|. Historia de la historia econémica
GENESIS Y COMIENZOS DE LA HISTORIA ECONOMICA
La historia es una de las ciencias mAs antiguas. En cam
la historia econémica es bastante reciente, no sélo como dis.
ciplina independiente sino también, y esto es lo mas importan-
le, como esfera de interés cientffico.i Catén o Plinio, los autores
del Poliptico de Irminén o del Domesday Book, ai interesarse
por la vida econémica, no se interesaban sin embargo por SU
pasado, ni por su desarrollo. Pars nosotret, sis obras const
tuyen fuentes de la historia econdmica, fuentes del saber res:
pecto a esta rama del saber de sus tiempos, ya que los autores
eran mds bien economistas y pertenecian preferentemente a di-
cha ciencia, Durante muchos siglos, fue mucho més estrecho el
exo entre el interés por la vida economica y la geogratia que
entre Ia economia y la historia. La economia se hallaba ligada
‘la geogratia por el deseo de conocer el pais y el mundo, sus
recursos y sus posibilidades. Los motores sociales y los objet
vor ideoldgicos que en el pasado movian los intereses fueron,
durante larges siglos, totalmente diferentes.
La funcioa secial ,de la historia consistio durante mucho
tiempo en suninistrar una legitimacién hist6rica a determina-
dos fendmenos de la época ya sus derechos sobre el futuro:
‘alas familias de la realeza y a las aristocraticas, a las instltu-
clones seglares y religiosas, a determinados principios y cos.
tumbres, a las jerarquias establecidas de valores sociales asi
como a los criterios sociales de valoracion, Esta afirmacin es
fn cierto modo una simplificacién, pero no hay modo de gene-
falizar sin simplificar. «El testimonio de antigiedad» tenia su
fuerza, que fue obligaioria durante un milenio, EI argumento de
que «asi era en el patado» tenfa una fuerza demostrative en la
sociedad y hasta en el foro judicial, La vida social estaba cons-
truiga sebre esa fuerza. De ahi la necesidad de la historia. Sin
embargo, pese a la doctrina de Ia inmutabilidad, en la existencia
hhabian de producirse cambios, y cada cambio debia buscarse
una Tegitimacion en el pasado, debfa sdemostrar> su enraiza
mmiento en 41, ex decir, que en definitiva no era un cambio, Todo
lo nuevo recurria al mimetismo, eamascaraba su novedad. Mas
de un innovador y de un revolucionario dijo, como Cristo, que
‘sno habia venido 2 cambiar la ley sino a cumpliria»
‘En este ‘sentido el movil que tendia al pretérito era ln bus
utucda en ese mismo pretérito de los materiales cuyo antiquo es-
Hlendor “debia adernar tanto las ineiltuciones exitenters come
fas tendencias reformadores.
La actividad econémica era la diligencia desarrolleda por lat
rasas populares, la burguesla y 1os campesinos. No es de extra:
Far por tanto que Is economia irrampiers en Ia historia elo
nel momento en que esas masas, al lanzarse ala lucha por
Sis derechos, tuvieron que buscarse por af mismat le dicha "le
‘itimacion histéricas.
‘Siemond y) ‘Thierry, al escribir su historia de las ciudadee
iralianas o francesas, y tract a las paginas de la historia el pa-
sado de ls burguesia, son lor que dan a esta clase social el sent
‘lento de $u peso e importancia en el pasado. dandele ta certs
‘Gumbre respecto sus importantes tradiciones, jurtificando st
Dropio convencimiento y el ge sus enemigos sobre la base histo
Hea de sus postulados presentes y futuros® Naturalmente, Sis
ondi y Thierry, stuandose en los limites. de una epoca, extra:
Jeron de los ansies de la burguesia sobre todo aquellos clemen
tos ¥ valores que eran los mas estimados en la sociedad feudal
de entonces, ex decir, Is libertad politica y la lucha por su man
terimiento sostenida' por las corsumas contra el feudalisma, Sin
embargo, al mismo tiempo comiensan a abrirse camino les nue
‘vor valores, ex decir Ia riqueza y sat fuentes: a. preduccién
Yel comercio,
En los palses de la Europa Oriental con una poblacién bur
sguesa escasa y en os cuales la lucha contra el feudalisto no fue
irigida por una. podeross burguesia, entran en la historia ‘no
tanto fos anales de as cludades como la historia de los camp=
sinos. Bl repretentante mas importante de eeta tendencia Fue
Letewel, admirador de Sismondl? quien halld en e pasado las
prucbar de la existencia, en los tiempor remetor del derecho de
{os campesinos la libertad, del cual fueron despojados por 1a
noblers, pero que debfa fundamentar sur doreshoe en el futuro.
En union ce la burguesta y del campesinaco, 1a labore
pémica ascend(a paulatinamente a Tas péginas de la. historia.
fue una de las corrientes que motivaron el surgimiento
ria econémica.
[La segunda fuente de la historia economica fue 1a formacion
de la moderna ciencia de Ia economia politics.
La ‘Raciente economia. politica ‘burguesa tendia a ver como
absoluta la. regslaridad de los. fenémenos csonémices compro
Dados por ella en el mundo que Ia rodeaba sin premuniarse st
quiere 8! crisfan unos. limites histGrcos para sus. manifests”
Sones.
‘Sin embargo, contaba con la manifestacion de tal regularidad
¥y aspiraba a ella. Mientras 1a histona fue de hecho solo la bis-
toni politica y Is historia de las instituciones.jurdicoestructe.
rales no podia plantedrsele el problema de la Tegularidad. ya
a‘que no buscaba las leyer del desarrollo, sino especialmente #us
‘modelos.
En cambio, desde ou nacimiento Ia economia politica bused
las Jeyes ¥ as vinculaciones constantes, legando hasta sobreesti-
‘mar en principio esa constancia, Ello fue causa de que a la na
Giente ciencia economica no le bastara la odservacion de ‘un
orto lapso de tiempo, denominado «presente», Para ampliar st
‘campo de observacion, para asegurarse de que 1a relacién com-
pprobada era una vinculacién constante, debia explorar el pasado.
De esta manera abrio por otra parte un camino a la historia
‘econémica. En este aspecto Ia piedra miliaria es la aparicién
‘de La rigueza de las naciones de Adam Smith (1716)* Es verdad
‘que ca Ia parte histériea que encicrra la obra de Smith sélo hay
digresiones, pero en razon misma de su existencia en las pégh
‘ans de un libro que ha desempetiado wn papel tan importante
fen la ciencia, estas abrieron camino a nuevos planteamientos de
cardcter histérlcoeconémice. Me refiero a las digresiones sobre
Jas colonias, la urbanizacién y. muy en particular, al famoso
‘capitulo consagrado a les cambios en el poder adquisitive de
los. metales.preciosos.
Es posible agregar a estas dos fuentes fundamentales de Ia
historia econdmica una tercera, como es la de las relormas so-
Gales. La inguictud provocads por cicttos fenémenos del pe-
iodo de alumbramiento del capitalismo y de los comienzos de
le Revolucién Industrial, indujo a indogar dicho: fenémenos y
‘su desarrollo. Esto concierne éobre todo'a Ia cuestion tan tipica
de Inglaterra de las Poor Lawoe. Micntras cl libro de Burn
History of the Poor Laws, publicado en 1764, constituye, como
su titulo indica, un trabajo en el campo de Ia historia del dere-
‘cho, la obra publicada en la generacion siguiente por Eden,
The State of the Poor: or an History of the Lebouring Classes
in England from Conquest to the Present Period (1791), que six
‘inistré tan inapreciables materiales a Mare para escribir El
Capital, constituye desde e! punto de vista historico una obra
‘que hace época!
‘La declaracion programstica de Ruggles, otro investigador
‘contineo de Eden, atestigua que eta actitud era conscienter La
‘majestad de la historia apenas se ha ocupado en describir las,
condiciones. de vida de las masas populares: lor historiadores
Se ccupan de las guerras y de las revoluclones, de los tratedos
y de su ruptura, de las intrigas de los partidos... pero, raramente
fe rebajan a considerar los asuntos breves y simples de la His
toria de los pobres.
‘La historia econémica no podla aacer antes del alumbramniem
{to del capitalismo. El ritmo en el cambio de los fendmencs era
Por entonces demasiodo débil pera que los hombres pudiesen
‘Sdvertir esas transformaciones. El horizonte cronolégico de si
“islén era demasiado estrecho. Velan como en las grandes ba.
atallas se dispataba el destino de los poderosos, cémo erecian y
se desmoronaban las potencias, cdmo ascendian a la gloria o
‘morfan loc reyes y lot caudillos. El crecimiento del campo de
a economia mercantll y del dinero era diffell de percibir.
a historia econémica nace junto con la economia politica
Dburguesa, junto con el capltalismo y la Revolucion Industrial.
LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX
¥'LOS COMIENZOS DE La «ESCUELA HISTORICA-
‘A comienzos del siglo xix la historia econémica, sunque dista
mucho de hallarse plenamente conformada, de ser una disciplt
za independiente, constituye sin embargo una clara ecfera de
interés, un campo ya laborado.
La primera mitad del siglo xn hace florecer en todos los pai
ses de Europa gran numero de obras relativas a la historia eco
némica. Algunas de ellas constituyen una sintetis ea varios to
‘mos de los distintos problemas, que siguen asombrindonos ac:
tualmente por lo ambicioso de la empresa.
‘Al frente de este movimiento destacan Inglaterra y Alemania.
En estos dos paises los cientificos se lanzan a las investigacio
nes historiceeconémicas en relacion con los problemas funda
entales de cardcter politico y econémico a los cuales dichas
aciones se velan abocadas entonces.
En Inglaterra, tales problemas fundamentales eran: scl dere-
‘cho de los pobress y el problema de la libertad de comercio
(Poor Laws y Corn Laws). La lucha politica que se manifestabe
también a través dela publicacién de inmumerables_panfletos
del més diverso tamatio y del ms diverso valor cientifico ea de
fensa de tesis coatradictorias, hizo surgir en torno a dichas cues.
tones una literatura que com frecuencia Uegaba hasta el arsenal
de los hechos histériecs y a veces promovia incluso trabajos
ropios de los autores, quienes s¢ basaban en las fuentes do-
cumentales.
‘En Alemania el papel fundamental lo desempenaba la cues:
‘idm de In unificaciéa bajo el aspecto del problema econémico
de la «Union aduaneras. F. List, adversario de la libertad de co-
mereio, inieia con ¢u Das nationale System der poliischen oko.
‘nomic (1441), la llamada «escuela historica de economias. Aun
‘que no era un bistoriador, no dejé de influir poderosamente
sobre la historia. Nacionalista, se opuso de modo resuello a las
fbstracciones de los cldsicos ingleses. Al cefir las especulacioncs
‘econémicas a la economia concreta de un pais conereto, se acer-
£6 asimismo a los mbétodos histéricos,
Ligados a List, Knies, Hildebrand y particularmente Roscher
(Staatswirtschaft nach geschischtlicher Methode, 1843) som més
1“