Th.W ADORNO
ESCRITOS
SOCIOLOGICOS I
OBRA COMPLETA, 8
AKAL /BASICA DE BOLSILLOReflexiones sobre la teoria de las clases
I
Lahistoria es, de acuerdo con lateoria, historia de la lucha de ela-
ses, Pero el concepto de clase esté vinculado a la apaticién del prole-
‘ariado. La burguesia #¢ denominaba a si misma, ain con eardcter re
lucionato, el tercerestamento. Con la extensin dl concepto de clase
4 tiempos pretéritas, la teoria denuncia no sélo a los burgueses, cuya
libertad con poses y educacién es continuadora de la vieja injust-
cia. La teoria se dirige contra el pasado mismo, Se destruye la apariencia
ilusoria de la bonhomia patriarcal que aquélia rome desde el triunfo
del céleulo capitalista inexorable. La unidad honorable de lo que ha
Megado 2 sex, el derecho natural de la jerarquia dentro de la sociedad
‘epresentada como organismo, se muestra ya como unidad de intere-
ses, La jerarqua fue desde siempre organizacidn coerctiva paral apro-
Piacién del trabajo ajeno. El derecho naturales injustcia histrica ca.
Georg Wilhelm Fdvich Hegel, en Wine der Leh 1.* pare en Stace
Werk, ol it, p71.
eflesioner sobre le ete de sls 361
aque se reprocha con razén la glorficacién del mundo, es ala vez i ver~
dad mds terrible sobre el mundo: aun en los momentos de st posti-
vids del doc de liber conned forma transparent a
sn tapadera desu contrario, y donde determina alos hombres como
valid li precsaments xia prehistoia, han sacumbi los hom
bres a lo fatal de la forma més completa. Desde luego no en el Estado
prusiano, sino en el carisma del Fithrer se despliga la libertad como re-
peticién dela libertad, Cuando las masa scuchan ya slo con desagrado
4 discutso de la libertad, eto no es slo culpa suya 0 del abuso que se
hhace del eécmino. Las masas presienten que el mando de la coercién fue
siempre preciamentel de era dips, imp, bee
‘quel que puede arrogarsealgin derecho. Lo que seria de otra forma no
tiene nombre y lo que, por ejemplo, hoy responde de ello ~solidaridad,
remura, consideracin, prudencia-, posee slo una minima semejanca
con la libertad de los libres actuals.
x
La impotencia social del proletariado, en Ja que resultan las ten-
dencias divergenses de la depauperacin econémica y dela mejora ex:
traccondmica del estandar de vida, no esté predicha como tal por la
teoria. Con la interpretacién preponderance de la primera cendencia
secortesponde la esperanza de que la presin de la pobreza se convierta
dlirectamente en fuerza contra los opresores. Pero la idea de la impo-
tencia no resulta, sin embarge, extrafia ala tcoria. Aparece bajo el noma-
bre de deshurmanizacién. Del mismo modo que la industria exige sus
sactifcios en muslados, enfermos, deformados fsicos, as{amenara con
deformar la conciencia, Mezece mencién expresa el embrutecimienco
de los trabajadoces, que vuelven a hacer por fuerza a quienes se en-
‘cucneran bajo su dependencia lo que se les hizo a ellos, ys extraia~
‘miento creciente rexpecto al proceso laboral mecanizado que ya no puc-
‘den comprender. No se plantea la cuestién de imo vayan a estar
‘capacitados para la accidn quienes se encuentran asf determinados; ac-
cidn que no sélo exige astucia, amplitud de mirasy serenidad, sino la
capacidad para el autosacrificio més extremo, El peligro del psicolo-
gitmo —el autor de una Prcolagia del ecialoma to se comvitti ca-
Sualmenteen fascist, al final, como socidlogo del patidismo— se ev-
ta en origen, mucho antes de que la filosofia burguesa comencara a362 Brio soiligicor F
defender encarnizadamente su objerividad dentro de Ia esfera del co-
‘nocimiento. Marx no entré en la psicologia de la case tabajadora, Esta
presupone individualidad, una especie de autarquia de las interde-
pendencias motivacionales en el individuo. Semejante individualidad
«sella misma un concepto socialmente producido, que cae bajo la eei-
‘ica dela economia politica, Ya entre los ciudadanos que compiten en-
tee si el individuo es en gran medida idealogia, y alos de abajo se les
sniega la individualidad a través del orden de la propiedad. La deshu-
‘manizaciSn no puede signifcar otra cosa. La confrontacién con el pro-
letaziado desautoria el concepto burgués del ser humano, asf como los
conceptos de la economia burguesa, Se lo retiene meramente para
ponetlo en su propia contradiccién, aunque no se vea confirmado sin
‘embargo por una santropologfa> marxista. Con laaurohomia de la eco-
rnomia de mercado y de la individualidad burguesa formada en ella,
hha pasado también su contraro, la deshumanizacin sangrienta de lo
expulsado por la sociedad. La Figura del erbajador que llega por la no-
che bebide a casa y golpes a la familia, se ha desplazado al margen més
exterior: su mujer tlene que temer mas que a dl al social worker que la
sseora No pur hablarse en modo algun de un deblisaento del
pproletarido, que no comprenderia ya el propio proceso de trabajo. El
ene incense des din laa dead, oo,
cada ver mas de los trabajadores el producto final compuesto, al que
cexcaba habituado el arcesano, acereando simultineamente cada ver més
«entre silos procesos laborales individuales en su descualificacién, de
‘manera que, quien puede hacer una cosa, puede viraualmente hacerlo
todo y entiende el canjunto, Fl varén en la cadena de monaje de Ford,
4que tiene que hacer siempre la misma maniobra, sabe muy bien, una
vez acabado el cache, que éste no encierra secresoalguno que no pu-
icra representarse segtin el modelo de est maniobra. Incluso la dife-
rencia entre el trabajadory el ingeniero, cuyo trabajo se encuentra
‘mismo mecanizado, podria iz conviriéndose poco @ poco en mero
privilegio; con la necesidad que se produce en la guerra de especalistas
‘éenicos se muestra lo flexibles que soa las diferencias, y lo poco es-
ppecalstas que son ya los as{denominados. Esto, en principio, cambia
fan poco de la impotencia como antes la miseria desnuda conducta a
1a revolucién, Los inteligentes mecénicas de hoy se han conversido tan
eseasamente en individuos como lo eran los intensibles inquilinos de
Jas working howses hace cienafios,y desde luego resulta inverosimil que
Reflexiones bre ltrs dela eles 36
su ndividuslidad acelerars ls revalcién, Sin embargo, el proceso de
trabajo que entienden los modela de un modo atin mas radical que el
no enteadido de entonces: se convierte en welo tecnoldgicor.Partcie
pan en el caricter doble de la clase. Si el sistema ha puesto término a
la deshumanizaci6n que pone en peligro los que dominan, hasta que
‘ros la ponen al servicio de la propia inhumanidad, entonces la tesis
de Marx de que el sistema produce al proleariado queda, en cambio,
confirmada en un grado que en absoluto resultaba previsible. Los hom-
bres se han convertido, en vrtud de sus necesidades y de los omni-
peesentes equerimientos del sistema, verdaderamente en productos del
mismo: como su propia cosiicacién abarcadora, no como rudeza sin
‘captar, la deshumanizacién s: compleca bajo monopolio en los cvili-
zados, confluye incluso con su civilizacién. La totalidad dela sociedad
se acredita no s6lo en el hecho de que embarga a sus miembros por
completo, sino que configura su fel retrato. A ello se apunta en it~
ma inscancia con la polarizacin de la tensién en poder ¢impotencia.
EI monopolio s6lo concede éonativos a aquellos que son como él, so-
bre lot que e basa hoy la esablidad de la sociedad. Este equiparase,
civlizar,insercar consume toda la energta que podria inverse de otra
forma, hasta que de la humanidad condicionada surge la barbasie que
ella es, Al reproducir los que dominan la vida de la sociedad de forma
planificada, reproducen justo con ello la impotencia de los planifica-
dos. El dominio se esablece dentro de los hombres. Estos no tienen
que verse «influidos», tal como estin inclinados a pensar los liberales
en viread de sus representaciones de poder. La culeura de masas se li-
rita a volverlos a hacer siempre como son ya sin mis bajo la coercidn
del sistema, controla las isuras, afade adernds la parte contrariaofi-
cial de la praxis como public moral de ésta, les proporciona modelos
para la imitacién. No ha de confiar la influencia sobre los que son de
otra indole alas peliculas en ls que no creen ya del todo los que son
de la misma indole: con los restos de la autonomia desaparecen
bign los de las ideologias qus modiaben entre auronomia y dominio.
Ladeshumanizacién no es ningin poder de fuera, ninguna propaganda
de la indole que sea, singin estar excluido de la cultura. Es precisa-
‘mente la inmanencia de los oprimidos en el sistema, que al menos una
ver quedaron fuera por la miseria, mientras que hoy es su miseria el
hecho de que no puedan salirya, de que les resulte sospechosa la verdad
‘como propaganda, mientras que aceptan la cultura de la propagenda,364 rerio sciligios
‘que feichizada se convierte en la locura del reflejo interminable de si
tnisma, Sin embargo, con ello, la deshumanizacin esa la ver su con-
trario La cosificacin tiene su limice en los seres humans cosificados.
‘Estos alcanzan las fuerzas productivas técnicas en las que se ocultan
fas relaciones de produccién: asi pierden éstas, mediante la totalidad
de la enajenacién, el horror de su extrafieza ¥ pronto quiad también
su poder. Sélo cuando las vitimas adoptan por completo los rasgos
dela civilizacién dominante son capaces de arrancar ésta del dominio
[Lo que queda de la diferencia se reduce ala desnuda usurpaciou. S6lo
«en su ciego anonimato apareci la economfa como destino: a través del
expanto dela dictadura que percibe se rompe su hechizo. La pseudo-
rorfosis de la sociedad de clases en los sin clase esté tan conseguida
{que los oprimidos se encuentran ciertamente absorbidos, pero toda
‘opresin se ha convertido manifiestamente en supérflua. El vio mito
resulta muy débil en su mis reciente omanipotencia. Sila dindmica fue
siempre lo mismo, su final no es hoy el final
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