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LOS MISTERIOS DEL CONVENTO NAPOLITANO, DE ENRICHETTA CARACCIOLO, Edicién de Mercedes Gonzdlez de Sande DM eee ered ENRICHETTA CARACCIOLO: LOS MISTERIOS DEL CONVENTO NAPOLITANO, “Mercedes Gonzalez de Sande, edicién critica e introduccién “José Garcia Fernandez, edicién critica y traducci6n BENILDE EDICIONES 2018 http://wwwbenilde.org Sevilla-Espafia DISENO Bane IMAGEN DE PORTADA Vicente Gonzalez de Sande ISBN 978-84-16390-59-5 Volumen 9, Coleccién Benilde mujeres, cultura y es- critica, directora Estela Gonzalez de Sande, Comité cientifica internacional: Anna Tylusinsk: ‘Kowalska (Universidad de Varsovia, Polonia); Matta Dolores Valencia Mirén (Universidad de Granada); Socorro Suarez, Lafuente (Universidad de Oviedo} “Antonella Capra Universidad de Toulouse, Francia) Sarah Zappulla Muscara (Universidad de Catania); Ursula Fanning (Universidad de Dublin, Ilanda); Carolina Sénchez-Palencia (Universidad de Sevilla) Dora Marchese (Universita di Catania}; Maria Reyes Ferrer (Universidad de Murcia); Marwa Fawzy Uni vversidad del Cairo); Caterina Benelli (Universidad de Messina); Malgorzata Godlewska (Universidad Atenewm, Gdansk, Polonia); Marfa Jests Framinén De Miguel (Universidad de Salamanca); Marfa An- goles Flermosilla Alvarez (Universidad de Cérdoba), Queda rigurosamente prohibida, sin la autorizacién escrita delos titulares del “Copyright”, bajo las sa ciones establecislas por las leyes, Ia reproduccién parcial o total de esta por cualquier medio © pro- edimiento, comprendicos la reprogratia y el trata- miento informatico, y la disteibucion de ejemplares mediante alquiler 0 préstamo. ENRICHETTA CARACCIOLO: LOS MISTERIOS DEL CONVENTO NAPOLITANO indice MUJERES Y PATRIOTAS: LA LUCHA POR LA LIBERTAD Y LA IGUALDAD DE GENERO EN EL SIGLO XIX ITALIANO il Referencias bibliograficas 31 ENRICHETTA CARACCIOLO: EL ARROJO DE UNA VALEROSA NAPOLITANA EN POS DE LA MUJER DENTRO DE UNA NUEVA NACION 33 Referencias bibliograficas Ls} LOS MISTERIOS DEL CONVENTO NAPOLITANO Allector 103 La infancia 105 Los primeros amores m1 Los celos 121 El luto 135 El convento M1 El abandono 151 Los reverendos 165 Monasterios de mujeres 170 Monasterios de hombres 171 Monasterios de hombres 172 Hechos y habitos 175 La campana 197 La profesion 213 La caridad de las monjas 223 La pobreza y la humildad 229 indice Las locas Las ladronas Los clérigos Chiarina El cardenal Riario El 1848 El conservatorio de Constantinopla La Anunciacién de Capua Elarresto El Retiro de Mondragén Un breve respiro Elespionaje La libertad 237 257 265 273 281 295 305 321 331 341 365 373 383 Los misterios del convento napolitano MUJERES Y PATRIOTAS: LA LUCHA POR LA LIBERTAD Y LA IGUALDAD DE GENERO EN EL SIGLO XIX ITALIANO Mercedes Gonzdlez de Sande urante el perfodo de la Ilustracién, las mujeres, embe- D=« por el pensamiento ilustrado, contribuyeron alta- mente a la proclamacién de los ideales de igualdad, li- bertad y fraternidad que promulgaba el nuevo sistema que esta- ba por constituirse, convencidas de que la instauracién de los tan aclamados Derechos que promovia la Revolucién francesa final- mente cambiarian el rumbo de las desigualdades entre hombres y mujeres que durante tantos siglos llevaban soportando. Desgraciadamente, la Revolucion francesa truncé los idea- les de tantas mujeres luchadoras, asf como los muchos avances que, hasta el momento, habian ido obteniendo en la sociedad, pues la tan anhelada Declaracién de los derechos del hombre y del ciudadano las dejaba al margen de la esfera de dichos derechos, reservados solo para los hombres en el sentido literal del térmi- no, Segtin la nueva legislatura, las mujeres no podian conside- rarse sujetos auténomos, sino miembros de un grupo particular, Ia familia, por lo que no se les podria atribuir derechos politicos y civiles fuera del nticleo al que pertenecfan. A todo ello con- tribuyeron altamente las diferentes corrientes filosdficas que, desde finales del siglo xvi y a lo largo de todo el siglo xix, im- pregnaron el pensamiento de la sociedad, retomando el secular prejuicio de que la diferente naturaleza fisica de la mujer la hacia irremediablemente inferior al hombre. La visién romantica de la mujer la mostraba como un ser irracional, demasiado emotivo, fragil y psiquicamente inestable, debido a su naturaleza débil; concepcién posteriormente retomada y justificada por el positi- il Los misterios del converto napolitano vismo, en el que se indagaré sobre los fundamentos cientificos y biolégicos que demostraban la convicci6n culturalmente difun- dida de la inferioridad femenina. En la sociedad italiana, la mujer era considerada como un complemento del hombre, y, aunque fuera necesaria para el mantenimiento del género humano, funcién primordial de esta, se la estimaba incapaz de gozar de autonomia a consecuencia de su inferioridad natural con respecto al sexo opuesto. Siguiendo estas premisas, muchos de los “ilustres” pensadores de la época, de la talla de Vincenzo Gioberti o Antonio Rosmini, al igual que hardin otros en el resto de Europa, lanzaban sus teorfas acerca de la subordinacién de la mujer, despachéndose con afirmaciones como las siguientes: [...] Finché dura lo stato presente, io giudico opportuno che elle se ne rimangano; e che contentandosi di quel so- ave imperio che hanno nel consorzio abbellito da loro, la- scino le cose di religione, come quelle di stato, al governo dei maschi:! [...] Quindi & che alcuni antichi chiamarono la donna un uom dimezzato; e il divino autore del Genesi, raccontando le origini della sessualita primitiva, esprime mirabilmente Yeteronomia della donna e la sua dipendenza dal sesso contrario. I] che non torna mica a inferiorita della donna, come alcuni pretendono; ché anzi in questa dote risiede la sua vera e compita eccellenza. La donna insomma é in un certo modo verso l’uomo cid che @ il vegetale verso Va- nimale, o la pianta parassita verso quella che si regge e sostenta da sé? Ne’ conjugi v/ha una parte uguale (la natura umana); e indi il fonte de’ diritti e de’ doveri comuni [...]; v’ha una 1 Vincenzo Giobert, 1 Gesu moderno, Tomo sexo, 8, Bonamicte Compagni, Losanna, 1947, p. 43. 2tbid, p. 130. 12 Los misterios del convento napolitano parte disuguale (il sesso); e indi il fonte de’ diritti e de’ doveri distintivi> [...] La qual indole diversa de’ sentimenti spontanei dell‘'uomo e della donna informa il matrimonio, e gli da un cotal misterioso e dignitoso carattere. Per quella, e VYuomo entra nella societ& conjugale per trovarvi soddisfa- zione a tutti i naturali suoi desiderj che col matrimonio posson compire, fra’ quali a quello di divenire stipite di una prosapia; e la donna altresi v’entra a condizione non inferiore, cio’ per rinvenirvi del pari la soddisfazione a’ desiderj suoi, fra’ quali @ quello di soggiacere e di compia- cere al marito, ajutandolo, onorandolo, amandolo, serven- dolo, e di riceverne in cambio tutela, onore, felicita. Tali sono i desiderj nativi e legittimi de’ due sessi, tali i titoli diversi de’ lor diritti. Compete dunque al marito, secondo la convenienza della natura, 'esser capo e ignore; compe- te alla moglie, e sta bene, I'essere quasi un/accessione, un compimento del marito, tutta consacrata a lui, e del suo nome denominata‘. [...] La moglie é pienamente soggetta al marito, soggezione che ajuta e perfeziona la piena unio- ne de’ due conjugi fra loro. Teorias todas, sostenidas, desgraciadamente, por una bue- na parte de la poblacién italiana y que seguirdn sentando las ba- ses del derecho de familia hasta que este fue reformado en 1975. Del mismo modo, en [a literatura y en las artes del Roman- ticismo, la figura de la mujer seré propuesta explorando el lado tradicionalmente considerado femenino de la existencia; resal- tando aspectos tan asociados a esta como el miedo, la fantasia, la pasién amorosa, la inocencia, la religiosidad, la cotidianidad, la intimidad del hogar, o las relaciones familiares; y subrayan- do, con frecuencia, su alteridad, que la convertia en una figu- ra misteriosa y contradictoria, siendo muy dificil indagar en su 3 Antonio Resini-Serbt, Fos del Dirt, No. w, Tipograia di Paolo Bertlot, tne, 1865, *edcién (I? sticiin 1841-45), p 382 4 thd, pp 48488 3 Did. 9.7 13 Low misterios del convento napotitano imprevisible mente. Asimismo, la naturaleza femenina aparece determinada por sus caracteristicas fisicas, siendo, en Particular, su capacidad de engendrar la que hace a la mujer atin mas mis teriosa e inquietante. La literatura roméntica presentaba prototipos de muje- res ideales, como la joven Teresa de Foscolo, la frdgil Silvia de Leopardi o Lucia y Ermengarda de Manzoni; todas, en su ma- yoria, j6venes que reunfan las virtudes mas apreciadas en las mujeres: sensibles, discretas, abnegadas, preocupadas por sus esposos, por los hijos y por su hogar y empapadas de un fuerte sentimiento religioso que las guia y justifica todo. En general, la mujer romantica italiana fuera de las paredes domésticas, en sus relaciones mas alld de estas, se convierte en un objeto pasivo de acontecimientos gestionados por sujetos masculinos, en los que ella se ve envuelta sin poder hacerles frente u oponerse, sobrelle- vandolos gracias a su propia virtud y a su esperanza religiosa. Por el contrario, para las mujeres que se rebelan, como la monja de Monza, por poner un ejemplo representativo, se les reserva un destino fatal, del que ellas son responsables, que arrastra también, en ocasiones, a quienes las rodean. Asimismo, en la li- teratura verista, la representacién del destino femenino contiene implicitamente una fuerte carga de denuncia, ya que, ademas de suftir el misero entorno que las rodea, las mujeres han de sopor- tar la tiranfa afiadida de sus familias, a las que estén sometidas. Por lo que se refiere a la escritura femenina, durante el siglo x1x italiano, serén muy pocas las consideradas como escri- toras, encontrando grandes dificultades para que la sociedad las aceptara como tales y reconociera su valfa en dicho campo. En Italia, salvo algtin caso excepcional, como el de Caterina Perco- to (1812-1887), escritora de profesion bien reconocida, apreciada y admirada por el resto de sus contemporéneos, las mujeres en cuanto escritoras empezaran a ser reconocidas, aunque siempre en numero limitado, en las tiltimas décadas del siglo; hecho este que contradice el ntimero cada vez més incipiente de lectoras, ya no solo de literatura para mujeres, sino también de todo tipo de géneros de textos tanto nacionales como extranjeros. 14 Los misterios del convento napotitano En cuanto al Ambito laboral, cabe destacar que, funda- mentalmente en la primera mitad del siglo xix, se asiste a un desarrollo rapidisimo de la urbanizacién y la industrializacion, que afectaré directamente a la condicién de las mujeres. El paso del trabajo artesanal a la producci6n industrial originé que las mujeres de las clases menos pudientes pudieran trabajar en las, fabricas como asalariadas; si bien con retribuciones infimas, ad- ministradas por sus maridos, y con condiciones laborales muy inferiores a las del hombre. Esta precaria situacién laboral, su- pondré, sin embargo, el primer paso hacia su independencia, pues obtendrén, finalmente, unas ganancias propias fuera del Ambito doméstico que incrementarén su autonomfa, asf como la importancia de su papel en la sociedad y Ia posibilidad de au- mentar la propia conciencia de sf mismas, gracias a su confron- tacién con otras mujeres. Por otro lado, y a diferencia de estas, las mujeres de clase media y alta fueron relegadas al rol de “angeli del focolare”, de- dicadas exclusivamente a cuidar la casa, a sus esposos e hijos y su propia belleza. a ; Solo a finales del siglo xx se asistiré a un rapido creci- miento del sector de los servicios y de la administracién publica, que ampliard, sobre todo para las mujeres solteras, la posibilidad de salir de su ambiente doméstico para dedicarse a oficios, como el de maestra o enfermera, de mayor prestigio social y menos fatigosos que el trabajo de obrera. Por lo que se refiere a la instruccién, pese a los avances ob- tenidos al respecto en el 1700, en este nuevo siglo no se permitira el acceso de las mujeres a los lugares de instruccién exclusivos para los hombres (liceos y universidades) hasta 1874, estando reservado para ellas, en todo caso, los colegios femeninos, la ins- ’ vines sian eo de edd spon endo rechade emayr de ince oes ‘is aes eos eee al mune tel Desh por ear an nlc Te seme judicial anul6 la decision tomada por el Colegio de Abogados de Turin, en 1881, de admitir Ia inscripeidn de Lidia Pot ech Decoy eas el cw amin cme haa 120 Sui roa Imran nrc as rao cove ar eee sir mca pondo pope ganplocomo madd desmerncony de alan enna Ee mas ttre us ees dens cat seer condi teen ene elednd yl recto ove dus nes. nec be ons enema nr cn tenbo peered steno Cn Bowtie ea DP ml etree emma dl ele prefs rl veer 187 Los misterios del convento napolitano truccién monacal, o la autodidacta para las més privilegiadas que disponfan de medios en sus propias casas. En otras ocasio- nes, tenfan la oportunidad de instruirse en los salones que, en muchos casos, ellas mismas regentaban, en contacto con intelec- tuales de muy diferentes lugares y embebiéndose de numerosos puntos de vista sobre los mds diferentes temas (filoséficos, polf- ticos, culturales, sociales. Pese a esta situacién tan adversa, el pensamiento ilustrado y la Revolucién industrial, asf como los diferentes movimientos reformadores a caballo entre el siglo xvur y x1x, contribuirian a crear en Europa un clima muy favorable para el desarrollo del feminismo, que ya no se detendra hasta Ilegar a los avances ob- tenidos en la actualidad. Por suerte, las mujeres habfan tomado finalmente consciencia de sf mismas y de la fortaleza que les pro- porcionaba su unién, animadas por el apoyo de un ntimero cada vez mayor de varones, y ya no aceptarén sumisas, en su mayorfa, la inferioridad a la que las relegaban sus sociedades patriarcales, haciéndose ofr cada vez. mas en ptiblico y reivindicando sus de- rechos en igualdad con los hombres. Algo habia cambiado por completo y solo hizo que evolucionar en su beneficio, a pesar de las numerosas dificultades contra las que tuvieron que luchar. Sin embargo, cabe sefialar que, en el perfodo del Resurgi- miento, en Italia el debate sobre los derechos de las mujeres, su educaci6n y su emancipacién fue menos encendido que en épo- cas anteriores; también porque se traté de una época decisiva de acontecimientos hist6ricos y politicos que unieron a hombres y mujeres en la lucha por un mismo fin: la unidad de Italia, dejan- do algo “estacionadas” otras cuestiones que, si bien eran de gran peso, como la emancipacién femenina, tenfan una prioridad, al menos por el momento, secundaria. Esto no significa que las mujeres dejaran atras sus reivin- dicaciones y no hicieran off su voz para luchar por sus derechos, més bien todo lo contrario, pues, participando al lado de los hombres en la lucha por la liberacién de Italia, muchas de ellas 7 Para profondizar sobre la educacin de las mujeres en la Italia del siglo xx, recomiendo la interesante edicion pre- Parada por Sinionetta Soldan, L‘educacione dee clonne: Scuolee meell i vita femminile nell Taba del Otter, Franeo Angeli, Milano, 1989, 16 Los misterios del convento napolitano pudieron darse a conocer, mostrar su valfa ante sus contempo- réneos, siendo admiradas por ellos, y aprovechar su influencia para hacer piiblico su malestar ante la situacién de desigualdad en que vivian. La Revolucién francesa y la Edad napoleénica brindarén por primera vez a las mujeres italianas la posibilidad de com- prometerse politicamente con su pais, pues, embebidas de los ideales revolucionarios, participarén activamente contra el do- minio de las potencias extranjeras en Italia en pro de la libertad y de los derechos del pueblo italiano. As‘, por citar un ejemplo representativo, ya en 1799, en Népoles, la poeta italiana de origen portugués Eleonora Fonseca Pimentel tuvo un relevante papel encabezando los movimientos revolucionarios que derrocaron a la monarquia de los Borbones e instaurando la effmera Repti- blica napolitana, perfodo durante el cual se encargé de la direc- cién del periddico “II Monitore Napoletano’, érgano oficial del Gobierno republicano. Desafortunadamente, la noble revolucio- naria tuvo un desdichado final, pues, tras la derrota de la Re- ptiblica napolitana, en 1799, fue ahorcada en Napoles por haber sido una de las promotoras de esta, como muchos otros patriotas italianos que lucharon por su libertad. Tampoco podemos olvidar a otra mujer de relieve en la Italia de aquel perfodo: Carolina Arienti Lattanzi, esposa del ja- cobino Giuseppe Lattanzi, que participé con entusiasmo en el exordio de la Reptiblica cisalpina, pronunciando, en 1797, en la Academia Ptblica de la Instruccién de Mantua, recién liberada por las tropas francesas, su discurso La schiavitit delle donne’, en el que acusabaa las religiones de ser las principales culpables del sometimiento de estas a los hombres a lo largo de la historia y en todas las culturas; considerando grandes tiranos a los padres y a los esposos, que obstaculizaron, durante siglos, el progreso femenino y la posibilidad de que las mujeres tuvieran un papel activo en la sociedad. En su discurso, reivindicaba mayores dere- chos para las mujeres y el acceso a una instruccién superior igual que la de los hombres; criticando la incoherencia en la aplicacion 8 Para consular la obra, recomiendo la edieiGn en version bilingde italianoespaol, preparada por Milagro Martin (Clava, Carolin Lamar. Ls esclavitd dl las mujeres, Sevilla, Arcibel, 2013, 17

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