2. NATURALEZA JURIDICA DEL ACTO CONSTITUTIVO
Conforme nos refiriéramos al tratar la evolucién de las sociedades
comerciales, la doctrina mayormente ha coincidido en incluirlas den-
tro del género contractual. No obstante tal consenso, el cimulo de
particularidades propias de esta especie motivaron desde temprano su
distincién de los contratos de cambio, dando origen a las mas diversas
corrientes de pensamiento orientadas a explicitar la naturaleza de un
instituto ordenado no solo a regir las voluntades de sus suscriptores,
sino también a crear a un sujeto de derecho diferenciado e ideado para
(28) “Es una decisién de politica legislativa no modificar las leyes que presentan una
autonomia de microsistema, como se ha explicado al inicio. Sin embargo, es necesario
hacer modificaciones a la ley de sociedades, conforme lo hizo el Proyecto de 1998 y lo
sostiene la mayoria de la doctrina. Estas reformas no pretenden alterar el sistema, sino
ajustarlo a las reglas generales del Cédigo y se refieren a temas especificos”.
Escaneado con CamScanner10 SEBASTIAN BALBIN
perdurar hasta la consecucién del objetivo trazado originalmente por
aquellos. Puede sefialarse que tal distincién, al menos para las tesis
contractualistas, entre contrato acto-generador y contrato-sociedad
resulta ser puramente metodolégica, por reducirse el ente a un mero
recurso técnico ajustado a los fines licitos fijados en el instrumento
que lo estructura durante toda su existencia' (299°
La aceptacién en derecho comparado hecha desde fines del si-
glo XX de las sociedades unipersonales incorporé una nueva especie
del género sociedad, lo que no ha alterado la naturaleza contractual
_de aquella que se constituye entre dos o mas personas'™. El fendme-
(no de la unipersonalidad atiende la actual acentuaci6n de la distin-
ci6n entre la sociedad como persona juridica y la sociedad enlazada
al acto constitutivo que le da nacimiento, y que puede en ocasiones 0
_No revestir naturaleza contractual").
Eneste sentido, para la Comisién Redactora del proyecto de u:
cacién de los cédigos civil y comercial “la idea central [de la inclusion
de la sociedades anénimas unipersonales en la LGS] no es la limita-
cién de responsabilidad, sino permitir la organizacién de patrimonios
con empresa —objeto—, en beneficio de los acreedores de la empresa
individual de un sujeto con actividad empresarial miltiple, En esto se
han seguido, con alguna innovacién, los lineamientos de anteriores
proyectos de unificaci6n y la linea general propiciada por la doctrina.
La Comisién consideré conveniente dejar esta norma en el Ambito
societario y no incluirla como norma general en materia de personas
fjuridicas, como también se propuso. La raz6n fundamental es que se
trata de un fenémeno fundamentalmente societario y no se da en las
| asociaciones, fundaciones u otras personas juridicas privadas que no
\son sociedades comerciales”.
(29) Cfr. Haveenwn, ly BuTty, E,, Curso de Derecho Comercial, vol.1, 4* ed., Depalma,
Buenos Aires, 2000, p. 260; HAvrenin, |, Sociedades Comerciales —parte general—, De-
palma, Buenos Aires, 1964, p. 10.
G0) En este sentido, el art. 957 del Céd. Civ. y Com. reproduce los términos del
art. 1137 del derogado Céd. Civil en cuanto a que contrata “es el acto juridico median-
te el cual dos o més partes manifiestan su consentimiento para crear, regular, modifica’,
transferir o extinguir relaciones juridicas patrimoniales”.
1) Chr Mono, E,, “Breves reflexiones sobre la sociedad unipersonal”, Revista Argenti-
na de Derecho Empresario, n° 1, Universidad Austral, Ad-Hoc, Buenos Aires, 2005, p. 382.
Escaneado con CamScannerERECHO DE LAS SOCIEDADES... u
2.1, En el caso de sociedades constitui ‘
personas Constituidas por dos o mas
2.1.1. Contractualistas
La tesis contractualista ti
I iene su origen en las ideas imperantes
al tiempo de la Revolucién es
i Francesa, asentadas sobre el dogma de
la libertad de las Partes para regir sus voluntades. Para la concep-
Gon contractualista clésica (siglo XIX y primer tercio del siglo XX)
la sociedad no
das resultaba ser otra cosa que un contrato tendiente a
orientar la voluntad de los contrat
n 2 tantes, y Cuyas notas particulares no
enervaban su bilateralidad, la que se mantenia ain pese a la plurali-
dad de suscriptores. ‘Incluso, para sostener tal aparente bilateralidad,
consideraba al ente como una parte contratante y alos socios —como
comunidad— como la otra, sin indagar sobre la naturaleza del insti-
tuto./Tal aceptacién de la sociedad como contrato lucia concordante
con un derecho positivo cuya sistemética reglamentaba a aquella en-
tre estos (después de la locacién y antes de las donaciones en el dero-
gado Céd. Civil, o entre el mandato y la compraventa en el también
derogado Céd. Com.). De hecho, los Cédigos de Comercio y Civil
argentinos definian desde un principio a la sociedad como un contra-
to y posteriormente la LS (actual LGS), si bien en este ultimo caso de
manera indirecta, fijando posicién sobre de qué especie contractual
—la plurilateral— se trataba?), Dentro de las teorias contractualis-
tas resulta hoy dia preponderante la del contrato plurilateral, a la que,
siguiendo un criterio cronolégico en cuanto a su aparici6n, tratare-
mos mds adelante luego de referirnos a la teoria denominada de los
actos constitutivos, complejos y colectivos y teoria de la institucién,
2.1.2. Actos constitutivos, complejos y colectivos
Desde fines del siglo XIX parte de la doctrina, especialmente ale-
mana, comenzé a ocuparse de las falencias de la teoria contractualista
clésica. Von GierkE elabora la idea de que las manifestaciones =.
voluntad y los contratos concernientes al derecho individu —en los
términos en que hasta entonces se los entendia—, a taban ajenos
al derecho de las sociedades, ocupado en acuerdos referentes a —y
dentro de— uniones de personas. Contrato social, stati, voto, etc.
son todos términos propios de pactos del Seen coe orienta os :
la convivencia de los suscriptores, y las manifestaciones que
otigen a entes diferenciados no serian otra cosa que actos constituti-
182) Chr. Covomares, G., Curso de Derecho Societario, Abeledo-Perrot, Buenos Aires,
1972, ps. 13 a 15. é
an) che Von Gitrxe, J», Derecho Comercial... t.|, p. 261.
Escaneado con CamScanner2 SEBASTIAN BALBIN,
vos, de naturaleza social en los que la‘concurrencia de las expresiones
de:voluntad de los socios tiende a la creacién de un sujeto.
Esta primera linea de pensamiento es seguida por quienes hacen
derivar la existencia de la sociedad de un acto complejo o de un acto
colectivo, segiin sea que se considere a las voluntades de los socios
como tnica, a partir'de su fusion y confusién, o que simplemente se
las repute orientadas a la satisfaccion de intereses paralelos (KUNTZE,
‘Wirte y WinpscHerp). Asi, en el acto colectivo (y su subespecie, el
acto colegial, v.gr. las asambleas) las voluntades de los participantes
no se presentan a manera de consenso, sino que son idénticas, y no
obstante estar dirigidas a terceros y dispuestas paralelamente, se su-
man,En el acto complejo tambien falta el cruce de voluntades, las que
son convergentes y se fusionan en una voluntad tinica distinta al mero
consenso, ya que todas las partes quieren el mismo efecto —lo que no
sucede en los contratos—),
Estas teorias tienen principalmente en cuenta las obligaciones que
se dan entre los terceros y el ente, por lo que no resultan completas ni
satisfactorias. De alli las criticas de COLOMBRES a Ia aplicacion del
esquema ordenador tripartito (actos simples, colectivos y complejos):
“implica un punto de partida a todas luces limitado, parcial y por ello
insuficiente para teorizar un instituto tan complejo como es Ia socie-
dad, porque cuesta pensar como, cada uno de estos tipos de actos,
pueda constituir al mismo tiempo un negocio unilateral (respecto de
terceros) y un elemento €e un acto bilateral (respecto de las relaciones
de Ios socios)” 35),
2.1.3, Teoria de la institucién
La teoria de la institucion, de otigen francés, cuenta entre sus
maximos expositores a HAURIOU y RENARD. Esta concepcién, de rai-
ces mas politicas que juridicas, concibe a la sociedad como una suerte
de empresa u obra independiente de la voluntad que la crea y de las
Voluntades que en ella se manifiestan, la que perdura a los individuos.
Asi pensada, la institucion esta prevista para atender un interés in-
termedio entre el interés del individuo y del Estado, Es un organismo
dotado de); j) propésitos de vida y medios de accién superiores a
(34) Cfr. Messinto, F, Doctrina General de! Contato, t.1, Ejéa, Buenos Aires, 1952
ps. 63 y 64. 5 1952,
(35) Covomeres, G., Curso..., p. 16, La teorfa tampoco atiende la hipétesi -
titucién de sociedades por suscripcién pablica, las que, si bien ce eu nse cones
de actos colectivos, requieren en su inicio la suscripcién de un contrato (arts. 168, 179
y 172 LGS). \
(86) Cir. Covomanes, G., Curso..., ps. 16.a 23.
Escaneado con CamScannerINTRODUCCION: DERECHO DE LAS SOCIEDADES... 13
los de los sujetos que la componen, a los que rige una idea directriz
y causa final del ente; ii) un principio de autoridad que le permitira
cumplirla y; iii) la comunién de todos los miembros del ente alrededor
de tal directriz. Se trata asi a la sociedad como una realidad factica y
no juridica, a la que precede una realidad histérica que la condiciona.
2.1.4. El contrato plurilateral
La tesis contractualista clasica, al menos en su primera (y em-
brionaria) versién mas doctrinal que normativa®”), presuponia para
el contrato de sociedad tinicamente la existencia de intereses con-
tradictorios entre los contratantes, propios de cualquier contrato si-
nalagmitico, sin llegar a vislumbrar la verdadera superposicién de
aquellos en aras de un objetivo comin. En tal inadecuada —por es-
trecha— nocién del concepto de contrato radicaba la principal critica
a una teoria que dejaba de lado el plexo de relaciones emergentes,
instrumentadas a través de un nuevo sujeto ad-hoc, cuya gestacién
correspondia a un contrato plurilateral'*). Con tal nocion de la plu-
rilateralidad del contrato constitutivo se admitia, por definicién, la
posible participacién de dos o més partes que asumian, todas ellas,
tanto derechos como obligaciones®”.
Esta plurilateralidad propia de la comunién de intereses de las par-
tes requiere, ademas, de la concurrencia de dos o més sujetos —plurali-
dad—9), De ello no se deriva un contrato con prestaciones reciprocas
(donde las partes contratantes procuran obtener el mayor provecho
en detrimento de la contraria; p.ej. compraventa) porque las ventajas
de los asociados no estan orientadas del uno al otro, sino que todas
ellas son atribuidas a la sociedad, de la cual ulteriormente sera extraida
G7) Cit. Spor, A., Instituciones de Derecho Civil —contratos—, t. Vil, Depalma, Bue-
nos Aires, 1982, p.
(38) Clr. Ascaneuu, T,, Saggi Giuridlci, Giuffré, Milén, 1949, p. 260; Covomanes, G.,
Curso..., p-24. y sin perjuicio de que los intereses contrapuestos, si se piensa Unicamen-
teen al socio, se dan durante todo el desarrollo, de la actuacién social: al constituirse,
cuando $e valian los aportes; durante la vida del ente, al tiempo de tratar [a distribucién
de dividendos; al tiempo de su disolucién, al tratar la liquidacién, entre otros.
(39) Exposicién de Motivos Ley 19.550 (LS, hoy LGS), Capitulo Primero, Seccién }
ap. 1 En goneral se considera contrato pluilateral al que tiene, originaria 0 potencial-
weenie, mes de dos centros de intereses diferenciados, sin que exista reciprocidad o in-
terdependencia entre todas las prestaciones nacidas del contrato. Cli. MOSSET ITURRASP,
J., Contratos, Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 1995, P. 60, quien sigue las conclusio-
Fee: Remision del IV Encuentro de Abogados Civilistas, de Santa Fe, 1990. Son
Tenbie Cotiotos plurilaterales las asociaciones, las fundaciones, as cooperativas, las
Pao cota je empresas, los acuerdos de colaboracién, los sindicatos de accio-
nistas, entre otros. Cédigo Civil y Leyes Complementarias —comentado,
Coso, J., en Codigo Civil y e antado,
anciad y concordado, do Bvosae A, 5) Astrea, Buenos Aires, 1984, p. 727.
Escaneado con CamScanner14 ~ SEBASTIAN BALBIN
lovqug puede ser llamada contraprestacién del socio. Esta ultima esta
constituida por el goce proporcional o contenido de las utilidades. El
que las partes eventualmente incurran en conductas violatorias de tales
Principios no seria més que el resultado accidental de una operatoria
que, en si, est4 prevista como esencialmente igualitaria y fraternal”,
2.1.4.1. Diferencias entre los contratos bilaterales y plurilaterales
Siendo que los contratos bilaterales se caracterizan por la existen-
cia de dos partes cuyas obligaciones son reciprocas (es decir principa-
les, interdependientes y que’se explican mutuamente)), las diferen-
cias con los plurilaterales podrian resumirse en:
i) Coincidencia de intereses: El contrato de sociedad es de yux-
taposicién y tiene una funcién instrumental, ya que la ejecucién de
las obligaciones de las partes no agota el contrato. Ello no implica
que, bajo el interés social resultante de la convergencia de los intere-
ses individuales orientados a un fin comin, no subsistan, sometidos
a aquel, Jos fines egoistas y no coincidentes de los suscriptores #3),
Respecto de las prestaciones, su equivalencia se refleja en la manera
Proporcional en que cada socio participa en los aspectos econémicos
¥ politicos del ente;
ii) Exceptio non adimpleti contractus: A diferencia de lo que su-
en la gran mayoria de los contratos bilaterales, en los que una
de las partes puede negarse a cumplir la prestacién a su cargo si la
contraparte no cumple u ofrece cumplir la suya (exceptio non adim-
pleti contractus; art. 1031 Céd. Civ. y Com), la yuxtaposicién de
obligaciones propia de los contratos plurilaterales hace improponible
tal remedio legal'4);
iti) Disparidad de las prestaciones: En este tipo de contrato, y més
alla de lo apuntado respecto de las equivalencias que de las prestaciones
se derivan —en realidad de las equivalencias a partir de su valuacién—,
estas pueden diferir. Segiin el tipo social que finalmente se adopte, los
socios podran aportar obligaciones de dar, de hacer, o ambas, no ne-
(41) Chr Pic, P, en-Traité..,t. 1, p. 90.
(42) Cf. Lortz D& Zavalth F, Teoria de fos Contratos —parte general, t. 1, Zavala,
Buenos Aires, 1997, p. 78,
43) Esta falta de coincidencia de intereses perduraré durante toda la vida de la socie-
, de alli que se haya afirmado que “adormecidos o aletargados, como consecuoneis
del objeto comtin que quieren mediante la sociedad, y que constituye el tlemento uni.
ficador de las distntas adhesiones, delimitando el émbito de sus devechos y obligacio-
nes”. Fanos, H., La Affecto Societatis, Abeledo-Perrat, Buenos Aires, 1955, ps. 7879.
(44) Ctr. Omsecur |., “Acto social constitutivo", R.D.C,O. n° 5, 1972, p. 778; LAVALLE
C080, J, Cédligo' Civil. §, ps. 950 y 951; Moser ITURRASPE,J., Contratos,.. p. 62.
Escaneado con CamScannerINTRODUCCION: DERECHO DE LAS SOCIEDADES... 15
ceraciamnente — ellas de igual especie, por lo que las obligaciones
asumidas por los contratantes no resultan correlativas sino atipicas“*);
iv) El cumplimiento de la prestacién: Los contratos bilaterales
se agotan con el cumplimiento de las prestaciones comprometidas.
En cambio, en los contratos plurilaterales se genera un nuevo sujeto
de derecho con el que aquellos y terceros habran de relacionarse, de
acuerdo a los términos de la ley y del instrumento;
v) Formas y regularidad del ente: En razon de la existencia de una
pluralidad de sujetos que orientan sus voluntades hacia un fin comin,
la forma en que aquellas deben manifestarse siempre requiere for-
malidades especiales, en particular cuando la regularidad del nuevo
sujeto sea el resultado deseado por los contratantes;
vi) Distinto régimen de nulidades: A diferencia de lo que sucede
con los contratos bilaterales, en los que la nulidad del vinculo de uno
de los contratantes invalida el acto, en la especie sociedad la nulidad
o anulacién que afecte el vinculo de alguno de los socios no produce
Ja nulidad, anulacién o resolucién del contrato, salvo que la participa-
cin o la prestacién de aquel deba considerarse esencial (art. 16 LGS).
Ello por cuanto aun ante la falta de uno de los contratantes, el resto
todavia puede aprovechar las prestaciones reciprocamente debidas, y
ademas porque la plurilateralidad permite discriminar los aspectos
que atafien a la forma y validez de las manifestaciones de los con-
tratantes y sus efectos“), y asi coadyuvar a su continuacién —salvo
imposici6n legal en contrario—;
vii) Imposibilidad de resolver voluntariamente el contrato ha-
ciéndose cargo de los datos y perjuicios: No basta la sola intencién
de una de las partes para extinguir el contrato, lo que guarda relacion
con el contenido eminentemente normativo de los instrumentos so-
ciales, en los que se fija la estructura para el funcionamiento del ente,
que vive de acuerdo a las reglas alli establecidas“”);
Existencia de un interés comin: Prima por sobre el interés
particular de los suscriptores el interés social, f6rmula con que se
Cédligo Civil.., . 5, p. 728. En los contratos con prestacio-
‘cl caso de la compraventa, en que una parte entra
ie 1 precio en dinero, y si se modificara al :
Icom en propiedad a ab Fe Er conto lates bs prea
restaciones esenciates ue pueden los sacios aportarbienes en propiedad, en uso, apor.
tar trabajo, ete Fore ransannosA, R., Derecho Comercial Argentino —parte general,
vel 2, Zavala, Buenos Aes 1906.0 142. ag
46) Chk. FontanannosA, R., Derecho Comercial, vol. 2, p. 144.
(47) Clr. Cfr. HALPERIN, I+ Curso. t. |, 269; STORDEUR, E., Manual de..
(45) Cr, Lavatte C080,
nes reciprocas estas son tipicas, tal
cit, p. 65.
SS
Escaneado con CamScanner16 SEBASTIAN BALBIN
alude a un interés comdn en un momento determinado y orientado al
fin sacial. ;
Sin perjuicio de tales diferencias, el Céd. Civ. y Com. dispone que
las normas de los contratos bilaterales se aplican supletoriamente a
los contratos plurilaterales (art. 966).
2.1.4.2. Contrato plurilateral. Actualidad de la doctrina
Pese a las ventajas de la teoria del contrato plurilateral y su casi
undnime aceptaci6n en el derecho societario continental, nuevas co-
rrientes pregonan un regreso a posiciones mds afines con la doctrina
clasica. “Al entusiasmo inicial por la teoria del contrato plurilateral
de organizacién ha seguido, aunque de menor intensidad, una nueva
, pues calificada doctrina confirma la suficiencia de la visién
contractualista para explicar la consistencia y funcionamiento de las
sociedades de personas, pero duda de su aplicabilidad integral al 4m-
bito de las sociedades de capital, Pues, en efecto, si bien el sinalagma
contractual puede explicar algun aspecto de la vida de estas ultimas
(v. gr. el derecho de receso), tal perspectiva naufraga ante capitulos de
esta clase societaria, como el principio mayoritario para la formacién
de la voluntad de gobierno (asambleas), o la previsién de distintas cla-
ses de acciones, algunas con privilegios en el voto y otras con prefe-
rencias patrimoniales, de modo de privilegiar el management empre-
sarial (pues se supone que las acciones con privilegio de voto tienden
a concentrarse en manos de los grupos de control) con inequivoca
presencia, entonces, de un factor institucional (o institucionalista, si
se quiere). Incluso se han levantado ahora voces que ponen en duda
la unidad del supuesto ‘derecho societario’ sobre la base de la incom-
patibilidad de los principios especfficos de las sociedades de capital y
de personas” *#),
2.2. En el caso de sociedad constituida por una tinica persona
La sociedad unipersonal tiene su origen en la manifestacién de vo-
luntad de un tinico sujeto), adecuada a las formas previstas por la
ley. Maltiples son las razones que justifican su recepcién legislativa, las
(48) Burry, E,, en la actualizacién de la obra de HALPERIN,
ps. 267 y 268.
(49) La posibilidad de que de la declaracién unilateral de vol
sociedad (fa promesa unilateral como causauente de rlaciones oblate son
Cuestion admitida en el Derecho comparado. Cir. MORO, E, La Sociedad de Capra! Unt
personal, Ad-Hoc, Buenos Aires, 2006, p. 137. 7
i L., Curso de..., 4° ed., t.
Escaneado con CamScannerINTRODUCCION: DERECHO DE LAS SOCIEDADES... urd
que pueden resumirse en's; i) el neto corte organizativo adquirido por
las estructuras societarias y que deben ajustarse a la realidad negocial;
ii) la aceptada distincién entre la sociedad como persona juridica y
el acto que le da nacimiento —que puede no revestir naturaleza con-
tractual'*”—; iii) la improcedencia de negar a una persona individual
lo que se autoriza a una pluralidad de estas (arg. art. 16 Constituci6n
Nacional); iv) su conveniencia frente al escenario econémico.
3. LA UNIFICACION DE LOS CODIGOS CIVIL Y COMERCIAL
Mas alla de la multiplicidad de conductas que regula, el Derecho
es uno y, si este ha sido sistematizado en ramas singulares dotadas de
una mayor o menor —si bien aparente— autonomia, ello solo obede-
ce a fines metodolégicos tendientes a simplificar su estudio.
La rama que principalmente se emparenta al derecho de las socie-
dades es la perteneciente al derecho comercial como categoria hist6-
rica, derecho de especialidad que, sin contradecir el derecho comin
que lo rige, aparta de este ciertos géneros de personas, actos y cosas
a fin de someterlas a principios y disposiciones especiales originadas
en las particularidades técnicas de las relaciones que regulan'°?). Pero
la aplicacién de tales principios y disposiciones se ha expandido de
forma tal que estos se mezclan entre si y con aquellos de otras ramas
antes inconexas, transformandose en normas sin especialidad. Esto es
Jo que sucede de manera constante con el invasivo y mutable derecho
de los comerciantes, y que ha movido a buena parte de la doctrina
a considerar la conveniencia de su incorporacion a codigos generales
referidos a la materia de las obligaciones.
imer Congreso Nacional de Derecho oe
i ar Sin por el dictado de un cédigo inico de las
Pot natn (1953), dualidad cuyo abandono fuera nuevamente pro:
retada anes mds tarde por el Congreso Nacional celebrado en la
ciudad de Rosario (1969)*.
En la Repiblica, el pr
vedad.., ps. 137 a 140 y “Breves reflexiones sobre la socie-
dal vaipesonal E. La Socecet Be Derecho Empresa, 1, Universidad Aust
‘ir a 385.
renee a 3 Pe del Céd. Civ. y Com. establece que el contrato “es
1S) En este sent eel cual dos o mds partes mantisin st consetimiento para
el acto juridico medias eri extingi eaciones jurdicas pavimonales”
ar, regular, moan. Derecho Comercial VOL PS 282300) |
(53) Por todos estos, véase FONTANARROSA,R., Derecho Comercial... vol. I, ps. 33 a 34.
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