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‘Trio auarvat-Extactos de Pri de décomposition, Latentarion dexisteryLemsauoais dentarge “Tarouctom Fernando Savater Primera icin en «El bro de boallon: 1980 CCaarta reimpresin en «El Horo de bolsllon. 995 Primera ecieignen dies de conocimiento: Humenidadesx 1998, Disco decubieta Aliana Editorial ern cso. aco eo ne le uc enabler pens de pein youl, adenis ek comespondnes ieee pose pearta pan lees see lames ‘Excdngetenocomuniaren paewmenteentod ea arin ore era rin nti ot aterm, erp o enn arts finds en cualquiera de apt cemanicnea aes de cuir meso, selapreeptny stoi, (© Pri de déeomspsition Editions Galimmard, Pars, 1949) © La tentationdexster Editions Gallipard, Pais, 1936 (© Le meno déminge: Faions Gallimard, Pais, 1969, (© Fa cast: Alianza Editorial S.A, Madd, 1980, 1982, 1988, 1994, 1993, 1998 CalleJuan Ignacio Lucade Tena 15 28027 Maid telefono 393 B85, ISBN: 84.206.8507:3 Depeésito legal: S. 257-1998 Innpreso en Grificas VARONA, Poligono "El Montalvo", parcela 4 37008 Salamanca Printed in Spain E.M. Cioran; Elalmaalerta num stant pasaremos poral umbral del mundo ‘una rep lamadiacomo querisinegciéndel Teguae, desert, naerteogutad mssinple:est. Tentiodel amor Viadimie Nabokow ‘«Despierte el alma dormida...» Pero no es tara cil hacerla despertar. Acurrucada entre acolchados cobertores de dog- mas, de consignas, de explicaciones, drogada de noticias y de ese otro belefo, la esperanza, amodorrada de ciencia, convicta y confesa, pobrecita mia... con qué escalorio saca la punta del pie de su embozo para calibrar la temperatura {slacial que reina ali donde la coherencia acabay los razona~ mientos més razonables comienzana enarbolar una sonrisi- lla demente! Vuelvea tu sopor, pobre alma mia: trita y sue- fia, bien arropada, hasta que lo irremediable venga a bbuscarte. Sueia que tienes un inconquistable alcizar de cer- tezas, un plano digno de confianza de las selvas y pantanos ue te rodean, guardianesfieles que rechazarén los asaltos dela duda, capitanes de ojos fieros y proyectos claros, abs des capaces de encontrar la huellaestoica dela Ley hasta en twentrafia masbrumosa, alegres companeros debanquetey una dama de imptdico pudor que alegrarélasoledad de tu cama..;no eres ilusa, nadie deberia serlo ya, sino ilustrada; conoceslos decretos dela necesidad y los acatas con aparen- tefastidio y secreta complacencia; estés segura de tus limites yelejos de los arrebatos adolescentes, has aprendido aesti- ‘mar las sosegadas aventuras del orden, el medro moderado, 7 5 Fimanoossuares Japrogresién tranquilahacia una armonia social més autén- tic... Con polizas de resignacisn ycordura te veo estampi- ads alma mia ¥ bien pudiera ser que tuvierasnebulosa y Dlanda suerte hastel final quizd mueras antes de despertar. (jal note acometa a vigils, mi apocadofantasma, Que el destino te guarde del vendaval dela lucidez, del vértigo de a ausencia de locura, del desfondamiento, de las imponentes ‘las del mar de acfbar... Aunque so telegases a despertar ‘un instant, jamds olvdariaslavisidn de fuego que ibaa za- randear fulminantemente tu disceto reposo; la recaida siempre estaria ya cerca de ty tu voz nunca recobraria el tono defirmeza con quesuees decir: «Yo creo.» Pero hay también almas,rarasy terzbles, que tienen pro- pensiéna la lucidez. Agtin hada irdnica 0 adversa dejd ese dion negco en sucuna,y ella despiertan sl menor choque de Ia vida, al més pequetio indicio de isura en la solidezesta- tuida... Se convertirin as en centinelasinsomnes de fraca- s0s que todo pretende hacer olvidar, en sarcistcos pregone- ros de bancarrotasfundamentales. Tales el caso de E. M. Cioran, visionario fuerza de desengaio al que a pasion de ver despejadamente ha quemado los ojos: un alma alert, fascinada porla desfaseinaciéa, La voz con que susrra in sina y alla la inacabable modulacion de su mensaje esté enriquecida por todoslos registros que prestalamacst teraria, de sollozo ala risotada. Cioran es unexilado obse- sionado pore Exilo, un escéptico posetdo por el Esceptic mo, un frenético del Desapego: mezcla en su sangre perturbada a nostalgia pagana por los Dioses Muertos yla repulsin gndstica por el Aciago Demiurgo que ha caido en Jatentacin de crear; lailusin de poder pasarse de todas as ilasiones le tormenta el vicio de negarse a toda compli dad con el revestimientoafirmativo del mundo, con la aca _mulaciéa de fanatismos minésculos merced ala cual pode- mos arrastrarnos de un dia a otro... eto también advierte a conven ama tsa ’ due no deja de ser un obses0, un frenético, un alucinado de ‘un género particular: quiz4 Ia droga ala que seentrega es in- cluso mésembriagadora que ninguna otra. Cioran tampoco se hace ilusiones sobre su propia desilusion, cuya funcién psiquicano puede ser distinta de lade cualquier otro vértigo improbable. Buen lector de Pascal no olvida que «la locura csalgo tan inexcusable ala condicién humana, que incluso noestarlocoesuna forma deestarlotambién», Deaquilafe- rocidad tétrica y jubilosa de su humorismo, como también su resignacién, dificilmente conseguida y conservada, que desemboca en una especie de serenidad rrepidante. ‘Una foto reciente muestra a Cioran, Mircea Eliade y Eugé- ne lonescoen un bulevar parisino Slo falta Paul Celan (que, por cierto, tradujo algin libro de Cioran al alemén) para completar la némina de creadores rumanos que han ejerci- do, desde Paris y desde la lengua francesa, la ms profunda influencia en lo mejor de la cultura occidental contempord~ sido Cioran el que ha alcan- iento dela radical conmocién aque su obra aporta a nuestro equipaje intelectual; me refie- +9, naturalmente,al reconocimiento mis extenso y pablico, pes el individual se lo habtan otorgado ya personalidades tan indiscutibles como Saint-John Perse, Gabriel Marcel, Henri Michaux, Samuel Beckett, Roger Caillois, Octayio az, Susan Sontag, etc. Desde hace exactamente treinta anos -su primerlibro, Precis de décomposition, es de 1949 y ¢llltimo acaba de aparecer hace pocos dis, bajo el titulo de cartélement~ Cioran administra su periddica dosis de ve- ‘eno o, mejor, de emético, a una cultura atiborrada por es- pejismos fabricados en serie. No es una obra copiosa: en {reintaafos, ocho libros,o nueve, siqueremos contar la pla quette «Valery face ses idoless, que le edit6 los Cahiers de Herne, Pero imaginense a procza: en seslustros, un escri- tor de Pars (jy de chez Gallimard!) no hainventado ninguna 0 remuxoosaares ‘nueva doctrina, no ha patrocinado ningin movimiento in telectual revulsivo, no ha acufado ninguna terminologia 0 jerga caracteristice, no ha traido ninguna buena nueva a competirconlas yaexistentes, noha salido nientrado media docena de veces en significativos partidos o iglesias, aurco- lado de sonadas polémicas, no ha tomado postura sobre los acontecimientos del dia, noha firmado manifiestos nicartas de enérgica repulsa, no ha estado de mods, noha pasado de ‘moda, no ha sido condecorado ni ha desayunado con Gis card, no ha dado conferenciasniiha sido invitado por ningu- nna universidad extranjeraa explicar sus puntos de vista» ys sin embargo, no ha dejado de pensar, en el sentido misenér- gico del término, y de escribir lo que pensaba, yha ayudado por via negativa~ a pensar a muchos, yes sin duda uno de los maestros actuales de la prosa francesas , poco a poco, subversivamente (un tipo de subversion que subvierte hasta alos subversivos del fa), el écido suntuoso de suestiloseva abriendo camino por entre los estupefacientes al uso. Es ‘como para palidecer de a més sincera envidia, pues se envi- dia aqutlo que esy no lo que representa; y es también como para morirde rsa, como para romper los escaparates multi- coloresa carcajadas mis diogénicas que homéricas.. La mayoria de las antologias de un autor suelen iniciarse con una palinodia en la que sedeploran las mutilaciones que la seleccién ha impuesto ens obra profusa del antologizado Y se asegura modestamente que quien desee conocerle de verdad debe acudir a la lectura de la obra completa. Por mi parte, evidentemente, recomiendo al lectorla lectura de to- dosloslibrosde Cioran e incluso me permito proetizarque, si se contagia a fondo de su pensamiento, suftird un eruel sindrome de abstinencia cuando le falten sus péginas; pero enlo tocante a conocer su pensamiento, no me cabe duda de queen esta antologia esté todo, completa y verdadero, no tana simple muestra. Ta es la diferencia entre los eempresa~ cone aun asi u ris de ideaso (véase el texto de ese titulo al final de esta se- leccidn, dedicado obviamente a Sartre hace varias décedasy reimpreso de nuevo en el atimero de Obliques dedicado al autor de La ndusea)y este entrepreneur de démolitions», por califcariecon el autobautismo de Leén Bloy Lalucide2 1no tiene a obligacin imperiosa de la variedad compulsiva: ro salta deo unoalo otro, sino que ahorida eno que los de- sms pretenden olvidar. Los textos aqufescogidos dan cuenta de todas las obsesiones de Cioran: el destino delos pueblos, la decadencia,elfanatismo, el final del politefsmo pagano, la _mistica, la compleja maldicion delaliteratura, et suicidio, la imposibilidad necesaria de la filosofia, los terrores majes ‘twosos del teologia las amenazas triviales dela carne...En sa timo libro, dice Cioran: «Segin Hesiodo, los dioseshan ocultadoalos hombres as fuentes dela vida. :Hicieron bien ‘oma Lo cierto esque los mortales no habrian tenid el co- raje de continuar tras semejante revelacién.» Hacia esas fuentes ocultas dela vida bucea el pensamiento de Cioran, abriéndose paso entre fieciones darmitivas.Y, sin embargo, cl clamor desu alma alerteno desanima mas que a quienes ‘no merecen dnimo, a los desalmados; pues la verdadera fuerza se regenera ytempla eniallama trigica. FeRwaNDO SAVATER. Maer, 30 octubrede 1979 Los textos desta antologia provienen de Breviario de podredum: te (of BP) La tena ded. TE) yl aciogodearge (ref AD). Genealogia del fanatismo eel fs wee En si misma, toda idea es neutrao deberia serlo, pero el hombre la anima, proyecta en ella sus llamas y sus de- ‘mencias;impura, transformada en creencia, seinserta en cl tiempo, adopta figura de suceso: el paso de la légicaa la epilepsia se ha consumado... Asi nacen las ideologias, las doctrinas las farsas sangrientas) . dolatras por instinto, convertimos en incondiciona- dos los objetos de nuestros suerios y de nuestros intere ses(ta historia no es més que un desfile de alsos Absolu“| tos, una sucesidn de templos elevados a pretextos, un’ cenvilecimiento del espirita ante lo Improbabld) Incluso_ ‘cuando sealeja del religidn, ef hombre permanece suje- to a ella; agoténdose en forjar simulacros de dioses, los adopta después febrilmente: su necesidad de ficcién, de ritologia, triunfa sobre a evidencia y el ridieulou ca pacidad de adorar es responsable de todos sus crimenes el que ama indebidamente a un dios obliga alos otros amarlo, en espera de exterminarlos sirehiisan. No hay tolerancia, intransigencia ideol6gica o proselitismo que B “ racetona Tho revelen el fondo bestial del entusiasmo, Que pierda el hombre su facultad de indiferencia: se convierte en asesi- ‘no virtual; que transforme'su idea en diostlas consecuen cis son incleaabesNo sermate risque en nombre de ‘un dios de sus sucedéneos: los excesos suscitados por la diosa Razén, por la idea de nacion, de clase o de raza son parientes de los dela Inquisicién o la Reforma. Las Epo cas de fervor sobresalen en hazaas sanguinarias: Santa ‘Teresa no podia por menos de ser contemporanea de los autos dee y Lutero de la matanza de los campesinos. En las crisis misticas, los gemidos de las victimas son parale- losalos gemidos del éxtasis..Patbulos alabozosy maz- ‘morras no prosperan mds que a la sombra de una fe, de ‘esa necesidad de creer que ha infestado el espfritu para siempre. Bl diablo palidece junto a quien dispone de una verdad, de su verdad. Somos injustos con los Nerones 0 los Tiberias: ellos no inventaron el concepto de herético: rho fueron sino softadores degenerados que se divertfan con las matanzas. Los verdaderos criminales son los que cestablecen una ortodoxia sobreel plano religioso 0 poit- o,losque distinguen entre el fel y el cismatico. Encuanto rehusamosadmitir el carécter intercambia- blede las ideas, la sangre corre. Bajo las resolucionesfir~ ‘mes se yergue un pudal; los ojos lameantes presagian el [erimen amas el espfritu dubitativo, aquejado del hamle- } smo, fue pernicioso: el principio del mal reside en la (tension de a voluntad en la inept paral quietismo, en la megalomanta prometeica de una raza que revienta \ de ideal, que estalla bajo sus convicciones yla cusl, por " haberse complacido en despreciar la duda ya pereza vi- { cios mas nobles que todas sus virtudes-, se ha internado en una via de perdicién, en la historia, en esa mezcla in- decente de banalidad y apocalipsis.)Las certezas abun- AoeSALAMONOHAYornos TENTS B dan enella: suprimidla y suprimirtis sobre todo suscon: secuencias: reconstituiréis el paraisod;Qué es la Caidé sino a buisqueda de una verdad ylacerteza dehaberlaen- contrado, a pasién por un dogma, el establecimiento de tun dogma? De ello resulta el fanatismo ~tara capital que daal hombre el gusto por la eficacia, por la profecta y el terror-, lepra lirica que contamina las almas, las somete, las tritura.o las exalta..No escapan més que los escépti c0$ (0 los perezosos y los estetas), porque no proponen| nada, porque -verdaderos bienhechores de la humani dad~ destruyen los prejuicios y analizan el delivic) Me} siento mas seguro junto aun Pirrén que junto au San Pablo, porlarazén de que una sabiduria de humoradas es més dulce que una santidad desenfrenada. En un espiri- twardiente encontramosla bestia de presa disfrazada; no podriamos defendernos demasiado de las garras de un profeta... Bn cuanto eleve la vor, sea en nombre del cielo, dela ciudad o de otros pretextos,alejaos de él: sétiro de vvuestra soledad, no os perdona el vivie mds acd de sus | verdades y sus arrebatos; quiere haceros compartir su | histeria, su bien, imponérosla y desfiguraros)Un ser po- seido por una creencia y que no buscase comunicérselaa ‘otros es un fenémeno extrafio ala tierra, donde a obse- ssién de la salvacion vuelve la vida irrespirable.(firad if torno a vosottos: Por todas partes larvas que predican; «ada institucién traduce una misién; los ayantamientos | tienen su absoluto como los templos; la administracién, on sus reglamentos: metafisica para uso de monos...To- | os se esuerzan por remedial vida de todos: aepiran a] ello hasta os mendigos, incluso los incurables: las aceras| del mundo y los hospitales rebosan de reformadore}sE ansia de legar a ser fuente de sucesas actia sobre uno como un desorden mental o una maldicién elegida, 16 meres les sociedad es un infierno de salvadores. Lo que buscaba | “Didgenes consulinterna era un indiferente.>, ‘Me basta escuchar a alguien hablar sinceramente de {deal, de porvenir, de filosofia, escucharle decir «noso- tros» con una inflexién de seguridad, invocar a los «otros» y sentirse su intérprete, para que le considere mi enemigo, Veo en él un tirano fallido, casi un verdugo, tan ‘diosa como los tiranos ylos verdugos de gran clase. que toda fe ejerce una forma de terror tanto més temible | cuanto que los «purosy son sus agentes. Se sospecha de | Iosladinos, de losbribones, de los tramposos; sin embar- | goyno sabriamos imputarles ninguna de las grandes con- } vulsiones de la historia; no creyendo en nada, no hurgan ‘Yuestros corazones, ni vuestros pensamientos més inti most os abandonan a vuestra molicie, a vuestra desespe- racién o a vuestra inutilidad; la humanidad les debe los pocos momentos de prosperidad que ha conocido; son ellos los que salvan a los pueblos que los fansticos tortu- | rany los widealistas» arruinan, Sin doctrinas, no tienen | mas que caprichos e intereses, vicios acomodaticios, mil vveces més soportables que el despotismo de los princi plos;gorque todos los males dela vida vienen de una L (exc de la vidas} Un hombre politico cumplido ‘deberia profundizar en los sofistas antiguos y tomnar lec- cignes de canto; y decorrupcién... il fanatico es incorruptible: si mata por una idea, pue- de igualmente hacerse matar por ellasen los dos casos, ti ano 0 mirtir, es un monstrudyNo hay seres més peligro- sos que los que han sufrido por una creencia:los grandes perseguidores se reckutan entre los mértires alos que no sehacortado la cabeza. Lejos de disminuir elapetito de poder, el suftimiento lo exasperas por eso el esprit se siente mds a gusto en la sociedad de un fanfarrén que en AovOsALAnLosortaYornosrexTOS ” la deun mértiry nada le repugna tanto como ese especti- culo donde se muere por una idea... Harto de lo sublime y de carnicerias, suefia con un aburrimiento provinciano a escala universal, con una Historia cuyo estancamiento se~ ria tal que a duda se dibujaria como un acontecimiento y Ia esperanzacomo unacalamidad.. (BP) Variaciones sobre la muerte +e XL. Porque no reposa sobre nada, porque carece hasta <4] la sombra misma de un argumento, es por lo que perseve-| ramos ena vida La muerte es demasiado eas todas] las razones se encuentran de su lado. Misteriosa paral ‘nuestros instintos, se dibuja, ante nuestra reflexién, Itm-| pida, sin prestigios y sin los falsos atractivos de lo desco- ngcido, A fuerza de acumular misterios nulos y de monopoli= zarel sinsentido, la vida inspira més espanto que a miuer- teresellala gran Desconocida) 4 4 donde puede llevar tanto de vacio e incomprensi- bleNos aferramosa los dias porque el deseo de morir es? demasiado légico, por tanto ineficaz)Porque sila vida tu-! viese un solo argumento a su favor distin, de una e dencia indiscutible-, se aniquilarta; los instintos y los prejuicios se desvanecen al contacto con el Rigor. Todo lo ‘que respirasealimenta de loinverificable;un suplemento de logica serfafunesto para la existencia, esfuerzo haci lo Insensato.. ad un fin preciso a la vida: pierde instan=] téneamente su atractivo. La inexactitud de sus fines la| ‘vuelve superior ala muerte; un épice de precisién la reba~! 8 em.cioun ialidad de las tumba3) Pues tna ciencia posi- iva del sentido dela vida despoblarala Tierraen un dias y ningtin frenético lograria reanimar la improbabilidad fecunda del deseo, VIL Se puede clasificar alos hombres siguiendo los crite- ris mascaprichosoe:segin sus humores, sus inclinacio- (z: sus sueKoso sus hindu de corbatas; pues toda idea, todo criterio viene de lo ex- terior de las configuraciones y delos accidentes del tiem- [ popPero hay algo que viene de nosotros mismos, que es ‘nosotros mismos, una realidad invisible, pero interior- mente verificable, una presencia insolita y de siempre, ‘que puede coneebirse en todo instante y que no nos atre- ‘vemos amas aadmitir, y queno tiene actualidad més que antes de su consumacién: es la muerte el verdadero cri- terio..¥ esella, la més intima dimensién de todos los vi- vientes. La que separa la humanidad en dos érdenes tan irreductibles, tan alejados el uno del otro, que hay més distancia entre ellos que entre uy buitre y un topo, que [entreuna estrella yun escpitajodel abso de doo mun {dos incomunicables se abre entre el hombre que tiene el | sentimiento de la muerte y el que no lo tiene; sin embar- | estos dos mueren; pero uno ignora su muerte oto la sabe; el tino no muere més que un instante, ¢] otro no cesa | de mori.) Su condicién comiin les coloca precisamente en lasantipodas el uno del otro; en los dos extremos y en el interior de una misma definicién; inconciliables, su- fren el mismo destino... lune vive como si fuera eterno; lotro piensa continuamente su eternidad y la niega en cada pensamiento. "Nada puede cambiar nuestra vida salvo la insinuacién pprogresiva en nosotros de ls fuerzas quela anulan, Nin- 2008 ALA Foon Yornos textos 9 sin principio nuevo le adviene ni de las sorpresas de ‘nuestro crecimiento ni del florecimiento de nuestros do- nes;[e son naturales. Y nada natural sabria hacer de no- sotros otra cosa que nosotros mismos, ‘CiTodo lo que prefigura la muerte ahade una cualidad de novedad ala vida, la modifica y la amplta. La salud lacon- serva tal cual, en una esteril identidad; mientras que la enfermedad es una actividad, la més intensa que el hom- bre pueda desplegar, un movimiento frenético y...esta- 4 Yasies como el «destino», queno puede querer nada, ‘es quien ha queridolo que nos sucede... Prendados de lo Irracional como tinico modo de explicacion, le vemos cargar la balanza de nuestra suerte, en la cual no pesan 10 los elementos negativos, de la misma naturaleza. De dénde sacar el orgullo para provocar a las fuerzas {que lo han decretado asi y que, es més, son irresponsa- bles detal decretot ;Contra quién llevar lalucha ya dén- de dirigir el asalto cuando la injusticia hostiga el aire de nuestros pulmones, el espacio de nuestros pensamien- tos.elsilencio ye estupor de los astros? Nuestra rebelién. esta tan mal concebida como el mundo que la suscita. Z3Cémo empenarse en reparar los entuertos cuand ‘como Don Quijote en su lecho de muerte, hemos perdi do ~en el extremo de a locura, extenuados- vigor eilu-} sidn para afrontar los caminos, los combates y las derro-} oa

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