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Introduccién a la historia contempordnea La Era de las Revoluciones /==! INDICE Disefio de cubierta: Pags. Vieente A. Serrano PRESENTAGION soe ses ses sie es ose oon ose 3 Bern o@voottt avs se say ave ave i) nv 13 1. LA SP0CA DE LAS REVOLUCIONES BURGUE- WAR, TRFOTERD ay ss, ae et oe tee gs 1. La crisis del Antiguo Régimen y 1a revor lucién tiberal-burguesa en la segunda mi- tad del siglo XVI... oe ese cov eee wee ve 2D A) La revolucién industrial... 3 B) Las transformaciones demogréficas y sociales ... * a AL ©) La revolucién intelectual 21.) 11. 44 2 Balin, 1996 2. La revoluctén ¢ independencia de Estados José U. Martine Carreras Unidos ... 3 Greens ae SA a A) Los axigaies de la. revolucién norte Uhl Cotomia, 18. 28016 MADRID americana (1763-1776) «+ 54 Tals F451 ON Fax 359 24 12 B) La indopondoneia de Estados Unidos SBN: 84-7090-1 35-4 (Tomo 1) LESYIES) d Be 'sBn je ©) La organizacién de los Estados Uni- 7 (Ora cowpea EAT ee ods dos independientes (1789-1829) ... ... 60 Impreso por Lavel, S.A. 3. La Revoiucién Francesa (1787-1799) ... ... 67 Homanes (Madrid) A) Los origenes y las primeras fascs de Impresa en Expoti Printed in Spon Ja Revolucién (1787-92)... ese vue ee 72 fe, B) La Convencién y Ia Repdblia (1792 1795) © El Directorio (1795-99) - El Imperio Napolednico (1799-1815) ... . A) EI Consulado (1799-1804)... -.. B) El Imperio (1804-12) ©) El final del Imperio (1812-15) La Restauracién: la Europa de los Congre- sos y la Santa Alianza (1814-1822) . A) Los fundamentos ideol6gico-saciales de de la Restauracion ... oe. eee oo cee ee B) La Restauracin absolutisia: El Con geso de Viena y la Santa Alianza (1814-15) . ©) La Europa de los’ Congresos y ef sis tema Metternich (1815-22) ... . Revolucién ¢ independencia de Iberoamé- rica . > se A} La situacis eu theconnben y los orfgenes de la emancipacién B) Proceso de la revolueién e independen- cia iberoamericana ... ... ©) La organizacién de Jas naciones ibero- amoricanas «2... =. EL APOGEO DEL LIBERALISMO BURGUES, 1830-1870... .. Al capital liberal y ef seeloitets bur. gués A) La economia capitalise B) La poblacién y la estructura social . ©) La cultura de la sociedad burguesa . 114 122 127 128 129 150 141 145; 146 155 161 10. 1. 12, M1. Liberalismo y democracia en Europa Occi- dental: los movimienios revolucionarios de 1820-1830 . ee tee vee A) La expansién del Tiberalismo y los mo- vimientos revolucionarios de 1820 3) Francia y las revoluciones de 1830 ... ©) Reforma y parlamentarismo en Gran Bretafia (1852-67) ... ... . Las revoluciones de 1848 en Francia y en Europa. El I Imperio francés... vs. oie oe A) La revolucién de 1848 en Francia: de Ia monarquis de Julio 4 ta If Repd- blica B) Las revoluciones de 1848 en Europa ©) EL Segundo Imperio francés (1851- 1870)... ... Los naclonaliomos auropect: Ilia, Ale mania... ee oe A) La unided italia... B) La unidad clemana Los Imperios absolutistas de Puropa con tral y oriental ... ... 18 9 sb bre at sb A) EI Imperio de Austria-Hungria ... B) EL Imperio ruso ... ©) El Imperio turco y la cucstién de Oriente. El mundo americano durante el siglo XIX. A) EI crecimiento de EE.UU. en el si- glo ux , B) Iberoamérica durante el siglo xix GRAN CAPITALISMO 1870-1918 2 oe eee eee ve IMPERIALISMO, Pégs. 169 170 176 181 189 189 266 293 13. 14. 15. 16. 17. 18, 10 Pags. Los fundamentos econdmicos y sociales del gran capitalism e imperialismo ... ... ... 297 A) La expansién del capitalismo ... ... 298 3) Evolucién de 1a poblacién y le soce- dad = . sil ©) Cultura y pensamiento 316 EI socialismo y tos movimientos obreros. Las Internacionales obreras ... «.. 323 A) Del socialismo ut6pico al vets cientifico wee tee soe 324 B) Los movimientos Obreros ... == s+. 335 C) Las Iaternacionales obreras ... 1... 340 EL Imperio alemén y el sistema politica in ternacional 0 vee coe woe ve eee ase nee vee 349 A) EL Imperio alemén ... 550 B) El sistema politico iniernacional y el predominio continental aleman ... ... 357 Las democracias occideniales europeas ... 365 A) La TIL Repdblica francesa... ... ... 366 B) La Inglaterra victoriana ... ©) Portugal: de Ja monazquia liberal = la Repdiblica ... a. . 384 La expansion y el colonialismo europeos. El japén Meift vv 399 'A) La expansién colonial europea: ca racteres generales ... B) Japon: de la época Tokuge 400 ala re volucién Meiji... ... 413 La colonizacion de Asia Oriental y Mert dional, Oceania ..- vs evs v-- + 421 19, 20. aL 22. Pags. A) La colonizacién de Asia 422 B) La colonizacién de Asia Meridional y del Sureste . 428 ©) La colonizacién de Oceania ... | 434 4 colonzacion de Africa. EL Arica i re 439 A) Le accién colonial europea en Africa: caracteres generales ... 2.0 ss. vee ves 440 B) La colonizacién de Africa en el si- glo xix... 451 ©) La colonizacisa del Afvica islémice- mediterrénea ... sees er 485 1a coloizacién y ef reparto det Africa sub- sahariana ... .. 461 A) Lx calonlzariéa. del Africe aubeahe riana en el siglo .ux (hasta 1884- 1885) .. 461 B) Reperto colonial e imperialism en Africa (1885-1904) a 409 ©) El predominio imperalista europeo ea Africa (1904-1939) ... ... ... oe, SP: La paz armada: Triple Alianza y Triple Entente ... ms 485 Al ia tunel iesarcathonal ‘nite Sites del siglo xix y comienzos del xx ... 485 B) El sistoma de bloques de Estados: Tri- ple Alianza y Triple Entente 1 493 ©) Las pruebas de fuerza (1905-[4) :., 498 La Primera Guerra Mundial . se eee 505 A). Planteamiento y origenes del conflicto. 504 B) El proceso bélico ... “ 511 © Europa al final de’ Ja guerra... ... 519 it PRESENTACION En octubre de 1976, la Coleccién Fundamen- tos de Ediciones Istmo publicé un trabajo de tesis que habia ofrecido unos meses antes: Intro- duccién a la Historia de la Edad Media Europes. La revalorizacién experimentada en nuestro pais pot los estudios de Historia a lo largo de los tlti- mos veinte afios, y la necesidad de trabajos de iniciacién para el lector interesado en ellos, con- tribuyeron a la buena acogida de la obra. Estas circunstancias también me empujaron a plantear a los responsables de la mencionada em- presa editorial la conveniencia de prolongar «ha- cia delanten y «hacia atréis» Ia visién de! pasado histérico universal, con especial referencia al Oc- cidente Europeo. El mercado espafiol no carece en el momento actual de obras de sintesis de este tipo, pero con- sidetamos deseable disponer de una zedactada in- tegramente por autores espafioles, vinculados en este caso, por unas u otras razones, a la Universi- dad Complutense de Madrid. Los objetivos soa muy sencillos: no sélo servir a los estudiantes universitarios del primer ciclo, sino, ademas, a 13 todos aquellos lectores que deseen disponet de une veil y completa gufa para ulteriores lecvuras. Ast, la proyectada Historia Universal Istmo, que dio sus primeros pasos con Inéroduccién a la Historia de la Edad Media Europea (Coleccién Fundamentos, mim, 56), avanza hoy sus posicio- nes con dos vohimenes dedicados a la Edad Con- tempordnea. Al «estatismo> ce la época medieval le stcede —editorialmente hablando— el «dina- mismo» de un mundo abierto con Ia gran eclosién revolucionaria iniciada en la segunda mitad del siglo xvi1t. Confiamos en la pronta apaticién: de los volimenes dedicados a las Edades Antigua y Moderna, Aparte de por la solyencia cientifica, el profe- sor José U, Martinez Carzetas es bien conocido del lector espaiiol a través de sus excelentes tra- hajos de sintesis. Dos razones de peso que le con- vierten en la persona iddnea para la redaccién de Ia obra que el lector tiene ahora entre sus manos. Emti1o MITRE 14 INTRODUCCION El concepto de Edad Contemporénea aparece légica- mente en fecha reciente en Ia historiografia, A la perio- Gizacion clésica de la Historia Universal en Edades —Antigua, Media y Moderna—, surgida del entusiasmo Ge los humanistas del Renacimiento tardio (siglo xv11) por su época, se une un tiempo después, en otra fase de entusiasmo hist6rico, la de fines del siglo xvi, motiva- da por la creciente implantacién de Tos valores de la revo- Tucién liberal-burguesa y la liguidacién del Antiguo Ré gimen, con la formulacién de la nocién de «contem- porancidad», le nueva Edad Contemporénea, elaborada por los ilustrados franceses, como recogen, entre otros, Jover y HALEcKI. Esta nueva Edad tuyo fécil expansién y general adaptacién en la historiografia francesa y Ia- tine, miontras que, por el contrario, encontré una cierta resistencia a su adaptaciOn por parte de la historiogra- fia anglosajona y germana que no acabé por asimilar 1a nocién de «contemporaneidad» tal como fue forrmulada, y que si, en algunos casos, lo hizo fue sometiendo tal concepto y periodo histérico a una serie de revisiones matizaciones tanto en relacién con su carécter interno como con la fase histérica que abarcaba, segin puede verse en atitores como G. BARRACLOUGH, VALSECCHT y SALIS, enire otros muchos, La Historia Contemporinea, asi formulada y acep- tada, se caracteriza bésicamente por una serie de valo- 15 res propios que precisan su contenido y que le dife- rencian como época singular dentro del proceso histéri- ¢o general. Para don Jestis Paséw el motivo conduc- tor que da su caréeter esencial al mundo contempora- neo es el empefio puesto por las naciones en logrer una convivencia mundial. Le aspiracién de logrev, a nivel politico, una férmula de ordenacién internacio- nal se intenta durante 1a época contemportnea @ través de cuatro proyectos sucesivos: 1°) el mando de uno —la idea del Imperio— entre 1789 y 1815; 2°) el mando de varios —los Congresos y Alianzas— entre 1815 y 1870: 3.°) la ausencia de mando —la balanza de poderes y el equilibrio— entre 1870 y la Primera Guerra Mundial, y 4) el mando de todos —la Socie- dad de Neciones, continuada por la O.N.U.— desde 1919 hasta nuestros dias. Para E. Roa, en la formu- lacién de Las bases del mundo contemporéneo hay tres principales problemas: a) el politico, con el equi- librio entre las naciones, tanto a nivel nacional como internacional; 6) ef econémico, con el crecimiento de la economia capitalista; y c) el soctal, con la pola rizacién de las clases en burguesia y profetarindo, el deserrollo de los movimientos obreros y el socialismo. VaiseccH! configura el mundo contempordnco de acuerdo con una estructura en ciclos: desde 1789 a 1870 el primero, entre 1870 y 1945 el sogundo, y desde 1945 hasta nuestros dfas el tercero. J. R. de Satis sis- tematiza y analiza los caracteres bésicos de! mundo con- temporéiieo como las fuerzas histérico-genéticas que ac- tian durante el sigio xix y se desarrollan durante el xx, ¥ que constituyen el fundamento de toda esta época Y e] Prof, Seco Serxano sintetiza Ta estructura de la Edad Contempordnes en dos ciclos revolucionarios: el primero, entre 1789 y 1864, burgués-liberal, que cons- tituye Ja Alta Edad Contemporénea; y el segundo, desde 16 1864 hasta nuestros dias, proletario-socialista, que con- figura la Baja Edad Contemporénea. Bi conjunto de Ia Historia Contemporsinea Universal se divide, en orden a la periodizacién de su conteni do, en una serie de grandes fases 0 periodos como ex- presién. articulada del concepto y caracteres basicos, ast como del estado actual de cuestiones y conocimientos, sobre la Edad Contemporénea. El proceso histérico con- temporéneo, en su totalidad, se desglosa en las suce- sivas grandes épocas 0 fases, con las siguientes ca- racterfsticas: 1. La época de las revoluciones burguesas, entre 1770 y 1830, definida por una serie de cambios pro- fundos, de tensiones y conflictos entre las estructuras iradicionales en trance de desaparicién, y los factores de transformacién que se van imponiendo con un con- tenido dinémico. Dentro de esta época se distingue un ptimer perfodo, entre 1770 y 1799, en el que se produce en el mundo occidental 1a crisis del Antiguo Régimen ante la profunda transformacién que supone, en el aspecto econdmico, el desarrollo de Ja revolucién in- dustrial, iniciada en Inglaterra; en el aspecto social, el ascenso de la burguesia como clase social dominante; en el aspecto idealégico, Ia revolucién intelectual que pone Tas bases del pensamiento liberal; y consecuen- temente con estas tres revoluciones —econémica, social ¢ intelectual— Ia revolucién politica, cuyas principeles manifestaciones son la revolucién ¢ independencia nor- teamericana y Ja revolucién francesa. La segunda fase del movimiento revolucionario francés, y de esta época, entre 1800 y 1815, corresponde al periodo napolesnico que ofrece més rasgos de continuidad que de ruptura en relacién con el perfodo anterior; y el tercer momento de esta época se extiende desde 1815 a 1830, cuando, tras la derrota nepoleénica, vive Europa una situacién 17 tensa y conflictiva entre el sistema politico por un lado, al imponerse sobre los paises europeos los regimenes mo- nérquicos absolutistas con Ia restauracién del Antiguo Régimen y el predominio de la Santa Alianza, y la rea- Jidad econémivo-soviel por otro, al extenderse Ja re- volucién industrial, proseguir el ascenso de Ja burgue- sia y clases medias, y propagarse el liberalismo. Las tensiones entre estas dos realidades europeas antagénicas sc manifiestan en los enfrentamientos entre movimien- tos revolucionarios liberales y reaceién absolutisia que se inician ahora y cubren gran perte de la primera mitad del siglo x1. 2. El apogeo del liberalismo burgués, corresponde a la €poca comprendida entre 1830 y 1870, que repre- senta el triunfo y auge de la burguesia liberal, que en estos aijos centrales del siglo xtx vive una fase de plena expansién y dominio en todos los aspectos socio-econd- micos y politico-ideolégicos, sin rivales ni por encima ni por debajo del espectro social. Desde 1830 se impone la revolucién liberal-burguesa configurando le plenitud del ciclo burgués, que, con la burguesfa como protagonista, tiene sus fucrzas basicas en el liberalismo econémico —capitalismo— y politico —democracia—, en el na- cionalismo y en cl Realismo. Esta época de plenitud de la burguesfa se carecteriza, por tanto, en lo econémico, por la expansién de la revolucién industrial en Europa Occidental y América del Norte con el desarrollo del capitalismo liberal; en lo social, por el ascenso y apo- geo de la burguesfa junto con las clases medias, ast como por el comienzo de la organizacién del prole- tariado y los movimientos socialistas; en lo cultural, por el Realismo y el Naturalismo como expresién de una cultura burguesa; y en lo politico, por ta instalacién de la gran burguesia en el poder con los movimientos revolucionarios liberales de 1830 y 1848, con Ia organi- 1B zacién de In democracia parlamenteria anglosajona, y los movimientos nacionalistas y de unificacién en Europa, asi como con los comienzos de la gran expansion colo- nialista imperialista. 3. Gran Capitalismo e Imperialismo cubren la época comprendida entre 1870 y 1918, cuyas tensiones y con- flictos desembocan en Ia primera gran crisis bélica mun- dial. En el aspecto econémico se inicia la segunda fase de la revolucién industrial con el desarrollo y expansién del gran capitalismo; en lo social se mantiene el predominio burgués, pero el nuevo fenémeno social esid represen tado por la actuacidn del proletariado organizado en los movimientos obreros y socielistas que se agrupan en la II Internacional; en el plano ideolégico y cultural se originan tas tendencias superadoras del Naturolismo; y en el orden politico se consolida la democracia, el Farlamentarismo y el liberalismo, mientras que en el plano internacional se configura, con las alianzas entre lis potencias, el sistema de bloques de Estados que en- frentados levarén e la Primera Guerra Mundial. La economia del gran capitalismo y les imposiciones del poder politico motivan Ia gran expansién occidental sobre e] resto del mundo que, controlado y explotado, queda sometido al imperielismo. 4. Demoeracia, Socialismo y Totalitarismo son las fuetzas predominantes y actuantes en la época de en- treguerras, desde 1917 @ 1945, que representa la liqui- dacién de los valores heredados del siglo xix y la con- solidacién de las nuevas realidades caracterfsticas del siglo xx. Politicamente, y agravada por las eonsecuencias de la Primera Guerra Mundial, se inicia la decadencia de Europa como centro del poder mundial junto con los intentos de reordenacién de las relaciones interna~ cionales, al mismo tiempo que se produce Ja revolucién marnista soviética, la orisis de tas democracias y la 19 aparicién de los fascismos, mientras que el mundo co- lonial se agita surgiendo, con los nuevos nacionalismos, los primeres s{ntomas del despertar de Asia. Econém camente, las nuevas condiciones de posguerra desembo- can en Ia crisis y depresién de la economia capitalista que obligan a una reordenacién ecanémica mundial. So- cialmente se impone Ie sociedad de mases con sts ne- cesidades y manifestaciones de todo tipo, Y cultural- mente, junto a nuevas tendencias y estilos, se extienden Jas nuevas expresiones apropiadas a una cultura de ma- sas. La divisin de Europa en tres sistemas de tipos de Estados, escribe ReNouvin —dictadura del proletaria- do, dictadura Fascista y democracia perlamentaria—, ali- mentaba desconfianzas y tensiones, conflictos y enfren- tamientos entre las fuerzas actuantes que llevan a le Segunda Guerra Mundial, 5. La época actual se inicia en 1945 cuando con el final de la Segunda Guerra Mundial comienza esta nuova fase histérien que cubre toda la parte central del siglo xx hasta nuestros dias, y en la que Ia situacién mundial experimenta cambios tan profundos, tanto so- ciales y econémicos como politicos e ideolégicos, que puede considerarse que ef mundo vive en el umbral de una nueva edad hist6rica. E] mundo de la econom Negado a sus tltimas consecuencias el proceso del ca- pitalismo, conoce una nuova reordenacién y expansién que alcenza niveles insospechados tanto en la produc: cién como en el consume, asi como en la concentracién cconémica. La sociedad experimenta un gran crecimiento demografico, configurada plenamente como wma s0- ciedad de masas, con tensiones y conflicts entre aque- Nos que disfrutan del desarrollo y los que viven en niveles de subdesarrollo, En lo cultural ¢ ideolégica hay tuna busqueda incesente de nuevos valores y sistemas que orienten y satisfagan al hombre tanto individual 20 como colectivamente. En politica, por ‘iltimo, et mundo queda dividido en bloques con afinidad de ideas y rea- lidades: Ja democracia capitalista por un lado, y el co- munismo por otro, mientras que Ia mayorfa de los an- tiguos pafses dependientes conocen diversos tipos de sistemas nacionalistas autoritarios. A nivel internacio- nal se pretende un nuevo orden colectivo ere ly ONU, y fenémeno totalmente mevo es el proceso de indepen- dencia y descolonizacién operado en los paises de Asia y de Africa, dando nacimiento al Tercer Mundo que se debate entre el subdesarrollo, el neocolonialismo y la re yoluci6n; tres son, en opinién de R. Mesa, los Factores principales de cambio sobrevenidos en Ja sociedad inter- nacional: la revolucién social o socialista, 1a revolucién cientifica y técnica y la revolucién colonial o descoloni- zacién. BIBLIOGRAFIA Obras de sintesis y de cardeter general. J. Pano, L. Sosa y J. L, ComELLAS: Historia Coniempordnea General, Barcelona, Labor, 1970; V. Patacto AtaRD: Ma- nual de Historia Universal, Edad Contempordnes, t. V, Ma arid. E. Calpe, 1971; C. A. Lesps: European History, 1789- 1914. Tondon, Medonaid, 19/1; F. PontsiL: Histoire’ Gené- rale Contemporaine, Paris, Dalloz, 1973: J. Vicens Vives: Hisoria General Moderna, t. M1, Barcelona, M. y Sim6n, 1974; J. 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Futian: Atlas Historic del Mundo Mo: derne, XTV. Barcelona, Sopens, 1980, 23 I. LA EPOCA DE LAS REVOLUCIONES BURGUESAS: 1770-1830 Una primera época es ta de «Las revoluciones bur- guesas» en las sociedades ailiintico-occidentales, que se extiertde entre 1770 y 1830, y cuyo planteamiento ofrece unas peculiares caracteristicas de cambios profundos, de tensiones y conflictos entre las estructuras tradicionales en trance de desaparicién, y los factores de transforma cidn que se van imponiendo con su renovador dinamis- ‘mo hist6rico. Dentro de esta amplia época, un primer pertodo abarca desde 1770 a 1799, on el que se pro- duce en el mundo occidental ta crisis del Antiguo Ré- gimen ante la profunda transformacién que supone er el aspecto econdmico el desarrollo y expansion de la re- volucién industrial, iniclada en Gran Bretafa, con et combio de las estructuras econémicas y ta implanta- cidn dei modo capitalista de producci6n, En el aspec- to social se corresponde este cambio con el ascenso de la burguesia como clase social predominante que rompe con las viejas estructuras de la sociedad estamental, ¥ en ef aspecio cultural y de las ideas se da, de manera paraicla, la revolucién intelectual que hace critica del caduco absolutismo ilustrato y pone las bases del pen- sainiento liberal. Revolucidn econdmica, revoluctén so- clal y revaluciér intelectual llevan a fa revolucién po- litica: estos condicionamientos bdsicos se dan, con mati- zaciones, en todas las sociedades occidentales de Euro- pa y América, La revolucién politica que se produce 25 como consecuencia de tales condictonantes abarca, por tanto, el dmbito hist6rico de la sociedad occidental: en primer lugar, la revolucién e independencia norteame- ricana, y después la revolucién jrancesa, prototipo de la revolucién liberal y burguesa Eittre 1800 y 1815 tiene lugar en Europa la segunda jase del movimiento revolucionario francés con el lla- ‘mado periodo napoleénico, que ofrece mas rasgos de continuidad que de ruptura en relacién con el pertodo anterior. Su acci6n ¢ influencia se extiende practica- mente sobre todo el mundo europeo y occidental, bien por sometimiento, o bien por reaccién. Es justamente la reaccin del viejo absolutismo europeo contra ta Francia revolucionaria la que acaba con el sistema napoleénico en 1814-1815. EL tercer perlodo de esta época se extiende desde 1815 a 1830, cuando tras la derrota napolednica, vive Europa una situacién tensa y conflictiva entre dos rea- lidades antag6rticas —Ia politica y a socioeconémica— que coexisten pero que no se corresponden, y por con- siguiente se oponen y enfrentan, AL nivel politico, ven- cida la revolucién, se imponen sobre tos paises eu- ropeos los viejos sistemas mondrquicos absolutistas con Ia restauracion del Antiguo Régimen, y en lo interna- cional se establece el predominio de a Europa de los Congresos y Ia Santa Alianza. Al mismo tiempo, en el plano econdmico-social, los patses europeos conocen la expansion de la revolucién industrial por el continente, Ia progresiva actividad de la burguesta y las clases me- dias, y la pervivencia y extensién del liberalismo. A la ver se va consolidando una cultura burguesa en torno al Romanticismo, Las lensiones entre estas dos Buropas an- tagénicas explican ios errfrentamientos entre movimien- tos revolucionarios y reaccién absolutista que se inician entonces y que cubren gran parte del siglo XIX, prin 26 cipalmerite durante su primera mitad, En América, como fendmeno paralelo, se producen las revoluciones e inde- pendencias iberoamericanas. BIBLIOGRAFIA M.S. ANDERSON: Europa eit ef siglo XVIII, 1713-1785, Ma drid, Aguilar, 1964; A. Coapan: Ef siglo XVIL. Europa en ja época’ de la Tiustracién. Barcelona, Labor, 1972; F, L. Foxp: Europa de 1780 a 1830. Madrid, Aguilat, 1972; J. Goprew or: Las revoluciones, 1770-1799," Barcelona, Lax or, 1969, «Nueva Clio» 36; E. J. Housaawa: Las revo. Iuctones burquesas. Europa, 1789-1848. Madrid, Guadarrama, 74; E. Larousse: Bf siglo XVIII. Revoluci6n intelectual, teentea 'y polos. 17134815, Hist, Gen, de ine Civ, V, jacelons, Destino, 1955; D. 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Estas transformaciones tienen tn doble sen ‘do intimamente interrelacionado: por un lado, se encuentra en trance de disolucién el Antiguo Régimen, cuyas estructures en- tren en crisis, y, por otro, estén emergiendo en [a vida social unas nuevas estructures renovadoras, que se van imponiendo a través de unos movimientos revohicionarios, liberales y bur- gueses. El tema del earfcter y amplitud de le revolucidn en esta época ha preocupado especialmente a los historiadores, Mientras que pera unos las revoluciones que se producen en estos_afios son fenémenos particnlares, aislados, propios de cada nacién 0 sociedad en que se registran y de contenido predominantemente politica 0 bélico, pare otros, como destaca Govectr or todas las revoluciones que afectaron a les sociedades occidentales-aténti- cs entre 1770 y 1848 fueron manifestaciones de una sola y tnice revolucién, la revolucién liberel-burguesa, cuuyas causas profun- das o genersles fueron [ns mismas en todos los pafses, ya rlando s6lo en funeién de las condiciones particulares dadas en cada sociedad. Se trata, por tamio, de uns gran revolucién que agita a todo Occidente, como han sefialado desde BARNAVE, A. Cowre, Jaurés, hasta G, Lerepver, J. Goprertor y E. Hon- sbawn, entre otros. Y el origen y motiveciones de tan amplio movimiento revolucionario hunde sus rafces en In evolueién y transformacién de las estructures socio-econdmicas. Como cscri- be Goprerior, Bamave demostré en su Introduction a la Revo- ution frangaise eno s6lo que la revolucién eta europea, sino que procedia de uns lents evolucién de Ia sociedad: em la Edad Media ta propiedad, esencialmente agricola, habia. tle- vado a la constitucién de una sociedad aristocratica, El desa- 29 rrollo del comercio y de Ja induscris trajo consigo une nueve distribucién de Ia riqueze, y éste produjo una nueva distribu ign del poder, es decir, una revoluciéns. Dos aspectot, por tanto, hay que considerar en torno a la situacién y al cambio histérico que se viven en las sociedsdes ‘eceidentales durante el iltimo tercio del siglo xvirt: en primer lugar y como antecedente basico, la coyuntura final de lz so- ciedad del Antiguo Régimen, y en segundo lugar, el proceso revolucionario, en sus planos econmico-industrial, intelectual ideolégico y politico El cardcter de la sociedad del Antiguo Régimen es condi- cionamiento previo a tener en cuenta para un mejor conock miento de los movimientos revolucionerios que se criginan en sw seno y que aceban por imponerse en todos los aspects. Las sociedades afectadas por In revolucién ofrectan, a mediados clel siglo xvi, unas estructuras econémico-socieles y politices anf Jogas: a) Las transformaciones demogriicas, tal y como van a ser conocidas por e] mundo coniemparéneo, se isician a mediados del siglo xvrr1. Hasta 1730-1750, segin el estado actual de las Investigaciones, la evolucién de la poblacisn, especialmente Europa, oscilaba entre crecimientos y descensos résidos mot vados por circunstancias hélicas 0 socio-econémicas diversas, que produefan una irregularidad, tanto en et aumento coro en Ja distribueiGn de la poblacién, Desde las fechas sefialadas, en ‘cambio, Is poblaciin inicia y mantiene un ritmo de crecimien- to regular y continuado, que va a caracterizer ya a Ta Cpoca contempordnen y que otigina fenémenos de todo tipo deriva- dos de esta reciente presién demogréfica. En Europa Ia pobla- cién aumenta de, aproximadamente, 119 millones hecia 1700, a 180 millones en fos afios finales del siglo xvr11. Las consecuer: cies més importantes de este hecho, ademés del eumento de Ia poblacién en si mismo, son, por un lado que el porcentaje de poblacién joven pasa a scr mayoritario dentro de les estructuras sociales, con Io que esto supone de renovacién y cambio, ¥5 por otto, que se crea una masa de poblacién, potencialmenie activa y disponible para set utilizada en el trabajo mercant industrial 0 rurel, 0 también para ser destinada a la emigre b) Los cambios sociales son parslelos # Jas transformacio- res demograticas, principalmente en Europa, Desde mediados dol siglo xvitt, las estructuras en que se basaba Ja cocieded 30 cstamental estén debilitadas. Van desapareviendo las relaciones de dependencia social, como la servidumbre, y el individuo es cada vez en mayor medida tn ser social libre, con veriades obli- gaciones. Los estamentos privilegiados, la aristocracia y el clero, que tienen le base de su poder absoluto en la propiedad de la tierra, en la tradicién y en los titulos y que, hasta estos momes tos, siendo una tninoria de la poblacidn, han constituido In clase dominante, va siendo desplazada como tal ante las nuevas rea lidades sociales y econdéinicas que se van imponiendo. Si después de la explotacién de la tierra se registra un incremento de la ac- idad metcantil, tras el comercio se va a desarrollar Ia indus- trig, y estas nuevas actividades econdmicas van ¢ ser controladas por las micvas clases medias, o Tercer Estado. Al transformarse Ja estructura de la sociedad, que pasa ce una base agraria a tener un carfeier comercial 2 industrial, Ja burguesia adquiere y controla, de fotma crecienie, el nuevo poder econdmico y social Y al poser Este intente ejercer también el poder politic. ©) Los cambios econémicos son igualmente paralelos, e in- cluso el fundamento, de los cambics sociales. Como se ha indi cado, hasta mediados del siglo xvi, Ia base de la actividad econémica en Europa era la produecién agraria, basada en In propiedad rural. Junto a la agricultura ha ido adquiriendo desa- rrolfo el comercio, legéndose a una amplia fase en la que pre: dominen tas actividades mercantiles. Agricultura y comercio constituyen la base del poder cconémicesocial. Pero desde el ikimo tercio del siglo xvinr esta base econdmies va cambiando, para pasar de uns sociedad de estructura agraria y mercantil a otra de cardeter industrial y financiero, El paso a la erevolucién industrial» se experimenta'a través de dos medios: el desarrollo cientffico y el deserrolle téenico. Las ciencias aleanzan tan im- portantes progresos @ mediados del siglo xvii que constituye un hecho fundamental en Ia evohicidn de la sociedad en esta época, Asi, los avances en el estudio de las Mateméticas: Tratado de dindmica, por D'Alembert, en 1743; Mecdrioa analitica, de Le: range, en 1788; en los campos de a Fisica y 1a Quimica: el des cubrimiento de los termémetros — Fahrenheit en 1724, Reaumut en 1730 y Celsius en 1742—, los descubrimientos y experiencies de Gulvani y Volta sobre [a electricidsd on 1780, de Lavoisier en 1772; en el sector de las Ciencias Naturales: 1s Historia Now tural, de Buffon, entre 1749 y 1789. Les avances t6cnicos son patalelos a los cientificos y permiten la aplicacién préctica de 3h Jos investigaciones al mundo de Ia economia, introduciéndose importantes novedades en las técnieas ce casi todes les aeti- videdes, destacando principalmente en la sgriculturs, In indus- iia, la navegaciéa, las eominicacionos y In energia. Las bases cientifieas y t¢enicas para la revolucién industrial ostaban yn conseguidas ; )_ Junto 2 los cambios demogriticos, sociales y econdmicos también se produce en este Epoea de mediados del siglo xv tun movimiento de las idens, que paralelo y unide a aquélles, contribuye, eon su eritica intelectual respesto a los valores ideo: ligices del Antiguo Régimen, que ve socavando, y con la cla oracién de nuevos sistemas de pensamiento, a la transforma- cin intelectual de la vida y organizacién de la sociedad y det Patado, Las teorlus sobre el mercantilismo y la fisioeracia van sionde supetadas, y a mecliados del siglo xvii, junto a las obras y pensamiento de los «filésofos de les luces» J. Locke, como ‘antecedente; Montesquieu, Voltaire y Rousseau, que representan la avténtica revolucién intelectusl—, Io que constituye el hecho excepcional transformador del mundo de las ideas es Ja publica- cién en Francia de Ia gran obra de la Enciclopedia, dirigida por Divezor y D'AceMmeRt, que aparsce como Ta gran tribuna de los pensadores franceses. Sus digvisiete volimenes se publicsron entre 1751 y 1772, teniendo gran difusién por los patses curo- peos y americanos, al ser traducida a varios idiomas. La filo- sofia de lus lees, que se propag6 con esta obra, no adlo nfec taba a aspectas teéricos y filesoficos, sine también practicos en relacién con las ciencias, sus métodos y téenicrs. Otro factor que Favoreci6 [a transformacién de Tas ideas fue la creacion y propagacién de las Uamades asociedades de pensamienton 2) Unido a las tmnsformaciones demogrificas, socio-econé micas © ideolGgicas, se produce 1a evolucién politica como teflejo de los anteriores cambios en la sociedad. Sia una sc- ‘ciedad de base ual y arisiocratiea corresponde politicamente tun Estado absoluto, a cna sociedad de base industrial y our guesa ha de corresponder una nueva forma y pensamiento po- Titicos como el liberafismo. El paso entre una estructura y ott cestf sofinlado por la fase del Despotismo Iustrado, que ha de dejar el emplazamiento ideol6gico-politico, tras Ia eritica de los principios del absolutismo, al sistema liberal bajo la forma de nionarquia eonstitucionsl ¢ de republica. Los intentos de Ia mo- narqufa absolute por mantener su predominio, fandamentado 32 en los principios del origen divino del poder politico y susten- tado en los estamentos privilegiados, chocarén con la realidad de Ia expansién de 10s principios liberales del origen demo- crético del poder, basado en una sociedad de cfasos on ta que Ja burguesia es Ja clase dominante, Al desplazarse la base real del poder social, cambin también la justificacién te6ricn del ismo, y ha de transformarse la forina institucional del Es- taco: ¢s ya la revolucién politica que acaba con Ia monarquia absoluta para dar puso a la monarqusa liberal A) La Revolucién Industrial La transformacién biisica en este perfodo de media- dos del siglo xviii esté constituida por el conjunto de cambios econdmicos que se conocen con el nombre de «revolucién industrials. Este concepto define la serie de transformaciones econdmicas y sociales que, como escri- be Asit row, modifican la sociedad europea entre finales Gel siglo xvi y mediados del siglo xix, ¢ indica el gran cesetrollo industrial que conllevé el triunfo del capitalis- mo y de la sociedad hurguesa en este periodo. Att TON sefiala el carécter de movimiento social que tiene la revo- lucién industrial, y también que sus efectos y caracteris- ticas son andlogos y acttian conjuntamento, déndose un proceso combinado de crecimiento de Ja poblaciGn, apli- cacin de la ciencia a la industria, ampliacién de la uti- lizacién del capital, conversién de comunidades rurales en urbanas y nacimiento de nuevas clases sociales. En la evolucién del proceso global de la revolucién in- ustrial, y de la economia capitalista por tanto, se dis- tinguen una serie de fases sucesivas: 1*) Los antece- centes se encuentran en la economia de subsistencia, predominantemente agricola y mereantil, de los tiempos modernos (hasta el siglo xvi1); 2.°) Desde mediados del siglo xvitt —entre 1760 y 1780, segiin AsHtTon, Bir- 33 nie _y Honspawn— se entra en una economia basada en la industrializacion, de cardcter capitalista y de con- sumo que sefiala una fuse de crecimiento y expansién econémica, ¥ que constituye Ia Hamada xprimera revo- lucién industrials 0 fase paleotécnica, que se extionde hasta aproximadamente 1815-1820; 3°) Desde 1815: 1820 y hasta 1848-1850 se produce una fase de progreso lento y dificultades en el desarrollo econémico ante Ins circunstancias desfavorables que existen en los aspectos no silo econémicos sino también sociales y politicos de Ja coyuntura mundial, aunque la continuidad del avance econémico se manticne a pesar de las dificul- tades; 4.*) Entre 1850 y 1872, aproximadamente, hay una fase de decidida aceleracién y crecimiento econémi- cos que suponen la definitiva consolidacién y expansién de la economia capitalisia industrial-financiera ya con un alio grado de funcionamienio y organizacién; 5.*) Desde 1873 se inicia una nueva fase lica de depresién que ser superada a fines del siglo x1x mediante una nueva coyunturs de crecimiento constituida por la Hamada «se- gunda revolucién industrial> 0 fase neotécnica y que re- presenta la plenitud del gran capitalismo. La eprimera revoluciGn industrial» desde 1760-1780 constituye, pues, Ia iniciacién del proceso capitalista. Tuvo sus fundamentos econémico-sociales en la evolu- cién de Ia agricultura, en el desarrollo del comercio y en Ia concentracién de mases de proletariado en las ciudades. Se inicia y adquicre su formulacién clésica en Inglaterra, en le segunda mitad del siglo xvii, y este pais mantiene su avance inicial mientras el sistema se va extendiendo por otras sociedades occidentale: asf durante la primera mitad del siglo x1x por Francia, Bélgica, Alemania Occidental en Europa, y EE. UU. en América; y durante la segunda mitad del mismo siglo por otros Estados de Alemania, el Norte de Italia, 34 Pafses Bajos y algunas éreas regionales de Europa Cen- tral y Rusia. Autores como ASHTON, HosssAwM, MANTouX, LiL- Ley y BIANIE, entre otros, y més recientemente P, Léon, han enumerado y sistematizado las causas de la revo- Jucién industrial, procurando matizar, por un lado, entre la «primera revolucién industrial> y el resto del pro- ceso econémico del capitalismo, y, por otro, entre Ia re- volucién industrial en Inglaterra y la expansién del mo- delo por el resto de las economéas occidentales. Las cau- sas, en parle evondmico-sociales y en parte politicas, de Ja industrializacién son: 1.°) La causa econémica prima- ria fue Ia gran expansion del comercio, especialmente co- lonial, que tuvo lugar en los siglos xvi y XVIII, y que permitié la acurmulacién de capitales, la disponibilidad de materias primas y la creacién de un mercado; 2.*) Los factotes politicos determinantes se encuentran en las rivalidades entre las principales naciones del momento por el dominio de los mares y posesién de las colonias y, or tanto, de los nuevos recursos y mereados, siendo In- laterra la que acabé controlando esta situacién entre Jos siglos xvi-xvii1; 3.*) El conjunto de causas —sociales, cconémicas y politicas— para la iniciacién del proceso de industrializaciéa se dan, pues, en Inglaterra, y ace éan de manera combinada; en este pals se unen, se ein enumera Birwts, una fuerza naval que es superior = las de los otros pafses maritimos, el establecimiento y expansién de su imperio colonial que le ya dando i control del comercio mundial, el capital necesario para realizar experiencias ¢ investigeciones cientificas © *écnicas, el propio incremento del comercio exterior gee permitia ir acumulando cada vez mAs recursos, un sistema bancatio desartollado que posibilitaba el aprove- chamiento de tales recursos con buenos rendimientos, ena gran libertad comercial interior, la favorable situa- 35 a ——— apartabe de los conflictos continen- tales, Ja desaparicién de costumbres feudales eu su sistema social, la doctrina de la igualdad ante Ia ley que impedia las axbitrariedades del privilegio de clase, el sentido liberal existente sobre libertad civil y religiosa del individuo, y, también, la floxibilidad del sistema social y de Ja aristocracia dominante que se adapiaba bien a los cambios impuestos por las nuevas condiciones cconémicas. Las transformaciones econdémicas producidas en torne a Ia llamada revolucisn industrial pueden concretarse en tres grupos de actividades: agricultura, industria, y comunicaciones ¥ transportes. 2) Agricultura —En los cambios experimentados en Ja agricultura no acitian sGlo los faciores técnicos y cientificos, sino también los relatives a sistemas de pro- piedad y 2 relaciones socieles entre los que poseen y los que trabajan Ja tierra, En este sentido es en la propie- dad de la tierra, y en consecuencia, en Ia produccién agricola, donde se presentan mas aspectos conflictives durante el proceso de transformacién: por un lado, es donde se manifiesta més el conservadutismo de las es- tructuras tradicionales que desean mantener 1a privile- giada situacién existente; y, por atro, es la base y funda- mento de los otros cambios econémico-sociales que se estan produciendo, Asf se considera por un amplio grupo de historiadores y economistas que Ia agricultura es fuen- te principal de Ja revolucién econémiea, y que In revolu- cidn industrial no fue posible sin una previa revohucién agricola: 1a agriculiura surninistré alimentos a la socie- dad en su crecimiento demografico, y proporciond mano de obra cempesina a la industria convirtiéndolos en obre- 108 urbanos. Fl contenido social se manifiesta igualmente en que junto a una minoria de sefiores, propictarios de las ticzras, existe una gran masa de campesinos sin pro- 36 pieded y en infimas condiciones de vida, y los cambios suponen la superacién de los residuos de un feudalismo rural y la transformacién de los campesinos como clase. Superando estos problemas bfsices, se va produciendo Jo que los autores Haman Ia erevolucién agrariay, que se conereta en una mayor produccién y una mejor dis- posicién de alimentos, al ser realizados una serie de ade- Jantos de todo tipo. Si la agriculiura tradicional se apo- yaba en ef uso de abono animal, la préctiea del barbecho y la alternancia de cultivos, con la reforma que supone Jb introduccidn de los forrajes, durante Ia segunda mitad del siglo xvimt y comienzos del xxx, los avances agrico- Jns se basan en: la introduccién de nuevos cultivos, los auevos procedimientos de rotacién de los cultivos, el mejoramiento del drenaje, el descubrimiento y la ui zacién de abonos quimicos, y la invencién de la ma- guinaria agricola y la progresiva mecanizacién del cam- po —utilizacién de arados de hierro, trilladora mecé- nica, sembradora moderna y segadoras de rotacién—, ye en el primer tercio del siglo xrx; con lo que la pro- dvccidn agraria es mayor y mejor como base alimen- Scia de una sociedad, escribe Lu.uey. que crece en lo Semogréfico y en lo industrial, 5) La revolucién en Ia industria es el aspecto cen- sal de las transformaciones econémicas y puede consi- derarse, incluso, que si éstas se producen y consolidan es merced a la creciente industrializacién. La sealiza- sion de este proceso de industrializacién responde a una Goble ceusa: por un lado, el incremento de los invenios y descubrimientos técnicos y cientificos, y, por otro, la splicavién prictica a la industria de tales innovaciones que intensifican y mejoran la produceién industrial. Un primer fnctor biisico de Ia revoluciéa industrial os el Sescubrimiento de una adecuada fuente de energia. Las Snvestigeciones y el hallazgo de la méquina de vapor a 7 _ hase de elementos —la bomba, el pistén y el constituyen el hecho central de esa primera revolucién industrial, fo que, junto con el carbén y el hierro, son Jos tres pilates do la industrislizacién. Tras una larga fase experimental, en la que destaca NewcoMEN a co- mienzos del siglo xvii, es Warr quien resuelve el pro- blema de Ia energfa poniendo a punto entre 1769 y 1796 la vieja méquina de vapor de Newcomen, que se per- fecciona y gencraliza posteriormente dando via libre a le’ industrializacién por sus muy diverses aplicaciones industriales. Como materia natural basica se impone el carbén, que sustituye a la madera como combustible, inctementéndose In explotacién de los yacimientos mi- neros, y condi¢ionando a le industria a instalarse cerca de tales cuences carboniferas 9 a montat un adeouado sistema de comunicacién y transporte. Un tercer elemen- to fundamental es el hierro, que provoca igualmente Ja intensificacién de las explotaciones mineras, y que requiete un tratamiento especial con técnicas adecua- das para su posterior y variado aprovechamiento in- dustrial. A partir de la utilizacién combinada de ¢ tos tres elementos, sepiin los casos, va surgiendo la consiruceién ¢ implantacién creciente de la méquina ‘como instrumento igualmente bésico de la produecién industrial, y que constiluye el fenémeno conocido como smaquinismo»: con Ia aplicacién de la méqui na de vapor petfeceionada y cf desarrollo de la me talurgie se construyen maquinas utilizadas en la mineria, la industria y el transporte. Cambia también, y conse- cuentemente, la organizaciGn econdmica industrial: ante- riormente las bases del sistema eran la manufactura, ol taller y los gremios, y Ie época de Ia industria representa el dominio de la fabrica, con maquinarie, patrones y obreros, y eon tendencia a la produccién en gran escala ‘Los sectores industriales que se transforman, en primer lugar, son: la industria textil, In metelurgie, Je quimica y la alimenticia. Principalmente es Ia indus- tra textil Ja que experimenta los més importantes ade~ lantos, sobre todo en Gran Bretafia: asf tras Ja hiladora de HARGREAVES en 1764-1768, y el bastidor de agua de ArkwricHt en 1769, se Nega 2 la méquina de Crom pToN en 1779, que es una combinacién de aquéllas. Otros descubrimientos cientificos y su aplicacién técnica contribuyen igualmente a transformar esta industria: los telares autométicos y las miquinas de cardar, de mez- clar y de estampar. ©) Las conunicaciones y el transporte constituyen uno de los sectores donde més se reflejan las transfor- maciones industriales, al mismo tiempo que aquellas contribuyen a su propio incremento, Los avances téc- nicos y los cambios producidos en los medios de trans- porte producen Ia mejora y facifidad de las comuni- caciones, el aumento del comercio, la consiguiente re- duceién de las distancias a escala mundial, con mayor posibilidad de desplazamientos, tanto de los individuos y colectividades humanas, como en el traslado de pro- ductos y mercancfas. La revolucién en los transportes s= produce, principalmente, con los avances en dos ac- tividades: 1a navegacién a vapor y el ferrocarril. El desarrollo de la navegacién 2 vapor constituye el factor principal de la transformacién de los transportes en esta primera fase de la revolucién industrial. Desde 8 del siglo xvii se intenta aplicar el vapor a la na- vegacién, pero es a comienzos del x1x cuando se ob- tienen los primeros éxitos: FULTON en EE, UU. en 1807, con el «Clermont» hace progresar la navegaciGn fluvial, y H. Bent en Inglaterra en 1812, con el «Comet» efec- ‘ia ¢l primer servicio comercial con un buque movido @ vapor. En 1819 el «Savannah» es el primer buque a vapor que cruza el Océano Atléntico, lo que también 39 realiza el «Syrius» en 1833 en veinte dias. Ademés de por la ufilizacién del vapor, con carbén, los buques se transforman por otras aplicaciones como la del hierro, la hélice, y los adelantos mecsnieos, que hacen que @ mediados del siglo la navegacién maritima cambie to- talmente, Si bien la wera del ferrocarril» corresponde a la mitad del siglo xrx, los comienzos de esta importante transfor- macién en las comunicaciones terrestres se producen en torno a 1814 cuando STEPHENSON experimenta la pri- ‘mera locomotora a vapor, y desde 1829-1830 funciona la primera Linea pablica de ferrocaril en Inglaterra. Desde 1838-1845 el triunfo del ferrocarril es total y su_uso se generaliza en las sociedades industrializadas occiden- tales. ‘Al hacer un répido balenee de tos resultados y las, consecuencias de 1a revolucidn industrial en fas socie- dades occidentales de comienzos del siglo xix, puede hacerse un esquema a partir de las conclusiones que es- tablece MANTOUX: a) desde el punto de vista técnico, supone la invencién y el uso de procedimientos que acre- cientan y aceleran constantemente la produccién: proce: dimientos mecénicos, como en la industria textil, y pro- cedimientos quimicos, como en Ja metalurgia, y que que da expresado en conjunto con cl fenémeno del «maqui- nismo>; 6) desde el punto de vista econdmico, repre- senta la concentraciéa de los capitales y la constitucién de grandes empresas, cuyo funcionamiento tiende a con- veriirse en la forma normal de la industria, y que os un fendmeno no slo industrial sino también de indole comercial; ¢) desde el punto de vista social, se ra modi- ficado totalmente Ia composicién de la sociedad, hi ciendo surgir nuevos grupos sociales cuyo desenvol miento y antagonismo Henan la historia contempordnea; ) con cl crecimiento de la gran industria desde comien: 40 zos del siglo x1x se produce también una influencia Secisiva en ef reagrupamiento de las poblaciones y en les condiciones de su vida material, con emigraciones = poblacién rural a las regiones industriales y urbanas; ¥ 2) puede afiadirse en el orden politico lo que apunta Brante, de que al producirse una redistribucién impor- tente de la riqueza se produce también una nueva situa- cién del poder y 1a influencia politica entre las nacio- nes occidentales. 5) Las transformaciones demogrificas y sociales Los cambios econémicos ¢ industriales se corres- ponden, en las socizdades occidentales, con otros cam- bios demogréficos y sociales, tan importantes como aque- los y de andilogo carécter y sentido. 2) Para el estudio de la poblacién y ef crecimiento demogréfico, entre mediados del sigho xviit y comienzos del siglo 10x, es indispensable referirse « la obra de REINHARD y ARMENGAUD, asf como a In mis reciente é P. Léon. Todo el siglo xvi, y en especial desde su aiitad, e5 el siglo del crecimiento demografico de Eu- ropa, y también es el tiempo de Matus. Este creci- siento demogréfico es ef punto de partida de un movi- siento que llega hasta el siglo xx, y que est relacionado con los adelantos econémicos —~industriales y agcico- les—, los avances en la sanidad y el control de las enfermedades, el aumento de Ia nalalidad y [a prolon- secidn de la esperanza media de vida, con un descenso & la mortalidad. La Hamada revolutién demogréfica s= caracteriza, ademfs de por In elevacién de Ia nata- lidad, el retroceso de In mortalidad y por un ritmo de crecimiento controlado por el hombre, también por la 41 emigracién de sectores de Ia poblacién europea a las co- Jonias ultramarinas, En 1800, Europa tenfa 180 millones de habitantes —Gran Bretaiia 15, Alemanis 25, Fran- cia 27—, lo que es muestra del sumento de poblacién producido desde mediados del siglo xvi1t, que es cuando se inicia la revolucién demogrifica. Su realizacidn y sus formas no tienen los mismos caracteres en los otros con- tinentes: Jas emigraciones afectan a la situacién de le poblacién en estos continentes. En 1800, Asia tiene 500 millones de habitanies, Africa 100 y América 18 millo- nos. Fl gren crecimiento demografica no habla hecho mis que empezar y se continuarfa, con todas sus con- secuencias, durante el siglo xix. Es este espectacular crecimiento de 1a poblacién du- rante el siglo xvitt lo que provoca la preocupacion y los studios sobre In poblacién de Martius, que le han convertido en el tedrico sobre demografia més repre- sentativo de esta época. T. R. MaLTHvs (1766-1834) alcanz6 celebridad por su Ensayo sobre el principio de Ia poblacién, publicado por primera vez en 1798 sin nombre del autor, siendo répida y repetidamente reed tado, W. J. BARBER recoge el argumento basico de la ley malthusiana de Ta poblacién, basado en dos postulados: «Primero, que los alimentos son neceswrios para la existencia del hombre. En segundo lugar, que la pasién entre Jos sexos es necesaria y permanecerd aproxima- damente en su estado actual», Tras suponer que se cum. plen estos postulados afirma: eque el poder de la po- blaciéu es indefinidamente mayor que cl de Ia tierra para producir bienes de subsistencia para el hombre. La poblacién, cuando nadie Ja frena, avinenta en una pro- gresién geométrica. Los hienes de subsistencia sdlo aumentan en una progresién aritméticas. A partir de estos datos MALTHus deduce que 1a lucha entre la ca- pacidad humana de reproduccién y Ia produccién de 42 alimentos serfa permanente, y que se ofrecia un triste futuro para la raza humana, que seria la lucha por la subsistencia y contra Ia miseria y el hambre. Su interés por cuestiones de poblacién sirvié para suscitar andlisis sais generales de problemas econdmicos y sociales, y en sentido MaLt Hus se enmarea en cl grupo de los cconomistas clésicos, en los origenes del pensamiento econémico liberal, y entze los epesimistas ingleses 5) En cuanto a los cambios en ia estructura social, ls sociedad estamental, caracteristica del Antiguo Ré& men, entra en ctisis y deja paso a la nueva estructura sccial conocida como la sociedad de clases. Los estar mentos privilegiados, la arisiocracia y el clero, que tie- sen [a base de su poder absoluto en la propiedad de = tierra, en Ia tradicién y en los titulos, y que hasta este momento constituyen Ia clase dominante a pesar de ser une minoria, son desde shora la clase descendente El llamado Tercer Estado, més numeroso, es la clase gue hace la revolucién econémicc-indusirial y politica defensa del liberalismo, y consiituye la clase ascen- dente que pasa a ser Ia socialmente dominante ya que controla Jas nuevas actividades econdmicas, Ia indus- sia, el comercio, Jas finanzas, las profesiones, es decir, el mundo de Ia’ produccién y del estudio. Pero on el seno de lo que, a fines del siglo xvit, se Tama Tercer ado, se van distinguiendo desde comienzos del si- glo x1x varios grupos clasistas: en primer lugar Ia gran Surguesia, formada por banqueros ¢ industriales, gran- des comerciantes y hombres de negocios, altos funcio- sarios y altos cargos que son los auténticamente domi- nantes dentro de esta clase y que configura las Ilamadas edinastias burguesas» en Ia obra de LHOMME; en se- gendo lugar, la burguesia media, formada por funciona- profesiones liberales —médicos, abogados, profeso- res—¢ intelectuales; y por tltimo, la pequefia burgue- 43 sia, constituida por empleados, trabajadores individua- Jes, pequefios comerciantes e industriales y pequefios propietatigs, Estos dos tltimos grupos pueden englobar- se en las Tlamadas clases medias. La clase dominada y inés baja en la escala social csta formada por dos grupos mayoritarios, y que constituyen la masa de la poblacién, pero que nada poseen ni nada tienen, ni propiedad, ni estudios: son los trabajadores y obreros de diverso tipo, las Hamadas clases populares. Entre éstas hay que dis- tinguir, por un lado, a las masas campesinas, analfabetas yy sometidas, explotadas por las clases dominantes y que hhan de trabajar la tierra on henefieio de los sefiores; por otro a los obreros industriales, en continuo creci miento desde comienzos del siglo x1x, también domi- nados y exploiados por Ja burguesia, que sélo viven de su trabajo manual en las industrias y con su insu- ficiente sueldo. Son estas clases bajas las que sufren mais Jas consecueneias de la revolucién industrial, pues viven en condiciones de extrema miseria frente a los beneficios de la burguesia que aumentan su. condicién de riqueza, plantedndose en toda su crudeza los origenes del pro- blema social; Jas méquinas comienzan a desplazar a los trabgjadores, los salarios se deprecian, el trabajo explo- tador de mujeres y niffos, y en general las pésimas con- iciones de todo tipo de trabajo, asi como las malas condiciones de Jas viviendas, entre otras cosas, agravan Ja situaci6n laboral y vital de los obreros. Cuando, lo argo del siglo, tomen conciencia de clase y de su situa- cién de sometimiento y exploiacién, este proletariado industrial iniciard sus reivindicaciones @ través de los movimientos abreros y el socialismo. © La revolucién intelectual Como se ha indicado anteriormente, el profundo cam- bio que supone Ia roalizacién de les revoluciones indus- 44 siel, demogréfica y social esté unido también a un mo- iento de Jas ideas que constituye la revolucién inte: ectual paralela a las ya citadas, y que como conjunto -nsformador de Ia realidad socio-econémica occidental son el antecedente necesario de la revalucién politica que se produce inmediatemente en los patses accidental- slanticos. La revolucién intelectual puede verse a tra- w& de la evolucién, durante el siglo xvmt, en dos con- juntos doctrinales: en el pensamiento econémico y en il pensamiento sociopolitico. 2) La evolucin del pensamiento y la préctica eco- sémica que leva al siglo xvi1t pasa por unos momentos Eistéricos en los que las doctrinas econémicas que se im- en sirven de pauta para Ia organizacién econdmica = Ia sociedad moderna. Si ol mercantilismo es la doct == econdmica con aspectas estatales, monetario-metali ss, proteccionista y mercantil, dominante duzante los si- sxvexvi, ¥ la fisiooracia lo es durante el siglo xvi, secida de In preceupacién por Ia ogricultura y el co- mercio libre, en Ia segunda mitad del siglo xviii surgen Js bases del pensamicnto ecanémico liberal que cons- ‘Scuye los origenes de la economia capitalista contempo- 22, como expone, entre otros, Barper en su His soria del pensamiento econdmico. Ts Adam SMITH 1725-1790) el maximo representante de la doctrina eral en economfa, y el primer exponente de la economia lasica que da origen al liberalismo capitalista. En 1776 se publica su obra fundamental, La riqueza de las na- clones, cuyo tema central es «una investigacién sobre Js naturaleza y las causas de Ia riqueza de las nacio- es», que en opiniGn de Barber es, en definitiva, el desa- srollo de una teoria del crecimiento econémico, des- ‘ecando Ia importancia de In produccién, el comercio y al trabajo en una sociedad competitiva en expansién, = un marco de libertad econémica, y en el que los 45 a beneficios del crecimiento legarin a todas las clases sociales. A partir de la obra y el pensamienio de A, Sait H se desarrolla, abarcando ya Ios comienzos del siglo x1x, el pensamiento econémico liberal con la for- mulacion de nuevas teorlas que pueden agruparse por eseuclas © tendencias dentro de la misma doctrina eco- némica clasica, y que motizarén y revisardn el pensa- miento de Smith, Asi, por un Indo, se encuentran los epesimistas ingleses>, entre los que destacan, el ya ci- tado T, R, MaLTHus, con su obra sobre la poblacién y el erecimiento econémico, D. Ricaxpo (1772-1823) que publica en 1817 sus Principios de economia politica y tributacién, y J, Sruart Mii (1806-1875), represen tante de un cierto revisionismo econémico, y que en 1848 publica sus Principios de economia politica, con- yistigndose ex une de las obras fundamentales de fa economia clisica liberal. Como escribe Barner, los eco- nomistas clasicos-liberales se interesaron en dos grandes ccuestiones: el proceso del crecimiento econémico en pe riodos prolongados de tiempo y Ia relacién de la dis- tribuci6n resultante de le renta con ef futuro del cre- cimiento. Por otro Indo, se encuentra el grupo de tes- ricos feanceses conocidos como los «liberales optimis- tas», enlre los que destacan J. B. Sav (1767-1852), Bas: TAT (1801-1850), y DUNOYER (1786-1862), contrarios Jos tres a Ja intervenci6n del Estado en el proceso eco- némigo, Surgen tambiéa los criticos del liberalismo, como los socialistas utSpicos, y también como F. List (1789-1846) que publica en 1841 en Alemania su obra Sistema nacional de economia politica, y que influys en la Unin Aduanera Alemana. 1b) Las nuevas doctrinas socio-politicas constituyen ‘un aspecto fundamental de Ja revolucidn intelectual por Jo que suponen de aportacidn ideoldgica, por un lado, a Ia critica del absolutismo del Antiguo Régimen al 46 ee sisteméticamente socavan, y por otro, 2 la cons- ‘ewecién de la nueva sociedad sobre las nuevas ba- s== del pencamiento politico liberal que se fundamen- =n en: el Estado democrético y In separacién de po- deres —legislativo, ejecutivo y judicial—, el libera- Seno politico y la soberania popular, la igualded y 1a politica social, Este pensamiento politico queda formu- ‘edo durante el Hamado «siglo de las luces», y més en cencreto en [a segunda mitad del siglo xvi, por los pensadores ilustrados franceses aunque con un impor- sente precedente en Inglaterra, como indicun, entre ores, J.J. CHTBVALLIER, J. Touc HARD y J. H. SABIE. En efecto, el autor y la obra que realizan Ia primera politica del absolutismo son J. Locke (1632- 1704) y su Tratado del gobierno civil... Ensayo sobre 2 verdadero origen, la extension y el fin dei gobierno Sel, publicada en 1690, Impulsado por las circunstan- Ses de la revolucién inglesa de 1688, Locke elabora esta ebra politica con el propésito de exponer su propia teo- Ss del Estado, buscando Jos fundamentos de fa asociar Se politica, delimitando su dominio, y exirayendo las leyes de su conservacién o de su disolucién (J. J. Ce vautter); lo que expone, en definitiva, es el antiabso- Jatismo, intentando acabar para siempre con la doctrina 21 derecho divino, y elaborando los nuevos principios y regles que han de gobernar Ja sociedad, que constitu. yen les bases del liberalismo politico, Para ello Locke parte del , no modifica el mapa politico de Norteamérica. Desde comienzos del siglo x1x, sin ember- g0, se va a producir una sucesiva incorporacidn de los tervitorios del interior continental que casi al mismo ritmo van a ir dando nacimiento 2 nuevos Estados que se incorporeron paulatinamente a la Unién engrande- ciendo el pais: Luisiana, que habia sido adquirido a Francia en 1803, es admitido como Estado en 1812; In- diana, en 1816; Mississipi, en 1817; Illinois, en 1818; Alabama, en 1819, y, por el Compromiso de Missouri sobre Estados esclavistas y no esclavistas, son admitidos Maine, en 1820, y Missouri, en 1821. En 1818-1819, por medio de una campafia militar, se anexioné el terri torio, hasta entonces espatiol, de Florida. A mitad del siglo, en 1853, los EEUU. Hegan a alcanzar las fronteras actuales al extender su soberania hasta la costa del Pa- cifico, continudndose durante todo este tiempo, tras la expansién territorial, la incorporacién de nuevos Esta- dos a la Unién, 64 BIBLIOGRAFIA Obras generales SE. Monson: Historia de los Estados Unidos de Norte- enérica. México, F.CE,, 1951, 3 tz _D. ARTAUD, A, Kasei: Histoire des Brats Unis. Parts, A. Colin, 1969; W. Woon- warp: Les Etals-Units, 1497-1917. Paris, F.D.E., 1968: S. E, Mortsow: Historia del pueblo americano. Barcelona, L. de Ca- ralt, 1972, 2 t; W. P. Apams: Los Estados Unidas de Amé rica. Madrid, Siglo XXI, 1979. ; A. Kase: La cissance des FtatsLinis, Revolution ou guerre d’indepen- dance. Paris, PLULF, 1972; N, Fucton: Relaciones diplomé- sicas entre Espana y los Estados Unidos a jinales del si- slo XVIII. Madrid, Fae. de F. y L. 1970; J. L, Scum: La Siructure interne des partis politiques americaines. Parts, A. Colin, 1953; H, J. Crancy: The Democratic Porty: Jef ferson to Jackson. N. York, F. Univ. Press, 1962; J. F. YELA Urata: Espafe ante la independencia de tos Estados Us ges. Lérida, Grif, Acad. Mariana, 1925, 2 t, LA REVOLUCION FRANCESA (1787-1799) {1a historiografia sobre In Reyolucién francesa es muy abun: dante, desde el mismo desarrollo de tales succsos hasta nues tos diss, y eu todo momento se ha plantcado una complej2 problemética sobre los mtihiples aspecios ce este proceso re: volucionatio buscando comtesteciones y elaborando interpre. taciones, de muy diverso ti conjunto de los problemas suscitados. As(, en primer lugar, In interpretacién de que la Revolucién francesa sc deriva del proceso histérico se debe a fn coeténeo de los acontccimientos, BaRNave en st Iniroduc iin a la Revolucion francesa, y que recoge Govscrtor, al de- Sostrar gue la Revolucién no s6lo fue europea, sino que proce: Gia de 1a evolucién de Ia sociedsd: desde la Edad Media In propieded esencialmente. agricola habla llevado a la constitu: cién de una sociedad aristocratica, pero on [os tiempos moder- nos el desarrollo de la industria 'y el comercio trajo consiga cune nueva distribucién de la riquezax, y ésta produjo «une nueva distribucién del poders, es decir, tuna revolucién polit 2 conseeuencia del anterior ‘proceso de cambio econdmica social. Y en segundo Ingar, Govgciior plantea, recogiendo el estado actual de las cucstiones a partir de diversos autores, que le Revolucién francesa no puede ser considerada como un fonémeno particular, nacional y sislado, sino que constituye 2] episodio sin dda més impottante de una gran revolucién que agita a todo Occidente desde 1770 haste 1830; asf, las revoluciones que afectaron a los paises costeros del Atléntico entre 1770 y 1848 son manifesiaciones de una sola y dnica ro- volucién burguesalibers!, variando sélo en funcién de tas com diciones particulares existentes en cada luga, y, vor tanto, la Revolueién no es s6lo francesa, sine atldntico-cccidental, Vo- vette ha expuesto Ia critica a este concepto de «revohicién 67 atlintica» elaborado por GopecHor y PALMER, junto & la re visidn de otras tcorfas historicgrificas. Por sor Ja més importante y significativa de todas las revo- Iuciones del ciclo burguée-liberal, actuando junto a las causas zenerales otras causas especifiens derivadas de le situacién con- de Ia sociedad francesa que origind Ta revolucién en Francia, se han hecho de ellas diversas interpretaciones, que segiin sv planteamiento pueden clasificarse = '8) Interpretactones tradicionales y de matiz. conservador: el origen de la Revolucién esté en un complot contra la mons quia, Ia religién, el orden politico y los fundamentos de la so- ciedad tradicional, organizado por Ia musonerfa y olras socie tlades secretas, Ta ideologia de las luces y el pensamiento de los {il6sofos, aprovechando las dificultades financicres de ta imenatquia y el Estado francés y por 1a barbaric de ta. violen- cia popular. b) Inierpretaciones de cardcter Uberal y por causas econs- ‘micas; insoportable grado de la miseria popular, que Hevé a estos grupos a la rebeliém; por Ja riquera de la burguesia, que disfrutaba de una situacién de prosperidad econémica dentro do une crisis general, y por ta coyuntura demogréfica, al pro ducirse su presién debido el crecimiento de la poblacién en una fase de crisis econémice. ©) Inlerpretaciones sociales y estructurales, también de ma tiz liberal: como lucha social contra el feudalismo y el deseo de desmontar el complejo feudalseftorial; por el conllicto entre aristocracia y tereer estado, que origina una auténtica lucha de clases, on parto provocada pot Ia misina aristocracia, a lo que responde fa burguesfa que «a una nueva distribuciin de la fiquezs correspond sina nueva distribueitn del poders. y por las contradiceiones en el seno del Tercer Estado. a) Interpretaciones colectivas ¢ individuales, por el papel de las asumbleas parisinas, evocadas por el romanticismo y el Tiheralismo; por el papel de las personalidades como Marat y Danton, 0 como Robespierre, que queria una revolucién de- Inocrdtiea y social; por Ia accién de Tas masas populares, y entre éstas, por el papel activo represcntedo por les movimlen tos rurales y por los movimientos de las masas urbanas y st relocién con las campesinas, que siendo de caricter popular y democrético estuvieron a punto de superar In revolucién iiheral del Tercer Estado en alguna ocssisn. 68 La Revolucién francesa supone, en definitiva, el triunfo po- litico, econémico y social de fe burguesia, y los autores que fan investizado sobre ella han polemizado, principalmente, so- bre dos aspectos fundamentales del proceso revolucionario fran- és: Ia cuestién de sus causas y origenes, y la de sus caracteres ¥ explicacién, En primer Iugar, sobre Ins eausas de Ia Revalucién freneesa, CopnAN clasifiea a Tos historiadores, segiin su actitud ante tal cuestién, en dos categorias: los que Ia atribuyen © causas pel Sculares y personales, y los que la hacen devivar de la 16zi Se los hecho histGricos. Respecto a los primeros, son ésios los partidarios de la conspiracién 0 del complot, teorfa que se ini 36 en los mismos momentos revolucionarios por BARRUEL que. e= 1798, la atribuye a Ja zccién de la mascneria, y que ha llega- do hasta nuestros dias, aunque es una tesis eon escasa consisten- =a cientifica, ya que la masonerfa ni tenia tanta fuerza ni des- cmpelié um papel directo y decisivo en Ia preparacién de la Re- soluciGn, si bier. las logias difundian las obris ¢ ideas de los Slésofes, contribuyendo 2 crear una mentalidad pre-revolucio- seria, por Jo que la tesis del complot masénico debe quedar des- certada. En relacién con los segunclos, los autores exponen una serie de causas que actien conjuntamente dentro de In fuerza el proceso histérica y que Gongctiot y Benravp, entre otzcs, secogen y sintetizan en las siguientes: a estructura de fa socie- |. con una aristocracia que mantiene sus propiedades, su eredouiinio social y jerdrquico sobre una buse feudal, junto al -© como estamentos privilegiados y que defienden con dureza seclamando una mayor participecién en un poder que sentian San perdiendo ante la prosperided de la burguesia que s2 en- Squece al dominar las actividades comerciales © industriales y css su crecimiento, al deteniar el poder social y econdmico, as- pra también controlar el poder politica: es el paso de wna es ‘Seetura sneial agraria y feudal, a otra comercial e industrial; las sanjormaciones demogrdficas, por cl considerable aumento de j= poblacién durante Ja segunda mitad del siglo xvint, con baja cosa de mortalidad y estable de matalidad, que reerudeci6 por un sat |e lucha por Is tierra y los empleos, y por otro, motiv6 que + alto el ritmo de crecimiento demografico y bajo el de ore Scsiento agricola se produjera wna insuficiencia de alimentos, = las malas cosechas agravaban con cl alza de los precios, seiginandose una situacién gencral de escasez y miseria entre las 69 clases poptlares urbonas y rurales, ya que éstas no participa: émica cuyos beneticies, desigualmente repartidos, iban princi palimente para Ia burguesta y las clases elias; In estructura evo- zrémica, con tina situacién general de prosperidad besuda en el jncremento del comereio, los comienzos de la industrializacién y la acumulacién de los beneficios por parte de la burguesia regociante sobre Ju buse de un lieredado predominio de In agri cultura y Ta propiedad rural que va quedando en segundo plano de la actividad econémica, y con una coyuntura de dificuliades en la euestién de los precios y en los problemas financicros: ef movimiento de fas ideas, por el papel desempetiado por las «lit ces» en la formacién del pensamiento prevevolucionario con ta circulacién libre de les nuevas ideas, que. en opinidn de Go- prewor llevaron al hundimiento del Antiguo Régimen debido 2 la critica de los fildsofos revolucionarios que hicieron perder su prestigio a instituciones como la monarquée, la Iglesia y la aristocracia, ¥ que, en esguema de J. PaBON, aportan a In Revo Jucién: ‘una filosofia politica, una propaganda fiteraria y una doctrina constitucional; y la evolucién politica al ser ineapaz la monarquie sbsoluta, de derecho divino, do asimilar y adaptarse a tas mucvas realidades, y Megarse asi a una crisis de las insite Giones que fgualmente est4 imposibiliteds de superar: ante la sliuscién poliicoinstitucional intenta unes reformas insuficlen: tes gue desencadenan Te crisis final do] Estado, que inicia uns aristocracia desfasada y que [leva @ la burguesta a hacer la re- Yolucién que le dard todo el poder. En fin, sintetize SonouL, Jas catisas profundas de la Revoluciéa Francess hay que bus cerlas en las contradicciones sefialndss por BARNAVE entre las festructuras y las instituciones del Antiguo Régimen, por una parte, y el movimiento econémico y social por otro. Por iiltimo, respecto a Tos caractores de le Revclucisn fran- cesa, tanto GopecHtor como Surarray en to que constituye to de Tos més completos estudios sobre el estado actual de cilestiones sobre estos problemas, sinttizan el proceso historion eréfico de su explicacién desde el mismo momento revaleions- ro hasta las investigaciones actuales: entre los eocténeos de la Revolucién, no actores de ella, nace In coztiente contrarrevolt- cionaria en la que se incluyen las obras de Burke (1790), De MAisTRE (1796) y BarxveL (1797), mientras que le tendencia contraria, de defensores de Ta Revolucién y de oposiciém a la 70 ‘dea contrarrevolucionaria, se inicia también durante el proceso sevolucionatio, como muestra la obra de Barnave, y se extiende Gurante le. primera mitad del siglo xix ene los historiadores liberales y demécrates, representados por Ins obras de Trtexs (1825) que destaca Ins causas sociales, MicHirter (1847) que sefiala lag causas eeonémicas, LAMARTINE (1847) y L. BLANCH 1847), entre otros, Estos autores corresponden atin a ta fase de ' historia enacrativas de la Revolucién, en la que se encuen ‘an también autores no franceses como CARLYLE (1837). ¥ que an paso a Ta mueva faze de lo historia «cxplicativay correspon Gente a le segunda mitad del siglo xix, y en la quo ya se plan ss wna continuada controyersia entre distintas opiniones sobro caricter y contenido de la Revolucién: asi Tocouevinie 1856) que cuestiona los aspectos econdmicos y las causas pro das, los andlisis de Makx, y, también, de Tae (1873) que jantea la miscria en genersl_y del eampesinado. El paso a Io sueva fase historiogratica de ia vinvestigacién eientifican entre fines del siglo xrx y corienzos del xx se da a partir de las obras Avtanp (1901) y su labor en la revista La Revolution fran “se (1881), de TAURES (901) que plantea el fortalecimiento del pederfo del Tercer Estaclo, y de MarsTuEz (1908) que resalta la sxpensién econémiica y lus crisis coyunturales: esta face aleanza = momento culminante, ya en pleno siglo XxX, con Tas obras de Stove y, sobre todo, de Lersayee (1951) que hace wn plantea 0 general a partir del desorrollo y la crisis econémica y Szanciera, Is lucha de clases y el aumento de poder de las nu vas clases, y los conflictos socio-politicos. Por dltimo, en la fase & Js historia cerudita» y su interpretacién, las investigaciones reeleates se orientan, por un lado, hacia las tendencias de & historisdores conservadores, entre los que destacs GAxoTT:, por otro, los historiadores sociales que bajo Io influencia del Ssexismo, que Jo acepten, en mayor o menor medida, unos como metodologia y otros como doctrina, dan prioridad al es eto e In dindmica social, a Jes infraestructuras que juegan = papel fundamental y que deben ser consideradas on primer ger, para pasar después a las superestructuras en un proceso & adceuada y cientfica comprensién del proceso hist6rico en sotalldad, y entre los que se encuentran desde Compan y Pate sex hasta Lasnousss, Guénin, Rupe, Soaoul, ScHMirT y oveite. En ln historfografia actual los cuatro puntos en cues nm segin la clasificecién que hace SuRATTEAY, son: la expli- . el lugar, la signifiescién y el aleanes de la Revolucién francesa. Pura VovEcir esta claro que el objetivo de Ja Revo. lucién era la destruccién del efeudalismo», A) Los oxigenes y las primeras fases de la Revolucién (1787-92) El proceso revelucionario francés se deserrolla en una serie de fases que, siguiendo a Sonout, se sintetizan asi: en 1787-1788, planieamiento inicial y rebelién de la aristocracia; 1789, Estados Generales y rebelién de la burguesia; 1789-1791, Asamblea Nacional Constituyen- te, revolucién juridica y rebelién popular; 1791-1792, Monarquia constitucional y Asamblea Legislativa; 1792- 1795, Convencién y Repiblica, y 1795-1799, Directo- rio, que deja paso al Consulado desde fines de 1799. a) Planteamiento y rebelién de la aristocracia (1787-88) En 1787 Francia vivia atin plenamente bajo el Anti- guo Régimen, aunque ya se sentian las tensiones ¢ in- quietudes motivadas por las transformaciones operadas en la sociedad. La estructura de esta sociedad sigue sien- do esencialmente aristocrética y tiene como fundamento el privilegio y le propiedad territorial, cuyo régimen con- tinuahe siendo feudal en su base, con onerosas condi- ciones para los campesinos, mientras Jos estamentos pri- vilegiados —nobleza y clero— disfrutaban de todas las venlajas, Esta esttuctura tradicional estaba siendo mina- da por la evolucién de la economfa, con el desarrollo de nuevos sistemas de produccién industrial y en €] co- mercio, sobre los que se basa el nuevo poder econdmi- co, manifestado en la creciente importancia de la rique- za mobiliaria y en el auge de la burguesia. Pero la orga- 2 sizacién social y politica de le monarqufa absoluta del Antiguo Régimen que favorecta tos privilegios de la aris- sccracia, obstaculizaba el acceso de la burguesfa a la plenitud del poder: los progresos del capitalismo, la reivindicacién de a libertad econémica, el pleno des- srrollo de la burguesfa como nueva y poderosa clase secial, provocaban wna tenar resistencia entre las cla- ses privilegiadas. Mas pare la burguesfa era necesario el cambio de las estructuras de acuerdo con las nuevas eealidades socio-econdmicas y con Jas renovadoras teo- Stes del liberalismo que exponfan pensadores y fil6so- Ss ilustrados y ractonalistas, que coincidian con sus in- ereses socioeconémicos y politicos, y que con su difu- SiS estaban socabando los fundamentos idcolégicos del Antiguo Régimen. La carge de In tensa situacién pesaba Sendamentalmente sobre ef estado Ilano, clases populares campesinos, que ansiaban el momento de salir de esta SSjusta situacién de dependencia y sometimiento. En ext marco de tensidn ¢ inquictud se manifiesta la crisis = un proceso entrelazado que se inicia en el aspecto Shanciero y econémico, se contintia en el idealdgico y sccial y desemboca en el institucional y politico. Le crisis inicial se plantea en 1787 ante cl problema Snanciero y la oritica situacién de la Hacienda priblica a see ha de hacer frente la monarqufa de Luis XVI y sus ssccsives gobiernos, que intentan arreglar tal situaci6n per medio de impuestos. Pero frente a los intentos de ssrezlo de este tipo, unido a unas prudentes reformas sconémicas y fiscales, se alzaron los privilegiadas, y ast = is incapacidad financiera y politica del gobierno se uni Je inflexibilidad social de fa aristocracia, que llevard Sundimiento institucional y a la crisis final de la mo- En 1787 el ministro Calonne choca con la ica de Notables, donde los privilegiados se opo- w= = los impuestos y a las reformas, siendo depuesto 1B por el rey; en 1788, el nuevo ministro Brienne disuelve a Jos Notables y convoca los Parlamentos que igualmen- te se muestran contrarios a las necesaries medidas poli- ticas, y Bricnne renuncia ante la rebelién aristocratica, que se ha unido en la Asamblea de Vizille contra el rey, y queda triunfante en principio contando con el apo- yo del Terver Estado; su sucesor en el gobierno, Nec- ker, convoca, a finales de 1788, los Estados Generales para mayo de 1789, produciéndose en esios meses, jun- toa Ja claudicacién del rey y la rebelién de la aristocra- cia, Ia preparacién para el triunfo final del ‘Tercer Es- tado que espera su momento, b) Los Estados Generales y la Asamblea Nacional (1789-91): La rebelién de la burguesia La convocatoria de los Estados Generales y su re- unién en mayo de 1789 Ieva consigo la separacién del Tercer Estado respecto a Ja aristocracia, asi como su en- frentamiento tanto con este estamento privilegiado como con la monarquia, y el inicio del proceso revolucionario. que llevar al poder a la buzguesta. El Tercer Estado se prepara para la reunién de los Estados Generales con el propésito de hacer Jas reformas que le inferesan como estamento, tanto econémicas camo politicas. Expresién de la conciencia y realidad de este grupo social es la pu- blicacign ¢Qué es ef Tercer Estado?, por Simves, en 1789, cuyo plan se resume en tyes cuestiones: «Qué es el Terver Estado? Todo. Qué ha sido hasta ahora en el orden péblico? Nada. {Qué pide? Llegar a ser algo.» El Tereor Estado es superior en niimero a los otros dos estamentos: segtin Suzvzs, lo componen 25 millones de personas, mientras que el clero son unas 80.000 y la nobleza 110.000, y aunque los autores han aumentado algo estas cifras posteriormente —clero 120.000, nobleza 300.000—, la proporeiGn da una imagen acertada de la 14 situacién real, por lo que debe haber un mayor ntimero de representantes del Tercer Estado: es Ja cuestin de la duplicacién de miembros que la burguesfa consigue. Reunidos en Versalles los Estados Generales en los primeros dias de mayo de 1789, integrados por 291 siiembros del clero, 270 de 1a nobleza y 578 represen tantes de la burguesfa, el Terver Estado, al considerar gue no son atendidas sus peticiones en relacién a las suestiones plonteadas de voto por estamento © por individuo, y de deliberaciones por estamento o uni- des, se separa de los otros dos estamentos y se cons- Stuye como Asamblea Nacional el 15 de junio, com- prometiéndose en el juramento del Juego de Pelota. Tras =nirse algunos miembros de 1a nobleza y el clero, a co- ssienzos de julio se proclama a si misma como Asamblea acional Constituyente, lo que supone la revolucién ju- “ica, al sustituirse el concepto de absolutismo real por ai de la soberania nacional. Al mismo tiempo que la re- welucida juridica, se produce la revolucién popular en Pais y en otras ciudades, que consolidaré la revolucién Sarguesa ante la reacciGn contrarrevolucionaria del rey 7 los privilegiados. Son los sucesos del 14 de julio en Paris que terminan con Ia toma de la Bastilla, de lo que % ba hecho un simbolo revotucionario. Dominada la re- sida, Luis XVI vuelve @ Paris y la nobleza inicia su =Sigrccién, y la oposicién contrartevolucionaria, La burguesia, ya triunfante, comienza a realizar, ene == 1789 y 1791, su obra legislativa revolucionaria a tra- © & la Asamblea Nacional que domina totalmente, senque tiene todavia la fuerte resistencia de los pri- legiados y Ia actitud contraria de la monarquia, proce- Sendo a le construccién de una nueva Francia en la que = 2nima la vida politica, especialmente en Paris, con la acién de clubs, el desarrollo de la prensa y la or- s==izacién de las primeras asociaciones y partidos po- 15 Iiticos: aristécratas, constitucionales —Lafayette, Si yés—, deméeratas —Robespierre—. El conjunto de la ‘obra revolucionaria de esta Asamblea puede resumirse asi: en el plano social, se pone fin al régimen feudal con Ia abolicién de Jos derechos feudeles; en el aspecto religioso, se da la Constitucién civil del clero (1790), y sus biencs son declarados bienes nacionales, con lo que se atiende también el problema financiero; en este as- pecto y en el administrativo, se regulan los impuestos y las contribuciones, se reorganiza la justicia y se reestr turn 1a orgenizncién territorial de Francia por departa- mentos; y, en fin, en el aspecto politico se construye una nueva sociedad y un nuevo Estado cuyos prineipios es- tén on la Declaracién de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, elaboréndose 1a Constitucién de 1791, que sobre las bases de libertad, propiedad ¢ igual- dad, y mediante la férmula del compromiso con la rea- leza, establece una monarqtifa constitucional, la divisién de poderes y el sistema de eleccién de una nueva Asem- blea Legislativa, Estas medidas se Mevan adelante a pe- sar de la oposicién contrarrevolucionaria organizada por Jos esfuerzos conjuntes de los emigradas y a aristocra- cia, que cuentan con Ia ayuda de la Furopa del Anti- guo Régimen. Intenta predominar entonces la politica del compromiso, representada por ef triunvirato BarnA- ve, Du Port, LAMETH, entre la Asammblea y el re pero en esta siluacidn, la huida de Luis XVI y su fami- lia —el incidente de Varennes, junio de 1791— es muestra de su total oposicién a la Asamblea revolucio- naria y pone en peligro el compromiso del estableci- imiento de la monarquia constitucional, al mismo tiempo que tiene graves consecuencias no sdlo en el interior con el reforzamiento det poder de 1a burguesta en torno a Ia Constitucidn, sino también en el exterior, como 16 == la declaracién de Pillnitz, que representa Ie reaceién de las monarquias europeas en favor de Luis XVI. La Monarquia constitucional y la Asamblea Legis- lativa (1791-92). ‘A pesar de esta situacién de crisis, en octubre de 1791 comienzan « funcionar In Asambiea Legislativa ¥ la nueva Monarquia Constitucional. Los nuevos dipu- tados, elogidos entre una burguesia dividida, se repar- -n politicamente entre tuna derecha formada por los cis- ercienses y ottos grupos partidarios de 1a Monarqufa Constitucional ahora inaugurada, una izquierda integra- a por los girondinos y las tendencias jacobinas, parti- arios de la revoluciGn y la reptiblica, y un centro de independientes. Pero el intento de hacer funcionar esta Monarqufa liberal apenas duré un afio, agravada la si- aoién por una serie de factores que radicalizan el pro- so: la divisién de la burguesfa, antes en apariencia homogéneo Tercer Estado, y ahora repartido en diversos etupos y tendencias; la presién del movimiento popular de cardcter republicano; la amenaza exterior y la guerra con Austria (abril de 1792) y Prusia; Ia actitud del sey en continuo enfrentamiento con la Asamblea, y al gue se ve conspirando contra la propia Francia y de scverdo con las monarquias extranjeras que luchan con- a la nacién francesa. La publicacién del Manifiesto del duque de Brunswick (julio 1792) exaspera y anima al movimiento republicano, ente ef conveneimiento de Ia falta de confianza en el rey. Se produce entonces, en egosto de 1792, el levantamiento popular al son de «La Marsellesay contra el rey y los monsrquiicas, la orga- sizacién de una Comuna revolucionaria en Paris, la caida de Ja monarguia con el destronamiento de Luis XVI, In disolucién de 1a Asamblea Legislativa y 3 eleccién y formacién de la Convencién Nacional que, 7 hundido el partido cisterciense, marca una nueva fase en el proceso revolucionario que toma un cardcter mas democrético, social y popular, con riesgo de desbor- dar ala burguesia moderada y conservadora. B) La Convencldn y la Republica (1792-95) La revolucién se radicatiza desde septiembre de 1792 cuando se constituye 1a Convencién Nacional, elegida por sufragio universal, como nueva forma de gobierno del pais. Los 749 diputados de la Convencién estén agrupados en tres partidos: los Girondinos, a la dere- cha, con 160 diputados representantes de la alta burgue- sia y defensores de la legalidad constitucional y de la libertad politica y econémica; 1a Montafia, a la izquier- da, con 140 diputados procedentes de la burguesia me- dia y baja, defensores de medidas radicales y de la alian- za con las clases populares, Jos desarrapados, dando un cardcter social a la revolucién y cuyos dirigentes son Ro- bespierre, Danton y Marat; y In Llanura, grupo de cen- tro, integrada por burgueses y republicanos de cardcter moderado. Durante el gobierno de la Convencién se distinguen claramente tres fases que corresponden al prodominio sucesivo de cada uno de los partidos citados, a) La Convencién girondina (1792-93) Los girondinos van a dominar le Convenciéin desde su constitucién en septiembre de 1792 hasta mayo de 1793, aunque también la Montafia tione influencia en algunas de las Gecisiones. En estos primeros meses se tomaron diversas medidas que consolidaron la obra revoluciona- ria: se declara la abolicién de la monarquia y se pro- clama la Reptiblica el 21 de septiembre, y se realiza el proceso de Luis XVI, entre diciembre de 1792 y ene- 78 mde 1793, que es condenado a muerte y ejecutado a Snales de ese mismo mes. Desde los primeros momen- sos de esta fase, la Francia revolucioneria ha do enfren- sarse al peligro de una invasiGn exterior por parte de Austria y Prusia que estén en guerra con Francia desde 2bril de 1792. Los ejércitos revelucionatios franceses ebtienen fa decisiva victoria de Valmy, el 20 de sop- Sembre de 1792, sobre Jos prusianos —«En este lugar = en este dia nace una nueva época de la historia del sundo, y vosotros podréis decir: Yo estuve presente», jo Gozrne a los prusianos que se retiraban derrota- Sos—, y desde entonces Francia obtiene una serie de sictorias en la guerra contra la Primera Coalicién que, por la anexién de los territorios fronterizos conquista- dos —Szboya, Niza, Bélgica, zona izquiorda del Rhin—, Sacen engrandecerse a Francia entre el temor y la hes- Slidad de los coaligedos, continudndose la guerra duran- % unos afios, lo que, unido a tos problemas de Ia si- seacién interior, hacen pasar a Francia por momentos criticos. En marzo de 1793, la rebeliGn de La Vendée se =ne, como conflicto civil, a la guesta en Europa que straviesa momentos diffciles —trnicién de Dumouriez— y ante el doble peligro, exterior e interior, la presién po- lar obliga a tomar medidas de salud publica, de ca- =Scter revolucionatio, Con Ia ayuda de los desarrapades, 2 Moniafia pone fin al predominio de la Gironda, en lis jornadas revolucionarias de junio de 1795. ©) La Convencién montafiesa (1793-94) Durante ef aio que, aproximadamente, goberné Ia Moatafia en la Convencién, ésta tuvo que hacer frente, por un lado, a algunos de los momentos mas graves del pesceso revolucionario y a la accién contrarrevolucio- szria, y, por otro, Ia rovolucién se hizo democriticn = cial, vinculdndose a los sectores populares y con- 79 tando con el apoyo de Jos desarrapados, Es la fase del gobierno del Comité de Salnd Publica, de ta accién de Robespierre, de las medidas revolucionarius y del ‘Terror. Las medidas que se tomaron sobre el gobier- no interior por el Comité de Salud Publica, el Co- mité de Seguridad General y el Tribunal Revolucio- nario fueron radicales y caracterizaron Ia politica del terror; ante Ja situaciéa de guerra civil contrarrevolu- cionaria, se intensifica la lucha contra los rebeldes y 1a represién: en politica, victoria sobre la Vendée, aplas- tamiento de presiones ¢ invasiones extranjeras, liquida- cidn de girondinos, exterminio de facciones politicas, procesos y ejecuciones, como la de la reina Maria An- tonieta; en religién, medidas de descristianizacién con cierre de iglesias y supresién del culto catdlico, culto de la libertad y de la Diosa Raz6n, libertad de cultos y ca- lendario revolucionario; en economia, ley sobre pre- cios y salarios, y empréstitos; y pare enfrentarse a la gue- rre desde el exterior, movilizacién y levas en masa, nue- ‘va organizacién del ejército y de sus mandos, y guerra revolucionaria para la defensa de Francia y de Ia revo- lucidn, Estas medidas dan como resuliado ‘una serie de victorias, tanto en el interior como en fa guerra contra a Primera Coalicién, en Bélgica hasta Holanda, en cl Norte de Italia y en Ja orilla izquierda del Rhin, Si en los primeros meses de 1794 la Convencién montafiesa ha salvado a Francia de la invasién exterior, los pto- bblemas en el interior se mantienen con {a dictadura ja- cobina del gobierno revolucionario, acentudndose las di- ficuliades del Comité de Salud Ptiblica que Hevan on julio de 1794 al desencadenamiento de In crisis polt- tica que acaba con la caida y muerte de Robespierre y el fin del Comité y del gobierno revolucionario, Io que te- presenta el triunfo de la burguesfa mederada, que inicia Ia reaccién y la etiminacién del movimiento de los des 80 arrapados y de la poribilidad de la revolucién demo- cratica y popular. Desde este punto limite, comienza ‘un lento proceso contrarrevolucionario y sc inicia la re- accién que ve consolidando el poder de ta burguesfa conservadora de manera creciente a través de varias fascs ©) La Convencién Thermidor (1794-95) Entre julio de 1794 y octubre de 1795 la Conven- cidn es dirigida por la burguesia moderada de «gentes Gonradas y notables» que se mantienen en una posicién ‘intermedia, contrarios tanto a Ia dictadura montafiesa popular y del terror, como a los intentos reaccionarias el Antiguo Régimen, El grupo triunfador sobre Robes- pierre y la Montafia procede de la Llanvra y, como fecrza socio-politica moderada, establece su predominio sobre las clases medias y populares, sobre los desarrapa- es, iniciando © imponiendo la reaccién polftiva. Esta politica conservadora se desatrolla y concrela en una se- re de medidas: depuraciones y proscripciones de jaco- Sines y desarrapados; cambios esenciales en Comités y Teibunales; reacci6n econdmica y reacciGn moral y social con el «Terror blanco» y la «juventud dorada», y reac- Sin religiosa. En los primeros meses de 1795, las di- Scultedes econ6micas y Ia inquietud social plantean problemas a la Convencién, que ha de hacer frente a los Simos levantamientos populares, que son sometidos con la ayuda del ejército. La politica represiva y re- sccioneria de la Convencién ha Hlevado a la alianza coe la burguesfa devechista y el ejército que se im- senen al movimiento popular. Para Spout, «la revo- ‘scién ha terminado», comenzando el reino burgnés % los notables aliados con el ejército, firmemente asen- sais sobre In destruida democracia popular. Toda esto, a las victorias en las guerras en Europa, que se 81 concretan en los Tratados de 1795 con Prusia, Holan- da y Espaiia, da paso a que la triunfante burguesfa con- servadora organice institucionaimente el nuevo régimen que es la expresidn politica de su nuevo poder: asf se produce el fin de In Convencién y cl establecimiento del Directorio. C) El Directorio (1795-99) Entre octubre de 1795 y noviembre de 1799, Ia Re- volucién francesa vive la fase del Directorio, que se ha ido preparando durante un perfodo de transicién en los ‘iltimos meses de la Convencién. Durante el verano de 1795 la burguesfa thermidoriana ha elaborado I nue- va Constitucién, la del afio TIT, que consagra el pre- cominio de los notables, de los propietarios y, en defini- tiva, de esa misma burguesfa conservadora dominante que se ha aliado con el ejército. La Constitucién organi- za la separacin de los poderes en el legislativo con dos Consejos, el ejecutivo, con un Directorio de cinco miem- bros, y el judicial. Aprobada por plebiscito, Ia Conven- cidn se disuelve en octubre de 1795, comenzando a fun- cionar el nuevo régimen que intenta ser una Reptiblica de orden, conservadora y sdlida, sobre la base social de Ja burguesia propietaria y notable, opuesta tanto al rea- lismo y a la stistocracia, por un tado, como a la democra- cia popular y al jacobinismo, por otro, a Jos que com bete en un frente doble, a la derecha y a Ia izquierda. Con fa climinacién del movimiento popular, la reaccién se intensifica, Y los problemas van haciendo evolucionar al régimen hacia un autoritarismo que va a acabar pot imponer al ejército el frente del poder en un continuo desplazamiento hacia fa derecha. 8) Las dificultades en el interior se agravan tanto por 82 los problemas econsmicos y financicras como por la pa- ralizacién del gobierno colegiado y la administraci6n. La oposicién politica se mantione activa: por un lado, Ia accién de los jacobinos y la conjura de los Iguales de Bappur entre 1795 y 1797, que son reprimidos, y, por otro, la actividad de los realistas y la rebelin vendeana que resurge, que son igualmente dominadas, y todo ello con intervencién del ejército que va sdquiriendo cada vez mas poder y proiagonismo, siendo el principal sop te de la burguesfa y del Directorio. Fl ejército también se hace protagonista en el exterior al continuar las gue- sas en Europa, contra Austria e Inglaterra. Las campa- Sas contra Austria llevan a Ia victoria a los ejércitos anceses entre 1796 y 1797, destacendo en el frente de alia el joven general N. Bonaparte, y acaban con el Tratado de Campoformio (octubre 1787) con Austria, La campafia contra Inglaterra obliga a enviar la expe- Gicidn @ Egipto en 1798, también bajo el mando de Na- poledn. En 1797 el gobierno pasa del primer al segundo Directorio que, entre otras reformas, organiza, con su politica anexionista y expansiva, la «gran nacién» que = rodeada por Repiiblicas hermanas: Batava, Helvética, Gisalpina, Romana. La respuesta europea a esta politica —, extondigndose [a revolueién industrial por el eontinente —Kem>, Binxiz, LILUEY, P. Liox—; la burguesta continda aumentando Su poder oconémico y social come imparable clase asvendente —Liroxams, Moxazé— aunqua ha perdido gram perte del poder politico que lucha por recuperur —HoussawM-— controlend> an vex a los incipientes grapos populares; y tres fuerzas ideals. slcosocisles animan el proceso del cambio inconteuible: el Ik heralismo, ef romenticismo y el nacionalismo —Dikz nex Co- aa Toucsana, Usossn, Van ToKGi SABI sajuste entre el arden politico impuesta por las ra aulas abslutes y la relidad econdmico-ocil era tan actwade que durante toda fe primera mitad del siglo x18, Europa conoce ¢l continuo enfreatemiento y lucha enite ambos: cl primero para mantener Ia situacién politica restablecide, y la segtinda para transformar el orden socio-politics por medio de la accién fevolucionaria, Reaceién absolutisia y revolucién liberal se opo- non y suceden a través de movimientos violentos que sefalen las rovoluciones curopeas de 1820, 1830 y 1848, y los movimientos nacionalistas de los puablos europeos. A) Los fundamentos ideolégico-sociales de Ia Restauracién Las potencias europeas de 1815 acuerden Ta Restau- racién del Antiguo Régimen y del absolutismo monér- quico, y recoustruyen el mapa'de Europa reorganizén- Golo en funcién de los intereses de las monarquies vie- toriosas, sobre unas bases ideolégicas y sociales que con- sideran favorables. Los dirigentes de los patses ven- cedotes

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