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IDEAS SOBRE EL DERECHO, SU LUGAR Y JERARQUIA EN EL UNIVERSO (*) Miguel Angel CIURO CALDANI (**) La pregunta basica de introduccién al Derecho interroga acerca de qué es el Derecho (puede v. CI\URO CALDANI, Miguel Angel, “Estudios de Filosofia Juridica y Filosofia Politica’, Rosario, Fundacién para las Investigaciones Juri- dicas, t. III, 1984, pags. 104 y ss.). Si bien su tarea especifica es buscar la res- puesta refiriéndose al Derecho en si mismo, el ‘‘cuestionamiento” respectivo se enriquece al mostrar un panorama de la plenitud de fa pregunta, que abarca tam- bién la ubicacién del Derecho en el universo en su conjunto y las multiples mani- festaciones de la vida juridica. Sobre todo por tratarse de un planteo de caracter filoséfico, cada parte de ia pregunta se aclara por las restantes; esto, sin perjuicio de que el orden de las respuestas es, en definitiva, el que parte de la considera cién, libre de prejuicios del objeto en si, desenvuelta al hilo de la pretensién de superar los supuestos, Es legitimo que, con miras al planteo integral de la pregun- ta, Introducci6n al Derecho se formule interrogantes cuy as respuestas correspon- den no solo a fa “Filosofia Juridica Menor” ({ntroduccién al Derecho o Juristi- ca) sino a la “Filosofia Juridica Mayor” (Filosofia del Derecho) y a las discipli- nas que estudian las diversas variaciones temporales, espaciales y materiales del mundo juridico (Historia del Derecho, Geografia del Derecho y Derecho Compa- rado, Teorfa General del Derecho —entendida como sistema juridico del Dere- cho Constitucional, el Derecho Civil, etc.—). Al hilo de esa “universal'’ pregunta sobre lo juridico, que Introduc- cién al Derecho debe responder previamente y sin prejuicios, en el marco de lo que se considera juridico, hemos de ocuparnos, en estas clases, de las lineas de pensamiento critico y de pensamiento jerarquizador del Derecho. Las respuestas que ahora surgirén, en cuanto exceden el marco de lo especificamente jurfdico, son legitimas —porque no hay verdadera pregunta sin !a posibilidad de respues- ta--, pero tendrdén un carécter més provisorio que las propias de nuestra disciplina, pues urge evitar que la idea sobre el todo constituya un prejuicio que no deje ver la parte. Sdlo a través del andlisis -y del consiguiente reconocimiento de la tarea especifica de Introduccién al Derecho en su respuesta basica—- se puede superar el saber global que aliena y aprisiona y arribar a la verdadera sintesis. Introduc- cién al Derecho no es, a nuestro parecer, un mero curso provisorio acerca de la totalidad del Derecho. Puede ser, si, una apertura con pretensién de totalidad (o sea filos6fica) acerca de! universo problematico del Derecho. La ubicacion y la jerarquia del Derecho en el universo es tema muy vinculado (*") Investigador del CONICET 115 a la concepcién del mundo de quien lo piensa, que desde fa mas remota antigie- dad ha suscitado profundas discusiones. A titulo de ejemplificacion cabe sefialar que en la Edad Antigua los sofistas Trasimaco (c. 450 a J.C.) y Kailiklés perte- necen a la corriente fuertemente critica acerca del Derecho: Trasimaco sobre to- do con las ideas que sdlo hay gobernantes que explotan y gobernados que son explotados y que lo tenido como justo es el interés del mas fuerte, y Kalliktés con la afirmacién que las leyes hechas por los hombres son obras de la astucia de los débiles resentidos destinadas a impedir el dominio de los fuertes. Para Trasi- maco y Kalliklés las teyes que los hombres hacemos valer en la convivencia son Ppuras convenciones arbitrarias; segun naturaleza seria justo que el fuerte domi- nara el mas débil y siguiera en cualquier circunstancia,sin freno, sus propias incli- naciones. En cambio, en las ideas de Platén (428/427-347 A J.C.) y Aristoteles hay una (matizada) jerarquizacién del Derecho, que tuvo, sin enbargo, su mas al- ta expresion en fa cultura romana. Platon es un claro ejemplo de admiracién por la justicia y progresiva jerarquizacién de tas leyes humanas (v. “La Republica” y “Las Leyes’’). Aristoteles comparé la justicia con tas estrellas, pero fue en Roma donde el equilibrio que los griegos obtenian de una filosoffa y una cultura relati- vamente Compartida encontré su compensaci6n en el alto papel protagdnico atri- buido al Derecho. En la culminaci6n de la historia juridica romana, el Digesto (siglo V1) cita la opinién de Ulpiano (170-228), quien —siguiendo la opinion de Celso— afirmaba que ei Derecho es el arte de lo bueno y lo equitativo (Digesto, Parte 1, Libro 1, T. 1., 1) y lo vinculé estrechamente con la verdadera filosofta. En la Edad Media el papel atribuido al Derecho, cambia, por ejemplo, en el pasaje de tas ideas de San Agustin (cronoldgicamente antiguo —354 -430—, pero culturalmente medieval) donde fa importancia de lo juridico es menor, al hilo de la busqueda de “La Ciudad de Dios'’, al pensamiento de Santo Tomas de Aquino (1225-1274), en que el Derecho que hacemos los hombri resulta altamente jerarquizado a través de la necesidad de realiz . natural. En la Edad Moderna el pensamiento critico acerca de! Derecho tuvo, entre sus principales exponentes, a Miguel de Montaigne (1533-1592), quien —heredero renacentista del escepticismo antiguo— se pregunto cual es la bondad de las leyes que cambian de ayer a mafiana y con el cruzar un rio, y a Blas Pascal (1623-1662) quien, siguiendo —con otros propésitos— las ideas de Montaigne, afirmé que no hay nada de justo 0 injusto que no cambie de cualidad cambiando , que un meridiano decide la verdad... Sin embargo, en general La Edad Moderna también presencié un proceso de jerarquizacién del Derecho, y no es sin motivo que, por ejemplo, en el pasaje a la Edad Contempordnea la Revolu- cién Francesa prociam6 ta Declaracion de los Derechos del Hombre y el Ciuda- dano (1789). 116 En la Edad Contempordnea hubo en general un incremento de las po- siciones criticas acerca del Derecho y de las ideas que lo someten a otras éreas del universo. Una Tinea de pensamiento que esta ya presente en Saint-Simon (1760-1825) y culmina en Carlos Marx (1818-1883) sefiala un condicionamien- to del Derecho por la Economia, que en la doctrina de Marx Ilega a constituirse en determinacion, en ultima instancia, del Derecho por las relaciones econdmi- cas de produccién. Por otra parte, en 1847 Julius Hermann von Kirchmann pro- nuncié una muy célebre conferencia acerca del tema “'La jurisprudencia no es cien , seflalando que Ia llamada “ciencia’ juridica se aleja de la conciencia po- _ pular; que tres palabras rectificadoras del legislador convierten bibliotecas ente- ravenvbasira ¥ Que Te "Gencie”juridicasobropone asides al ser y llega siempre tarde para enc: a Kirchmann el Derecho depende, en defi- idades cientificas. En Ultima ins- tancia concibe una mayor integracion de lo juridico y lo politico. En la segunda mitad del siglo XIX se desarrollé Ja impugnacién a los valores, incluso !os valores de justicia y amor, que contiene el pensamiento de Federico Nietzsche (1844-1900). Al hilo de una ferviente defensa de las realida- des biolégicas Nietzsche intenta sustituir los valores morales por los valores natu- rales jerarquizando, en definitiva, la voluntad de poder. A su vez, Sigmund Freud (1856-1939) desarrolié una doctrina, centrada en el psicoandalisis, en la que el Derecho resulta comprensible al hilo de tas presiones sociales encaminadas a amoldar al individuo a ciertos patrones, haciéndole reprimir sus propios impul- sos, que son “‘desalojados” de la conciencia y censurados. En el conjunto de fac- tores constituyentes de la personalidad (el “Ello’’, el "Yo" y el “Super-Yo") el Derecho resulta especialmente vinculable con el Super-Yo, que aspira a controlar el Yo. A la luz de la teorfa del psicoandlisis suele destacarse que el caracter de discurso sobre el poder que tiene el discurso juridico obliga a ciertos silencios y algunas afirmaciones, que hacen de cierto modo cuestionable su caracter cienti- fico. Apoydndose en ideas de Marx, Nietzsche y Freud se ha desarrollado, a partir de las ultimas décadas dela primera mitad del sig'o XX, un movimientocri- tico, dentro del cual se hallan la teorfacr/tica en sentido estricto, de Max Hork- heimer, Theodor Adomo y Herbert Marcuse (cada uno con elaboraciones dife- rentes) y las ideas de otros pensadores, como por ejemplo Michel Foucault. La teoria critica impugna a las teorfas tradicionaes en general, cuestionando su cacién ala abstracci6n, e insiste, como realidad basica, en que el sujeto es un indi- viduo reat relacionado con otros individuos, miembro de una clase y en conflicto in en actarar la‘' co, Lo que a la teorfa critica le importa, en ultimo. de un statU quo'social,,renunciando sin embargo de modowecisivola la propuesta rmino, es la no aceptacion 7 de modos para superarto. El pensamiento central de la teoria critica es que se_« puede nombrar lo negativo, pero ente lo bueno. Para CT ee en iberteacon en si mejores que la injusticia y la opresion no es cientificamente verificable y es inu- til. Por su parte Michel Foucault, desde una perspectiva estructuralista, cuestio- né la existencia misma del sujeto, refiriéndose a la muerte de !a idea de hombre. El Derecho todo y el saber son explicados como fendmenos de poder surgidos de {as condiciones politicas y econdmicas. Pese a que la perspectiva econdmica del capitalismo significd, desde la iinea del pensamiento sansimoniano, una variada critica a la jerarquia del Dere- cho (que luego se ha continuado por ejemplo en el marxismo) la vertiente juri- dica del pensamiento burgués tuvo en muy alta estima al Derecho, concretando- se por su impulso la codificacién que caracterizé en gran medida al siglo XIX (en 1804 se dicto el Codigo Civil francés, llamado Codigo Napoledn) y la defen- sa de esa codificacion al hilo de la escuela de la exégesis, celosa defensora de la ley. Ademéas cabe recordar que el siglo XX ha presenciado, v. gr., la mas radical defensa de la autonomia de lo juridico a través de la teor/a pura del Derecho sos- tenida For ener 11881-18731 y su escuela. Con miras a un panorama general, cabe sefialar que las visiones filos6- ficas mas ‘‘monistas’’, sobre todo cuando son materialistas (sea en sentido bio- ldgico, psicolégico o econdmico) suelen tender a un determinismo que desjerar- quiza al Derecho; en tanto que las ideas mas “‘dualistas’’, en cuanto —sin caer en el radicalismo maniqueo que ‘‘destroza’’ lo juridico—, distinguen la ‘‘conduc- cidn” a través del Derecho, se orientan a reconocerle mas jerarquia. El trialismo, con cuyas ensefianzas hernos de desarrollar la ‘Filosofia Juridica Menor’’, es consciente de las partes de verdad que poseen también los participes de fa linea de pensamiento critico acerca del Derecho (que hemos visto es por lo menos largamente mas que dos veces milenaria), pero cree que si bien el Derecho no es independiente posee una alta jerarquia humanizante. El trialismo considera que el progreso cientifico juridico es posible y pueden ha- cerse aportes concretos a la mejor comprension de Jo juridico, como el de la inte- gracion de las tres dimensiones del Derecho a través de un instrumental concep- tual idéneo, que se estudia durante el curso de Introduccién al Derecho, y en- tiende que ese instrumental puede transformar, haciendo mds comprensibles, justas y humanas, las diferentes ramas del mundo juridico. Se reconoce a si mis- mo como una Filosofia Juridica Menor (a semejanza de la de Kelsen, y supera- dora de ésta, porque enriquece los planteos normoldégicos con su integracion so- ciologica y dikeldgica) y advierte —de acuerdo con lo indicado precedentemen- te— que si bien en el curso de Introduccién al Derecho caben algunas considera- ciones de Filosofia Juridica Mayor no resulta legitimo iniciar la carrera de De- 118 recho preguntando globalmente por la dependencia o autonomia del mundo ju- ridico sin preguntarse antes qué es el mundo jurfdico. Sin un cuestionamiento respecto de fa realidad misma del Derecho (si es slo norma o no, si es slo po- der o no) advirtiéndolo en la experiencia, resulta apresurado hacerse las otras preguntas. No es por azar que las posiciones criticas quedan prisioneras de la comprensién del Derecho que sostienen los mas altos cultores de la compren- sién juridica que (con parte de verdad) consideran ideologizante, como ta de Kelsen. Quizds con el deseo de sustituir una desviacién ideolégica por otra,re- nuncian a perfeccionar la captacién del Derecho en si, que no queda acabada- mente reflejada en las ideas kelsenianas, porque es ésta la manera burguesa (y en general dominante) mas endeble. Para el trialismo se debe partir,en suma, del reconocimiento del dato de la vida cotidiana que el Derecho no es sdlo norma, sino también realidad so- cial y justicia; esto no significa en modo alguno desconocer que el poder es un fendmeno altamente significativo, aunque no caracteristico de Jo juridico (es sdlo uno de los “polos” sociales posibles, el otro es la cooperacion inherente a la autonomia), ni tampoco desconocer que la economia, la ciencia, la religion, etc., son fendmenos que —en diferentes grados— influyen en el Derecho y con- dicionan sus posibilidades o que la vida psiquica es una perspectiva esclarecedo- ra para explicar el Derecho ("""). BIBLIOGRAFIA BASICA PARA AMPLIAR LA CONSIDERACION DE ESTOS TEMAS: CIURO CALDANI, Miguel Angel, “Estudios Jusfiloséficos”, Rosario, Fundacién para las Javestigaciones Juridicas, 1986 (acerca de la critica de Kirchmann), pags. 16 y ss.; “Bases para una comprensi6n trialista del pensamiento de Carlos Marx”, en “Persona y Derecho”, vol. 14, pégs. 159 y ss. FASSO, Guido, “Historia de Ja Filosofia del Derecho”, trad. José F. Lorca Navarrete, Ma- Grid, Piramide, 1978-1981; FERRATER MORA, José, “Diccionario de Filosofia, 5a, ed. en Alianza Diccionarios, Bar- celona, 1984; FOUCAULT, Miguel, “La verdad y las formas juridicas”, trad. Enrique Lynch, 2a, reimp., México, Gedisa, 1984, GEYER, Carl Friedrich, “Teoria Critica”, trad. Carlos de Santiago, Barcelona, Alfa, 1985; HORKHEIMER, Max, “Teoria critica” (rec.}, trad. Edgardo Albizy y Carlos Luis., Bs. As., Amorrortu, 1974; 119 KIRCHMANN, Julius H. von “La jurisprudencia no es ciencia”’ (trad. Antonio Truyol, Se- rra, 3a, ed.), Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1983. VENTURA, Pierfranco, “Freud e fa giuridicita de#a coesistenza”, vol. I, Milano, Giuffré, 1979. TRUYOL Y SERRA, Antonio, “Historia de la Filosofia del Derecho y del Estado”, Ma- drid, Revista de Occidente-Alianza, vs. eds. (*) Notas de dos clases de Introduccién al Derecho. (***) Se recomienda dialogar en clase, especialmente acerca de las distintas lineas de critica y afirmacién de la jerarqu ia de lo juridico, 120

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