La dosis minima de Ivan Duque
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BOGOTA — Desde que asumié la presidencia el 7 de agosto, Ivin
Duque se enfrenta a las promesas de su campaiia electoral, Una de ellas
consistia en prohibir la dosis personal de droga, ya despenalizada en
Colombia en 1994 por la Corte Constitucional. Tres dias antes de
ccumplir un mes en el poder, su gobierno expidié un borrador del
deereto que permite a la polieia decomisar la dosis minima de droga —
sin especificar cantidade
multar al portador y destruir el bien
incautado.
El deereto, més que un acto juridieo, es un acto politico. Duque
eentendié durante la campaita que un discurso eneendido sobre una
multitud de j6venes anérquicos que fuma marihuana era
lectoralmente rentable. Mientras la despenalizacién de la dosis,
personal se presentaba como el enemigo de la moral y las buenas
costumbres, hablar de su prohibicin era la esperanza de retornar a un
{dilico mundo libre de drogas. Ahora, como presidente, y —segiin la
mds reciente encuesta de Gallup— eon menos aprobacién que el
expresidente Juan Manuel Santos, Duque est buscando aplausosdesde Ja triuna y puntos en las proximas encuestas de popularidad.
Pero poco més: estas medidas son ineficientes para combatir a los
srandes grupos del narcotratico y para reducir los dafios asociados a
estos.
Para ello, Duque tiene que entender lo que ya demostré la experiencia ExrLoRA wrMes Comes
de América Latina y el mundo: para golpear al nareotrfico es indtil
centrar los recursos del Estado en perseguir alos consumidores
recreativos. Con esta decisién, el gobierno solo seguiré inflando las
estadisticas de la guerra contra las drogas, que ya son altas, Segiin
Dejusticia y el Colectivo de Estudios, Drogas y Derecho, entre 2005 ¥
2014 nueve personas fueron capturadas cada hora por delitos
relacionados con drogas en Colombia.
Enel Peri, ura atemativa a Ma
an oct
El nuevo gobierno, en todo caso, tendrfa que dedicar esos recursos a
ccombatir fos eslabones mas fuertes de Ia produecion y tréfieo de drogas:
desmontar las organizaciones delictivas, procesar alos capos,
desmant
lar laboratorios, ineautar grandes envios de eoeaina y, sobre
todo, perseguir el objetivo final de los traficantes: el dinero, La
ineautacién de toneladas de cocaina y la deteecién de las cuentas
Dancarias de los mafiosos o empresarios que lavan su dinero es un
golpe més certero al nareotréfico que retroceder veinticustro aiios y
prohibir, de manera fallida, la dosis personal.
El argumento del presidente Duque —y de otros politicos del Centro
Demoerdtico, su partido— es que hay una relacin direeta entre el
aumento del consumo de drogas y permitir sin sancién su porte y uso.
Esta tesis, que justia la prohibicién de la dosis personal, es
equivocada, Un estudio de la Universidad delos Andes encontré quela
tasa de consumo de droga en Colombia entre 1996 y 2008 fue similar a
Ja de México, pais que durante ese periodo no despenalizé el consumo
personal. Hl informe apunta a que no hay evidencia que permita
confirmar que el consumo de drogas haya aumentado desde que se
despenalizé la dosis personal.
La consecuencia de Io que propone el gobierno de Duque es doble: por
un lado, en la préetica nada cambiard. Decomisar droga ya existe en el
Cédigo de Policfa que entré en operaciones en 2017.
establece que es comportamiento indebido *portar sustancias
prohibidas en el espacio piblico” y que el castigo, justamente, es una
sancién administrativa, destruir la dosis y una multa de 196.
‘pesos —unos 65 dolares—. Por el otro, obligard a la polieia a perseguir a
consumidores recreativos. ¥ es que para el gobierno colombiano solo
existen dos figuras: adictos y trafieantes; no consumidores reereativos,
que ni tienen problemas de adiecién ni son mafiosos.
articulo
Esta postura estatal que condena sin matices el uso de drogas ha
derivado en un excesivo castigo al consumidor. Un estudio de
Dejustieia advierte que en los iltimos quince aos la poblacién
encarcelada por erimenes relacionados con drogas auumenté un 28
ypor-ciento. Es la tasa de crecimiento de poblacién carcelaria por drogas
mas alta de América Latina, El informe sefiala que se sigue
criminalizando a consumidores ocasionales de droga que, en gran
‘medida, forman parte de poblaciones vulnerables de la sociedad.‘También, el decreto de Duque pone sobre le mesa una discusin
jusiiea: la medida podria ser inconsttucional porque eontradice el
sentido de Ia decision de la Corte Constitucional de respetar la
autonomia del individuo yel “line desarrallo de la personalidad”.
Cuando se autoriza ala poliefaa requisar a cualquier ciudadano bajo la
sospecha de tener un eigarillo de marihuana se esta vulnerando un,
derecho fundamental de las emocracias modernas: los gobiernos no
pueden perseguir a una persona que no le esté causando dao a otto.
Incluso antes del decreto, la legislaci6n colombiana sobre el consumo
de drogas ha sido vaga y contradictoria, Durante la votacion de la ley de
1994 que despenalizaba la dosis personal se advirti6 una “paradoja
inexplicable y una contra protuberante”: se autorizd el consumo
de Ia dosis minima, pero se mantuvo la penalizacion del narcotrafico.
Es decir, la ley protege @ quien consume, pero sanciona a quien le
suministre lo consumido. El desafio, como hizo Uruguay eon la
legalizacién de produccién —a cargo del propio Fstado—y la venta de
‘marihuana recreativa, es evaluar como despenalizar la cadena completa
para arrebatar el negocio de las manos de los grupos eriminales.
[En lugar de centrar la mirada en buscar y perseguir dosis tan pequefias,
se tendria que proponer una legislacién que despenalice toda la cadena,
como hizo Uruguay. Ese paso superaria la “contradiceién protuberante”
que solo penaliza la primera parte de la produccién.
Es cierto, sin embargo, que el consumo ha aumentado en Colombia,
EI Reporte de Drogas de Colombia 2017 muestra que en 2008 el 2,6 por
ciento de personas consumieron una vez al aio y en 2013 va era el 3,6
por ciento, Pero lo mismo puede decirse del resto del mundo,
ineluyendo a los paises que tienen politicas mas restrictivas y que
penalizan la venta y el consumo, como advierte el Informe Mundial
sobre las Drogas de la ONU de 2017.
Para evaluar, con experiencia propia, si funciona un cambio de enfoque
para combatir el narcotréfico, se podria empezar por legalizar el
consumo y venta de la marihuana recreativa, Serfa un primer paso y
una alternativa a afios de penalizacién del consumo que solo ha servido
para tener cdrceles desbordadas,
Colombia necesita superar el tabi que representa el consumo
reereativo e ir més allé del debate de la dosis minima que el gobierno de
Duque nos ha traido de vuelta,
Jorg Eduardo Espinosa os peedistacolombiao,Escribe una eolimna on El Espectador
Yor conductor de RON Rass