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(CENTRO DE ESTUDIOS DE LITERATURAS Y CIVILE DEL RIO DE LA PLATA (CEL-CIRP.) PER. SPA Colin Dison 84 Proienes de Honor Mato BENEDETT, Ugoay ‘Ppa VERDEVOVE. Franca Teer President: Le Nit DAZ, Universe de Pris cepreidene Alle BLIZAINCIN. Vaid Moncveo ‘Sree Genta ‘Nea PAROLA-LECONTE, Unvenié de Crd ‘Secretaria General fbi Natali ORSTENBERGER (Universi de Vilemsemes) Tesoro adn ogo BUCIER cn) Leonie ARIAS SARAVIA (Sit, Coe FE. (Pars I. Mya GARATE (Campin), Meets GARCLA SARAVI Mines, Metel LAPON (Grenoble I), Ghconds MARUN (Forham Unites Sou om fn tn RAG fri BD, Mat GUVERA CLM tn a REMAP (ULE MI, Mario RANALETM sti O'Bes Poltigan, Pash Magyar RENAUD oiters, Aa Maia ROORIGLEZ FRANCIA (Cink, Gace: VIELANUEVA (Pais, Tras WARD (Loot cotlee) K. KOWLET (Escbsan), L POLLMANN (Regeasur), K._SPILLER (sg Argentina: F WEINBERG (Bah Bana}. ISAACSON, G. WHIMBERG (Bucs Ai. MOREAU (Csaba ZULETA ALVAREZ Oendoes)), MARIE (San Just). M. GUERIN (Sata Roma 8. FLAWIA DE-TERNANDIZ, 12 RQJAS MAVER (Tosomin) Dalgiue 1. 20ScT Cmte), Hemi OPE (io de how) Canad; SA. ZAITZEFE (Caley). N. LOMBARDI {tamongoh 1 WALKIN (Onto) Cuber R: RODRIGUEZ CORONEL (1 Tatra. Mepadiiea (ChecasPSTEPANEK. Chile: § BIANCHI (Sentage).Espatae A-LOKEN I: MEDINA. I SAINZ [DE MEDRANO (nid) F- MORALES FADRON Gell, Exton Uniden: W MIENOLO (Aan ‘bor A BORINSKI (stn 1 ALAZRAKI (Caras) A. AVELLANEDA. (Giese: S SOSNOWSKI (Marylnd) D. BALDIRSTON (Neva Crean) BLASL RECHEVARREN, G. NAKUR Nees Your 4M. MARCOS (tao) A. COVARRUBAS fini 5. MOLLOY ‘SCHOLZ (Badges). Ilanda: Amu CONWAY Bel oad: LS €-GIORDANO trcatacta) R. CAMPRA (Remi. MEO ZILIO (Venda) México: S. GORDON {Gteseo, Nonmepis J. ASKELAND (Wengen) Paraguay: RE. VELAZQUEZ, C._VILLAGHA NARSAL (Assasin) Paonia: STEMPLOWSKC (Yaron) Puerto. Ries A. ECHEVARRIA (San Tut). Rasa: V_ ZEMSKOV (Mosc). Suecla: A LEMES DIAZ (Eacolmo). ROSSIELLO {Goumtorg. Sua: G. SIEBENMANN Sain-Call, UruguaY: LP. DIAZ, Maa Angsca PETIT dba al CELCIRP Europa. EEUU, Cana, Aina, Ast 20 € [5 (2 10€/S comin bascara) ‘meres laine: 18 £1 3(+ 106 /$decomistnbancra) ‘pripine NulicFORSTENNERGER. ovr, HEAL 2e re Sm Gul URL hp pena oan RIO de la PLATA 5 ACTAS DEL COLOQUIO JUAN CARLOS ONETTI ‘Nuevas lecturas criticas Paris, UNESCO, 13 y |4 de diciembre de 2001 En homengje aPaul Verdevoye Organizado por Centro de Estudios de Literaturas y Civilizaciones del Rio de la Plata con la colboracién de: ALLCA XXe. Siécle (Association Archives) CREATIS: Editions Gallimard Embajada del Uruguay en Francia Fundacién argentina de la Cité Internationale Institute Cervantes Oficina cultural de la Embajada de Espanta en Francia Pancho Graells Los cuentos de Buenos Aires Martin Kohan (Universidad de Buenos Aires) Las dos diagonates ‘Decir que el primer cuento que publicé Onett, el primer dia de 1933, aparecié en Buenos Aires y tanscurre en Buenos Aires, puede resultar un tanto general: abarca demasiados casos en los que pasa fo mismo. Tal vez teoulte més curioso observat que ese cuento (o la caminata que alli se nacra) Comienza en una esquina determinada de la ciudad, la de Avenida de Mayo ¥ Florida, y que el lugar en el que se publica es el diario La Prensa, sito precisamente alli. La realidad y la literatura se tocan asf con cirta eculiandad:; no es solamente por sus diversas referencias a la ciudad que puede decirse que, en este caso, e] afuera del texto esti en el texto. El texto Sefiala su pertenencia « la realidad de la ciudad, de uns mancra que pedemos presumir incluso como premeditada, si consideramos que cl euento sais en La Prensa porque Onetti lo present 2 un conurso organizado por el diario (an ‘concurso en el qua, como Hegaria = resultar tipieo para él, fue destacado, pero no gané). eam0)- Las marcas de 1s realidad” de Buenos’ “Aires aparecen profusamente en exe cuento, “Avenida de Mayo. Diagonal- Avenida de Mayo" sus calles, sus edificics, sus eartzls, sus anuncios, Buenos Aires es un espacio de realidad; tanto mas cumdo se Ia considera en relacién con la gran Ciudad de la narrative de Onetti, Santi Maria, que cs una ciudad completamente imaginaria. Asi sucede con las lecturas que se han hecho sobre ‘La vida breve, que postulan siempre la centralidad de esa novela en el sistems ‘narrative de Onetti porque alli se cuenta, no ya una ficcién, sino la manera eo {gue nave una fiecin; de qué modo se la genera a partir de cierta “realidad”. En te vida breve nave también, com> se sabe, Santa Maria; la novela cuenta su favencién en el mismo sentido cn que cuenta toda tna invencién de irealidad, RIO de la PLATA iar y Buenos Aires queda ldgicamente del lado de la “realidad” desde la que se produce esa fiecién. No es indispensable postular 3 un Onettirealista para inseribir su representacién de Buenos Aires en el orden de lo real en la literatura. Puede hablarse de un “realismo exasperado”, como lo hace Rodriguez Monegal a ropésito de La vida breve, para definir el modo en que desde lo real se funda tun mundo onirico, que se vuelve realidad a su ver", Puede hablarse de la ficeién como “duplicacion representativa, desplavada e invertida, de los datos de la realidad” (Ludmer, también a propésito de La vida breve)!" O puede hablarse de una literatura que trata de as ilusiones, al igual que Don Quijote o que Madame Bovary, de los intentos de escapar de la realidad, o de crear otra realidad, inexistene, a partir de Ta existenie Desde cualquiera de estas perspectivas, y medida en relacién con Santa Maria, Buenos Aires ingresa en la literatura de Onetti como espacio de realidad, desde el cual (o contre cl cusl) surge te fies, Incluse bajo ba hipotesis, sostenida por Roberto Ferro", de que la representacién de las ludages en Onetti debe ser considerada como una puesta en cuestién de kt poética realista de construccién de la referencia, no deja de ser cierto que Buenos Ales offece a esa deconstruccién un espesor referencial mayor al de, ror lo pronto, Santa Maria, y que por Io tanio no deja de introducir en los textos as marcas de lo real (sin per eso hecer de ellos textos realises). Ahora bien: no hay por qué leer a Buenos Aires necesariamente cesde La vida breve; no hay por qué Ieerla desde Santa Maria, lo que supone ‘considerarla siempre como substrato real de una ficcién que se aloja en. otro lado. De hecho, Buenos Aires aparece en la literatura de Onetti ya desde un comienzo, bastante antes de la invencién de Santa Maria, y puede por Io tanto ser considerada sin necesidad. de remitiria a la ciudad. imaginaria 0 de convertirla en su pretexio, en su versién en loreal Asi ocurre, por empezar, con ese primer cusnto publisado por Onett, “Avenida de Mayo...", que transcurre eateramente en Buenos Aires (més coneretamente: en dos de Sus cuadras mas eéntricas), y que tematiza — al igual que lo hard casi toda su literatura posterior — las relaciones entre la realidad y a imaginacion, entre la realidad y las evasiones de la fantasia, ‘Victor Suaid camina por Florids, equejedo por el temor de encontrarse con una :mujer en la que no puede dejar de pensar. De esa realidad se evade, mientras ‘9 OF Bmiy Rodeiguez oneal, “Oneti ol dosubrimiont del ciudad", ex Nerraores de este Apérice, Buenos Aires, Fate All Argentina, 1974, ll pp 109y 1d, "8" Josetina Ladner. One Las proceson de consraccién el relate, Buenos tes, Edits SSadamercana, 1977.16. " Cf Roberto Fore, “Borges-Oneti. La fundasida dels cindsd por la eseritur, ex Bl lector p6er ie, Besos Aires, Haitens de Flor, 1998 148 RIO de la PLATA camina, imaginando remotas escems en Alaska, una improbable formacién tnilitar ante el zar de Rusia, una n> menos improbable participacion en una carrera de automovilismo. ‘No faltan en el relato los miiiples signos que son propios de la ciudad moderna (de esa modemidad perifécica que, con la ciudad de Buenos ‘Aires como punto nodal, Beatriz Sarl propuso como eje erpanizador de la literatura argentina de los afos veinee y treinta!™). Se dive que Suaid “(e) ruz6 la avenida, en la pausa det trifico”™, que camina entre “dos corrientes de personas que transitaban”™, que deja comer Ia mirada por Tos afiches publicitarios, que lee las iltimas noticias del mundo en los anunciadores electrénicos. Trénsito, muchedumbre, saturacion de signos: se tata, evidentemente, de una ciudad mocerna, y es0 ha dado pie para ver en estos textos de Onetti los siniomas de una neurosis urbana Gorge Rufinelli), el ‘drama de la soledad absoluta del hombre en Ia ciudad (Hugo Verani), la hostilidad que el espacio urbano industrializado y capitalisia ejerce sobre el sujeto (Alfredo Pavén). Es necesario advertir, sin embargo, que los limites de ta modernidad urbana son en este texto al menos tan intensos y tan nitides como las marcas de esa modernidad. Lo oropio de la ciudad modema — lo sabemos por el eélebre poema de Baudelaire — es la fugacidad de la visién enamorada ‘Be la mujer que pasa y se pierde, para siempre, en la multitud, sin haber egado a conocerla. Lo que le pase a Victor Susid es exactamente lo contrario: ‘Suaid espera encontrar, aunque no lo desee, y aun en medio de la multitud, a ‘esa mujer bien conocida que es para él puro pasado y pura memoria. Para ‘Oneiti, una ciudad como Buenos Aires admite esa posibilidad, incluso en sus ramos mas céntricos, y en cierto modo admite también una forma sutil de intimidad: “Ls claridad de los escaperates y las grandes lnces colgadas de las esquinas daban ambiente de intinidad a la estrecha calzada. Se le antojé un sila del siglo anterior, tan exquisito que los hombres no necesitaban quitarse el sombrero. En este mismo seatido, se dice en la frase final del relato que Suaid “se fue hacia los cristales y las laces polictomas que rechabun lu calle ccon su pulsar ritmico”"®”. : Puls No estamos, como s€ ve, en el espacio implacable de la ciudad ‘modema en la que el hombre se vacia: no es esa calle de Paris donde la mujer fugaz pasa y se pierde: es una calle de Buenos Aires donde, a la inversa, una 1 aia Sato, Uns modernidad perc: Buenos Aer 1920)» 1930, Buenas Aires. Bicones Nueva Visio, 1988, Te jyan Carlos Onot, Cuentor comple. Benes Aires, Ficiones Comegidr, 1981, p.19. © Thidem. 9.21 6 Juan Carlos One, Cuentorcompletos, op cit p.25. El subrayado es mio "© Jpidem,p. 26. I subrayado es mio RIO de la PLATA ‘mujer perdurable pucde aparccer en cualquier momento, No se parece, en todo ‘caso, 8 una calle de Paris, sino més bien a unos de los pasajes de Paris, uno de esos pasajes que Walter Benjamin describié y definid como una forma de refugio y de resistencia contra la hostilidad de Ja ciudad moderna. Florida aparece ‘como una calle “techada” (y ademés, no lo olvidemos, es la calle Peatonal de la ciudad de Buenos Aires: los automéviles no circulan en ella), y aunque ciertos comportamientos corresponden al mbito de In exterioridad, Prima en ella el ambiente de intimidad que es propio de tos salones del Siglo XIX. Buenos Aires no es entonces, en el cuento de Onett, tan sélo la impiadesa ciudad modema que hostiga al caminante y vacia sus experiencias: es también, y no en menor medida, una expresién y una prolongacién de Ta intimided del personaje y de sus conflictos més personales. El tépico de ta evasin, por ende, se modifica en lo que hace aa representacién de la ciudad. La ciudad no es tan s6lo Ia ingrata realidad de la que, por medio de 1a imaginacién, hay que escapar; Buenos Aires funciona cn cl cuento como un, factor que contribuye « la evasion. fantasiosa. Aunque pucda verse en el texto como le realidad de la que hay que evadirse, es igualmente la entidad que proporciona tos elementos de la evasiin y contribuye a hacerla posible. Buenos Aires es solidaria con la imaginacion de Victor Suaid: resulta su aliada, no su agresora (como postula Pavin). Asi, por ejemplo. es el frio de la intemperie (y aqui Ta calle suspende el efecto de interioridad) el que despierta la fantasia de la visién polar, que luego deriva a Alaska y a Yukén,y luego ala literatura de Jack London; es el afiche de Clark Gable y las caderas de la Crawford el que despicrta el recuerdo del sucfio de unas noches atts; es la noticia. en lets Muminosas acerca de un récord de velocidad en el automovilismo la.que despierta la fantasia de la participacién en una carrera; ¢s el cartel publicitario donde los cigarrillos parecen cafiones el que Tlevard a la fantasia de una ciudad amenazada pot los cafiones de las ametralladoras con un inglés que fama esperando el momento de actuar; son “las dos i Ue personas” que van por la calle las que suscitan la evocacién de las dos filas de Soldados a caballo entre los cuales desfilan el Gran Duque y el Zar Pero Buenos Aires, ademés de sostener la motivacion de cada ‘ensue, recoge las hucllas de las fantasias del personaje en cada despertat. La siudad desaparece, porque tiene que desaparecer como real para hacer posible Jo imaginario, segan lo postulabs Sartre; pero cuando reaparece presenta las areas de lo que fue imaginado: del ensuefio de Jack London se despierta con el paso de un auto de marca inglesa que “hizo resonar el aire seco de la noche nérdica con enérgicos What"; del ensueio de esa noche nérdica en Estudos, Did, p20. bea ede Ovett ‘0 ‘Rio de ta PLATA Unidos se despierta con la visién del Boston Building, que esti en la esquina de 1a Diagonal; al despertar del ensue de las tropes nisas le corresponde el fanuncio iuminico de una noticia sobre Basilca (sede de la Segunda Internacional en 1912); el “intento de fuga” de irse “hasta cl fin del mundo. (por un cigarrillo”” se detiene a la vision del afiche publicitario de cigarillos: ja noticia del récord de velocidad “hoy en Miami” pone en continuidad a la peninsula de Florila, desde donde llega la noticia al instante, ‘con la calle Florida, por donde Suid camina y fantasea, i Buenos Aires activa ios mecanismos de la imaginacién y permite 1a evasién del porsonaje, que se evade del recuerdo de la mujer y de la Posibildad de eneontara, més que de elguns insatsfascion con la ciudad ‘moderna (Ia ciudad deberia ser mds moderna, y no menos, para que las posibilidades de ese encuentro disminuyeran). La fantasia de verse a si mismo, ‘que es la fantasia de una mirade en altura ("Entonces se vio, pequeno y solo, en medio de aquclla quietud infinite que continuaba extendiéndose (..). Se miraba desde moatones de metros de altura") se hace realidad en esa ciudad de Buenes Aires que, orgullosa,estrenaba flamantes rascacielos. Y la fantasia inverse de hundirse bajo el suelo, de perderse bajo Ia tiewra (*Suaid se qued con la cara semihundida en el suelo (..), se puso debajo de i mismo (..),cerré los ojos fuertemente y tat de husdirse”’”) se hace realidad en esa ciudad de Buenos Aires que se envasca por ae nangurado, msde vente atios atin terrineo de América Latina’. Ser ane said ne ena en Buenos Ares y con Buenos Ae, mas que de Buenos Aires'"' La ciudac que Onetti representa en 1933, y que no se constituye todavia como el eavés de otra cindad imaginaria, es un éimbito que stimula las fantasias y luego se muestra capa7 de recoger sus huellas. Pueden ser fantasfas anti-urbanas en lo que hace a sus contenides, pero son fantastas rnetamente urbanas en lo que hacs a los mecanismos de su claboracién y su "© Ibidem, p. 22 ‘an e Se a re Sarin meas sian Soe Se enced rete = ™ Otros cuentas, publicados por Onetti tanbign en diarios de Bucnos Aires por esos misimos afios, cet eg oa oe ease naa sec aon kee ane eae Beh ener tne eect ee aces heel ahetmgns dace epee i ome Se 9 ee ee ae eee ae err Soe ae otra Sere eee RIO de ia PLATA 1st fetomo, La teasién tipicamente onettiana entre la pobreza del mundo existente ¥¥ de Ia vida real que en él se leva, por una parte, y por otra la riqueza de los ‘mundos imaginados y de las vidas posibles, se proyecta hacia un afuera de Buenos Aires (Alaska, Yukon, Rusia, Miami), pero tambien se inscribe en el imerior del espacio de la ciudad: le pertenece. s puede conlener esa tensién porque no se ls representa como un espacio homogéneo, porque no tiene en e! texto una tinea dimensién de realidad. Ludmer define a “Avenida de Mayo- Diagonal- Avenida de Mayo”, y a partir de alli al conjunto de la narrativa de Onetti, por 't posibilidad de efectuar un cruce “al otro lado”! Ese otro Tado, que mas adelante podra ser Santa Marla, en. este cuento se ubica todavia en Buenos Aires. Buenos Aires esid dividida, tiene lados, y 1o que Onetti cuenta es la Posibilidad o 1a imposibilidad de cruzar de un lado al otro (“Cruzé" es la Primera palabra de este cuento, y por lo tanto, de toda la narrativa de Oneti, Buenos Aires tiene lados. y esos lados son el norte y el sur; el eje ‘que sostiene tal divisién, con pretensiones de simetria, no es otro que la Avenida de Mayo, Dice al respecto Adrién Gorelik en Lar grilla y el parque Espacio piiblico y cultura urbana en Buenos Aires, 1887-1936: “e trazado del boulevard central, la Avenida de Mayo (..)ratfica el equilibrio planimétrico entre el sur y el norte de la ciudad (..). Ast, es posible interpretar la Avenida de Mayo y iodos los proyectos y trazados que mantienen el centro en la Plaza de Mayo (a comienzos de siglo serin las simétricas diagonales) también como la manifestacin por parte del poder piiblico de un modelo de ciudad hhomogénea y equitativa""® A primera vista, puede parecer que el cuento de Onetti responde y avala esa voluntad de simetria: “Avenida de Mayo- Diagonal- Avenida de Mayo”. Pero lo simotria definida por el titulo difiere de la simeiria buseada por Ja planificacién urban, y esa simetrs aparente resulta en su opuesto no bien se Ja considera en términos de una representacion de la ciudad de Buenos Aires. Si le Avenida de Mayo es la linea axial que define una simetria entre dos diagonales, la diagonal norte y la diagonal sur, Ia formulucién de Onctti exhibe Ja falta de Ta diagonal sur”. A la figure de la ciudad le falta un lado. Cusndo Suaid, en cl comienzo del relato, cruza la avenida, abandona el sur; y si bien es cierto que, en el final, retora hasta la avenida, ya no vuelve a cruzarla: ya no vuelve al sur. "Josefina Ludme, Onet Los proces de construc del rela, op cit. p41. " Adtin Goelik. La grillay el parque. Espacio plc y cultura urbana en Bucnos ites, 1887- 1936, Beal, Universi Nacional de Quilmes, 1998, pp. 92 ¥99 El subrayadn es mio, "La redicin de los evens compleis de Orem ex Altazuamsrefterza este efecto, ya que — sin ‘wedior expicacin sdtrial algina-~ el cunts aparece tilado como “Avenida de Mayo. Diagonal Nors- Avenida de Mayo". Cf Juan Carlos Oneti, Caen completes, Bucios Alte Alfaguar, 1994, ie RIO de la PLATA La imaginacién de Victor Suaid opera el mismo tipo de supresién que se verifica en su trayectoria por la “realidad” del espacio urbano: su primera fantasia, motivada por el frio, lo remite “alla abajo, més lejos de Usuria™; es deci, bien al su. Peg tn fantasia de Suaid muy pronto se “ in polar” se des ia el norte: y corrige, y la “exagerade visin polar”? se desplaza hac ni ‘Yukon (y luego todo ser “noche nérdica”™, Miami, literatura rorteamericana, cine norteamericano, las ciudades simulténeas del hemisferio norte). El ensueno de Suaid hace lo mismo que su caminata: deja el sur, se desplaza hacia el norte. El recorrifo de la evasion imaginaria se traza asi en el espacio real de la ciudad, no previsa escapar de ella: se inscribe en ella. Ese “otro lado”, que define el corte eon lo real y la fuga imaginaria, esta también en Buenos Aires, a la ver que més alli de Buenos Aires. Los cuentos de Buenos Aires, que Onetti escrike antes de haber inventado Santa Maria, isponen entonces esa escisién entro In realided vivida y Ia inrealidad tada, que sera tan tipica en &, como una division de la ciudad en lados y una supresién del lado sur. as dos plazas ee ny impado Asin Anca! to Mie Alsen décata del ochenta en el siglo XIX, se completa para la celebracién del Centenario en 1910, al conectar la Plaza de Mayo con la Plaza Congreso: “este proyecto de grin dimension longiuudinel —dice Adrién Gorelik— resuelve de modo rmagistral el mate de la Avenida de Mayo en el Congreso, plantcando un tipo de perspectiva mucho més. anericana que europea. y_otorgindole una coherencia de la que carecfa la avenida originalmente”™. Ahora, la Avenida de Mayo conduce hacia la Plazz Congreso. Y alli transcurre, precisamente, ‘tro cuento que Oneiti publicé ex un diario de Buenos Aires durante los afios, treinta: “El posible Baldi", que sparecié en el diario La Nacidn en 1936. Se diria que, para pasar de un evento al otto, hay que seguir el recorride de la ‘Avenida ‘de Mayo: desde Averida de Mayo y Florida, donde empieza y termina la historia de Suaid, hasta el final de la Avenida en la Plaza Congreso, donde transcurre la historia de Baldi. La historia de Bald, al igual que ta de Suaid, se inicia con el eruce de una avenida: “Cruzé la avenida, en la pausa del trfico, y eché a andar "8 jyan Carlee One, Cuentos completo. op cit. 18 °° Diem Bide p.2. : 11 Adrian Corel La grilayelparqu. Sxpaciopibleoy ultra urbana ex Buenos Ares, 1887: 1936, opt p.194, RIO de la PLATA 153

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