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capitulo 1 Trasfondo Existe un principio que constituye un obstéculo para cualquier tipo de informacién, que establece una prueba en contra de todas las dicusiones y que no puede evitar mantener al hombre en un estado eterno de ignorancia ~ie principio es el desdén anterior a la investigacién. HERBERT SPENCER esde su desarrollo inicial en 1987, el método EMDR de desensibilizacién y reprocesamiento por medio de movimientos oculares ha sido aceptado ampliamente por gran parte de la comunidad clinica. El subsecuente desarrollo del método y su marco tedrico se originaron a partir de la exploracién realizada de los efectos alcanzados consistentemente por medio del tratamiento. Fue una exploracién que refiné los procedimientos y los protocolos, hasta convertirlos en un mécodo integral de tratamiento, Como veremos més adelante, los procedi- mientos actuales, asf como la teorfa de procesamiento de informacién que gufa a la préctica clinica, incorporan muchos aspectos que deberdn resultar conocidos para la mayor parte de los clinicos, los académicos y los investigadores. A pesar de que el método EMDR es mejor conocido y que inicialmente reci- bid su nombre por los movimientos oculares en que est4 basado, resulta vital que nos refiramos a él como un sistema completo, integral. Los movimientos ocula- res constituyen apenas una forma de estimulacién, entre otras muchas empleadas en el tratamiento. Son sélo uno de los numerosos componentes que conforman un enfoque complejo. Ademés, la meta de dicha terapia no es tinicamente redu- cir el grado de ansiedad que sufre el cliente, como indica la palabra desensibiliza- cién, De hecho, como mencioné en el prefacio, si tuviera que nombrar este méto- o-aucraments [9 denoninatstepie de prac, Por lo tanto, a pesar de que las siglas EMDR constituyen el nombre designado de la terapia, deseo enfa- tizar claramente a lo largo de todo el volumen que: 1. La estimulacién de atencién dual constituye meramente un componente integrati- vo, con aspectos de procedimiento, que han sido sintetizados a partir de todas las distintas y principales tendencias psicoldgicas. 2. Como enfoque integral, se debe brindar una atencin especial a las imAgenes, creen- cias, emociones, respuestas fisicas, conciencia acrecentada y sistemas interpersonales, para asf alcanzar los efectos del método EMDR. 3. Los clinicos deben emplear diferentes protocolos EMDR, dependiendo de los dis tos tipos de patologla de que se trate, y seguir los procedimientos terapéuticos que se adecuen a las necesidades del cliente. 4, El propésito del tratamiento EMDR de ocho fases es ayudar al cliente a liberarse del pasado y vivir un presente sano y productivo. 1 2. w CAPITULO 1: TRASFONDO aa incipios bésicos del tratamiento EMDR, ast como de sus Pto- El dominio de los principios © al clinico el camino a seguir para transmutar tncolos y procedimienos indican # ¢ot S endizae adaptatives. Por jem. las experiencias negativas en Se ina victima de una sola violacién, el clinicg po, cuando se bina tratamiento una vctim de rss Mole tin eee el cee ea yaoi tesamicaias Oleieencas Sepa posiblemente incluyan imégenes oe fl ae iinterpret6 durante la violacién, que la cliente tiene de sf misma 0 : hn a couecaylswmone ae aa eee eee : conversamente, la manera precisa en eee si misma. Es posible que la victima de cliente preferiria pensar acerca de sf misma. Es posible qq i tess Eomienoe por experiment tenor Y oe eee so, También es posible que algunas imdgenes constantes de la violaci6n se inmis- cuyan en su vida presente y que pueda experimentar ae fea como “Soy un ser sucio” 0 “Soy culpable de lo que me pasa.” Después de que su clinico haya empleado en ella los procedimientos EMDR para centrar_ la atencién n respuestas internas especificas, es posible que la victima de la violacién sea capaz de recordar la violacin sin sentimiencos de temor o de culpa. De hecho, €s posible que se sienta lena de poder y que sea capaz de decir: “La verdad, me fue bastante bien, El atacante empufié un cuchillo contra mi garganta y fui capaz de mantenerme.” Ademés de este cambio positivo en sus pensamientos y en sus sreencias, es posible que ya no experimente imagenes intrusivas que le hagan recordar la violacién. Si més tarde recuerda el suceso, las emociones asociadas al Suceso, sus pensamientos y sus sensaciones corporales bien podrian ser neutrales © positives, en vez de perturbadores. Como dijo una victima de violacién sexual aque recibié el tratamiento EMDR: “La violacién de que fui objeto atin constitu Pf un suceso horrible, pero no porque yo haya cometido algo malo.” De hecho, ta creencia que internaliaé acerca de sf misma fue: “Soy una mujer fuerte, resis- tente, Como lo ilustra este ejemplo, el método EMDR cataliza el aprendizaje. Cuando se trata de un recuerdo perturbador, las imagenes, creencias y emocio- wn non na aps et Es Tal pare qu y teil de la experiencia cua i pasts arende lo que es neceato memoria de una manera ‘adaptative, wna, esse? ¥ ¢l suceso se reintegra a la ce as aptativa, sana, que ya no provoca ansiedad. Pero el se trata de un suceso positivo, como , las imagenes, las cre- idos, aumentados, més leado para: (1) ayudar al cli encias los sentimientos o emociones se tornan mi vivi validos. Por lo tanto, el método EMDR es enn S entonces, a partir de esta sencilla dee ae ds tes vertentes, vemos que el método EMDR retine aspectos de muchas tg Teen Ln - icas importantes: Ta atency: UGzicos, alos que la terapia picodindmics see eeSto8 Presa a FcesOF eHO- WRARIG Bo concede’ dernasiad importants TRASFONDO os 3 las respuestas condicionadas que son destacadas por la terapia con I: creencias de Ta terapia cognitivas las emociones de las terapias basadas en la expe- rienciay ef trabajo basado_en imégenes de las terapias hipnéticas; y la compren- sién contextual de la teoria de sistemas. Podremos observar dicha integracion de lag iiias destacadas tendencias psicoldgicas a lo largo de todo el texto. Como enfoque integral, todos los procedimientos y protocolos del método EMDR estén encaminados a propiciar efectos positivos por medio de una interac- cién entre la contencién del cliente y el procesamiento de Ja informacién (tam- bién vea Shapiro, T999, en prensa-a). Cada efecto ocasionado por el tratamiento implica una interaccién entre el cliente, el clinico y el método. Los clinicos deben comprender a fondo cémo preparar adecuadamente a los clientes y permanecer sintonizados a sus necesidades individuales, al tiempo que contintian activando el procesamiento de informacién, de manera que pueda Ilevarse a cabo el apren- dizaje. 1.05 clinicos deben repistrat el histori clinica del cliente para, a identi- ficar los objetivos o Blancos precisos que deberdn procesarse y los déficits de des- arrollo a Tos que quizd deban prestar atencién. El método EMDR ha probado ser altamente exitoso en él tratamiento de traumas importantes (por ejemplo, Carlson, Chemtob, Rusnak, Hedlund y Muraoka, 1998; Ironson, Freund, Strauss y Williams, en prensa; Marcus, Marquis y Sakai, 19973 Rothbaum, 1997 Scheck, Schaeffer y Gillette, 1998; Wilson, Becker y Tinker, 1995, 1997), y la observacién de miles de sesiones con clientes desde hace 14 afios demuestra cla- ramente que las experiencias perturbadoras tempranas de todo tipo pueden ejer- cer efectos negativos y duraderos similares. Por ejemplo, si permitimos que nuestra mente recorra nuestra infancia-y-deX) Ya ne pronto recordamos un incidente humillante, muchos de nosotros descubriremos Mc. que atin surge de manera automatica el flujo de emociones o de pensamientos que PEM} bad experimentamos en aquel_momento. Sentimos que nuestros cuerpos ain se sobresaltan. De acuerdo con el modelo de Procesamiento Adaptativo de Ta Tnformactén que guia la préctica del método EMDR (vea el capitulo 2), podria- mos decir que dicho suceso no ha sido procesado suficientemente y que estos pensamientos, emociones y reacciones fisicas que surgen automdticamente quiz4 estén influyendo, de manera inapropiada, en las percepciones y acciones que vivi- mos en el presente, en circunstancias similares. Es posible que reaccionemos negativamente a la autoridad, a grupos, a nuevas experiencias de aprendizaje o a cualquier tipo de circunstancia que pueble ese recuerdo. No se trata meramente de respuestas condicionadas. Son respuestas inherentes, que han sido almacenadas en nuestra memoria. Cuando un suceso ha sido procesado debidamente, pode-)4- mos recordarlo, mas no experimentamos las vigjas emociones os presente. Nuestros recuerdos nos brindan informacién, mas Como veremos en detalle en ef siguiente capitulo, los sintomnas del desorden de estrés postraumatico (PTSD por sus siglas en inglés) se derivan claramente de experiencias como éstas, que han sido almacenadas disfuncionalmente. Las p: dillas, los recuerdos retrospectivos intercalados en acciones presentes, los pens mientost fos altos niveles de excitacion pueden ser vistOs como sig- nos de este almacenamiento, Claramente, las victimas expetimentan niveles exagerados de miedo y de impotencia y se comportan de acuerdo con dichos sen- 4 w CAPITULO 1: TRASFONDO snip amnsotte denoendo | ties Sin embargo, logue os clmente loclizables, como hunt los moe aie ao ri sl siones, pueden generar efectos Negativos Iaciones sufridas en la infancia y des 2 = eS posible que no generen la imagi. Sr ey creencias y sensaciones fisicas sy, aes is! fee anda color a las percepciones del presente : ae eae a estado de infelicidad y de conductas inapropiadas ape En términos simples, el pasado ae ea a lo tanto, importa si se trata de un suceso traumdtico con *” mays que precipita ¢ FRbade's suceo traumdtico con *t” mindscula, mds ubicua, que ocurre de manera des Persiste un efecto negativo dura- deroen a psique y lt auroestima del individuo, Segiin la definicién del diccio- nario-coue tauren temincs de procesmiemto de informacién, se propo- ne que ha sido almacenado disfuncionalmente en el tipo incorrecto de memoria (por ejemplo, en la memoria implicita/motora, en vez de almacenarse en la memoria explicita/narrativa; para obtener un entendimiento integral sobre los sistemas de memoria, vea Armony y LeDoux, 1997; LeDoux, 1996; Squire, 1992; Stickgold, en prensa; van der Kolk, 1994; van der Kolk, Osterman y Hopper, 2000). La meta inicial de la terapia EMDR es procesar dichas experien- cias y ayudar a liberar al cliente de su pasado, de manera que pueda incorporat- se con plenitud al presente, Para el clinico-activo,-la-distincién importante que existe entre un suceso Procesado adaprativamente o uno alm: isfuncionalmente es que, en el” Primer caso, se a llevado a cabo un aprendizaje adecuado y ha sido almacenado Fremeciones apropiadas. que son capaces de guiar a a persona hacia el Rito. El recuerdo almacenado disfuncionalmente aun n guarda dentro de sf algunas de ales y pensamient sron durante el suceso Tas petcepciones sensoriales ensamient eci ailamo. Eseiamente Te Pee ne Sek oe ame les = Lage 6 resene desde un punto de vista similar, de desventaja, defec- ws te : 0 lo: “Nadie puede quererme/no soy una buena persona”), de dlasen su racing as Contl Los clinicas observan esto tishno codes ls didos de senimisrane ao lintes “saben bien” que no deberian sentine inve- Fe sac Peranza, de impotencia o desamor, pero la verdad sentimientos, Es Pasible que, sin darse cuenta, comien- ‘ lablan de sus experiencias tempranas. entre las posibildades yt sean ser yo que realmente pusien hae, 4 cabo. El cnico EMDR debe, por lo se’ Y SU Capacidad de percibir y levadlas anto, identificar los sucesos que han sido almacenados disfuncional es pre- Imente y que gj i sentes del cliente, impidiendo oy We ete Shanice Cs ercepcione P Piro, 1998; Shapiro y Forest, iS} 1997) y ayuda proceso, Aessollo (Sh individuos que suften q 8 causa de sucesos i 2 numer cess Contoladas del prop fon aumsticos y que rata umi : ; Sil vd de mci cen ng dehrmalda at > 5 : Capit indic Gia'y de bienestr se han ingreney 1 mina adres de ey grado de ansieda TRASFONDO os 5 depresién ha disminuido. Los mismos indicadores son aparentes en la préctica clinica general y parecen apoyar la teorfa que indica que, al procesar expetiencias de la infancia que han sido almacenadas de la misma manera disfuncional, se per- mite al cliente convertirse plena e integralmente en un adulto. Es decir, tal pare- ce que la mayor parte de las caracteristicas disfuncionales mostradas en el espec- tro completo de los desérdenes psicolégicos pueden ser consideradas algo que tiene sus raices en elementos experienciales que han contribuido a dicha situa- cién. Claramente, la interaccién entre la predisposicién genética y las circuns- tancias que ponen en peligro la resistencia, como la fatiga, el abuso de sustancias téxicas, etcétera, tienen un papel importante en el panorama clinico total. Se ha pensado que algunos desérdenes, como ciertas clases de depresién, pueden ser ocasionados puramente por carencias orgénicas y no serfan candidatos apropia- dos para recibir un tratamiento EMDR. Pero la experiencia clinica indica que muchas patologias, incluyendo ciertas formas de depresién, son generadas por experiencias previas que contienen sentimientos 0 emociones de “impotencia,” “desesperanza” o cualquiera de los sentimientos o emociones que constituyen un sentido de autodenigracién y falta de eficacia. Aunque de ninguna manera debe considerdrsele una panacea, el papel especifico del método EMDR es ayudar a metabolizar los sucesos experienciales que han contribuido a la disfuncién actual, que pueden ir desde incidentes criticos facilmente identificables (como violacio- nes sexuales o asaltos), hasta las aparentemente inocuas interacciones negativas con la familia, con personas de la misma edad y condicién, con maestros, perso- nas desconocidas y otras mds que han dejado en el cliente un efecto negativo duradero. Muchos de nuestros clientes, al simplemente procesar estas experiencias tem- ranas, logran llevar a cabo las conexiones cognitivas y emocionales apropiadas de las cuales, de manera esponténea, surgen conductas adaptativas, aunadas a revelaciones y conceptos de s{ mismo positivos. Sin embargo, en el caso de los clientes que fueron abandonados 0 maltratados en grados extremos durante la infancia, también es importante determinar qué capacidades de desarrollo pudie- ran haberse cerrado en ellos antes de haberse fijado las infraestructuras impor- antes. ;Acaso el nifio traumatizado aprendié la constancia objetal o es que este concepto deberd ser ensefiado durante la terapia? Qué tendrd que modelar el clf- nico para el cliente? ¢Qué experiencias deberdn ser generadas para permitir que emerjan las introyecciones y los patrones necesarios? Una vez generadas dichas interacciones positivas dentro de la relacién terapéutica, también son almacena- das en la memoria y pueden ser incrementadas por medio de procedimientos EMDR. Como terapeutas, debemos tener el cuidado de considerar a nuestros clien- tes como seres complejos que funcionan en todos los niveles, ¢s decit, seres que sienten, piensan, experimentan emociones, actian y creen. Y no debemos sentir- nos satisfechos al simplemente anular el suftimiento extremo. Nuestros clientes merecen mucho més que eso. Merecen amar, crear vinculos, destacarse y, si asf lo desearan, descubrir en s{ mismos el deseo de ayudar a otros. Merecen todos los atributos que Maslow (1970) describié como realizacién. Para ese fin, emplea- ional de tres vertientes y asf ofrecer a los clien- mos un protocolo EMDR conven 6 w CAPITULO 1: TRASFONDO 7 Juya el pasado, el presente y el futuro. Se espe. tes un tratamiento integral que inc BE ee Spa ae desde Jos dias en que la mente era consj- Hence recorti | ae > Los neuropsicélogos del desarrollo estén demos. oes Bi euiasn a falta de vinculos emotivos durante la tierna infancia ee col at una falta de organizaci6n cortical, necesaria para que el indivi. rae oe consolase a st mismo y autorreguasse (Scher 1994, 1997, 2001 «, Siege, 1999, en prensa). Estos y otros descubrimientos han informade ala préc- ica clinica y han dado como resultado un mayor énfasis en la necesidad de una : br | empleo de protocolos EMDR para errand 5 : estabilizacién temprana de tales clientes y de pr los ‘aumentar su acceso a sentimientos, emociones y' experiencias positivas (Leeds y Shapiro, 2000; vea el apéndice A). A pesat de que atin no ha ie Carmi dl grado de curacién posible en los clientes que han sido victimas de abuso seve- 10, deberfa subrayarse que los descubrimientos neurobiolégicos detrimentales no son necesariamente permanentes. Con el advenimiento de los escaneos SPECT, val y teniendo ya un mayor entendimiento de los neurotransmisores, Jos datos preliminares indican que, en efecto, se generan cambios biolégicos en la etapa posterior al procesamiento EMDR (Heber, Kellner y Yehuda, en prensas Lansing, ‘Amen y Klindt, 2000; Levin, Lazrove y van der Kolk, 1999), como uno espera- rfa que sucediera al final de un tratamiento exitoso. La utilidad del método EMDR estriba en su capacidad de ofrecer un cambio relativamente répido, de manera que las intervenciones puedan ser evaluadas répidamente y se puedan llevar a cabo correcciones terapéuticas. Sin embargo, la verdadera importancia del méto- do EMDR radica en su enfoque integral. Se requiere la sabiduria de todas las dis- tintas tendencias psicoldgicas para asegurarse de que nadie quede rezagado. La meta del método EMDR es lograr los efectos de tratamiento més profundos e inte- grales en el tiempo mds corto posible y al mismo tiempo mantener la estabilidad del cliente, dentro de un sistema balanceado, Sin embargo, estos cambios debe- fan manifestarse 6ptimamente en todos los niveles del ser y del funcionamiento al Peon. Tapes labor a linicos se vuelve més amplia y més comple- Frag Seed ae los aor unilaterales y que brindamos trata- aan! gral, dentro del contexto de un sistema social interco- A pesar de que mu : fomenucel cectnnts ealuaae eben anode ee suelo sicol tes r infasis bésico del campo de la psicologia se ha dirigido a desarrollar un sistema de clasificaci ional d los sintomas declatados y de los desérdenes epecicns Wee nae Is taee cigacin ha sido encaminada a identifica ls eect on ee ines icar las caractert del los esti: los de respuestas y, en segundo lugar, poner isticas del paciente y lo: desordenes designades. La investgacioncommlede ean ents ares do EMDS es efeeivo en cl taraninna ng oneolada ha demostrado que el méto- ‘SD y existe la clara necesidad de eva- 5 formas de psicoterapia, respecto a un sin- 12 Task Force iris Treatments (Chambles al, 1998) indicaron gua ac eat ee cos y terapias exis i y terap fentes, aproximadamente 12 técnicas fueron consideradas UN DESCUBRIMIENTO AZAROSO os 7 “bien establecidas” por la investigacién controlada de condiciones aisladas, que incluian cefaleasy “la confrontacién y manejo de elementos estresantes.” En otras palabras, casi cualquier condicién mental incluida en la lista del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (Manual Estadistico y Diagnéstico de Desétdenes Mentales) no cuenta con un tratamiento bien establecido, apoyado en la experiencia empirica. El advenimiento del método EMDR aumenté expo- nencialmente la cantidad de investigacién controlada que se ha realizado en torno al PTSD (vea van Etten y Taylor, 1998) y se espera que logre lo mismo al aplicatse a otros desérdenes experienciales. En el capftulo 12 y en el apéndice D se exploran ciertas sugerencias para llevar a cabo investigaciones respectivas. Un descubrimiento azaroso A pesar de que el papel que desempefian los movimientos oculares ha sido bien documentado en conexién con los procesos cognitivos mds elevados y con la fun- cién cortical (Amadeo y Shagass, 1963; Antrobus, 1973; Antrobus, Antrobus y Singer, 1964; Gale y Johnson, 1984; Leigh y Zee, 1983; Monty, Fisher y Sen- ders, 1978; Monty y Senders, 1976; Ringo, Sobotka, Diltz y Bruce, 1994) y; de hecho, habfa sido previamente identificado como algo que guarda correlacién con un cambio en el contenido cognitivo (Antrobus, Antrobus y Singer, 1964), stl uso en el tratamiento EMDR se basa en una observacién azarosa que realicé en laprimaverrde 1987. Al salir caminar un dia, me di cuenta de que sibitamente desaparecieron algunos pensamientos perturbadores que experimentaba en el momento. También me di cuenta de que cuando me venian a la mente estos recuerdos, ya no resultaban tan perturbadores como antes y su validez habfa dis- minuido. Mi experiencia previa me habla ensefiado que los pensamientos per- turbadores generalmente sufren un cierto retorno al mismo punto (/oap) [con- sultar el término Jooping en el glosario]; es decir, tienden a repetirse una y otra vez hasta que el individuo, de manera consciente, hace algo para detenerlos 0 para cambiarlos. Lo que llamé mi atencién ese dia fue que mis pensamientos per- turbadores comenzaban a desaparecer y que estaban cambiando sin que yo hicie- ra un esfuerzo consciente para lograrlo. Fascinada, comencé a prestar mucha atencién a lo que estaba sucediendo. Percib{ que, cuando me venian a la mente los pensamientos perturbadores, mis ojos comenzaban a moverse muy répidamente, de abajo hacia arriba, y de mane- ra espontdnea. De nuevo, los pensamientos desaparecian, y cuando pensé en ellos voluntariamente, su carga negativa se habia reducido en forma notoria. En ese punto, comencé a realizar movimientos oculares de manera deliberada al tiempo que me concentraba en toda una variedad de pensamientos y recuerdos pertur- badores. ¥ descubri que también estos pensamientos desaparecfan y perdian su carga emotiva, Mi interés crecié a medida que me di cuenta de los efectos poten- ciales de este efecto. ‘Unos cuantos dias después, comencé a experimentar esto mismo con otras personas: amigos, colegas y los participantes de los talleres de psicologfa a los que asistia en aquella época. Estas personas padecfan una gama amplia de malestares & w CAPITULO 1: TRASFONDO ev He ov ; la poblaci6n, habian asistido a cantiq.. no patoldgicos y, al igual que i oe Gone les preguntaba: “Sobre qué = des variables de terapias psico! gi ee one aabsa Hoe pa - blema quiere usted que tsbeerae? pereurbadora, que inclufan desde hum’ ee eer ahaa frustraciones laborales del presente. Luego les ciones suftidas eo a habla yo movido mis ojos rdpidamente, hacia arriba y mostraba de qui manett ue imitaran dichos movimientos oculares mientras hacia abajo, y Tes pela qi im as, descubri que la mayoria de recordaban sus problemas. Para comenzar, descul rf que aE nas no posee el suficiente control muscular para continuar moviendo sh dios auraMTe UIT eRpaCTG de tiempo prolongado, Decidida a investigar esta posibilidad, les ped que sigateranrmis-dedos con la vista, af tiempo que yo movia mi mano de unlado 4 otro hast Tograr que sus movimientos coculares duplicaran la velo- cidad y la direccién que habfa empleado conmigo misma aquel dia en el parque. Esto funcioné de manera mucho més adecuada. ; Sin embargo, a continuacién descubrf que las personas en cuestién comen- zaban a sentirse mejor pero que quedaban atrapadas por el material perturbador. Con el fin de vencer este obstéculo, probé distintos tipos de movimientos ocula- res (mds rdpidos, més lentos y en distintas direcciones) y pedf a las personas que concentraran su atencién en toda una variedad de cosas distintas (como diversos aspectos del recuerdo especifico 0 los sentimientos que éste producia en ellas). A medida que avanzdbamos, comencé a aprender cudles estrategias lograrfan mejo- res resultados, Ademés, comencé a encontrar maneras convencionales de abrir y cerrat las sesiones que parecian alcanzar efectos positivos. En breve, al trabajar con alrededor de 70 personas durante aproximadamen- te seis meses, desarrollé un procedimiento convencional que, de manera consis- tente, lograba aliviar sus males. Debido a que mi enfoque principal se basaba en reducir la ansiedad del cliente (como habia sucedido en Hi pioeio caso con Toe movimientos ocilares) y debido a que la modalidad que yo seguia en aquella Roce era la conductual, di al procedimiento el nombre de Eye Movement sensitization (EMD) (Desensibilizacién por medio de Movimientos Oculares]. El primer estudio controlado oe invierno de 1987, decid corroborar si el método EMD obtendria el gan cheats of cnwiciones controladas. En mi trabajo inicial, habja logrado gran eficacia al emplear el método EMD con recuerdos antiguos. Por lo tanto, decid que, para mi primer estudio ofic icontrar un grupo ho: Primer estudio oficial, deseaba en homos nas Aqiie|adas por Tectierdos antiguos P fe en Jas victimas neo de personas aquejadas por rece i de pe los antiguos., pri age iguos., Pensé primero - ctimas de ac050 sexual y los vc veteranos de Vietnam auienes cumplen con el diagndstico del desorden de ston, postraumatico (PTSD): como era definido en aquel tiem < cl tiempo por el entonces vi iagnostic and Sta- dens Mena, wees cl ie y Dns de Dest , i 5 Asociaci i i cana, 1980). En un principio, ae oe ee pines i fe Re fob EL PRIMER ESTUDIO CONTROLADO ex 9 si los procedimientos probarian ser efectivos en resolver los recuerdos trauméti- cos, ya que atin no los habia probado en personas que padecian condiciones pato- légicas. ;Y si el cerebro en realidad almacena los recuerdos traumaticos de mane- ra diferente? :Y si no podfan ser localizados pot los procedimientos de la misma manera en que podfan ser localizados los recuerdos perturbadores no trauméticos? Pw Con el fin de probar si el método EMDR funcionatla con personas aquejadas por recuerdos trauméticos, decidi encontrar un voluntario que habia suftido traumas al participar en la guerra. “Doug” era un consejero del programa local de ayuda para los veteranos de Vietnam. A pesar de que generalmente era una persona bien adaptada y exitosa, un recuerdo recurrente parecla perturbarlo de manera exagerada y continua, Durante un recorrido militar que realizé en Vietnam durante los afios sesenta, Doug habfa servido como soldado de infante- rfa. Un dfa, cuando estaba descargando cadéveres de un helicéptero de rescate, un compafiero suyo se le acercé para darle malas noticias acerca de uno de los cuerpos que acababa de descargar. Ped{ a Doug que mantuviera en su mente el recuerdo de ese momento, al tiempo que él segufa el movimiento de mi mano con sus ojos. Asf lo hizo y, tras de dos o tres series de movimientos oculares, declaré que Ia escena habfa cambiado: La parte auditiva del recuerdo habia des- aparecido. En su lugar, solamente lograba ver que la boca de su compafiero se movia, sin emitir sonido alguno. Tras de otras seties adicionales de movimientos oculares, Doug me dijo que la escena se habfa transformado dentro de su mente, hasta asemejar “un trozo de pintura descarapelada bajo el agua” y que ahora se sentia tranquilo. “Finalmente puedo decir que la guerra ha terminado y puedo decirles a todos que pueden regresar a casa,” dijo. Cuando més tarde le pedi que pensara en Vietnam, la imagen que surgié fue en lugar de cadveres- un recuer- do de la primera vez que habfa volado sobre ese pafs, cuando le habfa parecido un “jardin paradisiaco.” Esta era la primera vez en 20 afios que Doug habia recor- dado una imagen positiva de Vietnam. Seis meses m4s tarde, cuando volvi a con- tactarlo, Doug me dijo que los efectos positives habjan durado hasta ese momen- to. A partir del tratamiento, la imagen perturbadora no habfa vuelto a invadir su mente. Es més, cuando buscaba deliberadamente que aflorara el recuerdo, le vena a la mente la imagen del “trozo de pintura” y ya no sentia la menor angus- tia cuando lo vela. EI éxito alcanzado con Doug parecfa confirmar que los recuerdos traumti- cos de varias décadas de antigiiedad podfan ser localizados y resueltos por medio de este método. Con esta noticia alentadora, inicié un estudio controlado con 22 victimas de violacién, de abuso sexual 0 veteranos de guerra de Vietnam que padecfan recuerdos traumaticos. 5 los sujetos fueron asignados al grupo de tratamiento o al grupo de control. Empleé el método EMD con el grupo en tratamiento, y a los sujetos en el grupo de control les apliqué el efecto placebo al pedirles que describieran con todo detalle el recuerdo traumético que les aquejaba. Interrumpf a los sujetos en ambos grupos aproximadamente el mismo ntimero de veces, con el fin de eva- luar su nivel de ansiedad y para obtener una retroalimentacién, empleando las mismas preguntas (por ejemplo: “;Qué ve ahora?”). El propdsito de un grupo de control era generar la posibilidad de obtener efectos positivos como resultado de |: TRASFONDO- 10 w CAPITULO 1: 7 a én directa de un invesigador y que el cliente ae pai €St0 al recue, In atencin dec ida similar de tempo. Esta cxposiclln, £2 que el suey do durante une CM™rnente el recuerdo durante UN *aPso C= HeMPO Prolonged, sostiene boats vada una condicion de anegamiento modificado (modified ‘hoe. puede ser consi’ ar el término anegamiento en el glosario), pero la cons, ding condition; cons sible obtener efectos positivos del ek le No es pi dicién placebo porque 10 ica di , deré aa do ae una exposicién terapéutica directa (direct therapey ic tratami ) que dure sdlo una sesion (Keane y Kaloupek, 1982), ee mae individual, pedi a los sujetos en ambos grupos que me habla. : ea agen perturbadora de su recuerdo traumético, junto con cualquier pensaiento regativo o creencia negativa que ae respecto al incidente mismo 0 a su participacidn en el suceso (como “Soy un ser sucio,” “No valgo nada,” “No tengo ningdn control sobre mi mismo”). A esto le llamo Cognicién negativa. Luego pedi a los sujetos que rememoraran el recuerdo y la cognicién negativa y que ellos mismos calificaran su nivel de ansiedad, empleando una Escala de Unidades Subjetivas de Perturbacién (USP , 0 en inglés, Subjective Units of Disturbance = Scale) de 11 puntos, en la cual el 0 (cero) representa intensidad neutral y el 10 equivale al mds alto grado de ansiedad posible (Wolpe, 1990). También pedf a los sujetos que verbalizaran un pensamiento 0 creencia positivos que les gustarfa tener respecto a sf mismos (como “Valgo la pena,” “Estoy en control” 0 “Hice lo que pude”). Finalmente, les ped{ que juz- garan cudn cierta les parecta esta creencia positiva, por medio de una escala diferencial seméntica de 7 puntos ~llamada Escala de Validez de Cognicién (€vC) 0, en inglés, Validity of Cognition = Scale en la que el 1 representa un concepro “completamente falso” y el 7 significa que el concepto es “completa- mente verdadero,” Previne a los sujetos que era preferible que, para formar su inca pri shal Sus sentimientos viscerales en vez de realizar un andlisis snk tn rnd cmb sale daminaes aumentSnotablemente su percpcisn respec ce cess cae s cent, lo que indcé una furs restructracion copnitin ie ed aol incrementaron los niveles de fear n cognitiva. En el grupo de control, se les respuests alas fakes iniciales de log ne inc iPio» lo cual es consistente con trados por ous investigadones (ae ee dimientos de “anegamiento”encon- A ‘oudewyns y Shipley, 1983). Ademés, a medida inusual que di dad en los sujetos del grupo de conerol, no ef ota fas ent sentido de autoeftecia Pos oeones eica, el met" Placebo, y se obtuvieron ofa otto después de partcipar en la condicién tratamiento retadado, Loe o> Positives del tratamiento con la condicién de seguimientos de 1y 3 mega cs Positives de tratamiento, mantenidos en los i6n sustancial, una notable e420 que haban logrado una desensibiliza- vas al suceso traumético y yr uctU"2ci6n cognitiva de las percepciones relat sjemplo, se redujeron en Joa’ “sminucién de los sintomas principales. Pot Un sujeto, cuyo historia indigenes? 188 quejas sobre perturbacién del suefio- © dos pesadillasviolentag - * que durante toda su ida habia padecido una Y tetrorificas cada seman; ae fio a, reporté que tuvo un sue! MAS OBSERVACIONES CLINICAS Y EXPERIMENTALES os 11 violento la noche después de un tratamiento EMD, pero que en esta ocasién no habia sentido miedo y que durante el suefio “hacfa una reverencia ante sus ene- migos Samurai.” Luego, él y ellos habfan “unido sus fuerzas” y, desde entonces, no habia tenido suefios violentos 0 terrorificos. Declaré que esto era, segtin podia recordar, el primer perfodo de su vida en que no habia tenido pesadillas y en el que se habia sentido “bien, con confianza en mi mismo, ininterrumpidamente.” Su esposa cotrobord que ya no se agitaba violentamente en la cama por las noches, Un veterano de Vietnam, que suftfa de recuerdos retrospectivos insertos en el presente (flashbacks) y que padecié de pensamientos intrusivos y pesadillas durante 21 affos respecto a un incidente particular, también reports que, después del tratamiento, sdlo tuvo una sola pesadilla subsecuente y que ésta no habia teni- do “la menor fuerza.” Es més, nos confié “Me di cuenta de que la persona que cortaba mi cuello dentro del suefio era yo mismo.” Nunca més padecié suefios terrorificos. Reconocié que sélo ocasionalmente padecta de pensamientos intru- sivos, pero declaré: “Ahora ninguno de estos pensamientos tiene verdadero poder sobre mf.” También se describié a sf mismo como una persona mds tranquila res- pecto a todos los asuntos y recuerdos relativos al incidente. ‘A pesar de que el estudio se vio mermado por la carencia de medidas estan- darizadas y la falta de evaluaciones ciegas, inicamente otro estudio controlado (con confusiones similares) ha sido publicado sobre esta poblacidén (Peniston, 1986). Dicho estudio reporté efectos moderados tras de 45 sesiones de desensi- bilizacién sistematica apoyada en la biorretroalimentacién. Por lo tanto, junto con otros dos estudios acerca de la terapia de exposicién prolongada publicados ese mismo afio y que descubrieron que los sintomas se habjan reducido en un 30%, la investigacién piloto del método EMDR se convirtié en uno de los prime- ros estudios controlados publicados que evaluaban la sintomatologia del PTSD (Shapiro, 19892). Mas observaciones clinicas y experimentales Durante los 12 afios desde que se realizé la investigacién piloto inicial (Shapiro, 1989a) han sido publicados mds de una docena de estudios rigurosamente con- trolados sobre el método EMDR, que ofrecen pruebas de su eficacia (vea Feske, 1998; Maxfield y Hyer, en prensa; Waller, Mulick y Spaces, 2000; Spector y Read, 1999; van Etten y Taylor, 1998). En consecuencia, las pautas de practica de la International Society for Traumatic Stress Studies (Sociedad Internacional para Estudios sobre el Estrés Traumdtico) ha designado el método EMDR como un tratamiento efectivo para el PTSD (Chemtob, Tolin, van der Kolk y Pitman, 2000; Shalev, Friedman, Foa y Keane, 2000), asf como lo ha hecho el Departa- mento de Salud del Reino Unido (2001). Tras explicar més ampliamente la meto- dologia, el capitulo 12 contiene un examen detallado de las investigaciones con- troladas existentes y de sugerencias para investigaciones futuras. Ademaés de la investigacién controlada, los exitosos resultados clinicos logra- dos con el método EMDR indican la amplia gama de casos en que dicho método puede ser aplicado (vea también el apéndice D). Por ejemplo, un sondeo que fue CAPITULO 1: TRASFONDO por un centro médico del Dep: Re nado parcialmente por t et aprobado y patrocne dos Unidos (Department of Veterans Affairs de Asuntos de los Veterans de Esra va método EMDR que habfan ware P ‘jproximadamente 74% de los cliniexs pvA) se enfocd en clinicos ae més de 10 000 clientes. Encont que aprnimadamence 7490 lo clin ido més efect i MOR declarer ges metas empleados, mientras que sélo 4% indicaron un i jpke, 1992b, 1994, 1995). ; dai ee jnicial sobre su eficacia (Shapiro, 1989a), se han reportado resultados terapéuticos positivos al emplear el método EMDR en una amplia gama de poblaciones, como ha sido tlocumentado en el siguiente caso y en los siguien- tes estudios controlados: 1. Veteranos de combate de la guerra “Tormenta del Desierto, " de Ia guerra de Viet nam, de la guerra de Corea y de la segunda Guerra Mundial que anteriormente f ahora han mostrado una mar- resulearon ser resistentes a cualquier tratamiento y que yostra veefa mgjoria en cuanto a sincomas tales como recuerdos retrospectivos insertos en el fresente (flashbacks), pesadillas y otras secuelas de PTSD (Blore, 1997b; Carlson Pesce ORusnakey Hedlund, 1996; Carlson et al., 1998; Daniels, Lipke, Richard- sony Silver, 1992; Lipke, 2000; Lipke y Botkin, 1992s Silver, Brooks y Obenchain, 1995; Thomas y Gafner, 1993; White, 1998; Young, 1995). . Personas que sufren de fobias y de “desorden de panico,” quienes revelaron una répi- da reduccién del miedo y de la sintomatologia (Doctor, 1994; de Jongh y Ten Bro- eke, 1998; de Jongh, Ten Brocke y Renssen, 1999; Feske y Goldstein, 1997; Golds- tein y Feske, 1994; Kleinknecht, 1993; Nadler, 1996; O’Brien, 1993). . Victimas de crimenes y oficiales de policfa que ya no se sienten perturbados por las consecuencias de ataques violentos (Baker y McBride, 1991; Kleinknecht y Morgan, 1992; McNally y Solomon, 1999; Page y Crino, 1993; Shapiro y Solomon, 1995; Solomon, 1995, 1998). Personas que han dejado de sufrir excesivamente debido a la pérdida de un ser amado 0 por muertes generadas en la linea del deber, como es el caso de ingenieros que ya no se sienten culpables de que sus trenes hayan matado, inevitablemente, 2 unos peatones (Puk, 1991a; Solomon, 1994, 1995, 1998; Solomon y Kaufman, 19945 Shapiro y Solomon, 1995). ifios que fueron curados de sintomas traumdticos ocasionados desas- c por ataques © ony eee (Chemtob, Nakashima, Hamada y Carlson, en prensa; Cocco y Shar- Pe a tos Datta y Wallace, 1994, 1996; Greenwald, 1994, 1998, 19995 Johnson, + Lovett, 1999; Pellicer, 1993; Puffer, Greenwald y Elrod, 1998; Shapiro» els nike y Wilson, 1999; Wilson y Tinker, 2000). : : ictimas S = mitiéndsles Mewes ee Gue se encuentran libres de sintomas debilitanes: per Wambach, 1999; Hyon 1990 oy mantener relaciones intimas (Edmond, Rubin ¥ Rothbauin, 1997) Sched 25 ronson et al., en prensa: Parnell, 1999: Puk, 19913 Abrams, 1991). al, 1998; Shapiro, 1989b, 1991a, 1994a; Wolpe Y 7. Victimas de acid fe cional o fisicamente y, eee y de quemaduras que se habfan debilitado emo- 19972; Hassard, 1993; McCann, 1992; Bene toe i eet So. 8. Victimas de disfunciones scxuales ee vpn oo) Solomon y Kaufman, 1994). sexual. " que ahora sot er rel exuales sanas (Levin, 1993; Werniky 1993), |" “Paces de manken x » » Lal an UN CAMBIO EN EL PARADIGMA os 13, ° . Clientes que se encontraban en distintos estados de dependencia respecto de sus- tancias quimicas y jugadores patolégicos, que ahora se recuperan de manera estable y cuya tendencia a recaer se ha reducido notablemente (Henry, 1996; Shapiro, Vogelmann-Sine y Sine, 1994). 10. Personas con desérdenes disasociativos que progresan a un ritmo més répido que lo logrado con tratamientos tradicionales (Fine, 1994; Fine y Berkowitz, 2000; Lazro- ve, 1994; Lazrove y Fine, 1996; Marquis y Puk, 1994; Paulsen, 1995; Rouanzoin, 1994; Young, 1994). 11. Personas que padecen de “ansiedad de desempefio” y aquellos que buscan destacar en el mundo de los negocios, en el teatro y Ia danza, en la escuela y en actividades deportivas y que han recibido los beneficios de los tratamientos EMDR (Crabbe, 1996; Foster y Lendl, 1995, 1996, en prensa; Maxfield y Melnyk, 2000). 12. Personas que sufren de desérdenes somatoformes, como el desorden dismérfico cor- poral, o de dolor crénico, y que se han recuperado répidamente (Brown, McGol- drick y Buchanan, 1997; Grant y Threlfo, en prensa). 13. Clientes que han sido diagnosticados con desérdenes de la personalidad 0 con PTSD complejo y cuya funcionabilidad y estabilizacién ha aumentado (Fensterheim, 1996; Herber et al., en prensa; Manfield, 1998; Korn y Leeds, en prensa). 14, Clientes con una gran variedad de PTSD y otros diagnésticos, que han experimenta- do un beneficio sustancial a partir de los tratamiento EMDR (Allen y Lewis, 1996; Balcom, Call y Pearlman, 2000; Cohn, 1993; Forbes, Creamer y Rycroft, 1994; Grainger, Levin, Allen-Byrd, Doctor y Lee, 1997; Lazrove, Triffleman, Kite, McGlasshan y Rounsaville, 1998; Lee, Gavriel, Drummond, Richards y Greenwald, en prensa; Lipke, 1994, 1995, 2000; Marcus et al., 1997; Marquis, 1991; Parnell, 1996, 1997; Phillips, 2000; Puk, 1991b; Shapiro y Forrest, 1997; Spates y Burnet- te, 1995; Spector y Huthwaite, 1993; Vaughan, Wiese, Gold y Tarrier, 1994; Wil- son, Silver, Covi y Foster, 1996; Wolpe y Abrams, 1991). Un cambio en el paradigma Tal y como lo hice notar en mis reportes anteriores (Shapiro, 1989a, b), fueron muchos los procedimientos aparentemente responsables de los efectos positivos que logré en el estudio inicial y que no pudieron ser incluidos en los articulos debido a una limitacién de espacio. El continuo refinamiento de estos procedi- mientos y la subsecuente evaluacién de cientos de reportes clinicos de terapeutas capacitados nos llevaron a comprender que los procedimientos éptimos provo- caban, simulténeamente, tanto la desensibilizatiénry ta Testructuracion Cognitiva detosrecterdas, como la obtencidn d le revelaciones espontaneas y un aumento en i sae declenrer Todo esto parecia ser el rest adaptativo de los recuerdos pefturbadores,_Esta Compr no gnbie andor Eye Movement Dextzaton and Reprosig (eMDRY Desensibilizacién y Reprocesamiento por medio de Movimientos Ocu> lars). El cambio de nombre del método, de EMD a EMDR en 1990, incluyé un cam- bio personal en orientacién psicolégica. At inicio; parti de una formulacién con- ductual, que intentaba una sencilla desensibilizacion de ta ansiedad. Mas tarde, eS se transformé en un paradigmia mas integrative del procesamiento de la 14 wo CAPITULO 1: TRASFONDO- sor Jicacién, a la préctica clinica, de | : in, Este paradigma incluye la ap! L nica, det oe oe gst ae los conceptos de procesamiento de a informacgn’ a oe cacttvas orginalmente presentadas por Lang (1977) y poy! (1981). A pesar de que existen otras importantes y merizorias teorfas sobre el pa. eae de a informacién (Barnard y Teasdale, 1991; Chemeob, Roitbla, mma, Carlon y Twentyman, 1988; Foa y Kozak, 1986; Horowitz, 1975, 1, mada, Rachman, 1978, 1980; Teasde 1998; Litz y Keane, 1989; McClelland, 19953 Rach 1995), al inodelo de procesamiento de Ia informacién que se basa en el meétodo EMDR es ambas cosas: en términos generales, es compatible con aquellas otras teo- riasy también es claramente distinta en cuanto a sus elementos y aplicaciones, ‘A pesar de que todos los modelos de procesamiento de la informacién son inherentemente especulativos, se espera que den origen a una mayor compren- sién de los principios fundamentales que gobiernan la percepcién y la integra- cién de informacién nueva dentro de los ya existentes marcos conceptuales y emocionales, Su utilidad radica en su capacidad no sélo de explicar, sino de pre- decir resultados clinicos. Y a pesar de que el modelo individual muchas veces deter- mina ciertas aplicaciones clinicas, el éxito de las aplicaciones clinicas no “com- X ira todos Tos demds modelos: Cad “mode prueba” el modelo al punto de excluir a todos Tos demas modelos, Cada mmodelo evoca ur de principios que pueden © ir-F efectos positivos bajo condiciones predeterminadas. La aventura consiste en encontrar excepciones ala regla y en formular principios que expliquen y obtengan fenémenos clinicos que ‘no tengan relacién alguna con los resultados predichos. Definitivamente, obtuve resultados positivos con la formulacién conductual de desensbilizacién que emple¢ inicialmente para aplicar el método EMDR. Pero lescubri que no era capaz de ex, icientemente ciertos fenémenos clinicos, ani craresponsable del éxito clinico de toda una variedad de aplicaciones del pro- {SIRIENG: Peerage que sucede COW mucha Fresiencia, En general ad miodelo también predice los tipos de aplicaciones clinicas que son necesarias para oa a Simos, Y una serie de tratamientos existentes han corroborado Por ejemplo, las aplicaciones de “atentividad” (mii ida das por Teasdale (1989) han recibido apoyo re 1 ee ina de 9 Ee : Teasdale, Sey Soulsoy 2600 t partie eerey ae peed ire y Foa y Koul (1985) hone ae 8 Ptincipiosadoptados por Rachman (1980) = a i licacie i: i tn rl a preg en a Lean Meane, Fairbank, Cadell y Zimering, 1989. Mecbe Loie i chine, Gncipi, Htashes, 1998; Tartier ef al, 1999). Sin embavors vecar de que ls Principios y las prdtion de net 1999). Sin embargo, a pesar de qu ser fécilmente identifiadas en las eat, Scopraas por Teasdale (1999) pueden tcorias, tambien valoss, con 8 EMR (vea el eapiulo 5), las dems el método EMDR, 'n practicas que han probado ser exitosas 0 Por ejemplo, Rachman (19: sentacionesbreves entre nq ae councia el silencio, las distracciones y las pre- : largas y repetidas promueven el proce samiento. Estas formas de aplicn s de aplicacion clinica som Propuestas también por Foa ¥ Kozak (1986) ) y por Foa y MaNally (1996). Sin embargo, como veremos més UN CAMBIO EN EL PARADIGMA os 15 adelante, el método EMDR “expone” al cliente breve y silenciosamente a estimu- los internos muchas veces difusos, que cambian continuamente, junto con una fuente de atencién externa, que podria ser considerada como una “distraccién.” De hecho y de acuerdo con algunos investigadores de las terapias de “exposi- cidn,” “En una terapia estricta de ‘exposicién’, el uso de [‘una enorme cantidad de componentes de tratamiento esencialmente EMDR’] es considerado contrario ala teorfa” (Boudewyns y Hyer, 1996, p. 192). Por lo tanto y sin menospreciar la importancia de las terapias de ‘exposicién’, los principios prevalecientes que gobiernan su uso no parecen predecir o explicar las précticas EMDR o los fend- menos clinicos que generalmente se observan (McCullough, en prensa; Rogers y Silver, en prensa; consulte el capitulo 12 para obtener mayor informacién). El modelo de procesamiento de informacién que guia la préctica EMDR se basa, en gran medida, en dichos fenémenos clinicos, incluyendo la répida mejoria de los sintomas asociados con desérdenes que anteriormente resistian todo tratamien- to, como el desorden dismérfico corporal (Brown, McGoldrick y Buchanan, 1997), dolores fantasmas en las extremidades (Shapiro y Forrest, 1997; Wilson, Tinker, Hofmann, Becker y Marshall, 2000), y el PTSD (consulte el capitulo 12). La aplicacién exitosa del método EMDR en casos en que el cliente padece de dolores fantasmas en las extremidades quizd pueda convertirse en un punto titil del contexto. A pesar de que aproximadamente 65% de los clientes que han sufri- do amputaciones padecen dolores fantasmas en la extremidad amputada (Jensen, Krebs, Nielsen y Rasmussen, 1985; Melzack, 1992), pocos tratamientos han ofrecido resultados consistentes 0 duraderos. Sin embargo, el modelo de Procesamiento Adaptativo de la Informacién predecia la posibilidad de alcanzar efectos positivos al aplicarse el método EMDR, que, hasta ahora, han sido logra- dos clinicamente por practicantes independientes (Shapiro y Forrest, 1997; Vanderlaan, 2000; Wilensky, 2000; Wilson et a/., 2000). Bésicamente, el dolor fantasma en extremidades amputadas puede ser considerado como una manifes- tacién de la memoria somdtica almacenada. El hecho de que el cliente atin per- ciba dolores en una extremidad amputada ejemplifica perfectamente que el recuerdo ha sido almacenado de manera disfuncional. Una vez que la memoria etiolégica y las sensaciones de dolor son enfocadas por el método EMDR, el dolor generalmente desaparece. Este ejemplo, de la necesidad de catalizar el procesa- miento de la informacién de un recuerdo almacenado, puede servir como icono para el tratamiento EMDR en general. Siempre y cuando el recuerdo haya sido almacenado disfuncionalmente, las emociones y los sentimientos negativos per- sistiran a pesar de que el cliente tenga conciencia, a nivel cognitivo, de que la extremidad ya no existe. Respecto a otras patologias, esto implica que no hay nece- sidad de sentir miedo o de seguir suftiendo. Por medio de la observacién de muchas sesiones del tratamiento EMDR, s¢ han identificado ciertos patrones de procesamiento de Ia informacién y de aso- ciacién de los recuerdos que han conducido a la formulacién de ciertos prin¢ pios que, a su vez, guiaron el continuo desarrollo y refinamiento de la préctica especifica del método EMDR, sus protocolos y sus procedimientos. Un principio que resulta crucial para la préctica del método EMDR (pero que no ha sido espe- cificado en otras teortas del procesamiento de la informacién), y que es sugerido 46 w CAPITULO 1: TRASFONDO a fac i rocedimiento, es que en todos nosotra, . wn : sere consi ocamente adaptado Pata procesar Ja ine pata ae s un estado de salud mental. Esta resolucién adapting : macién, ae a arecido las emociones negativas y que el aprendizaje x : nifica a ae iT oH integrado debidamente y que est disponible para ser uss ae ra Hes sible que el sistema se desequilibre debido a un trauma ta ae ane recmdrado durante un perfodo de desarrollo, pero una vez activady do al estrés engen: lo en un estado dindmico por medio del métodg apropiadamente y mantenid a . DoE podrd transmutar la informacién répidamente a un estado de resolucisn terapéutica apropiada. La desensibilizacién, has comprensiones profundas ¢spon- véneas, la restructuracién cognitiva y su asociacién con sentimientos o emocig. nes positivos y con recursos positivos son vistos como efectos secundarios del reprocesamiento adaptativo que se lleva a cabo a nivel neurofisiolégico, La invocacién de un nivel neurofisiolégico es un simple reconocimiento de que, al final de cuentas, es aqui donde se llevan a cabo todos los cambios. No suponemos que esto sea especifico del método EMDR; mas bien, cualquier forma de terapia exitosa serd correlacionada, al final de cuentas, con un cambio neuro- fisiolgico. Tal cambio neurofisiolégico es explicito en modelos de terapias de “exposicién prolongada” (Foa y Kozak, 1986; Marks e¢ al., 1998) y son impli tos en algunos modelos psicodinémicos (Horowitz, 1979). El paradigma de pro- cesamiento de la informacién también incluye en una categoria la tendenci conductual a la que me apegué originalmente, que inclufa el reconocimiento de 4a ineraccidn de material aprendido, de respuestas condicionadas, concomiten- tes isiolégicas y la capacidad del terapeuta para intervenir de manera estructurt- day obtener resultados que pueden ser observables a nivel conductual, De hecho, a los conductstas que quizd prfieran interpretar el método EMDR dni 12 para eee . CAPITULO 1: TRASFONDO ensa; Marcus et al., 1997; Rothb : Ee re » 1997, de waa oso 1596; S. Wilson et a, 1995, 1 997) que la “en We SC ae OF fr dere dp sicié” pi or Is estado de ansiedad que sufre el 4; so de inhibicién y para que sonia “?L, 1999). Unicamente los shred (vea Rogers y Silver, oe ae eel (en el que se “expone” al cliente a cients controlados de “exposic™ ede eliminar el PTSD en un 55-65% con un nine imigencs), indicat Goa eta, 1991, 1999 Tater etal, 1999), y que al age v0 de7 ey tian? in vivo, mds 50 a 100 horas de tareas prescritas, se puede ae la elirsinacion de este desorden en 75-100% de los casos tratados (Marks cra, 1998: Richards, Lovell y Marks, 1994). Como se ha hecho notar press mente, se ha reportado una ¢liminacién de PTSD en 77-100% en los estudiog EMDR ya mencionados, tras de 3 a 5 tratamientos (para mayor informacién, con- sulte el capitulo 12). Ademés, en los tratamientos EMDR no existe la menor inten- cién de exacerbar o incrementar el nivel de ansiedad del cliente, como sucede en el re. Es una diferencia que hace que el método EMDR resulte més satisfactorio para muchos clinicos (Boudewyns y Hyer, 1996; Lipke, 1992b, 1994, 1995, Pitman et al., 1996a). También vea los reportes sobre las perturbaciones sufridas por los terapeutas durante la terapia de “exposicién” (Marks et al, 1998; Richards ef al., 1994). Sin embargo, y de acuerdo con las investigaciones citadas, es innegable necesidad de que el cliente sea expuesto al suceso traumético por lo menos durante un cierto tiempo, al igual que es necesario descondicionar los estimulos que se asocian al trauma. Por estas mismas razones, los protocolos EMDR incor- Poran un enfoque de tres vertientes, que implica el reprocesamiento de los suce- S05 primarios, los estimulos presentes y las reacciones negativas de los comporta- mientos futuros. Enfoques cognitivo-conductuales La inco! inici: i aan ae cel enel oe EMDR de ciertos aspectos de la terapia 008" c los reportes brindados por las investipaci al trata- a ecto mie de vicina devin en Las ses ae tuyen la poblacén mas amplia de pane victimas de violacién sexual ue que padecen PTSD y el unico grupo s de guerra, que ha constituido el foco cent tados de estudios clinicos controlados. El tat efianza de teenne © eMfoques basados en muchos mézodes [at y mang ena Para que el cliente pueda hacer frente 4S" nicas de manejo del estrés: fA la adecuadamente; intervenciones cognitivas: ¢ los mits sociales que eran Ss*minacién de informacion que ayude a dP ‘°s comentarios negativos que las victimas ee ae Kilpatrick y Veronen, 1983s hasan cl en tes etapas y quay rosea de inoculacién en Cont ue se exploran ee, incluye una etapa educacional, una oP 2 SU situacign «ni de relajamiento y técnicas cogni”? "¥ Por iltimo, una etapa de aplicacion tmiento muchas ve incluyendo: la ens condicién particu ces implica el en | Para hacer frente CONGERGENCIAS TEORICAS os 25 chenbaum, 1977). Ha sido durante la etapa de aplicacién -o cuando los clientes Ia aplican por cuenta propia que las técnicas de “exposici6n” han sido emplea- das con éxito (Pearson, Poquette y Wasden, 1983; Rychtarik, Silverman, Van Landingham y Prue, 1984; Wolff, 1977). ‘A pesat del fuerte énfasis tedtico respecto al aspecto cognitivo del proceso terapéutico (Foa y Kozak, 1986, 1998), una revisién de la literatura respectiva indica que las técnicas de “exposicién” muchas veces son usadas como parte de tun paquete integral de tratamiento 0 como el principal componente del trata- miento (Fairbank y Brown, 1987a; Foa y Rothbaum, 1998). La desensibilizacién sistematica, que implica exponer al cliente gradualmente a una combinacién de técnicas de relajaci6n y un bajo nivel de ansiedad (Wolpe, 1958), ha sido emple- ada exitosamente con victimas de violacién sexual, en cuyo caso el tratamiento se centra en sefiales relacionadas con la violacién y los sentimientos de miedo y ansiedad que agobian al cliente (Frank et al, 1988; Frank y Stewart, 1983a, 1983bs Pearson et al, 1983; Turner, 1979; Wolff, 1977). Sin embargo, la falta de grupos de control y el escaso muestreo echan a perder muchas de las investiga ciones. Ademis, el uso exitoso de DTE ha sido documentado en un estudio sobre cuatro victimas de violacién sexual (Haynes y Mooney, 1975), en un caso de incesto en que el tratamiento requirié de cinco tratamientos de 80 a 90 minutos de duracién cada uno, realizados en dfas consecutivos (Rychtarik e¢ al, 1984) y en estudios controlados (por ejemplo, Foa et al, 1991, 1999). A pesar de que parece efectiva la desensibizaciSn ante ls seftales traumdticas, la comunidad terapéutica se muestra especialmente preocupada acerca del uso del DTE en el caso de victimas de violaciones sexuales debido a su fracaso al apli- carse especificamente a cogniciones irracionales o para proporcionar estrategias altemativas que permitan ala cliente afrontar su situaci6n y también por la posi- bilidad de que muchas clientes abandonen el tratamiento debido al prolongado estado de ansiedad que produce en ellas (Kilpatrick et al, 1982; Kilpatrick y Best, 1984). Es ésta una poblacién que ya es conocida por su alto indice de renuncia al tratamiento (Veronen y Kilpatrick, 1980). Dichos puntos han sido ref. tados sistematicamente (Rychtarik et al, 1984), pero existen muy pocos reportes en la literatura respectiva en referencia al uso de DTE con victimas de violacién sexual. Esto quizd se deba al alto nivel de ansiedad que debe ser evocado y man- tenido para alcanzar un tratamiento exitoso. El estudio controlado y comparati- vo inicial que se realizé con esta poblacién rsd (Foa etal, 1991) compar la ase- soria de apoyo (supportive counseling: Sc), la terapia de inoculacién en contra del exes a itaatin hp St) ya “exposicién” prolongada (prolonged expo- se) wna vat rapia de “anegamiento” (flooding). Inmediatamente ‘pués del tratamiento, se encontré que el SIT probé ser superior al PE, pero este descubrimiento fue reversado en el seguimiento que se realizé a los 4 m Tanto el PE como el str probaron ser superiores al Sc; sin embargo, 45% de log sujetos (quienes recibieron siete sesiones, ya sea de TS 0 de sI1) aia tetenfan cl diagnéstico de Tsp 3.5 meses después del tratamiento, P 1 i dio (ademas de los descubrimi Daa) caren en i ademés de los descubrimientos de Frank eal, 1988) parecan indicat que (rounds fsa de tratamiento lo consti una combinacién de amb : Posicién” (y que constituye un punto de vista (TULO 1: TRASFONDO- : ; 26 wo CAPITUL pido apoyo experimental (vea Resick y sc, ci realizado por Foa et al. (1 999), ; ce tudio subsecuen’ izaco | in condiciones de “exposicion’ 2 SIT igtaban aproxin’ ae Axio en la eliminacig de Ftsp, Ia combinacién de tas do damente 7 : J empleo exclusivo de la terapia de “anegamieng! no resultaba mi: . Ui dio rae oo Marks et al. (1998) en una poblacién de distin in estudi : cridad de la combinacién de 2° en indicd una falta de Super non ién de amb, oo ae W la de “exposicion (vea Rothbaum e¢ al., 2000, pata obs. ner uae oe a ‘Ja literacura relativa al PTSD ocasionado por traumas de era, exisren pacos estudios de grupos ce ee ane hayan publicads sobre el PTSD ocasionado por violaciones sexuales el caret al., 1997; Foa ‘al 1991, 19993 Resick y Schnicke, 1992) y tinicamente subsiste una cantidad limitada de reportes sobre casos individuales. Otro obstdculo mds debe superarse aluar Ia efectividad de los procedi- arnt pisqueda de material publicado para 6v" mientos del tratamiento con esta poblacién. Resulta que muchos de los trata- mjentos son inaugurados durante los 3 primeros meses después de la violacién, Jo cual constituye un tiempo en que posible que la victima se recupere espon- téneamente de los sintomas prsp (Fairbank y Brown, 1987b; Kilpatrick y Calhoun, 1988). A pesar de las dificultades, sin embargo, parecen existir bastan- tes indicios sobre la necesidad de que las victimas de violaciones ¢ incesto expe- Himenten una restructuracién cognitiva debido a que dichas victimas se valoran dai mismas negativamente y experimentan pensamientos autodenigrantes, que son reenforzados por la sociedad. Estas son cogniciones que se reflejan en sentimientos de culpa y vergiienza y en la manera en que las victimas se culpan a s{ mismas por fo sucrdido (Bart y Scheppele, 1980; Burguess y Holstrom, 1974s Forman, 1980: Hepper y Hepper, 1977; Scheppele y Bart, 1983; Veronen y Kilpatrick, 1980). Los temas recurrentes en casos de violacién, tales como la tristeza ante la pér- dida, la incomodidad al sentirse vulnerable, el miedo de ser atacada nuevamente y la culpabilidad por sentirse responsable del ataque, son situaciones que deben al a ; Ocupnick y Horowitz, 1981). Se debe prestar suma atencién a las Gién: [a teeulevarebifi ne ey que pueden ser destruidas por la a tido y la imagen positiva gue la cliente tiene snk coir ar aa eT 85) En la investigacion realizada en core a vie de sf misma (anoff-Bulman. Tr caubierso que la tetapin'co 9 orn. a victimas de violacién sexual, se ha a ansiedad (Prank, Turner y Dutt, be ficaz en reducir el miedo, la depresin FF Gite; Hutter y Marhoecter Donat 9; Frank y Stewart, 1983b; Resick, Jorett® (Frank et al., 1988) que com ay , 1988; Turner y Frank, 1981), yup estuc? ca que ambas ofrecen ——. 2 eee cognitiva y la desensibilizaci6n, _ control adecuados y de disenoa tl san ee eee Ta falta de grupos citados antefiamachts lies lad Gontiee oe eahicia fir cacia. La terapia de prscealticnt oo ones que pueden deducirse soe. sien parece ser altamente cficar on foysceenitive (Resick y Schnicke, 1992) ambirt Pero las evaluacionee inion nc tratamiento a esta poblacién particule también limitan Ine cornacbendientes y los controles que no se basan ©? cone es. No obstante, parece que la evaluacién de ae ue recientemente ha re . 1992). Sin embargo, un & 5 que, a pesar de que las CONGERGENCIAS TEORICAS os 27 stituye un elemento importante del tratamiento EMDR ican que el método EMDR acelera la Jes cognitivos y afectivos en toda cias autorreferenciales con: nto (vea el capitulo 3), y los reportes clinicos indi integracién de la restructuracién cognitiva a nivel una variedad de poblaciones clinicas (Young ef al, en prensa). Enfoque integrativo El consenso en la literatura investigativa indica que, para que el PTSD sea tratado cxitosamente, es necesario “exponer” a la cliente, de alguna forma, a las sefiales traumdticas para prevenir que ella asuma una actitud evasiva y para que tenga lugar la desensibilizacién (vea Fairbank y Brown, 1987a; Fairbank y Nicholson, 1987; Rothbaum er a/, 2000). Sin embargo, como se indicé anteriormente, a pesar de que no ha sido investigado suficientemente, se ha propuesto que una Combinacién de dos enfoques, el cognitivo y el de “exposicién,” podria ser mds cefectivo que el empleo exclusivo de la terapia de “exposicién.” Esto también pare- ce ser cierto en el tratamiento de fobias (Rachman, 1978). Existe una notable similaridad en los reportes sobre el tratamiento de fobias y el tratamiento del prsp (Fairbank y Brown, 1987a; Kuch, 1987). Bajo la luz que arrojan observa ciones tales como éstas y de acuerdo con la evaluacién de respuestas clinicas a los procedimientos ya iniciados, el método EMDR se desarrollé como un método que ayudarla espectficamente a integrar, en la cliente, nuevas y deseables declaracio- nes de si misma al tiempo que permitirfa desensibilizar las sefiales trauméticas. Dentro de este paradigma, un aspecto importante del tratamiento EMDR para sobrevivientes de traumas emocionales consiste en llevar a cabo una reevaluacién cognitiva que abarque redefinir el suceso, encontrarle un significado, y aliviar la culpabilizacién autoinfligida e injustificada (Janoff-Bulman, 1985). Ademds, el método EMDR ha sido estructurado para facilitar una répida integracién de la nueva informacién, de las técnicas necesarias para aftontar y manejar la situacién, y las conductas ofrecidas por el clinico. A medida que el enfoque cognitivo-con- ductual ha llegado a reunir muchas y diversas técnicas, un cierto mimero de éstas son inherentes en los procedimientos integrativos del método EMDR (Lazarus y Lazarus, en prensa; Smyth y Poole, en prensa; Young et al., en prensa). Sin embargo, como una forma de psicoterapia claramente distinta integrativa, el meétodo EMDR también incorpora aspectos de muchas de las principales tenden- cias psicol6gicas, inluida la experiencial (Bohart y Greenberg, en prensa), la psi- codindmica (Solomon y Neborsky, en prensa; Wachtel, en prensa), la feminista (Brown, en prensa), asi como muchas otras (Norcross y Shapiro, en prensa; Sha- piro, en prensa-a; Zabukovec, Lazrove y Shapiro, 2000) ademds del uso de un estimulo de atencién dual, como pueden ser los movimientos oculares, las palma- das o golpeteos y los tonos. Los principales investigadores neurobioldgicos han propuesto teorias para explicar los efectos que ejercen los estimulos de atencién dual (Andrade, Kavanaugh y Baddeley, 1997; Stickgold, en prensa; van der Kolk, en prensa), y las investigaciones empiricas preliminares han indicado que ejercen un efecto directo en el patrén viso-espacial (Andrade e¢ al, 1997) y el procesamiento de informacién hemisfético (Christman y Garvey, 2000), Estos estudios y especula- 28 Bw CAPITULO 1; TRASFONDO ciones respecto a las implicaciones de una respuesta de orientacién propuesta (Armstrong y Vaughan, 1996; Lipke, 1992, 2000; McCulloch y Feldman, 1996; Stickgold, en prensa) son analizados en el capftulo 12, junto con sugeren. cias para realizar investigaciones futuras. Junto con el uso de otros elementos pro- cesuales, el estimulo de atencién dual parece facilitar el procesamiento y, de acuerdo con algunos investigadores conductuales, es el preferido por los clinicos y los terapeutas (Boudewyns, Stwertka, Hyer, Albrecht y Sperr, 1993; Boudewyns y Hyer, 1996). Atin no se determina si esto se debe a la graduacién de la perturbacién o a la facilitacién de los procesos asociativos (vea también Rogers y Silver, en prensa). Resumen y conclusiones El origen del método EMDR, inicialmente llamado EMD, fue el resutado de lo que observé sobre el efecto aparentemente desensibilizador que ejerce la repeticién de movimientos oculares esponténeos en relacién con pensamientos desagradables. El uso de movimientos oculares dirigidos con 70 voluntarios que no padectan de males patolégicos probé ser variablemente efectivo en la reduccién de pensa- mientos perturbadores. Durante estas pruebas, el procedimiento fue elaborado para maximizar sus efectos en el tratamiento de una poblacién clinica. Un estu- dio controlado, publicado en la revista cientifica Journal of Traumatic Stress (Sha- iro, 1989a), con 22 sujetos que suftfan de la sintomatologfa PTSD, indicé que el procedimiento era altamente benéfico para la desensibilizacién, la restructura- cién. cognitiva y Ja eliminacién de intrusiones pronunciadas, causadas por el suceso traumitico. El cambio de nombre, de EMD a EMDR, ocurrié cuando se hizo evidente que el procedimiento implicaba un mecanismo de procesamiento de informacién, en vez de un simple efecto de desensibilizacién provocado por el tratamiento. El modelo integrativo conocido como Procesamiento Adaptativo de la Informacién subraya una metodologia que estimula la modalidad presumiblemente autocura- tiva de un sistema inherente de procesamiento de informacién. Se considera que los recuerdos de la infancia son la base de muchas patologfas padecidas en la actualidad, y se estima que los efectos del método EMDR cambian répidamente el impacto que ejercen dichos recuerdos con el fin de alterar el panorama clinico actual. Un enfoque de tres vertientes es empleado para atacar el suceso etiolégi- co, los detonadores actuales y los patrones de conducta que asegurarin acciones adecuadas en el futuro. Muchos de los componentes del método EMDR son coherentes respecto alos estudios realizados sobre el PTSD y respecto de reportes sobre casos en el campo de la bioquimica y en psicoterapias de tendencia psicodindmica, cognitiva, expe- riencial y conductual. Tanto para los propésitos de la investigacién como de la prictica clinica, debe hacerse notar que el método EMDR constituye un enfoque complejo, que cuenta con una gran variedad de componentes que son considera- dos necesarios para lograr una efectividad plena. El siguiente capitulo contimtia con una explicacién mds derallada del modelo para que pueda ser usado clinicamente.

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