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ig tint ee aes “nea 26 (C074 AAS el Bs Al Are sda con et dee: A pa ues 18723 Ingen enn / Pan An alti pnt wl pd on = ‘ie ii i oe: i in it eae Griselda Pollock Vision y diferencia Feminismo, feminidad e historias del arte Ineoduccin de aura Malet Cone “Taducciin de ‘Azucena Galetat @ destino del oto, deiienoe (con Julia Keseev en un principio ‘ecocrstenca: il otro no exist, para que exis yo? ‘A partir de Is produccin de artigas como Bracha Etinger, Hoes hese, Macy Kelly, Chatloee Salomon, AreSpiegelman, yl ani de peliculas paradigmésicas como Sbsab de Claude Lanmann y Noche y msl de Alain Resoas, ence oo, Pollock ae desplegando un pensumientoincsivo y original sobre cas ‘custiones: la ecesiad de insieire en eestigo, de no olvidar, fl lagae del see en la superaciin del trauma y la constuccion de ‘una memoria culeual, nica y los mites dels epresentacion fn ln persscenciay trsnemisin dela memoria, mando con- ‘entia de que cada mireda, In nacsrs nica, sada, stoda, Lona Masosernt Cora 1 Intervenciones feministas en las historias del arte Una introduceién oclue a as mujeres en Ia historia dl arte equiva a crea una historia feminista del arte" Demandar que te considere las snujezes no solo cambia lo que se extuiay lo que se vuelve ee. levance investiga, sino que también cuestiona en el plano po- Tisico alas disciplina exstentes. A las mujeres no se las eri Aebido a un olvidoo al mero prejicioy el senso esractaal de | mayoria de las disciplinas académicasconttibuye de mancra activa‘ la produceién y perpecuacin de una jearquizacign de _género. Lo que aprendemos del mundo y sus pubs obedece a tn patrén ideolégico que se condice con el ogden socal dentro del cul ese conocimiento es produco. Los esadioe de mujeres no se ocupan solo de las mujeres, sino de lov sistemas sociales y los esquemas ideoldgicos que sorienen la dominacién de los hombres sobre las mujeres dentzo de roe regimenes de poder mucuamenteinflayenter, principalmente la clase y la raza 1 Panne ements Elia Fx Garver, Pacing women history snhecy sR 18, mon dep ‘onder seers del dc als tes pela, Sin embargo, la historia feminiaca del arte euro su origen dentro de a historia del ace. La primera pregunta fue: cexetie- ron artistas mujeres? Inicialmente se pensé en ellas en los te ‘mins definidos por los procedimiencas y prococalostipicos de Ia historia del are: Ia vida y obra de Ia arcs (monografa), los conjuatos de piezas que conforman una obra (catilogos ra. zonados), las cuestiones de erie e iconogrfi, la pertenencia movimiento y grupos ariicos;y, por supuesto, emia de calidad. Pronto se hizo evidence que esa manera de pensae seta tuna camisa de fuerza que haria que auestros esudioe sobre ar tistas mujetesrepredjeran y ateguraran el exatus normativo de los artistas hombees y su aes, cuya superioridad permanecia in ser custionada bajo el dsfar de as eaegorias de Ate y Arts ‘Yuen 1971, Linda Nochlin nos previo del callin sin slide all aque legaramos buscando versiones femeninas de Miguel Ange. El critero de grandeza ya eseaba defnido por Ia masculnidad. “La respuesta ala pregunea «por qué no a habido grandes artis- tas myjetes?» no ibe a see ventajosa para ls mujeres i mantenta- mos las araduras dela categorias de Is historia del arte, que ya ‘specficaban por adelancado qué tipo de respuesta ameriaba se _mejance peeguaca. Desde el pnco de vista histic, las mujeres no eran artistas sigaificaiva (aunque no podia negase su exis ‘encia una vez que empezamos a derenterrs las prcbas) pore ‘fo cena a semlla naa del genio (el flo) que e Ia propiedad ‘sacral de los hombres. Por eso Nochlin ecb: Ge cocci co Hawa Ss, Orman, Landes, Rua & Kegan Pa 1978, Baste traacion al patil. nas, Medd nea ‘Se necesin una critia fein ela ciciplion que pueda as pas las imieacionescaleurales eideligin, reveals pain Tider ylasinadecuaciones nl ratio kei deat artistas mre, sil frei de a pga cali la tscpting ent talidad. Lx denominada seria fren Iejs de ser un tema menor y perifric, puede volver un en talizado, un potene ioreumencoinrelectal capa de sear los supucsco ms bsicosysnaturales, proveer un paradign prt ce pe de curtontmientes interac y cree vogue: con paraiginas establecidos por enfoques radicales dentro de En efecto, Linda Nochlia peda un cambio de parsdigma. La nocién de parsdigma se habia vueleo bastante popula entse los historiadores sociales del arte, que la tomaron presada de Le estructura de las rslaton cotifes de Thomas Kulm para dar eventa de la crisis que #comien2os de los aloe setenta aul las certezas y convencionesexgtenter enol campo de la hiscoria| del arte Un paradigma define lot objetivos compartidos den- lmabeth Baker y Thomas B. Hose), Art ond Sta Pu, Lndes, (Colle Macriln, 1973 p.2- (Exe ena sl ep or ul 0 ‘exci gre nao en Kato Codes Reiman © da See Comp) Cc mnie ol erred are, Metco Unie Ibooametana/Usiesad Nail Anno de Mein, 2007, pp 17-43) Vee tm el eel ene gue Noch frat DPreuntauor depend igen dee ec sip le ‘ero grnde cats hombern en “The dep of Cte Court. ‘asarmaon td rtaati wnder the hid Repl, br 22, on de 1982 4 Thom Kal, The Srv f Sif Renta, Chico, Ulver of chicago Pe, 1962 nice edn lp Last a tro de uns comunidad ciate, lo que se propone investiga y explicas, sus procedimientosy lnits. Es la mati de Ia disipli- tna, Un cambio de paradigma ocurte cuando xe descubre que el ‘modo dominance de investigacia y elaboraion de explicaiones no logra dar cuenta satsfacroriamente dels fendmenos que est ienciao dzcplina iene i tatea de analiza ‘Ala hora de pensar la historia del ace ce los siglos XIX y XX, el paradigma dominance ha sido la historia modernists de farce (Lema que se analizard en el comienao del capitulo 2). ¥ 00 fr que se trate de un paradigms defecaoen, sino mis bien que ideoldgicameace puede conser elas al extipalar lo que posible ono disuti en relacién con a creaciny la rcepcion del ate, De hecho, lahistora modernata del are compatte con ota modaldadesestablecdas de a hisroria del arc ives concepeo~ nes clave sobre la creatvidad y Ias cualiades supensociales del ‘mundo esético.* Ua elacoindicio dela pocencia dela ideologt se veenel hecho de queen 1974, cusnde el hisoriador social del te T,J. Clark publieé un arial en el Times Liter Seploneat enel que abria el debate deade una posicin marsist, fo hizo bajo 1 ieulo «Sobre las condiciones de la onacinariatieas* Pasados algunos aos, el eéemino «produccién» se volver inevitable y el consumo ocapara el lugas dela recep.’ To cual refcja la dfs, a pactie de Ia hisoria social del arte, de ate- "wl dimer, Msc, Fond de Calas Ect, 1971), 5 Par uomdeminclca weve Mar Roe Wha Hat, andes, Thames Hu, 176 6 Tr} Clark, On the condor of ani cee, Tn Lia Sigler 24 de mayo de 1974p. 361-363, ‘Ee por sjomplo el tel amet popu ot Jee Wolfen The Sia Paton, enya Pen, 1381 Ene aca espa Lo pda aa ie te Mae ay 1997), sgosias de andlsis dervadas de los Grande (sElementos fan ‘demencaless) la obta metodoldgia inicitica de Kael Mace. La incrodvcidn 3 ee manuscrito que salié a a iz recién a medi dos de los alos cincuenca ha sido una fuente clave para repensae Lani socal dela culera. En la seccin nici, Max cents pensar cSmo conceprualizar la totaldad de las Fuerzz sociales, ‘ada una de las cuales tiene sus propios y distiacivasefecos y condiciones de exisenci y, sin embargo, depende de las ocas feel codo, Su mira etd pucea en Ia economia politica y por ello snaliza lat relaciones entee produccién, consumo, dstabucisa « intercambio, discinguiendo entre cada una de las actividades pata poder abarcarlas como sina instancia dstines dentro de ‘ona eoeaidad estracturada y difereniada. Cada actividad se ve ‘mediada por las otras instancias y no puede existe o competae ‘8 propésico sin las demés, dentro de un sistema en el cual producein tiene priordad pues es la que pone todo en movie ‘Ricnto Sin emberge, cade una tiene sa propia eopecicidad, que Ia distingue dentco de eu ctaided no orginica, Marc toma el sjemplo del arte para expicar cémo la prodccién de un objeto _generay condiciona su conanen, y vicerere, a produc no solamente provee un material sb aceida ‘no también vou neceidad al material, Cuando e consumo emerge de primera inmedinery desu requedad atu.) ‘media coro impute po objec. La needed de ete i= to senda pore contumo x ced por la pereepctn del objeto EL objeto de arte de igual modo que cualquier oto producto crenun pablic seosble alate, capa de goceetéico. De modo {be la produccin no aolarmeteprduce un aber paral eto, ino ermbida un sujeto parse obeo, La producign produce, ‘es, el consume, 1) creando ol material de este; 2) deter tando el modo de consume; 5) provocando ene consumidoe necesita de pects que ella a crndo oxigiasamente cme objeto. En coneeuenci, el objeto de consumo, el modo decom sumo yelimpubo al ceesumo. Del mismo modo el consumo roduc la dpi del productr slicindol como needed que deverioa I ala de In produci se formulacindesticeea la narraivs pica de a hiseota del arce segiin la cual un individu vietuoso (hombe) cea, paste de su necesidad persomal, tna obra de arte concreta que luego sale del lugar privado de creaién para abit al mua, donde ser admicida yatesorada por los amances del arte que expresan la capacidad humana de valoca los objetos hermanos. Ladiscpl- fa dela historia de ace, como lactic lear, naturalizn eros supucscos. Lo que se nos enses ex cémo aprecar la prandezs del artista y la calidad de los objeosastiticos, Ese tipo de ideologies refutada por Ia ides de que deberos ‘estudiar Ia rotaldad dels eelacions sociale que daa fora als ‘condones de producciny consumo de los objets desgnados fen ese proceso como artes. Al excibc sobre el cambio de paca. sigma en a crc iteravia, daciplina relacionada con la historia del arte, Raymond Wiliams ober ‘Lo que me lama la atenciba ou ots as formas cone posineas de tcoda criti son toi sabre cl anion. Es deci, sue se preocupan por comprender un objets de mater ta que ‘ssl provechos y pueda se corecamente conaumido? Kaul Mars. Grin, Harmandowth, ngin Book, 1973 {1857 1858, 93. Ge ca eat al eal coda, en met fonder dee sie pits hae, 1857-1098, ‘Boece As Siglo XXI. 1980, p.9, 9 Raymond Willa, Boe nd siperarcrt n Mariscal, El enfoque alternative ex eratae a Ia obra de arte no como un abjeo sino como une prize. Wiliams recomiends analiza en palmer luge la naturalza y desputs las condone dean prtc. Asi, daremos cuenta de las condiciones generals de produce ‘socal y de consumo que prevalecen en una sociedad puncual, procesos queen ile instancia determinan ls coniiones de tun forma especfca de aceividad y produce social: a prdetca cultural. Pero entonces, dado que todas lar acividades que co laboran en ls formacién de una sociedad son préctcar, podemos ‘movernos con considerable sofistcacsn dela bisa formulacion| rmarsisea de que todas las pritcar culeurales dependen y som reducibles pricticaseconémicas (la famoea ides de Is rlacv base-superestuctura) a la concepcisa de una totalidad social compleja en In que operan muchas pricricas inertlacionadas {que consttuyen y en dlkima instancia se ver determinadas den tro dela mattz de esa foracién social que Marx formal como 1 modo de produccin, En oto ensayo, Raymond Willian ss- tiene que EF enfoque fialmenceeréneo de culquirs dees eudion ‘omsse en pate dl supuesto de drdenesteparads, comma cat so suponemor por coreumbe Gut las inaiuconesyconvencon res plitcas pertnecen aun orden diferente y automa de ls insiacones y covencines arcs. La politica y eat, unto on la inci, la eligi, Ia vd frie y lt dems catego as que arcterzamas como sblus, corresponden a odo 0 mundo de elacions acinar iteractantes (Si partimos de ta cemura rota, podemos pros com el exo dels wei aes particulars yas conexioes con oero pos, No oben, Pn Mari ad Caley, aes, Vero Book, 1980, p46 soles comenza con ls catego iss, a cul Herida tun ocr vez ana supesin muy erudia dea lacie. Williams formlaas uno de los principales argumencos sobre metodbologia propuesos por Marx en los Grandrive. Ali Mare se preguntaba dénde iniciar se andlss. Ee fil comenzar con lo ‘que parece ser uns earegora evident en si misma, como set la de spoblacins en la teora marisa, o a de caren en esto ‘aso, pero ln categoria catece de sentido si nase comprenden ss ‘componentes. Earonce, ue métoda debe seguitse? Si coments, pues, por a poblacin, endian espeesentacin ‘aii del conjuntey,peeczando cade ver ani, Hegaia sna. Ticamentes conceptos cad ver mis simple: de lo concreto epresentado egaia sabsraccone ca ver mis stiles hata leaner ls determinaciones mis simples Ligado a ete pun, haba de rempeender ie de recono, eta dat de msev con |g poblaci, peo esta ver no cena una representa cadien Jeu conant, sao una sc oad con mes determina ‘lone elacones." Si romaramos el arte como puaco de pata, tendramos una representacién cabeza, un eérmino genfica que aglutina un die wero rango de complejos Factores y précies idecigica, econ’ micas y sociales. Entonces, sea conveniente dividir el concepto ‘en producida, cia, mecenazgo,influencasetilisticas, fuentes iconogrifias, exhibicions, comerio, ensehanss, publicaciones, 1© Raymond Wiliams, Tb Lang Relig, Hacmndsweth Fein Books, 19801961, pp. 9536 ein wdc cpu sre mal, ‘Bens Aires, Nsva Vain, 200.30, 1 Mare ght de lems al ea simemas de signos, piblicos, etcéera.Existen machos libros de frre que abordan el tema de exa manera fragmentada y so vue vena abarcar Ia cotlidad al ceunie los capitan que trata eso8| Componentes por separado, ero al abordarlo de i manera © ‘ejaal tema en el plano analtica de las abstraciones sues, ‘deci, de elementos absrados de sus inceracionesconeretss. Pot ‘10, voltemos sobre musts pator para intent ere ree como tans price sil, como una tataldad con muchas tslaciones determinaciones es deci, com presonesy lites. ‘Cambiar de paradigma en la historia del ace implica, por lo tanto, algo mis que ean solo agregar nucvor materiales las smujeeesy su hiscoeia— alas categocas y méeodos ya existences ‘or ha levado a maneras completamente ncvas de conceptst~ lar lo que estudiamos y el modo como lo extudiamos. Una de las disciplinas afnes dentro de Ia que se habian comenzade desacollar ouevos enfoquesradicales cuando comenzamos ata bajar sobre estos cemas er a hisora socal del arte. Los debates tericos y mecodolégicos dels historingrafia marxista son muy recesatios y de gean pectinenca en la generacién de wn pari- signa feminsta pac el estudio de lo que es apeopiado renars- bar como producién culeural. La df pero necesaiarelacisn nce la historia femiaista del atte y la istoriogeaia marxiscs ce Lema del segunda capitalo de et libro, Si bien es mmpoceante cuestiona Ia autordad paternal del marxitmo —eegin el cual las divsiones sexuales son peiticamente naturleseinevitebles ¥ por lo tanto indignas de aniliss eebtico-, es igual de impor: ante sacar provecho de a revolucién eedrica ¢ hiseriogeica ‘que representa la teadicin marxsta. Un materialame histérico Feminisea nose limita» rusia clase por el géneto sino que busca desi la ineincada ineerdependencia entre clase, gene £0, también raza, en todas ae formas de la pricticahistércs. [No obetance, es una peioridad estratégicainseir en el econo ‘imienco del poder de Ia sexualidad y del género como fuerzs histérieassignificacivas, ean poderosas como cualquiers de las ‘otras matrices privlegindas por el marxigmo u ots formas de anilsishisteico o culeural. En el cecer capital desaeollo wa anilisisFeminista de las condiciones fundacionaes del modernis- smo en el espacio erocizado y generizado dela ciudad moderne, ‘uestionando de manera dicecta la sutordad del rela histico| social que categércamentetechaza al ferinismo como un cote lavio necesario. La intencién es desplazar los efectos lmicances de tales eleceuras purialesy revelar cm los anliss matera- lista feministas no solo eatan temas puntuales asociadoe alas rmujeces denteo de Is historia cultural, sino también problemas consensuados y centres Sin embargo, existizron otros modelos que se deserollaron ‘en discplinas aniloges, como los estas lieraiosy a ceri ‘mica, slo por nombrat los de mayor inluencia.Inicialment, preocupacién iamediaa era desaroar nuevas maneras de ana liear un cexto La ides de que un objeto hermoso o un buen libro eran la expeesion del genio del autorartiaes y que A (ie) era el medio por el cual se manifesaban lar mis als aspiracones de a caleura humana, se vio desplazada por el énfsis en la actividad productva dels extos escenas en las que re rabaj, se esribe ‘se producea signos; yen las que se lee, 4 mira. feferia al campo tebrico y metodolégico desde el cual se hacen sfrmaciones y se produce conocimiento. La problemacica de ua adi feriniea de la cultura visual como pare de wna empre- 1 fominista més amplia podtia definiese en ls siguientes tée- Ii: [a consruccin social de Ia diferencia sexual, Pero sera ncerario complementar ese ands con el de la construceia psiquica del diferencia sexual, que ec! lugar donde se inscribe lento de los individos, por medio de las eelaciones sociales f= mila, la distincién socialmente determinada que pevilegia sexo como critero de poder. Es cierto. que debemos sefslar Ia discriminacién hacia las mujeres y corer que se las hays omitdo dela historia, Pero esa puede volverse on failidad una empresa negaiva de objetivas Tisitados, bisicamente de coreccida y pesfeccionamiento. Ea le historia del arte hemos documentado Ia actividad aristics de lat 1 Temi Wen Sti Gn iy fini ve May ays pel sd cn sa Tr, fmt ‘eee Puming nim onda {Dresb: andes nds Ps DOT snujeres yen epetidas ocasionesexpuesto el pejucio que velaba clreconacimienco de Is parcicipacin de las mujeres en a ele 1 ePero ha teil realmente alg efecto? Ocasionalmente se te da agin lugar marginal a cursos sobre las mujeres el arte, con lo eval no se ceemplaza el paradigma dominance. incluso ‘enello hay motivo para slarmarse. Pot ejemplo, en la instcucin| cn la que trabso, el plan de estadioe pars obtener ua teulo 6 de cuatro aos, y dentro de ese plan se expone alos estudiantes a ‘ccs feminists dela historia del ate y aun curso sobee ati «2 feministasconterpordneas durante vente semanas, in curso dd dos semestres Sia embargo, un sseaorexterno cuestons no habia demasiado feminismo en naseto cuseo. Desde ya que la patcialidad debe preocuparnos profundamente, eso nadie pare- ‘e preocuparse demasiado por el masculinisme masivo del resto de los cursos. La ansiedad recja que hay algo mayor en juego ‘que [a mera mencin dela mujeres. Ls intervencionesfeminis. «4s demandan el reconociiento de las tlaciones de poder entre los géneros, haciendo visibes los mecanizmos del poser mascur lino, ta conserucci social dela diferencia sexual yel papel gue dlesempefan las represeneacione cultures en esa conseuccion, -Mienerasdiscutimos sobre las mujeres, a fail los ofcis, ‘cualquier otro tema que eabsjemos, como feminists seguimos sosteniendo como algo dado socialmente la categoria de mujer, Famili, las esferas separadas. Cuando insetimos en que la dife- rencia sexual es prodace mediante una serie incerconectada de rdercas sociales © insticuciones de las cules son pate las far 17 aia de place sore ete emu elena ao con ‘re: Quon serps ye pl i dee ‘ge frei, puede tamine» Rea Parker» Greta Plas (i a i ad ty, tances, age Rega a lias, la educacis, los eseudis sobre ate, las galerie y cevisss, las jerarquiae que soetenen el dominio masculino son puestas bj escruinio y presién. Eaconce, lo que extudiamos ewande ‘seudiamos las artes visuales es una iastancia de cea produc iin de diferencia que por aecesidad debe set considerada en un ‘marco dablecapaz de concemplar: a) ls epecificidad deus eee fos en cuanto prictia concreta que Gene sus propioe maceit~ les, recurs, condiciones, participants, modos de capaciacion, competencia, pericia, formas de consumo y discusosssociadon, ssi como también sus propios digs y reedriea b) x incerde- pendeneia de otros dacursosy prticss socials, que colaboran ‘ens intelgibilidad y su significado, Po ejemplo, una mujer de visica en la Royal Academy de Loodees a mediados del siglo XIX Tlevaba consigo un bags ideoligico compuesto cle periéicos ituseados, novelas, datos, revistas, libros sobre el cada de loe nis, sermones, manuals de etiquets,conversacones sobre medicing, et, que apuntaban a las mujeres de la urguesia ‘ran consumidos de divers manerss por ells, bombardeadas| ‘con esas representariones de Jo que debia ser una dara Pero 0 todos esos dtcurtos decian lo mismo, al coneraio de lo que la tess bisica sobre Ia idelogia dominance nos haria cece. Cada uno de ells ariculaba de forma dsiniv la pregunta acucante sobse cémo defini la masclisidad y Ia feminidad en lou téemi- nos de un sistema capitalista imperialist, y de acverd a formas ‘determinadas por el origen institucional, os produetore y€ p= blico de esos materiales. Pero en lar neerconexione,repeiciones 1 parecidos se generaba un ségimen de verdad que prevaleca y provela un gran marco de ineligbilidad dentro del cual se pre- fevianciertas manerss le comprensén y otras se consideraban impeasables Por ero lz pincura de uns mujer que ha elegido ‘una pareje sexual por fuera del lazo maccimonialpodia sr lela como un mujer caida en desgracia, uns fueres que ompla con llorden del encramado soci, a enceenscin del coos, una ene- fnaza contaminante a la pureza de su condiién de mujet, una criacursanimalizada y embutecida cecana por peeponderan- cia de sus procesos sion ala clare eabsjador,y por 8a promis ‘dad sexual alos pueblos speimitivons, ecéters Sin embargo, édivergittan ene a as lecturas de una mujee y de un hombre? dEn qué medids diferiria la representaciin de haber sido el producror de Ia imagen mujer w hombre? Me de- cendré en esta cuestign en el capitulo 3. Uns de las principales responsabilidades de una interven feminists debe sere seu diode ls mujeres como productoras. Pero coma hemos proble- smatizado la categoria emer» pata que su construc histiea sea precisamente el objeto de nuestro anlisis,procedereaos, n= ronces, no desde a presuaciéa de que existe una eeenciafemeni- 1 por fuera de las condiciones socials, a pascialmenteinmune elles, sino desde el andliss dele relacion diaéctica ent el hecho dle ser una persona poscionada en lo denominado -femeaino» ddengzo de los dtdenes sociales que vasian con la historia lat rmaneeashiseércamenteexpecificas en ue not slimes siempre dle esa poicdn. Ser una productors de arte en a sociedad bur ‘gues parisina de finales del siglo XIX era, de cieta forma, una transgresiin ale defiaicida de lo femenino, érmina que en sf mismo conllevaba una idea de clase. Se suponia que las mujtee debian ser madees y Angeles del hogat que erabajaban y que, sin dude, no ganahan dinero, Sin embargo, el mismo sistema social que producia ess ideologia de lo domértic, que ti ‘cs de mujeres abrazaban y mantenian viv, eambién gener la revolucdn Feminist, que proponta un coajuata de defniciones completamente diferente de lo que consiuian las posblidaces ¥ ambiciones de las mujeres ideas que, no obueante, se dees any vivian dentro dels limites extablecides pols icologias dominanees de a feminided. En ls ut negociacon de lo que es pensable o este llé de fos limites se van modifcande las de- Fniciones y prictcas sociales dominances mediante las cuales se prodacen y artical ess limits. Esto sucede a veces de manera fadical, como en momentos de méxima lucha politica colecti- wrt. 0 menos abicramente en las constanes negociaciones de as Cconeradiciones en las que ext inmerso todo sistema social. Ea fos epaciosen los que la diferencia a produce con mayo isis encs, como ls erriorios eotzados de la ciudad moderna que efi en el capitulo 3, es posible deinear con mayor clardad las condiciones diferencals de las préctcas artistic de ls mu~ jeres de forma tal que esa delineaciin transforme de manera ra- lical las descripciones existences del fendmeno. En ex capcul, ‘Modernidad y espacios de Ia ferinidads, mi atgumentacin se fominimo, {que pone en tela de juicio a la cfica feminine, Ia ceora feu diana no prescribe la sociedad pattiarcal sino que la describe, yy podemos valeenos de esa descripcin paca comprender emo fanciona. Ba su incroduccin se reiere al grupo feminists pax risino Paychanalyse ec Policique y explica el incerés de sus ia- tegrances por el psicoandliss Taflidos -aungue cricamente~ por Ia peli intereern: cin de Feud propuesca por Jacques Lacan, Paychanalyse et Politique ulin el psizonndiis para una compeensn de as ‘operaciones det inconacienee. Su interés conte en anliat ‘limo hombres y mujeres viven amo ima maja en as condiciones materiales de wu existencia canto genet especies. Afrman que el pricoanilis nox proporcions los concepeos con los que podemos comprender cme funciona la pscolgla;incimamente zelaciondo con ef, O08 fede ut isi del lgae ye significado det seraidad y de las die encias de género dentro de a sciedad, De modo queen tanta a eeoria arse expla a sivacin histicn y econdmica, 1! pricoanlisis en conjuncign oa la nacones de ideologla

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