dela Pe- ninsula, conel mayor desititerés y 1a mejor voluntad. Desde entonces, hasta su muerte, ocurrida en Veracruz el 14 de di- ciembre de #899, no dejé de representar en Jas Cémaras de la Unidn, ya como Diputada, ya como Senador, 4 alguno die los Estados de Yucatén 6 Campeche, que lo elegfan-en la plena confianza de-que procuraba por el’bien de estas.entidades fe- derativas. El afio de 1871 fué acusado ante el Congreso Nacional el Gobernador de Campeche Lic. don Pablo Garcia. ‘'I,03 dos pretextos para este juicio, dice.el Lic. Aznar Barbachano, fueron uno relativo 4 atribufrsele haber destinado 4 obras ptblicas 4 unos indigenas rebeldes, cogidos en campo ene- migo yen tiempo de guerra, arrogandose facultades judicia- Jes, y otro relative 4 hechos del gobierno interior del Estado, agenos dla Federacin."” El primero quedé desvanecido con los descargos de Garcia; penoyya era tma cosa resuelta sv separacién del Gobierno, quéel seiior Judrez tenia acor- dada por razones que no son del caso referir en este lugar. Cuando se notificé & Garcia la fecha en que Ja causa de- Deria verse ante el Gran Jurado, contesté “que no le era po- ‘sible presentarse personalmente ante la Suprema Corte, ni nombrar apoderado, por no permitfrselo sus wecursos y que -estaba pronto 4 cumplir loque determinase tan respetable “Tribunal.” Sin embango de esta resolucién de Garcfa, el sefior Lie. Peniche acepté la defensa que después se le confiara y aun- que llevaba muy buena amistad con los que instigaron 4 los acusadores de Garefa, ne dejo de hacer mucho en favor de su * spatrocinado 4 quien noera posible salvar de la determinacién politica del Gobierno General. Como escritor piblico, Peniche colaboré en los periédicos ““E] Pueblo”, ‘La Burla’’, “El Eco de los Estados”” y otros varios de la capital. Pertenecié com socio de ntimero 4 la —230— sociedad de Geograffa y Estadistica y otras corporaciones: nacionales y extrangeras. El allo de 1869 present6 4 aquella asociacién cientffica la primera parte de un estudio que titula: HISTORIA DE LAS RELACIONES DE ES- PANA Y MEXICO CON INGLATERRA‘ SO- BRE. EL ESTABLECIMIENTO DE BELICE. Se publicé primero en el ““Boletin” de la sociedad y Inego en una edicién especial hecha en México, en Ia Imprenta del Gobierno, 4 cargo de José Marfa Sandoval. Consta de un. voltimen en cuarto, con IV-67 paginas 4 dos columnas y un plano de Belice para la mejor inteligencia del asunto. Esta primera parte es ia Gnica publicada de tan intere- saute trabajo. Comprende las relaciones de Inglaterra con Espafia respecto al territorio de Belice, desde que los indios- mosquitos cedieron este territorio 4 Peter Vallace, hasta la aplicacién 4 Belice de los ‘Tratados de 1814, Tas actas del Parlamento Inglés de 1717 y 1719 y la situacién de hecho y de derecho de los establecimientos brit&nicos en 1821, al de- clararse la Independencigsde México. Peniche fué el primero que hizo conocida en la Repiblica la cuestin de Belice, utilizando los trabajos del doctor don Justo Sierray dados 4 Inz en sn periédico “El Fénix’”, que se editaba en Campeche, y esto lo hizo sin pretensiones de ninguna clase, como dice, sino con el deseo de trabajar en favor de las cuestiones que interesan 4 la Nacién y muy in- mediatamente al Estado de Yucatan, con cuya suerte estaba naturalmente enlazado su porvenir. Desgraciadamente el trabajo no qued6 conciafdo, porque como hemos dicho, s6lo abraza la primera parte las relacio- nes entre Inglaterra y Espaiia, es decir, la menor de las dos enque lo habia dividido. ‘Tal vez 4 su muerte hayan que- dado entre sus papeles los borradores de la segunda parte, que sern interesantfsimos, si atendemos 4 la facilidad con que pudo procurarse 10s datos necesarios para escribirlos, segtin lo deja indicado en Ia introduceién. El estiio del sefior Peniche es muy correcto en cuanto le

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