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TEATRO NAHUATL PREHISPANICO™ por MIGUEL LEON-PORTILLA Mrrcexx los ctonistas e historiadores de Indias diversas formas de re- peesentaciones y danzas, y aun las que Ilsman farses y comedias exis- tentes en el mundo néhuatl del altiplano central de México, Pero@G@lHeniam ‘Se trata de una ac. tuacién singular, en la que ¢l mismo conquistador tomé parte. Refiere Cortés en su tercera carta de relacién, tratando acerca de los ulti- mos dias del sitio de México-Tenochtitlan, que faltos ya de pélvora los espa- fioles, hicieron un trabuco o especie de catapulta, construido de madera, para lanzar con él grandes piedras. Instalaron luego el dicho trabuco en la plaza del mercado de Tlaltelolco, precisamente donde estaba edificado un teatro in- digena: ¥ lievése (el tabuco) a i plaza del mercado para lo asentar en uno como tests0 que oath en medio de eth, fecho da cal y cam casdrado, de skass de doe cactdos y medio, y de esquica a esquica habed como treint pesos; el cual tenian ellos para cuando hacian alguna fiesta y juegos, que los representado- sc3 de ellos $e ponian alli porque toda Ia gente del mercado y los que extaban ea bajo y encima de los portales, pudieran ver lo que hacia... ? En ese terraplén o teatro se represents entonces una nueva forma de ac- cién trégico-cémica, Cortés pretendia terminar cuanto antes el asedio, valién- dose de] trabuco. Pero el arma construida de prisa, en realidad no funciondé. Se entregé entonces el trabuco a los aliados tlaxcaltecas. Estos, colocados ya en el mismo lugar del teatro, con vivo entusiasmo representaron alli su papel: + +.y los indios nuestros amigos —escribe Cortés— amenazaban con el trabu- co & Jos de la ciudad, diciéndoles que con aquel ingenio los habiamos de matar a todos. Y aunque otro fruto no hiciera, como n0 hizo, sino el temor que con «Bae trabajo foe leo por su sutor dentro del “Cama scuca de la, Hisoci de Test, organizado por la Direcciéa de Difusiéa Cultural de la UNAM, durante el mes de octubre 41958. Hernia. Cartas de Relacién de la Conquiste de México, 3° edicion, Espasa-Calpe, Buenos Ase, 1ST p 108. 13 41 se ponia, por el cual pensibamos que los enemigos se dieran, era harto. . y la falta y defecto del txabuco, disimulimosia con que, movidos de compa- si6n, no los queriamos acabar de matar. .. La tragicomedia terminé bien pronto, al caer pocos dias mas tarde México- Tenochtitlan. El teatro de Tlatelolco fue derruido. Desaparecieron para siem- pre las antiguas representaciones de los indios, substituidas por las comedias introducidas pot los frailes misioneros. Pero, el recuerdo —consignado por Cortés— de esa tiltima actuacién de los conquistadores y de sus aliados en el teatro de Tlatelolco, i convertirse en un simbolo. se ac: aS dia nada sabriamos acerca del teatro nahuatl prehispanico, si no fuera por Iz curiosidad, o mejor, por ¢l hondo sentido humanista de algunos frailes extra- ordinarios como Andrés de Olmos y Bernardino de Sahagun. Con amor recogieron ellos las reliquias de la cultura destruida. Inquiriendo de labios de los indios viejos y con ayuda de los estudiantes jévenes de Tlalte- Jolco, redujeron a escritura latina innumerables textos en idioma nahuatl con valiosos datos acerca de las diversas insticuciones culcurales de! pasado pre- hispanico. Gracias a ellos conocemos algo de lo que fue el teatro nahuatl. No siendo posible dar aqui una visién completa de éste, vamos a concretarnos a describie con brevedad —segin el testimonio de las fuentes— los que parccen haber sido grandes momentos de su evolucién histérica, dando algunos ejem- plos de didlogos y formas de accién tomados directamente de los documentos indigenas. Debe notarse ante todo que al igual que otras instituciones del mundo ndhuatl prehispanico ‘Tec ce epee ca mah mone el teatro indigena en sus diversas etapas, algunas de las cuales, como ¢s obvio, semejanza con otras formas de representacién del mundo occidental o aun del oriental, Ja sencilla razén de ® Cortés, Hernin. Op. cit, pp. 188-189. 14 FUENTES Y ANTECEDENTES EN EL ESTUDIO DEL TEATRO NAHUATL ‘A manera de referencia bibliogrifica mencionaremos al menos los nom- bres y trabajos de los pocos investigadores que se han ocupado del teatro né- huatl, asi como Jas fuentes de las que se tomaron los datos que van a ofrecerse. Respecto de los primeros debe notarse que tratan, aunque sea ocasionalmente, Se ee ae a En el siglo XVIII se cu doesn. salemno tees com rlgin detenimiento el caballero italiano don y el jesuita fe@aDauien consagré todo el capitulo XLII del libro VII de su Historia An- tigua al estudio del “Teatro Mexicano” prehispinico.’ Posteriormente, du- rante el siglo pasado y @ principio del presente siglo , escribieron también sobre este tema. Pero, nadie tal vez ha teatro nahuatl mayor atencién —acudiendo precisamente a los docu- mentos indigenas— que ¢l DENARSEIMANGEFbAYID, quien en la primera parte de su Historia de la literatura Nahuatl dedica ¢l capitulo VI, de mas de cincuenta paginas, a lo que él lama “Poesia dramitica nébuatl”.* En lo que se refiere a las fuentes indigenas wae sefialar aqui tan slo dos de maxima im| 2 la existentes en las bibliotecas del Palacio Nacional y de la Real Academia de la Historia, de Madrid. En ambos documentos hay numerosas descripciones de las varias formas de accién tea- tral entre los nahuas, asi como algunos de los himnos, monélogos y ditlogos que constituyen sus piezas dramaticas. Habiendo tratado ya en otros estudios, desde un punto de vista critico, acerca del valor de estos testimonios de la antigua cultura, remitimos a dichas obras a quienes se interesen por tema de tanta importancia.® Después de haber sefialado asi con brevedad, 1o tocante a las fuentes y an- tecedentes bibliograficos relacionados con el teatro nahuatl, es ya tiempo de pasar a su estudio directo. 3 Clavijero, Francisco Xavier. Historie Autigua de México. 4 vols. Porria, México, 1945. T. If, pp. 298-301. 4 Garibay K., Angel Ma, Historia de la Literatura Nabuatl, 2 vols. Pornia, México 1953-1954. T. I, pp. 331-384, SLeéa-Portilla, Miguel. Le Filosofia Nébuail, estudiada en sus fuentes, Yosticato Indige- int Imeramericano, México 1996, pp. 8-19. Ademis: Texios ("te lor Informantes de Sabagun i zpebliser por Angel Ma, Gober Ky el Leéo-Porila, Seminario de Caltura Nix ; inottiYestirto de Historia, Universidad Nacional Autéooma de Meticn, I 15 Para mayor claridad, distinguiremos en este trabajo acerca del teatro na- coat prchisrssico QE aaa cae tiempos de Ji es es RAE IG 9 SPAR Se PRET TS 1*) Las més antiguas formas de danzas, cantos y representaciones, que ron a fijarse manera definitva en las acciones dramaticas de las fiestas en eer Para terminar, mencionaremos tan solo el modo como aprovecharon los frai- les las aptitudes dramiticas de los indios, adaptando unas veces, ¢ introduciendo otras, varias composiciones para ser representadas. 1) Las més antiguas formas de representacion en las fiestas religiosas nabuas. oe nn cn nen los origenes del teatro parecen estar ligados a sus fiestas y con- smiemiraciones|religiosas@Algunos hallazgos arqueolégicos de gran antigiiedad como son las varias pinturas murales descubiertas en Tetitla, Tepantitla y Za- cuala, dentro del gran centro ritual de Teotihuacin, dan testimonio @q pS siones religiosas en las que Jos sacerdotes marchan con atavios representativos de los diversos dioses y entonando himnos sagrados, como Io indican las volu- tas floridas que salen de sas bocas) Esas procesiones y ritos antiguos en los que los sacerdotes ¢ iniciados representaban el papel de los dioses y hacian Uegar al pueblo los poemas divinos, constituyen tal vez los mas antiguos ori- genes de lo que andando el tiempo se convirtié en una accién dramética pro- piamente dicha.* Por otra parte, en confirmacién de las pinturas arqucolégicas (IAS TRINEISHES indigenas se refieren también con frecuencia a varias de danzas o himnos en diversas circunstancias; todas ellas relacionadas con sus “Asi, por ejemplo, después de haber ganado una batalla, se agradecia la victoria a los dioses con cantos y danzas. Otras veces, al iniciar una peregrina- cién o al hacer un alto en el camino las tribus que inmigraban desde las Ila- nuras del norte, sabemos por sus relaciones que entonaban cantos y bailaban danzas sagradas. Poco a poco, el ritual de esas danzas e himnos sagrados, al irse asentando tos pucblos se fue fjendo de acuerdo coe, up édaggsiaelesenenammintaiiaas implicico (CHARA Megaron los conquistadors existia de “hecho en ef mundo) 7 ‘ ae oe coene Salinas, como par slamaio de Ke semame de Michoarha, so masirrn grupos de pequefias sonajes que actian con diferentes aavios. Hs posible que slguoas de lat figuras ssimiamo de ba- Fro que se conservan de la etapa preclisica del Centro de México, represeatea danzantes, etc. 16 oa aaMlae eis sepeescobsccnts eigradas Ge be Geatie Muchas maneas de bles y de egos tenfan exes indice pra las slem- nidades de sus dicses, compoctendo a cada (dolo sus diferentes cantares sega Ser: ape, a mech is eniak Se. Wt ions vine, ia grandes ensayos de cantos y bailes el asi con Jos cantos saahtee susiben. ditneten candor 3 stavite db-sncoea'y placeas:y colstiacen § miscaras, rigiéndose por los cantos que com y por lo que en ellos trata- fon, oubcmsiatotns con is golmnatiad 5 fiesta, vistiéndose unas veces como Aguilas, otras como tigres y leones, otras como soldados, oteas como huaxtecas, gers camo crvres, oc como slajes y como monos, pers y ors al ‘Como puede verse por las palabras de Duran, Ja actuaci6n, los cantos y bailes que tenian Iugar en las fiestas se ensayaban previamente durante muchos dias, y ya en la fiesta misma, se usaban atavios y mascaras, que denotan cla- ramente el carécter teatral que iban adquiriendo las fiestas en este aspecto. Quien estudie con detenimiento Ja relacién transmitida a Sahagdn por sus in- formantes, acerca de las diversas fiestas y sacrificios que hacian los nahuas omen nie a abe om booox ce ea dines. podra concluir que durante la nte anterior a la con Por una parte, eran los sacerdores, los estudiantes de los centros prehisp4- nicos de educacién, Calmécac y Telpochealli, asi como todo el pueblo en ge- neral, quienes participaban en las fiestas y representaciones, valiéndose unas veces de disfraces, estableciendo diélogos con los dioses, entonando himnos y desarrollando determinadas clases de accién, que daban forma plastica al sim- bolismo implicado en los mitos y doctrinas reli; de los nahuas. Pero, de accién, que hoy repugna tal vez a nuestra sensibilidad y manera de pensar. aera pce mic Ig de so oo dices se a Sa ee TDurin, Fr de Historia de lar Indias de Nueva Espatia y Islat de Tierrs Firme, 2 ‘Vols, México, 11 », Vol. II, p. 231. 7 son los testimonios que nos hablan del modo como aprendian su papel quie- nes iban a representar a un dios, para terminar su vida como victimas del sacrificio. Aal wx selec caret cnc apelal sagrado, surgié probable- mente la mas ant itacién dramatica en el mundo néhuatl a en Sais aa oa aaa ar cee eS ‘A continuacién vamos a transcribir algunos textos de los informantes indige- nas de Sahagiin en los que se describen algunas de las formas de actuacidn, siempre hondamente dramatica, que tenfan lugar en las distintas fiestas cele- bradas a honra de sus dioses en cada mes o grupo de veinte dias. De manera general puede decirse que en casi todas esas fiestas habia al- gunas de las siguientes formas de accién, adaptadas a la solemnidad propia del dia: ante todo, solian preceder a la fiesta un cierto nimero de ayunos y penitencias rituales. Habia también, con frecuencia desde varios dias antes, danzas y cantos, que se iniciaban de ordinario al caer de la tarde, en una de las plazas de la ciudad, 0 ante el templo de a divinidad cuya fiesta se aproxi- maba, Al Megar ésta, y a veces comenzando desde Ia noche anterior, daba principio a Ja luz de las antorchas, el canto y Ia musica de Jas flautas, tambo- res y caracoles. Simultineamente, o después, comenzaban las diversas en las que con frecuencia aparecfan bailando quienes represctaban a los dioses, portando sus atavios ca- racteristicos. Muchas veces bailaba también todo el pueblo, los estudiantes del Calmécac y el Telpochcalli, las sefioras, las doncellas y hasta las mujeres pi- blicas. Habia quienes se disfrazaban como bestias feroces, como Aguilas, ser- pientes y diversas especies de pajaros y hasta con muy extrafios atavios, como aquellos que se mencionan en la fiesta del Atamalqualizili, en cuya relacién se dice que bailaban algunos con “los disfraces del suefio”, Ademis de las danzas y bailes, se entonaban también los himnos sagrados. Los sacerdotes y los coros de doncellas y estudiantes participaban en el canto. Se iniciaban los didlogos entre los diversos coros para recordar de manera so- Iemne los grandes mitos y doctrinas de la antigua religién. Unas veces habla- ban los sacerdotes a nombre del pueblo y otras, expresindose a nombre de las victimas que iban a ser sacrificadas. Eran finalmente los sacrificios en los que se inmolaban de ordinario algu- nas aves, como por ejemplo codornices, y sobre todo, una o mas victimas hu- manas en honor de los dioses, otro de los actos rituales de mas hondo sentido dramatico. A veces era (aQlichalisimbolicalentelimemaldeail) en 1a que con desiguales armas se enfrentaba el cautivo atado de un pie contra el guerrero bien armado que subja a combatirlo. Otras veces eran las doncellas 0 los j6- venes representantes de una diosa o de un dios, quienes ascendian a la piedra 18 de los sactificios para que su corazén fuera ofrendado, cooperando asi con su gengre a mantener la vila del Sol. En realide1 ooo Tal era el caso de aquel joven que rep: 2 Tezcatlipoca en Ia fiesta de Téx- catl, que al fin terminaba sus dias despidiéndose de Jos placeres del mundo y rompiendo simbélicamente una flauta, al ir subiendo las grades del templo en donde iba a motir, o de aquellas otras doncellas que representaban el papel de Xilonen, la diosa del maiz tierno o de Xochiquetzalli, de Tlazoltéotl y de jas otras varias divinidaces, (zit erie A continnacién daremos dos ejemplos tomados del repertorio de fiestas. El primero nos ofrece los puntos culminantes de 12 solemnidad anual, en ho- nor de Tléloc, dios de la Huvia, que segiin el testimonio del Padre Duran se festejaba el dia correspondiente, segiin nuestro calendario, al 29 de abril. El Segundo ejemplo lo constituye Ja fiesta del Atamalqualiztli, “cuando se co- mian tamales de agua”, que se celebraba solamente cada ocho afios. Tratando de Ja solemnidad principal en honor de Tliloc, esctibe Durin: Celebraban Ia fiesta de este idolo a veinte y nueve de abril y era tan 50- lemne y festejada que acudian a todas las partes de la tierra a la, sim quedar rey ni sefior, ni grande, ni chico, que no saliese con sus ofrendas. Al efecto caia este idolo en una de las fiestas sefialadas de su calendario 2 la qual Ilamaban Hueisozozli, por to cual era la fiesta més solemne y festejada con dobladas ceremonias y ritos, 2 causa de juntarse Ja una de las fiestas que ellos tenfan de veinte en veinte dias... Endereztbase esta fiesta para pedir buen afio, a causa de que ya el maiz que habfan sembrado estaba todo nacido.® La fiesta se celebraba al mismo tiempo en varios sitios distintos, pero pat- ticularmente en dos: en el llamado cerro de Tléloc o Tlalocan, situado al sur de Texcoco, y delante del templo mayor de Tenochtitlan, consagrado, como se sabe, a Huitzilopochtli y a Tléloc. Al mencionado certo acudian en proce- sin los sefiores de México, Tezcoco y Tlacopan, asi como un gran concurso de gente. En las faldas del monte se construian chozas de enramada y en la cumbre, donde estaba el santuario de Tlaloc, se celebraba la fiesta. ‘Mientras tanto, en Tenochtitlan, Ia casi totalidad del pueblo participaba en los festejos que se hacian ante el templo mayor. Alli, poco antes de la fiesta, disponfan los indios una especie de bosquecillo artificial, que venia a servi de escenario. En medio de varios matorrales y arbustos colocaban un Arbol muy grande rodeado por otros cuatro, orientados hacia los cuatro rumbos del Daria, Fray Diego de, Op. cit, p. 137. 19 universo. Por todas partes, completando los adornos simbélicos en honor de Tlaloc, Iucian enhiestas numerosas banderolas de papel, salpicadas con hule. A la hora de a fiesta, como escribe el citado Duran: Los grandes sacerdotes y dignidades muy ataviados sacaban una nifa de donde ¢l idolo estaba y luego traian un iendo Ie i fe cantaban muchos y di- De los cantares entonados en esta fiesta de Tlaloc, ha Iegado hasta nos- otros uno, gracias a los informantes de Sahagin. En él, en forma de didlogo, se pide el agua al dios de la Iluvia. Transcribimos dicho himno, siguiendo la traduccién y comentario que de él hace el doctor Garibay en su mas reciente obra acerca de los Veinte bimnos sacros de los nabuas. Un coro, formado tal vez por jévenes estudiantes del Calmécac, da prin- ipio al canto. La estrofa que se entona anuncia el sentido y finalidad de la fiesta: se ha venido a pedir a Tliloc envie Muvias abundantes para que crezca el maiz y puedan vivir los hombres, Se pide prestada a Tliloc la Huvia, puesto que se piensa pagar de algiin modo su dadiva. Precisamente los sacrificios ten- drén como fin satisfacer la deuda que se ha contraido. Escuchemos el coro: El Coro: ‘Ay, en México se esti pidiendo un préstamo al dios. En donde estin las banderas de papel y por los cuatro rumbos ‘estin en pie los hombres. Repetida la estrofa, tal vez por el pueblo, toca entonces al sacerdote de Tliloc dirigirse a la divinidad misma, implorando {a Iuvia. Alude el sacerdote a las vicuumas que habrin de oftecerse a Tliloc en la fiesta. Son los nifios pe- quefios cuyo Ilanto, al ser sacrificados, significa augurio de grandes lluvias. Esos nifios son los manojos de ensangrentadas espigas, cuyo Ilanto se busca: Et Sscerdote de Tlétoc: JAI fin es el tiempo de su loro! Ay, yo fui creado y de mi dios, festivos manojos de ensangrentadas espigas, ya llevo ids, pp. 141-142

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