atin, hablar. Era como si, en su climax, la
muchedumbre enardecida hubiera echado todo
fuera de Ja sala, Encendi el televisor, Ahi
estaba yo, parado junto al aparato, mirando
hacia la sala repleta, La pantalla ‘produjo
‘un haz luminoso azul pélido. Roberto estaba
2 mi lado. Le susurré que mirara atentamente
Y 0 se distrajera en los préximos minutos,
La tiniea luz de la sala provenia del televisor,
reflejéndose en los rostros de los alumnos,
Los ojos se esforzaban, mirando la luz, pero
ésta no cambiaba. La concurrencia se mantuvo
quieta, esperando, Habla una guerra mental
entre Ia gente del suditorio y la televisiSn y
fue este Ultima la que gané. El fulgor del
aparato no mostré ningiin candidato
Presidencial, simplemente se apagé. Los que
contemplaban, todavia persistian. Tenta
que haber un programal ;Tenie que yenir!
eDénde estaba? El trance frente al televisor
continué durante lo que parecieron horas:
eran las 12.07, Nada. Un televisor apagado,
No iba a suceder. La ansiedad se transformné
en frustracién, Alguien se paré y geité
"No hay nj un lider, yverdad?", Todos
miraron sdrprendidos al alumno y luego al
televisor. En sus rostros habia une mirada
de incredulidad, En la confusién del
Momento, me movi despacio al televisor,
sintiendo la respiracién de la gente, Esperaba
un bombardeo de preguntas, pero sélo hubo
un profundo silencio, Empecé a hablar, cada
Palabra parecia ser escuchada y absorbida,
“Escuchen claramente, Tengo una cosa muy
importante que decirles. No hay ningin lider
No hay nada que'se parezea a un movimiento
Namado “Tercera Ola”. Uds. han sido usados,
manipulados, empujados por su propia
voluntad hacia el lugar en que se encuentran
en este momento. Ustedes no son mejores ni
eres que lor nazis alemanes que hemos
estado estudiando",
“Ustedes pensaron que eran Jos clegidos, que
eran mejores que los. que estén fuera de la
sala. Ustedes vendieron su destino y sa
Ubertad por la comodidad de la disciplina y
Ja superioridad: Ustedes eligieron aceptar
el deseo del grupo y Ia gran mentira de su
propia conviccién y ereyeroa que silo lo
haciani por diversién, en un comienzo, que
podrian salirso'en cualquier. momento,
ero, ghasta dénde habriah legado? jQué
tan lejos podrfan haber ido? Déjenme
mestrarles su futuro”
Con esto, encendi una proyectora de eine,
Tnmediatamente tluminé una tela blanca que
colgaba encima del televisor, El rugido de la
coneentracién de Nuremberg aparecié en la
Pantalla. Mi corazén golpeaba fuertemente, ,~
En imégenes fantasmagéricas, la historia der
Tercer Reich desfilé ante la sala, La .
Disciplina. La marcha de la Super Raza, La
gran mentira, Arrogancia, violencia, terror,
Gente empujada dentro de grandes camiones.”’
La visién de los campos de concentracién,
caras sin ojos. Los juicfos, La plegaria de la
ignorancia,
Yo sélo hacia mi trabajo,’ Mi trabajo.
Abruptamente, como empeoé la proyeecién
de Ja pelicula, terminé con una frase: “Todo-
el mundo debe aceptar la culpa. Nadie puede,
declarar que no'romé, park af
caer
a
PU RHEREOE OER RRE RR EA ASO OEE
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