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Dedicatoria insistente reclamo de tu amistad, honorable amigo terio', me obliga a manifestarte de palabra y por es- crito cémo se ha de preservar integro el amor entre los ites, as{ como los medios que han de emplear los que hno son correspondidos en su amor para arrancarse las fle- has que Venus clav6 en su corazéin, Me confiests que eres un simple recluta en las Hides del amor, que heride poco ha por una de sus flechas, no aciertas a controlar las riendas | el caballo, no encontrando remedio alguno a tu mal, No podria explicar con palabraslo grave yo molesto que esto es para mi alma, Sé, la experiencia melo ha ensefado, que ‘quien esté sometido ala esclavitud de Venus es incapaz de PPensar en otra cosa que no sea algo que le amarre més a sus cadenas, Cree que nada puede hacere feliz, sino com- |. NosesabequineseteGualerial ued auor dticala br. En uno ‘elas manuscritos parece come el obrino dal ey de Francia a may rind los autores yen en a un person tic, como ra ost ya ‘dela ated cls, 2% lien na. anon place a su amor. Aunque no me parece provechoso i ‘en estos asuntos, ni que convenga a una persona sens entregarse a tales cacerias del amor -lo veo mas claro qu Ja luz del dfa~caminarés mis seguro en él, una vez inst doen su doctrina, asi que procuraré ceder atu solicitud.. Libro primero Introduccién al tratado del amor Hemos de ver primero qué es el amo, de dénde le viene el nombre, los efectos del amor, entre qué personas puede ha- ber amor, cémo se adguier, se mantiene, aumenta, dismi- Imuye y se extingue: qué seniales muestran que es un amor compartido y quéha de hacer un amante ante la infidelidad del otro. 1. :Quées el amor? Eo ees ide men Syed singer anu ccuests nee ncitudl nny aero ‘meen coe ire mp pst ge Coe enor Pieced pane Sins taersisoaeay ape cies ee inl igen nates eee eerie Sinatra as eee Smeprelopenniucrseamene! ele |, autor toma ag la dfinicin de Oridio sabe el amor en su Ars ‘amatri I, 515317 Alolarg dl tet elector encontrar machas al siones a Ovidio, que sfalremos a su temp, 0 ‘uneo ve som comme ‘que la anterior avaricia sea un mayor obsticulo. ¥, si deci- ‘mos a verdad, no hay nadie que pueda describirlos temo- res de un enamorado. Es pues ese amor una pasién que s6lo es vivida por uno de los amantes y que puede definir- se como amor singular. Cuando al amor se llega por ambas partes surgen no -menores recelos, pues cada uno de los amantes teme que lo conseguido con tantos esfuerzos e pierda con los inten tos del otro. Algo, ciertamente, mucho més abrumador ‘que cuando un hombre, frustradas sus esperancas, sien~ te que los esfuerzos no han producido efecto alguno. Es, por tanto, més grave carecer de lo que se ha buscado que verse privado de la ganancia esperada. Teme también fender en algo a su amante. Teme tantas cosas que seria ‘muy dificil explicarlas. ‘Te explicaré ahora con total claridad por qué a pasién del amor es innata. Esta pasién -si se busca la verdad con ‘agudeza~ no nace de accin alguna, sino de la sola refle- xin del espivitu a partir de lo que ve. Asi cuando alguien ‘yea una mujer apta para el amor y moldeada a su volun tad, comienza al instante a desearla en su corazén y cuan- to mis piensa en ella mas se inflama su amor, hasta legar a obsesionarse. Pasa después a imaginar la hechura de su cuerpo, a dis- tinguirsus miembros, a imaginar todos sus actos ya pene- ‘rar los seeretos de su cuerpo hasta desear el goce pleno de cada una de sus partes. Cuando el amor se ha apoderado enteramente de si pensamiento pasa inmediatamente a la accién, sin poder contener ls rendas. Tata entonces de conseguir ayuda y de hallar un intermediario. Empieza, ademés, a pensar ccémo podré obtener su favor, a buscar el lugary el tiempo ‘oportuno para hablarte, Esta pasién innata, por consiguiente, procede de la vi- sin y de la contemplacién. No basta cualquier reflexién para hacer surgir el amor. Se necesita una reflexion obsesi- ‘8, pues una reflexidn serena no suele volver ala mente y, cen consecuencia, el amor no puede nacer de ella? 2. Ovilo, Ars amatora I, 515 7B, Ovi, Metamora, V1 490-494, = 2. Entre quiénes puede existir el amor Tiecertaewenac all darse mas que entre personas de distinto sexo, Elamoren= tredos hombres o entre dos mujeres no puede justificarse, pues dos personas del mismo sexo en modo alguno son aptas para dar y recibir las formas del amor ni para consu- ‘mar sus actos naturales. Lo que la naturaleza niega, el amor se avergienza abrazarlo ‘Toda la atencién del amante se dirige a esto y ésta es su cobsesin: gozar de los abrazos de la persona a la que ama. Quiete, en efecto, poner en prictica todos los preceptos del amor, esto es, los que encontramos en los tratados del amor. A los ojos del amante, por tanto, nada hay compara- ble al acto de amor. Y el verdadero amante elegiria mas bien verse privado de todas sus riquezas 0 de todo aquello que el ingenio humano puede imaginar y sin lo cual nadie puede vivir, a verse privado del amor esperado o que yaha conquistado. ;Qué puede, pues, poseer o tener el hombre bajo la luz del sol y por lo que querria exponerse a tantos Peligros como vemos que se someten con frecuencia los amantest \ mtmooveaeN at TRAIADO EL ado 3B Vemnos, en efecto, cSmo desprecian la muerte ylas ame- nazas, dlapidan sus riquezas hasta quedar en lainopia, El ‘amante prudente, sin embargo, no desplarra las riquezas, ‘como suele hacer el administrador prédigo, sino que des. «deel principio pone freno a sus gastos. Pues una persona ‘que padece la pobreza y la necesidad empieza a caminar cabizbajo, a ser victima de muchas cavilaciones que le arrebatan toda su alegria. Y cuando se ha ido laalegr{a, al instante nace la melancola, fruto de la adversidad,y la ira se apodera de él. De esta manera, comienza a alterarse y a ‘parecer como algo horrible ante su amada. Asi, el progre- so del amor empieza a alla y, en consecuencia, amor comienza a debiltarse, porque el amor siempre tiende a dlecrecer oa afirmarse més. Por propia experiencia sé que ‘cuando sobreviene la pobreza comienzan a debiltarse los estimulos del amor, «pues la pobreza no tiene con qué ali- ‘mentar el amor». Amigo, no te cuemto esto como si con mis palabras quisiera seRalarte la senda de la avaricia. Es claro que ésta no puede viviren la misma casa que el amor, Quiero més bien hacerte comprender que se ha de hui Por todos los medios de la prodigalidad y que hay que abrazar con ambos brazos la generosidad. Observa tam bin que el amante no consigue nada placentero de a per. sona amada, sino nace dela propia voluntad de ella, 2 Ovidio, Remeitia amor 1749 Origen dela palabra amor S. llama camor» por el verbo amar, que significa «o- sero sercogido». Pues el que ama es cogido por ls lazos del deseo y ansia coger a otro en su anzuelo. Porque asi como el pescadorastutointenta con su cebo atraer alos pecesy pescarloscon el gancho de un anzuelo, dela mis- ‘ma manera, el que ha sido atrapado por elamor se afana poratraer al otro con sus seauels y con todos los recur- 0s itenta unir dos corazones distintos con un vinculo no material 0 mantenerlos siempre juntos si ya estén uunidost. 4 Etpocs ues aqucon verbo amare Cama) con hamare nga sno ene ann, al 4. Los efectos del amor Ecc pines staan ‘eno puede quedar ofuscado por ning tipo de avarii amor hace que una persona rude e incula resplandezca con toda su belleza,Sabe también dotar alos de baja con- dicién de nobles costumbres y suele ademds adornar de humildad a los soberbios. El enamorado suele mostrarse complaciente con todos de muchas formas. ;Oh!, qué ma- ravilla de amor es aquel que hace brilar aun hombre con tanta virtudes y que ensefa a cualquier persona a desta- carpor sus buenas costumbres. Hay todavia algo més en el amor que se a de alabar y no con pocas palabras. Porque el amor adorna al hombre con a virtud de a castidad ya que el que resplandece con clrayo de un solo amor dificilmente podria pensar en los abrazos de otra mujer hermosa. Mientras se fia excasiva- ‘mente en su amor, la imagen de cualquier otra mujer es a su juicio ruday desalitada ‘Querido Gualterio, quede esto bien grabado siempre en tu corazén: si el amor guardara un equilibrio que llevara siempre alos marineros a buen puerto, tras a inundacién de incontables tormentas, me pondria de por vida su: vicio. Pero el peso que acostumbra a llevar en st mano.

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