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La dinamica cultural La problematica del cambio cultural Bungue para las c todas las configuraciones culturales estan suje Bealcambio ala corta o a la larga, se puede comprobar, sin embargo, que no tie Benligual grado de fluidez en todas sus partes y que puede distinguirse/en ell Bonus de esabilidad” dotadas de mayor solidez y consistencia, y de mo das por la mayor celeridad y frecuencia del cambio. Por eso la Ba puede ser vista, por un lado, como herencia, tradicion y persistencia Bi de larga duracion’, decia Braudel), y, por otro, como desviacién, inno: Bony metamorfosis permanente.!°* Blloque sigue nos proponemos abordar muy esquematicamente esta thtima Bibion, planteando las siguientes preguntas: geémo y por qué cambia la cul Bis precisamente: jcdmo y por qué cambian las formas interiorizadas de BELG ere sc ha vefeido a esta oscilacion petman las cules hace olvidar ala orca: p [cul lo que "perman bie esaqullo que se inven, Exsten, por na pate, as lnttudes, las latenas, los Besiilan en el espesor de las memialidades, de las evidenciasy de las ritualizacio Bs paca y testa enterrada en los gestos cotidianas ms actuals y, a la vez, BPesen, por oir, ls irupciones, las desviaiones, todas esos margenes de una BeBe las generacionesfururasextracrin st nt su ‘cultura culkivada’ La Boche Incera en la que duermen las revoluciones de ayer, invisibes,replegnda pero agnasluciernagas ya veces, grandes aves noctors, la atraviesan como dia’. (M. de Cerezu, La culture a plurel, Christian Bout ra definidas como “representaciones sociales” (Moscovic Bourdieu)? ¥ de un modo mas general, como puede describ explicarse la dinémica cul ‘Antes de arresgar una ta estas preguntas, conviene abordar una, podria expresarse en la siguiente formt En la descripcién de un proceso de cambio resulta particularmente importay , Por riicleo duro de la cultura o solo algunos elementos periféricos pad ros? Ademas, habria que precisar sil cara $0 representacionales, en forma de movim de significados y de la constelacion simbolica que los sustenta nun plano muy abstracto, las posibilidades d figura del signo como asociacion de un si si postulamos como punto de partida io de signos (que en este caso simboliza el reper to cultural de un. grupo o de una sociedad), podemos concebi a prio siguientes posibilidades: que uno o varios de geneven nuevos signos que vengan a enti 1 Los conceptes praxeogicos son los que se refieren al hombre como agente 200 Exte tipo de camblo puede observarse sobre todo en el campo religioso. PRoveconcnos ot que se atribuya nuevos sig- srentes repertorios (es decir, es bas SAH) 10);205 que se incorpore al propio repertorio un signo importante en el campo del ae, ‘que se venden en sma posthilidad: Ia canast lo- xe un stmbolo importante dentro BB eco exci deh carastn ue, lems, signe desempetand las mst arias y simbolicas dentro de dichas comunidades (op. ci, p. 165). Algo semejante ocu- com los ayates indigenas que, ante la desapar su material originario, se teen hoy con hls de pls del signo y de su extendido uso por parte de re conservando su significado original (cambio 2° enfin, que eicorpore al propio repenoro un signe oe Tepertorio, pero cambiando sustancialme bio por apropiaci 3 ha podido inventariar algunos tipos basicos de de significados en el campo de la ct lades senaladas: innovacién traversion cultural, transferencia de si productos de consumo suntuarioy meg Bec, si pecnicin del aaa er ea ela ij el opie de la nveda yogi one lidad, sino la dram ‘ae 4 aa ra") como una ignorando que toda una corriente ane samente “difusionismo", ya se habia ocupado de este de Senge Gruzins (La penste mes 2 Para caracterizar algunos de ests tipos, nos apoyatemos en umn trabajo de Jean-Frangots Yar: Lllsion ident, Fayard, Pais, 1996, pp. 69-125, PRoceconenos ocabulario ajenos" con propésitos tticos —decta Michel de Certeau-— 0 ‘operacion estratégica, de esta manera se inscribe en un proyecto global pa un adversario claramente identificado. spuede ilustrar el primer caso com la tctica de la “evangel eign’ de los misioneros cristianos en paises colonizados, por la que se em- vvocabulario y las de la monarquia catslica de los Habsburgo i xix por los conservadores, para utilizarla p dad religiosa de la nacion frente a los li in el mismo autor, las situaciones de dominacién colonial son particular- Propicias para las tacticas de extraversion cultural Espafia optaron por inc! S€ convirtieron ‘para seguir siendo indigenas’ El indigenismo de las Grdenes la hispanizacion deseada por los conquistadoresy les ba en cierto modo un abrigo para practicar su an Giuecrre Gimenez KonTIEL les sobre la misma colina a mediados del siglo xvi, donde exponian a la venerae m de los indigenas una imagen pintada de la virgen de indigenas continuaban peregrinando al mismo lugar, la Revolucion francesa. También exise verso: vg. la transferencia del ritual del adventus imperial, que los empetadotes a la ciudad de Roma, a la entrada obispos medievales a “su ciudad” 1 de transferencia de sentido parece inherente a los cambios polis concluye Bayart. Y a continuacién presenta varios ejemplos sobre desl ios co ‘Ya Durkheim habia senialado el como cuando los ciudadanos se retnen “para conmemorar la i: eva const probal Da Ja cultura, Consiste ev Ix pretensi@n Ge pReSena lalpurezaroriginal de la ident dad del propio grupo de pertenencia frente a supuestas arentzas del exeHat provestwenos fe inscriben fenomenos tan variados como la moda retro, el neorruralis- que predica el retorno al campo, la popularidad de los bistrots pa- tradicionales, la boga de los productos ge- endas de antigiedadés, el afin por restaurar las del pasado “conforme a su estado pristino” y, en fin, la pas apices auténticos” de Turkmenistan bien el lugar donde debe situarse el fenémeno de la “invencion de 16pico famoso en historia a raiz de la obra de Erick Hobsbawm in- los egregios de es- os “mexicaneros” que ast 1 ‘I como rasgos gemuinos de la “raza mexicana” or giencio:caso omiso de la diversidad et menta un profundo malestat Beestrecho parentesco con la operacion anterior lo que podriamos lls- gn de ident Ja @uetseneivindica fa su- ides 4 impieza [ptovocan inevitablemente tensiones y a veces conflictos sangrientos, ue se dan, por ejemplo, en la India entre musulmanes y nacion -serbios ortodoxos de origen eslavo, y origen turco. La extrema violencia de estos conflictos pone de m: orme eficacia de las identidades que se perciben como primordi las ciencias sociales hay: ido firmemente el origen a iaen una pertenencia étnica comtin. "En cierto modo —sefala Ba- idades primordiales existen, pero como hechos de conciencia y co- de subjetividad, no como estructura. En Iugar de ser factores eben set‘explicadas..217 una figura de cambio recurrente en la literatura socio- ol gieaARRROREMRIZACIOATCUINOTALSSIo que a diferencia de las eit, p. 101. anteriores, esta figura exige cambiar radicalmente la escala y la “longitud idavidad por interdepens. dencia (Durkheim), de la sociedad tradicional a la sociedad racional burocrati da (Max Weber), de las sociedades precapi de la costumbre a la le gro en la accién, y la espe i proceso e3 concebido co una especie de “maduracion obligada” que-deben alcanzar, tarde o temprano.t0 das las sociedades, so pena de poner en peligro su sobrevivencia por alta adaptacion a los requerimientos de su entomo, Sw motor principal seria renciacion estructural Si bien esta idea de la modemizacién ha sido objeto de una cerrada erttica dese de los anos sesenta, sigue pesando subre la modemizacion cultural como tran ‘moderna’. (Asi este nnizacion sobre la tas tradicionales y las identidades en ella fundadas y, por otra, produce nue¥ ertos caracteres recurrentes, como su partic larismo y su vinculacién con una comunidad local, su naturaleza consensual ‘munitaria, su fuerte coeficientereligioso y su invariable referencia a una trait ‘© memoria colectiva. La cultura modema, en cambio, tendria por primera cat ca la “deslocalizacion’, es decir, la desvinculacion de todo espacio particl laren virtud de la movilidad geogrifica y de la abstraceion creciente de las rel 28 Son los famesos patter variables de Parsons PeoLeconenos vertirse en una distincion cronol6gica, evolutiva y exclu te enfoque es que no permite entender ni explicar los fenomenos de interpene- tacién y entrelazamiento entre ambos polos, cada vez mas documentados por la jon empirica antropolégica y sociologica incluso en las sociedades de sales-polares,-Pero historicamente ne Son.del iodo incompat bles ni exchnyentes. No sélo- pueden entremezclarse y coexistir sino también. arse reciprocamente, Ho nuevo a menudo se mezcla con lo antiguo, y Ia jeidn puede incorporar y aun estimular la modernizacion,, Como dice Geor- ed pone de manifesto configuraciones que asocian siasgos modernos y tradicionales; la relacion entre ambos no es dicotomi- ca sino diale Estos y otros argumentos condiujeron a una nueva revision del paradigma de modemizacién, sobre todo en lo concerniente a la dicot dad. Clifford Geertz, por ejery yr ambos polos. En contras a dominante, su enfoque reconoce la dina tmerpretacin dels culturas, op. ci, p. 208 ys, crtaeate Giwtwer won PRoLeconenos cultura debe ser considerada primordialmente desde Bipinde visa de os sujet, formlemos una vez ms nuestra preguna i a interiorizadas de la cultura, como las ial: jcomo y por qué cambian las formas int fepresentaciones sociales (Moscovci) 0 los hablus (Bourdieu)? O, en terminos de 6 ‘Anthony Giddens, gcomo se transforma la intimidad! icdlogos sociales nos dicen que las tepresentaciones sociales cambian cias exteriores dentro de las cuales operan, a del cambio. Este comparte con Geertz una concepcién abierta y no determi autor plantea que el cambio socioc lo puede ser con rencia a un determinado limite o ‘situacién liminal” entre e cial y el estado de cosas subsiguiente (es decir, entre S, quema formal). Pues bien, dependiendo del grado de solidez cultural de un ‘grupo o de una sociedad, las fases posliminales del cambio pueden variar entre elabandono de la tradicion preliminar o su renovacién regenerativa, entre “reac ‘gregacién” y “desmembramiento” 22 En otros terminos, el cambio hacia la mo. decir, cuando se vuel dernizacion, o bien puede apoyarse en la reactivacién de la identidad r lament’ propone el siguiente esquema pedagogico para ilustrar bien puede comportar la dis festa modalidad de cambio: esa misma identidad por adopcion de paradigmas culturales ajenos o por chaque Yiolento con ellos (*procesos de disolucién o desmembramiento”) A esto nos teferfamos més arriba al hablar de la “direccién” del cambio. Hasta ahora nos hemos limitado a describir algunos tipos de produccion y desplazamiento de significados, que son otras tantas formas de manifestacién del cambio cultural. Pero otra cosa muy diferente es explicarlos. Ycomo el sistema cultural es indisociable del sistema social, ya que se distingue sélo analiticamens te de este ultimo, esa explicacion habré que buscarla en la dindmica de la socie- dad considerada en su conjunto, “El dinamismo de los componentes semisticos de la cultura se enlaza, evidentemente, con el dinamismo de la vida de relacidn de ta sociedad humana’, afirman Lot 4 ejemplo relativo a los cambios de mentalidad de las mujeres es ePero cul seria, ro de la dinamica socio spesinas a raiz de la migracion de sus maridos, ayudara a comprender el es- cultural? Ene las diferentes propuestas presentadas en las ciencias sociales a eS Segiin una investigacion ret n el valle de A uebla, se pro- te respecto, 108 la teoria marxiana que confiere ese papel a la contradice BR ace dos decenios-una importante modificacidn de las circunstanc ion y el cont jonales: sobreviene una migracién de una buena parte fas mujeres se ve jendo, por ejemplo, ro- rabajar fuera de sus casas por un salario. En una fa- Modificacion de las circunstancias externas y Modificaciones de las practicas sociales y Modificaciones de las prescripciones condicionales ymponentes de la representacion social) y cciones de las prescripciones absolutas Mo itor Tamer, “Proces, System and Symbol: A New Anthropological Synthesis", en Daedas, vol. 1, 1977, 2 Vease una interesante relaboracion de ests ideas de V. Turner, en D. Shi Salden, Dismembermg and Re-membering: An Improved Conceptual Framework Gomamunication and Social Change, Concordia University, Montreal, 1990, 2.M. Lotman y BA. Uspensky, “Sobre el mecanismo semiatico de la cultura”, en .M. Lotman, Co ane mip ransformation des representations so 2 Ente las otras propuestas,cxbe mencionar el fimclonalismm y linda * tations, ru, Paris, 1994, pp. 37-57. (ay wna lismo metodolagico, que «cambio sociocultural por las efectos imprevsts resultant al espil un tanto desalinada de eta obra: Practivas sociales yrepresentaciones, W/E de I agregacion de acciones individuals ss Coyoacan, 2001.) Anthony Giddens, The Tratiformation of Inimacy, Stanford University Press, Stanford, peeve Grmewer wowrres se posterior tienen que racionslizar sus nuevas pricticas, consideradas “desvi tes? dentro de su cultura, convirtiendo en prescripeién condicional un pr ‘que anteriormente tenta un sentido absoluto: “las mujeres honestas no deben trac bajar fuera de sus casas como jornaleras [. ‘en caso de necesidad y pro. uusenecia de sus maridos”, Por tiltimo, debido a la prolongacién, irreversibilidad de esta ausencia, la prescripcién condicional tenders a sep sustituida por una nueva prescripcién absoluta que se integratd al nucleo de la representacion: "es normal que las mujeres campesinas salgan a trabajar también como jomnaleras fuera de sus casas’ Bourdieu explica de un modo similar la modi ijimos, se puede homologar aproximadamente a las represent cuando se le define como “sistema subjetivo, pero no individu: vistas, pueden determinar cs también adaptacion y se aj ir una coyuntura determi- is por las bases economicas de cesta dinamica del habitus documentando, por ejemplo, tema de referencias simbolicas y el progresivo cambio de tudes profundas ante la vida y el trabajo entre los campesinos tradicionales de Argelia que emigraron a Francia para convertirse en trabajadores urbano pp. 135-136 ‘Algerie 60, Les Editions de Minuit, Parts, 1977 provecomenos embargo, para Bourdicu, en las sociedades modernas caracterizadas pot ‘grado de diferenciacion y de complejidad, las “estructuras objetivas" de acion social se presentan como un conjunto de campos relativamente , aunque articulados entre si: campo econémico, etcétera. Por lo tanto, los cambios en li cos y el universit general, y al campo cultural en particular, lo que dinamiza no s6lo las for- jorizadas de la cultura sino tambien sus for iucionales y 2 Los andlisis del campo religioso {deol6gicos” polarizados por sus respectivos aparatos), i a “interclependencia sobre ciencia/religién, entifica” y “cultura human‘ Ssegin Bourdien, toda campo (que se desdobia en campo de produc Ihomologos entre si se define como te nuevo aspecto de la dindmica cultural Los socidlogos y los antropélogos ‘su actividad ideologica y cultural propia, para modificar sus habitus y than documentado en repetidas ocasiones el impacto de las innovaciones tecno- logicas, derivadas de la ciencia aplicada, sobre las configuraciones culturales, hhasta el punto de que un autor como Parsons considera la tecnologia como uno de los “universales evolutivos” 2 Serge Moscovici, por su parte, ha ilustrado ma- gistralmente en una de sus primeras obras los impresionantes efectos de una re- volucién cientifica como la del psicoanalisis en todos los ambitos de la cultura.2# ictoria: la de los campos idealégicos especializados y la ejercida por la “re- El propio Fossaert ha seftalado otra dimensi6n poco estudiada de la dinami- fa de las representaciones populares conservadas en la red de los grupos el conjunto de lo que él llama cam= ‘eoncretos’2** pos ideologicos especial ‘ahora ala raiz tltima que condiciona y explica la conflictualidad de 5 los campos y que por eso mismo suele llamarse “el campo de los campos” pura de clases, nesta nueva escala de andlisis —que desborda el plano de las relaciones pri- porque estan ligadas a la vida cotidiana). habilidades y saberes indiferenciados o preespecial sedimentaci6n historica dentro de una determinada red de com comtinmente compartidos por todos los individuos cot 5 Abarca, por lo tanto, el vasto conjunto de las précticas banales y de las repre- Ihipotesis es la que da origen a la contraposicion gramsciana entre cultu- sentaciones usuales que dan contenido a la cotidianidad y puede homologarse ica y culturassubaltemas, poterioment reformulada por Alberto al “sentido comin” de Gramsci. ese en términos de “desniveles culturales ‘Anra bien, por un lad, los aparacs especializados inciden permanente- mente sobre las redes de sociabilidad para desposeer a los grupos inscritos en qquizada y compleja de “ethos de clase” que se manifiesta en forma de 3s de vida y simbolos de status diferen- lolgiqus, opt, pp. 343-344 pla paradigmatica al respecto, el caso releido por dujo una profunda pe tralia, Ver "Technological ‘mond, Cultural and Secial Andhropology, Mac mn public, ror, Parts, 1976, 2s Sega Fossaer estas reds son las diversas configuraciones de la convivencia social intereones: tad entre si, por ejemplo, ls grupos elementals consituids por la familia, el vecindario, ae cin y las interaeciones widos das por una determina definidas son ala vez generadors y conductoms de representaciones sociales rc Ibid, pp. 110, 287-288, 321, 508 ‘ocupa rma de orgaizacion social. Las redes 126 GiLeceTo Gimewer wonrsee samente valorizados ” Dentro de este esquema, la cultura de las clases domi- nantes se impone como la “cultura legitima”, haciégndose reconocer como punto de referencia obligado y como “unidad de medida no medida” de todas las for- ‘mas subalternas de cultura La desigualdad de clases implica, como sabemos, la desigual poder, lo que da origen a la relacién dominantes/dominados en una dete dda sociedad. O dicho de otro modo: el poder tiene por base y fundamento la es- tructuta objetiva de la desi ial 2 Esta observacion nos da pie para abordar brevemente las relac ura y poder. ign hegeménica; y,en fin, su negro niicas subalternas, tura ya no se presenta como algo exter definido por su capacidad de imponer significados, valores y tamiento “legitimos” por via pedagégica o de violencia simboli lo pa este modo logra imponerse como punto de referencia exclusivo en funcién del ual tienen que redefinirse y revaluarse todas las formas periféricas o subalternas de la cultura. Una cultura hegeménica, por totalidad de las “relaciones de sentido”, en una determinada formacién social, no tanto imponiendo a todos sus propios madelos o parametros sino logrando su re- Frente a la hegemon(a, las culturas subalternas resisten activa 0 mecinicamen- 1e segtin los casos; se ajustan, asumen una funcion nueva o simplemente se di- 27 Bourdieu, La disincion, op. ct, passim. 2 Gilberto Giménez, Poder, Estado y discurso, vas, México, 1983, p. 23. iéndose en culturas vergonzantes is de inadecuacién, de insuli- suelven. Pero frecuentemente terminan com que se perciben a si mismas bajo formas nega ciencia, de incapacidad y de exclusion. | En América Latina las altas culturas indigenas y las culturas campesinas tradicio- gales han sido las grandes victimas de la hegemonia cultural en el sentido En conclusion: la hegemonia constituye el modo espectficamente cul confrontacion entre clases sociales.2¥ ‘mercantilizacion de la cultura, a la que nos referimos ala consideracin de una nueva forma de is el ya complejo cuadro de la dinamica 250 Bajo este punto de cura planetaria Hamada a superar idamente atrincheradas presidente Carter y fundador de la Comision Trilateral, in de la econo- informacion/comu- proceso determina “ley meditica’ que es la mo, de la desmemarzacion y de la pérdida de a historia. En este sen mterrogar la impostura que significa hablar de ‘cultura de mases, porque la Brura de masas tiene por base estructural eapitalista, hecha posible por las nuevas tecnol in basadas en la microelectrénica y la ingen ‘Lumen, Barcelona, 1973, pp, 39-78. ‘por Armand Mattler en La culture conte ta democratic? 1p. 55, PROLEGOMENGS os vectores de'esta forma d icdlogos sino comprenden también la escolarizacion masiva, los eanales ma- as organizaciones masivas de la pract los modos masivos de modelacién y uso del espacio fisico y territorial culturacion de masa” es la tendencia a la “progresi- sistema de todas las realidades socioculturales exis- Sin embargo, el efecto hotnolo= de la energia nuclear, la electronic: cién de masas.2? ‘Su contenido se presenta a primera vista como un mosaico (Abraham Moles), rismo como un aunque puede decitse que en lo esencial reproduce el paradigma urbano, ya sea rernacionaldgpPero esa tendencia dose precisamente de productos comunicaciones no ha eliminad —afirma John B. Thompson— mis bien ha genetado un nuevo eje sim= en el mundo modemo, que de eje de la difusion zada y de la apropiacion localiza: nos casos las ind Ja cultura de masas como “la cultura del individuo privado en la sociedad but= s incluso asumen y estimulan abiertamente las diferencias culturales ero subsumiéndolas ba- 10s denominan ismo. En efee- aa ifebrentr 6 econsmico del valor de cambio tiene tna panticularidad que lo dis- iad y culeuras pops Metropolitana-Xochimilco, México, entre el 5 y el 9 de julio de 1982 (mimeo). Véase tambigit ‘todos los precedentes: y dela ama ator, Cultrspopoare emodemizzzione”en La Reeca Flkric, mal de 1980, p. 73. 7 ne la capacidad de subverira todos ls demas cig en la medida en que ele- ‘ase al apeco, Theodor W. Adorno y Edgar Mori, La ndutraaarl, \ri Gule iinet us thera Ass oe sete ED esate = les, en la medida en que el eadigo de lo econdmico solo se interes en la forma ¢ indus cau’ en Comuniaio y sre parentes el valor de wo, la particularidad o el contenido de cada cos. abajo fue posteriormente retomado y ampli on ‘ediciones, Canvenia Andes el, Santa FE guesa tecno-industrial moderna’ 255 “Dela culturanalyse la politique euturll", en Comunicatons, nim, 14,196 The Meda and Modernity, Standford University Press, Standford, 1995, p23. Vease también, La industria cultura, op. ce, p. 539 ss Gtieenro cimewer mowrrer PRoLEGOMENoS En vird de este hecho, este codigo es el mas universalizable y tambien el mas otal trio porque nada, por defnicion, puede escaprsle. El ebdigo de lo econdmico ge a cultura asi entendida, ge6mo se relaciona con la sociedad? {Const neta, por ejemplo, una logica organizativa de aleance universal y totalitario que inva >, un subsistema, Un recubrimiento ornamental o un “suplemento Ae tos los sectores de la sociedad. respuesta puede inferirse de esta definicion de Greimas que concentra en Amalia Signorelli ha senalado una consecuencia importante de esta situacion: e edad todos los elementos hasta aqui desglosidos por nosotros: la cultura fin dl aslamiento, la desapariién de los grupos humanos aislados y la copres mas que la sociedad misma considerada como sigificacion 2! Lo que pue- sencia de todas las culturas 2° asearse de este modo: la cultura es la sociedad considerada como estruc- |, Para termina, introducimos la cultura de masas en el complejo cuadro de la {de sentido, como signicidad o semiosis, como representacion, simbolo, tea- inamica cultural, ésta se presenta como una légica de homologacién/integracion , metafora o glosa de st misma. Fs aquella dimension de la sociedad de alcance global que se contrapone a la logica de las culturas particulares, con las que ésta se expresa o se “muestra” a sf misma en forma de rasgos dist cuales entra inevitablemente en conflicto. En efecto, a la presién homologante de ;de sistema de diferencias o de singularidades formales. las industriasculturales, las culturas particulares oponen frecuentemente una resi- quiere decir que la cultura constituye tn aspecto analitico (sélo distingui- tencia por lo menos mecanica, estrategias de ajust, la refuncionaliza- com fines de andlisis) de la sociedad, indisociable de cualquiera de sus el ion adaptativa de sus propios elementos y aun la adopcion de elementos prove- 5 niveles o instancias, y no una “parte”, un sector o una “superestructun ura de masas, peto reconvertidos y “Concepcion del mundo generalmente implicita en todas las mani- de la vida individual y colectiva", decta Gramsci. Se tata, por lo tan zacién y cultura se resuelve, en ul punto de vi izante sobre la sociedad, aunque también inadecua- ddustrias . L exhaustivo, porque si bien es cierto que no hay nada en la sociedad que onsiderarse como “insignificante”, como desprovisto de significado, tam- i en Ia sociedad algo més que no sea signo o sentido? Esta isa, pero la planteamos para salir al pa- Baudrillard, Laclau) que de artefactos, incorporados en forma de representacio- sn Ta sociedad “todo es dis- , conservados y reconstruidos a través del tiempo en for 7 de que en la sociedac a, dinamizados por la estruct cg que pretende reducir la de poder, y actualizados en forma de practicas simbolicas puntuales, esto, la sociedad no se reduce a un sistema de signos. La sociedad hhalla Gonstituida por elementos que pertenecen a su base demografi- gue" pprocteacion de nuevos seres para asegurar su reproduccién biol’- estructura econémica, politica e institucional, como la fabrilidad 0 iuctiva, que modifica materialmente la naturaleza para conve 2 Jean Paul Willaume, “opposition des infaestructures et des superestructures: une an. it, p. 327. 2» Amalia Signorelli, lc ct 2 Vera respecto, Gilberto Giménes, “Gioblizacion y cultura" en Estudios Soxiligcs, wh XX ‘num. 58, eneroabri, 2002, pp. 23-46, etique", en A. J, Greimas y J. Courts, Semitique, opt. p. 356. Jpemos visto cémo en la tradiciOn marxista la cultura adquiere una dimension po- te valorativa bargo, la antropologia cultural anglosgjona nos ha acostumbrado a la idad de las culturas y de las mismas, romper con el etnocentrismo europeizante que hasta en- + ‘mayor parte de las reflexiones sobre esta materia ividad de las culturas, valida como precaucion meto- ‘en producto; la coaccian fisica del poder; la resistencia de lo “practico-inerte”, de Jo “ya dado”; la constriccién anénima y difusa de los aparatos, de las organizae ciones, de las redes de sociabilidad. Tod diversas interpret Girese nos invita a releer bajo esta Optica los célebres La ideologia alemana, donde se establece una relacin entre produccién, pre creacin y conciencia/lenguaje. Segan la interpretacién de Cirese, en estos texe 108 la conciencia y el lenguaje (es decir, el proceso de la significacion) surgen de que constituye una ideologia tan la necesidad de establecer relaciones intethumanas en los procesos de produccion pues cage y de procreacion, y por eso ibuye ceria post brilidad y la procreacién, que constituyen los momentos” fundacionales de la his- toria humana. Pero no se trata de una posterioridad ma Girese. Lo que equivale a decir que la conciencia y como components analiticos indisociables ce la fab ‘Con base en nuestro rizonamiento, se comprende fi cho social pueda ser considerado bajo un aspecto como hecho cultural y, bajo otros, como hecho econémico, politico o de cualquier otraespeeie: El consumo ostentte torio, por ejemplo, puede ser analizado como un hecho enteramente economicoy laduz de'una teoria de la circulacion y del mercado de:ciertos bienes de,consumid restringido y elitist, Pero puede anelizars» tambien como un hecho enteramente cultural, en la medida en que tambien significa una distineion de estatus social x por lo tanto, pertenece al orden simbolico.?® Ambos aspectos son, por supwesios tos de Marx-Engels en je normativo s6lo afecta a la su urso.24 10 de vista abiertamente evaluativo Indisociables, y solo pueden dlistinguitse por razones de andlisis de método: balismo. saree En resumen: el orden de la cultura ni-se identifica totalmente con lo social ni @lidaridad humana y la misica de Beethoven. se distingue radicalmente del mismo, Constituye un aspecto analitico de-to social } por lo mismo, entre cultura y sociedad solo puede postularse una distincion inadecuada o aspect Mietoel J. shapiro, Language and Political Undersandng, Vale University, New Haven y Escolio I: dimension axiologica 0 valorativa de la cultura ‘Cuando se habla de cultura resulta dificil evitarcierta connotacion ética 0 axior logica que parece vinculada ala histotia mista-de este concepta. Por otra partes : iq bebivis tert, yatabos tienden a iberar al su Alben M, Cece; Soi abit, procreelon, op. pp. 20°38. = con ef ines, y : ease, Pierre Boutdiets, "Condicion de clase y posicon de clase", en autores varios, strclie os autonomies, Jaen Habeas, Ca 12 sociolegia Ediciones Nueva Vision, Buenos Aes, 196, pp 88-93, 97-98, Edhoral Taurus, Madrid, 1982, p. 193 y's PRoLecoMenos Sttoerra crmtwez wouter Todo el problema radica en la seleccién y explicitacion de los criterios evalu vos, que nunca podrin ser absolutos, por supuesto, sino relativos a un determina. do estadio del desarrollo de la concienciaética y social de la humanidad. Pero este condicionamiento histérico no impide que dichos eriterios puedan ser sufi ‘mente objetivos, razonables y hasta tedricamente fndados, de modo que se excht- yan las evaluaciones ideol6gicas y meramente subjetivas, como las que se fundan eneleelitismo y el emnocentrismo cultural, o las que se subordinan servilmente a los intereses coyunturales de wn partido, de una clase o de un grupo de poder. Yes aqut donde las cont es respectivas de Lenin y de Gramsci pueden smentos de reflexién, tan en intelectuales porque dejan de ser simples (jy no a la inversa25° umbre de la naturaleza y la posibilidad de acceso a una socialidad de calidad superior (como seria, por ejemplo, una sociedad en la que se hubiere cane Ja explotacion del hombre por de clases en el terreno de la cultura, Gramsci introduce un critetio més: la capa. idad de hegemonia, que se basa en la naturaleza crtico-sistematica de una cule Gramsci, las culturas excesivamente localistas ligadas, por ej to regional que nunca lograra imponerse como lengua nacional, Hoy dia atadiriamos nuevos ctterios que han madurado en la conciencia con- temporinea, como el respeto a los derechos humanos y la salvaguarda del entomo ecol6gico, y evaluariamos negativamente a las culturas depredadoras de la natura~ leza o violatorias de los derechos y de la dignidad de las mujeres, por ejemplo. Sin embargo, nunca se podré condenar totalmente y como en blogue a una cultura particular, ya que, debido a su complejidad, contiene frecuentemente un Imtcleo valioso o elementos positivos que no son o no pueden ser cancelados por Sus rasgos negativos. Ast, por ejemplo, los datios ecol6gicos causados por el asen- famiento irregular de cieros grupos indigenas o el maltrato sistematico a las mu- Jeres incluido en sus “usos y costumbres” no nos dan derecho para condenar en bloque su cultura, sino sélo para demandar las debidas rectificaciones. En tlti= ‘ma instancia, ninguna cultxra —incluida, por supuesto, la llamada “cultura mo= dema’— puede ser totalmente ejemplar 0 inmune a la crtica bajo cualquiera de los criterios senialados Queremos cerrar esta seccién con el siguiente texto de Umberto Cerroni, que resume de algiin modo las consecuencias pedagogicas y politicas de una concep: ign deliberadamente evaluativa de la cultura:

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