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Juan David Nasio iCémo actuar con un adolescente dificil? Consejos para padres y profesionales » Buenos Aires « Barcelona + México Tn xg: Common agi cam alto i? (© 2010, Baksons Payor & Rages, Pare “Tas Vina Ackerman Diack de colors: Gascaro Macy proses od: Bosc bre Pace SO ein, 2011 ate sommes een met he ne de ‘SPER ce por cngur medio procedmln compres epee ye © 2011 Juan Ded Neo (© 2010 de oda I dines Erorl Pate SAIC Deblcae bajo mello Pads Independencia 1689/1686 Baenos Aires ~ Argentina Ema ditiaedsreapadoscomat sw pidosargensnacomae eda hecho el depo que prvine Ia Ley 11.723, Iinpeso ene Argensina Primed gene Ingres en Grin La, -Manengato 7, Sn Mar, Provincia de Buenos Ales Shp de 2011 “Tada: 3.00 empires ISBN 978-95012-0092.8 ‘ado ser viviente debe morir un poco todos los dias. Es decir, debe mutar, padecer la pequetia muerte celular que renueva y da vida. Nosotros, los adaitos, perdemos cada dia iun poco de nosotros mirmos, de manera incesante e inadvertida. Cusénto més terrible ba de ser este ferntimeno en el adolescente, en quien todo tiene que cambiar a la vez, violentamente: el cuerpo debe desmembrarse, la infian- ia irse,y la cabesa, mareada, debe reconquistar peno- ssamente su poder sobre el cuerpo. JeD.N. Retrato del adolescente de boy La adolescencia es una saludable ide crecimiento La adolescenca es wn [aslo] de la infancla £Cémo actuar con tun adolescente en erisis aguda? | ‘Consejos pricticos para los profesionales de la adolescencia £Cimo actuar con un adolescente difiil® Con: pricticos para los padres Extractos de las obras de S. Freud y de J. Lacan sobre Ia adolescencia, precedes de nuestros comentarios Seleccién bibliognifica sobre la adolescencia En este libro me gustaria compartir mi experiencia de picoanalista en el tatamiento de jévenes eon problemas ¥ definir con usted, lector, la mejor conducta a tener ante ‘un adoiescente en crisis. Me imagino que si est leye o estas lineas, usted debe ser un padre, un abuelo, un docente o un profesional de Ia adolescencia que quiere saber lo que pasa en la cabeza de un joven en plena muta isn, lo que lo hace sutrir evando esta perturhado y cémo calmerlo, Deseo que la lecwura de estas paginas, donde le propongo un nuevo esclarecimiento sobre la vida inte- rior del joven, responda adecuadamente a sus expecta- tivas, También deseo que esta inmersisin que vamos a hacer en el inconsciente juvenil le permits mejorar st manera de escuchar y de dirigirse a os adolescentes que usted ama o de los que es responsable. Es por ello que me interesa proponerles a los padres un conjunto de conse- jos pricticos para actuar mejor en la vida cotidiana con los adolescentes difciles; y proponeries 4 los profesiona- les una serie de recomendaciones igualmente pricticas para actuar mejor en casos de urgencia cop mn joven en estado de crisis agus. Retrato del adolescente de hoy DEFINICIONES DE LA ADOLESCENCIA “Fan exe momento ety dvidid entre ds ede, ede In infaniay lade la adalter. Cuando oad ladulta predomine rbre la infncia eré duet de i ‘mo. Piensa que por abora debo etar enw 60% ‘de infimcia 30 40% de ade”. Alain, 15 aos Ante todo, comencemas por definir la adolescencia, La adolescencia es un pasaje obligado, el pasaje deliea- do, atormentado pera tambin ereativo, que se extiende desde el fin dela infancia hasta las puertas de la madurez. E] adolescente es un muchacho o una chica que poco 1 poco deja de ser un nino y se eneamina dificlmente hacia el adulto que seri. Definiré a la adolescencia de acuerdo con tres puntos de vista diferentes pero com- plementarios: biolégico, sociolégico y_psicoanalitico, Desde la perspectiva biolégica, sabemos que la adoles- ccencia corresponde a Te pubertad, més exactamente el principio de la adolescencia corresponde a la pubertad, 4 ese momento de la vida en el que el cuerpo de un nino de 11 afios es abrasado por una sorprendente llansara~ da hormonal. La pubertad -término médico~ designa justamente el perfodo en el que se desarrollan los érga- ‘ Jax oano AsO nos genitales, aparecen signos distintivos del cuerpo del hombre y de la mujer, y se produce un impresionance crecimiento de la alsura asf como una modificaci6n sen- sible de las formas anatémicas, Para el varGn, es la edad ten Ja que se producen las primeras erecciones seguidas ide eyaculacién durante una masturbacién, las poluciones acturnas, el cambio de la voz y el aumento de ls masa y de la tonicidad muscolares, gérmenes todos ellos de luna virilided incipiente, En la nifa, se desencadenan las, primeras menstruaciones y lis primeras sensaciones ov Thou, los sens crecen, [a clera se ensancha confirén- {ole a ia suet el porte tpicamente femenino y, sobte todo, se despierta en ela es ensin imposible de definic {joe emana del cverpo de toda mujer y que llamamos e conto femenino, Por lo tanto, bilégicamente hablan- do, la adolescencia es sinénimo del cuerpo maduro sexvado, sustepsble de procrear canto 2 Tesolin, el vocablo “adolescencs* bares el periodo de transcion entre le dependencia Infancy fa emancipacion del joven adulto. Segin las Culturas este perfodo intermedio puede ser muy corto Cane se rede aun rit inicio que, en unas poess horas, transforma aun nino grande en un adulco~o par~ Seulsrmente largo, como en nuestra sociedad, donde Jos jovence conguistan su avtonomia may tardlamente, {dndoe a extension de los estdios y el desempeo masi- ro, facrores que oantionen fa dependendia material y Wiech del adolesente respecto de su familia Fn este endo, observemos, que uf adulto joven de cada dos Sige viviendo en el domo de Tos padres a los 23 thos, gouanda no solo del techo por tiempos caa vee muds prolongados, sino también de su sostén econémico, ‘que, muy a menudo, se extiende incluso més alld. En und palabra, si se consideran los dos extremas del pasaje ado- lescente, puede afirmarse gue la pubertad signa su entra- da hacia Jas £1 0 12 aftos, mientras que la emancipacién puntila su salida alrededor de los 25 aos. RETRATO DEL ADOLESCENTE DE HOY Pero vayamos ahora al punto de vista psicoanaliti- 0 «al como lo fui forjando a lo largo del contacto con iis j6venes pacientes, Ahora bien, zqué es un adoles- ccente para el analista que somos? En primerisimo lugar, ceshocemes su retrato hecho en vivo, Mas adelante, des cribiré al adolescente desde el interior, desde el fondo de su inconsciente, tal como se ignora'a sf mismo. Por el momento, esbocemos su figura 4 grandes rasgos. El joven muchacho o la chica de hoy es un ser trastornado ‘que, altemativamente, se precipita alegre hacia adelante en la vida, luego de pronto se detiene, agobiado. v de esperanza, para volver a arrancar inmediatamente lle- vado por el fuego de le accién. Todo en él son contras les y contradicciones. Puede estar tanto agitado come indolente, enférico y deprimido, rebelde y conformista, intransigente y decepcionado; en un momento entusias- tay, de golpe, inactivo y desmoralizado. A veces, es muy individvalista y exhibe una vanidad desmesurada 0, por cl contrario, no se quiere, se siente poca cosa y duda de todo. Exalta hasta las nubes a una persona de més edad, ala que admira, como, por ejemplo, un rapero, un jefe " HaNDAwoNASO de grape wt personaje de juegos de video, 2 condicién de que su idolo sea diametralmente opuesto a los valores familiares. Los tinicos ideales a los que adhiere, las mis de las veces con pasién y sectarismo, son los ideates -a veces nobles, a veces discutibles- de su grupo de amigos. A.sus padres les manifiesta sentimientos que son la inver~ sa de los que siente realmente por ellos: los desprecia ¥ les grita su odio, mientras que e! nigo que subsiste en ef fondo los ama con ternura. Es capaz de ridiculizar al padre en pablico mientras que esté orgulloso de al y lo tenvidia en secreto. Tales cambios de humor y de acti- tad, tan frecuentes y san braseos, serfan percibidos como anormales en cualquier otta época de la vida, pero en la adolescencia, jnada mis normal! ELIMPULSO CREADOR DEL ADOLESCENTE ‘Sin ninguna duda, el adolescente ¢s un ser que sufre, exaspera # los suyos y se siente sofocado por ellos, pero 5, sobre todo, el que asiste a la eclosion de su propio pensamiento y al nacimienco de una fuerza nueva; una fuerza viva sin la cual en la edad advlea ninguna obra podria ilevarse a cabo. Todo lo que construimos hoy est erigido con la energia y la inocencia del adolescente que sobrevive en nosotros. indiscutiblemente, lt adolescencia es una de las fases més ferundas de auestra existencia. Por un lado, el cuerpo se acerca a la morfologia adulta y se-vuelve capaz de procrear; por el otro, la mente se infla- ma por grandes causas, aprende a concentrarse en un problema abstracto, 2 discernir to esencial de una situa- ETRATO De ADCLESCELTE DE Ho * cid, a anticipar las dificultades eventuales ya expandirse sganando espacios desconocidos. El ad ta.el espacio int el descubrimizaa de snnevas mane 1S que ya conodfa, pero que mu Ia adiniracion, el sentimiento de ser rechszado por sus semejantes € incluso la rabia~;y, por ltimo, conguista clespacio socal al descubris, mé alé det cirulo familiar del escola, cLuniverso de los otros seres toda sx diversidad, Anve la creciente importancia que la Sociedad reviste ahora en su ida, comprende muy pron to que nada puede surgir de una acciénsoftaria. La ado~ ‘escenci es el momento en el que nos damos cuenta de cenin vital es elotto biolégica, afectiva y social cada uno de nosotros, cuinta necsidad tenemos ‘pra ser nosotros maisonce. PANORAMA DE LAS MANIFESTACIONES DEL SUFRIMIENTO INCONSCIENTE DEL ADOLESCENTE DE HOY Con todo, las més de las veces, nosotros, las profe sionales o os padres, no estamos confrontados con cesta cnergia creadora del adolescente. La mayor parte del tiempo, lo que se presenta ante nosotros ¢s.un.ado- lescente en estado de desssoxiegey un joven al que Je “euesti expresar su malestar con palabras. No sabe o no puede verbalizar el sufrimiento difuso que lo invade y es 4 nosotros, adultos, a quienes nos compete soplarle las palabras que le faltan, tradacirle el mal-estar que siente y {que habria expresado él mismo si hubiera sabido recono- cerlo. Soplarle las palabras, por cierto, pero con mucho acto ¥ sin que lo, avers idarlo pero no ofenderlo, No, el adolescente no. ele detour cien- ‘te porque no sabe identifica Bien lo que sente Sea ‘de una observacin que muy a menudo hago a los padres ya los profesionales que se quejan del mutismo del joven que se encuentra ante ellos. Si el adolescente no habla, no es porque no quiere comunicar, sino porque no sabe identificar lo que siente, y mucho menos verbalizarlo. Es asi como se ve lanzado a actuar més que a hablar y que su mal-estar se traduce més por medio de los actos que de las palabras. Su sufrimiento, confusamente sentido, informulable y, en una palabra, inconsciente, esti mis expresado mediante comportamientos impulsivos que conscientemente vivido y puesto en palabras. JJustamente, me gustaria proponerle un Panorama de las manifestaciones del sufrimiento inconsciente del ‘adolescente de hoy. Dichas manifestaciones se presentan de distinto modo segiin el grado de intensidad del suf intenso 0 extremo. Lo invito a dete- Pon zoo oF Pon zoo oF Taedoon tn eject Ties sopertnieir on t oceans: Foc miento: moderst nerse un instante en la figura 1 Figura FL SUFRIMIENTO INCONSCIENTE DEL ADOLESCENTE. PUEDE MANIFESTARSE DE TRES MANERAS DIFERENTES:! Por neo10 8 arn ereer; mur hemos isto obligades 1 sportar des newrosic on mein juve "a primera entre lr 3 lo 6 as, _y la senda ene lor 11 y lor 18 ates ‘ua newrors infantil durante e ipo 1 is tarde, woe neurosis end ‘durante la adolesencia. Exar des neurosis de crecimiento porque som pasajeras ys rsueken por si minmas. EDN, Ena columna del Panorama figura 1), indiqué la rmanifestaciin més frecuente de un sufrimiento modera- do, decir, a efervescencia adolescente ordinata, den- tifico la agitacién adolescente con una neurosis javenil sana y aun necesaras necesaria para que el adolescent, al cabo de su metemorfosis,logee adverse de si mismo y afirmar su personalidad. También la denomino mewrosis de erecigiemto. Los principales sintomas de esta neurosis saludable de erecimiento,sintomas que vamos a profun- dizar mis adelante pero que de ahora en mis podemos ‘mencionar ~angusta, tristeza y rebeldia- son los signos anticipadores de la furura madusez.del muchacho y de Ja chica. Cabe sefalar que esta neurosis de crecimiento afecta a pricticamente la totalidad de la poblacién ado- lescente,es decir, a § millones de jévenes, de entre Li y 18 aos de edad, sobre una poblacién global, en Fran cia, de 6 millones y medio de adolesconces. :Quiénes son estos muchachos? Son los jovenes con los que nos relacionamos todos los dias, incluso los jovencs pacien- 2es que recibimos puntualmente por problemas de poca gravedad, En siness, los aolescentes includes en la fategoria 4) son en se gran mayoriajvenes con buena Safod que atravesan su adolescencia de manera modera~ damente conficiva y soften una neurosis passjera que calfico como sina porque s disipa por st misma con et tiempo, sin necesidad de recorrir un terapeuta. En et fondo, em presencia de um adolescent dificil, es decir euritco, muestra mijor respuesta como padres es saber tspera, lo mejor que pada, el fin de la tormenta. Al) final de esta neurosis insoslayable y en sma benéfc, el 6 la joven entran por fin en la edad adult, He de aciararle que ext manera de pensar la adoles- cencia como une neurons de crecimiento es una idea Jnnavadora que me ha sido inspirda por e! tabajo con los jovenes y que propongo alos padres y 3 fos protesio- nales confrontados con el sufrimiento juvenl. Me g0s- tarfa agregar que esta neurosis sludable es, de hecho, ia repetcin en la adoleseencin de ls primers neurosis de ‘eecimiento que fe, pars wn nitio det afos el complejo de Eaipo. Estoy convencido de que laformacién de la sdiex aos mas tarde, la men- -Posis sana dela adolescencia.! En ambos casos, se tata de ‘una nevrasis porque, en el transcurso de estos dos perio- 1. He desarrollado ampliamente en 1 Ei cme mas ial el piven (Bvenos Aires, aids, 2007) la idea de que ef ‘imple de Epa esa primers meurase sana, ormadorn de Ws bru pervnalidad. dos de la vida, complejo de Edipo y adolescencia, el sujeto se desgarra interiormente, ratando de responder a la vez has fuertes exigencias pulsionales de su cuerpo (llama~ rada libidinal) y a las fuertes exigencias sociales (padres, amigos y valores culturales), exigencias que ha introyec- tao y que se impone a si mismo bajo la forma de la vox interior y despética del superyd. La adolescencia es la edad en que las sensaciones corporales son tan apremian- tes como el juicio critico procedente de los otros. Este jnicio negativo, interiorizado como autojuicio, es lo que denominamos superyé, entidad a la que nos referiremos ‘mis adelante, Ahora usted comprenderé que la neurosis sea justamente el resultado dela incapacidad que tiene el yo adolescente, atin inmaduro, de conciiar la tirdnicas texigencias pulsionales con las tirsnicas exigencias super- yoieas. Esta guerra intestina entre un cuerpo invadido por las pulsiones y una cabeza invadida por una moral textrema hace del adolescente un ser fntimamente dislo- cado, desgarrado, que experimenta sentimientas contra ictorios respecto de si mismo y de aquellos de los que depende afectivamente, en primer lugar sus padres. Por cende, tiene reacciones desconcertantes, chocantes, inelu- s0 agresivas respecto de su entoro. Esto es la neurosis: sentimientos, palabras y comportamientos impulsivos y desfisados, que engendran una insatisfaecién permanen te y miltiples conflictos con el préjimo. Pero el fin nor- smal de esta neurosis juvenil de crecimiento dependeré en gran medida de la inteligencia, de la serenidad y, en una palabra, del umbral de tolerancia de los padres durante la tormenta, Tado estriba en lo siguiente: aceptar que nues- 4tr0 hijo real no sea el bijo que hemos softado. La tarea es dificil pues, en la adolescencia, los padres ya no cuentan ni con la paciencia ni con la flexiilidad ‘mental que tuvieron durante el Faipo. La efervescen- cia neurdtica del joven desborda a menudo en la esce- na social y los padres rpidamente se ven superados. Se sienten mil veces mas desarmados para manejar las tur- bulencias de su adolescente dificil que para manejar, por cjemplo, la inocente falta de pador de su hijo de + altos. Retomaré detenidamente el cuadro clinico de la neuro- sis adolescente. Por el momento, sigamos exarninando el Panorama de la figura 1. Remitimonos a la columna [B], donde encontramos diferentes comportamientos peligrosos que interpreto como la puesta en acto por parte del joven de un sufri- ‘miento del que no tiene conciencia, un suftimiento inconsciente que ya no es moderado, sino intense. Aqui querrfa volver un instante a la naturaleza inconsciente del sufrimiento adolescente. Cuando digo que el sufti- miento es inconsciente, quiero dar a entender que el joven ng siempre To se nifidamente: y, silo siente, no llega a-verbalizarlo, Ahora bien, cuando este sufrimiento mudg es muy intenso e incoercible, se exte- de Ia efervescencia adolescente comin y corriente, sino a través de los comportamientas riesgosos, impulsivos y repetitivos. Insisto: nosotros, los psicoanalistas, somos los que interpretamos, por ejem- plo, tal o cual acto de violencia perpetrado por un ado- lescente furioso como la expresién actuada de un dolor interior, no sentido, que socava al joven desde los des- sgartamientos familiares de su infancia. En el momento a Juan oa NAS de cometer acto, el joven no siete nada, ni dolor, ni miedo, ni culpabilidad esti como ancstesiado, fuera de si muchas veces animado por un sentimiento de omni= pofencia einvulnerabilidad. Esta ausencia de conciencis de sv mal-estr interior explica por qué un adolescente, pese a hallarse en una siteaciSn desesperada, no pi ‘enpedirayuds, Por miiera en susoledad, Tencor ys desafio para con los otros. No obstante, hay ‘tra razén que explica la violencia que pucde aduetirse del joven. Sin dase events, el adolescente muchas veces corre riesgos para ponerse a prueba yafinmars. A través de a voleneiay cl ruido, busca Ia prucha de sv propio valor. Quieresentrseexstinditinguire dos adultos y brncerse reconocer por as arigos. En cuanto alos comportemicntos peligrosos,observe- mos que, pese a su cardterruidoso y espectacular (cen dio de autos, violencia ene colegio secundario y muchos ‘otros hechos que ocupan la primera plana dels periodi= 09), solo conciemnen a un illn de j6venes de entre 11.7 1 afo “lo que no deja de ser sin embargo, una canidad considersble~. Las conducts desgosas que enontramos on mayor frecvencia en micstraprictica son los com= portamientos depresivo ye aislamiento sobre todo en Inv adolescentes los intemtos de swiidio, mis frecuentes cn las jovenes pero més sanguinarios entre los varones, Jos sutidioslogrador, que representa Ia segunda causa de mortalidad entre ls jovenes adultos despues de los accidentes de ruta; a poliadieion ~abaco, alcohol, can- habis- en constante alza; el consumo de drogas dura como el és, las anfetaminas, Ia heroita o fa coca za. Me interesa desacar qu los adolescents en peligro de los que estamos hublando son cada vee tas jovenes: ja veces tenen 11 0 12 aflos! Recientemente, han ap Feeido nuevesaltraciones del cardcter tan preeoces ¥ armnantes como el reviente alcbstico del sabado Ia doche, que suele degenerar en situaiones trigicas; Ia pornografia imoasora via la televisin e Fnterner, donde eTsexo se mezcia con la violencia fos tastornos del com veamieat alimentario -enarexia y bulimfa en nicido Namento-, af como ls desercién extolar, el auentismo $ Tas fiugas, que instalan el vagabandeo y fomentan los actos deictvos ‘En lo auinente alos actos delictivos, he de decirle que tu mayor parte de los menores encareclados son varo nes desestolarizados y librados a si mismos que, antes de cometer el delito, absorben un ofctel de droges y ‘bide alcosica pera suprimir toda conciencia y todo triedo al peligro. As, expulsin de se mente cl menor “Esbo superyoico para que su furor no conozea limites [Acwlmenteasisuinos al ascenso indisewsible del wam- dation, as como dela valencia contra los ot0sy contra Si mismo. A veces, las vietimas de Ia violencia son otr08 Jorenes que se vuclven violentos a su vez y a menudo ‘Golentos conta si mismos. Pienso en los piercing, no en lébulo de la orea, sino en la lengua o en los érganos genitals pircngr muy sangrientos con hare fee Ea infecados. Penso tambien en las auromutilaciones en particular en as esearas que, cuando se repiten, Provoean lesiones definisvas de lapel. Toda est cruel dad contra uno mismo v contra los otros encubre muy a menudo -cosa que muchos ignoran~ una depres6 * Janoeno Naso coy la tristeza. Es una depresién enmascarada, mez de amargura y despecho, que tambien sacl _se “depresion hostl”. Por ende, ante un joven ‘pregtintese siempre cud es a decepetin que, en lugar de _ponerlo francamente tris, generé su odio, En lugar de sufrr el dolor de una pérdida, conservéen su fiero inter- noel rencor de una ofensa. Para completar la columna |B. de los comportamientas peligrosos, agregaré que el sufrimiento inconsciente ha adopeado recientemente la forna de nuevas adicciones sin droga que son la ciber- Acpendencia alos juegos de video y el uso abusivo de los ‘chats con cancer eréico con camara web y vide. Agus ya no se trata de la dependencia de un producto, sino de Jadependencia de un comportamiento. que revelan un sufrimiento cladolescente. Entre estas alec ciones, la mas dramatica es indiscutiblemente la esquizo- frenia o disociacién esquizofrénica, que va acompatiada ‘muchas veces de delitios, de alucinaciones o de un replie- gue autista irreductible. Otras veces, el joven est aque- jndo por alteraciones obsesivas compulsivas las Toc perturbaciones ansiosas y fobicas -las fabias escolares, por ejemplo~; trastornas alimentarias muchas veces ‘rénicos -la anorexia y la bulimia; 0 incluso una depre- sién importante que puede conducir al suicidio: todos trastornos mentales tan invalidantes que el adolescente se desescolariza y se margina. Otra patologia mental, ‘menos frecuente, que afecta a los varones, son los abusos| semuales paidétilos practicados, por ejemplo, en nifias de corta edad a las que el adolescente varén babysitter cuida pot la nache en ausencia de sus padres; 0 incluso los abu- 50s incestuosos en hermanos j6venes, hermanas o medias hermanas ero en este punto me interesa insistir. El problema principal, para nosotros, profesionales, paidopsiquia- ‘ras, psicoanalistas, psicdlogos, para todos aquellos que atienden a jévenes con un gran suftimiento psiquico, la pertarbacién mas grave, la mis irreversible, es sin duda alguna la esguizofrenia. Es nuestro céncer en psicop: tologia del adolescente. Recordémoslo: la disociacién esquizofrénica es una enfermedad de la juventud y no de la edad adulta. Kraepelin la habia llamado demencia precoz. Por qué este nombre? “Demencia” porque el ‘sujeto se recorta de la realidad y produce ideas deliran- tes. En la época de Kraepelin, el estado de alienacién mental se calificaba como demencia y no como psico- sis, como hoy. Y “precoz” para subraysr que la demen- cia aparecia relativamente temprano en la vida de un, individuo. Bleuler, el gran psiquiatra suizo, uno de los maestros de Freud y de Jung, prefiriécalificar la demen- cia precoz come esquizofrenia, donde “esquizo” quiere decir disociaeién, hiancia, ruptura, y “frenia”, mente Por consiguiente, “disociacion de la mente”, expresién propuesta por Bleuler para dar a entender mejor que el, sineoma principal del estado esquizofrénico es la rupru- ra, el clivaje de la personalidad del joven enfermo, sin- toma que nosotros en la actuslidad llamamos “desper- sonalizacién”. En todo caso, Ilimese demencia precoz ‘0 esquizofrenia, siempre se trata de una psicosis que se declara en la adolescencia, » Havbawonso En lo que se refiere ala edad de Ia eclosién de esta enfermedad, seguramente usted habré escuchado hablar, hace algin tiempo, de un esquizofrénico peigroso que se ago del hospital de Grenoble y cuya foto fue difundida pot los medios, la de un hombre de unos $0 afios. Al ver 1a foto, los profanos pudieron creer que la esquizofrenia cra una patologia de la edad madurs, Pero sabemos que este enfermo diagnosticada como exquizofrénico es en verdad esquizofrénico desde su adolescenca; su enfer- edad no data de hoy. En efecto, la esquizofrenia es psicosis erénica que comienza entre los 15 y los 25 ais, la mayor parte de las veces alrededor de los 18, al finalizar los estudios secundarios. Quersia ser claro: La casi rotalidad de los enfermos esquizofrénicos han visto estallar su psicosis antes de los 25 atios. i usted aten de a un paciente de unos 50 afis, diagnosticado como eaquizofrénico, tiene que saber autométicamente que Jos primeros signos de la enfermedad aparecieron en fa adolescenca, Y, correlativamente, en la consulta con tum joven que presenta alteraciones neuréticas severas |o comportamientos peligrosis, el primer gesto que debe ‘acompaitar a un profesional avesado es la isqueda de ios sintomas tipcos dela esguizofrenia, esperando, por [auesto, no encontrarlos.Fsta es exactamente [a actitad «que adopto, Moviliz todo mi saber de psicoanalste para descubrir una fla que, con todas mis fuerza, no querria én esquizofrénica, Cuanto antes mis chances ver aparecer: la disoc detectemos una esquizofrenia incipient tenemos de sofocarla en su estado embrionario y, si se declara abiertamente, de tratarla muy répido, Y ello sin ignorar que, segtin la gravedad de la enfermedad, nues- tro tratamiento puede no paser, empero, de ser un mero paliativo, En actualidad, nuestros colegaspsiquiatras, a hora de presribir solo disponen de psicotrspieos bastante ef caves para desarraigar una esquizofrenia profundamente anilada en el joven enfermo. La psicosis esquizofrénica és una patologia que atin resiste a la cura comprendia como un remisiGn completa y defintiva de las pertr bbaciones. Sin duds, hoy en dia contamos con excelentes medicamentos antipsiesticos, pero no son sino meros paliativos que favorecen, sin embargo, uno de nuestros ‘bjetivos terapéutioos principales: Ia reinsereiin soci, escolar 0 profesional del joven paciente, De modo que, en lo elaivaa algunos enfermos severamente aquejados, diré que, falta de conseguir una cora mental, se puede ‘esperar una cura socal, Por ende, es responsabilidad el profesional tratante descubrir, desde la primera consulta ‘una eventual esquizofrenia larvada y tener asf una opor- tunidad de intervenir lo més eficazmente posible. Para descubrirla el terapeuta no psiquiatra debe estar bien formado y conocer exactamente los sintomas caratenis- ticos de esta psicoss, a saber: Ia despersonalizacion el joven siente sy propio everpo como si ‘eas de persecucién que pueden llegar hasta el alucinaciones, en particular auditivasen cuyo transcurso tl joven oye voces que lo insultan o lo ineiman a cometer ctos extafios, incluso violentos hacia s{ mismo o hacia el préjimo; 5 discordantes de la afectividad insensibilidad er coherencia entre la natu- raleza de la em que Ia susci- tan y alteraciones co {neo del pensamiento 0 incluso incapacidad de “concentrici6n acompafada a veces de dolores sentidos ‘nla parte superior de a espalda cuando el joven enfer- ‘moss esfuerza por resomar el hilo de sus ideas “Todas estas pervurbaciones deben estar presentes cn la mente del profesional cuando atiende a un joven aquejado, por ejemplo, de una neurosis obsesiva grave o de una fobia escolar grave. 2Qué significa grave? Quie~ re decir que la enfermedad es invalidante, Una neurosis seed calfiada de grave cuando su intensidad, so dur ién.o su invasién en Ia vida cotidiana impiden al sujeto ‘ivirmormalmente. uno atiende a un joven aquejado de neurosis absesivao de una fobia que sigue yendo a la ‘escuela todos los das, euyo boletin de calificaciones es relativamentesatisfactoriay cuyos amigos vienen segui- do a su casa, se puede estar seguro de que ess neurosis ‘no es preocupante. En cambio, si los sfatomas obsesivos © fébicos son invasivos al punto de obligar al joven a quedarse encerrado en su casa durante varias semanas y 4 desescolaricarse, estamos verdaderamente en presen- cia de una patologia severa que nos obliga por prino- Pio a no exclur jams que la susodicha neurosis podtfa evolucionar hacia la esquizofrenis. En efecto el 20% de los esquizofrénicos declarados han sufrido previamente alteraciones neuréticas serias, en particular alteracio- nes obsesivas invalidantes. En este caso la psicosis ¢s un agravamiento de la neurosis. Quizds usted estéaten- diendo actualmente a jévenes obsesivos y, al Ieerme, se preguntard: entonces, cla joven de 13 aft ala que aticn- do por roc podria volverse esquizofrénica? Ya mismo Je respondo: aunque su obsesién sen invalidante, no es seguro que zozabre en la psicoss. Hay que saber que solo el 15% de los jvenes adolescentes que suften de alteraciones neurdeas precmupantes pueden vira la tsquizofrenia. Volviendo al caso de eta machacha de 13 afios que sufre de Toc, lo tranqulizo recardindole que Su trabajo de psicoterapeuta,asociado eventusimente al dle un psiquatra encargado de preseribir medicacin, ya permite entrever una slida favorable al tratamiento de In obsesén He aqui las tres categorfas de manifestaciones del sufrimiento inconsciente del adolescente: sintomas nestéticos, comportamientos peligrosos y alteracio- res mentales, En cada categoria, podemos encontrar casos de adolescentes que atraviesan una crisis aguda. Por ejemplo, en la categoria (Al, a de la neurosis de crecimiento, pienso en esa joven, ya muy ansiosa, que se repliegs de pronto en un mutismo obstinado. En la categoria [B}, ls de los comportamienton peligrosos. Pienso en ese joven dealer ocasional de cannabis que, para cotupor de sis padres, es detenido por posesin de srupefacientes;o inluso, en la categoria [Clade las enfermedades mentale, me acuerdo de ese joven de 16 aio, atendido hasta entonces por una neurosis obse- siva seri, que via em pocos das hacia un delirio de Persecucidn. El agravamiento de su perturbacién se ha foperado cuando su miedo obsesivo al posillo se con- virtié en miedo a ser contaminado pot los microbios de otra persom, yz mis gravemente 269, cuando este miedo se ha transformado en la idea delirante de creer «que alguien queria contaminario sdrede. Em lo atinence alimodo de aparicién de Is esquirofrenia,y para com- ca ue paKO NAO pletar lo que hemos dicho al respecto, precisemos que esta psicosis juvenil puede declararse, empero, en un adolescence sin ningtin antecedente neurético grave, Por ejemplo, puede suceder que esta sdbitamente en tun joven durante un largo viaje al extranjero. Muchas veces pude comprobar que el desencadenamiento de la esquizofrenia se producia en el momento del retorno de un viaje de un pais lejano cuya cultura es muy dife- rente de la nuestra. En general, los j6venes se lanzan a Ja aventura, solos 0 con amigos, para afrontar lo desco~ nocido y vivir emociones nuevas. Pero sucede que en cl avién de regreso aparecen brutalmente las primeras ‘manifestaciones de una disociacidn psicdtica. Flasta ese ‘momento, nada permitia presagiar tales alteraciones. Es todo lo contrario del joven obsesivo de 16 afios que ve sus obsesiones transformarse progresivamente en deli- rio de persecucién y al que tomé como ejemplo de una crisis aguda, Antes de proseguir, querrfa introducir sin tardan- za dos distinciones terminolégicas. Acabo de utilizar la ‘expresiGn Cémo actuar con sn adolescente dificil? Para cevitar toda confusién, me gustaria aclarar que la palabra “crisis” puede entenderse de dos maneras diferentes: la crisis considerada como un periodo mas 0 menos largo de ruptura y de cambio por ejemplo, la crisis econd- mica que viimos hoy-; y la crisis considerada como un ‘moments agdo, brutal, un momento de ruptura y de ‘cambio, un accidente, por ejemplo, o incluso el agrava- rmiento brasco de un estado erénico. As pues, distingvi- ‘mos “crisis de adalescencia" y “adoiescente en crisis” La crisis de adolescencia desigha el perfodo inter la vida en el que la infancia noha terminado de apagurse ya madurez no ha terminado de surgit, mientras que ‘pn adolescence en sivacion| ia.es un joven ‘uvo_comportamiento, que yaera agresivo.o adietvo, For sempo ahaneate se comer en nmancble ara su fama, Ta segunda precisién terminolégica concierne al concepto nuevo que le propongo de “neurosis saludable de erecimiento”.,Por qué de crecimiento? Porque pa crecer todo adolescents est obligndo a tosis ya deshacerse de ella. Estd obligado 1 asalto de sus pulsiones, la intransigencia desu supery6 y, oF fins eonelas, La price on os jenes me ha fevado-a reemplazar la expresisn corriente y muy vaga de “crisis de adolescencia” por la de neurosis eaudable ente, de histeria saluds Pronto explicaré lo que el vocablo ‘Tiseria”aporta de esencial a nuestra comprensiGn del funcionamiento psfquico del adolescente neurdtico Aclaro desde ya que mi interpretacion de la adolescen- cia como una histeria ha demostrado ser muy fecunda y operativa en el trabajo con los adolescentes. Ahora les pido a ustedes -padres, dacentes o terapeutas—seguir mi rgumentaciGn teniendo presente tl o cual adolescente ‘con el que estin actualmente en relacisn y confirmar 0 no el valor de nuestra tess, LA ADOLESCENCIA ES UNA HISTERIAY UN DUELO, NECESARIOS PARA VOLVERSE ADULTO. Las aclaraciones terminolégicas estin ya planteadas y antes de responder a la pregunta de saber cémo actuat con un adolescente en situacin de crisis agua, necesea- ‘mos comprender mejor lo que es un adolescente normal “quiero decir moderadamente neurético~ desde el punto de vista psicosnalitico (categoria A] dela figura 1). Esbooé el retrato del joven y elaboré el Panorama de las manifes- taciones de su sufrimiento; ahora querria que se surmexja usted psicoanaliticamente en su inconsciente. “Fenemos dos maneras de conceptualizar la tempes- tad que estilla en la cabeza del adolescente neurético. Primero, podemes utilizar el modelo del conflcto que pone, por un lado, az pulsiones piberes que se exte- riorizan en comportamientos impulsivos y, por el otro lado, la represién brutal de estas pulsiones por parte de_ uun supery6 despiadado, Esta lucha entre 'at pulsiones cel supens, entre el cuerpo y la cab adolescente por medio de tina neurosis bisteri. de manejar por los padres; que evoluciona a lo lay te y que se disipa por si mis adule Pero también podemos concehir la tormenta psiquica dl adolescente ustilizando un segundo modelo concep- tual, ya no el del confliero neurdtico, sino el del duelo de la infancia perdida, La adolesconcia aqui es no solo ‘una neurosis histérica ruidosa, sino un proceso silencio ‘de desprendimiemso del 59, doloroso,lento y subterr ‘mundo infil. Cuando usted esté en presencia de un Joven, digare que n el interior de exe paciente =de la ‘mica manera que, sin pereatarnos, perdemes a cada segundo una clula de nuestro cuerpo, él estd perdi do a cada segundo una célula de sn infancia. Es una Dérdia sorda que no se ve ni se sient pero que se con- firma inexorablemente hasta la conquista de la madurez. El adolescente, por lo tanto, erece realizando, paulati- inentey sin saberlo, el duslo desu infanca, Entre los diferentes signos que datin cestimonio del fin de este diucloy dela enerada en la edad adults, hay uno esencil para nosotros yal que volveremos,es deci, el aprendliza jede otra manera de amar aeus nuevos compaferosy de sunarsea sfmismo, Ser maduro es baber adguirido una nueva manera de amar al otro y de amarse a si mismo. ‘Asi que voy a desarrollar sucesivamente estos dos abordajes complementarios que son la adolescencia cconsiderada como una turbulenta neurosis histérica y la adolescencia considerada como un duelo silenciose de a infiencia. Entonces, zqué es a adolescencia? Para res- ponder en una palabra, diré que la adolescencia es a 4 ‘vez una|bisteria\ y un{duelo|, necesarios para volverse adulto. Comencemos por la neurosis histéries. La adolescencia es una saludable histeria de crecimiento EL ADOLESCENTE HISTERICO OSCILA ENTRE LA, ANGUSTIA, LA TRISTEZA Y LA REBELDIA Cuando se trata de nuestros pacientes adultos, aun- que cada personalidad es nica y compleja, conseguimos identificar ficilmente tal o cual perfil psicopatolégi- co (neurosis, psicosis, estado limite o perversién). Pero fen el adolescente, aunque se trate del mis normal, los ‘comportamientos son tan cambiantes, contradictories € imprevisibles, y él mismo tan poco locuaz, que al tera- peuta muchas veces le cuesta ubicarse. ;Como agrupar ‘entonces las diversas manifestaciones Reuréticas habi- ‘ales en tn joven, y por qué considerar que todas ellas son de naturaleza histérica? Esqueméticamente, reconozco tres estados del yo del adolescente histérico: un estado angustiado, un estado triste y un estado rebelde, siendo este iltimo justamente el estado del yo mas caracterfstico de la histeria juve- nil- El primer estado, por asf decir pasivo, es aquel en el que el joven angustiado se siente impedido de accuar, de desear de pensar. Fl adolescente es timido, temeroso e indeciso. Algunas veces, su supery6 es tan represivo de toda sensacién o pensamiento sexual perturbador que cl joven termina por execrar su cuerpo 0, peor alin, por tener vergiienza de experimentar el més minimo placer. 2 JUAN DAMADNASO ‘También estén juego la virulencia del superyé hiper- smoral que lleva al adolescente a mostrarseinratable em familia y hori a todo compromiso. En tal sentido, ino hay nadie mas sectario que un adolescente!;Son imp cables! Aquel que no tiene la misma marca de zapatillas aq yo, ;runxa! Bl que no escucha la misma msca que Yo, nual ;Tienen la vision més estrecha ¢ intoleran- te de las eonas! Por ende, la intransigencia es lo propio de lajuvennad, Por que? No solo porque el superys a sa edad es un monstrse de intransigencia, sino también Porque el brote del muevo yo adolescence es un pimpollo {an temo yfrgil que el joven quiere protegerse de toda amenaza procedente del otro, de lo extrafo, de lo dife- rente. El otro, el extaio,e diferente deben sr exeluidos despiadadamente, porque son una amensza grave contra In afirmacién de wno mismo, Por lo tanto, el primer et does eden yo miedoso y angustiad. El otro estado de wn yo bien distino es el de un yo triste, Se da sobre todo en las venes, decepcionadas de Sf mismas y dela vida, cuym personalidad parece toal= mente impregnada den estado de énimo tacitumo. La adolescemte esté desalentada, replegada en sf misma y cerrada a fos otros. Someta también ell al dominio de tan superyé inflexible que ls agobia con reproches y la desprecia, la joven se sente tan culpable que puede llegar a ser presa de ideas suicida, sin pasar necesariamente al acto. Por consiguente, el segundo caso, el de tn yo triste, es vitima de una avtodesvalorizacion exagerads 0, lo que viene a ser lo mismo, vctima de una denigracign coperada por un superyé trinico. Observemos que este esd de hipertofia del superys dl adolescente triste se UAACOLESCENO ES UNA SAIKOABLEHISTERADECREOMENTO 4 sitia en las antpodas del estado de ansencia de superyé del adolescente dlincuente cuando este actéa con ota impunidad (categoria 2] de nuestro Panorama). Por sltimo, reconocemos un tereer estado del yo del adolescente,c! mis frecvente en la poblacion mas- culina adolescent y el mis parecido al yo histérca. El joven susceptible, ieritable, provocador y sgresivos es Blguien en came viva que solo vive enf presente, 1gn0- reel pasado y desprecia el futuro, Vive en oposicion y en una rebeldia permancate,y esta rebeldiasuele se la txpresin paraddticn de una depresién que eaificamos iis aciba como hos. Mientras que a joven deprimida Se agers reitiendo y machacando hasta el hartaego 0s {ideas mérbidas, ct joven hurafo, sunque habitado por tna tristeza no consciente,no manifesta ningtin signo de depresién, Por el contrario, el muchacho histérico exterioriea sv satarnismo mediate un humor reactivo, irascibie y por medio de comportamientos reivindics tives, nihilsas y violontos, Mas que quejase, el joven depresivo-hostl se risa en el despecho y estalla en una rabia desructva Sa tisteraysucolera se mezclan asi en tna agresividad epidérmica, Lo que usted tiene delance es un joven despechado, un ser que ste de Ia mists sanera que el neurétcn aquejado de lo que denomino tina isteria paranoid Clasifico al ister en tes tipos-l seria de angus- tia 0 fobs, Is histeria depresiva y la histeria paranoide La histeria de angustia 56 caracteriea por Ia prevalencia de los sintomasfabicon sel caso de nuestro adolescen- te amgustiado, La histeria depresiva se caraterizs por la prevalencia de sintomas tales como Ia api, las quejes frecuentes o la amargura de sentirse mal amado; es el caso del adolescente triste. Por ‘ltimo, tenemos la his- teria paranoide, forma clinica que més se aproxima all reurato de nuestro adolescente susceptible y rebelde. La hsteria paranoide se caracteriza por una insatisfaccién permanente del joven; por el resentimiento contra sus padres, a los que acusa de no haberlo amado lo suficiente cuando sabemos que en realidad ha sido un nifio mimado ¥y sobreprotegido; por una hipersensibilidad a la menor ‘contrariedad, que autométicamente interpreta como un rechave de amor procedente de su famili; y, en wna pala- bra, por un aarcisismo inmoderado que lo vuelve ms vulnerable que nunea, Ex la bisteria, siempre se rata de una desilusion amorosa.Ya esté angustado, deprimido 0 paranoide, nuestro joven histérico sufi invariablemente ide ereerse mal amado. F] amor desdichado siempre esté ‘en el coraz6n de la histeria:e] angustiado tiene miedo de amat, el depresivo llora su amor perdido y el paranoide aria su rabia de haber sido abandonado. Por lo tanto, el rercer estado es el de un yo susceptible y rebelde. En ssa, Segiin su personalidad, su concexto familiar y su medio social, el adolescence “neurético de crecimiento” coscila entre la angustia, la wisteza y la rebeldia. De estos tres estados del yo, el que me levé a identificar la adoles- cencia con la histeria y del que quersia hablarle ahora es el yo susceptible y rebelde. | | | EL ADOLESCENTE REBELDE ES UN HISTERICO "QUE TEME SER HUMILLADO Lo mas insoportabe pare wm adolescente que fe bagen en ped; poco impart el eamtenide del ped, que to espanta es le” sliaada por sus padres, el tener que responderes,curiesemente, bart “flies Pw por gud ext argc alas soicitacomes de os ‘adulo? Porque todo pedidoprocedente de les padres pert en él dos sentiments penoset ‘el miedo a na saber responders 1 lavergiensa de mastarse servi “wo soy tu srviental, ele repetin. EDN Ante todo, querria explicar més detalladamente por qué asimilo la adolescencia a una histeria pasajera de crecimiento. 2Por qué una histeria y no una fobia 0 una obsesién? 2Qvé tienen en comin la histeriay la adoles: ccencia? El adolescente, al igual que el histérico, tiene ‘una concepeidn infantil del amor, del odio y de la rela icin afectiva en general, Seguramente, esta visién pueril de los sentimientos también esté presente en la fobia yen la obsesion, pero sin ser dominante. Cada neuro: sis estd caracterizada por una problemética dominante. Cuando uno escucha a un pacience que, desde la pri- rmera entrevista, habla de amor, o mas bien de celos, de traicién o de pasién amorasa, uno esté escuchando a un bistérico; si habla de angustia, estamos escuchando a “6 RAN DAO NASI tun fébico; y, por wltimo, si nos habla de poder, o més bien de todo lo que debe hacer y que no consigue hacer, estamos escuchando a un obsesive. Por supuesto, estas distinciones esquemiticas no son titles sino a condici6n de someterse a la singularidad de cada uno de nuestros pacientes, Pero volviendo a nuestro adolescente histérico y a su vitign pueril de la afectividad, este percibe a los adul- tos a los que quiere y de los que depende a través de la lente deformante de un imaginario infantil y emotivo. ara 6], como para todo histérico, el universo afectivo se divide naturalmente en dos grandes eategorias humanas: Jos amados y los mal amados, los fuertes y los débiles, los dominadores y los dominados, los jueces y los cul- ppables, los perversos y Jas victimas: en una palabra, Jos filicos y Jos castrados. Ahora bien, cuando la relacién con las padres esté falseada por este imaginario dualis- 1, invariablemente el conflcto estalla en el seno de la familia. Dotado de un yo inmaduro por estar inacabado, cl adolescence se siente mal amado més que amado, éébil mas que fuerte, dominado mas que dominante, victima iis que manipulador y culpable més que acusador. Por consiguiente, el peligro mas temido para un joven que se siente débil, sometido o culpable es que justamente se To sospeche de ser débil, sometido o culpable. Si eaiera gue enunciar el lema del adolescente histérico y rebel- de, seria el siguiente: Cualguier cosa antes gue sentir la vergienza dz ser descubierto tal como me siento en lo més profundo de mi mismo: ;débil, sometide 0 culpa- ble! ¥ para evitar la vergiienza y la bumillacién, tengo (que rechazar absolutamente toda palabra, todo pedido 0 toda exigencia de los adultos, que desenmascararia mi debilidad, mi inferiaridad o mi dependencia.' Digamos- lo claramente: la mayorfa de los conflictos que estallan centre el adolescente y sus padres estin motivados por el miedo ~incluso inconsciente- de exponerse ala husnills- cidn y a mostrarse un init 2 sus ojos, alos ojos de todos y ante todo a los propos. En consevsencia, para no sentirse débil, el adolescente es agresivo y ataca. Decididamente, ila mejor defensa es el araque! Pero no hay bumillacion mas dolorosa, mus temida incluso por el adolescente -sorprendentemente jque hacer feliz al adulto que le hace un pedido! Me explico: cabo de decir que la mayoria de los conflictos de! ado- lescente con sus padres estin motivados por su miedo a mostrarse inl, ineapaz y afectivamente dependiente; hora completo la idea y afirmo que muchisimos conflic- tos también estin motivados por su miedo a savisfacer la cexpectativa de sus padres ya hacerlos felices: “No sopor- to complacer a mis padres!” se sublevaria el inconscien- te del adolescente histérico. “Sobre todo, ;no quiero que mis padres estén orgullosos de mi! Si estén orgullosos de ii, yuelvo a ser no solo un nifio dependiente, sino que me siento el objeto servil de su placer, y esto me repug- 1. Deberaafadir que el adolescente susceptible desconfiatam- bien de toda mirada que s edie, vvida como una mieada int sivaprofanadora de a itimidad Peaso en la cancion de Johnny aliay Maguey qeert-ce qu'elle asa gucule (I ca, 2qué tiene mi cara Es exacaente la reacion del adolescante erzado tt a mae nia mlzada inquisidora del prOjimo: Por gué me Iniras? smd ize? zene mi carat”. tal Entonces los hago suftir haciendo todo lo contrario de lo que querrian. que hiciera!” En suma, las dos peores amenazas por un adoles- cente histérico y rebelde son la humnllacion de que lo sean fillary, en el extrema opuesto, Ja humillcién de mostrarse demasiado conforme al hijo ideal o a la hija ideal que, segiin él, sus padres sofiarfan tener. He aqui dos libretos habieuales, eminentemente neur6ticos, que se juegan en lo que Ilamamos el fantasma de bumilla- ién del adolescente bistérico, Observemos que estas dos variances del fantasma angustiante de humillacién no son ims que la expresién de lo que Freud denominaba el fan- tusina angustiante de castraci6n. zPero por qué hablar aqui de castracion? “No obstante, la siento ‘muicho mas frigil de la que es, tan feigil que para con- solidarlo, lo quiero desmeswradamente” —» “No solo lo quiero desmesuradamente con un amor propio exacer~ Dado, sino que lo sobreprotejo contra una posible ofen- sa, Entonces me vuelvo enfermizamente susceptible” “Rechazo pues toda obligacién o toda presién procedente de mis padres para no correr el riesgo de tener que mos- trarme débil o servil", ‘Asi, el joven histérico no quiere saber nada de los adultos y se ais propésito del aislamiento, seRalemos aque el cannabis es un temible fomentador de la suscep- ubilidad paranoide del adolescente y de su aislamiento, En ocasiones, algunos padres me preguntan cuéles son los dafios del cannabis: “zPor qué mi hijo no debe fumar, cuando todo el mundo lo hace? {No es tan gravel”. Mi respuesta es que un adulto que consume cotidianamente cannabis ya tiene un yo formada y por lo tanto puede amortiguar parcialmente sus efectas. Para el joven es muy diferente. Fl consumo regular de cannabis provoca en él cuatro efectos nocivos principales bien conocidos en la actualidad: el cannabis exacerba la susceptibilidad; incita al joven a aislarse ~aun cuando fume en patota, se las arregla para aislarse en medio de los otros-; el ‘cannabis provoca alteraciones en la capacidad de con- * juaroMonAso ccentraci6n y alteraciones de la memoria; y, por dltimo, es tuna sustancia que puede debilitar al yo y desencadenar una esquizofrenia latente en un adolescente vulnerable 2 Ja psicosis. Por supuesto, el consumo de esta droga solo puede agravar el estado de un joven que ya ha sido trata- do come esquizofiénico La adolescencia es un duelo de la infancia LA ADOLESCENCIA ES UN DUELO DE LA INFANCIA: EL JOVEN DEBE PERDER A LA VEZ SU UNIVERSO DE NINO, CONSERVAR EN Sf MISMO SUS SENSACIONES ‘Y EMOCIONES INPANTILES,Y CONQUISTAR LA EDAD ADULTA, [Nacsa infnciapasada siempre ett conseroada on sus mis infomos deales. ade to que bemos sentido, peribido, querid, ‘desde muctre primer dsperia, vive boy en nosotrry nor baceactuar EDN Consideremos ahora el segundo aspecto del abordaje psicoanalitico, que entiende el periodo de Ia adolescen- cia como un lento y doloroso proceso de duelo y rena- cimiento. Demis de los comportamientos angustiados, tristes 0 rebeldes del adolescemte neurético, se escon- de en lo més profundo de él un lento, doloraso y sordo abajo interior de alejamiento progresivo del nifio que haa sido, pero también de constracciéa igualmente pro- sgresiva del adulto por venir. Ya no estamos en presen ia de un yo histérico agitado por el conflicto interno entre las pulsiones y el supery6, sino de un yo sereno, resueltoa perder y a erecer regenerandose paso a paso en co un movimiento de vin etre ol presemey el paid El adolescent debe perde conser y congue» Yee perder el evero deni yl univers aie cual crc; comers tod lo qu sini, peri, qui desde su primer deeper, en parclar au tnocenca de ni; y congustarlnamente edad ate, ene gue abandonar fa infancia xin dejar de quererla ens fro interno y encontrar nuevas relerntas para afar su identidad de hombre o de mujer. . Acabo de decir que el periodo de la adolescencia er un lento y doloroso proctso de deco, Pero sq cee Aho? edu es, por gemplo el duct de un Se querde acaba de mor del rw tempo, cps gee bace fla para acctar vivir cn ln nsencia drifon ide aguel a quien amamos y que acabamos de perder. "Resp Hit con Te ten oe ee x, de hecho, spre der a amar de otro modo a aquel que ya nunca mas volve- 4 a estar, aprender a quererlo de otra manera que cuan- do estaba vivo. Cuando hemos perdido a nuestra madre © a cualquier otra persona querida, seguimos amindo- la, pero de otra manera que cuando compartia muestra vida. Por Jo canto, dirfa que haber efectuado un duelo significa haber aprendido, paso a paso, dolorosamente, a amar de otro modo a aquel que se ha perdido. Desde su muerte, lo amo tan intensamente como antes, pero con Jun nuevo amor, con tn amor gue 29 se mutre ya de su Presencis corporal. Me vi obligado a desligarme progre- sivamente de su presencia real para ligarme progresiva- ‘mente a su presencia virtual. En una palabra, aprendl, no sin dolor, a amarlo en imagen. Asimismo, el adolescente debe aprender lenta y penosamente a destigarse del nifio viviente que ha sido y del universo familiar que fue el suyo, para ligarse poco a poco al recuerdo de su infancia Antes, cuando era pequefio, se amaba asi mismo aman: do la vida; ahora, distruta recordando al nifio que er3 y sobre todo reviviendo en acto -sin tener conciencia de cllo~ sus primeras vivencias infantiles. Revivir en acto su infancia cuando, por ejemplo, el adolescente siente hay una emocin intensa o hace un gesto emocionado, Observemos, sin embargo, que no es féeil para un adoles- ‘cente amar al niio que hay en él, En general, iene tanto horror de sentirse tratado como un nifia por sus padres ue rechaza con repugnancia todo lo que de su infancia vuelve en él, No quiere sentirse ni mostrarse como un nifo porgue, para él, serfa un signo de debilidad. Esta 6s Ja histeria juvenil de la que hemos hablado. Ahora bien, independientemente de su aversién histérica por todo lo que lo lleva al nifio de antafio, solo potira erecer asa- miendo,]o quiera ono, sw infancia pasada, Parse bacernos adultos, feicer de serlo, atin necesitamos amar al nitio ‘que hemos sido. Es por ello que me interesa destacar ¢! aforismo siguiente: madurar es ganar penosamente la flexibilidad de amar: el amor de si del pequesio nitto se ‘ba transformado, al final de la adolescencia, ox mor del joven adults por su infuncia pasada, fn | fondo, fen un adolescente, el duelo de su infancia es, ante todo, un cambio imperceptible en la manera de amarse a sf ero me gustaria volver por un momento a estx idea de que el pasado infantil resurge en la vida conereta y scmal del joven, sin que este se dé cuenta de ello, :Qué «5 Io que vuelve del pasado Tejano? No son solamente. ° HaNDAvONASIO los recuerdos conseientes de las escenas decisvas de la Infancia, sino m6s bien oleadas de sensaciones y de sent raentos que Fesurgen en el centro de una emocin pre- sente.Al amar a una pareja dela misma edad, al deseubrir tun pais desconocido, al crear una cuenta en Facebook: 6 al reirse con los amigos, el joven de hoy revive sin saberlo- ls ternuray la sensualidad del primer amor que, de pequefo, sintié por su madre, la sorpresa de sus pri- :meros descubrimientos, la pasa de sus primeros juegos infantile 0 simplemente [a alegra del nino que a sido. ues bien, eladolescente,y mas tarde el adulo, pierden por cierto su infancia real, pero conservan vivaz, como lo eseribié Homero, “el eandor sagrado de la mafana”. Lo pueril, lo incipient, le que debe erecer, la fuerza que ros empwa siempre hacia adelante y hacia el otsa son, en cada uno de nosotros, lt fuente inagotable de la for™ mnidable eneraia con la cual afrmamos cada dia nuestro deseo de exist Le decia que el duclo de Ia infancia es wn lento y sorda proceso de slejamienta. Sin duda, no se abandona [a infancia en el desgarramiento doloroso de un dia. Y, aunque a menudo tengamos laimpresign de que nues- tos adolescentes crecen en un santiamén, no obstante necesitan tiempo, mucho tiempo de gestacién de: ‘os para que nazea el adulto. Pero gpor qué el duelo de Ja infancia es tan lento y progrssivo? Porque, para dejar atris lz infancia, el adolescemte debe volver a ella sin cesar y sin cesar revivirla en la frescura de los nuevos encuentros. Por lo tanto, el joven avanza gradualmente hacia su madurez recordando el pasado innumerables veces y dejindolo volver en acto una y otra vez. Cada retorno al pasado cada retommo del pasado marcan un ps hacia delance, dando lugar aun micronacimien- {oi nvesco adolescent pera resumir en una Fase Timovimient de so duel, div: "Para asmirplenax mente mi metomorfois de adolescents, dbo separar= sme del mio ue be sido, para separarme de dh debo reordarto sh cst) dejest caver en mien les alae fra, asemacones 9 ls attr qu entetjen la frame tel vide actual” hora queria tomar esta proposicién de un dulo fecundo bajo la forma de st esboro (gure 3) que mmocsr e) movimiento del duelo que debe compe Aiolescent para abandonar 0 cerpo de fo a {ers familiar desu infoncl, conserva en lo esencial desu paso infant ycompuistar por fina edad adult, BH doele de la infancia coun vaivén ence el presente Yel pasado, un moviniento ue avanga por Fevoceses Iecetve al pusae infanal y por fesrginients oes Shs de se pasado en el prtente, Cal etorno ocada esurpimiento del pasado ex um tnieronacimiento. No bry progrese continu; slo bay macimtentos suc! tor Atta ndolscente abandons progresiamente equeno cuerpo de nif, corserea ens Fevsiendoas, Sts primeras emociones fants y por Bn accede madre z a gE (Ge ge damm evi dc ye ee neta cine yenesener near y de LOS PRINCIPALES SIGNOS QUE DAN TESTIMONIO. [DEL FINAL DE LA ADOLESCENCIA Y DE LA ENTRADA EN LA EDAD ADULTA Pero ze6mo saber si el joven ha conseguido llevar a cabo su tansformacién? Que signos dan cuenta del final de su neorosisjuvenily dela entrada en Ia vid ala? Sin ignorar gue seraduleo es mas un ideal inaleanzable que un estado bien defnido,reconocemos, empero, dos indicado- res de madurez afectiva que muestran que el adolescente ha abandonado laadolesceneia, ya no vive bajo lapresign del superye asfsiantey, por consiguicnte, se ha vuelto mis concilador consigo mismo y con el mundo. Primero, el joven adulto ya no se svergienza de jugar como un nos fa comprendidaineuitvamente que ser un hombre o una jer es permitrse regresar ala infancia cuando se quiere y como se quiere, sin por ello sentitse rebajado. Luego, Segundo indicador, al muchacho o la muchacha ya no le rmolesta mostrarse obediente frente a la autorided. Que respondamos a as éndenes de un superior jerirquico 0 «que nos pleguemos a una disciplina no significa que nos sebajemos en na sumisin indigna. Creer que es ridiculo mostrarse nifio o creer que es humillante obedecer son susceptibilidades que revelan que el joven adulto no ter rind de atravesar su pasaje aolesente; sigue Iabtado por el miedo hiseérico¢ infantil er humillado, Por ende, Ibe de resumir los dos principales indicadores de madurez afectva diiendo: ser adubo es vivir sim temor de juga ‘amo tn nifo y sin vergienca dle mastrarse obediente Seguramente hay muchos ots indicios de madurea. Ade smis del indicador social que da cuenta de que un joven se ha wuelto adulto cuando ya no es dependiente econd- micamente de sus padres, pienso aqui en tres indicadores psiquicos elocuentes: Ser apto para reconocer las propias imperfecciones y aceptarse tal como se es; estar cémodo consigo mismo y, por ende, disponible con los otros; y, por tltimo, haber aprendido a amar al projimo y a amarse a si mismo de otra manera que cuando se era ua nifio. Para terminar estos dos capitulos en los que les he des- cripto al adolescente histérica y en estado de duelo desde cl interior de su inconsciente, querrfa hacer Ia alabanza ‘el gesto mas fecundo que llevan a cabo el muchacho y la, ‘muchacha al final de su adolescencia. Esponténeamente, tienen el talento inigualable que no existe en ningiin owe periodo de la existencia: preservar la infancia en el cora- 26n de su ser sin por ello renunciar a madurar. Mas alli de la crisis y de los conflictos, el adolescente sabe asociar mstintivamente Ia inocencia y Ja madures, la despreocu- pacién y la seriedad, la fresowta mental y la responsabi- lidad en la acci6n. Por su juventud que brilla un dia y se ensombrece al dia siguiente, ef adolescente nos muestra (que la fuerza vital que nos anima cada dia, a nosotros, Jos adultos, toma la figura de un nifto incesantemente sacrificado y que renace sin cesar. Nuestra fuerza vital, quiero decir nuestro deseo de vivir, siempre adquiere el rostro sonriente de un nifio. Nadie como Georges Ber~ ‘nanos supo cantar el impulso de nuestra inocencia eterna Por cierto ~escribe- mi vida ya est lena de muertos, Pero cl mis muerto de las muertos es el pequefio nifio que fi Y, sin embargo, legado el momento, es él quien se pondré al frente de mi vida, reunird a mis pobres afios hasta el li- ‘mo y, como tn javen jefe de Veteranos que une la tropa en desorden, seri el primero de todos en entrar en Ia casa del Padre. 3Cémo actuar con un adolescente en crisis aguda? Consejos practicos para los profesionales de la adolescencia {CUANDO DIREMOS QUE UN ADOLESCENTE ESTA, EN CRISIS) ‘Si saviors que responder 12 um padre 0. um profesional que se plantea lt pregunta “pCa actuar con wn adolescents dificil?”, (ex recordaria lo erencal: “Mienorar of adolescente les babla se calla ate ustedes, -diganse a ustedes mismos la siguiente: 4a efcaca de mi accin dependerd de mi sensacién dle ‘entirme cémodo en mi rol de padre ode terpeuts. ‘Guanto mas de acuerdo ‘me siento con el rol que astomo ante e joven, mis ‘portunidadestendré de myudarlo a que deste de acuerdo conte mismo”. J-D.N. ‘Volvamos ahora a la conducta que conviene seguir ante un adolescente en erisis. Cudndo diremos que un adolescente esti en situaci6n de crisis aguda? Ante todo, recordemos que la crisis puede afectar tanto a un ado- lescente normal como a un adolescente que presenta un comportamiento peligroso o incluso a uno que padece de trastornos mentales. Seftalemos que las crisis tienen lugar las més de las veces entre los 12 y los 16 aos, cuando el joven esté en los primeros afios del secunda- RAN DAMONASO rio, Indiscutiblemente, los cuatro afios que wan de los 12 alos 16 son los més dificiles de vivir para un adolescente y para sus padres, Luego, en los iltimos afios del liceo, elo del joven empieza a afirmarse y se van apaciguando Jas tensiones mas fuertes. Pero, insisto, el yo adolescente se muestra singularmente vulnerable durante los cuatro, primeros afios de los estudios secundarios. Pero zen qué circunstancias diremos que estamos en presencia de una crisis? Fl indicio més evidente del sur- gimiento de una crisis es un cambio brutal de la con- ducta habitual del adolescente, momento en el que dicha conducta se vuelve, en particular en los varones, una reaccién de oposicién sistemstica, inmanejable por los padres © por el establecimiento educativo. A veces, Ia crisis adquiere la forma del agravamiento brusco de wn comportimiento que ya se sentia como potenciaimente ppeligroso. Por ejemplo, un joven habitwalmente agresivo ¥y camorrero que llega a golpear al padre; un adolescente ‘toxicémano que tiene una sobredosis; una joven intro- vertida que intenta suicidarse o incluso un adolescente ‘muy joven e inestable que resulta internado por un coma etilico. Digamos que, en general, el adolescente en crisis es un adolescente desescolarizado desde hace mis de dos ‘meses, desocupado, a veces suicida, con harta frecuencia encerrado en su Cuarto, obnubilado por la computadora o,en el otro extremo, vagando por la calle. La crisis pone aljoven en peligro, desconcierta alos padres y alarma a su entorno. Pero, de cualquier manera, la situaci6n de crisis reclama cada vez la intervencién de instancias escolares, policiales, hospitalarias o psiquidtrieas. En el caso de las jovencitas, un sibito desmoronamiento depresivo es el COMO ACTUAR CONUN ADOLISCENTE ES CRE ACOA? 7 ‘elemento indicador que suele marcar la crisis; se presen- ta bajo a forma de un desaliento profundo que aparece jigualmente inmanejable para los padres. Las estadisticas, y la experiencia clinica lo confirman: Jas manifestacio- ines mas frecuentes de la crisis en los varones son los comportamientos violentos y agresivos, mientras que en las jovencitas se trata de comportamientos depresivor Los comportamientos masculinos traducen la eenden- cia principal de las pulsiones posesivas y agresivas que tienden irreprimiblemente a exceriorizarse, a ir hacia el otro, a tratar de dominarfo y a veces a hacerle dao. Las pulsiones de los varones se orientan muy navuralmente hacia el exterior en un movimiento centeifugo. En las muchachas, en cambio, la principal tendencia pulsional que marca Sus comportamientos de crisis es la propen- sign a replegarse y a encerrarse en si mismas: el tropis- mo pulsional es centripeto, Mientras que el sufrimien- to de los varones estalla en el exterior y requiere de la ccontencién de las instancias sociales, el de las jovencitas implosiona en sw interior y requiere la escucha atenta de profesionales de Ia adolescencia tales como los paidop- siquiatras, psicélogos, psicoanalistas, docentes o enfer meras escolares, Cuando las jovencitas sufren, busean, tuna proteceién; en cambio, cuando los varones sufren, sorprendentemente, se exponen mas que nunca al peli- sro. Precisamente, los padres nos llaman para pedirnos una consulta de urgencia cuando tiene lugar un compor~ tamiento explosivo en un varén 0 un comportamiento depresivo en una jovencita. Ahora bien, al recibir esta demanda ran apremian- te, tenemos que tener presente la idea de que una cri-

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