La mirada del gato
Pablo dejé de leer el libro de cuentos de terror que tenia entre las manos y,
Birando la cabeza observé otra vez las cosas que se hallaban en aquella
habitacién. Algo lo inquietaba pero no sabia qué. Un enorme reloj colgado en
'a pared marcaba las once y media de la noche, y todavia no tenia suefio.
Por fin habia adquirido una casa con las caracteristicas que deseara durante
afios. Ahora tenia los muebles antiguos que tanto le gustaban, estaba
rodeado de ellos, pero se sentia incémodo en aquel lugar. Pensé que tal vez
lela demasiada literatura de terror, y que de alguna forma lo estaba
influenciando, mas enseguida descarté esa teoria. Siempre le habia gustado
leer cosas asi, no iba a dejar de hacerlo ahora, ademas le parecié que no era
€s0, era algo mas, tal vez atin no se habia adaptado a su nuevo hogar.
Tras un largo suspiro volvié a concentrarse en el libro. Apoyaba sus
antebrazos en una mesa redonda de ébano, detras de él habia una cémoda
enorme, de esas de dos puertas. El resto de la habitacidn estaba ocupado por
unas repisas llenas de libros, y en la pared que estaba frente a él se
encontraba una gran ventana, situada a mas de dos metros de altura.
Cuando pasaba una hoja del libro, Pablo creyé ver que algo se movia en la
ventana. Al levantar la vista vio que habia un gato en ella. El gato lo estaba
mirando. De pronto el animal encorvé el lomo, se eriz6, y con las orejas hacia
atrds abrié la boca mostrando colmillos, para luego saltar hacia un muro y
desaparecer en la oscuridad.
La reaccién del gato lo dejé sorprendido. “éDe qué se asusté tanto ese
gato?”, pensé Pablo “gDe mi? No puede ser. Es el de la casa de al lado, ya me
conoce, ademas un gato no reacciona asi por cualquier cosa...”. y al revivir la
imagen del felino, se dio cuenta que éste, un instante antes de asustarse,
dejé de mirarlo al desviar los ojos levemente. Lo que asust6 al gato estaba
detras de él. Y cuando pensé eso, un ruido leve delat que la puerta del
armario que tenia atrds se iba cerrando.