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Rojo 5 ~Verde Sol Oro 6 Purpura Venus Verde 7 Rojo Mercurio Naranja 8 Azul Luna Purpura 9 Amarillo Tierra Citrino, Oliva, Cuadrado 0 10 Blanco Rojizo y Negro (dividido en cuartos) ’ (En cada caso puede usarse el negro para la inscripcion). Estos, pues, son los componentes basicos del talisman. Ahora co- « rresponde al operador ordenarlos a su manera particular, decidir de — qué material va a construir su talisman (recordando la condicién de _ que todos sus materiales deben ser «virgenes», es decir, que no se ha- yan empleado ningun otro proposito con anterioridad, y en ésto queda incluido el pincel, la pintura, etc.), el tamafio de éste y el de los complonentes antes mencionados que pretenda incluir. Desde !ue- go, podria, si esa fuese su eleccién, grabar o pintar el talisman sobre un disco 0 poligono del metal apropiado. Los metales adecuados son: Plomo para Saturno, Laton para Jupiter, Hierro para Marte, Oro ara 92 el Sol, Cobre para Venus, Mercurio o Aluminio para Merurio, Plat: Para la Luna y Cinc para la Tierra. Pero, por el momento, sibieohe. deraremos la operacién como si se fuese a construir un talisman ti tarjeta. Hi Ahora, entra en la operacion el factor tiempo, y es recomendable trabajar con los supuestos tradicionales (los cuales merece la pena con Servar) y reservar una hora durante el dia que tradicionalmente se asi: : na al planeta bajo cuyos auspicios esta usted trabajando. Asi. i los trabajos de Saturno, Sabado; para los trabajos de Siipiter, a ves; para los trabajos de Marte, Martes; para los trabajos del Sol Do- mingo; para los trabajos de Venus, Viernes; para los trabajos ide la Luna, Lunes. Para los talismanes de Tierra no existe un dia especial, Aunque en las obras sobre magia se afirma con frecuencia que es ne- Cesario escoger ta hora planetaria correcta, en la practica y con ex Cepcién de operaciones extremadamente complicadas, esto puede i : norarse sin peligro. No obstante, si desea calcular la hora lo sigui o Puede servirle de guia: saa hare Existen doce horas planetarias o desiguales en cada dia y otras doce en cada noche. Se suma el total de minutos del dia real y luego se di. vide entre doce. Con ello se obtiene el nimero real de minutos de re hora planetaria del dia. Por ejemplo: hay, digamos, dieciséis horas de dia (tiempo que dura la luz) en un dia dado. Esto equivale a nove- | Cientos sesenta minutos. Divididos entre doce, se obtiene un resulta. do de_ochenta minutos cada hora planetaria. ‘ Mediante el mismo calculo se obtendré la duracion de la hora pla. netaria nocturna: ocho horas normales (de reloj) equivalen a ano cientos ochenta minutos, que divididos entre doce dan como resulta- do cuarenta minutos para Cada hora noctuena. ; Asi pues, tomando los planetas en el siguien $ i Piter, Marte, Sol, Venus, Mercurio, Lata la ee dia comenzara con el planeta atribuido a dicho dia y los demds segui- ran el mismo orden anterior, repitiéndose el ciclo hasta que cada a de las doce horas planetarias tenga su regente planetario. Lo mismo Se aplica para las horas nocturnas. , E] talisman debe construirse en el dia (y si lo desea también la hora) del planeta apropiado y consagrarse a la misma hora o siete dias des- ués, Una vez mas, el procedimiento de consagracién es flexible y de- Pende hasta cierto punto de las preferencias personales del fen te. Sin embargo, mostramos a continuacion® una breve eclewiota 93.basada en los cuatro elementos de la alquimia y la quinta sintesis in- visible de éstos. Equipamiento necesario para la construccidn y consagracidén de un talisman 1. Un trozo de cartulina ligeramente rigida (u hoja de metal si el talisman va a ser grabado). 2. Pinte del color apropiado, preferiblemente a prueba de agua: las pinturas acrilicas son las mejores para ello. 3. Lije ambas para el color principal y para la inscripcién. Si lo desea, puede utilizar una pluma para la inscripcién. 4. Uncompas, regla y lapiz para dibujar la figura con el numero adecuado de lados. 5. Agua en un recipiente que no se haya usado previamente. 6. Incienso, a ser posible del tipo apropiado al planeta corres- pondiente (algunas firmas comerciales venden inciensos planetarios; por el contrario, los mejores inciensos para Saturno son de mirra o algalia; para Jupiter, de cedro; para Marte, de tabaco; para el Sol, de olibano; para Venus, de benzoe, sandalo rosa 0 rojo; para Mercu- rio, de estoraque; para la Luna, jazmin o jinseng; y para la Tierra, de dictamo de Creta). Si no fuera posible, el incienso de iglesia que- mado sobre carb6n o varillas de sAndalo puro son los mejores incien- sos. 7. Sal. 8. Un pequeiio instrumento de corte. 9. Un pafio (a ser posible de seda natural) del color apropiado. El Ritual para ta Consagracién de un Talisman 1. Coloque el talisman sobre un paiio (si es posible de seda del color apropiado) y visualice por encima del talisman una gran esfera luminosa del mismo color. 2. Diga con una sola frase, en voz alta (para darle mayor énfa- sis) la intencién y el objetivo escritos de la ceremonia. 3. Rocie el talisman con el agua, diciendo: «Yo consagro este ta- lisman con Agua con el fin de (aqui repita de nuevo la intencidén)». 4. Encienda el incienso y pase el talisman el nuimero necesario de veces entre el humo, diciendo mientras lo hace: «Yo consagro este 94 talisman con Fuego con el fin de (vuelva a repetir la intencidn)». 5. Sople sobre el talisman el ntimero preciso de veces diciendo: «Yo consagro este talisman con Aire con el fin de (repita de nuevo aqui la intencién)». : 6. Rocie el talisman con la sal, diciendo: «Yo consagro este ta- lisman con Tierra con el fin de (vuelva a repetir la intencién)». En cada una de las operaciones precedentes, visualice la gran es- fera de color suspendida en e! aire sobre el talisman y que se va ha- ciendo mas pequefia, mas compacta, mas intensa, mas brillante y po- derosa. 7. Por ultimo, uniendo todos estos elementos en el quinto, Aethyr, visualice la bola de color descendiendo sobre el talisman y convirtiéndose en parte de él, mientras usted dice: «Yo uno este talis- man a mi Vida con el fin de (repita aqui la intencién)». En este pun- to, la operacién fisica mas apropiada para el quinto elemento es unir al operador con el talisman, ungiendo el talisman con una pequefia cantidad de la sangre del operador. Esto crea el lazo magico que mu- chas autoridades en la materia omiten con frecuencia. 8. Finalmente, envuelva el talisman en el pafio sobre el cual des- cansa, coldquelo en un lugar seguro y apague el incienso. Después, olvidese de él, Este ultimo mandato es el mds importante, ya que mu- chas operaciones magicas fracasan debido a la interferencia causada por la constante preocupacién y conjeturas por parte del operador so- bre la eficacia de la operacién. 9. Anote los detalles del efecto deseado, disefio y consagracién en su Diari Magico, para la posterior confirmacién de su eficacia o ineficacia. NOTAS ' Israel Regardie, The Golden Dawn. Llewellyn, USA, 1969. Vol. 4, pag. 53. ? Ver Drury, N. y Skinner, S. The Search For Abroxas. Neville Spearman, Londres, 1972, pags. 47-7*. 3 Puede destacarse que algunas de éstas parecen diferir de otras versiones publi- cadas; asi, por ejemplo, el sello de «Tiriel», Inteligencia de Mercurio, parece estar so- bre su lado y los sellos de la Luna difieren en numerosos aspectos de otras versiones. Esto es debido a que en The Magus (El Mago) de Francis Barrett, los sellos fueron trazados por dibujantes después de haber sido elaborados en el cuadrado. En estas re- producciones, teniendo en cuenta la convencidm de esquinas redondeadas donde una linea retorna a la letra anterior, los sellos son exactamente proporcionales a sus Ka- meas, y hacia arriba para que puedan ser sobrepuestos en el Kamea y dar, con preci- sién, los valores numéricos de las letras que comprenden el nombre hebreo de la enti- 95dad que concierne. En el caso de los complejisimos sellos de Luna, que comprenden hasta cinco palabras hebreas separadas, las palabras se han separado en dos grupos (como es tradicional) para evitar la oscurisima forma generada por las lineas sobreim- puestas que representan las lineas de todas las palabras, una encima de la otra. * Ver Capitulo Cinco para la tabla de significados. $ Ver Capitulo Catorce para més detalles sobre la evocacién. § Noes preciso seguir este ejemplo al pie de la letra, pero podria servir de mode- lo. A estas alturas el mago deberia tener bastantes conocimientos acerca de los princi- pios y asi poder construir rituales elementales propios. CAPITULO NUEVE EL I CHING EI I ching es un sistema binario de divisién; siendo las dos unida- des basicas el Yin y el Yang, respectivamente; la parte femenina esta representada por la linea discontinua (— —) y la masculina por la li- nea continua (——). Estos dos elementos se forman en trigramas, de los que existen ocho: Ch’ien Tui Li Chén —_ Sun Kan Kén K'un Los trigramas se combinan entre si para formar 8 por 8 combi- naiones, es decir 64 hexagramas. Las palabras trigrama y hesagrama ' indican meramente el ntimero de lineas existente en cada uno de estos dos tipos de figura. Los hexagramas son el producto final del proceso adivinatorio y los que transmiten la respuesta de la pregunta formu- lada: cada uno de estos hexagramas lleva escrito un comentario, de- pendiendo de la configuracion de las lineas y de su debilidad o fortaleza. Estas interpretaciones fueron hechas, supuestamente, por el Rey Wen y el Duque Chou en el siglo XII a. de J.C. El hexagrama, al igual que la figura geomantica, deriva de un pro- ceso de operaciones mecanicas que incorpora en él, de manera mani- fiesta, las condiciones de] momento en que las varillas son arrojadas, 97para predecir con precisién el resultado de los acontecimientos actua- les en el momento de arrojarias. Se recomienda que el adivino use las varillas tradicionales en vez de monedas; practica que ha entrado en uso como especie de taqui- grafia de las varillas, pero que debido a su misma simpleza y facili- dad parece viciar este método de adivinacion, lo convierte en una practica tan breve y simplona que no ofrece ocasién de crear ese esta- do mental que es la esencia de la interpretacién del hexagrama. Es necesario, por tanto, la adquisicién de un conjunto de cincuenta varillas como instrumento magico para la adivinaci6n por ei I Ching” {tradicionalmente tallos de milenrama cuya longitud oscila entre treinta y sesenta centimetros). Estas varillas han de guardarse en una caja, con tapa, qué filnca haya sido émpleada para ningun otro propdsito, conservando la misma pureza ritual que las cuatro Armas Elementa- les. También se recomienda que el propio Libro del Cambio se guar- de envuelto en seda o pafio y en un lugar cuya altura sea superior a la del hombro. ? J “Al igual que la operacién geomantica, uno de los requisitos esen- ciales consiste en formular la pregunta de tal modo que no exista po- | sibilidad de ambigiiedad en la respuesta. Por eso, debe evitarse hacer ' preguntas empleando frases disyuntivas y muy generales, tales como «zqué debo hacer?», ya que no son aconsejables. También, dado que el J Ching rara vez da indicacion del tiempo, es recomendable incluir este factor dentro de la pregunta. Por ejemplo, podria preguntarse qué es probable que suceda con este proyecto 0 a la persona, durante {tal mes o tal afio, etc. La Pregunta Real 1. El Libro del Cambio, el J Ching, se deposita sobre el altar junto con las varillas de adivinacidn en su caja con tapa. Coloque tam- bién sobre el altar un quemador de incienso, dos hojas de cartulina blanca (o dos bandejas pequefias) y un libro donde anotar el resulta- do de la adivinacién*. 2. Lanaturaleza de la pregunta, estructurada lo mds especifica- mente posible para evitar la ambigiiedad, debe escribirse ahora en la cabecera de pagina del libro. 3. El mago, ahora, ejecuta la Cruz Kabbalistica, y el Ritual Me- nor de Exorcismo del Pentagrama si también lo desea. 4. El mago se desplaza hacia el Sur y se situa mirando al Norte. 98 Enciende la varilla de incienso y consagra con Fuego los cincuenta tallos de milenrama, las varillas de adivinacién, cogiéndolos con la mano derecha y haciéndolos pasar tres veces a través del humo del incienso con un movimiento circular en el sentido de las agujas del reloj, mientras s€ concentra con puntualidad absoluta en la pregunta escrita en el Libro de Adivinacién que hay sobre el altar. 5. Wuelva a colocar una de las cincuenta varillas en su caja y deje las cuarenta y nueve restantes sobre la cartulina que hay al lado dere- cho. Luego, todavia usando la mano derecha, divida las varillas en dos montones aproximadamente iguales. 6. En esta etapa se realiza un Proceso que se ejecuta seis veces nee ee en cada ocasién, una de las lineas cada vez en el Libro ivinacién, ten; i it As i ioe iii ga cuidado de trazar las lineas desde la mds infe- a) Tome, del montén de la derecha, una de las varillas de milen- rama y sosténgala entre los dos tltimos dedos de la mano iz- quierda. Del montén de la izquierda, extraiga cuatro varillas cada vez hasta que en él sdlo queden cuatro o menos de cuatro en i montén. Coloque el resto entre los dos dedos siguientes de ia mano izquierda. c) Volviendo ahora al montén de la derecha, repita el proceso extrayendo cuatro varillas cada vez, hasta que sdlo quede un remanente de cuatro o menos de cuatro. Dicho remanente se coloca asimismo entre los dos dedos siguientes de la mano iz- quierda. d) Los «remanentes» acumulados en la mano izquierda haran ahora un total de cinco o nueve varillas y se colocan juntas en la segunda cartulina. e) Las varillas que quedan en la primera cartulina se vuelven a agrupar para separarlas répidamente en dos montones con la mano derecha, como antes. f) Los dos montones disminuyen, pues, del mismo modo que se describio en las instrucciones (a) a (d), dando como resulta- do, una vez mas, €] ntimero de varillas restante que se sostie- nen en la mano izquierda. Luego, se colocan sobre la segunda cartulina, con cuidado de no mezclarlas con el montén que hay en esta cartulina. g) Se vuelven a repetir los procesos (a) a (d), dejando un total de tres montones de varillas sobre la segunda cartulina, b 99Examinando el triagrama superior (Sol) y el triagrama inferior wag) y comprobandolos en la tabla siguiente, es obvio que este hexagrama™ 1 ~/ es el numero 37 (el hexagrama Chia Jen). Estas seran las posibles combinaciones de varillas sobre la cartuli- na: Primer Montén Segundo Montén Tercer Montdén 5 varillas 4 varillas 4 varillas TRIGRAMA 9 varillas 8 varillas 8 varillas SUPERIOR 5 varillas 8 varillas 8 varillas ee 9 varillas 8 varillas 4 varillas rEoe 9 varillas 4 varillas 8 varillas 5 varillas 4 varillas 8 varillas 5 varillas 8 varillas 4 varillas 9 varillas 4 varillas 4 varillas Del numero de varillas en cada montén puede deducirse la natu- raleza de la primera linea del hexagrama (que, como recordara, es la linea anterior). La siguiente tabla correlaciona los niimeros del mon- tén con la linea apropiada del hexagrama: Montones Linea Descripcién 544 ——o—— Una linea del Viejo Yang (p. ej., mévil) 9-8-8 ———x——— Una linea del Viejo Yin (p. ej., movil) 5-8-8 9-8-4 }—_—— Una linea del Joven Yang (p. ¢j., estatica) 9-4-8 5-48 5-8-4 | —————— —_ Una linea del Joven Yin (p. ej., estatica) 9-4-4 h) Una vez establecida la primera linea del hexagrama, se repi- ten los procesos a) a g) cinco veces para derivar el hexagrama comple- to. 7, Ahora puede identificarse el hexagrama. Por ejemplo: —ee | Sol — «— 8. Ahora cs simplemente cuestién de consultar el texto del hexa- grama correcto en el texto del J Ching. El texto de] hexagrama mues- Li tra la situacién actual, Las lineas mdviles (si existen) muestran el de- 2 sarrollo de la pregunta real, y el segundo hexagrama, formado 101 100cambiando la linea mévil a su opuesto (p. ej., Yang a Yin, y Yin a Yang) muestra el resultado de la situacién cambiante. 9. Después de la interpretacién se enciende una segunda varilla de incienso y las varillas se sostienen en la mano derecha y se pasan a través del humo en el sentido de las agujas del reloj. 10. La operacién finaliza con la Cruz Kabbalistica (y si se reali- za al comienzo, con el Ritual Menor de Exorcismo del Pentagrama). Interpretacidn Lea con atencién e imparcialmente el texto del hexagrama, sin re- lacionar en modo alguno el texto con su pregunta original. En esta etapa es importante no dejar que su propia concepcién de la gama de posibles respuestas influya en la lectura; en suma: mantenga sus- pensa la critica racional o la correlacién. Recuerde que el / Ching tie- ne una habilidad sorprendente para dar respuestas que interrumpe las posibilidades que se le hayan ocurrido a usted, hallando una solucién nueva y unica. Existe un curioso paralelismo entre las respuestas del I Ching y el eoncepto del pensamiento lateral de Edward de Bono. De regreso a la practica, el siguiente paso consiste en releer el tex- to para ver si queda excluida alguna frase, por lo general sin razon aparente: un mago cuya destreza con el I Ching era considerable, des- cubrié que las frases importantes realmente aparecian impresas con letra mas marcada (durante la adivinacién). Anote estas frases importantes, una debajo de otra. Mire nueva- mente, esta vez despacio, todo el texto en busca de alguna frase im- portante que pueda habérsele escapado. Luego considere la relevancia de dichas frases con la pregunta: si surge alguna conexién, andtela también en la misma hoja de papel. Ahora vuelva al texto, buscando conscientemente la respuesta de su pregunta. Concluya escribiendo su interpretacion del texto a la luz de la pregunta, sin omitir nada. Después juzgue las lineas méviles como indicativos de desarrollo: la interpretacién de estas lineas debe resultar obvia si el significado del propio hexagrama ha quedado ya bien establecido. En los textos chinos, el ritual mimero nueve se refiere a la linea movil que va del Yang al Yin, mientras que numero seis sé refiere a un Yin que se desplaza hacia un Yang. Recuerde que las lineas del hexagra- ma se cuentan a ir inea inferior hacia arriba, por lo cual un «nueve para el segundo lugar» significa que la segunda linea de 102 la parte inferior es una linea Yang que se desplaza hacia un Yin. Dibuje de nuevo el hexagrama con las lineas moviles cambiadas @ sus opuestos y utilizando la tabla (pag. -..) determine el nuimero del nuevo hexagrama, el cual representa el resultado o resultado definiti- vo. Interprete su texto del mismo modo que resumié el anterior. Si no existen lineas moviles, el hexagrama inicial contiene la res- puesta completa a su pregunta. El mensaje de los textos Parece ser, al principio, muy oriental, hasta que la familiaridad transmite la capacidad de interpretar los términos aparentemente militares, tales como avanzar y retroceder en una for- ma mas universal, que indican perseverancia © abandono del camino iniciado. Las referencias a lo que el Hombre Superior haria indican el camino mas noble o benevolente teniendo en cuenta las circunstan- cias del momento, «Rebeldes» significa los que desearian hacer fra- casar sus planes. «Sin error» o «sin culpa» quiere decir que si las co- sas no marchan segin el plan establecido, no es por culpa del consultante. La intuicién debe ser capaz de relacionar estos princi- Plos con la interpretacién de otra terminologia del J Ching a la luz de la pregunta formulada. Por ulti rde que la adivinacién debe ejercerse «sin pasion de obtener resultados», segiin dijo Aleister Crowley tan inteligente- , mente; adivine siempre sin el mas minimo deseo de conocer una res- puesta, solo por el mero placer del Proceso, para que cuando al fin la encuentre en la Pagina que tenga ante usted, su Sorpresa de verla alli sdlo sea superada por lo sorprendente de su exactitud. Finalmente, es bastante util visualizar los hexagramas del J Ching, de la misma forma que se ha detallado en el capitulo seis en torno a la visién del Tattwa; pero antes de hacerlo le conviene considerar la visualizacién en general y su relacién con la Proyeccidn astral. NOTAS ' No confundir con lexagram: i i unpaye cite el H a Occidental o Estrella de David, que son dos s ? Simbolo tradicional de respeto mostrado por los chinos hacia este antiguo ord- culo, 3 Quizds la traduccion mas sugestiva del I Ching sea \a realizada por Legges, pero la més fécil para trabajar en las primeras etapas es la versidn del texto de Alister Creme, siempre que se pasen por alto los versos ramplones. 4 Los resultados debe anotarlos, con el hexagrama correspondiente, en su Diario 103CAPITULO DIEZ TEORIA Y PRACTICA DE LA PROYECCION ASTRAL una claridad por el Oeste y una oscuridad por el Este; y mientras me hallaba perplejo debido a esta situacion, des- cubri que habia entrado en una calle mugrienta en la que vi, cerca de m(, un nifio en el umbral de una casa muy miserable. »Me acerqué a la casa; el nifio, al verme, se irguié rapidamente sobre sus pies y me pidid que le siguiera. Abriendo de un empujon la desvencijada puerta, me sefialé una escalera de madera podrida. Subi por ella y entré en una habitacion... »... me encontré con un hombre viejo y pequeno, pero no podia verle con claridad porque las persianas estaban cerradas. »... abrié un libro que yacia sobre la mesa que tenia ante si y me mostré un sello. Después de haberlo mirado con atencién, me explicd cabé diciéndome que se usaba para invocar a las. «Aparecié ante mi cémo utilizarlo, y ai cosas de tierra. »Mientras yo miraba, incrédulo, tomé el sello y, tan pronto lo hizo, empezo a salir de cada grieta y de cada junta del suelo una multitud de ratas y otros bichos. »... vi una mujer desnuda... El Adepto se volvié hacia ella y dijo: “Esta en trance; esta muerta; hace tiempo que esta muerta.’’ Inme- diatamente su carne, en estado de putrefaccién, se desprendio de sus” huesos.» Asi dice un extracto del Diario, 0 Registro de Magia, de Julian ker de diciembre de 1898. Baker, amigo de Aleister Crowley y, coi él, un iniciado de la Aurora Dorada, no estaba loco ni padecia ata de delirium tremens. Estaba registrando un experimente ques agudos algunos magos llaman «visualizacién por espejos en sobre lo que 104 en del espiritu», y eso es lo que a veces Ilamamos Proveci6n 5 En nuestro primer capitulo ya mencionamos la ii los ocultistas atribuyen a astral y a su moe fe Ne esbozar las técnicas basicas para lograr esta ultima —tecnig Mg = a las utilizadas por Julian Baker para obtener la visi; Eni, escrita—, pensamos que merece la pena examinar brey: f sarrollo histérico de las creencias ocultas referentes a los veh aes de consciencia. ris os idea de que todo ser humano tiene un «cuer de separarse del cuerpo fisico y adentrarse en un «vi Aan wats Antiguas escrituras hindtes que describen los ocho Sj ; eres Magicos) conseguidos a través de la practica del Yoga ten a uno de ellos como «el poder de volar por el aire» iy refig, con toda seguridad, no hace alusién a la levitacién fisica, ait, ‘ ca astral. En el Tibet y en China se extendid la creencia en la ul ve astral, como todavia esta ocurriendo en lugares, tan hon wecigy Bs come Haiti y Groenjandia. os de : nel mundo occidental, Ja creencia en el cue: tka de la proyeccién astral es muy probable ae ones oS ee my independiente de cualquier influencia orien cr anette 9s filésofos neoplaténicos de la primitiva era gig, at Sus teorias sobre el cuerpo astral a partir de los tilt, trollos de la doctrina de Platén acerca de la existencia de ede nase catalase (de ahi la palabra «astral», que procede de] ta ; ey estrella) y del concepto aristotélico del «alma seit nets «andloge a ese elemento del que estan hechat jag M = ae mn embargo, al memos es posible que ambos Concer. ee ‘ony el de Aristdteles, se formaran, por ultimo, en Jas tag a q €s y creencias primitivas de ]os pueblos de habla aria que tr ron ce cultura a los griegos vy a los hinddes. ma _ 5ea como fuere, no existe ninguna duda de que, ie del mundo occidental, al menos alguin seruie te de a 7 eae ea el cuerpo astral. Asi, Dante describio el alma, my oe e rodeada por «su propia fuerza creativa, igual aoe €n cuanto a configuracign y tamafio», y continuaba afin, os era capaz de adoptar cualquier forma que desease; esta ¢, ee ra : Settee del cuerpo astral —la idea de que puede ser nee Ho a vo luntad, por ejemplo, tomando apariencia de animal dea- Corriente hoy en el ocultismo occidental. a Dos siglos después de Dante, Cornelio Agripa, el Metalirgicy, Ocul Ocul. Capa %s my is (Do, itie- muy 105tista y filésofo, se refirié a la proyeccién astral. En sus escritos hablé de «vacacién del cuerpo cuando el espiritu tiene la capacidad de tras- cender sus limites y, como una luz que escapa de la tea, se extiende por el espacio» '. La actitud de la Iglesia hacia la proyeccién era ambivalente. Cuan- do era consentida por los ortodoxos se la llamo bilocacién, y la consi- deraban prueba de posible santidad. Cuando, por el contrario, era practicada por aquellos de quienes, razonablemente, podia sospecharse de herejia o brujeria, se consideraba como prueba de cooperacién con Satands, o de asistencia deliberada a los aquelarres, o incluso de alu- cinacién peligrosa (y posiblemente diabdlica). Asi, Sprenger, coautor de ese notorio manual de los inquisidores, E/ Martillo de las Brujas (1484), registré el caso de una mujer que, voluntariamente, se dirigié a los frailes dominicos para contarles que ella asistia al aquelarre to- das las noches. A lo que afiadié que, aun encontrandose en una habi- tacién cerrada, esto no le impediria asistir a dicha reunion. Al ano- checer, los dominicos, quienes parecen haber combinado un sano escepticismo con el gusto por la experimentacion, encerraron a la mujer en una habitacion, dejandola sola pero observandola todo el tiempo através de una mirilla oculta. Ella se eché sobre la cama, quedando totalmente rigida; se veia con claridad que habia entrado en una es- pecie de trance cataléptico. Los frailes entraron en la habitacidn e in- tentaron despertar a la bruja confesa, pero todos sus esfuerzos — algunos rudos en extremo, pues Ilegaron a quemarle los pies descal- zos con una vela— fueron inutiles. Cuando por fin salié, de modo espontaneo, del trance, hizo una descripcién sensacional de su visita al aquelarre, de aquellos a quienes habia encontrado alli y de los ritos en que creia haber tomado parte. La mujer fue afortunada, ya que los frailes sdlo le dijeron que estaba dando rienda suelta a su imagi- nacién, le impusieron una penitencia y la enviaron a casa. Otras bru- jas se toparon con inquisidores menos misericordiosos. Algunas fue- ron quemadas basdndose en pruebas menos evidentes. En el siglo xvii la creencia en la existencia del cuerpo astral y en la posibilidad de la proyeccién astral sélo sobrevivid entre los inicia- dos de algunas pequefias fraternidades secretas. Tales creencias no vol- vieron a ponerse de moda hasta que brotaron los movimientos espiri- tuales y teos6ficos en la segunda mitad del siglo XIX. Sin embargo, tan sdlo en los ultimos cincuenta aiios, algunas téc- nicas de proyeccién astral, extraidas de los escritos de Oliver Fox, Sylvan Muldoon y Hereward Carrington se han dado a conocer am- pliamente en el mundo occidental. El primer escritor de los mencio- 106 nados descubrié por si mismo que él llamo «la entrada pineal», mien- tras que el segundo desarrollé un modo de proyeccién astral que consistia en reducirse‘a st mismo a un estado muy proximo al de la muerte fisica. A pesar de la admiracién que esa extraordinaria personalidad, Dion Fortune, expres6 por los escritos de Fox y de Muldoon —algunas de las experiencias subjetivas sufridas por el héroe de su novela, La Sa- cerdotisa del Mar, estan claramente basadas en las de Maldoon—, no cabe duda de que la abrumadora mayoria de ocultistas serios consi- deraria los métodos que en ellas se defienden no recomendables. No sdlo frsicamente (aunque, desde luego, es evidente que existen Tiesgos materiales en someter el cuerpo a un trance semejante a la muerte), sino también desaconsejable espiritualmente, porque esa proyeccién descontrolada, sin la adecuada proteccién puede acabar, a veces, en que el mismo viajero se encuentre en uno de los Ilamados «infiernos astrales», atravesando los peligros de una posible obsesién de algun ente hostil. Todavia mas peligrosa es la practica de atajar sirviéndose de las drogas, como Ilave que abre Ja puerta de Jo astral. Probablemente éste fue el método empleado por las brujas de la Edad Media, ya que es posible que los «ungiientos voladores» con los que untaban sus cuer- pos antes de asistir al aquelarre fuesen, ni mas ni menos, mezclas de sustancias alucinégenas destinadas a inducir una disociacién del in- consciente. Meétodos similares empleaban, y a veces con resultados tragicos, algunos ocultistas franceses en la década de 1980, notablemente Sta- nislas de Guiata, y que hoy emplean algunos «eminentes» ocultistas que gozan de prestigio en el resurgimiento de lo oculto. Aqui tiene las recetas de dos «ungiientos de la proyeccién astral» actualmente populares en esos circulos: Lanolina ? 5 onzas Hachis 1 onza Flores de Cafiamo 1 manojo Flores de Adormidera 1 manojo Eléboro 1/2 manojo Alcohol 1/10 onza Laudano 1 1/2 onza Baya de Betel 1 onza Tintura de Potentilia L/S onza N. T. Una enza = 28,35 gramos.